Por:
Aydel Quintero Díaz
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Fecha:
2019
En una ocasión asesoré a un reconocido político que necesitaba mejorar sus habilidades de comunicación oral. Cuando llegué a su oficina, y prácticamente antes de saludar, me dijo con tono prevenido: Tengo una manera de ser y de comportarme por la cual soy reconocido por la opinión pública. Espero que usted no intente convertirme en algo que no soy. El mismo temor de esa persona lo he encontrado en diferentes personas con las que he trabajado, pues en cuanto saben que van a ser entrenados por un actor, a sus mentes acude la idea de lo teatral, algo que está muy alejado del verdadero arte escénico. Identifican el teatro con algo falso, con sobreactuación. De hecho, algunos rechazan la asesoría aludiendo que prefieren ser entrenados por un comunicador social, por un psicólogo o por alguien que practique el coaching. Sin desconocer lo valioso que puede ser el aporte de esos asesores, realmente son los actores quienes, por su condición y estudios profesionales, están más preparados para entrenar en temas relacionados con superar el temor escénico, manejar la voz y el cuerpo en el escenario, expresar sentimientos y emociones de manera creíble, interpretar un texto, etc.