Por:
Daniel Moreno Bazaes
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Fecha:
29/08/2014
El 22 de enero de 1785, después de 32 días de navegación, el navío de guerra San Pedro Alcántara , de la Real Armada, logró fondear en las costas de la ciudad de Concepción, en la frontera sur de Chile, con algunos inconvenientes. Fernando Túpac Amaru y veinticuatro reos políticos sindicados como rebeldes eran parte del contingente de desterrados a bordo del navío. Pero la manifestación de una epidemia de viruelas presagiaba complejas relaciones políticas y las más horrendas experiencias. La amenaza de la plaga y lo significativo de sus prisioneros evidenciaron una serie de tensiones y fisuras en el seno de la administración colonial en una ciudad fronteriza. Sin embargo, los intentos políticos por asegurar el orden y la paz, progresivamente, se fueron desarrollando en las fronteras de lo protocolar. Fue un conflicto jurisdiccional que solo sería resuelto por el máximo tribunal de Chile, la Real Audiencia de Santiago.