Por:
Jerónimo Nárvaez Cano
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Fecha:
2019
De todos los temas y problemas filosóficos de los que Hume se ocupó, el de la causalidad es uno de los más discutidos, comentados y analizados. La importancia de este problema es tal, que el modo en que se comprenda determina la manera en la cual se entienden las posiciones de Hume en relación con la filosofía natural, la historia, el sentido común, la moral, la política, la religión, la economía, la epistemología y, en general, casi cualquier tema al que haya dedicado algunas páginas. Su extrema importancia, por supuesto, generó y sigue generando muchas interpretaciones, lecturas y posiciones acerca de qué es lo que Hume está diciendo cuando enfrenta este tema. En efecto, la cantidad de lecturas y perspectivas en relación con este problema alcanzan fácilmente la categoría de inabarcables. Sin poder nombrarlas todas, estas lecturas van desde el escepticismo que niega la posibilidad del conocimiento sobre las cuestiones de hecho (Reid, 2004; Kant, 1999; Hegel, 1995; Russell, 2007; Kripke, 1982; Arango, 2015