Por:
Carlos A. Lasso
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Fecha:
23/01/1858
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ANo 1. Bogotá, 23 de enero de 1858. NUM. 4.
Estudios literarios. qué se reputaban por nuestros padrastros como mé-d
nos prójimas de la libertad i del a1nor a la indepen-
0 los ha habido ,iempre en la neva Grana a. cía. 'las cuando esta pasó a ser una realidad, i
Hasta hace mui pocos años el ebrija i el fasú.s- cuando con ella i tras ella emprendieron su vuelo
tegui estaban encargados de atorm ntar la !f~Cmona las imaJÍnaciones colombianas, estimuladas por las
i asu-tar el entendimi nto de la niñez i la JUVentud obras europeas que de una vez se nos franquearon,
que se acercaban a los colej io.: .. El tonn:-nto i el con el cu !ti \ ' O de la lengua se hizo necesario al
susto duraban tres años por térmmo legal, 1 duran- mismo tiempo que fácil el estudio de sus cánones
te él apénas se daba algu 11 vagar, a ~a ment~ es- gramaticales. ... o fné todo esto, sine m bargo, una
tudiantil para la que juzgaban los do m mes peligro· obra rápida i j e neral. Por muchos años ap é nas
sa la gramá:ica de la lengua patria, aun en el testo asomaba a pública luz escrito alguno de redaccion
del m u i lacónico U rcu Ilu i del mas que condescen- sospechosa de castiza, que no fuese atribuido a don
diente Araújo. r o babia en los clau ~ros p~blicos Sutano o don Mengano, rancias notabilidades hoi
mas solaz posible que el del Arte esnhcado, 1 en el dia i únicas en quienes entónces se reconociese apYarza
tenia que beber todas sus inspiraciones el titud para proclucir~e cou pureza.
alumno que ~olo hablaba ca tellano i que era na- Las cosns hoi se encuentran en mui diferente
cido centena de año--- despues que habia muerto la
estado. La hermosa lengua de Cervántcs, que junto
lengua de los romanos. con la fe cri~tiana forma nuestra única buena he-
Rabia entónccs i aun hai ahora certámenes, so- rencia de los E~pañoles, es en la actualidad escrubre
todo teolójicos, en que se hablaba i se habla pulosarnente es.tudiada e~1 todos los establ~cimi~nt~s
latín ¡ si, señores, latin, así, al ménos, nos lo ~segu: de educacion 1 la cultivan con amor 1 con Jemo
ran. I si conforme a la opinion ele Chateaubnand 1 numerosos prosadores i versistas. Producciones lia
la nuestra (es decir, a 1000 + 1) .las m_ismas obras terarias tenemo~ los neogranadinos que, a no .faltarmaestras
de latín idad moderna har1an ren· a. los esco- nos en ello la audacia que en Jo político i social casi
lares de la antio-ua Roma, si resuscitasen, i qué nos sobra, pudiéramos con justo orgullo ponerlas al
diremos del Jat~l de nuestras aulas, estudiado en frente de otras famosísimas de la Península. I aungramáticas
mas bárbaras que el mismo Atila'? que por épocas,i merced a pen'ertidas obras i a las-l\
1as, con1o si en esta materia todo hu?iera de. ser tin1osas traducciones que nos traen los vientos de la
misterioso e inesplicable, no solo suceclta queJen- rnoda, el gusto literario suele resentirse i estragars e
tes que ignoraban radicalmente las reglas de _su entre no~otros, como en todas partes, es indudable
propio idioma i la~ jenerales a tod?s, que es preciso nuestro rápido progreso nacional en este como en
conocer para aprender uno cualqutera, no solo su ce- varios otros sentidos.
dia, decitno~, que tales jentes lograban pose~r ella~ Debetnos con todo confesar que nuestro país no
tin, o al tnénos lograban persuadírsolo.; Sino que > e el que a este respecto marcha a la vanguardia en
cabezas infelices que en castellano, su nat1va le!lgua, ) Sur-América. En Chile las lecciones i el ejemplo
no acertaban a producir sino mi serias, en. lat1n, en de Bello por una partc,i por otra la antigua tjranía
la lengua de Viljilio i Cic~ron, con1pon1an odas, arjentina que ha botado a esa tierra celebridades
elej ías, sermones: epitafios, po~m?s, tratados, &. &. poéticas i estadísticas, se ha ~lcanzad?, i no !?as j e Esto
se lleva por delante los ltmltes de toda verosi· neralidad, st 1nayor altura c1entifica 1 ltterar1a. \Te-militud.
nezucla, cuyo clima ardiente se revela en la imaji-
1 entre tanto la lengua española, esa lengua que nacion de sus hijos, es rica en trovadore s i parece
del lado afuera de los claustros habían for~ado mas afortunada que nosotros en el planteamiento de
las ciencias i el pueblo, miéntras que Jos ergotistas los estudios serios, así deJas l\laternáticas abstractas
se rompían el tímpano i la cabeza ~el ~a~o aden~ro i aplicadas, como de todos los ramo.> de ~~~ huma de
las aulas, esa lengua a cuyos pnnc1p1os filosofi- nidades. ]3astc saber que Jas obras filoloJlCas d e l
cos ha sabido dar un Americano evidencia matemá~ tantas veces citado eminente Bello, que apénas en1-
tica, n~ era estudiada _en ningun establ.ecimiento de pezamos a ro~1occr i cuya edici.o'l acaso no ofrc~eria
cducacton, por regla Jeneral._ ~os. curtosos_que so- aquí fruto op1mo al empre~arto que la acotnett~se,
lian buscarla en las obras dHI acttcns espanolas, la en Carácas han sido ya re1mpre '"' as, bastante bien
hallaban ajustada en el lecho de Procusto, .segun compendiadas i pne5tas así al u .. o de los colejio~ ;
la espresion de Bello, de las. reglas de la lattn~, re- las escuelas. La obra cl.1. iea de Bounouf ~u~ ha
o-las a que han profesado los Inhumanos human1stas civilizado por decirlo ast, el e .... tudio de la latJnidad,
fa!l ent~añable cari~o, qu~, como lo observa A~u- ~ no solo h~ sido en y en.czuela acomodada para ~os
nateo-u1 han quer1do SUJetar a ellas hasta los In- ~ que hablan es¡)añoli bten e~.Jractada para los pnn- o' · dlN . 1 numerables dialectos de los aboríJCnes e nevo cipiantes~ sino cp~c con Ja e"tne 1:ada anotncton e os
mundo. ~ ejercicio.s de V en en, en refere ncm a ella,se ha hcc!w
Nada de estraTio tenia que todo esto sucediera, ~ un prcc1o ... o testo para Jo~ rna prof~ndos estud 10-s
entre nosotros, en Jos tiempos coloniales, cuando toda ~ latinos. I aun no h~n1os .h e cho n:cnc1on ele la oporJabor
intelectual nos era nociva, a juicio de nuestros ; tuna aunque no tnu1 lu c id a \ er '"" tOn de , _la obra_ de
dominadores, i cuando los tal entos de que siempre Robcrt~on, l~cch~ .por el Yene zolano RoJas, ve1: 1~11
ha sido pródiga nuestra naturaleza, solo podian adopt~da h?I ca s i J ~ n eruhn ent e P?ra eJ nprendJznJ c
medio penetrar, i eso co1no de contra bando, en la dclt_cbolna 1 n g l "'.; ni tan1¡:oco .de l h bro d~Palenzu ~ la
senda de las ciencias naturales, que no sabemos por escrito pnra el n11 stno obJeto 1 se gun el s1stema pruc-
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BIBLIOTEl~A DE SE ORIT 1\S.
t ic o d e Ollendorff. 1 o nos faltarían para eYidenciar
l supe rioridad de la pren ... a ven e zolana, si tuviéranlos
qu e e ntrar a demostrarla, producci o nes suyas
ci e ntífi c as con las cuales no tenen1os nosotros mucha
s que parangonar en todos Jos ramos.
I aun para el jénero mismo de las traduccion e s
d e n o Yelas i demas trabajos baladíes de consumo
diario, no l1ai comparacion favorable a nuestro movimiento
tipográfico con el ven e zolano; sin que
con esto neguemos el adelantamiento sensible i progresivo
de nuestras imprentas, ni avancernos tu mpo
c o desautorizadamente el juicio de una absoluta
infe rjoridad por nuestra parte.
Cuidado ahora, no sea que algun patriotismo
d e masiado susceptible se nos venga encima pon Ja
paladina confesion que acabamos de hacer, en esta
tierra en que la patriotería, como la llama V J llérgas,
ha dado en exijir que nos der ]aremos superiores
en todo a todo el n1undo. En ningun caso puede
s e rnos daño~o el conocer nuestra verJadera situa·
cion, i en cuanto a la que debamos ocupar u ocupemos,
literariamente hablando, algo podremos decir,
anudando la reseña que suspendetnos ahora por )Ta
larga, cuando sea la hora i cuando las a1nables
l e ctoras de esta BrnLIOTECA nos vayan permitiendo
artículos tan serios i estirados como el que damos
aquí mas por reventado que por concluido.
Bi bliografia ..
CARTA SEGUNDA.
Señores Redactores de la BlBLIOTEC.A.
El título 3. 0 del CóDIGO trata del matrimonio,
hasta ciertamente avergonzado de c¡ue, siendo su objeto
el amo 'r: se consagre un capítulo entero al lazo
indisoluble.
Qué ! puede acaso existir el amor verdadero i
grande fuera del vínculo n1atritnonial ? Qué es el
amor, pues, sino la 1nutua consagracion de los sexos
para su felicidad? I t qué consagracion puede haber
un una coqueta de tertulia que tanto mira al
uno como al otro, que :::onríe al primero que la sonríe,
i cuyos ojos jiran ávidos en torno de un círculo
de necios, que no pasan de vestirse bien, pero cuya
ignorancia i cuya falta de modales los marcan a
tiro de ballesta? .
Si lo que se quiere es 1 ibertad o lisura de costumbres,
1 que las mujeres, tiernas i pudorosas en
lo jeneral, se lancen en el sendero de las decepciones
i del vicio, disfrazado con la careta del buen tono i
la elegancia, n1al lo ha pensado el autor del CóDIGo,
pues en nuestra desgraciada e ignorante América,
o como se quiera l1atnarla, no predomina otro sen.
timiento que el cri"' tiano, que hace de las mujeres
bd)licas las m~s puras del orbe
los antros de la pcrdicion! Si un casado no pu e de
ir al juego, ni a la gallera, ni al café, ni juntarse
con n1alo s amigos, ni frecuentar casas deshonradas,
por su di g nidad propia i Ja de su esposa e hijos, el
estado d e l nlatritnonio, decimos nosotras, es la base
de la moralidad pública i de la f e licidad.
En lo que sí estamos de acuerdo con el CóDIGo,
es en qne el amor debe conservarse entre los casados
con el mistno interes que entre los amantes, ta·
rea única i esclusiva de ln tnujer.
La cita del filósofo jinebrino es en este punto
mui oportuna; é] dice a las casadas así:
''El imp e rio de tu amor será duradero si no pro·
digas tus favores, i si conociendo cuán preciosos son,
sabes conservnrles su valor. Si quieres que tu espo·
so se arroje a tus piés con entusiasn1o, conservale
siempre a alguna distancia de tí; pero cuidando
sietnpre de que tu serenidad "'~a hija de la modes·
tia i no con"' ecuencia del capricho, no sea que por
conservar su amor Je hagas dudar del tuyo. Hazte
querer por tus fa vares i respetar por tu prudencia
en concederlos, de modo que honre el pudor de su
esposa, sin tener que quejarse de su indife rencia."
Con lo que sí no podremos conformarnos jamas,
es con esa falsa virtud de nuestras mujeres, que luego
que se casan creen que ya deben huir del tocador
i de las reuniones, con1o si los castos adornos se
a'riniesen mal con su estado de matronas, i las ter·
tulias, el bai1e i la música fueran superiores a la
deli~adeza de sus órganos. No; ni estamos por las
solteras graves, ni por las casadas locas ; en esto
como en todo un eclcctismo racional i justo es la
mejor regla de conducta.
Una mujer que se casa no es una joya que se
roba a la sociedad, sino un astro aberrante que se
coloca en su órbita .. 1 iq uién dirá que no vale masuna
esposa rodeada de sus hijos, esperanza del Estado,
que una niña casquivana, que solo sabe bailar,
abrir el abanico i voltear los ojos?
La parte del CóDIGO que trata de las viudas, esas
pobres huérfanas del corazon,tiene tam bien sus apreciaciones
lijeras, que ninguna aJma pura puede
aceptar como concluyentes. Una viuda es tanto
mas respetable con su triste vestido de luto i su pálida
faz de dolor, que la vestal misma con su cán·
dida túnica de vírjen.
En la primera hai un corazon sacrificado; en la
segunda un corazon dormido. La crueldad sube
pues de punto cuando con una palabra nada galante
ni justa, se califica todo un estado que tiene por
compañero el dolor.
La viudita verde bien puede preguntar corno
quiere La-Fontaine:
tDónde está el jóven marido
Que me teneis prometido ?
pero por una de tan triste pelaje, hai cincuenta r~·
catadas i fieles.
Los amores que santifica una tumba, dejan de ser
terrenos para pasar a celestiales.
Tal es nuestro modo de ver las cuestiones que
hemos tenido el atrevimiento de juzgar.
Adios, i perdonadnos el atrevimiento. l\1.
1
Ni a qué venirnos al1ora con la absoluta aquella
de que la mayor parte de los matrimonios se hacen
por interes? Cómo negar que algunos no se hacen
por la mujer sino por la dote? l~ero estos son con tados
en todas las sociedades del mundo, i por lo regular
Jlcvan en sí Jos jérmencs del castigo, ya del
padre que vende a su hija, ya de esta misma cuan·
do se entontece i se entrega al primer patan que la
corteja.
Ni de dónde deducir, tampoco, que el matrimo- Poesías de los bardos.
nio lleva consigo Ja pérdida de la libertad 1 l.
Qué Jibcrtad? La de las tnalas co~tumbres ~ 1 Por mas esfuerzos que hicieron los ron1anos, se-si
es esa la que se pierde, i no otra cotno no puede ñores del mundo, para borrar las huellas de lapaserlo,
bendita c~clavitud la que aleja nJ hombre de t, sada civilizacion en los pueblos que acababan de
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conqui '"' tar, o nqnello~ fue~·ot~ poco pod ro"'os, o estas
se habian ll g do a unpr1nur l1arto profuntlatn nte
para que pudieran conseguirlo por completo. I no
es que d jaran de poner cuanto de u parte estaba
para realizarlo, pues adetnas. d~ las ley 5 romanas
que se hicieron de ob._crvancia Jener~l; ad m~s de
los O"fandiosos cspectácu los que grntu 1tamente 1 con
áni~1o de hacerles olvidar sus antiguas costutnbrcs
se proporc1onaban a los pueblos; ade1nas de haber
procurado por todo~ los medios que la lengua del
Lacio fuera idioma u ni versal, v n1os a los ~oldados
del in1perio destru} endo cuanto a su impetuosa carrrlra
se oponia, para 'U3tituirlo mas tarde con objeto~
que pudieran ctnbellecer al pueblo acabado de
conqui .... tar. Donde no ha mucho e _levaba un ~entena
rio bo~q u e druídico, que l1a bta pres 1_1c1ad~
dura11te siglos enteros el sacrificio de las víct1n1a~ 1
los auaurios d-el sacerdote, aparece ahora una c1u·
dad co::>n sus templos, palacios i gai~rías, adornados
con estatuas de mármol, de bronce 1 a veces de maa
precioso metal ; sobre Jos rios que no ha mucho
debian vadearse a nado, o abandonarse a .me:ced
de] débil esquife, se echan puentes oberb1os 1 robustos
que, a la par que pueden desafiar el ri~or de
los sio-los facilitan el paso a la vencedora maJestad
o , . l
del imperio i en todas partp··, do qu ter a 1aya un
risueño v, lle, una apacible llanura, una frondosa
a\arnedn, surjen pintorescas VILLAS aun mas bellas
que las de 1\..driano i Ciccron. .
l\1as los hijos de la ciudad et~rna, en su r~b1oso
frenesí, olvidaban que hai háb1tos tan arraigados
en el corazon l1umano, que solo el trascurs? de los
siglos i los adelantos que nacen del con1erc1o ent:e
distintos pueblos, pueden co~pletan1ente destru1r.
Poco dirémos de nue tra patria, donde los romanos
l1abian encontrado al o-unas simpatías, i su lengua,
i con ella sus co._tumbres se habian adoptado sin
vacilar· a pesar de esto, basta leer a Lucano para
conven~ersc de que el jenio cspnñol conservaba ínteo-
ra toda su orijinalidad. De entre los galos, de
lo~ cuales dccia Ciceron que eran la fuerza del imperio
romano i el ornato de su grandeza, de entre
los galos que abandonaron fácihnentc sus costumbres
para trocarlas por las de groscr? placer 9 ~e. s~
les ofrecian, vemos salir un .'acrovir, un_ C1v1hs 1
un Salino Vindex, (*) que s1n duda _hubu~ra~ sacudido
el oprobioso yugo del conqUistador, SI sus
conciudadanos embrutecidos ya, en lugar de secundarlos,
no los hubiesen abandonado a la venganza
imperial.
I si esto acaecía en aquel!os pueblos donde los
nietos de Rótnulo ha bian tenido a bien plantear su
dominacion ¿qué habia de suced?r con otr~s .q.ue,
juzgados in ignos de los ''benefict?s d~ ]a c1 vJh~acion
i de los honores de la ~sclavitud ' no hab1an
hecho mas que visitar de paso, abandonándolos inmediatamente
a su independencia feroz~ i Q~é habia
de suceder con aquella comarca, ~uyas desiertas
play"as, yermas llanuras i nebuloso cielo, nad?- ofrecían
a su rapiña, nada P.res~ntaban a su brillante
imajinacion? I si prcscJncllend~ de~ recelo. que
aquellos frondosos bosques les 1nsp1raban, 1 mas
que estos el snlvnje patriotismo de sus po?ladores,
se hu bies en a ven tu rado a penetrar ¿que resultados
podía ofrecerles un suelo sin habitantes, seguros
como e taban de que estos, alentados por sus
creencias relijiosas; ántcs hubieran preferido darse
(*) \ 1 éanse las 1Vvches de Ron1a, de ~1:. Jules de SaintFelix.
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la muerte que doblegarse
les arrebataba su libertad 1
al yugo estranjcro qne
II.
Por esto si g u eremos encontrar una litera tu r?,
viljen, una lit 'ratura que a vuelta de m~chos sialos
conserva aún indeleble el sello de ]as 1' Es de notar, sinembargo, ~ue en. t an~o
que en los cantos de los pueblos de _la Escan chnaY ~a
encontramos una ]JOesía bárbara e 1rregular~ prop1a
, para escitar a un pueblo jgnorantc, cruel, enelnJrro
de toda civilizacion i para el cual era el1nayor go~
ce apagar su sed e~ el ~nsangrentado cráneo ~el
1 enemigo, en Jos que habitaban las alt~s tnonta nns
~ ele Ja Ca Iedonia, ve1nos que Ja ternura 1 ~a ~as sensible
delicadeza sustituyen a la barbarie I a 1 ferocidad.
(Continuará . )
Romance.
-
Han de saber mis lectores,
Para que me tengan lá.Jim a,
Que soi un pobre ernplcndo,
Que goza de renta escasa;
I que en rni pequeño hogar
"\'iven tni Inujer, trccs r.riacl as,
Tres muchachos, dos perrill os,
l\li abuela, un loro i dos gatas.
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BIBLIOTECA DE SERORITAS.
Anoche, como a las siete,
Hallábasc congregada,
Segun tiene de costumbre,
Toda mi jente en la sala _;
I yo en la alcoba contigua
U nas cuentas arreglaba.
~Ii pobre abuela gruñia,
Atufábanse Jas criadas,
1 1 adraban los dos perros,
I maullaban las dos gatas,
1 lloraban los tres niños;
I mi esposa idolatrada
Humor tnas negro tenia
Que el ala de la borrasca,
Que en ese instante a lo léjos
Sordamente 1·ebran1aba.
Gracias a mi buena estrella,
Que otras veces es mui mala,
Llegó de visita el padre
Del hijo de mi cuñada ..
Tras el saludo reinó
Hondo silencio en la sala;
1 luego empezó este diálogo:
(Oh qué nocl1e tan pesada!)
-1 qué dias tan variables!
-Con razon que esté tan brava
La peste! Como ustedes
Son bastan te aficionadas
A la lectura, he traido
Un libro para.... Mil gracias
-Para leer un poco Bien,
Enciende otra vela Juana.
Dió principio a la lectura
Antonio, que así se llama
Mi concuñado, i al punto
Soltaron la carcajada
Mi abuela, mis tres muchachos,
1\ii n1ujer; i, cosa estraña !
'l1 odos como por encanto
Cambiaron luego de cara :
1 si era án tes de vinagre,
Entónces era de páscuas.
l\1 i abuela dejó caer
El huso, apartó la lana;
Puso en la mesa los codos,
1 entre las manos la cara¡
1 ni hablaba, ni tosia,
I casi ni respiraba ;
A tendian los muchacl1os
Sin n1over mano ni pata ;
1 la faz de mi consorte
Púsose tan animada,
·~
Que 1ne obligó a recordar
Todas sus antiguas gracia&.
A veces todos reían,
1 luego todos callaban,
1 luego soltaban todos
De nuevo la carcajada,
Inclusive el loro viejo
Que dormia en una estaca.
Mi esposa mas de una vez
Enjugó una gruesa lágrima,
Y o quise vol ver cien veces
A mis cuentas; pero nada:
La lectura a pesar mio
Toda mi atencion robaba.
' Dió el reloj las diez, i Antonio
Djjo admirado: caramba!
Vuela el tiempo! habré leido
D os l1ora s t hasta mañana.
h! no se vaya usted ;
E s t e r e Joj se adelanta,
Dijo mi abu ela. No, no,
Es mui tarde; hasta mañana .
-Dejenos usted el libro
-Lo d ejaré l\.fuchas gracias.
Fuese Antonio; salí yo;
Abrí ansios9 en la portada
El libro, por conocer
Al autor de obra tan rara;
I ví que decia: VEn. sos
DE JO A QUIN PABLO PosADA.
Guillermo Shakspeare.
El inte res que inspiran los grandes hombres n o
se limita únicamente a sus escritos, sino que se desea
saber la historia, las costumbres i hasta las
faccion es que han tenido aquellos cuyas produccio ..
nes nos han instruido o deleitado, siéndonos grato
todo lo que se refiere a su vida priva da i respetable
cuanto J es perte nece. Pocos hombres ha habido que
hayan despertado el mismo interes que Shakspearc;
pero por desgracia es tambien de los hombres gran·
des de cuya vida se sabe m é nos.
Shalíspeare era hijo de John Shakspeare, i nació
en Stratford en 23 de abril de 1564 .. Su padre, rico
con1erciante en lanas i uno de los bailíos de la corporncion
de Stratford, perdió en breve la mayor
parte de su fortuna.
La madre de Shalrspeare era hija de Roberto
Arden de "'\Vellingeote en el condado Wanvick.
GuilJermo era el mayor de diez hijos que contaba
la familia, i las apuradas circunstancias en que
llegó a verse esta, influyeron mucho en su primera
educacion. Pusié ron lo primero en una escuela de
Stratford, pero viendo lo poco que adelantaba, le
sacaron siendo todavía mui jóven para ponerlo de
escribiente en una procuradoría de provincia.
A los diez i ocho años de edad se casó con Ana
Hathaway, hija de un arrendador d~ los alrededo·
res. Se ignora que profesion abrazó de aquella é po·
ca en adelante; pero se debe creer que su fortuna
no sería:de las mas brillantes, pues se asoció a
una cuadrilla de cazadores, entre quienes fué cojido
esplotando el soto de Sir Thomas Lucy de Char·
lecot. Aquel jentil hombre, deseoso de vengarse de
una antigua can e ion satírica que contra él habia
compuesto Shakspeare, Jo persiguió mas cotno a
poeta que como a cazador en vedado, por lo que el
pobre bardo se vió en la necesidad de abandonar su
país i su familia i refujiarse en Lóndres, a donde
llegó en 1586, teniendo apenas 22 años de edad.
Asegúrase que no tuvo otro recurso alli para subsistir
que guardar a las puertas de los teatros los
caballos de las personas que no tenian lacayos; sin
embargo, este no es un punto bien averiguado.
Poco despues reunió el título de actor al de autor,
que ya tenia, representando en sus n1is1nas comedias;
i segun la tradicion el espectro de Ha1nlet
era el papel que deseinpeñaba 1nejor, lo que prueba
bien que no seria una notabilidad, no obstante los
consejos, i buenos: que sobre el arte da a los actores
en 1nuchas de sus obras.
Antes de dedicarse a Jas composiciones dramáti ..
cas había compuesto Shal{espeare un poema de
Vén1¿s i Adónis, que dedicó al lord Southampton,
i que Jlama el p ·ri1nojénito de su imnjinacion. En
•
....
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BIBIJI TECA DE SE~ ORI'I 29
este ensnyo r ina un e ... tilo amanerado i enfático, Con la Biblia puede probarse que Ja música ha
que tan1bicn se ncuentra en el TILe Passionate, sido siempre admitida en las ceremonias relijiosas,
Pele8·1·inr., i en Lucrecia i Tarquino; i esto porq u , lns fes ti vi dados públicas, i las di version s social es
ántes d e adquirir un e~tilo propio, pagó tributo, del jénero humano; a í co1no, tambien, Ja antigiiecomo
todos Jos autores de su tiempo: aJ gusto italia- dad de la con s truccion i el uso de Jos instrumentos
no, entónccs el mns a la rnoda. músicos. IJlamóse a 'fubaJ, sesto d es cendiente de
o s e sabe a punto fijo cua] fué Ja prin1era obra Ca in, "el padre de todos cuantos manejan el arpa
que dió al teatro; p ero Ro1neo i Julieta, Rica'rdo Il i el órgano.''
i llicardo III se in1primieron en 1597, para cuyo •uando Jacob huyó de Laban, i este le reproaño
contaba ya Shnkspeare 30. Isabel protcjió su chó su fuga ~ecreta, le dijo: "ipor qué te fuiste
talento; siendo n1ui notable l que aquella princesa en secreto, i huiste de tní furtivamente, i no me lo
tan celosa de su autoridad, dejase al poeta una átn- dijiste, a fin de que yo pudiera despedirte con aleplia
libertad en Ja eleccion de Jos asuntos, los que gría i cantares, con tamboril i con arpa?'' Co1no
a veces eran contrarios a su propia familia. Las Laban era sirio, el tamboril i el arpa deben ser tepn~
iones cnmudecian ante Ja fuerza del j.enio, i la nidos por instrumentos asirios.
reina no v ia mas que el talento dPI autor del En- El prim e r ejemplo que se recuerda de un salm o,
1\ique VIII i de los infortunios de Catalina de J11é- o himno al Ser Supremo, tuvo Jugar en el año 1491
dicis! ántes de Cristo, cuando Moises, habiendo pasado
Durante su carrera dramática juntó Shakspeare el Mar Rojo a la cabeza de todo el pueblo de Israel
una fortuna con~iderabJe para aquel tiernpo, pues que escapara del cautiverio, cantó un himno de
llegaba a trescientas libras de renta; pero disfrutó gratitud al Señor; i l\1iriam, la profetisa, "tomó
poco de ella habiendo muerto el 23 de abril de 1616, un pandero en la tnano, i todas las mujeres salie-en
el mismo dia en que cumplía Jos 52 años. ron en pos de ella con panderos i con danzas."
Enterrósele en el coro de la igle .. iade Stratford, Estos instrutnentos, ..:in duda, fueron traidos del
donde se ha eriJido posteriormente un monumento EjiJJto, i la tron1peta del Jubileo, que se ordenó
a su memoria. sonara poco despues de la fuga, era tambien pro-
Tuvo de su matrimonio dos hi~ias i un hijo, quien bablen1ente un instrumento ejipcio. 1 cuando lo~
murió a los 12 años de edad i se llamaba Hatnnet. ejipcios demandaban un himno a sus cautivos juSusana,
su hija rnay0r, casó con el doctor John diús, acaso no hai corazon que no simpatice con
Hall, rnédico, i Judit, la n1as jóven, con Tho1nas sus sentimientos, al verlos colgar sus arpas en lo~
Linney. sauces de Babilonia, i reusar el canto de los cán-
En el año de 17 41 se levantó un nuevo monu- ticos de ion en una tierra estranjera.
mento a Shakspearc en la abadía de \Vestminster, Ñlas de dos mil años han pasado desde entónces;
costeado por el conde de Burlington, el doctor el tiempo ha cambiado todas las cosas transitorias;
Meab i Pope. Los actores de Lóndres concurrieron pero los sentirnientos del corazon per1nanecen in ala
esta obra nacional, dando una representacion, i terables. La cancion que aprendin1os i de que
el cabildo de la ciudad dió gratis el terreno para gustamos en nuestra infancia, la melodía sencilla
el monumento. Una tnorera plantada .. por Shal{- que dulcificaba nuestros primeros años, desperta·
spearc fué por mucho tiempo un objeto de vene- rán siempre una cuerda en nuestro corazon que
racion, hasta que la destruyó el dueño para fabricar nunca dormita, i ningun esfuerzo de la armonía,
cajas, que se vendieron a un precio sutido i se por brillante que sea, nos afectará jamas con una
multiplicaron prodijiosamente. < impresion tan vivida i tan penosa al mismo tiem-
En Inglaterra suele celebrarse el jubileo de po. Cuando el suizo endurecido, peleando bajo
Shakspeare, especie de fiesta inventada por el actor estrañas banderas, escucha las agrestes notas del
Garrick. Ranz de Vaches, es arrastrado en fantasía a las
escenas de sus collados nativos, cáensele las armas
La Música. de la man0 paralítica, i vierte lágrimas de descon-
I fianza: él ha vislumbrado la vision de su hogar
Definicion de la música-De la melodía i la armonía- en la 1nontaña, i el resto del mundo es a sus ojos
:rusto universal por la 1núsica- u antigüedad probada con 1 ~
la E'crituras- Ili1nno de 1\Ioises- Canto de lVIiriarn -De e vaclO.
los hebreos cautivos- Canto de Débora i Barak- De la Tambien leernos en las Escrituras el cántico
hija de Jcfthá-1\llúsica en el reinado de David- Instru- de Débora i Barak, i el de la desgraciada hija de
ntentos músico ... traídos probablemente de Ejipto -l)e la J r.} ~ ¡· d 1 d d
rnúsica hebrea moderna-Instruntentos inventado., por los Clt la salen o a encuentro e su pa re con pan-ejipcios-
La Gugha Rotta -Lira inventada por l\Iercurio. deros i con danzas. Desde ese tiempo hasta que
La música es el arte de combinar los sonidos de Saul fué el ejido rei, 1095 años ántes de Cristo,
una manera agradable al oido. Si estos sonidos guardan silencio Jas Escrituras sobre toda clase de
son simultáneos, o producidos al mismo tiempo, ' música, con escepcion del sonido guerrero ~e la
constituyen la melodía; si sucesivos, producen la trompeta que se tocaba en las espedi~iones n1ditaarmonía.
El o-usto de lueno-os tonos i sonidos mo- res. En algunas partes de las Escrituras, parece
dulados, dife~entes de Jos
0
del habla, parece una ~ que profeta apénas significa poco mas qu~ un poepasion
inherente al hon1bre sobre todo el globo. No ta que cantaba versos ex-té111J!ore ~1 son1d_o de un
conocemos pueblo alguno, por inculto o salvaje instrumento, como Jo hacen ho1 los 1mprov1sadores
que sea, que no se deleite con la música, i la em· de Italia i Espa~a. . .
pfee en las 1nas opuestas ocasiones; ya en notas de Segun Euse~to, Dav•? 11evaba cons1go su arpa
triunfo cuando va a la guerra, ya en cantares de ? o lira donde qu1era que Iba, para consolarse en sus
alegría en su~ banquetes; ora en himnos doloridos ~ afiiccione.s, i c~n!ar acotn~añado. de ella las alabanpara
solemnrzar sus funerales, ora en trovas pas- ( zas de D1os; 1 stn recurr~r a.1ntlagro alguno en e1
toriles para celebrar la be1leza i lo.3 placeres de la > caso. de Saul, puede atribuirse tod~ el poder de
vida rural. ~ David sobre el malestar de aquel re1, a la xnancra
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30 BIBLIOTECA DE SEÑORITAS.
diestra i conmovedora como pulsaba las cuerdas de La casa del Cura.
su arpa. Allá en mi ... u eva G ranada, '' é a la plaza del poblado,
Fué e n e l r e inado de David que los hebreos tu- \ 'iajero,. ti e n eti posada I de la torre al costado,
· ron la m ' i e l t. · · 1 d Bten segura: Con li s ura, vJ e ' us ca n a mayor es tmacJon, 1 a a - IIai un a casa de todo$- Busca la cnf:a de lodvs:
mitie ron por la primera vez en el culto d e l Arca La del Cura. Ln del Cura .
i en el ministe rio del Sacrificio. Pobre o ri co~ enfermo o sano, Sobre el t echo el é!i re mece
Dígalo g r ande o villano Arbol que rt t odos ofrece
Josefa nos refiere que el número de flautistas La figura, Su frescura;
que encabezaban )as procesione s en l os funerales Sabe que e~ casa de todos: Por que es la ca a de t od os
· d · d ' 1 d ) La del Cura. La del Cura . J u Ricos, aseen 1a a gunas veces a cente nares, e \ riejo, hué1fano, n1 endiao, Una cru'l. sobre la pue rta
lo cual infe rimos, así como de otros varios eje m- Tod o e 1_que anda !:- i n abrigo Dice a t~dos: ":'1c1npre abierta
1 1 .. , · fi , d · 1 t 1 h N1 v en tura, • 1en1pre pura, P os, que a mu:sica u e e uso J e n e ra en re os e- Tie ne la c::l "a d todos: E :s tn casa es-la de todos,-
breos d esde su salida de Ejipto hasta que d ejaron . . La. del C ura . La zon), l1ubi e ra podido aprend e r, decian ellos, tantos
lira triang ular, el monáulos o flauta Simple, e l cím- > r e tazos del e \·anj elio · i i no hubi ra sido porque Jo
balo, e l timbal i el sistro, del último de los cual es destinaran a la ial esi a n ac.la bueno se pro1n e tie ran
se u ~aba tanto en Ej ipto, ~u e por irri~ion se lo de- ~ de t an precoz erudicio~. ~ s ta fu é ca usa _i parte para
n?mtnaba el pa1s d.e los ststr.os: en tanto que se ha ) qu e cuanto ántes Jo e nv1ase n a la Cnp1ta l a hace r
d1cho con frecuencia ser la hra la que gobernaba ~ sus estudios fo rmal e s, no aho rran do para e l caso
la Grecia. nin a u n j énero de sacrificios. Era el igno de notarsc
~ .
La profesion d e 1núsico en Ejipto era h e rcdita- el mas qu e pobre vestido a que su h ertnana, n1ña
ria, i, co1no s u esc ultura, es taba circunscrita por la h e rmosa i vivaracha, tuvo que r educi r e parn que
l ei , continuando in a lt e rabl e por 1nuchos siglos. En Pin aani lla pudiera ataviarse con el ancho capote
un obelisco ejipc1aco conocido e n R o ma con el d e c~Iamaci i e l sombrero alon i de fnnda que d e nombre
d e la Gu&·lia 1·ott a , o c ol umna quebrada, bia servirle a su prim e ra aparicion en la CapitaL
se halla represe ntado un instrume nto 1nú s ico con D espues de h ecl1o e l viaj e i de instalado e n el codos
cuerdas, p e ro con cuello o mango, probando l eji o, se autnentaron l os gastos d~ una maner.a pro:
así que los Ej ipcios habian descubierto e n la mas , diji osn, e n términos que su ~ c u ch ente. no. sabia que
r e m ot a anti g üedad el 1nedio de estende r su escala, ) hace r : ya era un ... 4 r t e esplzcado el Jnd1spensaóle
i de multiplicar los sonidos de unas pocas cuerdas ~ pnra su apre ndizaje, ya unos ~4utores selectos, ya el
por un artificio cómodo i ~pnci ll o. ll1 as'lÍste{j ·z¿i , 1 a la ~ oraciones. de .Y a rza. .
El ejipaiaco Ile rm es , o l\1ercurio, d e sobreuom- Así, con 1nd~ctblcs trabaJ OS 1 ve~·gü~nzns,. hizo
bre 'l,rismejisto o tre s veces ilus tre; i a quie n su- Pinga n illa s u pnmc r curso d e cstucl1os, 1 un d1a repone
Sir Isaac N e \vton habe r sido e l Secretario de cibieron e n su casa la buena nueva de que .había
Osíris es c é l e bre con1o inventor d e la lira. R c fi é - ga na do e l nño, nunque con bolas. C onfuso 1 comre
se q~e, pasea ndo un dia por las ribe ras d e l Nilo, prometido, como dice Breton, se vi ó e l b_u e no del
di ó con el pi é a una concha de t ortuga, i e miti e n- cnra c u ando lo s padres de nuestro p e r so naJe ~e predo
esta un sonido mui sonoro vínole aJas mientes sentaron e n su cuart o a peditle esplicaciones sobre
la idea de una lira, que const/uyó e n forn1a de tor- l o qu significaba UC]uello ele ''habe r gan?do,aunque
tuga cncordándola con los t e ndon es de animales con bolas, e l año.'' Contentóse con dcc1rles que ya
tnuertos. había trascurrido uno de los diez años que el G o-
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BIBI.~IO'l'ECJ-\ DE SE ORIT AS. 3l
bierno cxijia para conceder el grado de doctor. Los bano un vinjc a Ja Capital, les dijo a su regre so,
que no quedaron contentos con esta csp]icacion fue- que su hijo no habia estudiado sino cachifu>
ron Jos padres de Ping·aniJJa; sinembargo, a falta aunque en la carta de que él era portador ]es asede
otra tnejor, la aceptaron en todas sus partes i se gurase que ya era bachiller; que tu vieran en tenprepararon
a enviar a su hijo bestias para que fuera dido que Jo que sí era ya Pinganilla, era hon1bre
en las vacaciones, segun se lotenian prometido. En casado,i casado con una mujer mayor de edad, viuvez
del contento que era de esperarse inundara el da o cosa semejante, fondista que comenzó por
corazon de aqu l por volver a ver a los suyos, solo cobrarle melindrosamente los alimentos de una scmanife
.. tó despego glacial i cruel indife rencia. E vi- mana i acnbó por encargarse de mantenerlo i vestaba
las oca ... iones de presentarse en púb.ico al lado tirio, hitnenco mediante. El pobre del escribano se
de su padre i, aunque nada estudiase, llevaba sietn- vió insultado, ;,e le dijo que mentía por desconceppre
debajo del brazo grandes libros, afectando una tuar al bachiller, su futuro competidor en los hetneditacion
pro~unda i sostenida. rencias; i él se retiró pensando en que Jesucri ... to ha·
1 oncluido el asueto, vol\'ió a la Capital con ]a bia dicho una verdad divina, cuando esclamó; "pemira
o .. ten~ilJ)e de co11tinuar su carrera; pero en ro ~obre todas las virtudes, la caridad.',
realidad de ,·erdad solo con el objeto de ver si le Algun tiempo dcspues tuvieron los padres de
era posible quedarse en ella para sietnpre. La n1a· PinganilJa el amargo dolor, i gozó el escribano de
drc i la hern1ana lo vieron partir, pertnaneciendo la triste satisfaccion, de vér entrar por una de las
en el umbral hasta que las lagri1nas: ántes que los ' calles de la aldea a una mujer de edad entre prorecodos
del camino, se lo ocultaron '' la vista. En vccta i senecta, con vcli1lo i en sillon; a un chiquillo
su tierna crerlulidad e inocente imajinncion sean· que la prececlJ·a en una burra i a un jóven a pié i
ticipaban la gloria i el contento del di a en que Cu- cabizbajo. o hai para que decir que el jóven era
pertino, con manos puras i mas puro corazon, le· el Bachiller; la mujer, su señora; i el chiquillo de
vantase en la iglesia de la aldea, en medio del in- la burra, su hijo. Hai n1omentos supremos en la
cienso i de las flores, la blanea hostia i el cáliz con- vida en los que el corazon se dilata i alegra a des·
saarado. Para entónces se protnetia la hermana, pecho de todo interes i de toda preocupacion, i este
ella owabria por qué, ver cumplidos sus sueños de fué uno de esos mon1entos para los padres de PJnencontrar
... e al pié del altar en una mui amada coro- ganilla. Ellos no fijaban la atencion en la desgrapaiiía,
recibiendo cierta bendicion de manos de su cia de su hijo, ni en el desigual matrimonio,ni en la
l1ern1ano. I.)rometíase la madfe unos labios bcndi- pérdida de sus esperanzas, ni en las misas que ya
tos, los de su hijo sacerdote, que encomendaran su no se dirían, ni en lo~ sermones que ya no se escu·
alma al devolver sus restos a la tierra. cl1arían deJa boca de su Cupertino, Veían solamen-
II.
A fin de real izar su plan de quedarse a vivir para
siempre en la Capital, entabló relaciones con todos
los tahures de oficio. Estos lo condujeron a los otros
lugares de perdicion, i ~ya desde entónces inútil
l1ubiera sido fundar en él esperanza alguna.
te i veían con placer a su nieto, a su hermoso nietecillo,
i lo acariciaban con entusiasmo, como si con
su consentimiento hubiera venido al mundo. Cuando
fijaron su atencion en la IIIJA que se les presentaba
corno por asalto, reconocieron un l1echo i nada
tnas; pero un hecho que los enternecía i que los
arrastraba a amarlo. iCómo no amar a la Jnujer de
su hijo? iCótno no perdonar al hijo descarriado, al
hijo ingrato, al hijo desobediente; pero hijo que
buscaba un an1 paro de la miseria en el techo paterno?
Si algo sintieron en ese dia fu é no disponer de
los tesoros del rico de la parábola, para hacer un
festin en que se derramase el vino i se desperdiciasen
los manjares mas esquisitos. Se limitaron, pue~,
a hacer el festin solo en su corazon i a derramar
)á o-rimas que r~velaban un profundo sentimiento, o . . , .
una emoc1on v1 v1suna.
III.
El cura~ protector de Pinga ni Jln, ca1nbió el e u- :
rato de ~u ·a Idea por otro distante. El acudiente de
la Capital, etnplcado que era, fué destituido, i
tuy·o que buscar en otro punto de la República su
sub ... istencia i en lo ménns que pensó fué en dejar
sustituto. De esta suerte los Infelices ancianos no tenian
mas noticias de su hijo que las que él les enviaba
en su:=: cartas. En ellas )es pedia siempre dinero
i les manifestaba que su educacion l1acia progresos
nota bies. !-lasta llegó a decirles, para ponderar lo
mucho que sabia,que uno de los profesores, en cier·
to exámcn público que acababa de presentar, se ha·
bia Jevantado de su asiento i declarado que sabia Permaneció el Bachiller por algunos dias en la
ménos que el examinado. Concluía por asegurar mayor vergüenza i en el mas triste abatin1iento ~
que todo esto se malograría si no le enviaban dentro pero poco a poco se fué conformando con su suerte
del término de la distancia i uno que otro dia mas, i se le comenz0 a ver en los cr,rrilJos i demas rencincucnta
o sesenta pesos para Yestidos en parte, nioncs de jente desocupada. Era él en todas ocai
para libros i para pago de grados. Escusado es s!ones el orador espontáneo i enétjico; hablaba con
decir que, vendiendo la yunta de bueyes i los u ten· precipitacion i desembarazo, i jamas se le vió to1nar
sitios de la labranza, o acudiendo por medio de un aliento ántcs de concluir sus largas peroratas. Copeon
al señor cura, sierr1pre o las n1as veces se le mo el vulgo en todas partes juzga que el hablar
remi tian las ~· urnas. bien con~iste en no detenerse, i cree tanto me-
Mucho se enfadaron desde el principio los padres jor una arenga cuanto ménos la entiend~, P.inganide
Pinganilla con el escribano de la aldea, lector i \la no diremos adquirió sinó sostuvo i JUstificó su
contestador de las cartas, porque les manife~tó que, fama. Mas, como la dificultad no consistía solo en
a juzgar por ellas, el jóven no sabia nada, que no hablar sino en proporcionarse asunto q~tc lla~ase
tenia ortcgrafia i que á?tes est:ba perdi~ndo la for- < la atencion, ocupaba !~s noches en a~cr1bir, di:frama
de letra que le hab1a ensenado él m1smo. ) zando la letra, crudo.,; 1 largos pasqutnes que arro-
El enfado rayó en rompimiento serio dos años jaba en algun sitio público d1stant~ - dc su .ca .. 'l. Al
clcspues, cuando, habiendo hecho el indicado escri· . otro dia era el pritnero en escandalizarse, 1 de aquí
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32 BIBLIOTECA DE SE:&ORIT AS.
tomaba oc a s ion pa ra at orm e ntar de paJabra a los ? profundos i decia con seriedad cómica que, prin c id
esgra c iad os ~u yos n o m~r cs apare~ian, i para r e ir- ~ palm e nte de los idiomas, soJo se d eb erian apre nd e r
s e , aum e n t a~· , 1n t c r p 1~e t~ r 1 n~ e t e r rutdo. Por su pues - ~ estra clos.
to q n c. l a p~n~~ er a v_ICllma _mmolada en los pasqui- ~ Tan satisfe cho q u c d ó con la m e m oria pres c ntat~a
n es fu e e l e:sc ~J b~ n_ o ,I l: o s~!Jó ~no solo d ~ todos ellos al Cabildo, que d e bueno o de mal g rado se la l e •a
e ~ qu ~ n o ~=> ul a t a e~e Jnfehz p e ndol~ s ta. Capa~ a todo el mundo i a aJ g unos hasta por seg unda i
c ia_ J?In g anllla de p e rd onar un a g ravto g rande 1 t e rc e ra vez . Mandó imprimirla a su costa e l1izo
pos 1t1 vo , ut:a , estoc.ada que le hubie ran a s estado tirar una c dicion abundante .
e ntre sest a 1 setuna cos tilla, pe ro lo qu e no podía 'f 1 1 11 1 · 1 1
tole rar, l o que Jo t rai a mohino i acon o-o iado e n sus a~, u ego comfo .e e.garon o sd. ~J dmp ares, 0
1
3
d . . . . ~ J r e part1o con pro uston 1 c mprc n 10 e nu e vo a a e ntros, e ra q u e eX1s t1 es e nn 1n d1v1du o sab ed or , · ·
de q u e l O l b . 'b"d d B h"ll · tar ea d e le erse la a todos. Al!r un os se le r es1- t1 er on n se 1a t:l r ec1 1 o e a c 1 er · 1 s e . . \.J • f
admi rab a e n ~ u rabia d l 1 ·a ' ab1 ertam entc , otros em1 g rnron, p ero ~1 e mpre ueron
t ' . '"' ' d ' e aD . ar g~ '
1
' 1 a que la un ) n1u cl1as las víctimas.
e n e se m eJa nte conce tan 1o s 1 a natura e za. ) ~ .
Entón ces se vo Jvjó a a cordar d e s u s tradu c cion e s . Entre estas se hallo una pobr_e ald e ana qu e hab1~
de l Jati n i cotnp r e n di ó e n tod a su fu erz a aqu e lla S 1d o ~v e r a la s,c ñ~ra del Ba c h11l ~ r. Cuando. entr~
espresio n ele Ciccro n co ntra Catiliua: i vi ve ! 1 S s~ l e1a cst~ a s1 m1s1no 1~ 1nemor1a po r Ja mlllonevive
, d 1go yo 1 esc la m a ba e l B ach ill e r, ti e ne a s ie n- s1n1a Yez, 1, c~~o ya ~en1a con la l ec t~.ra al g o trasto
e n e l Cab ild o i toma parte e n nu es tras delibera. to rnado elinaJin, torno, como don QuiJ Ote, a la nlac
iones ! ritorn es por princesa i le hizo de voz en cuello una
C atorce años d esp u es de es ta s tr a v es uras ele pjn- le ctura razonada i ~t e nta del in~ij e~ to esc rito. La
ganilla, i a c ons ec u e n cia de un can1b ia mi ento qu e ald e an~,qu e e n sn vida ~e la~habi~ VI s to rr1as g ordas,
se v e rifi co e n e l p ei· sonal d e casi to da s Jas o fi c i- e n1p ezo a hace r puche r1tos 1 a n11rar pnra Ja p_uerta
nas , fué n o tn b rad o j efe p ol í tico d e l Canton. Entón- e n busca de al g uno qu e J~ r c ~ c at~ra; .rcro v1 e n~~
ces fu é c ua n do e l B achill e r exhi b ió t odos sus cono- qu e todo era e n vano, c ayo de rod illas 1 prorrurnp1 o
ci mi en t os i tod as s us p r endas como esc ritor i c omo en so ll ozos.
tri buno. ? Vino la s eñ ora i la calma fu é r es t abl ec i:ia.
C o men z ó p or una a lo cu c ion a sus go b ernados en ?. Poco ti e mpo d cspues se concluyó e l p e ríodo para
la qu e ofr ecía "LLEV AR EL PONDERo so BA 'TON DE LA que habia sido nombrado, i e l BachilJ e r, con una
LEI AL II OGAR D E TODOS LOS CIUDADA NOS Q U E LO ~ aJocucÍon en que se comparaba a Cincinato, parti·
Il\1PETR ARA ·" i tomaba en este docutnento tan a ~ cipó a sus pueblos que s e retiraba :1 la vida p ri\rapech
os la aut orida d de que estaba Ü1vcstido, que . da.
n1 a~ b ien .P~r ecí a e l árbitro d el d ... e st~no de Am éri ca, V olvió, pu e s, a su ald e a a c ontinuar sus quere-e
l pa dre 1 hb e rtad or el e tres r e pu b l1 c as, que lo que llas c on e l infe liz escribano.
r e ahn en tc era, e l maniqui d e l Gobe rnador de la
• •
prOYJO Cla.
I-l a bi en do espeLlido cj erto d ec r e to en qu e mánda- Diccionario de curiosidades.
·ba vo lc ar l as pared es de un potrero con el fin de
e n ~ an c hnr e l camin o real, el du e ñ o d e la hacie nda VINO. Parece que fu é No e el primero que plan·
a qu e p e rt e n ecia e l p otre ro s e enco l erizó i dijo al- tó c e pas i sacó vino de las uba s.
g unas palabras co ntra el J e fe po lítico. Esto dió ZEDAz os. Fue ron inventad os en España.
o ca sio o para qu e e l Ba chill e r tomara la pluma i V1nn.ro. Esta preciosa mate ria es uno d e los pree
scr i bi e r a un cuad erno e n c uarto mayor, el e mas d e sc ntes mas b e ll os qu e l1a h ec h o la quím ic a a los
d oscientas pájinas, cuyo títu]o fu e : ''curERTINO hombres; i parece qu e se tuvo id ea d e ella unos
PINGA NlLLA A St:S CON CIUDADA NO S." 1.00 0 años ántes de la era cristian!l. Plinio r e fi e re
Con tnotivo de Ja r e mo c ion que h1zo del alcald e un l1echo jencralmente admitido, i que manifiesta
de s u alde a, r c tnoci on d ecre tada porque aqu e l fun- qu e su dcscubrin1iento S6 deb e a la casualidad, mac
ionar io e ra amig o d e l escribano, redactó una hoja drc d e un sin fin de invenciones útiles. Dice que
titulad a : "A Los II01\IURES DE DIE~, A LA POSTErti- al g unos tn e rcaderestlue llevaban nitro i que atraveDAD
1 A LA HI STORIA IJ\lPAit C IAL p> saban la Fenicia, habi é ndose d e te nid o a la orilla
C o rn o e n el ca nta n d el m a ndo de Ping unilla no d el río B e la, para coce r sus vian da s, pus ie ron, e n
l1ubi es e impre nta, se veía en la n e cesidad de dirijir v e z de piedras, p edaz os d e nitro para sost e ner las
l os orii in ales para s u public nc i o n a la capital ae la calderas: la vi o le ncia d e l fu ego inflamó aquella
República; n ecesidad que era m u i d e su ag rado mate ria, que derre tida i m e z clada con la arena,
por la se nsacion que suponia habrian de produc ir forn1 ó un licor claro i traspare nte , qu e despues se
sus escritos. e nfrió i di ó la pritnera id e a d e la formacion del t·i-
Elnpe ro, dond e el Bachiller e chó d e su lomo es· ~ dri o. En tiempo d e l e mp erador Tiberio parece que
catna fué e n la memoria que tuvo que prese ntar ) un artífice e ncontró e l modo de hacer e l vidrio ma·
al Cabildo, sobre el estado a chnini s trativo d e l Can- leab] e ; es decir, d e pod e rlo trabajar a martillo; i
ton. En ella apostrofó a Jos cabildantes con el creye ndo aquel príncipe que si se di,·ulgaba el senombre
d e co 'ln isarins d el Jnte bl o, n o1nbrc qu e fu é cre to p erderian e n v-alor los m e tal es ; l1izo d egollar
r echazado con indignacion por los 1nns, como sinó· al inve ntor. Poste ri o rmente , en ti e mpo d e l cardenal
nimo de alguacil es . 1 To dejó una so la pa labra en Ri cl1 e lieu, se djce que hubo o~ro que encontró e l
el r éjime n cotnun gn:unatical: las qu e se u san an- mismo se cre to, pero tntnbi e n se l e r eco mp ensó con
t e puestas las p ospuso, i al contrario. 1 no quedó la p é rdidr, de su lib e rtad. De aquí d e be inferirse
c ontento con es to solo, sinó qu e inY e ntó nu e vas pa- que el invento d e l vidrio data de la n1a) or antigüela
bras para Jo cual Je sirvió de n1ucho EL ESTR.ACTO dad, pe ro su p e rfeccion se d e be a los modernos. En
de Jatin qu e hnb;a aprendido. Es de ad\'ertir que el día ha empezado a fa]sificarse el oro por n1edio
Pinganilla d espreciaba en gran manera los estudios dcf vidrio.
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