Por:
Andrés Velásquez Hurtado
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Fecha:
2021
El presente siglo ha sido determinante en la protección de la alta montaña en el país. Aunque desde el año 2002, con la expedición de la Resolución 769 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, se dio un paso importante en definir explícitamente los páramos como zonas de protección especial, es hasta la sanción de la Ley 1930 de 2018, mejor conocida como Ley de páramos, donde se define un marco institucional y una estrategia para proteger este ecosistema estratégico nacional.
Este reconocimiento de la alta montaña en el país se dio, principalmente, por la necesidad de proteger estos territorios que abastecen con el agua los acueductos y las hidroeléctricas más importantes del país. El hecho de poder contar con este servicio ecosistémico motivó fundamentalmente su protección. Es necesario mencionar que por la increíble diversidad biológica representada en una enorme diversidad de especies, incluidas muchas endémicas, para muchos botánicos y biólogos la alta montaña ha despertado un gran interés desde siglos atrás.
Desafortunadamente, son varios los fenómenos que han venido amenazando a lo largo de varias décadas la alta montaña y los páramos del país. La agricultura, la ganadería, la minería, la contaminación, el cambio climático, entre otros, han puesto en riesgo este ecosistema y su diversidad. Son muchas las especies que ven restringido su hábitat y amenazada su existencia en este paisaje singular.
El Instituto Humboldt y la Universidad Icesi, en el marco del proyecto Proyecto Páramos: Biodiversidad y Recursos Hídricos en los Andes del Norte, financiado por la Unión Europea, quieren con la presente publicación de la “Lista Roja de Plantas Vasculares Endémicas de la Alta Montaña de Colombia” llamar la atención sobre cómo esta gran diversidad de especies de flora está siendo amenazadas.
Queremos agradecer a todos los investigadores que a lo largo de la historia han aportado con su conocimiento, es información valiosa que ha permitido conocer las especies de flora que componen este ecosistema. Esperamos que esta lista roja se convierta en un referente para las diferentes autoridades y actores en el territorio para que, con sus acciones de manejo, contribuyan a seguir preservando la enorme y única biodiversidad contenida en la alta montaña colombiana.