Por:
Mariana Eva Cerviño
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Fecha:
28/12/2012
Aunque escasos, existieron refugios durante la dictadura militar donde se producían bienes culturales innovadores, en continuidad con las experiencias de la vanguardia artística de una década atrás. En paralelo a la represión políticomilitar, algunos espacios de producción de bienes simbólicos pudieron articular en su entorno grupos identificados con códigos estéticos alternativos y eventualmente opositores a todo lo que se percibiera como parte de la cultura dominante en el período. Los lugares de circulación de esas ideas y prácticas fueron muchas veces sótanos y otros escondites, de allí el sentido literal del término underground que identificaría en la década de los ochenta a los grupos que habiendo formado parte o no de aquella trama, se mostraron dispuestos a recibir su inspiradora herencia. Las revistas culturales del período fueron unos de los espacios de circulaciónde esa subcultura. El Expreso Imaginario es un caso privilegiado para observar los rasgos de ese espacio social, desde los inicios e la dictadura. Hacia el fin de ésta, El Porteño permite asimismo observar las transformaciones en los tonos, los acentos, los debates que involucraban también a nuevos tipos sociales de actores culturales. Aun distinguiendo esas distintas formulaciones, nuestra intención es seguir en ambas publicaciones elementos que permiten identificar la evolución de un espacio social común de circulación de prácticas culturales disidentes con respecto a los dominantes, que tuvieron lugar en Buenos Aires, durante la última dictadura militar argentina.