Por:
Amada Carolina Pérez Benavidez
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Fecha:
2015
Uno de los temas de estudio que más ha llamado la atención de los humanistas y de los científicos sociales, particularmente en las últimas décadas, ha sido el concerniente a los procesos de formación de las naciones. Estas entidades, consideradas como grandes íconos de la modernidad occidental, se han analizado como productos históricos, como artefactos culturales que, lejos de ser naturales o perennes, han sido resultado de complejos procesos de construcción/reconstrucción política, social, económica y cultural. En este panorama, los casos latinoamericanos son un objeto de estudio relevante dado su temprano y particular proceso de formación durante el siglo XIX. Las investigaciones sobre el tránsito entre el régimen hispánico y el republicano, el ajuste y la configuración de sociabilidades políticas, al igual que las relativas a la manera como se definieron las identidades y las diferencias han preocupado a académicos de distintos ámbitos.