Por:
María Eréndira Alonso
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Fecha:
2020
Está representado por el órgano más extenso del cuerpo, la piel, que se continúa como el recubrimiento de los sistemas respiratorio, digestivo y genitourinario en el ámbito de sus orificios externos; las glándulas exocrinas y estructuras anexas llamadas faneros, como el pelo y las uñas en mamíferos, y escamas y plumas en aves y reptiles. Las funciones de nuestra piel son mantener una relación con el medio externo y protegernos de sus agresiones. En cuanto a la primera, la piel, recibe los estímulos del ambiente por medio de terminaciones nerviosas que llevan la información a los centros nerviosos, los cuales ordenan nuestras respuestas y muchas de ellas mediante este órgano; por ejemplo, sudar cuando tenemos miedo, enrojecer cuando sentimos vergüenza. La función protectora consiste en evitar la entrada de sustancias o microorganismos y defender de radiaciones solares que nos pueden dañar. Impide que eliminemos sustancias útiles, regula la temperatura y permite que los rayos del sol intervengan en la síntesis de vitamina D para mantener en estado óptimo el sistema esquelético.