Por:
William F. Heitman
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Fecha:
2020
Los números son impactantes. Los trabajadores del conocimiento actualmente desperdician un tercio de su día, cada día, en actividades que podrían reducirse, consolidarse o eliminarse totalmente. Dichas actividades se perciben, de forma errónea, como servicio al cliente, solución creativa de problemas o, simplemente, el inevitable costo de hacer negocios. Pero nada está más lejos de la verdad. Este desperdicio virtuoso, un término amplio para designar las correcciones de errores bien intencionadas, revisiones, reelaboraciones, servicio excesivo y discrepancias innecesarias que permean prácticamente en todos los aspectos de las operaciones actuales de trabajo del conocimiento.