Por:
Avicena
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Fecha:
2006
Desde que, traducida al latín a mediados del siglo XII, suscitó el interés de los filósofos medievales, la obra de Avicena no ha cesado de ser estudiada en Occidente. Principalmente su llamada Metafísica, es decir, la cuarta sección de la enciclopedia intitulada La curación, sección a la que él dio sin embargo el título de Cuestiones divinas. Pero son aun muchos los problemas que el pensamiento de Avicena plantea a la reflexión filosófica. Y quizá el principal de todos ellos consista en comprender las causas de la desigual recepción que le dispensaron los propios pensadores musulmanes: del cuestionamiento sunnita de sus premisas y objetivos a su prolongación en clave iluminativa, fenómenos, ambos, no siempre debidamente valorados por los historiadores occidentales de la filosofía islámica. Tres son por lo demás las traducciones íntegras de las Ilhiyyt en lenguas europeas que han visto la luz durante los últimos cien años: la de M. Horten al alemán (1907), la de G.C. Anawati al francés...