Por:
Diana Carolina Suárez Méndez
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Fecha:
2019
El imaginario social es el fundamento de la sociedad, en donde se articula el mundo y sus necesidades. Es el conjunto de significaciones, que se hacen presentes en las conductas de los individuos. Es claro que no existen tipos de imaginarios (Baczko, 2005; Castoriadis, 1975; Durant, 1981) ya que de ser así, estos corresponderían a categorías metodológicas como bien lo señala Jodelet (1986). Lo que existen son narraciones, descripciones, percepciones, referentes que se aproximan al campo de las mentalidades en algunos casos, y en otros, al mundo de las representaciones (Chartier, 1992). Como indican autores como Castoriadis, no son los tipos de imaginarios sino la forma como estos se presentan, es decir, bien desde la construcción discursiva instituida, o desde la perspectiva instituyente, esto implica una perspectiva histórico social que avanza sobre las prácticas sociales y permite identificar elementos presentes en el acumulado social temporal, para pasar a aquellas transiciones o cambios que permiten entender las transformaciones de los conjuntos humanos, es decir, aquello que Castoriadis denomina como el magma social.