Por:
|
Fecha:
24/06/1906
.'
Dominicales de "EL MERCURIO"
B ogotá, l\epública. de ~otombia •• .,gun¡o 24. d.e 1906
G. "'ORERO, p ropieta rio
NUMEROS 311 Y 312
Bogotá, Junio 1.0 de 1906.
Señor D. Fahio Lozano
E STIMADO amigo: P"ra el homenaje que :i la
memorL"\ del Sr. D. ANGJ¡;L MARíA CABALLERO se
proponen tributar los que fueron sus nmig09 y
a preciadores de sus virtudes cívicas y domésticas,
desearía yo contribuír del mejor modo pnsible.
F ue el Sr. CABALLEHO un gran luchador pacífi
ca en nuestra agitada vida revolucionnl'i:l, un hom
bre respetable y benflmérito por ~u constilocia incansable
en el trabajo, por la modestia de su curác·
ter, por la nobleza de sus sentimientos y por la
piedad de su sIma, sincera y sin afectación. Yo,
por desgracia, soy testigo inhibil para escribi .. un
artíoulo necrológico dando cuenta d~ la labor de su
vida; porque, á peskr de algún parentesco que
existía entre los dos, viviendo él '?8si de continuo
como" rey de sí mismo y de sus cosas," en co
marcn apartada, allá cn sus campos de tierra col ien ·
te, vino yo á conocerle DlUy t::rde, y 8ólo tuve la
suerte de hablar 000 él púcaJ veces. Fue él 4uien
primero vino á verme, con el Dr. Tulio A. Forero,
allegado de ambos, hace cosa de , cuatro años , eo
aq uella é loca desgraciada y tormento"a , y el moti ·
va de su visita le honra sobremuoera. No r:1e buscó
.:uando yo ejercía el poder público; vino en too ces
espontáneamente á cumpilr por otros con una
obligación que flv le incumbía.
El 6 de 1>[ayo último, según supe al día siguiente,
le había dicho á su seilora <{ue tenía que
hacerme una visita, y puesto ya el sombrero para
salir á la calle, le detu vo la mutlrtl3. ¿Qué buen
pensamiento (que bueno y generoso debió ser) le
encl\tninnbn á mi casa en los últimos momentos de
su vida? ¿Y por qué la muertc, que impidió aqueo
Ila entrevista, le hirió " él Y no a mí? Sábelo Dios.
Con temporáneos éramos, yo un poco mayor, según
oreo, y en todo caso
.. Mi báculo más corto y menos fuerte ..
llUtl diJo¡ya un poeta.
BIen se habrá hecho usted cargo de la Ilnpresióo
profunda que ese incidente ha dejado en mi
ánimo; de modo que, siendo yo la per ona más iocOlnpetente
para tmzar por escrito lln re!!uerdo bio
gdtico del Sr. C.\K\LLERO, no b3hrá otl'O t·.n uni ·
do como yo :i su mellloria por las circunstancias dc
su muerta, ni tl\n obligado fÍ recordarle siempre
con el mejor ufecto.
A la eOl'Ona fúnebre de quien supo llevar con
t:into honor 01 significativo apellido de sus mayo·
~es, no me es dado cnntribuir ino con estas cuatro
plIinbras. Ellas encierr~1l algo, más pllra sentido que
pora expresado.
Quedo de naLed íliempre afectísimo amigo.
IUQU¡¡li UNJUO C~
E. A.rias Correa, Director
Vol. I - N.O 5 Vale $ 5
G. FORERO FRANCO
,\ LTOS EJ EM PLOS
y O no sé si ANGEL MA.RÍA CABALLERO leería
en vida las obras de Emerson. Sé que gustaba de las
lecturas serias y qne sabía leer, ciencia muy difícil,
y que no es dado adquirir sino á los escogidos.
Pero, seEl de ello lo que fuere, CABALLERO pas6
· por la virla cumpliendo el bello ideal de virtud y de
confiauza en sí mismo que informa la filosofía del
ilnstre pensndor america:..o cuyo nombre he eecrito
arriba.
Emel'son nunca ns6 la palabra virt1td sino en el
sentido grandioso que le daban los romanos . .Para
éstos, virtud ora fuerza, y Sil nombre se derivaba de
vir que sigoifica varón.
Porsupuesto, que no se trata de "fuerza armu.
dil."
Emerson invoca aquella fuerza secreta, oc nI ta,
misteríosa, que reside dentro de nosotros mismos y
que precisameute es de la que podemos servirnos contm
las brutali,lades de la otra.
De aqnellll virtud que aoida en el pecho de 108
fuertl's, tomó uu gran caudal ANGEL MARÍA CABALLERO.
Me complazco en escribir sobre él, porque
puedo mostrarlo como un ejemplar geuuino de vence·
dor que ha hallado dentro de sí mismo las fuerzas
nece.llrias para glAoar en IEI batalla de 1" .ida
Rijo de sus obras, todo lo debi6 á su iuteligeucia
analizadora, á su rectitud uunca puesta eu duda
y á su labor perseverante. Son estos mismos, los tres
factores eseuciElles para el éxito en la vida, que en
concepto del filósof'l americano, valeu la peoa d~ ser
tenidos en cuent ... Por eso, .. 1 disponerme á escribir
sobl'e CABaLLERO, fue aquel nombre glorioso en loo
f:lstos llel pensamieuto humBuo, 01 primerl) que viue,
á mi memoria COmO el dcl Maestro que probablemeute
colabur6 cou eficacia eu la formación dei hombre
lIustero, probu, trubajador y abnegado, que ha desaparecido
de en medio dA nosotros, eu ho .... iu~spert\da,
y como herido pOI' el rayo. Este símil, SI> m ~
ocune no súio al recordar 1,\ mu~rte d" CABALLERO,
sino tllmbiéu ClllI:ldo r.¡euso en que el rayo escoge
por ley de h, natumlezll. I"s más elevadas 01."'" y lo"
más altos árboles del bosqu.e. .. ..
Los últilll03 momeutos de ~NOEL .\LulÍ."- (JABA.
LLEno. que os'.:gUl'anlente DO fueron pres~ntid_os como
tnle~, siuo !,or el mismo, qne "d,vinú " ultirn .. hom
con iutuición. de s"bio y ,le jusLO. son cl)moel rC311mell
de Sll vid" y no. parecen más dignos de admiraciólI
que los de ~.\OOmte~ .
El filósof" ateuieuse esper6 h\ IIlUel·te e,jU ~~ .. ,, nidad,
fne contando uno ¡\ uno 811S pa~os cautelosos;
pero munó COIl el grito de In superstición "U 108 1.bios,
y 1& -pnrea!> de su pensamieuto la empanó In voz
iuperdticios .. que pedí~ el s!lcrífioio de un g .. IIo.lo
l>iollla~io. ....
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
84 ·
OABALLtRO P .610. último,momonl" dtllU ~id
JlI I • .to ,le lIU CIpo'''. .. Moaicot" moY tri le y qui.ro
hllbl.orIe do lo que ti be- h lo"r .1 'P'l~ de mi mcere
, .• Con ... tal poI8br., illici6 80 úhim con6.tlluoi
roqllf'¡ h3l11br& ,1 .. g. 11",1. Y rabtl.t .ponnr. que
ae \);,1) .1 ... r 'r~' Ir ti.u e H 11 cree ~ ".1 . recnordo,
qQ 111m él-coloc 1 miíJ 11:\ tI~1 bi~1I v.lel
lIlul-O 'lla .igni6 \ y l. p.lro qllo 1"" I'H qu 'aq lli
quedlmoa on 1 d .Ira brego de I~ vi 1", b -111 im I orlarDo
•• por coaoto ,ino piAra l"I.'(:ord r uo ,,110 ejem.
plo.
VICTOR M. LO. 00 .. O
AI.bl.·. ~liraudo rr Ol frente I
vida, reconcili .. 6 turno. .
Pcro fuo mIl! que un g uerrero y UII pol(IIOC:
fue un carÁater. 0011 volunl",l, una coerg(. un.
honr:sdez.
I:<'ue unu do . 3 hombre ,le Illoor lIilenciOSA.
l)Cm 1I0b! y "II!I; tlo labor qul' erc .v nO deJIU\)'
yl'; que cmnnc.p· y no humllll: de bbor eo que
no b. y sombra, dnu lcru~ claridatl clc!1uroJ"lll. La·
bor beodita é.,l. qUl' ti rrulln :115 miue.. en l
c.,mpo3j que arrebat!!. ,,1 b.~ IUes . secular u .enorío
v le toroll en \'erjel; que arrop sohro I 10UlO
ecn¡)rlos.-LlIoor 00 dI)
Alejaodro, per ~í .1.· CiuclO toó - no de ~apol06a,
pero i de P rrn 'Hlt •• r.
Fue un" de . ·'0 hom!'r,', hiJO tic 1<1.1 propias
.,br3!J; e r et re- .h· . mil .. ,); ej"mplo I ·Ipit Ute3
del podel' lrre,¡h.tlblc li ,le este bentmérito ci udadano,
bastaría para formal' de s u vida e l más ber-.
maso co~cepto, esta magnífica ovació n.
Esta ovación magnífica, en la cual forman la
base de la pirámide tántos ciudadanos honorables,
y form a n la cúspide, Ese distin gui dísimo gru po de
seY!OrflS de alta posición y d e notable inteligencia,
que han veni do ba s ta el Camposanto á irradiar,
desde aquella cúspide, torren tes de lu z sobre la
tumba que Vil á abrirse.
1 Feliz quien así ].luede entrar en los dominios
de la muerte!
H e dicho.
A DOLFO UWN G01\lEZ
Á LA MEMORIA DEL SR. D.
ANGEL MAR.ÍA CABALLERO
No siempre r esulta n ser los mejores
hombr e~ aq uellos cuyas biogmfías son la r gas
enume raciones de tHulol'l, honores V
«estinos, 1 '¡{m dos e H la vida q uién sabe á,
qué precio . Eso es, j,or lo gener a l, la biograf
ía- Ill ~'entar io de l os que lll\.n vivid o
~iempl'e á !l xpensas del Tesol'o públ ico. ~iás
vale la hl!lgrafía-f1jemplo de los que, baso
tándose ,í ", llllsmo , llau sabido vivir d e su
t.rabajo: h hiografía do II na Iacla, ('o n su labur
fec unda y hien llechor¡t r l'llU s u rec titud i n ·
quebralltal,llJ, dejan hlle lla de l u7. cn s u camin
o.
Do e sos fuo D. Angell\Iaría Uaba ll el'o.
Fne el hombre del debor y del trabajo; d e
nobles ~entil1liol\to~ I costumbres sana;; ; de
cará oter franco, digilO y genel'!a á vivir para IIU
gloria; porque entonces las generaciones
menguadas que se anastran, pueden ya medir
la gran talla del árbol que les daba sombra.
Dichosos los que, corno Oaballoro, salen
qe la escena de la. vida sin haber trepidado
nUllca, sin complicirlad ninguna en la
general deg adación . 8in habol',e manchado
en el camino.
Diclwslls los que como él, siguen desde
más allá de la tomba sil'\"ieudo á !lU país y
á los suyos con su memoria y con su ejemplo.
POI' eso vengo yo, uno de los amigus
más sincet os d u D. Angel María Ollballero,
y uuo de suI! 1I1ás entu~iastas admiradores,
á colocal' esta humilde l.lOja en su corona
fúnebre, á dal- este voto de aplauso á su
obra y s u oarácter, y á tributar esta señal
de aprecio á su familia.
JORGE POMBO
ANGEL )l. OABA.LLERO
No s610 es h oy tn bogar el afligido;
Su cruel dolor folicito co mparte
Todo aquél quo ocasióLl tuvo de amarte
Si file con tu IImistad favol'ecido.
Eu hondo duelo queda el desvalido:
Li sto tú eu su quebraLlto á tomar partc,
No cesará jamás de recordarte;
De tí se olvidará sólo el olvido .
Sobre tu fosa-hog~r de qu ien u o ex iste, No
iu scl' iba uRuie te rrenal letrero
De elogios que en 1" vida tÍl el uiiste;
Tu uombre es tu epitafio verdadero :
Por tus grandes virtudes, áugel fni ste;
Por tu noble cal'ácter, caballero.
Bogotá, AI ay o de 190G
MANUEL ANTONIO RUED A J.
DE UN ){OBIBUNDO
SI se quisiera redncir á fórmnla breve y· precila
la necro l ogí~ del Sr. D. ANGEL M. CABA.LLllno. bas ·
taría que la Ortogra fía le concediera á 1" Verdad al
licencia de escr ibirae ese apelliuo con le tm inicial
minúscnla. QuedarÍl asi rnh,l mente deliniuo el carácter
del exce lente uruig v I I~ ac"ba d e dejarnos, y
cuya desaparición ha sido tlln lam entada por toda la
sociedad.
No busquemos el nombre de este ciudadano en
los auales de la política, ni en el esca lafón de capitanes
insignes. O 1'0 menos agi tado t ue el campo de 8U
actividad; otro menos sínnoso fue el sendero de su
exisleuc¡',; otr~. más ulodestq, pero no men03 respe table
fue la misión que le t ocó do. e mpollar en en peregrillllci
ún por este muodo. Busquemus so nombre
en la mllS:l de indiviuuos peraeveCllnte3 y 3boegad08
en la Incha del trabajo_ Figuraba entre los pa triotaa
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
mod"tol que saben hacer aclldario IU propio interél
con el interés públioo, y ouyos seniei08 al país están
en raz6n inversa del ruido con que 80 prestan. Tenía
la püosto entre los hombres SBnos y seucillos quo ha·
cen consistir su felicidad y el programa do 8U "ida
en la obediencia estricta á las leyes mornlea. 13ús'loe.
lele entre 109 amigos fieles, benévolos y tolorantes,
qae no quieren ver en el prójimo sino la parte prccio·
sa de su sér moral, y que ejercen la cnriilad en la
más delicada de 8US formas , cubriondo con un velo
de discreción cxquisita las debilidadcs de que todos
desgraciadamenle adolecemos. Hacía parte do ese
gremio de hombres útiles que marohan en el camino
de 18 vida con paso firme y prudente, protegid os con
el escudo de la honradez y de la cordu1'R, sin dejarse
atropellar por el empuje de ambiciones ilegítimas y
sin incurrir tampoco en las vacilaciones que prorluce
la falta de conviccioues o la baja ley dto la moneda
conque hacemos nuestro comercio espiritual. Lo encontraríamos
también ontre los padres de familia
inmaculados que legan á sus hijos nn tesoro de virtud08
de valo!' incalculable, y que dejan su hogar iluminado
con la luz apacible de su ejemplo
Tenia ideas liberales, y practicaba muy bien la
Iibertlld. El oc!io y la envid ia no encon traron jamás
albergue en sn corazón, y rechazó siempre con tran·
qnilll entereza l ~ s sugestiones de los fan áticos. NI) se
hizo nunca oómplice en 108 extravíos de los bandos
polític08, y pertenecía á la agrupación liberal que
tiene fe completa en la excelencia. de los principios y
que confía en que el triunfo definitivo de nuestras
ideas ha de ser el resultado de uua campana l&rga y
pacífica, en la (JUal sel!. la escuela el campamento; el
arma,la plnma.; la prensa y la eátedl'll, los teatros de
combate; el razonamiento, el proyectil; la libertad,
la handera.; el cristianismo, el santo y sena. Por lo
visto, poseía en alto grado lo que nosotros llamamos
impropiamente sentido común.
Descause en paz el noble amigo; sigan sus hijos
ese precioso ejemplo, y sepa. toda su di¡tinguida familia
que yo, desde mi lecho de dolor, m~ hago companero
de ella eu esta hora de sufrimientll.
Con estas pocas líneas, escritas en circunstancias
cuya inmensa tristeza sóll) Dios conoce. nie propongo
el doble objeto de ejecutar un acto de justicia y de
corresponder con el homenaje de veneración, que
tributo á sn memoria, al honor inestimable que él me·
dio con sn amistad.
FABIO L02ANO T.
EN JUSTICIA
[A Ma nuel JOsé C,ballero.
en la muerte el! su p ~d re] p ECUNDO ha sido el Tolim:t en
hombres eminentes: MuriIJo Toro
Miguel Samper, Francisco Eustaquio Al'
varez, Eugenio Castilla, Aníbal Galindo,
Mal'celo Ba.rrios, Gabriel González Gaitán
para citar apenas algunos nom bres de lo~
q~e ya no existen, allí, bajo aquel bel'lUoso
CIelo y sobre aquella pampa dilatada, recibieron
el óleo de la vida. Y allí se formaron
esos caracteres, verdaderos prototipos
de honradez pl'ivada V de sincel'idatl repu-blicana.
.
Esos nombres bastarían para hacer la
gloria de un pueblo j pero no son ellos solos:
en todas las capas sociales encuéutranse
en el ToJirna caracteres austeros
sobrios, honrados hasta el sacrificio j leale~
yaiDceroa , pl'aebl de .ataoloo.
¡l'roll; amHdores incontl'88tablel de l. Bepública"
y de la. Libertad.
J .. a extensión del horizonte; 1. bra'f'(a
illl petuollidlld de los torrentes; la lllagni4-
cencia tropical de la comarca j tradicionel
de fortaleza, de honradez y de civismo
transmitidas de una á otra generación; la
sobriedad tIe las costumbres, que significa
reducción de necesidades y, por tanto, farilida.
l para. satisfacerllls y con igniente indepelldencia
pllrsoual; todo e8to y quién
babe qué otros factores que se DOS ellCal'an,
dan al toliment'e exrepcioDalell condiciones
de honorabilidad y de valor é independen.
cia, que SOIl comunes á casi toda la población
y que son también notorias.
Pues bien, allí, en aquella privilegiada
comarca, sometido á sus benéfica~ influencias,
allí nació y creci6 Augal liaría Caballel'o
j ellí forllló su c:ará! ter; allí tom(í
desde niño los hábitos de virtud que le
acompañlllon en toda la carrera de su vida.
Fue un hombre siempre austero y siem·
pre recto. T u"o en la vida como ideal supremo,
el cumplimiento del deber. Llenarlo
en la medida de sus fllerzas, fne la más
constante aspiración de su alma.
y no le faltaron energías para OUlllplirlo.
Como estudiante j como Oficial en la
Gobernaeión del Tolima; ('.omo miembro
de las Asambleas del antiguo Estado Soberano;
como subalterno en empresas agrícolas
j lllégo como empresario y hom hre de
va!;tos negocios; COIll o ci ndadano, como
amigo y como miembro de familia; en 1,0-
d>i.s las circunstancias de su vida v en toda
época, fue un esclavo sumiso del deber.
y hé allí el secreto de su fnerza. Que
una honradez auténtica, es ariete que den·i·
ba los obstaculos ; Ravia fecundante, que
abre los senos de la tierra y da cosechas no
siquiera imaginadas j sombra bienhechora
qne nos protege amorosamente contra la
rachas de la adversidad j escudo que nos
bace invulnerables en las más difíciles si
tuaciones de la vida.
Yerra n los quc ponen su fe y su cspe
ranza en las encrueij aJas de la senda: sól(
cs buen camino el de la línea recta; sólo ha)
inteli~encia en la virtud.
H'Iy una faz en la vida (le OAB.\LLERO,
que ~ iempre nos llamó la atcnci{¡n: la sell'
cIllez de <5US eostumbl' .><, la illlJlutable lit" ·
destia de su~ aeLos, la suavidad de sus ma·
neras pa ra con los pobres.
Miembro de una familia respetable
colocado entre las clases m:í elevadas Je la
sociedad j poseedor de cuanti()s() .~ biencs lila ·
teri ale,,: ; de Jcs .ejarlísiuHI illtele' t.o j allucs,
to V ¡¡-allal'o , llello t',t!ta ' a de tentaci()t1t'~
pa;a cunslder.use obligado á "el' fatuo)
van ido o, como tántos mequetlefes, de eso ..
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
qoa no oaben ni en oalle8 ni en plau8, 8e·
gún el lO inl4u'ftaoión de vanidad hueca y
ridioula I
Pero ninguna de aquella8 circunstan·
oias, ni todas ellas juntas, turbaron el equilibrio
de sus facultades, y en todo tiempo
foe ingenno y llano, modc'Ito y sencillo en
sus manera~, respetuoso de los fneros de la
dignidad humana. Era un placer observar·
le cuando estaba enfrente de sns aI'rendatariOB,
de SU8 empleados 6 de cualquier labriego,
humilde y desvalido: hubiérase peno
sado que era p,'ecisamente entonces cuando
ella alma generosa abría de par en par las
pnertas de su benevolencia y daba de sí too
dos los tesoros de suavidad y de cariño de
que era capaz.
La muerte de OABALLERO nOB sorprendió
bonda y dolorosamente. Eramos BUS
amigos y sus oonciudadanos. En ambas
condiciones hacíamos una pérdida. cruel.
Parece, en ocasiones, que todas las ca·
lamidades del cielo y de la tierra 1I0vitlran
sobl'e un país, Entre las muchas del nués·
tro, bien puede contarse como una de las
mayores, en los últimos tiempos. la pérdida
de sus buenos hijos.
Cuando caen, voncidos por la muerte,
un Santiago Samper ó nn Angel María {la·
ballero. la Patria padece hondo quebranto;
taiste y obscuro se cierra el horizante; y
plegal'ias deso ladol'as de desesperanza se
alzan desde el fondo de las a lmas huenas . ...
ALFREDOGOMEZ]AIME
H ORA NEGRA
(A mi amigo Cario!:> E. Cab ~ lero
en la muerle de su padre).
Cuando muere un amigo,
también hay a lgo que en nosotros muere;
del árbol de la vida
es una flor que cae,
una ave que se oculta y enmudece.
Pibra de los afectos que se rompe,
luz que se apaga, fuerza que .e pierde,
es la ausencia de aquel que DOS amaba,
de aquel que en el camino,
nos deja solos y que ya no vuelve.
Su partida es nmarga,
el ánimo vocila y desfalJece;
ha.'i uno menos para abrir la senda
en esta se lva Oscurn
do tan Agudos los zarz:\les crecen!
y seguimos la marcha
cOlnprimidos los labios,
indinada la frente;
menos sangre en hts venus,
lnen o~ luz en los ojos;
un silrncio más hondo nos envuelve.
e .... a ndo muere un amigo,
también hay Rlgo que en nnsotros muere!
,. ". .
Ha caído el rnás noble; el que IIcvaba
dentro uel corazón, cual sacro fu I..°go ,
la sincera amistad; aquel patriarca
cuyu lDuno e~tn:cué, francn )~ abierta,
lIeuo de fe cual.. si estrechara su alma!
Ha caldo el más Doble; aquel que en bora.
dc soledad, cuando en la senda larga
llena de abrojos, el cansancio llega;
cuando en la estéril lucha,
fruncido el ceño y hosca la mirada
DO qut!remos seguir, y coando ~ae
el brozo, como vda fa tigada
á lo largo del mástil,
sin un soplo de viento,
bajo el peso de plomo
de abrumadora cRlma ;
él des pertaba con su voz los eC09,
con esa voz simpá tica
que a lborozando al corazón, rompta
rl tedio. evocadora de esperanzal
Ha caldo el má. noble! Qu< tristeza!
Cu1n raro es el a fecto que merece
el nombre de amistad; en la j o roaua
que r ,,.ta por hacer, su nobl~ mano
no ertcontraré; y a l proseguir la marcha
por «JI agrio sendero,
cuá n tas veces d ol ien te
v(,~ ve,.é la lnirada,
por ver su imagen y evoca r su nombre
con luz e.orito en la mitad del alma!
Mayo l5 de 1906.
.TESUS DEL CORRAL
EN VERDAD
CUANDO conocí á D. An!:{el María Ca·
ballero experimenté una de esas im·
presiones imborrables que no dejan de ser
rara on la vida. Fue a llá en su haciellda de
El Chocho, en donde estaba (JI atleta en lucba
tonaz y porfiada con la madre Natnrale·
za. Su porte material era completo: erguido
y elegan te como una palma real, dejaba COUlprender
uesde el primer momento, que había
sido vigorizado por el aire puro que acaricia
los robles ue la montaña.
Pocas veces /lOS engaña el primer golpe
de vista á los quo estamos acostumbrados á
barajarnos COIl J ,s veteranos del trabaj0 y
la verdad. Hay signos que no mienten; la
contextllra fuorte, la venas salientes v la
mirada wstenid~t y fulgurante, son adql~iridas
solamento por los que luchan con la
adversidad y la fortuna, frente á frente, sin
retirildas engañosas, sin elT,boseadas cobardes.
En yano prctenderá un hombre falto
de e~e~'gía~ y de hon radez obtener aquellas
condICIOnes en medio de la molicie y acariciado
por la pereza
A tiro de cañón, como quien dice,!le
echaba de ,el' que un titán apuesto y
arrogllnte, como D. A.ng-el María Uaballero
poseía un espítitu.le'l"alltado y vigoro'o, ¿Je
eso!! que .lO claudican ni se esfuman con el
vallo de la ,·unalb. Aqnelll\ columna vel'tebral
no babia sido arqueada en besamanos
humillantes Jl~ on '-el"g-lIlzosas entradat) por
e nt ro alcantanlla& obscuras; aquella hermosa
bal'ba negra no había sido estrujada contra
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
38 ' • . ' DoflliMtHJfu ,., 1IJl Mff'tiIIfW
el pecho en oortesías falsas y ridículas;
aquellas manos vigorosas no fueron hechas
para saludos cortesanos. N 6, la corriente
eléotrica que pasaba por aqnellos nervios de
acero y ponía en movimiento aqt'el organis·
mo completo, brotaba, ~ no dudarlo, de un
carácter franco, honrado y altivo.
j y qné raros Bon ya estos hombres en
las moderl l'\s generaciones que andan á salto
de mata en pos de riquezas y de honores
aleatorios!
TUl'e la suerte de merecer la estimación
sincera de D. Angel María Caballero,
y me enorgullcsco al recordarlo, porque esa
estimación, no prodigada por él, era algo
así como una patente honrosa de las que
retemplan el espíritu de la juventud batalladora
y le hacen olvidar l:is miserias de
la vida.
Muchas veces, en las escaramuzas que
sostuve yo en los campos de la prensa, se
acercó á felicitarme aquel hombre de bien,
y en todas ellas pude apreciar claramen te
lo que vale una voz de aliento salida de pochos
nobles y sinceros. De mí sé decir que
cuando D. Angel María Caballero me tavorecería
con su aprobación, redoblaba mis
fuerza~, y disparaba mis flechas con entusiasmo.
Por eso r por los mé¡'itos indiscutibles
de aquel patriota inolvidable, de "aquel adalid
vencido solamente por la muerte, yo, que
le profesé verdadero cariño y que conocí
también sus grandes y brillantes condil!io
nes, dejo ahora sobre su tumba esta mi pobre,
pero merecida alabanza.
Bien sabe ese espíritu noble que yo digo
la verdad, yeso me basta al cumplir hoy
el mandato de mi conciencia para tributar
un homenaje de g¡'atitud que me honra!
Mayo, 1906.
E, ARIAS CORREA
ASÍ, ...
Oomo todos j03 buenos, dulcemente
Penetr6 en los abismos de lo Arcano,
Sin tener en el trance soberano
Ni una sombra fatídica en la mente.
Porque fue de la vida en la. pendiente
Un sol de amM en el erial bumano,
Que al descender bacia el confin lejano
Llenó con sus destellos el Poniente.
y corrió noblemente su sendero , .....
Oon la conciencia del debeJ' cumplido,
A usanza de cruzado caballe ro
Siempre al recio combate prevenido,
Ni en el instante del postrer latido
Se amilanó su corazón entero!
PARA ANCEL MARiA CABALLERO
•
"
ALONSO BIATOF
DH UN .UlIGO
A NaEL MARIA O ABALLERO foe on
atleta pUl la galla¡'dfa y el vigor
de su contextura. fí~ica., así como por la intensidad
de bU Obí"a.
Su hermosa ca hez a se levantaba sobre
las cabezas de la muchedumbre, como las
copas de esos áJ'i)oles cent.enarios y robuRtos
que dominan la unifol'luidad del bosque
á manera de señores de la cuajada tlelva.
Del mismo modo, su obra comercial so
destacaba sobre la obra común; estaba soure
ella muchos codos arriba.
Su huen éxito en el campo de lo negoCiOR;
la solidez y extensión de su capi.
tal, manifestaciones era.n de la daridad de 8
talento y de la tel;lacidad de sus esfuerzos.
En aquella Il :ltumleza, coasi inran til
por lo ingenua y pOlo lo plácida" se ocultaba
un peusador sereno, un calcul ador pro .
fundo, un batallador incansable.
Sólo así 1'udo ,~ ulminar tan notoriamente
en los negocios un homb¡'e que na
ció pobre, que c reció pobre y que nunca
a ceptó en sus operaciones comerciales lo
que no ruem absolutamente conecto, incontes
tablemente honrado.
En esa fo rtuna no hay un solo peso
que llegara por t o r t uos a~ sendas : tod ') e s
limpio y claro en la bi st ol'ia .le sus nego ·
cios, pero es también iuteligentemente
creado.
Lo di ebo, en cuanto á la obra material
- expre.éllloslo así-de O.ABALLERO, Que su
obra intang ible, la de su espíl'itu inm aculado
y recto, la que sólo puede apre uiaJ'se
por el conocimi ento íu t Íluo de su vida, ésa
fue de más amplia t rascendencia y h a. de
bucarse, para hall a rla, en el sér moral de
los h er ederos de su nombre y de su ejemplo.
Preocupado siempre con la idea de bacer
de sus hijos los seguidores de sus virtude!',
caían de sus labios, sobre aqué llos, 103
consejos y las enseií a nzas, con la tenaz naturalidad
de la co rriente que avanza y avanza
en busca de lIi vel.
De un li bro, esurito de su puño y tilu lado
: Consejos pt~ l' lt ,nis hijos, dalllO!' á la
pu bli cidad estos cO ll ecp lo!' :
" El dinero no pruduce mérito ninguno,
" L os bienes de f· ,,'tuna 110 d""en en vanecer
al hombre,
" El dinero es uns necesldad pam la vid J ;
pero también es el móvIl por el cual s~ ejecutan la
mtlyor parte de las m~las ut:c:one' huma na ~ . ].;3
preciso, pues, mucho tillO para manej a rlo J p al a
,lisLinguir su valor.
,. Debe estim:J.rse COIOO un elemento útil p H a
b VHla; peru que ni Jiegue á nuestras manos, ni
salga de ellas, manchándolas. •
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Domiaical. de l!Jl M6TCUrio 39
"En ningún cnso tiene el bombre derecho para
Eer orgullvso, y el verdadero mérito y su pro
pia satlsfacci6n s610 pueden ballarse en el cumplimiento
del deber_
"L. van idad ernpequeliece y es propia de
esplritus mezquinos.
.. El traba],> e" un" imposici6n hecha por Dios
nI hombre: sin. él no Huede hallarse la felicidad,
ni pos,'Cfse la virtud.
" Toda buena a('ci6n debe pjecutarse con desinteré-,
pues bien rdcom pensada queda con la satisfac"
i6n que ellA produce.
" El oJio y el rencor son,propios de naturalezus
iuftlriorae, y producen mayores males al que
los posee que al 'lue los motiva.
" Las cla~es 'nenesterosas de la sociedad tiencn
derpcho á que anualmente se les distribuya
una parte de nuostra rent3, y de no haberla, á que
ejecutemos con elbs toJa clase de beneficios que
nos sean posibltls, aunque par" verificarlos tenga,
O(,g que hacer algunos sacrificios. "
En enseñanzas como éstas- -q ue se habría
honrauo en t;nscribir un Benjamín
Franklin-se estereotipa cl espíritu de OABALLEEtO,
espíritu de selección, de esos que
nos confirman en la creencia de que hay .
en la humanidaJ algo más qne las pasiones
de la bestia; algo nobilísimo que se remonta
ú alturas infinitas de virtud y. de verdad
OABALLERO, con10 Oarnegie, palpó cn su
juventud las angustia~, las 7.ozobras, los
dolores tauto más intensos cuanto más callados
Jc 'a pubret.,l. Y como Carnegie, con·
servó-en la hora del triullfo-la lIlelU oria
de aquella época, no COIllO las almas vulg,
u·es, para deprilO ir á los pobre, sino
para sentir por ellos decidid a. y ardiente
simpatía.
Raros ejemplos de capi talistas que se
oolocan abiertamento del lado d e los luenesterosos;
que opinan y sostienen que los
ricos apenas cumplen con un deber estricto
cuando devuelven á la t't1m uniclad, en
fOrlna dI" escuelas, de bibliotecas, de hospitale,
etc., el exceso de fortuna que ele ella
-de esa comu' idad-t- ruaron; que preco
niZfln la necesillad, la obligación y com;,eniencia
de elevar los s.\lal"ios de los obrero!> ;
que cuanto w ás se elevan en hiene" de fOItuna,
lllás cerca se sienten d~ los infortunados,
más se pre'.)cupar¡ de su suerte y más
('ariñtl'ameute hacell suya, para defenderla,
la causa de los pobre>!.
OABALLERO dice: ., L as clases menesterosas
de la socied¡¡d tienen derecho á que
anualUlente se les distribuya una parte de
nuest,·a renta ...... "
Oarnegie expresa la misma doctrina
salvadora así: "IIé aquí. á mi 1Il0do de entender,
ouál es el cleber del lLOmbre rico:
dar ejemplo de vida modest , SiD ostentación
y ~in pro di~alidad; a tondel· lle mane·
ra moderada á l Is necesidades de lo" q ne
de él dt! ptlDdall, y uu;. vez hecho eslo, considerar
todo el ~t1brallto de sus renta ' CO UlO
un simple ,lepósito, que tiene la rnisi6n cstriota
y aagl· .. da dQ dllitribuil' d.i la manera
luás apropiada, do procurar á la comunidad
los resultados más ventajosos ...... "
Allá, en Norteaméric'l, un hijo 1 de
1!.;scocia habla, ante el vasto escenario del
mundo, el lenguaje de caridad, de acierto,
c1e eqllidad y dejusticia que-praoticado
univen;alll1ellte-traería á la humanidad el
reinado etemo de la paz.
Aquí, en Bogotá, un hijo del Tolims
habla, ante el íntimo escenario del hogar,
las mismas palabras, defendiendo las millmas
ideas, alr.ando su memoria 60bre el
mismo glorioso pedestal.
En ambos casos, idéntica doctl"ins de
justicia, de fraternidad V de amor.
En ambos hombres, la huella triunfal
del cl"Ístianitlmo sincero ......
FRANUISCO GIRALDO
ANGEL M. CABALLERO
No hizo ruido.
Quiso ser planta á la que apenas llega la brisa
y roba de su flor aristocrática la quinta-esencia del
aroma, qne no árbol soberbio y desafiante en dODde
se revuelca el ventarr6n.
No hizo ruido.
L~ bo rador sincero del progrcso en esta nues ·
tra sociedau moderna, su vida se desliz6 suave, de·
licadamente, como madeja de IUlla entre la sombra.
y como madeja de luna, su conciencia fue siempre
el reflejo mansO de una luz superior.
No hizo ruido.
Se fue silenciosamente como se diluye el perfume
fino de un pomu abierto . ...
Para su tumba, rosaR y más r09as.
c. OBANDO ESPINOSA
BUEN AMIGO. _ ..•
.Llega~te de improviso baoia la playa
Dondo la trL.,te humanidad se agot<"
y do la muerte, con piadosa raya,
Da el visto-bueno para tierra ignota
y mal haya tu partida!. .. malhaya
Ell este instante que á la Patria embota
Yen que nos pide, con amor, que haya
01 r pureza sobrc su alma rota!
Nobh amigo __ . • gallardo caballero,
Deshojaste al pasar por el sendero
El sano ejemplo ele tu noble ,ida,
Enarbolando entre la patri;;. historia
El pristino cordial de tu memoria
Sobre el hondo dolor de tu partida!
PIoAA ~ """" ~~
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
LUOIANO HERRERA
RECUERDO
HAOE inás de dos:lustros que en s6n de
turistas y eu gira estndiantil visitámos la
simpática regi6n de Fusagasugá, renombrada
como lugar de veraneo, así por su naturaleza
hermosa, sus risueños paisajes, la
dulzura de su clima y la suavida.d de sus
aires perfumados por la plácida flora de las
tierras templadas, como POl- la amable ]IOSpitalidad
de sus moradores, entre los que no
escalOaban entonces familias cultas, iniciadas
,en llis primores y gentile1.as de la cortesanía
bogotana_
Eutre las personati á quienes conocimos
y tratámos estaba el Sr- Angel María Oaballero,
notable vecino y rico propietado, de
quien recibimos cordiales atenciones y agasajos,
y á quien hoy rendimos este tributo
de simpatía y reconocimiento para deplorar
su muerte, y hacer la recomendación mesurada
y digna de la memoria de un buen
ciudadano.
No siempre hemos de medir las virtu des
cívicas de los hombres por la equívoca
é insegura cadena de servicios burocráticos.
Bien al contrario, debemos acostulll brarnos
á contar entre los beneméritos de la
Patria á los hombres de acci6n constante y
fecunda en las incruentas lides del trab!l.jo
que emancipa y engrandece á los hombres
y á las naciones, agregados de hombres.
Los que no ponen la inteligencia 6 la
im3ginaci6n en ocasil)ncs en la labor perturbadora
y corrosiva de la polít c<\ sectaria,
sino que aplican la vista certera y el brazo
fuerte á aumentar la l'ique.za particular,
factor y elemellto de la riqueza pública, son
también dignos de que el elogio póstumo
caiga con suavidad sobre su m'3U10I'ia, como
la som bra repuesta de un árhol frondoso
que abriga y embellece las tumbas.
Habrá llegado el día de bendición 1 ara
Oolombia, cuando las dos tercel.-as partes de
su..~ hijos dirijan á crear un esfuerzo empleado
en la destrucción; cuando la inteligencia
sirva pil.ra üumiod,1' nuestras tristes
lobregueces, y DO para aumentar la confusión
de idtlas ; cuando el cordial de la misericordia
rtlemplace la intoxicación del odio; y
falange bizarra será apellidada la que venga
con la bandera, de PAZ y TRABAJO, trayendo
como empresa de su escudo el Supe!"
onmia 1"Iwa.
F . RIVAS FRADE
A!\GEL ~ARÍA CABALLj~HO
Zll'"dn, 01" la arm,.d:l que piensa y que trabaja,
Cf)1l vlg