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  • Prensa

La Opinión: periódico oficial - N. 21

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  • Año de publicación 13/09/1900
  • Idioma Español
Descripción
Citación recomendada (normas APA)
"El Granadino: periódico político i literario - N. 2", -:-, 1840. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3688295/), el día 2025-07-04.

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Bogotá contada

Por: Antonio (editor) García Ángel | Fecha: 08/10/1840

__ LG 1 • -- PBBIODICO POLITitJO 1 LI'I.'BSIIRH. Omne6us ede11a. [ NUM. 3. 0 BOGOTA ~UEVES 8 DE OCTUBRE DE 1840. TRIM. 1. o ] AL ExMo. S"&. PRESIDENTE DE LA RBPUBLIC~~ .!t:JsE IdNACIO DE MARQUEZ, •,: Sobre educacion pública en lá Nue~a Granada. · Señor: un aviso publicado en una de las pá.sadas gacetas por el Sr. José M.· Groot, di'rect . r de la segünda casa de edu­cacion en esta. eapital, me f1a sujeri<;lo ~a idea de c.lirijiros esta carta. El Sr. Groot en ese aviso ofrece á los padres de familia qu{j en el pre ente mes de octubre abrirá. en· su estableci­miento nn nuevo curso de e tndios rctativo solamente á aqnellas mat~rias que, sirviendo de ha e .(t una huena educacion, puedan formar jóvenes de ·aptitud i conoci­mientos, capaces de dedicar e á. los ramos del com<"'rcio. El curso, que será de dos años i medio, comprendertÍ solo lns materias siguientes: escritura i dibujo; grwnáti ca astellana; traduccion de franc s; aritmética comercial, en toda u e tension; i teneduría de libro. . , · Este aviso, Señor, me ha hecho reflexionar ron amar­gura sobre el lastimoso sistema ·de educacion, Reguido, entre no otros, i, con mas amargura todavía, me ha hecho TI' Cordar que la administraciou á cuya cabeza os encon­trnis poco ó nada ha hecho para modificarlo i corrcjir1o. U njendo los dos cabos de vuestra admini. tracion, com­parando su fin con u principio, veo, en efecto, que en 1840, l acercar e ya la época en que debe ce~ar Yuestro m~ndu.to, la educacion pública en la ' neva Granada se halla n el mi mo pié pr cisamente que se hallaba en 1837, uando fuisteis el jido jefe de la ndministracion i primer majistraclo de nue tra patria. D lo cual in arbitrio se deduce una consecu ocia tan lejíti ma como triste: i es quf>, habiendo mantenido en c.'ta materia las cosas tales cuales las halla teis, ninguna. qu ja JJarticular ti ne contra VIl stra administracion la Nueva <.ira ada; pero nada. tampoco ti<'ne que agrndccerl<'. Quien nada hace, ni el mal ni el bien, á nada es acree­dor, ni á. rencor ni á gratitud. 1 esto es lo que ha ucedido á vuestra administracion; la cual pronto acabará. sin dejar en los rorazonc , adverso ú favorable, niDgun. tenaz recuerdo, ningun sentimiento profundo. . Convengo, Señor,cn que, para hacer el bien entre noso­iro~, un presidente dispone de un tiempo dem~~iado corto i de poderes con estremo limitados. Convengo, ademas, en Clue vuestra posicion :>er .. onal ha xido resbaladiza i dificil; pu s habeis tenido qee '"diar sin descans . clu lrial. i Cuál cR nuestra indu tria.? i Cuál es nuestm agricul ­tura? ¿ Cuálr"' ~on nuestras artes? i. Cuáles . on Hucs~ tra.s manufactur~s? L Cuál es nuestro comcrc~o ' i Qn·'· re. puC'Ata, algo honro. a para no otros, po ríamo dar á un <'stranjcro que nos hiciera tales preguntas? Nuestra ngriculturn se halla (ll el atraso ma · d plorn­blc>. Las diez i nueve v 'jésimas parte do nue. tro terr : ­torio, si aun acaso la proporcion 10 es mas fuerte, son in­fectos pantanoF, impenetrableq bosque ·, profundas soleda­des. La mitad de la Nueva Granada no. estáporcultirar­<' Stá por desculJrir. 1 e a cort1sima porcion de territori() descubierta. i cultivada, nuestros in trumentos son lo: mn.-. gro~f'roP, i nuestros métodoR los ,mas bárbaros. Para nrar la tierra toc.lavía uos vo.lemos de bueyes: para hacer vol­tear un trapiche todavía nos valPmO!': de mulas ... En nuc::; . tros campos el arte no hace nac.la; la naturaleza es h que lo hace todo. Nuestros ganados se cnrazan :í la ,-en tura; i nuestras plantas nacen, fructifican, i se (!On ~crvan, por que Dios así lo ha di puesto. De inumerables millarc. · d C'species que podríamos cultivar, apénas cultivam cat rcc 6 quince. , 1 para sacar á nuestra agricultura de ·f'ste d ·pl()~abi~ a raso i qué ha hecho, qué hace nue tro fatal i t lla rlP­educacion1 Nada.-Ninguna escuela de botáni~, dn veterinaria, de minería, ni de horticultura. N lll 'rrlros hfl'­cendados de hoí nada mas saben de todo e ·to que míes ... tros hacendados de hace doscientos año ; N uestra.'3 artes se hallan en un estado peor aun quo nuestra agricultura. No sabemos tejer una tda. no sabemos ·hacer una navaja, no sabemos encuadernar w11ib'ro,no s,..bc­mos curtir un cuero. Zapateros, herrero-.:, carpinterot:, sa 1re~,albafiilcs; he aquí lar ducidali.-ta de lluc:=;tras prof. . sioncs7i ningubo sabe la suya. Cualr¡uicra de nuc.btro ~ pri- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • 10 EL GRANADINO. n~er?s m~est~~ trasp1ll~w os,, pomo unos charlatanes, )?s~ que he~1os let db a go acerca de ella en los lihros. Sur América hasta; . á~1ora ~e ha ;c:ducido á >un oficio harto vérg9n~osO i triste: á '·ad~itar o que otros inventan, á hablaE de lo que otros h 'cen. · · ! ·; · 1 ,nuestra eaucacion ir qnG f1ace palla contribuir á mejorar · · ~ to 1¡:-;-N,ada--&ln máquinas no l'rai manufacturas; i nosotro~ np .ten~mos una sola escuela de maquinaria. Nuestro comercio esterior es asombroso por lo mucho . q re.lq: ~~mos si'mplificado, nosotros que no entendemos ·· d.e ~implí ficar cosa alguna. En efecto, el comercio, en , t do~ 1os pueblos comerciantes, consiste en una doble ~rl P.~racio11, compra i venta.; i con lo q1~e se vende se compra. ~~r~ nqsotros lo hemos elevado á un grado de sencillez __ qst~aq~pinaria: de las dos , operaciOI:ies hacemos una; todo lo compramos i nada vendemos. Bien es que en esta sim. ,pUfi.cac~on ningun mérito hemos adquirido: porque no podemos hacer otra coaa. Un pueblo ~in agricultura, sin manufacturas, sin artes, sin navíos, ¿qué puuiera vender al estranjero 1 Sin nuestras minas de plata i oro, el no andar con nuestros cuerpos desnudos sería un inespli(1able ' fenómeno, un verdadero milagro. · . No puede haber comercio en un país en que no existen 1 medios algunos de trasporte. 1 nosotros aun no hemos eonstruido' un solo buque, ni ·abierto un solo camino _ ~arrete_ro, ni levantado un sol puente, ni f;lScavado un · solo canal. Nuestros medios ·ae trasporte, infelices de no!3otro~ ! son los champanes del Magdalena i los car. gncros del Quindío ! 1. así co~o. no tenemos comercio porque no tenemos . agr :cultura m artes, no tenemos artes ni aa ~acer,,tn 9~é pi~n~a trabajar, d~ qué piens~ vivir . . ) :9E:e ~Mf[lltd() e 1nf~hz muchacho, que acaso es hnnra.do i SfJl· tri.W~~ M resp~nd~~á eon ~os ~.roosas Hgrima.s que asoma-rán .á. sus ojos: Os di~á que piensa mendigar un empleo po¡que no puede ha cer otta cosa. D~cit.lle -<¡ue por qué no· .ejerce. ~u abogaci u. ,¡ os dirtí. que cualquier miserable tinterillo lo e.clipsará en las esc ribanías, i lo enredará i lo- ' den-otará en iós tribu'nales. ¿De qué le servirá su elocuen­.. ci}l,contra el ~ cmbroHo 1 ¿qué podrá su probidad contra la .. JPJJ:la fé 11 Por. .. o.tra paroo,. os ..mas que dificil ·vivir de . la. abogacía .en.· d()nde todos so n a.bog~os.- I no le digais que se· óedique á un ?Jicio, porque él os re­plicará. ··que ningun"h· lé han ells , ñado. Os hará. subir con él á la pintoresca erm ita de Nuestro Señor de Ejipto; 1 óS há:rá COntemplá r á fa redonda e} magnífico horizonte que desde- allí se descubr e; i, cruzado ante vos de brazos,. os pregunt~rá para: donde coje~ i nada tendrcis qué decirle. La situacion de ese pobre muchacho es la situacion de millares mas. Centenares de doctores que salen érbia:, qué ' áun mas oaéoo'"équi~¡ocil.rse en materia de t'eftjíon. De áqJí fa\·efi[~6:on alisoJtta. '·dé la 'autoridad . pi'"t1einé., pue~·:qu~ la"~Ütoti~a~. pate.~n~:'Rf> ; ~· ~o~tiepe si n.o ' ¡~re~· teSpeto ·ªhal.-:-~{ corro q~ estvd+~~~~~f q~e, detem­dos á; la ¡>uert.a. ~e Ut;t ·templo . ;p~ra yer ~ah~ 'la~ mujeres ·que no tendríatf e8C?túpfilo .el} ~edúcir; v~ri · 'én~~at por esas pue~,tas .Una . t~r~·a-tt;'~lta de .est~p ~~~ .. ~~;npe~_i.nos 1 que cnbtertos de ~uc~as ,r'~n~ van .u ~~o~tcrn,ars~ ant.e l~ altares; ese C~~~O. ~,de . est~dtante~ ·IJl~,fi0SpreCÍ8:, ,soberana .. mente' en sli c~~~z<>;n á e~os crey~-\}tes ·¡ · ~st~pidps .cam. pesinos; 'i"e te so~d:no desprecio, que · 'no· es posi,ble que de al~una ~~~~ra.d.~j~ pot firi de maiúfe.starse, se encuen. tra bien· cotresr,o~~úlo en ·¡a plebe por un ó.pio impl~cable i un refi~;or profundo, . De a·quí la division' de Ja sociedad en do::1 clase~: ~b¿. 1 qu,e pret~~de . saber i 'que desprecia; · otra que nada~~ ·.~¡ ére~ saber, 4- que aborrece. .i Con (.' to.:¡¡ elementos no~ estamos preparando para ser libres ! ¡ Queremos riqttez~ ~in i~dustri a, costumb~es sin moral, i lih rtad sin reiW ~m! . ¡Queremos que nuestras esP<>sas permanezcan pu~~~' al· IUismo tiempo q~1e , delante .ellas ostcn·~hinos hacer \~llora de lo que ellas. mas respetan, del 'Cinico. rhotivo qué ptíede servules de frenQ ! ¡ Queremos qué no haya 'i:Hscór ías ~n 'la sociedad, al mismo. tiempo que introducimos en las alm'ls1 la divisíon! ¡Queremos que los padres hamlujentos no se ,SlJbhwen, al mismo bempó que no ofrecerpo~ ninguna educacion, ninguna ear~era,' niog'un tr ~ajo ."' S!l$ hijos ! . Porque nadie pue e de conoce.rlo, s~ñor: las causas de uucstras escandalosas revueltas, no están como suponen los sofistas qile escriben en el Correo, ni en Io,s prin­cipios que defienden los revoltosos,. porque ell~s no de­fienden ningun principio, ni en la march~ r~~ociW!aria de vuestra administracion, porque vuestra · ~dmjnistracion "o es reaccion\lria, ~i en vuestras itlfracciones de la constitt1cion i de las 1éyes,. porque .. vos p.o las habeis in frinjido. No, señor, Jas caüsas a~ nue~tras revueltas son otras .tas' caús~. 9~ ' nuestrás ¡revueltas son tres: la ' ir~elijion, . la . i~·m.orálilfa.d, : i el' ~bre • . RIW , · top;1an su con;tun on~e'n,. liast~ Cl~rto puntp, ~n nurstro detes­tab~ e s1~tema ,de. educ~GIOil qt,u~ nos ha en~nado á . pis. cutlr, no . á trabtl;Jar, á b.U.SC~f la 'lti\id,ad, flO . á pr~cttqar. !a v!rtud, "' t' <¡_r~.w qp l)a ' in#~r~, {, .~. lnega~ ~ á .~ios. r eat~ .detestlible st,s~e~a de ~d.ucacion , ~~en~ de . ~a¡,,dmi9is •. traclOD Sa~t~n~erl que Jo u\,b;-oP,}ljO, .l de ra vuestra, Sr .. que ' sin alteracion lo ha cótiservá.do~ • . : ' 1 • ~an graves. desórd~ne.s que ya ta1;1ias desdichas han pr~dúcido, i que todav~a producirán tantás mas, ¿ n9 hu­' bie~n · merecido qu~ fijase en ellos' · su considera~i~n el Presidente de la República 1 i No hubieran merecido de él que hiciese un esfuerzo siquiera para conseguir su reforma 1 ¡ No h~Qiera merecido que emplease en ello ' todo sti poo~r, todo· s.u irifluj~, toda su ciencia, toda la enerjía- de su voluntad 1 . · i. No. h.u3~· · · · merecido de' :Ya~, ~eñ~r~ qn~ hicieseis por nues~ra edueaci:Qn . "más ' de Jo ·que habeis hecho 1 : ¿ Qué habeis hccn'i'; efec o, por .Ha "· Dos cosas Dt'> ~ que yo rep~ · BA l. d Hacer publicar en. las gacetas los avjsos ._que ;los gobernadores de las provincias os han trasmitido de que en tal lugar se ha abierto una nueva escuela, de que: en tal otro lugar se ha presentado, por los alumnos de tal colejio, un certámen, siempre lucido. . 2. cd Hablar una sola ocasion al congreso en uno de vuestros mensajes de la conveni~ncia de que se nos diese·. una educacion mas moral i relijiosa.. que aquella que se nos dá. . Como consecuencia de ese mensaje, el congreso de este. año espidió ana lei que en apariencia lo reforma todo, i que en fa realidad no reforma nada. Por ella se deja á las cámaras de provincia la facultad de arre.glar todos los ,establecimientos de educacioq no-universitarios; facultad inmensa i que podría producir beneficios incalculables, si esas cámaras tuviesen fondos con que poder arreglar los tales estableci)nientos. Pero, cuando no tienen fon.dos ni ~ poderes bastantes para reunirlos, los arreglos que hagan •sobrE} educacion todos se reducirán 4 ordenanzas i se quedarán en palabras. Lo que nos importa son maestros que nos enseñen lo que hasta ahora jamas se nos ha en­' soñado; .i los maestros no se consiguen espidiendo regla. mentos sino asignándoles sueldos. 'lgu.al observacion puede hacerse sobre la disposicion de esa misma lei que deja los profesores la eleccion de . los libros por los cuales den sus lecciones. La disposicion en el fondo es exelente; pero por desgracia tampoco de nada ha servido. ¿ Qué importan los libros 1 los profesores son los que importan; porque, mientras los profesores fueren los mismos, con unos libros ó con otros, el espíritu de sus lecciones en nada se habrá alterado. Así, apesar de escr lei, la educacion que ahora se nos da en la Nueva Granada es perfectamente la misma que antes de la lei se nos daba. 1 esto es todo lo que yo sepa que por nuestra educa. cion hayais hecho. No diré yo que sea poco; pero ¿juzgais vos mism(} que sea bastante ? . Oigo, sin embargo, al Libertad i orden que me responde: " ¿ Qué otta cosa, empero, pudiera hacerse 1 Aquí todo lo grande, todo lo trascendente parte dellejislador." Sin duda q?e en nuestros Iejisladores está el primitivo, el verd~dero o~íjen del mal. Pero yo veo que entre-nosotr.os el Poder Ejecutivo participa -en gran parte del poder lejislador. • ' Veo qqe entre nosotros el Presidente tiene la facultad de indicar en sus mensajes á la lejislatura, las grandes necesidades del país, i las leyes que deben remediarlas. . Veo que entre nosotrps el Presidente está armado del . derecho de objecion, del veto suspensivo, que obliga á. loa l~jislado~ á .recojer la leí que han dado; 6 á conside. ;rada mas despacio, no pudiendo i~istir en su lei la le­jislatura, despues de la objecion, sino con una mayoría mas considerable, la.mayoría de las dos terceras partes. Veo que entre nosotros el Presidente toma parte direc­tament~ en la ,di$cusion de las leyes por. .me.dio de sus secretarios que tierren entrada en las cámaras. CuandO' el Poder, Ejecutivo ha obterü~o i conservado á su favor la· mayoría en el congreso, veo, finalmente, i todos la ven, la m~no del Presidente pintada en todos los resultados i ~stampada en todas , las leye~ . A í inculpar por su lei al lcjislador :es inculpar ta 1- bien al ejecutor, que hasta cierto punto 1ojisla. •... A~í )os. . carg~ .. .de . ~iente fare que <'l GraHadino ha hedo á vuestra administracion,. eñor, son grave i fun .. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. .• ... t 1'2 EL GH.ANAD!N·o. dados, i, por desgracia, están sin respuesta. · Respuesta ! U na magnífica os queda; vuestro mensaje al congre o de 1841. Pedid on ese mensaje todo lo que podcis pedit·; habhid · francamente, hablad sin rebozo,· hablad sin témor; haced todo lo que podeis hacer; i torln vía hai tiempo para que la Nueva Granada os quede tan agradecida como per­sonalmente lo está. por vos, Vuestro verdadero amigo El Redactor del Granadbo --o-- LA GACETA DEL ULTIMO DOMINGO. Si, cuando en un corrillo levanta la voz un charlat insolente para calumniar al gobierno de su patria, ~ gobierno ~l cual debe la inmerecida seguridad de q goza, los ciudadanos honrados que hubiesen podido oirl se le manifestasen todos sombríos i ceñudo , i se alejas al punto de él, como nos alejamos de un impostor, cm nos alejamos de un hombre enfermo de una 1epra co tajiosa i fea; ¿ pensais que entónces el vil charlatan os proseguir en sus declamaciones i sus calumnias 1 Si, cuando un profesor . materiali,sta se sienta en u cátedl'a para enseñar á los jóvenes que la virtud, lacte nidad, i Dios son vanas.. palabras, i para prep~ar!os Dos cosas buenas i sérias, i . una cosa. mala i ridícula, contiene la Gacetá del último domingo. · Las dos cosas buenas sGn~ U na c~ncisa circular del secretario de hacienda, Sr. á que algun dia profanen la santidad de la familia, quebranten las leyes de la sociedad; todos los ~iudadan honrados unánimemente se conjurasen para que en s hijos ningun oyente tuviese aquel pedagogo-atéo; i pe sais que entónces el inmoral profesor no bajase, tod~ in • mutado i vergonzoso, de la despreciada. cátedra par3; n Simon Burgos, á. los gobernadores de las provincias, que tiene por objeto impedir ~l que los empleados de hacienda huelguen i pierdan el tiempo bajo falsos pretestos de enfermedad. . Una concisa résolucion del Presidente de la República, dando de baja en el ejército, en el .grado de coronel que obtenía, al traidor Manuel Gonzalez. [ la cosa mala i ridícula es: Una circular de dos largaS columnas, del . secretario del interior i relaciones esteriores, Sr. Lino de Pombo, sobro lo principios á que ajusta C') su · conducta la nrl­ministracion relativamento á los perturbadores del órden legal. Si el amor propio del honorable Sr. secretario no se ofendiera por ollo, le diriamos cuatro palabras acerca de su circular. Le diríamos qué el buen fruto no se cnvuolre en tanta hojara ca; que la verdadera cnerjía no se c. presa con tantas i tan campanudas palabra"l, Le diríamos que esa circular mánifir ·ta mas · que buen gu to, afectacion, i mas que mlor moral pedantesca pre uncion literaria. Le diríamos que el autor de e a circular, si a í con­tinúa escribiendo, se desacrcditn. como ministro i aun mas como hablista i como escritor. Le diríamos que los calamito os tiempos en que esta. mos no son, á. la verdad, los mas propios para entrete. nerse en amontonar términos rcbu. cados i en constru'r periodos inintclijiblcs. Le diríamos que su circular, hda de noche en una academia, produciría bostezos i daria sueño, pero que, leida {L medio día en un udJo en revolucion, causa ¡ncnosprecio i enojo. --o- A, LOS CIUD D !NOS HONRADOS. Si, cuando un desvcrgonza1o libelista publica un papel ~~1cendiariot ningun .ciudadan:) honrado entrase á Ja tien­da donde se vende el libelo; i p3n -ais que entónces ia infame publica:~ion continuas ~ i que el libelista no de­tuviese la pluma~ -----------.-- (*) J)eberíá deoir, Yá (i . ajustar. volver jamas á subir á ella 1 : 1 Si, al asom~r la tempestad de la rebelion tln el , he rizonte, todos los ciudadanos honrados, en cada ciuda en cada villa, en 'Cada aldea, ~ juntasen en la pkl.~a ) Ú blica para manifestar solemnemente á sus majistrudos qu todos ellos desaprobaban ia rebelion, i estaban pront á emplear .sus talentos, á. dar ~us haciendas, i á sa crificar sus vidas para casti'gat á los revoltc so.c;;, sosten<· el gobierno, i pro tejer á sí mwmos; i pensais que entón. ces las revueltas no quedasen para siempre ·cortadns e su principio 1 ¿ pensais que entónces los revoltoso3 n quedasen para siempre cnnfundidos i acobardados T Si cada ciudadano honrado guardase siempre en s casa urt fusil i un sable, si al oír sonar en pualquíe rincon del territorio el mas lijero grito ~o anarquía; tod los ciudadanos honrados aliesen de sus ca..

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El Granadino: periódico político i literario - N. 3

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"Yo, maestra", Sandra Báez y los estudios de las emociones

Por: | Fecha: 11/06/1848

SUSCRICION por un año 16 reales, PO?' trimeslfre :) 1'eales~ Cada núm. medio 1·eal. ELECTORES DE BO'GOTA. Despues de tanta tibieza por pa-rte de los Conservadores ~ al fill \ an despertando; en la última setn:ana ha. habido bastante activida.J. En los dias 4, 5, 6 i 7 hubo juntas públicas que se tuvieron en el salon de la Universidad, i algunas fueron nume· rosas. El dia 7 por la noohe se apr0bó la lista de e.lectores d~ I la cateural por una junta de mas de 200 sufragantes~ la vota­cion fué unánime. La mayor pa.rte de los concurrentes eran suietos da re petabilidad 'influencia. Ya en los otros distritos se habían aprobado las li. taso Nosotros que defend" 'ado los intereses de la gran mayoría nacional, que denominamos parti.d(l) conservador, hemos cen­surado su apatía i su uesunion, debemos dar hoí á los ilustrados "Conservadores de Bogotá un testi1rnonio de aprobacion i de aprecio por su patriótica conuucta en la desigf)3.cion de elec­tores. Todos los grupos Cuervistas, Goristas, Ospinistas, Barri- ;j guistas. se reunieron para votar por l'Os mismos electores, que representa}} un solo princi-pio. Este era el único medio de asegnrar el triunfo en la eleccioG. Si cada uno de los cuatro grupos forma una lista distinta de electores i qué sucederá? Que 'por reducido qne sea el partido progresista su lista triunfará de todas cuatro; los elec. tores de Bogo~á serán touos partidarios de Lopez; la gran masa de electores de esta. ciudad deciuirá de la mayoría de los electores de la provincia, i entónces todos los Senadores i R epresentantt.:.s quP. van á elejirse en este año serán progre· sistas; i cinco ó seis votos en el Congr~so quitados -del partiuo cOl1servauor i puestos en el otro es mas que probable que -del) la mayoría al J eneral Lopez ¿ j entónces de qué sen ¡,rán veinte ó treinta votos mas en caua uno de los candidatos con~erva­dores? de afrenta para el partido que teniendo una gran mayo­ría se deja vencer por una necia division. t Qué seria entón'ces de los Congresos uurante los cuatro años del pedodo electoral que va á empezar en agosto? Que siendo progresistas la nia­yorÍ1 de los electores de esta provincia, progresi.sttls serán todos los' Senadores i Rrpresentantes que en ella se elijan durante los cuatro años. Es decir que los once votos que la provincia de Bogotá tiene en el Congreso serán todos contrarios á las opiniones i á los intereses de la provint-ia. Esos once votos darán al partiuo, que la gran mayoría. nacional juzga fu\l-esto al órden. á la libertad i á la reHjion~ la m6yorí~ leji$lativa i i entónces? Entónces no hai excéSo qUé no déba temerse. y á e:,tán acoruadas por sujptos respetables i numéro~os de todos los cuatro grupos del partido conservaJ,(lr las listas de electores de Bogotá, que en este número publicamos. Ahora es np.cesario, es indispensable que todo conseryauor vote :sin vacilar por estas listas; es en este proceder unilnime que está la salvacion. Todo voto dado fuera de la lista convenida es un voto perdido; es un voto dado al el'lemigo; porque este triunfa no solo con los votos que se dan á sus el~ctores sino con los votos que se qnitan á los conservadores. , Las listas constan de sujetos dignos de toda confianza, de quienes el partido no debe temer eh ningun tiempo ni de­sercion ni perfidia. Las listas consultan todos los lIltereses, todas las opiniones que pueden dividir al partido: sa~erdotes, ' militares, artesanos, negociantes, hacendados, todos tienen su parte proporcionada de sujetos de influencia en las listas. N uestros nombres no se encuentran en ellas ¿ qué importa si los nombres ~ue ellas contienen merecen nuestra confianza? Algunos echaran ménos nombres que les son gratos; pero con­sideren estos que si la li~ta hubiera de ser al completo gusto de eada uno" sería impOSible una lista jeneral, i habria tantas listas como sufragantes. Todos votarian entónces enterament-e á su gusto,. pero no teüdrian el gus o de ha.cer ni un solo elector, porque el partido que vota unido i compacto por una sola lista triunfaria de todos. En política es necesario olvi"dar fodá antipatía, toda simpatia persnnal. El sentido co~un, el p~triótism0, el infeté,:" el bien de la rtftnt~tte ~ . ~úmtt(t.4· , '5 Este periódico sale todo~ los domingos; se vende en la tienaa del Sr. Fernando Conde, quien recibe suscriciones. Rep'Ública nos e?,ijen que votemos unánimes por las listas acor­dadas: N~ qU1er~. conserva~or ninguno dar una prueba de estu'plde~,. o de tralcl~o al p~r.tldo, abandonando las banderas en ~l dla CritICO, en el d~a deCISIVo. N o haya ninguno b-astante lll~eosato para dar Oldos á las pérfidas insio uacionns del ene­n; tlgO O(:ulto, Ó d.el trásfuga que qu,i .ra arrastrarlo en su dp.seT­ClOno Tan enemlgo es el que el dia del combate hace fuego contra nosotros desde las filas enemigas, como el que pretende qu~ dcsertemos de las nuestras dejanuo solos á nuestros com­paneros. LISTA DE ELECTOR,ES CONSERVADORES. DISTRITO PARROQUIAL DÉ LA CATEDRAL. Se ·ñ(}re"~. S eñOlJ"es. M.R. Dr. lVlanuel José Mos- Dr. Leopoldo Borda. qu-era. Dr. Juan CIÍmaco Ordoñez. Dr. Manuel Antonio del Cantillo J eueral J oaqui n Paris. Dr. Domingo Antonio Riaño. Dr. Miguel Chiari. Dr. José Ignacio de Márquez. J osé Manuel Grot. Dr. Eleuterio R~ias. Dr. Polica.rpo Jim~nez. Agustin Rodriguez. Dr. Francisco de Paula Torres. Jral. Franc.O de Paula Velez Bernardo Alcázar. Dr. Ignacio Gutierrez. José Cha vez Amaya. Dr. Andres María Pal'llo. Sim-on Herrera. Simon Espejó. Rai mundo Santamaria. José Luis Carbonel. Fernando Caicedo Camacho Manuel Velez Barrientos. Cayetano Navarro. José Maria Saiz. Atnbrosio PORce. Coronyl Emigdio BriceñQ. Juan Antonio Marroquin. Bartolomé Andraae. Diego Rivas. Francisco Pardo. J usti no Val enzuela. José Martinez Recaman. Dr. Cárlos lVliguel Barriga. Juan Manuel Arrubla. DISTRt-TO PARROQ'UIAL DE LAS NrEvEs. Señ01"es: ' Señm·es. Dr. Antonio Herran. Dr. Vicente Cándido Beltrán. Pedro Villalobos. Pastor Lozada. José Antonio Cualla. Mariano Acero. br. ManuellVlada Saiz. ~Ianuel de Francisco. Victorino García. Gregorio Tanco. Dr. Juan María Pardo. Pr sb.o Francisco TamayG. José María Castro. Presb.o Romualdo Cuervo. Dr. Vicente Ferrer Bernal. Vic nte Gomez lVÍaz. l\tIiguel Figueroa. José l\-larÍa J~atorre Luqué. DISTRITO PARROQUI..A.L DE SANTA BÁRBARA" Seño'res. S eñoTes. Dr. Rudeciouo Lopez. J eneral José :Nlatia OJ'tégá. Dr. Ignacio O pina. F ernando Caioedb Sanfam.a Dr. José Feliz 1\1erizalde. Ana. tacio Luengas. Di': Antonio Jerardo. Luis l\faria Azuola. Dr. José Belver. Dr. Juan Luis Domincruez. Lucas Madero. JOlje Campuzano. b DISTRITO PARROQUIAL DE SAN VICTORINO. S eñores. S eñores. Jenetal Rarnon Espina. Franc.oMorales Montenegro Dr. Joaquin Borda. Andres Sandino. Dr. Manuel Restrepo Sarasti" Cayo Arjona. Eustacio Arce. Mariano Grillo. Dr. Gregorio de Jesus Fonseca. Fernando Suarez. ¡Union Cónservadores!!! ¡Unionl Este es el únicolfiedio seguro de tri un f8it • El Nacional reputat i todos vosotros conservadóres. debeis reputar corha un trasfuga, como un enemigo' encubierto cotno ~n V'erdad~ro traido.r d los principios i á los interese del pfattitló, a oúal sqUlera que mtente sembrar la d sunion i comprome r el tHunfo eleccionario va-úando lás listas aprobadas. No 63 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. z posible que hombre de buen sentido intente semejante cosa sin una mira siniestra enntra el partido conservador. ELECCIONES. Candidatura Gonzalez.-Personas dignas de fé nos han asegurado que en la última semana se ha celebrado una junta como de 20 personas, casi todos ·contratistas de tabacos i empleados, promovida por los Sres. Pombo i Arboleda, que se reunió en la casa del primero; i cuyo objeto fué dar impulso i crédito á la candidatura del Dr. Gonzalez. Estendióse una acta de compromiso que no todos los concurrentt's quisieron firmar. El Sr. Arboleda que debía encargarse de la Secretaría de Relaciones Esteriores, se ha puesto en camino para el Sur á ganar votos por el Sr. Gonzalez; i se dice que el Sr. Mallarino ex.secretario, lleva igual objeto. Estos i otros varios hechos han dejado fuera de duda que el candidato de la Administra­cion es definitivamente el Sr. Gonzalez. No perteneciendo este sujeto al pa~tido Conservador, estando en pugna con él sobre puntos capita1es, El Nacional no teme que ningun verdadero i leal c·onservador abandone su l)artido i r~nuncie á sus principios para enrolarse en esta can­didatura, que espera recojer los tránsfugas de nuestro partido. Sea versatilidad natural de carácter, sean antipatías personales hácia los sujetos que el partido conservador proclama como candidatos, sean cálculos de medro personal, sea el que fuere el motivo ó el pretesto de la desercion, El Nacional la reprueba i la anatematiza como un acto indigno de todo pecho conse- 'cuente i leal, como un proceder de perfidia i de traicion. CANDIDATURA LOPEZ. El m&s ilustrado i entendido de los progresistas dijo en ·91 número 513 de El Dia e~tas notables palabras" No conozco las capacidades administrativas del jenerat Lopez, ni sus talentos para hacer marchar la Nueva G'Ianada en l~ época dificil que vá á seguir." Esta franca declaratoria acojida i aceptada por los patriotas i hombres de órden, no ha sido contradicha pero ni aun siquiera modificada con ventaja del jeneral por sus mismos partidarios. Tan justa i exacta h~ pareci o ella á la universalidad de los granadinos. Al rejistrar la historia de la Nueva Granada no encon­tramos en ella un rasgo que haga salir á Lopez de la categoría de un hombre comun. Como militar su nombre no ha sonado t.'on recomendacion especial en ninguno de los glorios0s triunfos de la inmortal Colombia; i en nuestras contiendas doméstieas ' ~olarnente se le vió figurar en la guerrilla de Colejiales de la Lade1'a, i en la desercion que acojió de unos cuerpos de U rdaneta en Palmira; sucesos ambos que no dan prueba ni de capacidad militar, ni de valor. De lo acaecido en 1840 i 1841, nada oculto podemos revelar á nuestros lectores; los 'hechos son notorios; ahí están el Dr.· Murillo secretario del ' ex-coronel Vezga, su inconsolable viuda, i las personas que acompañaron á aquel jefe infortunado en sus últimos dias: á ellos, mejor que á nosotros, cumple dar un testimonio que no puede ser sospechoso, sobre pormenores i detalles que nuestra pluma no quiere estampar. Como Secretario de Guerra i empleado político, apenas podemos decir del jeneral Lopez, que h emos visto su firma en actos i documentos rutineros cuya redaccion es de cargo de los subalternos. A algunos de sus partidarios hemos oido decir que salvó la. Patria en las tristes cuestiones del Cónsul Barlot i del Pro­Cónsul Russel1, tan torpe i desatinado así .es el espíritu de partido. i Qué hizo el jeneral Lopez en aqu llas desdichadas ocasiones, sino servir de instrumento material en los actos de 'bumillacion á que nos obligó nuestra debilidad? _ Si tales son los precedentes de la vida pública del jeneral Lopez, p rescindiendo de los de la vida privada en cuyo san­tuario no es lícito penetrar, ¿ qué móvil pueden tener Jos que tanto empeño muestran en eleVarlo á la primera Majistratura de la República? ¿Qué debe esperar la Patria de la admi­nistracion de un individuo á qui en sus mismos amigos políticos, le niegan capacidades i talentos para gobernar, i en quien nosotros no reconocemos ni tacto, ni prudencia para manejar Jos negocios? ¿Cuales serian los hombres que le rodearian para dirijirlo ó influir en sus actos? iHai entre ellos grandes políticos, servidores antiguos de la Patria, ricos propietarios, hábiles financistas, leales i valerosos militares? Preguntas son estas á que nosotros no necesitamos responder: que respondan por nosotros los c}udadanos honrados i pacíficos que en esta • i en otras provincias miran con horror i espanto los repren­sibles manejos empleados para seducir á los incautos; el encono i avilantéz con que ese partido se es presa en sus corrillos; 1 proyectos de venganza que nutre en su pecho, í el aire de triunfo con que de anternano insulta á los que hemos sostenido inviolablemente las instituciones nacionales. N osotr08 nada tememos, lo decimos con franqueza, nada tememos personal­mente del jeneral Lopez, así como nada esperamos de él ó de cualquiera otro de los candidatos que sea elevado á la Pre.c;idencia; pero sí tememos, i mucho que tememos del circulo de alborotadores i anarrluistas que lo ha escojido, no por jefe sino por instrumento; hombres en su mayor parte sin creencia i sin moral, que no aman esta Patria porque nada han hecho IJ por ella~ que son insensibles á todo lo grande i lo sublime, que no practican virtud alguna social 6 relijiosa, hombres en fin, para quienes el interés es el ídolo á quien todo lo sacrifican. Con la elevacion de tales jentes debemos decir un adios eterno á tO l1a idea. de órden i progreso; la libertad será para ellos; la opresion, el vilipendio i el ultraje para la mayoría inteli­jente i juiciosa. Ninguna garantía tendrá la propiedad, ningun estímulo la virtud, ningun respeto la relijion, ninguna consi-deracion la honestidad del sexo. ' Si; así sucedería, no hai que dudarlo, i el que lo dude examine los precedentes, lea los escritos de ese partido anar-q uista i sanguinario, i allí encontrará la prueba de estas tristes verdades. No hai remedio: se nos ha colocado en la mas cruel alternativa, ó sacamos de la urna eleccionaria un homhre (. que represente i sost ~nga los sanos ,principios, los verdaderos intereses de la República, ó tenemos que abandonar el pais para no hacer en él el triste papel de los ilotas en la antigua Esparta. Tal es la Candidat'ura Lopez i talas los motivos que nos obligan á prontlnciarnos contra ella uniendo nuestros esfuerzos á los de los buenos patriotas de Bogotá. .... CONGRESO Al\1ERICANO. La idea de un Congreso Americano altamente aplaudida por muchos hombres distinguidos de Europa i América cen­surada por otros i ridi u izada , en cuanto les ha ido dable, por los interesados en la desunion i en la a narquía de los Estad de Hispano-américa; se ha real' zado al n, ya ue no de la manera completa que h b ía conveni al mimos n parte La Nueva Granada, el cuador, el Perú, Boliv'a i Chile han conmovido á este Congr . o, uyos tr ba'o han ido ometidCJ á la aprobacion de los di ferentes Gobi rnos de . tas epúblicas. El de la Nueva Granada ó al 'enado en us últit as se­siones, los tratados acordad s; pero e te cuer no tuvo tiemp de ocuparse de ellos. n neg cio de tan ta importanci , como los tratados comun de esta cinco ep 'blic que tan intensamente deben afectar u "nte e es en el una seria atencion; i co 1 n de 11 ma escritores granadinos, vam .s á pu r 'ar n del Co~reso Peruano acerca d 1 Congre o CONGR ESO A 1 IC .\.J.'\ o. Artículo p'ri ro. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. L Tratándose de intereses de la mayor entidad para las R epúblicas Hispano-americanas, seria contrario á estos mismos .intereses el decidir sobre ellos, sin haber visto préviamente las cuestiones por todas sus faces, dando despues de una sapasionada discusion, detenIda ~ razonada u~a solucion, lójica i esperimentalmente perentorIO para reUnIr los votos favorables ó contrarios en cada una de las bases estipuladas, evitándose el que por precipitacion, ó por mal fundadas pre. venciones se contraríe ó se desconcierte el mas bello sistema de ~ una union polúiéa i de fraternitlad na:: ional que ha podido formarse en los siglos de la civilizacion. Haciendo pues uso de aqueIl0s datos jenerales que nos ha sido permitido tomar de un orijen seguro, iniciarémos esa discusion que ha de tener en los grandes destinos de la Amé. rica Española la mas poderosa influencia, cuya estension no es f.icil alcanzar á prever. Llamamos con encarecimiento la atencion de los hombres de estado i de los escritores públicos á los puntos de que nos ocu parémos en una serie de artí-culos que nos proponemos publicar, i que procurarémos escribir de la manera mas concisa posible para no salir de nuestro o bjeto, que es el de fijar las c.uestiones i apuntar las razones principales que pueden servir de punto de partida para la discusion . Algunas publicaciones ha hecho ya la prensa impugnando la Confederacion i el Congreso Americano; pero nos abste­n ernos de empezar por su contestacion, porque las conside­famos fuera de la cue~tion. La Confederacion de las Repúblicas Hispano-americanas i el Cong reso de sus Plenipotenciarios, -segun han sido proyectados por los Gobiernos de dichas Repú blicas, y segun las bases formuladas en los tratados, no son lo que se han imajinado los escritores, que con mejor celo que fundamento se propusieron combatirlos antes que cono· cerlos Esperamos que presentándose los objetos bajo su verdadero punto de vista, como nos proponemosJ hacerlo, cam­biarán mucho las opiniones que sobre ellos se habian formado . ARTÍCULO SEGUNDO. Objetos de la Co~rederacion A1nerican~ . En la primera época en que se trató de la union de los Estados Hispano-americanos por medio de un Congreso de sus Plenipotenciarios, se habló de una manera absoluta sobre esta union, i el mismo Congreso reunido en Panamá acordó una alian,sa ofensiva i dejensiva para sostener la Independencia i Sobe­ranía de tas Repúblicas confederadas i a.'iegurar los goces de una paz inalterable, sin de terminar casos, ni calificar motivos. Semejante alianza absoluta, obligatoria aún en toda ocasion injustificable, por mas que respetemos á sus autores. debemos decir, que en nu.estro concepto, era un absurdo; j por cierto que no deben tenerse por caprichosas ó antipatrióticas las opiniones que se opusieran a la realizacion de ese proyecto, concebido con las mas elevauas miras, pero con demasiada latitud, i si nos es permitido decirlo, en la ceguedad del entusiasmo, no ménos "1 debe ser persona de influjo el} su canton, podemos contar con las elecciones en él. l! na ~osa pa recida le ha pasado á algun preconizador cuervlsta, 1 al e ncon trarse los dos antagonistas, quisiera cada uno decirle al otro: tu bando está perdido, yo acabo de obtener una ve ntaj a inmensa. Sinembargo, ninguno se atreye a tocar­la cuestion, temiendo empeñar una acalorada r ey erta que dé en tierra con su antigua amistad. Pero ya que no con la lengua. con 10.:\ ojos al ménos i el semblante procura cada cual particip?r al otro su triunfo. Vuelv en por la noche á su ca~a i despues de re correr la Ji ta de sujetos influyentes que com() Juan Rivera,creen tener ocupados trabajando por su candidato,se acuestan satisfechos i duermen tranquilos seguros de la victoria. Un conservador no desciende á ocuparse de Senadores i R e presentantes, con' tener su candidato p~ra la Presidencia uasta i sobra ¿ qué importa que los progresistas ganen las el ecc.iones de Senadores i Representantes, i tengan mayoría en las Cámaras para perfeccionar la el eccion en su candidato,. y hacer todo lo que les dé la gana? Lo importante es llevarle la contraria a los cuervistas si uno es gorista, i viceversa' y así de los demas. . ' Otra de las cosas en que todo conservador pone especial (uidado es en tener su lista propia de electores, hecha por él solo, en la que no haya otras personas que aquellas que a él personalmente le gusten. ¡Cómo habia de votar él por Don P. que le ganó un pleito a su abuela; ó por Don R. qUQ no quiso fiarlo en una ocasion! Bueno serí,a eso. ¡Acaso: un conservador vota con el fin de que salgan para electores del distrito suj etos de su partido? No, señores, el voto de un conservador es un cariño que él hace a las personas que ama. De suerte que si fuera pennitido votar por las mujeres, en el rejistro de elecciones podria tomarse razon de los amores de cada conservador. Acabaremos este articulo recomendando a Jos co vadores. que si tienen la mala intencion de ganar las eleccione 10 que nosotros nf) creemos, no necesitan para ello otra que continuar en el plan prudente, previsivo i persevera que hasta ahora han seguido: cada uno debe tener su calldi .. dato aparte para la Presidencia; no meterse para nada en las elecciones parroquiales; dejar a esos progresistas que se amuelen trabajando ellos solos; en ningun caso votar por la lista del partido, porque eso. huele a confabulaciones, sino hacer su lista propia; pues cuantas mas sean las listas mayor- sera el número de individuos que tengan aunque sea un voto en E'l rejistro, j, con esto dejarán aturdidos a los progresistas viendo que si ellos ganaron las elecciones no fué porque en el partido conservador faltaran individuos que pudieran ser electores: si por alguna equivocacion resultaren en algu parte dos ó mas el ectores Conservadores, lo. primeru es cada uno haga su lista distinta de Senadores i Representant pues DO 'debe olvidarse que solo> ha de tener presentes dos cosas: la primera dar con su voto una prueba de cariño á su primo, á su compadr ' ó a su amigo; i 1 segunda probades a 108 progre sl~tas que en el pal-titlo Conservador hai gran copia de personas por quienes puede votarse .. BogOhi 5 de junio de 1840. lmprfJma de' J .. A. Cualla. .. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

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El Nacional - N. 4

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