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Fecha:
15/10/1856
PERIÓDICO LITERARIO, CIENTIFICO 1 NOTICIOSO.
NUM. 17. Bogota, 1o de octubre ele 18o6 SEMEST. l.o
LA mooA.
(Continuaci:on.) 1
imp01·tn que los mas bellos i útiles descubrimieutos
hayan brotado casi siempre de pobr·es i desmanteladas
·tviendas, como la luz que brota del áspero
Hénos ott·a vez en el observatorio que 1mproYi· 1 pedemal sepultado en las entrañas de la tierra; no
samos hace quince dias par·a los lectores de El Al- importa que los grandes criminales i las mas faburn,
con el c01·azon anhelante i los ojos fijos, sin 1 mosas asociaciones de caballet·os de industria hayan
pestañear siquiera, sobre los lentes que reflejan la vestido a la última i bebido los mejores vinos: es
brillante luz de este cielo mas bello que el de la preciso seguir adelante, porque somos amigos de
lan- l\1as ántes de dejar a estas adorables hija~ de'
qnizca mm:elina, estaba mas bella que t\n ánjcl, ~ la ~Joda, set·ia preciso observal'las en las funciones
eclipsaba con su hermosura las tllZH1> de jÚmines ~ relijiosas con sus sayas i mantillas ya de merino,
que la circnnclaban, i nos hacia temhlar, perque te-~ ya de seda, ya de blando i luciente tevciopelo. Tam-miilrnos
que de un momento a otro se eleyase al bien se'rá preciso verlas cuando sobre el lomo de
cielo ...... , tijiles í robustos corceles recorren los campos cit·-
Baste ya <.le pruebas i digamos redondamente ~ cunvccin(}S, t•ijiemlo blandamente las bt·idas con la
que sí hai moclas en la Kuc\a Grannda i que el cstn-'¡ altivez de una amazona, bellas como las flores que·
dio de e5tns debe llanuu· altamente In atencion de ~ él casco de sus cnballos medic-dotla al pasat', puras·
los cui'iosos i aficionados. Que prcpm·en pues los como la brisa impregnada de aromas que ajita sus
poE>tns sus lin"\s para pintamos ru d ·licio~as leyen- cabel!o:; i hace ondular el velillo de seda verde des-que
los pintores mnti7,en sus paletas i los litógrafos !)l'illanclo dos ojos ·como lucientes diamantes. Re-dns
a sus lwroes i heroínas ve .. tidos naciona!mentc,
1
> prendido sobre el rostt·o i al tt·aves del cual se ven
prepm·en sus lúpices. Entretanto nosott·os queremos rordamos haber visto con mucha complacencia a
dh ertirnos un rato, quert'mos segnil· con los ojos ~, una graciosa rubia domeñando un fogoso rucio de·
fijos sobre el lente. las ¡.¡raderas de Sogamoso: las ricas tt·enzas de oro
Hicos i vastos cdifleios ele modistas em·opens, brillaj')an soLt·e ~1 fondo azul de su vestido, como
espléuóidos bazares de Oriente, puertos cubiertos ~ los lampos del meteoro que se denama sobre el
cnn la gala i 1 iqurza de cien pueblos lejanos, oh~ ~ azul de lo- tirios.
i. <'ada casa no es aquí un taller i toclo vicho feme- rena que, en los primeros dias tle su luna de miel,
Tlacla de eso eucontramos ntJllÍ. Pet·o qué impo1·ta,
1
1:\o nos sucedió lo mbmo con una picante mo-nin6
una modista Y Cuando ciet'to munnut·to, dulce volaba en ·un rápigré como f pilwt·o. Nosotros, entusiastas por el campo, deseanel
rümot· del ngua entre la yE>t'ba, ommcic· una ter- ~ silbamos a la sazon hajo los úrboles qlle sombrean
tulia casem, una boda (aunque esto sucede solo pot· ~ una de aquellas Quintas. Llena la imajinacíon de
muet·te de obispo; un soirée, un concierto musi- ~ recuerdos é imitjenes fant:ístieas, i el co1·azon hencal.
..... penPtt·ad alt·ecinto de las \ írjelles i las ve- ~ chido uc arnot· i de esperanzas, trazabamos en Id
reis ancglándosc sus lujosos .opajl'll pat'a lueit· ¡ cartera algunas líuens- íntimas emanaciones del
hien pronto la ~lwltez dt'l talle i la pulrt·itud de 1 alma,quc es preciso desgat·t·aral instante,ántes de que
sus formas, como e~ pnujil que en ra espesut·a del llas toque el soplo de la realidad. Al alzat· los ojos
árbol pule i alba su divino plunwje pnt·a snlir a la dhisamos entrP- una nube de polvo; el ait·e habia
volnr en una atmósfera pUI'ísima i embalsamada. eclu,do atras su linda corrosca de la Mesa; así es
Sigámo:;lus. . : que el t'ostt·o i todo el cue•·p() se veían· místet·iosa-
La música ha comenzado a de1·rama.r tonen tes mente envueltos en un saco color de café. Es preciso
de poesía i de dulzura sobre los corazones, la ilnsion confesarlo: en aquel momento cr·eímos ver realizado
i el contento han esparcido tm aire de felicidad,.una algun tanto el sueño de Zol'l'ila en l\IAllGARITA LA
lumbre divina que e confunde con el brillo de TORNE.HA. Alguna madre Carmelita salvando los·
cien luzes, i la belleza marcha con la f1·ente erguí- mmos del convento iba en pt·ecipitada fuga con su
da i el cot·azon palpitante en medio de caballe¡·os, amante. ¡Tanto hace J¡¡ va·riedad í gusto en el vestir!
(Continuara.)
Rela.cion de un 1'ia.je
que la compt·enden i la saben estimar.JAquella es
una sociedad eseojida; nuestm Patria pnrde ocupar
un pue ,to entre las naciones civilizadas: pot·que
ciertamente, .sean 'cnales fueren los incmweniente·s
del lujo, éste marcha siempre a la pnr de la ci\ 1~ Jizacion. POR LAS PfiO\'IXGJAS OEL NORTE DE LA r\ EVA: GRANADA',
Los salones de In capital ostentan en ·Jos dias (Continuacion.)
de •~egocijo lujo i esquisito gnsto., No quiet·e decit· Re!leren que un Gobernador en tiempos pasados,
esto que deje de preseutm·se alguna damisela con decía sencillamente hablando de Pamplona, que las
sus .colgajos i eo~otiues,lo mismo que t~lgnn dnncly- do cosas buenas que tenia eran la entrada i la sag•
·a.Jo con los ex o treos· a domos del pavo real. Pet·o lid a; · pero se equivocaba mni mucho el buen homen
cambio mii'ULl ese eo1·o de infantiles Yírj~.:ne-s - bte en su cxa,ierado concepto. Queda la antigua
lazon u e rosas brotíldas a lüs orillas del Fuma, con ciudad de Pamplóna, fundada por Diego de Ursúa en
sn~ ojuelos de fuPgo, t·on sus labios de púrpul'a ~ 1049, en una hoya qne forman cuatro cerros; casi
or~entnl, con sus redondos bt·azos, con sus talles 1 iguales, i sobre un Hano como ele media legua cua-sonados
por e~ mismo Mahoma .... Mirad las t'U:111do dratla, corto en verdád pero mui risueño a la vista .
• Yan a presencwr los sublimes arranques dd jenio, El Hano est.i en declive i la cmdad es simétrica,
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL ALBUM. ·
.COn todas sus calles tiradas a cordel. Las casas son ,~ - aunque no tiene mas que dos cátedras, marcha con
de teja, i las iglesias con vistosos campanarios, i órden, i el R. Obispo trabaja con algun éxito en el -
tel humo que se levanta de las chimeneas, i la niebla de ordenandos.
sempiterna que romve el sol a duras penas, dan a 1 La sociedad escojida de Pamplona, bien que cir-aquella
escena un aire especial, i un claro oscuro cunscrita a pcq~teño número, en poco se diferencia
.que embellece el cuadro. Así es que, vista la ciudad
1
de la de Bogok1. El mismo gusto en el vestir, las
(cuando puede verse, que no es cosa de todo los mismas modas, la misma urbanidad i la misma afi¡
dias) desde el camino que viene por uno de los cion por la música, i por las grandes obras de la Ji- -
cerros que ta dominan, se presenta tan a~raeiada 1 teratura contemporánea. «Los Misterios de París,» ,
como pocas de la Nuevañía de Je::;us, es sin disputa de los mejore s, cual Socorro, tomando con algunos buenos amrgos el cas~
s vestijios lo manifiestan, apcsar del trascmso del $ mino de 1\Iutízcna. Lo que se observa primera:
trempo que todo lo gasta i de los tefl'emotos que ~ mente es la pequeña cascada formada por el Zuliatodo
lo arruinan. La iglesia del monasterio de Santa· ~ todavía niño, que se des peña en un sitio lleno de
Clara, que es la mas rica joya de la ciudad, tiene ~· rocas que demora a una milla de Pamplona. Las
!una portada de esqui~ito trabajo, i que solo puede aguas vivifican los pai s:~jes, i una cascacla es mui
compararse con la de la capilla del Sagrario de bella, cuando no es copioso todavía el raudal que
Bogotfi. Del mismo gusto, aunque no tan bien ta- ~ la forma; grande i térrifica, si son caudalosos rios
liada. la píe1lr·a, son las de la Catedrál i Sanlo ~ los que se abalanzan con furia a esos ahi::;mos ahuepommgo.
. Hai algunas casas -ólitlas, espac.iosas i 1 ca dos por el trabajo ue los siglos en las entrañas
tle bastante comodidad. Las canes est~m mui bien de la tierra .
.empedradas; pero todas cubiertas de grama, pues Nunca olvidaré la alegre noche que pasé en :Mu-se
ha prohibiuo por la Cámara de proviocia que ~ tízcua, panoquia de nué\'a ereccion, i que recoi'-
~e les quite la yerba; de modo c¡ue el rocío del cielo da!'á a la posteridad el nombre de l\Jútiz. ·
~.el decrgto úe la Cámara, concuniendo al mismo Habiéndome separado allí de mi s compañeros seguí
11~, auxilian mutuamente el crecimiento de la grama ~ solo i t1·iste por el p:iramo de Tona, con un remussJemprc
verde que, como una alromhra de Persia, ~ guillo penet1·ante i yiendo a uno i otro lado aquellas
cub~e calles i r!aza~. Sin embargo de e~o , ~o. es ~ árida.:; cul~lhr·cs de la cordillera, sin una casa donde
l
·ot~as cosas !J.uena.s que ofrece al viajero, siendo la
1
escojer el sitio . mas Jaño:o ·para l~ salud, deJanclo
pr1mera el cordial i sincero trato de sus habitan- a pocas cuadras una esplanada sufic1cnte para haber
~es .. Adcn¡~s, allí se come el mejor pan de harina edillcado en ella, no uno, sino cu:1t~o puehlos tan
de tngo, sm VJUál en las provmcias del interior; i 1 miserables como el de Tona. Lasttn~a cansa Yer a
se. toma buen choCI)late, flel cacao ele lo~ valles de sus habitantes: el que no tiene coto ttcne llaga-, al
Cuc~ta; se !Jebe agua delgada i suaví ima de las que le faltan tiene cárate, el que c_arece de tales ~lovertientes
del . ~amplonita, que entra luego e~ el ¡ lencias cst~í hidrópiro, i el m a::; biCn parado, vtvc
caudaloc:;o Zulla, fuma 3e escelentc tabaco de Jiron- constantemente enfermo. .
en. fi~, bai tambien buena mesa, buena cama, i lo ' Con el alma aliviada .• a proporcion que me aleJa-pru;¡,
ctpa~, gue es el-_cariño i el bu~n m.odo. . ~a de Tona, llegué a _la Ceja, que es una ler~gua de
La cm dad, que ttene como , set~ mtl habttantes, tierra por donde se va paru nucar~mang~, deJando a
a~nque el censo de poblacion de i813 le a ·igna un 1 derecha e izqUierda cenos mm semepntes, lle~
umero men_or, es silla episcopal; i por estar encla- . vando un camino que desfila por e_l lado de otro
vada en medio de la cordillera, es al presente un ~ cerro, i goz::tndo del bello punto de vrsta que ofrece
h~gar muerto para el comercio. Su riqueza le pro- ~ la estensa llanura poblada por los tres cantones
vmo, en mejores 'tiempos, del laboréo de la minas ~ de Bucaramanga, Ji ron i Piecuesta. ¡Como que se
de oro de] Baja i yetas, cuyos productos recoje ensancha i respira con libertad el pecho. al sahr de
~hora en silencio una compañía inglesa, pa acta ya una tierra montuosa i c¡uelm1da! Contrtlmye a e~to
la época en que las grandes sumas que, por sus 1 tarnbien la variacion de la temperatura; porq1~e el
derechos fiscales, se remitían al Rei de España calor todo lo anima i el cielo de nuestra zona mteranua_
lme~te, eran rectbidas con repiques de campa- tropical se clarifica en los climas t~~plados. El
nas 1 _baJo vara de palio; i la de esos convites sun- ~ de Bucaramanga, segun afirm~n los vta)_eros, no se
tuo~ístmos en que, para echar el resto, se servían J diferencia mucho del hermoso ctclo de Ita Ita. A~1la~ra~
cettunas de oro, segun refiel'C su anligua leyenda., da mi mula al pié de un frondoso rauc.ho, s.t~vrén-
A las escuelas se les ha dado un grande impul- . dome de mesa un gran tronco que ~1abta ~lh Junto,
;:;o, despues de la instalacion de la normal; el colejio, teniendo frente por frente la magmnca escer.a que
• < •
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
~~MfmJe~j({rtooo.ter~i~eomiotdú>l~o\et ~Unotare émremafubbatiiliOai>va:bomkmpcoiDsmlpt~b
~ d 1.· Mm. ll ~n~Jtítl dtJd<61 mrnlnBOTls ~Qasp dloQlftiD«tll.'ñ0~2i lrefun
o&~r .. 1§0 ~.c~r.oeU~J~03 v 'il _._Nti(Jonuib""w.n .... to ... ~¡;:fothJsJ:¡abemtniiO i3b"'lamo
~MiíW\~CIU.O~~.,OIJ\~rolla 6 eotmii!IJJID) pul .... u.u¡ .., ~~~·....., "1......, .,
un gastrónomo retinado senan .~si Dlffi'o ~~tá~ dnúl&emitjdo ~ &!Jb ~lsb m ,eliJa _ &I- t)Ú o1tx 8?. oa _J,_JP ojn&J
~a~ tWlt)u~ ~-&rn~mtdogto~p~ Qb 1 -ff!.&:> o (U3 .cr;~CQSJUII .. Dfs_dT~¡Jf. r,J3~ rno1 J
.BooftratnO.~lhtil rltl mism~~sfll ~dfi:-la 'ltnsñíll'lpH611 1 r.bJ&3 El 2S C203 .GÓ~~NtiliJI\G~ b9(1 01/IG 1 011.Cfi &O
en que lo fué el grande hombre de la América llel l En la nochebuena los buñuelos eran el emblema
Sur, ni_ haber escrito varios_de .estos apun~e~ sobre de la época, i los hacendados de tierra caliente se
la pr~p1a mesa en que trabajab~ el secretan o )ene_ral hacian un deber en mandar ~l regalo del melado a
del Ltb~rtador, durante la reum~n de l~ -co~vencw_n 1 sus amigos, regalo que no baJaba de un ZUI'ron para
de Ocana; pero sí me fue sattsfactorw otr refenr cada casa i a los conventos mandab~n dos o tres
algunas anécdotas que pintan el caracter de Bolívar, cargas.
porque llevan como impreso el sello de su jén~o. Las misas de aguinaldo, los pesebres, los baile-
El circuito de Jiron presenta muchas ventaJas citos, los buñuelos i empanadas llenaban la época
para la vida. Aparte de la buena temperatura que que concluía con la misa ae gallo el dia de pascua i
en todo él se disfruta, hai algun movimiento en la seguía el apéndice hasta el de Reyes que era el gran
agricultura i la industria, por los muchos brazos que $ dia de las fiestas de Ejipto. Pero los pesebres sobre
se ocupan en la siembra del tabaco, i en tejer som- 1 todo, era lo que mas fijaba la atencion. Casi no habreros
que se e~portan con ventaja por el puerto bia ca:;a en donde no pusieran pesebre, i en esto
de Cañaverale~. Gózase ademas en Bucaramanga había cierta competencia que los hacia notables calla
de una sociedad distin~uida, compuesta de las fami- t año por alguna nueva idea; aunque no como la idea
lias principales' de alh, i de las de los mini tros del l nueva de ahora. Rabia entre los maestros de ofi •
Tribunal de Guanentá. Las señoritas reunén a sus
1
cios i principalmente entre los sa:;tres, ciertos vagracias
personales, el desembarazo propio de los ron es eruditos que lo entendían para poner peseclimas
templados. Tuve ocasion de conocerlas a bres i bosques; i nótese de paso que los sastres
toda i de tratar a muchas, con motivo lle las fun- 1 siempre han sido eruuitos entre nosotros. Estos vaciones
de equitacion que daba un inglesote con su rones eran llamados por las Señoras de las casas
caballo Adonis i u 1\ladama Elisa. para que les pusieran el pesebre, i ellos despues de
. No pu_edo P?Sar mas adcl<~nte e~ esta m~l . zur-¡ dejarse ~ogar _un poco para hacer mas recomeod~·
ctda relac10u, sm volver lo OJO há cta lo marJ enes ble su ctencia 1ban a poner el pe ebre. Se les poma
frondo o del rio Suratá, recordando un delicioso a su di ·posicion la pieza, el laurel, lo monos, las
Jlaseo a t¡ue tuvieron la bondad de invitarme algu- ~ co. ncl1as, caracoles, chochos i casitas de carton para
nas .eñoras de Bucaramanga. l qu e forma rn aquel nuevo mnndo que debia pre ...
Caminando por una llanura mui grata a la vista, l sentarse a las miradas de todos. Ellos empezaban
llegué al pueblo de la Florilla, que ll eva tan bello por poner el portal, i dcspues siguiendo el hilo de
nombre en todo rigor de justicia. ¡ Válgame Dios! su hi8tona, di. ponían lo demas por un órden crono·
¡ ~ué bosquectllos tan ~intore cos! ¡qué abuntlan-~lójico tan ajustado, que, muchas veces aliado de l_a
cta de aguas! ¡qué neos pa tos! I despue , el ca::-a de Herodes se veía una grtlta con stL hermtpu
eblo ¡ qué arre glado, wn su primorosa Iglesia! taño rezando el rosario ante el Crucifijo: mas allá
i sus casas en corto número ¡ qué grandes i que l se veía una venta de indio en chirriadera i un cabien
edificadas! Están zanjallos los cimientos, i puchino bailando con los hábitos arremangados: desaun
levantadas algunas paredes, para el edificio del ~ pues un batallon de soldados vestidos a la francesa
colejio que deber;ctmfro'tasas~~dtupnr>[tH!nt imJ CIQIIllemes db .linm}Aijotli~fiJJfl~;íf~e~rm
amlt.ifr:Kl tmlsjeotti>qirro~objiirm'EalBb ~.mru~trl! ~o iatü~. nEnsa obsnils1 omono1J 2r.-a nu
ilaa hve~JpmlicgnllillaSls ~Jipntulja~ndautoouBe~ t:nrJ Erai1Jr:Jiltiéll$ctmt(l~ ~i).aS lsoit~ ~1~mfi1ID1i~1~e~ i la mt a de .gallo _Ir ¡~é. ttpl.es! i ~~é batl~- ~ pra~ trajes i despu~s andar. directo¡· del Observatorio
de Romn, ha hecho cspel'imentos dague~
l'reottpicos de la lnna, i remi~ido a la Acadt>mia una
fotogt·afia del cráter copérnico. Este cráter pat·ece
estar rodeado de montañas, su interiot· pt·esenta
unn triple cintura de rocas i ofrece una t1t·an se~
mejanza con los alrededores volcánicos de Roma.
-Hace dos o tres aüos que 'he en la calle de
Sev1·es, en una de las casas Yecinas a Jos Boulemres
un jó,en Polaco, estudiante de medicina, que a
cau~a de "'lS costumbres casi misteriosns, es para
las JPntes de aquel barrio una especie de Ruwrieri o
Nicolas l<'lamel. ~
Todo rl n;istrrio de su vida es bien fácil de esplicarse:
es pobt·e i nma las cien<'ras· dos motivos
pat·a viYir oseura i misteriosamente. '
Como quiera que sea, \Yenceslno K. tiene la reputacion
de un viejo mago, aunque nada de esto
tiene i es, por otra parte, mui jóven. Se le cree
poseedor de filt•·os mas o ménos sec1·etos, mas o
ménos. maraYíl.losos; i desde un dia rdersr. en el mar,
Ail .... se arrastraba lenta por el SUPlo,
Pero despues el témpano de hielo
Detuvo su raudal.
$í. yo quise volat· a ot1·as rejioncs,
1 lleno de esperanza i de ilusiones
J,a ca1Tera emptendi;
Pero la cmel i triste intliferenda
Fué el témpano de nieve ('ll mi cxistcnc:üt
I el ala rccojL
Pl'ro cual cede endurecido hielo
Cuando brilla en mitad del alto cielo
Un sol abra ador,
Así la índiferenci· maldecida
Cedió, <·unndo al principio de mi vida
Brilló tu puro amor. '
Mira f'n mitad de la á1·icla llanura
Un árbol despojado de verdura
Que el invierno mató;
Guarda la sávia en el robusto tronco,
I aunque el helado cierzo muje ronco
Ni una hoja arrebató.
- E1·an las ilusiones la verdura
Que recubrían un alma blanca i pura
Que el ciclo al mundo dió;
Pero se huyeron del vivir las hojas
Al soplo del pcsnr i las congojas,
1 el alma se dobló.
Pero vino despues la primavera
1 el á'rbol en mitad de la pradera
Ostenta su ve:rdor.
Cunnilo en mi pecho ardieron las pasiones
Volví a tener divinas ilusiones
Cuando senlÍ tu amor!
Vida diste a la pobre florecilla
Que se incliMba tímida rn la orilla
De estancado raudal;
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
52 ELALBUM.
Tú diste curso a la ambi'ciosa fuente
Que vino a ser magnífico torrente
1 se perdió eri el mar;
Trocaste el arenal en blanda alfombra.
I hoi goza la avecilla dulce somb1'a
I canta en ol nopal;
1 yo te miro a tí mi ánjel clemente
Cual mim auda¿ al sol con ojo ardiente.
El águila caudal.
Gracias, mil gracias ánjel de la vida
Que donde quiera que el placer se anid?o
Te dejas conoce~; ·
1 ln1ye velo.r la pena i el quebranto~
I sucede al dolor i al crudo llanto
La risa i el placer.
Te da natura su celeste arrullo,
El arroyo te brinda su murmullo
1 p erfume la flor;
1 yo que alzo hasta tí mi pobre frente
Solo ofrendo a tus pies humildemente
El mundo de mi amor 1
Octubre 3 de 1856.
A BELTONIA·
· Adio&, edad primera,
Delllsima estacion de los a'llores 1
f'l'iiz pero lijera
Pasas con tus encílntos i tus llores.
14· G. M.
l.
No me ames tú, porque la suerte mía
Cual redo vendaba! que el árbol troncha,
Combatiendo implacable mi existenci;l
De sus galas mejores la despoja,
De los vrimPrOS goces de la vida
<.lné(lame solo pálida memoria
1 la ilusion de los primeros años
Ante nlis ojos lánguida se borra.
La delirada flor de la ioorcnria ·
En el al m.'\ abatida ya no arroja
Su esencia pura, sin la cual el mundo
Solo aparece despreciable e coria.
1\lis cr~encias, mi fé ! como al reflejo
De una lámpara débil que se agota
Yarilan ya, dejandc con la duda
Para mayor tormento, su memoria.
Era el alma} Beltonia, en otro tiempo
Cual de Un jardín el delicado aroma,
Cual esos copos de flotante espuma
Q.ue en sus orillas el arroyo forma.
1 cual del viento las batientes olas
Ese perfume delicioso roban,
Como la espuma se de~ hace al cabo
Con el furor de las revultas ondas;
~Así, temprano el infortunio impio
El santuario del alma en mala horll
Profanó, marchitando para siempre
De su candor la virjinal corona.
Ai 1 desde entónces por !lJÍ mente cruz~
El triste pensamiento que me agobia:
•·La dicha 'CS la mentira} i es sin ella
El mundo solo despreciable escoria. u
Ai! desd e entónces al travez del velo
Que el falso altar de la ilusion adorna,
Solo miro un desierto do mis ojos .
Se fijan, buscan. i cansados tornan
Su mirada a otro lado, pues no encuentran.
Tras él ya nunca la soñada gloria 1
Oh! gloria, gloria! que tan largo tiempo
Te invoqué en mi ambician hora tras hora1
Dónde brilla tu luz para encontrarla 1
En dónde está tu espléndida corona 1
Nube dorada que con¡; tan te jira
De áspera altura en la elevada Zpna;
l\'I¡¡ga que habita en el confin Incierto
D~t imajinario cdcn, esa eres, gloria/
1 quién te alcanza 1 quien para sus si_eD!lB
Feliz el lauro ambicionado logra 1
Quien, si divisa tu variada huella
Llega seguro a coronar su obra 1
El martirio de Sísro fué ménos
Alzandq siempr~ su pesada roca,
1
1
Que el tormento. de un alma enardecida
Que no te encuentra, oh maga, i te ambidona,
Gloria i amor t los hlolos del alma !
De un sueño encantador pérfidas sombras!
Como mentira. el cora.zon os busca.
Cual realidad faná~ico os adora.
Ambician! ambician ! supremo a\ientQ
Del ardoroso cm·a zon l sofoca
'l'u fuego dcvorante, o por mi senda
Condúc~me ¡¡ \!Sa maga encantadora.
Y o scgQire tu impulso, mas si {ti cabQ
Vanamente disípanse mis horas,
1 si cual el amor solo me dejas
L~grimas i pesares i ,?:O,?:obras;
Aléjate de mí, porque bastante
L::t suerte ha sido para mí enojosa!
Aléjate de mí, porque con ella
Luchar mi voluntud bien puede sola.
As't, no me (\mes tú, niña, querida,
Ya ves m·is sueños cómo se desdoran¡
1 en la luclla funesta en que me ajito
Puedo perder mis esperanzas todas.
II.
P ero escucha, Beltonia, si en mi mente
Surje del desemgaño el pensamiento¡
Si mis creencias i mi fe vacilan
l anastro triste mi cansado CQerpo;
Si no halagan el alma los en<'antos
Que ostenta el mundo, cual en otro tiempo;
Si el envidiable don de la inocencia
:1'.0 l:'jerce sobre 111Í su dulte imperio;
¡Uai en mi ser inasotablc un jérmen,
Hai, niiia queridísima, en mi pecho,
Una' irtud q\lC no corrompe el mundo 1
La fu f· nte divinal de l sentimiento!
Aqui tiene su oi'Íjen, viva i pum
Mi ardiente corazon tiene por lecho,
I vivifica siempre mi existencia
1 con su iuflnjo nunca desfallezco.
Es la ternura t:l don inapreciable
Que al Jll'cho humano concediera el ciclo,
Que iguala ron los ánjeles al hombre
Porque E:s de Dios el inmortal aliento
Este es el rico, sin igual tesoro
Que guarda el rorazon· ton embeles'o,
Como guarda la flor su dulce aromu,
Cual una vírjPn su primer deseo.-
Como el arbusto que escapó del rayQ
Luce en mitad del 4rido desierto,
Así en la tempestad de la c:¡¡istencia
Salvé mi corazon amante i tierno.
Preciosísima prenda! de ti digna,
Pues con mi corazon yo te comprendo:
En él refleja dulce hl mirada,
En él resuena plácido tu acento.
Ama mi corazon, niñaquerida,
Ya ves cuan pocos deben ser sus sueños
Que si un infierno en mi cabeza et1c1,1entras 1
Aquí en mi corazon hallas un cielo.
Como el ave que huye a la borrasca
Buscando alivio en clímas estranjeros,
Halla quizá para formar su nido
Flores mas bellas que en an antiguo suelo¡
No de otra suerte t4, bella paloma,
Huye de mi ajitado Eensnmiento:
I ven al corazon ét refujiarté
Pues él responderá fiel a tu anbeio.
1!1ARIANO G :MJU!RIQuE ,
Bogotá 12 de setiembre de 1856.
LlTOGRAFIA
DE
GOMEZ 1 BOUL TRONE.
Carrera de Venezuela ea \le 2. a número 56.
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Ejecutan toda clase de retratos desde los de un peque.,
ño tamaño hasta los de Qn tamaño natqral: mapas corográficos,
paisaje, música, boletas de toda clase etc.
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En el mismo Establecimiento se gravan lápidas sepul~
erales, sellos i cifras en cobre i en mader~ etc.
Exactit1,1d i ¡¡recios cómodos.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente:
Biblioteca Virtual Banco de la República
Tipo de contenido:
Prensa