Por:
Germán. Ferro Medina
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Fecha:
1960
No sólo son los Cerros Orientales y los humedales los protagonistas del paisaje natural de Bogotá. Entre sus calles, alrededor de soberbias edificaciones, como acompañantes singulares de los peatones, en medio del caos y los distintos tipos de contaminación, sobreviven numerosos árboles, seres que si bien no hablan, viven, que, aunque no se desplazan, sí propician traslado y movimiento en el flujo de las memorias de quienes los contemplan. Son elementos patrimoniales por excelencia.
Inobjetable entonces la importancia de una publicación que reproduzca imágenes de los árboles de Bogotá, inscribiendo relatos de ciudadanos con respecto a aquellos y llamando la atención sobre la relevancia que éstos, desparramados a lo largo y ancho de la geografía de la capital, tienen en términos de memoria viva, de sentido patrimonial. Esa es la riqueza contenida en Árboles Ciudadanos, en la memoria y en el paisaje cultural de Bogotá.
Un texto imprescindible en la tarea del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural por fomentar y robustecer la identidad de los capitalinos hacia su ciudad, una publicación que es resultado “en gran parte de la experiencia acumulada de importantes instituciones y especialistas que durante años han estudiado, reseñado e inventariado la flora del altiplano cundiboyacense, la Sabana de Bogotá y en particular, la ciudad”.
Un elevado número de los árboles bogotanos aún permanece en donde fueron sembrados hace años; a ellos hay que protegerlos, otros ya no están físicamente, pues sucumbieron por cuenta del avance urbano, convirtiéndose en víctimas de la arremetida de cemento, pero sobreviven en la memoria y nunca dejarán de estarlo, a éstos debemos rememorarlos. En ambas tareas (concienciar y generar memoria) esta publicación es una fuente documental clave para su consecución.