Por:
León Deneb
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Fecha:
2001
"Todo lo transitorio es solamente un símbolo." El hombre no quiere símbolos, pero esto sólo puede ser verdad en quien no desea nada: el espíritu que agoniza cargado de idolatrías. Los símbolos unen lo disperso, acercan lo trascendente, colman los ritos, dan sentido a los gestos y significado a las palabras, configuran lo invisible, poetizan lo caduco, materializan lo eterno, identifican lo desconocido, subliman lo humilde. Sólo suplican que el hombre tenga la mirada limpia y el espíritu atento para que los pueda reconocer. Si el hombre se escuda con la superstición de la facilidad, empezará a confundir el símbolo con el signo, el emblema, la imagen, la alegoría, la figura, la metáfora, el atributo, la impresa o el apólogo.