Por:
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Fecha:
26/05/2019
Foto: Terry Vaught
PAUL BROCK BAND
música tradicional irlandesa (Irlanda)
Lunes 10 de junio de 2019 · 7:00 p.m.
Pasto, Centro cultural Leopoldo López Álvarez del Banco de la República
PULEP: LCW664
Miércoles 12 de junio de 2019 · 7:15 p.m.
Bucaramanga, Auditorio Luis A. Calvo de la Universidad Industrial de Santander
PULEP: GVS739
Viernes 14 de junio de 2019 · 7:00 p.m.
Cúcuta, Sala Múltiple Centro Cultural del Banco de la República
PULEP: XWL262
Domingo 16 de junio de 2019 · 11:00 a.m.
Bogotá, Sala de Conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango
PULEP: QGI573
Temporada Nacional de Conciertos Banco de la República 2019
MÚSICA Y MÚSICOS DE LATINOAMÉRICA Y DEL MUNDO
TOME NOTA
Los conciertos iniciarán exactamente a la hora indicada en los avisos de prensa y en
el programa de mano. Llegar con media hora de antelación le permitirá ingresar al
concierto con tranquilidad y disfrutarlo en su totalidad.
Si al momento de llegar al concierto éste ya ha iniciado, el personal del auditorio
le indicará el momento adecuado para ingresar a la sala de acuerdo con las
recomendaciones dadas por los artistas que están en escena. Tenga en cuenta que
en algunos conciertos, debido al programa y a los requerimientos de los artistas, no
estará permitido el ingreso a la sala una vez el concierto haya iniciado.
Agradecemos se abstenga de consumir comidas y bebidas, o fumar durante el
concierto con el fin de garantizar un ambiente adecuado tanto para el público como
para los artistas.
Un ambiente silencioso es propicio para disfrutar la música. Durante el transcurso
del concierto, por favor mantenga apagados sus equipos electrónicos, incluyendo
teléfonos celulares, buscapersonas y alarmas de reloj.
Por respeto a los derechos de autor de los compositores e intérpretes, no está
permitido realizar grabaciones de audio o video ni tomar fotografías durante el
concierto.
Los artistas interesados en presentar una propuesta de concierto pueden visitar el
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en el que encontrarán información pormenorizada acerca de este proceso.
Si desea recibir información sobre la actividad cultural del Banco de la República
ingrese al siguiente enlace www.banrepcultural.org/servicios/listas-de-correo y
suscríbase a las listas de correo de su preferencia.
Para remitir al Banco de la República sus solicitudes de información, peticiones,
quejas, reclamos, sugerencias, felicitaciones o denuncias de actos de corrupción,
puede ingresar al siguiente enlace https://atencionalciudadano.banrep.gov.co/
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comunicarse a la línea gratuita nacional 01 8000 911745, o acercarse a los puntos de
atención dispuestos para esto en las diferentes oficinas del Banco de la República a
nivel nacional.
SÍGANOS EN
Sala de Conciertos @Banrepcultural Banrepcultural Banrepcultural
Luis Ángel Arango
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Foto: Terry Vaught
PAUL BROCK BAND, música tradicional irlandesa
Paul Brock, voz y acordeón
Denis Carey, piano
Shane Farrel, voz y cuerdas pulsadas
Eimer Arkins, voz y violín
El irlandés Paul Brock, melodeonista y
acordeonista nacido en Athlone, condado
de Westmeath (Irlanda), ha sido ganador en
varias ocasiones del Concurso All-Ireland en la
categoría de acordeón. La publicación Rough
Guide to Irish Music describió su álbum como
solista Mo Charidin, publicado bajo el sello Gael-
Linn, como «una obra maestra del acordeón».
En el 2000, Brock se unió al violinista Manus
McGuire para crear la Brock McGuire Band,
agrupación que ha grabado numerosos álbumes, aclamados por la crítica,
entre los que se encuentra Green Grass Blue Grass, una colaboración con Ricky
Skaggs, quien fuera ganador de catorce premios Grammy. En este disco se
celebra la conexión entre la música apalache y la irlandesa. En 1989, Brock y
McGuire ya habían fundado Moving Cloud, una banda que lanzó dos discos
galardonados, bajo el sello Green Linnet Records.
Brock ha trabajado en distintas colaboraciones, incluyendo el álbum
A Tribute to Joe Cooley (Gael-Linn), con el violinista Frankie Gavin. Su
colaboración en 2006 con Enda Scahill, Humdinger (Compass Records), fue
seleccionada como álbum irlandés del año por el periódico The Irish Times y
álbum instrumental del año por The Irish American News.
En el 2014, la agrupación de Brock presentó una adaptación para
orquesta de su música, en un programa donde tocó con la Orquesta Sinfónica
de Misisipi, en Jackson, Misisipi. Como solista, ha realizado varias giras
internacionales y se ha presentado con reconocidos músicos. También ha
actuado en múltiples ocasiones como artista invitado especial con la célebre
agrupación irlandesa The Chieftains.
El concierto en Bucaramanga
cuenta con el apoyo de
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PROGRAMA
Paul Brock Band presentará una selección de las siguientes obras.
Las obras interpretadas serán anunciadas al público durante el concierto.
Este concierto contará con un intermedio de 15 minutos
OBRAS DE COMPOSITORES IDENTIFICADOS
The Darling Girl from Clare /
Turkey in Straw
PERCY FRENCH (1854-1920) /
TRADICIONAL
Slán Leis an Uaigneas DENIS CAREY (n. 1960)
Funk the Cajun Blues GERRY O’CONNOR (s. f.)
Indian Springs KENNY BAKER (n. 1926) Y
BLAINE SPROUSE (n. 1956)
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OBRAS DEL REPERTORIO TRADICIONAL IRLANDÉS
Paddy in London / Blackthorn Stick /
Humours of Ballyconnell
Bluebell Polka
Tom Ward’s Downfall / Lucy Campbell
French Canadian Reels
Blackbird
Cape Breton Practice
Connacht Man’s Rambles /
The Rambler / The Humors of Tulla
Miss Langford / Humours of Westport /
Come West Along the Road
Coalminer
Lilting
A Stór Mo Chroí
The Mason’s Apron
The Parting Glass
Chase me Charlie / Poor ol’ Liza Jane /
Dance Boatman Dance / Miss Monaghan’s
Rose in the heather / Boys on the Town /
Drowsy Maggie / Red Haired Lass
CONCIERTO No. 29
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NOTAS AL PROGRAMA
La ocasión de que una agrupación de música tradicional irlandesa pase por
Colombia es del mayor exotismo en la escena cultural local. Son pocas las
veces en que nuestros escenarios reciben a músicos populares de aquellas
tierras (el Banco de la República lo ha hecho en el pasado), no por falta de
interés en su arte, sino quizás porque no ha habido un intercambio constante
y fluido en otras áreas de la actividad humana entre las dos naciones.
La reciente inauguración de embajadas de cada país en Bogotá y Dublín es
prueba tanto de una histórica lejanía como de un deseo de cambio en el que,
ojalá, entre otros asuntos esté presente el diálogo cultural. Digo ojalá, pues en
mi búsqueda de información sobre las músicas tradicionales irlandesas para
escribir estas notas encontré un vacío de información, en español o en inglés,
en lo que hay disponible en Colombia. Y quizás haya que tender más vías
de comunicación con un país con el que solo hay algunos puntos comunes
curiosos que van más allá de la celebración en Colombia de una fiesta irlandesa,
mitad pagana y mitad cristiana, llamada Halloween: uno, que ambas naciones
son mayoritariamente católicas; y otro, que voluntarios irlandeses apoyaron
al ejército libertador de Simón Bolívar, y parte de su descendencia vive en
nuestro país en la actualidad. Finalmente, y para empezar a entrar en materia,
en nuestras músicas tradicionales coincidimos con Irlanda en el uso del arpa
y el acordeón (aunque son distintos), pero especialmente en la manera en que
algunas de estas músicas se han desarrollado.
Lo primero que hay que decir es que en Irlanda la música folclórica (casi
toda recogida bajo el paraguas de lo que llaman genéricamente folk music)
responde a una tradición oral de transferencia del conocimiento en entornos
informales, al margen de la academia y renuente a lo escrito (como ocurre con
casi todas nuestras músicas). Esto dificulta su estudio y accesibilidad si no se
es irlandés o si no se ha vivido en aquel país, por lo que resulta aventurado
decir con la mayor propiedad y rigor académico, desde otras geografías, de
qué se trata el objeto. La historia de esta música es una historia que no se
ha escrito de manera exhaustiva, sino que más bien reposa en la memoria
colectiva irlandesa, transmitiéndose la mayoría de las veces de generación en
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generación a través de la oralidad y de las prácticas y creencias populares, mas
no en los salones de clase1.
Una parte constitutiva de esta memoria colectiva, en donde hay trazos de
una historia de sus músicas (o al menos de su significado y función social),
corresponde a las narraciones fantásticas, ubicuas en la cultura irlandesa. Y
más que desorientar al interesado en tener la última palabra sobre hechos
fehacientes e históricamente comprobables, esta forma en la que opera el
entorno popular irlandés ofrece otras perspectivas para el entendimiento de
su cultura. Tomemos como ejemplo a Lady Jane Wilde (1888), madre del
escritor Oscar Wilde, quien en su libro Leyendas antiguas, encantos místicos
y supersticiones en Irlanda habla sobre las hadas y su música. Las hadas, que
las hay buenas y malas, de sexo masculino y femenino, son antiguos ángeles
expulsados del cielo debido a su excesivo orgullo, que pasaron a habitar la
tierra, el océano y el infierno. Amantes de la música y la danza, las hadas
pueden entrar en contacto con los seres humanos para hechizarlos con sus
suaves y fatales cantos, dándoles una muerte tranquila y placentera. Su música
es delicada y penetrante, nunca apasionada, generalmente melancólica por los
recuerdos del pasado, o cautelosa frente a un futuro incierto. Aquellas hadas
que, deslumbradas por la estatura y fuerza del hombre, asumen una forma
humana para enamorarlos, dan a luz a los más famosos músicos y cantantes,
quienes tienen el poder de calmar las penas y el sufrimiento de hombres y
mujeres que ya no son sus víctimas mortales (en Colombia también tenemos
leyendas musicales como la de Francisco el hombre y El Maravelí).
Un segundo punto tiene que ver con la función social del folclor musical
irlandés. Hablamos de una música de origen principalmente rural, por lo que
en sus presentaciones vocales e instrumentales guarda una conexión íntima
con la naturaleza. Parte importante de lo que expresa esta música es un canto,
con o sin palabras, a la belleza del paisaje verde, montañoso y rocoso de la isla,
la tranquilidad de la vida en el campo y la sencillez del amor que florece lejos
de la ciudad. Las letras y el canto, aunque sencillos técnicamente, gozan de
lirismo en la medida en que conectan profundamente con los sentimientos,
pero sin caer en la exacerbación. No solo se le canta a la naturaleza y al
amor, sino también a la magia, a los héroes del pasado y al recuerdo de las
grandes batallas; se lamenta la muerte, se arrulla a los bebés y se da ánimo
para el trabajo (Carolan y White, 2001). Lo vocal cobra vital importancia al
1 Esta situación ha ido cambiando durante las últimas décadas gracias a la solicitud y el
compromiso de musicólogos irlandeses, así como de organizaciones de la sociedad civil,
que buscan formalizar el estudio de la historia y de la práctica musical tradicional.
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tratarse de un instrumento de protección de una de las más valiosas herencias
culturales de los celtas en Irlanda, pues muchas de las canciones están escritas
en la lengua propia de este pueblo, el gaélico irlandés.
Al tratarse de un arte alejado de un pasado aristocrático y exento de su
mecenazgo, ha mantenido ciertas libertades. Como pertenece históricamente a
las clases populares, reivindica su simplicidad en las formas generalmente pares
y de igual duración, en su movimiento armónico discreto, en sus melodías
monofónicas repetitivas y en la continuidad rítmica. El extenso cancionero
popular irlandés, anónimo en muchos de sus casos, muta y se enriquece
mientras circula entre regiones, pues el hecho de no estar necesariamente
atado a la partitura permite que cada intérprete varíe una idea musical y la
transforme, por lo que cada canción puede tener múltiples versiones. El músico
popular irlandés (como muchos de los colombianos) es un improvisador, un
repentista que experimenta con su repertorio dependiendo de su estado de
ánimo. No obstante, estas músicas habitan actualmente dos contextos a veces
opuestos y a veces complementarios: el de la práctica fiel a la tradición, purista,
y el de la que ha caído bajo el influjo de la industria y el consumo masivo,
entrando así en diálogo con otras expresiones populares contemporáneas de
vocación intercultural (Carolan y White, 2001).
Aunque en el pasado tuvo significados míticos, sobrenaturales y
ceremoniales, hoy en día la música folclórica irlandesa es recreacional, pero
no por ello vacía o carente de significado. Su escenario natural sigue siendo
la calle y la taberna, la verbena tumultuosa y la tertulia íntima. Es música de
encuentros que se celebran principalmente bajo la luz de la luna, a las orillas
de los ríos, los lagos y el mar, en donde se moja la palabra con whisky y
cerveza para que las leyendas del pasado se transmitan con más credibilidad
y se corteje exitosamente con danzas en solitario, en pareja y en grupo. En su
práctica, música y danza tienen una conexión indisoluble, y aunque el baile
haya sido permeado por los de las cortes europeas, su agilidad y ligereza son un
claro distintivo de lo popular. Y como buenos católicos, los irlandeses no dejan
pasar la oportunidad de celebrar su credo a través de la fiesta. San Patricio,
patrono de Irlanda, congrega cada 17 de marzo a millones de irlandeses en
todo el mundo para recibir de ellos su ofrenda musical y de danzas en uno de
los festivales más conocidos a lo largo y ancho del planeta (en Quibdó ocurre
algo similar, pero en pequeño, con San Francisco de Asís).
Como tercer foco de atención, vale la pena decir unas cuantas palabras
acerca de algunos de los instrumentos que podrían sonar en el concierto de
hoy (el formato que acompaña a Paul Brock varía según sus necesidades).
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El violín y el acordeón de botones son comunes en el folclor irlandés. El
primero de estos instrumentos es conocido en Irlanda como fiddle, una palabra
utilizada por sus vecinos ingleses desde el siglo XIII para referirse a cualquier
tipo de instrumento de cuerda frotada (Remnant, 2001). En la actualidad,
solo se distingue del violín típico de la Europa continental en su ejecución.
Como esta es una música sencilla, los intérpretes generalmente mantienen
su mano izquierda en la sección más grave del diapasón, cerca al clavijero.
Sus ataques de arco suelen ser cortos, garantizando así un sonido dulce que
no sobresalga cuando se están haciendo melodías al unísono junto a otros
instrumentos melódicos (Carolan y White, 2001). Sin embargo, lo anterior
puede cambiar cuando el violín juega un rol principal. Debido al entorno
popular en el que se desarrollan las músicas en cuestión, los violinistas
irlandeses han perfeccionado sus propias técnicas, quizás más recursivas y
aventureras que las de los músicos de conservatorio (en una de las músicas
populares del departamento del Cauca, llamada música de violines caucanos,
sucede algo similar).
El acordeón de botones, llamado por ellos box, ‘caja’, suele presentarse en
varias versiones, y Paul Brock cuenta con una amplia gama de instrumentos de
este tipo. Su versión más sencilla es la diatónica, de diez botones en la mano
derecha, con los que se pueden producir tan solo escalas mayores o menores.
Este tipo de acordeón, conocido en inglés como melodeon, es un instrumento
anterior al acordeón cromático y ha resurgido en las últimas décadas gracias a
la música irlandesa (Smith, 2001). El acordeón cromático, por su parte, cuenta
con dos, tres, cuatro y hasta cinco filas de botones en la mano derecha, lo que
permite mayor versatilidad en la interpretación al poderse tocar melodías más
complejas y ornamentadas en diferentes tonalidades (y dependiendo de los
botones de la mano izquierda, puede ser el mismo acordeón que se utiliza en
el vallenato).
El banjo, por su parte, no es un instrumento de tradición en Irlanda, al
menos hasta inicios del siglo XX. Aunque existen dudas acerca de su origen,
pues puede ser una derivación de instrumentos de cuerda pulsada con plectro
que pasaron de Mesopotamia a Egipto antes de la era cristiana, y luego a África
Occidental antes del comercio transatlántico de esclavos de los siglos XVII
y XVIII, la paternidad del banjo se atribuye a los esclavos negros del Caribe
(Odell y Winans, 2013). De allí pasó a los Estados Unidos y ha sido utilizado
desde la segunda mitad del siglo XIX en el blues, el jazz, el country y el bluegrass.
Los lazos históricos entre los pueblos irlandés y estadounidense abrieron en el
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siglo XX la entrada del banjo a Irlanda, pero puede decirse que aún se ve con
cierto recelo su llegada.
Finalmente, y con el objetivo de articular todo lo que se ha dicho
anteriormente, para nuestro propósito puede ser una fortuna que en la lengua
castellana la palabra historia tenga varias acepciones. Se refiere tanto a un
recuento (presumiblemente fiel) del pasado como a una narración fantasiosa.
Caso contrario es el del inglés, donde la palabra para el primer caso es history,
y para el segundo, story. A propósito de la conexión entre Irlanda y Estados
Unidos, importante para este concierto por el repertorio y los instrumentos,
hablemos de dos historias distintas. Una historia irlandesa –que mezcla ambas
nociones de la castiza historia– habla de un monje cristiano conocido como
San Brandán, quien hacia el año 550 se embarcó en búsqueda del paraíso
terrenal en nuevas geografías. Siglos después de su hazaña, su historia fue
reescrita y pasó a integrar el acervo de leyendas irlandesas, en las que se habla
de una tierra virgen al otro lado del océano, llamada, cómo no, San Brandán.
De haber llegado a donde se lo propuso, el descubrimiento del monje habría
antecedido casi mil años al de Cristóbal Colón. Los irlandeses, para quienes
la fantasía es de gran importancia en la construcción de su identidad, se
enorgullecen al decir que fueron ellos los primeros europeos en llegar a lo
que luego sería llamado Nuevo Mundo.
La historia oficial nos cuenta que en las colonias británicas de
Norteamérica hubo, quizás desde el siglo XVII, presencia de irlandeses. Pero
fue la migración masiva a causa de la Gran hambruna, en la década de 1840,
la que llevó a cientos de miles de ellos a buscar suerte en los Estados Unidos.
Al principio no fueron recibidos con los brazos abiertos por la población
blanca, anglosajona y puritana, pues los irlandeses tenían la mala fama de
ser alcohólicos y pendencieros. Pero lo más grave era que, como buenos
católicos, podrían ser conspiradores aliados con el Papa y poner en riesgo el
devenir de un país que buscaba fortalecerse a través de instituciones políticas
independientes, democráticas, laicas y contrarias a las monarquías. Y aunque
una agrupación política llamada Partido Nativo Estadounidense buscó frenar
por la vía legal (y también al margen de la ley, con violencia) la inmigración de
irlandeses, lo cierto es que casi dos siglos después este grupo étnico representa
cerca del 10 % de la población del país. En una nación que se enorgullece por
ser un crisol cultural en el que abunda el sincretismo en las artes, la música
irlandesa no solo ha tenido un amplio recibimiento en Estados Unidos, sino
que ha sido objeto de diálogos y transformaciones. Estados Unidos e Irlanda
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tienen en la actualidad una vía de comunicación en dos sentidos, que permea
su cultura.
Es por esto último que se dijo que hoy podremos escuchar algunas
canciones estadounidenses como parte del repertorio de los invitados. Ojalá
pueda suceder lo mismo en un futuro con las músicas de Colombia.
Bibliografía
Carolan, Nicholas y Harry White. “Ireland”. Oxford Music Online, 2001.
Consultado mayo 8, 2019. https://doi.org/10.1093/gmo/978156159
2630.article.13901
Odell, Jay Scott y Robert Winans. “Banjo”. Oxford Music Online, 2013.
Consultado mayo 8, 2019. https://doi.org/10.1093/gmo/9781561
592630.article.A2256043
Remnant, Mary. “Fiddle”. Oxford Music Online, 2001. Consultado mayo 8,
2019. https://doi.org/10.1093/gmo/9781561592630.article.09596
Smith, Graeme. “Melodeon”. Oxford Music Online, 2001. Consultado mayo
8, 2019. https://doi.org/10.1093/gmo/9781561592630.article.53839
Wilde, Lady. Ancient legends, mystic charms, and superstitions of Ireland. Boston:
Ticknor and Co., 1888. Consultado mayo 8, 2019. https://archive.org/
details/cu31924074445762/page/n7
Esteban Bernal Carrasquilla es guitarrista clásico y magíster en relaciones
internacionales de la Pontificia Universidad Javeriana. Conduce programas
radiales en Javeriana Estéreo y UN Radio, en los que presenta hallazgos
de sus investigaciones acerca de la música y la historia de los pueblos
afrodescendientes de los Estados Unidos. Actualmente cursa un posgrado
en Estudios Estadounidenses en la Universidad de Heidelberg (Alemania).
Si desea recibir información sobre la actividad cultural del
Banco de la República ingrese al siguiente enlace
www.banrepcultural.org/servicios/listas-de-correo
y suscríbase a la lista de correos.
Boletas disponibles en
PULEP: ZZP911. JFJ761. XCL642. CPF877. LLL233
PULEP: TSH296. RBP923. BFV997. RVI578
Foto. Marco Borggreve
Foto: Daniel Molano
NUEVA FECHA
JUAN MANUEL MOLANO
guitarra (Colombia)
Jueves 20 de junio · 7:30 p.m
NUEVA FECHA
PALO E’ROSA, cuarteto de percusión
Jueves 4 de julio · 7:30 p.m.
SARA SIERRA, piano
Jueves 11 de julio · 7:30 p.m.
Este concierto también se presentará en Medellín
DAS KOLLEKTIV
flauta y acordeón
Jueves 18 de julio · 7:30 p.m.
Este concierto también se presentará
en Leticia y San Andrés
MANUEL ARANGO PÉREZ, piano
Jueves 25 de julio · 7:30 p.m.
Este concierto también se presentará en Girardot e Ibagué
NUEVO CONCIERTO
ALEXANDRE THARAUD
piano (Francia)
Miércoles 19 de junio · 7:30 p.m.
Con el apoyo de Institut Français
y en colaboración con nova et vetera
PFLANZPLÄTZ
música tradicional suiza (Suiza)
Domingo 7 de julio · 11:00 a.m.
Este concierto también se presentará
en Ipiales y Villavicencio
Con el apoyo de la Embajada de Suiza
en Colombia y Pro Helvetia
ENSAMBLE SINSONTE
música tradicional colombiana (Colombia)
Domingo 14 de julio · 11:00 a.m.
NUEVO CONCIERTO
CUARTETO ATTACCA
cuarteto de cuerdas (Estados Unidos)
Miércoles 14 de agosto · 7:30 p.m.
TEMPORADA 2019 - PRÓXIMOS CONCIERTOS EN BOGOTÁ
SERIE DE LOS JÓVENES INTÉRPRETES
$6.000
SERIE PROFESIONAL
$10.000
NUEVO
CONCIERTO