Por:
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Fecha:
17/06/1897
I
:D3isemanario ~oIítico, ,r,iterario ~ 1Roticioso
AÑo L-SERIE .H, } Bogotá (REPÚBLICA DE COLOMBIA), jueves 17 de, Junio de 1897, { NÚMERO 31
H:D3ogotá"
-+:+DIHECTOH,
Eouaroo Espinosa LÓuzmán.
MIGUEL ANTONIO OARO y RAFAEL REYES
CANDIDATO:';, RE S PECT1VA~IENTI~ t
PARA. PRE8l1JJl~TE Y VICEPRESIDE~1'E ml T,A REPlJlll,ICA
EN EL PERÍODO CONSTITU210NAL DE 1898 Á 1904
HISTORIA QUE CONVIENE REFRESCAR
Para conocimiento de ciertas gent.es
y del Clero- en general, publicamos el discurso
que pronunció en pleno Senado el
señor Director de El Constit1.lCional,
cuando se discutía en esa Cámara la delicada
cuestión de los derechos políticos
del Clero.
De m<Ís está que manifestemos nuestra
franca repulsión por algunos conceptos
que contiene el discurso, así como por
su forma intel1l12erant~, sello especial de
to 010 que escribe el señOl' Pérez y Soto.
En cambio, el sefíor Vicepresielen te trató
el proyecto elel General Reyes, con la sabiduría
y moderación que son en él habituales,
desde el punto de vista mAs deslumbradoramen
te ra zonable.
Hé aquí el discurso aludido:
, Excelcn1if me, sefor fres:c'erte:
Siendo tan siInpática en sus grandes
líneas la reforma de la Constitución que
va á discutirse en segundo debate, no
pensé combatirla, aunque yo abrigara
muchas dudas sobre sus buenos resulta- .
dos; per-o desde que en el primer deuate
se me obligó á manifestarme ostensiblemente
hostil al proyecto, estoy en la nccesidad
de dar la razÓn de mi voto negativo.
Somos, honorables Senadores, un
cuerpo nacional eHfermo, apenas convaleciente.
oe,orados, desde que nacimos á
la villa de la independencia, por ardiente
fiebre con repetidos accesos de con vulsión
epiléptica, nos es tan indispensable la
tranquilidad para seguir viviendo, como
el pan cuotidiano. Cuanto contribuya á
calmar la cxcitaciól1. nerviosa y á ser~nar
los ánimos profundamente conturbados,'
nos será salvador; por la misma razón,
todo excitante nos será mortal. Hemos
gozado hasta .ahora, en el restablecimiento
en que vamos, del imponderable -benefioio
de que el clero no entl'ara con nosotros
en la desagradable lucha con los
enemigos ó en las rencillas entre amigos,.
manteniéndose en región superi.ol'_á estas
pequeñeces, y todo él consagrado: á ·su divina
misión de paz y consuelos, de oaridad
y amor, de instrucción y beneficencia. El
día en que lo obliguemos (y noe'~ otra:
cosa lo que nos proponemos, dt:sd'C' que .-el
clero no ha manifestado el menor deseo
de inmiscuirse en asuntos ajf'nos á su ministerlO),
el día en que lo obliguemos 'ú
descender de esa regian superior y elllbrazarse
sobre la candente arena como un
competidor con el pretendiente político,
ó siquiera cargar todo el peso de su influencia
ó sus . intrigas sobre tal ó cual
partido, ó simplemente hacer coro en los
alborotos de los comicios populares; ese
día--mtbremos perdido hasta la esperanza
de ;;alud ; porque si ni el ~antuario donde
se adora al Crucificado debp quedar
libre del furor de las pasion es; esto
es, si el p<;>der evangelizador no debe enseñarnos
ya pura y exclusivamente la
doct.rina de la perfección social, el camino
de la verdadera civilización, el naufragio
t.endría que'ser ineyitahle y total. Por
el contrario. si conseguimos que el ch-ro
se mantenga tan sabiamente como hast'a
hoy, apartado de las luchas políticas, no
debemos temer que en cualquiera emergencia,
por remota ó improbable que ella
se?v, alcanoe á todo lo existente el sacudimiento
destructor cual otras veces. Quedando
en pie el poder educador y moralizador,
la Nación recobraría pronto nueya
vida, y quizás al fin ganaría la experiencia.
Reconozco el móvil nobilísimo de los
autores del proyecto de reforma. Un celo
ardiente los guia por la reparación de todas
las injusticias, y en este camino tencITé
á honor acompañarlos siempre; pero
perdonen á mi franqueza el expresarles
que pienso que algún falso punto de vista
ha empañado la lucidez de su juicio, que
á menudo les aplaudimos.
En mi sentir, todos los argumentos
que adujo en el primer debat.e en favor
del proyecto mi estimado amigo el honorhble
Senador Reyes, son 'para inducirnos
á no intentar la reforma.
N el régilÍlen 11+?Uúrqll:ico-en, Francia,
mientras existió la alianza entre el
Alta!' y el Trono) era' indefectible que el
clero_ se mantuviese en la acci6n' pálítica,
Gomo ,que' aÍín es·t~bari. por deslindiirse las
esferas de actIvidad correspondientés, respectivamente,
al poder dogmático y al
brazo de hierro inseparables por siglos en
la guerra ' contra la barbarip. Pero desde
que se implantó la República en Francia,
con el rápido descenso que ha tenido hasta
su actual situacióltl ultra-radical, los derechos
políticos del clero existen ciertamente;
pero son una atroz buda. Sustraídas
de la influencia del clero las masas populares
por la, propaganda activísima de los
ateos, materialistas, libres pensadores y
esa horda enormísima de traficantes uti-
1 i1 aristas que sólo buscan su pro\'echo del
lllumento, aunque el diluvio se venga despué~,
y á quienes ha sido muy_fácil persuadir
á las gentes desheredadas que el
clero es Sil enemigo, que los santos mandamientos
y reglas de unen vivir que les
prescriben son grillos para mantenerlos
postrados Ji esquilmarlos á su sabor, ese
pueblo europeo, tan cándido en medio de
todas las mara villas de las ciencias, ha
dejado ya-esto es un hecho-al supuesto
trasquilador por el t.rasquilador yerdadero,
pareciéndole Íll{lS suave para su yellón
la t~jera del declamador del Club Jacobino.
Así pervertido el criterio de las masas
populares, no debemos extrañar que con
el sistema del sufragio universal sea una
fuerz;a inconsciente yapasionada la que elija
los poderes públicos en Francia, eon
detrimento de todos los elementos conseryadores
elel cuerpo social, calamidad de
la cual se resiente ya no sólo el organismo
político, sino hasta el comercio y las
industrias, y que hasta el cimiento social
por excelencia, la familia! se siente desquiciado.
La ola sube incontellÍble, y bien
se palpa que en cada ejercicio del sufragio
universal para la renovación del Cuerpo
Legislatiyo, se dupJica y triplica el número
de los Diputados radicales, socialistas
y desvergonzadamente anarquistas; y en
la misma proporción en que sube la cifra
de los elegidos genuinos de tales electores,
baja el nivel moral de los directores
del movimiento político y administrativo.
N o se me contradiga con la reciente
elección de un eminente ciudadano, de
filiaci6n moderada y tendencias conservadoras,
para Presidente de la República en
Francia; porque es evidente que allí se
opera en el momento un ensayo de reacción
que está dejando hacer un partido espantado
de su propia obra" ante los pavorosos
estragos de los dinamiteros.
Con semejante situación, dueños en
absoluto del terreno los. 110m hres de ideas
extremadas, pudiendo conseguirlo todo
con el sufragi,o universal de las masas populares"
preyiamente enloquecidas, bien
pueden perínitirse las facciones dominantes
en Franpia el lujo de una aparente to~
lerancil'!-, dejando consignar en el papel
los del~echos políticos del clero; y así se
explica que en un Parlamento tan numeroso
como el francés, de cerca de seiscientos
miembros, apenas se cuenten dos
ó tres indivicluos del clero j porque en el
fondo de la máquilia electoral es tal la in-
•
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
tolerancia, que al constituirse la lÍ.ltima
Oámara legislativa, Re ha " isto invalidar
la elección de distinguidos personaj es, no
pertenecientes al clero, si no seglar es, tan
sólo porque algün cura recomendó su nombre
á sus feligreses. ¿No es atrozmente
burlesco, no es' el colmo de la irrición,
que cuando un cura puede ser elector y
elegi ble, no pueda r ecomendar la candidatura
de un amigo?
Si saliendo de Europa nos comparamos
con nuestras herm,anas de América,
con las cuales sí tenemos tántos puntos de
analogía, no tengo reparo en decir lo que
creo, para ahorrar detalles, que los países
hispano-americanos en donde el clero participa
de los disputados derechos, están
en ,situación política desventajosa respecto
de nosotros. Entre esas naciones las puede
haber más ricas y prósperas que la nuéstra;
pero ellas tienen todavía por resolver
arduos problemas, ele los cuales ya nos
vemos nosotros libres á dura prueba. No
retrocedamos, pues.
Otro argumento del Honorable Senador
Reyes en favor de la reforma, es la
calidad de nuestro clero, que tánto brilla
hoy por sus virtudes y conocimientos. l o
que le falta decir al apreciable colega es,
que ese brillo lo elebe al alejamiento en que
ha estado por titntos Míos de la política.
Es consecuencial suponer que, si volviera
al fuego, volvería su decaimiento. Hé aquí
precisamente el secreto de la tra.nquilidad
y .;ua,ve avenimiento del clero por lo que
el autor del proyecto califica de despojo
de derechos. Por lo mismo que nuestro
clero es tan virtuoso é ilustrado, y sabiendo
que no se puede servir á la YCZ á dos
señores, está mny contento de poder consagrar
toda su atención y su tiempo á los
nogocios espirituales, abandonando ú los
hombres del siglo las cosas del siglo. De
aquí que nada haya reclamado, más que
conforme con su apartamiento. Tanto
es así, que me atreYo Ú hacer un pronóstico
á mi distinguido amigo el Honorable
Senador Reyes, yes el ele que si llegara 11
ser una efectividad la reforma por él propuesta,
tendríamos acaso por una ironia de
}os sucesos, que en lugar de yer sentados á
nuestro lado en este augusto recinto á
tántos dignísimos Prel~dos y Presbíteros,
en cuya ciencia y virtudes habriarnos de
inspirarnos para legislar, lo q \le veríamos
seria á algunos curas de apartados pue-blos
que han quedado ardiendo ..... .
Ya desde su resplandeciente cátedra
el Soberano Pontífice ha dict.ado mandamiento
y enseiial17.a al orbe católiúo sobre
]a complexa cuestión político-religiosa; y
al clero francés lo ha obligado á abandonar
el partido de la reyecía para afiliarse
francamente al Gobierno existente de la
República, lo que ha ;:;ido tanto C~)lno imponerle
hasta la renuncia ele un ideal político.
Y por el mismo orden, cuando en
la pasada renovación de la Cámara de Diputados,
{t que ya he hecho referencia, e]
Abate Lemire ~' el Abate Garniel', el primero
yencedor ,\T el segundo vencido en
circunscripciones diversas, quisieron lanzarse
á la luclJa eleccionaria, lo hicieron I
á sus riesgos y peligros, contra amonestación
expresa de Su Eminencia el Oardenal-
Arzobispo de París. Es que son otros
los vientos que s'oplan y es otro el elel:rotero.
Nuestro Supremo Jerarca ha visto
que escapará la causa de la civilización
del cataclismo que la amenaza, si la Iglesia
no rescata á la clase obrera, y que la
clase obrera no yolverá al redil sino mepiante
una mlel'a evangelización, cuando
{ {~OG- OTA}}-Janio .1'7 de 189 7.
los ungidos elel Señor se desparramen por
t.oda la t.ierra á predicar la divina palabral
como en los primeros t iempos, con tanto
ardor como di screción , y, sobre t odo, absoluto
desprendimiento de los intereses
mundanos.
A Dios gracias ! soy un fer vien te católico,
y tengo una hoja 9-e servicios con
numerosos escritos en defensa de mi r eligión
y su cl ero, que me han valido honores
y el aplauso de los buenos, C(Jm o también
los improperios de los impíos y libertill
os, de lo cual me glorio. Con t al
antecedente, no elebe ser en maner a alguna
sosp ech oso mi voto contrario. Así,
pues, y r e§.umiendo : por el mismo interés
del clero colombiano, para su más fecunda
labor, para su gloria y la nuéstra, para
la tranquilidad mutua, pido y suplico ?\
mis hon0rables colegas que lo mediten
mucho antes de sancionar semej ante r efo
rma de la Oonstitución !
Y como la materia es de suma gravedad,
para que por ig norancia ó mali cia
no se t uerza el sentido de mi oposición,
pido al se110r Secret ari o que haga constar
en el acta del día la razón de mi voto."
(P alabras del Director ele El Con8titucio1ictl
en pleno Senado en una sesión
memorable de la Legislatura de 1894).
-s-
ALGO PERSONAL
Con la verdad por guía y aun'que en incorrecta
frase, que por incorrecta y no por falsa podrá censurarse,
hemos contestado los cargos que nos hizo El
Szglo, y le hemos demostrado que no tenía razones
en qué fundarlos, y que, por lo mismo, bien hicimos
en considerarnos gratuitamente calumniados por el
colega, Esto en cuanto á los ataques perS01'lales, que
fueron, más que todo, violentos insultos, naturales en
momentos de exacerbación política, cuando vienen
de ciertas gentes muy dadas á servirse de ellos, porque
!lO tienen otra cosa de qué servirse, pero exóticos,
por lo menús, en boca de los cultos Directores de El
Siglo, cuyo talerito no requieré de condimentos para
lucir y abrirse paso, Ahora, en cuanto á los otros
dos cargos que se nos hicieron, y referentes sólo á
algo de lo dicho en 'esta hoja, vamos á ver que también
anduvo descaminado el colega, y con él todos
los que han echado por los mismos atajos:
Quinto. Que le ¡tacemos al scíiol' Caro el cargo
de comprar cO/lcicncias. Hemos vuelto á leer con calma
y con despaci0 el artículo de BOGOT.í., Cillco días
y cillCO cosas, y el de ET Siglo que á éste se refiere,
y por más que hemos hecho, no hemos llegado á
compaginar el uno con el otro, ni á explicarnos cómo
han podido tomar los jóvenes é inteligentes Directores
del colega tina ocasión tan calva y tan gruesa por tan
inperceptible pelo, que ha escapado á nuestras más exquisitas
pesquisas. En la perplejidad que esto nos ha
causado no hallamos mejor medio para poner las cosas
en claro, que el de confrontar lo escrito, á ver si
logramos poner los puntos sobre las íes. •
Dijo El Siglo en Sil número 23, á propósito de
la candidatura del General Reyes para Vicepresidente
de la República, proclamada por el partido nacional,
que los nacionalistas que habíarólos combatido y com-
, batíamos la candidatura presidencial del mismo señor
General, lo acogíamos ahora si1l que medie /lila palabra,
l/na promesa, 111la oferta c7lalqltie7'il que eo!toncste
talJlaíla incoJ/secucncia, y dijo esto refiriéndose á las
cinco cosas que exije el Padre Astete para una buena
confesión,
BOl; ()'LÍ. se tomó la libertad ele plagiar-sí, sefíores,
plagiar-el estudio de su inteligente colega, y al
indicarles á los actuales enemigos del nacionalismo la
manera de hacer una confesión provechosa ante el
General Quintero, qtle hoy los dirige y en antes com·
batieron, les elijo:
PRorósrro DE ENMIENDA, ,Haced fimlc resoblció",
eOIi ,Iobllltad i/lq/{ebrantable, de /lO ofender jamás
IÍ nadie que pl/eda pró.¡;¡'lIIa Ó rClIlotalllC1ltc distribuír
¡tollores y riquc~as, J' de dcsli/;aros por el camino de la
política como serpientcs pmdclltísimas, aparmtalldo la
i/loeencia de las palomas,
Esto y no otra cosa fue lo que)30GOTÁ dijo en
el particular, que claro se refiere á la inconsecuencia
de ciertos políticos que mucho trabajaron en contra
elel Gobierno de los cinco días y, sin embargo, en su
afán de hacerle oposición al señor Caro, hoy son los
que más de cerca rodean y apoyan al General Quintero;
y esto se dijo con tanta más claridad cuanto
que al hablar riel examen de conciencia se les había
dicho:
" Investigad en el fo ndo de ella, echando á un
lado los remordimientos y esforzando un poco la memoria,
cuál fue vuestra conducta du ra nte el malogrado
Gobierno de los cinco días, Si hicisteis viajes á
Sopó y con qué objeto, si p usisteis telegramas y á
q uién, si despachasteis pastas con cartas ó tarje tas y
á dónde, si asististeis á juntas subversivas y qué dijisteis
en ellas, si pensaisteis mal de D. Abraham Moreno
y porq ué, si os burlasteis de las novísimas fi nanzas
de D, Francisco Groot, si abrigasteis temores
respecto del Ejército cuando se h abló del General
Ortiz, si escribisteis (?) elocuentes editoriales en blanco
(los mejores que habéis esc rito), en fin, si de algún
modo contrib uisteis á la prematura caída del sa·
bio, justo y rico Gobiemo del General Ouintero Cal·
derón, con escándalo del radicalismo y de los veintiuno,"
¿Hay en todo esto algo q ue pueda tomarse como
aseveración nuéstra de que el senor Caro sea capaz
de comprar conciencias? No lo vemos por más que
lo buscamos, y sin embargo. El Siglo halla en ello
pelo para agarrar la ocasión, y nos dice : "BOGOTA,
tlL SI/. afán de confimdir á los adversarios del cOlltúmisJItO,
se ciega de tallllanera, que ¡lace solapadamente al
se17m' CatO el cargo dc COIlt/"ar cOllciC/lcias:' ... .
Fra ncamente, esto es hilar muy delgado, y de
mane ra muy arrevesada; tanto que ni vale la pena
de comentarlo, y el poco trabajo que en ello gastamos,
de fijo que acentúa la fama de cándidos en que
El Siglo pa rece te nernos y tener á sus lecto res,
Sexto y último, Que el artículo Boulaltgcr publicado
en BOGOTA, es muestra de nuestras injurias al General
Reyes,
Desde que se lanzó la candidatura vicepresidencial
del Gene~al Reyes se ha empeñado en sostener
la prensa disidente que el nacionalismo combate la
candidatura presidencial d('l mismo General, lanzada
por ellos, injuriando y desacreditando al noble candidato
que, como bien se ha dicho, es carne de la carne
y hueso de los huesos del partido nacional , ... Bo,
GOTi\ rechazó este cargo y pidió comprobantes que
lo autorizaran; El Siglo :ecoge el' guante y cíta como
muestra de nuestras injurias. un articulito de historia
contemporánea, de ayer nada más, cuyo recuerdo
está aún vivo y palpitante, )l en el cual ni umi vez se
nombra nuestro valiente Jefe, el vencedor de Enciso
)' La Tribuna.
Este comprobante no puede ser más infeliz, y oi,
con motivo de él, puede resultarle ofensa al General
Reyes, ella no emanará de BOGOT.\, que se limitó á
citar un episodio histórico, que nadie puede negar,
sino ele parte e El Sz:g-lo, que repite vieja agresión
de El Correo "Vaciollal)' le aplica á su amigo y candidato
comparaciones que pueden serie desagradables
y que sus legítimos y únicos copartidartos, los nacionalistas,
no le hemos hecho.
Nada tiene de común la vida del General Reyes,
y la del General Boulanger, al contrario, U no )' otro
tendrán puesto en la Historia como militares valerosos
y especialmente acariciados por el aura popular,
pero el uno, víctima de su loca ambición de mando,
empañó su glorioso nombre por haberse dejado tocar
de los enemigos de la República; al paso ,que el otro
ha tenido mejo)'es ocasiones para dar pábulo á malignas
sugestiones que incitaban su amor propio y le
mostraban ahí, á la mano, el sillón de Bolívar como
premio de su deslealtad, y sin embargo, tuvo bastante
grandeza de alma para rechazar la serpiente y seguir
modestamente en el segundo puesto de la República,
en vez de arrebatar el primero al doctor N úñez en
[8866 al señor Caro en 1895, pues que seguramente
en estas épocas no faltaría quien se lo aconsejara y
aun le quisiera hacer creer que en ello iba la salud de
la Repúb1ica ! Ropaje para vestir la traición de lealtad
no ha de faltarles á los que creen que la salud de la
Repúbllca está perdida si ellos no so'n los n~édicos de
cabecerá,
Justamente por lo mismo que el General Reyes
' supo escapar á las seducciones con que sus tentadores
de ayer lo halagaron, es por lo qu~ confiamos en que
rechace las de sus tentadoi'es de hoy; y el caso de
Boulanger es á éstos á quienes debe ponerse de pre-
I sente para que en ese espejo se vean y cesen, horrorizados,
en su antipatriótica labor. Para ellos, que bien
I lo necesitan, y no para el invicto caudillo, que ha dado
muestras de no necesitarlo, fue para quienes BOGOT.\
acogi6 el vivo ejemplo de aquel valiente Jefe que antepuso
sus intereses personales á los de la República y
cayó estruendosamente con todos los que lo incitaron
en el camino de la traición y del deshonor.
V éasl':, pues, que por este lado tampoco nos ha
cogido falta el colega, y convénzase que en la labor
patriótica que nos hemos impuesto siempre tendremos
la razón, por lo mismo que para todo nos apoyamos
en la verdad,
Esto ya va largo y seguramente tenemos ya
fatigados á nuestros lectores, de modo que lo mejor
será suspender aquí, aun cuando buenas ganas nos
dan de hacerles algunas otras observaciones que pueden
ser provechosas y que dejaremos listas para otra
oportunidad,
Antes de acabar tomaremos nota de la exposición
que hace uno de los Directores de El Siglo, el
señor Calderón, con referencia á nuestro artículo ano
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
terior, y en especial á la filiació_n política del joven escritor,
y le agradecemos la manera culta como en esta
vez nos trata El Siglo y que tan poco se compadece con
el atícul o que nos obligó á escribir todo lo anterior.
EDUARDO ESPINOSA GUZMÁN.
F.RANCISCO DE P . CARLtASQUILLA
El I3 de los corrientes cumplió su pere- .
grinación por la tierra el señor FRANCISCO
DE P. CARRASQUILLA.
Procedente de abolengo ilustre, dotado
de vastÍsima inteligencia y de una verbo·
sidad festiva poco com{Ul, el señor CARRAS·
QUILLA pertenecía á la aristocracia del talento
y ocupaba puesto de honor en el seno
de las altas clases sociales.
Era poseedor de grandes virtudes CÍvicas
y privadas, las cuales aunó siempre con la
tolerancia y la cultura. Su carácter, franco y
sincero, atraía el cariño y las consideraciones'
de cuantos le trataban; su presencia
alejaba toda sC!mbra de tedio, y la animación,
el placer, surgían como por encanto.
Manejaba el idioma de Cervantes con
singular acierto; sus obras, que salvaron
los horizontes patrios en alas de la fama,
pregonan la pe,rpetuidad de su nombre en
el mundo de las letras.
Como adalid de la prensa política, jamás
se le vio vencido, porque S\.I pluma era
ariete formidable que hacía estremecer y
flaquear al adversario.
Los tri'LlTIfos que conquistó á cada paso
su paciente abnegación, despertaron rencores
y envidias en espíritus vulgares, á pesar
de que aquéllos no lograron envanecerlo,
porque él aprendió á mirar la vida á
través del prisma de la realidad.
Vivió algunos añ<:s en la capital de la
República del Salvador, y fue allí objeto de
admiración por la profundidad de sus escritos
en defensa del Gobierno del Presidente
Ez--@ta. &te y 5-HS 'ttttneS' supieron apreciar
el verdadero mérito del hijo de Colombia y
le tributar.on los honores correspondientes á
los heraldos del pensamiento_ La caída de
aquel Gobierno 10 obligó á regresar c1 su
patria.
Llegó á Bogotá víctima de dos enfermedades,
una de ellas incurable: el paludismo,
que minaba á pasos de gigante su
débil contextura, y la tristeza, la profunda
trist~za qUé embargaba su alma, cuyos mis·
teriosos arcanos se traduCÍan en el melancólico
acento de sus palabras. Tal vez algún
desengaño había venido á desconsolarlo
fatálrnente, pues el vigor de su brazo
y el denuedo de su espíritu, probados en
las recias batallas que libró en el campo de'
la vicia, están diciéndonos qtle sólo una
pena moral era capaz de dominarlo; y, sin
embargo, las producciones enérgicas y galanas
que presentó al público desde las columnas
ele este periódico, demostraron lo
contrario. Era, seguramente, que las tempestades
de la prensa tenían para él-valiéndonos
de la Mitología-la virtud de las
aguas del Leteo.
...,,\1 fin cayó en el lecho del cual él mismo
comprendió que no volvería á levantarse;
porque con voz de ultratumba nos elijo:
"Estoy asistiendo á la representación de
una comedia sin haber sido invitado." Poco
después, la muerte, la segadora implacable,
le cerró los ojos y apagó la luz de su existencia,
cuando apenas contaba cuarent'l años;
cuando el partido nacional tenía en él uno
de sus más firmes baluartes, y cuando la
patria esperaba de sus desinteresados esfuerzos
días de gloria.
El señor Carrasquilla fue amigo nués ..
Jro; de él recibímos constantemente demosLlaciones
de cariño, y por lo mismo, su fallecimiento
nos ha consternado hondamente.
Oramos por el descanso de su alma y
por que la Divina Providencia mitigue d
dolor de los honorables deudos.
UrlJOGOTAJJ- Junio I? de 189'7.
(!ii01:1:.cs:p01ttlc1t,Cia.
Medeliín, Mayo 31 de 1897.
Señor Director de BOGOTÁ.
Con motivo de la publicación en el número 18 de su
acreditado y correcto periódico, correspondiente al 2 del
mes en curso, publicación que lleva por epígrafe "Antioquia"
(en la Sección de Colaboradores) y que reprodujo
íntegramente La Opi71ió71, el señor Secretario de Ha·
cienda del Departamento-ardiente y franco partidario de
la candidatura presidencial del General Reyes-diz que
para desvirtuar el cargo que hace BOGOTÁ- de "que en
plena Secretaría de Gobierno principiaron á levantar una
adhesión á fa Val' del General Reyes, y que sólo diez indio
viduos la firmaron," l;ublicó el 22 de los corrientes una
aparatosa hoja suelta bajo el mote Elecdones.
Al leer, al comienzo de dicha hoja, el preámbulo Rec·
tificación, cree uno que el señor Secretario va á tratar rle
desvanecer el cargo concreto, y que los muchos empleados
de la Gobernación que nos afirmaron sotto lJoce el hecho,
van á quedar desmentidos, mediante pruebas incontro~·er·
tibIes; mas no es así, que el dicho empleado pasa por encima
del cargo mismo que ofrece eliminar, contentándo~e
con desmentirlo, presumido, sin duda, de la más plella cm·
toridad, y contrayéndose á ofrecer al señor Gobernador
varias certificacio'les más ó menos sensacionales de los Prefectos
de las Provincias coil las cuales diz que se acredita
la impateialidad de la Señoría del alto empleado en punto
á candidatura~.
Esas protestas que el Gobernador pidió tÍ los Prefectos
todos ellos enemigos de la candidatura del señor Caro con
pocas y honrosas excepciones, revisten ,le suyo todo el
carácter de imparcialidad, brillando únicamente por su
discreción las manifestaciones de los dos ó tres Prefectos
amigoj¡~Gobierno, á quienes por tal motivo aquel em·
pleado se cui'da' de largar ostensible prenda. El tono mis·
mo de dichas certificaciones pone de reliev,e la sinrazón de
la protesta, quedando en pie lOS cargos que hace el notable
periódico de usted, y las justas quejas de los nacionalistas
antioqueños.
AhoJa: que el GQbernador, señor Vélez, es enemigo
de la candidatura del señ"or Caro y fervoroso partidario de
la presidencial rld General Reyes-pero con el carácter
que ésta tiene de oposicionista,-son COSilS que :10 se remiten
á duda, aunque no haya tenido la fr:tnqueza de decirlo
á voz en cuello para así podel ...
Desde un principio, cuando no se había proclamado
.aún la candidatura del señor Caro, pero que sí estaba en
la conciencia ·de los. nacionalistas de pUl' sang, 'as tendencias
elel señor Vélez hacia el reyismo fueron bien marcadas,
y cuando los que iniciámos el movimiento á favor de la
candidatura del partido nacional, íbamos á lanzar la del
señor Caro, para lo cual rompimos con las preocupaciones
de muchos, el señor Vélez, en connivencia con su ptedec'esor,
set10r J ulifin Cock Báyer, cuya política prometió seg\lÍr
aquét en sn d1scurso inaugural, puso toClos los medios para
ent0rpecer movimiento tan patri6tico, y llegó, como es bien
sabido, á negar sin fLlOdamento la imprenta oficial, que es
donde los partidarios del Gobierno han :publicado siempre,
,de un modo fácil, sus producciones políticas.
Cnando al fin se proclamó la candidatura del señor
Caro en La Opinión, el señor Vélez no pudo ocultar en,
tonces su profundo desagraclo y su animadversió)1 hacia
todos los adictos á ella, pues se contaba con que los nacionalistas
carecían de todo recurs.o tanto moral como material,
y ha llegado el señor Vélez á tal punto, que hoy no
conseTva relaciones con la generalidad de los nacionalistas.
En cambio, S\1 intimidad con los del CÓIlc!aiJe 'Pfotcstante,
de oposición al señor Caro, es bien manifiesta, como que
recibe sus inspiraciones del dómine del nuevo cisma., señor
Cock, que, aunque no es un modelo de filosofía y elocuencia
políticas, al fin es el corifeo de ese estrecho cuanto pernicioso
círculo.
Los allegados i altos empleados del señor Vélez son
todos enemigos de la candidatura del seilor Caro, y con
voces despectivas protestan contra el cOlltimtismo. Allí está
el Secretario de Hacienda, doctor Eusebio Robledo, escritUl'
romántiCo de El Nacional ,' el Subsecretario de Gobierno,
seüor Sebastlán Hoyos, que, aUllque se acomoda
siempre á todas las evoluciones políticas, es hoy un buen
propagandista en contra del señor Caro; y siguen el Admin.
istrador y empleados del ramo de correos y de Hacienda,
el Prefecto del Centro, y la generalidad de los demás
Prefectos del Departamento, Allí están el Gerente y Administrador
del Ferrocarril, etc.; pero aquí es, bueno hacer
una digresión importante, es la siguiente: No parece sino
que el Gobierno local del Departamento hubiera puesto
todo su conato en alistar una- división enemiga, compuesta
ele oposicionistas y radicales en toda la línea del Ferrocarril;
c9menzando desde el Alcalde de Puerto Berrío y llegando
hasta el Administrador de la Empresa, todos, con
raras excepciones, son enemigos del Gobier\lo. El Adminis·
trador, señor Jesús María Arias (que con el señor Gobernador
son dos en una carne), e,xige, según muchos informes
fidedignos, In firma á la adhesión de la candidatura
del General Reyes, antes de discernir á alguien algún des·
tino en dicha Empresa. Dicl1p señor, que es el más íntimo
amigo elel señor Vélez, es, pues, no sol.amente Administrador
de una gran Empresa, sino también el designado para
trabajar en contra del señor Caro y para servir de Corres·
ponsal del círculo oposicionista de esta ciudad.
Mucho hay que decir referente á lo que está sucediendo
en esa Empresa, por otra parte redentora, pero eso se
sabrá más tarde.
Todo esto, señor Director, y mucho más que no hay
para qué exponer todaví;t, es un síntoma remarcable de la
oposic.;ión que el señor Vélez hace á la candidatura del
Excelentísimo señor Caro. Cuanto á los alcances y sinies·
tras que por tan peligroso factor tenga la política nacional,
es materia que seriamente debe pTeOCllpar á los Directores
de nuestro particlo y á los conductores de la Regeneración.
A decir verdad, la influencia C]ue ejerce un
Gobernador, siquiera sea sorda é indirécta, en sus gobernados,
y la fuerza de inercia que opone á las corrien·
tes de un partido, contribuyen poderosa].nente á echar á
pique la mejor de las causas y.á hacer nugatorias las más
nohles y entusiastas aspiraciones de un pueblo.
Podo demás, el señor Bonifacio V élez es un laborioso
Gobernador, y por esto algunos de sus amigos han llegado
hasta compararlo con el inmortal Berrío. ¿ Pero en qué
se parecen? ... _ El doctor Berrío, entre todas las dotes y
cualidades que poseía, brillaba por su franqueza y desinteresada
decisión políticas; exento de preocupaciones, manifestaba
sus ideas y sus sentimientos, sin doblez, sin ambages
ni reservas, y desechaba siempre á sus aduladores.
Pero el partido nacional de Antioquia, que ha sido
siempre la víctima propiciatoria, no desalentará en su pa'
triotismo por estos reveses; luchando es como se triunfa.
Con ánimo desprevenido he escrito, s.eñor Director,
estas líneas; quizá se me tache de apasionado, pero los
hechos son los que hablan; y para concluír esta ya larga
carta, me p~rmito consignar la siguiente consideración:
Si la salvadora combinación Caro-Reyes llega á ser, como
se espera, una realidad, y el Gobernador señor V élez, por
cualquier motivo, entra por ella, aun así será inconvenien·
te su Gobierno para el partido nacional de Antioquia, porque
las vallas que lía abierto, política y aun personalmente,
en el campo nacionalista, por los motivos apuntados, son
insalvables.
Soy del señor Director muy 3.tento seguro servido-r,
LASCARTS.
LOS TOROS
Son muchas las vueltas del mundo! Después de
la primera corrida de esta temporada, que estuvo espléndida,
yen la que la cuadrilla se lució á su gusto y
satisfizo al pú1?lico, vino la segunda, que ejalá jamás
hubiera tenido lugar, según resultó de mala.
La tarde bellísima: un cielo azul, puro, sin nubes;
atmósfera apacible y transparente, sin viento ni
llovizna; sol quemante como pocas veces, inundando
e! amplio redondel de vívi.da luz; público numeroso y
alegre y hasta bastantes señoras en los palcos. Todo,
en fin, á propósito para enmarcar una corrida digna
de los más exigentes públicos españoles, _ " ¿ y después?
Francamente, después nada, ó pecr que nada:
catástrofe completd y, lo que es peor, voluntaria en
parte, pues el Presidente, señor Rossell, se descuidó y
los muchachos, sobre todo Aquilina, preocupados con
los malos toros ó con la mala dirección, dejándose
apreciar en mucho menos de lo que realmente valen.
En verdad, en verdad que esta corrida, justamente
esperada como buena, resultó requetemala, y no
nos ocuparíamos cILella,.si no fuera porque descamas
constatar" que las causas del desastre menos han de
atribuírsc á la cuadrilla que á otras circunstancias independientes
de la voluntad de aquélla.
Como siempre, dividida la corrida en dos partes;
se torearon cuatro toros en la primera y cuatro en la
segunda, porque en ambas hubo necesidad de reemplazar
los dos más malos que salieron del toril. De los
primeros, pudieron hab~r sido buenos Va!e/ltón, de
divisa azul y blanca, y Rompe-capas, de amarillo y_
azul, porque daban buen juego á la capa y mejoraron
con las banderillas, pero la PresidC1lcia no quiso ó
supo acertar en el particlllar y no les dio el tiempo
suficiente para jugarlos como lo merecían; en cambi0,
á los dos 7Jt1tgr.osos, Torcrito, de rosa y azul, y Sll
reemplazo, sí los dejó el tiempo necesario para desesperar;
y sobre todo, á los toreros, que no veían modo
de es.capar la tempestad de silbidos y aun astillazos
que sentían sobre sus cabezas por los lados del tendido
de sombra, ese tendido que por su mayor precio
exige también mejor espectáculo y cobra de los muchachos
e! pato que éstos muchas veces no se han comido.
De la segunda parte, casi puede decirse lo mismo,
sólo que en ella la Presidmcia no podía haber.
salvado sino al primero, Diamallte, sin divisa, que enchiqueró
sin esperarse á mayores noticias; los otros
poco más servían, p ero siempre hay que notar que se
les dejó más tiempo elel necesario para buscarles un
juego que bien se veía no podían dar .
Los muchachos, como ya dijimos, y por lo mismo
que se sentían amen0.zados por todos lados, se
eltC0l1clzaro7¿ más de lo ma ndado, y sólo se les pueden
abonar unas buenas banderillas á SI/arito y á PiPa y
un buen simulacro de l1Juerte á Aquilina, que con los
palos no hizo nada y con la capa mucho menos de lo
q lIe él sabe hacer.
Desde el cuartQ toro comenzó el Pllblico á acentuar
su desagrado con silbiditos que fueron tomando'
fuerza, hasta que ya al quinto y sexto les hacían segundo
con astillazos que menudearon \la poco y uno
de los cuales le tocó por desgracia al simpático Jefe
de la cuadrilla, que tenía tanta culpa en e! mal éxito
de la corrida, como la que nos cabe á nosotros en los
afanes de! Gran Turco, pues puso de su parte todo lo
imaginable para procurarse buen gallao, hasta el punto
de que ha ido á dondequiera que le avisan hay
buenos toros, y los paga después de probarlos, y escogiéndolos
de los de mejor juego á magníficos precios.
¿ Puede hacer más 1I n J efe de cuadrilla que buscar
los mejores tOl'OS qNe da la tierra y rodearse de
tan buenos chicos como los que aplatidímos el día
del estreno?
Claro e;¡ que no, y por lo mi;;mo, el público de-
-. ---
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
biera ser más cauto en sus censuras y no dejarse
guiar por el primer caclzijo malcriado que por espíritu
de guasa y parranda rompe con el primer silbido ó
arroja la primera astilla, seguro no sólo de que todo
ei tendido de sombra lo sigue y lo acompaña, sino
de que la policía no puede impedirle sus retozos infantiles,
pues si intenta sacarlo fuera del circo, como
sucedió el domingo con el que le dio su astillazo á
Aquilina, el público prorrumpe en. furibl.1nda gritería
y le impide cumplir con su deber! En medio de la
baraunda que todo esto ocasionó, es digna de aplauso
la conducta del Agente Sánchez, del Cuerpo de
bomberos, que logró imponérsele á un grupo de entusiastas
y les impidió que arrancaran, para arrojarla
al tendido, la baranda de una de las entradas al tendidó,
En España parece qu.e cn las malas corridas tonia
el entusiasmo rumbos semejantes á los nuéstros, pero
allá, en vez de astillas, sólo arrojan naranjas y otras
menudencias inofensivas, y esto no cuando los toros
son malos, que en ello no va culpa del torero, sino
cuando éste no aprovecha de UI1 buen toro y lo juega,
ó con miedo ó sin destreza. Así, 'santo y bueno que
la rechifla venga; pero castigar á un pobre chico porque
el toro huye la capa ó se escupe de las banderillas,
... No, eso no es justo, y tiempo es ya de que
los aficionados al toreo nos esforcemos por que el público
contcnga sus ímpetus y no los deje correr sino
por cauce amplio y en el sc:ntido de donde la falta
venga. Si la mala corrida viene de malos toros, la censura
ha de ir sólo contra nuestra genial incuria, que
en diez años d" toreo á la española no. nos ha dejado
crear ganaderías como las de Miura ó Veraguo.s ; y si
viene de malos toreros, entonces sí cargarles á éstos
para que mejoren ó dejen el oficio; pero, eso sí, sin ir
á matarlos de un astillazo ó de una pedrada. Esto ya
puede parar en homicicJio involuntario, pa1 a lo ct1~I,
'y eso por ser en ei circo, sólo tienen derecho, ó á lo
menos se lo toman, los toros bravos que tánto escasean
en esta antiplanicie.
Retirada la cuadrila después de jugar el sexto
toro y bajo los malos auspicios que ya supondrá el
lector, se soltó el toro de los aficionados y, como en
más de una ocasión sale lo qltC 1/0 se espera, resultó
que éste fue lo mejor de la t'lrde; y como el bicho se
prestaba al objeto y ilgapito con todo~.ls colegas
estaoan de buen juego, el pl1blico se puso de buen
humor, y en véz de silbar y arrojar proyectiles al redondel,
se puso á aplaudir y á arrojarle dinero á un
aficionado de suerte, que toreó como un diestro COllsutnado
«( hizo las suertes que el arte tiene anotadas
en sus cartillas, y muchas más de su propia cosecha.
RESl'~1EN: Tiempo, cspléoQido; capeo, mediano;
banderillas, regulares; toros, MALOS; Presidencia,
peor; lleno, completo; aficionados, superiores.
y después de toclo, ~I deseo del público por 1(01-
ver al circo á 'Ver si la cuadrilla consigue buen ganado
y vuelve por 'su honor. E'peremos, pues.
CmZGo.
~.edt.os n ~idtos
O o ito.-En la maijana del domingo próximo pasado
falleció el señor Coronel D. Braulio Jiménez, persona que
gozaba de aprecio en la sociedad como buen hijo, cumpli
dor de sus deberes de esposo, fiel militar, nuble amigo y
trabajador incansable. ' .
Que tales virtudes hayan sido premiadas por el Padre
Omnipotente y que la Religi6n cristianq brinde lenitivo á
los deudos. á quienes acompañamos en su dudo, son nues·
tros más fervientes votos.
SaltHl o,-Lo presentamos respetuosa y cordialmente
al señor D. Martín Restrcpo Mejía, que acaba de llegar ál
esta capital, en donde le deseamos larga y feliz permanen·,
c1a.
'l'l'ioun a l de CllndilHllllal'ca. - Sabeolos que
ha sido llamado á ocupar provisionalmente la vacante que
ha dejado el doctor Federico R. Rodríguez, por enferme·
dad, en el Tribll11al (Sala de lo criminal), el señor doctor
Cesar E. Brava E., quien-por exigencias de varias pero
sonas-se encargará de dicha magistratura, que no había
querido acepta. desde hace días.
(;arantía-como es-para la justicia, no podemos me·
nos que felicitarnos gOl' que reemplace ~l probo Magistrado
-que lleva largos años de servicios y de merecimientos, y
por quien hacemos votos sinceros por su pronta reposi.
cióo-otro ciudadano que no le va en zaga en conocimien·
tos y buena voluntad.
Coutinúa EL ASUNTO DEL PRESBíTERO (~ONZÁLEZ.
El Corre" lVaciollal de ayer habla en sus colutnnas edito·
riales de la invención de lapedrea, refiriéndose Eeguramen·
te al telegrama que rlirigió el señor Caro al Presbítero
González. Hay asuntos que mejor es 110 meneallos, y en lo
de la pedrea, la invención, si la hubo, fue del seÍlor General
D. Jorge IIolguín, ex-Ministro de Relaciones Exteriores,
que se acercó al Vicepresidente para darle la alarmante
noticia. También lo manifestó á varias otras ¡,ersonas, cu·
yos nombres se pueden citar, si lo desea El Correo. ¿ Y lo
de la carta al General Reyes, que escribi6 asimismo el
General Holguín, y de la cual habla el señor Caro en ese
telegrama reservado? Ah! es eso otro punto que podría
satisfactoriamente acla,farse lo suficiente, pidiendo excusas
de antemano á un colaborador de El Correo que se firma
Juan Galiano, por más señas.
«rlJOGOTAN-Jünio .17 de 1897,
GA CETILLA
TraducÍlllos lo siguiente del New York Herald,
edic i ~n del 16 de Abri l :
RECLAMO A 'COLOMBIA
(Por telégrafo al H'rald) .
"Oficina del I/aald, esquina de las calles 15 y G., N. O.
"Washington, Abril 15 de J&37.
.. El Depertamento de Estado ha hecho formal ex.i·
gencia al Gobi,: no de Colombia para el arreglo de la re·
c1amación presentada contra él por" Tlle Star & Hemld
and La Estrella de Pa1lamá Campan y."
"Tile Stard &> Herald publica una edición dia ria y se·
manal en la ciuflad de Panamií, lugaf donde tiene estable·
cidas sus oficinas. La Compañía que maneja el periódico
fue incorporarla bajo las leyes del Estado de Nueva York,
y las siete décimas partes del capital social de la empresa
pertenecen tí ciudarlanos de ese Estado. Su reclamo contra
el Gobierno de Colombia se eleva comv lÍ 90,000 ""lIars, y
se prcdujo por la suspensión que decretó en Marzo ,'e 1886,
durante 60 días, el General Santo Domingo Vila, .1 efe Ci·
vil y Militar del Departamento de Panamá."
Respecto á la transcripción 'lue ha{;emos hoy, hay
que agregar por nuestra parte que no tenemos ingerencia
en ella, y que, en cierto modo, no es exacta, pues esta em,
presa la gobierna una Compañía anónima organizarla el 3
de Septiembre de 1896, conforme á las leyes de la Repú·
blica de Colombia y con el título de " Tlle Star &> IIerald
and La Estrella de Pa1la!lIá Publishi ng and Printing Com.
·pany." Esta sociedad compró la empresa á su antiguo propietario
el señor D. J . Gabriel Duque, 'luien, tí su vez,
como mejor postor, la adquirió en remate judicial efectuado
el 16 de Junio de 1893 en el Juzgarlo 2? de lo Civil de este
Circuito; y ni él ni la pr"!sente Compañía propietaria de
estos periódicos, tomó á su cargo, ni lo que se debía á la
antigua empresa, ni tampoco los créditos ó reclamos contra
persona alguna ó gobierno cualquiera. En virtud de esto,
pues, deseamos hacer saber de una manera clara y categó·
rica que" Tile Star &~ Hemld and La Estrn[a de Panamá
Publishing and Printing Company" no ha tenido ni tiene
reclamo de ninguna especie contra el Gobierno de Co·
lombia.
Señlll'es i n genie.cl'os . - En la oiicina de este
periódico está de venta un famoso nivel cnn su correspon·
diente mimo
Se cO lnp.ra de contado una casa que ,'alga hasta
diez y siete mil pesos ($ '7,000). En el altl1acén números
306 y 308 de la 3" Calle de Florián se reciben ofertas.
COI'batas o al'at,ts en el almacén de Patiño & C~
3'~ Calle Real. 20-7
M anuel ll'Ial'ía Mhd el'H G .-Joyería. - Surtida
permanente de alllajas extranjeras y del país. Fabricación
-especialid¡¡d-argollas para compromiso. Oro garantizarlo,
Compra oro y esmeraldas.-J3ogotá, Calle 12, número I33.
D,UIIOS en arrendamiento el almacén que ocupaba
D. Pedro Repsold. Patiño & C", 3~ Calle Real. 10-5
~.el1ti ticlo.6
CA BLEGRAMAS
oficiales del Excelentísimo señor Ministro Je Estado en Madrid. al
Excelentísimo señor Ministro de España en \Vashington.
3 de Mayo.
Cztba, - Ha habido e11cuentros en las Provincias de
Slntiago de Cuba, Santa Clara y Matanzas, dispersando
al enemigo, cogiéndole 80 caballos. Se han presen tarlo 38
insurrectos. En Lomas Pedroso muri6 el cabecilla Carlos
Aguirre, cogiéndose documentos de Máximo Gómez y la
documentación del titulado Cuarto Cuerpo de Ejército, En
Mantua murió el cabecilla Rodríguez. El Ge!1eral Weyler
salió para Villas.
4 de Mayo.
Cztba.- Han sido batidos los rebeldes en Manzanillo,
Santa Clara y Matanzas, haciéndoles 23 bajas y 29 prisio·
neros. Sejhan presentado 43 insurrectos.
Filipüzas.- Hemos ocupado Halang, Amadeo y Quin.
tana con pequeños combates.
5 de Mayo.
Cuba.-Encuentros sin importancia en las Provincias
de la Habana y Pinar del Río. Se han prest;ntado 9 insurrectos.
Filipillas.-_El día 3 el General Suero, con veinte com·
pañías, tornó á N aie, despl.\és de tenaz resistencia, dirigida
por el cabecilla Aguinaldo. El enemigo dejó 500 muertos
y 200 prisioneros. Nosotros tnvimos 20 muertos y 80 he·
ridos.
6 de Mayo.
Cuba,-Ha sido batida en Reforma la partirla de Máxi·
mo G6:nez, dispersándola. En Victoria ha sido batida la
partida de Ajeda, causándole muchas bajas. En Pinar del
Río hemos tornado un campamento, y en él se han cogido
36,000 cartuchos. Se han presentado 52 insurrectos.
Filipinas.-Hemos ocupadu Yelam, y vuelven los re·
beldes á presentarse á indulto.
7 de Mayo.
Cuba.-Encuentros con grupos locales, dispersados,
causándoles bajas. Cogido resto expedición de municio·
nes (del vapor MOl1arch), desembarcada mediarlos Marzo
en río Mosquito, encontrando 242 cajas, con 40,000 cartuchos.
Expedi .. ión desembarcada Guantánamo fue hace
tiempo y no tuvo im;lOrtancia
SIN MUJER
se quedarán los que dejen de ir
al Pasaj e Gómez, 5: Calle de
Florián, á proveerse de un lindo
mobiliario de sala.
C'ÉSA R E. BRAVO
ANGEL ESPINOSA
. ABOGA DOS Y AGENTES
Se encargan de todo negocio
relacionado con su profesión, anticipan
los gastos de los asuntos
que se les encomienden, previo
arreglo, y en especi al gestionan
r.eclamacion es ante la Comisión
de Empréstitos y ,Suministros.
Honorarios módicos, Carrera
8:, numero
mero 2 1 ~.
473, apartado nú-
20
E UG ENIO LOPEZ, en su almacén de fierro frente á la pila del
Parque de los :\1"ártires, acera Norte, da to