Saltar navegación e ir al contenido principal
Biblioteca digital de Bogotá
Logo BibloRed
Saltar el buscador

Esta ingresando al contenido principal

  • Exclusivo BibloRed
  • Otros

The Stars of History: Marilyn Monroe

CONTENIDO PARA USUARIOS REGISTRADOS

Inicia sesión para disfrutar este recurso. Si aún no estás afiliado a BibloRed, haz clic en el botón.

Acceder
  • Autor
  • Año de publicación 2022
  • Idioma Inglés
  • Publicado por Europe Comics,
Descripción
Citación recomendada (normas APA)
Bernard. Swysen, "The Stars of History: Marilyn Monroe", -:Europe Comics,, 2022. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3956689/), el día 2025-06-17.

Contenidos relacionados

Compartir este contenido

El Porvenir - N. 64

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Imagen de apoyo de  El Pueblo - N. 67

El Pueblo - N. 67

Por: | Fecha: 04/12/1856

, , STADO DE ANTTOQUIA .. ==NUEVA GRAl\TAD.c\. Trimestre 6 o ( ,. ale 1 O reales. J ~Jede Un, 4 tle di cien br~ de ·18a6. ~tímero 6 7. vale un real. EL PUEllLO. mente envuelta en lns acusacion s que se levan- - tan contra ellos; en otras pnlnbras, guc aun cu,m- ~..,...,VVVV>AA~~VVVWVVV>.WVVVVVVI.'JVVVVVVV~o'VVVV>""""' do la parle dogmática de una reli,¡ion Clldlquiera, // / .t'l' / / P / sea eHteranwnle inofcn ·iva, el dogma mismo se ~ UtkrtctttÍl, /1 rte cúét-lmtJ-;r un parttdario del sufl'ajio universal,i c¡ne no cristianas de la perversi lad filosófica. 1 sin em­halHa mzon pal'n erc<'t' que el misterio de la Tri- bar;;o, esa misma relijion cristiana condenaba )::\ 11idad se opus·cra en nada a la de:;centralizacion mentira, el pcr·Jurio, el asesinato i la tr:licion que ~Jc·l. poder púhlico, ~i pre~tnrn ilpoyo directo ni trataban ellos Je jusliticnr; Jos dos pal'lidos se mdtrt~cto al monopolw de ltcot·es 0 ah abolie~on apoyaban en la misma leí; los unos la suponían le },1s aduanas. El dogma es un priucipio pnr·a- capaz .de antori~;u· todos los crímenes siempre que mente relativo a la part.e espiritual del hombre· se tuvJCra en mtra un huen fin; los otros so~tenian pnr con igult'nte no pucue afectar el intercs tcm~ t'cdonuamentc que la Joctrina de Jesucristo con­poral, que es el q1 e), ciencia política estudia¡ dcnaba todo Jclito.i que los que de otra manem t•onsidera. Adcnws, e1 dooma influye de una nn _ la entendían eran sus calumniadores. Prro los jc- ¡cra fija i espr·cia} sobre caJa inJividuo COll10 Sllitns tenian a Sll favor la inf]nencia deltr:ljC j ele) ~ ~ caminaJo al bien 1'mico dú su p¡·opia all~a. La éstac!o.s;}ccrJotat;elsofis;ma triunfó al fin,i los pue­polHice~, po'r el con tmrio, se ocupa preferente- blos. incapaces de distinguir n la reliiion de sus nH'nte dd intcres soeial ¡ Jl{) ~01 1 bi n n mi1 tl'os, mirahan con horror a los filÓsofos eris· nwnta d •1 individuo aino como un medio de Jle- tiunos i adoraban el puñal de Ruvaillac. gar a ronocer el iuterrs eomun. E..,o es prccig:unenle lo que querc_mos evitar no­. N la historia no nos mostt·ara tan tos eatólieos solros. Hacemos a Jos O!inislros de la relijion · ~·(•:tLuJercs (J'lC al la. lo de su fe ciegn, ponian sin nuestros cargc s; demostmmos que estos son jus­lliCOi. l\'Cniente ~l amor .del a Hepúbtic~; si en tan- tos, eompnrando su conducta con las prercneio­tos coraz ncs s:nceros 1 en ·tantas almas elev:1das nes de la leí mot'ill; prohnmos que ~wn merecidos, fl_o 'iérnm )S eso~ _dos. t>l mentos ririendo juntos apelando a la historia que los ha rccojido i los con­~ rn eotmr en coltswn Jam:ls; si lre i que lu \'enlad o el dcmasías. absurdo del prinwro, nada absolutamente tiene Cre~"mos, pues, q~w basta con csla rsplicacion. ·~1ue rercon la jnslh:ia o injuslicin de la otra. Si hai algun hombre baslnute terco u obr.ecado Pero esto es Jo que nece~itamos esplicar· en esta que se resista a creer lo que uemos dicho; si hai -ver, i lo que, segun dijimos, no habn1n compren- illguno capaz de persuadirse de qt e la conduela uido quilá algunos de nneslt·os lectot't'S. del clero católico, no ha sido escandalosa i ann Cuando herno· di<:hv (i pudiéramos decir cuan- criminal en muchos casos; si hai q.uien dude de la <1.'1 _lwmos demostrado) que la Corporacion a pos- verdad de los hechos que alegamo~, o que, dán­t~> ltc~,. los ~npas, Cardenales, OIJispc~s, Le~ados, dolos poe cierto., no los ataque i los condene, a ese .Conctlws, Conclaves&, han opuesto eríos cmba- lo desafiamos para que nos convenza,aunque cree­rnzos a la m1rd1a de la id >a liberal i suscitado mos que su ct)usa es insostenible; pero si para enrmigos i tropiezos~ !a indcpendrnc.ia de_) hor 1- p_rohat·nos qne el tribunal de la inquisicion por h_re i a la \'erdad polttlca, no hemos qncrtdo de- e;crnplo, es una co:m mui santa i m ni sngnHta, fll' qt~c tt_d _cnlpa sea imputable a lfl relijion de qn0 nos alt~gan qne .lcsucr'sto fué el Enviado ue Dios i c~os mdt 'tduos se bar llamarlo defensores i 1ni- que su moral es la Hit s pura i mas s·mdlla, nos ntslros. Nuestro objctn fué ex_am~nar la cond~H:la 1 damos por vcncidqs desde ahora, porq 'C no se .de ellos, dcm >strar que babta s1do reprensiblr, Lrat11 de eso ni sohre tales puntos disputamos. El ha_ccr ver a nuc_stro clero que si seo-uia por el ca- Padre puede ser consustancial con el Hijo; el mis­mmo de sus ant1g_uos m~estros, correría la misma terio eu,carÍ5\~ico P,uede ser' evidente~ la virjinid¡:¡tl suerte que ellos, 1 por fin demostrar a los que ver- de l\l!lr'w. sera nrtLCulo de fe. &, &; pero eso no ·dadern.mente desean q te la relijio.n católica se quiere dceir c¡uc los 1 apas hayan tenido derecho con erve intacta en el pnis, que el único merlio de para Jeclnrar. e infalibles i superiores a los re-ye·s; sal v~rl~ e_s el de ~olver so!Jr~ lo~ e no res? estud:ar ni que el f!?hicrno del mundo, les pertenezca por el e.' anJelto, s.cgutr n Jcs.u.c¡·¡slo 1 rcnunctar a esa~ derecho; m que la monarqma un·vrrsal de los peltgrosas ?;l_1anzns p_ollllct'ls, que no solo echan Pontífices deje de ser un delirio insensato: ni que sobrc.la rcltJtOll el otl :o de todo un bando, si-no la libertad de la prensa es un del' lo; ni que Gali­quc lH'no~n a presentada como enemiga de la leo fué un hrreje o Colon un eismñlico; ni que to­Drmocraeliy. dos los cr!menes que en nombre de Dios se han No ~e ~lv1dcn pncs nue tras palahras. Nosotros, cometido sean vi1·tudes, ni que sean punible-s las pn~?.clndtendo absolutamente de nuyslt·as ideas acciones inocentes que los curiales han elevado al reltJiosas, creemos que un dogma cterto o falso, rango de pecado. santo o absurdo, es ab ·olu~am ntc incapaz de ill- Por lanto, nos declnramos en nuestro derecho ter~r en_ lo mas leve un principio _pol~lic~ dado, o. l. para llamar .a lq .cnestion a cualquirra q~e se sul.~ de mfluu· sobre la suerte de la" msttluc10nes de ga de eJla, 1 ast corn esperamos de pie firme a Jos pueblos. Lo que si hemos dicho i creernos, lo lo~ que quieran combalirnos en nueslro terreno, que esperamos demostrar hnsla la saciedad, es así tamb:cn dcspret:iaremos lisa i llanamente toda qn~ una relijion cualq~tiern, ci.tyos mi_nistros en tentativa que se haga para meternos en lo que no calt_da~l ~e tales, pel'slgan la llherlad 1 trall'n de IJlleremos ui hemos querido tocar. o.prumr 1 embrutecer al hombrr, ·se re nalural- Si los csccsos c1uc el ~lcro ha comctiJo fueran hoi .una mera c'uriosidaJ hi!-\túrica; si la verdad hubJera q11cdado cornplctnmenle \Ídoriosa en las luchas que en su nombre se han trabado· si los ctlesi_ástieos de hoi fn_eran I 1ejor que los d~ ayer, por e _crto C..fl~e nos en~ari_amo~ un trabajo que nu pnsnna de stmple cunostdad 1 en el cualtcndria­n~ os CJl~é conteo tarno3 con ostentar alguna erudi­c~<~ n, sm esper:n1za ~e conscgu_ir_ fruto alguno po. stttvo. Pero no es.ast. Las trad1c10nes elcsiásticas han llegado hasla Aosolros revestidas de toda la ( ntigua_ au orid~ú; .los ahusos ue los _rrimeros si­glos existen hot, Sl no franramen te 1 en virror al . . . o ' n~e.nos 1 n pe~tore 1 cop?o espcnm~o la ocas ion pro-ptew; la Cuna de hot 1 sus parctall;'s se empeñan en sc~uir los pasos de los uHramontanos de mas antigua data, i por tanto, si acaso alguna \'ez nos detenrmos para decir lo e uc estos hicieron o pre­t_ endieron, es par!! que se yea lo que aquellos ha­('~' 11 o pr~tenden 1 pura que las lerciones que la so­e: eda<.l dt6 a los segundos en los ajitaúos tiem­pos de la reforma, sean aprovechados por los pri­tn~' ros úntes de que, desesperando de que se en­m tenden, tengamos que rest>lvernos a prescindir nnluralmente de ellos. N(;Sotros escribimos sin oposicion en csle Esta­do. Algun pobre papel que de vez en cuundo ha s:1liJo a combatirnos? se t:a encontrado incap:u de sostener la lncha 1 aun antes de que la polémi­ca se entable, han vuelto modesla i pmdentrmcn­lc sus autores al silencio que nunca debieron ha­ber rolo; pero si el pai'Lido ultnunon tan o carece de defensores en Antioqnia; si no hai en nuestro cle­ro, en nnestros literatos, ni aun en nuestros tar­lufos uno solo que merezca que con él se discuta sériamentc, no sucede 1 i mo en la República, por .la cual circulan i son tcidos los periódicos re­lijiosos de la eilpilal. No sabemos si estos tendrán a bien algnn dia ocuparse de nosotros: poco im ... porta que lo hagan o no; pero lo que sí hai tle evi­dente es, que nuestros piincipios s,.,n combaliJos por ellos i que, presentando al partido pol'tico que sosten~mos como enemigo de lns doctrinas orto­dojas, nos ponen en el caso imprescindible de re·· futar sus csc.rilos. Ved aquí por qué tendrrmos que analizar c:n lo succsho los periódicos católico­políticos de In capital. Pero fijemos la cucstion para que no haya ríes­~ o de qu,~ en ]o sucesivo nos ataquen fuera de ella, 1 para ÍlJarla, comenzamos por presrindir de lo que creemos o negamos en materias relijio~as. Estas como del esclusiYO dominio del individuo i como incapaces de hacer mas que el bien o el mal indi-vidnal, no pertenecen aJ dominio de un perió­dico del juicio i carácter que queremDs tenga «EL PuEnLo.)) Nosotros somos escritores públicos· nuestro olJjeto es examioal' los hechos actuales: lomar en cucrlla los futuros i, SUJetándolos al aná­lisis, a la observacion i el criterio de la historia, ver de qué mnncra influyen o pueden influir so· brc la suerte i condic.ion de los individuos i sobre la rnarchn del pilis. Todo cuilnlo directa e indirec­tamente, prro de una manera cierta, i¡;¡fluya so­bre la política, soLre la opinion o sobre las .cos­tumbres; totlo lo que, hecho o prohibido, tienda a ejel'cer una acciou clara sobl'e la masa de liber­tad social i sobre la educacion política de los ciu­dadanos, rsl~í forzosamente sujeto a nuestra plu­ma. Pero el dogma no participa de estas cualida­des; es decir, el uogma puro i propiamente dicho. • o hace mucho tiempo qne un nuevo articulo de fe, relativo a la Concepc· on de Ilfnría, fué ·eslablc­ci io en la Jg·lesia, i así como los pueblos hahian andado políticamente sin él, seguirán andando nl lado F.uyo sin tropiezo. Es un nne"o hecho para ilgrco-nl' a la historia de la Vírjcn; hecho que pue­de suscitar disputa~ escolá~ticas; pero no discu­sion ni diferencias políticas. Pero cuando las autoridades eclesiásticas, sea cual fuere su rango en la jerarquía, dicen o hacen algo que, de ser creído o respetado, puede iufluir sobre la causn de la libertad humana, nosotros comenzilremos por prohnr qne quien tal hizo o dijo, traspasó sus falcullades i que su obra debe ser proscrita i rechazada. Cuantos abusos andRn i han andado por el mun-­do cubiertos con el ropaje de la autoridad eclesi:is­li~ i libt·ándose. de In pública censura, solo pa .. que dizque son de fe! · Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 268 ~PUE LO. / Comen.zaremos por la autorirlad de los PoJJlífices dos sin distincion de color político ni de ideas re-¡ done. Cuando se ventilan inle1·esrs de tanta mon­i veremos si comfi tales lwn llrg:1do algunas ve- lijiosas se le\'anlarian proteslando cunLt·a tal de- ta como los que el periodismo ha tomado a su ces a hacer e dignos de los ataques que les han CI'elo? No hacemos a ningnu hombre, ni a los cargo en nuestra patria, es preciso a veces renun­J~ echo los filósofos,- i decimos como tales, porque curinles mismos a quienes atacamos, la ofensa de ciar el la belleza de la forma para buscar en la hemos visto ya que cierto periódico, esnito por creer que tal alentado pudiera ser apr:obado o si- sencillez del I'aciocinio, ¡:)ólidos apoyos en que se hombres avezados en estas materiAs, trata de sos- quiera tolerado por alguno. bagan reposar las teorías. 1enel' que "las fallns de los Pontífices, si las ha Pero ¿por qué se rebelaría la razon humana CitO~ICA I ·TERIOR. habido, han sido comeLiúos pOI' ellos en su calidad contra esa leí escandalosa? Unos .nos dirán qne de hatnbres pwro no en su calidad ele Vicarios de porque la conciencia rechaza tal iniquidad. Oll'os Jes'lteristo." Dejamos para otro di a el examinar esa alegarán el7Jrincipio utilitario, i nos dirán que VVVVVVVV>'VVVVVVVV'o'V'o/VVVVVV\.~VVVVVVVVO.WVVVVVVOW\IV\NVV>.~ delgadísima distincion, i, suponiendo que el que porque esos hechos produeen esced ente de pena. como hombre comrte un asesinato, un adullerio Los mismos ascéticos, eoos minjstros rlel sufl'i­u otro pec¡neiio pecado a lo Alrjnndro Vl, pued11, miento, nos contestarían que el sufrimiento im­~ omo Papa, respet<~r las libertades públicas, las puesto es un mal. 1 estos 11\).mbres, raciocinando garantías indiviuuales, la moral t.le Cristo i la lra- sobre diferentes bases, llt>garian al mismo resul­. Uicion apostólica, entrnremos, parle poi' parte, tado. Pol'que ¿qué es la conciencia, sino la per­a examinúr si los Pontífices Romanos han tratado eepcion instu.ntánea de lo justo, 1n fncultad, in­o no de convcl'tir alguna vez la relijion en ele- tuitiva si se quiere, de calificar Jus llecbos, la es­mer1to de tiranía. presion ix~rminanle del alma, qne nos revela la Des pues que demostremos estn, probaremos armonía o desarmonía de los hechos es ternos con que no solo rUos, sino sus partidul'ios, todos la propia naturaleza? ¿Qué es el principio ulilila­han tenido constantemente la misma tentacion; río, sino la aflrmacion de que el bien está en la haremos ver luego que tales hechos no solo no son virtud i el mal en el vicio? qué, sino la úllima de {e, Ai están autorizados por el eva11jelio, sino fórmula del principio armónico que busca la feli­que han sido i son reprullauos por canoni tas les- cidad por el camino de la vi1·tud "? ¿.Qué dicen en crí Lores tle la mayor resrelahihdad; i cuando ha- fin los ascéticos, sino que la pena impuesta por vamos opuesto a las opiniones de los ultramon- otro quebranta la lei de la justicia? ianos las de v:1rones respetables como los antiguos Hai pues en el hombre un elem.ento, una fa­doctol'es, o las de prelados eminentes comoFleui·i, cullad, o como qucraís llamarle, que le permite Bossuel i Fendon, hnhren1os sepal'ado lo justo de calificar los hechos i juzgar si-son buenos o vi­lo injusto, el derecho del abuso, la vel'da<.l de la ciosos. Esta facultad es uni\'ersal; puede ser que mentil'a. Entóoces nuestra larea quedará cumpli- se le den nombres distintos; puede ser que se dis­da. Los católicos no tendrán qtfé queJarse de noso- cuta sobre la manera con que obra; pet·o todos tros,ni los miembros cte otras reljjiones nos-en- com ie)ien en ella i conocen que existe. Llamémos­cooti ·arán parciales. La rclijion eJevo.dél n la altura la, el senlimiento de lo fusta, pnra evitar disputas. de la 1ilosofía, no riene ni puede tener enemigos Ahora bien; lo que es malo hoi ¿podrá ser bue­en ninguna parle, i sen cual fuere el nombre partí- no mañana? Lo que es criminal cuando se ·hace c.ulat' con que se la distinga, será respetada per- en nombre de la criatura ¿,podrá ser laudable cuan­manen temen te miéntras sus mandatos eslén en do se hace en nombre de Dios? Lo que es Justo armonía eon los inlcrcses humanos. o injusto, cuando un partieuiM lo hagil ¿dejará Una última csplicacion i eoncluimos. de' serlo, cambiará su esencia cuando Jo haga nn Hemos dicho que el dogma puro, sen cual fuere sacerdote? Hai una justicia que todos conocemos Ja relijion de que haga pa1·te, es incapaz de hncer fúrilmente i en la. enal todos convenimos c01no t::l bien ni e! mal político; pero, nos pl'egunl~t'éÍn: h01.1.bres 1 otra que nos está oculta i que solo deJa ¿ eómo haceis para distinguir un dogma de otro? Dios conocer a sus ministros? Pel'o si es a~í, en­pues si rcconoteis en la Iglesia la faculrad de de- tónces para qué sirve 111 primcl'a puesto qne sus clarar uno de ellos, debeis reconorer la de decla- prescripciones pueden ser derogadas por Jos in­rarlos Lodos. O l'ecunoceiR lu antoridad i entónces térpretes de la segunda? habt·eis de obet.lecel'los sin escepeion, o no la re- Desengañ 'monos. La justida es una, pil~ u e couoceis i eulónces lenrlreis princif'ios proclama- uno es el Dios de que emana i una la verdad en dos; pet·o no dogmas ni verdadera fe. que reside: i como no hai verdad que pueda de- Piles bien. Nosotros no en1ramos en la cuestion 'jar de serlo un momento sin conYerlirse en men­teolóJira que habria de enseñarnos hasta donde tira, la justicia tampoco puede cambiar por un Jlegan los poderes de la Iglesia. Sabemos que la instante su naturaleza sin corromperse al punto. relijion. como todas las instituciones existentes i De aquí se deduce que todo hecho que esté en por existir, necesita de un jefe i de un go-bierno oposicion con el sentimiento de lo justo, es inJusto que den leyes acerca de ella i cuiden de que se en sí mismo; i si es injusto es falso. Pero como cumplan; pero para juzga¡· de la jos ti cía o injus- no hai en la nalui'aleza mas que una justicia, este ticia de esas le~ es, para apreciar la conducta de principio se aplica forzosamente a todos los hechos ese jefe, de ese gobierno í sus ministros, tenemos i personas de donde pueden emana¡· órdenes, de­una · l'egla, cuya infalibilidad deruostml'emos fá- rechos i obligaciones. Entónccs, aplicando estos cilmente. razonamientos a la cnesliou que nos ocupa, con- Si un gobierno civil, un Congreso, un Presidente. el u iremos que todo dogma que ataque los priod­un Rei, dan un decreto autorizando el robo en los pios de jusíicia, es atentatorio, i si es atentatorio ,·aminos públicos, el homicidio, la 'iolencia en es f .tlso. 1in, bajo cualquiera forma ¿no es cierto que to- Espet·amos qne esla pesada digresion se nos per- .hu¡t:~·u~eiou ¡n.altliea.- Los certámenes anuales del ColeJÍO del Estado luYieron 1 ngar en Jos dins H> i siguientes has la 23 del pilsado mes. Las mal~rias de enseñanZél en el presente afio fueron: idomas espnñol, frances, ingles i latino, aritmé­tica, áljebra, jeomelría elemental i préícticn, tri­gonometría, química, jeometrl.a, jeografia, meta• t'!sica, historia; ecouomia política, derecho ciVil, procedimiento civil, derecho eriminal i procedi­miento criminaL Con el interes natural de todo hijo del colrjio, i animados del amor profundo que profesamos a la educaeion de la jll\entud, nos propusimos asistir a lodos los actos. Esperábamos c¡ue los alumnos ~larian a conocer los adelantos que en las ciencias i en Ja literatura hubieran h•~cho en el prrscnle aüo escolar. Esper·ábamos tambien que los profe­sores i superiores del colcjio nos demostrarían por _medi.o de _los fll'Of?l' sos de sns discípulos, CJ'le hab1an cumplido perfectamente con su deber, que habían llenado su 1nision i que la sociedad al en­cargarlos de la sagrada majistratura de la ense­ñanza no babia hecho en ellos nnd mala cleecion. Confesamos auemas, que por informes privados es­peníbamos muebo Je los alumnos de quienes se nos habian hecho grandes elojios. Tu\'imos el gusto de ver que el resultado de Jos actos correspondió perfectamente a la vcntRjosa idea que del aprovechamiento de los alumnos' nos habíamos formado. Asislimos a todos los netos, i el resultado de todos ellos nos pareció nltamenle lisonjero p·1ra el Estado, para los superiores i para los alumnos. La justicia nos ohlig::t a hacer espceial mencion de algunos de los actos; porque entre todos hubo algunos en que el aproYechamiento de los alum­nos saliú de los· limites de lo notable, para pasar a lo sobresaliente. La clase de química,que apénas cuenta algunos meses de inaugurada, 1a merecido justos i nume­rosísimos e\ojios, ¡)or el señalado aprovechamien­to de los alumnos. En esta materia nosotros so. mos absolutamente ignorantes; pcm para asegu­rar que la clase manifestó estar bien aprovecha­da partimos, primei'O del concepto de dos perso­nas entendidas en la materia i que nos han ase­gurado qne Jos alumnos han aprovechado bien el lirmpo, i segundo de la detluccion que todo hom­bre de sentido comun puede hacrr en vista de los hechos. Durante el aclo vimos que los alumnos respondían con prontitu.;,i i calma a las cuestiones que se les hRcian, i su facilidad en la manipula. cion nos indicó perfectamente que los alnm .. nos enlendian lo que hacían, i Jo que hacian o0 era cosa sencilla. Pnrece que los prog1·esos de ~sta clase se deben no solo al talento 1 consagraeion de ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~!~~~~~~~~~~~~ FOLLETIN. EL JESUITISMO. (Continuacion). Pero ln doctrina del rejicidio i del asesinato politi­ce no fué sino un recor::.o pa::aj ero a que apelaron los Jesuitas en ~u primera épocR d<~ fervor teocráttco, cuan­DO todav{itno e~tabun tan adelunl ados en _n diplomacia tenebro¡,a. Pasan los tiempo::, _e madura cl.J énio de la intriga, i e agllza lllllS i mas el ::iULil espíritu de la ns­tucin. Entónces se irwenta otr<~ ro~n mucho mas oficaz, se concibe otro i~tenta, se realiza otro e~tablecimtento mucho mas profnndo 1 trascendental. Ya no se necesita de Jacobo Clemente, de Juan Chato!, de Rnvaillac i de Barl'iere; pero en vet de P-tos a;:;esinos. chorreado.:; de sanPre i de la sangre de los reyes, en vez de esto::. si­c¡ mos se ve otra cosa tnltCho rna:; espantosa todavía. Estos asesinos, muí de tcll·dc en tard<', podittn malar un lleí i lo demas quedaba vivo. Estos asesinos mataban el cuerpo i dejaban el almu pulpilante. Pero hai otra cosa .mucho mas lúgnbre i letal, otri\ co:;a esencialmente morttfera, qne lleva la muerte al alma de lo:; Reyes para matar despues el ahua de los pueblos. Este nefa­rio aborto de la Cornpañía, peor qne el a::;ejnalo i el puñal, es el DIRECTOR, es el negro espía de la concien­cia del hombre al traves de una reja o de una celocía. Detras de cada Rei e ve marchar un hornbre de Lo­yola que d6 d1a i de noche, con la autol'idad do las ame­naza del infierno, persigne, asPdia, acosa esta alma de!igraciada, la co.1e entre sus manos, la achica, la cer­cena, la d-e~;pachurra, i reduciéndola ul nivel de su gar­ffanta, se la chupa 1 acaba por engt~IUrsela i asimilár­sela como un bocodo ct~~ pan o de. cualquiera alimento. Ya no se nece~ita formar ministros para gobernar por medio de ellos-¡ no ! -al tra ves del confesonario se ba in­ventado otra cosa rnucho mas segura. s~ agazapa la negra sombra de lo pasado i dejándose e::;currir ~uave i « triaca en E paña, el Padre Anger, cerca del último de siJenciosn.mente, insinúa poco a poco su cab8za .dentro ce los ' rcto!· qu_c snlir, o qué m1~ndar al- sacrílega concupiscencia! Ai de los discipulos de profanarla, ¡ para despues entregársela al demo· c.·uno a acnllar el I'UiUI) 1 contcne¡· el desorden en Alejandro VI que hayan manchado el honot· de nio juntamente c~n la de él; porque yo dudo que Jos cl;iustros. Quisiéramos que en 10 SU t't'sivo no sus familias con uniones incestuosas. Porque es- en el cielo las reciban! .se repitiera esto, i que el mas profundo úrden reí- tos no solo han roto la lei de los hombres a quie- Estas escenas se repiten en mi puehlo cada clia; nar·a dunmte Jos aclos. nes no aman. la Jei escrita de Dios en quien no porque el cura¡ Don Gaspar, si no tienen. el pres- Despues del lisonjero resultado que han te o ido .creen i la lei de 1n Iglesia de que apénas se acuer·· tijio del talento i la ·virtud; porque son supmarnen- • los certámenes nos seria muí Gstraño hallar algun dan iara ~splotarla, sin~. tam.bien la gran lei n~- te torpes¡ supinamente corrompidos, sí cuentan antioqueño que desee la Yen ida de los jesuita~ ~ara lural 1 soctal de la fn.mtha, sw cuya observancH\ por Jo ménos con el influjo del oro i la corona; la enseñanza de la JUventud. Con lo:; catedratJCos no hai moral, ni órden, ni pueblos, ni estabiJi- influjo terrible i podemso en tod~ ~1 mun'd~, 1 que al presente esl::ín consagmdo~ a la iostru<:éion dad, ni fe!.... mayormente en la tierra en que '•.vimos. Cnslo pública, es seguro que nuesll·a Juventud se Ilus- dijo: "dad al Césn~ Jo que es d~l Cesar;" per:o en trará perfectamente, i no creemos que sea nece· COLABORADORES. 1 mi pueblo se p~acttca lo conlrarJO, porque alli dar~ sario que los jesuitas vengíln a hacer que educ.an a Don Gaspar 1 al cura lo que no es del cura rn a Jos jóvenes, pervirtiéndoles el corazon por me- ·'YVWVwoo~~""""V""""v"v""""""' VVVVvvv>.~""""""'"""' de Don Gaspar. dio df la hipocrc~ia, de .la d~lncio.n i d.e la obedien- DON !l!SPAR EN LA ASAMBLEA. Ahora pues, ya comprenderás có~o ~ por q~é cia pa~iva Trmgan s1 quteren .Jcsmtas; pero no Eran pasadas las diez de la mañana, cuando vino Don Gaspai' a la Asnm,blea, l como 1 por que, lus tra1gdn COJ?10 pi'Ofesor~s; tr:nganlos como ele- Rufo¡ yo, nos paseabamos ya-por ]as galerías del cuando él no Yenga, vendra el cu_ra. me~t~o de gobierno; entreguen les el campo de la edificio donde se reune la Constituyente, ei)peran~ Lo que acscubriendo allí a muchos blea volvió a caer en su estado de somnolencia ranles; nHIS o méuos filosóficos; ¡wro todos en -personaje~ que él b-abia conocido en otras partes habitual. pi'O del artículo. Po1· t'lltllno. e ePITÓ la diseusinn ejerciendo de3tinos mucho mas plebeyos que el que Aquí un cua~enton de rostro avinagrado cuchi- i el Pre.siJente preguntó: ¿aprueba la Asamblea allí dr empeñaban, se volvió ác!a mí pa1·a decir- chea con rl vccmo, tal vez soiJJ'C cosas que no en- esle artH:ulo? La Asamulea prrno! El Secretar¡u: me· ¿Cómo es esto, si adernas del famoso Don tiende: allí otro de hra,·euoso talento, haciendo Jo aprueba. Gasp:u·, veo aquí mas de una docena que si no qne lee i no le~ nad.a: all.á un par de sicofantas Cuando Rufo oyó aqurlla granizada de golpes, llcHn el mismo nombre, liPn(;'n por lo rnénos el con la boca abierta t la VIsta clavada en el maes- que hizo retemblar eJ ed if1eio; se dirijió a mí pa­mismo t'1lento? ¡Necio de mí! que creía encon- !:ro: acullá un zampalol'las que parece no ver nu- ra preguntarme si allí t<11nhien se deciden 1: .. trar· nquí la flor i Ja espum~1 del Estado; pero en da, ui uir nad~t, ni .pensar en nada: n~as allá Ul~ cuestiones a los golpes como lo deciden los gaiia­' ·ez de espuma, encuentro nata, i•cn vez de flores mozahrle mm pel'lpuest~, qne con atr~ ~le que nes de su pueblo, por encima de los jueee · de no rncuentro ni iWn ramas, ~ino tr0neos ya roi- se !ne d:l a mí, pnsa el ttempo en aca_nc1ar las paz. ~í, Rufo amigo, aqui tJmbien se deritlcn l:éudoselc concc­por su mneltn madures. Eslos ancianos presidí- tomando por modelo un.ma~larracho con corona ~ido noléqn~ todos Jos Diputados lle,aron el pa· dos po1· el Sumo ponti/ice antioqueüo: no pueden qur está al frente: a la tzquter~a un. filósofo en nuelo mnqumnlmente, i hasta H.ufo i )O en·imo:; ménos qne acercnrse mucho a la infalibilidad. golfado entr·e un zoquetudo le''Iton, 1 tan pensa- P,J'udente rrtirarnos, corno en efecto lo hicimos. Cierto es que en ésa cdatJ ya las facullades del ni- tivo que cualyuiera d.iri~ que estaba resolviendo El se despidió de mí pi'Oteslnndo no \-oh en.;t' ·l • ma se han entorpet:iJo, i las pasiones !Jan e¡. ;uta- el pwblcma del monmtento pcrpeluo: a la del'e~ asomar a la Asamblea, i arrepentido de su cul'io· 4lo el curazon, JcRpOJándulo de totlo sentimiento cha Don Gaspa!' con car~ de causa trmnfante, 1 sidad, i yo me quedé dicienuo: le\'ado i jcneroso i dejando en él el jérrnen del en el centro un par ue ctclopes que seg-uJ'am,~nle He aqui la Asamblea Constituyente del Estado rgoisruo cHJa día mas vigoroso; pero cada dia mas serán los que fabrican los rayos a Júpiter tonan- frderal de Antioquia. IIe aqn1 a los hombrrs que p!'Openso a la maldad, i mas impotenle para el te que es tú al frente, para la guerra que' a a em- hoi tienen a bu cargo la suerte de 300,000 autio­J> ieu. Pei'O sin embargo en esos edificios de carne prc.nJet' cont!'a el Papa; guerra en que los corn- queños. He aqui las leyes que denumban el an­que ya pnrece que amenazan ruina es dende se batientes van a acaloran;~ mucho, po:que al fin tiguo réjimen i que l'undau otl'o enteramente nue­hallan la sr>lidcz i el aplomo. ¿Entiendes esto Ru- la guerra es de candela. Fmalmentc: variOs bono- vo. Pero ¡ah! qué Asamblea ! qué homht·es! i fo? Pues si tú no lo entiendes, yo tampoco; srgu- rabies fumaban scnJos ciganos, paseándose apa- qué leyes 1! -*~ ramente porque no soi arquitecto. 1 mucho mé- -rejados de dos en\los por las galerías, i. depal'lien-nos enlit~LHJO ¿CÓmo, de q H~ modo l por qué ca- do sobre asuntos que 00 pmhan ser SlOO de teo- C~-DG-~<3'----"00-r~ Jnino vinieron a llar aquí esos cuali'O mozos que Jojía, por lo mucho que vozeaban los conlrinean- ~--'()~~~~~8---~) .ahí ves; pnes aunque de 20 el que·ménos, no tie- tes, i por el ademan belic.oso que solían lomar de Sn. R. l\I. Escos.\R: A 1na,r¡á-Se recibió un fuer· ·neo sin embargo la edcHI suficiente pam hallarse tiempo en tiempo. te que u. remilió.-Gracias. en aptitud de podet· mantener el ó.rden, asegurar En fin la Asamblea presrntaba un aspecto pa- , 1._ u BoTE o.- ·antarosa.-Se reciuieron 7 .la propiedad i deFender la rdijion. 1 recido al de Jajuula de Castelo~Braoco, de que nos fuertes, remitidos por u.-Grücias. En estas obsenaciones estaba, cuando Don Gas- habla el saleroso I?íe:al'O: aquí, como allá no falta- e R A e ,~ lfi e ·1· pein todos ru. q lC yo no estoi lllO, a nd lll " toca la pnlabra, porqDe e~ luí i.1Ct'f'- n-er. .. .... t..::l' ' '- ensefí; do a que mr g!·ite nqide; ni a qae n•piqucn cándome a 110. Pues entónees. e~. a JIIÍ, rrplicó 1 aJ· ~·1t-cs que s2 s:rvan r cnlitir 0 }01'- campana~ t.:tli)ndo hablo, m a que me qu•ten !11 otro; pnl'que y4> cuento con 60 1 p1co. No que es :- • übel'lá pa , alm!ar a mis conocí· Js ¿()sen? i si a mi que es tui ya tocando los 70. A mi a mí que tu.nanicntc el valor d • las SUSCl"ICIO- <~si ramus, y· :m .. s n nl; pDnp~ . ... . u' Uese uon k1s he,_loc..:ado ya. El Presitlen.tc: tiene la pal~t~>ra 1 Uf\'"' na.o·adas ¡devolver los nÚlH • C;.¡ spar; gntaron mueiJo Dtputndos; porque rl d de 10. m SJtenton: he pedidO la palabra ~euor ~:S r tJ ' l)re·i lente IL m·u:(t un comisal'io par·a qtH' le pon- Pn·~idrntr, no para col'!'ejir 1~ conslruccio:l gra- ros sob ~ant s; porque d otro n G· ga mol'daza . .;\1 o¡r Don Gaspar eso de la mo~- ma11col del arltculo, porque s1endo est~ redacta- do" 8 1 'lC PJ H''l '(O inncecsru in Liaza tu' o a lm·n calmarse un poco, aunque SI- do P'>r una mano saccnlotal, nada de_pl que de- '"' h .. o~ · guió grnñendo !argo rato i moslrtnc!ole el pullo sear en este plmi~. Yo solo he ped.ido la. paJ¡ bra :ra. do 11as ejeUij lares de los que cer ·:..c. o al Pr~ ::; uknte. para hablar e.1 el fondo de la cucsuon. D1~·u put'S, • l' l , F~l atlo aquel chuhasro i srrcn~11la un tanto la que ese :trticulo incrustado en la C~1nslilucion, es Se uece~ntan llara .nenar C llUI H~ro A 'amh!ea, se pan~ un Diputado i dijo: pido la p.1- dt• la nnynr importancia, puesto que éllienc por de }as susc ·ic~Ol e.tJ compan<.>ro 1 anado: ( Dt:t~ t.J_a~par pal1 leec) que dcsbordm·se l'l lorr_ente_ de_ la hel'CJia .. Set~ot·cs, ~To s~l d~e 11 la casa del Sr. Dr. Jor e GutiérTez se declare a _Don. Gaspar JlldJgno de pertenecer y teng~ mucha espet:lCncra, 1 esa esp~neucta tn? ha Tu L·d ae -En la misma tienda seJ venden las nnrstro parLHlo, 1 se le marque con la nota de h- ensenado que la hbcrlaJ en malerta de concwn- t ~d ar · d ,1 0 . B an t. •th 3_.., 1>ertino, impío i dt'magogo. (Don Gaspar dudl .) cia, es la que ha cubierto de luto i causado lan- pt oras e 1· rl tte · ... Por tales ruzoncs i para votar (;On mi conciencia&. tos males a la rgle:sia. Así pues; nada de libertad. mrrtr:i\B DE J. coBo f. 1.1:\t.E. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

Compartir este contenido

El Pueblo - N. 67

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

¡Disfruta más de la BDB!

Explora contenidos digitales de forma gratuita, crea tus propias colecciones, colabora y comparte con otros.

Afíliate

Selecciona las Colecciones en las que vas a añadir el contenido

Para consultar los contenidos añadidos busca la opción Tus colecciones en el menú principal o en Mi perfil.

Mis colecciones

Cargando colecciones

Compartir este contenido

The Stars of History: Marilyn Monroe

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

¿Eliminar esta reseña?