Por:
José María Vargas Vila
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Fecha:
1920
«La ubre de la loba» es una novela de carácter ideológico-político del contestatario y prolífico escritor colombiano José María Vargas Vila, escrita en 1918, en Barcelona. Esta novela es la parte final de la trilogía que inicia con «El minotauro» (1916) seguida de «El final de un sueño» (1917), y que en conjunto narra la vida de Froilán Pradilla, un joven médico y agitador político que es perseguido por su ideología liberal y huye de su patria hacia Francia en busca de una mejor calidad de vida.
Con setenta años de edad y habiendo alcanzado la gloria en Europa, Froilán regresa a su patria en compañía de su hijo Paul y de su hermana Laura con el único objetivo de instaurar proyectos modernizadores, solo que la Iglesia católica y la élite conservadora se lo impedirán. La congregación religiosa, a la que paulatinamente se adhieren Laura y Paul, codicia la fortuna de Froilán y obstaculiza los proyectos de educación laica. En este punto, el contexto de las misiones evangelizadoras en América de fines del siglo en XIX es ilustrado mediante la historia de una joven noruega aristócrata. Aparte, los proyectos en salud que Froilán emprende pasan a manos de la Iglesia. Al ver esta situación, él busca cómo salvar su capital de las manos de su hijo y su hermana, quienes están cada vez más alienados por la religiosidad, para así poder regresar a París, pero es apresado y, finalmente, muere.
Para la edición definitiva publicada por Casa Editorial Sopena, integrada en la colección Obras Completas de J. M. Vargas Vila, el autor incluyó un prefacio fechado en 1920, en el cual se refiere a «La ubre de la loba» como la tragedia humana de Froilán Pradilla por amar y abanderar el ideal de libertad. Esta obra, cargada de simbolismo y realismo, resume los últimos días del protagonista en su patria enfrentándose al catolicismo monopolizador alineado con el proyecto de nación —la Regeneración (1886-1903), liderado por el presidente Rafael Núñez—. En sus páginas se puede leer la postura anticlerical de Vargas Vila y su ataque furibundo a la Iglesia y sus representantes, mediante el cual, repudia, delata y denuncia la omnipotencia y la procacidad de estas figuras, sus vicios y la represión moral que subyugaba a la sociedad colombiana conservadora de la época.