•
AÑO l. Bogotá, 6 de marzo de 1858. NUM. 10.
Teatro.
Con1o unos de lo mas puntual e s concurrentes
al t e atro, h e mo"' tenido oca ion de ob ervar el poco
o ningun ~ cto que cau~an ya en lo esp ctndorcs,
los dramns que no jiran sobre lo~ ejes t rribles que
la escuela sociali ta de Francia ha pue toen accion
de algunos afio"' acá. ehasublitnado o pet\' rtido
tanto el gusto, que ya lo que ... e quiere es marchar
de escándalo en es 'ándalo escénico, i hacer pasar
el cornzon del oyente por una no interrumpida serie
de emocionrs bastantes a hacerlo e ... ,tallar. Las
peripecias l1an de sucederse en lasta blns u nns a otras
dri1 e ño, i no <'Stá mui 1éj os el dia en que solo se
hable d l Tro1 ador i El 1lfrt cías conlo de simples
rornanc s caballeresco , euyas escenas de amor i cuchilladas
no se soportarian representadas. I esto
porqué 1 porque la España hace tres siglos i medio
que no produce sino dramas de capa i espada, i ya
las naciones no gustan de ese sentimcntnli ... mo romántico
i J í rico que hace <.le Jas piezas latinas de
hoi una melodía continuada i divina, propia mas
de la ópera que del drama, i que no produce goces
sino a Jos mismo españoles, educados en la escuela
d e Zorrilla i utiérrez.
como la-.; olas en la plnya del rnar, i el e. pectador Es solo el pueblo frances el que alza hoi en alto
se can~a i desagrada cuando cada bastidor no ocul- el estandarte dramático in1poniendo la Ie i del gusto
ta un secreto del dratna que se representa, i cada en n1nbos continentes, i poniendo a prueba a la vez
actor no es héroe i víctima a la v z. todas las fibras del corazon humano en su deseo de
Esta exijencia tácita del público, esta sed cada agotarlo o de vencerlo, siempre de una man e ra auvez
mas ardiente de emocione , si bien es cierto daz i dealumbrnnte.
que l1ace gozar cuando se asi te a la representncion I no vaya a entenderse por esto que nosotros
de una pieza de Durnas, I-Iugo o Piat, tan1bien lo concluimos de aquí que tal teatro es el único por
es que está l1iriendo de tnuerte la escena, puesto que cxcl ncia, i que él debe ~er nuestro modelo. No:
se nece'"'ita ya mucho talento i mucha irnajinacion hablamos de · ¡ como de un hecho que tenemos depara
penetrar en ella con acierto; sin que sea im- lante de los ojos, i sin hacer comparaciones con el
posible del todo que el dr~una se despe ñe con e) ingles, que tan desconocido se mantiene hasta aho·
tiernpo a causa de la exajeracion, o n1uera abruma- rapara nuestro público, bien por las dificultades de
do por su propia grandeza. su le ngua, bien por 1a comunicacion m é nos frecuen-
Salvados los inconvenientes de la unidad drnmá- te que tenemos con la literatura de chakspeare i de
tica, a que tnn fi les fueron "'icmprc los prim ~ ros 1il~on. 1 nos fijamo~ de preferencia en e los dos
compositores i lanzados Jos poetas en el torbellino escr1torPs de la Bretana, .porque son J.os rnas mende
la fábula i de la hi ... toria, el drama ha atravesado tados entre n~sotro"", ~ra~1as a las v rs1oncs fruncetodas
las edades i todas las naciones corno una luz ~ ~as del Paratso perdtdo 1 a las castellanas del Otelo
divina llamada a ilurninar el mundo con u~ res- 1 de Hamlet!
plandores. La dramática griega, esclava del coro, I lo mismo que vamos diciendo del drama pui
mantenjendo a los actores casi siernpre a la vi<.;ta diéramos decir de la novela, si fuera este el tema
del público, era de suyo impotente para dar aliento de nue .... tro artículo de hoi.
a Jos grandes injenios, i si Scribe i Brcton hubie- l\1as sea de este lo que fuere, es lo cierto que la
ran nacido en tiempo de los bellos dias de Aténa ~, drarnática, derrotada ya de la fábula, desconocida
hubieran sido acaso tan e tériles i tan in1perfectos en Ja civi)izacion moderna, i de la historia, bastarcomo
Eurípides. Pero de entónces acá han pa ado deada ha'"' ta la impostura i el crímen, ha ernpezamiles
enteros de años, i los preceptos de Aristóteles do a refujiarse solo en la imajinacion de los poetas,
i Horncio valen tanto como una tradicion sin apoyo quienes toman apénas del mundo real la éJJoca i los
ni justicia: Ja vorájine de In reforrna se ha tragado caracteres como los vestidos indispensables con que
todo lo antiguo, i hoi apénas se soportaria Ja reprc- d e ben adornar a sus personajes escPnicos, i con los
sentacion de la Electra de Sófocles. Cierto que cuales despiertan en Ja mente entusiasta del especeso
no quiere decir ma sino que hemos adelantado tador tnil recuerdos i mil pensamientos de verdad,
mucho, tnnto como e l inmen ... o trecho que sepa ra que haceu mayor la verosimilitud de la pieza. Los
el E dipo del trájico griego, por ejemplo, del Edipo nrgutnentos arrancados por decirlo así al polvo de
del clásico e .. pañol, no obstante de ser uno mi mo las jcneraciones pasadas, no inspiran en la 1nitad
el asunto. 1\las ¿con ven rá ya poner término o del siglo en que vivimos un mayor interes; hoi
lir: •eros a ese adelanto, o empujar sietnpre el carro no se pide al cornpositor mas que levante la pared
escéni c o ácia un progreso infinito? de nuestro vecino i nos deje ver lo qne pasa en su
Esa es hoi sin duda la cuestion. a)coba, o nos pinte a no otro .. mismos con toda la
Si en tiempo de Perícles hubiera ido de Esp()ña fealdad de nuestros vicios i prtsiones, nue-.;tJas debía
Gr 'cia una compañia de declamadores i hubiera lidades o virtudes. El caballero cruzado, el señor
puesto en e~cena el Ga1·cir¡, del C'asta1iar u otra feudal, la túnica de César, el sacrificio de Curcio, i
pieza cualquiera del teatro moderno español, los el destino antiguo han sido desterrados del teatro,
ateni enses los hubieran coronado dH flor es i canee- pnra proclamarensu lugar al hon1bredeJ siglo riX,
dídoJ es la apoteosis. Sin e mtargo. hoi nadie asisti- con todos sus sentimientos egois tns i avariciosos,con
ría a la rcprcsentacion de esa pieza como a la de su amor al oro, con sus vértigos de poder i de gloria,
ninguna del teatro de Tirso, Calderon o Moreto . su nbnegacion, s u patrioti~tno o su fe.
Las comedias mismas de Moratin han caido en un Tal V<:Z haya hoi ménos elevacion pero mas ver-desuso
alarn1ante para la repu tacion del cisne n1a- dad en los detalles .
•
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
78 BIBLIOTECA DE SE~ORIT AS.
De esta clase es sin duda el drama representado al hombre la medida del abismo, el dominio de Jos
en nuestro teatro en la noche del dotningo 28 de elementos,'las alas con que recorren Jos espacios i
febrero; i del cual renunciamos a dar a los lectores los ojos conque miran hasta Jos soles cuyo rayo ~o
de la BIBLIOTECA una idea sucinta por ser tantos i nos ha l!egado aún desde el fondo de sus cielos.
tan variados sus incidentes, que tememos perdernos Pero que casi suelten UU. tambien la lágrien
un grandioso laberinto. Basta solo saber que e] ma viva por lo que dicen que nos estamos atrasan·
objeto cardinal del autor Piat en LA BERLlNA DEL do en materia de Do1ninus Donzini, eso tambien
EMIGRADO no es otro que presentar de una manera no~ h_ace ll?rar; pero, i sea dicho con todo el res peclara
i terrible las consecuencias del amor al oro, to 1 s1mpat1a que nos merecen UU, de risa, de una
cuando ese amor no se quiere desarrollar con el risa cornpasiva, que les rogamo~ nos la perdonen.
trabajo i la economía, sino que se nutre en ]as casas Háganse cargo por Dios! de la Vf-:rdadera si tu ade
juego i se alimenta con proyectos infames que cion de nosotros los sur-americanos, i particulararrastran
a su víctima l1asta la traicion i la sangre. mente de nosotros los neo-granadinos. Derramados
El señor Piat no habla sino pinta, asi es que en la en una inmensa estension que alarga sus orillas
BERLINA no entra el convencimiento por los oídos por entre ámbos océanos, divididas nuestras atra·
sino por los ojos, i la degradacion de Pascual, el sadas poblaciones por cadenas de montes, por ríos
protagonista, es de tal naturaleza que basta verla i desiertos numerosos, sin riqueza, sin ciencias, sin
para no olvidarla jamas.. . • artes n1 oficio~, i lo que es peor que todo, estrangu-
Verdaderamente el señor Piat es un dramático lándonos unos a otros en Jo que llaman nuestra interrible;
sus CERRAJEROS i Ja BERLINA, únicas fancia política, infancia que ya va larga; háo-anse
de sus piezas orijinales representadas aquí, han de- cargo de eso i de mucho mas que callamo~ por
jado una sensacion profundísitna en los habitantes modestia nacional, i dígannos sr en Jei i en concien
de la capital; pero verdaderamente tambien que su cia lo que debe hacer nuestra estudiosa juventud,
terribilidad tiene toda la fuerza del escarmiento, i es dedicarse a las reglas Je jéneros, pretéritos i su pi
toda la solemnidad de una pincelada celeste. nos del latin? El estudio de esta lengua no puede
En los CERRAJEROS él hace de dos compañeros pasar de ser un lujo literario i casi pedantesco a
de oficio un verdugo i un ánjel, i libra al tiempo i que solo deben aspirar los felices pensionados de los
a los sucesos la solucion de su problema admirable; reyes, en los paises en que ya la civilizacion puede
i en Ja BERLINA, hace de un tahur el verdugo de su sobrecargarse con el inútil peso de las antiguallas.
padre i de su bienhechor, el tirano de su esposa, el L~s lenguas no son ciencia ninguna, apénas son
deshonrador de su hijo, i últiman1ente el traidor de me~1o~ ~e aprender: por cada idioma que posee
su patria t •••• esa es la escala, i del garito se pasa un Individuo, puede contar con un camino mas por
mui frecuentemente al patíbulo! · donde le Jleguen las ideas, pero el idioma en sí
Concluiremos esta pequeña revista suplicando al mismo no le da idea ninguna. I i tan larga es nuesseñor
director del teatro nos obsequie en la pascua tra vida, i tan poco es lo que se necesita no ignorar,
con la repeticion de este drama soJetnne. Vale mas que debamos consagrar cualquier parte de ella a
verlo, que dañarlo con un bosquejo imperfecto. interpretar una leugua muerta que no nos habla
Señores Bibliotecarios. ~
He recibido el4.0 número de su estimable periódico.
Habia soportado los tres anteriores con una
serenidad que me honra, sin que me asaltara la menor
tentacion de enderezarles un remitido, que
UU. habrían sin duda enumerado entre los que
enumeran en uno de sus editoriales. Pero el último
de estos, el <]Ue intitulan ':Estudios Literarios,"
ha venido a l1erir de frente mi impas1 bilidad. Soi
con UU, señores redactores, o mas bien, soi i estoi
contra UU, les inti1no una opo ... icion sistemática, i
ya aprenderán lo que es la cólera de un suscritor.
Pertenezco a la tribu de los itn placables.
Pero, no es que sea yo el patriotero que temen
UU. se les va~·ra encima por la confesion que han
l1echo. Hagan UU. cuantas quieran; conftésense
cada mes, cada semana, i aún cada dia. Ni s~rán
los único~, ni los que peor lo hacen. Confie ... en
UU. otra vez i ciento tna~, que otras Repúblicas
sur-americanas llevan a la I ueva Granada de la
leng·ua en eso del a + b- e, T, i yo lloraré i sollozaré
por ello con UU, no porque c ... as otras naciolles
vayan tan adelante, sino porque la nuestra va
tan a tras. Ese a+ b-e , tiene al fin aplicaciones
divinas a cuantas obras son necesarias para el mejor
estar del humano linaje. Sin n1ntcmáticas no se
concibe la civilizacion, ellas son las gue l1an dado
* Aunque enetnigos de l~s polétn ica~ por temperan1ento i
cálculo, acaso hagantos de~pues algunas observaciones a
este artículo.
de nada urjente, en tanto que las lenguas vivas
nos gritan al oido clara i distintamente cuanto nos
es indispensable saber, i cuanto bueno i malo dije·
ron Jas lenguas que ya no son 1 Punto es este sobre
el cual pudjera escribirse todo un libro de preguntas
como la anterior, a ninguna cle las cuales
se hallará contestacion satisfactoria ; pero es seguro
que si remito a la BIBLIOTECA semejante catecis·
tno, me lo devolverán con la nota de alarmante, i
sabe Dios si hasta de semibárbaro.
lVIas, como me propongo ir un poco mas allá,
deténgome aquí un instante, señores Redactores, a
descansar en su benevolencia, asegurándoles de antemano
mi filial cariño aJ habla de Castilla, que yo
no puedo comparar con otras por varias razones
que caJlo yo i que otro~ adivinarán, pero que quisiera
ver, o mas bien oír, reinando en unidad despótica
en todas las cinco partes del mundo.
I inembargo, cuando, hace algunos meses, uno
de nuestros periódicos publicaba con recomendae
ion no sé bi~n qué cuadro de sinónimos castellano~,
o qué li t1s de etitnolojías latinas, quisimos
prott·star que no habia peor direccion, en nuestro
pnís al ménos, para el ent ndjmi nto, que la que
lleva a esa ernpalag·osa erudicion nebricense i a
eso otro que Jlaman puri ... tno jdion1ático.
uise entónccs declarar con1o lo declaro ahora, . _, . , .
que no era n1 sera nunca 1n1 propos1to apocar en
un , pice el talento de los autores de los trabajos
mencionados. Ellos lo deben tener, i con su buena
dósis de e~tudio i de saber. Pero es que esas obras,
o rnejor dicho, su eje1nplo, pudieran contribuir a la
•
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BIBLIOTECA DE SE~ORIT AS. 79
corrupcion intelectual de nuestra JUVentud. Escribo
corrupcion ni mas ni ménos.
Una de la"' fatalidades que hai que procurar distraer
de nue tros jóvenes, es Jade que se endilguen
por la senda de Jos studios fútiles i de las g rand es
nonadas, que quitan el tiempo para las ocupaciones
sérias, 1 e'" tragan 1 gusto en las ti ernas intelijencias
por lo jeneral entusiastas i susceptibles de
pasion. El espíritu 1 trillero~ Jas tendencias vocabularins,
el empiri-.;tno de las etimoloj íns i la ociosidad
de las sinonimias, es Jo que ha enervado las
fuerzas mentales de nuestros abuelos i lo qne mantiene
en relativa po " tracion el alma española.
Para llegar a hacer de la gramática la Dulcinea
de sus pen .... amiento .... e necesita sin duda ser víctima
de una pred1 posicion atroz, i no quiere esto
decir que se deba ignorarla. Pero no con vienesaber
mucha, porque en tal caso todo se quiere volver
gramática, i esta viene a ser el vidrio al traves
del cual todo e 'e con el color de él. "Hasta los
derechos de los pueblos," dice el juicioso crítico
Johnson, "se hacen cuestiones gramatica les si los
debaten los gramáticos. ,, Preci amente a uno de
los que en nuestra tierra pueden llamarse tales, hemos
oido r eferir con carácter de his tórico el lance
de un compañero suyo, que, siendo revolucionario
de corazon, i teniendo deseo i habi0ndo conveniencia
para él de aparecer entre los insurrectos de
cierta época, se negó no obstante con grande enerjía
a suscribir el acta de pronunciamiento que sus capartidarios
le presentaban, i se negó por una razon,
ménos, por un escrúpulo gramatical. "Bien pudo
el diablo llevarse a la patria, o lo que es mas para
mí, a n1i partido. " decia despues sincera1nente e l
susodicho patriota; " pero t cómo iba yo a firmar
un documento en que se habia escrito rebe]ion con
v ~ Y o no estaré nunca sino por las rebeliones, jus- . ... tas o InJustas, pero con b!
Dicen UU. al fin del artí~ulo suyo a que he es·
tado refiriéndome, que Jo dejan ahí, pero mas bien
reventado que conc1uido. Yo se lo dejo aquí concluido
el mio; pero me reservo el derecho de re-ventar
contra UU. -
Al~último rei moro de Granada,
BOABDIL EL CHICO.
FRAGMENTO.
Una ciudad riquísima, opulenta,
El orgullo i la prez del Mediodia,
Con rejia pompa i majestad se asienta
En medio la feraz Andalucía.
I allí vierte su lumbre el sol de España
En hebras de purísimos colores,
1 brotan al calor con que Ja baña
En vasta profusion frutos i flores.
Allí el áura sutj) aspira aromas,
1 la estremecen sobre cien jardines
Bandadas de dulcísimas palomas,
1 pintado tropel de colorines.
El Darro i el Jenil con turbias olas
En su verde llanura se derraman,
1 a su confin en playas españolas
Del revoltoso mar las ondas braman.
Mofa son sus alcázares del viento,
Fatiga de los fastos sus memorias,
Su grandeza i tesoros son sin cuento,
1 no se encuentra fin a sus historias.
Allí es el cielo azul, i trasparente,
Fresca la brisa, amiga la fortuna,
Férti 1 la tierra, i brilla eternamente
Sereno el rojo sol, blanca la luna.
I afrenta de las tierras mas remotas
V énse allí como en otro paraíso,
Los pomposos laureles del Eurótas
1 lo~ húmedos tilos del Pamiso.
recen allí las palmas del desierto,
De Cartago los frescos arrayanes,
Las ~añas del Jordan: en son incierto,
Arrullan de Stambul los tulipanes.
1 entre pajizas i preñadas mieses
Las vides de Falerno allí se orean,
I Jos de Jericó mústios cipreses
Con los cedros del Líbano cimbrean.
I hai allí robustísimos nogales,
Lúgubres sáuces, altos mirabeles,
I olivos, i granados, i morales,
Ceñidos de jacintos i claveles.
El zumo de sus vides deliciosas
Tal vez la alegre Italia envidiaria,
I por sus anchas i fragantes rosas
Sus rosas le trocara Alejandría.
El jaspe, el oro, el mármol, los cristales
Se ostentan en su espléndido recinto,
1 ansiáran sus recuerdos orientales
Los escoro bros de Até nas i Corinto.
I no la iguala en lujo i en grandeza
La voluptuosa pompa del Oriente,
Que entre flores i lánguida pereza
Vive tranquila su atezada jente.
Unos hombres de Oriente la robaron
Para sentar en ella su morada :
Los hombres a quien de ella despojaron
Llor.aron siete siglos su Granada.
1 era un tiempo de guerras i de amores,
En que el campas de berberisca zambra
1 el son de los clarines i atambores
:Estremecia n a 1 a par la AllLarnbra.
I era un rei esquisito en sus placeres,
I un pueblo en su molicie adormecido,
Que gozaba en su paz nuestras mujeres
Esclavizando al padre i altnarido.
I era tambien e l término llegado
Del brio i del poder de aquella j ente,
I al pos tri mero r ci ha bia tocado
El sitial de las razas del Oriente.
La hora fatal a la morisca luna
Los sabios en su horóscopo leyeron,
I tal vez mereció mejor fortuna
DeJa que sus horóscopos le dieron.
¡ Ai, Boabdil ! levántate i despierta,
Apresta tu briLlan i tu cuchilla,
Porque mañana llamará a tu puerta
Con la voz de un ejército Castilla;
Mañana de su mengua avergonzados
Te cercarán los tigres españo les,
I echarán sobre tí, desesperados,
De siete siglos los sangrientos soles.
Poesia Griega.
Píndaro.
Nació Píndaro en 1.'hebas 500 años ántes de J. C.
Con1puso un gran número de poesías, de las cuales
se conservan solo sus odas en honor de los vencedores
en los juegos olírnpicos, píticos, ístmicos
i nemeos, Jos mas célebres de la Grecia. Apren-
•
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BIB~lr0'EECA DiE SEÑORITAS.
dió la mú ica i la poesía con varios maestros, i par- 1 ataco con las armas de la sátira i de la calumnio.
tic':ll~r~Pnte con l\!lir~is, mujer célebre. Ejercitó HumiJio con mi desprecio a la envidia; i la única
su lOJCtHoen todos losJeneros de poesía, pero Ja prin- venganza que tomo de ella se reduce a abandonarcipal
reputacion la logró por los hitnnos en honor la a la l1ag·a que le roe el corazon. Las débiles piade
1.os dioses, i de Jos que conseguían Ja victoria en das del pajarito tímido, no son capa e( s de detener
Jos JUegos. al águila atrevida que domina los aires.
Cuando celebraba a los dio~es, se elevaba como "i Quién se puede lisonjear de que goza de una
una ág·uila hasta su trono; cuando cantaba a los hom- constante felicidacl en medio del flujo i reflujo de
bres se precipitaba en Ja lid como un caballo fogo- alegria i dolor que circula en torno de nosotros 1
so, i sietnpre se valia de imájenes sublimes, de rne- Despues de haber examinado los que n1e rodean,
táforas atrevidas, de pensamientos fuertes i de máxi- hallo que la felicidad se encuentra en la mediania;
mas brillantes. por e ... to me compadece la suerte del poderoso, i pi-
Píndaro sigue con empeño el objeto que se le do a los dioses que no me dejen jemir bajo el peso
presenta, como un leon que acomete repetidas ve- de la prosperidad: contento con mi estado, i amado
ces, i por caminos estraviados s1n dejar su intento de mis conciudadanos, no deseo mns que complacerhasta
hacerse con la pre a. Corre, o mas bien, vue- los sin dejar de esplicarme libremente sobre lascoJa
sobre las huellas de la gloria, atorrnentado por la sas honestas i las que no lo sean .. Con estos senti·
necesidad de darsela a conocer a su nacion. Cuan- mientos me acer~o tranquilamente a la vejez; i ¡dido
no brilla bastante en los vencedores que ha de choso yo si cuando llegue a los confines de la vida
celebrar, la busca en sus mayores, en su patria, en logro dejar a mis hijos la buena fama, que es el palos
fundadores de los juegos, i en cualquier parte trimonio mas precioso!"
donde se encuentre. Su vjsta le hace caer en un de- Se le cumplieron sus deseos, pues vivió hasta los
liquio: compara su esplendor con el del so]; colo- 65 años en el seno deJa quietud i de la gloria .
ca al hombre que la ha conseguido en la cun1bre El estilo enérjico i varonil, al mismo tiempo que
de la felicidad; i cuando este reune en sí la belle- rápido i osado de las odas de Píndaro; la grandeza
za con las riquezas, le pone sobre el trono de 1 de sus imájenes; las palabras nuevas que inventa a
Júpjter. veces para los lugares donde las coloca; la aparen·
Este lenguaje tan extraordinario era mui confor- te inconexion de sus ideas; la grave i armoniosa ca·
me al g·usto del siglo en qne floreció P!ndaro. Los dencia de su versificacion ; i un singular carácter
griegos se habian llegado a persuadir por sus vic- de majestad que le distingue entre todos los poetas,
torias contra los persas que nada exalta tanto las son las dificultades que arredran al que quiera
alrnas como los honrosos testimonios de la e~titna- dar a conocer a Pindaro.
cion pública. Valiéndose, pues~ el poeta de esta A pot:os poetas será dado, a nuestro entender, el
coyuntura, i reuniondo las espresiones tnas enérji- presentarnos una traduccion de las oda~ de Píndacas,
i Jas figuras mas sublimes, parece que habia ro con tanto acie11o como lo hicieron D. José i D.
tomado como prestada la voz del trueno para decir Bernabé Canga-Argüelles, quienes para pegarse
a los E~ tados de la Grecia : en lo posible al orijinal, tu vieron que emplear a ve-"
No rlejeis apaga1· el fuego divinn q,te abrasa ces arcaísmos i espresiones anticuadas, que esplican
''vuestros co1·azones. Fomentad la emulacion, honrad mejor que las modernas los sentimientos del poeta
;, el mérito, i no e.~pereis 1nas que acciones grandes i griego; al paso que el aire de antigüedad que lle"
valerosas de los qu,e tXspi1·an a la glo1·ia." En una van impreso, comunica al estilo parte de la grande'<
oca~ ion decía a los griegos juntos en O limpia :- za i majestad del orijinal. Oigamos a Jos traductores:
"Estos son los atletas que han sufrido tan du1·os tra- ''Fuera de esto, para que los que no pueden leer
''bajos por lograr una c.orona de olivo en vuestra a P1ndaro en griego formen algun concepto de la
"presencia ¿ qu~ no ha.reis cuando se trate de t•engar belleza de su. versifi~acion, nos hemo~ ceñido en la
"a vuestra J>at?ta? '' Arrebatado P !ndaro con el Oda V. al m1smo numero de versos, 1 en los versos
mag·nifico espectáculo del triunfo de los vencedores. al mismo núrnero de sílabas que en la orijinal; i
llenaba sus cuadros de entusiasmo, se hacia pan e~ hemos escoj ido esta porctue su versificaciones entejirista
i dispensador de Ja gloria, i ennoblecía los, ramente acomodable a la nuestra • • • • En cuanto
asuntos de sus canciones dándoles un cierto caráe- e a la division que hace el orijinal, conservamos en
ter de majP~tad i de grandeza .... la traduccion la de Est1·oja, anti-estrofa i Epodo, a
A pesa,r de Ja profundidad de sus pensamientos, cuya :eun!on se daba .el n.ombre d_? período. La es·
i del desorden aparente de su estilo, sus versos se trofa 1 antt-cstrofa tentan 1gual nurnero de versos
han tenido siempre en grande estimacion. La mul- de una misma medida; ntas el epodo e .. taba en vertitud
los admira sin entenderlos, los jueces intelijrn- , o de otra medida, i era como la conclusion i comtes
e ilustrados dan a su autor el primer lugar en- plemento de las dos.,
tre Jos poetas liricos, i hasta los filósofos citan sus
máxintas i veneran su autoridad.
En vez ele decir al~o de la vida i carácter de este
l1on1bre singular, dejémosle hablur a él mismo.
" En otro tiempo, dice, eJ vil in te res no profanaba
el lenguaje poético. Déjese de~lumbrar el que quiera
por la brdlantez del oro . .t\.utnente en buen ho.
ra sus pose ·iones, pues por lo <]u e arní toca, no estimo
Ja .. riquezas sino cuando, templadas i adornadas
con las virtudes, nos facilitan e] tnedio de llenarnos
de una glorja inrnortaJ. Mis palabras siguen
siempre al compas de mi pensarniento: amo a mis
amigos, i aborrezco a mi ene1nigo, pero jamas le
\
Las criadas de Bogotá.
Para un observador alegre i de ocupado ¡qué
campo tan estenso ofrece esta familin suigeneris en
nuestro país! ¡Cuántos i cuántos tipos diferentes!
¡Cuántas variedades i Inedias tinta..,, en cuya distribucion
i clnsificacion podria lucirse un talento
analítico i nomenclaturista! I osotros, sirnples aficionados
a t.:""tudiar i observar todas las clases de
la socjedncJ, aunque sin las dotes necesarias para
escritores de co~tumbres, apénas podrernos ensayar
en esta como en otras mnterias, tal cual pincelada,
a la Jijera i con brocl1a gorda, que pueda servir si·
•
•
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
1 DE SE~ORIT S. 81
quiera para llnn1ar l·t atenc ion 1 Jos que con ju~- que l per picaz lector se hará cargo allá en u•
ticia pued n llarnarse t t 1 ú ia una cht"'e tan nota- adentros.
ble de la "oci dad n que vivitno, tan íutimutnente La criada de l.:\ ti e ne cierto aire distinguido i de
ligada con lu -.; d llH.l ~, i tnn di, na de una rcfor1na dcsenfiHlo, adquirido con el roce de la buena so·
radical, cotno lo d Ja~ n1 i rad :s i e n su brazo ddrecho o su alter etro para hablar mas
últ1mos _lugar - corre ponden a _las personas mas claro i de modo que' todos nos eJ~t,~ndan. Su minis·
caractenz~da -, con la s?la escepcwn de Ja Cruz en terio do m ' stico le impide llevar r ecados, jr a misa
l~s proces 1on e s, ero para no entrar en clasificaciones En lo jeneral son des c n]z~s de pte l pterna, lle.':'a~
m~tafísicas, i nada platónicas, las designaremos co- mantilla de paño, i los dom1ngos son1brero de Jlpl·
mo el tabaco de Ambalema, o como los vales de jnpa con vistosas i anchas. cintas ~o colores. Se
deuda pública: en cria~as de ~.a, 2:n, 3. 3 ~~-"'con esponjan como la .. señoras, 1 a] ~arn1nar h~c e n un
sus corrcsp 0 ndientes 1ntermcd1os o Intersticios de ruido como el del l1u 1 a can. Tienen sus formulas
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
82 BIBLIOTECA DE SE:&ORIT AS.
pa1·a los recados, i estropean pasablemente la lengua leguleyos, jueces, jendarmas i aficionados. Ernpu·
caste11ana. ñando en una mano la caña con un cuerno despun·
-Mi señora la manda saludar a su merced, que tado en Ja estremidad, i sosteniendo con la otra el
desea que no haya novedad, &.: i sigue el diálogo cargador en que va la múcura, este ente, medio ra·
por este estilo. cional, medio brstia de carga, va i viene a la fuente
-I cómo están por allá 1 pública diez veces al dia, i en cambio recibe algu·
-La señorita ha estado bastante mala, casi de nos cuartilJos i un bocado de pan ; o bien trae a
muerte. las costillas los canastos i costales del tn crcado a la
-Oiga! no sabia; i qué ha tenido~ casa, si es que no se va con el los para la suya, que
-U na especie de afectacion al pulmon, que se algunas veces suele equivocar la direccion i en
ha visto maltsima. Ha estado disputando sangre. vez de tomar para el norte toma para el sur., i deja
-I los niños? a la señora, o a la que hace sus veces, mirando para
-El chiquito tambi en ha estado enfermo con todos lados.
una ilusion que le ha salido en las corvas. Estas son las que sacan ]a basura de la casa,
Esta jerga, entre culta i bárbara, en que se mez- de~yerban Ja calle, i hacen todos los oficios mas hu·
clan los resabios de la primera edad con las pala- 1nildes i viles. En fin, digámoslo con dolor de nuesbras
cojic.las al vuelo a la s jentcs que entran a la tro corazon, o mas bien de nuestro estómago, de
casa, i a los mistnos dueños de ella, es el lenguaje entre estas prójimas de los calcañares rajados, salen
propio de las criadas que antigua1nente se llamaban las panaderas, i las que venden colacion, carne,
liláticas, palabra que significa mucho, i que proba- tnanteca, salchichas i otras muchas cosas de la fac-blelnenta
se ha sustituido ajilate1·a. tura i conocimiento culinario.
Esta clase asciende un grado cuando de una casa Hasta aquí hemos considerado la criada pedestre;
acon1odada pasa a otra que no lo es tanto, i en esta si hubiéramos Je considerarla ecuestre, seria nece·
viene a hacer el papel de p1·e1nie're, cotno llaman al sario capítulo aparte i un lienzo por separado para
ministro principal ~n las monarquías. ~ pin~ar est~ cuadro. Omito por lo mismo hablar d_el
Por lo regular ti enen algun cernícalo que las ant1guo s1Jlon con cabos u e plata, relegado a la hlspersigue,
es a saber, alguna enemiga gratuita ( cria- toria, i a uno que otro caso escepcional que se enda
de otra casa) que las acosa i atormenta, i donde cuentra en el camino de Chiqujnquirá. Solo las criaquiera
que se encuentran hai alg·una escena serio- das vi ejas i alguna catnpesina rica usan de esta
jocosa de insultos i amenazas, apodos i dicharachos. rnontura, mui cómoda para las que ven con las
Esta enemiga es la que las def\c 'redita i las deshonora ~ orejas i no con los ojos, i reducida ya a la mayor
i tizna su reputacion de criadas honradas, aunque ~ sencillez republicana posible. Estas equitadoras de
les pese el decirlo, que han servido en buenas casas. ? la escuela antigua, con su gran ruana pastuza, su
Suelen despedirse aJa francesa de las casas don- ~ sombrero de hule, colorado o negro, i su látigo en
de sirven, i entónces dejan Ja cama, la ropa i todos , la mano derecha, asegurado a la muñeca con un hilos
detnas corotos, que reclaman una o dos semanas > ladillo, hacen con los brazos un ejercicio mui saludespues.
Entre el ajuar va por supuesto lo que la dable, alternando uua sofrenada con la mano izseñora
les ha regalado en los dos o tres m eses que quierda i un latigazo con la derecha, i llevan el
han estado en la casa, porque la tal criada se pre- campas como el mejor músico.
sentó como el paje de san Juan (palabras testuales Las demas criadas son todas de galápago, i da
de las señoras, que sabran quién era ese paje). gloria verlas a caballo. En las escursiones i paseos
Las de 3. a son por lo jeneraluna especie de atta- (i qué familia no los hace cada nño !) el procedichées
o suplentes de las otras. En sus costumbres i S n1iento es este: se toma u.n rocinante de cualquier
en sus ocupaciones participan de la clase superior i ~ color i hechura, i si es tuerto n1cjor, porque entón·
de la inferior: así llevan ~1 tapete, i van al merca- ~ ces las p:obabilidades de. que se espante dism~nudo,
como aprtetan el corse a la señora, en un caso ~ yen un cincuenta por c1ento ; se le echa enc1ma
apurado, i por fa1ta temporal o absoluta de la pro- un fuste o mómia, Jlamado galápngo, que mas pa·
pietaria en el destino. Siempre están llenas de mu· r ece un jamon curado aJ hurno, teniendo cuidado
gre; el delantal es de cañamazo, i las enaguas, de colocar un n1an ejo de tamo sobre una almohaaunque
de zaraza, no revelan el color ni la pinta dilla que tiene el moc/¿o en el Jomo ; j encima de
que tuvieron en un ti e mpo. De esta clase i de la ámbos se coloca la criada, entre risueña i temblo·
2.a suelen salir las amas de brazos i las amas de le- rosa, dando un salto desde el pretil, porque el pié
che, cuando para este ministerio no se buscan es- no le cabe en el estribo, que fué de una de las sepre!
amente en el campo. Casi siempre son coadju- ñoritas. I-Ie aquí un todo compuesto de tres piezas
toras o secretarias de las cocineras, i las alivian no homojénea~. ¡Qué grupo tan interesante ! •••• Al
poco en las faenas de prender ell1orno, limpiar ]as , quinto latigazo comienza a moverse el caballo len-papas,
moler i fregar. , tamente, cotno un buque que ha levado el ancla;'
Vienen por último las que en las casas de larga i, cotno si tuviera niguas en Jas patas, va saliendo
familia i numerosa servidumbre ocupan el mas bajo con mucho tiento i cuidado hasta dar con piso blanescalon
en la jerarquía servil, o sean las de 4.a cla- do. A un nuevo reclamo de la jineta salen los tres
se. Estas salen de la ínfin1a del pueblo, con perdon cameJlon abnjo con un movitn iento de trepidacion
de la igualdad democrática, i son el non plus ultra tan suave que bien pudieran ir tocando el chinesco
de la mugre, desaseo i estupidez. Visten de frisa sin esfuerzo de ninguna clase.
oscura i lienzo del Socorro ; la cabeza, semejante a Seria interminable decir cuántas paradas i detenla
de Medusa, cau a espanto i horror; tal es su ciones hacen en el camino, a cuántas casas se meten
desgreño. Aquel enredo inestricable de crines ne- sin ser convidados, i aun sin anunciarse, solo porgras
e indomables solo puede compararse a algunos que el acongojado rocinante busca un poco de somde
esos pleitos que en Jos juzgados i notarías dan bra, o por hábito que ha contraido. No acabaría si
ocupacion i alimento a la larga familia de abogados, quisiera enumerar las veces que es preciso apretar
•
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
•
3IBLIOTECA DE SE~ORIT AS. 83
la cincha, co er la grupera, asegurar la barbada, ) lindas nonadas tan preciosas para el tocador de las
acortar el freno, recoj e r del suelo los atillos i en- ~ señoras; i ellas en breve habian escedido a su maesvoltorios
que van bailando, el sombrero, elfoete o el tra. De modo que, pasados algunos años, ya se dissudadero
,; i en fin~ los gritos i aspavientos, i las putaban Jos collares, las gorras bordadas por las dos
reconvenc iones de las compañeras de viaje porque hermanas; sus trabajos de hilo i a la aguja eran
cuando corre el caballo suelta las riendas, i cuando buscados por todo el mundo; en una palabra, go·
salta un vallado las atiranta. i seria fácil decir zaban como trabajadoras ele un crédito que les per·
cual de los do , caballo o jinete, ll gan m a-- molidos mi tía sostener con decencia la casa de sus bienhe·
i matados a la po ... ada, en donde dejaremos al lector chores.
para que averigüe e te punto, encargándo le que Ya lo veis, decia Meunier a su mujer, yo te
madrugue si ha de seguir el viaje con nuestra he- babia predicho que estas muchachas nos traerian la
roina. CELTA. dicha, i no me he equivocado. Dios que ha permi-tido
que la p e luca cayese en descrédito, ha enviado
Las dos Anjelas. a esos dos ánjeles en socorro nuestro. Sin ellas no
1agdalena babia escuchado con enternecimien · sé qué hubiera sido de nosotros.
lo que acababa de decir su marido, láo-rimas de· Sí, contestó Magdalena, ellas nos procuran
gratitud caian de sus ojo .. ; i cuando él hubo acaba- dicha i honor, puesto que no hai en toda la poblado,
ella, sin poder contenerse, le saltó al cuello i cion una madre que no envidie mi suerte.
lo abrazó. En medio dé esta feljcidad tan bien apreciada
1 o oirro observaciones dijo ~1cunier; aquí por Meunier, Magdalena i las dos Anjelas detúvose
mando yo i cuando he hablado no hai que hacer un dia un equipaje delante de la tienda de Meunier,
sino obedecer1ne. l1ora, para evitar cuestion es, no porque el buen hombre habia conservado su tahai
para que decir que solo tenemos una sobrina, ller, solo que en lugar de la antigua muestra: Al
fuera de que no potlríamos decir cuál es Ja verda- deseo de agrradar; aqui se rejuvenece; él había puesdera.
Ambas lo on desde al1ora. Cabalmente he to: A las dos hermanas; aquí se afeita grátis,
aquí a Bibolet que es un charlatan, i hoi no mas se rnañana.
sabrá en Rouen cuanto yo quiero que se sepa. Lle- Una elegante señora bajó del carruaje i entró en
gad, 11 gad, Bibolet, venid a ver a mis sobrinas. una tra st ienda que servja de obrador i de almacen
-Cómo! E "' tas dos 1 indas criaturas.. • • a Magdalena i a sus dos sobrinas. Quiso la señora
-Sí, señor Bibolet, dijo lagdalena, son las dos ver los bordados, lencerías i tapices. No estando en
hijas de mi hern1ana que acaba de morir. Rouen sino hacía pocos dias i no debiendo perma-
- I yo las amo ya, añadió lVleunier, como si necer en el n1uchas horas mas: queria llevar una
fuera su padre. Ven, nietas ntias para abrazarte, mue~tra del trabajo de las dos hermanas cuya habiesclamó
con entPrnecimiento. lidad i talento le habían sido ponderados. Con efec-
Cómo decís1 le interrumpió Bibolet con un to no pudo ménos de admirar las obras que se le
aire de estrañeza. presentaron, i mucho Ja sorprendió la superioridad
-Digo, ven nietas mins, para abrazarte. que les halló sobre las de la capital.
-Pero se debe decir.: venid, nietas mias, para Pero lo que mas la encantaba era el aire de han-abrazaros.
dad, de dulzura i de modestia de las dos jóvenes
-Hola! Con que vos que ántes queríais que obreras. - ¡ Cuán felt'z sois, decia ella a Magdalena,
todo el mundo se tutease, ahora no quereis que yo en tener tan estimables hijas! Ah! Yo tuve una
tutee a criaturas que voi a educar, que amo~ 1\llas tarnbien que sería ahora como de la edad de las
con todo, las tutearé porque yo mando aquí. Ven, vuestras; pero lo que es mas cruel que el haberla
n1is nietas, para abrazarte. visto morir, es que ignoro lo que ha sido de ella!
-Como querais, dijo Bibolet sonriendo. Como En este instante entró Meunier: espero dijo con
que son mellizas~ no? . supina satisfaccion, que la señora esté satisfecha con
-Eso salta a los ojos. Nietas mias, no eres tú el trabajo de mis sobrinas.
mellizas 1 Vuestras sobrinas! i o son, pues, hijas vues·
- Otra vez . • . • tras, s e ñora ~
-Es en señal de amistad i de adhesion que yo Ir o, señora, respondió Magdalena, son hijas
las tuteo así; i ademas, amigo Bibolet, estoi seguro de una hermana 1n1a.
de que a ellas les gusta, pues se ri en i Magdalena o por ello sois m énos feliz; i yo os ruego
tambien. me permitajs abrazarlas. 1\llas contenta me pondría
La naturaleza que habia dado a Jas dos criaturas aun si las señoritns se dignasen traern1e elJas mistantos
rasgos de semejanza, las había hecho tambien mas lo que he escojiclo.
del mas dulce i afectuoso carácte r. Cuando crecie- Por supue"'to que sí se dignarán, por supuesto
ron supieron apreciar los cuidados maternales de que sí, replicó vivatnente 1.\tleunier, añadiendo: soMagdalena
i el cariño de 1eunier,qne no cabía en brinas mins yo te conduciré a casa de la señora.
sí de orgullo por sus dos sobrinas. Era de v e rlo los Vol viendose luego ácia la forastera, agTegó: las
domingos paseán ose con ellas por el n1uelle o la tuteo porque las he v1~to niñitas.,
Costa de Santa Catarina. Pavon e ába e al lado de N ' o bien l1ubo part;do la señora, l\1agdalena se
ellas,cuya bell('za se desarrollaba de dia en dia i !as · puso pensativa, ajitábala un vag·o prese ntimiento.;
hacía la admiracion de la ciudad. Una señora an- ( no se habia atrevido a hacer pr gunta alguna a di·
ciana, canonesa no saben1os de qué c apítulo, retira- ~ cha forastera, i sincmbargo tenia. mi e do de sondear
da a Rou e n, l1abia simpatizado con ellas. Todas su propio pensamiento. 1 o quer1a tampoco hacer a
las tard s le s daba l eccion de lenrrua francesa, de < 1\rleunier partícipe de la sosp e cha que empesaba a
jeografía i de l1istoria, n1aterias todas en que ellas ~ tener, por lijera qu e. fu e s e . Su t e.rnura inj~niosa
hacian notables progresos. Por su parte, 1agdalena, ) trat~ba por el contrario de p e rsua.d1rse de la 1mpo·
hábil bordadora, les habia enseñado a l1acer esas. sibihdad de un encuentro tan particular .
•
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
•
84 BIBLIOTECA DE SE:&ORIT AS.
Meunier, radiante de gloria, acompañó a sus so- cia; corrí a Brécourt: supe la n1uerte de vuestra
brinas que lJevaban bien guardadas i acondiciona· hermana i que vo .. os ha bias traido las dos niñas;
.das las compras hechas por la señora. pero nadie sabia el camino que vos habiais tomado.
-He aquí una buena parroquiana, a lo que pare- Hice hacer averiguacion es, dí pasos, ernprendí diJice,
sobrinitas; tiene aire de rica, i no hai sino que jencias que han sido infructuosas hasta hoi. Pero
procurar agradarla i tenerla contenta. El tal e nto he aquí que vuelvo a encontrarme en grande incerque
tienes, sobrinitas, no está por demas, pero la tidumbre. E toi segura de que una de las dos es mi
an1abilidad : la amabilidad Jo hace todo. hija; pero cuál? Dios miot Qué hacer?
Cuando el tio i las sobrinas se presentaron en el Lo que hici1nos nosotros, dijo l\1eunier que
hotel ocupado por Ja señora condesa de Sennete rre entraba i que Jo había escuchado todo. Hacer lo
inmediatamente fueron introducidos a un salon que hicimos nosotros, se ñora condesa. Nosotros no
amueblado con lujo. En breve salió la condesa i teniamos sino una sobrina i en la incertidumbre
empezó por agradecer a las jóvenes su exactitud. guardamos los dos. Vos no teníais sino una hija,
Mas corno dejase conocer que se ocupaba principal- pues tendreis dos, Jo que no les impedirá ser sobrimente
en examinarlas, se hu b1era dicho que elJa nas nuestras, así como el ser sobnnas nuestras no
algo buscaba en sus recuerdos; pues las acariciaba, ~ les impedirá que sean vuestras hijas.
parecia complacerse en mirarlas i en pasar los dedos Antes de resolver nada, agregó Magdalena,
por sus largos cabellos rubios.-Ah! decía su '" piran- ~ hai que consultar con ellas sobre si ambas querrían
do, sin tanta desgracia como ha venido a atormen- > ser las hijas de Ja señora.
tarme, yo tambien tendria una hija romo vo~otras, ~ Sí, contestó Meunier, i si ámbas querrian ser
acaso lo mismo de buena, acaso Jo rn1smo de linda nuestras sobrinas •••• Eso será ernbarazoso.
i yo sería la mujer mas feliz del mundo. Pero de- Las dos jóvenes Anjelas fueron llamadas. Mag-cidme
icómo os llamais? dalena les hizo una exacta relacion de Jo sucedido.
- Anjela, dijo una de ellas creyendo responder Nada Jes ocultó; ni la feliz suerte que se esperaba
por las dos. a la hija de la condesa, ni Ja condicion modesta
- Anjela! repitió Ia condesa arrojando un gri· que aguardaba a la sobrina del peluquero.
to, i vos~ preguntó a la otra. Enlazadas como los tallos de dos flores las jóve-
- Anjela tambien, señora. nes escuchaban atentamente, i sus miradas iban de
-Ah, gran Dios! Ha beis sido criadas P.n este pais~ la condesa a Meunier, i de este a su mujer. Cuan·
-Hace mucho tien1po que Jo habitamos. do 1\1agdalena hubo terminado, elJas se 1niraron un
Señor! •••• pero no •••• aprisa! ••.. corramos ~ instante, lágrimas como perlas cayeron de sus ojos,
a vuestra casa, quiero hablar con vuestra esposa, S i echándose luego una en brazos de otra, se estreella
me comprenderá mejor. Venid, hijas n1 ias, : charon con vivisilna ternura esclamando: sea cual
venid, tengo que aclarar un gran misterio. fuere la suerte que se nos espere, feliz o desgraciada,
I la condesa las hizo entrar en su carruaje. nosotras no nos separaren1os jamas. No es at;Í her-
~o bien hubo llegado interpeló a Magdalena. mana 1 No! jamas! I vos, nuestro buen tio, ,·os,
-Señora,Je dijo, vos tendreis piedad de mí, vos r.o - nuestra buena tia ihabeis pensado nunca que os
noceis el corazon de una madre. Estas dos jóvenes > abandonaríamos, que olvü.lariamos vue .. tros cuidaestán
aquí desde su nacirniento ~ do~, vuestra consagracion paternal1 1 o! Seriamos
-No, señora, ellas fueron criadas por mi her- indignas de vosotros dos i de la señora, i si no obrá-mana
. ~ semos asi, esta madre que el cielo vuelve a una de
- tMaría Lacroix de Brécourt,en Lorena~ ~ nosotras, a ambas, lo esperamos! no podría contar
- i Cómo lo sabei~, señora1 · con nuestro afecto, no podria amarnos; porque ten·
- tHa muerto vuestra hermana i ha beis vos dría el derecho de temer a su turno nuestra ingra-adoptado
a estas jóvenes~ titud.
Sí, señora. ~ Oh hijas mi as, dijo la conde~a echándoles los
-U nade ellas, vos lo sabeis, no es vuestra sobrina. S brazos, no! vosotras no os separareis jamas, ni deja·
Ah! Sí lo sé. ~ reis nunca a Jas dignas jentes que tanto esmero han
- Decidme, pues, por piedad cuál de las dos es·. tenido con vuestra infancia i que os han inspirado
mi hija! / tan nobles sentin1ientos. I i no tengo yo tambien
-Eso me es imposible, señora. Ignoro cuál es una deuda inmensa de gratitud ácia ellos1 tNo
1ni sobrina. Babia muerto mi hermana cuando lle· han duplicado ellos mi dicha? i To es a ellos a
gué a su casa i Jas recojí, i todos los del Jugar las ·. quienes debo el creer que estrecho a mi hija contra
creían herma nas. 1ni corazon sea cual fuere de vosotras dos la que
-Pero una de ellas es mi hija. Poco tiempo abrazare? Tinguno de no~otros se separará de los
hacía que yo Ja ha bia confiado a vuestra hermana, detnas, somos i seremos sietn pre u na sola familia.
cuando, a consecuencia de las desgracias de la Ppo- Ah! dijo l\1eunier enjugándose una lágrima,,
ca, 1ni marido se vió obligado a huir; estábamo~ bien sabia yo que estos ánjeles harian nuestra Jicondenados
i no teniamos un motuento que perder. cha. Pero hai una cosa que me inquieta, i es que
Encargué a una mujer en quien creí poder fiarme ahora ya no me atreveré a tutearlas i ese diablo de
de que recojiera a mi hija i me la llevase a Ingla- Bibolet creerá que tue rindo a sus razonamientos.
terra a donde ibatnos a refujiarnos. La miserable Bah! Pero i no es cierto, s ñora condesa, que yo
guardó la suma que yo le había confiado i no se siempre podré tutearlas? Porque es ahora mas que
curó de la criatura. Fuera largo de referiros todas~ nunca cuando debo decirles: \'en, n1is sobrinas, te
las desgracias que nos impidieron volver; pero abrazo.
bien comprendereis que debieron sEr enormes e in- Poco tiempo despues la s eñora condesa con las
superables, por cuanto el amor maternal no pudo dos lindas bordadoras de Rouen, el bueno del pelu·
triunfar de ellas. que ro i su .. escelente esposa v1 vian juntos i felices en
Hace apénas dos años que volví a entrar en Fran- el palacio de la condesa de Senneterre .
•
• Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"Biblioteca de Señoritas - Año I N. 10", -:-, 1858. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2094822/), el día 2025-11-02.