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El mensaje de Susanita

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  • Año de publicación 2020
  • Publicado por Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt
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Imagen de apoyo de  Las aventuras de Gato: La hermandad del Agua Clara

Las aventuras de Gato: La hermandad del Agua Clara

Por: | Fecha: 18/06/1907

R EP U BL.IC A DE e OL.OMBI A 7,!!Wlummillmmmmtnmrnmmmmmmmmmtnlllillmmmmm ~ CONTENIDO , iE l/I/ea.s deduclo, por La Dirección f.os Jllegos I-1)1'a. / la dt' ";07, por Marlinez Ri"as D,Je/lYSO del illan· r¡ Imtd"f', 'r D. EdOlunuo ('r"anles. Ell-fl.lllo dd 0). F(lIbyr, por l'n Cabul de Melo. ..- t'l Ilustraciones: Sra. l\lary Ca t·l1) de Koppel. y' /1 )/ Sra. Maria Rodngllcz Chiar¡ de Calderón. El (see· !.' fj nario del Teatro en la noche de 105 Juc~os Flora· ; . .. les. Sra. Amllia Rey(s de Holguín y 'rita. María // : Ca tro.. El Consi . torio del Ca)' Sab,·Y. JJ )S poetas j j/' Concierto. Cltmaco y lIernando Losada. CarlosJu ' .. lio G ITcia. José ~Iaria Cer"antes y Q'lijano Ot!!ro /¡ lO / ;; que tomaron pute en la lie~tñora de su casa, sostenida:{ cada momento por el amante cuidado de su espo o y las infan­tiles caricias de su hija, la muerte golpe6 á su puerta y la llamó á u lado ..... _ Con e toico valor la vio llegar, y serena por la seguridad de que u esposo sabría hacer us vece en el antes feliz hogu, le tendió los brazos y se fue plácidamente, resignada al querer del destino que lIe.vaba su alma al galard6n que merecen lo bueno', lo humIldes, los abnegados. Sobre esas d tumbl, cerrada entre el llanto incero de cuantos, en el bregar de la vida, miróron de cerca el maravillo o halo de virturle qu circundó aquellas do a ­mas, nosotros ponemos hoy-débil tributo-una flor de duelo que el tiempo e tardará en ajar, porque no mue­ren temprano las oce.; que fluyen del coraz6n, a í' ean humildes voces. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 106 ' .' BOGOTA ILUSTRADO bN EL ESC¡';N \nlO DEI. OLÓN- I. A OJ:;I A DI:; LA FIE lA Y S DA 'lA DE lIO 00 Al rrdedor dll In ¡¡"lira nl'islorr:'tli 11 y di lillguiJa de iua Reyes, In cual upo de cmp ñar con mnj tad corrección exquisi los el pueslo de' Rei"a de la Fiesta, qu en buena llOra le rue encom ndaclo, e o 1 ulnban o g-l'llpO encanlador la bella damas que form llron In Corte, lodns ellus 1I0l'es (ll'ec iadns de nu ' ll'a :tlla ot'Í c1nd, le""ida con v'l'undrro lojo de bu o gu lo entre la má hermosos d I iJl ~ u(l rabie jnl'c1ín ho alAno. AIII r. tnhan ./ ORr!inn GllrcJO, In enCIl I lación pel'feCla d MnrgnrilA, In idenl h I'olnn de o lh ; Bealriz Malo, la hermosura JlClénira de dulce mil':ll', 111 el I dllsieo perfil d medalla oOligua; !\Jal'Ía Luisa d n' II'O, I v como un lil'j ,arlÍ ' lica como un busto salido del ('ineel de Quel'ol ; I'nlllinn Pone, hella como una irg n del Rennc imi nlO; Inés d la Torrr, nnda luza 'ompl In, ca te­Jlana di gllll ele IlIs rondlnt icas el'ennln el ZOl'ri Ila; OC'lIlJiz lJrunnetn, nil'osn y anogunl 01110 Diana; o fin arrizo a V 1I1enzu laJ espiritu lI l, grfl('io.'1 .• y chi:;p'nnte, Il 1111 d e ·t raña simpatín; El nn "ib, suilv , al liendn como unn h 1'1ll0SO filin'rona; Tere n Pombo, la Jr los ojos t)C'gl'os. jJl'ofundos, la d I chic pnl'i i nse, In de Ins le""nncias inimitabl , ' finalmente r obel maño, coo su rojos lahios 'n 1101', ('on sus m jdlns de e lor rl aUI'O I'O, 011 u ree 'ura d moñono de bril. __ • .. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO 105 2uegos Florales d.e 1907 E EL TEATRO DE COLÓN La bella fiesta de D.n. Clemencia IsauI'a fue en es te año -de J 907 espléndidamen te celebrada por los que de ta­les fiestas saben y gustan, es dec ir, por la mayoda de lo más alto en el talento, en la sangre yen la riqueza, porque en esta Bogotá tediosa, casi todas la almas g uar­- dan un poco de amor por nuestra señora la Belleza, y -cuando de rendirle culto se trata, todas esas almas es-tán allí devotamente. En esos días-escasos días, sí­Bogotá se transforma, adquiere un maravilloso esplen-u dor, se torna f,¡st uosa dama y r es ucita en ella aquel su espíritu que gusta de las bellas cosas; á quien tiene visto este peclazo de tierra en lo días comunes, esta Bogotá perezosa, indolente, melancólica, cubierta de miserias, se le antoja, en esos días, semejante á las fregonas de los cuentos que, al tocarla de una vara mágica, e cubren de seda, se les enjoyan manos y cuello, se emblanquecen, se embellecen y les nace una estrella en la frente. DebióH' la iniciativi\ de esto juegos al simpático Jockey r.1t .b, y ninguna de las personas invitada á ,tomar par[ e se negó á ello: las Sras. Amalia Reyes de Holguín, Manuela Ordóñez de Lorenzana Maria Qui­jano de Cervantes, Teresa Tanco de Her~era MarIa Elena Fonseca de Posada y la Srita. María' Castro damas todas ellas de fino espíritu, que aman el Arte y cr ue han recibido la unción de ~a Gloria, llevaron áesa fie ta la ml\S bella, la m lS deItcada parte; los Sres. Pablo Argáez, Federico C~rrales, Luis Uribe A., Je­sús Alvarez Salas, Doroteus Kracker de Schwartzn­feIdt y Sim1n. J. Vélez, artistas genuinos, dieron gus­tosos su contmgente de tan alta valía es decir pusie-ron más brillo en el éxito de esa noche. ' Del torneo literario decidió un Jurado que tuvo como su Presidente al DI'. Baldomero SanÍn Cano, per oualidad la más saliente ho entre quiene culti­van la alta literatura, crílico de inO'ular vi ión que hace, aquí donde lo ]¡teralo gu tan de la obra frá <1'il, labor perdurable, fuerte labor de obrero vigoro o, y que ha tenido - aquí donde tanto se gu ta de la ru i­do a vida en común-la fin loable idea de encerr'ur-e en u Torre de Marfil. Fue icepre idente del con­sistorio D. Diecro Uribe, el poeta amado de todo I el po la que lleva má hol a-adamente sus laurcle , como que en ellos nlln ca ha rue to la malevolenci una C?pi­na. [ rnael E. l'ci niega, poeta de autéotlca inspIra­ción, periodi ta dislinguitlí imo, que á la cabeza del Nll:e- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 108 BOGOTA ILUSTRADO .J)() Ttempo-el má. notable di.Hio de la capital- labo­ra como patriota sincero; ria. A rg-;-\ez, literalo de re­nombre yarLi ta de valio a. prorlu cr.iolles, y Rafael Espinosa Guzmán, Reg, nlle lro amable Director y com­pañero en las faen as de este periór! ¡co, fueron )os J ura­do. de aquel Consi torio. Emilio Cuervo l\Iárqurz, el or­la que ~e pertenezca á é ta ó á la otra Escuela. Los Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 ro BOGOTA ILUSTRADO versos de ESCOBAR ROA difieren por comple to de los que hoy tienen la predilección general, pero la avia, la sangre, el espíritu que los infurma son bell os, yeso basta. ESCOBAR ROA es ante todo sincero y gu<;ta de en­redar en las estrofas sus sentimientos, sin va ri ació n, sin alteraeión; los r ecoO'e de su reino interior, y así frescos, rugamo, recién cortarlo, los hacina, los amontona sin preocupación, in c uirlado, como quien hace en el campo un rami llete de tlMes s il vestres co­g idas al acaso. Es, sin duda, u 11 poe la. Hay q uien asevera que el espiriLu de E CO BAH 1\01\ hlloi(\ I'e­pirado más holtJ'adamente el nar 'r una reneruci n atrás. osotro creemo OLra 0";<1: E 'COBA I\ 1\ ,\ tiene alas-y muy fuert . a las-para olar por nuevos horizontes ampliamente-lo lIal lada más acorde con su juventud,- ólo que i rLo fanaLi 'm li­terario, y el amor á la traui ión, y el re pelO cie O' por leyes y cánones que se apr nd n rn la tri" se ritlad de las aulas, le han apri ionado sas ala. ¿ "stamo n un error? Entonces no e tome n u nta lo di ho. Los poetas Velásquez y ,{ peclps Lomaroll J l!'<\ ­concurso parte en la fi sta: SAl\lUEL V ELÁSQUEZ tiene ya su puesto de honor entre los altos c ulll varl ores de la literatura; y sí- ver­dfl d que nad ie co ntradice-son los hilos de la prosa los qlle más bell amente saben tejer sus manos, Velás­q uez pone á sus versos-versos sencillos, versos des­provistos de la elega ncia cortesana-una tan d ulce y amable ('s~ n c i a, que, después de leerlos, es decir, des­p ués de ha ber g ustado el agua dulce y clarísima que encierra n, uno se olvida de que la bebió en vaso rús­ti co. - A su ll egada, entre nosotros Velásquez halló to_ -<0 I cuchó cordial fra e de le 1 o otro m p co da <\ nlu ia. Cll.lrnO' on )0 talent pr m tur , p "que en no tro ' ' tá pro-fund arnc lll arraiO'uc1a la el' eneia de qlte en la rn ayo- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO III rla de esos casos, de precocidad, se empieza muy tem­prano y muy temprano se acaba tamblén. Sin embargo, juntamos nues tras manos para aplau­dir á Ct PEDES, el niño poeta que ent ra de modo tan gallardo á ese áspero camino de la Gloria, y en cuyos versos se adivina una robusta inspi ración, que si, como cordialmente lo deseamos, no se desga ta en el tra­j in de la vida, tan temprano empezada, le dará mara­villosos laureles para sus manos. Ha dicho alg uien que en esas bocas que aun no han probado la esencia de la vida, uenan mal las la­mentaciones y los ayes, y noso tros no nos atrevemos á contradecirlo, y antes bien- incurriendo en el feo pecado de dar consejos- dIríamos á Céspedes : olvide usted los gesto de dolor y las voces de angustia, y los sollozos y las lágrim as, y ya que la sangre de sus venas e tan vigoro a y joven sangre, ame usted la vida y cán tela y glorifíq uela. Los poetas fúnebres van de capa caída, bucn amigo. ~ I I I ® I I I I ~ Clímaco y Hern ando Losada ~ I I I I I ®. I I I ,I El poeta vencedor, haciendo elección acertad/sima, que fue acogida con aplauso un ánime, puso en las ma­nos de la Srita. Nina Reyes Ang ulo, el ramo de Rei­na de la Fie tao y en tom o el e ella y de su ' damas de honor las Srita . María Teresa Pombo, Beatriz Urd aneta, Bea­triz Malo O'Lea ry, J osefina García, Paulina Ponce de León , Lucila de Castro, Isabel Vmaña, Inés de la To­re, Eleóa Uribey Sofía Carrizosa y de los pajecillos de honor, los primorosos niños Emilio Carrizosa, José María Cervantes, Luis Carlos García, Clímaco y Her­nando Losada, Carlos Pombo y Ricardo SantamafÍa Ordóñez, vestidos al estilo Luis XI, la fiesta fue des­arrollándose toda luminosa, toda armoniosa, toda florecida, co:Oo un gran tapiz tejido en seda. Mz. Rs. PARTE LITERARIA El Sr. D. J orge Vélez, Presidente del Jockey Club, y actual Vicepresidente de la Asamblea, espíritu am­plio y bien cultivado, entusiasta admirador de las Be­llas letras, abrió ]a sesión con breves y apropiadas palabras, y ]uégo el Sr. Mantenedor, proclamados Jos poe tas vencedores y en su es trado la Corte de la Be .. Jl eza, pronun ció de magistral manera este bellísimo discurso: (Amor, Fides, Patria) Señor Excelentísimo: Señores: En medio de la arena ~ toy y aun dudo De hacerles frente aquí á los justadores. Mantenedor del campo, está mi escudo Colgado en el palenque: Acogí un reto y debo entrar en el cmpeño rudo. Delante de un concur o que respeto Me presento á la liza conmovido: Pido indulgencia al público di crcto. No pretendo, señores, atrevido Ceñir coronas de laurel, ufano, HarLo honroso será salir vencido. Si al llenar mi deber, buen ciudadano, ontribuyo al objeto de la fiesta Que es á la par artístico y cristiano. No admite excusa una ocasión como ésta; Salgan de nuevo á luz viejos arneses: ¿Quién los arreos de justar no apresta Si se van á e grimir armas corteses, Aunque tema con grave fundamento De un numen ya apagado los reveses? ¿ y cómo en esta lid del pensamiento Los que vamos rindiendo la jornada No dar á los que empiezan voz de aliento? No, no debo callar: No decir nada Es mengua, si unas frases ó una nota Llevan consuelo á la in fe liz morada. Si yo debo enjugar al""una gota De llanlO y a no sirvo. _ .. que mi lira Quede desde hoy abandonada y rota. Cuando la hermosa caridad no inspira, Si ag:ostado el ingenio sólo ofrece F ácil rima burlona ¿á qué se aspira? Es que en el mustIO corazón no crece La flor de un sentimiento generoso y el vate ó.se degrada ó enmudece; Pero Inól todavía el dón precioso De amar y padecer no lo he perdido; Aun me siento en las luchas animoso: Es, I ay ! mucho en verdad lo que he-sentido .. Pero el pecho del hombre es instrumento Más armonioso cuanto más herido I Si yo logro encontrar algún acento Que traiO'a el eco á esta radiante ala De un s¿¡ lozo, una queja ó de un lamento; Si mi voz ni concur o le eñala El iLio en donde gime oculta pena, y el Angel del llmor batiendo el ala Auxilio pre La á la desdicha ajena ... _ No a piro á nada má . Triunfo. mejore Otros alcancen con jocunda vena. Dacla e tá la eñn!. Lo trovadores Enlren al campo ya. Traiga el primero Brisas, fuente , arrullos. perlas, flores .... _ y con leno·uaje dulce y Ji onjero Arranque tÍ. su laúd sones tan uave Que arrobado le escuche el orbe entero. Con notas ora intensas, ora ~~ave lce u canto y los espacios llene Rival feliz de la canoras aves. Si acompañado de las .... racias viene, Si las Piérides le abren u te oro y le embriagan con agua de Hipocrene Vítores mil le acl~marán en coro Cuando reciba, merecido gaje, De hermosa Reina, la ioleta de oro r Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 112 BOGOTA ILUSTRADO Desde ahora le rindo mi homenaje y en nombre de los Jueces le saludo: No tendré mi derrota por ultrllje Al entregar, desarzonado y mudo, Conforme con las leyes del torneo, La armadura, la espada y el escudo. De mis arma disponga á su deseo: Que si las gana en singul llr combate 'Tendrán en su poder má alto empleo. Venga en seguida otro in pirado vate, De mística y ardiente fantasía, Que á los Cielos la almas arrebatE' . En tierna y delicada poesía .cante, movido de piedad fervien te, P ara ensalzar el nombre de María : De esa 'lujer bellísimn, inocente, Que en su brazo dio abrigo al Soberano, Que aplastó la cabeza á la Serpiente y es la esperanza del linaje humano. La Estrella de 105 mare refulgente Que ilumina la enda del Cristiano, P uerto de salvación! Dulce y clemente irgen que extiende al pecador la mano. Oh! Inmacul ada Emperatiz del Cielo! Cúbreme con Lu manto poderoso En e ' te valle de mi eri a y duelo. Dá á mi cansado espír itu reposo y á mi aflig ido corazón consuelo: .Maria: Madre del Amor Herma o. El lercer lid iador con raudo vuelo scienda al Helicón: 'erá u canto Expresión fiel de un iversal a nJlelo. Hoy todo vemo con pavor y e panto 1 espectro medroso de la guerra l Aun correLl aumentadas con ("1 llan to Las linfas que de ' ienden de la sierra perderse en el mar: él la recibe y halla amarga las aguas de la tierra ! ! El Pacífico Océano, el Caribe Testigos fueron de sangriento drama: lAs duelo, ,'. más horror no e concibe! . eñor Excelentí imo : derrnma Tu vista en la ¡ación que se doblega Bajo mano filia l que admira yama. Ya no uena el clarín de la I'efricgn; Concorde himno ú la paz el pueblo nlona En el monte, en el llano y en la vegn. Recfbe, con orgullo, esa corona Más precio n, señor, que los lnureles Que alennza te n lo campos de Belona. Tú has logrado apa~;-ar od ios criieles, Tú has podido)o hierros camic ros En arados corvar, tendel' en ri le , Tú en el Patrio solar horras linderos Para quilar las vallas entre hermano Extinguiendo lo celo de aparceros Los rerrionales tornas colombianos. Tú queurantas la r<\ias del cautivo Para hacer un emporio de los Llanos. l Y cuánto hermoso campo sin cultivo Eu se fértil territorio espera Que vaya á disfrut¡lI·lo el I)['azo e quivo I Tu mano ú un tiempo cné¡'gicn yevera Que rige y templa el generoso pecho Mantenga, asi, la tricolor handera. Ya tlllabor c0nternrla satisfecho: Paz y Unión: gil la Patrio de Nal'iño No domina el ternol' sioo el Derecho l Oh! Pat.'in, hermosa Pat¡'in l do de n iño Te amé con frenesí: nunca Ulás g¡'nn dr ue el mio pudo ser otro cfu'iflo I l Con qué emoción escucho que se expande Una voz de concordia, y que resuena Desde cimas altísimas del Ande A las playas que baña el M;¡O'dalena . Ya no el clamor del odio en torno zumba, i el violento cañón el aire atr uena" , . Ay l que si esle edificio se derrumba, Si tá'l Lo heroico esfuerzo hn sido vano, Sólo IJue(/a una p;¡z: la de la Lumba . .. .. .. Jueces y amigos: Perdonnel si llano Mi senci llo di curso no 'ha sabid o, En el sonoro idiomn caslellano, Dar á la frnse el tono, el colorido Propios de la ocasión, de la grandeza Del puc to á que me habéi enaltecido. .. ,. .. EnCllntadora Reina: mi cabeza, Que no abate el dolor ni el fuerte humilla, Se inclina ante el poder de la belleza. Tu trono no e efímero: e a silla, Para el reino ideal de los amores, Es pre3a crio feliz ~l un Sol que brilla En la espléndida Corle de estas Flores. Pacho Valencia prtmiado co n la Violeta de Oro, recitó su composición, que estuvo en compelencia con las tres que al pie de ella publicarnos, y dijo: El (Santo del F elibre (PREMIO DE LA VIOLETA DE ORO) En Tolosa, en medio á los arraf/anes y tamarindos qae embelteclan los Jardines del Coleg 10 de la Gaya Ciencia, cinco tro­va dores de Pral en::a d ialogaban acerca de $US saeíios de amor y de gloria, una tarde, vispera de los J uegos Florales, En­tre ellos el más joven. Iln poeta á quien sus compañeros apellidaban, por antono­masia, el Felibre, il'g ll iéndo e con digni­dad profética, d (jo así bajo las frondas arrll ieladas !Ja por el misterio de la no­che novilunar: u Escuehadme, cantare ilustres de Provenza: laurele memorables habrá para el que venza mañana en el comba le que r io'e la Harmonía; yesos gajo heléni o , que brotaron un día por gracia de lo dio e , cu;¡ nd o vienen ele mano de la amada, con agoran con limbre oberano. Poetas, oi los númenes de lllujere muy bellas. prototipos de diosas y <'jemplare de e trollas; ma ro O di".o, mancebo. , que la que mi alma adora nació de aquella madl'e ti quien nació la urora: jaml\.s sobre la tier¡'a pe ó m<\ior criatura, mujer ma blanca y fi rme, mujer má nobl y pUl'a; (lapa orienlal de mina, ciudadela de oro, gurrido lis de plala, fl'e ca pen iI canoro, dón de la primavera jocnnda, i e mueve, so mueve enton c un algo de 1'0 n y de niev p rfuma omo I b:\lsamo que vert ió l\[agdalena obre uno pi div inos la larde de una cena. Su ojo me turbaron; parl ra luz vibrante, fue meno dulce el agua {fU ayer un cmninan t.e devoto de las 1 -la del 01, con su rocino b bió bajo un viñedo fe raz de un rojo vino. LIS brazos ' 011 el Pli lido nenMa.' que en Judea como t\ un niüo IlHmHl'n J 'ú de Gn lilea ; brazo 0 0 ulla numo' tan util , qn nlg nn!l no 'ho pasó pOI' ella · un r;¡yo de la lunn. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSl1RADO Alj ófa l' de lo s verdes jardines de E c bba~ana, s ang l'e de An adi omeon, frescor do la m añana, todo e to e tú e n u boca y e tA e n u cabeller a, do dond e hace much o bog a mi a mo r y esper a. E ll a es la que h e oña d o, l a ninfa del Ca rm clo, la mflt utioa a londra feli z bajo mi c icl o; por ell fl h e id o i ntré pid o, p or ell a so y un libro derroc ha d ol' d e r im as gala n te yo, el F elibre. al"'amos a l pa lenque del Arle, co n tendor es, con la Ji ras or nnda de un cí ng ulo de fl ores cogida eo la vega d o nde los menestrales ~maron á la linda p a to r as provenza les, y h ao de s u rgir lo ver os, avaros de la altura, tibios del 'adeocio. o nido de la t ernura. Y o ve tiré la púrpura rea l , como u n emblema, para ,'imar l os alto metros de m i poema, y va iaré mi ánfora d e e ns u eño e n concordan cias m illonar ia de m ú ica, urdidas co n fragancias, con aceile de li rio, con e enc i a e cogida por eso> de su dolor esclava, También como la E finge, con implorante anhelo, La noche taciturna de su pupila clava En la consoladora profundidad del cielo. ADSUM El Dr. Rivas Frade, premiado con el Jazmín de Plata, reci tó el .,soneto que publicamos junto con el que ha ta 111tima hora le hizo competencia ante el ju­rado, con )os dos que no entraron al concurso: ~0nS0 latri X afli ct0fum (PREMIO DEL JAZMÍN DI! PLATA) Ante el viejo retablo donde lloras, ri madre e postrab~ de. rodillas, .. Y, lo mismo que en tI, VI en sus mejIllas Rodar el llanto en las amargas hora. Como un rayo de luz de dos .aurora , . De Ella y del Cielo ~n que 1.0 mancha brillas, Bajaba con mis úpl~cas se?cJl.las La compa ión que tu de DIOS Implora Muerta mi madre, en no he de amargura Anle el 'uodro á caer vuelvo de hinojo, y cuando el alma mi oración murmura e aplacan de la vida lo eno.ios, Porque al rogarte ~ ti e me figura , Que ella me e tá mIrando con tus oJos FEDERICO RIVAS FRAOE 5teUa matutina (Á LA VIRGEN) Para mi madre- Oh blanca e trella de la mar, flor pura de mí tica fragancia; va mi canto - rayo de luz que en mi interior fulgura­como un incienso ha ta tu olio santo. Vierte en el fondo de mi vida o cura de tus gracias el fuego acrosanto, y enjurra con tu amor y tu ternura mis turbio ojo, que lloraron tanto •• .• A ti vu lvo mi planta fu"'itiva de pálido vinj ~o; mi alma i~plora la luz de tu mIrado ompaslVa: Haz que n mi n O'ra rula de dolores con un g lorio o resplandor de aurora, brillen tus dulces ojo protector s ••.••••• ARMANDO Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA I iLuSTRADO '115 ~onsolatri:x aflidorum Maria, gl'acia plena, collado en que culmina un lirio con frescura del agua del Jordán; marfil do un va o in igne; puerta ue la uivina ciudad á donue todos Tos afligidos van. Lo profetas te vieron, e trella matutina que ayudas al rodo para que abunde el pan ; por ti baló el ordero sohre Salem, colina donde las corza níveas de la pureza están . Yo vengo de la tribu quo malga tó en el predio de Belcebú us dones; clavados traigo en medio del corazón los iete puñale del dolor; contrito estoy y triste : quedaré alvo y sano si tú, Consoladora, me llevas de la mano al dulce valle místico que verdeció de amor. PACIlO VALENCIA Contempla de las célica mansiones, {adre excelsa de Dios, Virgen sagrnda, En qué triste aridez van la jornada Rindiendo los humanos corazones. Gloriosa sobre angélicas legiones, No ceses tú de ser nuestra abogada; Las bodas de Caná muestra sobrada Fueron ya del poder de que dispones. Algo á Jesús dijiste alli, Seiíora, y El su primer m~lagro hizo á tu ruego, {udando el agua en rebosante vino. Mira que el de las almas falta ahora ; Alcánzanos que corra como fuego. y embriague al mundo yerto, amor divino. Escobar Roa, que recibió el premio de la Rosa, re­. citó su composición, que aquí insertamos con la de Colombiano, que luvo también grandes probabilida­- des de triunfo: d1la paz (PREMIO DE LA ROSA) Te canta el sol cuando soberbio avanza Del cielo por la bóveda infinita, Te canta el corazón cuando palpita Bajo el iri de luz de la esperanza. ibra un himno triunfal en tu alabanza La audaz locomotora cuando grita, y á bendecirle el campo nos invita Con la elocuente voz de su labranza. Todo en tu honor sus cánticos entona: La misma cruz que se alza en el osario Ca::! sus brazos abi erto , te pregona. An te el a ltar te can ta el inccnsario, Te canta el Hacedor cuando pel'dona, y J sús cuando muere en el Calvario. RAFAEL ESCOBAR ROA d1la paz Calló por siempre r:l atambor guerrero. Ya no rasgan 01 viento lo clarines, Ni dando al aire las rcvueltas crines Cruza el campo feral, corcel ligero. Duerme en el cinto el triunfador acero, Blandido ayer por rudos paladines; . Y del sangriento cam po en los confine Belona esfuma su perfil severo. (I) Se presenta fuera de concurso y sólo como un humilde ,obsequio á la Virgen. I Mansa la grey por el collado asciende Al toque moribundo de 111 queda: Venus en lo alto su fanlll enciende. Por el camino solitario ruedll El carro de la mies. Ceres Je ciende De paz nimbndll, en la c3mpiña leda. COLO~mlANO Después )'ccitaron los snyos Vclásqnez y Cé pedes, que fueron éstos: eBanta la vida Estás enfermo de ironla, porque mez­clas/ e un horrible ¿rebaje inventado por ti al a[Juafrla !J mllsical, envenenándo­le su dulce simpleza- Vén otra vez al monte á beb.er (I,L pie del peñasco; la vi­da le Cllrr¡,ra, SI Vlzelves á probar de esa agua nueva qfrecida en el cuenco de la mono. Su piel ostenta la li UI'Il gl'ata De una tela de seda y sus flllgorp.s; Cuando e mueve suelta resplandores De una escu ltura cincelada en plata. La libertad del campo lo produjo Alto, nervioso y de color de nieve, Con largas venas puestas en relieve Y enredadas en clásico dibujo. La curvada nariz inAa de IllieobO, Vivo y redondo el ojo ("entellea, Y, cual hoja de palma, libre onuea La dócil cola despeinada nI viento. Corriendo VII con m:\gica destreza; Su CIlrrera pllrece un desafío. -1 Seguidme, si poMi , el viento es mío! Y levánta orgulloso la cabeza. Lo ha escuchado un jinete y altanero El $'uante rec06'ió y airoso avanzn . Vuela, caballo hermoso, la esperanza De [u enemigo burlarás ligero. Córre más, mucho más; tú eres el dueño De la llanura á tu valor estrecha. i tu enemill'o se ha tornado en fl echa, Pá a IAÍ por el aire como un ueño. faldición sobre ti !. .. _ Vano cS que huya Tu beltv cuerpo. nad ie lo ocorre. Oye la oO'a que ilbando corl'e Como Il l a~a culebra en busca tuya. Y hace el jinete que en el aire vibre La dóci l cuerda rematada en ojo, Por donde entra tiritando flojo El cuello enante levllnlauo y libre. ¡Oh libertlld I El hombre oprime 11I é~o El rus coro na. y ceñir con ellas l a frente del niño-poe tH. El ~arare THE EAST MAGDALENA EXPLOTATION e.O, LIMITED-Difícilmente se e ncontrará quien no haya oído hahlar de las selvas d e l Carare, de sus innumerables r iq uezas de su clima mortífe ro y sobre to do de lo peligroso del ca~ino que á ellas conduce. Con frecuencia se censuraba el e m­peño de los Gobiernos e n abrir una vía al Magdal e na al través de estas region es que se consideraban como inac­cesibl es, y se calificaba d e lo co á qui e n pretendiera hacer ver la posibilidad de tal e mpresa ó á quien hablara ~iq uie ­ra de establece r trabajos en a:}u el la s mortífe ras selvas. Hoy día es un h echo cumplido lo qu'ó! antes se consi­d e raba como un sueño fantástico de gente visionaria: los grabados que tenemos e l gusto de presentar á nuestros lectores son tomados de las fotografías hechas por los em­pl ea dos de . I.a Easl Magd;zl~na Ex plolalioll C. O , L illll'ted, y por los comisionados que ultlmam ente envió el Gob ie rno á estudiar las cc. ndiciones técnicas d e l camino en construc­ci6n entre la ciudad de V é le z y un pu erto sobr e e l río Ca­rare , e n su parte fácilm e nte na vegable. D. arlo Tavera TaYA lil Sr. Tavera, cuyo re trato publicamos y d e quien antes dimos li geros datos biográficos, obtuvo del Gobi er ­no una concesi6n para explotar las selvas del Carare y con e lla organizó la respetable co mpañía que acabamos d e nombrar, dejándola obligada á dar al Gobierno el cinco por ciento d e las utilidades d e su concesió' en los primeros cinco años de ella, el di ez por ciento en los cinco años si­guientes, y e l qui nc e por ci e nto e n los tiltimos di ez; á fun­dar cuatro poblaciones e n l t e rritorio de su concesi6n en condiciones que aseguren la vi da y pros pe ridad de ellas, y á constru(r por su cuenta y para el Gobie rno, una línea telegráfica entre B ocasdtl Carare y la ciudad de V éle z, que está casi te rminada, y que prestará ¡n men os servicios, co­mo que : 1I0s serán specia les para la regi6n del do Mag­dale na , comprendida entre Puerto Berrío y ogamoso, que Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUS TRADO es la que ofrece navegación más difícil y en la que mayor número de siniestros han sufrido los vapores que la fr e­cuentan. Va ya para ocho meses que la compañía inglesa tie­ne establecidos sus trabajos e n Bocas del Carare, dirigidos por el Sr. Tavera, á quien vemos con sus peones e n un claro del bosque, á la orilla del rlo , en un mome nto de d es­cans, o, y por el Sr. Schmockér, cuyo re trato también publi- El r. Tavera y sus exploradores cam os. Cuando llegaron allí estos zapadores del progreso, s610 existían nu eve ran chos d e paja con ochenta y dos ha­bitanles; hoy hay cuare nta y oc ho habitaciones, y e ntre ellas t res casas buenas, cubiertas con teja metálica y algunos edificios apropiados para bodegas y depósitos, y pasa d e ochoci entos el núm ero de habitantes, muchos d e e ll os an­tiguos ex plotadores en los bosques de la concesi6n, que están todos al servicio d e la co mpaiiía, sin que hayan su- El Sr. Schmocker frido en nada sus intere res, y s6 10 con la obligaci6n d e someterse á las reglas de la Compiñ fa sobre el modo de hacer las explotaciones, para no tumbar los á rboles y a p ro­vecharse de e llos con servánd olos siempre para la riqueza nacional. Las caucheras de l Cara r e no s6 lo ofr e cerán, al pxpirar la ooncesión, la riqu eza que hoy tienen, sino que ella estará muy aumentada, pues la Compañfa se propone sembrar cuatrocie ntos á quinientos mil árboles, y de segu­ro lo hará, pu es tiene para e llo c apital sobrado y lo gas- rientos mIl franco~, ó sea seis millones de nuestro papel mone­da. S610 dIez. ~mpresas agrícolas como e!>ta I!ue tuvIéra_ mos en los dlstlnt.)s baldío\) dt-I pa/s, y ya podr!amo~ creer asegurada nuestra redención económica. . El ~ r .. Schmo~ker hizo en Suiza, con brillante éxito senos estud Ios de C,.encias (\' aturales, obtuvo su correspon_, dlent.e título académIco, y contratado en SfgUl.da.J or una re~p(:table Comr añía bel­ga, !»guló al e rgo, en donde permaneci6 cua.tro años d~dicado principalmente al es­tudIo del cultIvo y explotación del caucho y alH adquirió todos los conocimiento; práctic\..s que ha alcanzado este ramo. Pasó lu égo al Brasil, por cuenta de la mi~m.a Com¡;añfa, y allf, en las riberas ama7óme as, permaneció !.eis años dedi­cado á los mismos trabajos que había eje­cutado en el Congo. Contratad~ entonces ¡::or la Easl Mag­dalma Explotal1an c. o, Ll'miftd, vino al Ca­rare, donde ha encontrado los ejemplares más bellos que hasta ahora son conocidos en el mundo, del árbol de la "Balata," del cual ofrecemos una vista. La "Balata" comercial es el Hquido. coagulado del árbol perteneciente á la fa­milia de las sapotáceas, género Mimusops. Es un árbol grande y hermoso, que puede crecer hasta una altura mayor de 25 me­tros, y á distancia de un metro del suelo puede tener hasta tres metros de diámetro. Las hojas de la Mimusops Balata son de forma elfptica Ú ovaloblonga, más 6 menos pel u das en la parte inferior. La madera, que es de gran dureza, tiene un bello co­lor de rosa , lo que ha hecho que en Surinam se la llame carne de caballo. Las investigacion es hechas en Carare para mejorar la calidad del producto coagulado, han tenido éxito completo, de modo que d entro de bre\'e t empo la exportación de la balata colombiana aventajará en mucho desde el punto de vista del rendimiento, y naturalmente también del precio, al mismo producto exportado de los otros países y más espe­cialmente de Venezupla y Surinam, Los grabados de l camino representan algunos de las sitios más interesante del tramo reciente mente construído ; pueden verse en ellos los cortes en la roca tajada á pico, los desfilad eros natural es que se aprovecharon, la elección d e los boquerones para conseguir un piso mejor, y otras mil dificultades vencidas que d e nun cian á leguas el ojo de un ingeniero veterano e n e te género de trabajos. La lectura de l inform e de los señores comi ionados y la inspección de las vi tas f" tográficas que tomaron, han llevado al ánimo de los más des contentadizos el convenci­miento de que la Compañía actual ha sabido cumplir los compromisos contraídos con el Gobierno y con el país en general, correspondiendo así á la buena reputaci6n de que gozan Jos caballeros que la constituyen. Debido al capital de unos, á la ciencia de otros y á los esfuerzos de todos, no es hoy un viaje al Carare lo que antiguamente era: una sentencia de muerte, En el público han circulado unas fotografías, que probablemente tendre­mos el gusto de reproducir en esta revista, y que prueban hasta la evidencia que no hay exageración en nuestro aser­to. Quien no haya transitado por las lomas de San Loren­zo, ni haya atravesado el paso d e La Horqueta, no puede envanecerse de conocer malo!> caminos; pues bien, el ca­mino actual , no solamente evita estos horripilantes pasos,.. sino que, como sale al río Carare mucho más abajo del antiguo puerto de San Fernando, ahorra á los vapores la parte más peligrosa de la navegaci6n. Esta lecci6n objetiva y otras que diariamente se es­tán dictando, quizás lleguen á convencernos de que !>6lo en una atmósfera de paz y al amparo de un Gobierno patriota y progresista pueden realizarse obras que hagan. honor á los hijos del país. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 118 BOGOTA 'ILUSTRADO BOGOTÁ ILUSTRADO se complace en enviar sus felici. taciones á los ab~egados colombianos que, en una. Ú otoa empresa, trabajan por llevar la civilizacIón á las selv'as del Mimusops Balata Carare. Sepan ellos que el país aprecia todos sus esfuer­zos en lo mucho que valen, y que hace votos por el feliz éxito de ellos. -- RXG LOS JNDIOS SALVAJES Majestuosamente sobre las aguas quietas se balancea el barco, El río ziczagea y forma una re­vuelta caprichosa. Es una tierra extraña que tiene fecundidades maravillosas, que tiene .bellas palmeras, que tiene: fron :l:\.ies discretos y que tiene un cielo azul, im­placablemente azul. . El barco se detiene. Allá lejos hay una playa guijarrosa y extensa. En la playa unos indios salvajes reto­zan, gritan, bailotean; á intervalos arrojan las redes sutiles al agua; so· bre las arenas los pescados cautivos se retuercen en una suprema convul- 5.i6n desesperada. El barco se acerca discretamente á la ribera. Y unos hombres saltan á tierra, unos hombres que tienen el le­gendario y varonil arrojo de los con­quistadores. De pronto los in 'líos dan un grito indefinible; un grit0 de alar­ma, asustador, medros'), que se pier­rle en la vasta soledad de las monta­ñas; recogen las ftech 1.~ ag-resi vas y huyen. Yo no sé 'lué extraños atavis­mos hay en esa fuga cobarde de los indios; acaso ellos saben que sus an-tepasados fueron heridos de muerte, y martirizat:los y despojados por las caravanas de los hombres blancos ; por esos hombres blancos que llegaron un día, á los pre- 1 I ~ } I ~ l . P uerto Aquileo en el do orare lf. Las }< IOl'es- J ¡L El Guuli ló (reparA ión do daño ellu ado por los derrumbes)- l . ~ I Martirio (80 mplros de cOrto en roca)- V. Cimitarra ( Punto de r unión entre el nuevo '1 01 vi ~o amino)-VI. Fundación de overo uá­rez (Eduardo Jarnmi llo p" comi ¡oondo d I ohi rno ; A ngel María qLero, Ingeoiel'o del Departa01 olo de Galán; ni ardo Lleras Codazzi, Mio rll logistll, y 13 rnordo Oloz). Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA IL.US rRADO 119 --------------------------------~------------------------- - dies hermosos de lo, indios, sedientos de oro y de sangre .. Son muchos los indios. SI" al ejan. Se van huyendo {. I ~ montaña con agilida des de fi e ra . Pero ua tro ~a l vajes no han sa bido hu(r ; son los pri ione ros rle lo hombres blancoS. Y g ritan , y gimen, y se retuercen, y quieren escaparse porque no saben que esos hombres no ~un los mismos que hace ya muchos años ma r tiriza ron á us ante. pasados; porque imaginan q ue esos hombres quieren hacerles daño; porque lus indios no saben que esos auda­ces aventu re ros llevan á las montañas el agua prodigio a de la ci vilización y el cla moreo victorilJso del progreso. E sos hombr s no les harán ni ngún daño. Pero loe; inrlios gritan , y gi me n, y se ret u e r ~€n, y quieren scapar e. Todo es inútil: los cuatro sll lvajes son los prisinnen,s de los hombres dvilizados, que q uie ren ll eva r á las montañas los tranquilos ampa ros del r rogreso y los consoladorf's refu­g ios de la fe. Eso es lo q ue a Cé! ba de suceder en e l R ionegro, a l frente del Mag-dalena, que desemboca en Puerto Reyes y cuyo rurso aún no se conoce bien. Cuatro indios salvajes Indios cauli vados cerca de P uerto Reyes han sido cautivados. ¿ Cautivados? No, detenidos sencilla­mente, y traídos á esta ci uda d, de donde muy pronto van 4 tornar á la montaña á decirle á sus hermanos salvajes que sus hermanos civilizados no son perversos, sino que son buenos y misericordiosos. Uno de estos cuatro salvajes está enfermo: caritativas manos de mujer lo amparan, lo miman, lo llenan de aga­sajos y de pueriles obsequios encantadores. Está enfermo: bondadosos facultativos lo rodean, lo cuidan, lo asedian con el prodigio de las medicinas, y dicen que tiene yo no sé qué novedad en el pecho. Yo escucho los diagnósticos de los facultativoc; y pienso que el ipdio está enfermo, pero enfermo de nostalgia infinita y de abrumadora tristeza, porque se acuerda de su río silencioso; de su discreta montaña qne está lejos, muy lejos; porque piensa en su choza abandonada; acaso en una muje r, salvaje carpo él y como él melancólica, que lo aguarda; porque piensa e n los raros vestidos de plumas; en los certeros arpones de la flecha y en su cielo azul, implacablemente azul. y suspira, solloza, se q ueja. H abla; es un raro len­guaje; es un dialecto i n co mpre n si bl ~, lleno de misterios y de languideces; ca si todas ICls palabras terminan e una uyistlsima, á ~eces en. una i melancólica. Dijérase que el dIa lecto de estos salvajes está hechb de desolaciones, y de­a marg-uras, y de misericordias. Tiene una mirada llena de vaguedad; una triste mi­rarla de loco, indefinible, rara; tiene esa mrrarla yo no sé­qué complicacionl"s misteriosas: á \'eces todo el candor toda la ingenuidad, toda la inocencia de una frágil niña d; diez años, y otras toda la melaMolfa, toda la malignidad, todo el cansancio de unos tristes ojos de viejo. Es una mirada ind efi nibl e, que tiene un poco de idiotismo y que tiene también un poco de inteligencia. Tiene esa mirada algo de la ruda agre¡,ión de unos ojos de fiera, y tiene también algo de la exquisita suavidad que guardan las imploradoras pupilas de los niños huérfanos. Muchas veces, en los delirios de la fiebre, pide agua; y las manos piadosas y femeniles, le llevan agua en una hermosa copa de cristal, y entonces el indio se enco­leriza, se enfurece, se agita y va á beber el agua en la fuente, á plena luz, á plena soledad, como la ha bebido siempre en su do silencioso, en su discreta montaña que está lejos. Yo pienso que este pobre salvaje tiene la deli­ciosa coquetería mujeril de mirarse en el espejo de las aguas ten ues y cristalinas. y no se rI~ nunca. Quizá porque tiene la f'norme sin­ceridad de los salvajes; quizi porque no conoce esa careta de las grandes hipocresías que se llama la risa. En todos los la bias juguetea la risa: se ríe á todas horas, se ríe en todas pal tes, se de siempre; y !>i se formara un gran ramillete de risas, todo podría haber en ese gran rami­llete menos una sola rosa de sinceridad. Dicen los historia­dores que Jesucristo no reía nunca, y yo pienso que el Divino Nazareno no reía porque fue el Gran Triste, y más que por l"SO porque fu€. el Gran Sincero. En estos días los cuatro salvajes van á tornar, van á ser llevados á la montaña, porque están tristes; porque sufren raras nostalgias de selva; porque tienen yo no sé qué recuerdos hermosos de su discreta montaña que está lejos ...... Van á tornar: llevan muchos regalos encantadores para sus hermanos; llevan muchos maravillosos recuerdos de la civilización. Todo, todo para estos pobres sal­vajes tiene que haber sido raro, desprevenido, encanta­dor, divinamente bello, extraordinariamente asombrador. Van á tornar á la selva: y acaso alguna vez, bajo Jos discretos refugios del frondaje, se acuerden con tristeza de sus hermanos civilizados, que fueron para ellos tan bue­nos, tan compasivos, tan misericordiosos. y allá en la montaña ese pobre salvaje enfermo se acordará, como si despertara del milagro de un sueño, que la tibia delicadeza de unas bondadosas manos de mujer 10 acarició muchas veces en las desoladoras noches de fie­bre, de melancolías y cansancio. ERNESTO SARA VIA A UNA VID AL AUTOR DE "EL CENTAVRO " El sol, tu augusto padre, te da calor y vida filtrando en tus entrañas locuras deliciosas, y por ti Anacreonte, de barba florecida, interpretaba el hondo misterio de las cosas, De miradas ardientes y de pezuña hendida una tropa de sátiros de curvas voluptuosas, danza, cabe tu sombra, la danza enardecida que entre las carnes tejen ansias pecaminosas, Un día Noé, el experto piloto y gran patriarca, navegante primero de la primer.a ba~ca, se embriagó con tu sumo, que es olVido y descanso. y quién sabe si bulla en los globos obscuros de las uvas que forman tus racimos maduros, la Sangre redentora de Jesucristo el Manso. EDlIIUNDO V liLÁSQUI!z' Ocaña, 1906. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 2 0 HOGOTA ILJ]STRADO Ll (S(eneral ~abral d.e Jytelo Afortunados esp(ritlls aq uellos á quienes fue con­- cedido el dón maravilloso de co nservar, para los días últimos de su vida, un ensueño hacia el cual púedan vol verse las manos cad ucas. Debe ser felicidad muy a lta esa de lener un fuego q ue derrita la helada de los años, y una luz que g uíe los pasos por el último pe­ ¿azo de cami no que e recor re entre sombras. El General D. Ramón Cabral de Melo, cuya efigie tenéis ahí, es uno de esos excepcionales espíritus. Tras ~ f 1 I1 ~ 11 I J. General Ramón Cabral de Melo ~ 1I 1I ~ ~ 1I f I X desu vivir agitado en cuarL les y campañas, tras de ha­ber ascendido pundonoro amente toda la escala que con­duce á los laureles del Generala to, de pués de haberse batido como cumpl á valiente , llena de canas la ca­beza y doblado el cuerpo bajo una muy pesada carga de año, Cabral de Melo aún tiene vida en la vena de su alma para alimentar n ueiío . 1) otro ya sa­béis que Cabral de Melo e ha refugiado últimamente en la literatura con amor profundo, con apego in­comparable. En un tiempo Caoral de 1elo amó la guerra, la gloria, el amor; de pués amó el Barrio de ECTipLo; ahora ama la literatura; pero la ama obre toda la co a , yen torno de ella van dI'. arl'OJláodo e uav men te los años de su vejez. Yo no atrevo palabras de crítica obre la obra poética de Cabral d Melo, porque tengo ntendido que en tratándose de tan s ing ular p r onalidad eda necesario crear una rfli él aparte. iá al~n: yo no me atrevería á decir si su ver os son bu n Ó 011 malos. Mucho más: o no o uria afirmar i son ó nó versos. Unicamente consigno sto: abral d 1cl0 Jla conseguido ue una vez lo (fue:'t 01 r cIJe la labor dura: d stacar s u p rsonalidad lit('I'<1l'ia de un mod neto: él es solo, s úni 0, s inc f1f'ulldible; ,abral a más allá de todos en eso de atr·op ,llar gra mática q~le-brantar reglas: sus estrofas no se enfrenan á métrica ni á rima: ' sus \ versOs son ahora de una medida y luégo se quiebran, se descoyuntan, se disminuyen, Ó estiran sus anillos y se alarg'an y se hacen enormes; el consonante no tiene allí puesto fijo: de pronto re­vienta en todos los ver os, de rronto no volv{:is á verlo en loda una estrofa; Cabral de Melo 'es un poe­ta tan amante de la libertad, que edila sus versos en hoja sue]ta: no pára él trabas de Directores, ni de Redacciones, ni de 'cajistas ; Cabral de MeJo es el poe­ta más pródigo: regala á manos llenas las ediGÍones de sus versos; algo m,ás: en alguna ocasión nos de­cía: "La edición de mis últimos versos está agotada y será preciso que JO haga una segunda, porque' tie­ne mucho pedido' ''; y ag regó indignado: "Alguien ha tenido el atrevimiento de proponerme que le ven­da u n ejemplar " ; y por último ; verdad que nin­guno de vosotros negará : Cabral de Melo es el poela más leído de la capital. Envidiablemente feliz e te poeta, que ha vivido su vida sentimental á la in versa: él acaba p or donde todos empezamos: por los versos. Hoy las cosas pasan de modo que se sufre ]a vej ez en la juventud: Cabral de Melo está gozando de ]a juventud en la vej ez. Bien haya espíritu de tan recia contexturá, y quie­ran los Dioses conser var siempre al lado del poeta esa su Musa, que, aunque desmedradilla y tardía, ]e enti-bia entre las manos el corazón. • Yo me declaro ante vosotros admirador cariñoso de Cabral de Me]o por todo lo a ntedicho. Esas mani­fes taciones tardías de un talento me entusiasman más, mucho más que los brotes prematuros; por ej ~mplo : para mí es más admirable Cabral de Me]o haciendo esos versos á los ochen la y tres años, que Céspedes h ~cien d o los suyos á los quince. Es una opinión es­tflctamen te persona1. l\1ARTÍNEZ RIVAS El tiempo bajo sus alas tiene al comercio A las ciencias y á las artes dirigiendo; A los pueblos y naciones, su camino; Autorizado del Omnipotente, su destino: Todo, todo, á 5U diestra mano, y á su siniestra, la terrible parca El árbol caído, y el reloj de arena La segur del cieno con que corta De la vida humana su final aliento y de la tierna infancia, en su edad primera. Más, más allá, de las regione etéreas Do está el Dios de las alturas, A sus amadas creaturas recibiendo El premio de sus virtudes da en el cielo, Derramando para sus deudos, el consuflo. A los Herrera, á los Pardo, los Montoya A los que fueron de esta infortunada tierra, De los buenos, la rica, y más valiosa joya Los Matéus, los Pizano, y de tanto caballero, Cuyo nombre en la memoria, será imperecedero. RAMÓ CABRAL DE Muo Bogotá, 23 de Mayo de 1907. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTR /\ DO fibros ~ l\evi stas 'i nosotros dijésemos que el libro Rosas de Amor es una obra sin defectos, su mismo autor, D. Felipe Val­derrama estaría en contra de nuestras palabras, puesto que él d'ebe tener aceptado ya que esa colec.:ión de v~r­sos, publicada en una fech~ .Iejana, apenas sÍ. r~~resenta sus primeras cosechas esptrltuales, y estas primiCiaS sue­len no ostentar otro mérito sino el de ser primicias, yen ellas sólo sí puede entreverse vagamente lo que en el fu­turo ha de lograr el escritor. El alma de todo el libro de Valderrama es la que comúnmente informa las producciones de la primera ju­ventud: el amor. Son, como el nombre lo previene, rosas de amor, rosas de erotismo que estallan vivaces en todas las páginas; rosas que aroman dulcemente en veces, y qlJe á veces se desgajan adoloridas. E te libro-que llega á nuestras mano') con notable atraso·-dice que Valderrama es un delicado temperamen­to y anuncia que en lo futuro él será un poeta de verJad, u~ poeta-eso sí-que no tendrá en su plfano sino la nota que alaba á la mujer y canta el amor. Pero nosotros pre­guntamos: ¿ hay fuera del amor y las mujeres otra cosa digna de encerrarse en las malla" del verso '? donde á los corazones hermanos damos á beber nuestro corazón, sea cincelada c Ú tim'ls n )ch s J ú luyar, en pI Varierlzr/, un con':l .r o organiza lo "M , dlSLtng"uidos artistas Her ~án­df'z y 7, nh 1<, 'n, qu~ re ul Ó, un \'erdadpro tri Inf) para ello,. I t n nupstra rod al f lirlt(\r-i6n 1')5 fJ rpeLores de I ti. n Jta bl.! Bhahll T 'd' 't1/ , por la brillante manera como en esa nC) :,~ confirm'lron t,:!) lo mu h) r~ue \al'n y pue­den en I ~ hf ciles dominJ s del di\ino arte. L'l fn.cupn ~ rer~ticí n d~ fi:5tas com a-jl 'lIa, harán '1 Je (1 T~zrltd,,¡de ~e \,pa colmado p'jf lo má s I cl) d n e tra so i dad, T uR )s-I:.I doming-) \'01 i: á I'ic;ar e ci ·co de an D:e­go 1 " h (j rda Pa lila, f 11 u i Jn dpl matador fJ me­do y de I )s,chl os (;ar"'J 1'1, UI'sIIZO y ¡'o/ador, D, Angel ganó un, éXIlO absoluto , ~ s arapullos co'ga Jos al quinto -un animal de mucha c.er el ~ rnu ha romana-~on lujo de ,erbü ~I.a, le mereci ,ro u tl o 'ación mayú cula, Con s so prlJlas estol'adas, IJa~a as qu entró com entran I J hombr. ,d s ach -' 5U rj) r),; B-aví imo, D, , n- ~ell lh r - ndado U'it d cart 1 de mata lor, de IJri-liante mo J J, T 'almlm al :1 \ J Ct.I U lo y I ganle con I trapo: con 1 s de matar no lo;ró nada j al último de IHiF\ - s:.r s~gun J) de ';1uerL- r r Ipi .... -S rU1 t .. o pinchazos y reo'al) con un balol'azo d (rdag-, ,I,} a tard amirro ¡r, l' L h' L ' b a ~" 11, IS C ICOS I)I(n. l.J1lm nt 'arlujan, 1 I mpo mal,), ganad I ~¡m " Pre i Jencla archi­pi': ima. E' LA f~ .lEL\ DF. .1 nI ju g-os fl ale, con ti objn d ca ar á una si guiar d idad: la h'u a e cHnicas, 1 uerc,n I r miado~ lo rt's, Lisandro L() , " ILUSTRADO DECRETO LEGI LA'] ¡VO • 'UMERO 47 DE J~U5 (12 DI'. !.y.PTlf.}fIJr(J~) • Jt.re prensa rConlmúQ 2,° VJs (job'!rna l(Jr s de D ~partamenlo, el ti Distrito Capit~1 y Ivs Tribunales rle Distrito Judicia l. dentro del t<::rritorio de l>U jUrisdicción, Art. 50. En los Tribunales dividirlos en dos. ala. corres1)onde á la d _ los ,Iagistrados de lo Crimin' conocer d,; los asuntos de q'Je trata este D 'crplO, Art, 5 (, C:::uand0 á jui<::Í') de Ufl r; )b~rna(hr ~ hubiere infringido el présente D !creto d .ntro del t - rritorÍl) de l>U mando, dictará una resolución motivada, que contendrá: 1.0 El nf)mbr~ de la autoridad (Jue la dicta; 2 o El nombre d~ la prorJuc .íón de 'j Je trata, ~ Ll t; el"O Ó pnmeras Hnpas Ó denr)minacíón del escritr grabado, el" por medio del cual s~ hubiere cometi ) la iniracCI"n ; 3 ° Cita de la rJi.,posicí ' n infringl la; 4,° CiL del artículo que scfiaJe la rLna Imp ,. ta; Y 5.° E lIo'l1bre del indJ\'lluo ó ín Jívi,Juos penatl ( r onl:mulI a Tfj :.-, --' --= I~ - ~ ~ - ¡-- "" ,., . '";l r.L r- ~ .... "... ,..- - ,... e -:.- ,........ ---' .~ .... 'h - ~ 'TJ ,. e - if.1 ,.- ''; -- ,........ ---' -- ,.- - ~ -~ e .....- :::....... '-;.... z e - - t.;j .,.... .... ,- ~ ---. 0 § ::;) 'h -.J Cl..J ~ ZJ) '---' , -/ .. ...- -.-J ""'9 <::r. . - r.:. c...." r./.. r.L ~~ - C,; C) ~ ('Id - ;G ..c ~ '. r .... ~ )oX..( t.!) ~ -~ ----?,- - -...-;/ ed ~'f ~ ,-..... -:.. ~ ",.- .~ ~ o - - O = z = ~ ~ 'l r '. CQ 2 ~ l- ,- ~ ..... '-' = ~ -:.- ~ - "" - ~ - ('Id 'Z c:::> ....- '"' - - .... ~ ~ ............... - .,.... .'-' O,...J ~ ...¡...... .. )-J ~ --- ~ 'f.. el-> - -+-+-' ,..- <:,/';. Q ~f. ;::::::J ~ .,.... ~ ,., -- .C,; ,---- :;::; --:h -+-+-' t • I -- el-> ,....... [jj ,..- ~ ..... u:.. ,.- c:..,::. ,.- ,...... :.... - -- ,........ ~ ~ o ....- ~ ~ ~ ~ r .... -' .....-( ...- ..". ~ ~ CD - ":'1 ~ - :=. - z ~ ~ Ct.) -J CD -:.- >-< ~ ..... - ~ ~.~ 'Z. - r. .... - ('Id ~ ).X.( Q ~ ::." "., ~ C,) Ct.) ~ - O ~ ~ .... o ~ t >--j ~ ~ ..... -:::: .- --- ;... -' ~ ?- ~ .... 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Las aventuras de Gato: El triángulo de La Candelaria

Por: Daniel Rabanal | Fecha: 2022

Es curioso recordar que las historietas de aventura generalmente nos contaban que los buenos eran los blancos y los malos eran los indios; que los animales eran fieras y bestias salvajes de las que siempre había que defenderse o aprovecharse; que las mujeres solo eran acompañantes o amantes de los héroes. Esa voz terminó siendo una narrativa colonizadora que nos convenció. En Las aventuras de Gato podemos ver nuestro propio hábitat dibujado de una manera exquisita y un cambio de lugar de los personajes con poder. Algo que sorprende de las historietas de Daniel Rabanal es su capacidad de hablar con sutileza de problemas políticos y sociales sistemáticos del país, haciendo una captura del presente con tanta fidelidad y, sin hacer una bajada de línea, nos cuenta qué pasaba en Colombia en los noventa.
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Las aventuras de Gato: El triángulo de La Candelaria

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Samurai Executioner Volume 6: Shinko the Kappa

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