Saltar navegación e ir al contenido principal
Biblioteca digital de Bogotá
Logo BibloRed
Saltar el buscador

Esta ingresando al contenido principal

  • Prensa

La Espada de Holofernes - N. 12

CONTENIDO DE LIBRE ACCESO

Este contenido es de libre acceso. Solo haz clic en el siguiente botón.

Ir a este contenido
  • Año de publicación 22/04/1830
  • Idioma Español
Descripción
Citación recomendada (normas APA)
"La Espada de Holofernes - N. 12", -:-, 1830. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3684014/), el día 2025-11-20.

Contenidos relacionados

  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  Todas mis cosas en tus bolsillos

Todas mis cosas en tus bolsillos

Por: Fernando Molano Vargas | Fecha: 2019

"Estos casi no son poemas de amor. Son poemas de mi amor. De un amor, quiero decir. Y son también de mi deseo. Así ¿a quién más que a mi novio, o a aquellos amigos cercanos que me quieren, o a mí, podrían interesar? Temo que para otros podrían resultar muy aburridos. Es probable. Porque Fray Luis comentó algo acerca de un pasaje del libro que Salomón le hizo a su amada: si alguien ve de lejos, sin oír la música que los anima, a una pareja que baila, así, sordo, solo verá un par de monigotes moverse como idiotas. Y es cierto. Pero fray Luis también creía que justamente por eso valen, y son bellos, los escritos sobre amores. Porque a veces evocan esa música; la que los dos danzaron. Acaso, a pesar de mi torpeza, haya sido yo capaz de hacer sonar algo de ella en estas líneas. Ojalá así sea". -          Fernando Molano Vargas, en 1997 "Todas mis cosas en tus bolsillos es un conjunto de vestigios e invocaciones del amor a un ausente, y están escritos al filo de la propia ausencia; es un collar de poemas de muerte, como lo son todos los poemas de 'un amor'". -          Del prólogo escrito por Carolina Sanín
  • Temas:
  • Autores colombianos
  • Literatura colombiana
  • Poesía

Compartir este contenido

Todas mis cosas en tus bolsillos

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Imagen de apoyo de  Por fin ha comenzado el fin

Por fin ha comenzado el fin

Por: Kim Kyung-uk | Fecha: 23/07/1870

• Política - Literatura - Noticias - Filosofía-Relijion-Artes i o:fi.cios-Instruccion pública-Bibliografía. Medicina-Variedades-Revista de la ciudad-Revistr:t de los Estados-De Europa i mercantil. Se publica los má rtes, miér coles, viérnes i sábados, .¡ él mismo dia se lleva a las casas de los suscritores de la. capital i se remite o. los de fu er o. por los correos res­pectivos. Los lúnes i juéves se publica rá si es necesario. TRIMESTRE 111. Medios de accion. El hombre es una fuerza, una potencia. ¿ En dónde reside la verdadera fuerza del hombre? En la intelijencia de que está do· tado. ¿ En dónde reside la verdadera fuerza del pueblo, de la sociedad? ¿ Es la sociedad otra cosa que reunion de hombres? Entónces, la fuerza, la potencia social, re­$ ide en la inteliiencÍa de la sociedad. ¿ Cómo se mueve, cómo se moverá al pue­blo, a la sociedad? Obrando sobre la potencia madre del hombre, que es tambien la potencia madre de la sociedad; sobre la intelijencia. Todo esto es mui claro, mui sencillo, mui verdadero. Está fundado en este jér¡esis humano: Ejecutamos porque queremos. Queremos porque pensamos. Pensamos porque somos intelijentes. Pensar, querer, ejecutar: he aquí todo el hombre, toda la sociedad, culta o bárbara: todo el linaje humano. ¿Queremos que el hombre,que los hombres obren a nuestro favor, segun nosotros que­remos que obren? Cómo haremos? Obrar sobre la intelijencia humana. Hai dos medios: Convencer. Intimidar. La intelijencia convencida, mueve la vo­luntad, que mueve la organizacion. Este re­sultado es sólido, durable; porque el hombre entónces obra porque él mismo quiere obrar, i quiere hacerlo, porque está con vencido de que no debe ni le conviene proceder de otra mar.era. La intimidacion es tambien un med10 de mover la intelijencia; pero entónces obra­mos impelidos como el animal, como la má. quina estúpida, como la materia inerte, que cede a un empuje estraño, i solo miént1'as dura ese empuje i nada mas. Con una mui notable circunstancia i es, que obramos, con la mas decidid,a voluntad de no hacerlo. El prisionero enrolado en las filas enemigas está en ese caso. Combate a mas no poder; pero con la esperanza de ser derrotado, de que sus amigos le devuelvan su libertad, vol­viéndolo a hacer prisionero. De estos dos medios de accion, la con· viccion i la intimidacion, el primero es el de la paz, el de la civilizacion, el del progreso, el de la humanidad. El hombre convencien­do al hombre, de lo que es verdadero i de lo que es erróneo; de 10 que es bueno i de 10 es malo. El segundo ~s el de la guerra, el de la barbarie, el del retroceso, el de las bestias. El hombre empujando al hombre, como el viento o el vapor empujan una nave; como un tigre, un gorrilla empuja al ,iajero desar. mado, haciéndolo retroceder con espanto en la vía que deseaba continuar. ¿ Por qué, pues, se echa mano de la ~ue. na, de la intimidacion, de la fuerza del vlen· to, del vapor o del tigre? .. " , Por precipitacion o por IDJlls!lcla. En el primer caso, aun tenlondo razon, no se sabe cómo es que eso e demuestra; o se crelr absurdamente, que aunque eso se demuestre, esa demostracion será entera­Dlente perdida, baldía, inútil. Valor d el trimestr e, tres fuertes. Valor d el semestr e, cinco fuertes sesenta centavos. Valor del año, diez fu er tes. Valor del número suel to, diez centavos. AÑO l.-Bogotá, 23 de julio de 1870. En el segundo caso, como no se tiene ra­zon, no se puede echar mano de aquello mismo de que se carece; i entónces se hace 10 que hacen el tigre, el simoon o el gorrilla: se acomete, porque si no se hace eso, no hai ninguna otra cosa qué poder hacer. La guerra tiene su lójica en la misma impo­tencia de su propia injusticia. Para nosotros, mas revoluciones han hecho las idea::; que las batal1as. Napoleon, el grande, hijo de una revolu­cion de ideas i padre de una revolucion de sable, fué por la primera al trono de Francia i por la segunda a la roca de Santa Elena. La revolucion francesa, representada por ese moderno dios Marte, nos da la misma en­señanza. ¿ Qué ha quedado en pié de aque­lla inmensa convulsion en que se confundie­ron las doctrinas filosóficas con las victorias militares? LAS IDEAS! En la balanza de la fortuna bélica, vió el mundo estupefacto,al emperador de Francia i rei de Italia, protector de la confederacion helvética i mediador de la confederacion jermánica; vencedor en Austerlitz, Esling, Wagram i la Moscowa, levantado en el un plato por el peso terrible de la guerra de Es­paña, de la guerra de Rusia, del desastre de Leipsick i del dies ira de Waterloo ..... Caido el hombre de la guerra, venCIdo por su propio ínolo,la Francia i.~perial se recojió, se encojió al funesto prestlJIO de aquella tre­menda catástrofe,dentro de sus antiguos Iími· tes borbónicos. Los cosacos se bañaron en el Sena. como los franceses se habian bañado en el Borístenes. Los aliados se llevaron sus cuadros i sus estátua~ i su territorio; las con­quistas de las batallas; pero las de las ideas le quedaron a la Francia i con ella al mundo. Esto prueba el imperio de las doctrinas. Luis XVIII vencedor, se declaró vencido ante la revolucion intelectual. En vez de pensar en el feudalismo anter!or a 1789, dió una Constitucion i reconocIó los hechos oonsumados en la esfera del pensamiento frances. Las conquistas da las. ar~~s p~saron. Las oonquistas de la loteh]enCla. quedaron de pié sobre las colinas en que habla. vencido Wellington ... Esta gran leccio~ de l~ ,historia d~ ayer, de la historia de hOI, pudleramos deCIr, nos podria servir de mucho en nuestros conti­nuos v é rtigos bél icos; pero por desgracia, como nos lo enrostró el doctor Brock, noso­tros no sabemos p1'estar atencÍon a nada. Para tales hombres, la his toria es cosa inú­til. 1 esta es una. gran calamidad . Descendamos. Por qué nos matan;os ? Por qué hacemos matar al pueblo ? ¿ Quién tiene sobre la t ierra el t remendo derecho de hacer derramar esa sangre sa­errada porque es inocen te ? b N o tendremos conciencia jamas? Apénas la ira nos infl a. las narices. plim, plam, plum! I muera, quien muera. Qué es esto? Hasta. cuando no curaremos de ~stos monstruosos delirios ? ¿ E CJue el pueblo no es para algun os sino una ~e tia , 'a. ~arne de callon, como decia el ulLlmo emldlos de la Europa? i Todo e e de ' preclO por lo infe· lices, por los hombres que culti,an nuestros campos, llenan nuestros talleres, nos ponen puentes sobre los rios i custodian nuestros Se publican remitidos i avisos, o. un precio suma.­mente módico, que se arreglará con los editores. Todo lo de interes j en eral se inser ta gr átis. Los editores, NIOOLAS P ONTO N I C~ NUMERO 117. derechos! I somos republicanos, demócra­tas •••• Qué tal! Líbrenos Dios de haber hecho derramar jamas ni de hacer derramar nunca una s?la gota de sangre humana! Para nosotros, ~Ulen haya hecho esto es un gran desgra,Cl~d~ : quien lo piense hacer, medita un saCrlI.e]10 inexpiable. La sangre del pueblo es de DlOS ; i quien quiera que la derrame o la haga de­rramar, habrá de dar cuenta de ella, allá en donde no valen intrigas ni mas prestijios que los de la justicia. N o, no nos matemos mas. Tengamos lás­tima del pueblo; de e se desventurado pue­blo, que vive sobre la tierra bajo una pesada cruz de dolores i de tinieblas. Razonemos en vez de combatir. En un pueblo en que hai libertad hasta para demostrar el absurdo, la apelacion a las armas es una falta inmensa. Qué es, pues? Se tiene razon? No se tiene razon ? Si se tiene razon i hai libertad para de­mostrarlo, a la obra. Con la razon i la pala­bra. libre, ningun tirano ha dormido en paz una sola noche. Pero si no se tiene razon, i a falta de esa arma, o porque no se conoce el verdadero uso de esa poderosísima anna, se apelo. e. hacernos sufrir a todos, eso no es cordura , ni patriotismo, ni siquiera lástima de los in­felices, cuya sangre h izo nuestra !n~epen­dencia i nuestra. gloria; cuyos sufrimIentos merecen respeto, cuyo desamparo merece favor. Es así como nosotros entendemos la Re-pública i la democracia. M . M. M. Doyaca. T unj e, 6 de j ulio de 1870. La oligarquía escrutadora se prepa r~. Los J ef~s depa rtamental es han hecho o están haCiendo au.s v~ ­sitas; todo anunda que los p a peles están ya d18 trl: buirlos, los puestos ocupado~ i qu.e pronto se alzar .. tll telon dtl la comedia elecClOnurla. Los puntos en que In decoracion se ~a juzgado trll p arente, como en Soatá, Sogemoso 1 otros, e;,­tan r eforzándose con piquetes de soldados; !a fa rsa s e rá completa, i en eso patricida representaClOn, 10 oligarquía será siempre el vencedor. Ni puede ser de otro ~odo. . . .. . B oyacá ha tenido el tnste prlv~leJlo, la calamitosa fecun didad de haber alumbrado ~ amamantado lo,", mas heróicos eocrutadores. CundlDllmarca está dan-do de ello un brillante testimonio. . Los sapo., de B oyacá ni son mas nobles, DI mas p atriotas que su paisano! • que degradan 8 C';1n­di namarca. Los mismos medios les han condUCIdo a un fin idéntico. Aquí COlno f'n Cunclinamarca, r eformaron la Con1ltit~doD i las leye" en el sentido de a,egurar By ma compl .. t omnipotenCia. .'0 dije ron a la ~Ul­XIV ~l Estado 6omo. nO$()(rol, pero ;,i lo practll:an de una manera admirable. D ebían upeuitar la independen'cin natural de la.3 municipalldade-, porque a ella- corre ponden las PrI­mera operacione .• c1eccionaria • como la formeclon de la li~ta de electorc. etc, i lo hicie ron ~ujeÚlndolll a los Jefe" d portampntale-. . . Lo~ Jefe.:. departamentllle son to lo. la munIC¡­p olidade- na la: aqnello mondon, e lB obedec en. • 'ece,itaban n ~ura r 1 mavorin ('o 1'1 . "Jurado de calificacion " de ~ elf'c to re~. {lo oompu leron del Alceld • becbur del Jefe 'dep rt lDP~tnl, de d emplea~os de I Ill nicipalidad, dcpe.ndlen s como se b ~ I;to, del mi IDO Jeft:', i de do. Ciudadano ro sacados a la -u r tp. E l 'l~ ortca e1~e; esos ci u ,laJe?~s on eortc por el Alcalde í lo emp l auo mUDlclpa es.. • Que en pa= duclDUCT'_ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 466 El que sortea elije; 10l! Jurados el~ctorales 50n sorteados por la sumisa Municipalidad 1 por el sobe­rano Alcalde. El que preside manda i el Alcald e es el Presidente del "Jurado electoral." Sin Presidente no bai Ju­rado sin Jurado no hai elecciones, o sea escrutinios: cuun'do ocurra, pues, el rarísimo caso de estar el Alcalde en mino da que no concurra, que no se deje den'otar con papelitos, para eso ~ irve i PRl'a eso se entromete la autoridad. Go ahead ! Tenian todavía que superar el inmenso obstáculo de su impopularidad. Quien manda, manda, dije­Ton; para nosotros no hai rios, ni montañas, ni dis­tancias, ni interes público, ni economía, ni relacio­nes de pueblos, ni opinion, ni justicia, ni zarandajas que 110S arredren: haremos ~i fuerp. preciso que los habitantes de Guayatá vayan a votar al Cocui i que los de Güican pasen sus rE'jistros a Guateque. Manos a la obra. Lo que importa es que las cabe­ceras de los circulos escrutadores estén colocadas en pueblos de nuestra oligarquía, i miéntras mas igno­rantes sean esos pueblos, mejor,que así nadie babia­rá. Lo que interesa es que formemos los círculos de manera que Jos pueblos independientes quedE'n siem: pre sujetos, por el escrutinio, i no les sea fácil, m dar razon, ni invijilar los fraudes que se cometan. Que Suta mercban, Duitama, Labranza-grande i otras poblaciones ahogen la sancion pública de Mo­niquirá, Leiva, Santa rosa, etc, donde baya hombres independientes i que puetian denunciar nuestros fraudes; que Sotaquirá lIe~e sus reji tros a Duitama, que nadie hará viaje allá para presencial' los escru­tinio~, miéntras que a Tuta, tambien cabecera de círculo, podria ir todo Sotaquirá. Que Puebloviejo, distante bOJ'a i media de Tota, círculo escrutadol', pertenezca a Labranza-grande, aunque tenga que trasmontarse la cordillera en dia i medio de' camino para ir allá, que asi nadie sabrá lo que suceda en esa metrópoli de falsificaciones. Que Cbiscas pasando por sobre el Cocui i la Ubita, venga a abogar los votos de los independientes de Soalá, i que los rejis­tros de Covaracbía que pudieran ser fiscalizados en Soatá, pasen al Cocui que allí nad;e irá, ni nadie di­rá aste ni moste. 1 así se bizo con esos pueblos, i lo mismo se practicó con los demas. Asegurada la mayoría de los jurados escrutadores que deben ser presididos por el Alcalde de la cdbe­cera del circulo, se aseguró tambien la totalidad de los Diputados a la Asamblea It'jislativa, i siE'ndo ella la que bace l\Iajistrados del Tribunal, Presiden­tes, Senaeo1'es, etc, etc, quedó vinculado definitiva­mente el Gobierno de Boyacá en la oligarquía escru­tadora; i asi se estendió con lo que llamaron lei de elecciones, esa inmensa red del fraude, que ha veni­do a ser el fúnebre sudario que envuelve las liberta­des públicas del Estado de Boyacá. Cuando el Emperador de los franceses llama el pueblo a comisios para someter a su decision el Se­nr: tus COnsUltU3 que constituye el Imperio; el Go­bIerno popular i alternativo de Boyacá continúa pro­rrogándose las usurpadas funciones con que oprime a sus compatriotas; i para que la burla sea mas irritante, convoca a ¡,scrutiniol! de carnaval en que ]a autoridad se disfraza de elector, la oligarquía de WQ,UU~Utll .. EL--jifLSAJ\10--D-E--LAS'-P-ENAS~ (CONTINUAOION ) .Tr~s inauditos esfuerzos logr6 ingresar en la acade­mIa, I con ~sto crey6 que ya habia vencido; pero era talla tenac~dad ?e su carácter, que ni aun esta prime­mera ventaja le Impuls6 a dar ningun paso hácia Je­noveva. Habia dicho que solo volveria a verla bonrado i enaltecido, i ántes hubiera muerto que faltar a su pro­pósito. ¡ La fortuna hace expiar a sus victimas con muchas lágrimas, sus mas lijeras sonrisas! El tríunfo de Nicolas, fué bien pronto compensado con un acontecimiento mui triste i doloroso Dara todos. . Hacia much~ t~empo que Lorenza habia -perdido su Incansable actIVIdad. Veiasela permanecer horas i horas sentada en una silla, con la cabeza caida sobre el pecho i las mnnps cruzadas sobre las rodillas. Por las nocbes, Virjinia, que era la Providencia de todos, la oia llorar amargamente. Parecia imposible que solo la miseria hubiese podido abatir aquella alma fuerte. Virjinia adivinaba en aquel dolor mudo i som­brio, algun terrible secreto, i no se atrevia a manifes­tar sus temores a sus hermanos, porque era de aquellns almas que guardan para si solas el sufrimiento. Una tarde ...... Era el anochecer. La j6ven estaba a?ab!lndo ~na labor que corria mucha prisa. Nicolas dl~uJaba, 1 ClJludio, sentado a su lado, contemplnba el paISaje qu.~ parecia ~urjir míljieamente del papcl. _ L~s ~eJ¡Jlas de Nlcolas estnban inflamadas por la lnsplraclon que le abrasaba el alma. -Luz! gritó de repente: Luz, pronto, pronto! -No puedo, espera, dijo Virjinia, a quicn solo fal-taLan algunas puntndns para acabar BU labor. -Yo iré, yo iré, dijo Lorenza levantándose. Pero como estuba ya bastante oscuro, al salir trope-z6 en la puerta. 1'ard6 mucho tiempo en volver. Por fin apareci6, trayendo un candil encendido. -Pronto, pronto! gritaba Nicolas. Lorenza quiso darsc prisa, tropez6 con la mesa, i llen6 de aceite todo el bosquejo. -Perdido el trabajo de hoi! dijo con despeoho. Nicolas solt6 un grito de rabio.. Lorenzo. se retiró con la cabeza boja, i fué a sentar­se en un rincon. LA ILUSTRACION. elejida i el pueblo continúa en su traje de buei de carga. Mas tarde hablaré a usted de las prerrogativas emolumentos oligarcas. S. S. S. Cauea. TODO MUNDO ES POPAYAN. Palmira, junio 29 de 1870. Señor Redactor de "Lo. Ilustracion." Con motivo a los acontecimientos deplorables, acaecidos en esta ciudad, i de los cuales he dado cuenta a usted, tenia concretada mi atencion al estado de inseguridad i malestar que atravesa­mos a con¡;ecuencia de haberse declarado, por el señor Presidente del Estado, este municipio ell asamblea, i de haber creado un departamento mi­litar compuesto de los municipios de Cali, Pal­mira, Buga i Santander, quienes han principiado a mandar ya el continjente respactivo que hará parte del batallon que aquí tendremos en armas_ Como digo a usted, meditaba sobre esto, así co­mo sobre ell'etl'oceso que infaliblemente sobre­vendrá a este Estado, en virtud de la paraliza­cion de los nE'gocios, i a que e11 la situacion anormal de la sociedad todo mundo se declara en consumidor i ninguno en productol', cuando llegó a mis manos el número de La Ilustracz'on, que complementó la opinion que tenia formada sobre el desórden i cuasi anarquía en que se encuentra la República de algunos años a esta parte; i aunque esto no mitigó el malestar de mi espíritu, porque mal de muchos, es consuelo de tonto8; sin- . embargo, esclamé: i Todo mundo es Popayan I Que en pueblos que no están todavía vasta­mente ci vilizados, i por consiguiente no tienen el conocimiento pleno de las obligaciones socia­les i civiles a que deben estar sometidos, se co­metan abusos i delitos, es una cosa que tal vez pudiéramos llamar natural j no obstante que el crímen debe ser rechazado con brazo fuerte, i reprobado con todo el ánimo de que es capaz un hombre, en cuyo corazon jerminan los principios morales i relijiosos,aunque esos delitos provengan de una supina ignorancia i pero lo que no es to­lerable, i sí vergonzoso es, que en la capital de la República, en la culta Bogotá, haya cMrinoZaa entre los paiúrea comcriptos, que dan por resultado la bofetada i 'I'eglaso diplomáticos con que uno de ellos obsequió al otro, i que en un fe¡,tin de tono on donde asi"tieron el Presidente de la Repú­blica, el ilustrísimo señor Arzobispo, los Repre­sentantes de los Estados Unidos de América, Francia e Inglaterra, i otros sujetos de calidad uno de los convidados, que tambien es de lo~ paares conscriptos, satirice de una manera soez al reverendo señor Arzobispo i por consiguiente irrespete a los demas concurrentes, esto digo, no Nicolas, arrepentido tIe 8U arrebato, corri6 hú,cia ella i se postr6 a sus piés. Lorenza lloraba. -Oh, soi un infame! esclnm6 Nicolas fuera de si; no hago mas que daros disgustos. Maldito jenio! Pero por Dios, no lIoreis, madJ'e mia.; perdonadme por piedad! Lorenzo no respondia.. Claudio, Virjinia i lo. abuela, se habian agrupado o. su alrededor. -j Madre mi a, mi buena madre, decia 'icolas con cariffoso acento, perdonadme, no me levantaré de aquf hasto. quc no obtengo. mi perdon ! Lorenza solt6 un jemido de dolor, i estendi6 las ma­nos hácia SUB hijos. -¡ TIijos mios, dijo con tono solemne, he procurado h'lceros cristianos, he procurado acostumbraros a acep­tar con resignacion los decretos de la. Providencia! ¿ En d6nde estú, el bien, en d6ndo se hnlla el mal? El hombre no lo sabe! Es como un niño, o. quien guia su maestro por lo. senda del saber, i sus ltígrimas i priva­ciones, deben servirle o.lgun dia para alcanzar una espléndida corono.. Lo que Dios hllce está bien hecho. Suframos en silencio, i resignémonos. lile prometeis, hijos mios, por el amor que me profesais, tener forta­l eza i resignacion, cn la nueva desgracia que nos ago­bia ? 1\1e lo prometeis? Pensad que un solo sollozo que oiga, será. un agudo dardo que me traspase el alma! -Madre, maure! Qué es esto? Qué hai? esclam6 Nicolas impaciente. -lIai, hijo mio, repuso Lorenzo. con perfecta tran­quilidad, que el que ha dado la luz a. mi pupilo., ha resuelto quitármelo.; hai que estoi ciega, i no pucdo ya contemplaros! Apesar de su prohibicion, reson6 en la estanoia un conciorto de ay es i lamentos. -Alltpercibirme de mi desgracia, prosiguió Loren­zo. con dulzurn, confieso que sufrí un dolor acerbo; pero la tempestad ya ha pasndo. Ahora me humillo ante In. Providencia, que ns! quie­re probar mi fortaleza, i la doi gracias, porque si me ha privado del placer do veros, me permite aun escu­ohar el eco de vuestr'o acento. Vonid, hijos mios; venid, madre querida, ndunaos todos sobre mi corazon, deoidme que me amllis, que me amal'eis miéntras exista, i nada le pediré a Dios oontenta eon tanta dicho.. ' Los jóvenes se arrojaron llorando en los brazos de tiene adjetivo con qué calificarse. SemE'jantes desmanes cometidos por jentes cultas i que ocu­pan las curules, unidos a los acontecimientos su­cedidos por aquí, forman el proceso a la pobre Colombia, cuyo veredicto pronunciarán las de­mas Naciones j i estoi seguro que en él no sal­dremos nada victoriosos. Parece que el boato i ese buen tono que rei. naron en épocas mejores, en las reuniones diplo­máticas, han desaparecido de entre nosotros; i solo los mojz'conaso8 amenizados con tal cual re­glazo se pasean triunfantes en los salones, i salu­dan mui de cerca a los concurrentes; de manera que diremos con un poeta español: i Qué buena va la danza! i Qué bueno que va el duelo I Si al reves lo hicieran, Quizá fuera bien hecho. Aquí hai varias opiniones acerca del decreto que ha declarado en asamblea este municipio: unos dicen que la medida es violenta e ilegal, puesto que no se ha ejecutado un acto que indi­que trastorno del órden público; i otros, que la medida es salvadora por cuanto a que habiéndose perdido la umision a la lei i el respeto a la auto­ridad, el único modo de mandar es tomando me­didas especiales. Le siento, pues, las premisas para que saque usted la consecuencia, porque a mí se me ha olvidado el modo de argumentar, i he notado tambien que desde que estamos en asamblea, me he vuelto mas rudo que de costum­bre, i mas aferrado a aquel proverbio que dice: en boca cerraaa no mtra mosco. Ya me parece que oigo decir a usted: i Qué cobardía! pero no se altere usted, señor Redactor, pues estas enferme­dades lingüi8ticQs son transitorias. Por ahora, considéremc como hombre máquina de quien re· cibirá noticias bien condensadas de lo que suce­da, sin recortes ni añadidos i i por último, permí­tame que le diga: OMrinolas por allá, Ga'.!apera8 por aquí i Todo mundo es Popayan. PEDRO P. GAITAN. Cnndinamarca. DECRETO SOBRE IMPUeSTO DIRECTO. El Gobernador provi30rio del E3tado S. de Cundinamarca,.. CONSIDERANDO: 1.0 Que en Iros actuales circunstancias el Go­bierno necesita procurarse los recursoS indispen­sables para atender al sostenimiento de la paz i a la conservacion del órden público en el Estado; 2.0 Que entra en los propósitos del Poder Ejecutivo el de no gravar a los habitantes de Cundinamarca con contribucion alguna de carác­ter estraordinario i forzoso, sino en el caso estre-su ma,lre; la abuela se esforzaba en vano por sofocar sus sollozos. Llamaron a la puerta. Era uno jovencilla, qne venio. a buscar la labor, que • debia haber concluido Virjinia. Esto. se enjug6 los ojos i corrió a acabarla. -~Ii ama me ha dado esta carta para entregar a vuestra seliora madre, dijo la niña. Virjinia se puso encendida, tom6 la carto., i quiso ocultarla en su seno. -Es para nuestra madre, dijo icolas arrebatán­dosela. Aunque el apasionado j6ven no hubiese dado niDgun paso paro. volver a ver a J eDoveva, a cado. instante esperaba, sin embargo, que ella. descubriria su retiro i volveria a su socorro. Guiado por esta idea, abri6 la carla con precipita­cion febril, i ley6 en voz alta lo siguiente: " Selioro.: aunque no tengo el placer de conoceros, 56 que teneis uno. hijo. que es un teso!'o de virtud i de bondad, i que será. vuestro traslndo. oi viuda de un honrado militar, i teugo un hijo que es digno de su padre. N o somos ricos: vivimos en una modesta. media­nia. Mi hijo es profesor de lenguas, i gana con decen­cia su sustento. lIa vi to a Virjinin varias veces, CUILn­do venia a traer labor, i ha concebido por ella una pasioll profunda. "Su pasion es digna i honrada: quiere hacerla su csposa i darme Il mi uno. hija, que sen. el cODsuelo de mis viejos alios. "Anoche, por encargo Sl'yo, hablé con Virjinia i esta me confesó que correspondia a su cariiIo. "La sucrte de entrambos, señoril, estú en vuestras manos i podeis con vuestro consentimIento hacerlos dichosos i cnu al' un placer inmenso a vuestra servido­ra.- Lucía Con/réras." - Viljinia! Virjillia! esclam6 Lorenzo. trasportada de alegria, 10 ves? La Providencia no nos abandona! \"irjinia se acercó a su madre. --Oh, murmuró con dulzura en su oido, yo la doi gracias por sus dones; pero no los acepto! -~o los neeptas, por qué? -Perdonarl, maure min; por lo. primera vez de mi vida, os ruego que me dl'jeis libre de mis aociones ! -Haz lo que quieras, hija, se apresuró a decirla la abuela, lo quo tú haglls siempre estará bien hecho. Virjinia oorri6 a lo. meso., esoribió apresuradamente algunos renglones i se diriji6 a la puerta, en donde se hallaba la. nilIo. esperando la contestaoion. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. mo de que circunstancias especiales así lo exi· jan j i 3.0 Que la renta procedente del impuesto dí. recto es la única que aun en circunstancias nor­males procura el pronto i cfectivo ingreso de los fondos nece¡;arios para haeer fr en te a los gastos que el servicio público demanda, DEORETA: .A rE. 1.0 El segundo contado del impuesto di­I'ccto, que habria de enterarse en las oficinas de Hacienda del Estado, en el próximo mes de se­t iembre. se consignará en las respectivas recauda­ciones de distrito, dentro de diez di as contados desde la fecha del presente decreto. Art. 2.0 Para dar cfectivo cumplimiento a lo dispuesto en el artículo anterior, los Recaudadores '<.le Hacienda de los distritos conminarán a los deudores morosos con todos los apremios que para tal objeto las leyes les conceden j i remitirán oportunamente al despacho de Hacienda las listas de los individuos que no estén a paz i salvo con el Tesoro del Estado, para que, publicadas que sean, los deudores que figuren en ellas queden s ujetos a los recargos a que haya lugar i pierdan el derecho de ser oidos por los funcionarios pú.bli­cos del Estado, conforme a la lei de 13 de agosto de 1869. Los respectivos administradores de Hacienda de los departamentos, los Recaudadores i los Alcaldes de los distritos, quedan inmediatamente enoargados de la ejeouoion del presente deoreto, ~n la parte que les corresponde. Dado en Bogotá, a 21 de julio de 1870. CORNELIO MANRIQUliJ.-EI Seoretario de Ha­cienda, Rafael P énT>l. La diplomacia europea 1 EL OONOILIO VATICANO. n. Aún tenemos que ocuparnos de la diplomaoia. La Gaceta de At/[lsburflo nos dió a conooer el Me­morandu'ln escrito por M. Darú: nos consta que est.e dooumento, desaprobado a medias por M. Ollivier, ha sido comunicado al Padre Santo co­mo lo exijian, segun dicen, las conveniencia~ di­plomáticas; tambien sabemos que los demas gabi­netes, a los que se oomunicó este paso, han con­testado oficiosa u ofioialmente que su opinion estaba al lado dellV[e/norandum, i, en fin, que M. de Beust ha figurado entre los mas ardientes para sostenerlo con su alta influenoia. Todo esto es sensible; no ' podemos ménos de sentir profundamente que nuestro Gobierno no se baya deoidido a tomar una aotitud mas propia, i por conseouenoia mas hábil. - Vi1'jinia! Vhjinia! esclamó Lorenza sobresalta­da, bas escrito: quiero saber lo que escribp,s! Vhjinin. entregó su cl1rta a Claudio, i fué a arrojar­se en los brazos de su madre. Claudio leyó en voz alta lo siguiente: " Señora: os doi mil gracias en mi nombre i el de mi madre, por el honor que os babeis dignado dispen­sa rme; pero yo no puedo aceptarlo, porque ya no me pertenezco. Mi madre !lOaba de perder la vista; mi ho.bilitar su nombre, le preslaron inspiracion : el ouadro era una obra maestro.; pero el ouo.dro habia sido rechazado! Qué iba a ser de • icolas. Las cuerdas tirantes do un instrumento se rompen; lns flojas se dilatan. Claudio habia caído en la innc­cion i el entorpecimiento: .'icolas debia morir. A los dos dias do aquella escena habia dos moribnn­dos en la cl1sa de Lorenza: su madre i su hijo mas querido. Ambos estaban tendidos en dos colchones. inmedia- I tos el uno al aIro, i en medio habia un piadoso ~ocer­dote que recitaba lus últimas oraciones que debian escuchar sobre la tierra. El silencio qu t'inabn I'n el apost>nto. el'3 turbado únicnmente por I palabras entrecort do que :\icolas pronunciaba en 1 delirio. Yirjinia estaba mui pAHda; pero iba i nni hacien­do eUllnto ero. necesario, con una presencia de eSI,tritu sublime . Claudio se habia acurrucado en un rincon, i miraba a todas partes con lldeman estúpido. 467 1Ia confirmada i sancionada ]a misma doctrina; principios, en fin, que han constituido siempre la base de la enseñanza católica en todas épocas i en todos los establecimientos de enseñanza católicos, i que han tenido por defensores un innumerable ejóroito de escritores eolesiásticos, cuyas obras sirven de testo en los colejios públicos, hasta en los del Gobierno, sin opo"icion alguna por parte de la autoridad oivil, i ántos por el contrario, mas de una vez, con su aprobaoion i con aplauso suyo. "Muoho mas difícil me seria aun convenir en la tendenoia que atribuye el Ministro a la doctri­na de los cánones mencionados i en la importancia que le dá. Esos cánones no atribuyen a la Iglesia ni al Pontifioe Romano el poder directo i absoluto sobre todos los dereohos poIfticos de que se trata en el despacho, i así mismo la subordinaoion dol poder civil al poder relijioso no debe entenderse en el sentido que en él se espone, sino que se refiere a un 6rden de cosas muí distinto. "I en efeoto: la Iglesia no ha creido nnnca ni cree que debe ejercer un poder directo i absoluto en los dereohos polítioos del Estado. Ha recibido de Dios la sublime mision de oonducir a los bom­bres, ya individualmente, ya reunidos en sociedad, a un fin sobrenatural, i por eeta misma razon tiene el poder i el deber de juzgar de la moralidad i la justicia de todos los actos, ya inte­riores, ya esteriores, en su relaoion con las leyes naturales i divinas. Ahora bien: como toda ac­cion, ora sea ordenada por un poder supremo, ora emane de la libertad del individuo, no puede estar escenta de ese oarácter de moralidad i de justicia, de ello resulta que el fallo de la iglesia, aunque reoae direotamente sobre la moralidad de los aotos, se estiende indirectamente sobre todas las cosas con que se enlaza esta moralidad. " Pero esto no es inmiscuirse direotamente en los asuntos polítioos que, segun el órden estable­cido por Dios, i segun la dootrina de la misma iglesia, son de la jurisdiccion del poder temporal, sin dependenoia alguna de otra autoridad. La subordinacion del poder oivil al poder relijioso consiste en la preeminencia del sacerdooio sobre el imperio, teniendo en consideracion la superio­ridad del fin del primero oomparado con la del segundo. A~í, pues, la autoridad del imperil.l de­pende de la del saoerdooio, como las cosas huma­nas dependen de las cosas divinas, i las tempora­les de las espirituales. Si la felioidad temporal, que es el fin del poder civil, está subordinada a la bienaventuranza eterna, que es el fin espiritual del sacerdocio, ¿ no es lójioo que, considerando el objeto para que Dios los ha estableoido, un poder esté subordinado al otro, como lo están respecti­vamente su potestad i el fin a que se dirijen ? " Resulta de estot;l prinoipios que si la infalibi­lidad de la iglesia abarca (pero no en el sentido En cuanto a Lorenzo., lloraba. j Ah, por muchas lá.­grimas que vierta una madre, nunca se agotan las fuenles de su ternura. La abuela habia perdido 111. palabra, i en SUB ojos inmóviles i vidriosos estaba ya pintada la muerte; pero Nicolas ajito.do por un delirio oada vez mas in­tenso, mostraba por el contrario una exhnberancia de vida. • A instancil1S de Virjinia, el sa/'crdote le tomó el pulso, le examinó largo rato con at"noioIl i luego le­vantándose se diriji6 a Lorenza : -Me parece que todo no está concluido para ese jóven, dijo. El alma. de la desolado. madre estalló de júbilo. -El médico, dijo, vino esta mañana muí temprano i ordeuó que le mandásemos disponer; per<> quien sa­be si Dios habrá hecho o.lgun milagro. -En una enfermedad tan aguda, puede haber Ull30 crisis favorable. Cuando volverá. -l\1afianl1. -)[aüana para un ataque cerebral! -Visita por caridad. Las mejillas del sacerdote se enrojecieroD. -Caridl1d! murmurÓ, i a. esto 11l1man cl1ridau. ¿ Quién es? Ah, D. Saturio GÓme.! G6mez era un médico de fama. mui preconizado por su filantropla, pues no rehusaba sus vibit.as a uingun pobre. -La. caridad que no se haoe por entero, no es lo. caridad de J sucristo, repuso tristemente el cura, i á esto mas bien que caridad, podria llamársele asesinato. )landaule llamar al inst'lntc, a él o a otro. Yo pago. Lorenzo. le besó las manos con efuoion. Claudio se lanz6 a la calle como un loco. El cura 6e sent6 de nuevo entre los dos moribundo", miéntras ,iIjinia, postrada de rodillas, pedia a Dios la salvaeion de su herm no. Al caho de un iDsI nte llamaron tímidamente a lo. puerta, 'l'irjinia salió a abrir. Una señora se presentó en el dintel; mOlle_Lo. i ru­borosa. -¡ ,in aqul, pre"untó. el jóven que ha pI' _enl.ado el cuadro de la e id ,le Luzbel en el último concurso ? -Sí! b Ibuce6 Yirjinia. --_le ha gu,tado. í he resuelto comprarle. Yirjinia i su m Uro soltaron un grito de _ premo júbilo. -Dónde está! Podría hlL Jarle! -j..ti, e que estí. en l c ma ca.i lIÍu esr.eranz e s 1 acion! IC.pondló 'irjinia. e Ir T .) Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 468 ya indicado del despacho frances) . todo .10 que es necesario a la conservacion de la mtegndad de la fe, ningun perjuicio causa a la ?iencia, a ~a hi~­toria ni a h política. La prerog~tlva de la Infah­bilidad no es un hecho desconocIdo en el mundo católico' el supremo majisterio de la iglesia ha dictado ~n todas épocas reglas de fe, sin que se haya atentado contra el órden interior de los Es­tados, ni hayan tenido que alarmarse los príncipes. Por el contrario, apreciando estos con sabiduría la illfluencia de estas reglas bajo el punto de vista del huen órden de la sociedad civil, se erijiElron con frecuencia en vengadores i defensore!' de las doctrinas definidas, i procuraron merced a la coo­perucion del poder real, su completa i respetuosa observancia. " ¿ No resulta. de esto, ademas, que si la iglesia ha sido instituida por su divino Fundador como una verdadera i perfecta sociedad, distinta. e inde­pendiente del poder civil, revestida de una plena i triple autoridad lejislativa, judicial i coercitiva, no se deriva confusion alguna en la marcha de la sociedad humana i en el ejercicio de los derechos de ámbos poderes? La competencia de uno i de -otros son claramente distintas i determinadas por el fin respectivo que se proponen. En virtud de su autoridad, la iglesia no interviene de una ma­nera directa i absoluta en los principios constitu· tivos de los Gobiernos, en las formas de los diver· sos réjimenes civiles, en los derechos políticos de los ciudadanos, en sus deberes para con el Esta­. do, ni en las demas materias indicadas en la nota .del señor ministro. "Pero ninguna sociedad puede subsistir sin un -principio supremo, regulador de la moralidad de sus actos i sus leyes. Tal es la sublime mision :¡ue Dios ha confiado a la Iglesia para la felicidad de los pueblos, i sin que el cumplimiento de este misterio entorpezca la lihre i pronta accion de los gobiernos. En efecto; cuando la Iglesia les incul­- ca el principio de dar a Dios lo que es de Dios i a.l César lo que es del César, impone al mismo tiempo a sus hijos la obligacion de obedecer en -conciencia la autoridad de los príncipes. Pero es­tos deben reconocer tambien que si se publican en alguna parte leyas opuestas a los principios de la Justicia eterna, obedecerlas no seria dar al César lo que es del César, sino quitar a Dios lo que es .de Dios. (, Debo decir ahora algunas palabras sobre la impresion profunda que, segun las previsiones del señor ministro, se produciria en el mundo entero al simple anuncio de los principios esplanados en el proyecto de Constitucion objeto de su despa­cho. En verdad, no es fácil persuadirse de que las' doctrinas contenidas en dicho proyecto, i conteni­das en el sentido que acaba de indicarse, pudieran cnjendrar la profunda impresion de que habla el señor ministro. Seria preciso que se desconociese completamente su espiritu i su tendencia, o bien que se quiera aludir a los que, profesando doctri­nas diferentes de las de la Iglesia católica, no pue. den ciertamente aprobar que estos principios sean nuevamente inculcados i sancionados. " Digo nuevamente, porque, como he notado ya las doctrinas contenidas en dicho documento lé~ jos de ser nuevas e inaud.itas, no son en su conjun­to mas que la reproducclOn de la enseñanza cató. lica profesada en todas épocas i en toda la Iglesia como 10 atestiguan solemnemente todos los Pasto: re~ del catolicismo llamados por el Jefe supremo de la jerarquía para dar auténticamente testimo. nio en el seno del Concilio de la fe i de las tra­diciones de la .Iglesia universa~. Es dc esperar, por el contrano, que la doctrlOa católica reci­biendo nueva i solemne confirmacion de l~s Pa­dres del Concilio del Vaticano, será recibida por el p.ueblo. fiel como iris de paz i aurora de un por­VCOlr mejor. " El único objeto de la confirmacion de estas doctrinas es, en efecto, recordar a. la sociedad mo­derna los principios de la justicia i de la dignidad i dar al mundo la paz i la prosperidad que pued~ traer solo la perfecta observancia de la lei divina. Tal es la firme esperanza de todos los hombres de bien que saludaron con júbilo el anuncio del Con· oilio j tal es la conviccion de los Padres de la Iglesia que acudieron con alborozo a la voz del supremo Pastor; tal es la súplica que el Vicario de Jesucristo dirije co~tiD uamente a Dios en me­dio de las penas i dificultades de su pontificado. ---------------- ----------------- -- ,--- " De las precedentes consideraciones se dcs­prende, por último, que el Concilio no está llama­~ o ~ discutir interesee políticos, como parecia mdlCBrlo el de¡¡pacho del conde Darú. El gobierno no puede, pues, hallar razon suficiente para dcs­viarse de la Hnea de oonducta que se habia tra­sado con respecto al Conoilio, i no querrá insis­tir en pedir que se le comuniquen los decretos que han de ser sometidoll al exámen i a la discusion LA ILUSTRACION. de la venerable reunion de los Obispos. Sobre esto debo observar que el derecho reivindicado pnr el ministro en su proposicion, i que lo funda en el Concordato vij cnte entre la Santa Sede i Francia, no puede, a mi entender, apoyarse de modo alguno en dicho documento. De este punto particular no se hace mencion alguna en los arti­culos de. dicho Concordato. " Por otra parte, las relaciones de la Iglesia i del estado sobre esos puntos de competencia mista están ya arreglados en dicho pacto, i por lo mismo las decisiones que el Concilio del Vati­cano tome en esta materia no alterarán en nada las estipulaciones especiales firmadas con la San­ta Sede, así con Francia como con otros Gobier­nos, siempre que estos, por su parte, no pongan obstáculos a la complcta observancia de lo conve­nido. Tambien aprovecharé esta ocasion para añadir que si la Santa Sede no ha juzgado opor­tuno invitar a los príncipes católico.s al Concilio, como en otros tiempos se ha hecho, cada cual comprenderá que es preciso atribuirlo principal­mente a las circunstancias de los tiempos, que han cambiado. Ellas han venido a alterar el es­tado de las relaciones entre la Iglesia i los Go­biernos civiles, i a hacer mas difícil su mútuo acuerdo para el arreglo de las cuestiones relijiosas. "Espero, sinembargo, que el Gobierno de S. M. el Emperador, plenamente satisfecho de las esplicaciones que he dado cn nombre de la Santa Sede sobre los varios estremos del despacho del conde Darú, i reconociendo al mismo tiempo las dificultades en las que podria encontrarse el Pa­dre S!lnto, no insistirá mas en pedir que se le co­muniquen préviamente los proyectos de Constitu­cion sometidos al exámcn de los PP. del Concilio. i N o conviene acaso evitar cosas que puedan po· ner estorbo a la libre accion de esa reunion vene· rabIe? " Por otra parte, como la Iglesia se conserva en los límites que por su divino Fundador le fue­ron señalados, no debe quedarle recelo alguno al Gobierno de S. M. relativamente al resultado de las deliberaciones de la reunion episcopal. " Nada mas luminoso que esta disertacion j na­da mas claro que la doctrina de la Iglesia que ~econoce la ~istincion de dos poderes, la reciproca IndependencIa en su esfera especial, pero que se subordinan el uno al otro, porque el hombre está. subordinado a Dios, porque los prinoipios de la meral i la justicia deben dominar a los Gobiernos lo mismo que a los individuos j deben declarar necesariamente que la Iglesia, instituida por Dios para conducir al hombre a su fin por la ob­servancia de la lei divina, es juez en último re­sultado en las cuestiones de moral i derecho. De· beria,n reconocer los Gobiernos que cste derecho de la Iglesia no ha amenazado jamás su existen­cia ni estorbado el lejítimo ejercicio de su auto­ridad, i tambien deberiau reconocer los pueblos que este derecho de la Iglesia es su mas podero, sa salvaguardia contra los escesos e injusticias del poder, i la verdadera garantía de su dignidad de cristianos i de hombres libres. La lei 89.0. que espidió el Congreso del presente año i que ha sido sancionada i publicada por el Poder Eje::utivo es " la reformatoria de la de 24 de abril de 1866, que organiza el impuesto i la renta de salinas." La lei 90.0. es "la que condona al distrito de Barichara el capital de 320 pesos i los réditos que adeuda al fondo de bienes desamortizados." La lei 91.0. es " la que cede al Estado soberano de Boyacá el edificio de propiedad nacional, co­nocido con el nombre de monasterio de la Con· ccpcion." La lei 92.0. es "la que condona una deuda a las señoras Zoila, Amalia, Dolores i Ana Josefa Guevara." La lei 93,0. es "la que cede a la Municipalidad de Buga tres tiendas." La lei 94.0. es "la que ausilia a los habitan­tes de los distritos del Espinal, Zaragoza i Rio­hacha, cuyas poblaciones han sufrido por incen­dios." La lei 95.0. es "la ap'robatoria del tratado para la oonstruccion i arreglo de un canal interoceánico." La lei 96.0. es " la que dispone la reinsoripcion de los militares que flleron borrados de dicha lista por virtud de la resolucion ejecutiva de 22 de di­ciembre de 1854, publicada en el número 1,735 de la Gaceta Oficial de Nueva G-ranada." L,\ lei 97.0. es " la que dó. autorizaciones al Po­der Ejecutivo para la eelebraoion de un eontrato para la construccion de muelles i almacenes de depósito en el puerto de SantamartB." La 98.0. es "la que hace concesiones a los que se establezcan en el territorio de la antigua ciu­dad de La Plata." Renuncia. Algunos de mis amigos se han acercado a mí para hacerme conocer las diferentes versiones que se hacen en la ciudad de los motivos de mi sepa­racion del ministerio del Estado. El Gobierno provisorio, sin duda por las urjen­tes atenciones de que está. rodeado no ha hecho hasta hoi la publicacion de mi renuncia, ni aun ha tenido tiempo"para comunicarme oficialmente .su admision. Me creo, pues, en el deber de suplicar al señor Editor de La lluatra(n:on, puesto que su periódico se ha propuesto informar al público de todo lo que ocurra en la crisis que atravesamos, se sirva Jarle un lugar en las columnas de su próximo número a estas líneas i a la renuncia que le acompaño. Bogotá 23 de julio. Estado8 Unido8 de Oolombia.-Eatado Soberano de aun­dinamarca.-- Bogotá, fulio 20 de 1870. Al señor Gobernador provisorio. Señor :---Vuestrus repetidas instancias i el deseo de contribuir con mi débil continjente a la realizacion del patriótico progra.ma contenido en vuestra alocu­cion, me decidieron, aun contra mi sistema. de no aceptar destino público ninguno, a. hacer el sacrificio de ocurrir al llamamiento con que me honríÍ.steis. Las dificultades presentadas en las diferentes sesio­nes del Consejo, i la. última declaratoria hecba por mí cólega, me han evidenciado la ninguna. posibilida.d de poder armonizar prácticamente con las ideas domi­nantes en vuestra administraeion. 1 no queriendo ser un estorbo para. la fá.cil marcha del Gobierno provisorio, ni siéndome permiLido sacri­ficar mis propias convicciones ni engañar al partido político a que pertenezco; os presento de la manera mas solemne e irrevocable la renuncia del destino de Secretario de Hacienda., para cuyo desempeño me de­signásteis. Aceptad, señor, la espresion de mi reconocimiento i respeto. ANJEL ?lIARÍA CÉSPEDES. Homeopatía. Habiendo llegado a mi noticia que personas mal intencionadas le están haciendo creer a la sociedad que el sistema homeopático es perjudicial, porque 10 ___ que administran los médicos de esta escuela son ve­nenos que causan graves dl\ño~, me hallo en el de­ber de manifestar al público que tales dichos ~on de ningun valor ante los bechos; pues yo he tenido ocasion de V6r que muchss personas se han curado por ese métorlo; i ademas, los siguientes casos de enfermedades que se han presentado en mi t"miJia~ i que han sido curados por el distinguido profesor homeopático, sefior doctor Ignacio Pereira, vrueban que no es cierta tal a' everacion. Un hijo mio que tiene hoi cinco afios de edad, des­de re cien nacido fué atacado de una erupcion° repar­tida en todo el cuerpo, i el doctor Pereira con bUS medicamentos lo curó en pOC09 dias. Como al año de encontrarse perfectamente bueno, le dió una reu­ma que le hizo reventar pus por los oidos, de la cual enfermedad ttlmbienlo curó con facilidad. Hactl ocbo meses que le dió una tos ferina, i era tan terri­ble, que una noche entera tuve que estarlo sostenien­do en mis brazo ; i cuando me fui para el trabajo manclé 1\ mi e~po a que Jo llevara al despacho del doctor Pereira, i con do cucharadas que tomó del medicamento que le admini:::ltró, fué suiicientt! paca obtener su curacion completa. Otra bija mia de dos años de edad que e taba pos­trada a consecuencia de una fuerte disenteria, In cu· ro en unos ocho dias. c.on grande ndmiracion de to­dos los que pl'esenciaran el estado en que se hallaba. 1 siempre que alguna persona de mi familia ha :si­do atacada da alguna enfermedad, el señor doctor Pereira con la rapidez mas grande les ha restable­cido la ~alud, sin haber tenido nunca mal resultado, sino tintes ]Jor el contrario, una cnracion pronta, cierta i completo. Publico estos hechos tanto para manifestar al pú­blico que no se debe dejar alucinar por los enemigO<' de la homeopatia, porque así dejarian de recibir sus benéficos re ultodo , como ,para darle al señor doc­tor Ignacio Pereira, una prueba de gratitud. Bogotá, julio 17 de 1870. BARTOLOMÉ PANIAGUA. B.elacion de la. retreta para. el domingo 24 del presente, l\ las ocho de la noche, en la esquina de Palacio. ARTILLERÍA. l~ " Duetto dp. la Vestal e " ...•.. Merca dan fr. 2~ Valses: " Los Carnavales" •.•• Lann,r. 3~ Danza: "Sonrisa anjélica"... Suárez. Z,\PADORES. l~ "Duetto de Norma".... ..... BelZini. 2~ Valses: "El clarin deloszuavos." 1I1eh:lJrrk. 3~' Danza: "Boton de ro 'n ". . . .• 11I elo. Bogotá, 23 de julio de 1870. El Director de las Bandas, Oayetano Pereira. UIP:a:SNTA. DIl NICOLAS PONTON 1 OOlIP~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

Compartir este contenido

La Ilustración: política, literatura, noticias, filosofía, relijión, artes i oficios, instrucción pública, bibliografía, medicina, variedades, revista de la ciudad, revista de los estados, de Europa i mercantil - N. 117

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

¡Disfruta más de la BDB!

Explora contenidos digitales de forma gratuita, crea tus propias colecciones, colabora y comparte con otros.

Afíliate

Selecciona las Colecciones en las que vas a añadir el contenido

Para consultar los contenidos añadidos busca la opción Tus colecciones en el menú principal o en Mi perfil.

Mis colecciones

Cargando colecciones

Compartir este contenido

Todo el amor

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

¿Eliminar esta reseña?