Por:
Ana Milena Gil C.
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Fecha:
2019
La presente investigación fue realizada por la Fundación SI MUJER de Cali, con el apoyo de COLCIENCIAS-BID, en un lapso de dieciocho meses, de los cuales catorce se concentraron en recolectar la información. El embarazo por violación es la más específica de las violencias de género y tanto aquél como sus consecuencias están poco documentadas, a pesar de su incidencia y de que la violencia contra las mujeres es una constante en nuestra civilización. Su escaso reconocimiento obedece, en parte, a que ha pasado mimetizada bajo expresiones de la cultura y del sistema patriarcal. De los innumerables impactos de la violación cuando se sobrevive a la misma, la preñez es el más crítico por las múltiples crisis que genera, ya que en momentos de gran fragilidad emocional le exige a la víctima tomar decisiones difíciles que repercuten en toda su vida y en la de su hijo/a. La maternidad obligada y la crianza, entregar para adopción el hijo/a o interrumpir el embarazo, están llenas de conflictos, de transgresiones, y tocan con valores, prejuicios, estigmas sociales y hasta sanciones legales para la mujer. De las 121 mujeres que constituyen la población estudiada, la mayoría son jóvenes pobres, y un 43.8% había cursado estudios primarios. El 58.7% con menos de 20 años, entre ellas 5 niñas de 11 y 12 años. El 34.7% nunca había tenido relaciones sexuales ni coitales, y 81.8% son solteras. Interrumpieron el embarazo el 63%; conservaron el hijo/a el 18%, y el 7% la/lo entregaron para adopción. El 12% usó anticoncepción de emergencia tras la violación. Los resultados, aunque no permiten hablar de incidencia o representatividad, ilustran la dimensión humana del fenómeno así como los mínimos recursos estatales (policiales, judiciales, de salud), sociales y familiares, para prevenir y tratar el embarazo por violación. A su vez, constituyen un referente inicial para el estudio del tema que no ha sido investigado de manera específica en la región.