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    • 25 de Enero de 2022

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Neo-Granadino - N. 10

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Imagen de apoyo de  El Charivari Bogotano: periódico no mui serio, chistoso y amostazado - N. 2

El Charivari Bogotano: periódico no mui serio, chistoso y amostazado - N. 2

Por: | Fecha: 08/10/1848

EL. CHABIV ARI . BO&OT ANO. Vale ], real ') al GOllt~\do. J Bogotá, Domingo 8 de Octubre de 1848. .f Num.2.o (Año 1.° LAS TENDENCIAS DEL SIGLO Y LA N. G. El mundo entero se halla conmovido. Cuando 30 ha efectllado llna revoludon en las costllmbres su ha efectuado ya otra en las ideas. La accion obedece ~11pen-samiento. Los franceses han hecho sonar en toda la l<:nropa la terrible trompeta de la democnicia y bien pronto esta her-mosa c.ausa la veremos trinn(ur en todo el mundo. Si, veremos esos hermanos de Ultramar, tan llonos do caminos dc fierro de máquinas, de gaz, do vapor; destrozarse los Únos y los otros por desquiciar las instituciones, y para que reine la libertad, ,-eremos al comunismo e~tender sus mil brazos por todas partes y mctiéndolas en los bolsillos de 16s ricos para qne reine la ig1laldadi voremos Ú l\1s niveladorcs y re-cortadores, cortal' narizcs, sacar 0Jos,acerrar piernas,· taladrar barrigas, para que rcine la fi·(ltcrnirl(/(.l, al rnovimiento social se-gUIrá el movimiento cOl'fJOralj los cojos se darán dc patadas, los mancos de pesco-sanes, los (\;·golliulos de cabezadas, hasta qne se esta1¡lezca Bólidnmente el reino de la democraciá. Entretanto f}nÚhacomos ]0'3 de este lado del Atlántico,q ué lwccmos los granadinos? Los grannllinos estamos en paz)cnminando annquc Ú priSa de Clll1gl'CjO por el escabro~o camino del progreso; los granadinos no necesitamos do cortnrnos las narizes ni los brazos para estableccr la demoerncia para constituimos en Hcpública. Ambas cosas tcnctrlc.s¡ y ambas las hemos obtenido ti fuerza de mO(lllctes, gracias á nuestros· taitas; lo quc nos importa es hacerlas una n~alidad,y lo conseguiremos Dios mediante apesar de la fuerza de inercia de los con-serveros, y de las malas pret~nsiones do los liberalejos. La Nueva Granada obedece pues per~ fectamente á las tendencias politicas de~ siglo; veamos si obedece á las domas. La cualidad fisionómica del siglo XIX la que mas lo caract8ri:m es en primer lugar, la 7JOsitividarl, como todos sabemos, y en scgur~Jo lugar aquella IlHtneomunidm\ en las ideas y en las accioncs de los hom~ brcs, que se llama espíritu. de asociac-ion~ En cuanto á 10 primero es preciso con-fesar que los granadinos no somos mui positi vistas. El desprendimiento, la jene. rosidad &. siempre lwn sido naturales en el granadino. Las grandes medidas, los vastos planos de mejoras; aquellos gra~ldes adelantos f}ne tanto se nos pronostIcan por nuestros políticos todo, todo se vuelve humo, y lo (UIlCO qne hai de verdadera. mente 1JOsiti1)O es la gran miseria en que se halla el país. Por lo q \le hace tÍ lo segundo, al esp!- ritll de asociacion, mC'jor sería no de~Ir nada. Somos enemiglÚsimos do la SOCie-dad (no h:1blo de la filarmÓnica); si señor el QTal111dino no ¡mede hacer nada en o . cOITl¡lañía de otro', es l'ctr'"1~cra, l)()sible que de este mildo tengamos su-eiedad? q 11 ii~n va ;i atrevcr,3d Claro cstú que n:1clie, y todo~ tratan al contrario de,no tr(/.{r¿r ron nadie, D,; aquí pr;)vicllc ese r.s';('l¡{i,;i.sm(~, illJllclla vida de cg,:OiSl110 qllc; Ikvamns lu,los los ho;.n.bn\~: y <¡Ile pal'(~Cl~q1lc; e:':Uí. en consonancIa con id ()~píritll del l';iglo. [l.ombre p('}lo vamllE; :í casa de doua S •••• y para clué? pam Il:H~('l'Ie 1ll1H visita, para pasar un rato HO'¡'adalJle-lI1ire (!1If:' (l\¡{; vi:;oitas ni qlle ·b ) 1 1 .pundorgil8. mn rCjlll:SO, llwjor c:s jJ'lj(j,S á azotar calles ó:í. pnnlr/lUS C'l! \wa eSC¡l1illa. Estos seilol'es rsccp/i¡;os ya 1)0 fjll je)'(;1J tCIIl':r ningun trato eOll las j('])tc~ y par- . ti('.(dal'l1)()llt(~ con las trI11je],C'R, Son hll)n-h\' l'S' cid :-iglo, ~i.fp((>n sus tendc~nci(18, y 1,~toshol11bl'(,s desde que los Jwp!as mo-d,' nll)~ hnll ],C'!'Ieg:ulo de 1.1 mit\.ll'jí:L y b\lI'1'ndo d, la im¡¡jillnc¡oll todus 1"3 dl'l,.\n- (ki'; po~)ild(,s, \it no mirnn f'll la mllJlT m.l:s (111; ~ u: 1 rn 'l' h I(> \! (') tl;':() ('1") m n,n, y ('II Id ¡Ill\lll' llad:l llli\S (J!11> 11TI ~:r'nl lnll'lltn (k olv'nllo. ¡';n \,f'Z dl~' pillli\ill' niño y:d:u1o lt,il"':llh~ rnar}¡nl h:r;L!ldn v ('011 pit's dc 1;/1I1I1(1: qllilit/'()ldl~ la \'1> (',d;1de 1(1:' (¡.i.(:,. y apllca/ull ~ (Ilu,-; d cutLiI('J() Ú' tI 111- vestigneirJll; al'rnnc6ronle do las ttíanos d :1l'CO ~' hs fll:chi\s, y pll:"il>ronlu Nl sn lugar nn ?ol:;íliOy una pistola, como dccia ci,:rto' Cl1\'Joso. y por qué s.>n1 que ('stos señol'C'sse han pLlesto m3!' ? Sent porque habrán ido á bIL~r.al' tl'l)S pit's al gato y le han epCOll-trado Clwtro ? Precisament,: porcJile pensar qlle estos señores han de dudar de que Le lllujf'r no les convione ('8 pensar lo cscu-sad o; \' };¡s ra:Wlll'S so II rJa rus: l. a pare¡ u o Lts 1Il';ll'h:1(·lws y partiC'ularmcllte las ba-g: lhn'\~:;~c p~lgan mucho del (,Ol'uzon, y l)ls.¡yo (·s ¡Hl'nnje;wLle: 2.a porqpeellits (las' inu(~íl;¡l'ha~) si se le da un pié lut'go piJell h 1ll:1!l'1, Y su mano esta armada pa:'n n"(i'' os l'a:~os c1() tU ag'\l!.1o pun-a: • p.--.." q'nl~ lIl};!. S;)ltl)1':l 0:3 \lna -mujcr C'omplf't:l, y á ello3 para Sil objeto les l!usta c?n Ul~ ]JetLrlzo; porque aquellos en flll aspJl'an a u n lazo t:)rri ble y d Llmdoro, y ellos no lí otril. eO.~Q C¡UG á un desenlace pwnto y fl.! ií;. Por estas Tazoncs y otrns muchas que yo mn sé igualmcnt8 materinIcsy,tanjit{les dijeron y (jic:c'n para Sil capote.-¿ Mujer,? --Ln del Pl'ójilllo--Unat!os •••. tres ••• ~ trillidad compktn.' , j Viva el espíritu 'Iel siglo! i,Nlueran los sulv acerca: los ld);;l'a!e::; se ¡lllllTlnn: los I CllrJS;;I'\':t:lOI't·s j)'>nnalll'('C'lJ tl';llJ'jnilos. ('lltrd:liltr) ; r¡né Lan; el C:uhiel'llo? ••• l~ll(rulf:¡do 'mi taulu ell la tlll'stion ;:;> Este libro fue digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL UIIAUl VA U,L. 3 .•. - _- •• •=.••-•~•""'_••._.••.•-.A•.""'::-••_•._•••. •••,• .,.••••••~_': .•.~..:•.•.••••;~_.-:;""~••L• .""~,.,.""•~••~._~_"': ,..,_•••.• _ •••••.••__ ••• •••. .•~•• •••__... __.~.._ _~.. _-4-••,•_- .. -.. _-_•••.....•••...-_-_"" .. _. _. .~_....,.. ekctol'Ul, atonto {\ t('Ill'r ~3t'gura llna 1 '1 ('( , 1'0)ll:;tit IlwY0\'la CIl a~; /(tlllilr:1S: rCd1- tillllitlldo la obra del palne¡o; CIrlIWZ:11l-do la de las elnscs' de qilílllica' de MI'. Lewy; y sostelliendo lcgaciunes illÚliks, cllvnélvl'stJ con la nal:ion opla ruina qno ri. to:lo~ nos alllOÚn:t.a; y deja ('on;e1'lns COS:1S rna 1. Esta atan ía del' GoLicl'llo, c,~ta con(1uctn de la admillistrucion Ni illl'.'plicabll~; pero hace que In audacia do lus 0p08it.:ionistns lkgncilí. Sil grado mas alto. .EI Cbnrivl1l'1 como escritor de bucna fé, corno qne nntc:~ponc el bien de su patria ni triunfo de cnulqllicr pC1rtido, so \'e pre-cisado á decir 8Stus verdades, El erre; qlle Don Tomas 110 ha tenido nin.Oo'llna considerarian con Sil sucesor. Esto no es justo. Esto no lo debe hacer ningllll Presiden te. DE AQuí A ~l.\nZO,' Ya estamos cn octubre y en el dia R, por mas scilas dia de S,lIlta Bríjida vi uda; y hai luna á las 8 y 16 minutos de in ma-ñrrna, y el calendario pronostica nubc~ y truenos y r,n verdad que si no~ hai cstos habrá aITllilC'cras v chubascos, y como b .• consecuencia precisa; catarros .Y C'omti-pados y to:\as las enlurnwdarks pcetoralcs y ,¡¿{[¡'izo/es p03ihbs, El cal(~lldnri() de don Bcncdicto es infalihkj todo cuanto nos pronostica sucede, y no;:;otrus le pro- [csaplos un r('spf'tuo~o cnrii10 por lo bro\'e y :-;¡.'nti:.;nc!o:;q,. y por la aficiun 11lle muto- Tiulm(~nli:~ tenemos bi1jO (~[ nuevo título de ,:¡a~ 01ucc:i on ('1',)) el ae red itado sa ¡flete de l\Innigotc; Mii¡'tnr y Abogado, (, l3e'l,lnlos tr('s pl'OtcndIelltF::j illterrn(~djndo de varias postlHHS patas arribu por la señora Abd¡:¡lá. pa rod ¡ando el C'&tudo de la H.cpúblicu, y sog'uirlo dn UD f¡nnosn trio eantrido por la s"floritu J1{áli!Jran la J.l1Ú'lr¿,y el 'romero, intit.ulado: L{¿'Íl¡{Jiga táulIfÚnte yelcon .. gres!) d(~lo'; ani'!n(f Les.. , ; Lo que cn el C()n.~.:p·Cf:O ha de sucoder lo S:I ben ya lJa~jtil los prrros de l1gnl:\s.\ No Iwlmí lucha entro 10 bueno ,y lo malo, sino entre lo mulo'y lo peor. La·contionda será entre el ciudadano c/wjJa con l'slJarla el ('.llllladano c/¡,/j,pasin bordados, y el eiuc\adano chllpa de hábito, yel rosultado de; esta lid s()r¿l de todos modos Gl;triunfÓ de. lJOca Tn!){¿, D(~ esa lueha entre lo malo y lo peor tienen que resultar algunas pcloterus, y para lo ellal ya pareco q uc lie cstCltra-bajando. J~~I Gobierno debe sabcrlo, y si no lo sube, se: lo decimos nosotros, que lo sabemos de 1)118na tinla, para que ,se prepilf(~ Ú andar ci porrazos, úni,eo modo ti IJ(~ conocc ni liúera!-ismo ndo de discutir y dissol ver las cuestiones políticas. La cllrstion de la prcsidencia nQ es ya cllcstio!1 de cun n;niencia pnra el país. sino c u('~tion de partido; no es cuesti8H de libcIlad ni de absolutismo, es cuestion de illtrigns, (\1,: trampas y de pieardítlsj el </11(: rnuna mas pr(jf(:sorcs en estas ciencias ::!e la l!uva indcdi;ctiblemcllto. A este pl1 nto de; barhnr:c p!uscuarn pafagonÚ'Nse nos ha n;c1\l1:ido In. rusticidad traclllcidu en J1ro.~J',':>I"h rle7n((/~'()iia"trndu(:ida en li,bC'l'f(ul, ia vd 1illl ía'y la j nf¡ll11in lrad ucjda CIl pr¿trio-l'ÍS7!/. o. y de aqn i ,í ;\'Tarzo, esa fuerza h1'l1tal, Cf:OS liberal,'.'> t'l'i.lr/us l~()ntinl1al'¡'¡n trabajan-do a su mudo; y se presentnrun en la arena pÚblic¡l, rcclamando para ~í ,01 poder conahllllid"s de [¡(,1'n; pero lo redn-mará en llOHlI)l'(~ de la eivili7.ilcion v de la libertad •••. ¡L;bertad •••• 1 iB(lrb¡~ros! vosotros !la conoceis lli aun la de los lobos. ES]Jon:rnos que de aql1 í :i marzo con ti-nuarcrnos en paz y que la Administracioll Mosl[uc1'a acabará tl'illlr¡uilnmcntoo Si u~i succJic:m en todvs estus cinco llWSCS. Este libro fue digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~, ,t, EL UHAHlVAIU. Mnr7.o vendrá tle repente y con él vendni el Congreso .y con este un gl'un progl'cso Al nombrar el Presidente. I ~ : ~' Señor, J. A. Bennet com.and(wte dell;.5,- cuadron de ca'rabine.ros 'Y carabinÚas (l:¿- g,uer-rotípicas. -,El, sarjento P •••• y lagual'lliaque le esLi encomendada representan ú U. con-forme á ordct1anza que: va nndanc10 por el, 'espacio de cuatro, seis .) siete meses, que estamos de planton'3s haciendo la guardia en este cuartel de operaciones da-g- nerrotípicas, sin que haya justicia ni ~azon para ello, habiendo tantos y tantas carabineras y carabineros <.bl escuaJl'On que están allá metidos en la sala recibien-do visitas, miéntras que nosotros estamos aquí en este medio saguan ó nariz de calavera remachados con tUl candado, para quo todos viejos y viejas, mozos y mozas, y lo qne es' peor los muchachos estén mirándonos á la CHm, mctiéndono'3 los dedos en los ojos~ y poniéntlonos nombres. Alla arriba tiene U. señor comandante, 'cosa de seis reproducciones, del Dl'. F. 00n7.a1ez; tiene U, al.iencral 1\1osquera, al .ieneral López, á la beata Felipa y ótras varifJs niñas y j6venes buono3 mosos que pueclen re1cnnnos. Relé\,cl1os pues, "'j~ponga si quiere de comanclante do la guardia alSJ' Florentinú:ó á la illirl((¡ para queconsus melodiosos cantosatraiga lajente o" en. fin á cualquiera di) esas otros Sres, que cumplirá.n con su obligaciol1 en este in1portante puesto, como nosotros henlOs cumplido hasta ahora. Por 10 tocante al parquc de las píldo'. ras hasta nhol'U no ha ha.bido novedad y no cremas la haya con nucstro relevo. Nos tomamos 1:.1 libertad señor coman-dante> de h~cer esta indicacion por que tenemos entendido que se dcsconfia de encargar la custodia de dichas l11unicio-n~" s á otras personas del escuad'ron. Suplicamos á"U. quo atendidos los fundamentos y Justicia de lo espuesto se sirva resolver c.omo podimos. BQO'otiÍ, octubre {3 de 1848, ," El C01fVmdw¡le de la Ona'i'dia, LO QUE ES LA IN DUS'l'IUA 1'ltANCEHA • Entre los innumerables establ(l(~imicn· tos públicos quo enriquecen, honran y a~lornan Iacqpital de la nacion, (Segun dl,cen los frant-~.5es) la pb¿s civ'¿lisée et .l((¡ plus spi'rituclle de toutc lc¿ ten"e, uno de los que han seguido mas de cerca los talonns de la singular y sin pUl' J.llarlama C'i,¡;iz.i". z~~c-ion,quo so s~lpone murcha á pasos uJlganlados, es, salvo error Ú omi:Úon; el sabroso arte culinario. Paris es I1n vcrdadero Hurton y Cuviol' con difereli~ cia de que los aniri1ales, aves, hortulizfi:l &c. de las obras de estos son pintados, y los de aquol guisados en todas, salsas V con todo jénero de especias. Abra la boc·u el uolicado gastrónomo y pida I1n plato de alglln bicho ó planta Clla Iquiera, aunque sea fabuloso, y SlIS doseos serán cU!!lplidos al momento, pues Paris está en dicho punto de progreso á. todos los natlll'ulistas conocidos y por conocol·. y bajo este punto de vista segun nos es en efecto la tierra la mas civilizada, y la mas illjeniosa, y pondré de aOl1di" dura la mas hábil de todo el universo;. pues lo mismo es parn uno de esos ea,,:, cineros liberales traducir un gor1'Íon en pavo, en pordiz un cuervo, en tortuga cualquier cosa que tenga hIgo de pez, en hec[::;teake un anciano rocinante, y el perro muerto en ragout, como lo fllé al que nos daguel'l'otipó á su imájen y semejanza. el hucm" en seis dias, v des-cansando al septimo, esta maldita- bola en que ta n tristemente \'c.lctamos. He aquí á. París en cuanto á la historia natural culinaria. En cuan tu tt la política, lo acabamos de ver7 Paris es In. Fálllcia., Pura este injonioso pueblo todQ'es bueno sin meterse con nimios escrÚpulos en averiguar Sll oríjen, con tal que sepa bien no caro, haya abundancia, variedad, y sea sorvido con elegante Pl'imol' y cuhier. tos do plata,ó cuando ménos plateados. YéSO es tan corriente qu~ hasta en las comicl'os de qui'nce sueldos p01' cabeza (su". pongo quo todos sabrán lo que son suel-dos, pues ya conocemos en la Nueva Granada el sistema monetario francos; la únicH difcl'encin qno hni, es qne, IOfe Este libro fue digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CHA1UV ARL 5 1-iuoldos usados on FrílrlGia torlo el Il1U1HIIl los recibe, y los empleados en In N lleva Granada no los pueden rccibir),adclIlils de la elegancia del salon y del servieio lús evoluciones tencdorialcs se hacen eÚn tanto esmero y soltura que pudieran servil' de modelo al rnasconsurnado macs~ tro de ceremonias de nuestro país. Hasta nqiJí el huon gusto y boj¿ toj~, pero vamos nhol'll á ver dosc.ol1del· el gran PariR <1e~de la esplendente cumbre desus rnng.., llilicos banquetes, servidos en fina bajilla de plata ó porcelana, y cubiertos c\coro h¡tsta la inmunda 1:iima de las misorahles V sucias {'omidas :"ervidas en un caldero ;U:g)'i~1nonstrno, con un solo lanzi-tcnrrlor de hierro, por suertes, y Ú un sueldo por cauezÚ, incluso pan y carnc!!! ¡O mundo é industria francesa! Consisten pues estas bodas ei1 un caldero lleno de •••• de •••• 1Iamémosle caldo, puesto que elIml lo'denominan b(l'ldlloj~: item mH~, alCflll\CJS , ~ ))edazos de carne que 110 se snbe á que de~gi'hciado animal pertcnccicr'oll. En <:led'c!dor del caldero la mctc (tia ó Imtro-tla )', y lo~ delicados gastrÓ!lOlllos: la pa-hon: t 'empuña en sus lindas manos de n'!'abristl'o, un largo trinchante do precioso hierro colado capaz de alcanzar hasta el [¡;ndo del caldero, y ú un lado un canasto lIell() do mendrugos tan sentados como homnjcneos. En oste estado la buena patl'óÍ1:i, con maternal cal'ií1o y no sin elocuencia, ti. 'In par que menea el caldo anima ri. sus huéspedes á que se vayan dcspo.ial~do cada J.lfonsienr de IIn suoldo,)~II~H1s hambriento y atrevido so decide alfin,afloja su pecunia y empieza la. azai'íosa escena., Aquí el héroo se a po(ic'J. ¡¡ ,del gran tenedor, y en la aetitud do un llancro, fija la vista,' hace la pun-tería y sepultu el arma tl'inchnnte hasta )~ misma empuñadura, l\Ho ¡O dolor! Como son tantos los llamL\dos y tan pocos los escojidos, esto es, como hai tanto del denominado caldo y tan pocas de las apellidadas tajadas, sale la, arma ofensi va lo mismo que s'e la introdujo, Esta sucrte no se puede rcnovar hasta haber satisfe-cho otI·o sueldo Los que tienen In. Sllerte de sacar una •••• chancletn,les pertenece ~tln CtlUuclo fl.lora un torm:ro, si LCl'llQli{ll3 en el caldero hubiera. Luego que el agraeiado toma posesion del fruto de su di nero, suerte y puntería, dule la patronl\ un mendrugo, 110 sabemos'con cuul fin~ si el de la val' el pan 6 el de dar color a 1 caldo. Por resultado 01 dichoso hl1es"; pedo con su mendrugo bañado se saborea' eÚ un rincon 'delaposentll, léjos delcnt:. dero y do la concul'I'encia, c:omo temiendo' que este le asalto ó que so le escape su presa y se lo vuelva á la halla. Miéntrns devora lo' que Ú él le sabo IIlCjor quo"á! otros deli~adas perdices, y sacude la8 moscas que ayÚdi¡rloqniererl en la salJl'o~' Sil f¿lOna, las miradas de sus ménos di'. chasos compañeros se dirijen h(llÚa su; boca, diciéndole los unos: "¡qué nfCJrtuA nado crus! siempre hn de favorecer la' suerte Ú quien ménos lo nocesita: y los' otros: "Yo qlle no tenia mas que un suel· do y que no he comido ayel' nada, ma' <¡ueno en ayunas hasta Dios sauo cuando; Ho aquí ni mas ni ménos lo que son los altos y bajos dd mundo y los est!'c'· mas de la industria gastl'Onómica fmll-cesa. De"lIH1Cs de osto lance, en viendo Quo un autor ha principiado Gon altisonante estruendo. Al punto digo cuidado Tente hombre que te ha:,; de ver En el vel'gollzoso estado De la mula de alqlli.lel'. , .lruute fa.b. 18. , Damos per toda conte'ltacion esta, Ú las críticas que hemos oiclo de lIUcHtro pri-mer IIÚmero, poco á poco iremos adelan-tando, pues por ahora apéuas empezamos, á. C:Ulllllar. I-as carreras y los tropezones. ARTES I,lBERALE~. 11Iitsica. Esta es ulla honita canera á que desea> \ riamos se aplic:l:5on todos los jóvenes. Ell~ no quita el ticmpr~ paTa sus prorcsorc~ ¡ partIculares, y on el tIempo de des~allSO ! en lu oO'Ul' de ir¡)(j á un (Curito ó Ú U1W. til ,O" Este libro fue digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CHARIV AlU. -L--:' borna poclrian distracrso con Sil instru-mnnto vol viendo despllos á sus ta rcas proJl1et¡vns, porqne si homos do decir la vei~da(l la de la mÚ:3iea no nos pal'cce talj sin cmbargo ningnn mÚsico se mll(')'O de h~l.mbre, pero si q niero algo rríns q 110esto es neccsario cInc naOTO bo' 11o alo\'"u:n) arte 1110- c,único al liberal. Es~a carroru no lwlJia tQnido troprZolH~s, pero Cll esta nu(~strn t\e.rra.de desgnlt.:ins, y en este valle de lági'imas, Glwndo 'ménos se pionsan pro-séntunsc v a:;l ha sllcedldo en esta o<:asion. El ll1(¡si~~ono IwrtCl)cee II i ni partidu es" 'Viril,ual: ni al temporalj 1

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El Charivari Bogotano: periódico no mui serio, chistoso y amostazado - N. 2

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El Constitucional - N. 245

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La revolución de la glucosa

Por: | Fecha: 14/10/1848

:l5o!Jotd ~áúabo 44 be octuore be 4848. 'n:ríme~tte 2. ~úmero 20. Este periódico .. de lo lus '(J\ .. -¡¡,i¿,lul;;.\t· ce/~áe (; I¿ la tie/¿da del Señol" .hwl¿ Gar .. ¿cl., lJta::a de Br,lw fl,?'. 'G ülLr'Jt'(Ü) 1&~lfnU (¡))":¡'J .. Octubre. 8e admiten 'remitidos lJlI.e tengan 1JoJ'ohjeLo La utilularL pública elt cz¿atquier 'ramo, con tal,le 'l ll.e 110 contengan pPl' onalidades y estén eso'ito, ron der:cl¿cia, deben éi'l'ijine tÍ los E dito res libres de porl!- . 14 Sub '. atl Calisto papa mál t'/,1·. 15 Dom. 8 ta. TC'rl'sa de Jesus. I~os avi sos JI ot ros e'crÍlcs de Ítül'les personal, se 1nse1:tará,¿ pag anr/,o la cuota en que eL intuesado con­' l:enga con el i'fl/l'resor , que f-/~ todo caso se'rá mode1'afla. 16 l. u,n. 8((nlo.~ Flor 'ntirl.O obú po y lJ-lríxi1l1a mtÍ rtir. 17 m ar. Sta . En,I17 ijes v iuda y Stas. Victa y Aü-jand,. o. 18 lVliérc. San L1lrllS RI angelista. 19 J ueo. San P edro AlclÍntam cmif. SUSCRICION. Tlu!, 1111 tiño veinte reales ./lo',· tr irnesl're cinco reales . Cy,aTto menguante á Las 3 y 2 mi nuto:; de la mañana en L ean. 20 ViéT. Stas. Juan Cancio p1·esb. y 11liciano ob. ClIrla íl /Í '¡ uo medio l ' .al. AMÉRICA DEL SUR.-Copiamos del Correo ue Lima de 9 de setIembre lo siguiente: Por el vapor CHILE que llegó esta mañana, hemos recibido nuestra correspondencia del Sur; de ella apuntaremos lo mas indispensable por su interes, pues la estrechez del Corrt'o no dá hoi lugar á mas. J~I Sur el Perú goza de tranquilidau . Sin embargo que Moquegua no se alarmó con la noticia de la espedicion, y de la inflexibilidad del Ejecutivo en no acceder á sus deseos, dejándoles su gobernante, ,llegó al tin.á tal estremo, qu~ el 2~ de aO'usto tocó a arrebato tomando las armas bIen mInll­ci'onadas so pretes to de ponerse á salvo de las perse­cuciones, fué llamado al órden por el Señor COl'onel Machllca, quien usando de su sagacidad, prestijio y tlatrlotismo logró apaciguarlos. En seguida salió oculto de Moquegua á las tres de la mañana enga­ñando la vijilancia de los que temian los abanuonase, quienes al notar su ausencia lo persiguieron por la vía de Arequipa, direccion que aparentó tomar. En fin,hoi se halla este Jefe en la capital para des­mentir, con su obeJiencia á las órdenes supremas, touas las r.. 'UI nias ]e s enemigos que habrian querido se hubiese 1 volucionado. Sabemos que al haberse dirijido á ver á S. E. el Presidente, este le ha hecho intimar se presente ar­restado en la~ fortalezas dp.l Ca !lao. Los restos del Jeneralísimo de nuestras armas D. AO'ustin Gamarra están en Arequipa y pro~1to serán cobn ducidos á la capl. ta1 . BOL{VIA.-Esta República hermana goza de paz apesar de algunos síntomas revolucionarios, y el Congre~o se ha reunido en Chuquisaca el 6 de agosto. Olañeta en su memoria presentada á las Cámaras como ministro de Relacion es E teriore , pide se apruebe el tratado de Arequipa en todas sus partes. El arancel de comercio del Perú lo recomiendan mucho los periódicos bolivianos por ser uno de los , ejores que se han publicado en este ramo, y el Go­bierno de ese pais ha mandado se haga uno para su comercio bajo las bases del nuestro. Satisfactorio nos es ver la buena intelijencia y fra­ternidad que marcan la política de esa Republica respecto dél Perú, reflejada en Jos periódicos que hemos recibido. En Bolivia no hai novedad alguna, solo si que el partido santa-crusisto está trabaj~?d.o sordame,nte y con mucho éxito, aunque los penodlcos de alh pro­curan hacer aparecer al pais como lleno de órden y esparanzas para lo futuro.-Veremos si este esmalte no se cae por sí mismo. Dicen que el Jeneral Brown debe llegar de un momento á otro de Burdeos, y no falta quien diga que trae alguna embajada de D. Aodres. AME:RlCA cENTRAL.-La siguiente opinion que un diario de la Habana espresa sobre Centro-Amé­rica, nos parece digno de leerla. "Siempre que nos toca hablar de los Estados hispano-americanos, lo hacemos con la injenua efu· sion de sanos sentimientos, que solo puede animar al que uefiende la honra y los i ntereses d~ su propia familia. Ninguna otra causa nos ha movl(]o cuando insistiamos el viérnes ultimo en la union de los cinco estados de Centro-América, para que la fuet'za de todos ellos, representada por un poder unico central, pudiese servir de barrera á la ambicion injusta de cualquiera otra potencia mas f~erte~ que t,uvies~ por conveniente atropellar' su naCIOnalidad o su mde­pendencia.. U na. larga esperienci~ ad~uirida en medio de ll1terrrunables reyertas mtf'stll1as, cuyo efecto ménos grave ha sido acaso la sangre en ellas vertida y mil codicias estl'anjeras de~pertaclas por la mis~a debilidad y atonia que siguen inevitable­mente á semejante estado de ajitacion interior. parece que no deben haber dejado la menor duda con res­pecto a la necesidad de constituir un centro de accion jeneral, dotado de supremacía bastante para mrl1·tir. guardar los límites de lo justo dentro del misto pais y en sus relaciones con los demas pueblos. La debilidad, mas diremos, la disolucion interior, en una region de inmensa superficie y escasamente poblada por una multitud de castas rivales, es una consecuencia lójica del fraccionamiento del único I poder posible en tal estado de cosas. Este poder es, lo diremos sin rodeos,el que pudiera constituir la I casta que en toda la América Central reuniese fuer­za moral suficiente para sobreponerse á todas las de­Bla ,y acallar las malevolencias que, en una socie­dad así compuesta, parecen ser,por una l<;>i inflexible de In naturaleza, tan inseparables del ánin,o de sus habitantes,como la difereneia misma de los acciden­tes de su fisonomía. Hoi dia á ningun hombre de san~ raZOD es permitido dudar de esta vE'rdau, cuya demostracion es coexistente con lo~Estadus hispano­americanos. La desunion de esta fuerza moral ha dallo ya su amargo fruto en Yucatan; alimenta las hondas raices del árbol de la discordia y de una futu­ra subversion social en la mayor parte de los paises de la América Meridion al, ~ r empieza á producir su efecto en Méjico, en N icaragua y Honduras. P ero no es solo el male8tar interior la única consecuencia necesaria ue semejante situa cion. lLl favor de la op inion dp. los delnas pueblos es hoi cOll dicion tan indispensatJJe d .... e -istencia para los Estados, como el favor de la opinion jeneral del propio pais. El que SE" encierre f'11 sí mismo, el que por terquedad ó por atra 'o intelectual escluya de su trato al comercio de lo otros, tendrá una vida lánguida y de continuo amenazada por el saludable interes de las nacion ·s que tien en que bu~car su modo de vivir ('n la es pansion de su comercio con todos los miembros de la sociedad humana. Si esta fuerza e pan ¡ya e r.cuentra una barrera levantada por la ignorancia de los princi pios de comercio que hoi gobiernan al mundo, y por pasiones indignas de todo - pueblo que aspire á St'r culto, romperá esa barrera, á \:iva fuerza , si no puede conseg uirlo por medio de la persuacion, y la nacion así invadida no encontrará socorro ni amistau en las demús, porque la simpatla naclOn a l solo puede nacer de un sistema fundado en princi­pios de órden interior y de mútua liberalidad con respecto al trato estranjel'o. Cuando el entendido ajen te D. Francisco Cas­tellon llegó á Europa con plenos poderes, para negociar la intervencion de la Francia 6 de otro cualquier grande Estado,en las cuestiones que dieron lu~ar al bloqueo del litoral de Nicaragua por la Inglaterra, los Gobiernos de Europa debieron pre­guntarse á sí mismos: ¿ qué títulos presentan esos pueblos de la América Central para justificar la mediacion en su favor de un Gobierno que estime su propia dignidad? iQué razon se alega para impedir que la Inglaterra tome por pretesto cualquier leve ultraje inferidos á súbdi os suyos, para dis­pensarse de observar estrictamente el derecho de jentes, con respecto á unos pa', es que cada dia se cierran mas y mas al comercio del mundo ~ Y si la conducta de la Inglaterra es en realidad una agresion contra los principio~ reconocidos de de­recho, ¿ será mas pernicioso este pecado contra la moral comun de las nacione ' , que esos ejemplos semi-vivos de esclusivismo y de obsecados retro­cesos, reciente y severamente ca tigados en la China, con aplausos del comercio y de la civilizacion de este siglo? En la inaccion de los Gobie rnos de E uropa, á quienes pidió socorro el digno Repre 'entante de Nicaragua y Honduras: debi6 éste leer una respuesta mui significativa.-Unid la fuerza que habeis dis .. persado, quisieron decirle aquellos Gobiernos; pro· bad que teneis saber ba tante para conocer que 8010 juntandoos podreis ser algo; abolid esas fronteras ¡ que hacen de todo.punto impo ·jble nue tro comercio con la América Central; reti rau ftcia el litoral esas! cordilleras de aduanas interiores que impiden el pro~reso moral y material de vuestro pueblo tna- Sol en ESc01·pion. tando al e píritu (lcial y mercantil, y paralizando toJos los elern ntos de riqueza y de bien u tar; no permitais que .en una rei~on poblada por habitantes, cuyas ca las tJelw n un nllsmo oríjen, y cllyos usos, costumbres, virtuJes y vicios son iguales, existan tres Ó cuatro IinE:'as de aduana E'stranjera en el es­pacio <.le ci en leg uas . Ahrid liberalmentE' el seno de esos paises á nueslro comercio y no t mais' á ese espantajo vulgar de que o sacaremos el oro hasta el últi~o Joblon: cuoocelllo demasiaJo lo yue nos C'onvlene hacer para vend eros mas de lo r¡ue podais pagar sin arruinaros, porque lo que buscamos siempre son compl'adol'E's ricos; y vosoÍl'o,.'· no ois tan faltos Je juicio que vayais á dar por nuestros artículos de comodidad y de lujo un Plecio que no sea el sobrante de vuestros productos y un Oro que podais destinar á objetos mas reproductivos. ¿Quién estraerá en abulldancia vuestros frulo ' i c e rrais con c ien calldados la puerta á los valon~ s con que pode­mos pagarlos ? ¿ De qué otro modo podreis medrar vosotros, ni vue 'tro comercio, ni vue ha agricul­tura? Enlrad desde luego en esta senda de union v de m -joras, y no o.' p erturbará en vuestra marcha I~L Inglaterra ni nacion alguna que respete y sepa protejer sus propios jnte reses; y si una aO're-ion inju t!'l. vini se en tal.::, ado . á ineomoda~os entónces sí que podreis contar de eguro con la sim~ patía y el apoyo material de todos los demás pueblos acostumbrados á cambiar por los vuestros los sobran­tes de su riqueza agrícola, fabril y comercial. Este consejo tácito, aunque nos consta que ha ido bien interpretado por los pr'imeros hombres de Centro-América, no ha producido hasta hoi efecto alguno vi il,le; y sin embargo puede asegurarse que la auopc ion pura é incondicional de los principio:; en que está fundado, hubiera bastado para salvar a Nic aragua y a Honduras de las humilla 'iones que acaban de sufrir, y al resto de los paises centro­americanos de la tt>mp 'stad que se aC ~'rca a sus horizontes y que amenaza anegar en una laguna ue ~an gre. l~UEVA GR.\NAEA.-Un periódico del Perú trae el si guiente artículo sobre ia N ue \'a Granada que dá idea del j uicio que a llí se forma de nu~stros negocios. "~e .estaban hacienuo las el~cciones en aquella Republl ca, por cuya suerte prospera nos intere­samos con mucho calor. Los partidos se dispu­taban el terreno palmo á palmo, y no es fácil por esto presajiar de qué lado qUt~de la victoria. Por el próximo paquete sabremos del total de volos dados por las asambleas cantonales, y á quienes queda r educlda la terna para la designacion por 1 Con­gre,. o; pue es fuera de duda que no habrá eleccion popular. Los escritores públicos en la Nueva Granada se ocupan de algunas reformas necesarias á lá Cons­titucion, y es digno <.le ejE'mplo, el entusiasmo y ar­dor, con que, tanto los ministeriales como los de la oposicion, indican los errores ó defectos de la actual Constitucion y la manera con que se llegaría al re­publicanismo, porque no hai en la República her­t? ana de que lJ.os o? upamos,. adicto á olra cosa que a la d ' mocracla y sIstema unIversal en la civilizacion del siglo. Como pre ajiamo', el suceso del 13 de junio fué una emerjencia instantánea, el óru 'n constitucional y l,cg ~l seguía su lwtrcha maJestuosa y tranquila y a,'1 mismo el progreso de los mtereses materiales ó ut i l itario~. Pronto e.star~l concluido el camd ó dique de Carta.l ena, y UnIdos el Magdalena y (:'1 Océano por aquella ciudad se hará di~na de! gran comercio que se propuso restablecer. Pronto nuero Vapores de la compaliía de esa nueva comunica' ion acuática, navegarán en ella. Pronto y n.ejur dicho ya endrá á esta hora el Istmo eu práctica el comf'rcio libn'. Esta porcion preciosa de la Nueva Granalla yá tam­bien próximamente á alcanzar 1 bt>neficio inmenso de su camino carril por medio de un ontrato ('on cielta compauía Not'te-amcl'icana, á que ha sido in. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL NACIONAL. vitaJo el M ini tro Plenipotenciari o granad ino res:i­dente ~ n " Tashington . Este habrá obtenido yá pro­posicion seguras y convenientes para la obra, y ademas la. celebracion de un tratado con el Gobierno de los E sta.dos Unidos para sostener la neutralidad del Istmo en cualquiera amenaza de guerra ó pre­tension de invadirlo ó anexarlo á otra naeion que lo anhele ó dispute.-La soberanía de la Nueva Granada sobre el Istmo no solo está reconocida en dicho tra­tado, sino que ampararla es condicion principal que se ha pactado y en recompensa se han concedido á ]118 hallitantes de la mas fu erte y poderosa República de nuestro eontinente privilejios iguales á los que di sfrutan los granaJinos, en el tránsito y comercio por Panamá. Este importante suceso por sí solo es bastante para acelerar la construccion del camino de hierro de un océano á otro, como que se ha reco­nocido el gran estorbo, el de la inseguridad política: la naturaleza en todo es pródiga de ventajas para la obra, y no ha sidu ella la que ha detenido el impulso tantas veces dado para abrir al jénero humano su paso por allí en las relaciones existentes entre el an­tiguo y nuevo munJo tan molestas, largas y azarosas ahora por las vías de lm~ Cabos de Hornos y Ma­gallanes, que la necesidad solo puede mantener. No podemos ménos de espresar nues~ ro contento por la próxima rejeneracion del Istmo y porque ella está apoyada por una potencia cuyas instituciones no ofrecen temores para el porvenir y ántes bien co­mienza por decir: "La Nueva Granada será Jueña del pais bello, señalado por el dedo del Eterno para unir la estensa via de comunicaciones entre Eu­ropa, Asia, América y Oceania, porque así es justo y porque esa justic ia la defenderá su hermana mayor de hoi en adelante" la P enínsula Italiana se conmueve: los fuertes latidos del corazon se hacen sentir hasta las estre­midades: desde la Calabria hasta Venecia y Turin, resuenan entusiastas Vítores al Papa y á la indE'­pendencia de la Italia; en las asonadas el grito de los amotinados es viva Pio IX; y el himno de Pio I.X es un cántic.) de libertau. El duque de Toscana es arrastrado por la corriente democrática; el de Luca, atribulado, vá, vi ene, no sabe qu~ hacerse y acaba por abdicar; la Corte dp N ápoles se inquieta; Carlos Alberto observa; el Austria estiende y refuerza su cordon de bayonetas, y mip.n­tras espera ulteriores acontf'cimientos se apoderan de Fenara. El Gobierno Pontificio protesta, y el Gobierno de Vit'na, ese gabinete que poco ántes miraban algunos como el necesario apoyo de la Corte de Roma, se halla en discordancia ('on ella; en Roma SE; habla y e scribe contra el A ustria, y se toma una actitud tal, que no puedE' ménos que desagradar al alto protector. Entre tanto, la diplo­macia européa se pone p.n movimiento; todas las rejiones políticas se ajitan: todos los periódicos liberales, relijiosos ó implos se declaran altamente por el Papa, como si la palabra ultramontanismo, fuese á convertirse en sin6nima de progreso y libertad? .1. :.pa ... ::IiI:~_ En el mes de abril próximo pasado ha publicado en Barcelona el Sr. Balmes un escrito sobre Pío IX y sus reformas, del cual vamos á insertar en este periódico algunos capítulos que por la materia, por el crédito del autor, y por el modo como está tratado merecen mucho ser leidos. 1. NOVEDAD Y GRANDOR DEL ESPE CTÁCU LO. El Pontificado de Pio IX ha puesto en espec­t? tiva al mundo: pocos acontecimientos habrán llamado la atencion con mas viveza, ni ajitado los ánimos tan profund amente, ni com·iJado á refle­xi ones mas g raves, ni abierto mas ancho campo á conjeturas y p ronósticos. El universo católico acaba de oir la nueva de luto: " j E l Papa ha mupr­to !" . • •• y un ;nstan te despues llega el regocijo: "ya tenemos Papa;" Papam habemus .... Miéntras los g obi ernos de Europa piensan en las eventua­lidades de la eleccion futu ra. Se hallan sorprendidos con la noticia de que la eleccion se ha hecho ya. La influencia J el embajador francés en el cónclave es una vulgaridad. Rossi no sabia siquiera cuales eran los deseos de Luis F elipe; ántes que recibiese credenciales, ni instrucciones de ninguna clase, la el eccion se habria consumado; el gobierno de las Tullerías fué sorprendido por la noticia de la elec­cion, lo mismo que el último de los parisienses La uniformidad, la prontitud; todo es singular en esta eleccion; nadie tuvo parte en ella, sino los que debian tenerla; el cónclave por un movimiento espontáneo, enteramente libre, se fija en brevísimo tiempo, y la capital del orbe cristiano aclama al Cardenal Mastai-Ferreti con e l nombre de Pio IX. ¿Qué hará el nuevo Papa? Su primer acto político es la amnistía; y resuena por toda la Europa un grito de aplauso á la cl emencia del Pontífice . Los prE'sos que recobran la li bertad, los condenados que alcanzan el perdon, los emigrados que respiran de nuevo el aire de la patria, ensalzan alborozados la mano bienhechora que les dispp.nsa el beneficio; los católicos yen con mucha complacencia ese acto de bondad patt-'rnal, en e l que es padre de todos los fieles; el li beralismo saluda la amnistía como la aurora de la libertad; y la masa del pueblo que ántes de e~ traviarse se apaSlOna por las ideas j ene­rosas, victorea con entusiasmo y delirio al Papa que perdona y olvida. Roma empieza á presentar un nuevo aspecto; bai un movimiento desusado, hai ajitacion, circulan noticias sobre reformas, sobre libertad, sobre proyectos de un sistema que cambie la faz de los negocios; y el orbe entero aplica atento oído al sordo rumor que se levanta en la capital del orbe cristiano. Roma la ciudad de los grandes destinos, de los acontecimientos estraor­dinarios; Roma la clave de las mudanzas profundas en la marcha de las naciones . Roma se ajita; Roma, el corazon del orbe se prepara á cosas nuevas. ¿ Qué nuevos destinos le ag uardan al mundo? Poco despues la prensa se ensancha, y aunque bajo la censura, obtiene inesperada lentitud: el P. Ventura ensalza desde el púlpito las doctrinas políticas de O'Connell; y sus calurosas palabras se imprimen en Roma con permiso de la autoridad. Se convoca un Consejo de E stado, se establece una munic ipalidad en la capital, y para complemento, el Gobierno pone las armas en manos del pueblo organizando rápidameni.e la g uardia cívica. A un cambio tan re pentino y profundo, en el mismo centro de la Italia, y promovido por ull _Papa, toda Preciso es confesar que hai en este espectáculo una novedad que asombra, una complicacion que aturde, una magnitud que anol'lada; hai algo que entusiasma y que arredra. La historia con sus lecciones, la esperiencia con sus desengaños, el por­venir con sus nubes, la sociedad con sus necesidades, la revolucion con sus exijenciasj lo antiguo que se cae á pedazos; lo nuevo que 10 invade, que avanza, que á veces se desborda con raudales de llama, todo se agolpa á la mente; y el ánimo conmovido, ajitado) fluctuante, se pregunta: ¿Qué sucede? ¿ Qué sucederá? Vano seria empeñarse en desconocerlo: estamos asistiendo á uno de los acontecimientos mas graves, mas transcede ntales de que no hai ejemplo en los fastos de la historia; el objeto es grande, colosal, inmenso; guardémonos de creerle pequeño. Quiz:ís se puede emplear aquí un dicho del Conde de Maistre: esto no es un acontecimiento, es una época. lVIeditemos sobre ella, sin prevencion, sin l-'asiones, con amor de la verdad; preguntemos á la razon, consultemos á la historia, atendamos á la espe­riencia, sí, pero guardémonos de exajerar el argu­mento de analojía; la dificultad no está solo en ver las semejanzas, mas costoso suele ser el descubrir las diferencias: si en dos paises el cielo se entUl bia y el trueno retumba, y los relámpagos inflaman el horizonte; no es difícil ver' que entre los fenómenos hai semejanza; la dificultad está en disernir si las disposiciones atmostericas son las mismas; si es el mismo viento que sopla; si hai en ambas el juicio del mal esparciendo la desolacion y la I1lUerte, Ó si en una de ellas está el jénio del bien, permi­tiendo la ajitacion para r efrescar y purificar la atmósfera con una lluvia vivificante. (ContinudL. ) IIII&RACIOI. VienJo que se t rata de tan importante objeto, y que abundan las publicaciones que tienen referencia á la inmigracion europea) no queremus) como ciuda­danos, dejar de dar tambi en nuestro parecer, ya sirva para ilustrar la materia, ya para moJificar las medidas que se adopten. Desde luego sentamos como principio inconcuso, que el pais que recibe poblacion que emigra de otro, gana cuanto pierde aquel de donde viene la emigracion; que aumentar de poblacion es aumentar de poder, de riqueza y de bienestar. Un pais que admite á un hombre ya formado, que le trae un caudal de conocimientos nuevos, de nociones que no tenia, de utensilios para un arte ó industria &c, hace una adquisicion, que no es fácil sujetar á cál­culo y cuyos resultados pueden ser inm~nsos. Por lo tanto, cuando se trata de protejer la inmi­gracion en un pais, no se debe fijar la atencion solo en traer hombres para tal ó cual ramo de industria, sino para todas las que hai capacidad y conviene desarrollar, segun los medios y el estado de la soeiedad. Mas no son los Gobiernús -los ajentes p~opios para estimular á los inmigrados: estos, cintes de desprenderse de su patria tienen buen cuioado ~e averiguar lo que van á hallar en el pais á donde se dirij en. Saben, ya por relaciones escritas por los viajeros, ya por avisos que reciben de sus com­patriotas lo que da caGa pais, y 10 que le hace falta, y en este caso como en todos, el interes personal es el mejor y mas diestro especulador. Si aca50 un individuo ó familia se vé burlado de su esperanza, cambia de lugar ó de industria, y busca el equilibrio de su propia conveni encia con la conveniencia pú­blica: los ejem plos sirven á ilustrar la materia de que se trata) y se nos permitirá uno para dar mas claridad á nuestra teoría. Supongamos que viene el primer sombreero á Lima, y adquiere un gran caudal haciendo ~om­breros. Este hecho no se puede ocultar á nadie; los del pais lo sienten, los estranjeros lo escribe n á sus amigos y parientes; la suerte del primer som­brerero es conocida y estimula á otros á venir, y vienen hasta que, no solo dan abasto al consumo, sino hasta que el consumo no da ya para soste nerlos á todos; entónces cesan de venir mas sombrereros, porque no les hace cuenta: está equilib'l·ado el consu'1Tlf) con la produccion; para la inmigracion de sombre ... reros. Lue~o se sigue la de otros oficios. y en tod() y por todo, se llena la medida, se establece el equi­librio, sin necesidad de que t-'I Gobierno, ni nadie, ~ara estimulado á ve nir emigrados, ni hecho sacri­ficIOS para traerlos. Todo trabajo busca su com­pensativo, toda industria el equilibrio entre ella y las necesidades de la sociedad: cualquier interven­cion estraña que tienda á protejer ó impeJir los ajentes del trabajo y de la indu stria, es perjudic ial, ó por lo ménos molestosa. Tie nen además los Go­bit'rnos la mano secante; todo lo q ue ellos protejen no prospera; toda planta que quieren culti,-ar se seca ? cr~ce raquítica, y jamás da el fruto en pro­porclOn a su costo. Ahora promueve el Gobierno la inmio-racion de agr!c~ltores, sin haber preparado sus leyes para reCibirlos y que ellas los protejan; pide informes á los departamentos y le contestan: . Unos, que no necesitan agricultores sino hidráuli­cos, y Cl" en que put'de tener lugar una inmi'gracion completa de injenieros bidráulicos que vengan á trabajar á jornal-¡ una colonia de injenieros hidráu­- licos para una sola provincia !-Con un solo inje­niero sobrará; Otros, que pueden venir si quieren cincuenta mil familias, que hai terreno de sobra; pero solo ofrecen dosci entos pesos para hacer venir las cincuenta mil familias; otros, que siendo pastores, no necesitan agricultores. Así, cual mas, cual ménos, "despue~ de un ma­duro exámen"-ninguna junta departamental se muestra dispuesta á hacer sacrificio alguno para protejer la inmigr-acion, y nuestro Gobierno empe­ñado en protejerla por medios artificiales, y á fuerza de sacrificios pecuniarios. Mui de temerse es que no se consiga mas que lo que consiguen por los mismos medios los horticultores inglE'ses, frutos insípidos pero mui costosos, que si tienen vistosa apariencia, carecen Je olor y sabor. Los Estados Unidos se han poblado de un modo tan rápido y prodijioso, que en vano se buscará ejemp 10 igual en la historia del mundo; y sin em­bargo, ni su Gobierno, ni los particulares se ocupan de inmigracion; dejan venir á cuantos quieren y Re han llenado de poblacion sin esfor-zarse para ello. ¿ Cuál es el secreto aliciente que promueve tan pro­dijiosa emigracion á los Estados Unidos? Lo dire­mos en pocas palabras. Todo inJividuo que llega á ]os Estados Unidos con la intencion de avecindarse allí, se refunde en l~ uacion ~?n sus intereses, con sus principios polí­tICOS y reltJlosoS, con sus costumbres domésticas y con sus derechos de ciudadano de los Estados Unidos. La lei garantiza estos derechos del mismo modo al artesano, que al Precidente de la re publica. Allí no se con\Jce mas principio universal que este: L A LIBERTAD EN LA LEI Y LA LEI EN LA LIBERTAD. ( Continuará. .1' HISTORIA DE LA REVOLUCION FRANCESA POR LUIS BLANC. (Continuacion) . No debemos pues admirarnos de que los franc­masones .inspirase.n un vago terror á los gobiernos mas suspicaces, DI de que los anatematizase Roma ó los asechase la inquisicion en España ó fuese~ perseguidos en N ápoles; ni de que en F:ancia los declarase la Sorbona dignos de las penas eternas. -A pesar de todo, la francmasonería, merced al hábil mecanismo de la in titucion, halló en los príncipes y nobles ménos enemigos que protectores. N o faltaron soberanos, como el Gran F ederico, que gustasen de tomar la llana, y ponerse el mandil i Por qué no? Ocultábaseles cuidadosamente la existencia de los grados mas altos; solo sabian lo que p~di~ reyelársele~ sin peligro; y no podian concebIr mqUletud, mIentras se les r etf'nia en los graJos inferiores, donde apénas se columbraba con­fusamente por entre las alegorias el fondo de las doc­trinas, y no veían mas que una ocasion de entreteni· miento) festine3 alegres, principios que se tomaban y. sede¡a.ba~ en" el lu~bl'al ?e la lójica, fórm~las sm apl~caclO~ a la Vida orJmarii1, y en suma, una comedIa de 19ualdad. Pero en estas cosas la come ... dia se roza con el drama. Sucedió por u~a notable y justa dispensacion de la Providencia que los mas altaneros despreciadores del pueblo c~brjesen con su nombre, y patrocinasen ciegamente con su influjo proyectos clandestinos que los amenazaban á ello~ mismos. Con todo, entre los príncipes de que hablamos hubo uno respecto del cual no era necesaria la dis­crecion. Este era el duque de Chartres. futuro amigo de Danton, aquel Felipe Égalité, tan ' célebre en l,?s fastos de Revolu~io.n, que de::;confió de él y le mato: Aunque todavla Jóvt-'n y embebecido en los plac~r~s, sentia y~ rebullir en s~ aque1 espíritu de OposlclOn que es a veces una VIrtud en las ramas segundanos, amenudo un crimen, y siempre su tor .. mento y su móv~l •. La franc~asonería le atrajo. Le daba un poder facl) de manejar, prometia conducirle por caminos bien abrigados hasta el dominio del foro; le pl'eparaba un trono m~ nos respetable, pero Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. &i rero tambien m>nos vulgar y ménos espuesto que el de Luis XV 1; en fin. aliado del reino conociJo en que la fortuna habia señalado á su familia un ~egundo . plano, le forrr ,aba un imperio poblado de súbditos voluntarios y custodiado por soldados me­ditativos. ACf'ptó la gran-maestría luego que se le ofreció; y elai'ío siguientp (1772), la francmasoneria de Francia, destrozada de tiempo atras por anarqllías y rivalidades, se estrechó bajo una direccion central y regular, cuya primertl providpncia fué destruir la inamobilidad de los Venerables, y construir el órden sobre baces enteramente democráricas, toman­do el nombre de Grande.-Oriente. Allí fué el punto céntrico de la corre:-pondencia jeneral de las lójias; allí se juntaron y residieron los diputados de las provincias que el movimif'nto oculto abrazaba; de allí parlierom las instruccionp.s en cifra ~special ó lenguaje enigmátic.o que no permitian á ninguna mirada enemiga penetrarlas. Desde entónces se abrió la francmasonería, un dia tras otro, á la mayor parte de los hombres que despues veremos en medio de la refriega revolucio­naria. En la lójia d~ las Nueve I-Iermanas vinieron sucesivamente á incorporarse Carat, Brissot, Camilo Desmoulins, Cordorcet, Chamfort, Danton, el monje Gerle, Rabaut-Saint-Etierne, Pétion. Fau ehet, Goupil de Préfeln y BonneviUe dominaron en la lójia d~ la Boca de Hierro. Siéyes fundó en el Palacio-Rt>al el club de los Veinte y dos. La lojia del Candor era ya, cuando empezó á oirse el bramido lejano de la Revolucion, el punto de reunion de 108 partidos de Felipe de Orleans: Lacios, Lautoche, Sillery; y entre ellos se encontraron Custine, los dos Lameth, y Lafayette. ARTÍCULO U. Pero segUR se ha visto, la fracmasonería no tenia un carácter homojéneo. Los tres prime­ros grado~ admitían toda especie de opiniones: mas allá la diversidad de los ritos correspondía á la de los sistemas; y ( como puede juzgarse por los nombres de Siéyes, Condorcet, Brissot) la filosofía de los enciclopedistas y las tendencias del estado llano ocupaban mucho lugar en las lójias. Esto fué lo que impresionó á Wt>isbaupt, profesor de derecho canónico en la Universidad de Ingolstadt, uno de los mas profundos conspiradóres que ja ~as hubo. Púsose pues á meditar combinaciones nuevas. Por el solo prestijio del misterio, por el solo po­der de la aso~jacion, someter á una misma volunttad y animar con un mi roo soplo millares de hom­bres tomados en todos los paises del mun~o, y desde luego en Alemania y en FrancTlr, hacer de est(}S hombres, mediante una educacíon hmta y gradual, seres enteramente nuevas; hacerlos obedientes hasta el delrrio, hasta la muérte: á jefes · ínvisibles y desconocidos; con una lejion como esta influir se­cretamente en las cortes, envolver á los soberanos, dirijir á los gobiernos sin que ellos la en6endan, y conducir la Europa hasta el punto de aniquilarse toda superticion, de derribarse toJa monarquía, de declararse inicuo todo privilejio, de abolirse el de­recho mismo de propiedad, y de pwdamarse la igualdad de los primp.ros cristianos; tal fué el plan jigantesco del fundador del Iluminismo. Esto era lmponerse necesidades formidables. i No seria preciso emplear manejos indignos del fin? t No seria preciso de~cender de la P,fudencia á la astucia, de la vijilan.cia al espionaje? Weishaupt lo presint:ó1 y no abanonó su plan •••• Su regla era que para llegar á nobles resultados, deben los bue­nos recurrir á los medios de que se sirven íos malvados par¿¡ adquirir un. imperio funesto. Hizo á la naturaleza humana la injuria de creer que no eTa posible emanciparla sino engañándola; y ultra­jando á. la verdaJ por cuyo triunfo trabajaba, puso la estr.atajema en el número de sus tentativas de buen ::suceso. Todo compromiso secreto, decía, es una fuente de entusiasmo: no hai para que averiguar la causa; el hecho es ese: basta. Y pidió al mis­ticismo sus recursos mai íntimos. Las circunstancias eran' favorables á la adopcion de prúclicas ocultas. Los espíritus, tiempo habia, no se alimentaban en Alemania sino de estrañez::ls. Un cura, Hamado Gassner que exorcizaba á los endell)oniados y curaba los enfermos por ensalmo, contaba mas de un millün de secuaces. Se vió un dia llenarse de inmenso jentío la pláza pública de Leipzic, donde debia presentarse, á un momento dado, la sombra del májico Schoepfer, muerto en 1774. Se publicaban interpretaciones del Apoca­lípsis. La reina de Prusia y sus damas pretendian haber visto á la Dama blanca: que aparecía, segun la creencia popular, todas las veces que una perso­na de la familia real iba á morir, La inclinacion á 10 maravilloso era jeneral, y vivámente acusada. Weishaupt tenia á lo mas veinte y ocho años, cuando en 1776 echó las bases del Iluminismo. Los que recibieron sus primeras confianzas, se llamaron aeropajitas. Se acordó qlle Welshaupt! conocido de ellos solos, seria el jefe invisible y todo pode­roso de 1a secta; que ésta se dividiese en dos cla­ses; la de las preparaciones, que comprendia los gra­grados de novicio, 7Junerval, iluminado mentJr, ilu­minado mayor y las de los misterios, en que habia los grados de sacerdote, rejente, filósofo y hombre­reí. E~tas divisiones y subdivisiones tenían por ob· EL NACIONAL. JAtOj primeramente, medir la importancia del adepto, segun sus adelantamientos en la ciencia de la igualdad; y luego exaltar su imajinacion, haciéndola esperar la comunicacion de un precioso secreto,desde que llegase al grado mas alto, Decidióse que los iluminados de las clases superiores se aplicaria á profundizar todas las ciencias, se ejercitarian en el arte de descifrar, y no citarían los emp'eos sino para mejor servir en ellos á la óruen. Sé trató de e!::tablecer una escuela de minervales de manera que pudIese sacarse partido de las mujeres, tan propias para inspirar pasion co­mo para sentirla; pero se temió 5U impaciencia, su inJisc resion, y se dejó este pensamiento para mas adelante. Como ninguna precaucion estaba de mas, el fundador del Iluminismo y sus compañeros adop­taron nombres supuestosj Weishaupt se llamó Es­pártaco, el baron rle Kigge Filon, Zwach Caton el marques de Constansa Diomédes: el ilustre Ni­cholai Lur.irr,""n. Todo el que hacia caso del vano estrépito de la fama, todo el que no tenia el fana­tismo de Bruto ó la audacia de Gatilina. era de­clarado incapaz de llenar las principales fuuciones de la órden. El encargode reclutar discípulos cons­piradores se fió á los hermanos insinuantes, que se escojian de entre los mas hábiles, y cuyas instrucciones les recomendaban observar la mayor gravedad en su trato y costumbres, para labrarse ascendiente; no dirijirse á hombres de una reputacion com prome­tida ó de una conducta sospechosa; dedicarse par­ticularmente á ganar los funcionarios públicos, la servidumbre de los príncipes, los libreros, los admi­nistradores de correos, y los maestros de escuela­Weishaupt queria tambíen que se estudiase el mo­do de atraer las personas de una esterioridad agra­dable. " Esas," decía, "cuidando de formarlas, son mas propias para las negociaciones. No son de aquellos á quienes puede darse la mision de sublevar el pueblo. Pero es preciso escojer nues­tra jente. Los ojos •••• reparad en los ojos; no des­precieis en vuestras observaciones ni latitud, ni el modo de andar, ni la \·oz." Solo despues de haber sido observado escrupulo­samente era cuando un novicio pasaba a minerval; y entónces era colocado bajo la inspeccion de un iluminado di?-ijente, verdadero institutor, que sin esplicarse acerca de las ttmdencias de la asociacion, ni sobre su objeto definitivo, se ocupaha en ir despojando al adepto de toda preocupacioD; poco a poco le indicaba lo que habia de leer; se le inter­pretaba con una reserva circunspecta; finjia coin­cidir en las opiniones ajenas, cuando era demasiado temprano para impugnarlas a las claras; y no omitia medio alguno de proporcionar las transiciones. Si los informes del iluminado dú·iJente eran favorables al adepto, el minerval ascend-ia algrado de iluminado 'menor. Entónces, y no ántes, Jlegaba a saber que "el fin de la 6rden era hacer oel jénero humano, sin distincion de pueblos, rangos ni profesiones, una familia virtuosa y feliz." Con todo, aun no era llamado a conocer sino a su institutor, a algunos iluminados del mismo grado y a los minervales. Pero no se ami tia representarle los hombres de los grados superiores como espintus eminentes; se le ponderaba su ciencia, su posicion, su crédito, sus riquezas; se tocaban en su corazon las teclas de ambician y del orgullo, y por este medio se le ins­raba el deseo de hacerse confidente de la virtud ó cómplice del jénio. Llegado el momento de pasar al grado de ilumi­nado mayo-r, se le introducia al fondo de un salon oscuro, decorado segun las prescripciones del rito masónico, y lleno de emblemas á propósito para conmover su corazon. Allí, despues de un jura­mento terrible, debía depositar la historia oculta de su vida. Abriase luego un libro intitulado Código escud1·iñad07·, cuyo contenido se comparaba con la confesion jeneral del adepto, para probarle que nada suyo era ignorado de sus hermanos. Las culpas mas secretas, sus hábitos favoritos, sus preocupaciones, sus negocios de familia, sus odios, sus amistades, sus amores, lo que los hermanos insi­nuantes habian sorprendido a su confianza, lo que en los grados de minerval y de iluminado menor habia dejado penetrar en las angustias, 6las íntimas revolu­ciC'ne de su alma, todo se encontraba en el Código escud'riñador. Y esto cuando se habia invocado su propio testimonio para poner a prueba su sinceridad, su abnegacion, su fé. El deber de il-uminado mayor consistía en trabajar sin intermision, sin descanso, en el desarrollo del poder comun, procurando á Jos miemhros de la secta de¡;.ignados por el superior los empleos de que podia disponer ó que dependian de su crédito. Por aquí se vé cuán hábilmente estaba urdida la trama. ¿ Y para qué fines? El iniciado no lo descubría hasta que llegaba al grado de sacerdote ó epopta. En el dia señalado, á la hora prefijada, se iba a casa del prosélito, se le vendaban los ojos, y se le f'onducia por carnin-os estraviados al vesti­bulo del temlJlo de Jos misterios. Allí permanecia algun tiempo entregado al tumulto del pensamiento y la inquieta espectativa de lo que le aguardaba. Le quitaban la venda; sentía una espada en la mano; una voz le gritaba: "Entra, desventurado; pero cuidado que no dejes abierta la puerta a tu espalda;" y se encontraba en medio de un vasto salan inundado de luz. Delante de un trono colocado bajo un dosel magnífico, se presentaba una mesa cargada de joyas y monedas de oro, y en la cual brillaban un cetro, 3 una corona, una espada. A los pies de la mesa, sobre un cojin de escarlata, habia vestiduras sacerdotales y una túnica blanca. "lVlil'a," decia entónces el jefe de los sacerdotes: "Si esa corona, e e cetro, esas insignias de la degradacion y la imbecilidad humana, tientan tu ol'gullo;si está en ellas tu coraZOl1; si quieres ayudar a los reyes a oprimir á los hombres, podemos ponf'rte tan cerca del trono como quieras; pero nuestro santuario te será cenado, y te aban­donaremos a las consecuencias de tu insensatez. ¿ Quieres, al contrario, consagrarte á la libertad y felicidad del jénero humano? Bien venido ·seas. Hé ahí los atributos de la majestad rejia; hé aquí los de la virtud; escoje. Ri el candidato rechazaba joyas, monedas, cetro y corona, era admitido á conOCf'r los secretos y doc­trinas de la secta. En un discurso vehemente y patético, que hubiera parecido escaparse de los labios del mismo Juan Jacobo en un transporte de indignacion, pondeuba el presidente lo 'que habia dt>bido el mundo al primero que plantando la pri­mera estaca, y abriendo la primf'ra zanja, osó decir: esto es mio, y halló hombres bastante sencillos para creerselo. Mostraba las usurpaciones de la fuerza trasformadas sucesivamente en derechos; la tiranía establecida desde lmogo por la violencia, y perpe­tuada des pues por la astucia; el mútuo esterminio de los pueblos honrado con ·el título de valor patrió­tico; la rapiña en grande llamada conquista; la tierra hecha infierno de los hombres; los vínculos de la naturalf'za destrozarlos. Y no habia que conten­tarse con una revolucion que echase abajo los tronos . ... U n poder nuevo y ominoso principiaba á desarro­llarse: "Al que quiera avasallar las naciones le bastará criar necesidades que él solo tenga los me­dios de satisfacer: erijir en cuerpo jerárquico el , Estado llano, y habreis quiza dado el ser al despo­tismo mas terrible de todos. Porque aquel es el amo que puede suscitar ó proveer, contentar ó sufo­cal' necesidades. ¿ \T quién mejor que una oligar­quía de mercaderes?" A:sí el iluminismo era el precursor de Anacarsis Clootz y de Babeuf. Libertad por la caida de las distinciones injl1stas que alimentan los odios; que hacen nacer la inso­lencia por una parte, la bajeza por otra; igualdad, por la union de los corazones y el amor fraternal; era todo lo que el sacerdote iluminado debia predicar á los hombres, y el triunfo inmenso y peligroso á que la secta se habia dado la mision de aspirar. Luego q \.le callaba. el orador, se descorria un velo, y aparecía un altar con la imájen del Cruci­ficado. El iniciado se arrodillaba y oraba: le cor­taban unos pocos cabellos en la coronilla; le vestian ornamentos sacerdotales; y le presentaban un gorro, d;ciendo: ' ~ Ponte ese gorro: vale mas que la corona de los reyes." Conducida por conspiradores apasionados y me­ditativos, crecia rápidamente la secta. Las ima­jinaciones inquietas, las almas sedientas se dejaban ganar por la estrañeza del cerNnonial y por el prestijio del misterio. Lo profundo de los designios era un atractivo para las intelijencias graves y cul­tivadas, pero audaces, y atrajo muchos hombres eminentes. Entónces fué cuando se estableció aquella administracion, invisible en todas partes y presente, de que hablan tanto los escritos contem­poráneos. Delatores inaccesibles hicieron circular de un paraje á otro, como por un alambre eléctrico, Jos secretos que se sorprendian á las cortes, á los colejios, á las cancillerías, á los tribunales, á los consistorios. Se vieron en las ciudades ciertos viajeros desconocidos, cuya presencia, objeto y fortuna, eran otros tantos problemas. Y de este numero fué Cagliostro, mezcla de instruccion y de ignorancia: jeneroso, mezcla incomprensible de dig­nidad y de astucia, dotado de una elocuencia cap­ciosa, aUl!que bárbal'a; capaz de entusiasmo; un medio entre el misionero y t>l aventurero. Cagliostro, viajero infatigable, habia mudado de nombre en los varios paises; aquí Acharat, allá Pellegrini, acullá el conde de Fénix: en todas partes habia dejado su huella. Dos horas le b(l~taron para cautivar personajes considerables por la posi­cion social Ó la ciencia; el conde Medem, el conde Owen, el mayor Vonkorf. Una mujer, que se babia nutrido con la lectura de La vater, y rofesaba un culto exaltado á J. C, madama de Recke, se dejó em­bria¡?; ar Un instante' por las lecciones de Caglio tro. Afiliado á la secta de los alquimistas, médico e la escuela de lo~ rosacruces )' de Paracelso igual á Lavater en la cipncia de la fisonomía, émulo secreto de aquel famoso astrólogo Seni, que habia dom!­nado al ilustre Walenstein y se jactaba de leer en el libro centelleante de las estrellas, Cagliostro ejerció, durante su morada en Mitan; un paJel' verdadera­mente estraordinario: de toclas partes corrian las jentes en tropel ácia este sacerdote del misterio. HaIlábase en Francfort-sur-le-Main, cuando los diputados del Iluminismo se encontraron con él y resolvieron conquistarle. Weishanpt habia profesado siempre un profundo desprecio á la alquimia, y á las fraudulenta~ . aluci­naciones de algunos rosacruces; pero el vIeJO y la insensatez de estas tramas clandestinas es impeler al uso de toda clase de instrumentos. Cagliostro estaba do·tado de poderosos medios de seduccion: se decidió emplearle. Su iniciacion se celebr ó á poca distancia de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Francfort, en un subterráneo, con las solemnidades que él mismo ha descrito. Se abrió una caja de hierro, nena de papeles. Los introductores sacaron un libro manuscrito en cuya primera pájina se leía: Nos, g randes 'maestres de los templarios. Seguia una fórmula de juramento, trazada con sangre y abajo doce firmas. El libro, escrito en franeés, rezaba que el ilumi nismo era una conspiracion urdida contra los trunos; y que despues de derribada la monarquía francesa, iba á atacarse á Roma. Caglios­tro oyó Ue; la boca de los iniciadores, que la socie­dad secreta de que ya era miembro, tenia hondas raices; que poseía una gran cantidad de dinero en los bancos de Amsterdam, Rotterdam, Lóndres, Jé nova Venecia; y que este <;linero provenia del tributo anual de los afiliados. El recibió una gruesa suma, destinada á los gastos de propaganda, recibió las instrucciones de la secta, y se encaminó á Strasburgo. Allí vivió, haciendo obras buenas, dando mucho, no aceptando nada de nadie, asombrando con ines­peraoas curaciones, ofreciendo consejos á los ricos, socorros y consejos á los pobres, alivi~ndo la mise­ria con delicaoeza, respetado de las autorioades públicas, amado de los illdijentes, adorado por el pueblo. Esto es lo que se sabia de Gagliostro, cuando despues de una primera y corta aparicion en 1781, vino á fijarse en Paris. La nobleza de sus modales, el poderoso asce.ndiente que ejercía al rededor de sí, su elocuencia apocalíptica, la hermosura de Lorenza Feliciani, su mujer, el brillo misterioso de su vida, y hasta Jo enigmático de su opulencia y 10 sospechoso de SU!'i vil:tudes, todo le aprovechaba: la jente se agolpaba á verle. La casa que ocupó, situada en la calle de Saint­Claude, y en que despues. se alojó Barras, era de os mas elegantes del barno. En la sala decorada con lujo oriental y bañada de una suave ~n edia luz cuando no brillab~ con el esplendor de cien antor~ chas, las preocupaciones del filósofo y del cons­pirador traslucian al lado de los proyectos del taumaturgo: veíase el busto de Hipócrates, y se leía en letras de oro este pasaje de la oracion univer­sal de Pope: "Pau re del Universo, tú á quien adoran los pueblos bajo los grandes nombres de J ehová, Júpiter y Señor, Suprema y primera causa, que ocultas á mis ojos tu adorable esencia, y no me dejas conocer sino tu bondad y mi ignorancia! Con' c~dedme que en medio de mi ceguedau, di stinga el bien y el mal, y deje á la libertad humana sus derechos, sin contravenir á tus santos decretos. Enséñame á temer mas que el infierno lo que mi conciencia me prohibe, y á preferir al d elo mismo lo que ella me ordena. " En e.fecto, la s~~.ta re presentada por Cagliostro no tema mas rehJwn que el deismo, y lo mismo pue.de d:cirse de todas l~s sectas místicas y revo­lu. cIOnar~as que brotaron a. fines del siglo XVIII.. .. SI Caghostro por una parte servia á la causa fun­dando en Paris, como ántes lo habia hecho en Mitan, San-~etersburgo y Varsovia, lójias ejipcias, en que ~e ~lll~ban y sacudian sordamente las antiguas mst.ltucIOnes, por otra es cierto que traspasó el límIte entre la conspiracion y la impostura. Cele­braba .en .su casa ~samb~ea~ sombrías en que bajo los artIficIOS del mgromantIco desaparecia la dig­nidad del propagandista. Para velar la fuente de las riquezas que debia a la munificencia de los esparcido~ miembros de la secta, finjia encerrarse por d?s dlas al fi? de ca?a mes, y hacia crf'f'r que al salIr de su retIro enViaba a los que trabajaban en metales preciosos barras de oro que ensayadas eran casi siempre de mejor leí que la de los luises. ¿Qué mas? Daba al precio de no sé qué cuarentenas supersticiosas la rejeneracion física y moral del hombre; divulgaba predicciones; supuso estar en c~m~nicacion con siete á!ljeles, que segun su rito e]lpcJO, gobernaban los SIete planetas, y atr ibuyó la facultad de evocar los difuntos á ciertas doncell as que llamaba palomas ó pu,pilas; las cu ales colo­cadas en blancos tabernáculos, y rodeadas' de un aparato supersticioso, se hacian cómplices de sus sortilejios. ¡Medios viles que comprometian el objeto á que profesaba aspi rar ! j Verdadero crÍmen contra una cau ~a que. proc,lamaba santa, y que si Jo era, no debla a:;oclarse a tan vergonzosos em­bustes! Por lo demas, y esto vale la pena de notarse en la historia de las aventuras del espíritu humano levan­tose al rededor de Cagliostro un ruido que 'parecia gloria •. Corrian á él, juntos co~ hombres de pue­blo y s.Imples obreros, los prínCIpes, los prelados, los sabIOS, los nobles de toga y los nobles de es_O pada. Podia contar en el número de sus partidarios personajes de la jerarquía mas alta, como el Duque de Luxemburgo, y hombres de un mérito recono­cido, como el naturalista Ramoud. Sus discípulos no le llamaban . sino padre adorodo, maestro augusto, y le obedecIan con la mas fervorosa acti vidad y celo. Se ]levaba su retrato en medallones, en ava­nieos; y se veía en los palacios su busto tallado en mármol ó fundido en bronce, con la inscrip­cion, el Divino Cagliostro. Detengámonos. Este nombre usurpado, por Jo é Bálsamo, hijo de un mercader de Palermo, se encontró mas tarde entre el de un cardenal y el de una reina de F ran cia. EL NACIO.NAL. I acarreando mas cascajo, para que la capa de este materi~l tenga diez pulgadas de espesor; y darle al paVlmento una forma convf'ja. fiLIOllS DEL DOCTOR BRANDRETH. S E acaba de recibir un nuevo surtido en la única ajencia que hai en esta capital, esquina de San Juan de Dios y la calle del comercio.-J. A. Bennet UNA ca a alta con una tienda accesoria en la La calle del comercio. La persona que quiera comprarla pued,e ocurrir á esta imprenta y se le dara razon del dueño. Se deja á reconocer una parte. IlrORT1NTE. I JOAQUIN CALVO bachiller en ciencias de la fac ultad de estas en Paris, y doctor en medicina de esta facu1t~ d central de Bogotá, y de medicina y cirujia de la de 3stas ciencias de Paris, permanecerá poco tiempo en esta ciudao y durante su perma­nencia en ella, prestará sus servicios al público y a la humanidad recetando á los que quieran c~nsul­tarlo, á los precios siguientes: De las doce del dia a las tres de la tarde, en su casa, que es fn:~nte á la Rectoral del Colejio de Santo T omas. Á las personas de regular fortuna á seis reales por, cad a receta. A las de ménos fort11l1a á tres reales. Á los pobres de solemnidad, gratis, hasta donde alcance el tiempo fijado. Á Ion que en lugar de una receta quieran que les dé un método curativo le pagarán el duplo. Las visitas á. que como médico sea llamado den­tro de la ciudad, siendo de dia, le pagarán las de regular fortuna, á diez reales, las de menor, á cinco reales, y de las seis á las doce de la noche el duplo, y de esta hora á las cinco de la mañana el cua­drupIo. Cuando los enfermos necesiten operaciones qui­rúrjicas, arreglará los precios segun las circunstan­cias de los pacientes y el tiempo que gaste en efectuarlas. . SE venden por dinero ó se cambian por mercancías dos quintales á un precio mui barato. A la persona que quiera negociarlas en esta imprenta le darán razon del dueño. UN BUEN NEGOCIO.· SE vende un Daguerreotipo francés de Richebourg, con todos sus ingredientes y seis docenas de plan­chas, y se enseña su manejo por solo SETENTA y CINCO PESOS. E n la tienda d~l Sr. P atricio P ardo se dará ra zono CAL DE VENT. LA persona que quiera comprar hasta dos rni~ cargas dobles de cal, con el peso de diez arrobas cada una, á peso cada carga, y por menor á medio real el palito; puede oc urrir á la casa de Jaci nto F lores que vive en el barrio de Santa Bárbara quien es el dueño. La Gobernacion de la P rovincia suplica á los Señores Editores del Nacional se sirvan insertar en su apreciab le periódico las adjuntas invitaciones que interesan al público. Habiéndose deteriorado notablemente la calzada oe Fontibon en el camino nacional del occidente, hai necesidad de refaccionarla; y en consecuencia se invita á hacer propuestas para ejecutar por con­trata esta obra. La refaccion consistirá en rehac er el sardinel en todos los puntos en que ha sido deteriorado: macadamizar el espacio comprendido entre los oos sardineles, reduciendo para ello :i cascajo la piedra

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El Nacional - N. 20

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Neo-Granadino - N. 11

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Imagen de apoyo de  El Charivari Bogotano: periódico no mui serio, chistoso y amostazado - N. 3

El Charivari Bogotano: periódico no mui serio, chistoso y amostazado - N. 3

Por: | Fecha: 15/10/1848

EL CHABIVARIBO&OT lNO. ,i~ , Pubhcwi/toS el siguiente capítulo de cada en. ,que se no.~!tabladel estado de la E'l¿1·opa. . "En Francia se goza do paz material, y aun 'en los negocIOs se 'nota mayor con- J1nnzil. Desde el momento en que el nuevo Gobierno dejó las utócÍas de los deSén; frenados y volvió las cosas á l~s.antiguas huellas de lá monarquía, los ammo~ han sontido Un ensanche y un consuelo vwnuo regresar las ideas Y,las cosas á l~ yosi ti va realidad. El espírItu de reacc10n so de-silrtollii por tddas partes y no puede I?él1os. Bien pueden los hombres camblar los ribmbtes' bien p'uedcn alterar las reglas de la pol,ítica, é imponer á la's ~laclOr.es cartillas y constituciones, la socIedad no por eso puedecambiur~e. Una sociedad no se rejenera en un dm por el solo q\wrer de unos hombres. Un acontecimiento casual derl'ibóel trono en Franciu7 y los ámbiciososhanesplotadocstc hecho inaudito durante cuatro me~es¡ pero las cosas 'por sí misÍnó tienden á una rellccion irresis-tibIo; ¿ Cree U. porventtira '{uerido amigo (fue e124 de febrero 5eu uno de aquellos hechos irremediables en la sociedad? Cree U, que la democl'ácia invadiendo todas lus clases halla levantado una mano om-nipotente para 01'1.111' en derccho lo que era ya un hecho en Francia? No; nada de esto; este es un error que f';C prcgona en los diarIOS, pero que aqui lo vemos des-mentido en el movimiento de los espíritus. Luis Felipe por su edad y tal vez por su carácter débil abandonó el trono sin hacer l~nsolo esfuerzo por sostcncrlo. ~n un momento la r'\úncia no tuvo gobierno; en ose instante crítico ella fué la presa del mas alrcvido,cse fué elpal'ticlo republicano'. Atónitos los franceses acept¡uon lo únicQ que se les ofrecia, pero volviendo bien pronto en sí, se espantaron de la obr~, mientras que los otros en la enajenation del goce, fueron tanto mas induljentes con el partido vencido, cuanto mas inesperad,o fué el triunfo. Esto esplica porque hubo tanta lenidad con el Rel y la aristocrácia,y porque la Asamblea nacional nacida entré las bal'l'icadas, pero algo tarde para 10$ pcrturbadores, tiene una mayolía sensftC~ y juiciosa, "Los hechos que se siguieron al 24 de febrero han sido naturalmente nacidos d~ la ~ituacion, precisos, necesarios, de ni no:' gun modo inopinados y casuales co~o la primera revoluciono El pueblo de Pari~ derribó la monarquía sin haber tenido tiempo de pensar en sostituide otro go. bierno. Consumada su obra toleró á los demagogos, pero no sin imponerles condi: ciones de todo punto imposible.-Ledru, Hollin, Luis Blanc, Causidiei', Page R~ux Proudholl &c. inventaron "les Atelier~ ; Nationa1¿x" cuya organizacion conocerá U. Este flié un cuartel jcneral en dond~ á título de trabajo, se pagaba del tesoro público, un ejército que se alistaba á pros: cribir en Francia, la relijion1 la propiedad y la familia. En el Lu xembourg l'Csi~ia la teoría el alma de esa insurreccion nbo- , minableque les atelic'J's nationaux cjecu~ ta1'on el 24 de junio, Qué hacia cntra tanto el gobierno pl'ovisorio? qué hacia I.amartinc, ese jigante de la época! tolerar (uando no coadyu VtIl'. Lamartine y los demas ropublicanos tenían una cucnta pe1f.dientc con el populacho que los dió el poder, y viendo esto que sus esperanzas Este libro fue digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 2 ~L CHARIV ARl, .~ .... UNA PATADA DgL PEGASO. i Ay Oios mio! y diccn<¡lle estamos atrazÚdos en la ca'l'rera do la Civílizacion, y ya e~ ~eo Gra Il,u(!ino nos ha vaciaed(J 1ml' p'rlmel'a partt(ja un centenar de pOf~tas. 'l~\ltre ellos es' verdad hay uno que otro. viejo dc los tiempus u'J la patria hoba' ydn CololI~b.~a, ,(I,'}~,~()Io pueden servil' pal;a dar testi(.nonio. d~1 progreso de la~ hellas, ni"tes' ~,n,:és~,os nllCstl'OS postl'inll'ro~ tiempos" p\l(~.s, por u \lO de esos ha i \lila docena de los novísimos de la RI:(;opilacion' Neo Gi~- nad¿na. Estos dicron una alboTada que durÓ poco porquc ClupeZ3ron por fu~¡'a á ajustados las cuon.tas (l~ su~ plajios: i I-Iai tunos tan mal intencionados que no han de dejar por un m~mcJltoh~lir>~o con lo njtHlo! Pero sobre tod'o lo que mas, debe honral' nuestra' literatltl'n y levantar los cuiltos de nuestroParnaso hasta las nuh '~l, es la publicacion dd. las ohms po{~tiéas' (sinii1editas) del Sr. José Maria Sampor Aglldelo,lIa-m: Hlas Flores l1w1"Cltitlts, o' Florcs blanc{J,S Ó LÚa, ]}Ia'ri'luiitciía . En. SlI modesto artículo qne ha he. chado de aviso á sus obras en el número 23 del P'rog1'csO (a vi, o qne tienlil ,toda la modestia y cl'lIdicion qne caracteriza loFi avis(Js ) , IIOS ad vierte que, sus poesías son eOlltcmpollinf'as dc todos sus estudios universitarios. Estamos pn duda !i"obre ~icon esta adVf'rtl'ncia se nos ha querido prevr:nir l)(>n(~volillllellte á.:ia el allto,( por cOlIsidNllcion á In corta (~dad (ln que las escribiÓ; Ó si es qlln el modesto /3,nlo de Mariqllita ha qllp.l'ido roal:t.a Inrls 81.1 rncrito, ó si en ti n, se nos Ila querido advertir ( pura no sufrir chuscor) se desvanecian fln!C el buen sentido de la \ Est.a cslu cuestion qno.;hoi.preoc.upa las Asamblea, bÚscaron por sns manos su jentcs aquí, así como la intorveneion en pag'o, Sac1\ronse las annns de los arsenales los asuntos do ltalia..-Los Austríacos ~\!'Jgobierno .. Los c~cn mil hombro.s.que deslluesde varios triunfos arrojaron al cllt:el'l'uba~ les "Atoll('l's" nombraban jCfl~S U()i CiÍrlos Alberto de la otra parte de y se orguflIzaban Ul batuJlones.fol'maronsc las frol1tmas de SCl'lleña. La Ingl~\,tcrra y pl,~nes de ataq l1~l,y (Jllé hada tiumartine? .la Franci;.l han ofrecido Sil modiaci.on, pero .c.I(~Jllrobrar, dejar al'lnar 01 C0I111.mi8mO rc::;ta saber SI la Francia· en ~uso de no bajo (~I IlOmbl'e de H,epÚblica roja. E~talló flvcnimientn, interviene con las armas. pUl' !111 ~sa revoll~G.101', y yo vi por mis Si esto Último Bllcodo, ,que no lo creo, . propIos oJos, rOllllll'se en las calles los in- retardaría la p{LZ de Europa. surr~ctos, luvantt~r baITi<.:udas sin que hnblC~e lHHlalltol'l~lad qlle 10 impidicra. y {)VI llegar las prlmoros gllardias nncio- ·nalos qllo espontaneamente corrieran á restable<.:cr el órden i pobrcs hom lJl'(~s! En el ur<.:ode San Dionisio on dando Y'o IIlO OrH.'oIHl'i.lba, los aú(/,!caToíl desde. los 'lm!concs y ·burricadas, . iCu Apolo y .J' . I IlstlllJallO no' PUCt en 'c~tar viviondo ,juntos en el cuarto de un IYlismo c1)lejial. Do)'ecllO, lllOtil (i::liea, gramáti~a y ver::;os, no puede avenirse, y si' el que ha hecho tal ensayo Se , prestmta do~pues como poeta, es !,reciso ',cre~r que de SllS cstudios universiturios no dehe esperarse nada, bucno. ' ", be estas tl'l~S co~as eljlalllos inelinaclo::; \.iacilsi á crel~r la::; dos Úllirnns, Cree-jllllS ('¡liD el poeta ha querido hacor mas . ili'l!i'l'torios sus vorso~, por qllo eon esto airnll ras jÓi1fos "si de dÚ('o come /fl'aJW ¿ qué sÚá énándo m({'1'm'l/,o? Esto creemos quo cre'o,¡lfl'O nosotros nos atenemos (i lo tercÓro. Pero siempre ()s una ventaja la in-jClluidacl, aUlI(pw spa afeetada. El poeta nos dice que no!:!dará IlItl1:stra de cada jÍ}ncro,como los comerciantes dan de sus snrnzasaunquc ~c dC'stlílan á la primera Il\va'dal ; por qlle dice que no quiere qlle se lleven; ~hasco ... Efectiva- "m(Jnto,q\le~,o~:,~Ji01'quo elpOt;ta la hacreido Hlas racio'nál, mu~ filosófica y sencilla que Sillvá; , y esto' loereyó cuando estaha de estuui¡ill-te 110 mas por quo de entonces SO'11 ,'1t)li ver;:.os, Esta es la que defiende seglll'a-monte contra el mismo Salvá (Iue de-fe 11der,í su f)." cdiciOIl y 110 la úl~i rna. que ha dado. ' Las poclSías do f1ue ahora so nos ofrcce la Pllulicacioll como la primera, segura-mente ha n sido ya publicadas. pOI' el autor, pucsto quo nos dice ,. La odo-gra fía quo adopto en mis poesias lo lHi~';Jno que en todos mis escritos iné-ditos " &0 ••••• No son pllCS ineditas las IHwsias, so han puhlicado ya (~tra vm; por que ineditos :;011 los cl;critos do <¡uo no se ha echo edicioll, y aql!Í, so distingue entre lo!:!escritos ¡nodito:; ~cl autor y sus poot;ías, . N IIcstro poeta <¡,uo en su edad estudian-til las compu:,:o, esta\¡a tamhlOn ,lleno de amor en tf}dos SI,¿S s('uÚrlos, y c~)n este {"lln mui cPlllodos y se pueden ocultar mui .facil!r.entc. ;:,Los ·hai· mui gran-des áman(}ra ,de,' trancas; estos se usaf\ par:;l.liornp~r pU(}l'tas decidir las conti'3n~.as,::,~U?orosas, .y para casi . to~as la~ ~vel1t'uras noctun1a~;. IJ9s, hai en' fiIJ., c.omo los que .estjla don Manud .lJrquinaona, labrados, ..n.l1Ú bien torneados á manera dealfan-dQql[(~ melcocl~ado; esta clase es mas bien de lujo, sin embargo un a{{wi. docazo de estos no es H1lIi dulce. Es verdad que la civ/lizacion lo va desterrando un poco ácia. los bar nos retirados y que ya se mira como signo distintivo de la jente de mal tono; pero, gracias á Dios, no tene-mos necesidad de esas filigra~as p~rn; detenderno~ en todo' caso" dentro; y fuera. de caSa· con el garrote .. ¿ Qllé necesidad hai. de estudiar tanto, y quemál'se las cejas para defend.er con,' ra1.0nes 'su' derecho, cuando es·,;rrÚ.ii' espediti'Vo y convirtcente el garrote'? . Este amparo pues de nucstras"cúi·' tas, .nunca se podrá relegar al olvidó; , jamas correrá la misma suertef\e los suecos,. de l'~s lin~ernas. y dC,'los pañuelos 7'abogallo; nmgun cachri.qo renunciará á. su compañia mientnis' haya manchegos en. la tierra . .I)Ol~·' mí sé decir, que á garrotazos nací, á garrotazos me criaron y á garro-, tazos habré de morir: y que ahora.: que hai Planes BatIle, (traduccion, libre) planes de batalla, es mas fáciL volverme brujo que dejar el inmortal garrote. 1Ii. ••• ~ SOCIEDAD FlLARMÓNICA. CONcmRTo ])l~L :nrlImCOLES El 19,0 concierto do la sociedad .tuvo lugar el miércoles, con tQdo el aparato qtlO oxijia el argullwnto. A]a~ ocho en punto. rompió la orquesta armoniosa, compuesta, de mas de cuarenta mÚl5icosy aficionadQ&, y empezó ~l:~oqcier~9. ,, N()qller~mos int~ntar aqJ.tí describir .. . c.l.,hu,on efc~to de (as piezas de orquesta qne toJasJucron mui escojidas; bnstQ dcch\ que fuoron ejecutad~s c~m bastant~se~u. fldad y una I;llaest,na Singular, atendiclq lo .poca que hace que se ojcrcitun los !UÍl •... sicosj tampoco queremos entrar en Gali"!. ficqcionesmas ó ménos exactas del res." pectivo mhito artístico do los socios que' prestaron su talento en esta noche al mayor lucimiento del concicrto. Tanto en lo vocal como cn lo insh'umc~tal todos lo hiCieron á sati~C'lccion del públi~o .. . No. podemos, sm embargo, sin injusti-cm, dejar de hacer honrosa mencion de la señorita Luisa Urdanetn, quien se prestó gustosa á cantar un duo con el Sr. Price sin estar preparada. El duo salió perfectamente, y quedamos todos admira dos del talento. v condescendencia de esta- P1·o/csom .• El salon presentaba como siempre, por Este libro fue digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 6 EL CHAIU VAIU. "El Aviso" continua como siemprc; defendiendo el gobierno de Venezuela, el gobierno de el Ecuador J atacando el do su patria. Vivan los verdaderos i liucndcs ! ----....J BU adorno,' prof'lIsioli .del alnmbra.do, y disposicion, un local dIgno de la bl"llltll~,te sociedad, que casi siompre se reune. E.n el intermedio de la prim,~ra y segnnda parte tuvimos' un ratíto(to ..desah.ogd, ~:3~~ espacio como se sabe esta destHl~~lo pUla descansm' y. tener un r:1t.o aSTada~)lc:~on. versando con nuestraslll1das pmsanltas, sin embargo, cas~ ning'uno se acerca a ht\blarlcs, todos penn'lncccmos como una nube de moscas contra la prlred,. y no se ve en el hermoso jnr,lin 0larmónlco, mas quc uno que ?tro ,1Jwl'i¡JOson. r~voletean~lo aquÍ y alLí., ? (~Igunas t()}~LtIlf'Jas: '101.111,10 corlstantemente sobre la mIsma flor. Esto 110 es. justo, yen to:\os los plJe~t()S debe haber a:lterrmbilidacl en una H,ppublwa. 'DIARIO LIRICO BELLACO. (*) lJell{¿co. Señor Líl'ico tenga la bondad de oirInO cuatro palabms. L'Írico. Estoi disp'lcsto á oidas pues lo valiente 110 CJuita lo corto;',. Bellaco., ¿Oyó U. la misa el dia dI' la fiesta de San Francisco compuesta por el Sr. Queve •••• Lírico. La' oi v tambien las vísperas; y . son obm de don ·Plajio. Bellaco: i De don Plajio? Bien decla 'mi ahÚeblluc si la envitlia fnera tiña, que de tirlosos no hubiera't ¿Me entiende?' Lírico. Lo entiendo y para q \lO no lo atribuya a envidia sírvase decirleal Bello maestro, qne se ponga las antipar~'ns y rnjistre las vÍspcras en ('1 tr,rceto el tIa, y las dos sobrinas. Los T<::ir¡es y gloria en la ópera de la Urraca Ladrona; Lf\.~I~t'ca de LarriermOo1', el l3arbero de Sevd¡a y la Italiana en Arjd .. l3cllaco. y aunque así f'l1om no es llna buena composicion y de gran trabajo? Lírico. Si señal' como r:l que hace un sastro haciendo una colcha de r.)tazos de zarazas, percalas y fulas. " Bellaco. Mas tenga entendido que •••• Lírico Le interrumpo porque la~ pala- I bras qne le he dicho pasan de cuatro. e) EtiJJloZ? qué de Doíia Nnrcisn la de las heladuras ? Responda' (illien plloc1il. -Pax vohis!' S(~iíor Plnncs Battle! como dice e1'nt'tielllista de El Día, 'A U. no se le ha querido ,ofendel' en nada V es holwra sentirse sin motivo; que la paz sea con nosotros! Amen. _' JrOUCtíll. -~--"'' ~-'~-' '---'~-~------------ '~',L '3DL __~~,, __ i ':DELls,IIONJ!SDE SAN PL!CIDO." ' ' (condn'uacion'ilel "nílmero primero.) -' lfui,el de aqdí 'ánlcs 'que nos sorprendan', sólo en ÚlI éaheza caeria el castigo 'apesar do ',ser ¡nocon'te.," Y quién so atl:everia á' castigÚuna persona que proteje el sobe-rano?- Sois el Reí de J!;sImña y sin embargo no pu<::de todo vuestro podol' lavar hi lnári-cha del déshonor. Salid por Dios de aqiií. Os 16 suplico de rodillas •••• no osacorUeis, deqno Margarita éxi~to en este mllndo~ ~ ' dejadme, señor, dl'jadme.-Margarita!~ Sino salis inmediatamente grito y'osd~s-cubro; mañana se divulgará pOol' Madrid' que Don' Felipe IV el Rei de España y de las Indias, en vez de vela l' pó~ sus ~o~,~ minios, anda escalando los' con V'ontosy procurando" seducir á)ás'eSl)OSa~" del ; ~oñor.-, ' " Marg1¡'rita, al de~ir esto,,'sc,npal'tó del Rei f¡,eiia:úndolc la puertii coo'sUrna en .•' tercia. El Rei qlled6suspenso bajando' , los ojos siii dar I'csp'uesta :ninguna, y le. vantándose finalmente .lh:lllo' (te 'i'ndigna-citlll, Nadii, ,la dijo, mcha de ,hacer' varirir 'de j'es(ll u ei'o rí : yo'logi'úré, sacal'te de 'osta' 'casa.-' -Seiidi· !-Mal'gíÚita !-'-Ia I pasio~ qne me domina me liebe cie'go:y: vuelvo á repetirte que tarde 6 tenipmno ha de consumal' Sll ftdicidad.-I si yo os': sÚplicaso un solo favor 1-Cual es? pro-' g' mtó el Roi con ansiedad, y convil~tiet:l- do en alegria el fu;-or <¡ue lo dominaba .....::..... Solo os supIic0, dijo Mal'garita que pa@cis; trcs dias sin entrar en esta casa.-'-Y,él cÚal'to1-Podeis vcui r.-Y entónces me ¡ recibirri.s con m'as ,u,'?gría'!.-Os :Iojuro -< y lucgo7-'ya verms{sah~L , ., 'El Rei es,tuvo nn momonto sm qUItar 1 . ~ • '¡ti visla de Margarita, domostran,do su semblante el placel' que abrigaba su p~c~o ~ estel ea vó dlJ roe!ilIas en el rocl ina tOl'lO ' cnhri6u'do:'le el rostro con las manos,. luego que aquel estuvo fllora, de la ce.1da " Tres siglos se le figllraroll al Re} los, tres dias q\le cifrÚba Sll fdieidad; Il(~gada' (¡(le fllé, salió de palacio con el mismo compañero quo la prim~ra Bochc, yamu Este libro fue digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Et CI-IAluV AJ.U.· bos con mas r('~Ól1Jción.· En las pocas pQ.labras que hablaron darnnte el camino se conocía la alegria. que 103 dominaba, y en' el paso acelerado qué. Jlév,~I~~n, la certeza do un próximo tr: ú >:,fiJ. Cuando llegaron á la puerta pequeño. de la calle de la Madera, vieron ~Oll aqmiraciC?,nque se abrió al mOI11entopeir sí "misllla, síll que persona alguna les impidiese el paso. El Reí cntró el primero, y al il' á hacerk lo mismo Damian, la pl1crtii se cerró r~pclltinamelltc, dejálldole en la calle. Sin reparar aquel en este raro suceso, prosiguió su marcha por los claustros, cllusándole no pequellO asombro el vorlos. alumbrados con hujías qllo habia colo. c-adas de trecho en trecho: llegó á la celda de' Margarita, cuya puerta cstaba c.errada, y abriéndo~a con resolu.cion en-tró entusiasmado deseando arrojarse á IlUS pies: aturdido quedó y sin poder· apénas respirar al encontrarse solo en aquel cUl\rto.-Margarita!-gritó fuera de sí mirando á todos lados. -Venid y la vereil!l, respondió. una voz sepulcral 4esde el ciaustro: salió á él aterrorizado, y se halló en .medio de las relijiosas que formaban dos hiler~s, cada una llevaba un cirio encendido, los rostros descn-bJertos, y fijos los ojos en el suelo. Fuó mir&ndolas á todas una por una sin poder }Ú,lcerse cargo de sU situRcion: luego que a~abó de recorrerlas, lanzó un terrible g:ritQ;púsose en medio de ellas cruzando los brazos en el pecho, y dijo enfurecido brillando sus ojos encendidos por la.de- 8~sperncjon.---Y Margarita 7-Venid y );,1 vereis, volvió á repetir la misma voz que anteriormente. Las reli.liosas em-p, ezaron á marchar mui pausadamente c!1ntando un de prifundis, y el Rey las siguiÓ litemorizado, creyendo que era Ufl sueño futnl todo lo que estaba pasando. EQ esta conformidad entraron en el coro ({;UC estaba cubierto con paños negros, t~nieDflo en medio un peqt1~ño túmulo donde estaba Margarita pálida y cies~n-cnjadíl, rodeada sucaoozp. con una ~uir-nalda de uzahar, esparcidas varias flores sobre su hábito y alumbrada por cuatro baldones.-Ahí la teneis, le dijo al Rei la abadeza, agarránoole del brazo y lIcvándóle sin sentido hasta el féretro. Se acercó á ella ajitado y convulso, cla-vando sus ojos en el rostro que pocos momelltos úutca había creído cnconh'ur lleno de amor y de alegría; quiso acercar sus lábiol:lal cadáver, y no se lo permitió. un sentimiento ~e temor que moraba en. su pecho.-·Margarita •••• ! Señor, per-donadme si he causado su muerte.- Al decir esto; cayó de 'rodillas bañados' sus ojos en láArimas, al mismo tiempo que continuaba la comunidad entonando ei oficio de difuntos. l,os diferentes afectos que habian herido el ánimo del Rei en tun cortos instantes, lo causaron un desmayo quo ame<.lrantó en gran manera á las relijio-sas; pero como al parecer ya lo tenían previsto, se aprovei:haron de él para mandarle á palacio con mucho sijilo en úna silla que estaba p~evcnida á la' puerta. ' ... A la mañana siguiente se levantó el' Rei con el semblante cadavérico,. y. denotando una tristeza que le era im. posible vencer. El primer asunto qua, tuvo que despachar; fuó una solicitud. de las Monjas de San Plácido, en Ja. que le pedian que les costease un reloj para la torre. Al escuchar el nombre; de este conventoie vino á la memoria el recuerdo de la noche pósada, y act>r.- dándose de Mai'gária levantó los ojos al cielo, procurando que no sospechnso el ministro la opresion quc sentia su: pecho.-Mandad le dijó, quese ltaga ml. (relojcomo hasta ahora no se ¡ta visto nin-guno; decid que al dar la hora toquen llis: C{¿1npanas de una manera que parezca que doblan por la muerte de una nlijiosa. Mientras pasaba esta escejmen pala-cio, reinaba en el convento un(l alegria y un alborozo sin igualj torias las re-li. iioslls estaban nI rededor de Margarita: alabándola de la traza de que se habia, valido para librarse de lasllsechanzas. dol Rei. Fabricóse el reloj como habia man·. elado el soberano, quedundo hasta el di, do hoi en la misma conformidad. GARCIA DONCEL. lMl'llliNTÁ VI> JOf;Jj; A;';'J'ONlO CUAJ.l.Á. --- Este libro fue digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

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El Charivari Bogotano: periódico no mui serio, chistoso y amostazado - N. 3

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Neo-Granadino - N. 12

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Imagen de apoyo de  El Nacional - N. 21

El Nacional - N. 21

Por: | Fecha: 21/10/1848

'.l5ogorá ~áúabo 2,1 be octubre be ~ 848. Este pm'iódico sale todos los sáh(¿dos; se ven,de en la tienda del Seño?' .!1¡,an García, plc&za de Bolw(¿:,. 1Ltínlt~tte 2. ~(nnero 2~. \GVtT© lltILUW;S([JI. octubre. Se admiten remitirlos que tengan pnrnbjeto La llt1.lzdad pública en cualquie1' 'fama, con tal de qUR '110 ~ontengan personalidades y estén escritos con, dercllcw, deben dirijirse á los Editores libres de port(;, Los avisos y ot?'OS escritcs de interes peTsonal, se insertarán paga"ndo la cuota en que el interesado COtl,­' Venga con el impresor, que en todo caso se'tá moderarla, 21 Sab. 2:2 Dom, 23 Lun. 24 Ma?', 25 Miérc. 26 Juev. ta, Ur$ulct y las 11 ,000 ¡;í,jcnes. Sta .. Ma1'ia Salomé. ,,'[os, Se'rvando y Jerman mú?'lúes, S(,¿,~ RaJad Anal/jet. Sto'. Cabina, P1'oto y J(!Jtnm m.cl'rlires, San Eva1'isto rwpa ?1tfÍ1'tÍ'r - Lu,(ta 'nl/,fVa, ~uscnICION , á las 9 y 34' r/,; la ¡tOclte 1'11 ESf:olp~on. P or ~an-o ve'z~ te r"n"on les ',]J01' trimestre cinco ?'eales, 27 Yiér, 8tps, P 'rnto) Sc¿búw, y Cl'¿$¿,:ta 'lnrl:/·túes. Cada numero med1,O 'real, Historia de la Nueva Granada. La Gaceta mercantil, y algunos periódicos de esta ciudad han anunciad0 la publicacion de una obra titulada" Memor?as pam, la histona de la Nu~va Granada." Desearnos vi vamente ver este escrito, que segun las muestrag publicadas.será mui d,igno de ser leido. El E'stilo y el lenguaje del capllulo que un periódico de esta capital ha insertado no dejan qué desear . . Por esta muestra nos atrevemos á recomendar la obra á nuestros lectores; y luego que lleguen á uuestras manos procuraremos publi­car nuestro juicio sobre ella. No por9ue nos ~rea­mas jueces mui abonados para un escnto se~ e.lant2 , sino porque las observaciones á que esto da, lugar, I ofrece muchas veces á los autores ocas¡nn <.le desarrollar pensamientos importantes apéna~ i~djca~ I dos; y porque así se llama la atencion pubhca a cuestiones que le interesan. REMITIDO. REFLEXIONES sobre la influen~ia de la l\eligion en el 6rden y en la moral. ¿Por qué se teme el imperio de los principios relijiosos ? No es por otra razon sino porque ellos restrinjen una parte de la libertad en el hombre; pero e,:;ta parle de libertad es ,aquella ,con que pued~, danar á sus sem(>jantes y a la SOCIedad. La rellJlOn n0 restrinje otra. Pues bien. " .. , Los hombres que hacen la guerra a la reltjlOn, porque no quieren sacri~car esa parte de liberta.d en favor del órden, precisamente han de ser anti­sociales; porque, por el m~smo principio que ?~ian la relijion han de ser enemigos d~ las leY,es polltlcas y civiles puesto que, ~Ila~ ~ambl en restituye? una parte de la libertad IIldl 'fldual en beneficlO del órden social. , Si tales hombres marchan de frente con su sis­tema consee:uido que sea su primer obj eto, pasarán n~ce~ariameñte al segundo, f'S decir, á la destru_c­cían de las leyes civiles. Por eso no es estrano ver el empeño que se toma miéntras mas se ade­lanta en lo que quieren llamar filantropía, en !'.tenuar los sistemas penales. En una estadística jenera! europea, publicada en el año d: 36, se .. ?alla que en mui pocos años ha ascendIdo prOdIjlOSam.ente el número de crímenes, al paso que en el mismo tiempo ha bajado el d.e l~s reos pen~dos. ~or eso Jos del Gobierno provIsorIO en FranCIa abolIeron la pena de muerte por df'!itos políticos, Ellos bien sabian lo que hacian porque calculabu:llo.s :esultados, El que quiera hallar en otro ,pnncIplO d~l que hemos asignado, la causa del odIO que se tiene á la relijion católica, se engaña. Por ,mucho que se quierra discurrir y por mucho que qmera uno enga­ñarse, no es posible hallarlo en o 'ra parte, Por eso se observa que cuanto mas austera es la relijion tantos, mas enemigos tien~, y cuanto ~as lacr.a tantos menos, Yown ha dICho que SI la relijion cristiana no op~siera un f~erte fr e r~o á !as pasiones carnales, nadIe se habna empenado en combatirla, Los ateos que, entre los pueblos católicos finjen tener fé en Dios, hacen elojios del protestantismo y deprimen el catolicismo; pero es,~~ no es P?rque les guste aquel, sino porque la relIjlOn catolIca es mas austera, y ellos no pueden lanzar á los pueblos desde el catolicismo al ateismo: tienen que hacerlos primero indiferentes y. para e~to es pl:ec iso hacerlf's uar un primer paso a la dejeneraClOn, de~ protes­tantismo, el cual hace á los hombres mdlferentes en materia de relijion, como lo observó La Men­nais en otro tiempo, y estando en este estado la cosa es mas fácil. En la Nueva Granada tenemos ya un partido entero de hombres que se empeñan fuertemente en desquiciar el catolicismo. ¿Qué quieren con esto? ¿ promover la ilustracion? ¿ quitarle trabas? •..• No: porque la relijion católica no pone trabas á las c iencias ni á las artes sino á las pasiones. La relijion católica léjos de ser en ~ miga de las luces las estiende pOI' todas partes. Al catolicismo se debe la conservacion de las ciencias y las letl'as, que sin él habian naufragado en la d~sh echa tor­menta que del Norte se de gajó sobre la Europa con la irrupcion de los bárbaros, En los claustros relijiosos se conservaron esos preciosos de pósitos como las semillas que luego habian de jerminar por todo el mundo>; los relijiosos las cultivaron y las comunicaron á los demás yesos mismos bár­baros dejaron de serlo luego que tomaron sobre ellos ascendiente los primeros cristianos. ¿Se teme por el sistema liberal ? No: porque el católicismo no escluye sistema alguno en su polí­tica, para todos son adaptables y buenas sus nláxlmas y si se acerca mas á alguno es al de igualdad, ¿Qué es, pues, lo que e. os hombres temen, si no pueden temer por él progreso, en las ciencias, las artes y la política? ••• N aua tip.nen que temer, mas ellos no ceden de su empeño, y si se les estrecha con argumentos á que no pueden responder, dicen que no pueden sufrir esas esteriol'idades del culto, que ridiculizan y degradan á 108 que las practican: que para ser relijiosos no se necesita de nada de eso, y prescinden enteramente de la naturaleza humana sin hacer cuenta con lo que pueden en el espíritu del hombre los actos esteriores y el ejemplo mútuo, Estas esterioridades se necesitan para mantener y no dejar estillguir el espíritu reli­jioso, porque así es la humanidad y no puede ser de otro modo, y ese espíritu es el que hace nuenos efectos en el hombre; de manera que, los que por oponer algo contra el culto estema se empeñan en volver al hombre todo espiritual, qui eren que lo sea quitándole los recursos y privándolo de los me(lios que pueden mantener el espíritu . En las pel'sonas que han llegado á un grado superior en las vil'tudes cristianas, las prácticas e ~ teriores no son la causa de su espíritu, sino que por el contrario son fruto de] espiritu; mas en la .ieneralidad de las j entps y mUf>oo mas en las del pueblo es al contrario; el p.spíritu es fruto de las prácticas; y quitadas ellas, el espíritu se entibia y disipa POC(\ á poco; se pasa luego á la indiferencia, y como á medida que estos r esortes se van aflo.iando, las pasiones apremian con mas instancia, las jentes van contemporizando con ellos hasta que se someten enteramen te á su imperio y en este estado la inmoralidad se estiende y la causa de la impiedad, que entónces ya no es otl'a cosa que una rebelion á mano armada de los vicios contra la virtud; se proclama y hace progrt'sos. Allá es á donde se quiere llegar eliminando puco á poco el culto esterno que sostiene la piedad ~n los pueblos granadinos. ¿Pero no dan alguna otras razones de su odio contra los pl'~ncipios é institu­ciones cató1icas? ••• Sí; sin duda; pero todos ellos flaquean porque siempre se descubr inconsecuencia entre sus razones y su conducta. Por ejemplo; dicen que las órdenes relijiosas t-on antisociales porque muchos inuÍviduos que podl'ian ser padres de familia y dar sucesion para la sociedad, se anulan en los claustros, y que los fondos de que subsisten son otros tantos capitales estancados que no entran en circulacion, Es decir, en el circulo de los ajio tistas, porque en el círculo en que todus jÍl amos SI' circula.n. Por supuesto que aquí prescinden tambien de la necesid ad que hai de estas corp0l'aciones para el fomento del culto y la pi edad, En esto son con­sel'uentes; pero nosotros querriamo,~ que]o fuesen en todo para creerlos de buena fé. Querriamos que abrazasen el estado del matrimonio esos sol­terones, que tanto mteres toman por el aumento de la poblacion, cuando se toca sobre celibato clerical: querríamos que 109 que tanto interes tienen por el progre o y bienestar de las familia, se hiciesen padres de familia en vez de andar, como se vé tan COtllUlllueote á manera ele los zángn.nos,perlurlH.l.ndo la paz de las familias y deshol1rcindolas muchas veces; en fin, quel'rúl.mos qlll! se ala rma~ E'1I clln e sa.~ bandadas de mujer'es públicas que se inutiliuH1 p.ara la. socied~d é inutilizan a la juvpntud él qUI~n ~ll've n de ocaslOn para l'etra t'rla d(-'l matrimonio. Pt.:!fO no solo no se alarman con esto los que se alarman con vp.r profesar una monja,sino que hacpo parte en estos tráficos vel'~()nzoso:-: .... ¿ y r¡uien.>u que l;>s cream.o¡;¡? ••. Hai un hecho notable yes que; a proporclOn que avanza la irrelijion disminuye el número ele matrimonios; así como es con:-:tanle que cuando los hombres que viven mal se conviert n á Dios, se mpjoran. Es muí cOlllun vel', al acabarse unos ejel'cicios espirituales la uniol1 de un matri­monio desunido, ó la sepan\Cion de los qut' vivian mal; así corno las restituciones en materias de cad i(' ia, Faisenous ha observado que el homnre nunca dt'Ja la relijion . y pasa á la incredulidad para mejorar de costumbre.,;; ni el que sinceramente se coyinl á Dios es para hacerse mas malo. Pero se dirá: si los impíos no cr'een en la relijion claro es que su interes en combatida no lleva el fin que se ha ' indicado, porque para pIlos sus pre­ce~ tos no son un freno que les impida vivir conlO qUIeran; ~ara epas no son un yugo porque ya lo han sacudIdo . .N o es, pues, el interes de sus pasiones lo que los guia. . A esto contestamos primero: que (>1 hombre siempre necesit¡l. asociarse á sus semejantes en todos S?s negocios, pO,rque, no ha de vi'vil' aislado, y siempre busca compltces en sus pasiones y estos cómplices serán tanto mas ditícilE's de e~contrarse e~ una sociedad, cuanto mas arraigados y esten­dldos estén en ella los pr'inci pios <.le la moral cris­~ Iana; y mui frecuentemente su('pde que entre la~ j entes de esta clase, pOI' su misma modestia se , , enc~entran mayores atnctlvos para }Jl'ovo('ar las paSlonéS carnalps; pero estas jel.tes no se prestan el. las brutalf's cxijeucias de los hombres sin f~. El círculo de operaciont's de estos se halla tanto mas redueid.o cuanto mayor sea e l númel'o de las per­sonas pIado,sas que respetan los prect.'jJtos divinos, y por lo mIsmo esto hombres ~e ven obliO'1 sentido que les convi t'ne, En el s~g?ndo lugar: el hombre silJmpre quic:'e goza~ de crp.(üto y buena fama. iY de qué otro medio podr'a valerse el que no está dispuesto a vivir arre­I:? ladamente,sino de aquel que autoriza SU¡;I pasiones? El ,no .p uede identifical~ l?s princi pios con los que estan Jen~ralm~nte .reclbldos e~ I~ .sociedad; pues el remediO es H.lenhficar los pnnclplO~ de los otros con los suyos , Cuando la mayoría de la sociedad en que habita re - peta los .. principios de mural, tiene él que respe­tarlos ó finJu' que los respeta para no <.I~sae,.edilarse, y este es un eJta~o de tortUla,es un ·estaJo violento y dc este estauo solo ruedt: salir, hat:jendo qu¿ toJos los su recinto la mas distinguida y brillante reunion de la tierra. Allí, la frente coronada de vistosas plumas, el pecho estrellado de rubies y los brazos o'primidos con pulseras de ámbar, y braza· leles de diamantes pasan. Ellas como meteoros, arrastt:adas por briosos caballos, rodando como truenos, envueltos en las llamas de vengala, el lujo y la riqueza. Con el orgullo en los ojos, y la soberbia en la frente deslumbran, abrasan y eclipsan la multitud. Volando de delicia en delicia, como la mariposa de flor en flor, desde la tarde hasta la. mañana desojan la mustia rosa de los placer€'s, se surmejen en la miel de todos los goces, y muerden á boca llena la manzana bermeja ele todos los deleites terrenales, El tocador y el baile, la ópera y el concierto, el baño y el festin, la caza y 14s 'corridas de caballos: he aquí la ocupacion de su vida, y lo que parece ser el fin ultimo para que Dios formó á esas venturosas hijas de la fortuna. 1.as fntrigas del amor, ó las cábalas de la pOlítica, son tal vez el único episodio de ese no interr umpido drama de peripecias mundanales, cuyos re Ol'tt's son la con,cupíscencia de los ojos y la soberbia de la vida. y ¡Jara facilitarse todas esas falsas alegrias, para pagar la lista de todas esas locuras, para colmar en fin, ese, mar sin fondo de las €'stra vagancias)' capri­chos insaciables de unos pocos, las bajas rejiones, el puehlo. las clases menesterosas, dando vueltas sobre la rueda de su mala fortuna, viven todo el año e~~ l,os, fétidos y sofoc'antes vapores de la pobreza EL, ·NACIONAL. mas espantosa! Y las jentes del campo, los que cultivan la tierra, pará pagar su renta; buitre ham­briento que les roe las entrañas; se levantan ántes de amanecer, trabajan en las lluvias, caminan sobí'e . las espinas, duermen en las angustias y su vida no es sino un prolongado jemido, una larga serie de sufrimientos y privaciones! •• : . Quien ve el rio Támesis en la estacion florida, surcado contra todos vientos por centenares de naves que marchan al impulso de la vigorosa fuerza del vapor, y de proa á popa cargadas de numerosa concurrt'ncia, que alegre y festiva se dirije á los lugares de recreo, á las partidas de placer, y á las citas amorosas; quien &.rlÍra á Lóndres con ojo obser­vador en los meses de junio, julio y agos o, entu­siasmado y lleno de admiracion, no puede ménos de ir gritando en todas direcciones.-Qué riqueza y magnificencia de pueblo! Qué jigantesco rosal florido! Qué bajo relieve tan espléndido y tan risueñQ'! Mas quien observa e5a misma ciudad en los meses de noviembre, diciembre y enero, se le quebranta el corazon, un rio de lágrimas inunda el pecho, y palabras de maldicion brotan involuntaria­mente de lo:,; labios. Vergüenza! Desventura! es forzoso clamar al ver un egoismo tan cip.go, un amor propio esclusivo, un órden de cosas tan injusto, y todo ese aparato mezclado con un brillo tan falso y engañador! Desventura á esta perversa madre que todo lo concede á los unos y nada ofrece á los otros, que derrama lluvias de oro sobre algunas cabezas privilejiadas y deja podrirse en el hogar de la miseria al mas grande número negándole lo nece­sario! Halagüeños sobre manera son los puntos de vista que succesivamente va presentando el anverso de la jigantezca medalla; mas á la primera camelia que se marchita, á la primera hoja que se desprende del tallo de los frondosos álamos, todos esos ricos de la ti erra, astros brillantes y vagamundos se pre­paran para huir delante de la lóbrega y melancólica ~stacion... Cuando noviembre erizado de brumas, alza en el horizonte su calva cabeza, Lóndres re­pentinamente se cubre de un manto lugubre y toma una fisonomía helada y espantosa de mirarse! Al ~erminar las armonías de la naturaleza, detiene tambien su curso ese rio caudaloso de profusiones y de gastos, de profanacion y ele locura. A]a mas pequeña niebla, que, subiendo lijer,a del fondo del Oceano, ondula sobre San Pablo y rodea su viejo craneo de piedra como con un chal de vapores, todas esas hermosas aves abrÍendo sus alas parten, y van ti. desvanecerse en estrañas y remotas rejiones, como golondrinas, friolentas que abandonan la som­bria techumbre, para ir en busca de un ci elo mas dulce y d~ placeres enterarr,ente nuevos. Y ese deslumbrante fuego de artificio que se llama la "Estacion de Lóndres" se apaga, caen las ultimas chispas, y la linterna cuya llama ya no arde, queda sumirla en la mas profunda tiniebla. La opulent~ Albion, como j)laya de donde se ha retirado la marea, queda desierta, triste y melan-cólica. ¡ Es el reverso de la medalla! , ' Bajo el aliento de diciembre el clima es tan duro, como el corazon de los usureros. El Sol como enojado oculta sus rayos, las estrellas rehusan á la noche sus diamanticos brillos, y no cayendo del cielo sino c.ataratas de oscuridad, las nubes de me­lancolía que pesan sobre la tierra, abruman los corazones, y los vientos de tristeza soplan y arre­batan los espíritus. Una horrible semilla de lágri­mas y de sangre fluctua en l~ atmósfera y el gran pabellon del dolor ondea sobre la ciudad. Las calle­juelas lloran, las encrucijadas jimen repitipndo el eco, de los desgraciados, y el mortífero cancer de la miseria publica, dilatándose de dia en dia es­tiende la destruccion, acrecienta las penas, redobla los sufrimientos y no bastando á socorrer los pobres la crecida suma de los 25 millones de pesos destina­dos a este objeto por el Gobierno liritánico, les hospitales amontonan cadáveres sobre cadáveres, y los pálidos demonios del frio y del hambre huellan los pechos, torturan los miembros, muerden y des­pedazan con sus agudos dientes, multitud de indi­yiduos y de familias enteras. Los nobles y los ricos de la Nacion se van á buscar un asilo estran­jero donde hacer ostentacion de su monstruosa fortuna, engolfándose de nue"o en otro nuevo jénero de locuras, miéntras que tropas de seres humanos casi desnudos, los ojos estraviados, la frente trabajada. por la desesperacion, pasan como sombras de muerte, escuálidos y respirando con fatiga. Hijos desdichados de una madre pouerosa caminan descalzos sobre el espeso lodo, sin pan y sin asilo mil veces mas desgraciados que los lobos de los bosques. Encorvados bajo el peso de :sus infortunios muchas veces se quedan dormidos sobre las duras y desnudas piedras, manchando con su sangre los g uijarros de las calles donde habitan, hasta que sensibles al azote de la necesidad que los flajela se retiran á. sus guaridas, no para dar alguna tregu.~ á su dolor, sino para renegar de la hora que los VIO nacer, no para tomar un ,alimento sano y abundante que restaure sus fuerzas, sillo para mal­decir una sociedad tan brutalmente egoista que así los deja perecer. En cambio de esto hai en Lóndres sociedades cuyo instituto tiene por objeto la conservncion de las razas y el mejoramiento de los cuadrupedos. Cada año ofrece medallas indisti~tamente ~l carni- 3 7 cero ó al príncipe que presente el carnero mas ji~ante y el ,. ~uei ,mas bien nutrido; ,pe,ro. no tie~~ . mnguna s~cIedad que ofrezca la mas pequeña dis­tincion para 'el Señór' q'ue . manteuO'a en sus Estados el cuerpo d~ , paisanos mas r()busto~ ni para la aldea que presente el estado de hijiene mas completo. ¿ Qué importa pues, que las chozas y cabañas lloren y jiman, que estén escasas de alimentos y de ins­truccion crist~ana, que sean moj adas por el agua de las lluvias, espuestas á todos los vientos y diez­madas por las calenturas? ¿ Qué importa pues, q.ue la raza humana minada y destruida por el vi<;iQ y por el hambre, uejenere y descienda de dia en dia,la escala de la degl adacion moral y física? j Qué importa! , Los establos de las bestias están bien c~biertos, calientes y confortables, y los pesebres están siem­pre llenos. ¡ Mirad pues esos animales jigautez-' cos qué hermosos y bien alimentados, felices. JUB­tlOsos y tan pesados y llenos de manteca que ni marchar ni respirar pueden! ••• :Ellos pesan treinta libras mas que la esposicion anterior, os dice un, amante de los animales, con los ojos flamantes de adrniracion,-":"'sí, treinta ljbras n1 mas ni ménos­qué res ultado tan magnífico si el año ql1e viene llegan á c~arenta libras,! Seremos felices, la Ingla-, tel'ra quedará mui satisfecha, y la caUJ5a de la humanidad' habrá dado un gran paso, Tambien es necesario convenir en que los habitant e~ de la opu. lenta corte tienen el alma tan esquisitamente sen­sible, que el menor sufrimiento de un animal les afecta y entristece; así que no pueden escuchar sin pena los lamemos de un ~allo, y los gritos leja­nos de tIna gallina les causa convulsiones, Las sociedades para la protección de todos los animales han jerminado en la Gran Bretaña, como jerminan los granos de maiz arrojados sobre un terreno abo­nado con el hu ano de las Islas de Chincha. No se puede dar en Lóndres un bastonazo sobre la cabeza de un caballo - tirar á un borrico de la cola - pisar un gato - maltratar á un perro in que se vea uno espuesto á ser prendido, llevado delante de la .iusticia y puesto en un calabozo. Mas si un pobre diablo trabajando recibe un golpe sobre sus espaldas, si se le dislocan los hues?s, y en tal estado se presenta delante de alguna <;le esas com­p~ ñias para pedir algun socorro-¡ Hum! j hum! le responden los amigos y protectores de l'Os cua­drúpedos- j nosotros nada podemos hac~r por U, nada absolutamente! •••• Si U. fuese una ternera entónces seria diferente. Sin embargo, si U. tiene algun ternero con la pata rota 6 con la oreja cor­tada, - barbaridades imperdonables-nosotros sere­mos mui felices de procurar algun remedio á sus heridas. Tomaremos hecho y causa por el pobre animal, y nuestra indignacion y _ cólera perseguirá hasta las estremidades de la tierra al malyado que se haya hecho culpable de tan estupenda y criminal agresion. En las calles de Lóndres un buei caido á quien se instiga para que se levante, atrae la atencion y escita una simpatía jeneral. La circulacion se detiene, los transeuntes se amontonan, .lim en y se lamentan de la pobre cria­tura. i Ah! el pobre, el pobre animal t'sclam,an de todas partes-y si es nec('sario arrojan piedras y maldiciones sobre la cabeza del tirano qu~ lo mal­trata, Pero si en este mismo instante pasa arras­trándose una pobre mujer seguida de su numerosa y desvE:'nturada prole; en vano implorará algu,nos gra­nos de misericordia, de la piedad de los circunstan­tes, en vano les dirá con las lágrimas en los ojos y los sollozos en la garganta, que tambjen ella sufre profundanlente en su corazon y en su carne •••. ni uno solo volverá la cabeza, ni uno solo inclinará el oído para es~uchar la relacion de sus sufrimientos, porque desrues de todo, ¿ qué significa una mujer casi desnuda, que llora, y que tal vez ni ella ni ~us hijos han c0mido un pedazo de pan en muchos dias comparada con el dolor profundo que causa un pobre animal tendido allí sobre sus lomos con las patas al aire? i pobre animal! Preciso es cOl1\'(-'nir que en la capital de Inglaterra todo se hace por sistema, el órden y el desórden. Por sistema se paga la contribucion para los pobres, y por sistema se dá la preferencia á los brutos. Por sistema se abandona y deja morir en las calles á los unos, y por sistema tambien se pretende hacer á los otros de mejor condicion que las criaturas racionales, que han nacido y viven hajo la influencia de una fatal estrella. Lóndres posee tamhiE:'n socieuades bíblicas para la propagacion de la fé. Estas corporaciones que han tomado por divisa "caridad ulliver al" con­sagran su tiempo y sus capitales á la felicidad de todos los pueull1s, por supuesto, escepto el pueblo de 1no-laterra, Ellas sacrifican u vida y su fortuna al mejoram iento, la instrucioD_ y el biene tar de los hurones, índios y salvajes de todos los paises; pero se g uardarán mui bien de mejorar aunq e sea en lo mas mínimo la suerte dt>plora.ble de sus compa­triotas, A la vuelta ele una esqu ina, por ejemplo, os detiene un peloton de .lente, - ¿ Qué es eso? preguntais. -U n hombre t endido que se está muriendo. -Ya entendienoo-¿ ue algun ataque de apoplejía? -No, de hambre. -j De hambre! vaya U. se burla-~n ct>l,a Ciuua,d Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. de las sociedades bíblicas y evanjélicas, un hombre muriendose de hambre-es imposible. -Si U. no 10 quiere creer véalo con sus propios ojos. Un esqueleto escuálido y amarillo, las mejillas de mármol y con manchas negras, se levanta sobre sus rodillas, se desgarra el pecho con la tos convulsiva .... está ya en las angustias y agonías de . la muerte. Mas felizmente nos encontramos cerca de una de las oficinas de las sociedades bíblicas y evanjélicas- -Tilin-Tilin. -¿ Quién está ahi? -Un hombre que se muere de hambre. -¿ Es un hotentote-un cafre-un iroq ues? --':"N o, es un blanco, un hermano-es un ingles. -¿ N o es por acaso un idólatra, un adorador de Zoroastro, un habitante de las montañas de la luna que desea convertirse? -No mil veces: es un cristiano como U, abra esa puerta si gusta. -Lo siento con toda mi alma: responde la socie­dad bíblica, pero nuestros reglamentos son formales, nosotros no podemos hacer nada por ~l. Si creyese en Confucio, ó llevase una sortija en la nariz, en­tónces seria diferete. Todas estas sociedades tienen sus ajentes y misioneros que noche y dia llenos de un valor -incomparable en las lluvias y los ardores del sol, en las calmas y las tempestades recorren las villas y las ciudades, las islas y los Océanos. Ellos consuelan todos los infortunios, dulcifican todos 10-s sufrimientos, con tal que el desgraciado á quien se maltrata ó se hiere, se oprima ó se tira­nice sea un bruto de cuatro patas, y que aquellos que se lamentan habiten las orillas elel Ganges ó los desiertos del Canadá. i Oh locura de las cosas del mundo! j Oh insen­satez y vanidad de las instituciones de la tierra! Allí, á sus mismos pies, delante de sus ojos enferman y mueren millares de seres humanos. Bandadas de hombres azotaersona que quiera negociarlas en esta imprel!ta le darán razon del dueño. riLIOIAS DEL DOCTOR BRANDRETll. S E acaba de recibir un nuevo surtido en la úni~a ajencia que hai en esta capital, esquina ele San Juan de Dios y la calle del comercio.-J. A. Bennet IMPORTANTE NOTICIA. H ABIENDO visto varios avisos fijados en las puertas de los templos de esta capital, convocando á las personas acreedoras á las limosnas que dej6 el Sr. Manuel Lugo, se pone en conocimiento de los interesados, que por cartas particulal'es .se sabe, que el Sr. JosP. María Villate su albacea, salió en la semana pasada para esta, y que llegará fijamente el sábado.--Bogotá, 4 de Octubre de 1848. --_ •. _--- DE VENTA UNA casa alta con una tienda accesoria en la La calle del comercio. La persona que quiera comprarla puede ocurrir á ~sta imprenta y se le dará razon del dueño. Se deja á reconocer una parte. NUEVA SASTRERIA. Antonio María Gardeazábal) profesor de Sastrería, tiene el honor de anunciar al públi­co : que habiendo terminado su compañía con el señor Volz, ha puesto un nuevo estableci­miento en el almacen de los señores Silvas, 2a calle del Comercio. . Allí se encuentra un magnífico surtido de las mejores telas que hoi estao en moda. Los que quieran -vestirse con finura y ele­gancia, pueden dirijirse a dicho almacen ; serán servidos con esmero y puntualidad, á precios moderados. IMPORTANTE. JOAQUIN CALVO bachiller en ciencias de ]a facultad de estas en Paris, y doctor en medicina de esta facult?d central de Bogotá, y de medicina y cirujía de la de estas ciencias de París, permanecerá poco tiempo en esta ciudad y durante su perma­nencia en ella, prestará ¡;:us servicios al público y a la humanidael recetando á los que quieran consul­tarlo, jl los precios siguientes: De las doce del dia a las tres de la tarde, en su casa, que es frente á la Rectoral del Colejio de Santo Tomas. Á las personas de regular fortuna á seis reales por, cada receta, A las de ménos forbma á tres reales. Á los pobres de solemnidad, gratis, hasta donde alcance el tielllpo fijado. Á 10l:: que en lugar de una receta quieran que les dé un método curativo le pagarán el duplo. Las visitas á que como médico sea llamado den­tro de la ciudad, siendo de dia, le pagarán las de regular fortuna, á diez reales, las de menor, á cinco reales, y de las se is á las doce de la noche el duplo, y de esta hora á las cinco de la mañana el cua­druplo. Cuando los enfermos necesiten operaciones qui­rúrjicas, arreglará los precios segun las circunstan­cias de los pacientes y el tiempo que gaste en efc0tuarlas. lJNA SUSCRICION. Se ha abi erto una suscricion voluntaria en esta provincia para socorrer á Jos desgraciados que hall quedado en el último estremo de miseria, á con­secuencia ele los incendios verificados en el último mes de élgO to en Ambalema. Los Sres. tesoreros cantona les están encargados de la l'ecaudacion; y se escita la filantropía y caridad de todas las pt'r­son as que se duelan del mal de nuestros hermano', para que contribuyan. hIPo DE J. A. CU.ALLA.-1848. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

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El Nacional - N. 21

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El Charivari Bogotano: periódico no mui serio, chistoso y amostazado - N. 4

Por: | Fecha: 22/10/1848

EL CHARIVAII· BOGOTANO. Vale 1. real'~ :Bogotá, Dom.ingo 2.2do ()ciubrode1848, al Gontado • .5 1:.-------.-------- --.--.-.-..---.-- '~ C1NDlDlTUR;\ POPULAU para la presidolllcia de la Republi.ca en el próJdmo período constitucional 1m1.a mIU(fl~~1im:~Xr~ «::JmAi>AXDJi'\\Á'@'!ill DOCTOR VICENTE tOMBARA. LA COSTUMBRE. -. ! ' ','Díeeso do la costumbro qne es una seg.tln~a lÍatt:l,raleí~a, y on efecto,no hai riia en que no nos desengañemos de que el hábito' Hnga a~cl; pÚa nosotros una ver-dadcd .n.ecmÚ~~d;' pues flibien es cierto " .. , ' que no sICmprenos plOgamos con gnsto a lo qne exijo la costumbre, ello es que esa segunda' natÚraleza nos ~ubyuga hasta el punto de ser vana toda resistoncia. El poder de la costumbre es tal, quo hai hombres' que t9(10' lo hácen movidos por ella, cuándó' si'sQlo atendieran tí. su incli-nacion 'n'atural, obrariaÍ1 de un modo di-verso., Yo C(;1l10~Cuqn quidam que todos los. dias preci~arnente á las qnco y media toma chocolp.teéon tostadas. , , .. .' "M ui aficio nadó es U. á este aTimen to" lo' elije 'un dia·. ' "No lo croa D." me contestó: "no hai cosa que ménos me' guste •••• pero la coso tumbro •••• " j Cuuntos haiparccidos ú. este quiJam! los cuales se ven' obligados ú hac;cr cons-tantemente cosas que les repugnan, frc-euentando sociedades donde no sedi vierten tratando jentes á quienes no pueden tragar, siendo consecuentes con una querida que aCLlSO los detesta, parándose todas las no-ches en las esquinas ó en la puerta do alguna botica; y todo osto por esu mnlditfl costumbre ti que están habituados, ni mns ni r-nénos que lo esta nuestro amigo á tomar por ¿'une/¿ su chocolatico. , La costumbre es, y no otra cosa ltí; que obliga á misia Z. á estar continuamente quejándose d~ su salud, siendo así qlH),ní una. sola vez está enferma, ni tiene juqueca ni tos, ni cosa que lo valga, ni doja por eso de descuerar al prójimo con sus'umj~ gos. PrcgÚntele U. Sin embargo que tal está de salud, y le responderá meneando la cabeza y con un tono afectado; "así señor, así, aSÍ•••• con esta peste que ya. me linne Jundicla-/' . tY qué (tiremos de don fulano E. ea;. mOl'ciante riqu ísimo quo haco sus cuarent~ ailos que se mata por ganar un roal? U U. creel'¡'tn por supuesto que hace otros Cl1a~ renta alías no so harta de dar graciasá la fortuna por su constancia en Iavorecerle, confesándose reconocido á la providencia que ha coronado sus empresas con tanta felicidad. Pues nada do eso; Sll eterna cancion es lamentarse de la desgracia inherente á estos pícaros tiempos, y de la parnli;¡;ucion' del comercio y de toda c1use de 11¡'~g-ocio,s".Esto está perdido!" he aquí' su estribillo completo. }>obredon J ..•. ! pero no hai que nsustarsej es quejan por costumbre, i basta con esto. La señorita Cháchara es Ul1rt exolente jóven que charla por 108 codos; y bien que no sOli[i ella misma lo que se dice, (h cid e sin embargo de todo, con la mayor sercnidad. Desde su niñés los jóvenes se acostumbraron á ponderada y á de:cirla que tenia mucho talento; nada ha hecho despucs para merecer semejante cali[¡ca-cjon, poro todos continÚan diciéndola 10 mismo) y lo hucon así por coslmnbro. Este libro fue digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 2 EL CHARIV AIU. Dolores y Jervacio son dos conyugues apreciabiií;)jmos que pasan el día en ul,1a pelotera ~ontinua. Cuando, ;<:(1,m~~Wo (juiere salir, la mujer qniero,est#rpn,cl\sa; cuando ella manifiesta deceosdc ira W,lseÚr él se escusa con la m,ala t,urde qU,e }}acej cuando d uno dice que llueve, el oh:o se ~mpeíia en que el tiempo es lindÍ:sÍmo. ¿Acaricia Jervacio á su hija? Dolorcs le 'regaña ¿ Abraza la ).Ua.m'á' á su cara y adorada hija? Basta con esto para que la refunfuñe papá. Las cosas mas futiles son un motivo de diveljencia para los uns bienaventurados consortes y entretanto, la esposa se siente fastidiada cuando no tiene Si marido aliado, y el marido no sabe I'imera y mi cuarta. Son liara el buen orador :Mi segunda con mi cuarta Do necesidad forz6sa Si decea alcanzarfumn. Sirve de susto Ú los niños La primer:l y la s~gnqda, y pertenece su ol'íjcn! .. ' , A una cibnciarnuiprofu nda. Teatro de antigucdades Forman tercera y primera. Cuya gloria duradera . Scrácn t

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Breve historia de este puto mundo

Por: Daniel Samper Pizano | Fecha: 2021

La historia del mundo en palabras de Daniel Samper Pizano. Nadie se había atrevido a plasmar la historia de este puto mundo con el célebre y corrosivo humor de Daniel Samper Pizano, que hace reír pero deja un eco de inquietud. Ahora está aquí: desde el Big Bang hasta un ominoso anticipo de lo que nos espera. ¿Dónde empieza el chiste y dónde termina la realidad? Ni él mismo lo sabe. Estos son algunos de los apuntes de este tratado universal: "Todo empezó con una sola célula hace 5.000 millones de años, y miren cómo estamos" "Los lugares que hoy atacan los drones de Estados Unidos ya los había atacado a caballo Alejandro Magno". "Desde Da Vinci, al hombre que ejerce varios oficios se lo llama renacentista o padre de familia de clase media". "Lo que liquidó la Revolución francesa fue la manía de bautizar los meses con nombres raros que nadie pudo aprender". "Darwin sostuvo que los hombres descienden de los monos, y sin embargo los monos no protestaron". "En 1975 pasaron a mejor vida el dictador Franco y España". "Cuando se agote la energía del sol brotará en el espacio un espectáculo maravilloso, pero no quedará nadie para disfrutarlo".
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