Por:
Lesly Julia Ortiz Ibañez
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Fecha:
2019
El proceso investigativo “Narrando el tejido intercultural del territorio Muisca de Bosa”, es un tejido de inquietudes, reflexiones y sentidos de aprendizaje, sobre origen, madre tierra y territorio, el cual fue hecho con la comunidad educativa que acompañé desde primero a quinto grado de la básica primaria desde el año 2014 hasta el 2018. Durante ese tiempo nos cuestionamos cómo hemos logrado afianzar las memorias culturales e identitarias en el contexto escolar de la Institución Educativa Distrital San Bernardino, a partir de narrativas familiares que comparte la comunidad educativa del curso 501 con el tejido intercultural del territorio muisca de Bosa. Este proceso se tejió a partir de las perspectivas decoloniales, la educación intercultural, la narración de memorias, el fortalecimiento de la identidad y el reconocimiento del territorio en común-unidad. Se hizo a través de la investigación cualitativa, la acción reflexión en el aula, la observación, historias de vida, círculos de palabra, pedagogías Muiskanoba, saberes familiares y la sistematización de propuestas pedagógicas. En este recorrido encontramos una escuela donde confluyen cualidades territoriales ancestrales auténticas y diversas, sabia vital de aprendizaje, donde la comunidad, tejió su propia historia y memoria, forjando identidad y un potencial significativo de transformación, en pro de sus necesidades, intereses, habilidades, valores culturales y formación integral. Una escuela que reconoce en el “otro” oportunidades para, en comunidad, forjar mejores expectativas en su calidad de vida. Aunque este proceso no siempre fue tan fácil, por ser diferente y alternativo al instaurado desde la colonia, en el mismo conflicto, encontramos las posibilidades de tejer común – unidad desde las diferencias. La institución educativa recobró su importancia como epicentro de encuentro para escucharse, pensarse, aprenderse, enseñarse, construirse, tejer palabra, familia, común – unidad y territorio con identidad, armonía con la madre tierra y empoderamiento cultural. Una escuela viva que reconoce su comunidad, su territorio y le permite comprenderse desde sus aprendizajes conjuntos, particulares y propios.