Por:
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Fecha:
14/04/1900
AROlV Bogotá, Abril 14 de 1900 NUM. 147
--~·~--
OllGANO DEL 1\HNJSTERlO DE GUERRA Y DEL EJERCITO
UIRECTOR AD-HONOREM, FRANCISCO J. VERGARA y V.
Genr:n·al, Miembro del~ Sociedad Colombiana de Ingenieros
Son colaboradores natos de este periódico todos los J'efes y
Oficiales del EJército de la República
O 'I ;rAL
D:ElO? .. ETO N'O'~!:zl? .. O .. D:sl 1900
(28 DE MARZO)
por el cual se fija el per:on·d y asignacione y demá gil tos de la Flotilla Jcl Alto
· !\lagd:dena
El Presidente de la República
DECRETA
Art. 1." La Comandantia de la Flotilla del Alto Magdalena
tendrá el siguiente personal, con las asignaciones que á continuación
se expresan:
Un (:reneral Jefe, con quinientos pesos mensuales.
Un primer Ayudante general, con trescientos pesos mensuales.
Un segundo Ayudante general, con doscientos cuarenta
peso:.
Cuatro Capitanes Ayudantes, con ("ien pesos cada uno.
Dos Tenientes adjuntos, con ochenta y siete ptsos cincut!nta
centavos cada uno.
Ocho Sargentos primeros cornetas y tambores y cuatro Sargentos
primeros ordenanzas, con treinta y siete pesos cincuenta
centavos cada uno.
Art. 2. 0 El personal de cada uno de los buques de la Flotilla
será el siguiente:
Un primer Comandante, con trescientos pesos mensuales.
Un segundo Comandante, con ciento sesenta peso.;.
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434 BOLETÍN MlLIT A.R
Un Capitán náutico, con trescientos pesos.
Un Oficial Ejecutivo (Contador), con doscientos cincuenta
pesos.
Un primer ingeniero, con doscientos cuarenta pesos.
Un segundo ingeniero, con ciento veinte pesos.
Dos aceitero, con cincuenta peso cada uno.
Un primer práctico, con doscientos cincuenta pesos.
Un segundo práctico, con ciento ochenta pesos.
Un timonel, con noventa pesos.
Un primer carpintero, ... ·on noventa pesos.
Un segundo carpintero, con cuarenta y cinco pesos.
Un celador, con cuarenta pesos.
Cuatro candeleros, á treinta y cinco pesos cada uno.
Un primer contramaestre, con ochenta pesos.
Un segundo contramaestre, con cincuenta peso~.
Doce marinero , á treinta pesos cada uno.
Un despensero, con e enta pesos.
Un panadero, con treinta y cinco pesos.
Un primer cocinero, con uarenta y cinco pesos.
Un segundo cocinero, con treinta pesos, y
Seis sirvientes, á diez pe os cada uno.
Art. 3.0 La guarnición de cada buque la compondrán:
Un Capitán, dos ·renientes, do ubtenientes, dos Sargentos
primeros, dos Sargentos segundo , dos Cabo primero., dos Cabos
segundos y veinte oldados con la mi mas asignaciones de que
goza la gnarnición de Girardot.
Art. 4.° Cada buque podrá di ~ poner mensualmente hasta de
mil ochociento pe os para combustible, hasta de do::; mil para alimentación
del personal permanente, y hasta de ochocientos iesenta
y ocho pe os para gastos imprevi tos en reposición de materiales
y alimentación de Oficiales de trán ito.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Tena, Cundinamarca, á 28 de Marzo de 1900.
MA ·uEL A. SANCLENIENTE
El Ministro de Guerra, JOSE SANTOS
ORDEN GENERAL DEL EJERCITO PARA HOY MIERCOLES 4 DE
ABRIL DE 1900
Servicio:
Art. 13 I 4· El Ministerio de Guerra, en oficio número 97 5
de 3 del presente, dice á la Comandancia en Jefe lo siguiente:
"Por informes recibidos en este Despacho, sábese que hay ó
parece haber una contradicción entre disposiciones de servicio
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BOLETÍN MILITAR 43
prescritas por la Orden general de 19 de Noviembre de 1887, y
la doctrina contenida en el Manual Militar, aprobado por decreto
efectivo, lo que ha ocasionado algunas dificultades e·n la práctica."
Estudiando el asunto, fácilmente se comprende que lo que
hay en el Manual Militar es, por una parte, un aditamento á la
citada orden, el que no puede cumplirse sino cuando el Estado Mayor
distribuya "Señal de campo," y por otra, una oscuridad de redacción
que es la que importa aclarar.
Sobre el Manual y la orden citada está la doctrina del Código
Militar, por cuanto es la Ley y ésta previene que la Ronda mayor
dé al Comandante de guardia ó puesto, por conducto del Sargento
ó quien haga sus vece , el "Santo y la Contraseña," y como
es natural que la verdadera llave de un campamento no llegue á
conocimiento de los individuos de tropa, y el Código nada dice de
la "Seña," e evidente que é ta puede y debe reservarse, y moralmentt
hablando venir á ser el "Santo" en la verdadera acepción
que á esta palabra se da en lo5 ejércitos extranjeros, lo cual justifica
la doctrina de la citada orden general, la cual fue además
aprobada por es t e l\1ini sterio.
En tal virtud, en el recibo de la Rondas en las guardias y
puestos militares, es entendido que aquellas rinden al Sargento el
"Santo" y la" Contraseña," y directa y personalmente al Oficial
de guardia la "Seña" del día. No hay inconveniente en que el
Comandante de la guardia dé la "Señal de campo" á la Ronda
que llegó al pue to, pero debe advertirse que como seguridad esta
precaución nada significa, ya que la "SeJízl de campo" es de muchos
conocida, y la ~uardia ó destacamento no puede ponerse á
órdene-. de Jefe alguno que de antemano no tenga á ello derecho,
y éste por tanto tiene<) que ser personalmente conocido por el Oficial
del puesto, si se repartió parada, ó conocido de nombre á lo
meno , toda vez que é. te debe figurar en la re~pcctiva Orden general
sobre servicio.
Y como no es prudente confiar al criterio de los individuos
de tropa cierta clase de apreciaciones, y no conviene poner sobre
aviso á quien intentara con fines indebido~ pasar por Ronda mayor,
á lo menos en tiempo de guerra, mientras dure turbado el orden
público, dispone este Despacho que el resguardo que recibe á la Ronda
no terciará armas sino hasta tanto que el Oficial, satisfecho con
el parte del Sargento, comunique á éste la orden de que la Ronda
puede avanzar; conviene tener presente que en horas avanzadas
de la noche, cuando la tropa es aquejada por el sueño, hay verdadero
peligro en que el resguardo tercie armas en presencia de un
enemigo atrevirlo y audaz.
Estas aclaraciones se publicarán en la Orden generalísima
para su cumplimiento por parte de los militares que entran de
facción.
Dios os guarde.
JOSE SANTOS
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436 BOLETlN MILITAR
:o:mor>";alrz'O NUMERO 121 D li 1 QOO
(10 DE MARZO)
por el cual e honra la memoria del Capitán del vapor Guaeral Tobar, Sr. D. Orencio
Hcnnes~>y
El Jefe Civil y Militar del Tolima
CONSIDERANDO:
Que el día 14 de Febrero último murió á bordo del vapor
Ge11eral Tobar el Capitán Orencio Hennessy como Capitán de
dicho vapor, en tl combate que se libró para rescatar el vapor 17enez.
uela, el cual había caído en poder de los revolucionarios por
medio de la traición y el asesinato;
Que en el expresado combate el Capitán Orencio Hennessy
dio muestra de valor y lealtad que deben cr imitados;
Que el Capitán HPnnes y, á pesar de que sus opiniones políticas
eran contrarias á las in tituciones que informan el Gobierno,
prefirió cumplir el juram~nto prestado ante· que traicionar á costa
de su propia honra;
Que el hecho de morir á bordo cumpliendo su deber, fue la
más elocuente protesta contra la traición y el asesinato cometido
por sus copartidarios en los Jefes y Oficiale::; del vapor 17enez.uela,
DECRETA
Art. 1.0 El Gobierno del Tolima honra la memoria del distinguido
Capitán del vapor General Tobar, Sr. D. Orencio Hennes
y, y deplora su fallecimiento como un acontecimiento funesto
para el Tolima.
Art. 2. 0 La señora viuda del citado Capitán tendrá derecho
á percibir en la Te~orería del Departamento el sueldo que durante
el estado de si ti o hubiera correspondido á aquél.
Art. 3.o Copia de este Decreto ¡e pa¡ará á la familia del
finado.
Comuníquese y publíquese.
Dado en !bagué, á ro de Marzo de 1900.
FEDERICO TOBAR
El Secretario de Gobierno, José M Tobar.
• •
HONO:Ei..ES MILI~AP.ES
República de Colombia- Telégrafos Nacionales-Soatá, 30 de Marzo
de 1900
Sres. Ministro de Gnerra, y Jefe Civil y Militar de Boyacá y Medellín.
Tengo el honor de transcribir á continuación, para la censura
del Sr. Ministro de Guerr.1, y para que el Sr. Jefe Civil y Militar
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4.e Ap ioguia se sirva, á mi nombre, transmitirlo á las faroili.as del
Cor.onel jesús M. Arango, Sargento Mayor Federico Laverde y
Capitán Gregorio Betancur, ·el siguiente Decreto que- dicté
ayer:
''DECRETO UMERO 94
por el o 1 ae mandan ejecutar lo honores y medida de ju ticia á que ti6nen derecho
loa miembros del BalaU6n Salami1uJ, individu 1 y colectivamente, por su conducta
en el combate de Oapitaujo
" ·El General, Comandante tn Jefe del Ejército de Antioquia,
haciendo uso de las facJJltades que le ha conferiao el Supremo
Gobierno, y
CO SIDBR.ANDO
"I.oQue en la acción de armas que tuvo Jugar en Capitaneja,
el día 17. de los corrientes, rindieron la vida luchando con valor
heroico, digno de la cau que defendemo y del bierno 41ue la
repres nta, lo res. enient Coronel le ú M. Arar go, 2.• J fe;
Capitá Federico Laverde, yudante Mayor, y el Teniente Gregario
Betancur, todo del Bata/Ión Salamina;
"2.. 0 Que e deber de ju ticia honrar la memoria de los abnegad
que así sellan con u sangr on jda y aun con el
infortu io que legan á sus hogares, ante felice , la urna de sus
convicciones políticas,
DBCR..ITA
" rt. 1.0 Hónrase la memoria de los Sres. Teniente Coronel
J ús M. Aran o, Capitán Federico Laverde y Teniente
Gregorio Betancur, y se la recomienda á la gratitud del jército,
como ejemplares digno de ser imitados; y dedárase acción
distinguida de valor la ejecutada por el Batallón Sa/amin11, que,
. compuesto de 140 plaza , y habiendo mJJerto su Jefe á la primera
hora de combate, resistió por cuatro horas más á un enemigo en
ndmero casi diez veces uperior, hasta retirarse á mejores posiciones,
mientras IJegaban pertrechos, puesto que habían quemado el
último cartucho.
" rt. 2.° Conftérese á Jos Sres. Teniente Coronel Aran~o,
Capitán Laverde y 1 eniente Betancur, héroes de Capiunejo,
los ascensos de Coronel al primero, Sargento Mayor al segundo y
Capitán al tercero.
" rt. 3 ° Confiérese asimismo ascenso al empleo inmediatamente
uperior al que hoy desempeñan, á todos y á cada uno de
lo Oficiale Jel mi mo Batallón que asistieron al combate de
Ca pi t· nejo.
" rt. ·4. 0 Declarase que la familias de los Sres. Teniente
Coronel rango, Capitán Laverde y eniente Betancur tienen
derecho al sueldo de que é tos debí n gozar, de acuerdo con lo
decretado aquí y a puesto en práctica por el upremo Gobierno.
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438 BOLETÍN MILIT .A.R
'' Art. 5.° Concédese á los Oficiales é individuos de tropa
del Batallón Salamina, y que toma(on parte en el combate de Capi
tanejo, ci('n pesos á cada uno de los primeros, y diez sos á
cada uno de los segundo ~ , como ob · eq uio que con grande sa-i facción
les haré, en nombre del Supremo Gobierno, para que puedan
reponer los avío> y enseres de uso personal perdido en el combate.
"Art. 6.o El Ejército de Antioquia llevará luto p r tres
días, y por nueve el Batallón Salamina.
"Sendas copias de este Decreto serán enviadas á los Sr · .M tnistro
de Guerra y Jefe Civil y Militar de Antioquia para la censura
de;] primero y conocimiento del segundo, y á las familias de
los militares cuyas memorias h nra.
"Dado en Soatá, á 29 de Mar z.o de I 900.
"El General, R. LE MES
"El Coronel, Ayudante general, cESAR CAMPO"
De S. S. respetuoso servidor, . LE" MES
."\?wOHIVO N.A.OION-"\ L
.DOOUMEN'l'OS lNÉDl'l'OS
Campaña de 1819-1820 en el Cauca
(Continuación)
En el tercero acompaña el oficio que con fecha 17 de A ril del
corriente remite el Sr. Leandro Salas al Comandante de la fragata LoJ
AnJn y de la costa, ciudadano Juan Illingrot, y la proclama d! éste 6
manifiesto, á consecuencia de los sucesos que han ocurrido en Is:uandé,
y decreto inserto en ella que comprende tres artículos sobre que las
provincias de Iscuandé y Micav, con la jurisdicción de Tumac y Provincia
de Esmeraldas, quedan bJjo la protección del Gobierno d_ Chile,
por cuyas armas se hallan libres .
Que todas las autoridades civiles y militar~s recibirán sus nstrucciones
de ]a Comandancia.
Que estos dos artículos tengan fuerza hasta tanto se restab'ezca el
Gobierno patriótico en Popay~in, ó vaya la fuerza suficiente para la defensa
de dic..has provincias ó que determine el a unto el Superior Gobierno
de ]a República de Colombia, con ac uerJo del de hile
Que se 1~ presten todos lo au;ilios por las autoridades d ambas
6rdenes al Sr. Coronel José 1\tlaría Cancino, Gobernador Jcl Chocó,
que pasa tr0pas al cuartel de instrucción.
Que siendo aquellos puebl0s parte integrante de la prov ncia cie
mi mando, y él como Comandante de artillería del Dcpartaocnto, y
ambo. por las ventaja que resultan á la causa de la libertad.
Por haberse entablado ya por aquella vía la comunicac ón con
Chile y Buenos Aires, demanda todo allí ]a permanencia de .. n hom-
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BOLETÍN .MILITAR 439
bre capaz de gobernar esos pueblos, y que me digne nombrar uno que
aea de toda mi confianza, que ocupe tan importante destino:
En el cuarto dice que á mas de los inf0rmes que tendré de la conducta
de Ledesma, que ha sido prisionero y de cuyos hechos se <.¡ueja
este pueblo y el valle entero, los cuales lo han hecho digno de obtener
entre loa traidores el empleo de Alférez, hace presente: que en la República
pasada, al ocupar Sámano esta provincia, se vio en la precisa
necesidad le enterrar unos cañone · de artillería de gruv:;o calibre á
presencia de e te mi mo Lede ma (alias Pr1tibrr1J), que era entonce
~argento primero de artillería de la Re¡.níbltca, y que cuando Sámano
llegaba á Quilichao, estt: criminal le había dado el denuncio, y este fue
el motivo para que se perdie en; que por <.: tos y los demás crímenes se
empeña en favor de la justicia para que no se use de benignidad con él.
En el quinto dice: que teniendo 1a brig01da de artillería suma escasez
de oficiales, y que los pocos que hay están destinado á la campafia
de Barbacoas, y no teniendo uno que se encargue del puc to de
la Buenaventura, puesto que el Tenien.e Gobernador de Raposo
que ha cuidado de él todo este tiempo, tiene otras arendencias en su
destino y las constante:. rec1amacion~.:s de sn relevo, se ve en 1::~. precisión
de hacerlo pre::.entc, para pinosa, d~ Cartago, fecha r6 del corriente, en que
comunica haber entregado la Visita de Rentas al Comisionado propicta-
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~40 BOLE1.'ÍN MILITAR
rio Manuel José Castrillón, con todos los conocimientos que ha adq Irido
en virtud de mi orden, y papeles cr~ados en la materia; y que ha
comenzado á obrar en la Comisión, y que le avise si sigue en la Secretaría.
Se recibió oficio del Comisionado José Castrillón: en que comunica
haber llegado á Cartago á consecuencia de mi orden comunicada
por la Secretaría, y que ha comenzado á obrar, segtín el mérito que
prestan los dccumentos entregados por el Comisionado interino, y que
necesita le libre yo el título correspondiente. Que me digne corroborar
el título hecho por mi antecesor en el ciudad ano Cayetano Espinosa.
Con fecha 19 del presente remite el Juez mayor de Buga, Agustín
Bernardo Santocoloma, en una carga de costales, 32 varas jerga abrigo
y una pieza que dice contiene, según su ancaje, 45 varas, y 500 pesos de
Ramírez, que todo conduce el ciudadano Joaquín Pei1a y Plaza; que habiéndolo
verificado se le entregó al Proveedor Pedro Ospina, que hace de
Comisario de guerra, interinamente, y se le mandó dar recibo. A las cuatro
de la tarde de este día llegó á ésta el Ten icnte Coronel M urgueitio
á convalecer u salud, quedando en su lugar ocupando el puesto el
Capitán Custodio Gutiérrez.
Día 21-Se recibió, con oficio de 20 del corriente, el expediente
original sobre la averiguaci6n de los deudores á la renta de diezm0s,
con la razón certificada del N otario de ella, dirigido por el Juez mayor
de Cali, en virtud de mi orden de 1 5 del presente. Con fecha 19 del
presente me comunica el Comandante del campo de El Palo, Capitán
Custodio GutJérrez, por conducto del Jefe de Estado Mayor, haber
llegado el día antes allí, y héchose cargo de él y su fuerza, quedando
impuesto de todo; remi e un estado de fu~rza, arma~, mnn1ciones, caballería
y monturas que ha recibido del Comanclante Murgueitio; que
no ha ocurrido novedad y que piensa seguir al día siguiente á Matarredonda
á traer un ganado que hay y que se dice pertenece al español
enemigo Perdereles, con 6o hombres. Que le diga de d6nde echa mano
para las carnes, por no haberlas en aquel campo, en caso de haber el
dicho ganado. Pide le r~mita cuatro ó cinco cuadernillos de papel.
Que á más de las dos compañías de caballería se han agregado 1 5 hombres
más, sin armas y á pie, y que le avise lo que deba hacer con éstos
y los má~ que se le presenten. Que siguieron á las doce del día los dos
pliegos que le remitieron para La Plata, y que le mande sal por no haberla
por allí. En este día ha eguido el Capitán Martínez á hacerse
cargo del cuarto Escuadrón de caballería que está destacado en El Palo
y bajo las órdenes del Comandante Gutiérrez.
Día 22-Se contestó al Visitador general de Rentas, Manuel
José Castrillón, el oficio de 16 del corriente, en que se le dice queda
impuesto el Gobierno de su llegada á Cartago á consecuencia de la
orden que se le comunicó, y de haber recibido del ciudadano Cayetano
Espinosa, Comisionado interino, todos los documentos y demás perteneciente
á la Visita; en cuyo concepto está y debe seguir obrando, sirviéndole
de título dicho oficio, ínterin las circunstancias permiten hacerlo
en forma. Se le encarga la más pronta ejecución de los asuntos
de rentas en Cartago, y se venga cuanto antes á Cali, de donde podrá
dar impulso á las de lo · demft s 1 ugarcs, que están en el rnayor trast rno.
Que por no estar impuesto de si la Visita general debe tener un
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BOLE'l'ÍN MILITAR 441
Secretario para actuar, ó lo deba hacer con los Escribanos públicos de
cada lugar, como cosas de oficio, no ratifica el nombramiento que hizo
el Sr. Gobernador Obando en el ciudadano Cayetano Espinosa, pero
que, sin embargo, puede seguir éste en clase de primer Oficial de la
Tesorería general de esa Provincia. Que, considerando colectado el repartimiento
que se hizo á los vecinos de Cartago, remita ese dipero y
el demás que haya en la Tesorería, pidiendo á ese Juez mayor el auxilio
que necesite para la custodia de esa remisión. Se contestó al ciudadano
Cayetano Rspinosa su oficio de I 6 del corriente, aprobando la
entrega de documentos y órdenes concernientes á la Comisión ó Visita
general de Rentas, que obtuvo interinamente, al Comisionado propietario
Manuel José Castrillón, quien se impondrá del destino á que se
ocupa. Se ofició al ciudadano Luis Espinosa que supuesto haberse rescatado
la imprenta y ser él el impresor que la m:.~ncja, se ponga en este
lugar, en el más breve término, a hacerse cargo de ella, y que para su
transporte lo auxiliará aquel Juez mayor, á quien se le oficia en la misma
fecha. Se le ofició en este día al Juez mayor de Cartago que franquee
todos los auxilios que necesite el ciudadano Luis .Espinosa para
su transporte á ésta. Se le ofició al J ucz mayor de Cal i, previniéndole
haga que en el término de la di tancia se.; presente en este Cuartel el
Presbítero Juan José García, á quien se le ha nombrado Capellán del
tercer Escuadrón de caballería de línea .. Se le acusó recibo al Juez
mayor de Buga, del oficio de 20 del corriente con que remite al mulato
Leandro y condujo Fernando Cárdenas, diciéndole haberlo destinado
al servicio de la armas; y que representando otro Leandro y habiéndose
presentado otros esclavos á tomar el mismo servicio n virtud
de los bandos publicados, han sido devueltos á sus amo~; que no se
cree, pero que en caso de ejecutarse, sería este procedimiento del todo
criminal, así por la desorganización de las órdenes superiores, como por
privar á la República de esos brazos en el tiempo que más los necesita,
y por el perjuicio que á ellos se les sigue en la manumisión que les
está declarada y consiguen por ese medio, y sobre el particular se tomarán
las medidas que dicte la prudencia.
(Continúa) JOsÉ CONCHA
1 •••• ~.
SECCION DOCTBIN AL
NOJ?.MA Y :CIREOOION
DEL TIRO DE LA ARTILLERIA EN CAMPA A
según las Le~ons d'a,·tillerie de E. Girardin.
(Continuación)
Tiro [usan te normal sobre blanco fijo
Sábese que en el tiro fusante la trayectoria media que procur.:~.
el máximum efecto es la que pasa por el blanco, y que el punto
medio de explosi<ín debe quedar á la altura tipo que convenga al
proyectil y al género de tiro de que se trate.
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442 DOLE1.'ÍN MILITAR
i) Tiro en fortificaciones-En ~ te caso la trayectoria me ia
que pasa por el blanco se obtiene tr,ls un reglaje previo y completo,
realizado por medio del tiro percutante. Despué de hallar la
tenaza estrec:ha (4 desvíos probable ), se coloca el tiro en el centro
y se modifica el alz1 conforme á los resultados del tiro de conjunto,
de suerte que se obteno-an tanto disparos cortos como largos;
así encontrada la alza del blanco, se monta el cohete de suerte
que corresponda con la di tancia y se procede á reglar la altura de
la explosión del proyectil.
Si el blanco está al descubierto se hace pasar la trayectoria
media por el pie de aquél; si se muestra abrigado se la hace pasar
por la cresta de la masa protectora; des pué , en ciertos caso , se
aumenta el ángulo de tiro, de 5 hasta ro minutos, antes de montar
el cohete. Este realzamiento de la trayectoria es necesario
sobre todo en el tiro p1rabólico con ángulos inferiores á 20° y
con shrapnrles de haz ligeramente hueca, para. evitar que la masa
protectora detenga los proyectiles de la nda inferior.
j) Tiro de camprdía- En el tiro de campaña con shrapnel no
pue~e buscarse el alza del blanco ante de montar el cohete, porque
es esenci~l obtener en el menor término posible la mayor eficacia
del fuego. Por tal razón hay que limitar e á buscar apri a una tenaza
amplia, siempre la de 100 metro , salvo á las distancias medianas
y pequeñas, cuando es fácil la observación, pues entonce!'
la tenaza se pone de 200. Como alza de ensayo se toma la del
medio de dicha tenaza, que corresponde á 8 desvíos probables
prácticos en las distancias ordinarias de combate, y se divide la
hatería, es decir, dos secciones (centro y una ala) montan el cohete
y reglan sin demora la altura de la explosión.
Entre tanto el capitán, con la sección del ala que continúa
disparando con espoleta percutante (sección !(UÍa), verifica el alza
de ensayo, adopta en seguida la alza probable del blanco (como en
el percutante sobre blanco fijo), es decir, la de la tenaza mínima
(so metros), y aun la mejora mediante un tiro de conjunto si lo
cree conveniente, como cuando se dispara contra artillería enemiga.
Así que se encuentre el alza probable del blanco, las seccione
fusantes, que in cesar se reglan sobre la percutante, es decir,
á cada disparo emplean el alza del momento que da aquella sección,
la utilizan sin demora y en concordancia con ella gradúan el
cohete para aprovechar el beneficio del reglaje. A su turno la sección
ercutante pa ·a á er fusante cuando lo cree oportuno el capitán.
Entonces este último manda repartir el juego, fija el alza y
envía una ráfaga de proyectiles en fuego rápido (tantos tiros por
pieza).
En el caso en que la maniobra y la observación dt:! los di p~1-
ros ean fáciles, puede suceder que convenga dividir la batería
de de el principio del tiro; al contrari , en e pecial cuando la observación
es difícil, puede el capitán no practicar tal separacíón y
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BOLETÍN MILITAR 443
encargarse él mismo de la graduación del cohet'!. Con frecuencia
importa, antes d e ejecutar el fue o-o rápido enviar al enemigo una
l d . . b ' sa va e repartiCIÓn, que p e rmite ver i el cohete está bien regla-do
y si el fu ego está bien repartido sobre el objetivo.
Sábese que á las distancias
medias de combate una gra- AB=trayectoria media
nada de metralla aislada (de
9omm), bate eficazmente una
profundidad de 200 metros
por unos 30 de anchura (hg.
adjunta), en tanto que en
una serie de disparos esa profundidad
u be a 300 metros.
En consecuencia la tenaza
de roo metros (y aun la de
300 metros *), en medio de
la cual se establece el blanco
para principiar el tiro fu . an- -~
te, ya produce efecto ensible,
bien que el máximum de éste
corresponda al caso en que la ----
trayectoria media pase por el -----
blanco, lo que ju tifica la pos- xoo -¡oo-terior
busca del alza probable d el blanco y, eventualmente, su mejora
empl("ando tiros de conjunto á fin de obtener la alza real del
blanco.
límite ]argo B'
o M
límite corto B
1
1 ¡ tenaza de 100 l metros
¡ 4mm dcalza
1 :
Es fácil darse cuenta
de las variaciones de la
eficacia del tiro según la
posición del blanco en la
tenaza amplia de roo metros
ó en la menor de 50
metros entre By B'.
Sábese que 100 metros corresponden á uno; 4mm de alza, 50
metros á 2, y 25 á I; por consiguiente el alza de ensayo (centro
de la tenaza de I oo metros), expresada en función del alza real
del blanco h, varía de h+2mm á h-2mm p ,t · ando por h: conforme
á lo resultado de los experimento la eficacia corre pondiente varía
de 28 á 36 filas atravesadas pa ando por el máximum que e
46. Igualm'!nte el alza probable del blanco (centro de la tenaza de
50 metros), varÍa de lz + Im m á lz - l mm pasando por lz, según }a
posición del blanco entre By B', y la eficacia cambia de 42 á 43
• En el hrapnel de mont nñ ~ b cifra es menor.
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444 BOLETIN MILITAR
pasando por el mismo max1mum de 46 filas atravesadas á 2,200
metros (22 á 4-,ooo).
tenaza de 50
metros
B' límite largo
1
1
1
1
1
1
!
1 ;o M
1
1
1
1
1
1
1
B límite corto
zii'Dm de alza
l) Reglaje del cohete. Para reglar el cohete ó mecha de la espoleta
de tiempo, es preciso atender á la altura y al intervalo de la
explosión, y á los medios para levantar ó bajar el punto medio de
la explosión, ó sea para colocar ésta á la altura tipo del proyectil •.
Los puntos de expl sión de los proyectile en el aire están
sometido á las misma leyes de dispersión que sus puntos de caída
en el suelo. La di per ión proviene de los desvíos accidentales que
pueden producirse en la inflamación y combustic>n del cohete, y
en segundo lugar de los que resultan de la divergencia misma de
las trayt.ctoria ; en Ja práctica esta ultima causa es nula comparada
con la otra.
El cohete, variable en su acción con el alcance, figura en las
tablas de tiro y en las alzas de los cañones, pero su regulación en
cada sesión de fuego se itupone por las razones siguientes: 1.\ las
condiciones de combustión Je los cohetes, en un día dado, no
son identicas á la condiciones medias de 1 s experimentos en virtud
de lo cuales se construyeron las tablas de tiro; 2.8 , la velocidad
de e mbustión del cohete puede variar por culpa de la fabricación;
3:, una gran densidad del aire, la sequedad de éste, el
viento soplando de frente pueden activar la ignición del cohete.
En el reglaje del cohete es ventajoso, si no indispensable, emplear
cohetes de la misma duración en tiempo.
Toca ahora indicar los principios conforme á los cuales se verifica
el reglaje del cohete.
La experiencia enseña que en la granada francesa fusante la
diíerencia probable en tiempo (duración de la ignición) es de~~
de segundo. Sea E el punto medio de explosión ó la altura tipo
de 1 0
4
,, n' sobre la trayectoria media _ll,f EC; sabido es que en el tiro
directo el trayecto Ec corre ponde á cosa de -/'0 de segundo. Tomando
el ~~ de dicha longitud y llevándola cuatro veces sobre y
cuatro debajo del punto E, obre la trayectoria, se obtienen aproxi-
• Lám•\se altur~ lipo 1111 valor a ugula1· que con e~; po ude á una altnra ('. presada
e~ 1~1etro y varfa eun la distan c i il. Bl asunto scr · d e los prnp tt ilc ·-( L. D. ) .
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BOLETÍN MILITAR 445
madamente las ocho zonas de dispersión de los golpes fusantes,
cada una de las cuales equivale á /o de segundo.
Zona de tiros muy altos
• . • . . • • • . . • • • . • . . . . . .••... 1. 5
• • . • . • . . . • . . • . . . • . • • • . • • . . • • . . . 7
Zona de tiros alto···· · ··16
• • • • • • • • • • . . • • • • • . • • • • • . . • • • • • . • • • • . 2 5
•••.• . •••..••• 2 5
Zona ele tiros bajos········ 16 b ..• .••
. . . . ........... 7
Llámanse bajos los proyectiles que estallan á menor altura
que el punto E en la zona Ec y tienen por lo mismo :J.ltura menor
que la tipo.
Percutantes , los que lo hacen en la zona cd suroniendo prolongada
la trayectoria bajo el suelo.
Altos, los que lo hacen sobre el punto E, en la zona Ep, menor
que el valor de do3 alturas tipo.
En fin, muy altos son los que estallan á más de dos alturas
tipo, ó sea sobre p.
Esto sentado, si los dos primeros disparos tirados con cohete
reglado resultan percutantes, hay motivo para creer que el punto
medio de explosión, en un tiro prolongado, quedaría bajo Ja superficie
del suelo, en la zona e d y aun más bajo, lo que justifica la regla
de "disminuír la duración del cohete en 1' 0 '' para remontar la
explosión y acercarla al punto E. La inversa se impone si los dos
primeros disparos resultaron muy altos.
En tesis general, "una variación de r'o de segundo corresponde,
término medio, en 4 disparos al cambio de sentido en el
desvío del tiro por relación á la altura tipo," y "cuando una serie
de +disparos da tantas explosiones altas como bajas, puede mirarse
el cohete como reglado." La justificación de estas sencillas reglas
resulta del examen de la escala de dispersión de los tiros fusantes.
Según el Manual de tiro de campaña, de acuerdo con los ex\>
erimentos de polígono, el reglaje del cohete puede lograrse tan
solo con dos series de dos disparos. En seguida la duración se aumenta
(ó disminuye): / o tras 2 tiros altos (ó percutantes); lo después
de uno muy altor uno alto (ó uno percutante y uno bajo);
1
2
0
- tras dos altos (ó bajos); lo al estallar uno alto (bajo) y otro á
la altura deseada. Después de modificar así la duración del cohete
si la serie disparada en seguida provoca una nueva c0rrección en
sentido contrario, igual ó superior á su valor absoluto, se adopta
definitivamente un valor intermedio entre las dos.
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446 BOLETÍN MILIT A.R
. Con la altura ~ipo ( 1 , / 0- 0 ) adoptada para el shrapnel en el tiro
dtrecto, un ... fuego bten grad~d~ no debe dar sino disparos fusan~
es, y estos cortos por anadtdura, porque si la explosión se
venfica s0bre el bla~co no pr~duciría resultado alguno . .En efecto,
entonces el proyecttl marchana sobre una trayectoria media pero
larg~ de ~ás en ~o á roo metros (4mm de alza ó 15' de ángulo), á
las dtstanctas medtas de combate, y se sabe que siendo h el alza del
b.lanc?, la alza ~ +.4 mm n? cor~esponde en un fuego prolongado
s1no a una eficacta tgual a 4, s1endo 46 la del máximo. Si no produce
efecto la granada de balas en el caso anterior mucho menos
lo producirá un disparo fusante largo. ,
-- i5 minuto · (nreo)
+ 100 ms.
Si el blanco se pre enta al descubierto, la altura de la explosión
se cuenta á partir de su pie; si e ~ tá abrigado por una trinchera,
á partir de la cresta de esta última.
OBRE EL EJÉRCITO ALE IÁN
(Continuación)
El tiro
Vamos ahora á pa ar á uno de lo puntos más importantes
de la instrucción del soldado de infante ría: el tiro al blanco.
En reíilidad, los ejercicios de tiro duran todo el año en el
ejército alemán. No obstante, como durante el verano es, sobre
todo, cuando reciben su impul o más activo, parece que su estudio
corresponde más naturalmente al período mencionado. Estos ejercicios
son objeto de la más constante atención y se conducen en
todas partes con una actividad y metodo extraordinarios. De ningún
modo exagero al decir que en realidad preceden á todos los
demás y que éstos se arreglan según aquéllos para no entorpecer
nunca su marcha regular. También se procura no interrumpirlos
jamás durante mucho tiempo, para evitar que el soldado no olvide
de una á otra lección la instrucción que ha recibido y las observaciones
que se le han hecho, hasta el punto de que aun en pleno
invierno con-10° de frío, las tropas van al t:iro al blanco.
Como la enseñanza del tiro está dirigida en todo el Ejército
de una manera perfectamente uniforme, nos bastará examinar el
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BOLETÍN MILITAR 447
modo como las cosas pasan en un cuerpo de la Guardia, con h
observación, sin embargo, de que éste, como en general todas }a¡
tropas estacionadas en las grandes ciudades, se encuentra desde este
punto de vista en las peores condiciones. Porque sin hablar de los
inconvenientes que impone un servicio de guarnición más recargado,
ca~i siempre el campo de tiro e. tá situado en tal caso muy
lejos del cuartel, de donde resultan pérdidas de tiempo y una gran
fatiga para los hombres, circunstancias desfavorables para la ejecución
del ti ro.
A pesar de esto, los regimientos de Berlín están de tal manera
acostumbrados á e tas largas marchas, que la obligación de
andar cada día cuatro y aun siete verstas * para ir al tiro al blanco,
parece una pura bagatela.
Hay además muchos coroneles y capitanes que consideran
este alejamiento del campo de tiro como una cosa muy conveniente.
Prett-nden que el tiro se efectúa así en las condiciones más
próximas á la realidad del tiempo de guerra, puesto que el soldado
no empieza á tirar, sino despues de h':iber llevado la mochila durante
una hora ú hora y media, y añaden que este paseo militar
cuotidiano de dos ó tres horas constituye un excelente ejercicio
de marcha.
En general, respecto á este punto, como en todos los demás,
aparece en el ejército alemán ese e fuerzo constante de no hacer
ni enseñar nada que no pueda ser de una utilidad directa en la
guerra.
Todos los oficiales no piensan más que en preparar sus hombres
para desempeñar el papel que pueda incumbirles en el campo
de batalla, y despliegan, p:tra alcanzar este fin, todas sus fuer-zas
é inteligencia. ·
Nada lo prueba mejor que el cuidado que se pone en la instrucción
del tiro, y los mismos procedimientos á que se recurre
para darla á la tropa. Alguna vez he tenido ocasión de visitar los
campos de tiro durante el ejercicio, y siempre me ha impresionado
vivamente el celo y la atención extremos de que eran objeto cada
tirador y cada disparo. Nunca tira más que uno cada vez, y el
capitán en persona está siempre allí para guiarles y darles sus
consejo~, tratando, por todos los medios posible.s, de desarrollar
entre sus subordinados no sólo la ciencia, sino también el gusto
del tiro. En caso de ausencia otro oficial de la compañía ocupa
su puesto.
'Todos los campos de tiro de la guarnición de Berlín están
muy lejos de la ciudad, salvo el del 2. 0 regimiento de granaderos
de la guardia, Emperador Francisco, que se encuentra en la barriada
inmediata al .cuartel. Los demás regimientos no tienen menos
de una hora ú h0ra y media de marcha que hacer para encontrar-
• La ver ta e igual á 1,067 metros, 6 sea poco más de un kilómetro.
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448 BOLETÍN i\IILITAR
se en el terreno, particularmente el regimiento de fusileros de la
guardia, el peor dotado á este re pecto, pues u campo de tiro,
situado cerca de la Tegel, está lo menos á una milla alemana
(7,500 metro ) de su cuartel.
Estos campos de tiro presentan todos la misma disposición
general.
Se;;ún los reglamentos, un regimiento de tre5 batallones debe
disponer de nueve líneas de tiro, de las cuales dos son de 6oo metros,
tres de 400 y cuatro de 300. Se comprende que las circunstancias
locales no permiten siempre la realiz<3ción de este desideratum,
y que bajo este concepto Jos campo de tiro difieren poco
u no· ~e otro . En todas las partes donde es posible darles mayor
longitud, se hace desde luego; pero no se admite tengan menos de
6oo metros.
Como consecuencia del desarrollo de la agricultura en Alemania,
con frecuencia e muy dif1cil encontrar terreno conveniente
, sobre todo en la cerctalles de ejecución de los div, en el poseedor del arma y entre todos los asistentes al
acto. Si un fu il parece realmente malo, se recurre al caballete.
El oficial hace algunos disparos, y después de haber determinado
la naturaleza de lo~ defectos, indica al soldado sobre qué detalle
debe ante todo poner su atención cuando se sirva de esta arma, ó
bien, si es necesario, le da orden de en viaria al armero. De cualquier
modo que sea, no p9r eso deja el oficial de resolver definitivamente
la cuestión, y los soldados ven en él siempre y en todos los
casos una autoridad ante la cual les es preciso inclinarse.
Lo que contribuye ad~más al mismo resultado es el celo extremo
con el que los oficiales se ocupan en la instrucción del tiro.
Los hombres se di ponen por grupos de á cinco y se colocan en
hilera uno detrás del ~Jtro; el primero carga, apunta y tira. Durante
este tiempo el oficial se mantiene cerca de él, siguiendo
todos sus movimientos, rectificando su posición y dándole consejos
apropiados á su carácter particular, que siempre conoce
perfectamente. Hecho el disparo, el tirador permanece en su puesto
hasta yue el marcador le haya indicado el punto herido por su
bala. Dando entonces un paso al costad da cuenta en alta voz al
instructor: "El soldado N. ha tirado á tal punto y ha dado en tal
otro." Después aquél se dirige á su pu esto á la cola del grupo, y así
sucesivamente hasta que cada uno haya tirado el número de balas
fijado para aquel . día. No lejos de allí un sargento, sentado cerca
de una mesilla, guarecido, si se nece~ ita, bajo un inmenso para- ·
guas de tela, inscribe cada bala tirada en el libro de tiro de la
compañía. Además, la misma anotación se hace en la libreta de
tiro que tiene en su poder cada soldado, con cuya inspección
puede éste saber en todo instante cómo tira, sobre qué punto le es
preciso particularmente poner su atención y qué condiciones le
quedan aún por atisfacer para pasar á la clase superior ó para
terminar lo ejercicios de la que forma parte. Se exige que todo
soldado conozca siempre perlcctamente en qué situación se encuentra
respecto al tiro, y ocurre con frecuencia que un superior,
al encontrar un soldado en la calle, le dirige de pronto una pregunta
sobre este asunto. Entonce. está obligado á dar las indicaciones
más detalladas sobre todo l que heme dicho anteriormente.
Se concede gran i11"portancia á que el tirador sepa perfectamente
reconocer sobre qué punto del blanco estaba dirigida su
arma en el momento mismo de efectuar el disparo. Y preciso es
confesar que nada es más propio para apreciar y comprobar el tiro,
tanto para el mi m o tirador como para el instructor-( Continúa)
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DOLETÍN MILI1.'AR 453
SOBRE EL UNIFORME MILITAR
l Continuación)
Cuarta cualidad-Preservar de los agentes morbosos externos.
f?¿uinta cualidad-No entorpecer las funciones fisiológicas.
Para cumplir con las condiciones impuestas por estas cualidades,
es necesario examinar, siguiera sea sucintamente, cuáles son
las causas de enfermedades que la higiene puede combatir por medio
del vestido, y cuáles son los órganos más expuestos á ellas.
La temperatura, la luz y la humedad influyen poderosamente
sobre la superficie del cuerpo humano, y sobre los órganos en ella
colocados.
La temperatura influye por su elevación ó por su depresión,
siendo tan pernicioso al cuerpo humano el excesivo frío, y mucho
más i por transición repentina se pasa de una alta temperatura á
una baja, pudiendo llegar no ólo á alterar la econom1a de los tejidos
externo·, in o á dPsorganizarlos totalmente y á causar lesiones
graves en órgano internos importantísimos.
A precaver el efecto de los cambios repentinos de temperatura,
ó á contrarrestar el que pudiera producir la influencia constante
de temperatura anormal, se dirige la higiene al dictar las leyes
á que e 1 vestido debe someter·e.
El cuerpo del hombre, cuya temperatura de unos 3í0 es casi
uniforme en todos los puntos del globo, tiende á equilibrar su calórico,
producido en su mayor parte por las reaccione químicas á
que dan lugar las funciones respiratorias con el del medio en que
se le coloque, por radia ·ión dd calor propio si la temperatura e&
más baja, ó por ab orción del extraño, si es más alta; para evitar
ambo extremo irve d ve tido, y erá mejor cuanto mayor su
eficacia para conseguirlo. Pero es necesario tener en cuenta que
la piel que cu hrc la periferia del cuerpo hu mano tiene eiialadas en
la ~conomía funciones depuratoria g u e no Jeben ser contrariadas.
E 1 vestido debe con ti tuír, por tanto, una e pecie de pantalla
que conserve Jentro de límites conveniente la temperatura de la
capa atmosférica inmediata al cuerpo y en circunstancias higrométricas
favorable., facilitando la normal exhalación y absorción
que al travé Jel dcrmi y la epidermis se efectúan.
Para Í11ve. tigar cuáles de las materia tl'xtiles que se ~uelen
emplear en el traje d~ 1 horn br~, son las más provechosas, se han
hecho diversos experimentos, partiendo siempre de que las más favorables
serían d~.:sJc el punto de vista calordico la meno conductoras,
y desJe el higromc..trico las que mejor abs rban la humedad
del ambiente.
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454 BOLETÍN MILIT.At.R
De las del doctor Coulier (médico militar francés) resulta
que por su poder radiante las t~las siguientes están colocadas de
más á menos en el orden en que se citan:
1. a Tela de algodón para forros.
2.a Tela de cáñamo para forros.
3·" Tela de algodón para camisas.
4.• Paño azul oscuro.
5· • Paño encarnado para pantalón.
6.a Paño azul claro para capote.
El poder absorbente con relación á los rayos del sol, da el
que á continuación se expresa, también de más á menos.
1. a Paño azul claro para capote.
2. a Paño encarnado para pantalón.
3·a Paño azul oscuro.
4·a Tela de cáñamo ':rudo.
5· a 're la de algodón para forros.
6. a Tela de algodón para camisas.
Hammond en 1863, en Filadelfia, obtuvo respecto al poder
radiante la colocación siguiente:
1 .• Algodón para camisas.
2.a Tela de cáñamo.
3.• Franela blanca.
4.• Paño azul oscuro.
5.• Paño azul claro.
El c.:>lor influye también en el poder absorbente, como lo demuestran
los experimentos de Franklin, Davy, y más recientemente
los de Stark en Edimburgo, condensados en el cuadro que
sigue:
Poder absorbente de los color es con relación á los rayos del sol
I.0 Negro; 2. 0 Azul oscuro; 3.0 Azul claro pardo; 4. 0 Verde;
5. 0 Púrpura; 6~ Encarnado grana; ¡.0 Amarillo; 8. 0 Blanco
El médico militar Hermant dice que para hacer subir un
termómetro envuelto en telas de lana de 10° á 70° han sido necesarios,
cuando estaban teñidas de negro, 4'; grana, 5'30; verde, 5';
blanco, 8'
Sobreponiendo unas telas á otras, se ha visto que es mayor el
poder absorbente de lana sobre algodón, que el de algodón sobre
lana.
De e;;tos datos se deduce la consecuencia de que los tejidos
de lana son muy buenos para proteger el frío, porque impide
que se pierda en la atm ós fera el calor del cu erpo, favoreciendo la
absorción del solar, y qu e, por el contrario, los tejidos de al~odón
son eficaces contra el calor, pues permiten más radiación á la par
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BOLE'l'ÍN MILITAR 455
que moderan la infl u encía de los rayos del sol, y en cuanto á los
colores, que los oscuros son ventajosos en las lanas y los claros en
el algodón.
Patente se n uestra aquí la conveniencia de dos trajes para el
soldado, uno para tierra cálida y otro para clima frío. En un país,
en que la temperatura varíe desde + 1 o 0 hasta 35° no e-. razonable
exigir de un traje que proteja con igual fortuna contra las dos.
La razón económica, que á primera vista parece oponerse á que
se haga un vestido de lana para el frío, y uno de algodón para el
calor, no lo es en realidad; pues siendo mucho más barato el segundo
que el primero se ganaría la diferencia de precio entre uno
y otro, por el mayor tiempo que durarían; y si hoy, por ejemplo,
en cuatro años se consumen dos capotes de paño, enronces se gastarían,
en el mismo plazo, un capote y la prenda de algodón con
que se le su tituya en verano ó tierra cálida.
Pero si esto no puede hacerse, no cabe duda en la elección,
y es preferible adoptar, para tod tiempo, el traje de lana. Los
efectos del frío son mucho más perjudiciales que los del calor para
la economía, en cuanto á la defensa que el tr .. tje pueda proporcionar.
El frío mata directamente sólo por ser frío, y el calor, si bien
s cierto que tam hién mata, no produce e te efecto, aun cuando
indefen a y sin cubierta alguna s11fra la piel los ardores del sol; el
calor produce la rarefacción del aire y la muerte, ó por asfixia por
falta de oxígeno para el desempeño d~ la fun ione. re piratorias,
ó por congestión cerebral i la cabeza sufre sus rayos, ó por viciar
la atmósfera, ó por otras causas en que el vestido es de ninguna
importancia, si se exceptúa lo que á la cabeza se refiere, en que
vuelve á recobrarla, porque tratándose de esta parte del hombre,
puede y debe prestar efica7. ayuda á su reparo.
De las condiciones higrométricas resta tratar, y en este punto,
como se ve en el adjunto cuadro, también está la ventaja de
parte de los tejidos de lana:
CANTIDADES DE AGUA QUE ABSORBEN DIFERENTES CLASES DE
TELAS
Dt•signación de las telas
Jlumed~td Hum4'
Fuente:
Biblioteca Virtual Banco de la República
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Prensa