E HOGAR CATDLICD
Se plblicl b~jo h dirmiÓl del Pmiienh de l~ Junb Centr~l de 1~ Doctri n~ · Cristi~n~
" Nad
ya, finalmente, por alimentar la conversación,
me han expuesto á menudo las
que yo quiero por ahora llamar dudas,
pero que en mucha parte no han sido sino
puras ignorancias.
Veamos algunas:
Uno de mis amigo3, que pretendía hab
e rse hecho católico á fuerza de haber estudiado
el catolicismo en los libros, hacía
delante d e mí una objeción; yo le contrad
ije citándole un pasaje del Catecismo
del Padre Astete.
-¡Ah 1 me replicó, ¡el catecismo 1 ¡el
catecismo 1 Eso ya no corre. El catolicis~
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20 EL HOGAR CA TOLICO
mo ha progresado mucho en los últimos
tfempos. Ya no aceptamos vejeces.
Este error de mi amigo nacía de lo
-•ismo de que nacen casi todos : del pru'
rito de aplicar á las cosas de orden sobrenatural,
espirituales y eternas, las mismas
reglas y el mismo criterio con que juzcamos
lo que está al alcance de nuestro
entendimiento y de nuestros sentidos, de
lo puramente humano.
De que existe lo sobrenatural dan testimonio
los que inventan teorías y sistemas
para explicarlos, y hasta para necarlos.
Tratándose de cosas puramente humanas
y terrestres, bien podemos deeir,
v. gr., que tal ó cuál institución, tal
é cuál ramo de las ciencias, tal ó cuál
industria ha progresa no : todo lo terres ·
tre y humano es imperfecto, los hombres
aos sentimos inclinados á lo perfecto y
tratamos de dar perfección á lo que puede
recibi rla de nuestro inge nioó de nuestras
manos. Pero lo sobrenatural, lo que
concierne á nuestro origen y á nuestro
destino futuro, no está sujeto, ni á
IUlestro juicio, ni á nuestra voluntad, ni
á nuestra acción. A sí es que si ello fuera
mpaz de ser perfeccionado, no lo sería
por esfuerzo nuéstro.
Pero la religión, sus dogmas y sus
máximas, como obra que son de Dios,
han sido perfectas desde su principio.
Aplicar á lo espiritual las leyes y el
criterio ó los razonamientos con que juzgamos
lo terreno y perecedero, es co~a
tan descabellada, como sería en un médico
guiarse por el Código Civil para
curar á un enfermo; ó en un aboga<
io sacar de un tratado de patología
t!&erna los razonamientos de q ue h'lbía
lile echar mano para ganar un pleito.
"Yo, para esto de la moralidad, no
necesito de la religión." Esto me dijo
otro amigo en cierta ocasión. Lo que no
me dijo fue qué entendía por moralidad.
Entendería sin duda por moralidad el
no quebrantar ningún artículo del Códi~
Penal, el no hacer daño á nadie, el
ser honrado.
¿Pero sin religión cumpliría aquel individuo
con los deberes que tiene para
eon Dios y para consigo mismo?
El afirmar que ne tiene deberes para
con Dios, es negar su existencia ó negar
la Providencia ; es ser ateo 6 deísta. En
todo caso debemos admirar aquella alma
de mi amigo que h'alla en sí misma las
energías suficientes p'lra avasallar aquellas
mollas pasiones á que tan pocos hombres
han podido resistir.
El dicho aquel á que me estoy refiriendo
es, por· otra parte, una declaración
de que la religión es CC'Sa inventada por
los hombres para que los que se dejen
embaucar por ella observen buena con.
ducta moral.
"¿Si Dios sabía que yo me había de
condenar, para qué me crió?"
Esta pamplina que he oído, no sólo
á varios amigos sino á muchas otras
personas, ti e ne origen en aquel prurito
de razonar sobre las cosas divinas y t:Spirituales
como se razona sobre lo que
cae bajo nuestros sentidos y sobre aquello
á que alcanza nuestro entendimiento.
¿ Los que hacen esta pregunta, se han
puesto á discurrir alguna vez sobre lo
que es la eternidad?
Dios, que existe en la eternidad, no está
como nosotros, viendo pasar y desvanecerse
los momentos, las horas y los días.
Para él todo está presente. Misterio es éste
que nos confnnde, como todos los misterios.
No obstante, por medio de una imagen,
pod'!mos formarnos alguna idea de
cómo Dios está viendo en toda la eternidad
todas las cosas que para nosotros van
siendo pasadas, presentes y futuras.
Imaginémonos un· circo como aquellos
en que h e m os visto funcione s de equ1tación.
En este circo está corriendo circularmente
un caballo. En el centro est~
un viviente que, ~como ciertos insectos,
ti ene . ojos al rededor d e todéi la cabeza.
E~te vivi en te está viendo al caballo tan
continuamente co mo si estubiera quieto,
no obstante que el caballo se mu e ve y
que pasa en momen tos sucesivos por delante
de un e spectador que está sentado
en la parte exterior del circo.
Tan lejos está Dios de influír en nuestras
d eterminaciones, ó sea de privarnos
de nuestra libertad por el hecho de estarnos
viendo, cuanto nosotros estamos lejos
de influír en la determinación y en la
suerte del ciego á quien vemos á mucha
distancia, y con el auxilio de un telesco.
pio, dirigirse al precipicio en que va á
caer.
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EL HOGAR CATOLICO !11
Profundo misterio es~ para nosotros este
de la vida en la ete rnid ad ; pero para
un sér inteli g ente, semejante á nos o tros,
que vi viera en ella, se ría miste r io tal vez
más profundo e l d e una existe ncia como la
que te ne mos en la ti erra, q ue pasa y sub .
siste . Pasa e n e fec to nu es tra existe ncia ,
pu e s e l ti e m po no es m ás q ue la dura ció n
de e sa existencia mi sma. No de otro m od
o pod rla conside rar el ti e mpo a q ue l sé r
inteligente que h e m o s su pu esto . E l d iscurriría
p asa, lu égo se a ca ba, y si sie mpre
está pasando, a cabanrio es t á sie mpre.
Hay e so que llamam o s mo me ntos y horas,
que so n cosas qu e s e aca ba n y que
si g ue n ex istie ndo; nó, eso no pu ede concebirse.
P a ra nu estro supu es to in di vi d uo, el que
una existe ncia t e ng a pri ncipi o y fin es
acaso nada menos qu e un absurdo .
Muy ufa no y con mu c ho aire de triunfo
se me prese ntó ci e rto día C ., uno de
aqu e ll os amigos qu e solían buscar disp u-
- ta conmi g o. Cre ía él trae rm e el a rgumento
más flaman te y m ~ s contunde n te, el
m ~ s pro rio paia d e jarme confundido y
atontad o.
"Dice n ust e des Jos católicos, que al fin
de los sig lo s han d e r esu c itar todos Jos
hombre s con los mi s mos cu e rpos qu e t uvi
eron . P e r o la c i,., ncia nos en seña que
las partíc u las ó átom os de que se forma
cada cuerpo se es parce n des pués de la
des !:o mposici ón d e él , y lu égo van entrando
en la composición de otros cu e r .
po~; d e manera qu e ci ertos áto mos, al
fin de los si g los, han si do ya parte de
muchos de Jo s cue r po s de Jos h c mb res ,
¿cómo, pues, es posi ble que un o de ellos
re ~ u c i :e co n e l mi s m o cuer po q ue tuv o?"
-Tú sa b es , le respor¡ d í, qu e la ci e ncia
ense ña que Jos á to m o s de q ue es tá compu
es to un o de nu estros cu er po s se mud a n
y ca mb ia n e n no mu chos añ os, de m odo
qu e ~ i tu ra zonamien t o fu e ra fun dado,
el cu er po qu e ti e nes a ho ra no se rí a el
mi s mo qu e t e nfa s · cua ndo tú y yo íbamos
á la e scuela. El renco r que le g ua rdas
t vd av ía al maestro aqu e l q ue te pegó
doce azote s es ya inju sto, pue s ese cu erpo
e n que tal e s a zo tes caye r on se ría un o
que no te pe rtene ce ría ni te ndría nada
que ver contig o.
La id entidad de un cu erpo humano,
esto es, el que un cuerpo sea en cierta
fecha el mismo que era en una fecha aate
rior, no cl. e pe nde d e que las partículas
que lo compon e n se an las mismas que
eran; depe nde de que siempre y continuamente
haya sido animado por una misma
alma . Nada importa que físicamer.te
haya sufrido ca m bi a s ó alteraciones.
V ., uno de mis mej ores amigos, honlbre
ilu stradísim o y afi cionado por tode
extremo á los bue nos cuadr os, mostránd
ome en su casa un o de la Virgen que
a cababa d e adquirir, y que era copia de
u no de Rafael de Urbino, me dij o entre
otras cosas : " Rafae l fue quien dio origen
á la devoción de M a ría. El Evangelio
no d:J., re s pecto de ella, otra id ea que
la de una pob re ju1ía. Su hijo mismo la
trata ba con ci e rto d espego."
Yo me puse á estudiar entonces lo conc
e rniente á la histo ria de la d e voción á la
Virge n, y no tard é en confundir á V., d1-
ciéndole : " 128 1 años ante s de queRafa
e l S an zio h iciera cuadros de la V irgea,
Sa n lre neo-cuyas o bras t e pu edo mostrar-
había escrito sobre ella lo basta"te
para dar á c o no cer que se le rendía
fe r vo r oso culto. Y ya que para mostrarte
a quellas obras h 'lbía d e ll evarte á una
lib rería e n qu e se e nc ue n tran los numero.sos
volú m e nes d e la Pa trol ogía, ah( po.drfa
s ha llar muchos c e nte nare s de pasajes
de obras de los Santo s Pa dres, taa
concluyente s como el de las de Saa
Ire n eo.
O ro amig o, y d e los m ej o res, y de los
m ás di sti nguid os e n la li te ratura y e n la
políti ca , dese ando, con toda s ince ri d a~
ve r desvanecidas la s d ud a s que lo in q uietaban,
me expuso de la mane ra siguiente,
e n un a carta, lo q ue cre ía qu e e ran las ind
ulge n cias : "cua nd o la I g le sia concedtt
una in dul g en cia, lo que hace es d e clarar
que, desd e ci e rt0 ti e mp o , una ac ción ea
pecado, y ofr e ce pe r do na rl o á q ui en ej$c
ute una obra qu e se ñ a le."
Es t o no necesita co m en tarios.
Un joven que había v ivido c o nm igo, y
q u ~ con mi go h abla tratado de a suntoc
rel igi o sos, hizo un viaj e á los E sta dos
Un idos , y á la vue lt a me dij o : "Pur allá
he tra ta d o c o n mu c has personas sob re lo
que fue asu nto de tántas conve rsa cio nes
nués tras ; todas ellas han corw eni do e11
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22 EL HOGAR CATOLICÓ
lo que les he expuesto en favor del
catolic ismo. Sólo sobre un punto no p ude
darles explicación sati sfactoria: ¿por
qué los sacerdotes, que tánto recomi :: ndan
la confesión, no se confi esan?"
Esto tampoco necesita comentarios.
Si he apuntado aquí esto , y lo de las indulgencias,
lo he h echo únicame nte pa ra
dar una idea de la ligereza con que suele
di!;currirse sobre asuntos religi osos.
Otro, y esto pasó en u na peluqu e ría .
"Ustedes, los c atólicos, a seguran que
e onfesándose obtien e n e l perdón de todos
los pecados. El ver que pued e n cons.
eguirlo cu anta:; veces qui e ran. ¿no les
hace más fácil el seguir pecando? ¿ este
medio tan fá cil de obtener e l p er d ón no
les hace pecar más ?"
Puede ser que sí les haga pecar más
á los que se con fiese n mal, á los que no hagan
de veras el firme propósito de la enmienda.
Pero el afirmar que el empleo de
un medio para alcan zar el perdón del peeado
induce á pecar, es afi rmar que n o hay
ninguno para r e habilitarse desp ués d e haber
caído, y que d e cualq ui er manera que
se obtenga el perdón, la existencia de
este medio ha de hacer pecar más.
Y si la observación d e este amigo (e l
de la peluquería) tuvi Era algún valor;
¡cuál es no podrían hac e rse r especto de
la doctrina de los protestante s, de que
EOn un acto inte rior de arrepentimiento
pued e el hombre justifi carse l.
Vaya ahora la úl tima duda : una cosa
bendecida por la Igl esia, po r mano de
algún ministro suyo, como un escapula¡;:
io, un rosario, una bujía, una medalla,
un poco d e agua, ¿no son como aquellos
ta lismanes ó amuletos á que mu c has gentes
supersticiosas de difer e nte s cre enci as
atribuyen virtud es sobrenaturales?
Nada de eso : las co sas qu e po r malfl
O de sus ministros b e ndice la Igl es ia no
t ienen más virtud qu e la de la s ora ciones
que se han pronunciado al b e nd ecidas.
Si junto á la cama d e un moribundo s e
enciende una cera de l a Cande!an·a, es to
no se hace e~perando que la bujía, por s(
misma, pueda pr oc ura r gracias ó auxilios
al agoniz .nte: lo que se q ui e re es que
las preces que pronunció el sace rd o te
t¡ue la bendijo tengan su efec to e n lo s
momentos en que se hace uso de ella,
efecto igual al que podría esperarse
que tuvi e ran si fueran pronunciadas por
el sacerdote en e l lu gar y á la hora en
qu e se ti e ne e ncendida la bujía cerca del
m oribundo.
J unio de tgo8 . .
¡osÉ MANUEL MARROQUIN
PALABRAS PRONUNCIADAS
POR D. ANTONIO GÓ~1EZ RESTRKPO
en la distribución de pr~ mi ·>s de l Co legio d e
María Auxil i adora
1'\o vengo á pro nun c iar un discurso
a ca dém ico d e clausura de es tudios, sino
á manife staros en brC" ves palabras. la sat
Uacción c o n que h e venido á presenciar
el acto solemne que da fin á vuestras
labores en el pre;e nte año escolar.
Basta la sola conte m placi ó n de estos muros,
ve tu st os y ve n e rab es, para traer á
la me moria el recue rdo de varias generaciones
d ~ niñ a s que han salido de aquí
á ser ornato de nu e stra so ciedad; y los
r esultados que prese nciamos hoy demuestran
que las h onrosas tradicione s de este
pl a ntel no se inte rrumpen, y que ahora,
cuando su dirección está confiada á una
activa y b e néfic a Com unidad religiosa,
la educación del b e llo sexo se reali za con
brillo, aunqu e co n cristiana mod es tia y dis·
creción.
Grave proble ma es este d e la forma·
ción moral é intel ectual de la porci ·n
m ás d e li cada é int e resa nt e de la sociedad;
problema que se r e laciona estrechamente
con otros de los más trascendentales
que estudia la sociología. Pasaron para
sie mpre los ti e m po s en que no se daba
im portancia ninguna al cultiVO intelec·
tual de la mujer; y se limitaba su acti •
vid ad al cumplimiento de las sencillas
funciones d omé3t icas . Poéticas son sin
duda las leye ndas que nos pint<ín á las
altivas ca st ellanas de 1~ Edad Me dia en
·cérradas e n s ~s castillos y d edi cadas á
hacer labor e n compañ fa de sus du eñas y
se rvid ora~ ; pero la civiliza ció n moderna
n o consie nt e tste ide al de vida indolente
y mo nóto na; y h a creado á la mujer
otr os deberes y otras obligaciones. La
difusión inm ensa d e los conocimientos humanos
qu e alcanza h oy hasta á las más
humild es capas d e l pu eblo. ha influfdo
poderosamente en la cultura femenina, y
hoy no le bastaría á una dam& de buena
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EL HOGAR CATOLICO
sociedad la rudimentaria in strucci ón d e
-otros tiempos, ó si á ella se limitara, ha
rfa triste y desairado pape l. Hny s on
materia de estudios en los col egios de
niñas, cosas que antes estaban reservada s
á los sabios ; y pasma ver la propiedad
con que entendimientos de licados, que
empiezan á desarrolla rse bajo la frágil
envoltura de la niñ e z, do minan la s mate·
rías más áridas y abstrusas, y pe netran
los misterios de las matemáticas, de las- .
ciencias físicas, de la psicología.
¿ Quién no aplaude ante manifestacio ·
nes tan bellas y auténticas d e lu civiliza ·
ción? ¿Qué hombre no se complace e n
compartir con la compañera de su vida,
no sólo el pan mate rial, sino las intimidades
de su pensamiento? ¿ QJién no ve
con orgullo á una mujer, que no sólo sabe
cumplir con los santos debe res de la ma.
ternidad, sino que está en capacidad de
ilust rar, con sus conocimientos p ro pios , la
inteligencia de sus hijos y sabe apli~ar
á la tarea sublime de la primera educación,
el divino instinto de las madres, fortalecido
por las lecciones de la ciencia ?
Pero todo en lo humano tiende á desvirtuarse
por la exageración, por e l e xceso.
Se ha querido, no sólo educar á la
mujer, sino destruír su sér moral, e l sello
imborrable que Dios imprimió en ~ u
alma, para hacer de ella una prosaica
competidora d el h ombre. En sociedades
positivistas, donde el supre mo obj e tivo de
la actividad humana se reduce á la ad.
quisición de la riqueza, á la sati sfacción de
los deseos materiales, se ha querido quitar
á la mujer lo que constituye su más
bello adorno; ese conjunto de cualidades
suaves, púdicas y discretas que forman
el eterno .femenino, de que h ablaba e l gran
vate alemán; lanzar á la reina del h ogar
en medio del estruendo de la plaza públ
ica, y aun darle papel activo en las lu~
has políticas, que son el elemento más
poderoso de desar monía social, y el e n.
gendrador más fecundo de od ios que van
de partido á partido, d e familia á fami lia,
de h e rmano á hermano. Y á esta transformación
m o ral debe corresponder o tra
física, en virtud de la cual la muj e r ha de
adquirir dureza en los miembros, energía
en Jos músculos, arrogancia de comba·
tiente en la voz; perdiendo en cambio
esos encantos indefinibles que han sido
.hasta ahora la flor de la vida ; pues no
se comprende una lu chadora adornada
con los atributos de la gracia y la belleza;
y as( vemos que la Clorinda del Tasso ..
no obstante haberse formado entre el tumulto
de las armas, cuando saJía á com·
batir contra lo s cruzados, deponía los
arreos fe menil es, ocultaba sus rubios ca.
b e llos con el casco de espantable cimera,
y velaba sus facci ones femeniles con la
dura é im pe netrable visera.
Lfbreme Vios de desconocer que las
muj e re s pueden ve rse di g nam e nte llamadas
á d ese mpe ña r papel importante y
aun principal, no sólo e n el¡seno de la familia,
sino en grandes acontecimientos
qu e inter esen á una nación, quizá al mundo
. La Sagrada Escritura nos presenta
entre los Jueces de l;rael, á la Profetisa
Débora, insigne c onductora de un gran
pueblo; y la Iglesia acaba de concederh
vnor inm o rtal á Juana de Arco, la gue·
rrera provid e n cial, fbr inmac ulada, nacída
e ntre lagos d e sangre. Entre los más
insignes mona rcas del mundo figuran vari
as muj e res . Pe ro de estos casos excepcionales
no pu ede deducirse una regla de
g e neral a pl icación , ni sería justo, como
lo h a r. e la in signe escritora D." Concep·
ción Arenal, a tribuir una contradicción ·
a pas ionada a\ crite rio masculino, que
permite que una mujer se si ente en el
trono y ve con r epugnancia que ejerza
m enos graves y difíciles profesiones. Una
reina que gobierna por sí misma, es caso
extraordinario; y la muj er que ll ega á
ese puesto está preparada para d esem·
peñarlo por la herencia, por el nacimiento,
por la educación. ¿ Puede esto comparar;
e á la lu cha por la vida que se prete
nde entablar entre el sexo débil y el
ho mbre?
Admirable ciencia es la química, que
de lo s despojos aparenteme nte inútiles y
á veces repulsivos de la natural eza, saca
sustancias con las cuales la tierra árida
s e hace fecunda y se corona de frutos y
de fl o res. Pero qué pensaríamos de e sa
ci e nc ia si sólo sirviera para la produr..
ción de plantas grose ras. aunque útiles;
y por su infhencia vi éramos transformarse
en prosaicas legumbres las rcsas y
el a veles de nuestros jardines, que so¡ 1
alegría para los ojos, deleite para el sentido,
fuente de inspiración para e l po eta?
No terminaré sin recordar que lasComunidades
religiosas tienen gloriosas tra-
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EL HOGAR C.:ATOLICO.
diciones en punto de cultura femenina.
All á e n la Edad Media, entre las nie ·
bias bárharas de la Germanía, se d es taca
la ~ingul a r figura de la monja Hros ·
wita, que dej6 m e mo rabl es pi ezas de tea.
tro es rri1as e n idi o ma latino. En el gran
siglo XVI, ¿qué fi g ura española eclipsa á
la de la in signe doctora Santa Teresa ? Y
aun nu estra Améri ca colonial tuv o dos
monjas ilu stres: en Méjico, Sor Juana
Inés de la Cruz, llamada la Décima Musa;
en Col o mbi a , la Madre Castillo,que supo
mane j;¡r con in co mparable inspiración
mística el idioma castellano, h echo, según
frase célebre, para hablar con Gios.
Grandes nombres son éstos y bi e n podéi
s amparr1rosbajo su sombra, sino para
vestir el h ábito r e ligioso, que es cosa de
vocac ión especial, no á te dos concedida,
sí para ll e nar digna y cristianamente las
obligacion es qut úS imponen Dios, la fa.
milia y la Patria.
La Patria
No es tan cara la tierra qu e 1rnbitamos
P or su cli lll a geni a l ó fé rtil s u e lo ;
M as p orque e ll a es la p atri a,' ell a la madre
Qu e d a rnos q uis o el Ciel o.
Porque en ell a prob ar on lo ~ üa ve
Y an wrgo del vivir nu estrcs m ayores,
Y en la sangre, su herencia nc s l egaron
De goz os y d olores .
Porque aq ul como b uenos co mba tieron
Y 1 •urd a!canzarc n de victoJ ia
O palma de m ~ rt i ri o, y á estos ~it i o s
Liga ¡ on :, u 111emori a .
Ya es1>1s mismas campiñ a s fl or ec ía n
Bajo ese mism o so l radioso y bell c- ,
Antes que aqu í la s anta cruz re i nase,
Y PA TRJ A no era aquello.
Gananrl o paln1 o á pa lm·• N uE vo R EINO
Fundó es ta pa tria e l va lt.:J·oso hispano,
Para s us hijos, n o para fut uros
N iet os de oc i oso h erm r• no.
P or eso la Conquis t a, h e rcúle a haz ~ña,
Benrligo, cuando vue lvo atr:\s la vi bta,
Y l a guerra, á la pn r , ele l nrl epend<> ncia,
A fu er de Reronquista.
P a tria es la fe y e l ha bla; lo s recuer·J os
S nntos, que nng· uran p or venir r'iente;
Fuego qu e en t ier ra e xtraña, en caso adve!'s o
Se a gita pr epotente.
¡Oh ! no d ejéis s e ex tinga esa centella,
ERa a lma de l o grand e y de lo b uen o,
Que á r ec i bir c umic n za el d ébi l niño
En e l m a ter no seno,
Y qu e en el joven, si dor·mita , súbito
D espie r ta, como el ímpetu de Aquiles ,
Cuan do la e ~ pada descubrió c utre gasas
Y tocas fe m e niles.
1
¡Oh ! amad la Patri~, venera d la; y cuando·
Todo zozobre .Y la esperan za muera,
Con brazo firme aun trr molaa en a lto
La nacion a l bandera!
M. A. CARG-·
Culto eucarístico
Se ha exte ndido notabl e me nte no sólo
en esta ciudad sino en toda la Arquidió-cesi
s, de man e ra que apenas hay ¡Jarro-
• guia donde no esté establecida la Congreg
ación de l Sagrado Corazón de J esús yla
Adoración 1Jerpetua ; en cerca de cincuenta
lo calidades d ebe fun ciona r tam-bién
regularm ente, la h e rmosísima Asoc.
ia ción P 0 ntificia de la Adorac ión R e paradora
de las naciones católi cas, que se·
rropone extender por todas parte s la práctica
de las Cuarenta Horas romanas. El
limo. y R e vdmo. Sr. Arzobispo Primado
ha mo~trado vivo ínttrés en que éstas se
hagan sucesivas cerno en Roma y muchas.
de las principales ciudades d e Europa y
América, lo cua 1 no será difícil si Jos Sres'
P á rrocos y Capellanes se pene n d e acuerdo
con el D irector Diocesano de la última
de las asocia cion es mencionadas, para ver '
cómo se fija de manera estable esta áurea
r0tación de alabanzas y actos expiatorios
á Jesucristo Sacra men tado.
Convendría también que se reunieran
de vez en cuándo los directores d e todas
las A~ociacio n ese ucarísticas y lo s Párrocos
y Capellanes para ponerse de acuerdo
en algunos puntos, y ayudarse en esta
santa obra, la cual, á la vez que piadosa y ·
a scé tica, podría se r de propaganda católica,
ya que los ti e m pos son de lu cha con
la impi eda d y la indife r e ncia r e ligiosa.
Estas reunione s podrían servir para estrechar
más y má s la unión entre el Clero
secular y r e gular y en tre las mismas Congregaciones;
servirlan también para no
muy tarde llegar á la reunión de un
Congreso Eucarístico, porque ya son notables
, e ntre nosotros, Jo s e le me ntos que
podrían hace r fec unda en bienes espi ritua-le
s esta Asamblea. ·
CEL so FoR ERO N r no, no pudiendo corresponde
r personal men te todas las visitas y
aten.ciones qu e num e ro sos fe ligreses y
amigos se dignaro n ha ce rle con motivo
d e la mu erte de su padre, acaecida en
O c tubre último, se complace en presen.
tarJes e l testimonio de su más vivo agra.
decimiento.
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EL HOGAR CA TOLICO
Da las gracias también á la prensa
de la capital por la manifestació n de condol
encia que se sirvió hacerle.
Igualm en te agrad e ce al Sr. Cura de
Zipaquirá y á numerosas señoras y caballeros
d e esa ciudad, las manifestaciones
qu~ se si rvi e ron hace rl e , con motivo
de la Estatua de San Antonio de Padua
que tra j') de París, con destino al al.
tar que le construyó, cuando fue Párroco
de ese Liga r.
Libertad, igualda.d y fraternidad
R e presen taiJ a D. Policarpo entre bs sesenta
y cinco y los setenta, esa ed ad venerable
que ll amam 1s ya ~ n cian id a d s i n he rir la pueril
ocultación que aqueja á una buena parle
d el género humano.
Siendo muy j oven, em igró, como t antos
otros, :í la .\ m érica, dond e la sue rte, s u afa nos
o tra b ajo y a rreg- lo en el VIvir, le hicieron
dueño, en unos cuantos lus tros, d e pingüe
fortuna.
R egre>Ó á España caduco y g .,stado, y establec
ió su residencia en una capital provinci
a na, que lo era del vill on io d onde vio la
primera luz , en el que aún le reco r da ron lejanos
parien te> , que quizá sin l os abundantes
d oblones que traía uo huLi er .• n adver tido su
llegada. Pero, á no dudarlo, la riqueza es
auxiliar p ode roso de la e;enealogí;¡,
., En su lucha por el diner o , ni se oc upó en
crea rse una f •m ilia, ni mucho menos en c ultivar
su espí ritu , que nunca se rem on tó á lo
ideJ l. D aquí que aprec iase lo s cuadros por
pies, com u lns solares, y que no hubi ra vacilado
en rlasinc¡¡r en la misma familia á la
a:Jormi cle !' a y :í la po esía. ·
No profesaba id eas r el igiosas de. n i ngún
credo; era tan sólo, s• gún su expresión, " un
hombre pdctico para el que el d ía t uvo siempre
tre in ta ho ,.as, sin más r eligión que el trabajo."
,
Al establecerse en la P i' ninsula, no mbró su
apoderado á un h o111 bi e con fama ele b ue:10,
de agudo i ngen io y fina perspic.,cia, ac •ed i tado
con la fiel il dministración de otr¡¡ s f¡ rtunas
á su cu iclaclo conliadas.
Con éste departía en la o cas ión y con el mo tivo
d e esta h •storia.
-Quiero r¡ue no me wrprcnda la muertedecía
D. Poli ea rpo-sin dejar arreg lHdos mis
a suntos. Teng·o hos qurja Jo mi testamento, per v
no aciei'LO con la d cse.t da s ol uc ión á una id ea
qu e vol te ,1 en mi c eu bro. u ~ted podría nyudarme
c,m ¡, u cl nra intelig· eocia.
El adm i ni, trad or se inclinó r e spetuosa y
modestame nte.
-Es mi deseo dejar un legado para una
undació n, asociación, in5titulo ó lo que diera
en llamarse, en donde se practique por modo
indubitable la sublime fó :·mula Libertad,
I g ualdad y Fraternidad; meJor dicho: que sea
resultado de esa fórmula que div inizó la Revolución
Ft·a nces a.
-Presum o la s dificu ltades que se presentan
á s u original proyecto, que á mí también me
seduce, y t enga u sted por srguro que no he
de darme treg ua ni de igu ió-T r dos so n ig u ales :
visten el mismo hábito, nad ie posee nad¡¡; el
rico, al en tr·ar allí, se empobrf'ce; el aristócrnta
se iguala al plebeyo; comen !o m is m o, la celda
es ig ua l p.1ra tod os, y las reglas á todos
a lca nzan.
-No obstan te, tiene n superior es: hay l ego
categorías, ofir ins distintos ..••
-Eso es equidad, -y en la equidad estriba
la suprema igua l dad.
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EL HOGAR CA TOLICO
- Fraternidad-añadió.-Viven com o herma
n os, se ll a man he rmanos , s e ay ud a n, se
c on u ela n y tra b~j a n con absolu to d es prendimiento
de todo inte rés propio, y este auxilio
y este con su elo lo extiende n á t odos s us semej
an te ~, au n á s us enem igos , y á tod os a man
en. Dios, rezando por los que no r eza r on j am
as.
Se hizo un l11 rg o silencio.
-Pues si esa fó rmula encarna de a n t ig uo
en el convento ca t ólico, ¿ qué hay en el moder
no libera lisn•o ?
- Plagio insus t a ncial y huero, D. Policarpo,
s ólo pl agio y pa r adoja .•••
MANUE L 0 NC INS Sm ó
( De La Lectura Dominical) .
El viejo y la niña
El viejo-Niña de los neg r os oj os,
¡Cuá n feli z de ti, María 1
La n iña- Mi c J razó n s in enojos
Sólo res pi ra alegría.
El v iejo- Di c h o~a d e ti, dic hos a,
¡Que en el co n te nto te e11gríesl
La n i ña-----:¿ Y por qué cual yo n o ríes,
S1 m e crees tao ve nturosa ?
E l viejo-He lar on los desengaños,
¡ Oh! niña mi co razón,
Y en el surco d e mis años
Se q uiebra to da ilusión.
La n¡'¡ia-¿ T e cam biarías por mí,
Troca n d o por mi al egría
De la ex perie nci a la guía
Que te di er a el nmndo á ti ?
E l viejo-Sella t u la bi o, ]\'[ a ria,
Angel de amor y cariño,
Más vale el al ma del niño
·- Qu e el saber que a l hombre g uía.
La nll!a -¿ Pues n o d1 ce n que l os años .
Son la luz d e la r azón,
Preservando d cor a zón
De los funes tos en"'años ?
E l viejo-Qu~e n eso dij o n~ntió,
No d iJO ve rd ad, María :
Mi s pena s y mi a gonía
· - P or mi s a ñ os c ue nto yo.
La n tn a -Call ad, b uen ho mbre , por Di o11;
No hab leis así d e la vid a ,
Qu e sien to e l al ma a fli o·id a
A
. ? un mas q ue pJr mí, por vos .
El viejo- De la vida la j or nada
Me e n señó la cienc ia m ía,
Q ue es al em pezar, Maria,
De fl ores mil t api za da.
Mas de l mun do los e nojos,
Al pa r que en ella se avanza,
Nos hacen pi sar abrojos
Burlan_do toda es peranza.
Y o que ya voy de pa rtida
Y el a lm a ll e vo doblada,
Sólo sé, que no s é na da
:S ino el dolor de la vida.
La n iña-Yo sé entonce s más que vos,
Pues sé qu e en la vitl a, fl ores
Y luz y ci elo y amor es
Y dic has ha pu es to Dios.
Y s é co n sólo creer,
Que esos regalos s in n ombre,
Se los hizo Di os al h om Lre,
Al d a rle e l humano s ér.
Qu ien_prov oca los enojos
De AQUE L qu e t odo 1) al canza,
Ese no tend r á esperanza
Y pisará sólo abroj os .
El p oe ta-R azones como se ve
S Jn éstas que p r sentidas,
A s í ll eva a. s iempre asidas
E l dese ncanto y la fe:
Falle el s abio observador
Cuál nos r eve la m ás ci e nc ia,
Si del vi rj 1 la experiencia
O de la niña el cando r.
FnANCISC O X. DE Ac HA.
C RONICA REL 'GIOSA
( De nuest ros ca njes)
-CoN OC ASlÓ :-1 del Cong- reso E uca rístico de
Col onia, el Pad!'e Santo dirigi ó al Ca1·denal
Fischer, e l 2 2 de AgJsto, un h ermoso Breve,
en e l cual le dice : "Por el triun Fo de la Reli
g ión cr i<; tiana , por el magn ífi c .J es pec tác ulq
de la fe, debemos, ca primer luga 1', d ar infinitas
gra cias á Dios : m ientra s qu e la caridad se
r esfría e n muc hos pueb lo s, E L ha querido aviva
r eficaz m ente el fu eg o de su amor en la
c iuda d más ven erabk de Ale ma nia. Des pués
d ebe rnos feli c itar a l pueblo do Col onia: su
pie dad, de -a.Illig uo probada , y s u fid e lid ad en
la fe, le han acarreado con jus ticia el sobrenombre
de Rama al emann, y corn pí le le el elog;
io de Sao Pa blo: "Vues tra fe es conocida en
t od o el mundo ." T ermina pidiendo a l Señor
que j amás s e aparte Colonia del amor del
Salvador escondido e n la Eucaristía, ni de la
patern a l di r ección d e su re prese ntante en la
tierra.
-EL P AD RE S ANTO , en el Breve Omn ipotens,
de 11 d e Abril úl tim o ,co ufirmó las pre·
rrogativas cu n c~did as po r o tro<; Pontífices al
sa ntuari o de Santa Marí a d ~ I·1 S An ,.eles ó de
~orci ú n cul a r n As ís, y, a de más, po"r propio
1mpulso determinó que se ll ame con jus ticia
Cabeza y Ma d re de la Ord en de Mr nores.; que
se t ~ n ga e n adelante po r Ba sí li ca P a triar cal y
Ca p11l a Pa pa l, corn o las de Roma. En tal virtud
, ha q uedado sometida á la jurisd icción,
pa tronato y domi n io de la Santa Sed r , tiene
cerca de l a lta r m ayor el tr ono papal pa ra uso
e xclusivo d el Papa, y la parte del altar que
mira á él c omo alta r papal.
-ADE:MÁ S llN EL Bn EvE S ÉPTIMO, de 4 de O -
tu hre, con m o tivo del Vll Centen ario de la Orden
Franciscana, establece para siempre: que
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EL HOGAR CATOLICO
la Orden Pri mera, por lo que mira á la Regla, es
una sola religión ; por lo que hace á las
Constitu ciones, se divide en tres familias:
Frailes Menores, Menores Con¡,enluales y
Capuchinos. La primera puede Jlam.arse Orden
de Frailes Alenores de la Unión Leoniana,
y su Ministro General se reput"t de
toda la Orden de Menores, como prerrogativa
honor ífica, y lleva la precedencia, porque los
nombres de las otras familias no s ig nifican
dived idad esencial de la Reg!a sino de las
Consti tuciones; empero, los Mini>tros de las
tres fami)i ;•s soo. ig ua les en pod er, como Vicarios
y sucesores tle San Francisco, porque
son ramas del mismo ár bol, ya que profesan
la mis.na regla. Las ba ~ ílicas de Asís y Porciún
ru la son común patrimonio de las tres fa-mil
ias. ·
-PoR. DECRETO de 7 de Septiembre de la S.
C. de Relig., no podrán ser admitidos en las
ComunidaJes é In s titutos re ligiosos, s in licencia
de la Santa Sede, ni al noviciado ni á
la profes ión, so pPna de nul idarl : 1. 0 , los expulsados
de colegios, aun laicrs, por motivos
criminales; 2. 0
, los expulsados poi cualquier
causa, de SP.m in arios y col ~ gios ecles iásticos ó
religiosr s ; 3. 0
, los despeclioos de otra rel igión
ó que obtuvieren dis p<'nsa de votos; 4. 0
, los
despedidos de otra provincia religiosa .
A PETICIÓN DE LA Unión T ipogrófico- Ca tóhca
Obrera, el Papa ha mandado insertar
en el Ri tua l una n ueva hermosísima bendición
de ljts librerías y de las imprentas.
A propósitu: ¿cuántas librerías é imprentas
habrá en Bog otá que sean n e t ~ m e nte catól
ic i nsi g nes im ponentes fu n c ion
es r eli g iosas, y el Su m o P o ntífice dirig ió á
los fi e les de e sa naci ón una e locue nte a loc u ción
.
- LA PI\ EKSA protes tante i ng lesa ha c om entado
c on a s ~ m b ro In ven ta re d itada p or el C; t
ó lic. o d uqu e de No rfo l k d e s u co l ! cción de
cuad r os d e Ilolbe in e n unos 2.5oo,ooo pesetas,
que h a d est i narlo á la co nstrucción, fo ment
o y rrej or a de e -cuelas católi c a s . Tan
h e rmo~o des pre ndimiento y ¡,. Ap l icación de
estas rtq uezas á la d ifu sión de la s s ;mas d octr
i nas en a q ue l país , d om in ad o por e l pr otestan
t ism o, revelan al t a y clar·a m en tc el acendra
do catolic ismo de l in s igne p r ócer in g·lés y
e n se ñ an l a c on v e nien cia <.le sup ri m ir luj os i núti
les e n ben efic io de l us necestL a dos.
-SEGÚN L A ÚLTIM A Memor i a de la S oc ied ad
d e la s M i; iones extranjeras , d'l P>~ rís , cu enta
esta be nem é ri ta Soc ied a d c on tre i n ta y s ie t e
Misio nes en la I ndia, I odo -Ch i na, e n la Chin
a y e n el Ja pón ; tre in ta y s ie te Ob ispos,
tr e~ ci •· n t o s cinco rel ig iosos , c ua tro m il setent
a y ci r1 co r elig i sas y mi l tr es cientos s ~ te nta
y un M ision e ros.
T odos és tos, así como los reli g ios os d e ambos
sexos, son fra n ceses , excep tu an do á los
i ndíge nas , que tao · b ien saben s ecundarlos en
su m is ión ap >s tól ica, e duca tiv a ó d e carida d.
- Mo Nsmun J onn A :-~ , de veintioch o a ñ os, Capitá
n d e Estado Mayor , Ay u da n te del Ge n er
a l Kcrdrain y Caba lbro d e la Legión de H o n
or , te r m i na d a s u c a mpaña en China, h a r enunr
iado a l bri ll an t ís im o porvenir que le esp
er aba para in g-r esa r e n un S en1i nario fra n cés.
A caf o ha o ído en s u al ma aq uell as p a l ab r as
que r e olvier cn a l g-rao San F r ~ n c i sc? Javier
á a ' ando nar lo to do para g an a r t m per JOs p a r a
J esuc ris to:" 1 De c¡ u é a provecha a l . h o m b~e
ganar t od o el n n;n do, s i h a de s ufrtr d etrtmento
su a lm a!"
V ARIA
-L ~ s S ANT OS PADRES amonesta n á t od J s sabiame
n te á que sin d em or a s e apres u ren á renacer
por me J io del b autism o. Y n oso tros•
c on s i derando l a neces id a d su ena de e ; te sac
r nmen to , m a nd a rnos q u e todo niño sea ba uti
zad o c ua n diJ m ás ta r de de ntro del q 11 into día
de na cid o , y es t o en ca so d e que un p ~ l i~-r o i umi
nente de la vida, no o bligu e á que se verifiq
ue el bau ti s mo m á ; pronto. ( Con cilio Provtncia
l de Nu e va G r anada, T ít ulo IV, Capítulo
ll).
-SOLAMENTE el P á rroco ú o tro sa ce r J o te delegnd
o por éste ó p or e l Ob is p o, tie n e n ti er e·
cho legítim o de ad mi nistrar el bautis,n o,
~ i em pre q ue po r grave n ecesida d no h ay a de
apr e , urar~ e su :J d minis trac ió n ;· por qu e i n ~tnn::
lo t a l ne•:es idad, p lr H que nad ie m ue r a
sin es te saludabie r . m ~ di o , cua lq u iera hom bre
ó mujer, aunq u e no pr ofese l a fe d e Cr isto,
puede con ferir váliua mente el bautis m o,
sin nin g ú n ri to n i cer e mon i<1 , co n t al que
emplee la fo rm a y materia pres critas é i ntent
e hacer l o que h ace la santa m~ dre I~le sia
. Si la n eces ida d de b a u t izar e l n i ño fu er e
ex t r ema , y n o se h a l:are p rese n t e nad ie que
p ued a bauti z arle, n o teman en este eJs l h l ee
rl o lo,; pa d res, p n·que no contr a e.n p ~ re o t
esco espi ritual e n tre e ! los. ( l bíd ).
Los IJAD RES d ~ l Concilio de Nicea prohíben
i mp on e r :í los b a u tizad os n ombres o bscenos,
fa bulosos , r idícu l os, d e d ios e s fa lsos ó de
h o mbres i m píos. Noso t r os hacemos s everamen
t e la m isma pr0hi bició o, y m a nu Hm OS
qu e á l os ba utizad os ' e d en t an solamen te
nombres d : sa ntos , para que los qu ' s on l lev
ados a l co n c c im ien to de la l u z a dmira bl e de
Cr isto, len g a h en ell os a bog ad os e n e l. c ielo
y ejem pl •S de v irtudes qu e i m ita r en l a tien
a. ( l l l) .
T ÉNG ASE Pn ESE NT E, d e acuer do con lo que
d is pone e l Co ncilio Triu c ntin o, que el q ue re
cibe el enca rg· o de padri no en e l b a u ti s mo
d eb e se r uno solo, ya sea varó n . y a s e a mujer
, y á In s ,, mo u n varó n y u n;o ''' uj Pr ; per o
e n ningú n caso pued en serlo dos va r o nes ó dos
m uj er e s. ( No se p ermite q ue haya cua tr.> padrinos)
Deben los párrocos a m ones t ar á los
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EL HOGA R C \ TOLI CO
padres de lo s niños y á tod os aq u ell o<; á qu ienes
in c um be no m br ar pad rinos . á que n o ( li jan
para desem pe ñ ar este g rave car·go s i no
á p erso n as d ig- na s y q_ue p u ed n cu m plir co n
las e-r a v es obligaci ones que con t raen . rCons t t t
u ctOne s Sinodates- Pdrte 3 .•, Cn p í t ul o [ V).
S oFr SMA 5 AN TICATÓ Lr cos-r .0 Ped r o y .J uan
en tablan el d iálog-o siguien te:
P ed ro-P ro hibir los li bros es u n a bar bar
id ad in c reíble; s i yo fu era Pap a a b J li ría es e
absur do.
Ju a n - P er m í lame us ted qne y l e dé á s u
hij a este l i bro obsceno.
P edro-¡ Cómo se a t reve usted á hac ·~ r me
semejante p r opues t a 1
Ju a n-¿ Es dec ir, que usted ta m bién p1· oh
íbe lib ros ?
P ed ro-Como p ad r e d e una n iña i noc ente,
n o puedo p e rmitir que lea es e l i bro.
Ju an - ¿, Y qu ie re usted que el P a po, q u e
es pa dr e d e t odvs los ni ñ os i ooc w t cs, d e iodas
la s p er ·< Onas ig no ran t es, lo perm ita '1
2 .
0 N o ha y hom bre tao fa tu o q ue se i m ng i ne
s a b ,• r la ast r o nom ía ó e l g riego c u an d o no l os
ha estud iado. Son m uc h os los q u e pretenden
saber el cato licis mo s i o habe d o e s t ud iado; y
si l es pre se nt á is las más a rd ua s d e las c ue'>t
i ones t eo ló g icas, las d ec id e n a l punto mag istra
lme nte .
i5. 0 L as mad r es qu e les pro h íbe n 11. su s hij os
los v e n e n os desc on fía n d e la c ien c ia ; to d u v en
eno tien e su c on t ra venen o. L a Igles ia que
pro híbe los m a los l i b ,·o~, d esco n fía de la r e ligión
: u o libro ma lo se cootes . a ccn un o
b u en o. ( R ic ardo r:a rra s q u i tla) .
E L ORAD OR que, sirvién d ose de las ga las de
la di cc ión y de su habi li dad para m ove r los
afectos y hec hizar la fa n t a· í a , p roc ur a hacer
ad opta r opi n iones errad as, es u n ver d ade r o
impos tor , no menos cu lpa b le que q u ie n e.rn p
lea medios q uiz á má s repugna ntes , pero mucho
menos pe ligrosos . N o es líc ito pr r s u ad ir,
c uando no es lícito conven cer; c u and o la convi
.: ció n es un eng a ñ o, la per s u as ión es u na
perfidia . Los es cri tu r es y oradore s do tad os de
g r andes cualidades pa r a i n te resa r y s e duc ir,
so n una verdadera c a lam id a d pú bli c a c u an do
las emplean e n d cfeq~a d el erro r. ¿ Qué im porta
e l brill o s i só lo si r ve á des lu ;u bra r y
pe rd er ? (B a lm es-El C r i ~ e r i o ) .
CELO PARROQUI.\ L-,\1 que emp lean la ¡;;en
eral id ad di! [o <; parr' C\ cos y cn pe ll anes y las
comu n idad · s reli g-io s as pa ra adoclrina r á los
p uebl os y ll ev arlos p ~ r el camino d e la sa lv
a ci ó n, se u ne n l.1s obras costosas q u e acome
te n, casi sie mpre, s in co nta r con recu r s os
n in gunos.
A s omb ra lo que e n es ta ciudad est á n hac iend
o, entre o tros, los r es pe tables sac e rdo tes Fan diíí
o y Oc11 m p o, les RR. PP. J es uit as y e l Sr.
Ca n óni g o D r . Cam a rg . No muy l a rd e l a nueY
, ig les ia d e L a \ rerJ.c ru z h nr á h r n or á las d e
la c iudad; l a i :;·le::. ia de l Ho sp i cio so r pre n de
p ·r lo h ermo;a; ad el a n te de S a n Di ego pronto
se c ol ma r á d e fi el es la Cap i lla d e l·a !\ [creed
qu e: ed i f-i ca n Jo, h ij o-; de San I3·naci >, y para
n o tes d e la n !Í tad del año es t a rá consag rada
Id fa mosa ig le ;i a d e San AntGn i o, q u ~ co n s truye
e l D r . Camarg"l en s u pr o,·iJ en cia l A ilo
de la I n fa n cia l) , sampa rada . Las monj a s de
L 1 Ense ñan za h ie i ~ ru n u n a primo· o a capilla
y Jos r\ apuchiuos h a o t r ,, nst; r mado la Co n c
e pc ió n. T aot en !\l a dr id como en T a bio,
ChocoJ tá, Vil l a pio zón , Funza, F usagasug· á,
S a n An to ni o de T ena , Vio tá y ot ros muchos
lugar es se le vantan m agnífico s t emplos.
El S r . C ura de Chipaque h a so rprendido
coo h her m os ís ima ig- lesia gó tica que no hac
e nJUc ho c om ag·ró e l Il mo . Sr. Arzo' 1ispo, y
a 1.enas hab r á p a rrvquia do n de e Cura n o
e sté em pzñ :1d o e n obras d e c onstrucc ión ó de
orn a to y te nga que l u c ha r m u c hís imo con el
a r du o p ro b lema de la i ns tr ucc ió n pri maria.
Para todo esto encuen t ra n arres censor es y
op.1 si tores e n g a m onales y de o cu pad c. s d e
l• s pu Pb lo s, y no p Jeas ve ces en las mism a s
a u to r idade s local es, en vez de r ecurso s y cooperación
. Curil s ha y co mo Pi de Ma drid (Serr
rzue la), que pa ra a tPnd er á la obra d e la·co n strucci
ón de la ig les ia se ha r e du c ido á vi v ir
eri u nas p obrf s p ie za s para arr en da r· la cas a
cu i'al é invertí r la to ta li da d de s u va lo r e n la
ob ra que ya le c uesta i •. fi n itos s ud cTcs . En t r e
tanto, ¿ Fa ra qu é sirven los C u ras? ¿ Qué
bi en h ac e n á los p ue bl os?
- DocTR INA Cl\ISTIANA . Con fe cha 3o d e .M ayo
info rm ó e l Sr. C ura de El Coleg·io, que a l
fin , v e ocieo do m u chos obstáculos, h abía pod ido
fun dar la C o n ~ r egac i ó n d e la D0ctrina
Cris ti a na; aco m pa ña el ac ta y la li , ta d e dig n
a tar ios y Cvn .r ibuyentes. -
E l Sr. Cura d e La Caler a co m ·.m icó, con fe
c h a ' 5 de J ul i o, q ue In i nfor malidad d e los
pa dr e s de fa m ili a h a hec ho que se;1n po co conc
u rridos lns cen t ros rurales de enseñanza,
pero que á la ig· lesia asis ten 150 niños , y que
l os f\ R. P P . J csuítas, e n la hac ienda de E L
L 1bano, tiene n un ce n tro de DJ ctrin a muy
conc urrido.
E l Sr. Cura de Ar be l áe z d io cuen t a, con fecha
18 de Oct u bre. del e x am e n gener a l de l o~
375 n iños q u e as is t rn a l ca t eCÍ'm\0 d e la iglesia,
e l cual d io resul tadcs br i llan tes.
- L A CoNGREGACIÓN DEL SANTO V r,lTrco,
fu n dada e n la Capi ll a de l S ag rar io por la piaJosís
i rna n1 a t ro n a D.• Merced es Díaz de Mal d
onado, ha q uedado ncéfa la por la muer te de
su digna D ir ectora, oc urrida el r6 d el ú ltimo
m r s.
Esper am os q ue l as se ñ or as y ca b a ll eros del
Cónsrj o no deja rán mor ir la obra inic iada c on
t a nto ce lo por la I' Cs petab l e tinada . E l fin que
s e pro pone es d e lo más bello y ag rada ble á
D ios que pu ede da r se. H ac e rle la cor te l os ca-
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EL HOG AR CA TOLICO
halleros a l Rey de los r eyes y pr epar arle las
damas digna morada en las a lmas d e los enfermos,
es ocupación d igoa de l os ánge les .
La Sra. Díaz de M:ddonado f undó Lambié n
la Acción de Gra cias y fomenLó muchís imo
el cul Lo eu ca rist ic o. J uzgamC'S que enLre las
d istinguidas damas de es La ci udad deb e L~ ner
muchils imitadoras.
-LA CoNGI\ EGACI ÓN de la Doctrina cr istinna
de Que Lame dedicó á l a juve nLud que asisLe
á los catecismos, con ocasión de los exámen es
anuales, un acto lír ico - mu sical en el cual s e
Locaron y cantaron troz os selectos de disting
u idos autores, se h icieron var ias r ec itar-ion
es y la Presidenta de la Congregación leyó el
informe anua l.
Nos com place e l vuel o que la enseñanza de l
Catecismo va t om a ndo, y no podemos menos
que felicitar á los párrocos y catequistas, por
los esfuerzos q Le h ace n pa ra incu lca r el conocim
iento de Dios y su s?nto temor en l os niños
y j óvenes . Instrucción, mucha i nstrucc ión
relig iosa, armonizada con los dem ás conocimientos
necesa rios pa ra las nece s idades de la
vida, y se leva ntará el espíritu y m oralidad
de los pueblos.
- DAM OS nuestro más sentido pésame al Sr .
D. Ricardo Herrera R estrepo y á su distinguida
fam ilia por el fallecimiento de su hijo,
e l apreciable jove n Ric ardo, ocurrido el15
del m es pasado; y de manera es pec ial presentamos
al Ilmo. y Revdmo. Sr. Arzobispo el
testimonio d e nuestra condolencia.
A las exequias, c elebradas en la Capill a de l
Sagrar io, concurr ió lo más selecto d e la socie-dad
d e B ogotá . ,
-LAs CuARENTA H oRAS de la Escuela de
Cristo y dr. la Adoración R e pnradora, celebradas
en la Capi ll a del SRgrario, se dis t ing-u ieron
por el recogim i enLO y fervor de los fi eles
que asistieron á e ll s .
Las señoras y caballeros de estas asociac iones
a ltern ilrO n con el cor o e l canto d e los h i mnos
lit úrg ico s y l as Letan í as, lo que hicieron
con b uena enton ac i ón y acierto. La Adoración
nocturna del Santísimo veló toda l a noche
del 3 y parte de la noche del 4, con r ecogimie
nto edificante. E l Trisagio que se cantó
á media n oche estuvo imponente, lo mismo
que l a misa de l as {f d e la mañana, en que comulgaron
numerosos c~ba ll e ros . En la Proces
ión, co n que el 5 term in ó el solemne Triduo,
llevó el San•ísimo el Sr Vi ca rio General, y se
hizo notar, á l a vez que la piedad, lo selecto del
concu rso. Acoo1paña r on el Sr. Cura de San
P ablo los señ r es Presb íteros Res trepo Sáenz,
Castro J. ( Vice nte) y otros sacerdot es. A todos,
nuestros m ás cumplidos ag radecimientos y de
manera espec inl al Sr. Subdirector de la Pon tificia
, D. San tiago Barriga, y á las sE<_ñor as y
señoritas que ayud aron en el arreglo de la
iglesia y en toda la f un ción .
- EN LOS oiAs 6, 7 y 8 de Febrero serán las
Cuarenta Horas de la Parroquia de San Pedr o;
toca en ell as á los ve~ i n n.; hacer ;~ c: to de p r esencia
y c oo perar para qu e se celeb!·en con la
p ompa debid a.
-EN CHAPI NERO y en la iA·(e, i a de La Co n cepció
n ·a fi esLa d e la f n •n"cul >t d a estuvo seguida
también de solemo isi mo Triduo de Cuar
enta H or<1s . En la igle s ia de San J osé, el dili¡¡;
entí imo Sr. Cura celc:bró el 8 de Di r ir.m bre
espléndida fiesta á la I nm ~c ul ada, e n la cual
cantó s u primera m i: a el j oven Ad eodato
Díaz.
-FA NDANGOS MÍSTICOS-Era COS tumb re entre
los buenos santafere ños ce le Lra r en su s casas
las novena s de la Inmacul ada y dd Niño
Dios con r egor ij 0s en que se he rmanaban la
piedad y u na p r ud.' nte y hones ta expansión.
Esto daba por res ultado el afi anzan .ie nto de l
amo r á alg- una s prár.ticas re ligio~as y la may or
co r c..l ia l id ad en la s relaciones de fam i li a y sociales.
Como r eminiscencia d e estn hermosa costumbr
e, ó ntás bien dege ne ración de la ntisma,
hacen hoy en no pocas casas y aun tiendas,
cier tosfa n da nqos, en que la parte re! g iosa,
puesta e n ridícu lo, s irve de pretexto para diversiones
que no t olera la re ligión. Acaso se
h aga n correctamente e n a lg un as partes es tas
novenas, pe r o en las más, só lo sirven para
multip li car las ofens as á Dios.
E l carácter elevado y espiritual del c ulto divi
no no permite que se mezclen con él pr ofan
idades; por esta razón la Iglesia, siempr e
aten La á la conservació~ de su pureza, y á que
n o se des virtúe s u fin , ha prohibido Lodo lo
que r ev is ta ca r:ícter tea tra l , y rechaza en los
co r os el uso de ins trumentos fragor oso s ó ligeros,
como tambor. s, bon1bos, platillos, cam p anillas,
pianos y otros s e mejantes y ac~so peores
coruo serían pa n de r ctas, t i pies, lo que el v ulp;
o ll a ma entre nosotros chucho, etc. ¿Qué
diremos ahora d e las mi sas de aquinaldo en
que, contraviniendo lo orde n ado p or los Prelados
y el Sum o P ontífi ce, v i e nen á convertirse
en m fsticosfandan q os? ¿Se dará g loria
á D io s con esto , ó t an só lo b usca r án cie r ta
clase de de votos un m ed io de divertirse?
-A PENA ver en el atrio de la Catedral y por
las ca ll es, niñitas hasta de se is ó siete a ños,
vendiendo por las noches billetes ele la lotería,
y horroriza e l descaro con que algunas gentes
ofenden la m oralidad públlca . ¿No pod r ía la
policía impedir que esas niñas anden por esos
lugares, expuestas á contraer ma las costumbres,
y que los que no tienen ni tem or de Dios,
ni vergüenza , por lo men os, se acuerden q ue
no viven en tre cafres?
-HA HEGRESA DO de Europa el Sr. Pbro. Dr'
D. Carlos Cortés Lee, Secretario d e l Arzobisp
ad o y em in ente orador sagT a do. Durante los
diez y otho meses que du ró su vi;~je, vi s itó
casi toda E u r opa, el E gi pto, la Siria y la Pales
tina. En P a rís predicó con grande apla uso
un r etiro de tres días en la Capill a es p;~ ñola, y
en tod as pHLes se d istingui ó por s u vasta ilustración
y grandes d otes . V uelve á la pa tria,
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL HOGAR CATOLICO 3'
notablem ' nte restablecido en s u sn lud y en
· mom en t L s pr op icios, para ayudar con su co nsejo
y di1· .. c cióo en muchas cosas necesarias
para s o b ien .
R eci b a el ilu stre am·go y hermano, nuestro
cordial sa ludo de b ienvenida.
-CoN PHOFU NDA p ' na re¡;-i stram os el fallecimiento
del Sr. Pbro. D . Rufino Mací as, nuestro
cotnpañr ro de viaje en Tir 1 ra Santa. Pres
entam os nu estro sen tido pésame á la Diócesis
de Garzón.
-DAM :J S las g raci J s á Los PrinctjJios por
la manera ga lante co n que ha cone~ p ) ndi d o
el canje de EL HoGAR CATÓLICO y el saludo
que le ha hecho por su reaparición. También
nos ha visitado L a Iglesia y Tierra Santa.
-CoN suMO pl acer hem os sabido que nuestro
apreciable amigo el Dr. J . Bosbell, deferentísim
o con los cclombianos que van á
Bruselas, ha sido nombrado por el Gobierno
Cónsul en Lovaina y Delegado a l Cong-reso
de Horticultura y Botánica que se re unirá en
la capital de Bélgica . En esa ciudad pudimos
ver la d istinción con que es tratado por el
Cuerpo médico, con motivo de la bendición
del H os pi tal de Santa· Isabel por el Cardenal
Mercier, ArzoiJispo de Malinas.
-HERMOSA PKREGRINA CIÓN -Organizada
por el Sr. Canón igo Dr. Camargo, salió el 25
de Dicien1bre de la iglesia de Las Ni eves al
Asilo de la Infancia Desa mparada, llevan do
proces ion almente la s bell as estatuas d el Niño
Dio s de Praga y de San Antonio de Padua.
Acompaña ron varios Párrocos y sacerdotes,
y el largo trayecto que va de l a Plaza de Las
Cruces al Asilo, es tuv o convenientemente
adornado con arcos, g·a ll ardetes, cortinas, etc.
Una vez en el grandioso edifici o, que con esfuerzo
heroico construye el Dr. Ca m argo,
pron un ció el rgregio humanista, D. Ant onio
Górue z R estrepo, uno de aquell os discursos
c on qu e d a lus tre á la lengua y á la P atr ia, y
en seguida Jos niños representaron, co n mucha
g-racia, comed ias adecuadas á la fie s ta.
Honraron la func ión, entre otros personaJes
importantes, el Excmo. Sr. Presidente de la
República y su distine·uida señora.
-Nos PARECE in del 1c ad o, por n o dec ir otra
cosa, que de sp ués de hab er roto y ajad o el
ejempl ar de EL HoGAR que se ha mandado á
a lgunas partes, lo devuelvan s in indicar la
proce denc ia, para no ~ eguir enviándolo. Esta
es la ma nem como buen número de católicos
ayuda á contrarrestar la mala prensa que hoy
apesta la capital, amenaz ando hasta l os fun dam
entos más elemental es del orden social.
Utilidad de los Bosques
Hétenos aquí en el lindero de un bosque
de pinos silvestres.
Al ver desde lejos esos bosques que
coronan la cima de nuestras montañas
¿habéis pensado alguna vez en el gran
papel que d e sempe~an e n la naturaleza ?
¿No ? Ya me Jo figuraba. Si desde e)
tren os habéis fijado un momento en
ellos, ha sido sólo consid erándolos como
uno de tántos detalles propios ¡Jara adornar
el último término del panorama que
se desarrollaba á vu e stra vista.
Y, sin embargo, sin los bosques, qué
variación tan grande sufrirÍa la tierra
que habitamos! Por de pronto nos son
de una grande utilidad para resguardarnos
de los vientos, utilidad que está en
razón directa d e la altura de Jos á rboles
que los compon en . Sin los bosques esos
vientos bajos y fuertes que soplan e n
cie rtas épocas del año cubrirían la tierra
de una espesa capa de arena, convirtiendo
las llanuras en un inmenso páramo.
Ej e rcen además una gran influencia
sobre el clima, influ encia que varía según
la extensión de los bosques, la altura
y naturaleza de sus árboles, el poder de
evaporación de sus hojas, su mayor ó
menor faci lidad de calentarse ó de enfriarse
al contacto del aire, etc. etc.
La evaporación del agua por medio de
las hojas de los árboles es un a poderosa
é incesante causa de humedad ; el más
leve enfriamiento del aire condensa los
vapores desprendidos de las hojas y los
precipita convertidos en agua á la tierra
Esta agua que, si caye ra en una roca
desnuda, iría inmediatamente á aumentar
el caudal de los arroyos, penetra en
el suelo ó es absorbida por las raíces.
Digo si cayera en una roca desnuda, ·
porque sin los bosques, las fuertes lluvias,
que suelen se r t a n frecu entes en las
montañas, dejarían bien pronto al descubierto
las rocas arrast rando la tierra
al llano ; careciendo aquéllas de la capa
de tierra vegetal que hoy las cubre, no
podrían absorber las aguas pluviales, y
éstas precipitándose en torrentes, caerían
repentinamente sobre las llanuras inuadáf!
dolas y desvastándolas por completo.
La mayor parte de las inunda ciones que
hoy tienen lugar, no reconocen, otra
causa que las enormes talas de árboles
que inconsideradamente se han hecho
en las montañas. Tanto es así, que hoy
en Francia es objeto prefe rente de la
ate nción del G obi e rno y de las Corporaciones
científicas la re pla~tación de bosques
como un medio de los más eficaces
para evitar los desastrosos efectos de las
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL HOGAR CATOLICO.
crecidas de sus grandes ríos; y, en este
mismo momento, las Cortes españolas se
ocupan igualmente de un proyecto para
repoblar los montes.
Los bosques contribuye n también á la
formación y conservación de esas fuentes
naturales que tánto embellecen y fertilizan
el sitio por donde corren. En e fecto,
las rafees de los árboles penetrando
en la tierra hacen que ésta sea más permeable
y accesible á las filtraciones·;
esto unido á que los bosques son una causa
permanente de humedad, no sólo por
la evaporación y condensación del vapor
de agua que en ellos se efectúa, como
ya hemos dicho, sino también poque las
copas de los árboles impiden la evapo.
ración del agua que hay debajo de la
tierra, hace que la mayor parte de las
fuentes tengan en ellos su origen.
Talad los bosques, y veréis secarse las
fuentes.
¿Lo dudáis?
Dos hechos tomados de la historia antigua
os lo probarán.
Estrabón ,dice que el río Eufrates amenazaba
continuamente con sus crecidas á
"' Babilo!1ia; hoy, gracias á la completa
tala que han sufrido las montañas de Armenia,
aquel río corre modestamente en
su lecho, sin que á nadie pueda ocurrírsele
que el Eufrates de hoy sea el mis.mo
que en tiempo de aquél naturalista era capaz
de poner en peligro la existencia de
una ciuda d tan poderosa como aquella
El río Escamandro, que en tiempo de
Plinio era navegable, ha desaparecido
completamen te con la tala de los cedros
del monte Ida en que tenía su origen.
A e sos ejemplos podríamos unir el
de la tierra de Canaán, citada por la Bi blia!
como una de las más fé rtiles del universo,
y que hoy está completamente
desprovista de agua y de vegetación, por
haberla despojado de sus bosques; el
litoral de Africa, cubierto en otro tiempo
de frondosos bosques y hoy de inmensos
arenales, etc. etc;- pero creemos que cc n
los citados basta para probar nuestro
aserto.
Hablando, hablando, hemos atravesado
el bosque de pinos y nos encontramos
junto á un encinar.
1 Qué hermoso árbol es la encina 1
CaLso G6 :~~nz
Constituciones de la
Escuela de Cristo
( Con ún uación;
Arl. {¡ .0 Los d • mingos, cuando l ns recursos
de la E scur: ia lo permitan, á la mi sma
h ora , se hará p r el Sr. Capell án la Expos ición
sol e mne del Santísimo Sncraménto, á la
cual pl drán asi, tir lodos los fiel Ps; rrzado el
Ros ari o se canta rán la s Letanías Lauretanas,
alternando el canto los hermanos con el coro,
y dará· la Bendic¡ón con Ja M ajestad. Co ncluído
esto, quedat·án en la ig les ia !' Óio los
hermanos para leer l os puntos y hacer la meditación,
á m en os que el CapP.II án hubiera
prolongado el ej ercicio con p reces y otros actos
que la euplan. Los vi • roes se sustituirá
és ta con el S nn to Viacrucis. e l que en la
Cuaresma se cuidará de ac mp añar con el
canto del Miserere.
Capitulo .!f. 0
Art. !). 0 No siendo posible que se sos t enga
la piedad en lo s fi eles sin la frecuen cia de los
Santos Sacramentos de la Penitencia y Eucaristía,
porque ésta constituye el alimento más
celestial del alma, sin el cual n o nos es dado
alcanzar aquella unión cun Je ucris to, que
El con sid era necesaria para vivir de su vida
divina, cuidarán los hermanos de a~erc arse
el segundo viernes de cada mes, ú otro
día elegido p or el Capell <í n, <Í la Sagrada Mesa
á la hora en que hayan convenido. Cua ndo
sea posiule, nlguno de lo s di g natarios ,
si no puede hacerlo el Capellán ú ot ro sacerdote,
lee rá algunas preces de preparación
para la c'>munión y lu ég·o hará la acción de
gracias. Esta- comunión goza de indulgencia
plenaria.
A rt. o. ° Cada año en una de las semanas
de Cuaresma, s "gún lo dis ponga el Capellán
ó en su defec to el Consej o Direcl iv n, se hará
un r e tiro es piritual para que los hermanos
cumpla n con el prece pto pascua l. Este reti10
puede hacerse en unión ó asocio con otra Congreg
ación de hombres, si hay algun a difiwltad
para que la Escuela pueda tened o por separado.
Art. 7. 0 Propendiendo también la Escuela
al culto e ucnrístico y estando ligada á la Aso·
ciación P ool ifi cia de la Adorac ión Reparadora,
procura rá asoc iarse con és t a para celebrar
cada año las Cuarenta Horas H.omana!,
en la fec h a qur ac uerden los Consej os res pectivos.
Art. 8. ° Cuidará también la Escuela de
Cris to de ce lebrar ca·Ja año la fiesta de su Patrono
Sa n Francisto de Paula, con modestia~
pero sin desmentir la piedad que siempre
debe animarla. Cuando se hallen sacerdotes
que haya n pertenecido á la Es uela se les invitará
á la fi esta y l os hermanos procurarán
comulgar en e ll a para ganar la indulgencia
plenaria concedida por el Padre Santo.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"MOZART, W.A.: Piano Sonatas Nos. 1-13 / Piano Concertos Nos. 24-26 / Violin Sonatas Nos. 17, 18, 21-24, 26-28, 32, 33, 35 (Seemann, Schneiderhan)", -:Naxos Digital Services US Inc., 2022. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3494309/), el día 2025-07-16.
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