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ECKERSON, T.: Piano Music (Disarm) (Eckerson)

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  • Año de publicación 2017
  • Idioma Inglés
  • Publicado por Naxos Digital Services US Inc.
Descripción
Citación recomendada (normas APA)
"ECKERSON, T.: Piano Music (Disarm) (Eckerson)", -:Naxos Digital Services US Inc., 2017. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3560524/), el día 2025-06-15.

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Imagen de apoyo de  Podcast: "Rock al Parque: la música"

Podcast: "Rock al Parque: la música"

Por: Andrea Rico | Fecha: 14/03/1858

• ANO l. Bogotá, 14 de 1narzo de 1858. NUM. 11. De la novela. llas. edades l eja nas, i s~ nos l1abla de sortilejios i Entre los prodijiosos adelantos que las l e tras ha- bruJaS, mas es con la m1ra de ser fiel a su objeto cen cada dia en el orbe ilustrado, el ramo de nove. qua porque crea lo mismo que relata. 1 las l1a alcanzado tal p e rfeccion,que cn ~ i estamos por Entre é l i madama Scudiry, por ejemplo, habrá decir que las tales han superado al drama i confun- siempre la misma dife rencia que entre el astróloao dídose con la popeyu. antiguo i el cosmógrafo de hoi. 0 J\.ntes de Cervántes, i prescindiendo de Sir 'Val- Mas, abandonando este punto demasiado estenso ter Scott, la novela caballeresca o feudal era el te- para un simple editorial de la BJBLIOTECA, diremos ma obligado de los pocos i tnal aleccionados hom- solo lo que al principio de este artículo: que la bres de injenio que haGian de la let ras la dulce ocu- novela tnoderna ha tomado un incremento tan po· pacio n de su \·ida. Pero la lit e ratura de hierro que deroso, que, no contenta con sobrepujar al drama, creó tal linaje de escritos, e ra ele suyo mui infecun· ha supeditado la epopeya reunié ndola en sí, o, lo da para dar alimento por tnuchos años a unas obras que es todavía mas, haciéndola innecesaria e imposi­que necesarian1en e tenian que perecer con lus cam- ble en Jo sucesivo. Esta consideracion, que para bios políticos i relijiosos que se efectuaron en los si- nosotros es evidente, salta a los ojos de cualquiera glos tn edio=, i que son o pueden considerarse des·le el mome nto en que se r ecuerda que los poe­como la aurora de nu es tra civilizacion de hoi. tnas 'p icos no pasan de doce en todas las literaturas Arnadis ele Gaula i A1nadis de G 1·ecia , Esplandian, conocidas, i que los ensayos sobre ellos, inclusive Tirante el 13lanco: Palnz eri1~ de In.glater1·a, El rei los de 1os cantores latinos, casi puede decirse que no rtus i Carlo JJ1agno i sus dnce Pa-r es '-5, .a g--.a crea- han pasado de ensayos informesi d efect uosos,tales co­ciones fueron todas de morn e nto, i por decirlo así, mola Jerusalen, el Orlando i 1a iJ'Iesiada, sea e] que vaciadas en el mismo molde, e'"' to es, en el del mal fuere sn n1érito relativo. Respecto del Pa1·aíso per­gusto i la exajeracion. dido i otras composiciones épicas, examinadas bien, Las hazañas atribuidas a los sen1 i-dioses de la no puede conc luirse que sean v erdaderos poetnas, Grecia en los ti e 1npos heróicos , i In faL..a g loria de sino composiciones sublin1es mas por su objeto i lo'"' h éreos fabulosos de todo el Inundo antiguo, no desetnpeño, que por sus dimensione i alcances. parece sino haber de .. .Jumbrado de una n1an era in- Epi._odios de épocas; nun ca época c.omple tas. La fantil a l o primitivos injenio"', o por lo 1nénos a los tarea hubiera sido imposible. injenios que vivian de lo ca tillos encantados, los Igual observacion aunque por distintos resp~ctos hecl1ic e ros i Jos magos, los solitarios de los montes i debe hacerse del Pelayo, la Granada, el Diablo los combates sobrenaturales de todos los dias; pues 1 ?Ju.trulo, e l Moro espósito i mil ensayos tnas de la solo de ese modo se alcanza a esplicar esa tena- Alemania, de la España,de la Italia i de la Francia. cidad batallad.ora de los protagonistas de la novela La novela, con mas recursos i m énos dificulta­caballereo.; c~ , _1 ese mal gusto de las damas he1·mo- des que el poema, es hoi la verdadera rama épica sas, cuya VI v1enda m a~ comun era la gr~ pa ~e los de la literatura, pues no solo da a conocer un siglo, guerre ros que se la~ disputaba~ por caminos 1 bos- un pueblo i una civilizacion cstinguic.los, sino que q u es _a 1nandoble.s~ 1 que cambtaba.n de amante con puede entrar, i en efecto entra en valiosas aprecia­la mtsma tranqu1ltdad que de vestido. ciones filosóficas i l1umanitarias de tra..:cendencia esotros no podremos decir si efectivamente ese tan enorme, que no hai trabajo po é tico que pueda era el uso, pero no hai duda que ese i no otro d e - comparárselc. Para probar esto bastarían os insertar bia de ser, puesto que la lite ratura, reflejo fiel de aquí Jos nombres de algunas <.le las mns célebres; todo h echo sociaJ, nos pinta así las cosas, i no como pero nuestros lectores las conocen dcrnnsiado para una li \riandad de la costumbre, sino como un ro - fastidiarlos con ~emejante ennmeracion; i de no, manticismo de despreocupacion. "Di os i mi caba- los nombres de Sue, Dumas, Victor I-Iu go, S cribe, liero~, decía la da m a; "Dios i 1ni dama,'' decia el BoJ,ver i otros tantos serian bastantes a sostener en caballero, nos da Larra como la espresion de los p1é nuestro justísjmo aserto. tiempos, ) a no tan atrasados, <.le don Enrique, el Esto sin duda esplica por qué la n ovela está to-enferrno, año de 1407. mando tan tí si n1o increm ento en todos l os países Si hemos hecho u na escepcion respecto de las verdaderamente civilizados, lo mismo que e .... a su novelas feudal e s del célebre escoces Scott: no es·, participacion directa en la his toria universal, de cu ... precisatnente porque la ma:ror parte de ellas no ado- yas fuentes inagota bles,i a veces raras,totna tan g ran lezcan del mismo mal, sino porque sus marav1IJo· caudal de pensarnientos. Antes de ~ ir "'\Valt e r sos trabajos versan sobre la tradicion histórica i no Scott las novelas no pasaban de cuento ... para niño "' , sobre 1a fabulosa, i porque él pinta copiando i no espec ie de libros de entretencion para la s familias, pinta itnajinando. Verdadero DeucaJion, bástale so- con una que otra tnáxima moral r eg·nda adrede, lo tocar los ca tillos de piedra de los siglos de la pero sin otro objeto que el poco elevado de deleitar. horca i la cuchilla, para convertirlos en bardos, da- De estas ya no q n edan sino mui pocas, pero sí pue­mas i guerreros, jaurías, espadas i rodelas, sin que den servirnos de eje mplo las Veladas rle la Qttinta, falte un pliegue del vestido a las muj eres ni una el Sitio de la R oc hela 1 Alejo, o la casitc¿ en los bos­hebilla ni un relieve a la armadura de Jos hombres. ques, que, cotno todo, tuvieron su é po ca de popula­Pues como ya justan1entc Jo ha reconocido el mun- ridad forman o por mucho tiempo )a biblioteca es­do, Sir Waher Scott solo sirve a la historia de aque- cojida de Io ~ aficionados. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. \ 6 BIBLIOTECA DE SE:&ORIT AS. R e specto de los :omances del Gid Campeador i \ dos los sexos, sean cuales fueren su edad i sus con­B e rnnrd o d e l Carp1o, aunque escritos sobre hechos diciones. i p e rs~najes historicos i quién podria ser el que ere- 1 es bajo este punto de vista tambien que las no-e s e 111 en la n1itad de los sucesos en ellos referidos? velas modernas tienen se carácter de universalidad Por entre c~tns obras i el Diablo cojuelo, Gnzntan que ha hecho impo iblc e l poema rimado de losan­de Alfaraclte 1 la Casandra, se arrastró la nove la tiguos, entre los que la cólera de un hombre o Jos p_o~ mucho tie~po en Europa hasta la terrible apa- padeci~nientos. de otro dieron alimento a dos musas ricion del QutJote, cuya lanza venció a toda la ca- soberb1as. Hül no es solo un rasgo deJa vida de un ballería antigua, limpiando los caminos de malan- ' héroe el que se toma por base de la composicion: drines i fo1lones, aventureros i princesas robadas. l1oi se toma todo ell héroe i toda su época~ i se los Sin embargo no puede decirse que la novela n1oder- totna para seguirlos l1asta sus consecuencias ínfimas na, no satírica sino elevada i grandiosa, naciese si- sin on1itir nada que pueda hacer falta al propósito no hasta la aparicion del Telémaco, los Viajes de del escritor. Anteno1· i de Anacá1·sis. Pero, descendiendo de lo grande a lo pcquefío, El soplo poderoso de Boileau habia sido bastan- esto es, bajando de las rejiones encumbradas de te para hacer desaparecer las tontunas maravillosas Europa a nuestra pobre i oscura tierra granadina, de los escritores de Europa hasta el reinado de los qué dirernos de nuestra novela nacional, o por lo últimos Luises en Francia. ménos americana 1 I no vaya a creerse que el simple hecl1o de citar Nada hasta ahora, es cierto, pero tal vez mucho nosotros el Telé maco como una de las obras de la re- en lo sucesivo. Los escritores de aquí tienen tam­forma equivale a que lo creamos un escrito acaba- bien un mundo i una historia que dar a conocer; do; pues nosotros, ni aceptamos el sistema político nuestra lengua se pre~ta por su riqueza i ternura que defiende, ni gustamos de su estilo aJmibarado aún 1nas que muchas de las modernas; i no puede i poco o nada natural. decirse que falte inj e nio a los l1ijos de los hombres ' ' oltaire i Rousseau no son tan fuertes q uc dio-a.. batalladores a quié n e s no faltó valor para darnos n1os en lo que puede llamarse la novela 1nodcr~a. it:dependencia. I, cier~~mente, no se puede na_cer Las d e J _prim e ro son apénas soportables. bajo el pun- ~ s1n talento en unas reJIOf.les como las de AmérJca, to de vista de su amarga filosofía; 1 respecto de or la n1i ... tna época el jénio inventivo de Sau va­ge se 1nanifie"'ta de nuevo con la invencion de otra Ináquiua a la que da el nombre de fi-.;ionon1 e tro, i que ofrece aJa plá~tica un proceditnie nto f~cil i se­guro para for1nar m o lles en hueso sobre objetos e n relieve, i obtener clespues una reproduccion esac ta de esos objetos. E:te procedimiento aplicado m as tarde, bajo la den o mi nacion de fisionotipo, por dos especuladores cuyas fructuosas empresas tu vieron a veces ménos elementos de buen éxito, no produjo a su autor los buenos resultados que debian espe­rarse de su util ida el i ncontesta blc. En medio de tales sinsabores, Sau vage prosiguió Jaborio ... a1nente Ja solucion de un problen1a que otros habian propue to ánte s que él sin resolverlo com pl e tamentc: la aplicacion del hélice a la llave­gacion. Su bu n talento,que le alejaba de ]as abs­tracciones i de las ltipótesis, supo devcubrir con la observacion los verdaderos eleme nto i la fu11cion del hé~ice. D ete rminado el ángulo bajo el cual el remo produ ce la tnayor fuerza dinámica en la ma­niobra de la godille¡ Sauvage Jlegó a señalar D l h é ­lice su fot·rna, sus proporciones i u po ... icion tnas fa­vorable. Esta induccion tan sencilla era un ra .. go de jenio, pues realizó la navegacion por tncdio del hélice que otros habian pugnado ántes de él. Varias e pericncias en pequeño demostraron los famosos efectos del propulsor imaj inndo por Sau va­ge; pero no bastaron para a e red itar el sistema. I>edian al pobre inventor, que babia hecho ya tan­tos sacrificios, pruebas 1r1as d ec isiva"', esperiencias en grande. Sauvage tuvo que luchar durante dirz años contra la indiferencia del gobierno i del públi­co. Su invencion desd0ñada en Francia pa--ó el es· trecho, i allí se esplicó con algunas modificaciones que no pudieron desnatu ra 1 izar su oríjen . Sau va­ge debió creer que l1abia lleg· do l dia de la repa­racion, i que su idea iba n triunfar de repente de los obstáculos que l1abia encontrado,cuando le anun­ci a ron en la cárcel de flnvre. donde es taba deteni­do por las deudas que había contrajdo en sus e~pe .. 7 ri e n~ias itnproductivas, que habia salido a la mnr cJ prnner buque frances de hélice. a prueba con l 1 raJJoleon pu o en evidencia Jo~ el fectos n la aplicacion del hélice que acababa de h ace rse; pe· ro ,'tos d e fec tos eran la cons cuencia de las altera­ciones que el sistema de Sauvurre habia sufrido en la ejecucion, contra lo prcve;¡do por e l inventor. auvng·e habia previsto este re ultado cuando esc ri­bía a su hermano: "Resulte lo que quiera d e la es­periencia, n1e atengo siempre a )a aplicacion de l os hélices si m pies, cuya superioridad está perfecta­tnente r cconoc ida sobre los l1éliccs fraccionados." La es pe riencia d l Na¡;oleon p ed ía perfecciona­tnicntos que se pr sentaron en crecitlo número. 1\.qu e lla 1nultitud de i temas tuvo por efecto hncer perder de vi tala invencion prjrnitiva de Sauvage , que el privilejio de 1832 no pTotejia contra las su· puestas inno 1Jacioncs. J\11. ieo-uier, mi e mbro del In s­tituto, escribia aladesgraciado Ín\re ntor a quien que­rian de s pojar de su de cubrimiento: '! Pacie ncja i vnlor • • •• quiero que sepa todo el mundo qu e e l h é· lice es una inve ncion fr:.u1cesa.... e cansad en In1' • • •• conozco todo Jo que hab eis h echo i se dará al ·ésar lo que es del Cé~ar." pe sa r de esto; Sau vage no recojió d eb idam ente los beneficios de aquella justicia que Je p ro1n e tieran. Su privilejio cayó en el dominio público ántes de que é l hubi ese podido apro\rechar e de Jos frutos de su trabajo i ele sus sacrificios. ~ 1 C concibe que al fin et desaliento se apode rara d e aquel e~¡· íritu debili­tado por tanto sufritniento tnoral,cuand o viú que ... e esca paba de u : manos el.p retnio d e t odas su~ obras, e l cual a m bici o naba para su fatniJ ia, obj et o de su entrañable afecto. Hemos omitido mencionar dos invencione ... de un órden ménos elevado, p ero que honran i o·unlmen t e el jenio de Sauvag~c. I_ja prirnera que data desde el año 1 36 es el 'teclu ctor, e'"'pecie de apli cacio n del pantógrafo a la escultura para Ja r ed u ce ion de los bajos relieves . .A beneficio de C'- te precio-o instru­mento se l1un podido ve nder a preci os tnini tnos co­pias r 'ducidas de las obras tna e.., tras de la esta tua­ria. El proccdirniento apJicado a(tn en el dia por l\1. H. Sauvagc, hijo del inventor~ se cn1plea para la reduccion de objetos anti g uos del · 011 vre, i d e­be proporcionar a todas la acade1nias i scue las de dibujo una coleccion de h e nn oso ... tn od los a un precio tnódico. La ú]tima invencio n ele auy a ge es el fuelle hidráulico, por tnedio d '"' l cual se ll e va el agua a una altura deter1njnada por el pe..;o de la columna de aaua. Es des ntir que Ja práctica n o haya sacado mayor partido d e esa 111' quina util pa­ra una porcion de cosas, i que pu ede r e tnplazar con una economia notable Jas bornba -- para los in­cendios i para el ri ego. Se sorprende uno que tan inj e ni osas aplica­ciones hayan podido sutjir en medio de Ja ... in­quietudes de una vida tan ajitada. •asi ... e debe creer que no costaban nino- 111 e fuerzo aJ j nio de Sauvage, i que este producia inv !:\ nci ones e !Jontá­neamente como Jos árbol es clan fruto. P e ro ¡ ni 1 bajo Jns apariencia de una fecundi la el prod ij ios se oculta un trabajo bien o-rancle, un t rabajo qn e tanto con~o los de .... cng·aiios IJeg·ó a can ar los r e sor­tes de aquella in tel ijencia elevada, i ll e vó a a u­vagc a la casa de locos de I icpus donde h· falleci­do el 17' de j u J io últin1o. 'ro do lo que ha hecho la Francia por a u vago ha sido concederle una pen ... ion de 2,0 O francos; Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • 88 BIBLIOTECA DE SE:RORIT AS. pero sus hijos i. s~ hermano, que han sido partíciJ pes de sus sacr1fictos, esperan aún el premio de su Jeneroso concurso a la obra de Sauvage. Es la dama susodicha Mujer de mu cha piedad: Reza el rosario i va a misa Con devocion ejemplar : Un coto. En cierto lugar vi un coto Que no sé cómo nombrar: Era por delante un coto 1 una mujer por detras. Era aquel un eoto doble I lo partia por mitad En forma de mapamundi Una hendedura o canal. Cuando 1ne ví frente a " e nte­Con tamaña absurdidatJ, Me pareció un elefante Que caminaba ácia atras;. Pero al mirarlo despacio Ví que no podia ser tal; Le eché de méncs la cola 1 pensé fueran quizá Las ancas del Antecristo O del jigante Goliat. Cuando llegué a persuadirme De que era un coto i no mas, Por decírmelo personas De mucha veracidad, Me vino gana de ver La criatura singular Que iba tras de aquel portento, 1 tuve necesidad De dar un largo rodeo, Que me hubo de fatigar, Para ver a la cotuda .••• La cotuda ? dije mal : Era un coto mujerud(}, 1 la mujer no era mas Que cosa mui accesoria, Secundaria, adicional. Cosa tan ·cierta i corriente Que las jentes del lugar Nunca llegan a nombrarla Doña Fulana de tal, I antonomást1can1ente "El coto," clicen no mas. -"Joaqurn, quién es tu madrina~,, -El coto, SLñor." :cFroilan, i Qui én te ha contado esa historia 1n -''Al coto Ja oí poco ha." -"l\1 uehac ho, vendes la leña?" -"l\1e la acaba de co1nprar El coto.'' '~Da1e metnorias Al coto si vns n llá." Los filósofos han dicho Desde mucl1os . iglos ha, Que los efectos mas grandes Oríjen suelen tomar En las cosas n1a.· pequeñas; Cuya in1portantc verdad Viene a hallar ... e confirmada Para quien pueda obserYar Aquel coto de los cotos, Obra maestra cota! ; Pues con1o quiera que sea Algo mas que r egu lar .. El volú1nen de la dama Que al coto pegada va, o embargante, al lado de este Es un átomo i no mas. Pero lo que es persignarse Sí no ha podido jan1as, Que para ello e l coto impío Opone dificultad. Tampoco puede corner Por ~u propia mano, i ya La pobre habría perecido D e pura necesidad, Si no hu hiera consultado A cierto injeniero, el cual Ideó que con una pala, De esas con que meten pan En el horno, le llevasen Los bocados hasta allá Donde se esconde la boca Tras aquella enorrnidad. No obstante que su marido Es un monstruoso jayan, No pudiera al hablar de ella Decir mi ca?·a mitad: JJ-1 is caTos noventa i nuev~ Cent éci1nos sí podrá Decir nombrando a su esposa Con ménos impropiedad: Tal aumenta el coto en ella El vo) úmen natural. Así como el navegante Ve tan solo cielo j mar, Solo ve el coti -mujer Coto i cielo i nada mas. Finalmente, es aquel coto A cualquier coto vulgar, I..Jo misn1o que e l contrabajo De Hortúa a los demas Violin es: lo que a las velas El ma}ror cirio pascual, I aun es poco: lo que a un pozo Es la inmensidad del mar. Tal vez el lector piadoso, O aunque sea impío, dirá Que en la descri pcion del coto He podido exajerar. ¡Qué desatino 1 Jo dicho Solo servirá q u izas Para engañar al le~yente Obligándole a forn1ar U na idea de tal portento M ezquina i débil a'"'az, Porque cuanto de él se diga Ni aun alcanza a Ja verdad: 1, por no decir tan poco, l\1as vale no decir 1nas. La Música. IV. J . M. l\ . , Ad.mision de la. n1úsica e~ los ~en1plo~, .así jentiles como cnstl~nos-I_gJesia An1br_os1a~a 1 Gr~gonana -El arpa i el salteno a.dtn1t1dos , el) la:s 1~l~ .. Ja -I>runer órgano conoc~ido en Franela-La mus1ca curuvada por los monjes-La musi­~ a en los siglos m~djos-Obliga~iones que debemos a la Ita­ha en cuanto a n1usaca-Invencion del contrapunto por Gui­do Aretino--Suscinta relacion de su vida i sus obras-Odo, abad. de Cluni-In1port.a~1cia del tien1po en la mú ica, e in­< venc1on de la tabla del hen1po-Juan de 1\~Iuris-El maestro S Franco-De la moda en la armonía i la melodía. s La n1úsica fué admitida desde mui temprano en los templos de Jos antiguos. En las ceremonias pa­ganas, las oraciones i alabanzas dirijidas a los dioses • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • 89 eran canciones i coros acompañad o de músicas i < cia. or tanto, la invencion puede atribuirse a los danzas. Los primitivos cri tia n o"' cautnban tambien 5 gri gos. l1imnos i snhnos, cotno lo le n1 o n Jo'"' .t\ctos de Jos En la dé'= ima centuria el órcrano vino a hacerse póstol s, donde se nos dice que f.-'abl o i ilas ora- ) comun en Inglate rra, Italia i b le 1nania i fué ad-ron en su calabozo, i cantaron ala banz:1,.. n Dios. mitido en los conventos i las iCYJesias. La música El año 3~ '1 de J_a era cri-.;tin!ln, i c!urante el _rei- e mpleab~ la ~ayor parte de l os ~cios de los monjes nado de onstantJno, J.\.tnbrosto, obt~po de Idan, en su retiro; 1 el clero, que era mas hábil en Jas introdujo e n la iglesia esa esp cic de canto conocido artes Jiberalcs que cualquiera otra clase de la socie-on e] nombre de canto mbro iano. F .... s probable dad en aquellos siglos, no solo cultivaba la música que lo hubiese importado del riente, pue to que, él mi mo, sino que la enseñaba a los demas. ántes de ese tiempo, habia ya un coro reo·ularmente Lo siglos medios no produjeron obras de gusto e~tablecido en la jglesia de 1 ntioq u ía. si mi-wmo o de jenio en arte alguna. Constaba meramente la se estableció aHí un órden de 1nouj s cuya obliga- mú ""ica de aquellos cantos que scrvian para Jos sal. cion era la de conservar una sahnodia perp é tua, la n1os e himnos de la iglesia, i era descuidada en to­cuat -.;e n1antuvo con tal rijíd z otno el fu go ves- das parte '"', e cepto Ja Italia, de Ja misma manera tal de Ja antigüedad. que las de mas artes de agrado. Desde el tiempo de san .t\.rnbro io ningun catn- Los godos, los vándalos j otros bárbaros se ha-bio metnorable tu' o lugar en la n1l1 ~ ica cele iri~tica bian apoderado de las provincias mas fértiles de ha-.;ta el año de 600, en que :TI gorio el grande re- Europa, i sus ideas ran salvajes, áspera su lengua, formó el canto de la iglesia, e) cual cubsiste todavía> i nada propia para formar con ella melodías tnúsi­con el nombre de canto gregoriano n la tnayor par- cales. ún ahora, loo.; dialectos de Europa no son te de las catedra le· de Francia e Italia. sino una mezcla del celta i el latin, i es en Italia La 1núsica de 1glc~ia ha venido a hacerse ve11e- donde tnas ve .... tijios quedan de la lengua latina ; rabie por su antigüedad i por el e~clusivo objeto a siendo e~ta la razon porqué el italiano, o latin co­que se la aplica. Su sencillez, ast como la diferen- rrompido, i a veces suavizado i mejorado, se acomo­cia absoluta que exi te entre eJla i la tnú .. ica profa- da tanto a )a 1nú ... ica vocal por su dulzura. na, jmpiden toda levedad tanto en Ja compo .. icion En Ja corte de los pontífices romanos encontró como en la ejecucion. Es ci rto que se adn1iticron la rr1úsica, a í como la demas artes, sus prilneros instrumento en la iglesias durante los prim e ros estítnulo ; i es de fa Italia que deriva la música siglos, pero no indistintamente, pues fueron pre fe ri- 1nodcrna su escala, su contrapunto, sus mejores dos el arpa i el salterio por ser considerados tnas melodías, sus dramas relijiosos i profanos, i las prin­graves i tnajestuo.,;o.... cipales bellezas i gracias que la adornan. Asi ha En la octava centuria san Juan Dama ... c e no com- ido la Italia para la Europa, en los tietnpos moder­piló i reforn1ó los cantos en Ja igle ia griega, del no , lo que fné la Grecia antigua para Roma. mismo modo que san Gregario lo habia hecho en Dícese que el contrapunto, o música en partes, Ja Jatina. fué inventado en el año 1022 por i u ido, monje de Durante lo"' primeros sig1os del cri ... tianismo sa- rezzo en 'I,oscana, a quien se atrjbuyen otros mu-lian de Rotna tnisioneros musicales para lo demas chos jnve .. ntos mu ... icaJes. Su obra titulada elillicró· países de Europa, con eJ objeto de instruir n la log·o (ele una palabra griega que significa cornpen­melodía eclesi ast ica a los convertidos al Evanjelio. dio) es un tratado en latin frailesco, lleno de oscu­Agustino, el monje, fué enviado con tal fin a Ingla- r1dades~ que con1prende su me todo para enseñar terra por el papa :Tregorio, i en el año 6 O, el papa a los ntños a cantar, con reglas para la cumpli­Ágatho envió a Juan, chantre de la iglesia de san da eje~ucion i_ composicion d 1 :~nto llano. Pedro en Ro1na, a instruir a los monjPs ele ' ere- :tU Ido ¡.\.retino, que pertenec1o al órden de bene­mouth en el aTte ele cantar, i de ejecutar los s e rvicios die tinos, e ... citó la envidia de su h e rmanos por su festivos en todo.el año, del mismo modo que lo e ran buen éxito en la música; pero l papa B enedicto en Rorna. Iisi one s de la misn1a clase se despacha- VIII, a] o ir hablar de s us dese u brimie ntos en ese ron tambie n a Francia, pero los franceses les dis. art e~ le hizo ir a Ron1a donde le trató con suma be­putaban ·la superiorjdad en eJ canto; i esa rivalidad, n evolencia: i aunque poco despu s e volvjó a su que cornenzo e ntónces, subsiste aún entre los m11si- co nvento, 1 papa Juan .... X, a su advenjmiento a la cos de Francia i de Ita]ia. silla papal, Tenovó Ja invitacion, i ace ptada esta por Estas circunstancias dan la razon de la se1nejan. ( uido, mostl'Ó el papa su Antipltoriu1n,o an o tacion za de la mú ... ica ec lesiástica en to la la En ropa al de la n1isa para todo el año. Su Santidad, conside­tiempo de laR for1na. La música i el canto ro1nano s rándoJa un prodijio, no quiso l e vantar e de su a~ien ... gozaban de tanto favor en Inglate rra en los sig lo'"' to hasta qu hubo aprendido a cantar -un cántico medios, como <.\1 que gozan hoi las composiciones por el nuevo tn é todo de Guido. italianas i los cantores de ópera de aquel p e1ís. l Jo pudiendo .. ufrir el calor de Romn en el vera- Alfredo el o-rancie fomentó la tnúsica. i él mi -.; mo no, salió :luido de dicha ciudad a hace r una visita fué un 1núsic~ escelentc. Es bien conoéida la hist o - a l abad de I omposo en Ferrara, i este le suplicó de ria de su entrada al campamento danes disfrazado tal n1ancra que ... e quedase en su abadín, que al fin de arpista. San Dunstan fué igualmente tan bu e n accedió a e llo, componiendo allí varios de ... us trl­músico, que Jlegaron a acu"arlo de májia. tados n1usicales. Dícese que inv~ntó la Ganza, 1 En 514 el hjdraulicon, u órCYano de ao·tla empe- ctuc la llarnó así por haber añadido a la e cala la o b ' . f l . 1 zó a perder su popularidad, i a ser reemplazado por l e tra g r1 ga g·a1nnza; que u é .e pr1n1ero en 1a~er el órgano de vjento, que se soplaba por n1edio de u so de Uneas i_ e~pacios ~ que luzo, en ... u1na; va1?os fuelles de mano. En la sétima centuria el papa Vi- otros d e ... cubrun1cntos 11npo1:tantes. Su reputac1on taliano lo introdujo al serviGio de las iglesias de Ro- ha dtundo mas de 750 a~os, 1 u nombre es todav·i_a ma, i en 757 el reí Pepin recibió de regalo de Cons· > re ~ petado ntre los n1ú .. 1cos a cau a de los servt· ta·ntino VI, el primer órgano que se viera en F"ran- ~ cios de que el arte Je es deudora. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • • o BIBLIOTECA DE SE ORirr 1\.S. OJo, abad de Cluni en Borg·oña,fué otro músico intclijente de ese período, i la iglesia romana ha conserYado hasta ahora sus l1imnos, cánticos i an­tífonas. .A .. ntes de la invencion de signos para e 1 tiempo, la músjca debió consistir en el simple contrapunto, o nota co ntra nota, como se usa todavía en Jas jgle­sia._. El tiempo es de tal importancia en la música, que él solo puede dar significado i cnerjía a la re­peticion del mismo sonido, i así es que un tatnbor parece que es presa tono;:; di versos, cuando no hace mas que cambiar los acentos i la n1edicla de un so­nido único. Los mejores c .... critorcs atribuyen le iuvencion de ]a tabla del t~emJJO a Juan de lVluris, que floreció ~ por los años de 1330; pero en un 1nanuscrito clel ( 1nisn o Juan de 1\inris. Jeg·ado a la librería del Va- ~ ticano por la reina de ~u ec ia, él da el honor de ese ~ in1portante descubrilniento nl tnaestro Franco eru­dito pedagogo de Licja, que vivió en 1083. Pare­ce que Franco fué tambien 1 pri1nero que sujirió el uso de rayas para di vid ir los co1npases. Por sorprendente e increiblc que sea que las le­ye ele la arrnonía hayan e~tado sujetas a los capri- < chos de la moda, n da e .. , ~inembarg·o, mas induda- S blemente cierto. Los nc o r es que nosotros conside- ~ ramos perfectos, fueron desechados en otros siglos. Cuando los hon1bre ... se cansaron ele la 1nonotonía de los uní .... onos i las octaYas, la cuarta vino a ser su intervalo favorito. Luego consideraron mas agradables las terceras; j , en el tie1npo de CorclJi, S se creía indisper1sable una cadena de septimas pn- ~ ra cotnbinar la a,·¡nonía. Que haya moda en la tnelodía es ménossorpren- ~ dente. Aún el lenguaje, ~i bien no ideal i arbitra- ~ rio como la lTlÚ'-'Íca, es 110 ob .... tante tan temporal i Jo­cal para Jos oídos de aqu 1Jos a él acostumbrados, como el arreg·lo de los sonidos en 1 mPJodía, i su combinacion en la armonía. Una nueva lengua, o una nueva 1nelodía, va puliéndose imperceptible i gTadualmente ; i hai n1úsica que s(Jnaría hoi tan ab~urda a nu estros oí­do~, como sonaría el lenguaje del arcipre . Je de Hita si lo l1ablasc algun español de nuestros • t1e1npos. Es est · capricl1o de la tnoda lo que hace tan efí- S mero el faYor de qu di. frutan las composiciones > 1nu ... icales. Las obras de los poetas, pintores i ar- S quitectos, pertnanecen para deleite de la po .... teridad; ~ pero las obras del músico! co1no dep nden para su P. xito perfecto de Ins 'ariables rircunstancias de las voces, d e los instrun1entos i Jos ejecutores, tienen mui poca probabiJidad de inmortalizarse. A la señora Josefa Acevedo de Gómez. (En la publicacion de sus poesías.) I-Iija del jenio,-la del arpa de oro Con lágritnas bañada; La que, entre angustia ~iempre i entre lloro, De su rcj ion an1ada La bóveda azulada Pobló de ardie11te cántico sonoro,- Ere::; cual n ve atnante prisionera Que ji me l éjo~ de su patria i nido; 1 que, llatnando al aura mensajera, Derran1a del d sierto en el oido < ... Tristes han sido, hutnilde Poetisa, iui tristes tus anales; ada instante, cada eco, cada brisa, I-la llevado a raudal s El llanto por tus males Al cotn pas de tu voz de profetisa. As1 en cada h oj a de tu libro hertnoso Que acaso no abra del favor el viento, l\1urtnura 111 Jancólico un sollozo; I el acorde jnspirado de tu acento Sirve cotno de etnbozo En cada estrofa a un rnísero lamento. Ernpero es ese tu de'-'tino: canta! El canto es nuestra l1erencia. Y a entre flor, ·ya entre piedra, va la planta Por do la Providencia Ir le tnanda e n ... u ciencja ; Ln qu e obedece tnas; 1nas adelanta 1 Tú cotno yo; qnizás-ai! cuántas veces!­Del cipres en la hojosa cabellera Que peü1ó e l aquilon de Jos reveses, La lira suspendtstc: otra vez fiera Copa te clió sus heces, I otra vez fu i;::;t0 en pos tu co1n pañera 1 Plácen1 e , tras de tí, por los desierto Del 1-\.. nd aquí salvaje Perderm e: entre Jo~ bosques nunca abiertos 1 Do an1or, canto i plun1aje u arda del a ve ind íjena, encubiertos, El srcu lar ratnaje 1 De tu padre a llorar sobre la huesa Contigo voi ; si a] l í e la mas, llorosa : Esn arboleda ennza?·a?'iada, CSJJesa, Q ue cTece en la 'Jnonta11a silenciosa, Y o acabo con tristeza : Cubre la tu1nba donde en pa.z 'reposa ! 'l\1n bien de tu l1ija al hijo idolatrado, ·~á ciclo en (1·á? illefio. Por ]ns inquietas olas arrullado, Contigo: yo, risueño, \ Ti jilo el primer sueño Entre los cielos i Ja mar soñado ! 1 oigo tu voz vatídica, n1jentina, De insólito placer en1baJ~ntnada, Rodar al seno de la casta ondina u e en el encaje ele la espu rna nada, De tu cuncion di vi na Por la"" souoras ondas d~spertada! La sien ceñida de oJerosas flores Con que ornada te n1iro, Entre ~ u aron1a bebes tus nmores, Ioi que .... o] o un su. piro Debes a tu pa"-lado de dolore . O atniga noble, reina de la lira, J.-Ja de fecunda frente laureada, Esc1.1cha la que a par de tí su~pira, La q ne vu eJa hn ta !Í por tJ i nfiamada, ' • • oz que tu voz 1n ... p1rn, T oz con tu nombre, en tu loor, l1onrada! El Caballero Blanco, J..~eyenda Irlandesa l., O 1\. I..~1\ H. 1' R • ~. • Su cancion la.,Jitnera Por el ausente sol i el bien perdido! A orillas del Shannon, no 1éjos de Limérich, s ven aún las ruinas ele un vi jo ca..,tillo que conserva el notnbre de ardgo o-unniel ( castiJJo de la luz de la roca.) Entre lo~ sitio pintore .... cos que se encuen· < tran tan con1un1n nte n Ja 'erde Irlanda, e .... te es, sin duda, uno de lo~ 1na notables. E~te edificio • • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • 91 que fué desmantelado bajo e l reinado de Guillertno in tn dintamcntc la sa la, i cada uno se e sfo rzab a en 111, se eleva ... obre la citna J una roca esca rpa da clis1mular el terror que cau saba la luz fatal, cuando á r ida i de ierta, del lado d 1 rio~ p ero d l lado del e l rllido de varios caball os que ]legaban dió nueva valle se e tiende en la pendiente su a ve de la rn on - direccion n las ideas. taña en medio de una selva de olmos centenarios . lis presentimi ntos e ran csactos, murmuró que las ruinas ave11tajan e n dad con orgulJo. l\1orice; el 1 aball ero Blanco, mi noble jefe, no ha En frente d l castillo feudal l1ai una roca nor- pod.ido ntrar nyer a s u castillo •••• Ahora huye. n1e de granjto cu ·a citna capricllo'"'nme nte taj ada~ La puerta de ]a cabaTia se abrió a un fuerte e m­se ascn1ej a la fortna le eso Inonutnentos druídi- pujon i entró el jefe seg ui do de dos escuderos. Sus cosq ue han dejado para ... iempre un r ecuer do in te- vestido estaban ensangr entados i llenos de polvo; ·esa nte . Esta ci1na e inacce ible; sus pared hizo un je to i los convidados dejaron la sala, en verticales l1ecl1as a pico jama'"' han sido holladas donde no quedaron sino 1orjcc i Mina. por la planta hurnana; sinet 1ba rgo, ape" ar de esta -- 1orjce, valiente servidor, os h e permitido se .. aparente ünposibilidad, refinre una 1 )renda que en pararte de tní en n1alas circun stancias, dijo el jefe. tie m1 os ·emoto aparecia algunas veces: sobre la Los ing·leses ~e han apoderado de tni castillo i me pu11ta m a"'" e]e,·ada, tu a luz bl < nca: débil como la pe rsiguen. .E: pénas me queda tiempo para reunir e la luna, i que cuando esta luz daba en la cara n1is bravos soldados. e un 1nortal era si tnpre para ' 1 un presajio fu - ~ 1 eñor; contestó respetuosamente Marice, si os ne~to. H e aqu í la oca:io1 a que atribuye la le) en- clignai'"' aceptar un asilo en esta l1umilde habitacion, da la cesarion de este mi~te r ioso fenó n no. l.\iina i yo nos r gocijaremos de recibiros en e lla. En la falda de la n1ontaña habia una modesta El iaball ero blanco arroj ó una mirada al vestido cabaña habitada por iina ' DiHon i ~u t ia I ,..ate nupcial de la jóYen i r e~ p oncli ó : Lo rehuso, an1i· 0' D onuell. Un dia de otoño estaba l\iina sentada gos tni os; no quiero en-a n g r entar esta tranquila dela nte de un espejo que .. astenia la buena tia son- casa, pues e l encuentr o con mis enemigos es inevi­riendo, i acababa de dar la última mano a su p ei na- table. l rocuremos descubrir un refujio en otra do i a su vestido, cuya fre -- ca blancu ra anunciaba parte. .. u11a i1nportante soletnnidad · la j ·ven debia cas r- Señor, si podeis correr aquí algun peligro hu­'"' e; t odos Jos a1nigos l1abian 1l gado ~ya i so lo e l yamos juntos, yo os guia r é e n e l bosqu e ; p e ro que novio :fi lt ba. orice habia obten ido de su señor, jatn as sed iga que entrasteis bnjo el t ec ho d e M arice el Caballero Bla11co, uno e los j e fes que combatían sin que él hiciera lo posible para probaros su afecto. entónces por Ja independencin de la desgraciada i pu ed o ganar una jornada, r es pondió el ca- • Irlanda un permiso de al o-unos dias para desposar ballero, 1 ca ... tillo puede volver a caer en misma· a "" U querida l\Iina. El l1abia abandonado a ... u nos ánt "'S de tn añana por la tarde, pues mi teni ente señor qu e se voiYia a s u Ce. stillo, i Marice debia ir a l{avanag e~tá en I

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Biblioteca de Señoritas - Año I N. 11

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Por: | Fecha: 20/03/1858

• ¿'\.NO l. Bogotá, 20 de 1narzo de 1858. NUM. 12. De la novela. l~s reg·las de la prosodia i de los preceptos mas sen-fin de no llacernos laraos cortamos nuestro cilios de la lengua . artículo anterior sobre este tni rno tema 11 el punto I ace de aquí esa costumbr? contraida por e l en que empezamos a l1ablar de la novela amcrica- pueblo de hallar faltos de medida los versos aju s­na. Haremos l1oi algunas observaciones sobre 1 tados a una cantidad exacta, esto es, que no tengan particular. una o dos sílabas mas que las correspondientes i d e Cuando nos referimos a la novela amm·icana. pro- no ent nd e rlos si los pensamientos no vienen ~om o piam.ente. hablando no compr ndemo~ en stá de- de molde con los renglones, d e manera que haya nommac10n. la novela no mui popular d e los un .concepto por cada verso ; de ah.í esa sprcsion, Estados Untdos porque para nosotros no hai nada ya Jen e ral, de no rne gustan; con gue se califican la s ~e comun con la sangre inglesa qu~ puebla las re- composiciones heróicns donde e l autor se eleva ma s ]IOnes boreales de nue..,tro continente: nosotr os 110 allá el e las triyja}idades de la décima o de la facili­~ uisimos ~ntónces, como a hora mismo no que r e mos: dad d e l romance, i que equivale mui bien a un s1no refer1rnos a nuestras con1arcas latinas a lo que 1~o lo entiendo, o a un son d et estables. sea español i nada 1na,... que español de 01~1jen. I si D é bese esto ~rincipalmente a que las prim e ra s no entTc:unos aquí en la num racion particular ele obras que han ca1do en nuestra ... manos no han sido cada una de las novelas nacionales que nos jlustran otras que Jas de los 1nalos lírico~ españoles, i qu e dé bese cierta._-nente a q':le ellas son pocas: i ad e ma~ hasta ahora es que empezamos a comprender a Es­de P?cns 1 cas1. desc?noc1das por la comple ta inco- pro.nceda, Víc~or H~ go.i Caro. Para probarlo bas­munlcacion literaria en que nos encontratnos con tar1a~o~ so lo citar mll eJemplos, pero nos lilnitare ­~ lUestras R~públicas hermanas. Respecto de Chile mo~ , umcamente a recor?~r.el escándalo que se hizo 1 Buenos Aires, donde el nJovimiento J iterarjo es aqnt cu~ndo al~t~ n per:o~1co de Ja Costa nos traj o ~as act!vo ~ mas sólido, 1~uede decirse que no r e ci- ~ ~ og ota la. poes.Ia ~el ult1mo de los poetas citado~, btmos stno 11npresos político de mas 0 ménos tné- tntltu lada '·Centza 1 llama/' que es tal vez la tna s rito, i una que otra compo '"' icio 11 poética de fácil vi g·orosa ele sus cotnposicione'"' ; pues no faltaron 11_1etro i cortísima estension que cuando mas servi- quienes dijeran que tales disparates no podian s e r r1a para probar que, aunque nacidos a dos tnil del r e i de nuestros bardos. leguas de la Península i atnamantados en otras En tnedio de tal desorganizacion de jdeas i sin ideas. que laS ideas líricas de los compatriotas de que sean muchos los escrito res que entre nosotros Zorr1lla, nuestra sangre es toda española ¡español merezcan semejante calificativo 1 no es estraño el nuestro corazon, puesto que no quere1nos salir del desgreño literario en que viYimos, con1o no o.Jon es­rotnance ni abandonar esa supue ... ta mision de Iá- traños los triunfos que obtienen los coplistas sobre grimas de los versificadores n1odernos. f_,iteratos los pocos i verdaderos hijos de las :\iusa . conocemos noto.;otros'l i esto no solo en Nueva Gra- Pero volviendo a la novela, tcn1a esclusivo d e nada, CU) a corona poetica no pasa de una veintena nuestro artículo i dónde está la voz de aplauso que de composiciones, i que teniendo ya treinta 0 cua- se ha) a levantado en honor del malogrado Anjel, renta años de edad se Ja pasan r tozando en los autor del DocTOR. TIIEi\II~? Dónde la !lUirnalda de álbums de las señoritas, dando los di as en q1tintillas gloria que se haya ido a depo ~ itar ~obí· e las baldo­o. farfullando aTtículos de a pli go para Jos perió- sas de su sepulcro, si no como una a d ulac10n al chcos; i esto no por falta do injenio sino por sobra l1on1bre vivo, sí con1o un homenaje aljen io n1u erto 'l de pereza. :ro parece sino que no le bastó '"' antifi car u obra La coleccion mi~ma de poesías del eminente 01 - con .1~ de~gracia de sn muerte t mprana, pu s la medo no pasa de diez composiciones. inclusive los en vid m de los Ignorantes .la ha p er Sea uido ha ta cantos a J uN IN i a lVIrRARTCA! ' allá; ha~ta llllá, donde debiera a c ab a r s~ to d o! i. Jo que e-- toJa vía peor, el silencio la n1 a s dc .... r'"" per~ n- 1 te.s imposible que COl1 partes tan pequeñas se te de las g·ue rra ,ha envuelto SU obra C0 111 0 COllUl1 pueda levantar el soberbio edificio de nu stra lite- 111 anto de reprobacion i de sornbra '"'. ratura naci?naJ 1 u estra 1na dre patrin 1nisma no .t h! es tan duro reconocer e J n1 é rito ajen o •.•. ha sobresalido nunca mas que por sus líri cos; puesto e.specto de Jos ot ros ensa) os ..; ob re la novela que hasta la mayor parte de sus dramas s?n roman- a1ner1cana,. tanto los poquísin1os qu e ve rs n ::s br t" ces dialogados n que todos los personaJes hablan nuestros hechos históricos con1o Jo --- qu e s: e re fier et por la boca del autor d f ' , ~ ' · a asuntos e uera del pats, no ... otn o8 nosotros lo::s Nosotros ~ues que hemos con~cido te1nprano es - Jl~nnados a decir nada: la pequeñísitna p a rticip a­~ os. defectos, 1 que tenemos J a rr1 JOres n1odclo- que ' c1on que hemos tenido en ello~ ctuitarin a nu estr a 1~1ta r, debemos apartarnos mas i tnas de. la senda pluma la ilnparcialidad que debe dist in g uirla . tr1llada en que no dese u bren l os ojo nada absolu- 1 To hace tnuchos djas que un pe r ió dico de '"'la tament~ bu~no c~ue halague el corazon, i donde to- capital manife ... taba su estañeza al r e"' p ec to de qu e do es tnst.e 1 dest ... rto cotno e n la soledad. Cierto nada ... e hubiese dicho de la no,· e la , orijinal tHl . .. que, reJatJva~ ente. habJando, e l número ele nu es tros tra, i d e nominada los PIZARROS. Deb e tno~ con f - poetas es ~rec1do SI ~o compar~n1os con 1 de nucs- sar aquí que no ... otro" vitnos esa parte d e l p e rió d i('o tra poblac1o~; peroc1erto tamb1en que los que entre referido, i nos sonrein1os; porque 6 cómo e ra J o .. J­Jos sur-ame.r¡canos se llatnnn 7;oetas, no s~n n1.as que ble que se c~ije ... e nada teni e nd o el pecad o n1 o t ta I JTleros versificadores, la tnnyor pnrte olvidadizos de de ser de qu1en es1 Eso hubiera sido tan t o co rn ¡ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 .. 94 BIBLIOTECA DE SE ORIT AS. faltar a las reglas establecidas de no conceder a l éjos -¿qué l1abr ia hecho él? -¿ habria dicho el 1·ei ciertas personas ni Ja ra cionalidad . 1-Iu ayna, en v ez del inca I-lua yna 1 el jeneral Pero es lo cierto que nosotros u o vamos a formar Quizquiz, en vez del apusquipai Quizquiz 1 e ) fi· uerella por eso, i sea cual fuere e l m é rito de nu es- ) lósofo en vez de l antauta 1 Ja corona e n vez del llau­tra última novela dada a la prensa, es tilnam os en ta? &. &. Sin duda que no, pues esto hubiera sido 1nas el silencio de parte de los que hu bierau podi- decir una cosa por ot r a ; i l o hubiera sido, porque d_o ser nuestros jueces, que las adulaciones de unjui- entre los ~ntiguos p~ruanos no ~abia reye~, ni je- ClO favorab le de nuestros falsos amigos. nera]es, n1 nobles, 111 filósofos, n1 coronas, ni tronos. Aún no hace tr es años (cuando publicamos a !'Con efecto, dice el autor de los Co:MENTAitro, I-I u AYNA CAPAC) que un lüerato de campanillas, R EALEs, pájina 172 de su tomo 1. 0 : "El inca se redactor a la sazon de un periódico político, lJevó sentaba de ordinario en un a siento de oro macizo , su caridad para con nosotros l1asta e l punto de decir que llaman tiana. Era de una tercia en alto, sin en la crónica de su in1preso, que !Labia e1npezado la ~ braceras ni espaldar i con un cóncavo para el asien­¡ Jublicacion de nuestra novela~ pero q ue no !Labia en · ) to. P on íanlo sob re un gra n ta blon cund rado de tendido la 1n ayo1 · pa'r t e de ella por esta?· escrita en , o ro." -¿Tiene esto algo de com.un co~ e l trono, sino una lengua salvaje que ltasta entónces no le llabia < es el u so para que estaba destina do 1 lo que r epr e· venido el negTo ltu1nor de a11render. La respu e sta nos sen taba entre los ant!guos peruanos 1 saltó entónces a los labios, pero lle vamos nuestra '·Prescott, páj ina 11 de la CoNQUISTA DEL PER ü, llutnildad h asta guardar un silencio profundo. dice: " ....•••... un turbante de mu chos colores Hoi las circunstancias no son ias mi~1nas; hoi llamado llauta, i una venda con borlas como lasque l1e 1no s seguido adela nte nuestra tarea, o mejor di- usaba el príncipe, pero de color I ojo, con dos plu­cho nuestro pensatniento de dar a conocer los inci- mas de un pájaro c uri oso i raro llamado coraquenque dentes notabl es de nuestra l1i sto ria ántes i despues que salían de ella; era n las insignias pertenecientes de la conquista , bajo la for m a deslu1nbran te i po- a l a dignidad soberana." i Tiene esto algo de co­pular de la noY e l a, i hoi necesita1nos 1nas que nun- mun con la corona, sino es el uso para que estaba ca dejar bien puesto nuestro c r edito de romancistas, destinado, i lo que representaba e ntre los antiguos aunque sea a despecho de los que quieren juzgar peruanos~ una obra de meses enteros de trabajo i estudio con ''Por otra parte~ noble e ntre los antiguos peruanos u na c/¿ulada maligna, o un arranque de envidia o no significaba lo que en las lenguas modernas mal disfrazada bondad. princi paln1ente en e l centro i en e l occidente de ]a He aquí lo que entónces pudimos pero no quisi- Euro pa ; pues entre Jos peruanos la nobleza apénas 1nos contestar a nuestro "'\ ' ill ergas, i que no hacemos formaba una jerarquía ig·ual e indivisible, i no Ya­mas que copiar de nuestros borradores antiguos en rias como en .el con tinente citado. Mejor dicho, Jos l a parte que no han p er dido su inte r es jeneral: nobles (ñu snc una) eran un a sola familia: la del I-JU A r-- r A CAP AC. in•ca- voz jenérica ~on que se distingt~ian los de la . . . . .. , parentela real, semeJante a la de venectano, c on que . . ''El cah.ficau v~ 8alvaJe, apli cado hJe~amet~te al se distinguian así misrno e n \ 7 enecia Jos dese e n· 1d1o~a q u1chua, de l?robar aJgo, pro baria ]a 1 g~o- dtentes de las diez i sei E familias que fundaron el ran Ia de nu.estro cntico? pu.:s el tal no era un or mi 1 partes Resuena el ca1·acol .. i de sus casas ••.. , porque el señor 1aclrid sábia lo que estaba hacien­do, de Jo contrario hubiera dicho: Por mil pa1 tes '> Re u e na la t?·o 'Jnpeta • •.• como gusta11 de que se diga Jos que no quiere n aprender las lenaua~ salvajes, no o~stante que los aztecas no conocieron In trompeta s1no en manos de los españoles, i que nunca pudieron tocarla du­rante la conquista puesto que la tetnia11 tanto co:n? el arcabuz o el caballo, elevados al rango de dlvl­nidades infernales por su in1aj1nacion a~alorada. Por otra parte sabido es que el cnrncol 1 no otra ) . cosa era la tron1pa guerrera de los n1ner1canos. "Otra observacion. i será la últitna. • ;'Ta?nbo es una voz quichua, qu e represe nta un objeto que conocen todos e11 ue \·a. Granad~, a lo ménos los que l1nn viajado por las tierras caben­tes. Bien i hubiera sido racional siq ui rra llatnar a los tambos ltoteles o mesones en I-IuAY "A CAPAc?" Eso i alO'o mas hubiéramos nosotros podido res­ponder al literato que se dignó volver 1.o~ ojos a nuestra torpe i l1umilde plu1na. para cr1t1car ~u.s producciones; per? ya .hemos d1cl~o. que no qutsl­mos hacerlo. Si ho1 variamos de op1n1on, es porque ya nos fastidian las críticas sobre. lo mis1no ~echas por varios de nuestros '!nejo'res 1 mas a1ttortzarlos . criticastros. Empero, sea de ello lo que fuere, es lo cierto que nosotros 110 nos apartaremos nunca de la senda pro· pia del no' elista l1i ... tórico, aquella que ]o conduce a hacer conocer los puebJos, las familias i los perso· najes de que ... e ocupa, sus trajes, uso_ , .c?stu.m bres, idiorna preocupaciones, estado de c1 v1ltzac1on, &. ' . &. r=>uede que nos equtyoquel!los en e: to, pero en tal caso será nuestra equi'\Iocac1on la m1s1na en que han incurrido Scott, D.utnas, Sué, Scrib~ i Hugo .. Por lo demas, terminaremos est~ art1culo, fasti­dioso ·ya, con el dicho aquel que el autor. de la GRA­NADA pone en su prólogo en boca de c1erto t?rero famoso :-"l dice bien IJedro Romero : la. lecciones de torear se deben dar a la cabeza del toro., Que nu estros literatos de oficio o nada mas que de labios no echen en olvido esta leccion i escriban una o do~ novelas para que nos sirvan de mod lo. E pístol a. LAS PASIONES LITERARIAS. i Epístolas, Santiago? Ni por pienso! o tan alto ensayé mi tosca lira. i mi tosco pincel en vasto lienzo . . , . . Jamas se eJercito; s1 es que aun aspn·a A llamarse pincel mi brocl1a gorda, Que al aire tajos i re ve ses tira. l\ lli torpe l\11 usa, bal buciente i sorda, Iunca al Parnaso se remonta osada, Ti al ... acro tcrnplo temeraria aborda. I-Iumilde acaso, tímida o cansada, Mucho será si brota con trabajo De su esca o raudal una balada En monótono son i estilo bajo; n cpígranHl flojo, un villancico, n eloj1o al violin o al contrabajo, Gastado epitalamio a un novio rico, Jacri1nosa endecha o elej ía A la muerte de Juana o de Perico; taJ v z de Petrona el fausto dja, En que pisa el umbral de los cuarenta ~ e Jebra en rudas cóplas a porfía. I de mi númen pára aquí la cuenta, ue mas allá la inspiracion no alcanza , I si qui e ro estirarla, se revienta. .1 ias no pi e rdo, Santiago, la esperanza e s e r todo un poeta i literato ; u e s tanto ¡vive Dios! lo que hoi s e al c anza u e en un año, en un 1nes i hasta en un ra to, Se l ace crítico un dómine cualquiera, I scritor de alta fama un mentecato. a lo has visto! No es sueño, no e~ quün e ra I.Ja ciencia intuitiva (vulgo infusa) ue fecunda en una hora la mollera. F~o1je cien dramas tu ambician ilu sa, , si el épico instinto a mas te lla1na, l con la gloria inflámase tu iusa: Canta Jos héroes que la Patria aclama, Sus ínclitas hazaña~, sus laureles, I sus claras 'irtudes i su fatna. Estudia sin cesar, busca papeles, ReYuelve libros i consulta autores De aq u e lJ os que desdeñan los peleles . Pide a ByTon sus 1nájico colores, Al Tasso sus pasiones borrascosas, Al blando Lamartine sus primores, Despues de haber bebido en abundosa .~ Fuentes puras de clásicos injenios Que en edades brillantes ma~ dichosas, I que el modelo fueron de altos j enio ... , De Ercilla, lVIilton, Dante, riosto, Pope . O si buscas dramático~ perjenios Devora a Calderon, a lfieri, a I-Aop e~ Racin, Molier, Rubí, Breton i tantos Que llenan tus estantes hasta el tope. Olvídate de D1os i de sus santo'"": Largas noches consagra a tus tareas, Poemas mil ensaya, escenas, cantos ; Tus vijilias prolonga hasta que vea '"' Que tu salud caduca i alterada 'l'e prol1ibe que estudies i que lea~. · Jc\.h ! nada te valdrá, Santiago; nada ! i la vena robusta del poeta, 1 i un alma gTande, tierna, apasionada, ri estudio, ni saber, ni cuanto peta A la noble an1bicion de honrado vate: ue e11 su propio país nadie s pro~eta. t Sabio tú porque sabes~ u~ ch . Jate t Ya verás cual castig·a tu demencia Cuando 1nénos Jo p1enses tn: orate. . . Si confiado en tu ntunen 1 en tu c1enc1a caso te creíste un Garcila o, O de clásico tienes la apariencia, t Faltará por ahí aJgun Pegaso, Que mordizcos i cozes repartiendo. 'l'e drranque de tu gloria alo·un pedazo~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 9 6 BIBLIOTECA DE SE~ORIT AS. -¿Faltarán noveleros que siguiendo Las doctrinas espúreas de estranjera Escue la, o en rencor villano ardiendo, Tus obras, no con crítica severa, l\ias con perfidia atroz pise i destruya, Si su poder a tanto se estendiera ~ Para h~nor de la Patria i mengua tuya Conozco hteratos ¡ voto a sanes ! Que, como los compadres de cabuya, De un tiron, sin trabajo, sin afanes, A la altura subieron de Aristarco Desde oscuros i m1seros desvanes. tVes a Fermin? Es hotnbre en todo parco: Gn cuaderno escribió de Apunta1nientos I aspira a ser ya Tácito o Plutarco. Los Robértson i Préscott son jumentos Comparados con él, i ante su Historia Son los demas Historias solo cuentos. El pedante Simon hace memoria De l1aber visto o leido cuatro dramas, Que estima ante los suyos vil escoria ; I no se anda el nene por las ramas, Cuando en t ono dogmát1co i severo, Juzga asuntos, personas, versos, trarnas, I celoso i feroz como un cerbero • Los autores i escuelas ataraza Con diente viperino i carnicero, Cual faméhca jáuria que en la caza Tra~ el ciervo inocente corre ansiosa I le sigue, i Je ahulla, i le amenaza. l\Ias consuelete, Rlnjgo, cierta cosa Que alguno dijo en términos formales, 1 en buena, clara i elegante prosa: e: Quien no cuenta enetnigos: ni rivales En esfera mui baja se lnantiene, Sin talentos ni prendas personales." ~olo el mérito cierto én1ulos tiene, Más injustos e innobles si es modesto, O si de ]lustre alcurnia no proviene. i\ias si tú, caro amigo, ten1iendo esto, Desfalleces en tímida ag·onía, · I al arte celestial pones el jesto, Creyendo que es inútil tu porfía, Re~uerda aquellos versos que un sesudo Escritor talentoso dijo un día En bella locucion i estilo agudo : e: El que no osa aspirar a la alta gloria Alcanzar la victoria nunca pudo." Vuelve la vista atras, mira tus huellas Do quier sembradas de fragantes flores, ¿Habrán de ser, Santiago, ménos bellas Si las pisa la envidia en sus furores~ YARILPA Una consulta literaria. l. Yo no soi sino un pobre escritor adocenado, que, cuando mas. habré escrito unas diez revistas de teatro i uno que otro artículo crítico ; sinem­bargo no parece sino que mi fama hubiese pene· trado por todo el universo mundo, i con su gran· deza i solemnidad lo tuviera paralizado todo de espanto. En la calle me saludan mal o no me sa­ludan mis a1nables con1pañeros de oficio, diciéndo­m e mas que claramente con eljesto i con la mirada: -Ai ! i el mentecato, pues no las echa de escritor! Por Jo que respecta a aquellas personas que no son del oficio, creo que acertaré a dividirlas bien si a u nas las clasifico de ind~fetentes j i a otras de tente­ra1 ·ias. En las prime ras deben contarse a los co· merciantes, revendedores, usureros, mercachifles, ajiotistas, tenderos i domas lobeznos de la tribu uñada, de quien es, sea dicho de paso, nada bueno ni malo tengo que decir por lo que respecta al ramo literario; pero ah! no me sucede lo mismo con los segundos, que bien lo dice su no exajerado nombre de t e1ne rarios, tan propiamente puesto i tan digna· mente llevado como el del rei aquel de no sé que parte de Europa. Tal es, sin duda, lo enorme de su audacia! Los temerarios, pues, me buscan en las cuadras de la ciudad, me acechan en las esquinas, me si· guen a los parajes solitarios, me dan siempre el lado, me saludan primero i me coln1an ¡pobre de mí! de atenciones i deferencias . Ai 1 i cómo se lo perdonara yo cordialmente si < despues no se siguiese lo que se sigue ! aquel < -I i va U. n1 u i ocupado, s~ñor don \' íctor? S Por lo que es hoi sí, amigo mio; estoi falt o de dinero, i ando a caza de cierto sujeto que me debe algunos realejos. -Oh! i cómo ciento ser poeta, que de no haria a U. un préstamo oportuno! -Gracias, pero desgraciadamente U. lo es. -Oh t sí, cargo con esa cruz sagrada. -Pues no deja de serlo. -Qu e quiere U, la mision .•••• -(Oh! si, pensé yo, la de fregar al prójimo). -I mucho ha escrito U. señor don Víctor en , estos dias 1 -Sí~ señor¡ he escrito algunas cartas. - .... -o! no digo eso: preguntaba a U. si ha es-crito algo para Jos p e riódicos 1 -Por lo que es eso no, señor. Qué quiere U. que escriba 1 • ••• a tní no n1e gusta eso que aquí se llama la política, i como no se publican otros ¿ periódicos .••• - 1 ie habian dicho que U. era el redactor de la BIBLIOTECA •••• - ... 4.. lo que parece la BrnLTOTECA tiene tantos re· dactores cotno dias el año. i\'le han hablado de seis l o siete, i algunos 1ne han abierto su pecho a ese l particular. -Oh! por lo que es eso el secreto de la redaccion de los periódicos se parece mucho a los secretos de la corte: todo el mundo se lo comunica a su vecino bajo el sijilo de la confidencia, empezando por el mismo redactor. - ..t\sí era hasta hace pocos años, cuando la pren­sa no era libre; pero ahora sucede de mui diferen­te tnanera: hoi se estila anunciar la redaccion de los periódicos con letras Yisibles en la parte mas notable de su encabezamiento. -Por lo que es eso, estoi en un todo conforme con esa práctica paladina: al César debe darse lo que es del César. -Ciertamente, pero es que muchas veces no es del César lo que parece del César, i esa costumbre tien e algo de cierto pueblo vecino, donde los lite­ratos lo firman todo, hasta las portadas de los libros, i primero falta el articulo que la firma. Pero adios, mi señor amigo ; como dije a U. hace poco tengo algo que hacer. -U. me perdona, pero no puedo dejarlo ir hasta que arreglemos un asuntillo. -El qué~ -Pue-.;, señor, para no nndar con rodeos, metá- • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 3IBLIOTEC DE SE ORIT S. 97 foras ni ambajes le diré franca i 11anumente, que ~ randa o riendo ; pero Jos siete dias de la sen1nna no he e~crito un drama! se pa ... an a s í no mas, i mucho m é nos cuando se ti ene Doi a U. los parabienes. un~ cara mitad que padece de histérico, i tres par .. - o se trata de ~o, sino de que U. tenga la bulitos largos i es piritados como lombrices ¡ nlboro­bonda l de concederme unos instantes para leerse lo, tadores como cotorras. 1 todo esto por qué? Porque a ve t' qué Je parece ; i despu s que me pre~,.. te su el te1ne~·ario tne habia entrenido lo bastante para apo) o para con el director del teatro a ver si lo po· que m1 deudo~· se escapase real o finjidamente. nerno:-o. en escena. Etnpero, D1o s , que no abandona a sus criaturas, -Pone'lnos dice U 1 (el plural ra aterrador.) envióme un p e nsamiento consolador, i fué el de -Puts .•.. como e ... pero que U. se digne corre- ocurrir a cierto periodista, que tambien solia oc u-j írn1elo. • • • . rri r a mí la ví. p e ra de sali r su periódico por la -Ya) ya ; está b1en hablaretno'"' luego de C'"'o. ~ bicoca de un editorial, i a quien babia sacado yo ·-Pero es ue yo no puedo es1)erar. de 1nas de un apuro o enredo. ·-P ro •••• i ) o ménos; csta1nos en vísperas de Presentémele con el aire sombrío, propio del 'iérne~. i debia sentarse a l a n1esa. - G r ac ias, m e dijo; dándon1 e una pnlmadita fa­lnili a r e n e l h o 1nbro'l es ya tie mp o d e qu e rompa sus eadenas: Yu e l Ya U. nl s e no d e su e p o sa i de sus hijos; pues por lo qu e hace a m 1, h e t e nido una conferencia mu i l a r g a c on e l ministro d e la Go­bernacion~ i vengo r e ndido de ap e tito. Adios, seño r don Víctor, i no dej e d e volverse mañana por acá, pue s te n emos qu e hab lar larg o sobre c ierto artíc ulo e n fnvor del Go bie rno qu e ha d e vale r al p e riódico 1ni 1 ' UScriciones mas ; l1abia o lvidado d e cir a U. que tiene dos 1n i 1 ! Fuese el per io di s ta a co m e r , i yo m e r e tiré a casa da11do gracias a D ios p or to do l o q ue 1n e pa­saba, pues ademns d e t e n e rl o tnui m e r e cido, e ra necesario que l1 u h i e r a ::he r ej ias para la fe solidar. " Al llegar eran las s e is i ape nas tuve tiempo de < prevenir a Petron a qu e t e ndriatn o s un literato a ~ ref'resca7 .. Senteine e n Sef;· uida en 1ni silJon, crucé Jos brazo'"", i esc] amé corno dice n que J csus Jo hizo en el l1ue r to: "Si e s p o s i bl e ~ S e ñor, apartad este caliz de 1ní P' l\fas seg urame nt e no fu é posible , porque a l l legar a l 1ní s o nó la campanilla de la puerta ele l a calle i se pre s e ntó e l t e1i ze'r a?·i o. ÜRION. A mi hija. J. i Qu ién co mo tú divina, S i e n e l r egazo d e tu jóven ma d r e V u el ves a D io s los ojos, de las ~ien e s Los n1 i l caireles por g·arganta i p e cl1o E n on d a s d e o ro desatando suaves~ i u ié n co tn o tú divina, i no hai cl ave l ni púrpura d e Tiro ue ig ual e a l rojo de tus rojos labios ; I de }a au rora la sonrisa npén as l:l n ede i gua l a r a tu sonrisa de ánj e l 1 eva d o e J c u e llo, bre ve la cintura: La fr e nte ig· u al , r e donda, · TurjcntP. e l p echo, do tnl v e z s e anide .1\i ! e J atnor de Safo, O d e Lu c recia, la irritada espos a, D e s a n g riento pudor la nobl e 1Jan1 a ! 'J,al t e hizo Dios, i tal nl conte tnplarte f e hnce s fe liz; ele pobre, oscuro i triste, Tornándo1ne en altivo sobe rano ! ..... . II. r o naci s t e en la cámara de oro Do viene al mundo el hijo de los grandes; l i -.; uspendió el destino en tu cabeza De los m ó nstruos del Volga o del Danubio La corona imperial Naciste ~ola, [ fué tu cuna de algodon i flores I Je ye junco ; en la mitad del cielo El m e ridiano ~ol su disco entraba, 1 e n los móvibles sriuces i en las rosas La fr e sca brisa, su urrando leve, Llevó hasta tí la pluma de sus alas. 1 i qu é me importa a 1ni no darte un trono, I 1 i alcázares, ni joyns, ni bajele s, Si naciste cristiana, libre i buena 1 Si es tu patria la m é rica, i Granada, D e Dios dile cta, i g rande, i val e rosa, Tu morada d e r e L tu r esidencia ~ , D e mimbre e l arc o i la vi st o sa pluma D e blanca g arza, ins ignias miste riosas D e l iuisca lid iador, son a mis ojos lVIas preciado blason, mas rica pre nda, Que el c e tro h e lado i fu e rte Que empuña e l hijo bárbaro d e l Norte, 1 cuya punta e n rayo conve rtida, Cambia la luz e n .... ombra !. ..... Tu c e tro e s la virtud; su oro i sus piedras No son de polvo, no: guárdalo, mi hija. III. Oh! yo t e qui e ro, niña, cuando vu e lv e s A m í tus ojos c á n cl idos , s e r e n os, 1las que a tu mad r e e n la o c asi o n prim e r a Que o s é 1ni labio tímido, t e mblando, Lle var al suyo de carmin •••• Por eso Siempre e s mi cielo azul, i son mis dia Puro s, brillantes, sin b o rrasca o so1n bra ! Ahora soi jó\·en; jóven, qu e no cuento Ni cinco lustros, no, i tú eres niña, .... "'iña como Jos ánj e Je s que en torno D e In R e ina d e l Ci e l o pintor sue le n ; P e ro mañana. blanca mi cabe za , Por la mano de l ti e mpo, e ntre las tuyas Irá a posarse al divisar la lumbre D e mi últi mo crepúsculo ; tú entónces ... o s e rás ya la que hoi ... Oh l quiera el ciel o Bajo su n1anto de turquí guardarte ! ..... . lVIas si quisiere la contraria suerte 'I'emprana tumba abrirm i.\ ' nunca olvides Que': el mundo es un engaño: una mentira ;, 1 que sus co pas d e ámbar, guardan solo Lágrin1as j dolor; que los place res P e nas ocultas son, ensueños. nada ; Nada el trono i la púrpura insolentes, Nada la pompa mi1itar, ni el lauro Sacro que ciñe la cabeza augusta Del hotnbre trovador. Oro i talentos, Hermosura i encantos, todo mu e re ! Solo es eterno Dios, i el que la senda Sigue de la virtud ; tú pues, la sigue. 1 mi metnoria plácida i amante Conserva fiel en la memoria tuya, 1 con el vi e nto de la noche; frio, O con el ave torpe de los muertos l\1ándalne tu suspiro, que yo en cambio Te doi mi corazon, te dejo el alma! I de mi tumba en torno, mis estrellas 1\'lis jardines i cielos, potnpa i oro, Mis auroras i soles sean tus lágrimas! ! 'Tiértelas, sí, en el cáliz de la muerte, Que es de plomo i de acíbar, mas confia En un 1nundo mejor, que ha de juntarnos! IV. Mas si el destino me conserva, entónces Cruzaremos el valle de la vida, Tú siguiendo 1ni huella, yo en tus ojo~ Amor i luz bebiendo, i en Jos mio ~ • ' • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BIBLIOTEC DE SE ORIT AS. 99 Virtud i fe, cariño i esperanza R eflejando a tu puso ; cual dos fuentes, L a una secada ya, la otra crecida, E pumosa i sonante, que a ocultarse Van n el mar inmen .. o de la muerte ! S erá en t6nc~·s igual, sí io-ual, rn·i hija uestra suerte en Ja tierra; i en el cielo Igual tnmbien , pues que en la fe del C r isto , ln bos nacitnos mor ire1nos ámbos! F. PÉREZ. El Caballero Bla11.Co, Leyenda Irlandesa POR LAURA PRUS. • El soldado soltó la capa i se acomodó para dor­mir. Llegaron a Ja puerta ele Ja salida. - ... h ora, querida lVIina, le dijo 1\llorice, pasa p ri .. mero, los centin elas no se opondrán; ve pronto al lu o·ar con venido. La jóven obedeció sin detenerse un momento. Alo-unas n1urmuraciones sobre su saJida a semejante hora eran los únicos inconvenientls que· tenia que arrostrar. Cuando hubo pasa Jo el tiempo sufic iente para la evasion ele 1ina, i\1 o rice se quitó la ca pa, levantó las manos ácia el cielo para pedir su protec­cion i ~~ · lanzó por en medio del bosque. El a'"'otnbro de Jos centinelas los t uvo un momen­to en su\.;pen o pero di eron pronto la señal de alnr~ ma disparando en la direccion q u e el fujitivo hab ia to1nado; las balas silvaron e11 los oidos de l\1orice ( CnncllCJSion). .1 bl 1 El · J · que reuo ó su ijereza. podia on· as 1mpreca-uedó ... ola JVIina i llevando las manos a su frente ciones de los soldados despiertos de improvi ... o 1 en p~reció recojer su razon pronta a a~andonarla. encontra1 do sus armas in util isadas. Bien pronto Pern1aneció algu nos minutos en la actitud de uno apercibió a travcs de los árboles el vestido blanco que e~cucha, j cuando sintió cerrar ... e _detras de é~ de su fu tura; Mina lo ag uardaba. Morice ]a estre· la puerta del cuarto a do1?de lo co~duJero~, ~ru zo chó en sus brazos i ambos pasaron el rio que los las n1anos sobre su pecho 1 se desh1zo en lag rimas. separaba de Ja gru ta ele Fitzguald, a la que llega· E s bien estraño qu e ~ entre mujeres, e~f.a se~al ron pocos momentos despues. de debil idad preceda .. iem pre a una reso~uc1on ener- A unq ue felices al verse libres de este primer jica a un g rande acto de firn1eza .. - i tna contu ~ro pe l ig~ro, su posi cion no era segura, por que no podjan su lJanto al considerar quE" ... olo ~e1s horas de e.xis- aven turarse a salir de Ja caverna; sabian que su tencia quedaban a su novio ; calc~1ó frian1ente l:Is retiro seria descu bier to : pero esperaban ganar tiem­probabilidades de salvarlo, los tned~( · de con?eg·utr- po l1asta la vuelta del jefe i de sus soldados .. E n lo i los puso por obra con una ad1n1rable rap1dez de efecto, al amanecer los ingleses llegaron delante de ejecucion. la g r uta pero no conocian s us revueltas, i sospechan- R abian dejado solo a l\i orice para prepara.rse a do algun lazo, se detuvjeron dela nte de la abertura· su próximo fin; estaba en u na completa oscur1da~l. a ll í celebraron consejo sobre lo q ue habian de ha­C onocia que iba a 1·epresentar u n, n?bJe p~pel s1!1 cer . Pocos momentos despu es los fuj itivos oyeron precedentes e n los .anales J ~ su pa1s, 1 q uer1a morn~ el r uido de piedras q ue an1on tonaban en la boca de 1ná1ti r de su h eró1ca fideltdad ; pero. i. ser arra11- su r efujio. No pudiendo formar conjetura alguna cado del a ltar para marchar a l su pb~1o! cu~ndo ? sobr e el proyecto de sus enemi gos~ aguardaban con te nia delante de si un largo _por ,·entr d_e dicha ansiedad mor tal. D e r e pente un r esplandor penetró u n iéndose a i\llina, era un motivo de horrtbl~s pe- en la cavaña. i\1 ira: qu erida 1 iina: el sol sale i .... ares. Oprimido por la violencia de sus ~m?~Iones. podemos esperar la pronta vuelta de n u estro amo. cedia a la necesidad del sueñ o, cuando Sintlo sobre Si esta claridad fuese la deJ sol, l\1orice, no u fren te la presion lij era de una tnano; se_clesper- podriamos ver la; es una claridad fatal ••.• la Juz tó asustado i vió en pié delante de s{ a l\ l1na que de la roca Negra. tenia en la mano una pequeña lámpara. . . Fatal; pero no para nosotros, Mina; en este - ¡Sile ncio l Ma rice, le dijo en voz ~aJa. iQu1e- momento ella alumbra a nuestros enemigos. res hacer uu esfu erzo pa ra. obtener tu l!bertad1 Ambos se persig naron devotamen te sin co mun ~- J\_101·ice tembloroso l,a mnaba c_on s~~·presa.. C on carse sus terrores, porque despues d_e_ alg unos mi­un Jesto ella le mostro la puerta 1 le dJJO a l o.Ido: n utos u n espeso hun1o se e~parc1o e n Ja cueva. Los soldados est~n ahí, los he hech~ beber 1 due.;- ~ ¡D ios de mi ericordi_a ! g ritó e l j óven , van a ~ho: m en en la osc~riClad ~orq.ue ~pague su luz. No garnos. Entonces q U_JSO . arrastrar fuera a l\1Jna 1 temas sus fusiles, estan s1n p1edras. D os soJd~dos 1 ofrecerse solo en sacr1fic1o •••• pero un vapor ar­son los \inicos que dan que temer ; o.;o.n Jos centin e- ~ djente los hizo retroceder precipitadamente. Re­las de afuera; en cuanto a e ... tos h~u q ue colorar sicrn é tnonos, a mio·o mio, le djjo lVlina tomándole 11uestra esperanza en la , r roteccion del cielo. No ~ Ja 0 mano; all_á co~o aquí la muerte es_ ine \·itable. perdamos un 1nomento, s1gueme. . ? Tú n o q uerr1as, s1n duda, r escatar tu v1da por una -Pero ¿a dónde p ie nsas hu ir, M1na ~ < cobardía, descubrien do tu disfraz; cumplamos nues- - A la cueva dru ídica en do_nde lord F itzg uald < tro destino que permite al ménos que no nos e .. se ocultó despues de la desgra cia de los suyos. paremos. . , . . . l\1ina apagó su luz i ambos a travesaron con pre- P ero q t~ltandole Ja . falta de _a_1re la resp1ra~1on caucion estre n1a el cuarto en que dormian lo.s sol~a- temblaba. 1 una .especie ~e del1~1o se apodero ~e dos: cuando se aproximaron a la puerta, Mina p1só . ella. M1na! l\rl1na querida t gritaba el desg rac1a· un ~bjeto que estalló con su peso. Los fracn1entos do Marice, recobr~ tu vaJor, pon tu cara ~ontra la del espej o, pensó ella; pobre tia, teniais raz~n. Con ~ ti elT~? en el)~ ~a1 a~n u~ poco de fresco P ero e ... te ruido se despertó un soldado que, COJlendo el ) perdto el s~nt1rn1ento 1 cayo postrada en los brazos faldon de la capa de Morice : Quien va ahí? / de su nov1o. . . _ , grnó. quien es 1 En ese momento un v1vo t1roteo se e m peno afue- _ "Dejadme, señ or, 1e respondió con v~z baja la ra _; el combate dur~ poco, Ja puerta de la caverna muchacha· vcncro a buscar luz en las cenizas de la fu~ desembarazada, 1 el caballero Blanco a la cabe­cocina. , za de sus cotnpañeros se precipitó a la gruta ; sa· Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 100 BIBLIOTECA DE SEÑORITAS. c aro n los c u e rpos medio asfixiados de Mina i de puede tener un esceso de memoria sino a costa d e l lorice, los espusieron al aire libre, i los mas solí- juicio. Esta preciosa cualidad es la que mas le c itos c uidados los volvieron a la vida. faltaba, como puede verse n sus obras que han sido El caba llero Blanco recompe nsó su h e róico sa- impresas en 13olonia n 1495, j reirnpresas en Ba­c rificio uniéndolos e l mismo, i asegurándoles una ; silea en dos volúmenes en foJio, en 1573. Comba­e .. istencia cómoda . Su afec to por sus fieles servido- tia la a strolojía en un sen tido~ i la estudiaba e n r e s s e manifestaba en toda ocasion; se e ncaro-á del otro, i se ocupaba tatnbi en en las ciencias ocultas, } J Orv e n~ r de su hjjos, pero en cuanto a la feftcidad lo qu e ha hecho que algunos escritores le hay·a n i nterior no podia añadir nada, ••. porque esa feli- colocado entre los mao-o~, i le hayan su puesto que c idad era completa. t e nia un demonio fa1niliar, necedad absurda, pues Tres años d espues, Mina ensayaba Jos pasos de que vivió siempre cual fiel cristiano, i murió con s u prirn e r h ijo sobre el prado que se estendia entre ; adn1irables sentimientos de pie dad. La mu e rte de su casa j l os á rbo les del bosqu e . Un pereo-rino do- ~ Pic o d e la IVlirándola se verificó e n Florenc ia en b lado por la edad i las fatigas se avanzó I e~t amcnte >e l misn1o dia e n que, el rei Cárlos VII[ d e Fran· , c ía e lla, e impl o ró su caridad. l\1Ina se dió prisa > cia, hizo s u e ntrada victoriosa e n aque lla ciudad. e n darle algunas m o n e das i le invitó a ac e ptar un T e nia nada n1as que tr e inta i dos años. Esa es Ja asi lo porque l a n oc h e se apro xirnaba. D e r e p e nte s u e rte de los niños pre coces : desa rrollarse pre matu­b r ill ó la luz de la r oca N egra i alurnbró la faz d e l ramcnte, envejecer proto, i morir j ó v enes. Por otra per eg rino. ÜIYidando la jó\·en que se esponia al parte, semejante fnerza de imajinacion solo se de· 1ni s mo p e bgro tomóle el b razo para obligarlo a sarrolla a costa d e l verdadero tale nto, i no es aJ e ntrar precjpitadamente en la cabaña • •• • pero el jenio prematuro i universal al que mas ben efic ios a n c iano p r o nunció estas palabrM: Quedaos Mina! deba la causa de la hun1anidad. j no temais ya esta luz, e l espíritu que la manda es tá suj e to a la voluntad del Altísimo. Su poder va L t b a cesar; i Dioc:: pern1ite que en faYor de vues tras a rom a. ( b u e nas acc iones, esta funesta luz d esaparezca para < La trotnba e s un meteoro estraordinario que apa-sie lnpre. S r ece en e l mar en los ti e mpos cálidos i espone Jos El ancinno estendió las n1anos ácia Ja roca, la > navíos al 1nayor peligro. Es una densa nube ele la luz s e debi litó poco a poco al1nismo tiempo que la cual una parte se halla en un 1novimie nto rápido i fo rn1a de l viejo s e hacia ménos dústinta, i cuando circular cotno alrededor de un eje; causado por la luz hnbo desaparecido con1pletamente, no quedó dos vi en t o s que soplan dire ctame nte uno c ontra otro, 'isible ni sig ui ra Jn l1u ell a del peregrino. ~ i su e le caer por su propio peso e n forn1a de colum- D e de aquel dia la luz de la roca ~ eg ra no se na, ya cónica ya cilíndrica: su base s tá siempre n eend ió n1as. e n e l aire i su punta descansa sobre l a superficie < del agua. Las tronlbas son va c ías por dentro por- • • , ? qu e la fu e rza c e ntrífuga arroja d e l centro todas las PICO de la M1randola. ~ partes internas. Las partes acuosas que se separan Ju a n Pico de la lVIirandola l1a quedado entre los de la circunferencia fo rman la lluvia que cae al­n j ñ o s precoces como el n1as célebr e , i como el que S rede dor d e l t orbellino. Cuando e l viento jnferior es e l - ~ulrro cita con mas frecu e ncia. ~ el mas fuerte, entónces la tromba se halla elevada rrodo e l mundo sabe que de~de la infancia era e n e l aire. se O}.,. e un ruido sordo, i algunos siJbidos un prodijio de n1 e moria. Cuéntase que despues de > a g udos. Por donde cae este turbion cau~a muchos habe r l e ido tres veces dos pájina"'" de un libro, Jas estragos, por Ja cantidad de agua, i algunas veces Te p e tía 5in cquivocarBe. DICLSe ta1nbien que a los de granizo que d e rrama. Suelen ser bastante fre­tl i z i ocho años sabia veinte idos idioma ; lo que cuentes en aJgunas costas dell\1 e diterrán e o cuando parece dudoso, a mPnos que no supiese de estas e l cie lo está nublado i soplan algunos Yientos con­Ye inte idos l enguas n1as 'l Lle los prirn e ros el e m entos . • trarios u opuestos. Desde al g una distancia parec e En fin, se lee en todos los autores conte mporá- < que se componen del agua del mar que s e eleva e n neo --- que a la edad de Yeinte i c natro años sostuvo 5 alto. Si por desgracia &e precipitase lnopinadamen­pública m e nte tésis sol e n1n es sobre todos los objetos te sobre un naY Ío le baria sume1jirse e n un mo­d elas cie ncias, sob re todos los conocimientos l1uma- rn ento. no--- ltoínni 1·e sci bili (de todo l o que es posible ~aber.) En el m es de julio de 1755, durante una tem­Pero es sabido , dice un bibliógTafo, que esta espe· pestad qne los calores exesivos produj e ron en Ba­c ie de conclusiones no era mas que una como para- Yiera, un trueno terrible abatió una nube entera d a o ala r d de qne se salia bien con una tintura que se ele YÓ perpendicularn1ente e n forn1a de troin­bastante lijera de lns cie ncias, un poco de firmeza ba tnarina . Este torbellino paso sobre un cstanq u : i facilidad e n el hablar. absorvió e l agua i la hizo Je\·antar a una altura .. detna ... , aquellas conclusiones de o1nnc re s cibili prod ij iosa ; despues la esparció con tu n ta fuerza, e llan1aba a mil cuatroci e n tas cuestiones que l1a < que parecia humo densisiino. La nube derribó va­hecl1o itnprirni r aJa cabeza de sus obras, tales como rias casaa..:, i desarraigó muchos árboles, que fueron se habian puesto por las esquinas de Roma, csccpto hallados mui léjos. En 5 de agosto d e 1750, apa­que corrijió trece proposiciones que el papa lt ocen- reció cerca deltnar Báltico una colutnna de agua cio VIII habia censurado, porque era sumiso cris- pegada a una nube, que el vi ento dirijia a la tierra ; ti ano ~ ~ i atraia ácia sí todo cuanto encontraba, n1atas, abro- Lo qu e en ~ida l e clió un brillo cu~yo reflejo con- jos; ramas ele árboles, l1aces. Los elevaba a la al­serva todavia ~u nombre , es: prin1ero, que era de tura de tre inta piés, los r e torcia, i despu es los dejaba una iJnstre familia, qu e era principe, i que ademas caer h ec hos pedazos. Se dice que se rompen i disi­staba r ea ltnente dotado de cierto mérito. Pero 5 pan estas trombas, tirando contra ellas algunos justificó Jo que frecuentetnente se dice, que no se < cañonazo~. l PUBLI ~ " • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

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Biblioteca de Señoritas - Año I N. 12

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