Por:
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Fecha:
02/10/1908
EL HOGAR CATDLICD
SE PUBLIC A BAJO LA DIRECCI ON DE LA JUNTA ~ENTRAL DE LA DOCTRINA CRISTIANA
~ -· -------- ------------
" Nada, ni un pmsamz'ent o, par a la política. T odo, hasta el úlHm o alz'e nto,
para la R elz'gz"ón "
Serie :a. • 1 Bogotá. (República. de Colombia.), Octubre 2 de 190S 1 Número 1S
''EL HOG AR CA TÓLICO"
DOCUMENTO IMPORTAN TE
EL PRIMADO
Y LO S ARZOBISPOS Y OBI SPOS DE COLOMBIA
A l Clero y á l os fieleJ
Sumisos y obe di e nte s á la voluntad d e
Nue stro Santísimo Padre el PAPA F{o X,
nos hallamos reunidos en esta ciudad
para tratar de asuntos mu y g ra ves q u e
se refi eren al bien de las almas, á la sal vaguardia
de los derechos Je Di os y de
Jos sacratísimos intereses de la Ig lesia
Católica en Colombia. Al participaras tan
plau5ible acontecimiento, no podemos
menos de enviar á, nuestros amadísimos
hijos, los fieles de la R e pública entera,
un saludo y una bendición ; así como el
testimonio de la santa alegría que inunda
nuestro corazón. Ella proviene de qu e
por primera vez, en los años que ya llevan
de existe ncia nu estras Diócesis, la
Providencia Divina ha permitido que los
Jefes de la Iglesia se hallen todos congregados
para ocuparse en lo qu e mira
á sus sagradas funciones. A esto se añade
la circunstancia, no menos digna de
notarse, del acuerdo unánime de juicios
y de sentimientos que ha reinado y reina
entre nosotros. Así, con el favor divino,
nos es dado llevar á cabo nuestras tareas
y deliberaciones de acuerdo con el consejo
del grande Apóstol San Pablo: Solí.
cz'tos en conservar la unidad del espírz'lu en
el vínculo de la paz ( 1 ).
Si aún no podemos dar á conocer cuál
·ha sido el objeto de nuestros trabajos y
su resultado, porque previamente he.
(1) Ephes . IV, 3.
mos d e somete rlo t odo al juicio d e Nuest
ro Santísimo Padre el Papa y á su sanción
d efin itiv a, h e mos p e nsado delante
de Di os qu e conviene y es nu estra o blig
aci ón tra tar desd e ahora p ú blicamente
un punto qu e mira á la libertad de la
Iglesia, y re specto de l cual importa desde
lu ego que el pare cer unánim e de Jos
P r e lados aquí reunidos sea conocido, ora
de lo s fi ele s hij os de la Igle sia , ora tambi
én de aquell os qu e por fin g ido interés
ó po r declarados ataques me r ecen con~
tarse e ntre los ad ve r sarios d e la Santa
I g lesia Católi ca.
Es b ie n sa bid o que una co ns igna masónica,
e manada d e las alt as regiones de
la. secta re probada por la Ig lesia, ha venido
difun diéndose por t oda s las nac iones
del or b e católico, para atacar, d e sacred
itándo las y calumniándolas, á las comuni
da de s religiosas d e todo género, que
son baluarte firmísimo de las bu e nas do c.
t ri nas y d e la s virtude s cristianas, y coady
uva n e ficacísimamente á la m or a lizació n
de los pu e blos, por medi o d e la p redica ción,
d e las obras de a bnegación y de
celo.
N c e s e xtraño que e n a que lla carea
acome tida por las sociedade s secre tas:
todos cuantos son agentes incon ve r t ib les
de la Revolución, y por lo mismo d e la
guerra á Di•s, á la Igle sia y á las autoridades
constituidas, estén obed eci endo dócil
y ci egamente á lo·s manda tos qu e proceden
de los antros t e ne brosos de laMa son
ería .
Y, en efecto, d esde ha ce al gún t ie mpo,
varios Pre lados de esta R epública se
vi eron pre cisados á le van tar la voz contra
ataques de la prensa, encaminados
á denigrar ofensiva y calumniosa.
mente á los religiosos y religiosas de diversas
Ordenes que residen actual mente
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EL HOGAR CA TOLICO
en Colombia. So pretexto de ostentar
celo, r espeto y aun veneración, no menos
que inte r és en favor de l Clero y de los
Institutores nacionales, á quienes se presenta
como víctimas de aque llos r eligiosos
reducidos e n número, y espontáneame nte
llamados y aceptados por e l Episcopado,
se pretende dividir para reinar, y
despertar e mulaciones y riva lidades e n .
tre los dEfensores de la Igle sia y entre
Jos mismos institutores, nacionales y extranjero<.
No es dif!cil, á la verdad, reconocer
que la campaña a lu dida y las alabanzas
que suelen prodigarse al Clero colombia.
no, no proceden d e amor á la Igl esia Católica,
ni de ce lo por el adelantami ento
de la in str ucción y educación públicas.
Aquellas alabaPzas ema na n de l mismo
campo que ha prodigado e n otro tie mpo
y prodiga toda vía, cuando la ocasión se
juzga oportuna, ultraj es y vitupe rios á les
hijos de Col o mbia que h a n abrazado la
carre ra sacerdotal ; y es po r lo mismo
muy J!cito ju zgar á dónde se va t ncaminando
sem ejante táctica; la cual se está
poniendo en ju ego actualmente d esde las
columnas de ciertos periódicos que acogen
con muy marcada complacencia los
escritos contra la Iglesia, ora sean de
autor conocido, ora sean anó nimos y
clandestinos, los que profusamente se di.l'tribuyen
á toda clase de personas . Otro
tanto acontece con la publ icación d e historias,
falsas las más veces, y de noticias
de otros países, todas dirigidas contra la
Iglesia. Los hechos que acabamos de
enumerar, y cuyo resultado es e l d e p re venir
injustame nte á las g <': ntes sencillas,
y hasta á hombres notable ~ é ilustrados,
son los que nos · obligan á hablar en la
presente ocasión.
Ya se ha h echo en rep e tida~ ocasiones
la apología de esas almas generosísimas
que, renunciando á las comodidades del
mundo, se consagran al servicio de Dios
y del prójimo. Por tal razón, s i no es
nuestro ánimo el repetir aquella apología,
sí juzgamos indispensable hacer notar de
cuál mane ra evid ente lo s ataques, ya manifiestos,
ya velados, que hoy como aye r
se prodigan á los religiosos venidos del
Extr'lnjero á trabaj¡¡r en Colombia en las
funcion es propias d e su vocación, contr astan
con las id eas de libertad y de respeto
á los individuos tanto nacionale~ como
extranjeros, preconiz'ldas con no media.
na e lo(;ue ncia cuando se trata de aquella
s personas que no visten sotél'lla ó hábito
religioso, aunque vengan al país para
r ecoge r dine ro que se llevan; y aunque
ve ngan á eje r cer profesiones no siempre
honestas y con no poca frecuencia m otivo
de escá ndalo. Sólo s e quiere negar el
agua y el fuego á quienes no tienen más
crimen que el de ser Sace rdotes ó religiosos;
se pretende con tal fin despertar,
e n público y en privado, tfn antagonismo
en te ram ente ajeno del espíritu que anima
al Cl e r o de la Iglesia Católica.
Y aquí conviene. observar que la mala
fe de los enemigos de la Iglesia y de las
comunidades religiosas, en particular de
las que están consagradas á la educación,
resalta á los ojos de todos en los escritos
antiguos y en los modernos á que nos referimos.
Los autores de tales escritos, según
su costumbre artera y mañosa, abusan
de la sencillez del pueblo incauto,
para in ocularle sus dañadas ideas. Es
así como con mentira manifiesta ponde.
raA la suerte infeliz de muchos de sus
compatriota s; se compadecen fingidamente
de su suerte ; y buscando la causa
de todo, la hallan, no en Jos hábitos viciosos
y holgazanes de no pocos, que se
creen ya acreedores á altos puestos, una
vez que poseen cortÍsimos conocimientos
sobre muchas cosas ; sino la encuentran
en la falsedad de que las congregaciones
religiosas, por haberse apoderado de casi
todos los establecimientos de enseñanza,
han dejado á no pocos colombianos
sin destino, sin h ogar, sin pan para su
hambreada familia. Bien saben aquellos
que los planteles de educación confiados
hoy á congregaciones religiosas son reducidísímos
en número si se comparan
con los que desempeñan profesores laicos.
Tampoco ignoran, aunque aseveren
lo contrario, que según e l dicho hasta de
altos empleados en el ramo de instrucción
pública oficial, los maestros que tie- ·
nen diplomas, ó son aptos para enseñar,
sen muy escasos en la capital y en los
Departamentos d e Colombia (1).
(1) Según la Estadística anual de Colombia
( 19 05) hay en l a República 2, 1I7 planteles
de educación con 5;$1 DinECTOnEs y 797
DmECTOnAe . Y las Escuelas regentadas por
.Maestros y .Maestras religiosos alcanzan a penas
á OCHENTA eo toda )a REPÚBLICA!
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Cuan to acabamos d e insinuar someramente
bastar ía para justificar el inte nto
que á Nosotros nos anima al dirigir á todos
los colombianos estas líneas. Mas
importa reforzar nu e stro argumento, imputando
como im p utamos á los que se
han dado á la tarea d e ·' enigrar clara ó
solapadamente á las comunidades religiosas,
la fe a manc ha de ingratitud. Estos
no reconocen cu á nto va len los sa crifi cios
d e un a vida entera en favor d e los cu e rpos
enferm os ó miserabl e s, y de las almas
ignoran tes y d egradadas. Para aquéll
os nada vale la mu e rte de c incu e nta
H e rma nas de la Caridad, que se sacrificaron
en servicio de las ví c ti mas de nu estra
última d esastrosa gue r ra civil. Ni
signi ficará n nada tampo co la inmolación
c ontin ua, le nta, sile nciosa de l Salesiano
que atravesó los mares, para e nc errarse
en un Lazareto, expues to al co nt agio, y
obligado, por pro pia voluntad, á soportar
las explosiones de carácter d e personas
incul tas, á veces pervertidas, y si em pre
exace rba das por causa de las mismas dolenci
as que pad ecen, y por lo demás tan
di gnas de nu es tro inte r é s y conmiseración.
Y ningún mé rito ti e nen tampoco los
esfuerzos del r e ligioso, que oculto á la s
miradas de los hombres, se con sagra á
la e ducación del niño pobre, lo inst ruye
y lo prepara para el trabajo; asi com o
del hijo de paches acomodados en qui en
hay que destruír inclinaciones desarre gladas,
altanería, mal uso de lo s bienes
de fortuna; para inculcarle la humildad,
la compasión hacia el pobre , y la convicción
íntima de que e l rico es tesorero de
Dios qui e n le concede bienes para que
se repartan equitativamente en la satisfacción
legítima de las propias necesidades,
y en-el auxilio abundan te al ancia no.
al pobre y al d esvalido.
Y además, á tales escritores apasionados
é injustos tampoco ha de movérs e les
fib ra alg una d el corazón, para compadece
r siquiera al Capuchino q ue vio morir
á quince d e sus co mpañe ros de mi sión en
la Goajira; ó á los demás religiosos q ue
están d is pue stos á morir con n o m enos
abnegación e n climas deletéreos, en donde
sí se les tolera po rque allí otros no
irían; en Casanare ó San Martín, en el
Caquetá ó el Opón, en el Ch ocó ó en
Tierra-adentro.
Per o no es e >to sólo . Cuando los p eriodistas
y es c ritore s á quienes h emos
aludido, se di ce n, acaso con no m ucha
sinceridad y sin que r e r ex plicarse el verdadero
~entido de las palabras y de l os
p rin cipios, .1 póstol e s de concordia y de
paz e ntre les colombianos, q ui e ren sembra
r la discordia, encend iehdo el odio y
la ira de la s multitudes contra los ministros
de la Igle sia. A éstos se les acusa de
haber sido predicadore s d e guerra y de
matanza s. S e trabaja en concitar furores
populares cont 1 a toda una clase d e ciudad
anos q ue vive n consagra dos á labores de
caridad y de celo, bajo el amparo d e la
ley y de las garantfas que ella r econoce
á nacional e s y e xtranj eras .
Añádase á cuanto dejamos e xpuesto
otro nu evo contraste e n la materia que
nos ocupa. Abundan hoy escritos y periódicos
q ue po nd e ran á porfía la importancia
d e la inmigración ex t ranj era en
nuestra Patria, rica por la extensión de
su terri torio, y por los produ ctos naturales
q ue encie rra, conocidos uno s, ig norados,
in explotados los más. Y en e ste afán
de q ue sean pobladas nuestras dilatadas
comarcas, se pre coni za la inm igración.
Ahora bien : ¿no salta á la vi sta de todos
e l injustísimo contraste d e qu e los
que abogan en escritos y pe ri ód icos por
que los extranjeros vengan á poblar
nuestro territorio, sean los mismos que
miran con preven ció n, con odio positivo
á un p uñado de ho mbres y muj e res que
vienen á ayudarnos en la e du cación, en
la morali zación de los pue bl os ; y g>ue
muchos de e llos están in virti endo e l fruto
legítimo de sus trabajos, y ha sta e l diner
o qu e les vie ne de su patria en edificios
y e n establecimientos destinados para
provecho e~clusivo de los hijos de Colombia?
Respondan á es ta preg un ta
cuantos tenga n t rivia les noc ion e s de justi
cia y no estén cegados po r pasiones
sectarias y por añ ejos r esab ios d e educación
antirreligiosa.
Por lo que á N osotros toca, es deber
sacrosanto, y lo cumpli mos unánime mente
, en nuestro propio no mbre y e n el del
Clero colombiano, tributar públic o h omenaje
d e gratitud y 3.dmiración á las
diversas comunidad~s relig iosa s que hoy
trabajan por e l bien en diferentes partes
de Colombia. Y puesto que se trata por
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muchos, en público po r la prensa, y en
privado de mil man eras, d e revivir ::t.nti.
guas pasiones contra los r e ligioso s, cumple
á nuestros sentimientos, y más aún,
á nuestro Oficio el cubrir con nu estra aut
oridad la institución religiosa en sus di.:
versas formas, Así lo qu e remos hace r
por medio de la presente ex posición . Invocamos
además en su favor el texto y
el espíriru de nuestra Constituci6n nacional;
las estipulaciones contenidas e n e l
Concordato con la Santa Sede A oostól ica
(Ley 34 de 1888), y las de m í s l eyes que
dan garantías á cualqui e ra' persona para
vivir como le con vie ne, e j e r ce r legítim a me
nte su industria y su in genio, y usar
del derecho d e r eunió n conforme á las
mismas. Y ya que periódi cos de esta ca-
. pital y de otros lu gares d e la República
no han evitado e l insertar e n sus colum_
nas escritos q ue · ofenden á la Igles ia,
irroga vituperios a l Clero, sea cual fuere
su naci0nalidad, no faltaremos á nuestro
deber y sí usare m os de un derecho,
invocando e l ampar o d e las leyes vigentes
sobre prensa, á fin de qu e se r e spete
la Iglesia y sus instit uci ones, no me nos
que la persona de sus ministros.
Para bien de la causa d e Dios y de su
Iglesia la legislació n n os favorece en su
letra y en el espíritu que anima á las autoridades
c ivi les . Estas, rec.ono ciendo que
la Religión Católica es principal elemento
del orden social, la r espetan y hacen
respetar, por lo cual fal taríamos á nu estro
deber si no diéramos público t estimonio
de qu e los e ncargados d e l poder civil,
obedeciendo á los dictados de su fe católica
y á las prescripciones de la ley misma
a catan la Religión y le prestan apoyo.
Esto reconocemos que se verifica muy
espe cialmente en lo que se relaciona con
la educación, e ncomendada en parte á
comunidades docentes. El apoyo así prestado
á la Ig le sia, á la vez que motivo de
gratitud por lo pasado, es fundamento
para conta r co n que en lo ven id e ro nos
-s erá dado hallar siempre de parte d e
nuestro Gobi e rno, amparo y defensa, conforme
á la ley, para la Iglesia y sus ministros,
cada vez que las columnas de los
pe riódicos se convi ertan en cátedra para
concitar odios y para fomentar discordias
de carácte r religioso. Las pruebas de deferencia
á la voz de los Prelados, que en
ocasiones no r emotas hemos recibido de
los e n ~argados del poder público, nos
garantizan que los conatos para abrir
campaña contra la Iglesia y sus institucion
e s, y c ontra la educación dada en los
establecimientos oficiales por maestros
religiosos, encallarán ante la firmeza de
nuestros mandatarios .
Por todo lo cual, á la vez que hacemos
pate ntes nuestros sentimientos d e gratitud,
pedimos á Dios que bendiga á las a u·
toridades civiles, las ilumine para que
acierten e n e l gobierno, y dé también á
sus esfuerzos el fruto que ape te cemos para
bien de la patria, para su progreso moral
principalm e nte, y para el afianzamiento
del orden y la paz.
Finalmente, y en ejercicio de nuestra
potestad epi scopal y ordinaria :
1.0 R e probamos, condenamos y declaramos
de prohibida lectura, los periódicos
y hojas volantes, firmadas ó anónimas,
que ataquen ó calumnien á los Prelados
de la Iglesia ó á parte del Clero Católico
y comunidades religiosas.
2.0 Reprobamos, condenamos y rechazamos
en nu estro propio nombre y en el
del Clero que nos está subordinado, la
muy errónea distinción que se quiere establece
r, y el antagonismo que se pr~t e nde
fom e ntar entre Cl e ro nacional y Clero
extranjero.
3.0 Declaramos qu e los Sacerdotes
proced e nt es de otras naciones y los Religiosos
que r e siden en nuestras Diócesis
respectivas, han venido con pleno asentimien
to de l os Prelados de cada Diócesis,
y es bajo la depende ncia de éstos, según
las leyes canónicas, como ejercen el Sagrado
Ministerio y demás funciones pr:opias
de su santa vocación.
4. 0 Hacemos constar que los Re ligio.
sos que hoy residen en Colombia no han
venido desterrados de ninguna otra nación.
Si así fuera sería más reprensible
todavía el lenguaje de los periódicos y
demás escritos contra el Clero, los cuales,
al atacar á ho'mbres proscriptos, violan,
por lo mismo, las leyes más elementales
de la hospitalidad y la caridad cristianas.
5, 0 Hacemos pública manifestación de
que los Sacerdotes naturales de ·otros
países prestan, con celo y abnegación
constantes, su ayuda á los Sacerdotes colombianos,
cuyo número es insuficiente
para .satisfacer las necesidades de los fie-
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les, y las de los infieles en las diversas
misiones de nuestra República.
6. 0 Nos rese r vamos el hacer uso, contra
los periódicos y demás hojas que hostilicen
á la Religión y á sus Ministros,
de las atribuciones que conceden á los
Prelados las leyes canónicas, y de los derechos
que á cualquier ciudadano le reconocen
las leyes civiles, especialmente
el Decreto legislativo número 47 de: 1906,
sobre prensa.
7. 0 Disponemos que la presente Carta
sea leída en todas las igl esias en un domingo
6 día festivo á la hora de Misa.
Dada y firmada en Bogotá, el día d e
la fiesta de la Exaltación de la S a nta
Cruz, á catorce de Septiembre -:la mil novecientos
ocho.
t BERNARDO, Ar¿obispo de BrJgo tá .
t MANUI!L JosÉ, Arzobispo de Med ellí n .
t P EDRO ADÁN, Arzobispo de Cartagena.
t MANUEL ANTONIO, Arzobispo d e P o-payán.
t EsTEBAN, Obispo de Garzón.
t EvARISTo, Obispo del Socorro.
t G. NAciANCENO, Obispo de Manizales.
t I sllrAEL, Obispo de Ibágué.
t FR. FRANCisco, Obispo de Santa marta.
t EDUARDo, Obispo de Tunja.
t ADOLFO, Obispo de Pasto.
t FR. ATANASIO VrcKNTE, Obispo de Ci tarizo,
Vicario Apostólico de la Goajira.
t MorsÉs, Obispo de Maximópolis.
ANT ON IO MARÍA CoLMENAREs, Vi cario
Capitular de Nueva Pamplona.
FRANCisco C. ToRo, Vicario Capitular
df! Antioquia .
-xALGOSOBRE
JNSTR UCC!ÓN PlUMARIA É IIISTORIA
PATRIA
La Instrucción primaria debe preocupar
sin duda á todos los que se interesan
por el bienestar y adelanto de
un país ; aún más : debe ser su principal
preocupación. Y si esto puede
decirse de to dos Jos países, ¿ qué será
del nués tro , donde, por causas demasiado
conocidas, la ignorancia del pue·
blo es eviden te y desconsoladora? Sin
lle gar al extremo tirán ico de la instrucción
oblige toria, es preciso facilitar
al pueblo la in s trucción y ed uca-
· ción de sus hijos de tal manera, que
se vea como obligado á ello . Problema
complicadísimo, ciertamente, porque
se encuentra en primer lugar el
obstáculo de la pobreza y miseria del
pueblo ; en ~eguida las distancias y
fa! ta de cammos, en terrenos doblados
y montuosos; los climas ardientes
; los malsanos, etc. etc. Sería pretender
milagros el tratar de realizar
en días lo que es obra de largo tiempo;
pero ahí están, si se quiere ir
mejorando es tas cosas, las leyes de la
Economía Políti ca, de la Hi giene, y
demás de que no puede ningún pueblo
prescindir, so pena de ruina y destrucción.
Lento, si se r¡uiere, pero infalible
el ~rovecho resultante de la
observancia de aquellas leyes, que
podríamos llamar eternas, como fundadas
en la verdad y en la experiencia;
es inevitab le también, y por desgracia
menos lento, el perjuicio consiguiente
á su des precio y omisión.
Pero sí podemos y debe mos, mientras
tanto, hacer lo que está á nues~
lro alcance, y aplicar remedios in me~
diatos á los males de qu e adolece la
instrucción primaria popular. D ebe- ·
mos atender prime r o al materia l de
l as E sc uela s, y luégo al pers onal.
J. i\IATERIAL
Dado que en carla pueblo h aya dos
edificios, á lo men o ' , para niños y
niñas, debemos investigar si prestan
ó nó el servicio. Holgura, luz, venti-.
!ación, sequedarl del pavun cnto; so~
lid ez y resistencia de muros y techos ;
mobiliario bueno y suficiente; libros,
cuad e rnos, mapas y toda clase de úti~
les ; Jugar de recreo; agua ; habita~
ción decente, sa na y capaz, para el
Director ó Di rectora y su familia : hé
aquí l o ind ispensable en toda Escuela.
Jardín, hu erto de pl antas útiles 1
biblio teca ; mu seo; labora torios; taller
es; in s trumentos de música; apar
atos g imnásticos; rlepósitos de rop ~
y calzado para los ., t ño" más pob re~
J' miserables; juguetes, estampa y
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otros objetos p a r a prem ios . Hé aqu í
lo .... indispensable, íbamo> á d ecir otra
vez; conten témonos con llama r lo necesario.
Huelgan comcn taríos_y comparaciones.
¿Qué distancia h ay e n tre esto y
lo que a h ora tenemos ? ....
JI . PERSONAL
Partamos del principio de que, en
lo gener& l, no le c: emos ve r daderos
maestros d e Escu ela. La N orma l de
varones en B ogotá ha sido pues ta h a ce
poco baj o l a Dirección competen te
de l os Hermanos Cristianos. La de
mujeres acaba de reorganizarse. Pero
y endo de una vez a l fondo, y a l rigor
de las cosas, sépase que en nu estra
humil de opinión el idea l consistida,
desde el pun t o de vista católico mo ral
y religioso, en des laiet":::ar, s i ~s posible
el término, toda l a instru cc ión
P!Ímaria, y al revés de lo que en F r an cia
atea, buscar en la Religión t odo e l
pe_rsonal d?cen~e, de instrucción p ública
y pnmana. La razón es obvia.
El magisterio, sobr e todo e l de l os
ni~os, tiene n?. sé q ué de sagrado, y
~xtge la ~~cacwn , l a constan cia y la .
malterab1hdad q~e. sólo trae n c on sig?
los vo~ os rehgwsos. '' P aradoja,
hipérbole Inaceptable," dirá n muchos,
pero no por esto desistire mos de asegurarlo.
Lejos de nosotros n egar q ue
el actual personal d0cente de Escuelas
pri~arias1 _es cog: ido aq uí y a llá,
ent:e mli p~I.Icwnarws pobr es y n ecesitados,
deJa de brillar po r s u consagración
y regul aridad, por toda clas~
de_virtudes, empezando por la paCiencia
y resignación. Pero n i ngu n o
podr á negar tampoco que mej or qu e
t o do esto res ultaría u n p ersona l ed ucado
y sól idamente preparad o a l efecto;
tant o más dispues t o á consagrar
á sus a l umnos to?o su tie mpo, sus
afectos y pensamientos, c u a nto más
despréndicl.o del mun do, y separado
.hasta de lo~ a~ec t os m ás legíti mos,
por s u dedicación á Dios, y á la e nseñanza.
El poco éx ito de ímproba y
l a r ga fae n a , no o b stan t e la m ej or vo lu
n tad en much ís imos casos ; e l no
adela n tn de los alum nos ; la s uperficialidad
de la in s tru cción; sa be Dios
h asta qu é pu nto pueden i mp ut arse á
la insu ficienc ia, m u tabilidad y liber tad
propias del maes tro lai co .
N i se obj ete l a cali d ad de emple ado
públ ico que t iene el Directo r d e escuela,
ofici a l y comn t al la n ecesaria
suj ec ión á leyes y textos. No es cosa
extr añ a ni costosa obedecer, para el
q ue hizo vo to de obed iencia ; y en
cuanto á t extos n o cab e riesgo de col
is ió n , mientras e l Concorda t o rij a
co m o L ey d e la República .
No p a r ece n ecesa ri a la naci on a lida d
p a ra l a e nseñanza d e l a Histori a P a tri
a. E mpieza és ta c o n l a época del
descu b rimien to y la fundaci ón, n o co n
l a In dependen cia ; y los g loriosos hechos
de armas en ésta efec tuados no
son s íntes is de l a Historia, si b ien d ig n
os d e g ra to recu erdo y veneración, y
pro p ios para d esperta r, llegado e l caso,
y fomen tar y en cende r el val or y
e l es píri tu d e sacrifi cio p or la P a tria.
T odo h om bre bue no y vi rtuoso s erá
buen ci udadan o y buen patrio ta ,.aunque
n o le arre bate el f renesí de Boyacá
.Y Ayacuc h o. P asar o n ya, feli z m en te,
los t ie m pos de furib u ndas dia tribas
con t ra E sp aña y s u tira nía . L ~
calma y reflexión h a h ec h o r eco n ocer
que n ada sig nifica la d ec antad a tira.
n ía, es decir, el ri gor de s u go bierno,
anle los b ien es qu e la de bem os; y q ue
Jos actos d e c rueldad d e l os p acifica dores
quedar o n s u perados y ecli psados
p or los de l os lib ertadores.
L os-e n t usiasmos g u e rre r os r esultan
rid í c ul os c u a ndo d eb e mos som eternos
á l a ley d el más fuerte, y ol "id a mos
que el t rabaj o y la p a z, la vi r tud y el
e10 tu dio son la única espera n z a de reh
a bil itació n y e ng randecimiento d e Jos
pueb los débi les. In o fi ciosos p or tanto,
y r i sibl es l os him n os m a r ciales, hemos
de e n t onar solam en te hi m n os pacíficos
al q u erid o su elo nata l y á l O:
bandl'r~ que lo s imbo liz a .
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL HOGAR CATOLICO
'Siendo así, bienvenido cualquiera
que tales cosas nos enseñe, y sepa
desprenderlas sabiamente de lns tres
s iglos de la Colonia, espec ie de fundam
ento sólido, sobre el cual. aunque
n os pese, h emos de edificar, y del revuelto
siglo de vida independiente.
L as distinci ones en este puntu serían
odiosas é injustas. En el amplio m olde
de la República, precisamente, ha de
tener cabida todo elemento sano y
provechoso: de o tro modo no se ría
cosa pública sino cosa privada; y e l
éxito satisfactorio de los ensayos en
es ta materia, lejos de desviarnos del
camin o emprendido, debe anim n rnos á
adela n lar en él.
Mientras tanto el maestro de escuel
a primaria, sea cual fuere su naci0nalidad
y su estado civil , merece y necesita
toda la estimación y todo el ap oyo
del Gobierno y de los ciudadan
os. Toda la es timació n porque, como
d i ce San Juan Cnsós tomo, "¡Qué
cosa mayor que dt"rigt·r las almas y
formar las costu mbres de los adoles centes!
Mejor que pintores y escu ltores y
c ualesquiera otros juzg o á aquel qu e
no ignore el arte de m ode lar los á nimos
juveniles."
Todo el apoyo porque, doloroso es
confesarlo, aquellos qnc según este
insig n e Doctor de la Iglesia ocupan
pues to ta n importante en la sociedad ,
y están ll amados á regenerarla in ce san
temen te, n o sólo so n mirados con
indiferencia y m enosprecio, sino que
carecen de apoyo, y di gámoslo claram
e nte, de recurs os para vivir. El Estado
docente pag a y h a pagado siempre
mal y tarde á t a n modestos como
útiles servidores. ¿Y así se quiere que
cump lan con exacti t ud sus penosos
deberes? L a misma cleficien c i~ ó com pl
e ta ausencia de l os elemen tos materiales,
de que hablam os en e l primer
capítulo, agrav a su situación y difi culta
su t area . Hé aquí o tro factor, si
alguno faltaba, del escaso ó ningún
éx ito en la instrucción primaria po.
pular.
. En nomure de el l a, pu es· ; .en nombre
del numeroso cuanto desgr ac iado
gremio rlocente, y ele los innumerables
alumnos, solicitamos respetuosame nte
que se invi erta en el prrso n a l y en e l
materi al de l as escuelas cu a n lo, según
lo dicho, se n ecesite, seguros co mo estamos
de que, con e l voto unánime de
la Nación, se darían por b ien e mpleadas
en este obj e to la mitad de sus
rentas.
FRANCtsco J osÉ VER.GARA
D. JüSE MANUEL IHRROQUIN
El sábado r g del presente falleció en
Bogotá el Sr. D. J osÉ MAKUEL M ARROQUÍN.
Descendie nte de uno de los s e rvidores
públ ·cos más eminentes de la Colonia, el
t en la Sociedad de
San Vicente de Paú!, que presidtó en
cinco períodos diversos y en la cual desempeñó
todos Jos cargos. Al Sr. MARROQUÍN
se Ie debe en mucha parte el prodigioso
desarrollo de aquel Instituto, que
tánto bien ha h ec ho á esta capital y á
toda la República. Lo último que sa li ó de
su pluma fue el Prólogo que esc riLió para
la M emoria Hz'stórz'ca publicada por la Sociedad
con motivo de su quincuagésimo
a ni versaría. En el mes de Juni o po strero,
muy atormentado ya ¡:: or sus dolencias fí_
sicas, escribía al Presidente : "Sé que, por
la creciente miseria del pu e blo, no hay
socios lim osneros bastantes para Jl eYar á
domicilio Jos socorros que distribuye la
Sociedad. Ru ego á usted que se sirva designarme
para este encargo, e n relación
con las familias que habite n e n casas á
donde me sea posible ir en coche á llevarles
e l resp ectivo auxilio." S u caridad
era inagotable, y no sólo daba cuan to
podía e n rec ursos materiales, sino qu e
prodigaba lo que los pobres aprecian
más, lo s teso ros de su ingén ita y p e culiar
benevo lencia. Por e so mil es de infortunados
a co mp añaron su" cadáver hasta
.e l sepulc r o, que han regado co n lá- ·
gnma s, y a l cual han vue lto á orar por
el que fue su b ienhech or in can sable .
En el trato social, e n sus relacio n es de
amistad y de f a milia, fu e un mod elo de
bondad y de corre cción en todo. Para los
jóvenes fue un prude nte conseje r o y con
muchos hi zo ve ces de ve rdadero 'padre
estimulándolos y ayudándolos e n sus es~
tudios. Jamás de sus labios sali ó una frase
que pudiera lastimar á otro. Perdonó
las ofensas, y no es exagerado decir qu e
~mó á sus enemigc s, porque ello e ra
mherente á su carácte r .
Fue un. ca tóli~~ con ve ncido y práctico,
que s~ d1stmg uiO po r su firme y sumi sa
adhestón A la Iglesia, por su piedad y
por la propa ganda que, con sus escrit os
y con sus buenos eje mplos, hi zo en favo r
de la R el igión y de las bue nas id eas.
Descendiente de P róceres , amó in ten~
am ente á la Patria, y la sir vió en diversos
pu es to s, entre ellos la p rim e ra Ma-gistratura
de la República. La presencia
de aquel varón de egregia estirpe, de
vasta ilustración, de dilatada experiencia,
de aristocrática figura; su presencia en
el Palacio de Gobierno, á la cabeza de
una de estas agitadas democracias, era
un timbre de honor para Colombia. La
índole mansa y benévola de aquel gran
caballero, ajeno á toda ambición, sin un
solo rencor, generoso y de vida inmacu·
Jada, era garantía para todo ciudadano.
La época en que le tocó go bernar fue de
tempestad y de guerra, y ello, no menos
que el carácter de este periódico, nos impide
hablar sobre es ta faz de su noble
vida ; pero estamos seguros de que la
Historia imparcia l admirará los h e roicos
esfuerzos que, con patriotismo de la mejor
ley, con intención purísima, hizo, hasta
sac rifi carse, para servir dignamente á
Colomb ia y á la causa de la civili zación
en este hemisferio.
L os últimos días los pasó el señor MA ·
RROQUÍN rodeado del prdundú afecto de
Jos suyos y de l inte nso cariño de numerosos
amigos . Su muerte fue la que convenía
á aq uella meritoria vida, la de un
verdade ro y ejemplar cristiano.
L as exequias-que se celebraron en la
Basílica, co n misa solemne en que oficiaron
e l limo Sr. Arzo bispo Primado y el
Ilmo. Sr. Obispo de Tunja, así como el
espléndido acompañamiento que lo siguió
hasta el Cementerio-fueron t estimonio
e locuente y sincero de todo lo que esta
capital amaba y respetaba al ex-Presidente
de la República. Con él se cierra
un pe ríodo de la vida nacional : era él
un o de Jos más conspicuos representant
es de aquella generación que dio días de
g loria á la Patria, qu e fue decoro de Co lom
bia e n e l c onci e rto de los pu e blos hispanoameri
can o s. Al ve rlo que se va, rec
o rdamos la pal:1bras que en ocasión
análoga prun un ci;} un orador francés:
"Las corba tas blan cas están desaparec
ie ndo en e l país."
Bogotá, Septiembre 24 de 19 08 .
ANTONIO JosÉ URIBE
PIO X Y LA A ME RICA
L a Cr oz'x de París, diar io católico de
grande im por t a ncia publica, tom á ndolo de
la Con-úpoudenza Romana, un artículo á
propó~ito de la reciente creació n de la
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL HOGAR CATOLICO
. Delegación Apostólica e n Costarrica, en
el cual se llama la atención sobre la ac- ·
tividad desplegada por la Santidad de
Pío X en relaci ón co n el catolicismo de
la Am érica .
Dice el periódico italiano:
'' Por su gigantesco desarrollo político
y e conómico, por su feliz situación simétrica
entre Jos otros cuatro continentes,
con la prÓxima perspectiva de la apertura
del canal de Panamá, el continente
americano ll egará á ser el punto d e apoyo
del movimiento cosmopolita,
"Además , la Amé ri ca es el contm e nte
católi co, no solame nte la latina, qu e lo es
en el hecho y en verdad, sino tambi én los
Estados Unidos y e l Canad á, países donde
el catolicismo tiene cada dfa mayor
fuerza de desarrollo y expansión .
"En consecuencia, los cuidados tan vigilantes
y prácticos de Pío X no podían
menos de encaminarse de manera especial
hacia la Améric~. La nueva Delegaci
ón Apostó lica en Cos tarrica es una muestra
de ello.
"Hé aquí en un golpe de vista la obra
de Pío X desplegada durante Jos cinco
años de su pontificado en relación con la
América.
"En el Canadá, después de la mi s ión
pacificadora de Monseñ or Merry del Val
en ti empo de León XIII, la Del egació n
Apostólica de Otawa ha p edido continuar
colaborando eficazmente con el ep iscopado
canad e nse.
"En los Estados Unidos, la Del egación
Apostólica de Washington continúa su
obra benéfica al lado d e l traba j o fe cundo
de Jos obispos norteam e rican os. Las
mision es para los couloured mm han prog
r esado notablemente, tanto para los indios
como para los negros, y se están organizando
para los inmig rad os chinos.
"En Cuba, donde todo e staba por r estaurar
después de la guerra, l a D e l egación
A postólica de la Haba na e nviada por
Pío X ha sabido arreglar los negocios
fundamentales de las diócesis e u b a na s,
lo que hace esperar un porvenir me j or
en aquel país, lo mismo que pa ra la Ig lesia
en Puertorrico y e n las demás Anti llas.
Las r e públicas d e Sa nto Domingo y
Haití sostiene n una r epresentac ión oficial
cerca de la Santa Sede.
''Aun cuando en Méjico la legisla ción
es anti ca tóli ca, el Gobi e rn o del Genera l
Dfaz se manifiesta dispuesto á hacerla
tolerable. La Delegación Apostólica ha
ay uda do al episcopado á mejorar la situación
moral y material de la iglesia
mejicana, la cual bajo un régimen de libertad
podrá prosperar.
" Las repúbli cas de la América Central-
Guate mala, Honduras, San Salvador,
Nicaragua y Costarrica-no ti enen
D e legación Apostólica ; solamente en el
último de estos países acaba de establece
rse; e l bien de la Igl esia la reclamaba
con urge ncia.
"El Santo Padre, sec undado por el
Gobierno costarricense, acaba de fundar
la Del egació n en San Jos é, ciudad que
se rvirá también de asiento al tribuna l arbitral
d e las cinco repúblicas, al t eno r de
la co nv e nci ón de vVa shington.
"En la América Meridional la acción
r e ligiosa y social de la Sdnta Se de ha
preparado y obtenido éxi tos brillantes;
su interve nci ón en los diferentes Estados,
Colo mbia, Perú, Bol iv ia, Brasil, ha coope
rado á alejar sangrientos conflictos y
está en vía de arreglar graves y a nti g uas
c ontroversias.
" En Col omb ia, los actos de la Delegación
P ontificia han me recido r ecie nteme
nte que e l Parlamento les otorgue un
voto ~;o lemne de acci ón d e g racias. La
intel igencia entr e la Iglesi a y e l Estado
es perfecta . -
"El régirr.e n excepcional de V enezue.
la no ha perm itido á la Santa Sede obten
er resultados d efi niti 'lOS en esa república.
"Las torm ent a s r evolucionarias habían
roto en e l Ecuador no solamente las relaciones
diplomáticas con e l Vaticano sino
tam bién conmovie ron las bases fundamentale
s de la Igl esia; porque allí, como
e n Francia, e l triunfo d e l jacobinism o ha
comprometido al mi smo ti e mpo la paz
interior d e la patria y los d erechos in alienables
de la I g lesia. F elizmente tan dura
si tuaci ón parPce 1)1 e jorarse.
"En e l P erú, la Delegacion Apostólica
d e Lima está en !a mej o r armonía con el
Gobierno.
"En Bol i via~ una pasajera mala intelig-
encia s uspendió las rela c iones e ntre la
República y la Santa Sede, pe ro és tas
acaban d e r eanudarse .
" Por lo que se refiere á Chile y á la
Arg-Pntina, la relaciones de la I nternun-
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EL HOGAR CATOLICO
cia tura de Bue nosair,;s y d e la Dele gaci
ón Apo stóli c a d e Sa nt iago con los r e sp
ectivos gobie rnos son muy cord ia les.
Ambos país es a caba n d e do na r á Pío X,
c o mo r egalo d e l j ubi1 e o , un pa lac io para
la r e side ncia d e 1 r ep rese n ta n te d e l V a ti ·
cano, y se asegura qu e el D e legado e n
C hile será e le vado á la categoría de Inte
rnunc io.
"El Uruguay está domi nado p o r e l jac
obinismo, y natu r a lm e nte los catól ico s
sufre n du ra opr esión , pe r J e n el Parag
uay . la s itu a ción e s bie n disti nta.
" E l Bra si l ofrece un es pectá culo muy
conso lado r ; á pesar d e l a sepa r a ción d e
Jos p ode r es, las r e la cio nes de la Nunc ia tura
d e P e trópo lis con e l Gobierno está n
en el mejor pie. B;~~o e l r égim en de la li bertad
le a l m e nte ente nd id a , la iglesia bras
il era ve multipli ca rse por d e ce nas nue ,'aS
di ócesi s y otros centros ecle s iá sti cos, los
in stit utos católi cos de e nseñanza y de be nefice
n cia y las a socia cio nes reli g iosas.
S in d uda a lg un a la Ig le si a e n e l Brasil
m archa hacia un por ve nir si n ig ual ; se r á
d e las m ás respeta b le s d e l mundo .
"Hé aq u í en pocas palabras un a nu e v
a si t uación, que h ará r efl exi o nar á lo s
sectarios d e EUJ~ op a. "
R equiescat i n pace
D e l árbol fron loso d e J¿. ¡-e ligió n franc
iscana cayó co mo fr uto m ad uro, er 1 la
m añana d el 8 d e los cor rientes, e l M.
R . P . F RAY jACINTO AvJLA . Muri ó d e r epe
nte , en un carro del tranv ía, poco d espués
d e Misa, y vi niendo de confe s a r r e ligiosa
s . Una mu e rte a sí, tras de una vida
t a n la rga cu a nto sencil la y la b oriosa ,
parece de l nú me ro d e a q u ell as q ue e l in sign
e teól ogo P a dre F abe r no vac ila e n
c a lificar d e predestinados.
¿ Q ui én e n Bogo tá no co n o ció a l b ue n
Pad re A viLA ? A los d e f ue ra sí es ne c es
ario r eferi r cóm o e ra aquí d e e s ti mado
y respetado. E se a pell ido, y la se me janza
d e profe sión y de virtu d e s, nos hada
p ensar, a l verle y al nomb rarle, e n s u es clarecid
o homónimo, e l lla mado Apósto l
d e And a l ucía . No deja ci e rta m e nte e l
n uéstro, ni e n las l etras n i e n e l púlpito, e l
glorioso renombre d e aquél ; p e ro e l e jemplo
d e un a exis t e nci a di latada, si em pre
confo r m e a l e s pí ritu d e su vocación ; lo s
a c a so prolijos estudios q ue le a d q uirieron
re p u ta ció n val ios a d e l uces y doc tr ina ;
virtude s y m é ritos e ntr e los q ue me r e ce
c on ta rs ~ la re sta u r a ción de su Orden y
Provinc ia , tras la d e vast ación d e l s esen ta
y tres. en m edi o d e ang ust ias y difi c ul tad
es que son d e pres umi r ; aq ue l a ire hu.
m il de y b ondadoso; s u consagrac ión al
conf esona rio ; todo aq ue l lo , e n fi n, a tra ía
de t a l ma ne ra , q ue e l oficio de confe s o r
le ocu pab a todo e l día ; su idon eidad y
e xse le nc ia e ran proverbia le s; y sabe Dios
qu é d e c onsu el os , d oc ume nto s y estímul os
d ifundi ó e n largó s dece nas, á la r ga s generac
ione s ; no d es d e ñ a ndo ac ud.ir a l sabi
o y piadoso cons e j e ro n um e ro sos é ilu s tres
pe r so n ajes. N o d otro m odo h um ild
e a r royuel o f e rtili za exte n sos campo s.
L a fi esta d e la N a ti vidad d e la V irg en
e s fi e sta d e pa z : así lo entie nde la Ig le sia.
"Te Tog amos , S eiior, que con ce das á tus
sz'er vos el dónde la g racz'a celes/e ; para que ,
si el parlo de la Vz 'rgen Bendita fu e el prz'n ápz
·o de nuestra salud, l a solemn idad de su
N acz'lnz'mt o sea zncrement(l de paz." T ál había
di c h o el Padre e n la Misa de e s e día ;
quizá ce rraba e l Dt'¡¡nzo co n esa oració n
en los lab io s ; y aque l a nciano, cuy o se mbla
nte respira ba paz,. c e r r ó los ojos á la
lu z d e la t ierr a , y a l a b r irlos á la del
C ie lo vi ó cu mpl ida e n sí mi s mo su plegaria,
r e cibie n do el aume nto y e l to ta l de la
.p a z en q ue vivía .
R ueg ue é l a hor a por nosotros ; a lcánce
nos s u e rt e sem e ja nte ; y r eciban lo s Reve
rendos Padre s Franciscanos, sus dignos
h e rmanos de h á bi t o, nu est¡a si:1 cera
y afe ctuos a e xpresió n d e pesa r.
F RANC isco J osÉ V l!.RG ARA
Bogo tá , Septie mbre 30 de 190 8 .
Ponil rán en E l sus ojo s
EL SU EÑO D E CLA UDIA PROCL A ·
( Continuacz'ón )
-Tú lo h 'l.> d ich-.> , le i nt e r tumpió Cla ud
ia c o n vi ole n cia. A hí e stá tu crime n.
T ú podías pone r lo e n li berta d y d e bías
h a b e rlo h echo, porque sabías q ue era
i noc e nt e!
- ¿ Ino ce nte ? ¿ Sape ún o ja m is qui é ~
e s inoce nte ? re pl icó c o n li ger e za Pi latos.
Evi de nte m e nte me pare ci ó basta nte in'
of e n si vo. Los cargos q ue contra é l lan-
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EL HOGAR CA TOLICO
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z'aban me pa recie ron un tejido de a bsur.
dos: " j Que él quería de~ t ruír ese remplo
en tres días! " S i lo dijo, es una l0cu r a y
nada miÍ s. E se temr-1lo I ...
Pi la tos seña ló con la manv á io le jos
esas fan tás ticas constr •. ccion es , hañad as
por ra luz de la luna Luégo agregó:
-Dícenme ta mbién quP. él prohibe
pagar el tributo a l César. Esto ya es
más preciso, pero sus >lc usadores no
h an pod ido proba r lo . E n fin, r¡ue se titu ló
rey é Hii ) de Dios . Yo quisiera que
n uestros amigos de Roma oyesen den un
ciar á un ciudadano romano por motivos
tan a bsurdos y ¡::.ed ir para él la muerte !
Ello s se alza rían de hombros, como yo
lo he hecho. Quizá ordenarían á ese
hombre re nu nciar á esos títulos quiméri .
cos : ni aun siquiera renunciar á el los ,
puesto que él ha te nido e l cui•1ado de
agregar que su reino no es de este
mundo. Eso se ría todo. Aq uí, en e ste
puebl o, la he z de la ti e r ra , ta l a cusa ción
me re ce sangre y muerte.
--1 u misión,e ra ddende r le , di jo fr íamente
Claudia. ¿ Hablas de nue stra Ro ma?
R oma te envió aquí para represen
tar su e levada sabiduría , no r.•ara postrarla
a sí, dela nte de ese mismo pueblo,
por indolencia, por coba rdía .. . .
-Un mome nto, le inte r rum pió Pi !a.
tos con im paci encia. He dicho como Pro.
curador romano, que los ca rgos nada
significaba n. Es e ~ to cierto ; pero los sa.
cerdo tes á quienes recibí ei día a nterior,
cuando vinie ron á ped irme soldados para
prenderlo, me hi cieron sa ber cosas sobremanera
al armante<. E se hombre pre .
dica e l aba ndono de Jos bienes, y pa ra
inducir á e llo á sus oye ntes, r el a ta h istorias
increíbles y trastorna a l pueblo la
cabeza con sus predicaciones y pa r ábola
s. D íce les que un hombre vestido de
púrpura y de lino irá á pa rar á un abis.
mo de fu ego, únicame nte por esta r vestido
de púrpu ra y de lino, y porque no
hacía caso de un mendigo sentado á sus
puertas ; e ste mendigo, por el contra rio,
sin más títu los que su miseria , ~s tra nspor tado
á los Campos Elíseos. Dice, q ue
quie npi erde su vida la recuperará; que
es pre ciso vivir sin cuidarse de sus in tere-
_ses como las plan tas ó las aves; q ue el
rín cipe de este mundo está ya juzgado ;
y que para andar por el buen camino , es
menes ter a ba ndonar pad ·e, madre é hijos
y seguirl e . En fin, recomie nda q ue
debe tei erse piedad rle todo y de todos
~ in distinción, publicanos y pecadore s ?
- ¿Cómo me en señará la piedad ?
murmuró Claudi a : toda e l a lma pagana
pa recía mostrarse en estas palabras.
--¿ Con ta le ~ id eas puede estable ce rse
una sociedad razonable? contin uó Pilatos
sin pa re ce r oí r la . T e pongo de juez 1
E n un e stado, tales sofi smas son más nocivos
que úti 'es.
--Poncio, dijo gra ve mente Claudia
P r ocla, ese ha sido tu pare cer , pero
únicamen te cuando se nombró á T iberio .
Tocábale e l turno á tus dioses. C:onvengo
e n que hi ci ste por Jes tís de Nazareth
todo lo que na da te cos taba . Cua ndo entraste
en ma teria y e scuchas te vagas
amenaza s, retrocediste E l miedo te obligó
á conde narlo.
--Y aun cua ndo a sí fuese, respondió
c íni camente Pilatos : ¿ Estamos ya tan
seguros de l favor de T iberio?¿ Conoces
tú el füror y la inq uina de los jefes de
aquí? 1 De cuá ntos de nuncios y q uejas no
son capaces 1 Ya nos hacemos sos pe cho-.
sos, nos vemos quizá deste rrados- (poco
nos fa !t:í cua ndo e l acon tecimiento del
per verso vie jo de Caprea),-perdidas
nuestr pos ición, nuestra fo rtuna, esos
pala cios Pn donde vi ves como una reina,
por causa de ese hombre de l pue blo, á
quien quedan rlar mue r te, y que á pesar
mío lo h u ~1 i eran rr.ue rto e n a lguna ce lad
a . Claud ia , ¿qué se hizo tu juicio tan
de cantado?
Ella pe rmaneci ó en pie, dirigie ndo sus
chi spea ntes miradas sobr e e l hombre
que continuaba sen tado , y como a nonadado
a nte ella.
--¡Desgraciado ; exclamó animándose,
porque otro haya podido mancharse
de sangre , ¿ debías tú hace rlo también ?
Confiesa s, pues, que el lujo que me rodea
es el preci-:> de su mue rte, ¿ puedes
creer q ue seguiré g ozando de é! tran.
f!U ilamen te ? ¿Que habré de quedarme
aquí cuntigo? N o me conoces, nunca
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
-'.84 EL HOGAR CA TOLICO
me h as conocido, Poncio. Sólo te pedí
eso y no quisiste complacerme. Lo hice
no sólo por EL sino también por ti.
-¿Por mí? dijo Pilatos sorprendido.
Es verdad que he tenido muchos desagrados;
pero pronto nadie se acordará
ya más de ello.... por lo que á mí respecta,
mañana ni pasará por mi mente
Jo hecho .... á lo menos así lo espero .
Continuó habl a ndo consigo mismo, co .
m o para tranquilizar su espíritu :
-Jfn e l fondo, ese hombre me in te .
resaba. Hablaba de un mod o raro, siempre
en términos velados, pero que en sus
labios adquirían magnifice ncia. D ecía :
-Yo he nacido para la verdad.
Claudia, pensando en ti, le pregu nté :
-¿Q ué es la verdad ?
Y me sal i sin esperar la r espues t a , al
ver la mira.i a que me dirigía . En na die
he visto valor como e l suyo. Ninguna
súplica me di ri g ió, ni una palabra salió
de sus labios para disculparse. En medio
del clamoreo que contra é l se levantaba
le d ije:
-¿Nada me respondes? ¿No oye s
de cu ántos crímenes te acusan? Esto,
con ánimo de que se def~ n d ie se. Pero él
guardaba sil encio . Entonces tú me hi cis.
te avisar que un sueño ....
-¡ Ah 1 no hables de ese sueño, exclamó
ella con espanto, como si á su mente
hubiese acudido la image n de al go que
la torturara cruelmente.
-¿ Era acaso muy terrible ? preguntó
Poncio Pila to en un tono de voz que que .
ría aparentar indiferente . ¿Algún presa.
gio maléfico ? ¿Alguna ame naza de desgracia?
00 .. ¿Toda vía algo peor? 00. ¿ La
muerte? ....
Ese romano, frío y excit ado por el
vino, que momentos antes hablaba con
ligereza de aquél que había e ntregado á
la mu er t e , y cuyo importuno recuerdo
rechazaba de su mente con ademán de
fastidio, ese r omano temblaba ante el
pensamiento del omen que pesaba sobre
él y quizá le amenazaba como una mano
armada en la som bra. El tenía poca fe
en sus dioses, en la vida futura, pero es taba
dominado po r una increíble supe rs.
tic ión. Era cosa común e n ese im perio
romano, en el que según la expresi6n de
Plinio, " los espíritus mejor templados
miraban los sueños como un aviso enviado
di rectamente por los dioses ."
Claudia se quedó callada y como presa
de espanto, y solamente contestaba
con ademanes á las preguntas del Go.
b e rnador.
-Hábla. Tú sabes qu e p refiero cono.
cer un h ech o sea cual fuere, á la incertidumbre
y el mi st e rio.
-Yo no sabría, ni podría h ablar, por
que tengo lás tima de ti, Poncio, di jo al
fin Claudi a . Ha5ta ahora, nada te h e descubierto.
El mal está hecho, y ya nada
pode mos co nt ra éi. Mejor es q ue procuremos
olvid a r .
El atrio de co lumn as d e mármol e ; taba
bañado por los raj os de la luna . P on.
cio Pilato se paseaba de un lado á otro,
y su sombra se p royectaba d e una rna.
n era extraña sobre la blancura de los
mármo les. Poco simpatizaba con esas ho- .
ras en q¡,¡e los genios de l mal se compla.
cen e n visitar á los hombre s. Su male ~ tar
iba aumentando; tem ía sondear esos p re.
sagios, que miraba como desgracias po.
sitivas: y á pesar de todo, an siaba cono.
cerlos. El ha bía traído consigo á la Judea
un sacerdote de Roma para consultar
el curso de los astros é inspeccionar
las e ntrañas de las víctimas, y diaria.
mente Pilatos lo interrogaba. Justamente
esa misma noche lo había enviado á
la fortaleza Antonia, y por esa causa se
había demorado allí tanto.
Pilatos guardaba para sí esas supersticiones
tan secretamente como le era posible,
p11es sabía que su mujer las des.
precia ba, y como hombre se avergonzaba
de esLa invencible debilidad. Pero
esa noche el aterrado sacerdote se había
negado á seguir inspeccionando indefinida
mente las conjun ci ones de los astros,
y al fijars e en las entrañas de las vícti.
mas, h abía experimentado gran turbación.
-Veamos, insistió Pilatos, hábla por
los dioses, por el Dios de los judíos, si le
ti e nes más fe que á aq ué llos. i Se te ¿ ha
a p areci do ese ho mbre en su eños .. .
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EL HOGAR CATOLICO 285
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A Claudia Procla le temblaron los la-
. bios . Pareció que aún vaci laba; pero .
Pilatos se lo exigió en nombre del Dios
vivo, y á una exigencia en esta forma
nadie resistía.
III
Un violento temblor hizo estremecer
el palacio, y las columnas oscilaron. Sin
embargo, sucedió esto con tal rapidez,
que hubiera podido creerse en una alucinación,
á no habérseles escapado un
grito de espanto á los centinelas que se
relevaban en las puertas exteriores d e l
palacio. Ella dijo en voz baja:
-i Es éste el primer suceso extraño
que presencias después de su muerte ?
Esperemos que aclare y te daré las explicaciones
que deseas.
- ¡ Míra! Ya viene el día, dijo Poncío
señalando el blanquecino fulgor apenas
visible, que aparecía en contorno de
las desnudas colinas . . ¿ Tú viste á ese
hombre?
-N o sabía yo que era EL, respondió
con voz reposada . Estábamos en Roma
en el palacio de Cés ar Augusto. El Em~
perador ordenaba se hiciera el censo del
mundo, y hablaba lleno de orgullo del
número de sus súbditos, los que compa •
raba á las estrellas del cielo, á las are .
nas del mar. De repente se presentó el
hombre vestido de blanco, rodeado de
una auréola de luz, y dijo:
-Todos e sos hombres me pertenecen.
Augusto lo hizo arrojar de su pre.
sencia. ¿A dónde ? N o sé si lo envió á
una bóveda subterránea ó á algún leJano
desie rto; pero es el caso que el mundo
romano no habló más de EL. Aquí se le
veía curando enfermos y hablando de .su
reino, pero con menos claridad, de una
cosa misteriosa y lejana. Luégo lo prendieron.
Ese era Jesús de Nazareth.
-Tú ya habías oído hablar de EL di.
jo Pilatos, medio tranquilizad(). Tod~ eso
es enteramente natural.
-Escúcha, continuó Claudia, Bajaba
EL de una alta montaña, seguido de sus
perseguidores y verdugos. Se encaminaba
hacia una cruz plantada en el Capi.
tolio. Iba andando por en medio de la
humanidad, de ese mundo que EL había
asegurado pertenece rle. Un ancho surco
se iba abriendo á su paso. A cada hombre
le decía en cualquiera época de la
vida:
-¿ Quiéres preferirme á todo?
Y esas palabras, según as pasiones
que dominaban á los hombres, querían
decir : "¿ Quiéres sacrificar las riquezas,
la carne, el orgullo, en aras del único
bien necesario, á A QU EL que es la belleza,
la justicia, la santidad?" Y cuán diversos
eran los sentimientos que movían
los corazones de esas muchedumbres.
Los unos se alejaban de Jesús lanzando
imprecaciones con el odio en el corazón;
y ésto s eran aquellos á quienes arrebata~
ba su ídolo de carne, que era menester
abandonar por EL ; ésos le traicionaban
luégo movidos por la ambición ó por e
miedo.
Otros, casi innumerables, vivían en la
indiferencia, ni siquiera se fijaban en EL,
y menos escuchaban su voz, entregados
únicamente á los goces de la vida presente
. .
En fin, los había que le seguían á cos.
ta de todos los sacrificios, aun el de la
vida; esos son los únicos felices de la
tierra, aquellos á quienes EL ama y de
quienes es amado . Pero de todas esas
multitudes, cada ger.eración va pasando
así delante de EL, y ni un solo hombre
duerme el sueño de la muerte, sin haber
oldo la pregunta misteriosa y sin haber
dado respuesta á ella.
-Te han exaltado esas grandiosas
imágenes orientales, observó Pilatos. El
genio de nuestra raza latina no se .aficiona
á ellas, pero cuando les da acogida,
parécenle algo desconocido, de proporciones
desmesuradas. Tales son las pa.
labras de sus prof.etas : " Llega el Eterno;
el Eterno pasa; sostiene e l Eterno
el mundo terrestre como una g ota de
agua en el cuenco de la mano. " Tú has
debido oír esas palabras en torno de las
sinagogas, é instintivamente se las habrás
aplicado á ese Jesús, que se llama ba
Mesías. (Continuará)
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EL HOGAR CA TOLlCO
CRONICA
Admirable trabajo
L a Srita. D. a Vi c tori a López ha
concluído, después de dos a·ños de incesante
labpr, un h erm os ísimo r oq uete
de encaj es, que ha obsequiado al
Padre Santo co n motivo del Jubileo
Sacerdotal de Su Santidad Pío X. El
regalo es di g no del Pontífice, pues
persona s co mp etentes para apreciar
aquella obra de arte y de paciencia,
con sid era n que es un trabajo de a ltísimo
mérito. A ello se refi ere la siguiente
carta del Sr. D. Euge nio Lóp
ez, pad_re de la Srita. Victoria. Les
enviamos nues tras cordiales feli citaciones.
A Su S antid a i Pío :k, Po ntífi ce Máximo.
Beatísimo Padre :
Permitid que desde estas apartadas regiones
de la Am érica Hispana, donde con
la m ás acendrada fe se adora y venera
en espíritu y en verdad á Nuestro Divi no
Redentor, de quien sois represe ntante en
la tierra, os obsequie mi hija Victoria un
roquete de e n cajes de b olillos h echos por
ella á mano, que espera la merced de que
os si rva e n el d ía er. que se cel e bra en.
esa ciudad vuestro Jubileo Sacerdotal.
Este trabajo es el resultado de un estudio
pe rseverante de dibujo y labor, inspirado
y sostenido por el fervor d e nuestras
creencias sagradas, tan difundidas
en estas comarcas por los pastores de la
Iglesia.
La obra trae á la memoria cuatro de
los principales episodios d e la Pasión de
Nuestro Señor J esucristo y los q ue concentran
en sí toda la profunda amargura
que agitó el corazón del que enviado del
Cielo vin o á traer la salud y la vida al
gén ero humano.
E l Ilustrísimo Sr. Arzobispo de Popayán
, Mons eño r Arboleda, ha t enido la
amabilidad de se r e l portador, servicio
q ue le agradecemos infi nitamente; él l o
llevará con cariño á su destino.
D eseamos, Santísimo Padre, que la
ofrenda sea g rata á vuestr os ojos y con
ella entrar al concurso que el orbe cris-tiano
prepara para conmemorar e l día
de vuestra1ordenación sacerdotal.
Bogotá, .Septie mbre 24 de r go8.
· Beatísimo Pa :!re.
Besa rever en tem e nte los pies d e vuestra
Santidad,
EuGENIO LóPEZ
EL nÍA 2 de l pasado se ve rificó e n la
Santa Ig- le sia Catedral un suntuoso Funeral
por los almas de los Prel ados colom
bianos difun to·s, al cual concurrieron
el Primado y los Ilm os . Arzo bispos y
Obispos, r e unidos actualmente e n Conferencia
Nacional.
EN LA IGLESIA de San José se celebró
el d fa 5 la fiesta d e- San Victorino, seguida
de la so lemnidad de Cuare nta Horas,
con exposición nocturna del Santísimo
Sacrame nto.
EN EL DÍA d e la Natividad de Nuestra
Señora, 8 del mes último, se cumplió el
vigésimoquinto aniversario d e la ordenaci
ón ·sacerdotal de los Dres . Rafael M.
Carrasquilla y Carl os Cortés L ee, honra
del clero colombiano por sus muchas virtudes,
su vasta ilustración y sus relevantes
dotes de oradores sagrados.
El Colegio del Rosario feste jó solemneme
nte las Bodas de Plata de su ilustre
y digno Rector, á quien presentamos
nuestros efusivos parabienes, así como
los enviamos al Dr. Cortés Lee, Secretario
del Arzobispado, en viaje en la actualidad
por el Vie j .; Mundo.
CoN ESPECIA L pompa y gran asistencia
de fieles se efectuaron las Cuarenta Horas
e n la iglesia de La Tercera, en los
días I7, I8 y rg.
EL PRIMERo de los días citados últimamente,
se celebró e n La Catedral y en
San Ignacio la fi esta de Nues tra Señora
de los Do lores, en la segun-:la de estas
igl esias por la Asoc iación de las Madres
Católicas.
EL J uBILEO SACERDOTAL d e Nuestro Santísimo
Padre el Papa Pío X se festejó
fn esta católi ca ci udad , que tánto ama al
Vicario de C risto, con exce pcional entusiasm
o y con muestra s inequívocas de
filial cariño y profunda veneración al Padre
común de los fie les.
L a so lemnidad r e li g io sa d el día I8 en
la Cate dral Primada, presidida por el
Ilmo . Sr. Herrera, revistió caracteres de
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EL HOGAR CAT O LICO
grandeza y majestad propios del acto que
se conmem oraba. A ella concurrí e ron el
Excmo. Sr. Pre5idente de la República ·
y los Mini~tros del Despacho; el Excmo.
Sr. Delegado Apostólico; los Hm os Sres.
Arzobispos y Obispos de Colombia re vestidos
de Pontifical; la Suprema Corte
de Justicia; la Corte de Cuentas; varias
otras Corporaciones y altos e mpleados
residentes en esta ciudad; e l clero secular,
e l r egular y g ran número de damas
y caballeros que, con los demás fieles, co lmaban
las naves del templo.
Se estrenaron en tal día las insignias
de la Bas íli ca, se cantó por vez prim era , á
130 voce s, la misa, compuesta especialmente
para esta fi esta por e l Maestro de
Capilla, Dr. Carlo5 U maña, y se entonó
el Himno dedicado al Sumo Po ntífice, let
ra del Sr. D. Migue l A ntonio Caro y música
del mismo Maestro de Capilla, con
igual número de voces y oche nta profesor
es de orquesta, dirigidos por el Maestro
Hon orio Ala rcón; se bendij o e l bello altar-
de b r once dorado y mármol-cuya
erección fue ordenada, como homenaje
al lJivino Co ra zó n d e J esús, por el Congreso
Nacional e n e l año de 1898. Tanto
e l Himno com o la Misa, ya publ icado
aqué l en e l núme ro extraordinario d e EL
Ho GAR CATÓLico, forman parte d e lo s trabajos
acordados por la Comisión Di ocesana
designada por el Ilmo. Sr. Arzobispo
para organizar y dirigir la celebración
del Jubileo Pontificio. Ambas obras han
merecido e l aplauso de la prensa y del
público en general, y han sido calificadas
como piezas de indiscutible mérito musical
y como obra maestra la parte literaria
d e l Himno.
LA HISTÓRICA fiesta de N uestra Señora
de Las Mercedes se celebrÓ en La Catedral,
en la Capilla d el Sagrario, en La
Candelaria, e l Carmen, Nuestra Señora
de Lo urd es (en C hapinero ) y en varias
otras ig lesias. En todas ell as la concurre ncia
fue numerosísima, pu e s son innum erables
los devotos de la Santísim a Virgen
en esta Advocación, tan pródiga en gracias
y favores.
AL SR. GEN ERAL D. Euclides de Angu·
lo y á su honorable familia presenta EL
HoGAR CATÓLico sus manife staciones de
profunda condolencia con motivo d el fa-ll
etimiento de la virt uosa matrona D.a
Adelaida Bu cheli d e Angula, tras larga
y p eno sa enfermedad, que w portó con la
resignación pro pia de las almas Yerdade
ra mente cristianas.
Mitigu e la pena de su esposo y de s us
hij os la conside ración de que Dios habrá
premiado en el Ci e lo las mu chas virtudes
que pra cticó en la tierra.
A los su s:: riptores de EL H oGAR CA TÓL
I CO que es tán en mora co n la Empresa
les suplicamos la pronta ca ncelacidn
de sus cuentas,para poder atender
á todos los ga::. tos que ocasiona
sostener eL periddir: o.
N O TIC I AS GE i"ERA LES
Ing later r a-Distíngu entSe l11 s damas católicas
de Ing laterra por su celo e n recaudar
fondos p ara ofrecer a l Vi cario de Cristo, co n
motivo de su J ubil eo, un presente que no desdiga
de su dig nidad. Ln Duquesa de Norfolk
. ha propuesto que, fu era d e los ornamentos
que se envíen a 1 Papa p ara distribuirlos entr e
l as iglesi as pobr es, se le rega l e n cien cálices
de v alo r, que han de se r costead os por las señoras
de l n~ l a tcrra , E scocia, I rlanda y Principado
de Gales.
Aleman i a, Suiza-Los donativos d e ornamenL's
sagrados ofrecidos a l P adre Santo por
las Com is iones alemanas-su izas y austrohún
g aras, expuestos sucesivamente en el Vatica
no, atrajeron la atenci ón de todos, no sol
amente por el número, sino aun por el valor,
t anto de la ma teria como del trabajo. En
3o~,ooo liras se computa el preci o de los obje·
tos presen lados en la primera Expos ición.
Medalla pontifici a- L a conmemorativa
, del hecho más cu lminante este año ostenta,
de un lado, la imagen de Pío X con los ornamen
tos sacerdotales, y de l otro, u na alegoría
de la publi cación de la Encíclica Pascendi,
r¡ue es c uchan l as cinco partes del mundo.
Primer gra do de Docto r en Escri tura.
E l 16 de Junio se confirió en el Salón de Para
m en ti del Vaticano el primer grad o de
Doctor en la facultad de Teología Bíblica al.
sacerdote fran cés Mr. Gry. El examen r evistió
inusitada solemnidad; los ejercicios fueron
presididos por el Padre J ansens y Mr.
Vigouroux, d e la C:omisión Bíblica, y en la
defensa de l a tesis presidi ó el Cardenal Rampolla,
acompañado d11 los purpurados Segna,
Mathieu y Vives. La pompa desplegada
muestra la importancia que la Santa Sede
concede á estos estudios.
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EL HOGAR CATOLICO
OBRA DE LA PROPAGANDA DE LA FE-Según
una estadística oficial, los ingresos obtenidos para
la Obra de la propaganda en el año de 1907
ascienden á 6 ,644,397 francos, y los gastos á
3 .123,463. Contra lo que suponían los espíritus
pesimistas, la nación francesa figura en primer
lugar en la suscripción, conservando el pu esto de
honor que desde el principio de la Obra ocupa.
Desde 1822, época de la fundación, hasta 1825,
sólo Francia contribuía á los gastos de la Ob ra
de la propaganda de la fe. Después, durante tres
años, Francia y B élgica, se repartieron esta pre.
ciosa carga; luégo, unas después de otras, siguie.
ron las diferentes naciones, aunque, como queda
dicho, Francia ocupó siempre el primer lugar.
En 1840 l os ingresos fueron de unos dos millones
y medio, corre spondiendo millón y medio á Francia.
De:;de 1853 los donativos de esta nacinn han
sido generalmente el doble de los del re sto de las
naciones cristianas.
Los enemigos de la Iglesia se las prometían
muy felices con la separación en Francia· creían
que esta ini~uidad concluirfa con el cato'licismo
en la nac~ón hija primogénita de la Iglesia. Los
hechos, sm embargo, no han respondido á aquellos
nefandos propósitos; y aun en este punto particular
de la suscripción en favor de la Obra de
la propaganda se ha podido observar una mejoría,
pues' en 1907 Francia dio para aquel fin 50,000
francos más que el año anterior.
-Pronto ha de celebrarse en Haarlenz (Holanda),
un Congreso católico en que se tratará de
la creación de bibliotecas populares, parroquiales,
si es posib le; de la fundación de periódicos
artísticos enteramente cristianos, y de la necesidad
d e combatir la prensa ilustrada neutra que
fomenta en sus lectores la frivolidad, que es uno
de los males de la época presente,
-Para buscar a l pueblo, que no se atreve á entrar
en la Iglesia, se han creado en varias parroquias
d e Francia las Salas parroquiales, que son
recintos alquilados por e l p á rroco para dar conferencias,
casi siempre sobre cuestiones sociales ó
religiosas, dadas, á veces, según la prudencia determina,
por algún seglar ce loso. En la di ócesi;
de V~rsall.es s~ d edican gran número de jóvenes
católicos a esta tarea, merced á la cual muchos
hombres del pueblo empiezan á conocer el cris.
tianismo.
Cu~IOSA ESTADÍST ICA-Un médico, d es pués
de vemte años de atenta observación escribió l a
siguiente estadística : '
De ;u.2 fam~lias desavenidas conté 320 que
nunca 1b a n á M1sa los domingos.
D.e . 4I~ j.óvenes, deshonra y bald ón para su s
fam1has, umcamente I2 frecuentaban la Iglesia.
De 23 banqueros que hicieron bancarrota ni
uno siquiera iba á Misa. '
De 40 establecimientos de comercio qu e despachaban
los domingos, ni IO prosperan real ·
mente.
De 25 hijos que parece no tienen corazón para
amar. á sus padres, 24 no iban á cumplir con la
Igles1a desd e su primera comunión.
Dios, aun en este mundo, da á veces su mere·
cido á los que abandonan, menosprecian y profa·
nan su santa ley.
-Dice el Dr. Garnier que en Francia, en el último
decenio, e l número de criminales jóvenes s·eha
sextuplicado en París.
El Juez de instrucción, Mr Guillot, r eco noce
que esta progres ión alarmante ha coincidido con
las. reformas fundam enta les de la enseñanza pÚ·
blica.
Ahora los más furiosos anticlericales se ven
forzados á rec onocer que la corrupción de costumbres
y la delincuencia son producto de la en·
señann materialista y atea que la juventud recibe
e n l as escuelas del Estado .
-U na banda d e impíos masones penetró tumultuosamente
en la capi lla d e los Padres Car
me lit as de Lille. Uno d e ellos, cogiendo el Crucifijo
que había sobre el Tabernáculo, arrojólo al
suelo, y de un golpe ro mpió las piernas al Cristo,
mientras otro, subido en el púlp!to, profería horribles
blasfemias.
El primero de dichos energúmenos, dipu~ado
por Ardenues, al llegar hace poco á la estación
de Hazebrouck y tratar de bajarse en marcha cayóse
á la vía, fracturándole el tr en ambas piernas.
El otro se ha vuelto )QCO furioso y está encerrado
en un manicomio
A ultima hora
La parte superior de la iglesia de Fusaga sugá,
que estaba en obra, vino al suelo por
vencimiento imprevisto, en la noche del d omingo
20 de los corrientes. EL H oG AR CATÓLICO
presenta sentido pésame, por tan gran
des~racia, al Párroco y á los vecinos. Aparte
de la inmensa pérdida material hay que lamentar
en este caso la destrucción del hermoso
retablo de talla dorada, hecho fabricar para
la Capilla del Colegio del Rosario por el ilustre
. fundador de éste y traslad ado á Fusagasugá
hará unos treinta años. Anticipándonos
á justos deseos y á dificultades probables, se
abre en estas columnas suscripción nacional,
como lo requiere la cualidad hist órica y la
magnificencia del altar destruido, para ayuda
r á reconstruirlo.
F. J. V.
Condiciones
La serie de 10 números de EL HoGAR CATÓLI
CO, cuando se paga oportunamente, vale
$ 4o papel; si se demora, $ 50. El número
suelto, S 5, atrasado de un mes, $ 10. Dirección:
Presidente de la J unt.a Central de la
Doctrina Cristiana. Carrera 6.", número 217
Por telégrafo, HOGAR.
DECRETO LEGISLATIVO N.0 47 DE 1906
( 12 DE SEPTIEMDRE )
(Continúa)
nia, los cuales se rigen, tramitan y castigan
de acuerdo con la ley de procedimiento
y el Código Penal.
(Continuará)
Imprenta Eléctrica
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