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Spectacle Vol 1

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  • Autor
  • Año de publicación 2024
  • Idioma Inglés
  • Publicado por Oni Press,
Descripción
Citación recomendada (normas APA)
Ro. Salarian, "Spectacle Vol 1", -:Oni Press,, 2024. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3677878/), el día 2025-06-15.

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Imagen de apoyo de  Podcast: "Rock al Parque: la música"

Podcast: "Rock al Parque: la música"

Por: Andrea Rico | Fecha: 1930

LAV· ACCION ES.COLAR ORGANO DE LA ASOCIACION DE MAESTROS Y PROFESORES DR. TOM:AS CADA VID RESTREPO uno de nuestros pedagogos de verdad, Secretario del Minis­terio de Educación Nacional, autor del muy jugoso INFOR­ME que venimos reproduciendo en nuestro Organo y cuyo final insertaremos en el próximo número. Número 7 Novbre. 1930 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. IV ---·-······ ······ ···························· .................................. ········· ··········· ·········· ..... ................................. . ... ·················· ·········· ··· ...................... . ~ 1 Si Ud. se interesa por la 1 nstrucción Primaria Su s críbase hoy mismo a «La Acción Escolar. » cLa Acción Escolar » es el órgano de los maestros. «La Acción Escolar» publica artículos científicos de pedagogía. En «La Acción Escolar» se discututen serenamente los problemas y reformas de la escuela pn-mana . « La A c ción Escolar» defenderá los derechos del magisterio. «La Acción Escolar» asp ira a establecer comunicación con los maestros y c entros científos de otros países . c La Acción Escolar>> es un lazo d e un;ón entre los maestros de la República. « La Acción Escolar» no ti e ne ~ o l or político. « La Acción Escolar» apoya las reformas a qu e aspira el Gobierno y el país: para la Escuela primaria nacional. Avise Ud . en «La Acción Escolar», que circula en toda la Repúblic a . CON J)ICIONES: LA AC C ION E SC OLAR Se publica por ahora men~u a lment.e. Núm ero su ~ l.o . . . . . . . . . .... . . $ O, l 5 Ser ie d ~ di ez. núm.-ro s . . . . . . . 1,00 Cada autor es responsab l..- d e , us r ~c nt o' . N o se dev u elve n on gin al• s. Los artículos q ue no., se pu bli q uon, e- ~ po1qu e no h ::.n tenido e l p ase de la j unta d e R e vi sió n . Pa ra Avisos, con su ltar Tari fa .- Todo pago a nli ipa do. Ultima p aR tna, 1 a do t intas), toda . . .$ Media pá gina Un c uarto d e págin a . . .. . . 6 00 4,0 0 2,50 ISOS O l ras p ñRin o .. C ada u na .. . . . $ M ed ia p alo! ina . . . . . , . Un u arto d e página . . . . . . 5,00 3,00 2 ,00 G acetillas . Pre cio:5 con l> t-n c•o n a les . Pe rm anen tes 20 por ci ento d e descuento . COLEGIO DEL S GR. o C ZON Este im po rt n nte p l an te l d e E d u ac ión d iri g ido por la Señ orita conocida Institutora con gr ado normal y largrl práctica, continúa sus tareas en la Carrera 4. a 266. (Teléfono 2-3-1.) Da grados en profesora l1 o y c o mercio, conforme a 1 plan dictado por el Gobiernu. lo mismo que certificados de competencia para des­empeñar escuel a s rurales y en modiste:-ía y co stura. Cuenta el C o legio con un escogido p ersonal de profesores que mensualmeBte publicarán en esta Revista los nombr es d e las alu mn as que se hayan distinguido. l f ~ --· ········ ·· ···· · ·· -·· ··· ········································································································································ · ··························· ··· ··· ·· ··· · · ···· ·-~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. o======================~==~==~======================~ o 1 La Acción Escolar 111 ORO A NO !)E LA ASOC IACION DE MA EST ROS Y PRO F ESOR ES Por telégrafo: ESCO LA R. Por Correo: Apartado 18 ·72. • Dirección y Admoo. Carrera 4a . NC! . lO 1 SEGUNDA EFOCA NUMERO 7.0 PRI MERA S ERIE Director: J efe de Redacción: Admi ni strad or : · FILIBERTO BERNAL R. C ENON D I AZ QUEVEDO Sa ntiag o Hurtado d e Mendoz a BOOOTA (Col ombia) N OVIEMBR E DE 1930. o o R E FORMA EDUCATIVA I 1 Teniendo Ya un bu n Director Educación, '!; . uponie.ndo un hecho la --;el eión de In ·p d or s y maesh·os . vean1o.· la · otras n ee sida les ch>l Hamo pnra lograr la l'efonlm edn ·atiYn e jn.· tru ·eioni . ta. LOC \LE ." I~.JSCOL.\.RE Lo que . crib n sobn' p eclagog:ía frenie a n11 1nontón el tP .'io abiPrto.­y ·in s a b r qnP e. una : <'n la pt inw­rja, y lo: qu e piel n bu e nos locale · p--;­co1ares porqu e Pli llos h a n ap]nna lo u . alma . ntre tortn r a.· propia. 1 ara el qn a . P . ina a ]a 11wdre , o el qu e abandona la rtanoro ·a Y e on ~ oladora labranza para a .· a1tar ·n.I a.., nrta-danH" nte ed it'h·iu e ... wola r. o otros crP 1110, qu e los Nbficos e · ­colar ", l ben s t al' n t 'l'l'Pno · :unplios y a.i lado. d la: gl'atHl .- aglomeracio ­n luunana. · ~ lPjos de las YÍa: d gTan tráfi o, ele ]a: i)lnza ~ l<:> m rcado, c]p la fábri a ~ \ de lct ·· ti nda. . Edificio· e tm pi .. :o. aca .. o con azotea. . ·p den la e. paJdn lo · : ~llo~1e el cla:t>~ que haya nn pn­Lio 1qmera para <'a da dos . ' P en la t·eforma e. · olar ele '1 ierh\ nn stra · m:b c>ntu. iastas sin1pntía.· y qtt al efe·­tuarse onveni ntenten 1 e p nrlrí a en mano le nn ·tra R pública de · ri n ­tada, te oro. má. fácile ~· · brillant~.­que lo d Alí-Bnhá, y jarín p r mu ha.- eentLn·ia . de nne. tnv agl<)l}H' ­racione. humana:, Pl P.'pantable pro­hlenu1 d l .- h 1nbr .· :-:in trabajo. <1<' la. nmjere · y lo: hijo.- hn mbr a do.- ~ de nudo._ a ti ntpo <]11( nu tra.- spl ­va.- están ahita. el riqueza y dP fP<'Illl ­rlidad nue . .trn. minn.- innúnwras <:> in ­<:> xplotada . .- "1 . irY n para qn la HYc\ ­ricia ·tranj~ra nos ti n 'S ·n la, . ·e ­ría pagarle. loble .-uelclo a lo. (1ue l m· la mañana n . eñaran lo qu ho. · s<.> <.>n eña, y por la tarde dirigí l'<"ln un rall r de art ·, con vernt la duea ·i "n in s , no con el abs urdo ,'i, t m a que alguna · z qui o iniciar. C' <:>nYiando a cada C'.· ·ne­la un azadón P. tnd. OttP la. }Wllña a11rora ilumina la e n el viYifi ·antP . ol drl optimi.- nw, que infiltre en s u nlma noblc's a pira ­cione y le en.· ñ n tener <'Onfianzn en el porYenir. Alej 1110 ja una h 1·ida qn(' m á.- ta rcl0 ·p t l'a10111 nto.' que la ·on. tltu­yen para que proce liPn lo de mane1·a ra ·ional y con.- ·i nte, fol'lne para el porvenir hombre . pleno.- ele jtn ntud y ele ntu sia.- nw qu s pan, eon el I11a­yor acopio el ' . r nidacl, hacer frent a lo in vitabl s golpe del cle. 'tino. Lo · el 111 nto. gne r nstitu ·en la ale­gría puecl n , r de tr · órdene:-;: fí i­ ·o , int lectna1e, , o moral Entre lo · I rimero ten mo · onw n1á üuportante la alucl el 1 niño y la higi ne de la ·cuela. El niño e por naturaleza alegr inquieto y juguetón; / Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA ACCION ESCOLAR por <'On ·iguient , euanclo decae u áni­nw o lHanifie== ta en ·u nlirada de suyo viva y e crutadora, tri. teza o fa tidio, debe 'el nm . ·tro oh rvar atentnn1 nte c"sta an01nalía. rev laclora de algo anor­mal en .'n organi ·nw. El niño nfer­lno rechaza lo que · ta ( · Ja llamada. a, llenar los nt ·íos del hog·a1· en lo que e r fi re a la h ig:i('n '• ('O ­m o t a . 1bién a la part int< leetHal y moral. ..... llí d be encontrar el niño nna atin ':fera r¡n r lHt('YP la <]ll • Yi ­eiada n tonmlo prin('ipi n ll l a <'. ·ahro:n :p n ­da de la Yida: lcYde haber educación. Por eso ni Bélgica, ni Holanda, nacioneR tan cultas, han aceptado la ~ anseñanza obli­gatoria; España rechaza los maestros de imposición oficial; Alemania que tanto so­bresale por su organización escolar y por la solidez de los estudios, prescribe la en­señanza obligatoria pero deja libertad ab­soluta en cuanto a los planteles y a las ma­terias de enseñanza. Francia que siempre ha ejercido un influjo decisivo en el desarrollo intelectual y social de los pueblos latinos, tiene la enseñanza obligatoria, pero per­mite la creación de establecimientos pri­vados, donde se educan la mayor parte de los jóvenes, pues los planteles oficiales se hallan casi desiertos; en Inglaterra, el Esta­do proclamó la enseñanza primaria obli­gatoria y laica; pero ese pueblo tan religio­so no aceptó tal imposición, por lo cual en 1871 se permitió la instrucción religiosa y después de varios cambios en la or~niza­ción escolar hoy domina un espíritu de equidad, de justicia y tolerancia. La enseñanza obligatoria en Colombia es de necesidad social urgente; la educación es ·el fund•amento de la grandeza nacional y de la ventura pública y privada; la edu­cación no es sólamente un adorno sino una gran fuer7.a; al mismo tiempo es un gran bien y como tal debe ser aceptado libre­mente por los individuos; no puede darse a La escuela el régimen de un cuartel; es imposible instruir a quien no lo desee; el estimulo, la persuasión, la ciencia, la loa virtud y dignidad del magisterio serán factores más valiosos en la propagación de las sanas ideas, que las amenaz·as y las multas. Corresponde a los maestros suavizar los rigores de la ley haciendo de la escuela nn lugar agradable y alegre, donde no ha­ya ni asomo ele tiranía porque el perfec­cionamiento moral no se obtiene sino por la libertad y para dar una educación ver­daderamente nacional, sin buscar un fin 1étamente utilitarista, demos a las tarea. dScolar s un carácter más práctico y rea­lista. Afortunadamente ya asoma entre nos­otros loa aurora de la Escuela Nueva, que modela las almas sin torturarlas, forma los corazones dentro del amor y la libertad y prepara al hombre por el trabajo libre, inteligente y fecundo pal"a las luchas de la vida. Sólo bienestar traerá para Colombia la (mseñanza obligatoria; entre nosotros será siempre la escuela el cimiento de la Patria y no el instrumento de una secta o partido; el Gobierno es cristiano y hace gala de re­ligiosidad y de honradez; el magisterio es creyente, ilustrado y de sanas costumbres; la enseñanza no v.a a ceñirse al modelo es­trecho de la escuel•a oficial, sino que se brindan garantías y se estimulan las ini- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 198 LA ACCION ESCOLAR ciativas particulares; los derechos sagra­do- s de la Igles:La, sociedad pública, docen­tte y jurídica, respecto a su misión de ense­ñar, serán no sólo respetados sino que entre nosotros la acción social y educativa de sus ministros es indispensable; a su celo, ilus­tración y patriotismo, debemos la civiliza­ción de que gozamos. Nosotros denunciaremo-s sin vacillaciones ni cobardías a los maestros de dudos-as ideas; a los que por ignorancia sigan doctrinas con­trarias a los principios de la Filosofía cató­lica; a los que mezclen su altísim .:t misión con actividades políticas y p-artidaristas, a los que sean una amenaza para la buena formación d te los niños, porque hipócrita­mente llevan el título de maestros en un país esencialmente cristiano. No tememos que se nos tache de fanáti­cos o retardatarios porque no toleramos el error; tampoco importa que se nos llame re­volucionarios si somos altivos cuando se desconoce la verdad o la justicia, o se hie­ren los derechos de la Iglesia o de la Patria. Desde los más afamados centros cie nti­ficos h •asta la escuela rural, perdida allá donde comienza la selva virgen , s e va for­mando el ped,estal para la ascensión glo­riosa de Colombia; esirá la voz justiciera que a ellos aplique las palabras que Moltke dirigió a los maestros de escue­la de Alemania, después de haber derrota­do a Francia, en' 1870 : "Vosotros sois los que habeis hecho triunfar a la Patria". A. ESPL EL. D~~pert~mo.> ~n lo> niños ~l amor a lo beHo Auncuando no s lJ ·ata de onuu ir al dis­cípulo más alla de su propia esfera en bus­ca de una belleza que no puedl8 hallar, ya porque sus capacidades apreciati as no bas­ten para ello, ya porque el ambiente en que se desarrolla y vive sea impropicio, si­no simplemente de abrir sus ojos a la con­templación de los objetos que lo rodean y al análisis elemental de los sonidos que hieren su tímpano, desde su aspecto de fuen­tes de belleza, la tarea es un tanto difi­cil. Todo tiene que hacerlo el maestro. Los hogares en que se desarrolla la infan­cia, sobre todo en las ciudades, las habi­taciones donde residen los niños, insalu­bres y malsanas, se oponen con firmeza a la germinación de cualquier iniciación del sentido estético en ellos, lo mismo que los espectáculos que contemplan sus ojos, y que son los naturales dentro del medio rudimentario en que se desarrollan. Nada contribuye a despertar en sus almas infan­tiles el amor a lo bello, pues la principal Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA ACCION ESCOLAR condición para la creación del buen gusto, es la frecuente contemplación de obras be­llas, no sólo en el aspecto material ue lo·s sentidos, sino en el espiritual de la inte­ligencia, con la apreciación de las bellezas inmateriales. Debemos procurar, como una eficaz con­tribución a esta parte esencial de nuestra labor educativa, que en el salón donde dic­tamos nuestras clases, y donde los peque­ños han de pasar algunas horas al dfa, rei­nen la armonía y el buen gusto . Un aseo perfecto y un orden absoluto en la coloca­ción de los objeto que lo llenan. y otros detalles de aparente insignificancia, pero que a la larga resultan fomentadores d e la facultad apreciativa de la bellezn: .po r ejemplo, un vaso que ccntenga florr:> s fres­cas y graciosamente colocadas, nn cuadro de valor estético, y cuando é. to falte, la abundJancia de luz y de aire decora las paredes desnudas y pone en ~ e llas no,·eda­des que asombran al espil'itu habituado a observar. En el campo hay tantos moti­vos de admiración y tantas fuentes de crea­ción estética. (Los más notable cuadros d célebres pintores, están inspirados en moti­vos campesinos, y las poesias más inmorta­les son eglógicas y olorosas a h no) _ Es lógico que existe una diferencia d capacidJad natural res pecto a las posibilida­des de sentido t éti co , como la~~ hay en todas las otras facultades racionale _ Un gusto cultivado es algo más qu una fuer te intuición, y e s el resultado de una siste­mática observación y de un cultivo adecua­do del sentimiento de comparación . El gusto tiene varios campos para su ejercicio. Las circunstancias en que se en­cuentra nuestro pais respecto a estos a un­tos, no ofrecen para nosotros sino la natu­raleza como fuente esencial. En otras ciu­dades hay vastos museos donde se han acu­mulado las obras máximas de todos lo tiempos, hay suntuosos jardin~es, hay e · ten­sas explanadas, hay bosques y hay hasta parques zoológicos, donde la naturaleza ha sido corregida, adecuada al gusto formado por centurias de disciplinas. En nuest1·a capital, demasiado incipiente .aún, no exis ­ten todos esos orígenes de estética, y tene­mos que contentarnos con la vista perma­nente de las dos montañas que pesan como una amenaza continua, y con los prados agos-tados de parques lejanos y diminutos, vi­gilados continuamente por uniformes poli­civos, que co.ntienen la expansión que pu­diera producir el espectáculo. Parecería incongruente ha1>lar de todas estas elevtadas fuentes de estética, como el teatro, donde cien unisono.s instrumentos producen arrebatadoras armonías que su­mergen al espiritu en fuertes emociones de belleza, al referirnos a la necesidad de despertar el sentido estético entre los ni­ños de las escuelas elementales. Pero den­tro de la estética hay grados, y nosotros no aspiramos a descubrir en los pequeños el sentido critico. Nos consideraríamos sa­tisfechos con que la presentación de un ob­jeto bello despertara en ellos, por su com­prensión exacta, frases admirativas revela­doras de inter11!as emociones. Así, tenemos que limitarnos a las peque­ñas fuentes de que disponemos, y que bas­tan para nuestro fin elemental. La flor co­gida diariam•ente para adornar la escuela, la talla de la piedra destinada a un her­moso edificio, y que constituirá por su ma­ravillosa arquitectura una preciosa obra de arte, el canto de tonalidades alegres y diá­fanas, la estrofa de sentimientos sencillo:. basados en los goces enteramente espiri­tuales de las almas puras e infantile , son material s, que, aprovechados, bastan para mantener en continua actividad el espíritu infantil, propicio a la estética. Y aún, los mil incidentes de la diaria labor, son origen de apr•eciaciones estéti · cas, si es qu~ el maestro obra bajo esta preocupacwn. Hágase recaer la atención del niño en el fondo de belleza que hay en todo cuanto e 1·efiere a la naturaleza_ Búsquese la belleza de las acciones de nues­tros héroes, la estética del amor a la Pa­tria, la atracción irresistible de la virtud y del bien. Con esto se obtienen dos fines; el útil y el bello; se hace más grato el aprendizaje para los pequeños, que encuen· tran las cosas tantc más fáciles cuanto más hermosas, y se dirige el sentido esté­tico con la enunciación de imágenes bellas. El sentimiento contribuye con la inteli­gencia y la voluntad a realizar la vida del espíritu. Mediante el entusiasmo que comu­nica al ser íntimo, el sentimiento sostiene y estimula la inteligencia, impidiendo su perniciosa ociosidad, impulsándola y forta Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 200 LA ACCION ESCOLAR leciéndola en el estudio y en la investiga­ción para encontrar la verdad . El senti­miento robustece también la voluntad, la cual vence así las dificultades que se opo­nen a sus determinaciones y su fuerza para alcanzar el fin que se ha propuesto llega a ser extraordinaria y aun heroica . Es ob­vio, que la carencia o debilidad de esta fa­cultad anímica influye en la vida de ma­nera decisiv.a y negativa, co·municando al espíritu indiferencia, frialdad y apatía, cau­sas evidentes de fracaso, o impulsándolo a pasiones que ~~bajan la personalidad, y que no se pueden contener porque av.anzan sin control de ninguna especie. Los fenómenos del sentimiento son los más variados: van desde lo inconsciente hasta la idealidad su­prema, si el objeto final que pe rsigue es la belleza. Y la estética es la que expresa el grado superior de la facultad dl3 sentir. Lo bello considerado como el carácter sen­sible que despierta la idea de perfección, está asociado, casi siempre, en una misma alma, al culto del bien, pues bien sabido es que los grandes investigadores e scolás­ticos, llegaron hasta confundir los dos con­ceptos. Se ha dicho con exceso de salJidu­ria, que las grandes virtudes han nacido del sentimiento de la belleza . Y es po1· todas estas razonf'. por las qu la educación moral de los niño~, se realiza en gran parte por el cultivo del sentimien­to. Habituar a los niños a compr ender y a amar lo bello, casi equivale a hacerles an1ar lo bueno y verdadero, pero (> una ta­reR. más fácil. Lo bueno y lo Yerdadero, presentados desde el punto de vista entera mente didáctico, suelen .aparecer ásperos y toscos, y con frecuencia superiores a las inteligencias infantiles. Pero esto::. concep tos revestidos bajo el ropaje de lo bello, y dentro de almas ya pr paradas a apreciar lo bello, prosperan con e .·traordinaria efi­<' acia. Nadie duda que el sentimiento es perfec­tible, y en consecuencia educable, requirién­dose para ello el ejercicio Ol'denéldo de la 'olunt:ad, los cuidados permanentes para nvantenoerlo en el estado normal de equili­brio cuando llega a alterarse, como sucede con las pasiones, que nos atreYeríamos a <'alificar, cuando marchan desordenadas y dominantes, como verdaderas enfermedades del esp1ritu. Procuremos, pues, que haya en la escue­la un ambiente poético, aunque sencillo y modesto, que sea capaz de alegt·ar el áni­mo del niño y de pruducirle sensación es­tética, auncuando sea indefinible, y nues­tra tarea de enseñanza se facilitará. El niño en un ambiente sucio, indecoroso, pro­saico, se acobarda, se empequeñece, y sólo piensa en la hora de la 'libertad; convier­te la asistencia a la escuela en una peno­sa obligación de la cual desea a todas ho­ras verse libre, y sobre tales aptitudes de resistencia, todos nuestros desvelos, todos nuestros esfuerzos, se perderán. Como complemento de oeste aspecto mate­rial, quitémosle a la clase ese terrible as­pecto de seriedad, que fue la caracteristi­ca de las pedagogLas arcaicas, que atemo­riza a los niños y que apaga sus iniciati­vas; procuremos que los trabajos de toda índole que ejecuten los niños, carezcan de deformidad, y muestren, en cuanto sea po­sible, una relativa perfección; que sus di­minutas y absurdas esculturas de greda o arcilla, sus dibujos rudimentarios, sus ma­nifestaciones artísticas, encuentren una ex­celente acogida por parte del maestro, que aprovechará tal-es manifestaciones para guiar el incipiente sentido estético. Duran­te los paseos procm·emos que 1 ~ niños e.·­perimenten emociones hondas y gratas qu sean origen de regocijo y de alegna, de esa alegria sana y ruidosa QUe es característica de los niños sanos y normales; llamarles la atención hacia todas las cosas bellas que encontremos a nuestro paso, e .·plicarles en presencia de los grandes fenómenos, que sobrecogen por su grandiosidad y por su hetmosura, los motivos que los produce_n, sin exigir que penetren en los grandes co-­nocimientos físicos, sino buscando el aspec­to elemental y bello. Preocupado continuamente el maestro con esta neces1dad de despertar en los ni­ños el sentido estético, apartará de sus al­mas en formación la vulgaridad, y deste­rrará el mal gusto. Y al propio tiempo, como queda dicho atrás, abonará terrenos donde la verdad y el bien germinarán. Y es en esta germinación espléndida en lo que radican las virtudes civicas que adornan más tarde al hombre y lo hacen un ciudadano perfecto. Las grandes reformas educativas que se Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA ACCION ESCOLAR 201 piden ahora a voz en cuello, en detrimento de todos nuestros esfuerzos, deben arran­car de bases más firmes que las de los princip ios elementales que se han dado en p roclamar. Estas grandes reformas no ne­cesita n de la construcción de grandes edi­ficios, ni la adaptación completa de siste­mas extrajeras a nuestro medio sui géneris. Lo que se necesita es la iniciativa del maes­tro, el estudio de las condiciones psicoló­gicas de los niños, la compr,ensión exacta de la reacción que ellos experimentan an­te lo bueno y ante lo bello . Es imposible que de las escuelas primarias salgan pro­fesionales, como lo quieren los reformado­res. Pero es lógico que de ellas salgan ni­ños con excelentes inclinaciones, aptos pa­ra formar de ellos los profesionales llenos de sentido moral y de honradez civica, cu­y ,a falta es la crisis más grav que pade e nuestra República. EL\f).J.\ ÜROHIO L . L l\ TRI y TF DORA (Recotvla·ndo a Jfanu-{' 7 Pgal'fe ). uiso Lu i f r <1 ar una tregua a la nton t nía 111 lan (}1ca 1 1 infi<:rno e ­l brado una gra.n fie. -tn en qu . e c o ­¡ ·onaría d 1 einn. a la 11111jPr qn hn ­bi ra 1 r cistas asignaturas irán el di bu jo y el cono­cimiento de la agricultura y de las indus­tria s que se refieren al campo; la lechera, la ganadera, cultivo de árboles frutales, etc. En cada escuela se fomentarán el cultivo y la industria propias de la región. Para que la escu18la rural realice el pa­pel que le corresponde es urgente que ella (1) Luis H. Monroy. sea dignificada, por la predilección oficial y por la ciudadanía cooperadora. Buenos sueldos y elevada categoría en el escalafón de maestros llevarían al campo a los edu­cadores más aptos. Con propiedad pedagó­gica y honda justicia establece el proyec­to "que los sueldos de los maestros no se clasificarán en adelante por las escuelas que regentan. sino por sus merecimientos y tiempo de servicio". De modo que el más insigne maestro de Colombia, puede ir a un rincón campestr€ a organizar una Pscuela activa, ejemplat· . Así su inteligencia se desdoblará para ejer­citar sus exquisitas dotes en bien de la cla­se campesina. esperanza de la patria. Na­da más propicio que el ambiente rural para educar: la calma que allí impera, el pai­saje variado y ameno, con la fuente y los animales amigos y servidores del hombre, clan excelentes moti os par.a que el maes- .. tro guie a los alumno por el send ro de la virtud y del estudio. Esa dulzura qu emana de los escritos de Tagore, produ t o es de la vida, poética y fecunda ele los campo , medio natural del hombre; la ciu­dad enloquecida, obra es del lujo y doel ar­tificio. De ella hu yen los 'a rones de aus­teridad- y de ciencia, omo los cultores de lo bello. A esto tiende la sint1es1s del si ­guiente arlículo del proyecto, que di e: "La escuela rural se orientará hacia la agricultura o las industrias propias de ca­da región, doe modo que los campesinos sP hagan capaces de explotar racionalmentt=> todas las riquezas ele nuestro suelo, y con­seguir de esta manera, sin salir de los cam ­pos, una posición desahogada indepoen­diente". En cada escuela rural se debería estable­cer como un centro de interés, digamos, la enseñanza d~C la higiene, p or ejempl o: el paludismo, medios de evitarlo, de c u rar­lo, mosquito que lo inocula, etc.; después la anern-ia tropical, etc. El genio de Mussolini, quien en fuerza Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. L.A ACCION ESCOLAR 203 de la ley de reversión moral, vuelve a la Italia de Augusto, está cimentando su obra de regeneración en la escuela del campo, como centro industrial y de instrucción de la higiene. El gran dictador, no olvida que Roma cifró la grandeza en el trabajo de la tierna, y que generales y magistrados al­ternaban la espada y la pluma, con el ma­nejo del arado. Esta fue la Roma grandio­sa señora del universo; la otra, disoluta y ociosa, fue la presa para los labios de los enfurecidos bárbaros. Como, según el nuevo plan, corresponde a los departamentos y a los municipios lo referente a la enseñanza agrícola y queda prohibido a los últimos subvencionar esta­blecimientos de ensefianza secundaria, aque­llas dos entidades unidas, podrán organi­zar la instrucción agr1cola práctica. Que cada escuela posea su campo de ex­perimentación, en el cual los alumnos apren­dan los cultivos aprovechables en su res­pectivo lugar. Un lote de tierra, herramientas para el trabajo y algunas semilLas, bastan para que poco a poco se esta:blezcan granjas. En to­das las poblaciones existen agricultores prácticos que pueden servir de consultores de los maestros. Los inspectores provin­ciales pueden nombrar juntas agrfcolas que colaboren con maestros y discípulos. Es laudable el interés que los concejos demuestran en toda la República por sos­tener colegios de segunda enseñanza, pero para el país es hoy mucho más urgente fo­mentar la agricultura y otras industrias que crean riqueza. La instrucción secunda­ria debe corresponder a los particulares; los fondos de los municipios deben desti­narse al impulso de la escuela primaria, con su ensefianza de artes y agricultura. Es hora que nos demos cuenta de la dis­persión anticientffica y estéril de los dine­ros públicos, pues al cabo de una centuria de vida independiente, poco hemos hecho por explotar las riquezas del suelo. La agricultura es base de civilización es­table, y se observa que donde ella prospe­ra, el bienestar es permanente. Es triste, es desolador, confesar que en Colo-mbia las dos carreras preferidas son: la de emplea­do público y la de polftico. No fijan la atención en esto los impug­nadores d-e la actividad escolar. Muy arro-gantes y engre1dos se preguntan qué de ma­lo tiene la escuela que ha educado varones tan conspicuos como ha dado Colombia. Es fácil responderles que esa escuela pue­de producir eruditos, más no sabios genui­nos y hombres de fuerza inicial. Lo más que se puede admitir es que por obra de autoeducación esos personajes se alzaron del nivel ordinario a despecho de los mé­todos de pasividad que estaban en auge. Hubieran esos pseudo-educadores encerrado a Zea, a Caldas, a Céspedes, a Triana a Posada Arango, a Zerda y a cuantos se dis­tinguieron como cultores de la ciencia, en un salón de cuatro paredes, y habrian ob­tenido en vez de hombres superiores, a U­pos impreparados, propios sólo para la vi­da de oficina. Digan también los aserto­res de la pedagogia de la inactividad, dón­de están las riquezas e. ·plotadas y dónde las industrias florecientes, merced al v~r ­balismo que tenemos en Colombia, y si el naciente comunismo no se deberá a que mi­les de hombres carecen de un arte para vivir de su esfuerzo y no hallan otro medie de conseguir fortuna que apropiándose lo ajeno. Ni con articulos de periódico, ni con discursos ni consejos c;e combaten las doc· trinas del sovietismo: es con la educación cristiana, sanamente activa y social. La organización eficaz de la escuela ru­ral y de la primaria, favorece directa y prin­cipalmente al pueblo, en cuyo fondo exis­te gran capacidad virtual para ascender, que el estado debe aprovechar. AlU el capital humano duerme escondido esperando una mágica voz que, como a Lá­zaro, diga: "sál fuéra". En las clases campesinas y obreras, en las cuales la vida sencilla y casi ve· getativa ha mantenido vigorosas las cé­lulas nerviosas de los padres, los hijos nacen sin las deficiencias consiguientes al gasto de energla cerebral y a los vicios de los centros populares y agitados. No sa­ben los conductores de la nación cuánto va­le para el porvenir de la sociedad ese teso­ro inexplotado de la modestia y austeridad del medio agreste y obrero, cuando el re­finamiento de las clases ricas y licencio­sas no ha llegado aún a esa porción ben­decida, donde se incuba la prosperidad fu­tura. Es un crimen dejar que pase igno­rada esa fuerza que podrla redimirnos. La Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 204 LA ACCION ESCOLAR escuela democrática, cri:-;tiana y activa, es el programa de la hora que vivimos. e­pan esto los go-bernantes y legisladores, los cuales se hallarían sorprendidos si hubie­se quién les revelase ese depósito sagrado. No de otra manera el poseedor de hacien­das gritarla de contento el dia que un ex­perto le anunciara que en el fondo del bos­que se despeña susurrante una calda de agua, se recata un rico filón de oro o se muestra un yacimiento de petróleo. Incumbe al educador ser el Colón que guia las carabelas hacia ese continente que se llama alma. Con criterio de selección democrática, la Junta Asesora propone lo siguiente: "Con el fin de hacer posible el terminar sus estudios a los alumnos de las escuelas nacionales excepcionalmente bien dotados, se fundará suficiente número de becas na­cionales, o sea una para cada quinientos alumnos que terminen la escuela primaria, las cuales se adjudicarán, previo concurso, a los mejores alumnos de cada zona esco­lar. Estas becas no tienen por objeto fa­varecer a los colegios, sino a los alum.nos, y por tanto se dejará libertad a los fa­vorecidos para que ingresen en el colegio que prefieran". No habrá en Colombia quien no acate es­ta noble iniciativa. Ella es el principio de selección que, con éxito br111ante, se :prac­tica en Francia . • • El proyecto de ley a que me refiero, dis pene que la enseñanza complementaria sea costeada por los departamentos. Esta creación viene a colmar una exi­gencia imperiosa en el plan educativo de Colombia, ya que él carece de unidad cien­tlfica. Es urgente organizar la escuela rural de modo que alH se formen los hombres para el campo, es decir, los agricultores e indus­triales que sean creadores de riqueza; que la escuela primaria sea activa para que desenvuelva las facultades del alumno, de manera armónica y que, al finalizar la en­señanza elemental, a los 12 o 13 años, el estudiante no quede abandonado por el Es­tado en esa época ardua de la vida. Con­viene, por lo tanto, que haya una ense­ñanza que afirme lo conocimientos pri-marios y les dé aplicación por medio de la práctica. Nuestra escuela se ha preocupado por ins­truir y nó por dar habilidades para la vi­da. Desde Moreno y Escandón, y el Arzo­bispo Virrey, viene esa amarga queja; el patricio José Eusebio Caro habló contra el empirismo educativo en 1840, y se pregun­taba, qué harfan con las manos esos jóve­nes tan instruidos en letras y filosoffa, pe­ro que carecían de medios de subsistencia y de elementos para el trabajo. Casi, casi se puede decir que al cabo de noventa at\os el estado de nuestra educación es igual al que censuraba el gran poeta. Poco se ha hecho para llevar a la escuela el trabajo manual, del cual se burlan los anquilosa­dos, los que hoy como ayer, por evitar que la actividad despierte sus células dormidas, se oponen a cuanto diga observación y ex­perimentación. No han querido comprender el hondo sig­nificado que para los educandos y para la patria tienen las frases del Arzobispo Vi­rrey cuando decla con visión que franquea los siglos: "por que un reino lleno de pro­ducciones qué utilizar, de montes qué alla­nar, de caminos qué abrir, de pantanos y ruinas qué desecar, ciertamente necesita más de sujetos que sepan conocer y obser­var la naturaleza y manejar el cálculo, el compás y la regla, que de quienes entien­dan y discutan el ente de razón, la prime­ra materia y la forma sustancial". Y los que se hallan muy satisfechos con el estado actual de la educación no pien­san que Colombia vive en perpetua crisis de producción y y que de ésta se derivan la económica y la fiscal; que tenemos una prosperidad de relumbrón, porque el dfa que nos falta el dinero del extranjero cae­mos en la más absoluta miseria; que ha habido afios en que se importan víveres por cerca de veinte millones y, sin embar­go, esos patriotas sostienen que no convie­ne la agricultura en las escuelas ni tiene razón de ser los trabajos de manipulación cuyos fundamentos arrancan de encumbra­das leyes biológicas y psicológicas. Leáse lo que dice el doctor Miguel Jiménez Ló­pez, hombre eminente: "Todo niño es ori­ginalmente un obstinado trabajador manual, un manipulador de utensilios y de objetol!5 que casi a ningún momento repo a . Esto Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA. ACCION ESCOLAR obedece a una necesidad innata de sus ór­ganos sensoriales y musculares en forma ­ción y a una disposición de sus altas fa­cultades, que en los primeros años de la vida trabajan solamente sobre la impre­siones sencillas y por medio de las intuí ciones directas de la realidad ambiente". Quien quiera informarse de lo qur? es Ja formación complementaria y dC' lo qu sig nifica para el educando y para la so ie dad, lea el libro /;a Bs t ltr>la JI la r iro ' t. del ilustre colombiano poco há citaclo, lib r o que debieran estudiar constantem:mte cuantos se interesan por la educación. La enseñanza complementaria difiere de la primaria en grado, n o en esencia. Ella toma al niño que ha cursado los seis año. · primarios, lo perfecciona en Im; conocimien­tos adquiridos y lo habilita para el ejerci­cio de algún arte. Esta educación se da en los Estados Unidos en los par-tirne sc1wuls; en la Argentina en las escuelas intcrme. días, y en Bélgica, en las famosa del 4.'' grado, creadas por Devogel ( 1), quien las llamó hermosamente Escuelas de la Libe r ­tad, para demostrar asf que, siendo, como son, tan útiles, pues responden a una ne­cesidad social evidente, no es preciso de re­tarlas como obligatorias. En el vroyecto del Ministerio se proponen dichas escuelas como libres y pueden ser nocturnas. Con la organización que se cont mpla e n el proyecto, tendremos: escuelas infantiles de iniciativa privada, de los 3 o 4 años a 6; escuelas de párvulos hasta los 8; pri· marias hasta los doce, y dos años de for · mación continuati a o complementaria. Asf . a los catorce o Quince años el E s tado en­trega a la familia jó enes p r eparados pa­ra el trabajo reproductivo. Alll termina el deber del gobierno. Al establecer la enseñanza de párvulo s en el lapso de seis a ocho años se acata, ante todo, el desarrollo fisiológico del ni · fío. No es cientifico ni humano recargar demasiado la labor intelectual e n la é po­ca precisa en que el organismo atiend a su desarrollo de manera visible. El ápic de los siete años coincide con una de 1 a.· evoluciones más intensas del crecimiento, el cual implica gasto de energía:; es com·e- (1). En 'aint G-ill e& organi .z ó D<' COfJ( ' l l u prime1'a escuela de esta clase. niente procurar que el organismo se vigo­rice para que el cerebro trabaje en buenas condiciones. "Tenemos, enseña la doctora Montesso1·i. un ritmo trienal durante toda la infancia: en el primer trienio, el crecimiento e s máximo, los dos segundo trienios se co rresponden perfectamente, y al último co­rresponde el crecimiento menor". En la edad vúber, el credmiento se in­tensifica nuevamente . Luego tenemos que la entrada a la escuela coincide con una evolución de crecimiento y que la pubes­cencia pasa en los jóvenes en época en que se ocupan generalmente en estudios secun­dario . ;.Será esto pedagógico y humanira· rio? La misma autora precitada, anota: "Con la más cruel ceguera castigamos y desani· mamos al niño que al llegar a la edad pú ber no adelanta en sus estudios de la mis­ma manera brillante que adelantaba en el periodo de rPposo fisiológico de su crecí miento; y en lugar d ver en esto un ind i ­ce psíquico d la gran transformación fi ­siológica que deberíamos proteger, forza mós su organismo, sin imaginar siquiera que, según los grados de resistencia individual de nue tro discipulo, pod mos contribuir a provocar en él una debilitación permanen­te, o contener u desarrollo, o a ocasionar· l le una enfermedad y la muerte. " u estra responsabilidad d ducadores es grande porQue se nos confían los hilo!; de la vida; el hombre s un paso c ont" nuo a través de sucesivas forma s , y el pe· rfodo actual prepara el siguiente". Altas razones e .· isten qu e dis ponen qu la enseñanza de várvulos sea suave y pro cure completar en los niños el " des arrollo sensorial y adelantar su desarrollo fisiccJ, iniciándolos en la instrucción . in perjuicio de su salud". Todo el que haya manejadó e studiantes , observa cómo en ciertos periodos decae la fuerza intelectiva y se hac m a nifiesta la debilidad del organismo . La ciencia manda que en tales casos la tarea intelectual se suavice( pues es segu­ro que entonces la receptividad morbosa es mayor y puede peligrar hasta la vida del escolar. No han faltado entre nosotros quiénes hayan al menos columbrado esta clase de vroblemas, pero la indiferencia Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 206 LA ACCION ESCOLAR del medio para estos estudios, no ha permi­tido que avance la pedagogía científica, cuando no ha suoedldo que a los trabaja­dores entusiastas se les diga que cuanto ex­ponen es copia de malos autores o malas traducciones. Esto lo afirman los que no han tenido una sóla iniciativa en bien de la educación y que cuando se han visto en puestos elevados se han distinguido por la ineptitud má.s absoluta. Prudente y sabio es, en consecuencia, que la legislación escolar vele por la salud del nifío y que en ciertos periodos el trabajo no exceda de lo que aquél pueda resistir, porque establecido está: " existen edades en las cuales también los fuertes son dé­biles y la debilidad es de tal naturaleza que expone a los individuos a la muerte". "No se domina a la naturaleza, sino obede­ciéndola", afirma un docto educador. La organización correcta de las escuelas de párvulos y de la enseñanza complemen­taria atiende admirablemente a esta exi­gencia, dando una instrucción bien dosifi­cada en las primeras, valiéndose del tra­bajo manual en las segundas. • • • Si la nación tomara a su cargo la ense­ñanza primaria, la dirección de las nor­males y de la inspección esco.lar, los depar­tamentos destinarian sus fondos para la en­::> eñanza secundaria, las obras de protección de la infancia, el servicio médico y odon­tológico escolares, la fm mación de los Pe­trasados morbosos y la enseñanza de agri­cultura y de artes. Un movimiento saludable de protección a la infancia agita al mundo: la pediatría es una de las ciencias más amadas por es­piritus elevados. "Como Pan en el centro de un mundo de dolor y de muerte, dice Ernesto Nelson, debe colocarse hoy dia el legislador que desea atacar en todos suR reductos al enemigo del párvulo y, por eso, se han generalizado en estos últimos tiem­pos los movimientos tendientes a organi­zar la información y los medios de lucha contra la mortalidad infantil". ( 1) Esa acción previsora en bien del nifío se extiende a la madre, al niño y va hasta ( 1) Ernesto Nelson La S1alud del niño. Hu protección social. la escuela y aún más allá. Con tal fin se han creado oficinas de información me­diante las cuales "la experiencia realmente valiosa, recogida en la obra social pudiera ser accesíble a todos, y se instituyese, ade­más, un plan vasto en el campo nacional, con la mira de efectuar una investigación técnica que abrazase todos los aspectos de aquella protección". En Europa y en Norte América se ha rea­lizado una obra admirable de protección a la infancia. En la América del Sur se ha seguido tan bello ejemplo en la Argen· tina, Uruguay, Brasil, Perú y Chile, de manera especial. En Montevideo funciona el Instituto In­ternacional de Protección a la Infancia, de­bido a los esfuerzos del sabio profesor Luis Morquio. El Boletín de dicho instituto es, sin duda alguna, la mejor revista que en su género se publica en Hispano-América. En Colombia se dan los primeros pasos en este sentido: la Cruz Roja impulsa la protección de la infancia, y en algunos de­partamentos se está organizando, aunque de manera muy vacilante, el servicio médi· co escolar cuya necesidad y cuyos benéfl· cos resultados a nadie que haya leido una página de pedagogia moderna se escapan, aunque no falten quienes qr" blasonando de pedagogos o de médicos, gritien que eso es inútil .. . Los desayunos, las sopas y los roperos es­colares, las colonias de vacaciones y el ser­vicio médico, deberlan ser legalmente obli­gatorios, bien fuera para la nación o para los departamentos. Esto es obvio; es ur­gente, es cristiano. Colombia ha erutrado definitivamente en la ~ra ae Stb desenvolvimiento; necesita hombres para la industria, el comercio, las artes, las letra.s y la ciencia. No poctemos esperar Q'l.te gentes traídas del exterun·, co­mo la meroanda y el dinero de los empr~s­titos, vengan a rna1wjarnos. Debemos jo?·­m. hT un personal ntwstro, y es en la escue­la donde hay que explota1· la eneroro hum.la- 111(1,, qtte en ent..brión 1·e8ide en los niños. La escuela es la base y el centro de la defensa social. Todos saben la influencia funesta del ambiente escolar en los nifios débiles, anémicos, escrofulosos, etc. Méd1· cos y pedagogos conocen los perjuicios que acarrean las labores del aula cuando no ae Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA ACCION ESCOLAH 207 adaptan a organismos minados por el ham­bre, la pretuberculosis, la herencia luética, alcohólica, etc. Constituye esto un capítulo de asistencia pública, al cual dedican suma atención las naciones donde la legislación sobre protección social surge del estudio con ciente de los males que azotan la co­munidad y comprometen el porvenir de los ciudadanos. Porque si los jóvenes robusto::; se fatigan con el trabajo intelectual, ¿qué sucede á a los mal nutridos y a los que vinieron a la vida con la ca1·ga de una he­rencia desgraciada? En un país cristiano, como el nuestro, son la caridad y el trabajo los llamados a re­solver los problemas sociales. Un sistema de educación, basado en principws cientí­ficos, dará excelentes resultados. L;l peda­gogía fraterniza con la medicina y con las ciencias sociales. Ellas unidas, no confun­didas, harán que el escolar sano vaya po 1· la senda de la prosperidad y que el de ur desenvolvimiento orgánico preca1·io mejore o se cure. Por las calles discurren sos pobres des­graciados que vinieron a la vida agobiados por la carga que sobre sus hombros pusie ron la miseria o los vicios de los antepasa dos: son anémicos, macilentos. Su talla y peso son anormales, su porte angustioso, y quien quiera que los vea, sin ser clíni o. advierte que en no lejano dia esas victiltlas van al asilo o al hospital, taladrados los pulmones por la peste blanca, si es que n o son candidato para el manicomio o 1 pre­sidio. Y para individuos asi constituidos tiene aún el pais en muchos lugares, locales sin aire, sin luz, sin campos de juego: la higie­ne alli luce por su ausencia. Y de la enseñanza ;.qué se dirá? Que es una misma para todos, sanos y enfermos; fuertes y débiles; inteligentes o nó. Y J>OJ lo común los métodos que se emplean ::>Ol~ pasivos, inadecuados para desarrollar facul­tades. Un paradigma bien elocuente, o mejor un hermoso simbolo, es el duelo de que habl-t Manouvrier. D6s individuos se baten a du3- lo: el arma escogida es la misma pa1 a am bos: la espada. Las condiciones de los du !­listas son distintas: el uno tiene brazos lar· 4:0s (macroscélico), el otro los tiene cor­tos ( braquiscélico). Seguramente el primP.- ro posee ventajas sobre el segundo, quien será vencido, si con otra arma o con recur­sos especiales no contrarresta la superiori­dad del adversario. Para muchos será un asunto baladí el que se traten puntos de esta clase. Y cuen­ta que no lo son. El médico escolar obser­va el crecimiento del niño, mide la talla, el peso, la circunferencia toráxica, etc. Y estas medidas dan al maestro normas pre­cisas para saber qué ejercicios físicos im­pone al alumno. No es pedagógico, por ejemplo, que se ponga a niños de distintas condiciones an­tropólogicas en una carrera o en un ejer­cicio de resistencia. El macrosélico, como más ágil, ganará en el primer caso y a él se le dará el pre­mio, sóJo por su inferioridad fisiológica. En el segundo, el braquiscélico, de corazón robusto y grandes pulmones, se llevará la palma. Y es este el criterio usual para juz­g. ar problemas de tanta trascendencia en la vida posterior del educando. El padagogo puede, con ligera observa­ción, comprobar diariamente la influencia del ct cimiento en el clesenvolvimiento psí­quico. Errores que se cometen en estos pf!­riodos de la vida suelen ser funestos. El médico escolar los evitaría. (Continua rd) ENTRE PARENTESIS La unión del Magi t'erio s indispensabl() para los maestros, es útil para la sociedad, es benéfica para la niñez, es necesaria para la Patria. aso fuera mejor QUE' no se les diera el dictado de 1l,aestros a quienes ese título im­pide reconocer sus deficiencias y someterse al critel"io de los que piensan mejor que ellos. El orgullo es el más grande e:scollo que encuentran los hombres pa1 a cumplir sus deberes colectivos. En la humanidad hay dos clases de in­conformes: los orgullosos sin fundamento y los humildes por virtud. A los primeros to­do les disgusta porque son incapaces de con­cebir algo; a los segundos poco les satis­face porque casi pueden analizarlo t c du. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Nuev os Maestros de la Escuela Normal El día 16 del pasado recibit 1'< n <'1 grado de Maestros de Escuela Superior, conferido por la Escuela Normal entral d • Institutores, Jo. siguientes señores: De izquierda a derecha; sentados: Didacio cgura Luis A. Barrios, Elisio Rodríguez, Oliverio Cuéllar, Miguel Acuña; De pi, : Luis E. Leal, Otoniel Varela, :Miguel Bonay, Antonio .Mesa. Felicitamo a los nuevos maestros y les deseamos opimos resultados en su no­ble cuanto ingrata lnbor. Las a lumn a s del Colegio del Sagrado Corazón se educan también físicamente. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Colegio del Sagrado Corazón De la señorita J.osefina Rodrhtuez , para señoritas y niñas L~ APROBACION ECLESIASTICA DEL COLEGIO Alumnas Mae~tras con un grupo de ir·fantiles Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 210 LA ACCION ESCOLAR IIC111 SECCION LITERARIA ~ICJII LEYENDO ---:o:--- El más dulce cordial del sufrimiento es un libro dte páginas hermosas que aprisione del alma el sentimiento, del estudio las huellas luminosas y los rayos del sol la Historia, sentimos en el alma las grandezas que con sus lauros coronó la Gloria. La frase escrita en extt-anjeros lares traza el perfil de nuevos horizontes, y nos dice de témpanos volares, de agrios abismos en oscuros montes, y hondas tormentaR en revueltos mares . Todo el que observa, en relatar se ufana cuanto en el mundo el hombre ha vroducido en la lucha sin tregua que lo afana. : el esfuterzo del músculo fornido y las victorias de la mente humana. El nos dice con frase conmovida que el cincel retemplado entre los hornos do la llama del Arte está vrendida, deja en el mármol nítidos contornos donde se siente palpitar la vida. La verdad vence al despotismo avaro y a el alma brinda carifioso albergue donde ayer la crueldad encontró amparo: hoy sobre el Circo de Nerón se yergue inmensa Cruz cual luminoso faro. El varón fuerte nos produce asombros al luchar del error con los vestiglos, y cuando saca en sus potentes hombros el monumento que durmió por siglos, de una extinta grandeza en los escombros. Es la lectura un astro que nos guia del vivir escabroso en la pendiente, y a los rayos de luz QUe no.s envfa, se disipan las sombras de la mente y entra en el alma el resplandor del dla. Guarda el libro la sangr del atleta cuyo fértil pensar no halló reposo, del sentimiento la expresión concreta, y un laurel en el canto sonoroso de la vibrante lira del poeta. Ya en oscura tormenta o dulce calma, un libro sabio es verdadero norte, en el mar, brisa; en el desierto, palma; fuerza que impulsa, elástico resorte, avia que nutre el corazón y el .al ma. Por eso el hombrte cuando estudia y piensa, de lo supremo el ideal realiza, y tiene por gloriosa recompensa el triunfo que engrandece y electJ-i za, y que deslumbra con su luz intensa. El Genio guarda la inmot·tal vislumbre que recibió de inaccesible arcano, y al envolverse con su provia lumbre, se transfigura en el cerebro humano cual de un Tabor en la fulgente cumbre. Jo.AQ MALDO. ADO PLATA. ELOGIO DE LA ENVIDIA 1- <> -1 Sefiora de los viles que marchas por el mundo adornando las sienes de todos los protervos, permiteme que llegue a tn mal" sión de infamia y, con mi voz qne nunca supo de tus bajezas, cante de tu reinado las enormes hazañas. Tú pones en los ojos del inocente nifío reflejos donde tiembla !a lumbre mortecina que se entra por las grietas de los sepul­cros fétidos ..... En la boca rosada de la pura doncella, hecha para el arpegio de las palabras dul­ces, tú pones del gusano el mordisco im­placable Que con fruición extrafia se saeta en los cadáveres ..... ! Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. U ACCION ESCOLAR 211 Y el anciano que triste, sólo espera la muerte,-negra niveladora que de todo re· niega,-siente, a tu fiero impulso, que en su pecho renacen anhelos de reptiles nos­tálgicos de cieno! Tu imperio enorme y trágico tiene bases muy sólidas: son cimientos muy hondos que no saben de altura, ni del azul del cie­lo, ni del brillo que irradia por el espa­cio eterno donde la luz domina, pues sólo entre las charcas más infectas has sido dueña de las tinieblas y reina de las som­bras. Tú pones en los rostros un gualda envi­lecido que renace en el linde de emulación salvaje, y en los ojos irradias con luz don­de un ocaso triunfa con negros tintes que de auroras no saben ..... . La Venganza y el Odio-tus absurdos en­gendros- aprestigian tu estirpe, cuyas os­eas legiones salieron vencedoras siempre en todas las gestas que emprendió Ja ruindad por sus sendas oscuras. Tú no sabes de lágrimas ni de tristezas suaves, ni has gustado las mieles del dolor redentoras, que si el llanto a tus ojos al­guna vez asoma, es para convertirse en áci­do infecundo que las mentes corroe y en-venena las almas ..... . Tu risa no es la ris.a. del inocente niño­canto suave y eterno que fluye blandamen­te de una flauta sonora de cristales for mada-ni es tampoco la franca y agrada­ble que emerge del pecho donde tiene el Deber su morada. . . . Que entre tu boca donde instilan baba infecta los hispidos rep- , tiles que entre tu entraña engendras, la negra y espantosa y brutal carcajada, el cubil de la hiena y del chacal anuncia .... Señora de los viles, mentora de canallas! goza de tus conquistas eternamente bajas; reina sobre las charcas de negros corazo­nes donde el Vicio atesora su caudal de tris-tezas ...... ! Pero oye, reina infame, yo que nunca he querido sentirme de tus triunfos ému­lo afortunado; por tu bien te suplico que no intentes tu baba echar sobre nosotros los artistas que en cumbres altísimas cla­vamos, hace ya mucho tiempo, nuestras no­bles banderas, porque una gran vergüen­za habrá de cobijarte,-una rara vergüenza de colores extraños, un pudor que en tu rostro ascua quemante sea-cuando veas Dr. LUJ, AVOU TO CUERVO, precursor de ~nludrtblPS n fonnw; (}/Ir' r·omienz.an u inir·iar.\·t• rn lo .r lriministm<·ión Púl>li('(t . .11 qu<> los nl.(tf'stros hrmos espenl(lo anhelan­tea t•ambién en nur'stro Ramo. En su periu­ao presidf'nCir(il de lo Ar'adcrnia resp '<: tira. se lle-vó a efecto n11Pst ro primer Congreso de Historia. Actzwlnu nte r>s director de la BIBLIOTECA XACIO.J. ~AL, por recientr De­creto dPl .il-Iinisterio de Educación. 11111• "11 :11 !1 11118 ;11 11. :11!1 . 11111. 1llllg llll • . llll . :llll. llll • .lill :lli • illl que sale de entre el limo asfixiante donde vives muriendo, nuestra estirpe gloriosa con las alas más blancas, y la frente más pura, con el triunfo en los labios y en la sien, mil coronas ..... ! C!llióN DiAz QuEVEDO. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 212 LA ACCION ESCOLAR EL CUENTO MENSUAL ~lmu~rzo5 lit~rarios - x-X-x- Llego un poco tarde al hotel. El come­dor reboza de comensales; van en los pos­tres; principian a encenderse cigarrillos. Los personajes son interesantes: uno tie ­ne varias docenas de dientes de oro; tal es el fulgor de su boca .. e ga s ta una sonrisa como la de Barba Azul cuando estaba de buen humor, lo que le acontecía cada vez que moría, de m ue rt r l/Ofll Jl(l,f. alguna de s us mujeres. Otro semi-manteen, pero bastant in ·truf­do. ¡Oh eterna bohemia, bendita seas! Otro de pantalón de fantasía, en el dedo anillo de brillante, ademanes magistrales, voz vrosopopéyica, como complemento de tan bello conjunto, una panza heroica y bol­chevique. ¿Representante, Ministro, Sena­dor? No lo sé. Por lo pronto sé que es al­m orzarior, y que, como tal, no merece tacha. Yo, incógnito, avergonzado de mi exi­güidad, mascullo un saludo: ¡señores!, y "acto seguido", como dicen las actas ram­plonas, me engolfo en mi vlato . de sopa. Pero oigo, tengo que oir, porque no soy so1·do. El tema es interesante, y los verso­najes taro bién . Se habla de los origenes de los ameri<'a­nos. Bonito asunto. ¡Qui n pudiera tomar parte en "l! Pero tengo que contentarme con pasar saliva y. . . . com r pan, porque no tengo anillo con brillante ni pantalones de fantasía. Habla el semi-bohemio: xpone teol'fa , eita autores, a\· entura ~uposiciones, descri­be vaíses. \Vashigton Irwing, Juan Valera, 'rardieu, García Cal el rón; los mayas, los iroque es y hu1·ones , la raza malaya, la nu­nismática, Ja arqueología. pasan por mis oídos omo sonidos múltiples y agradables de una gran caja de mú ica. Termina un pánafo con estas palabras: "Es probabl que el rchipi "lago de las rleutianas ha­cia en un tiempo parte de la tierra firme, y por alli o por lo que hoy es Estrecho de Béring, debió p.asar una parte de los prime ros habitantes de la América". El ambiente está saturado de humo . La temperatura es agradable. Yo estoy dándo-le mate a los p rinci pios ..... El señor ventrudo y majestuoso está de pie . Fuma un exquisito habano. Su acti­tud es digna y triunfal. Me imagino a un Miguel Antonio Caro, n su Cátedra de De­recho Internacional, o al eminente Ramón Y Cajal, cuando espetaba a sus discípulos la sarta interminable de etcéteras. -Putes, sí, dice: o tal vez los aborígenel:i .I>asarían a la América por ' ' 1 Cnnal rif' ,.~uez ..... ! Una sonrisa canina c1·uza por el rostro del bohemio, y se d ja sentir nn silE>ncio angustioso. Yo no sonrío. -'.rraiga café tinto, le ordeno imperio­samente a la maritornes, mientras arrugo el ceño terrible, antropófagamente, omo queriendo tragarme con mi enojo a aquel retabizca espantoso, de gran .anillo en el dedo, de ademanes heroicos y pantalón de !antasia! Y ¿en qué paró el asunto? vreguntarán varios que no distinguen el Canal de uez de la alberca donde lava sus ro.I>as mi &ia Casimira ....... ! C!!:~ ó Di z QUl~ !!:DO. ECOS DE LA PRENSA DE "El · urvo Tiempo" del 17 df' los co­JTicnt s reproducimos el siguiente discur­so cuyo autor. act IWl R ~presentant del Ho­nora7> lc Oonyrcsu Nacional, vi ne en apoyo d ' 11Hll'1W8 r/(' las ObSP/'1'0Cicmes Qllf' Vr?Li­mos hucienrio rn zas col'ltmnas ae nuestro Orgcrno. Ilustrfsimo señor Arzobispo Primado, se­ñor Secretario del mini~terio de educación nacional, señores: Nada tan grato pa1·a mts sentimientos como el apar cer hoy en este lugar y en estas ircunstancias. porquE> todo esto me recuerda los días lleno~ de \" ntura corri­dos aqui, bajo el abrigo d e estos viejos mu­ros, bajo la dirección de sabios y eficaces educadores, con el corazón henchido de en· tusiasmo y con el alma tocada del e nsu...eño de ver un dia transformada mi patria .I>Or Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA. ACCION ESCOLAR 21~ la influencia del educador es una hornaza maravillosa en donde se fundieran los ca­racteres, se templaran las voluntades y se acrisolaran las mentes de las generaciones colombianas. Este anhelo que entonces co­mo hoy prende en mi ánimo, no es sino un sentimiento natural en todo colombiano que ponga sus ojos en el futuro patrio y en ma­nera alguna es patrimonio de un hombre ni de una agrupación. Pero como acontece que en esta época está de moda el tornar­se, sin ejecutorias ni estudio, en reforma­dor de la instrucción pública, en alzar la pica destructora para tratar de hacernos aparecer como el pueblo más ignorante, re­trasado y rutinario, es preciso y hasta opor­tuno que hablemos de nuestro analfabetis­mo, que traigamos al análisis la escuela, colombiana, que dlgamos una palabra de nuestro magisterio para que asi notemo si nuestra instrucción primaria se halla tan postrada que se pueda decir con ver­dad que en esta materia todo está por ha­cer. Ciertamente que el analfabetismo es un mal social que es preciso eliminar, porque todos nuestros conciudadanos deben capa­citarse para gozar de los beneficios de la civilización, aunque es muy cierto qu€' va­le más para la sociedad y para la patl'ia un obrero analfabeto y fiel obser ante d la ley divina que uno instruido pero a quien se ha envenenado la inteligencia y corrompido el corazón. Contra el analfabe­tismo luchan hoy todos los pueblos fundan­do instituciones, acudiendo a la iniciatiya privada, destinando en lo presupuestos in­gentes sumas para su extinción. En Colombia, señores, también se ha lu­chado contra el analfabetismo n forma sa­tisfactoria y ha sido parte importantísima en esa obra el interés de nuestro abnegado clero que desde la época de la conquista sa­ca de las tinieblas de la ignorancia y de la barbarie a nuestros indígenas; que en el curso de la colonia extiende su celo paternal hasta los más apartados confines del terri ­torio, en forma que hace exclamar a don José J oaquln Ortiz: "¿Dónde está la plaza y,a desierta, dónde la serrania áspera, dón­de la inculta sabana que no guarde, o las huellas del viejero de Cristo o la sepultu­ra de un mártir?" Este mismo celo de nuestro clero se con tinúa en la guerra de la independencia en la que los párrocos alternan los oficios de su ministerio con las preocupaciones y aprestos de la revolución y con la instruc­ción de sus feligreses; se acrecienta en la repúblca y se afirma en nuestros dias, has­ta el punto que ha merecido una palabra de justa y franca felicitación del excelen­tísimo señor doctor Olaya Herrera. El Estado colombiano no ha quedado in­diferente ante el problema, ·Sino que siem­pre le ha merecido su atención y sus des­velos, naturalmente que en una forma pro­porcionada a sus capacidades fiscales y eco­nómicas. El porcientaje de nuestro analfa­betismo alcanza hoy a un 48 vor ciento aproximadamente, cifra alta sin duda pero que, comparándola con la de otros paises como Italia, que tiene un 37 por ciento; España con 45.8 por ciento; hile con un 49.7 por ciento; Méjico con un 62 por cien· to y Portugal con un 68.8 por ciento, no tiene p or qué sonrojanws porque algunol" de esos :paises tienen una existencia secular, su territorio tiene alguna mayor d nsidad de población y viven una holgada vida fis cal y económica. En el Uruguay .según 1 informe de 1918 del presidente del cons jo nacional de nse­ñanza, el 61.6 por ciento de los nifios com­: prendidos ntre 6 y J 4 años son analfab - tos. Pero no hay por qué admirarnos ante nuestro analfabetismo si re ordamos 1 he cho alarmante que se comprouó n los Es tactos Unidos en 1917, cuando e realizó In conscripción militar, pues se llegó a la con­clusión de que 700.000 soldados no sabían leer ni escribir. En 1914 el profesot· yanqui Le' í eely, citado por el Hermano (.:r astón Maria en su luminoso estudio sobr le e cuela nortea­mericana, publicó su "History of Educa tion", en la cual afirma que el 28,46 po1· ciento de los niños no e~t án inscritos en los registros escolares y que de los inscritos l 31 por ciento no concurren. egún estos datos, tendrlamos que las dos terceras par­tes de los niños yanquis no recibil'ian nin­guna instrucción El número de escuelas en nuestro país se ha ido aumentando progresiYament . en la medida de las posibilidad s del fü;co. Permitidme, señores, qu al tocar esta ma- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 214 LA .A.CCION ESCOLAR. teria acuda a la estadística, ciencia de la que no debemos prescindir si no queremos que nwestros razonamientos queden sin ba­samentos, como que ella es la expresión de los hechos sociales poj· medio de números. En el año 1882 llahía en la República, según el informe del secretario de Instruc­ción Pública, 1.262 escuelas, a las que asis· tian 71.000 niños, es decir, casf los mismos que hoy asisten en Cundinamarca. En 1891 había 1.843 escuelas que alber­gaban 115.300 alumnos. En la memoria df' Instrucción Pública, publicada en 1904, se afirma que en 1903 fnncionaban 1.554 es­cuelas, con 91.022 alumnos número inferior al de 1891, sin duda por ¡·azón de la guf'· na que acababa de asolat· a la República. En 1920 el número de escuel:l~ subía a la cifr.a de 5.607, es d~ir, caRi se cuadrn­plicaba con ralación a 1891 . La población escolar se eleYaba entonoes a 301.165 asis'­tentes. 6.í30 escuelas y 386.238 ac:;istentes son las cifras que no::; suministran las estadísticas del año de 1928. ~n E>ste mismo año los gastos en la edncación pública ascendieron a $ 15.170.376,88, los que se d istribnyeron asi: Gastos nacional s . Departameütales . Municipales . $ í.-144.906,20 $ 5.221.407,56 $ 2.504.063,12 No puedo ¡·esistir a la tentación de ha· cer un cálculo de los gastos que seria n~ esario sufragar en cnso de que SP rlrcre­tara la obligación para los analf,abetos de 1·ecibi r instrucción. JHl es sería abrir 8.681 escuelas si calculamo necesario en un 4~ por· ciento el porcientaje d<' nue~tro anal­fabetismo, y si dcc1·etamos que a cada es­cuela concurran 50 Alumnos, número dema­siado erecido pam log1 ar la individualiza­ción de la enseñanza, sobre todo si se tie nen en cuenta los consf'jos del Dr. Decro­ly, quien quiere que este número no suba de 20 a 25 alumnos. Los gastos serían poco más o menos los siguientes: $ 17.362.000 para edificios escolares, a $ 2.000 cada uno. $ 4.340.500 para mobiliario y material es­C'olar, a $ 500 por escuela. $ 6.390:310 anuales para sueldos de maes­tros, a $ 60,00, sueldo muy reducido en ver dad. lo qu€ da un total de ~ 28.092.810, que sumados a los quince millones que hoy se gastan, daría una suma de cuarenta y tres millones aproximadamente, es dec~r. una suma casi igual a la que invertir~ la nación en la próxima vigencia. De suerte, pues, señores, que al tratarse de analfabetismo, no hay que hacer a un lado la cuestión fiscal, así como tampoco puede achacarse la responsabilidad de es­te. hecho social a un gobierno, o a una co· lectividad, porque se ocurre en notoria in justicia. Hay que apelar, para remediar es ta dolencia, al patriotismo de todos los co­lombianos; hay que organizar una verda­dera cruzada en la que tendrán la dirección el maestr·o y el sacerdote. Pero aquí llegamos a otro asunto que de­bemos tratar, porque se afirma en todos los tonos que no hay maestros, que el magis­terio colombiano es una vergüenza, que su impreparación es una de l.as causas de nuestro atraso. Cierto es que la mayoría d nuestro~ maestros no tienen titulo; en Santander so­lamente el 17 por ciento son graduados; en Antioquia, un 20 por ciento; en Cundina­marca un 25 por ciento. Pero esto no tiene por qué causarnos sor­presa, porque hay pueblos más civilizados que a pesar de sus esfuerzos no han podi do resolver el problema. El ya (litado Levi Seely, estimaba que el número de maestros y maestras de la Unión ascendía a 540.000, de los cuales só· lo un diez por ciento babia recibido for­mación profesional. Cada año buen núme­ro de maestros abandonan las escuelas y hay que reempLazarlos por otros, pero es el caso que las normales y las universict.a­des no alcanzan a graduar los necesarios, por lo cual, concluia, que el ochenta por ciento dé los maestros noveles eran impro­visados. Ultimamente las estadísticas calcu­lan que hay 700.000 maestros y maestras en la Unión, de los cuales 300.000 son total­mente impreparados; 200.000 no termina­ron estudios secundarios, 30.000 recibieron grado inferior y solamente 170.000 han re­cibido su grado superior. Si pues la mayor parte de nuestros maes­tros no son graduados, también lo es que éstos han progresado en punto a métodos y procedimientos, a pesar de la carencia de elementos necesarios, en forma que puede Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA ACCION ESCOLAR 215 afirmarse que la mayorta de nuestros maes· tros no graduados, no se ha quedado retra­sada en el movimiento educativo moderno. Basta, para comprobar este aserto, el vi­sitar una de nuestras escuelas urbanas pa· ra convencernos de que en la escuela colom­biana están completamente proscritos pro­cedimientos que enantes se usaban y que eran la encarnación de la rutina; en nues· tra escuela ya no entra la letra con san· gre, sino que se procura hacer de ella un lugar de alegria y de regocijo, una conti· ción del hogar en donde si el niño encuen­tra la mano que lo corrige y lo conduce, también halla la voz cariñosa que lo alienta y lo sostiene en la dificil obra de la edu­cación. El memorismo, tan ruda y justa· mente combatido por quines de estos acha· ques entienden, es procedimiento que se ha desechado desde hace tiempos de nuestras aulas para ser reempLazado por una ense­fi. anza activa, basada en la objetividad y en la intuición, que tántos t·ecursos sumi­nisttan a un hábil educador . La individualización de la enseñanza no es una novedad para nuestros educadores, sino que antes por el contrario, es una de las preocupaciones que vivifican y hacen fecunda su obra patriótica de la duca.ción del pueblo; para ellos es el niño un verda­dero microcosmos, en d0nde todas las ma· ravillas de la naturaleza tienen s u asiento y a donde e s preciso penetrar con la plan ta descalza y la reverencia en la frente , co­mo lo hiciera Moisés al acercarse a la zar­za ardiente del Horeb . Encuentran ellos que lo principal para realizar la obra educativa es el conocimien­to de la personalidad del niño, antaño tan desconocida, hoy tan investigada ; de la que se prescindía ayer por completo, y que en el presente forma la base de la educación, como que se sigue el aforismo de que el nifio lleva la escueLa dentro de sí mismo. No son extrañas a nuestros educadores las teorías de los modernos pedagogos, si biten ellas tienen su critica al ser aplicadas en nuestras escuelas, y con muy buen acuerd9, señores, porque yo también pien­so con el gran educador, lumbrera de la España contemporánea, Virgilio Hueso, que no basta decir pomposa mente escuelas nue· vas; es necesario hacl3r un esfuerzo de re­flexión y de critica ante~ de aceptar o re-chazar las cosas de Chaperéde, Ferriére, Decroly, la Montessori o Kerschenstiener. Las teorías pedagógicas d~eben revaluarse antes de llevarlas al terreno de la práctica y deben adaptarse con inteligencia a nues­tro medio, so pena de c~.minar hacia el fra­caso. Hay que tener en cuenta que se es edu­cador de un pueblo esencialmente católi­co; de un pueblo cuya principal industria es el cultivo de la tierra. Y si por ahora ea­recemos del material pedagógico necesario para aplicar sistemas que serían aconseja­bles, no hay que perder de vista que son filones de los cuales podemos explotar lo que tienen de metal precioso . Esa · corriente que ha tomado cuerpo en­tre los educadores colombianos de ensefíar al niño la agricultura. de hacerle amar el surco que él mismo trabaja con sus manos débiles todav ía, y al cual dedica los má sabrosos ratos escolares, y en el que tam­bién siembra infantiles esperanzas, merece el aplauso de todo el que rinda culto al patriotismo. Ved, pues, señores, cómo la instrucción pública avanza con la misma rapidez o len­titud con que oo mueve nuestra economía nacional; allí se alza el suntuoso edificio que indica que se vive una etapa de pro­greso, y a su lado t ambi én s e leYanta la escuela llena de luz y de aire, imagen deJ saber y la alegria que fluye de sus aulas; por nuestras montañas y valles se tienden paralelas de acero qu~ van a sacar regio­nes enteras rte su sueño milenario y tam­bién se trazan paralelas de luz en los ce­rebros infantiles; se reunen, ávidos de lu ­cro los consocios mercantiles, para t ratar de multiplicar sus capitales, y los educado­res colombianos también se congregan en asambleas pedagógicas para ver de conser· var y acrecentar el capital humano que la patria en buena hora les confió a su saber, a sus cuidados; el puente de acero junta en un abrazo de progreso regiones separa­das antes por el rio del aislamiento, y nuestros maestros s asocian, y los alum· nos de nuestras escuelas toman el bastón de excursionista y van a conocer ciudades y comarcas en donde viven niños que con ellos sienten, piensan y anhelan; escúcha­se este ajetreo de la vida moderna, llena de zozobras, de movilidad y de inquietud, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 216 LA ACCION ESCOLAR y la actividad penetra en la escuela; es oel mismo niño quien nutre su inteligencia con su esfuerzo y el veloz impulso de su curiosidad y de su propia investigación; es el mismo niño quien, acudiendo a su refle­xión sobre sus actos y a la comparación de su conducta con el Supremo Ideal d Belleza, echa los cimientos de su persona­lidad moral y su conciencia; es el mismo niño quien reclama la necesida~ de su edu­cación física, necesidad que ha penetrado ya por todos los rincones del territorio patrio. Notad, ¡ntPS. cóm-o la instrucción ¡nibli­ca no se enc1tentra P-n r>l cstado de postra­ción en q1te nos la mur>stran quienes no esgrirnen ot1·a arma qur> ln del 'l.:c rl)'([lismo. ni otra razón q 'u la m¡al tNulucid enc11Pnt1~an en extrai1os mdo1·es sin que se hayan tonwdo el trabajo de visii'ar 'ltna es· cuela colo?nbiana. Ved, finalmente, señores, cómo surge la 11c>crsidad ([ que> r> l 11/ •agi ·trrio colo m bia­no se o1·ga.nice con la 1nente puesta en ,az­tos pens.antirntos de cult'nro para formar la armada del progreso, ávida de luces, ple­tórica de abnegación y sacrificio, pero tam­bién presta a defender sus fueros y dere­chos, su reputación y buen nombre, que na conquistado, no con vana palabrería, sino consumiendo sus mejores años en aulas es­colares- nueva hostia inmolada en el altar del patriotismo,-y esparciendo la simiente del bien, a imitación del Divino Sembra­dor, de que nos habla la parábola incom­parable de la Escritura. DE NUESTRA CORRESPONDENCIA Fresno, octubre 30 de 1930. Señor Presidente de la "Asociación de Maes­tros y Profesores de Colombia" .-Bogotá. Estimadísimo colega y amigo· Intencianalment demoJ'é la r Rpuesta de su amable epístola de fecha 15 del pasad agosto, porque me hice el cargo de que no debía hacerlo sin r mesar alguna suma a esa Entidad, ya que si no se pagan la. cuotas reglamenarias no es posible gozar d los beneficios ele la A~ociación. Hubiera qu l'ido darme el placer de enYiar una cuo­ta considerable, apenas se me hizo el honor de contárseme como miembro del Sindica­to que preside usted con lujo d'3 acierto; pero ¡cuán difícil es para un educador cumplir sus mejores deseos! Usted que es Maestro, plPde imaginarse las angustias que estaremos pasando sus colegas de esta sección del país, si le cuento que desde el principio del año se vienen pagando los sueldos con un retardo desconcertante, no obstante q.ue la Asamblea los rebajó para normalizar los pagos. Mientras esto no su­ceda, seremos víctimas de agiotistas desal­mados, quienes además de descontar el 10 por ciento del valor de la nómina, sólo la cubren por pequeños contados. Ahora sí que podemos parangonar nuestro haber con el de los abnegados hijos del Serafín de Asis. Cada dia veo más de bulto el beneficio que esa Entidad hace a los maestros, as! como la necesidad que éstos tienen de in­gresar a ella a la mayor brevedad. Yo siem­pre he creido que mientras los maestros no busquen una cohesión firme y estable, no lograrán hacerse sentir a!lte la incom­prensión del medio y menos aún hacer pri­mar en las esferas gubernamentales la fu rza del derecho sobre el derecho de la fuerza. Cuán insensatos, para decir lo me· nos, son aquellos colegas que miran con malos ojos la feliz iniciativa del insigne Profesor Lleras! Temiendo hacerme difuso ante usted, quiero llamar su atención acerca de la ma­nera como el Tolima recompensa a los que gastan sus energías fisicas y morales en "la dulce ingratitud de enseñar": Para que un maestro pueda gozar de su pensión vitalicia de medio sueldo, necesita haber servido lo menos veinte años en el Depar­tamento y tener la kilométrica edad de 55 abriles largos de talle! yo que he servido ya 14 años, y tengo 36 de edad, me descon­suelo cuando pienso en una jubilación tan remota. Ofrecerle a un educador una pe­queña recompensa en una edad en que ya han muerto todas las ilusiones, es un sar- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA ACCION .ESCOLAR 217 casmo que equiYale a prometer una limos­na para la hora de la muerte. ¿Qué opi­na usted de esa manera ele c>stimular a quien tanto se le e"·ig<:>'' Para confirmar mi aserto antel'ior, le re­mito el decreto que reglamenta la última Ordenanza sobre jubilación, ot·denatua con que quisieron mostrarse muy largos con los maestros, los hono1:ables diputados de la Asamblea qu clausm·ó en el año que corre. Huelga significarle que estoy altamente agradecido a la Asociación por el honor que me ha concedido contándPme •.:mtre sus miembros, y a usted pnr los conceptos en­comiásticos con que me abruma en la co municación que ha daclo piP a las presentes líneas. Mientras tengo el gm~lo d ''er nuevamen­te letra suya, reciba la e.·prcsión de mis mejores deseos pot su cumplido bienestar, Bcrnunl() .l,Tíni<'uas. t llll, .llll 11111.1111, lllll.lll.'.lllli.lllll.lllll.lllll.lllll.lllí:.lllll.lllll.llllll A NUESTRO COLEGA Señor Virgilio Ospina R. .. ltuclrid .-Con placer le manirestamos que ya :u nombre aprestigia nuestra Asociación. Su diserta­ción histórica la publicamos en nuestra pa­sada edición. .'cliora foJster ". rlt• .llelo. Hemos inscrito ~u nombr nlre los de nuestros socios. R cibimos el dinero mwia­do, y se le euviat·á la R .vi:ta. Sr. B. A .-Fresno .-Nuevamente agra· clecemos a usted su gran interés por nues­tra obra patriótica. eñora A . B. de J.- 'áchica. -Recibi· mos su amable carta. Enterados de sus buenos deseos, cumplirémoslos con gusto. El 1nae.tro 1 e: ·upla qnP clP. pnrs el haber ·e pue. 'to en <:ontaeto ('011 la: cla­: e. n1ás baja. de la sociedad, y dP ha­bel · tenido la oportunidad le .'Ondear el tenebro:o abisnw e­llón Nacional. A poca distancia de la población de Sá­chica, punto de partida, se hallan las ha­ciendas del ··olivar" y "Sopotá", cubiertas de frondosos e imponentes olivares que traen el recuerdo de aquel hue1·to sagrado , donde el Divino Maestro hizo su árande y dolorosa oración. A las 10 pasa!llos por las ruinas del tem­plo de "Monquira". donde fue bautizado el General Juan José Neira, (cuya partida de bautismo se encuentra n los libros pano­quiales del municipio de Gachantivá). En todo ese lugar que en época · remotas era una población, hoy ·on pesar se contem­plan escombros que tal Yez ocultan en su fondo las riquezas que los indios enterraban y que muchas \'ece. éstos se sepultaban con ellas; algunas han sido descubiertas. Un poco al oriente, al otro lado del rio, encuentran los escombros de pilares que la tradición indígena asegura fueron los fundam ntos de un templo qu los antigu s aborigenes levantaron a sn~> dioses. Una ho­ra después alcanzamos a divisar una vetus­ta casa y acercándonos a ella hallamos a una anciana que al interrogarla nos dijo que cerca a esa casa-decian- hubo un oratorio y que todo ese lugar lo llama· ban "Ricaurte"; apenas del oratorio que­dan pedazos de paredes. Un poco más adelante pasamos por la ca­sa donde nació el General Juan José Nei· ra; alli hay una placa de mármol commemo rativa, que la municipalidad de Leiva colo· có solemnemente en el centenario de la muerte de Nariño. Después de haber cami­nado un buen trayecto, comenzamos a atra­vesar un sendero pedregoso, estrecho, don­de no se contempla más que cimientos de piedras, cubiertas de espinas, chamizos, lle­nos de barbas grises, y grandes pencales. ¡Oh, qué aspecto tan triste y lóbrego! Por ese camino llegamos al Valle, que viéndo­lo de cerca, no es más sino un valle de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • 1 218 LA ACCION ESCOLAR piedras, piedras estas majestuosas que os­tentan su musgo gris, verdes y pintorescos helechos que en partes semejan copos (le grisosas nubes. Al rededor de estas piedras está el colonial convento de Santo Ecce Ho­rno, encerrado por grandes murallas, que por su aspecto, son las de otro Jerusalén. Al llegar aqui, tanto el P. Guillermo Pi­neda, como el P. Cayetano Rojas, nos pro­digaron múlteples atenciones y nos alher­garon en la casa de hospedería que fun­daron en 1924. Sea esta la ocasión de pre­sentar a los mencionados PP. nuestro pro­fundo agradecimiento por sus generosida· des. Después de almorzar, los PP. nos pasea­ron por el templo y el convento. La fa ­chada del templo es muy particular pOI' sus grabados. Entramos y fuimos agrada­blemente sorprendidos por un Sagrario Ex­positor hermosísimo que está en el altar mayor; tanto éste como la cruz que ador­na la cúpula del púlpito, son de riquísimo valor por su antigüedad y el brillo de sn dorado. Adornan los muros cuadros del si­glo XVI y XVII; tres nos llamaron eRpe­cialmente la atención: uno de Santo Do­mingo de Guzmán, y dos que representan los misterios de la Flagelación y Corona­ción, por la naturaleza y vivacidad de !?\lfl colores. En el coro, admiramos un bello crucifijo del siglo XVI; un breviario del año 1754; en él rezan algunos padres, los Oficios divinos, en memoria de sus antiguos hermanos. En una tabla de madera coral del siglo XVI, hay la Riguiente inscripción : HIC EST CHORUS. Entramos en seguida al convento. En la porteria hay esta inscripción en una placa de piedra: Funct.aron este convento los PP. Dominironos, a 13 de mm·zo de 1620, en es­tancia cedida al objeto por Juan D. Ma1¡0r· {ICL, enconmende1·o de Sorcotá y M oniqui1·á. Fundó este convento el Padre Fr. Fran­cisco de León, español; uno de los prime­ros superiores que hubo fue el P. Fr. Fran­cisco de Garfias, también español. A este convento se le puede dar el verdadero nom­bre de CLAUSTRO, porque reune todas las condiciones que el P. Lacordaire definia asi: "Un claustro es un patio rodeado de un pórtico; en el centro del patio debe ha­ber, (según las antiguas tradiciones), un pozo de agua, simbolo de aquella otra agua manantial que vuelve a brotar en la vida eterna". Las arquerías están basadas en famosos monolitos; la dura mano del tiem­po, que todo lo arruiJ!.a y deteriora, derribó una pa1te de esa bella arquería; los PP. consen-an la esperanza de que en no leja­no día haya una mano bienhechora que la levante, como hicieron tan generosamente el distinguido caballero señor Teodolindo Rodríguez y su virtuosa hermana la seño· rita Luisa, con otra parte de arquería que se habia caido. Las celdas que habitaron los PP. que ya d~saparecieron, están en completa ruina. En el mismo convento, en un salón entablado amplio y bien decorado, funciona una escuela con 25 niños, que el P. Pineda ha fundado cumpliendo asi con la bella obra de misericordia: "Enseñar al que no sabe"; con la sublime --misión del magisterio que allí se ha impuesto, se pro­porciona una distracción en aquellos para­jes solitarios. Después entramos al huerto; tiene una inmensa alameda en forma d cruz, en la que se encuentra variedad de árboles sil­vestres, frutales, e infinidad de mata::; dP rosa muy finas y delicadas. Nos llamó la atención un frondoso guamo que hay en uno de los brazos de la cruz, que tiene la forma de un paraguas ; su sombra ha ser· vido como lugar de oración a muchos Pa­dres que llegan allí en busca de descanso para sus cerebros. Este pintoresco huerto encierra el mérito de haber sido plantado por el P. Cayetano Rojas, honra y gloria de la comunidad dominicana, que síempr0 se ha mostrado solicito por la reforma y conservación del convento. El interés de este santo religioso, es la columna de sostf'­nimiento que ha impedido la destrucción total de esta preciosa reliquia histórico-co­lonial. En este convento, nos dijeron, exis­tió un noviciado en tiempo de Mosquera; boy, al hacerle algunas reparaciones al ed i· !icio como lo desean los PP. Pineda y Rojas. bien podria funcionar ahí el novi­ciado, ya que el lugar por su tranquilidad, su soledad, su silencio, convida al estudio y a la contemplación de lo divino. Este claustro sirvió de preparación, en épocas lejanas, a los misioneros, donde hacian ri­gurosa penitencia y disciplina. También era el lugar santo de los padres ancianos que encanecidos por los años, venian alll Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA ACCION ESCOLAR 219 a preparar tranquilamente sus almas para luego buscar el reposo que sólo en la tum­ba lo hallaron. Se pu ede decir que estos ve nerables ancianos pasaron de una tum ­ba a otra tumba. En el Camposanto, situa ­do en el mismo convento, se guardan sus restos mortales, que lejos de tener flores que los perfumen, tienen tostada y triste hierba. Salimos de ese santuario de recuerdos, que siempre ha sido propiedad de los do­minicano , y nos dirigimos a una gran pie­dra que hay cerca, desde donde se divisa Leiva y esta población de Sáchica; la vis­ta que presenta es muy e. tensa. Ana 13. ele Júnénez -JI arco .rt . J, los pobr~s pequeñuelos des, mparados, quie· nes reciben gratuitament . pan, techo, abri ­go, y una sana y verdadera educación. ar­monizada con el dulce anlo clel trabajo , ya en artes, o bien abri ndo los surcos en la madr tin·a para . ·traer de ella el ali­mento cotidiano. Su e.·tensión es de diez y seis fanegadas, convenientemente determinadas para los distintos fines. El plantel está construido según las nuevas normas de la Pedagogía y de las sanas y sabias reglas de la higie­ne. Cuenta él con parques artísticamente demarcados; distintas y pequeñas parcelas de horticultura y campo de deportes; am­plios e higiénicos salones para dormitorios; clinica, enfermería, peluquería y baños, to­dos ellos debidamente embaldosinados; am· plios comedores; biblioteca, salón de actos, talleres de mecánica, 1atoneria y carpinte­rla. En el centro, sobresale la construcción de un hermoso templo, morada del Altisi-los, a rendirle y tributarle el hnrnenaj y los actos que le son debidos, ·a en las lloras matutinas, ora en las tardes cl·e¡ms­culares. La formación militar, disciplina, orden y pe1 fección con que manejan las armas aquellos tl•escientos soldaditos ad­miran y s01·prenden ciertament a st. ,.¡_ si tan tes. Planteles como aqu l, el herían .·e!' todos, los llamados a formar le s nHe,·as generaciones, los buenos y laborioso~~ cwda­danos del mañana. Sin grandes ni co ·tosos planos y fachadas, podría el gobie no dar nueva, benéfica y eficaz o1·i nta ióñ a la importante y trascendental fo1 maC'i í u de1 alma nacional, como muy bien Jo manifes tó no ha muchos dias, nuestro actual mi­nistro de educación, . en una sabia y P" trióti­ca circular a los seño1·es director s de cln cación departamental. ·Con cuánto anhelo ,-erdadero entu-siasmo, no deseamos los educaclo1·e·. de la juventud, ,contar con planteles como aqn 1, libres de todo aire malsano qne into"'-ica n las ciudades populares, no solo 1 c:urerpo sino principalmente el alma. (1) Dignos de 'e t· dadero encomio y a reedores a la más re­conocida gratitud, uon los fundaclnres y acrecenta lores de aquoel benéfico plant 1, por cuyo progreso y eng¡·andecimeinto, fo1 - mulamos nuestros má ren·ientes voto .. (1) . El ostenimiento de dicho plantel está a cargo de ln .Junta d B nefi<' ncia de Cundinamarca, enlre cuyos miE>mbroR, merecen citarse especialmente, l ya e . · tin­to pero de imperecedera memoria, sñor Ra­món Pedreros, y el actual indico seño1· Luis de Brigard, ilustre y benémerito ciu­dadano. Cinco verdaderos maestros A continuación publicamos la petición qu hacen los maestros de esquilé, para que los inscribamos entre nuestros socios. Nada más satisfactorio para nuestra Aso­cioción que el ingreso de tan distinguidos maestros a la falange de los que, preocupa­dos verdaderamente por los problemas tras­cendentales de la escuela, aspiramos a ver Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA ACCION ESCOLAR a Colombia como la sofió nuestro Liberta­~ or: grande, gloriosa y verdaderamente li­bre. H oy cinco, mañana diez, uespués por cen­tenares; no cejaremos hasta no ve1· aso­ciados a todos los que verdaderamente en­tienden lo que significa el apostolado de la educación. Cuando todos los buenos maestros estén unidos, los disociadores y enemigos del bien colectivo serán tan pocos. que tendrán que huir de las aulas tantas veces profanadas. Bienvenidos sean los maestros- de Se. quilé. La petición dice así: " eñores Presidente y Secretario de la Aso­ciación de Maestros y Profesores Católi­cos. -Bogotá. Muy atentamente solicitamos de esa Cor­vot ·ación, nos considere como socios para lo cual estamos dispuestos a llenar lo: re quisitos que sE> nos exijan. Esperamos que . ea acogida ue favorable nuestra petición. nos mos afectísimos ss., ss., manera suscribi- Demetl'io .lfrtria Tejacla .• lnlf 'l'crc ·o Ca1'­dia, .María Inés Durán Vásqucz. Adelu .tcos­ta G., Sara María Roclrí!J1t( ';:: r. Sesquilé, no' iembre 20 d<' 10:?0". Canjes "La 1 oz df~l 11utnst,•rio'' ót•gano de Jos directores de las escuelas Ht·banas d '·aro­nes, de Chiquinquil·á . HaC'e tre~ años que se edita y ha librado nobles batallas en pro de la educación. Lo dirige a ·tualment el señor Luis Gonzálo Vargas y son ¡·ectacto­res los señores José María Páez y Arcadio Benitez. En el número 45, último que re­cibimos, leímos con mucho interés la con­elusión de una conferencia dictada por el señor Julio César Aponte, y otros artículos de importancia. Deseamos que siga cose­chando muchos triunfos el ilustre colega. Graduados y no ..... Dice "La Voz del Magisterio", de Chiquin­quirá: "Ine .. -plicable nos parece por par­te de la provincia de Sugamuxi .el que los maestros no hayan tenido en cuenta al ha-cer la elección para representante al Cen­tro, que tal designación debía recaer sobre un maestro graduado; este proceder pare­ce poco acorde con las actuales tendencias del magisterio que trata de depurarse y clesconocer todo elemento extraño." No es que pretendamos iniciar polémica con tan culto y apreciable colega, ni tampo­co queremos que nos den el titulo de en­trometidos, pero como se esboza en el an­terior suelto una tesis que va contra la ló­gica y la justicia, nosotros. empapados 'en las mismas tendencias del noble y ejempla1· magisterio boyacense, quisiéramos que se hubiera dicho que sente año. G.raUaima. imp1·esión experim n al la. inteligente y acertada organiza· ción del tel y la incomparable obra educativa que en ~~ ~ realiza. AlU se acostumbra a ra niña al traba.io que redime y engrandece, y se le comun1· ca habilidad y destreza a la mano que crea · se forma en las niñas el buen gus­to, el amor al arte, a la elegancia, al aseo y al orden; se enriquece su inteligencia con los conocimientos que le son indispen­sables, y se embellece su corazón con la prActica de las virtudes cristianas; se le infunden sentimientos delicados y nobles Y modales distin~idos al mismo tiempo que se le abren nuevos horizontes para que pueda ganarse la vida con honradez y dig­nidad. Con derroche de acierto y de gracia esta­ban arreglados los salones del establecí-miento; arte y belleza encontramos >en lo~ trabajos de bordado, de frutas y de flores; no podemos callar los nombres de las se­ñoritas Adela Cuéllar y Alicia Márquez, sus bordados son de gran valor y llaman la atención por la delicadeza y acertada combinación de los colores; reconocemos que las profesoras señorita Dolores T 'llez y señora Margarita de Reyes son Yerdade­ras artistas. El salón de modistería, a car­go de las proresoras señoras Dolores d . alas y María Luisa de Camacho, presentó un variado surtido de ropa para señora, confeccionada con tanto esmero, ·que es in­creíble el adelanto de las niñas. Los trabajos de sastrería, di rígido por (! ) señor Marco A. Lozano, los de guarnición, por la señora Agueda de Prieto, y los de sombreros, por la señora Concepción de Gal­vis, merecen todo elogio, lo mismo que el decorado de la señorita Ana Luisa González. Las niñas aprenden además, Telegrafía, Mecanografia y Taquigrafía. Calurosamente felicitamos a la señorita Directora, por la buena dirección del Plan­tel, por el adelanto de las niñas, y por el incomparable bien que pr sta a la socie­dad. Quisiéramo;:; que visitaran ese sta­blecimiento todos aquellos p dagogos que tanto hablan de reformas educacionistas sin tomarse el trabajo d 'isitar siquier·a una primaria; el Gobierno en , ·ez d" pensar en la creación de Jardin de In-fancia, cuyo establecimiento puede aplazars para mejores dias, haría una obra más be· néfica, creando es u las de trabajo, pues favorecería más la buena educación del p ue ­blo; el bienestar de la sociedad, la ind s ­tria del paí y la riqueza nacional. OUADOR DE HONOR DEL T LLER MUNICIPAL NUMERO 2 Aura Ariza Muñoz, Isabel Reina, Concep­ción Gutiérrez, Leonor Flórez, Regina Mlll·­cia, Ana Julia Castro, Hedilberta Martín z, Cecilia Parra. Directora, María Rosario Lezaca. AGRADECIMIENTO La "Asociación de Maestros y Profesores de Colombia" presenta la más rendidas Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA ACCION ESCOLAR ~23 gracias al Reverendo Hermano Gastón por el incomparable servicio que ha prestado al magisterio bogotano; su sabiduría, su ab­negación, y ese cúmulo de virtudes que lo adornan, han captado el cariño, la gratitud, el respeto y la estimación de todos los maes­tros. En el año próximo, oir-emos nuevamente su voz autorizada sobre el mismo estudio de Antropometría, sobre E cuela Nueva, y sobre enseñanza actüal en los países más cultos. Reciba, pues, el Hermano Gastón, nuestra sincera prueba de gratitud; nosotros siem­pre lo consideramos como uno de los mejo­res servidores de Colombia, y la Asociación se enorgull-ece de llamarlo u maestro. Simón Bolívar ( ontinua ión) . imoncito cumplía apena n u e\' años, euando por segunda Yez quiso la imperdo­nable parca cortar con . n de piadada gua­daña la xistencia al único ser qu silTie­ra d amparo de consuelo al altiYo, pero sencillo y g .n ¡·oso niño. Qu dó huérfano d madr . Hasta la dad de clieciReig años . tun> ba­jo la tutela de us tío • . En su arácter ha­bían influido mucho ]Oi,': p . ares , y las sa­bias y prudentes en. ñam~as el sns maes­tros y parientes. u figu1 a e1 a la el un jo­ven d•e pr s ncia imponente, de fino. y cul­tos modales, chispeant e ingenioso y >e spe­cialmente cortés y amable con el bello se¿o. Prefería el baile a ualquier otra disYer­sión, distinguíase en éste deporte por la ele­gancia y bu n gusto, el que comunicaba fá­cilmente a los que depa rtian con él. Por la nobleza de su linaje, fue admitido n el ejército del Rey, con el grado de al­férez, Deseando sus parientes que siguiera al ­guna carrera y completara su educación fue tenviado a España, a fin de que allí eligie­ra lo que mejor le agradara, pues mostraba vocación para las leyes y para las armas. Salió de la Guaira, puerto vene~olano en el océano Atlántico, el 17 de enero de 1799. El buque atracó en el puerto de Veracruz, ciudad perteneciente a la República de Mé­jico. Sabedor el joven Simón de que el bu­que demoraría: allí algunos días, resolvió ir a la capital de la república. El Virrey de aquel país tuvo conoci­miento de la llegada de tan distinguido huésped, deseando conocerle personalmente, le invitó a palacio. La conversación fácil y elocuente del jo­ven Bolh-ar fascinaba al Virrey. Aquel ha­ciendo alarde de su autoridad, y querien­do provocar a imón para que. aplaudiera la actitud del Rey, le habló de lo muy esti­mado que .era en América. - " eñor Virrey-replicó el joven,-Amé­J" ica no ama al Rey, y, por el contrario, quiere ser independiente" . Aquella ente1'16za de ca1·ácl r nojó al Vi­rrey, quien con acritud reprendió a imón. y dispuso que inmediatamente abandonara a Méjico y siguiera a España. imón volvió a el'acruz para tomar el barco, pero antes de partir escribió a su tío, y en frases respetuosas, pero categóri­ca dio a conocer el e>stado dte su e píl'itn y lo ocurrido durante su p rmanencia en la capital mejicana. nte d abandonar 1 tenitorio azt ca, visitó imón las ciudades de Puebla y Ja­lapa. Conoció luego la capital de la RJepú­blica de Cuba, por ntonces colonia spa ­ñola; poco d spu ·s imón se hallaba en la capital d 1 Reino de España. En .Madrid lo recibió su tío Est bau, (lUien l!izo que el joven mpezara los estudios d cler cho y matemáticas, sin dejar de perte­necer el ejército del Rey. Dtesafortunada­mente, bien pronto pudo darse cuenta el tío de que su sobrino era, además de des­aplicado muy aficionado al juego. Una tarde, mientras paseaba a cab-allo en la ciudad de Madrid, la policía quiso regis­trarle con el pretexto de saber si llevaba diamantes n otros objetos de valor. Bolívar desenvainó su sspada y aprestándose como el combatiente que debia serlo después, di­jo a los guardias: "Antes que dejarme re­gistrar, perecerá el primero que se atreva a tocarme". Nadie se resolvió a tocarle y el joven continuó su paseo. r. ,'. Reiu.rt. (Continuará) Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA ACCION E COLAR LOS PLANES ETC ????'? Un "conductor autorizado" del chisme sus­picaz ha U.evado a El Espectarl'H una Cir­cular que di7. que excita a los párro os a un movimiento se t-ario. Y agrega el afortunado Zoilo, ílesde l de­pósito de su mercancía moral carcomida muchas veces por el gorgojo del· fracaso, que "un grupo d'e maestros del Departamento''. autor de la circular, "paPece contar para sus PLANES con un órgano de publicidad." "El plan diYino lle la· Edades", "el plan ele n1arzo" y "el plan comunista" le queda­ron cortos al afortunado sabueso que des­cubrió los plrtncs de la "A ociación de Maestros". Esos planes pondrán en cono i­miento del público que hay suj tos que no pueden tolerar qne los maestros se a. ocioen porque en tal disposición constituyen un:~ verdadera amenaza pa1a ciertos equilibris­tas de la instcucción pública qne no po­drán hacet· de las uyas mient1·ac:; e. ist~ un grupo de ma ~tt'O.· que les griten el "¡alto! ¿,quien 'i\ ?" ewmclo lcYanten la ¡·ed so­l) l'e las primicias clel río re,·uelto. Pet·o como !' posihlt que el "autorizado conductor" el uspicacias no se ha ··att·e· vido", acaso por no Cl' crse tnuy "ignot·ante", a revelar al cjecntiYo ele Cundinam, rc·a la e;-isten ia d 1 órgano :->tigación" diciendo que no es que ··par c:e contar" 1 i\Iagist rio con llll órgano ele puhl ieiclad si­no qu en realidad cuenta c:on LA ACC:I01 ~ g COL R mu·a denunciar todo~ f()s Jlf•lllr'.' de l( s ,onemi,oo; de los maestros, yn Rean E>! lo. los p1 of sionales el • la el ir ·nrdia, ya los émulos que t.1nt~ s 'ecc>s han sa Jnr ado el ama1 go pan dP. la d nota. Hacer insinuaciones \ eladas ont ra la "po­lítica" siempre limpia de L AC ION E. - COLAR, es solicitar con ahinco el d spre­cio público sin derecho a i.nd mni~ación, porque la labo1· ele nuestra r vista uo es d aquellas que pu den dis~ut irse entre coni­l1oR de c01nadres, mas o meno entr nadas en los ¡·itos de la hortaliza. uestra labot·, nuestras tendencias, nuestras palabras e puNlen examinar ::~ pleno sol, en lugar s ale­jados de la jurisdicción de la jun a de Hi­giene ... Pero en estos menesteres de los que se llan amparado a la sombra de la inna­t. t aballerosidad de Luis Cano y Enrique Santos para dispararnos fogonazos de pól-ora humedecida muchas veces, nos produ­ce una hilaridad, sincera y desbord'ante, la bufa seriedad conque se pide a los señores Gobernador y Director de Educación que "se inflija a los respon ables la sanción a que son acreedores"! Qué dicha no sintieran nuestros modes­tos catones si rompiéramos lanzas contra los doctores 'amper ordo y Borda Roldán!

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La Acción Escolar: órgano de los maestros - N. 7

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Podcast: "Rock al parque: las bandas"

Por: Red Distrital de Bibliotecas Públicas. BibloRed (Bogotá. CO) | Fecha: 2019

Podcast que presenta testimonios del público asistente al ciclo de charlas "Libertad Sublime" realizadas en las Bibliotecas Públicas de BibloRed. Dan cuenta de las bandas y artistas que participaron en el Festival Rock al Parque en voces de sus propios integrantes: Piyo Jaramillo de Compañía Ilimitada habla de los inicios de la banda y de los riesgos económicos que corrían. Por Darkness, Óscar Orjuela menciona una anécdota sobre un concierto que tenían programado en día de juego de la selección de fútbol de Colombia, donde, contrario a lo que pensaban, tuvieron un gran número de asistentes. Pablo Tedeshi cuenta que el primer concierto en vivo de Pasaporte fue el "Concierto de conciertos, Bogotá en armonia" (1988) ante 70.000 espectadores. Rodrigo Mancera de Morfonia recuerda el proceso de grabación del primer álbum de la banda (En Vivo). Finalmente, un espectador narra la experiencia de su primer concierto de rock, viendo a Kraken en la Medio Torta y sintiéndose parte de esa cultura.
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