Por:
Andrea Rico
|
Fecha:
28/06/2022
Temporada Nacional de Conciertos Banco de la República 2022
Foto: Vincent Arbelet
MÚSICA ANTIGUA PARA NUESTRO TIEMPO
CONCERTO DI MARGHERITA
(Suiza)
música antigua
Domingo 10 de julio de 2022 · 11:00 a.m.
Bogotá, Sala de Conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango
PULEP: VQQ205
Lunes 11 de julio de 2022 · 6:30 p.m.
Valledupar, Auditorio de la Biblioteca Rafael Carrillo Lúquez
PULEP: GJR106
Martes 12 de julio de 2022 · 6:30 p.m.
Riohacha, Biblioteca Virtual Héctor Salah Zuleta
PULEP: FLG406
TOME NOTA
Los conciertos iniciarán exactamente a la hora indicada en los avisos de prensa y en
el programa de mano. Llegar con media hora de antelación le permitirá ingresar al
concierto con tranquilidad y disfrutarlo en su totalidad.
Si al momento de llegar al concierto este ya ha iniciado, el personal del auditorio
le indicará el momento adecuado para ingresar a la sala de acuerdo con las
recomendaciones dadas por los artistas que están en escena. Tenga en cuenta que
en algunos conciertos, debido al programa y a los requerimientos de los artistas, no
estará permitido el ingreso a la sala una vez el concierto haya iniciado.
Agradecemos se abstenga de consumir comidas y bebidas, o fumar durante el
concierto con el fin de garantizar un ambiente adecuado tanto para el público como
para los artistas.
Un ambiente silencioso es propicio para disfrutar la música. Durante el transcurso
del concierto, por favor mantenga apagados sus equipos electrónicos, incluyendo
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Por respeto a los derechos de autor de los compositores e intérpretes, no está
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SÍGANOS EN
Sala de Conciertos @Banrepcultural Banrepcultural Banrepcultural
Luis Ángel Arango
1
ACERCA DEL ENSAMBLE
Concerto di Margherita, música antigua
Revivir la práctica histórica del canto
autoacompañado mediante un vibrante
gesto colectivo es el objetivo que motiva a
Concerto di Margherita. El ensamble nació
en Basilea (Suiza) en 2014, a partir del
encuentro entre Francesca Benetti, Tanja
Vogrin, Giovanna Baviera, Rui Stähelin y
Ricardo Leitão Pedro durante sus estudios
en la Schola Cantorum Basiliensis.
El conjunto centra su investigación en
el repertorio de madrigales italianos con
el objetivo de revivir el ambiente musical
de la corte Este de Ferrara de finales de
los siglos xvi y xvii, cuyo protagonista
indiscutible, el concerto delle dame, era
una auténtica fuente de inspiración para
escribir nueva música y descubrir una nueva voz. Compuesto en su tiempo
por Laura Peperara, cantante y virtuosa arpista de Mantua, Anna Guarini,
cantante y laudista, y Livia d’Arco, cantante e intérprete de la viola da gamba,
el Concerto delle dame principalissime estuvo a menudo respaldado por figuras
masculinas como Ippolito Fiorino, maestro de capilla, compositor y tiorbista,
y el bajo Giulio Cesare Brancaccio.
En 2015 Concerto di Margherita debutó en una gira por Italia con
dos musicólogos de alto nivel, Anthony Newcomb y el argentino Pedro
Memelsdorff, actuando en escenarios como el Palazzo Schifanoia en Ferrara,
Villa i Tatti (The Harvard Center for Italian Renaissance Studies) en Florencia,
y la Fondazione Giorgio Cini en Venecia. El ensamble se presenta con
frecuencia en los festivales de música antigua europeos más renombrados,
incluidos York Early Music Festival, Festival d’Ambronay, Internationale
Händel-Festspiele Göttingen, Freunde Alte Musik Basel y Festival Alte Musik
Zürich.
Foto: Vincent Arbelet
2
Fue merecedor en 2019 del premio del público en el Eeemerging Festival
del Centre Culturel de Rencontre et Festival d’Ambronay, que apoya de manera
constante al ensamble desde 2017. El trabajo de Concerto di Margherita y
su constante búsqueda de una expresividad entre voces e instrumentos, se
proyecta hacia un futuro de experimentación y análisis del repertorio de
madrigales italianos entre los dos siglos.
El debut discográfico de Concerto di Margherita Il gioco della cieca:
Madrigali Canzoni & Villanelle per cantare et sonare (febrero de 2022), grabado
con el sello Arcana-Outhere Music, ofrece arreglos con una amplia gama de
obras instrumentales y vocales inspiradas en la música de Wert, Gastoldi y
Monteverdi.
Integrantes
Francesca Benetti, voz, tiorba y guitarra barroca
Daniela Florencia Menconi: voz
Giovanna Baviera: voz y viola da gamba
Ricardo Leitão Pedro: voz, tiorba, laúd y guitarra barroca
Rui Stähelin: voz, tiorba y laúd
Conozca más acerca de Concerto di Margherita
concertodimargherita.com
Concerto di Margherita
La realización de este concierto en Riohacha cuenta con el apoyo de
3
PROGRAMA
Il gioco della cieca
Improvisación sobre La gazzella ANÓNIMO
Veri diletti GIOVANNI GIROLAMO KAPSBERGER
(c. 1580-1651)
Segundo libro de arias (1623)
Aure volanti de
La liberazione di Ruggiero dall’isola di Alcina
FRANCESCA CACCINI (1587-1641)
Occhi belli, occhi sereni SIGISMONDO D’INDIA (c. 1582-1692)
Primer libro de villanelas (1608)
***
Canzon decima à 4 LUZZASCO LUZZASCHI (1545-1607)
Canciones para tocar de Alessandro Raveri (1608)
O primavera gioventù dell’anno
O primavera gioventù dell’anno
O dolcezze amarissime d’amore
Ma se le mie speranz’ oggi non sono
GIACHES DE WERT (1535-1596)
Undécimo libro de madrigales (1595)
***
Amarilli, mia bella GIULIO CACCINI (1551-1618)
La nueva música (1601)
Che fai tu GIOVANNI GIROLAMO KAPSBERGER
Segundo libro de villanelas (1619)
Occhi de’ miei desiri SIGISMONDO D’INDIA
Segundo libro de villanelas (1612)
Su, su prendi la cetra o pastore La música para dos voces (1615)
Donna siam’ rei di morte GIROLAMO FRESCOBALDI (1583-1643)
Primer libro de arias musicales (1630)
Amorosi miei sol SIGISMONDO D’INDIA
Primer libro de villanelas (1608)
4
***
Sinfonia à 4 GIOVANNI GIROLAMO KAPSBERGER
Primer libro de sinfonías (1615)
Cara mia cetra SIGISMONDO D’INDIA
La música para cantar (1609)
O primavera gioventù dell’anno
E, s’altri non n’inganna
O lungamente sospirato in vano avventuroso dì
GIACHES DE WERT
Undécimo libro de madrigales (1595)
***
Passacaglia GIOVANNI GIROLAMO KAPSBERGER
Cuarto libro de tablatura de chitarrone (1640)
Queste lagrime amare GIULIO CACCINI
La nueva música (1601)
Chi mi fura il ben mio GIACHES DE WERT
Primer libro de madrigales (1561)
***
Cieco Amor GIOVANNI GIACOMO GASTOLDI
(c. 1554-1609)
Cuarto libro de madrigales (1602)
*** El repertorio se interpretará en seis secciones separadas. Para una mejor
audición recomendamos aplaudir una vez termine cada sección.
5
NOTAS AL PROGRAMA
Por Daniela Peña Jaramillo
La historia de hoy comienza en Ferrara, con un imponente trío de mujeres
cantantes que fascinaron a todos los miembros de la corte del duque Alfonso
II cuando el cinquecento se despedía. Algunos siglos después, Francesca
Benetti, Giovanna Baviera y Tanja Vogrin quisieron rendirle homenaje a este
power trio, que ya en el siglo xvii se había convertido en referente no solo
para las intérpretes femeninas, sino para todo tipo de ensambles. El concerto
delle donne, o delle dame, fue una de estas agrupaciones que, en sus múltiples
formaciones, sería altamente responsable de transmitir los grandes cambios
estéticos que se estaban preparando desde finales del siglo xvi, esos que harían
del setecento el siglo de la ópera.
Su admirador más entusiasta, además del duque y su esposa Margherita,
fue Luzzasco Luzzaschi, quien les dedicó su publicación de 1601, Madrigali per
cantare et sonare, compuesta de madrigales y arias para una, dos y tres sopranos,
con acompañamiento de teclado. Además, fueron imitadas en Florencia, Roma
y Mantua, y Giulio Caccini, que aparecerá más adelante en este relato, creó un
ensamble familiar, al estilo de la muy célebre familia Von Trapp, basándose en
las andanzas de estas mujeres que lograban no solo deleitar, sino conmover a
quienes las escuchaban cantando y tocando.
Así comenzó este relato, y este fue también el inicio del Concerto di
Margherita, el ensamble cuyos integrantes cantarán y tocarán, narrarán y
representarán, deleitarán y conmoverán, dándole voz a uno de los personajes
más antiguos, un personaje cuya ternura no puede existir sin la compañía
de la crueldad y en el cual la muerte y la vida se confunden: el amor. Es un
tema gastado, ciertamente, en donde pareciera que las palabras, las imágenes
y los sonidos quisieran aterrizar infinitamente; cuya simpleza engaña y en el
que los afectos antagonistas logran armonizar inexplicablemente. El amor,
ese que hace que los poetas trastoquen el llanto con la sangre de un corazón
infeliz, conviertan la lástima en el regalo más esperado y logren transformar la
primavera en un paisaje triste.
6
Madrigali per cantare et sonare (frontispicio), por L. luzzaschi, 1601.
Estas palabras, desde luego, no son propias; fueron robadas de aquellas
que evocaron la música de los compositores que escucharemos hoy, y nos
dibujan algunas de las imágenes que reviviremos, pero que han sido visitadas
repetidas veces a lo largo de la historia; claro está, nunca como en los albores
de este nuevo siglo. Los poetas de que hablamos dibujaron infinitos paisajes
de desengaño, dolor, júbilo, celos, ira, deseo, condena, perdón, adoración, y
plasmaron tantos matices acogidos por el amor, ese personaje sempiterno en
el que se refugian aquellos que aman, muchas veces sin ser correspondidos.
Estos affetti nos guiarán a lo largo del programa, que fue meticulosamente
preparado para nosotros por el Concerto di Margherita, y lo harán, así como
guiaron el curso del setecento, que no quiso más que expresar y representar;
que no buscó más que deleitar y, sobre todo, conmover con música los afectos
del alma humana.
Orfeo con su lira; los trovadores y las trobairitz que, en el siglo xii,
le cantaron al amor cortés; las integrantes del concerto delle donne, que,
acompañándose con la chitarra, el chitarrone o algún instrumento de teclado,
deleitaron las cortes italianas; el personaje decimonónico que, junto con su
guitarra, hizo de la serenata un cliché del músico enamorado; por qué no
los juglares o goliardos que, en el mismo siglo xii, cantaban en contra del
orden social y los estatutos de poder; Bob Dylan, Joan Baez, Lucio Battisti,
Joan Manuel Serrat, Víctor Jara, Violeta Parra, Colette Magny, Nina Simone
y tantas otras figuras que ahora nos son mucho más cercanas, son los ecos de
esta forma centenaria de hacer música, que, ya en 1549, Baldassare Catiglione
llamaría cantare alla viola en Il cortegiano (El cortesano).
7
Esta es la razón de ser del Concerto di Margherita, cuyos integrantes no
buscan, en absoluto, reconstruir situaciones históricas, sino recrear, en el siglo
xxi, una práctica documentada desde el xvi. Buscan, más bien, resaltar la
actualidad y la vigencia de una música escrita hace cientos de años e inspirar
en el público las múltiples interpretaciones posibles de estos affetti. Pues esta
música no describe, pero sí busca representar, con la voz y con los instrumentos
de cuerda —en este caso, pulsada—, los afectos del alma humana. Le darán
voz, de nuevo, al setecento, el siglo de la ópera y de la palabra cantada, y lo harán
acompañándose con la tiorba, el laúd, la guitarra y la viola da gamba que, a
su vez, tendrán voz propia y serán personajes indispensables en la hazaña de
representar al amor —al amor ciego y a todos sus afectos— y de lograr, como
lo dijo Caccini en su tratado Le nuove musiche de 1601, el verdadero fin del
músico:
(…) como nunca me conformo con los términos ordinarios y utilizados por los
demás, siempre estoy investigando la mayor novedad posible, de tal manera que esta
[la novedad] sea apta para conseguir, de la mejor manera, el fin del músico, que es
deleitar y conmover los afectos del alma.1 (p. 6).
Prima le parole e poi la musica…
Florencia, bajo el dominio de los Medici, no fue solamente la cuna del arte
que llamamos ‘renacentista’; también fue el lugar que albergó a la Camerata
Fiorentina, un grupo de intelectuales y artistas liderado por el conde Giovanni
de Bardi. Junto a músicos como Jacopo Peri y el traductor Girolamo Mei, la
camerata fue responsable de que hoy cantemos La donna é mobile como lo
haríamos con Hey Jude o, en un contexto más cercano, Yo me llamo cumbia o
Tamarindo seco.
La reunión de estas mentes inquietas miró al pasado y quiso revivirlo.
Encontraron escritos de la Antigüedad clásica, de Platón, de Aristófanes y,
sobre todo, de Aristóteles; los releyeron, los interpretaron y los tradujeron
para darle una nueva vida a un espectáculo ritual: el drama ático o, como
le llamamos ahora, la tragedia griega. Este momento, que congregaba a un
público no solo con el ánimo de entretener, sino de educar, de imitar el mundo
con sus vicios y sus virtudes, de purificar las pasiones del alma —lo que
1 “(…) perche io non mi sono mai quietato dentro a i termini ordinarii & usati da gli altri, anzi
sono andato sempre e investigando più novità à me possibile, pur che la novità sia stata atta à
poter meglio conseguire il fine del músico, cio è dilettare, e muovere l’affeto dell’animo (…)”
(Traducción al español realizada por Daniela Peña Jaramillo).
8
Aristóteles llamó, en su Poética, catarsis—; este espacio, que reunía la poesía,
la música, la danza y el teatro en una sola experiencia, fue el verdadero origen
de la ópera. Y, como el objetivo no era únicamente deleitar o entretener, sino
purificar y conmover, los integrantes de esta Camerata no vieron conveniente
que fuera la polifonía2 —que había sido el lenguaje en boga por mucho
tiempo— el medio de expresión adecuado para realizarla. Decidieron que
la mejor manera de expresar los afectos y las pasiones humanas era emplear
una sola voz acompañada de un instrumento de cuerda, a lo que llamarían
posteriormente monodia acompañada.
Hoy no tendremos los cinco actos que en las primeras óperas recordaban
los cinco episodios de las tragedias de Eurípides, Esquilo y Sófocles. Más bien,
habrá cinco momentos —paisajes, si se quiere—, cada uno de los cuales evoca
diferentes afectos que describen las variopintas caras del personaje cruel que
es el amor; todos, basados en un inocente juego infantil, Il gioco della cieca,
que podríamos traducir como ‘La gallina ciega’. Este hace parte del tercer acto
de la muy célebre obra Il pastor fido, de Giovanni Battista Guarini, que fue, a
su vez, musicalizado por Giovanni Giacomo Gastoldi (c. 1554-1609) en su
Ballo della cieca de 1598, y cuenta la breve historia de dos personajes: Amarilli
y Mirtillo. Los ojos de estos son vendados para comenzar una búsqueda a
ciegas, el uno del otro, creando una metáfora sobre el amor y la esperanza de
ver al ser amado, sin la posibilidad de cumplir dicho deseo; sobre la esperanza
de verlo, aun sin ser correspondido y prefiriendo la muerte antes que la vida
sin esa dulce imagen. Los integrantes del Concerto di Margherita jugarán,
entonces, con el concepto de la ceguera y el amor; de ver y no ver; de querer y
no querer ver; de poder y no poder ver; finalmente, de amar y no querer amar.
Fate più chiar’il sol, più lieto il giorno…3
La Arcadia fue ese lugar pastoril e idílico que abrazó al Amor en los siglos
xvi y xvii. Aquí empieza nuestro relato, en un paisaje bucólico en donde la
naturaleza, al igual que el amor, son celebrados y son metáfora el uno del otro.
Una improvisación sobre La Gazzella, nos introduce en este retrato en donde
todo parece ligero, fácil; un juego al fin y al cabo. Luego, como si se tratase
de dos personajes advirtiéndonos sobre la volatilidad que pueden llegar a
albergar estos placeres terrenales, el dueto Veri diletti de Giovanni Girolamo
Kapsberger (c. 1580-1651), nos avisa, a priori, que por más que busquemos,
2 En la polifonía encontramos varias voces independientes sonando simultáneamente.
3 Haces más claro el sol, más feliz el día…
9
los verdaderos deleites no los encontraremos nunca acá abajo. Para poder
apreciar una belleza inmutable, es entonces menester mirar hacia ese reino
que se encuentra en la cumbre, ese en el que se amparan todas las virtudes y
todo lo divino.
Aure volanti fue musicalizado por Francesca Caccini (1587-1641), hija de
Giulio, compositora, instrumentista y cantante. Formó parte del concerto delle
donne y, si habláramos en términos actuales, habría sido portada de la revista
Forbes, pues su enorme talento la llevó a ser la empleada musical mejor pagada
en la nómina de la familia Medici.
Pero no todo es claridad ni júbilo, pues esta primera parte termina con
Occhi belli, occhi sereni, una villanela en apariencia ligera, pero que da cuenta
del espíritu de la música de Sigismondo d’India (c. 1582-1629), compositor
que se esforzó en expresar musicalmente las angustias del amor, haciendo uso
de los cromatismos y las disonancias propias del nuevo estilo.
O dolcezz’ amarissime d’amore…4
El concierto no podía continuar sin la presencia de Luzzascho Luzzaschi
(1545-1607). Aunque apareció al inicio de nuestra historia, no habíamos
escuchado, hasta ahora, cómo sonaba la mente de este revolucionario
compositor; organista y profesor, entre cuyos alumnos se encuentra otro de los
protagonistas de hoy: Girolamo Frescobaldi (1583-1643). Esta segunda parte
comienza con la Canzona decima à 4, publicada por Alessandro Raveri en el
compendio titulado Canzone per sonare con ogni sorte di strumenti (Canciones
para tocar con todo tipo de instrumentos) de 1608. En ella veremos una dupla
maravillosa que fue génesis del espíritu del siglo xvii. Una pareja que data
de mucho tiempo atrás, esa yunta de la que hemos estado hablando desde el
comienzo, ese simbiótico dúo que, a pesar de que nos esforcemos en separarlo,
siempre tendrá más fuerza en la unión. Las esferas de lo vocal y lo instrumental
que en realidad no eran dos, eran un solo mundo que buscaba expresar lo
mismo: los afectos y las pasiones humanas.
O, primavera gioventù dell’anno, del napolitano Giaches de Wert (1535-
1596), es un madrigal que funciona casi como columna vertebral del concierto.
Será introducido en este segundo paisaje o momento del juego, en que el amor
y la naturaleza dialogan; en que la primavera, al igual que el amor, puede ser
una cuna de alegría, dulzura y feliz retorno, pero también de amargura y dolor.
4 Oh, amarguísima dulzura del amor…
10
Amarilli é il mio amore…5
En el tercer y cuarto paisajes, siendo el tercero el más teatral, viviremos la
mayor exploración del sentimento amoroso. Aquí, todos los afectos del amor
saldrán a la luz, sin excusas y sin máscaras. Empezaremos escuchando la
sufrida declaración de Mirtillo en el madrigal de Giulio Caccini (1551-1618),
Amarilli, mia bella, que hace parte de Le nuove musiche (La nueva música), de
1601, y se ha convertido en un verdadero hit para los amantes de la monodia
acompañada del siglo xvii. Luego, sabremos de los celos y la imposibilidad
de vivir sin el ser amado, con dos piezas: Che fai tu, de Giovanni Girolamo
Kapsberger (c. 1580-1651), el compositor italiano de origen alemán que
le dio una voz a la tiorba o chitarrone, ese instrumento que acompañó a las
primeras monodias, y Donna siam rei di morte, de Girolamo Frescobaldi
(1583-1643), uno de los más prolíficos compositores que exploró el lenguaje
patentado por Monteverdi en composiciones sin texto, especialmente para
instrumentos de teclado, pero también para ensambles instrumentales. Sus
canzone, capricci, ricercari y tocatte son géneros en los que se condensa no
solamente este nuevo estilo, sino la relación inquebrantable entre lo vocal y lo
instrumental: el verdadero espíritu del setecento.
Aparecen luego la pasiva imploración del amor no correspondido y la
mirada como entrada al corazón del ser amado en Occhi de’ miei desiri; el
refugio del pastor en su instrumento y en la música, con Su, su prendi la cetra o
pastore y Cara mia cetra, además de la resignación frente al desdén de Amarilli,
con Amorosi miei sol; todos de D’India. Esta sección cierra con el madrigal de
Wert que se introdujo en la segunda sección del concierto, dejando un aire de
esperanza para el tormento de Mirtillo.
Che per dar vita, bramo la morte…6
Pero esta será inmediatamente neutralizada por la Passacaglia de Kapsberger,
ese basso ostinato7 que, aun sin texto, logra hacer sonar a la tristeza; el passus
duriusculus, o paso doloroso, que se convirtió en figura retórica de uso
común para expresar el dolor. Así, no con voces, sino con un instrumento, se
5 Amarilli es mi amor…
6 Que, para tener la vida, pido la muerte…
7 Esta técnica consistía en componer, sobre una línea melódica que se repetía varias veces,
variaciones en las voces superiores. Podía ser para un instrumento solo, para un ensamble de
instrumentos, para voces o para voces acompañadas de instrumentos.
11
introduce el deseo de preferir la muerte antes que la vida sin el ser amado. Las
voces, entonces, harán eco a este llamado con Queste lagrime amare, de Giulio
Caccini, y Chi mi fura il ben mio, nuevamente de Wert.
Moraleja: Cieco Amor, non ti cred’io…8
El concierto no podía terminar de otra manera; como si fuera una fábula,
reúne a todos los affetti que corren ciegamente detrás del amor, con la música
que hizo parte del Ballo della Cieca de Gastoldi. Reúne, además, todos los
instrumentos y todas las voces, como si se tratara del choro del espectáculo
que fue la cuna de todo; el drama ático, en donde se albergaba una voz de
conciencia colectiva que cantaba y advertía que el amor es siempre ciego y es
engaño.
Bibliografía
Luzzaschi, L. (1601). Madrigali per cantare et sonare. Roma.
Caccini, G. (1601). Le nuove musiche. Florencia.
Daniela Peña Jaramillo es egresada de la Pontificia Universidad Javeriana, en
donde cursó el énfasis de interpretación de guitarra clásica bajo la dirección
de César Augusto Quevedo. En 2015 terminó sus estudios en el énfasis de
investigación de la Maestría en Estudios Musicales de la Universidad Central,
dentro de cuyo marco ha recibido clases de laúd renacentista con Daniel
Zuluaga, Sam Chapman, Ariel Abramovich y Hopkinson Smith. Actualmente
participa continuamente con el Ensamble Barroco de Bogotá y es candidata
al título de Doctora en Historia del Arte y Musicología del Departamento de
Arte y Musicología de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) con una
tesis sobre las intabulaciones para laúd del primer libro de Vincenzo Galilei.
8 Ciego amor, no confío en ti…
12
Veri diletti
(Los deleites verdaderos)
Giovanni Girolamo Kapsberger (c. 1580-1651)
Segundo libro de arias (1623)
Veri diletti quà giù non regnano,
l’erbe e i fioretti virtù n’ insegnano,
voli pensiero al sommo impero
dov’ammirabile bellezz’è stabile.
Los deleites verdaderos no reinan aquí abajo,
hierbas y florecitas nos enseñan la virtud,
vuelan los pensamientos al imperio supremo
donde la belleza admirable es permanente.
Aure volanti de La Liberazione di Ruggiero dall’isola di Alcina
(Aire volátil de La liberación de Rugiero de la isla de Alcina)
Francesca Caccini (1587-1641)
Aure volanti, augie canori
fonti stillanti, grazie ed amori,
quinci d’intorno
fate più chiar’ il sol, più lieto il giorno.
Antri gelati fulgido sole
erbosi prati, gigli e viole,
quinci d’intorno
fate più chiar’il sol, più lieto il giorno.
Aire volátil, cantos venturosos,
manantiales vivaces, gracias y amores,
aquí alrededor
hacen más claro el sol, más feliz el día.
Cueva helada, sol brillante,
césped herboso, lirios y violetas,
aquí alrededor
hacen más claro el sol, más feliz el día.
13
Occhi belli, occhi sereni
(Ojos bellos, ojos serenos)
Sigismondo D’India (c. 1582-1692)
Primer libro de villanelas a tres, cuatro y cinco voces (1608)
Occhi belli, occhi sereni,
vita sol de la mia vita,
il vedervi ogn’ ora pieni
di beltà somma infinita
accendete a questo core
un soave e dolce ardore.
Occhi belli, occhi amorosi,
gioia sol de la mia gioia,
il vedervi sì vezzosi
fate ognor ch’io viva e moia
in dolcezza et in contento,
fuor d’affanno e di tormento.
Occhi belli, occhi leggiadri
luce sol de la mia luce,
l’esser voi de l’alma ladri
il contrario me n’adduce:
ché, credendo di dar morte,
date vita in meglior sorte.
Ojos bellos, ojos serenos,
única vida de mi vida,
veros llena cada hora
de infinita belleza
que trae a este corazón
un suave y dulce ardor.
Hermosos ojos, ojos amorosos,
única alegría de mi alegría,
el veros tan encantadores
hace que viva y muera cada día
en dulzura y alegría,
lejos de angustias y tormentos.
Hermosos ojos, ojos graciosos
única luz de mi luz,
siendo vosotros ladrones del alma
lo contrario me sugerís:
porque, creyendo traer la muerte,
dais la vida con mejor suerte.
Para una mejor audición recomendamos pasar
la página una vez haya finalizado la obra.
14
O primavera gioventù dell’anno, O dolcezze amarissime
y Ma se le mie speranze
(Oh primavera, juventud del año; Oh dulzura tan amarga, Mas si mis esperanzas)
Giaches De Wert (1535-1596)
Undécimo libro de madrigales a cinco voces (1595)
Texto: primera, segunda y terera parte de Il pastor fido de Giovanni Battista Guarini
Prima parte
O primavera, gioventù de l’anno,
bella madre di fiori,
d’erbe novelle e di novelli amori,
tu torni ben, ma teco
non tornano i sereni
e fortunati dì de le mie gioie;
tu torni ben, tu torni,
ma teco altro non torna
che del perduto mio caro tesoro
la rimembranza misera e dolente.
Tu quella se’, tu quella
ch’eri pur dianzi sì vezzosa e bella;
ma non son io già quel ch’un tempo fui
sì caro agli occhi altrui.
Seconda parte
O dolcezz’ amarissime d’amore,
Quant’è più duro perdervi che mai
non v’aver o provate o possedute!
Come saria l’amar felice stato,
se’l già goduto ben non si perdesse
o quand’egli si perde
ogni memoria ancora del dileguato ben
si dileguasse.
Terza parte
Ma se le mie speranz’ oggi non sono
com’è l’usato lor di fragil vetro.
O se maggior del vero non fa
la speme il desiar soverchio.
Qui pur vedrò colei,
ch’è’l sol degl’ occhi miei.
Primera parte
Oh primavera, juventud del año,
hermosa madre de flores,
de plantas nuevas y nuevos amores,
tu vuelves, pero contigo
no vuelven los serenos
y dichosos días de mis alegrías;
tú vuelves, tú vuelves,
mas apenas vuelve contigo
de mi querido tesoro perdido
el recuerdo miserable y doloroso.
Tú eres aquella, aquella
que era tan encantadora y bella;
pero yo ya no soy el que antes fui
tan querido por otros ojos.
Segunda parte
Oh dulzura tan amarga del amor,
¡Cuánto más difícil es perderte que nunca
haberte probado o poseído!
Qué dichoso estado sería amar,
si una vez disfrutado, no se perdiera
o si cuando se pierde
cualquier recuerdo del disoluto bien
se diluyera.
Tercera parte
¿Mas si mis esperanzas no son hoy
vidrio frágil como de costumbre?
¿O si el deseo abrumador más de lo real
no agranda la esperanza?
Aquí veré a aquella
que es el sol de mis ojos.
15
Amarilli, mi bella
(Amarilli, mi hermosa)
Giulio Caccini (1551-1618)
La nueva música (1601)
Amarilli mia bella,
non credi, o del mio cor dolce desio
d’esser tu l’amor mio.
Credilo pur, e se timor t’assale
prendi questo mio strale,
aprim’il petto, e vedrai scritto in core
Amarilli è’ l mio amore.
Amarili mi hermosa,
no crees, oh dulce deseo de mi corazón,
que tú eres mi amada.
Mas créelo, y si el miedo te asalta,
toma esta lanza mía,
abre mi pecho, y allí verás escrito
Amarili es mi amor.
Che fai tu
(¿Qué haces?)
Giovanni Girolamo Kapsberger (c. 1580-1651)
Segundo libro de villanelas (1619)
Che fai tu? Che di’ tu, vita mia?
Per quai piagge a coglier fior movi i passi,
o per qual via dove spieghi quel fin or,
ond’i lacci Amor ordia?
Che fai tu? Che di’ tu, vita mia?
Senza te star più non so,
nè più so ch’io mi sia,
ma so ben ch’io mi morrò,
di dolor, di gelosia.
che fai tu? Che di’ tu, vita mia?
¿Qué haces? ¿Qué hay de ti, mi vida?
¿Por dónde llevas tus pasos para coger flores,
o cómo explicas este final
de los lazos que anuda el amor?
¿Qué haces? ¿Qué hay de ti, mi vida?
Sin ti ya no sé estar,
ni sé quién soy,
pero bien sé que moriré,
de dolor, de celos.
¿Qué haces? ¿Qué hay de ti, mi vida?
Occhi de’ miei desiri
(Ojos de mis deseos)
Sigismondo D’India (c. 1582-1692)
Segundo libro de villanelas a tres, cuatro y cinco voces (1612)
Occhi de’ miei desiri
e d’amor nidi,
vorrei chiedervi in don
qualche mercede,
pria che l’aura mi tolga
i cari lidi.
Ojos de mis deseos,
nidos de amor,
desearía pediros por favor
algunos dones
antes de que la brisa me aleje
de las playas amadas.
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16
Su, su prendi la cetra o pastore
(Vamos, toma la lira, oh pastor)
Sigismondo D’India (c. 1582-1692)
La música para dos voces (1615)
Su, su prendi la cetra o pastore,
Meco canta d’amore.
Qui v’è l’aura e la piaggia fiorita,
Et al cor et al canto n’invita.
Vamos, toma la lira, oh pastor,
Canta conmigo al amor.
Aquí están la brisa y la playa florida,
que al canto y a la armonía nos invitan.
Donna siam’ rei di morte
(Señora, somos reos de muerte)
Girolamo Frescobaldi (1583-1643)
Primer libro de arias musicales (1630)
Donna siam rei di morte,
errasti, errai,
di perdon non son’degni i nostri errori:
tu ch’avventasti in me sì fieri ardori,
Io, ch’a sì caro sol gli occhi levai.
Io, che una fera rigida adorai,
tu, che fusti sord’aspe a miei dolori;
tu nell’ire ostinata, io negli amori;
tu pur troppo sdegnasti, io troppo amai.
Hor la pena laggiù nel fiero averno
pari al fallo n’aspetta, arderà poi
chi visse in foco, in vivo foco eterno;
quivi, s’Amor sia giusto ambedue noi
tra le fiamme dannati avrem’ l’inferno;
tu nel mio cor, ed io negli occhi tuoi.
Señora somos reos de muerte,
te equivocaste, me equivoqué,
nuestros errores no son dignos de perdón:
tú que alentaste en mí tan feroz ardor,
yo, que apenas alcé los ojos a la amada.
Yo, que adoraba a una dura fiera,
tú, que fuiste sorda a mis dolores;
tú obstinada en la ira, yo en amores;
tú desdeñaste demasiado, yo demasiado amé.
Ahora la pena allá abajo en el cruel averno
arderá igual que el error en espera
que vive en el fuego, en el vivo fuego eterno;
allá, si el amor es justo, los dos
entre llamas malditas tendremos el infierno;
tú en mi corazón y yo en tus ojos.
Amorosi miei sol
(Mis soles amorosos)
Sigismondo D’India (c. 1582-1692)
Primer libro de villanelas a tres, cuatro y cinco voces (1608)
Amorosi miei sol, miei vivi lumi,
e voi fontane e fiumi,
gude a colei che ha sol desio d’onore
ahi, che non sente Amore!
Mis soles amorosos, mis vivas luces,
y vosotros, fuentes y ríos,
guiad a quien solo desea honores
¡Ay, quien no siente Amor!
17
Cara mia cetra
(Mi amada cítara)
Sigismondo D’India (c. 1582-1692)
La música para cantar (1609)
Cara mia cetra andianne a ritrovar colei.
Ch’è mio solo desio tuo sol oggetto.
Quivi à te da le corde à me dal petto
descan gl’accenti tuoi gl’affanni miei.
Che pietos’armonia
può fors’impetrar pace a l’alma mia.
Mi amada cítara, ve a su encuentro.
Es mi único deseo, tu único objeto.
Para ti de las cuerdas, a mí del pecho
tus acentos alivian mis angustias.
Que la piadosa armonía
quizá implore paz para mi alma.
E s’altri non m’inganna; O lungamente sospirato
(Y, si no es un engaño; Oh dia venturoso día)
Giaches De Wert (1535-1596)
Undécimo libro de madrigales a cinco voces (1595)
Texto: cuarta y quinta parte de Il pastor fido de Giovanni Battista Guarini
Quarta parte
E, s’altri non n’inganna,
qui pur verrolla al suon de’miei sospiri;
fermar il piè fugace.
Qui pur dalle dolcezze di quel bel volto
avrà soave cibo nel
suo lungo digiuno l’avida vista:
aui pur vedrò quell’empia girar in verso mes
le luci altere,
se non dolci, almen fere,
e, se non carche d’amorosa gioia,
sì crud’almen ch’io moia.
Quinta parte
Oh lungamente sospirato
in vano avventuroso dì,
Se dopo tanti foschi giorni di pianti
Tu mi concedi, Amor, di veder oggi
Ne’ begl’occhi di lei
Girar sereno il sol degli occhi miei.
Cuarta parte
Y, si no es un engaño,
aquí la veré al oír mis suspiros;
detener el pie fugaz.
Aquí, de la dulzura de ese bello rostro,
la vista ávida tendrá dulce alimento
tras su largo ayuno:
aquí veré que la cruel vuelve hacia mí,
sus luces orgullosas,
si no dulces, al menos lacerantes,
y, si no lleno de alegría amorosa,
al menos yo cruelmente muera.
Quinta parte
Oh día venturoso día
tanto tiempo anhelado en vano,
si después de tantos tristes días de llanto
tú me concedes, Amor, ver hoy
en sus hermosos ojos
el sereno girar del sol de mis ojos.
Para una mejor audición recomendamos pasar
la página una vez haya finalizado la obra.
18
Queste lagrime amare
(Estas amargas lágrimas)
Giulio Caccini (1551-1618)
La nueva música (1601)
Queste lagrime amare,
quest’angoscioso pianto,
pianto non è ma sangue
del misero cor mio,
ferito dallo strale
del vostro sdegno adamantino e reo.
Ahi, lasso! e si ne langue
il mio spirto vitale,
ch’io mi sento morire.
Fero sdegno, empio cor, aspro desire!
Volete pur ch’io mora?
Morirò, ma chi mor’è un che v’adora.
Estas amargas lágrimas,
este llanto de angustia,
llanto no es sino sangre
de mi miserable corazón,
herido por la lanza
de tu duro desdeño cruel.
¡Ay, soy débil! y languidece
mi espíritu de vida,
siento que muero.
¡Fiero desdén, corazón impío, amargo deseo!
¿Quieres que muera?
Moriré, pero quien muere es quien te adora.
Chi mi fura il ben mio
(¿Quién se lleva mi tesoro?)
Giaches De Wert (1535-1596)
Primer libro de madrigales a cuatro voces (1561)
Chi mi fura il ben mio?
Chi me lo toglie, ohimè
Chi me l’asconde?
Dicalo il pianto mio doglioso e rio,
che fatto ha nere l’ore mie gioconde.
Misero, chi m’ha tolto
il bel leggiadro volto?
Chi mi conduce a così strania sorte,
che per dar vita bramo la morte?
Dunque che far poss’io,
Tantalo novo in mezz’ alle chiar’onde,
se non gridar o Dio!
Chi mi fura il ben mio?
Chi me lo toglie, ohimè
Chi me l’asconde?
¿Quién se lleva mi tesoro?
¿Quién me lo quita, ¡ay!?
¿Quién me lo oculta?
Que diga mi llanto doloroso y cruel,
lo negras que ha hecho mis alegres horas.
Miserable, ¿quién me quitó
el bello rostro adorable?
¿Quién me lleva a un destino tan extraño,
que para dar vida anhelo la muerte?
Entonces ¿Qué puedo hacer,
nuevo Tántalo en medio de las claras olas,
si no es clamar a Dios?
¿Quién se lleva mi tesoro?
Quien me lo quita, ¡ay!
¿Quién me lo oculta?
19
Cieco Amor
(Ciego Amor)
GIOVANNI GIACOMO GASTOLDI (c. 1554-1609)
Cuarto libro de madrigales (1602)
Texto: Il pastor fido de Giovanni Battista Guarini
Prima parte
Cieco Amor non ti cred’io,
ma fai cieco ‘l desio
di chi ti crede;
che, s’hai pur poca vista, hai minor fede.
Cieco, oh no mi tenti invano,
e per girti lontano
ecco m’allargo:
che così cieco ancor vedi più d’Argo,
così cieco m’annodasti,
e cieco m’ingannasti,
or che vo sciolto,
se ti credessi più, sarei ben stolto.
Fuggi, e scherza pur se sai,
già non sara’ tu mai,
che ‘n te mi fidi:
perché non sai scherzar se non ancidi.
Primera parte
Amor, ciego no te creo,
pero ciegas el deseo
de quienes te creen;
pues, si poco ves, menos fiel eres.
Ciego, oh no, me tientas en vano,
y por alejarte
todavía insisto:
que así ciego ves aún más que Argos,
así ciego me ataste,
y ciego me engañaste,
ahora que estoy libre,
si te creyera más, sería muy tonto.
Huye, y bromea más si quieres,
ya nunca será en ti
que yo confíe:
porque no puedes bromear sin matar.
Para una mejor audición de la obra
recomendamos pasar la página con cuidado.
20
Seconda parte
Ma tu, pur perfido cieco
mi chiami a scherzar teco,
ed ecco scherzo,
e col piè fuggo, e con la man ti sferzo.
E corro, e ti percoto,
e tu t’aggiri a voto.
Ti pungo ad ora ad ora,
né tu mi prendi ancora
o cieco Amore,
perché libero ho ‘l core.
Terza parte
Sciolto cor fa piè fugace:
o lusinghier fallace
ancor m’alletti
a’ tuoi vezzi mentiti, a’ tuo’ diletti?
E pur di nuovo i’ riedo,
e giro, e fuggo, e siedo,
e torno, e non mi prendi,
e sempre invan m’attendi.
Oh cieco Amore, perché libero ho il core.
Segunda parte
Pero tú, ciego traidor,
me llamas para bromear contigo,
y así bromeo,
con el pie huyo, y con mi mano te azoto.
Y corro, y te golpeo,
y no te comprometes.
Te doy puños hora tras hora,
mas ya no me atrapas
oh, Amor ciego,
porque tengo libre el corazón.
Tercera parte
Un corazón suelto tiene pies rápidos:
oh halagador falaz,
¿todavía me atraes
a tus viejas mentiras, a tus caprichos?
Y una vez más me regocijo,
y me vuelvo, y corro, y me siento,
y vuelvo, y no me atrapas,
y siempre me esperas en vano.
Oh, Amor ciego, porque mi corazón es libre.
21
Quarta ed ultima parte
Mira nume trionfante,
a cui dà il mondo amante
empio tributo,
eccol oggi deriso, eccol battuto.
Siccome ai rai del sole
cieca nottola suole,
c’ha mille augei d›intorno,
che le fan guerra, e scorno,
ed ella picchia
col becco invano, e s’erge, e si rannicchia:
così se› tu beffato,
Amore in ogni lato,
chi ‘l tergo, e chi le gote
ti stimola, e percote.
E poco vale;
perché stendi gli artigli,
o batti l’ale.
Gioco dolce ha pania amara,
e ben l’impara
augel, che vi s’invesca.
Non sa fuggir Amor chi seco tresca.
Cuarta y última parte
Mira dios triunfante,
a quien da el mundo amante
tributo impío,
aquí hoy burlado, aquí golpeado.
Tal como en los rayos del sol
suele cegarse el murciélago,
que está por encima de miles que lo rodean,
que le hacen la guerra y lo desprecian,
y él ataca
con su pico en vano, y se eleva, y se enrosca:
así de ti se burlan,
Amor por todos lados,
quien te sigue y quien las mejillas
te acaricia y te golpea.
Y vale poco;
¿por qué extiendes tus garras
o bates las alas?
Dulce juego tiene amargo final,
y lo aprende bien
quien te invita.
No sabe huir de amor quien lo toma en serio.
Textos traducidos al español por Alberto de Brigard.
22
Samuele Telari (Italia) acordeón · Foto: Kaupo Kikkas
TEMPORADA NACIONAL
DE CONCIERTOS
Banco de la República 2022
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