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Jorge Daniel Valencia, viola da gamba (Colombia) y Johanna Valencia, flauta (Colombia)

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  • Autor
  • Año de publicación 10/10/1988
  • Idioma Español
Descripción
Citación recomendada (normas APA)
Jorge Daniel - Viola da gamba (Colombia); Valencia Valencia, "Jorge Daniel Valencia, viola da gamba (Colombia) y Johanna Valencia, flauta (Colombia)", Sala de conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango (Bogotá):-, 1988. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2873269/), el día 2025-07-18.

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Imagen de apoyo de  Podcast: "Rock al Parque: la música"

Podcast: "Rock al Parque: la música"

Por: Red Distrital de Bibliotecas Públicas. BibloRed (Bogotá. CO) | Fecha: 2019

Podcast que recopila testimonios del público asistente al ciclo de charlas "Libertad Sublime" realizadas en las Bibliotecas Públicas de BibloRed. Dan cuenta de la experiencia musical relacionada al Festival Rock al Parque. Los participantes relatan sus vivencias: donde compraban los discos, los primeros conciertos a los que asistieron, como se difundían los nuevos exponentes del rock colombiano en los medios públicos, la relación de los rockeros con seguidores de otros géneros musicales y la influencia que tuvo esa música en un momento en sus vidas.
  • Temas:
  • Rock (Música)
  • Música

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Podcast: "Rock al Parque: la música"

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Imagen de apoyo de  La Ilustración: política, literatura, noticias, filosofía, relijión, artes i oficios, instrucción pública, bibliografía, medicina, variedades, revista de la ciudad, revista de los estados, de Europa i mercantil - N. 82

La Ilustración: política, literatura, noticias, filosofía, relijión, artes i oficios, instrucción pública, bibliografía, medicina, variedades, revista de la ciudad, revista de los estados, de Europa i mercantil - N. 82

Por: | Fecha: 24/05/1870

• Política-Litel'atura-N oticias-Filosofía-Relijion-Artes i of1.cios-Instruccion pública- Bibliografía. Medicina-Variedades-Revista de la ciudad-Revista de los Estados-De Europa i mercantil. Se- publica los mú,rtes, miércoles, viél'nes i sú,bados, i el mismo dia se lleva a las casas de los suscritores de la capital i se remi~e a los de fuera per los correos res­pectivos. Los lúnes i juéves se publicará si es necesario. Valor del trimestre, tres fuer tes. Valor del semestre, cinco fuertes sesenta centavos. Valor del año, diez fuertes. Valol' del número suelto, diez centavos. TRIMESTRE 11. AÑO l.-Bogotá, 24: de mayo de 1870. Obsequio. Tenemos el gusto de acompañar al presen. te número de La Ilust1·acion, el cuaderno que contiene el discurso pronunciado por el señor canónigo doctor Antonio María Améz­quita, con motivo de las honras fúnebres a la memoria del Ilustrísimo Prelado doctor JUAN MANUEL GARCIA TEJADA, Obispo de Pasto. -En lo sucesivo recibirán grátis los sus­critores a La Ilustr·acion el Boletin Indus­trial de la casa de los señores Nicolas Pe' reira Gamba i compañía, publicacion impor. tantísima para el comercio, las artes, la in­Dustria, la agricultura, etc, etc. En nuestro lUg'ar. Nuestra mision no es servir a ningun inte­res personal ni de círculo. Deseamos el bien del pais, i para servirlo echamos mano del único medio de que usan los hombres de bien-la verdad. Por eso al condenar los fraudes elecciona· rios como contrarios al porvenir de las insti· tuciones populares, no nos hemos encarado con persona ninguna, sino contra los hechos i con hechos; haciendo ver, que el hecho abuso, trae consigo el hecho descrédito; i el hecho descrédito, el hecho reaccion contra el sistema o hecho desacreditado. Para esto, ¿ qué nos importan los hombres? Para nosotros, en el homQre culpable hai siempre dos cosas mui distinguibles precisa­mente porque son distintas: la culpa, cosa ma.la, odiosa, repugnante: el hombre, sér interesante i digno por lo mismo de nuestro intereso Otra cosa, es apasionar las cuestiones i he­rir donde no es, donde no debe ser. Siernpre hai esperanza en mate1"ia de dis­cusion, de correjir al que yerra, impugnando el error i respetando al que lo comete. Tal es nuestro sistema. Por el contrario, cuando se hace el bien, nos fijamos en su autor i. lo personalizamos; procediendo de un modo diverso del anterior; i eso, porque los términos son distintos: el mal i el biem. Afeando el mal en abstracto, no obligamos a su autor a i[tteresarse en su defensa; por­que una vez que no se le ha sonrojado enros­trándosele, tampoco se le obliga a apersonarse para justificarlo por cualesq ujera medios. En esta materia, no querelllos quitar a nadie la .ocasion de decir: ese no soi yo. Tratándose del bien, sucede lo contrario. Apersonándolo, su autor recibe en ello la re­compensa que merece; i los demas se sien· ten estimulados a imitarlo, con indecibles ventajas para el progreso moral de los hom­bres en las vías de las acciones benéficas. Está, pues, dada la razon de nuestro dicho; porque es necesario que la malevolencia de ciertas almas que viven de la hiel del ·odio, no tengan ooasion para clavarnos sus colmi. Ilos de crótalo. Es, pues, en cumplimiento ~e nuestro sis­tema que vamos ahora a ~ecl~· .unas pocas palabras en obsequio de la )llStICH\, la cual se qebe a todo el que hace el bien, sea qu!en fuere; i de cuya regla no hacen escepclon 1GS funcionarios públicos. De propósito no hemos querido ser de los primeros ~n hablar del Mensaje presidencial del 16 del presente sobre instruccion pública; porque deseábamos que la sociedad lo juzga­ra ántes que nosotros, no porque seamos de los que bogan con el viento que sopla, sino porque así, nuestro concepto se hallará anti­cipadamente justificado. Nosotros no somos de esos espíritus que saborean la ocasion de censurar: por el con­trario, llenamos siempre ese deber, impreso cindible a veces, haciendo para ello un sobe­rano esfuerzo. Pero cuando se trata de aprobar, de aplau­dir una buena accion, un acto de patriotismo o de acierto en el sentido de la buena volun­tad i del talento, sentimos el mas vivo placer en hacer justicia, por mas que esa justicia sea un encomio. Todo hombre tiene derecho a que se le aplauda el bien que hace; i si ese hombre es un servidor público, con mayor razon, te­niendo, como tiene los mayores medios para continuar por la vía del bien social, i habien­do el deber de estimularlo en ese sentido, ha· ciéndole comprender que no falta quien sepa estimar i hacer justicia a sus buenos proce­dimientos. Digámoslo, pues, de una vez. El Mensaje presidencial del-lB del prese).l­te sobre instruccion pública, es una pieza altamente honrosa para el ciudadano Presi­dente i para su ministerio. En ella se ve la franqueza del hombl·e probo i práctico a la vez, que mui distinto del medicastro embau­cador, que engaña al paciente con fábulas dictadas por un sórdido' interes, pOI' el con· trario, pone valerosamente. el dedo sobre la úlcera, por mas que el enfermo se crispe i exhale alaridos. En ese Mensaje hai grandes verdades; i verdades que revestidas con el sello de una elevada autoridad, deben llamar la mas seria atencion de nuestros lejisladores, para que no desmayen en la brillante labor de con­sagrar a la inst~uccion .popular la mas prefe­rente atencion 1 el destinO de los mas cuan· tiosos elementos posibles. Triste es por cierto, reconocer con el ciu­dadano Presidente, que en nuestro pais las mayorías sociales son una especie de testigo actuaria en la evolucion política de nuestra decantada democracia. Siete años ha que nosotros dijimos tam­bien en un libro, ( Ciencia social) que entre nosotros, no hui Constitucion, ni código civil, ni de proceder, ni ma:s cód.igo de n~d~, que el capricho, el despotismo 1 la. antOjadIza es­plotacion, para las. cuatro q~lOtas partes de nuestros compatnotas. j Cuanto no hemos de celebrar hallarnos hoi de acuerdo con los hombres que nos gobiernan, .cuando nosotros apénas señalamos el hecho 1 a~ora lo seña· lan tambien los hombres que tienen los me­dios de hacerlo eliminar! ¿ 1 cuál es la ca~s~ ~e esa dep.l,orable. si­tuacion de esa tnsllsuna ontoloJla social? LA lGN¿RANC[A! Esas tinieblas del alma, en cuyo fondo mujen todos los horrores del in· fierno ...• La u;:urpacion, la esplotacion, el despotismo, el c.epo i ~l ~arro.te.' ~pesar , d.e la Constitucion, 1 del codlgo CIVil, I del codl- 0"0 penal i del diablo i de Dios mismo •••• b Sí! e~tre esas tinieblas del alma no ve· jentnn sino mónstruos. 1 hai que parar miéntes en un hecho de la Se pub}i~an remitidos i avisos, a un preeio suma­mente modlco, que se arreglará con los editores. Todo lo de interes j eneral se inserta grátis. Los editores, N rcOLAS PONTON 1 C~ NUMERO 82. mas espantosa veracidad i es,que como dice Rousseau, "las naciones viven en los cam' pos "; precisamente allí en donde no viven la Constitucion ni los códigos oficiales, i en donde si vi ven el cepo, i el garrote i la ra­piña. Hai escepciones i eso tambien es verdad ; pero en jeneral, los gamonales rurales son tan autocráticos como el Czar de Rusia, co­mo los Nerones i Calígulas de la Roma de Popea i de Mesalina. 1 esto, porqué? porque nuestro pueblo, en su gran mayoría rural, no es sino una triste masa de sordo-mudos; de pobres máquinas que creen que los gamo· nales son por derecho divino, sus amos i señores naturales! De aquí, todas las patrañas, todas las su­percherías, todos los escamoteos elecciona· rios i todas las cosas peores, que siente i con· siente una masa infeliz de hombres que Dios hizo libres, i que en vez de linchar o lapidar a todas esas chusmas de cernícalos, de san­guijuelas, de vampiros, de tinterillos de toda. estofa, parásitos de las tinieblas. que la es­plotan ' atormentándola i enseñándola la prác­tica del crÍmen, cree que es así como se vive i se debe vivir en este mundo; i que Dios hi· zo la humanidad por el tipo de una bestia de carga. Por eso hemos dicho poco ha: luz i mas luz! como el único medio de que los pueblos se hagan ciudadanos i de que los ciudadanos no vivan como ménos que los esclavos: co­mo estúpidos instrumentos de intereses que no son los suyos. M. M. M. --_.. - +-~~--- Cnestion importante. En uno de los números anteriores de La Ilustracion publicamos un artículo, referente a la cuestion canal, tomado de Los Andes, periódico que redacta en Guayaquil uno de nuestros mas disti nguidos compatriotas. Co­mo creemos hacer un servicio al pai:s, repro­duciendo todo lo que dé luz en tan impor­tante asunto, hoi insertamos otro artículo del mismo periódico, cuyos cálculos i apre­ciaciones no dudamos serán leidos con inte­res. Para mayor circulacion de todo lo que se publique con referencia a tan interesante negociado, hemos resuelto envia~ grátis nuestro periódico a los honorables miembros del Congreso, a donde se discuta el Tratado. El articulo dice así: Dos palabras mas SOBRE EL CAYAL IYTEROCEÁNICO. En el tratado sobre construcoion del canal del Darien, celebrado entre Colombia i los Estados Unidos de América, hai que distinguir dos cosas que jamas han debido confundirse. Rai que distinguir lo que es en él un verdadero p acto úztemaúonal, de lo que es un simple contrato civil. Es deoir : hai que diatinguir lo que es la oura de dos gobiernos o sea de dos soberanos, de lo que es el oompromiso de dos particulares que se aso­cian para la realizacion de una empresa industriaL Examinado el tratado bajo este segundo punto de vi ta, se enouentra que Colombia, propietario de un terreno precioso, i 109 Estados "G nidos, po· deroso capitalista. convienen en aplicar el terrena del uno i el capital de otro a la construccion de un canal que una las aguas del Atlántico con las del Pacifico. El costo de la obra se Estima apro..:imadamen. te en 100 millones de pesos, a los cuales afiadimo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 326 nosotros 50 millones, por intereses del capital gradualmente desembolsado en el curso de los trabajos. Costo total: 150 millones. Uno de los negociadores del tratado por parte de Colombia, ha calculado que el movimientu del canal desde cl primer año de servicio será de 5 millones de toneladas, 500 millones de pesos en mercancías, i 100,000 pasajeros. El mismo negociador fija hipotéticamente el dereoho que habrá de cobrarse por tonelada, en 1 peso; i el impuesto aa valol'cm sobre las mercan­cías, en 3 por 100. Adoptando estos cálculos i suponiendo que el derecho sobre los pasajeros sea de 10 pesos por persona, tendremos que los productos anuales del canal, serán: Por toneladas ________ . ______ $ Por derecho aa valol'em. ______ _ Por pasajeros. ______________ _ 5.000,000 15.000,000 1.000,000 Producto totaL ___ $ 21.000,000* Los gastos correlativos pueden computarse así: Intereses sobre 150 millones al 8 por 100 _____________________ $ 12.000,000 Parte correspondiente a Colombia 1.450,000 Administracion i direccion ... _ _ _ 1.500,000 Conservacion._ _ _ __ _ _ _ _ _ __ _ _ _ 1.500,000 Imprevistos. ____ . ____ ._ _ _ __ _ _ _ 550,000 Gasto totaL ___ $ 17.000,000 GOMPAIl.ACION. Total producto anuaL _____ . __ $ 21.000,000 Total gasto anuaL ____________ 17.000,000 I Superávit a favor de los E. U. __ $ 4.000,000 Este superávit en 38 años hace la suma de 152 millones. Lo que quiere decir que a los 38 años de ser­vicio del canal, quedará amortizado el capital empleado en su construccion, con todos sus inte­reses. Quiere decir tambien que en los 62 años restan­tes de la duracion del contrato, el empresario Es­tados Unidos embolsará, adema s de los cuatro mi­llones de superávit ordinario, los 12 millones de la partida de intereses ya suprimida j por todo, 16 millones de pesos anuales ..... De mallera que al término de la duracion del contrato, las utilidades líquidas obtenidas por ámbas partes serin como sigue: .;:. Prescindimos del derecho sobre metales i piedras preciosa~. ** No hacemos cuenta de las utilidades que deriva­rún los Estados Unidos de las 200,000 héctaras de tie­nas baldias que se les conceden gratuitamente. FOLLETIN. Ib~ J;WQ,t~ gN! g~ Wt\\VU@ttNJ@ O AMOR E RODIA [ CO~TINUACION. ] -Aun eslais aquí en pié, esclamó, como unos hom­bt'es que no tienen nada que vengar, nada que castigar! Yo era 'lO jefe indigno de vos, lo sé i lo confieso en alta voz; pero se os ha devuelto vuestro verdadero jefe; Virjilio está a vuestra cabeza ..... ¿ qué oguarc1ais, pues, nobles hijos de Espartaco, todos esclavos como él uespues de dos mil años? ¿ lIai en el cielo una pacien­cia igual a la del hombre? ¿ Es posible que una nacion tolere uno~ padecimientos de veinte siglos i halle en la tierra la eternidad del infierno? Partamos todos! for­j emos armas de hierro de nuestros arados, derribemos In. puerta de los arsenales, sublevemos la campiña ro­lllann. al grito de libertad! -Sí! sí! csclamaron los desmontadores palmoteando. -Sé que al principio nos tratarán como bandidos, prosiguió Jedeon. Estúpidos! cstraITan que hayn. ban­didos en las Lagunas Pontinas! Pero cuando los gobier­nos dejttn una campiñn. inculta i proscriben el trabajo, ¿ qué quieren que se hagan los hnbitantes de esa cam­piITa? ¿ no se ven obligados a hacerso bandidos? Si se rompe el arado de los labrudores, estos tomarún el pulíal! Seamos victoriosos, i los que nos llnman ban­didos nos saludarán con el nombre de héroes! Estallaron frenéticos aplausos en las orillas del lago, i el mismo Virjilio pareció conmovido por las palabras de Jedeon, a quien dijo alargándole In mano: -Jedeon, lo quc eapresais tan bien, yo lo pienso, i maITana al despuntar el dio ...... -Cómo mañana! interrumpió Jedeon. Nada de mañana! 1I1añana es el enemigo de todas las grandes empresas! MaITana es el frio glacial que hiela el ardor de la víspern.! mañana es la reflexion que mota el en­tusiosmo! El minuto presente es nuestro, cojárnosle n.l vuelo, como el único que nos pertenece. i Venid, herma­nos mios, ciñamos nuestros l'ifiones, sigamos al sol que no se para nuncn. cnondo sale, i partamos! Los desmontadores brincnban cOUJO los carneros de la Biblia, sicut arietes, 0.1 oir las palabras de Jedeon, i yn. la tropa operaba un movimiento de marcha del lado ¡je las montaílas, (luando Virjilio, que parecia dominado LA ILUSTRACION. LOS ESTADOS UNIDOS: 16 millones anuales en 62 años __ $ 992.000,000 COLOMBIA: 1.450,000 pesos anuales en 100 años ___ 0 _______ • ____ • ______ 145.000,000 Diferencia a favor de los E. U. __ 847.000,000 Como Colombia una vez cumplido el término del contrato, asume la posesion exclusiva del ca­nal, se puede decir que los 847 millones que re­ciben de más los Estados U nidos es el precio que aquella paga por la obra que solo costó 150 mi­llones. Pero sea como quiera, el hecho que queremos señalar es este: Que los Estados U nidos, como empresario del canal, quedan indemnizados con usura de todos sus desembolsos i servicios, con las utilidades pe­cuniarias que derivan del mismo canal. Establecido este hecho, pasemos a examinar el tratado en su parte diplomática, es decir, en lo que constituye, como hemos dicho :in tes, un pacto de carácter esencialmente internaoional. Aquí nos encontramos con dos naciones, una de las cuales (Colombia) concede a la otra (Estados Unidos) los siguientes privilejios : Exencion del derecho de toneladas para sus buques de guerra j Paso libre por el canal para su comercio, escua, dras, ejércitos- i municiones, aun estando en guerra con otra potencia j Clausura del canal a la bandera de toda Nacion que se halle en guerra con la Union americana j Establecimiento de arsenales i diqucs para el servicio de su armada, en los puertos que queden a ámbos estremos del canal. Estas concesiones que, como se ve, importan enormes ventajas militares i comerciales para los Estados U nidos, i el ahorro para su tesoro de las considerables cantidades que sin ellas tendria que pagar por el paso de sus buques de guerra: estas concesiones, que sujetan a Colombia a pérdidas pecuniarias de gran monta, i la atan fatalmente al carro de las guerras internacionales de los Esta­dos Unidos j estas concesiones son, por añadidura permanentes e z1·revocables. *** I en campen sacian de ellas ¿ qué dan, qué con­ceden por su parte los Estados U nidos? 00000000000. Los partidarios del tratado dirán que en cam­bio de las ventajas concedidas & los Estados Uni­dos, estos se constituyen garantes de la inviolabi­lidad del canal i de la soberanía de Colombia sobre el territorio que lo contiene. *** Así al ménos lo declara, respecto de las tres pri­meras, el artículo 21 del tratado. por un pensamiento desconocido, hizo un ademan i detuvo a los primeros. Jedeon miró n. Virjilio con un aire interrogativo. -Escuchad, amigo mio, le dijo Virjilio llev{\ndole n.pnrte, vos eslais en mi pensamiento como yo estoi en el vuestro. As!, no creais que vengo aqui a proponeros largos retardos, pero tengo un deber sagrado que cum­plir, como vn.is a juzgar vos mismo. -Veamos cual es, uijo Jodeon con trémula voz. -Lady Slumley estil. en In. villa, prosiguió Yirjilic, tengo que arreglar con ella n.lgunas cuentas de moyor­dornillo ántes de mi murcha. Como veis, es coso. indis­pensable. Ademas, la urbanidau no me permite partir así bruscamente sin decir un r espetuoso ndios aUlla mujcr a quien creo hnber servido con fidelidad, i que siempre me 1In. prodigado tanta bondad. Llenado estc deber, parto como jefe o como soldado ele una empresn. qua pondrá bajo la. proteccion de Dios. Virjllio dió algunos pasos hÍtcia el kiosco del lago como pnrn tomar el camino de ln. villa. J edeon buscn.bn. palabras, i sus U,bios, secos por In fiebre, se cerraban convulsivamente e impedian la emi­sion de la voz: un esfuerzo supremo le permitió estt'n­der la mano bácia Virjilio i decirle: -No! esinútil.. .... quedaos! ...... Virjilio mir6 a Jedeon con unn. e presion que ningun pintor seria capnz de traducir en el lienzo. -Como! Es inútil! repiti6. ¿ Quereis que un mayor­domo tenga el n.ire de escaparse de una casn. sin n.rre­glar sus cucntas? -Eh! elijo bruscamente Jedeon: lady, tumley no hace cnso de esos usos comunes, pues tiene otros cuid,,­dos que el de arreglor cuentas con su mayordomo! ~o os inquieteis, querido Yirjilio, pues yo me encargo de ju. tificaros con ella, si algun dia tuviéseis llecesidad de justificacicn ...... Venid, veniu .. ... . esn honradas jentes nos ob8er"nn de léjos con inquietud. PLLrcce que tenemos secrelos pura ellos; i no uebemos inspirarles desconfianza ,\1 principio de nuestra emprc9a. ::lus pies n.rden como si estuviesen sobre l¡¡·a2ns ...... dad la seilal de mnl'cun, i vercis con que tl'ilSporte os responden. -Amigos mios, vamos a pt\rtir ! Un grito de n.lcgrin responuió a estns pnlabras. -Jedeon, dijo Yirjilio con voz suplicante, os conjuro que ?le deis una horn. j no os pido mas que Imn. hora, i partImos. -ViljiJio, respondió .Tedeon mas ahrmn..lo aun por esas instancias tnn misteriosas i c],U'ns n. 11. vez, los desmontadorcs no os conceuen un lIlinuto, su llupucieu­cia rcsponde por mí. Pero nosotros replicarémos que, con eso i todo. los Estados Unidos no hacen mas que constituirse guardiantes de sus propios privilejios. I añadir6mos que esos privilejios, léjos de guardar relacion o consonancia alguna con la ape­tecida garantía, contrarian abiertamentc el objeto de esta, que no cs ni puede ser otro que el de im. pedir que el canal in terocéauico sea convertido en teatro, bas o medio de oyeraciones bélica/!. Para penetrarse de lo exorbitante, irregular i gratuito de las concesiones quc estamos exami­nando, basta fijar la atencion en el artículo 25 del mismo tratado. Por ese artículo, Colombia i los Estado!! U nidal; se comprometen mútuamente a hacer todos los esfuerzos pOoibles, para obtener de las demas na, ciones la garantía de la neutralidad del canal i de la soberanía de Colombia. ¿ I qué se ofrece a esas otras naciones en pago o en corretlpondencia del servicio que se les exije ? Se ofrece ___ -Pero no i esto merece trascribirse literalmente. " Las naciones (dice el artículo 25) que por tratados con las partes contratalJtes se comprome­tan a conceder la garantía de la neutralidad del canal i dc la soberanía del territorio, TAL COMO SE IIA ESPIl.ESADO ÁNTES 1 CONCEDIDO POR LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, serán eximidas del derecho de tonelaje i walesqltiera OtTOS sobre sus bw]ues de guerra que pasen por el can~l, ya sea en el todo, o en la parte que se esprese en. el tratado respec­tivo. " Es decir, que por el mismo, idéntico servicio que prestan los Estados U nidos, las demas nacio­nes solo tendrían derecho a la menor de las ven­tajas concedidas a aquella r Es decir que, para las demas naciones, ]os Es­tados Unidos consideran suficiente compensacioD de la garantía, una exencion de carácter pura­mente pecuniario! Un tratado plural de garantía supone necesa­riamente una estricta igualdad de condiciones o ventajas para los garantes. I en el caso presente,no solo no existe esa igual­dad, sino que tampoco se la podria establecer sto incurrir en nn inmenso absurdo, dado que hubiera de tomarse por norma lo concedido a los Estados Unidos. Pues en verdad ¿ qué vendna a ser de la neu· tralidad i aun de la utilidad del canal, cuanQ.o to­das o las principales naciones tuvieran igual dere­cho para usar de él en sus guerras, i para cerrarlo a las banderas de sus respectivos enemigos? Esta sola refleccion forma la demostracion mas acabada de lo odioso e injustificable de las conce­siones obsequiadas a los Estados U nidos. -En nombre del cielo! repuso Virjilio: acordadmp un solo illstn.nle, lo absolntamenle necesario pura decir tnl adios ...... -l'\i aun ese instante! dijo Jedeon con ordn. irrita­cion; porque eso instantc puede cambiarlo todo; por­que ese instante puede romper vuestra resolncion i desviaros de vuestra. obra, qne en este momento es la obra de todos. VÍljilio, vos no os perleneceis yo., per­teneceis a nosotros como la cn.ber;a al cuerpo. -Pues hien, Jedeon! dijo Virjilío con lono resuelto; si me negtl.is el minuto ue despedida que os pido, lo abandono todo, i maiiana entro en el convento de los camandulenses de 'rivoli. -No, Virjilio, replicó Jedeon con voz estridente pero contenida; no, no entrareis mauana en el convento de los camandulen es ...... ¿ sabeis por qué? -No, respondió Yirjilio con aire de asombro. -Pues bien; voi n deciros lo que vos sabeis, Yirji-lio; quedareis en el mundo, porque n.mais a esa mujer i porque clla os ama: hé ahí por qué abi:muonais a los tru b'lj lldorcs ! Viljilio, aterrado por este apóstrofe inesperado, i no habieudo jamas manchado sus labios con una mentira, bajó los ojos i se quedó inmóvil. Solo sus labios se njilaban, como si recitase una plegaria mental para pedir el socorro de Dios en aquel grave momento. En semt'jante situaeion un hombre de mundo, un hombre civilizndo habrin. presentado un buen aspccto e inventado nlgunn. supercberltl oportunn. poro. rolspou­uer a J edeon; pero Virjilio, despues de un silencio bastante largo:que decia mas que una confidencin. deta­llada, confesó su nmor por lady Stumley, porque temi:1. que, obstin6.ndose en cnllar, dejase libre campo n. supo­siciones calumniosos. Jedeon e cuchó la confesion dc Virjilio como el cri­minal escucha su sentencia de muerte. ~Pues bien, le dijo con la voz loco. de la desespera­cion; uespues de esa confesion, ya no os aconsejo que no veais a lady tumley, os lo ordeuo..... i Esa mujer cs mi hcrDlllna! Esto filé como un cnmbio de golpes mOl·tales entro esos dos rivales imposibles. A su vez YiIjilio quedó aniquilado. Los desmontndores, persuadidos de que Vhjilio i Jedeon disontían entre si un plan de campañn, respe­taron su conversacion, i se habilln sentado a orillo. del lago dondc cantabau a media voz la cantinela de AI­bailO: Fior di Roma, fio)' d' am01·e. La orquesta de los pinos melodiosos acompauaba Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. P ero aú n no lo hemos dicho todo. F áltanos se­íialar la suprema de esas concesiones, o sea el coro­namiento de ellas. Hemos dicho que de estender dichas concesio­nes a l as demas p ot encias, se seguiria un inmenso absurd o. Pues b ien : ahora debemos ag rcgar, que aun cuando tal a bsurdo no se s ig uiese, Colombia no podria hacerlas esten siva s a otros gobiernos, porq ue los E s tados nidos las han obtenido con el caráct er de ESCLUSIYAS, a mas de permanentes e irreL'ocablcs ! De manera que en d efinitiva lo que resulta es: que el Gobierno americano, sin sacrificio alguno de su parte, sin compcnsacion alguna para Colom­b ia, se hace ca-soberano d el cana l, e impide que las potencias europeas p rest en a aquella la garan­tía que pudiera serle n ecesaria contra él mismo I Reasumamos. El G obierno americano, como empresario del canal, deriva de él cnormes ganancias pecuniarias que le ind~mnizan con exceso de todos sns gastos i servicios. -El G obierno americano, como n acion, obtiene v entajas políticas que nada le cuestan, ventajas que lo igualan en prerogativas con el soberano del canal. Si el tratado se aprueba i el Gobiemo ameri­cano, segun se presume, traspasa a una compañía particular sus o bligaciones i derechos como em­presario, quedá.ndose solo con las ventajas políti­cas como nacion j entónces se verá. en toda su claridad la triste decepcion que se encierra en ese i nconsulto pacto. Quiera Dios que no llegue ese caso! Venezuela. Llegó boi el correo trayendo periódicos de Ca­rá. cas hasta el 12 del mes de abril. La guerra continúa i el Congreso sigue ocupá.ndose de la paz, habiendo nombrado una comision de su seno para que de acuerdo con el Poder Ejeoutivo, escojite los medios de poner t é¡'mino a la. lucha armada. El primer designado, señor jeneral Estévan Palá cios, se encargó del Poder Ejecutivo, nom­brando para servir los Ministerios a los señores: Domingo Holavarría, para el Interior. Miguel Aristiguieta, para Hacie.nda. Doctor Hilarion Antich, para Relaciones Ex-teriores. Anjel D. Rámos, para crédito público. Doctor Anjel Fermin Ramírez, para Fomento. r jeneral José Donato Austria, para Guerra i Marina. estas dulces palabras, i la persiana del kiosco se abri6 para. escuchar ese concierto de la campiffa. En una s\lledad no hai ruido lijero; la persiana, aunque abierla Mn precaucion, trajo simultáneamente las miradas de Virjilio i Jedeon; un rostro femenino bri1l6 como el sol levante en la ventana del kiosco, i el mismo grito de sorpresa sali6 de dos pechos, o mejor dicho, de dos corazones. Los dos hombres habian nom­brado a Débora sin pronunciar su nombre. Débora hizo con la mano una señal imperceptible, i Jedeon i Virjilio se miraron como para preguntarse a cual de los dos se dirijia aquella llamada. Su indeci­sion fué comprendida, porque se repiti6 la seña, i esa vez con dos designaciones precisas, pues se les decia a los dos: Venid. Siempre es esa manecita de que habla el poela inglés en Macbeth (t!lis little hand), la que tiene tan gran poder para ajitar los hombres mas fuertes. Jedeon i VÍl~ilio bajaron lo. cabeza i obedecieron como unos niños. Al entrar en el kiosco, hallaron a Débora neglijen­temente apoyada contra 10. ventana, e inclinaudo háeio. abras su cabeza i cnbellera que jugueteaba con las brisas del lago. Débora di6 seguridad a su voz i les dijo sonriendo tristemente: -He oido gritos del lado del lago, i he venido aquí por curiosidad. TO creía presenciar una escena de oonspiracion o. campo raso en mis dominios. ¿ Con que quereis comprometer aun a lady Stumley el dio. siguien­te 0.1 fallo de su causa ? -Nosotros no conspiro.mos, respondi6 Jed eon ; emi­gramos con todos esos honrados trablljadores, porque yo. no es soportable la viuo. aqui. - ¿ 1 tnmbien vos partís ? pregunt6 Débc.ro. a Virjilio con trémula 'foz. VÍl~ilio, sin mirar a 10.j6ven, respondi6 con un signo de cabeza nfirmativo. -Ibo. a decir o.dios a milady, cuando llegasteis, dijo ViI~ilio sin levnntar la. vi sto . -Jedeon, dijo Déborn conteniendo las lú,grimas que empañaban ya el esmalte de sus ojos, r etirate un ins­tante ahí sobrll la primero. grado. de la escalera, pues tengo dos palabras que decir en seCI'eto a mi mayor­domo. Jedeon vooiló, pero uno. mirada severo. de lady tum­ley le dió el aliento de un momento de re~ignncion ; di6 algunos pasos, i sin cenar la puerto. del kIOSCO, se qued6 sobre lo. grado. contiguo. al Umbl'o.l. - Vil~ilio, dijo Débora mandándole aeercars~, tened a bien esplicaros, pues no os comprendo. Decldme el motivo que ha podido operar un cambio tan súbito en LA !LUSTRACION. Los cuatro primeros son miembros d el Con­greso. S e confirma de 1\1aracaibo la derrota sufrida p or G uzman Blanco en t erritorio de B arquisimeto. E ste habia espedido ya booos por dos i medio mi­llones de pesos, pag aderos ( ?uando t~ iunfe) con la mitad de los d erechos de lmportaclOn. El j efe civil d el Zulia h:1. esp edido un indulto para todos los comprometidos en los movimien tos revoluciooarioE' de aq u el Estado, ordenando su inmediata libertad i la pub l icacion d el proceso sobre la coospiracion que d ebia est all ar ellO de abril, i que fracasó por v ijilancia de la a utoridad. (De « La Empresa)) de 6 del presente. ) La revolucion de Cuba, su PASADO, su PRESENTE 1 su FUTURO. (ConLinuacion. ) D espues de la batalla de las Tunas, i para di simu­lar a los ojos elel enemigo nu estra falta absoluta de pertrechos, mul tipliqué los ataques, i en la F e, Santa Clora, Platanal, etc, se r epitieron las escenas de va- 101' h eróico de que en las Tunas se dieron tan brill an­tes pruebas. A la par que r edoblaba mi accion sobre el ene­migo, habia nombrado varias comisiones cien tíficas que investigaran los medios, que no podian ménos de existir en aquella rica Antilla, para fabri car el elemento que t anta falta nos hacia, la pólvora j i des pues de la batalla de San Jo e, cuando ya hacia olgun ti empo que está bamos consumiendo única­mente la pólvora i los fulmin antes que se sacaban de las cÁ.psulas de Spencer, que aun quedaban, r ecibí la noticia de una de esas comi iones de que ya se hab.ia fabricado la primer libra de poi vara cubann, de la cual me mandaban una mu¡,stra. Dí órden, pues, de que se fabricase una g ran re­mesa de ella, i prepareme a salir hacia occidente llevando este ausilio por el que ya hacia ti empo que clamaba el jeneral Cavada: mas al llegar a J ag ueyes, tuve que detenerme por un doble motivo. Se me presentó un individuo llamado Tejada, soli­citando ingreSAr en el servicio j pero con la es presa condicion que babia de ser en mi propia escolta, mostrándose tan interesado en ello, que infund ién­dome sospechas lo hice arrestar, i rejistrado, se le encontró un afilado puñal i un savo-conducto del ca­pitan jeneral de la Isla, para que ~e le permitiera el trá.nsito i se le ausiliase por todas las poblacione!! guarnecidas por los españoles.-AI interrogatorio que se le hizo, contestó que su intencion era cumplir la comision que se le habia confiado de mntar a Que­sada i a Céspedes, por lo cual le habia ofrecido el Gobierno español 30,000 pesos; i a cuyo efect,., habia muchos hombres pagados i mucho dinero reunido entre los comerciantes de la Habana. Al mismo tiempo recibí parte oficial d el C. co­mandante militar de Najasa de babel' dl'scubierto una gran conspiracion entre los prisioneros espafio­les que residian en aquella fortaleza, i solicitando mi presenoia en aquel lugar por ser cosa de mucha gra­vedad j posé, pues, a Naj~sa e hice instruir sumaria vuestro. conducto. i en vuestra alma ...... Hablad, Virj i­lio, no me causeis el mortal pesar de haber sido tan bondadoso. hácia vos .... .. --Milady, respondi6 Virjilio esforzando la. voz en eada sila'ba, jnmas me olvidaré de vuestras bondades ; el Ia.brador de Albano no será jamas ingrato h'lcia lady Stumley. -Estais hoi demasiado respetuoso, . ~ilio, i no teneis razon para ello, puesto que sabeis e no existe ya lady Stumley. Yo soi de condicion igual a la vues­tra, soi Débora la judía, la hija de un mercader del Ghetto. -Adios! adios, milady! esclam6 Virjilio prorrum­piendo súbitamente en copioso llanto. Adios para siempre ! 1 se lanz6 fuera del kiosco con sobrehumana ajilidad. Déboro. tendi6 las manos paro. detenerle, i lanzando un grito sordo i lamentable se desmay6. J edeon vi6 a Virjilio pasar como un rayo por su lado, i le siguió al vuelo hasta la orilla del lo.go donde esta­ban aguardando los trabajndores. -Amigos mios, esclam6 Virjilio con la exaltacion del delirio, no me vitupereis a lgunas lágrimas que doi al partir o. esta campiña en que he nacido. uestros abuelos lloraban tambien cuando abandonnban el pais natal. Pasado este momento de escusable debilidad, estoi enteramente a vuestra disposicion ; seguid lo. huello. de mis pi es, i vamos doude está la libertad del hombre i del cristiano ! Jedeon quiso estrechar 10. mano de Virjilio; pero este r etir6 la suyo. con una repugnancia mui evideate i añadi6: - Hijos de 10. cnmpiña. romo na, vosotros sois cr istia­nos i piauosos; n í, pongámonos todos bajo la protec­cion de Dios i de 1\'uestra Señoro. de Albano, i princi­piemos nuestr o. snnto. empresa por un acto santo! Yirj ilio se puso a la cnbeza de los.trnbajadores i los condujo bajo el gr upo de los altos pIDOS que sirven de cúpula móvil a 10. capilla de 1\'uestrn ~ejjora de _\lbano. Al\{ levantando de nuevo lo. voz, dijo: "":'Todos los que entren conmigo en esta capillo. serán dignos de segui rme, i ar rojaremos léjos de nosotros a los que no entren. - Entraremos todos! gri taron los trabaj adores. - i. 1 ol'areis c~n migo 1 añadi6 Virjilio _ 'í! r espondl6 la tropa. - ' De rodillas sobre la piedra ? - ·'í! -Venid ! dijo Virjilio mira ndo a Jedeon ; veremas si todos or an de rodillos i cantan el $UÓ tll/ll!ll'rre&jtlium. 327 sobre el h echo que se me denunciaba, r esultando que el comandante Troyano, capitan Cuadrado I lodos los oficiales i soldados pri ion eros de guerra en aquel lugar, i otros do la República, tenian formado un plan para evadirse, lIevándo.e planos i apuntes mi­nuciooos sol>re nuelótl'as posiciones, fortalezas i gual' ­niciones. Tomnndo en considerncion entonces que aquellos bom bres habian sido perdonados bajo su prome~a de honor,de no tomar otra vez armas contra Cuba, i con la e presa condicion de que cada uno respondia p or todos, i todos por cada uno :-que ya habian ántes faltado a su juramento i se les habia perdonado por segunda vez In vida :-que en vano amenazaba yo II cada poso 1\ Valmaseda, Letona, Goyeneche, etc, etc, con r epresalias que nunca llevaba a efecto, porque a m i conciencia r epugnaba verter sangre de 110mbres desarmados i vencidos :- que las crueldades i desa­fueros de todo jénero se sucedian en la Hnbann. P uerto Príncipe, Bayamo, Santiago i donde quiera q ue dominaba el español j-convencido de que cuan­to yo h iciera por regularizar la guerra con enemigo tan irl'aciona l, ser in infructuoso,-comuniqué al ciu­d adano Presiden te de la R epública mi proposicion tantas veces suspend id a , i se castiga e a los conspi­r ad ores, lo cual orijino un decreto de la Cnmara de Represen tantes, condenando a muerte a todos los p ris ioneros de g uerra existen tes en el territorio de la República, i a cua ntos se tomasen en lo sucesivo.­En cumplimiento ele lo cual ( 10 de octubre de 1869) fu eron pasados por las armas los 670 jefes, oficinles i soldados e~pañoles a q ue me r efer ia. Empero, la falta absoluta de ausiJios de nuestros h ermanos del estranjero, i la fr ia ldad que se nota en la prensa americana, cuando tanta alharaca hacian nues tros contrarios soure su próxima oampaña de in ­vi erno, ten ia apocados los ánimos de algunos i entril>­tecidos e indignados los masj aunque yo que conocía los recursos del enemigo, i algo sabia de las cosas d el exterior, n i t emia de aquellos ni me asombraba de e taS.-D ecíame Cavada q ue apénas contaba con armas para la octava parte de su ¡ente.-Mármol que tenia bien di ciplinados m uchos rejimientos sin armas, i en el mismo Camagüey daba lá tima ver aquellos brillantes cuerpos de li nea en sus cuarteles de in struccion, man iobrando con fu iles de madera con la precísion de un cuprpo de zuavo!', i prolon­g arse si n n ecesid ad, una g uerra r uinosa que podia terminarse brevemente, si se lograra hacer publicar la situacion de nuestro pais i se daba el jira conve­ni ente a nuestras operaCiones. D eterminé, pues, sali r de la I sla, con este objeto i al efecto cité a una junta de j efes del ejército (15 de diciembre de 1869 ) a quienes comuniqué mi propó­sito que recibieron pr imero con desagrado, pero al cual suscribieron luego que me hube es plicado con d etencion sobre sus inmensas ventajas. Aprobólo el C. Cárlos Man uel de Céspedes, i despucs de haher entregado yo el mando al jeneral T. C. Jarcian, i r emitido pliego de instrucciones a toclos los jefes de operaciones par a su gohierno durante mi ausencia, el C. Presidente de la R epública me confió la impor­t ante mision que me ha traido a este pais, autorizán­dome con los poderes q ue h e tenido el bonor de mostr a r a u stedes. ( Concluirá. ) Todos los t rabajador es se precipitaron dentro de J capilla, i arrodillándose 1\ la italiana, entonaron el himno santo. Ter minada la oracion, Virjilio sali6 el primer o, i mostrando a J edeon apoyado contra un pino dijo : - Ahl está uno que no h a entrado! Que se aleje, pues su presencia nos acarrearía desgracia! J edeon quiso decir a1gunaR palabras paro. justificar­se; pero los gritos de los trabajadores cnbrieron la voz del j 6ven israelita que, r echazado de todos, se halló 0.1 punto solo i err ante por el desierto como Cain m 1'­cado en la frente por el dedo ele Dios. En el kiosco, Débora abri6 penosamente sus ojos o. la luz ; se levant6 como unl\ agonizante o.poyándoee en las hojas de la persiana, i echó miradas tristes h~cir.. el lago. El raisaj e tenia uno. melancolia profunda, pues ya no habio. alli cá.nticos, gritos, grucia. ni amor : pat· todas part es se habia estinguido la vida. Un rayo de sol penetr6 por entre ?no. nube ~e invie~­no ilumin6 a 10 léjos un monte erIzado de lIernos Cl­pr~ ses i sauces, i Débora reconoci6 tt;Jui distinta~ente la tropa de los trabajadores i a su Jefe soberbiO que marchaba a lo. cabeza desplegando su fajo. f:ncl!.rnada, como ~Ioisés en el desierto cuando guiaba a los hebreo!! hácia los campos de promision. Débora fué lo. que hizo mentalmente esa comparacioD, sacondo de ella una especie de alivio, si es que a1gun' cosa puede aliviar dolores tan grandes. ... El regalo de la jndia. y ARIA veces en la vida, el golpe de la fotalida. '{ que nos derribn, se combina felizmente con el soplo de la Providencia que nos levanta. Débora, apoyado. s{) brc el balcon elel kiosco i pensando en el leji81ador de I{)B hebreo!!, volvi6 la cabe2a. al oir ruido de pa808, i vió en la. calle de íirboles a su jardinero i un j óven criado a quien reconoci6 en seguida: era un enviado d p) eartlennl anta cala, el I!lULl entregó a. Débor el bI-llete siguiente: # "El cardenal Santa caln liene el honor i la suml\ satisfaccion de anunciar a lady tumley que Su Sanl1- do.d recibirá el :lloisés de nuestro gran e;cultor que 1n querido dar un hern.ano al :lIoi sé q d ~" n I' j- :rQ 1'1 nl/coll. ( C'071;· ... /uarJ.) Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 328 Senado de :Plenipoten«?i~rios.. , Dia 19.-8e dió lectura a las variaCIOnes IDhodu­cidas por la Cámara de Represent~ntes al proyecto de decreto que hoce ciertas conce~lOnt!s al ~stado de Panamá, i el ciudadano l\1 e ncl~za propuso I se apre;>­hó : que se pl'escindiera de la f~r?Jula reglamenta~la de pasar el proyecto a una com.lslOn ~on sus varia­ciones, i se tomaran en conslderaclOn, las cuales fueron aprobadas por el Senado. . . Fueron aprobados en tercer debate los sl&,ulen~es proyectos: 1.° el de decreto que ordena la. reIDSCl'lp­cion en la lista milital' al Subteniente Lorenzo Ca­charama: 2.° el de decreto que restituye 81 Coman· dante Andrus Villareal al goce ~e s~ pe.nsion .: 3.°. el de decreto que dispone la pubhcaclOn 1 cfistr~buclOn de ciertos actos del Congreso que deben pubhcarse j i 4.° el de decreto que exime del pago de derechos de importacion ciertos objetos. Continuo el segundo debate del pr?y~cto,?e decre­to por el cual se ex,mera al señor Fl~vl~ IlDZOIl de ciertos CArgos i se concede una autonzaclOn .0.1 P.ode~ Ejecutivo, el cual, despues de una lar~~ dlscus!on I varias modificaciones, pasó a un.a COlUISlon a .~Irtu~ de proposicion hecha por el Ciudadano CUllea, 1 aprobado por el Senado. . A las tres de la tarcle se levantó la seslOn. Dia 20.-Continuó el segundo deba~e d,ol proyec­to de lei sobre el canal interoceánico, I fue aprobado el artículo 26. El ciudadano Martin propuso i fué aprobado, que se reconsiderase .el art~culo .12, el cual se tomó nuevamente en conslderaCl fiscal de las minas de esmeraldas. Fueron aprobados en primer debate los siguientes proyectos: 1.0 el de decreto en que se declara ,que la pension de que disfruta el Coronel ~radu,a~o Gre­gorio Trujillo, tiene eL carácter de ah.menucla: pasó en comision para seaundo debate al ciudadano Ver­bel: 2.° el de decreto aprobatorio de un contrato ~e­lebrado entre el Director jeneral de Corre~s I la Compañía de navegacion por vapor en el PacIfico: pasó 'en comision al ciudadano Vengoe?~ea : 3.° el_ d~ decreto que exime de cierta responsa:b!l1dad ~l seno! .rosé l\ial'Ía Obando E: pasó en comlSlon al Cluda~~­no Pereira; i 4.° el de decreto por el cual se auslha al señor Pedro Vera con la suma de 1,000 pesos p~­ra la construccion de unas máquinas: pasó en com1- _ion a los ciudadanos 1\:1ontoya i Restrepo L, 1\:1. Pasó en seguudo debate el proyecto de de?reto adicional al de 17 de mayo de 1869, sobre pens.lOnes a los militares de la Independencia. Pasó a tercer debate el proyecto do decreto que manda inscribir en la lista militar de la Independen­cia al Capitan José Rodríguez. Se aprobó en segundo debate i pasó. a t.ercero el proyecto de lei adicional a la de 3 de JunIO de 68, orgánica del Crédito nadollal. Pasó a tercer debate el proyecto de decreto f~­mentando el hospital establecido en la ciudad de CI· paquirá. Cámara de B.epresentantes. Dia 19.-Se dió cuenta con el informe de la comi­l> ion de infraccion de Constitucion i leyes, sobre el denuncio que trece Representa.ntes presentaron a la Cámara contra el Presidente de la República, señor jeneral Sántos Gutiérrez, i tres de sus Secretarios, por mala inversion de los caudales públicos. La co· mision ooncluye proponiendo, que se declare no ha· ber luaal' a formular acusacioll ante el Senado de Plenip~tenciarios contra los funcionariol! denuncia­dos COIIIO violadores de las leyes. El ciudadano Viana propuso inmediatamente .. qu~ se suspendiose la discusion hasta el 25 del que r~Je, I que se pablicase el informe ju~t.o con el d~nu~~lO en el Diario Oficial. Esta prop06lclOn, cuya JllstlCIa re­aalta i que fué bien defendida por .su aut?r, la com: batieron los ciudadanos Largacha I Rodl'lgllE'z. ~ue defendida, ademas del ciudadano Viana, por los CIU­dadanos Martínez Martínez,Ochoa, Palau i Restrepo. Es de advertirse que el informe resultó so hab~a presentado desde' hace un mes i que nunca 8~ h~bla puesto al órden del dia, ni se habia indicado sll}ulera que estuviese sobre la mesa. Circunstancia que se hizo notar i que, era una razon mas par~ al?lazal' ~l exámen de un nl'gocio grave, que no habla ~Ido pOSI' ble estudiar con la e5c!'Upulo~idad que merece. Al fin la proposicion del ciudadano Viana se aprobó. Continuó el segundo debate del proyflcto que re­forOla la tarifa de aduanas, i el ciudadano Castro Viola llropllSO se suspendiese la discusion de una mo­dincacion del ciudadano Gómez al nrtírulo 1,° pam que se considerase otro artículo en reemplazo de aquel; por lo cual hubo de susp euderse el d ~ bato por mas ele una hora, para da1' tiempo a que el Secret~­rio pudiese dejar con~tancia en el libro de proposI­ciones de la muí es tensa del ciudadano Representante ya citudo. ' El ciudadano Castro Viola hace en su modifieacion una reforma completa i grave en la c1asificacio~ ue los articulos sometIdos al pago de derecho:! de 10l­portacion' estableciendo cuatro clases de artículos gravados' fuera de los que SA declaran libres. El autor de' esta reforma la sostuvo, i la combatió el ciudadano Corráll's. El señor Secretario de Ha­cienda quedó con la palabra. Se levantó la sesion a las tres de la tarde. . Dia 20.-Se Ill'esenió por el c~ud~dano Pereml un pl'oyecto de "lei sobra renunctas I ~aca~t~s de los Senadores i Representautes." Las dISpO~IC10UOS de dicho proyecto son las siguientes: LA ILUSTRACION. " 1. o Cnrresponde al Senado de Plenipoteucia. rios i a la Cámara de Representantes en su respec­tivo caso i en receso de las Lejislatul'as de los Esta­dos o cu'olldo estas no hayan resuelto otra cosa, adn'1itir las renuncias de sus propio~ miembros," "2, o Cada Cámara tambien es competente para declarar la vacante en los casos especificados en. los artículos 46 i su parágrafo, 81 i el 8~ en referen(;)a a los 32 i 33 de la Constitucion." . . Fueron aprobados en tercer uebate lo~ Slgll~entes prúyectos de ,decreto: e.1 que declara pensl?n ali~en: ticia la que disfruta hOI el coronel GregorlO TruJIlIo, que exime de cier,ta responsnbilidad. para con el Te­soro al señor Jose MarIa Obando; I que manda dar un ausilio de 1,000 pesos al señor Pedro Vera, para ir a los Estados Unidos de Norte América a pedir i venuer las patentes de unas máquinas de su in­vencion. Continuó la discusion del proyecto sobre aduanas, de los señores Farías i Barreneche, aceptarlo por la Cámara con preferencia a las demas que estaban en curso. Se negaron las modificaciones propue.~tas por lo~ ciudadanos Castro Viola i Gómez suceSIvamente j 1 el proyecto se aprobó con lijeras mo(li~cacione~ BU­presivas que en nada aHeran lo su~tanclal. ~u dlscu­sion fué todavia laraa i animada, sosteDlendo las modificaciones en el s~ntido de una rebaja notable en la tarifa los ciudadanos Castro Viola, Gómez i Sil­vestre. 'El ciudadano Restrepo manifestó que en fuerza de lo que habi~ oido en la d.iscusion p~blica i del estudio mas detemelo que babia becho oel pro­yecto, se habia persuadido de su cnnven.íencia i que recojia las observaciones que en la seslon antellor habia espuesto en contra de aquel. Se levantó la sesion, habiendo quedado con la palabra para proponer, el ciudadano José J oaquin Castro. Dia 20 (nocturna).-Se aprobó en primer debate el proyecto de decreto que ordena se pague de pre­ferencia lu pension que disfruta!llo~ jóvenes a~umnos de la Universidad, Manuel T. 1 LUIS Urchurtl. Se aprobaron las variaciones del Senado al pro­yecto de lei sobre ausilio a la carretera que 5e está construyendo ele este Estado al rio Magdalena. La variacion principal consiste, en que los 50,000 pesos anuales que se dan se tomen de las 10 unidad.es de los Jerechos de importacion que han estado aplicadas al pago de la deuda l\lackintosb, i !lo de.l product.o de la renta de salinas, como lo dlspoma el proyecto orijinal. Se aprobó en primer debate el proyecto que m~n­da liquidar i reconocer un crédito a favor del senor Cárlos Saenz. Se suspendió en segundo debate,. b~ta el 23, ~l proyecto por el cual sc señala un, e~1 ficlO para h.abl­tacion del President.e de la Repubhca. (La antigua Casa de Correos). Se aplobaron en segundo debate los siguientes proyectos: por el que se ceden unos terrenos a la ciudad de Antioquiaj i el que ordena s.e reconozc~ un crédito de 7·50 pesos a favor del Hospital de Candad de la ciudad de Honda. ...... ... ..... .. La esperanza. DEDICADOS A LA SEÑORITA C. U. Por qué tant.o penar? Por qué me abruma La negra bruma que me oculta el bien? ¿ Por qué es mi vida de constante llanto? ¿ Por qué el encanto Es tan cruel para mí con su desden ? ¿ Ese será del hombre BU destino? ¿ Ese el camino que nos ha trazado La inflexible verdad de ser mortales? ¿ O scrá que los males Para el hombre jamas habrán pasado? i O es que la vida i el dolor se hermanan 1 siempre manan el pesar los dos ? ¿ O la vida en el hombre es un dehto . Que sicmpre esté maldito A hallar el infortunio siero pre en pos? - - - Queremos, necios, aurnentnr las penas Tan 8010 apénas se divisa el mal, 1 nuestras quejas por el ail'e vuelan 1 nos desvelan La mas pequeña, la mcnor seña.!. 1 pronto, entónces, con afan )u.zgllmos Que nunca hallamos el menor SOSiego, Que solo hai penas i desdichas sumas 1 cual espumas Que son mui s, . el nacional, i el que pone en comUDlcaClon Ell dlstnto del Colejio con la ciudad de La l\1esa, asegurando que el que se llama Camino de Esealante, no es sino una senda, la cual por ahora no tomamos mayor empeño en negar, pues esto era 10 que el doctor Zal· dúo. se habia propuesto desde tiempo atras impidien­do a sus arrendatarios que desmontasen i compusie­sen el camino, i todo el mundo sabe que en los climas calientes el crecimiento de la vejetacion es tan pron­to, que si no se tiene el cuidado de destruir el monte por 10 ménos cada seis meses, los c.aminos se o?stru­yen, i por consiguiento se acaban, 1. esto tamb¡e~ es lo que habia sut:edido con el. camIDo en cuestJo?: Ahora preO'untamo~ ¿ en el tiempo que transcurl'lo desde que ~I doctor Zaldúa privó el camino hasta el dio. en que se verifico la última inspeccion ocular que fué como año i medio de t:ompleto abandono, que se podria juzgar del camino? pues que estaba intransi­table, que fué 10 mismo que dijeron los miembros de la inspeccion ocular, i eao mismo hubiera dicho cua­lesquiera otro, i es sin duda mejor dar vuelta por un camino abierto i compuesto, i e te fué el motivo por­que algunos propietarios del distrito del Colejio, de acuerdo con la municipalidad, emprendieron la com­posicion que tanto ha mortificado al doctor Zaldúa, porque obraban en intereses enteramente opuestos . A este re~pecto dice el doctor Zaldúa que el Síndi­co municipal del distrito del Colejio, Sr. Jo~é Manuel U maña, quiso convertir lo que él llama senda o cami­no de Escalantc en camino coruunal, lo que nos pone en el caso de preguntar al doctor Zaldúa lo que repe­tidas veces bemos hecho i hasta ahora no nos ha contestado: ¿ si conoce otro camino que no sea el de Escalante que ponga en comunicacion mas inmediata los distritos de TenR, Bojacá, Mosquera i Funza con los del Colejio i Vio.ta? o quiere obligar n los ajentes de las autoridades que residen en estos pueblos cuan­do ocurra alguna dilijencia urjente tntre estos em. pleado~, a que den una inmen~a vuelta basta la ciudad de La Mesa? lo mi 'mo que a todos los habitantes de estos pueblos que tienen comercio mútuo gravándoles mucho mas el trabajo de sus vehículos de trasporte? Todo esto como otra vez lo hemos dit:ho, está demos­trado en ~l mapa que recientemente se ha levantado del camino carretero al Iagdalena. Mucho se empeñó el doctor Zaldúa en asegurar que solo los señores ~os~ Mauuel l!?Ja.ña, como Sin: dico munici po.I del (hstnto del ColeJlo I Manuel J ose Tovor son los que han hecho abrir i componer el camino de E~calnnte i tambien los únicos que pasan con sus récuas, i tenemos que decir que esto no es cierto i pasamos a referir algunos becbos. El señor Gabriel Hernández que manejó la hacienda de Tena alaunos años, bacia que los arrendatarios abriesen el"'camino como comisionado por el alcalde de Tena, para que iJRgasen en este trabajo el servicio personal subsidiario i no impedia que los hacendados del Colejio pa;asen con sus part.idas i demas productos de sus haCiendas, ni a ninguna otra per ona cual­quiera que fuese su clase ,i condicion, con_cargas o sin ellas. El señor Leon Vargas Calvo, dueno de la hacienda de 'rrujillo, en el distrito del Colejio, tenia contratas a venta de miel con varios individuos que tiencn sus propiedades en la sabana, pasaban todas las semanas con numerosas partidas de mulas en los años de ]857 a 1860, i de estas no viven léjos Ivs señores Hernández vecinos de Funza que 10 pueden declarar. En époc~s mas . atrasada~, C,~on­do eran dU('ño de la refenda hacIenda de TruJlllo, los s"ilO~es Rudecindo i Rufino Umaña, tuvieron contratas a sacar las mieles por largas épocas, primero con el suñor Maurioio Rizo, que e!1tón­ces tenia neO'ocio de mulas en la sabana, 1 pos­t~ riOflllt'lItc ~on el señor Domingo Lema, i ám­bos '

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