TRI]\L 2 p '
• • - -
• •
• •
••
Q~ ~~ ~~~~tt~~llf
• . . . - . . . ~- ,. . .. ... - ~ .... .. .... . ... . .... . . . . .. ... . . . . .. . . . ... . . .. .. ... . ... ,.. . . ..__.._ . . . .,.... . . .. . - . . -
Ji~I~ TRIM. 1 FUER'rE. 1 Üartnjena, 10 de Setbre. 1867. ( EL NU~f. SUELTO 2 R\ .
• • •••• -···· • •• • ...... ··-·· ••••• •• • • .... .,..... ·-··- • ·--·-····· --···• •._¡~~• •• • ••• .... • •• ~---..· - -·--- ·-.···- ··--· -· ·· ···-· . ........... . . ... ... ... .. .. ........ ...... . .. .... .. .
LA CARIDAD. •
I
A 1 hab]or de la caridad7 e~a virtud la mas
sublhne i consoladora de todas las ,·irtudes,
la primera figti ra qne aparecP, ante mis ojos
es su mas bella imájen en ]a tierra.
iQuién de vosotros, lectores mios, no ha
visto alguna vez a esas mujeres que visten
un pobre i grosero sayal negro, que cub~en
su frente i sus cabellos con una toen. de huo
i se envuelven en un manto de lana1
iQuién de vbsotros no conoce i an1a a las
nobles i jenerosas liijas de Sun Vicente de
Pául?
l!~sas mujeres, licrmanas de la caridncl, i
encargadas de la santa mision de esparcir
sus beneficios i consuelos sobre la tierra; esns
tiernas i amantes criaturas, no tienen patria.
Descienden d~l cit!lo, i donde se sufre
allí está su hogar; el que padece es el o'ojeto
de sus mas sdlícitos cuidados: la anciauidad,
la juventud, )a infancia, ven en ellas sus ánjeles
de paz.
l:lállonse en n1ed io de las batallas, en Jos
hospitales provisionales destinados a recojer
los cuerpos mutilados de heridos en los incendios,
en las epidemias, en todas partes, en
fin, donde hai dolores que aliviar, desgracias
que acorrer i lágrin1tts que enjugar.
La mas liermosa i sublitne de las obtas de
Ja Célebre i nunca bastante alabada 1\fadama
de Gen lis, de esa mojer que tué a un mismo
tiempo la mos bella dama de la corte de
Francia, Ja escritora mas eminente i lamadre
de fat-nilia mas ejemplar: la mas her ..
mosa obra de esa mujer incomparable, es.
tá destinada a pintar la abnegacion i ~~
heroismo de las hermanas de la caridad: el
que ha ra leido Clara de Ros mherg o el Sitio
de la Rochela, no podrá olv1dar fácilmente
las jentiles i preoiosag figura~ de las hospital
ria Clara i Honorina, i la evocacion de es-te
r~cuerdo; las verá ante los ojo¡ de su imajinacion
recorrer las salas del Hospital de la
·Rocliela, ejjvueltas en blancos velos i llevando
en las manos el vaso de alabastro que contiene
el J:já}samo que alivia la3 heridas de los
soldados.
Ni una sola de esas mujeres he encontrado
que no tanga el rostro sereno i apacible
como su corazon i su conciencia: he visto
1Jajo este hábito, ancianas de noble i benénevola
fisonomíA; mujeres, que lle~an apénas
al estío de In vida, de mirada dulce i elocuente
sonrisa; i he visto tatn bien jóvenes en Ja
aurora de sus años, de rostro hermoso i de
cándidas i risueñas facciones; pero en todo~
sus semblante$ se nota un sello de arnor, de
resignacion i suavidad que jamas he hallado
en las de otras mujeres.
Las hermanas de la caridad son mas he- •
roinas a mis ojo's que Juana de Arco i la Va-rona
castellana: estas se olvidaron de !
1
u sexo
para hacer alarde de su valor: aquellas conservan
además de todos sus privilejios del
suyo, el mas hermoso i envidiable: el de hacer
bien a sus semejantes.
La caridad de esas ériaturas es inagotable.
El pobre husrfano a quien su madre abandonó,
halla en cada una de ellas una verdadera
lnadre, mui distinta del monstruo a quien
debe el ser.
El anciano enfermo i desvalido encuentra.
en ellas una hija que le cuida con solicitu
•
1 amor.
El pobre j6ven o. quien la mi ria i el stra
TÍO conducen al misero leeho del ho pita l.
halla una hermana en la que lo es de la
caridac.
• • • 1 esas mujeres ejercen su santo mtn1ster1o
en la oscuridad, sin testigos de su heroismo,
sin alabanzas, sin galardon de ninguna especie
en el mundo; su abnegacion es silenciosa
e ignorada; la admiracion de aquellos a quienes
al !"Viao i consuel n hace en rojee r u s
·- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
-
-50--
r ntes; Ha se contentan únicamente
1 a apr baci on de Dios.
con ricia, que no d J ueno en lo ojQs, r1
.~a hermana de la e ridad renuncia a ser
e po a i rnad r , para serlo de la gran ~ rnil i a
humana· renuncia Jos goces de hogar dorné -
tico para ir a det·ran1ar ]a paz i L1 du]?.ura
n los estraños bogare~· sepárase del rnundo,
de sus placeres, de sus galas, par3 ir a empaparse
en ]as Júg1·in1as nj nas, para curar
eolores que no le pertenecen, pora aliviar
padecimientos qqe no son suyos.
Ellas no veA mas que la esperanza de hacer
el bien en todos sus sacrificios: pero 1a
esperanza )as muest a una corona en el cielo ..
La fe, la esperanza i la caridad se sostie.
nen tnútuan1ente i se aman tanto, no se se-
• paran .1arnas.
lo labtos, ni a 1 g l'Í a en 1 coro.zon; 1 a a' a n
cia verdugo del que la abriga n u s ro,
pues s 1n JBUte al v n1p1ro, chupa su san re
hasta deJar} sin vida.
El egoisn1o e 1 Jnas vil de todo los d ..
fectos, i la avaricia ]a n1as s6fdida de toda
la pasion s i uno i otra causan tanta d sgracias,
que i pudiératnos verla qu datía
helada la sangre en nuestras venas.
J>ara el goista no hai afectos, ni amor, nt
amistad, ni farnHia: todo lo sacrifica a u propio
bienestar; pero nada ba ta n uons gui rlo.
La a va ricia. lo sacrifica todo al plac r d
a u mentar; pero su loco anhelo no la d ja ' r
u propia miseria; pues de todo lo priva. i le
a ce viví r sin pasado, sin presei.te i in l'or
• ven1r.
Tú sola ¡oh sublime caridad! puedes borrar
con tus merecimientos las culpas del egoísmo
i de la avaricia. ¡Tó sola pu des con
. la luz purisilna da tu belleza iluminar los
La caridad es tan sublime i jenorosa, que
culpables abismos que se abren a sus pié
Solo una relijion como 1 a nuestra pudiera
producir tan benéficas, hermosas J consolado ..
ras hijas.
II
da cuanto tiene, a veces tarr1bien da Jo que esos mensajeros del infiernof
no po ee. Porque tú eres, como tu madre la reliJ Ion, La imájen de San Martín, dt1ndo la 1nitad i como tus l:rerma:Jas la fe i la esperanz ,
de su cap< a un pobre, me ha conmo ,ido mensajeras de Dios en la tierra i santa hobi-sie.
lJpre profundamente. tadora en el cielo.
La caridad es una virtud ardiente i apa- Tú llevas err tu nla;nto el consuelo i la
sionada: es un amor indecible a todo el que alegria.
padece, que solo puede provenir de un rayo Tú enjugas con el llanto amargo de la
del espít·itu de Dios. viudez las tristes lágrimas de la o•·fandad.
El egoísmo, ese asqueroso r~ptil, con cuer- Tú amas a Jesucristo en el mendigo an
P 0 de acero i garras de hielo, huye tetnero- drajoso i maci]ento; i la puerza innlaculaso
de la caridad: la teme, i uunq u e 9. uisiera da de tu ropaje i la blancura de tus alas
esterminarla, nunca se atreve a dirijlrla sus cobran nueva brillantez al rozarse con la rolti
ros cara a cara, ni a penetrar en los sitios
que habita porque es cobarde i ruin.
Los egoistas no saben de qué placer se
privan por no conocer la caridad. E os desgraciados
sé res esta!l constantemente sufriendo,
pues cuanto poseen les parece poco, i pasan
su vida deseando n1as cornodidades i un
bienestar cotn pleto, como si / ste existiese en
el mundo; n~as cuando creen llegar al pinácu·
lo de su dicha, cuando ... e convencen de q' van
a ver satisfechos todos stas deseos, otros deseos
n evos se alzan en su corazon i realizan la
fábula de las culpables jóvenes que fueron
condenada a llenar una vasija sin fondo.
La ta1 ea de los egoístas como la de estas
desgraciadas es interminable: no tu' o principio
ni tend1á fin, i todo lo que con e la logran
es conquistarse pedazo a pedazo la condenacion
eterna.
Detras del egoismo viene siempre la ava.
seria que constanten1ente procuras
g u es aliviar.
III
• • 1 consl-
La caridad estiende tnnto us beneficios
~ue es imposible señalarles su ttÍrmino.
o se contenta con dar pan al hambriento,
con vestir al desnudo i con aliviar los do1ores;
la caridad perdona tambien las ofen as,
i no hai injurias que no haga olvidar su plácida
dulzura; ella p0ne una venda ante los
ojos para ocultar a su tnirada los defectos de
los que nos rodean, i nos hace la vida rlsneña
i fehz.
N o creais, lectoras mías, que la caridad
exije al que ha de practicarla que se cubra
de tosco sayal, ningun peno:so sacrificio nos.
impone la virtud jeneral para que la practi ..
quemas, i de todas las virtudes no hai ningu~
na que tan suave i fácilmeftte pueda ejereer ..
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
hombre.
po carácbondadosa
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
'-! '¿.-
u gloria, s la práctica de las vi11ud .
Su felicidad depende de qu la o tenga la
fe, la halague la esp ranza i la anilne la
paridad.
t
LA SE ORA l. S. DE E.
íDónde mi infancia esta'l n¡,nde la hualla
De mi~ dias de ayer tan ¡.alag:6efto 'l
¿Dónde la blanca i rutilante estrella
ue iluminó mis cándidos ensueños1
V. ltf. de D.
·Dónde las ardorosas ilusione&
Que sin cesar cruzaban por mi mente,
I enajenada ep tiernas emociones
'ftÍ mira}Jas co;rrer ta11 dulcemente?
¿_Dónde las gra~ias i festiva risa
Que alegre i juguetona preparal)a,
I al compas !usurrante de ]a brisa
Mi bello pensamiepto te roostrapa'l
¡Pensamiento f~liz qlle en lontananza
Un porvenir brin~basme balagüefo!
¡Tú avivabas la luz de mi esparanza
Aumentando mis májicos ensueños! ....
1!.11 d sen a a 1 o con . u lJ1 nno i Jn rn.
le eu1puj· i }l' c1pita n su r1 i u i
l l1ai 1 1n1 s .. a ún br Hgonía
u e en u in taut 1 ostr ro el , lt ~u. i nt '
• i el dolbroso s 'n de n1is cantar·t~
Tu soorisa feliz interrumpió,
o n1ald1gas jamas de mts pesares
El epo qpe tu CSJ íritu turbó.
Que si no es dable 'a, q e en bi nandan~q.
Se trueque, an iga, tni tormento atroz,
Deja q u~ diga adios a mi c&peranza.
I a los rec erdo~ de mi infauci~ ¡adio !
Z .. IJl .
~etie1n bre d l 64:
,.
~ · i ló icos d~ ~r.ta ·e .
[Continuapion del núm. 5 ~]
I qu'én s luchnban~
J_,uchahnn entre ~1, }os ministros de un a
relijion toda de paz i de dulzura; i los n'lotivos
de la lucha no eran por cierto mui cris-
• uano .
Ppr tercera rez ocurri~ron lo Prelados a
la A udiencia1 i por terc r vez tambien fueron
despachadas provisiones en el sentido
de la-s espedidas anteriormente, por las cuales
Todo acab6: cambiáronse en tormento . .,e declaraba a Su Señoria incurso n la
Aquellas horas de placer i encanto; . rnulta in~pue ta por las anterjores; condenó.~
I envuelta el alma en duro sufrimiento basele en las ternporalidades i se disponía
Su pena exhala en ra».daloso llanto. ·su espulsion deJ Reino 7 con especia1~s pro ...
visiones al Venerable Dean i Cabildo para
7 En dónde está, Gran Dios, el tierno nnbelo que rea~umiese en ·í el gobjerno de la IgleDe
aquella 1nadre que mi bien anaiapa, sia i toca~n sus campanas a vacaote.
I en cuyo seno bienhechor COJlsuelo El JllÍsmo día Jas reli.iiosas de Santa Clara
Mi sien 3tC&lorada disfrutaba? repre&entaron Bl señor Obispo para que no
se les entregase en poder de sus enemigas,
Deja que corra el llanto, i mi~ sollozos
Se mezclen a tu plácida alegría:
Qu tu vida hoj feliz, llena de gozo ,
Lo aciago temple de la vida mía.
z,No vé8la languidez que hai en mis ojos1
;.N o vés el ceño de mi airada frente?
Es que mi corazon lleno de enojos
Del mundo a los halagos se resiente.
De ese mundo en el rudo torbellino
Tú incauta i sin pesar sigues la senda;
I no adviertes que al fin de ese camino
~a pérfida traicion ras~ la venda.
• •
manifestal9do ,todo sus tewores i dese&peracion.
Su Señoria 11 ustrtsima, cre) .. endo que
este memorial podria influir en el ánimo de
los 6ecu]ares, dispuso que se les manifestase;
pero su lectura di6legar a mawores desaires
i desacatos.
.El apoyo de la autorida,:l civil les daba a lo
desafectos del Diocesano, toda la ventaja en
la cuestion1 pues en tanto que este no podia
hacer mas que fulminar exoomnnicmes
contra ello~, a~ u ellos le desobedecían i a) ..
borotaban la ciudad diciendo que el Obispo
debía salir del Reino como lo había dispuesto
la Real Audiencia.
En Yaao nombró Pro dsgr i Vjca.rio j_e.ne- -- - ....,._ •
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
l . 53
ra po1· pr1vacion del doetor don fari o d rí a el pasto espiritual de la rehJ"iol'J. !J tan e u r, al doctor don Juan 1\f artin Rei,
J en su tldCcto al d0ct.or Bernardo V el asco De nllí Su • ÍÍOI'Ía pasó a Turbaco pueh
de 1~ · 1~iva, Mae. tre Escuela de aquella ~ue ?i ta c_uatro ~ guas de la plaza,' i n el
Iglesia, 1 al doctor don Bcrnabé de Arace¡o¡ camtno fu¡• detemdo por una partida de sol -
T~sore_ro de ella· en_ va no proveyó auto,' q u~ d_n'! 0
' mandados por un Ayudante del P!efue
notl1ica~o _al cabtldo de capitulares, pa- tdJO, nombrado Ba rtolomé Ve lasco i de órn
q?e deststtese de la pretension de rea- den del . Gobo_r. i Teniente, le q uitar'on toda
sum¡r en s~ el gobierno del Obispado, como la ropa 1 Pontificales, vestid u ras sagrada & .
para ello el Goberqador i 'J'eniente lo ha- Entregada 1~ ciudad a }t)S Regulares i rripiao
:iOJi~c~ado, bajo pena de excomunion 1na- tados, se reun1eron eu la plaza de arn1as
;¡or 13i_lo IV'erificaban, porque el Gobernador ~on la reseña de los instrumentos militare~
J Te~1eo.te, ,4lcalde ordinario, A lguaciJ m a.. 1 1narcharon seguidos f1e gran nún ero de
or, 1 otras muchas personas, con lo$ Ecle. Gastadores, Oficiales de Herreros i Carpinsiásticos
de 1~ ciudad, seguidos de soldados teros, rn.o .. que teros i piqueros, capitaneado
con armas de fuego i aJabarderos, se diri 1ie- por el nn~n1o Gobernador, hácia el Convenron
a la ca "a de Su Señoría amenazá ndul~ e t~ . de r~lij iosas de ._ anta Claro, )e pusiero n
ÍllJUriándole atr.o~me~te. S.~ Señoría se puso s1tto, c•rctmvalaron su contorno i llamaro
su c~pa_ mo,rada 1 s~h6 ¡>or entre P.IJos para la ~on e~truendo_ a todas sus puertas. Las hIglesJa,
J alh con el Santisin1q Sncraanento des- JlOs~s ·e subJeron a las rejas i ventan· alcubierto
hi~o oracion por la eoncordin de los tas ~ t_ra~aro~ con los Regulares una reyerta
pueblos cristiano~ i conso\ó .con prudentes de lOJUrlas 1 despropósitos grandísima. Al
razoneM a muc})os fieles de conciencia que se fin estos come&zaron a descerrajar las puerllallaban
presentes} disponie11do que se noti- tas de 1~ Iglesia.' desquioiando la de la puerta
.ficase de nuel'O a Jos autores de estas inquie- regla~· 1 acon1et1eron con itnponderable furia
tud:s suspendieran sus procedimientos, pro- a abnr brecha para q4e~rantar la clau, ura i
testandole~ que pasaría a poner la cesacion violar la in~unidad de aquel sagrado asilo;
cot? _que los tenia .\loperci'i::lidqs si nq s~ tran- pero las .MonJaS se defendieron con denuedo
q ull1za ba,n. tiránd~Ies piedras i otros proyectiles con q u~
Eotl'e tanto Su Seiior~a había. sjdo decla- se hablan preparado para este caso de vio·
rado es~rañado del Reinq, ¡ se ñizo público !cnciaÍ El Gobernador i Teniente, regulare~
que nad1e debía prestarle obediencia, l)i tra- 1 secu.,ares, comieron i bebieron, en espantotnrlo
como su ordjoario Prelado, por Jo cual sa orJln, dentro de la Iglesia misma, hasta
puso cesacion por el término de un mes en la que persuadidos de la inutilidad de sus espiudnd
con toda:> las formalidades i ceremo- fuer~os, se retiraron poniendo nuevas cerra-nias
del caso. duras a las puertas_.9uebrantadas i entregan-
La consternacion llegó entónces a su col- do sus llaves alreJIJIOso José Eusebio Orjuemo
.. El conflicto se hizo ya jeneral; pero los la. Lu~go ~e ¡mblic6 bando prohibiendo toda
cléngos propala,ban por 1~ ciudad que ni )as comun;tcacto!l c::on las relijiosas ni de pala.
c_ensuras les ligaban ni la cesacion podía sur- bras m por l~terpuesta persona i castigando
t.tr sus efectos, por el defecto de jurisdiccion con penas muJ severas a Jos que les su miniedel
que ~as babia impuesto. trssen .cuaJqujer el ase de alimentos estable•
En v1sla de todo esto, resolvió Su Señoría ci~ndose un rigoroso asedio, para eÍ cumpli -
alir de la ciudad
7
dejándola entregad;r. a sus m1ento de estas órdenes espantosas i cuyo
contrarios, i así lo verificó el dia 1 ? de Ene- asedio duró desde el 26 de Enel'o h~sta 9 de
ro de 1682porla mañana: }e acompañaron el Agosto del ~ismo año. Por fortuna algunas
Venerable Dean i Cabildo, los Capellanes de P.ersona~ cant~tivas i parientes de las reli.
coro de su Iglesia, toda la clerecia, llevando Jlosas, dtscurneron un medio de suministrarloa
pubendados sus capas magnas de corone- les de noche por l•s albañales de las oficinas
gras con los capuces calad0s sobre lo'" bone. bajas los alimentos necesarios; sinembargo,
tes, i cantandQ el Psalmo ltt epita Jsrael de "?uchas.de ell~s.se enfermaron i algunas mu .
Egiptto, se diriji6 desealzo al Hospilal de San neron 810 rec1b1r los consuelos de la relijion
Lázaro, fuera de la cuidad. Muchos feligre- en los postreros momentos de su vida. Tal
es lo siguieron con tiernos clamores i lamen- era la impiedad con I!JUe se les trataba.
taciones, viendo que con su ausencia les fal!a- {Continu rá.]
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
-
l. O SA
.Jl ivir e1~ Cfa7~ta¡en. a
Es un molesto vivi1·,
U11a grandísi'Jlta 1Jcna,
Un ete1·1tQ maldecir
Si no iJSttl la bolsa llena.
Yn que n1e ordenan gJosnr
Voi a poner gran cuidado;
Me siento detertninado
A decir i .razonaf",
A probar i comprobar
No sin afliccion ni pena,
Que es tnalfsima faena
1 co a 'JUe no conviene
Al hon1bre qne nHda tiene
El vivir e~ C~rta;·e,ta.
J)iez mil veces es peor
Que una penitenciaría
J.~o que se sufre en el di"
Con el penurinnte hP.rv r,
inguno otorga el fav(lr
Que todos ~aben pedir,
No ~e puede conscgutr
J j n ro para gnst<1 r,
1 ten r q ne tra'baja r
E3 'lt1l ntolesto vivir.
Aqui las menores cosas
Toanan fune~ta :1pnriencH-t,
En lo5; hombres no hai conciencia:
Las mujeres n1as her1no as
Se meten a virtuosas
Con humilde faz serena
l bella apariencia amen"·
Con dinero les gustamos,
Si no, las ocasionan1os
Una grandtsima pena.
•
Ninguno procnra oficio,
1 segun lo qne se cuenta
Viven todos de su renta
Sin gozar de beneficio, ,Qne
quiera el cielo propicio
Tanto mal disminuir,
Si no, tendremos que •r
A buscar absolucion,
Que es tal vida en conclusion
Un eterno n,_,aldecir. -
-{4-
a S ¡; por q U é 111 a fe U a r •
~~n probar lo q u es .. u bid o
A ~jorna tan repetulo
Con1o n rl í e u Jo dt! f¡ •
o, pobre v te, bi n s ~
Que e r 1 a n1 á r ti r fl rl ajen n,
1 nra ~1 pobre todo es pena
1 placeres ~~ara el rJco,
Que el mas ~abio e nn bo~neo
Si no está la bolsa llot~;a.
1862.
José de la E p1~iella
--o--
J.,A VIDA CAMPE TJt ·.
A. 112i tl/Jn?go l J r. l!JUScbio Jlern. and z 1..,
Tambien acá en el campo se goza, dulce amigo,
Cual goz&s tú en J~s playas de! bello Cal, mar,
':fambien a~á se goza del cielo al puro abrtti
El corazon sintiendo de gozo palpitar.
Acá bajo la ramas de jiaant co monte
El alma e adonnece, 1 aduenne una pasion
1 a orillas del arrúyo escúcha e al in nte
l~evando hasta las nubes su plácida canclC'n
Acñ murmura el ''jento JUgando entre la flores
Rosando sus corolas, tronchanao su capuz.
Las avecillas lie.rnas ''cantando sus amores"
Saludan entusiastas al Paare de 1a luz.
•
Aquí baj0 1~ encina se duerme dulcem~nte,
1 mil amantes mundos nos crea la inspira~ion.
El entusiasmo crece al contemplar la fuente
I ambár so)Q respira del hombre el corazon.
Por eso yo no envidio tus mundos de plac res
i aquelJa blanca spuma q' \'terte l ancho mar·
Acó. nos acarician !as púdicas IJlU]CrPs,
.A ca no$ adormecen lat) auras al pasar.
Por eso yo no envidio tu t{)rres i balcones,
· Tus muros, otro tiempo, de déspota terror;
Acá tenemos campos, que dan inspiraciones,
Magníficos Edenes de cc]csllal amor.
De allá tan s,l]o envidio la colosal lumbrera,
La cuna de esos sabios que nunca morirán,
Que brillan suspendidos de América en la esCera
1 acaso hasta otro& mundos la ciencia 1 evarñn
De aH á tan solo envidio la gloria i los honot s,
Del héroe los laureles con que su sien orló~
I esbeltas i agraciadas las perfumadas ti ores
Que en su entusiasmo ardiente el mismo Cielo
(creó.
J'ENA.RO R. IARTINEZ.
San Jacinto, Agosto 8 de 1867.
.. ,
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
t uentes lta tJr annraLan, el aura mecí los co·
po .d lo árbol , i el prado engalall ba
c on tod sus ma ví ido · colore , at ran-do
de perfumes la piñ • o hice 1 o
maquinalment ; olvi ojos haoi
i continué d n 6 urm rando oo o
Chateaubraandt " eliz el hombre que 118
usentlt nuooa del su lo-que lo vi6 • "
Llt'gado a Bogoti rne unt a ml e po
que ae di pqnt para eeguir a Popa par~
queriendo 4n s var i saludar tantos
~ os de Cole.iio, fui de casa en ca • • na.
die me recooooi6. U no hubo que hizo na
remioiscenci lejana i fria, i puso en mi ma.
no, abierta para saludarlo, unas
de eobre como si hubiera ido a pedit-le algü·
aa 1 a, YOlviéndome la espalda · alej4ndose
en aeguida . .• •• •.. Mi primer ·ro pul •
., fué correr i detenerle, volverle al rostro
sus monedas i gritarle:-Miserable, yo no
IJOi meDci~J pero babia mucho orgull8 en
aquella resolucion, i reoonviniétldome inte ..
riormente; me puse a llorar.
La policta pa1aba en aquello. mo.
mentoe me por tin ebtio i me condujo
a la c4rcel; alll nte creyeton loco; i llevaron
al hospital. Verdad es que no cesaba
de cJatnar contra mi suerte, i me q d a
Dios enumerando en la ruerza de mi doltJr,
tantas penalidades como habla apurado en
el curso de la ~id&4 i concluía siempre reoonoci~
ndome mendigo, pero de una l'grima,
de un suspito1 de una mirada, de c1).alquier
movimiento simptico, por que en la escala
de loa afectos, tenia necesidaa de al&o para
que o desfalleciera mi •e,Ptritu.
AJgu.noe dt•s pa~ a pua~ de vol~er,ma
1~, ~r el loteres con que me ~Q.•ban
P.Qr t.l i tuve necesidad de esfuerzos ·'·-
toa porque-me, creye an ouerdo, cuan
tos que p•san por tal~ d bier&ll
1 · a as de ~q bqap1tJt.L
~ a t1sled eetará. canudo, se
actOr, ('OD eSte causado re a~ ·-· ""-
el oGm ro pr6xl ~ion.
Su o .S
•
•
&lo a m~ me ha sucedido
Lo que G t1.ingun labradbr ·
Perderse todo• lo s e~flos
En la cosecha tÜ a'TYI,()r.
( to populR
n el ye o d
o p d
o
o t ene-¡
e 1
more
Porqde 'IJO
Síem re~ a 1 e
Sin mostrar e 1 .,..
., ,
¡ o 6 po e ·IIJW
Lo que t.i inpra tobr~Jildr
ve la
o 6 !=>
•
~ . ·} . : . ' •
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
•
,-v7,-
1 ~a n1nj r s que no pierden o en ion
e e ha b l n r de 1 o p u :s a d 0, lo 111 i s n o q de 1 o
pre ... en te, ... in hacer en o n 1ngu no del porventr,
tie11en la peculiaridad de recorrer
toda In~ '"nuaciones i lns épocas de su
Y ida en n1énos de lo que ~e per iua un
t·ra loco.
o httce n1nchos d íns q' se encolltrarou
e 111 de co ·turuhre, e11 la sacristía
d .. la Jgle 1n d · .... al~una anticrua conoctda~,
d e~t1 ... v ~jds de la cá c,tra anHlra
1, e p e .) d, o. iles nnudiluvinr.o~, q'
10 d•· pPrdtchtll la ca ion i n11éntras
e 1ev .. tul (.l\ [)furoco par\t decir la ulin
d · cnatro i rnedHI, . e 1 n terou a c!H1rar
a11 ute~ con un gu to qne era nn
contento, a con.:ecuench de que iba a
corre ~E la tPrc~ra étruonestncion de tnatrlnlonio
eutre nn jov nsito de diez i cis
"\ d1 z i. iete nfns nnéna .. , todnvía con
1 \ lechP. d) la luctarlCI,t ell J0 labio i
1 O Íl'l ' r d1 t1 1 C 1 a l ;) 1 O~ 1 ) e~ e 11 g (\ Í1 O, , V lll •
da d~ tlll ltaiHUlO r¡cachon, con llHlS lli·
Jt qnt llnc enri.
~ n u t n r r 1 n1 o 1 J 1 o e s e o. a q o e n e t á
P enl) j(.,una. dt: conu ntnno. p· ra lns
nJuj "1'\:S. ~~ ··1 e In tecla, el elernento de
la IllHijliHtClOll de todas el las. 1~~ tar pnra
c .. ar <:. r ~ .... taren bcrl!uH, eu veroüenzn
pübl1 ·a Pll pC1blica alntou d '. ¡A
1 )JO .. gracia yo he pcL ndo yl1 1 or toda
" a horcl' UlatrllnOll ilde~!
l JO .. " ojt) du In vejctllCOil3S devota ...
brilL. boll n la o curidnd corno uzoue,.
1 n1ns ch.) un·t vez alierou de aqnelln
1> ea de .. l ortilladn por el tien1po e traf
l b,,bo 1dade .. qu utdtcubau Ja ecsalt'lCl
lll ( 11 qne ~e hallnball.
IJ t tllllJercs llenen t 1 1 cnpri ho de q'
el cornzo t 110. e .lnvejece tltlnca, i se
luuer ll dt JlllO viejas con la .. e per' n~
l ~ t n n v P 1 d P. e o n 1 o e 111 e r al da .
- < dPtfn la \hH) or de toda 01 la
q JHt·d l htthlar con llH\ ptopicd~.ld entre
1~. por pH h ~1do CllH~t1 vece ~a adn.
-( \1 c·1 1 a, pr11Ut. i ( ,JilCO V )Ce .. (
-lllj,, 1 e 111 pleta 1 ía 1 a lllt: d ll d oePna
h lt~ll t ~
Citación recomendada (normas APA)
"La Aurora: ensayos de literatura - N. 7", -:-, 1867. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2094320/), el día 2025-05-01.
¡Disfruta más de la BDB!
Explora contenidos digitales de forma gratuita, crea tus propias colecciones, colabora y comparte con otros.