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  • Prensa

El Mosaico - Año I N. 37

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  • Año de publicación 17/09/1859
  • Idioma Español
Descripción
EL MOSAICO I Bogotá, sábado 17 de setiembre de 1859. NúMERO 37. OONTENIDO. ".. PAn'Í'IDIATltDroXIAL .•.••••.... • •.. • ••.•.•..•• 203 OUANDO NO P OR lHEN A .TI:II0 .• • ••....• • •• • ... . • id. CONCIERTO DD DE ~ P E 1)IDA . . . • . . . • • • • . • . • • • • . . • id. RE\' ISTA EUHOT'EA-=-Por Andina" . .. , , , • , , , • , . , 294 A LOS SRES. n .UMUNDO ANDHES 1 RICARDO SAYfA· MAIIIA-Poesía por J P. Pos ada .• , ., ,. " . .. ,. 296 PnÓLOGO 1 EPíLOGO DE UNA NOVELA-Continua cion 207 ~UNQUE L~ PAREZCA CHANZA-Le trilla ..... , ..•• ' 298 l L CACHACO, .•• , •.••• , . , ••.... , •• , . • • • . . . .• 299 AYISOS .', , '" . • .... ' ! ' • • ' •• • . , , , ••• , .' •• ,. 300 =-.Aa...:m&. r:ra:"' = :ro.>. .. .:J _ xm:::::,EIL:I...o .. A ISABEr.-Polka por Santos Quij'tno .•• , .• , , " 1 i 2 1 ~(l; ~~etol;oo(l; 60 Sfe,;wúta~ -da41:4?¿~; ¿" ~/. a¿n¿a4PZ.(Y'/I-¿' 7~~ .... n &,," #,#-tUf~ ....- d¿~. CUANDO NO POR BIEN A JURO. Como a la una seHa, . o una i media de la tarde dellúnes, cuando hastiado de estar en mi casa salí a recorrer las calles en busca de materiales. Ai! que no sabia cuán fe cunda habia· de sel' esa semana. No 'sabia cuántas desgracias Í cuántas feli cidades se me espera­ban. En recorrer la calle real i verla con mas tiendas i comerciantes que compradores i en .oir a los canólugos en la Qatedral murmu­lla' 1.ldo su rezo al.son de Ull suave i cadencio­so órgano, se mepasó mas de 11p.a hora. Aquí con plata, sabi~ndo o queriendo trabaj,ar, l)ensaba yo, que sabrosa se pasa uno la vida: mejor que un canónigo; nadie molesta al que no quiere meterse en na~a i c::¡,d,a,cu.al es 11 .... --Siga .U. con nosótros, me ülterrmnpió un'hombre i sin que hubiera tiempo de re­plicar me hallé en medio de unos 'Cuantos soldados. _ . ~Señor, le dije al que mandaba la escolta: segnn la Constitucion i las leyes U. no puede llevarme a ménos que ..... -Todo eso será cierto pero U. tiene que seguir «on nosotros ahora mismo, quiera o ' no quiera. Qué remedio! Me llevaron a 1m ,cuar'teI hnprovisado junto a la Cá,rceI i me encerraron en un ClQarto conórden de no hablar a nadie. . Por qué será esto ~ pensaba yo. I Qué habré dicho ~ A:[ ménos mi íntencion ~a sido la de no·ofender a nadie; con que, por qué será:es­ ·ta prision.i Oomo a 1a ·media hora entró el Alcalde . . -Podré saber señor por qué estoi preso i por órden de quién? \ -Está preso porque tiene que servir de sol­dado; pero no es U. solo, consuélese con eso. -Ese es. consuel? de ne~ios. Hágame el [av?r de ~leJ arme salIr ele aqm porque me per- JlldlCO. . -Cómo se llama U. . -El :Mos.<\,Ico. - Qué oncio tiene·? .- Soi periodista señor. -Periodista ? Sinónimo de vaO'amundo me .~le.gro de que baya caido. 1 qué clase d~ perlOchco es el q1~e redacta? Político o . ; ... -Literario, me apI:esuré a decü' para de-sarmarlo, pero él entónces dij o : -Cómo se conoce . que no tienen en qué ocuparse los que redactan periódicos litera­ríos. 1 qué estado tiene? - Soi soltero. -Vaya, U. no se escapa de ser soldado porque ademas de ser perlOdista o vaO'amun­clo es soltero i hai órden de que todoosoltero sirva en el ejército, por ahora. - N o soi casado, pero soí cuasi-casado por-que estoi de novio. . ' . -Esos son pretes.to,s para que yo lo suelte 1 eso 110 lo consegmra- Adios. - No; no, señ 01' Alcalde .. Mire! venga acá! Oigame. Pregnnte U. í verá que .... - Con q~ué.n se casa? . -Con la BIBLIOTEOA DE SEÑORITAS Están hechas las informaciones, el CATOLICISMO será quien nos casa, la madrina es la GAOETA i el padrino el: .... -Calle U. me interrumpió. N o sabré :ro que esa señora BIBLIOTEOA se murió ? . - No señor,resultó falsa la noticia isi nó va ver?,- c?mo va a reso 11 al' mas grueso q:ue ánt'.el s. - Blen,. pues U. sale, ahora, pero si dentro de ocho dlas no se ha 'casado le prometo que no se escapa, i lo ~lando para Cartajena. La verdad sea dlCha, en 10 que ménos pen­saba era en casarme, pues lo que habia entre la Brm.IOTEoA i yo, no pasaba de meros co­q~ leteo?, pero qué reJuedio! Cuando no por bIen aJ uro. Vale mas estar aquí casado que soltero·i de soldado .en las playas del MaO'da-lena. ' o , Ell el número si~niente se dirá lo que hu­bo eulas b?das ?~l lvIóSAI.o,o .. que por hoi se pOll~ a la CliSposlclOn del publIco con mas ga­ra~ tlas, puesto <¡l.ue ha tomado estado i se ha urudo a la BIBLIOTEOA DE SEÑORl'Í'AS tan cono-' cida pOI' sus vü¡tude..s. i belleza. -..' ..-. --- . CONCI.ERTO DE DESPEDIDA. El MOSAICO ~uvo el gusto de asistir con su Se­ñora al concier~o que tuvo h1O'a1' el dominO'o. La concurrencialnofué abund~ité pero sí es~o- * ¡I . . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 294 EL MBSAIfW. ji(la i en lo j eneral t~fjlo estll!VO ~)ien deS~J~lpe~ liado. Los miembros de la SOCledad Lmca 1 al o-nnos otros se prestaron gustosos a dn,r ln­ci~ i ento a la funci on, i las señoritas 'Teresa Nieto .i Oelestina Ospina nos dieron un rato lwraclabilísimo en las diversas ocasiones que sg presentaron a carltal' .. I:a " Au~'ora " ~an~a­da por la señora de l\'Ürandola J la sCllorlta Teresa Nieto fué con rar.wn ruidosamente aplaudida i aun se hizo repetir, i si nuestra fi­bra de nacionalidad no hubiera despertado completamente con ese canto, el señol' Ori­sóstomo Osorio lo habría hecho con Sl1 "Bam­buco" A un granadino se le puede con­mm'el' hasta hacerlo temblar con el pomposo infortunio de Norma, se le hará éompl'imil' ellmfio de cólera al ver a " Atila" i lágrima tras de lágrima caerá de sus ojos al ver a " Julieta i Rom.eo " porque ninguna ele esas cualidades faltan en su coraZOl~ j eneroso: com­pasion, odio al crÍmen, i la esqnisita sensibi­lidad de alma que hace de cada sér un poeta; no, nada eso falta en 1m granadino; pero si se le quiere yer llorar o. reir al mismo tiem­po, meditabundo i j ocoso, sério i alegro tó­quesele el "bambuco" Es que en cada nota, en cada voz, en cada acento hai una hi storia para nosotros; qnien ha oído los de.ios me­lancólicos del " Bambuco" perdiéndose en los bosques ele las orillas del rio, no puede mónos que sOl~reir tristemente al oir al señor Osorio i , el' qlle se blU'la de nosotros finjiendo UJ1 l't tan grata realidad. Felicitamos al señor lfIi rándola i su señora por el aprecio que han sabido granjearse en esta capital, pues, quizá han sido los únicos que hayan conseguido tales m~nifestaciones, como la de que personas de la alt.a sociedad hayan servido en un concierto público. --->C.I. .. REVISTA PARISIENSE Paris, julio de 1859, ESPOSICION DE PINTURAS 1 DE I:SCl:LTURAS EN EL PAI.ACIO DE INDUSTlUA, _ Un acont ecimiento muí interesante ha llamado la aten· cíon de los afi cionados a las uellns artes, durante los me­ses de mayo, j'unio i julio : fa esposicion de pintura en el palacio de Industria. En nuest ras reyistas siempre hemos jnzgado segun nuestras ideas propias, p orq ue cr eemos que todo el mun­do en conciencia pucde cl'Ít.1car una pieza de teat ro, un lihro o un trozo de música, i cada cual puede v erlo dife· r ente segun sus ideas, educacion o in clinacion,-Así co­mo un diamante parece de -.:lifer ente color segun el lado por donde se le mira., así la música, la uiuliogrnfía o el drama puedcn juzgarse spgun el cOI'azon o las ideas de cl,da cual, sin t ener la pr eten ~ion de ser un crímen de p rofcsion. Pero la pill tul'll i la escnltura son cosas mui difer entes, i no solament.e es indisp ensaule compr ender a fondo esas ar tes, ú no haber h echo un estudio espccial pal'll dcscribir como se debe ulla galería de pintura, Os rogamos, pues, ama Ules granadillfis que nos perdo· n eis sino no !lOS encontramos compet entes pam cri ticar las obras de la Esposicion; i solo hablaremos de algunos cuadros que nos llamaron la atencion. .Al principio t eniamos la intencion de leer las críticas afamadas i hacer de&pues un est!,llcto de sus juicios; pe_ ro esto no 1105 ha sido posible_ El espíritu dp, par tido, l os celos p er sonales i los odios p articular es, son los únicos sentimientos que guian. la pluma de esos escl'itores. Lo que uno elojia como b ellísimo, otro lo cl'ítica §in piedad, i: mucha ~ ycces !li el uno ni el otro tienen 1'flzon; así es (1 U6 ai ealJo de a}g,un t iempn nos halláhamos cn un lo be· /i nto ilÍJl 5a);,la., Nos cl ecidil nos, pues; 11 i ,' Il/Uel 'llS veccs . al Pnln.cio ..le la Indust ria, i, ohitl,. IIdo tanto los cloji08 como b s C I'íti ~a s, hablal'os solo de lo quu Il uestro unen o mal sent ido al't'Íst ico natural nos i ll "pil'a . . E l palacio de la lml us!,rilL se ha di vidido cn d03 par· tes : la pa rte l"'ja sc dejó pa "" la esposicion de escul t ura, i irI de hOl't icuhura, de la cllal ylL hemos ha11 ado. El p ri l1l or piso cOll t icne todas lIls pi lll ul'uS nI oleo, al pastel, nlÍu iaLul'll s, fotogmfifts, tli l;njos, litog l'a fías &". &", EII toda la par te ue at ras Jd pa lacio lla ll forlLl a.do IIlIa larga gul cl'Ía para la csposicioll de fotogl'afí a. Aeia la dercchfl d (~al'O Il otm galer ía dcstin ada pa.t;a los pintores ingleses, que siemprc lwbiall :lIandado sus o b ra ~, ménos en este nño eu q ue permanece esa galería solt· tlnia. El r esto del palacio es ,l r ri l', tOllo el fl'ente í la galer ía izqu icrda, sc 1", dejado para las pi nt ll l'aS nI olco, min iatu· ras i pasteles ; i en el ill terior del pa lacio i al delTedol' del patio se ye 1111 bll leon tloll ,le están los modelos de ar­q uitectura, dibuj os i gra bados, E;;CIiLTr;n .\. Uni mas de 500 estátllHs i uaj os r elieyps en br mlee, múr· I 111 01, pi edra i yeso, p ero solo menciolHlI'cmos una. docena, a. lo sumo. I A la entrada i en la parte inferi" ,' dd palacio l,ai un enorlllc pat.io cubiel't,o ,j e r ri, t:de;; ; n Ilí cnh'c p crfll llla- . das fl ol'es i fu cnk..s cl'i"talinas se encueutran la,; pri neiPn' l les ouras de escultma, Lo primero q ue se nos pr esenta es una bellísima pila I de agua be I~d i t.a, formúndola t r es figuras de 1 ronce,-las t r es virtudes teologal es,-r¡uc J'odean i lenmta n una enorme concha donde sc pondr" d ngna. Esta cs obra de lIna llllij e.l' : la señora Bertaux. I iIl as léj os notamos un gl'Upo : el .iénio IIn t" e las f/(ti'!'as de lami .. el'ia, La miseri a (dc mirada hambrie:n.a i brazos I descam ados) le ha qll eul'ado ulla ala al jé nio i lo t iene asido por el manto; JlIiént ras que est.e lnanta los ojos al cicló, con )lIJa mirada sublime i dolorosa. E n medio de un bos'lu ccillo de j el'á nios se levanta nna hermosa cstátua de In" rlllol: r epr esenta a la hija de Fa· I raon, salvando R Moiscs entre Sil canastillo. La tisollomía amaule i ent entecida de h\ lIluj er, su gri!clOSO yest idito i I el cuerpo del niño medio oculto en los pliegues del maut,o I cn que está en"uelt,o, ti enen una gracia i sencillez i una perfeceion en las forllla. , que hllcen que este grupo sea I Ullo de los mejor es de 1:1 esposición. ' EII ~re las obras que hr. n lImnn do la at~n ci on , hai una del escultor Franccsclti. Esta -es u,,,, enorl!le estátua de I piedra que t iene mas de doce pies de nJtma. And¡'ómed(t, atilda contra una r oca, con el p elo suclto i el cuerpo con· vul so, sufre Sil pena con eólera i despee.ho ; b. esprcsiOJI I de 1:1 cara es una obrll. maestm de difi cuhnd. ; La nunca 01 vida da Safo, está mui dc ilIoda eu est.e uño. . Apar te de yarias Salo.' insigllificant,es o ridícula s, feas o bonitas, que vimos en la esposicion ae pint ul'a, la, de es· cult.ura ofrece tres o cuatro; p ero la mns b ella es una del escul tor Gr llbowski, que r epresenta a Saj o sobre la roca ¡le Léucate. Su mirada. 4nspirada i la belleza de las formas ticnen mucho encanto, ~ Cerea de esta vimos una ti" mármol ¡,lnuco, llamada la P ensci1'osa; es obra de un Tt:11h:JJo, :\1. Lanzirostt, i }:t han destinado pam del;,'!':!r el nno,-o Lounc. Las manos, cruza das süurc el pecllO. i la cabeza r eclinada, t.ienen una espresiou de dulcí.ima mcl:mcolía. ' Figura-os uua muj er h ermosa en cuya b ell t'za idenl se lee un profundo desa li ento; ' ouro su r egazo está r ecostado un 11iño deyorado por la fi ebr e. La enfermedad se conocc 1'0 1' la languidez e indifer encia tristc en la posicioll del ni iio, cuyos braeitos ca en sin fuerza, miéntras q ue su mi· l'atb bu,;ca la de su madre como para p edirle alivio. Tal es la ]J[alal'ia, que ha puesto en la esposicion 1\1, DUl'llnd, eccultür de mucho mérito. En una esquiI;a sc ve una grande estátua de y eso que llaman el (Jiwp intcl'o de Saal'dam, En CSa figura colosal j nenuda; en eSello de todos pam nuestro gu st o es uuo llama­do Las hCl"lnana., de la caridad. Hit i all í soLre todo, mucho arte en el claro oscuro, stllt\'idad en las cnrnes i el colori­do; i ol r opn;je cs mui bu cno, aunq ue tnl l'€zle falta tina gran fu erza i p erfecci011 en el di buj o. Un", st'üor", q ue se oculta Lajo el seudónimo de Madalll'" Browll es cl r ínto¡· de ese cuadro. AlIado de este h ai uno de M. Foahnu uche, q ue muestra gmndc espírit u de obscrvacion. Unajóven ( h ermana mayol· o m"d re ) se i neliua háeia unn niHita i l e t rata de euscHar la. lcc"ú,n. La niii:l eseucha con distrae­- CiOll, i sus grntrdes oju::;., 11lcd iu c tll Ji cdos con la. Jua necitn, miran ' de soslay" IUl I' CI'lIloi'o jllg'llctc q u(' yace t.1rado en el suelo. Esta escc'n:t está "inta,hl con mucha gl~l cia i sen­cillez. Mns léj os se Y('H , 'jUlOS GOll f:l'ol)(Gud¿stas cRpafi.olcs, jngall ­do al bolo en d patio de una l' 0.:l d ~. El coloi·ido de est.e cúadro es en e strNrt ü y igO'l'OSO, i 1wi Jl: lI cha verdad en sus figura$ seV~J':l$, }I (>l'O~l1 l'lt~. $ i Jl xt ul'a les. Pasemos l.os c1 el ll;¡ ' O l!" c1'I' I) ~ p OI' nito, i ent r.cm.os pronto.al SA r.O~ !,C :\!I~ I~ O 1.0 Al frente de In. pll crta prinei.pnl de cS.t.esnlon se halla un cuadro colo"al r(,p "~H· " tti lismo, el deseo que se ha hecho tau comun de ganar lo mas p osiblc. Todos los pintor es de jénio, en vez de pa~ar tOllO i dos años tra bn.iando en 1m cuadro para perfeccionarlo en t.odos sus detall e., pintan por docenos, sin inspirncion ni esmero, p ara ¡lendel'los pronto i sin p ensar en la glori:L del arte. En Cllnnto n, las galel'Ías de modelos de arquitccturdi las de litogrnfía i fot,og1'llfía, declaramos que nos encoll­tramos completamente incompetentes para hablar accrea de ellos i mucho ménos pnm juzgarlos. ANDIXA. - --+--- A LOS SE~ORES. RAUIUNDO, ANDRES I RICARDO SANTAMARIA. ¿ Me llamads vagabundo, Raimulldo, Dirás que soi deECJrtes, Andres, Que soi mui pesado fardo, Ricardo; Porque como todo bardo, O si se quiere, coplero, Os pido siempre dinero, Raimundo, Andres i Ricardo? N o lo direis ; i me fundo, R aimundo, En que noble cual tú es . Andres, 1 como los dos gallardo Ricardo. N o;' ,no Iliu:narei·s petardo El trabajo de un poeta, Que está sin una peseta, Raimwlcl0, Audres i Ricardo. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ----~~ '0';;;;':;;;:'0"0-d m:':á; ' n MII!~,~~~~ ':¡'"~": ;,~:.;,"~"" " r, . ] su:; o i o~, i ~ icJll ',)!"e (¡Ile Se le: hn1.l "l':l IlHr ccia bafí nr COll I .• :1 l1 11Ull lO, " h1 1l1 inuhL n la p c r~o n :L qiLU t eni a n1 fr ente, C01110 pnnL O aqll cl sc 1 1 ~L YlIclto al r c vcs, r econoced " i .le;:ptles dcj:,ha caer la Y i~ta ha~ta el sue- " Al1 drc~ , lo contl\¡]eís ill l:1 :¡¡I ,ah ilitbd : u la frenle ¡:;randc i des - T orn alldo Jo b lan co en pardo, pejnd:l, la cellía ca,)¡eilo negro como el ébano qun odalJa ' Ricardo; SUC](o 801>re la cs pnida COIIIO lIli\¡]l~as de se,la sol)I'C 1m 1II 0, sin el 11I ellOr l'C( :1 r clO t1'O ~ O de múrlllol. Lil r!l l1al,il idad dc S il j énio lrL lm-cia es tar s iempre tranqu ila, a1'a, ser nn ~lo ll tc-O r i ~to, de unn vieja imper tinentc. ' R aim:lIl d o, An(lres i U, icanlo . J ,[1, convcrsacl'on n 1 p1'1. nc1.])]. o rocl o' so 1J re nsunto,' (1e •I . POCrt i!1 lportan cin, conociendo cnda llno <¡ue no era ü,e l' el obj d o ,le que iba n a tnlbr i tanlo uno como ot ro ! divagaban pensl1l1do mus bien en lo que ilJan a tlccir ¡, que en aquello de qúe aparentemente se ocupaban ; s in clllbargo. dcspucs de muchos rodeos por fin se lu . oyó decir :t don Uahriel : 1 si h oi cómo aj ia co iUIll UlHlo, _nailllunc1o, Oon mi mnj c r i 11.i8 tres . . .. Anch es, 1 t an ta y ij ilia g llardo, B.icnn l 0, E"tc (l est ino bastar clo Camb iad, ; i én t {>IlCcR .. ... oh ! Prcf;ent cs os t cn clnJ yo, R aiu llU1l10, Anch es i Bicardo, Ent r e tan to, vcs q u c infundo, Railllundo, Picdad ; tú tmn bien lo v es, Andre~, Que dc n adio me resguardo, Ricardo. P or cso os b uzo estc dardo, Q ue espero no os dej e iles 8, Pnes ag ua rdo t r einta pesos, R :iillluu clo, A ll ill·cs i Hicardo. J. P. POSADA, --- --<1$- - - PROLOGO J EI'ILOGO DE UNA NOVELA, Dedicada en prueba de amistad aJa señorita Rafaela lIIeudoza ( COliTINUAcrOX). P ocas horas des pues de esta con'l'ersacion una j óven ponia nuevas flores a un grande 'I'I\SO de porcelana. Una sonrisa producida por a l'gtin r ecuerdo agradable entreabrió sus labios, como se mueve una. rosa al con­tacto de una brisa pasaj era. Su fisonomía delicada i el brillo de la tez demostra­ban a,pénas unos di ez i seis alios ; el c!uerpo bien for­mado i su talle flexible recibian cierto aire de majes­tad, principalmente cuando se le veia andar ; pestañas -Creo qnc por nuestm pnrtc no habr" inconvenien­te en eso. -Xo, cont esté> la sei;orf\ aco1l1oc1(¡ndose en la polt ro­nn, ni tampoco cr co a mi hija indi gnrt de llc-,ar esr 1I nombre, pero .. .. . .. . - Entc'.nccs cnal C~ ese in ron'leuicntc que U. alega" ¿ est,!\ rit ,le pa.rte de mi hijo Y - _\.unfI lle no lo conozco ~in o de léj 'JO', me has ta (jl1e sea hijo de U. pan, crcer que tiene todas las cualidade' l' de uu c:thallero. -Mil gracias, dijo Don Gabr iel, haciendo una r eYe-rencia. . Hubo un momen(.o tle s ilencio ; Don Gaul'iel mimba I ntentamente a Do'iífl. BeatJü ()!1 tanto que esta COl! la. vista f\i a en la alfolllhnt movia una piernfl. como si ti- I ' ritara, movimiento que era habi tual en ella. -Yo no veo, dijo él, p:lra anudar la con"ersó1cic.n, que ni uno ni otro desmerezca, porque bien conocidas son nuestms fa milias, n uestra posicion i aUlI nu e~(.ra s . . , . fortunas, dijo dcspues de una pequcfia pausrt i hacieildo incapié en cstas dos últimas palabras. -Pero rt pesar de eso, dijo la Reitora, quien sabe si U. tendri:1. motivos para :tn epcntirse. - ¿ Por qué mi scl1Ora; ¿ Acaso no sé yo muí bien quiénes son los decendientes de los Yizcayas, para ig­norar quién es U.? 1 no conocí al sefior Montijos, su marido, cuyo fin desastToso . .... . . . La senora suspiró i volvió a acomodarse en Sil pol­trona sin querer contestar a lo que se le rtcababa de decir, pero Don Gabr iel que era sovero e impaciente, t ambien sa.b ia hacerse rtmable i sufrido hasta sncar al­guna ventaja ma lo que sc proponia alcanzar, que en esta vez era unrt respuesta. decisivl1, d\io : - Yo la molesto demas iado, mi seD ora, hemos gastrt­do algun t iemjlo i narla hemos hecho, de mancrn que U. se servirá diRpensarme por est,. vez. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. .. 298 EL MOSAICO. -No tenga U. cuidado por eso, respondió Doña Bea­triz con amabilidad, tiempo nos queda para alTeglar esto i lUiéntras tanto consultnl'li la voluntad principal. -Oudl ? La de la señorita ? - Sin dHda, contestó la señora, satisfech~ de haber encontrado motivo para retardar el asunto 1 aun para desbaratado elltermuente: , -Pero parece que no hai necesidad de consultarlo, dijo Don Ga.bricl con sonrisa de triunfo. ~ -Por qué no? Acaso por ser Adolfo hijo de U. con- I vendria en hacer lo quc U. cree? Se engaña, caballero. , -Quizá no solo por eso mi señora. -Entónces por qué? Qué motivos tiene su hijo pa- ¡ ra creerse f,worecido por Emilia? ¡ -I si yo le dijera., contestó socarmnamente Don Ga- . briel, que si los tengo? . -De ninguna manera, contestó Doña Beatriz, casi levantándose de la silla., su hijo no puede lisonjearse I de que J~ milia lo baya mirado una vez siquiera. - Su voluntad, mi señora es la que ha de consultar, que la de la seílórita está arreglada. - Esa es una infamia, gritó la sellora i me atrevo a decirle, caballero, que miente! ! Don Gabriel procuró calmarse i dijo: -Siempre he procurado que mis hechos vayan arre­glados de tal manera que nadie pueda decirme impu­nemente lo que U.quizá sin refleccion acaba de deci'rme. La mojor prueba que pue ~lo dar a U, siguió diciendo nüéntras que de~doblaba un pape]., es esta : r ec@uoz- ; ca la letra i oiga lo que dice e~ta caa-ta. Doña Beatriz hizo como que J;lo habia visto, palide­ció de cólera i calló mordiéndose los labios. ' -'l'odavia dirá U. que miento? preguntó el padre de Adolfo. , -Yei a hacerle ver que sí, contestó la señora, ahora mismo dirá Emilia si ella ha sido capaz de tal cosa ; i se paró para ir a llamarla. - No hai necesidad de eso, dijo Don Gabriel interpo­niéndose, cstn, carta no ha llegado a manos de ·mi hijo i este as ~mto puede arregla,r&'e entre los dos sin necesi-dad de que vaya a avergonzar a la seuOl:ita. ~ -Pues bien, dijo la sl:fiOra,Como para salir de la po­sicion en que se hallaba i como queriendo concluir, Emilia no se ca~ará con su hijo 1'01' que la tengo pr0- metida a otra persona. -Bien, mi 'señora, dijo doblando la carta para me­terla en el bolsillo; de manera que eSa es Sli última resoluci0n-no ? -Si, pues que U. me jura la guerra, Ja acepto; por la fuerza nada conseguirán. Gloriense U. i Sil hijo de sus triunfos que yo, aunque mujer, sabré oponerme a sus proyectos. Don Gabriel tomand0 el sombrero i ap1trtámi ose un poco dijo: . , -Siempre que me he propuesto alguna cosala he llevado a cabo, cl}este lo que costare: ese es mi plan. Adios, mi sefíol'a, dispense U. la molestia que le he proporcionado. . -Adios, caballero, contestó cón tQda la urbanidad: posible, saliendo cen é1 h!Ísta la puerta. Una mú.tua cortesía se repitió p@r ú~timo i ia sm10ra quedó sola en sil estanci~ En un istante Fecor¡'iq con la vista tod@s , los puntos de la sala eOID0 paa-lt .cerciomrse de quces- , taba sola'¡ sin sentallse i en tono de queja cilijo: si este supiera que yo lo que quiet'o es favorecerlo, que no _ quiero engañarl0 i que mi oposicion es para su bien . .. Pero yo pondré remedio, i despues de ha:ber ,pensaao .un momento, volvió a de.cir: si;. mM1811'1a mismo nos ire- I mos para Bogota i asi evitaré que Emilia. : Ah Em'ilin ·! . cómo me compl'omete! si ella supiera quién es; Tlero pobre mi hij a, mejor será no 'amargarle su existencia, : mafiana nos ireÍI¡.Gs i pr0nto ha1;>rá. 01~idaEl0 todo. : La noche de este mism0 dia teeaba. JI, su fin; el in- ' secto silvaba ménos í aun se oja a tal aual pÍl¡jaro ,gala. ,dando la venida de ln. aurOra.. Al orienté se veia una faja enclIirmuia que desvaneCiendo se perdia en el arul I medio desteflid0 por el tibIo Tesp'landor de la l!llilll. 1 que alumbraba (lomo tem.ero.sa de que e!1;(¡)lla sofpren- i diese en su camino, Nubes agrupadas en el oriente, I parecian velar la venida del dia. pata despues teflirse de púrpura i oro j leves val)ores se levantaban de las lIamv:as corno si la a.urora alzase un manto blanco pa­ra que 'abrieran las flores que habian de perfumar el ambiente; las qli'ietas aguas del rio eran rizadas por las brisas que, ora despertaban una flor i la dejaban meciendo, ora a un ave que sacudia su plumaje i eleva· ba un canto; a lo léjos 6e oia 131 mujido del ganado i el r.elincho del caballo que, con la cola suélta al viento i la crin tendiclaJuntaiba a la can'era su rebelde manada; en fin, la naturáleza parecia despertar del silencio en que un momento ántes habia estado sumerjida. Lijeras balsítas cargadas de víveres empezaron a sur­car las aguas i el canto de los bogas se perdia entre las selvas inrne!1sas de aquel majestuoso rio. Una 'gran barqueta con cuatI>o personas que venian de la Oasa Blanca, atravesó en direccion a una pequefla casa que al frente dominaba el rio entre coposos caucho) i elevadas palmas. . En esta casita viv1an María i BU hermano Ohepe j i allí estaban las bestias para .el vhtje de Doña Beatriz i Emilia. . Antes de montár, Emil1a fué al.borBe de la barran­ca para ver por último su casa, sus j ardines, el rio, i la playa a donde tantas ve.ces habia contemplado el rastro de las pisadas de Adolfo. María que no podía ocultar el gozo de ver partir a su rival le pregunt.\l.ba cuándo volveria., i entre tanto Emitía llorlllba al pensa.r en que se veia obligada a irJ5e I~in haberíe podido avi­sar a su Adolfo,que acaso vendria a la playa para saber que ya nunca se volverian a ver. En este momento una barqueta pequeña, lijera como una flecha conducia a solo un hornpre que cantando intentaba ganar la orilla de la Casa Blanca. Un grito que Ell1ili'a no pudo contener lo hizo callar i sin procu­rar da.r curso a la barqueta, la abandonó a su propia suer te para fijarse en los de la orilla opuesta. Uñ pa­fluelo blanco flotó en la mano de lajóven a tiempo que el otró se quitaba el SOlllbrero para r esJ!l0nder al sa-ludo. I , :""A.dios ! gritó Emilia por última vez i - Adios ! conteStó el de la barqueta que huia 11 su pesar con la lij ere:¡¡a dl) un pensamiento. Tal es la imájen del ,tiempo que nos 'deja contemplar un momento lo que amarnos para despues arrebatár­noslo quizá para siempre! . . -, . FL"< I DEL rnÓLOGO. ~1 _'. AUNQUE Ü~ PAREZCA CHANZA. A 1\tr.ESTllO AlliGO J. D.AV19 GUARIX. Teniendo en cuenta que cansa Esta vida de soltero, ' I q'ue, al que a cuarenta alcanza No lo quieren sin dinero, AunqQÚi :te pctrezlX¿ chaJTIwj , He r esuelto 'hacer alianza Oon la familia Montejo, I 1'ornpe'r la conflradanza., Oasándome con Oonsejo, A~tnq'Ue le p(Jlrezca chanza . . El riesgo está en la tardanza: i Oh que horror,! .... VIEJO I soimR:{) ! . . . . Este fantasma me lanza A casarme sin dinero, Aunque le pcwezca cluvnw, . Algo mas, mi plan se afianza En 'que con mui poca cosa Se consifl~¿~ la pi.tanza 1 en que ella és poco ~08á. Á 'U1i q'R8 I,t 'lHI.I/'eiéll ~7t«'I!Sd,. Conque así, sin desconfianza, Al combate! , . , . Matrhn.ollio 1 " ftealize y~ nli , es.peran~a, t que me lleve el dllmpnio; Aunque le pa1'~a chdmza. Pues hai mas: con hi, maianta 1 el boehínéhe lén éi1Jrto '~ Temen 1\qllí \:IDa. mutlllllZa, 1 111 éfeete hAn déétetado, .ti u;z.q~ le pq¡reeoa Ghanea,: Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL MOSAICO. " Ma.rche de aquí "in tu.nlanza De recluta a Cartajena Todo bicho con su lanza Sino es casado" . ... Esta es uucna 1 A~mqlle le p(f~'ezca c7/(('llza,. Por esto sí, acá en confianza, Los entrego úntes de viejo; Sino encuentro bienanchtnzfl, SlÜVO ahuellos mi pellejo Aunque le parezca cllero cuyo forro pue­de resistir cualquier aguacero al favor de los diferentes bal'l).ices de que est:t impregnado: que gasta suizos o zapatos altos eonda mitad de la znela desprendida i la otra mitaólvora en los bol­sillos: i por último, que lleva filos de doctor, en cuya carrera lo ha puesto su padre pum que vaya pronto a ser notabilid~d haéiendo escri­tos o matando jente en su provincia ... .': este jóven tal es lo que se llama un cac!uwo, jenui­namen, te dic1 o, con título espedido en toda for­ma de derecho. ¿ N o veis aquel otro, q~e es el reverso del anterior? lHiradlo, ¡qué elcgante! P era. i bi­gotito cuidadosalllQnte cort::'.llo a medio labio, i üworitas; con cabellera a la. 1'enaissance, j qué l)ien sacada la carrera! una modista peluquera 110 sc pcin aria mej or . . Parece qne su madre lo I parió con la casaca que tiene puesta ; no se le ha ce Hila sola arruga: i los calzones, i el chal c- I co, i la corhata, i el sombrero, no hui pero qnc ponerl es ; ell caso apurado se podria uno afei­tar en sus chirriadoras botas a f:l1ta de espejo: fiIct ecito de cuel'l1O torneado, cadenitas, anillo, prendedor .... yamos, es Uil Ac1611is: i j cómo hnelc ! j q\lé fl'llgallcia, qué atmósfera tan pcr­fllJ11? da va dl~allllo por donde quiera que impri­me su lij cra p] a!lta ~ Segniréstamo <,ll:í, asi se pasan algunos djas, llasta que ,al fin eoncluye nuestro héroe biborb.do solieita¡1(10 un destino c1e cscribiente de oficina. Entre tanto se enamora por la centésima yez, contrae lUa,.­trimonio a plazo, i )ra sabemos cuales spn las consccuencias.-Este es un car.:1wco capuchino. Hombres hai ta.mbiel1 con tamaihs barbas que pasaron su juyentuc1 eJl el ccu:!¿rlq'u,ismo, que lo han cOlltinnado eula edad maclum, i que se acercan yaala , 'cj ez ~icmJl re ('Itdwcos. P er­tenecen :1 esta clase los qllo t.i enen por p¡'ofe­sion conycrsar c10 dia i de noch:;-, fumar t.abaco, e ir a coje¡' las hm'as ele tienda en tielH.h ave­riguanelo vich s ajenas i entregac10s sin remor­dimiento n1 dolce fa,/' ni(mte. Una pequeña no­vedad política, una lijer? discordia. doméstica, las l'elaciones ele elos amantes, en fin, la crónica libertina, los¡ ocupan esclnsivamente ; i empar-a­dos por t anto en los negocios n;jenos, a falta. ele suyos propios, estos hombres pued.en llu.Jllfu·se 103 apodcrudos del pueblo o los cacheteos de t-lendet. I Un cura qne no usiste puntnahnente sn cu­rato: que por jngar una ropillita i no des:tiral' las fiestas del pueblo vecino; deja. ~ sus feUgre­ses encomendados a la ProVIdenCIa.: cuyas cos­tumbres pcrsonales no esbln en armonía con la palabra évanjéliea que ele yez en cuando pre­diea: i que ell caso de reeonvencion se atreve a decirle, si es necesario, enatro n'oseas :t su mismo prelado-este tal cura, es un cachaco de bonete. Un fruile ll10eetoll, ('on cuello almidona.elo i ccrquillo a la 1'enaissance, que se dil:!fÍ'aza ele noche i sale de su convC'lIto eon peligro de ser conocido i de que la policía lo atrape en donde menos se jJensnra, ellaml0 debiere estar dándose disciplina i rogando a Dios pOI los pccac1oJ.·es ; esto tal, dccimos, es un caclwco de cogulla. -El militar que ha colgado su n ilol' junto COll su espada en UI1 rillcon 'del llOgal' c1omé.stico, qne estrcna finos ulli~rmes, i que ., .. P ero eJc.j émosTo aquí, porqne 110 es prudeJJcia meterse con j ente que carga l'istolas; quedando así con­eluian la esplieacion de la palabra por lo qne hace al jénero masculino. En cunllto al feme­lJiJJ o, alglln dia qlliz:í. el Observador se ati'cved . a ocupa.rse tle tall cleli oncb ' materia. AVISOS. I ~ .......... ",-/,-,,",-....... ,. ... -~~~ NUB1J Ji .P~BLICACION Con d presento número íLparecc la pnolicncion lírica adjllnta a este pcriódico. Esta obra que tieneror título "RLMOSAICO, PAR­TE MUSICAL," contcndrá tina o dos piezas de música, todas o easi todas granadinas, i apar~cerá cada quince ~L - La empresa será dil'~ida por el artista señor Santos Quijmlo, i estnrá a cargo ,1e él i de los sodos J erónimo lI'lnrtínez i Ri eardo Cal'l'll squilla. Para T'0ncrla al n.leauee de todos, los preciosserá n-su-mameul'c módicos. _ Pum los suscl'itor es anuales al MOiLUCO que tomen una S!lscl'Í(·iOll anual a. la pa'rtc \irica, valJrá esta un peso se-se~ lti:l cC"utnvos. . .Par" los suscritOl'es al MOSAICO el semestre de la. parte Ih';ca Y!lldrá noventa eClltnvos. Los c¡ ue se suseri \."lIl a la parte lírica pagarán un fnerte pOI' sel' estr e. T.os números sueltos se yenderán a diez cent.nvos. La coleccion formará nI año un tomo de CURreuta i ocho pájinas, para el cual se dará una hermosa cn rátula. I!@f" J. IlS perso""s a quienes se les mande In pieza de músirH a;'dSftl'¿tll nI l'epartitlul' si quieren suscribirse o no i en caso de no ndsar, o 110 devolver la pieza se cOllside­r~ nÚll C,)1110 sU5cl'itol'és. . Los'ajentes que reciba.u la )"llrte musicnl, se servirán a"Lar cuántos l"jemplnres necesitan ° al ajcnte j encrol elel MOSAICO. . J. DAVID GUARIX. ~MPORTANTEI La Ajenda del MOSAICO se ha tr.as­ladado a la plaza de la Constitucion, número 35. - Allí mismo se hallan de v~nta los PRO­BLEMAS: gE ARITI\IETICA PARA LOS NINOS' por Ricardo Carrasquilla. A LOS AJENTES 1 SUSCRITORES - . A LA BIBLIOTECA DE SEÑ'ORITAS. Como la <.'mpresa de' b BIBLIOTF.OA queda unidá a la elel Mos_\Ico, desde hoi se les seguirán mandando el mismo 11 Íllllel'O de ejemplares que ántes, entendiénJose pnl'n lo sucesivo C01l el ajente jenerul del MOSAÍCO. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"El Mosaico - Año I N. 37", -:-, 1859. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2093079/), el día 2024-12-04.

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