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LUZ Y FE DAN FUERZA.
LA MUJER,
REVISTA QUINCENAL
EXCLUS I VA M E N TE RED A CTADA POR SEÑOR A S Y SEÑORIT A S,
BAJO LA DIRECClON DE LA SEÑORA
SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER.
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N.0 43. )- DOMIKGO, AGOSTO 15 DE 1880. i P.nECIO 30 cs.
ESTUDIOS HISTORICOS
SOBRE LA l\fUJE11. EN LA OIVILIZAOION.
CAPÍTULO DUODÉCIMO.
LAS )lUJERES E~ LOS IMPERIOS DE ORIE~TE Y OCCIDENTE.
( CON'l' IN U ACION).
tratados en enrubio de nu fuerte re~ca.
XI 1 en que Atila se conteotnria con hacer
ATIJ,.\. en tn.oto no ha.bin. oh·idado el te: a~(, pue~, Valcntiuiano aguardó ú
anillo de comprornil'lo enviado por Ho. que llega~e el B.írbaro con sus le.
noria, y habiendo siclo derrow.do en la giones.
Oalia, por priu1em vez de su viua, qnc. El Papa Leon el Crancle salió con
danJo muerta~ en el <:Jlmpo de CL1llous todo oU clero á detener ;i Atila en
ru lls de 50,000 persoua<>, - Atila fnrio~o su furor. L:\ pre~encia del PoatfGce tao
como un ti~re fe ro.:; resol viú desr1uitar. veuomule, así como la de los sacerdotes
se en Italia. A pe~ar ele la Jn~\gua de. que le acowp:lñnban ( co10o eu otros
nota anterior, el Rey de los B:írbaros ti u m pos lo¡, Racerdotes en J ormalem con
cau s.<~ba aún taoto espanto, que so npo. Alejandro el Grande), infunclic) tanta
derú 11Ío dificultad de todas las ciuua. veoeracion y respeto al salvaje Jefe de 1
des que hallaba tí .su paso. Pasó corno l los Bárbaros, que no hubo diticul tad e u 1
un hu racan de!>olndor por Pádua, Ve. hacerle entra.r en razon, y pidiendo so.
ronn, Pavía, l'tiilan y las domas ciuda. lamento que le fuera eutrogada la per.
des que halló en su tránsito. son a de Houoria,-cuyo anillo llevaba,- 1
Cuando el Eruperudor Valentiniano, dentro de cierto tiempo, convino en 1
que yo. carecía del apoyo mora! de su abandonar todos los Estados imperia.
madre, tuvo noticia de que Atila se les. Juró eso sí que si no le cumplían '
acercaba á Rávena, se retiró á Roma. el tratado volvería de nuevo, y no ~ola.
Estanclo allí qniso buír aún más léjos, mente destruiría la Ciudad eterna, sino
pero un General romano, Aetius, que que no dejaría ni las cenizas sobre el
babia vencido á Atila en la Galia (hoy terreno.
F rancia) lo detuvo en su ver~onzor,a fu. Retir6se, pues, Atila á sus Estados
ga. Adamas, el Senado tenia confianza en las márgenes del Danubio, en don.
TOMO IV. l!J
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150 L A MUJER.
de dijo que aguardaría b llegada de bia salvado por entónces el imperio de
Rouoria. Pero este bárbaro uo ¡;e cou- Occidente tle las buéstes de esos bárba.
tentaba con una sola esposa: tenia va. ros, pt~es éstos quedaron desorientado!:!
rías de rangos diferentes, que escogía sin su Jefe y Geueral, y l•uyendo de
entre sus cautivas . .Miéutra.s ~en Ro- nuevo hácia el Norte desaparecieron
ruano sabían qué partido tomar para de la faz de la historia. Los habitantes
l contentar á Atila y al mismo tiempo á de la Hungría descienrlou en parte de
la dignidad de la familia imperial, una las tribus de los hunnos que no huye.
'mujer se encargaba en el palacio mismo ron con los demas; tribus que se fue.
j del btírbaro de vengar las crueldades
1
ron poco á poco amalgamando á otras
de aquel salvaje. Entretanto que lle- que fueron llegando del N arte en bus.
gara la hora de hacer suya{¡ la herma. ca de la civilizacion, la que atraía hácia
na de Valentiniano, Atila quiso to. ella á los bárbaros incultos del foudo
mar por esposa á una jóveu cautiva de sus bosques.
llamada Ildico. Para celebrar esas nup. Una. vez que Valentiniano se >ÍCÍ li.
cias había. hecho preparativos esplén- bre del terror que le infundía Atila y
elidas, y eu aquellas fie¡,tas debería o.o. dueño absoluto de su voluutad, se
tentar riquezas inmen5:as, fruto de sus entregó sin trabas ú una vida euleta.
rapiñas en totlo el mundo civilizado de meo te desarreglnda y escaw!a)o¡,a, desu
época. Pero la uovia estaba horrori. jaudo las riendas de su gobierno en
zada con ¡;emejante matrimonio, y veía I!lanos del general Aetius. l)ero un día,
con es¡;auto el momento en que Atila en u u momento de demencia y de exal.
l:l. introduciría á su palac-io. Felizmente tacion, maló con Rll propia nmuo ni Ge.
para ella el birbaro, seguu su costum. u eral, y con e~;te neto y otros del mismo
1
bre, se embriagó como un bruto, y así, jaez ¡.;e hizo ou la corte enemigoc¡ irre.
apóuas se encontró ~;ola. con lq, lldico conciliables que juraron vengarse.
lo atraYesó á puña.lada-R, y huyendo le
t'
dejó muerto y Laiíado en su impura S . .A. Dl<~ S.
saugro.
Aquella. mujer para defenderse bn. (Continuará). -----
A MERCEDES.
Du. Pont .• lÍI· quisiera
El vt:lo de1>correr ante tus ojos,
Y con mano ligera
Apartar dG tu banda los abrojos.
Todo es perecedero
1~u esta lucha que llamamos mundo;
tiólo 1!0 uecc~i ta
Para sulir airoso en la jornada,
l·~~a 1.mtorcbn Lendita
Quo no la extiuguo nada.
.'\sfro delnlma CJ u e t•irlud se llama
Y para el Dioo el corazou inflama.
Al .;alnun.r con cfnsiou tu din,
Flores -}>Orfumcs -luces y bonanzas
Te qnisiero. ofrecer, amiga min:
llu~;i me,- ensueños- esperanzas .....
Mas no cou Yauo acento el labio quiero
1 Ofrecerte ntlgurc& oblaciouc~; :
Hay uu clón 1-ingular que ~e prefiere,
Un afectu bÍil mnuchn ll\IC no lllliCre
Si no lffi un los mezquinos cornzoucs;
Y yo por us nrmns y arreo~ nl 1'0111.
pn~ del pnso ele sus caballo~. Jla!!lllm.
uurt mafíann del mes rle .Tnuio por uno.
e~trochn cnllo tic In ciudad du Onnte.
A medido. que nmuzaban por ellu, se
nbrinu lns \'entann!l de las cnsnt; y ll.J)n.
rocinn en los huecos de elh'l IM ru.
bias doncellns flnmcncn~; unas se do.
1
jab.'\11 'N n lns clnrns y sin tnp.'\dijos,
otras co ocultnbnu trns do sus ""los; y
mnchns Fe contontnbnn con mirar, sin
ser vi tas clo los e~p:\ñole~. por mc1lio
do los espejos r¡nc con e~o ohjeto '"·
ninn JlliC tos nl bordo 1le lns vcutnnM,
los (JUO rcflpj·,b:.rt lo que p:lsnba. l'll ln
cnllc, sin teuor lns curio~ns que cxld.
hirsc : l!\A mirud11s fiel público.
J\1 pa•nr por dclnnto do unn cn~:n
pnrticulnrmcnto piutorcRca con su t •
cho puotingudo, grnu número de \'en.
tnU.."''l rodea.tn de c~cultumo; artística
y con 10uchos \id rios do colores on
ellas, co~a tnn co~to~:a. en nquelln épo.
en, que b:utl~ba ostt!ntarlos p~rn. in hacer caso del ncen-1 una silla, dijo para sí al ponerse en n.c.
to irónico de Clareta, qne le mira.Ln. al. · titud 1meditabuuda :
ti va y con lo'l brazo~ cruzados, trató de 1 -Basta ya de inútil llanto. Ahora
1
explicarle lo tnejor qne pudo que tenia l penRemo~ en In. veuganzll, único objeto
que renunciar ú la dit:ha de f'er ¡:;u el->- ' de mi viJa en adelante.
poso, porque ántes de ir á }t'lánde~ !'C 1 Durante nví" de unn. hora permane.
habia comprometido á ca~arse con uun. ci6 iu¡mcívil y silencioRa, y en tanto
doncella de t;U misma nacion, y que que combinaba su plnn, ni ¡:;e atrevía á
como ella bien lo sabia, un hidalgo no : res pinar, tan emln~rgaJo allÍ tenia el
podia faltar ;Í !'U palabra. ' ~>eutido. Levant1he al fin y dió tre:1
-Y ahora o~> vais á casar con ella? a¡:,rud01s f'ilLidos con un ¡:;ilbato de oro
preguntó Clareta máo; pálida que la r¡ue llte\·a.ba colgado al cinto en una ca.
1
muerte y presa Je un iuveucible tem- Jena; nota~ agudas que resonaron por
1 blor. toda 1 ca~a y trnjerou á la estnncia,
l -Todavía no, porque ella est:í en la;; qne yl~ l->11 dueño había abierto, á una
l ndia-J cou l'lt pailre qm1 ha ido á bu~car sirvieota vestida al u~o fri.~on.
¡fo rtuna cu el Nuevo ~fundo. -OiúmiJiame el vec>tido y arrl-glame
- A quú parte? el cahello, la. dijo, y mi1!ntras la sir-
1
-A Puerto Rico. :Me escriben de vient,a; la obedecía callada, su ama aña.
E~pafía que mi comp'lñía debe partir Jió:
pronto para Santo J)omir•go. y eu tón. -Ltuis, mi primo, ha venido hoy?
ces me será f:ícil pasar á Puerto Ri. -Lra. señora Fetlerica lo mandó lla.
co y.... mar et~ta mañana, y tuín no r~bO.
que t>xtra.fio: -(',írno?
-N o e.é,t;eñora, qué resolverían kwer -Yo te acompaña ria.
para aplacar el enojo de vue~a morc<'d. -; Ttí me a.compaiiMias l
-~E enojo l ('Xclamú Clareta con -f'í.
arrogancia. Ya Y es, casquivana y entro. -Pero eso uo podía Her sin que fue.
metida, que no ftu~ necesario que vi., ras mi e~po~a.
nieran de fuera gentes á dar su parecer 1 -Sólo que tuvieras algun incoo ve.
sobre mis acciones, para que yo a.brie .. nieute ....
se : Bajaré 6 ver á rni tnadre, y cutre 1 -Explícate.
1 tanto, ve á decirle á Luis que me -~Io ca-;aria contigo.
aguarde eu e\ jardín, pues tengo tpu• -¿Al fio ha rencitlo mi constancia,
hablarle á ~;olas. Cla.reta 1 Díme que :,Í, y ~eré tu v~a.
Un cuarto de hora despnes Luis y llo. tu escla\'O ....
Clareta ~o pa~eaban couver:,amlo á :;o. conriásc coo tri~te.,a la flamenca, y
ln.s por las simétricas y rectas ala me. al dPci r la primer wentirn. grave y des.
Jas tlel jardín. ca rada, 'nciló.
1
1
-i Con que de nin~unn manera, pre. -Sí, dijo al fin, hnciemlo uo c..;Íu~r-gnntaba.
Clareta, querrías pa<.;ar á otro zo ~~ iucliuando los ojo,; pam no eucon.
país aunque consiguieras alguu empleo trar la mirada •le su primo; 1-Í, Luis, 1
lucrativo! he rlcsr-nbierto há pot·o que ~úlo un co.
-El c-apricho me pn.rece extraño, razou flamenco es Cl\paz J.e amar con 1
prima mía; ¿á dónde querrías de~te- 1 pa~ion.
rrarme? -i Y el espaíiol, que t·oticndo ora
-A las Indias. el objeto tic tu culiño ? ... prcguutú él
-; A 1M Indias: 1 cou cierta. dcsconl\auza.
-Sí, á Puerto Rico .... Tengo noticia l -X o sabes que bC fué hoy?
de que ac¡nelln po~csiou es de las m{L, -Lo sé; y e:npiuzo (¡ ~o~¡,edmr r¡ue
h~:dlas y pr6spera!! Je cuantas han des.¡ tú, pur dPspecho, te qniu:·cs casar cou-¡
cubierto los co11qui:-,tndores cspnfiolcs. mi~o .... N o mf· eug-níie~, Clareta ; yo
-¿::-)erá por voutnra m:í<~ prt~spcrr. y to he anwrlo t!cmas¡ado para que uo
mejor que nnc.~tra Fláwles! ¿Para qué 'ens frnnca conmigo: ¡ Dí:ne, por Diol',
ir á l111~ca.r en otra pnrtu lo que tenc. runas todavía nlcspaiíol!
m os aquí eu nbtwdauci:d ::s' o, quurirta -Le rletec:to, le o,lio: Con gusto le r
Clarcta, ignoro qur pretende.~ con e"•! e \·cría muerto á wis piés: exclnul/Í olla
capricho, pero e-;tC\y decidido á 110 salir 1 con exalmcion y con tal acento de ver.
de Unnte por uinguu motivo. rlaJ, qne Luis su couvciH'ÍÚ de que lo
1 -Ah; exdamtÍ elln. con ~especho; que decin cm cierto.
cufÍn •!t¡uivocada be ,¡,·ido 1 -¡Qué :.iguiticn. !'sta mudanza en¡
-Cómo a~í 1 tus ~U-
1 -::s'o te con•preodo .... )fe quieres o cedido una co~H que roe ha hecho cam.
alejar de ti, y porque rehuso, dices que· biar totalmeuto de sentimientos.
no te amo. 1 -Qué co:,a !
-Así lo digo, en verrlad. ¡ -Temo que te intligoes demasiado ...
-¿~o ves que por lo mismo que te -Te veo turbada, Jn.s mejillas en.
idolatro no quiero alejarOlc do ti 1 cendidas; ¿qué hny 1 prosigue ....
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1 ~-~ti -------LA .M U J E
1
-Ah ~ cómo no he de mnnifc.,tarnte U na 11 regunt3 :
indignada., cuando el infame foras. te cm'l)tJño.
i c.límc el motivo de e!!. '
tero.... -C nál ! el d~ casarme 6 el do vin.
-i 'fe callas 1 i qué Lizo él l... pro. jar?
sigue, yor Dios! -lln de ir á Indias.
-A tiempo dedespedin;eme dijo.... -A P~terto Rico.
-Qut~ 1 -Lo mismo es.... 1
-Palabras tan atrevidas que no pue. -N o lo e$ para mí; yo s6lo quiero 1
1
do repetir.... ir á ~Ln Juan de Puerto Rico, las otras l
Y al decir esto Chueta se cubrió la Iudin.!t me son indiferentes; ¿me en. l
l cara con las ma.noR. tiendEis 1 1
-Villano! insolente t repuso Luiq. -E:~tiewlo eso, pero no acierto con j
i En dónde e!ltaba yo que no me lla. el rnollvo ....
, ma~te para. castigarlo 1. .. Pero aún es -{¡fn capricho mujeril, y nada más. j
tiempo: .Ftícilmente alcanzaré al regi. -No lo creo. 1 1
miento ántes de que se embarque.... -~rayn., primo, que éres cándido! l
Parto nl puuto.... ~~o dlicPo que 1::\<: mujeres no tenemo~ 1
-No, no baga~ tul, dijo Clareta de. [;;ontidb comun y que obramos siempre 1
teniéndole; uo hay necesidad de c¡ue ú ton~ns y ú locas 1
tú te entrometa!:' .... Yo sabré vengar- -ntras tal vez, pero tú no ....
me cuando llegue la hora. .... Por ahora -Elablemo,; claro, Luis; ¿quieres 6
olvirlémosle, y hablemos de nuestro via. nó quiieres ir á Puerto Rico?
je ií I 11dias. -E:!>tO raya eu waoía, parece lo- 1
-D('jame dar una leccion a.l atreví- cura .. . .
do peninsular: 1 -S1er:Í lo que ttí quieras llamarlo ....
-Hepito que no r¡uiero; lo maullo pero s1i cou,.:ieutcs eu acompañarme :í
y lo orcleno a.~í: yo soy juez ele mi pro. ultranr~ar, e~;la mano, tan codíónda por
pia. dignidad. Hablemos de Puerto Ri. muchos (y le mobiraba su blanca ma.
coy dll la manera de ~;alir ele Gante. no), S~erá tuya dentro de pocos días;
-Tu proyecto me parece desca.be. pero i rehusas . ..
liado. -Yo rclnt•ar! Chueta ... . Para. ga.
-Por qué 1 uarte i qué seria. lo r¡nc yo rehu~aha !. ..
-En primer lugar, tu maelre no No m~~ arredrarían los peligro!' ....
oou~entiria. -¡ ~i te nmedreutarian los crírue.
-.J<;~o no me arredra. Yo St~ré ruayor ues! •iutorrumpi6lo diciendo elu\ pá.
de edad dentro de breves di as. llida y demudada.
-Adernas, ¡;e nect•sitau dispensas -Circo que no . .. . Para ser tu esposo,
para matrimonio entre primo!!, y si Clarel a, ¿de qué no soria yo capaz?
lo quisieras !'CCreto, con mayor rnzon -~Heu, reper'Íos de los indígenas con un corto Y polr tíltimo concluía su tli~cut>O ha.
1
acompañamiento rO lit puesto de a lgunos cieudo UIUchos curo plimieutoR al :Mi.
de sudeligre¡¡es. A u tes Je llegar manda. sioneu-o, cuya venida r·om paraba ;Í. la
haadulautetíalguuosú anuuciíirsela; pe.' lluvi~L sobre una ~u pi osen el dial Jc un largo verano, 6 á In de u u pájaro
y la hora euso·
-Ya \ iu~ contestaba ol Misionero iíaba. t~'lda n!z t¡uo podía algo rh: la
en h\ wi1>U1a lcugua, pero uo debería doct rina, rocowpeusando con regalitos
movcr~e do au puesto. á los ~uo ~;e portaban Liun. liuho \e:t.
El Cacic¡uo eutraha. entúuces al /11111- •¡uo llll l\libiuuoro pennauocíese IJ·L: tn
l,o, seguido do los principales tiefiore:s un af~o con los t.alvajcs, aguarda11do ú'
de su corte, y . e sentaba en d sul'lo c¡ue ~¡llos le pmpusÍObtlll acornpaüarlo :'i
{rento al Misionoro; dcspuc:-; eutrabau la re iucl'ion . .Al íi11 auunriaba el .lcsui.
MIS tuujcu s y las de lo:; otros Jefes, las ta su pnr t ida, y rum vez los i uclígcnns,
que t.ambicn iban fo rJUaudo rueda eu ¡ ecllallllu do uuíuus al Padre q uo los t·ou.
toruo de lo. hamaca y sentándose eu liolaüa, cuidaba y regalaba, dcjnl,nn do
cucliliM sin hal•lar una 10ola palaum. ir al Joco ticrnr u lu reducciou :í pedir
CaJa uua de ll!;ati ruujews llé\ILUa v~ua ellos tui~IIIOIS e hnutismo, pam poder
re~alo del hués¡ocd una lofll't~~uitas tí los Llano.;, ¡JUes si no lo uua uo¡;ho dcsampararou la Dodriua
hacían, totnsí,-i- Cacique." Fu<~ preciso camhiar ul docmos
;Í las ~~rdoucs de sus t'nperiorc~, y t riuero para que volvie~en al pnehlo
1 lí. prinl'ipios del alío tlo lü.>!l CIHJHI'O- los indígenas, y el que fní- enviado allí'
dieron de nuevo vi:1.je á su;; antiguas tuvo que de~plega.r uua santa pacien-¡
po.;csiones. Los i uJígenas los recibieron cia. para lograr q uo no solaruNJtc n•gre- '
con j1íbilo, puet! bien recorda!Jan los Ra,<;en RÍno que esLuvic . .,en contentos.!
1 ancianos que durante los tiempos en Varias veces los indígeur~s alzados ato..
1 c¡ne los catequizaba.n ern.n muy felice,;. ra.ban las reducciones, las saqueaban y 1
'
Como yo. los .Tcsuitas antiguos DO exis- de;;pues de incendiarlas :;e novaban 1
tino, éstos tuvieron que volver á apren- cautivos á cuantos habitantes encon.
der la leugua de los rtiricos, jarams, traban. 1
achn!JI! .. a.s, srílivn.<~ y demas tribus r1ue De lo!> Lbuos de Casanare los Jcsui- l
desoa.ban conquistat·. tas trataron de ponerse eu comunica- l Un año despucs ue su nueva entrada, cion con la. Guayaoa, siendo todo el
ya. lo.~ Jesuitas teoian fundados varios trecho que méclia entre aquellos lnga-l
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1 160 LA M U J 1~ R.
ros pobladísimos de indios fe roce.q. ca. ¡ por tada.'! {¡ Américn del Antiguo ){un.
rihes y antrop6fa!!OS. Pero por inltA de tlo, que cundierou cou una presteza
rocut·~ sus maridos, que las madres bau las bebidas como podían, y asistiau
al dar á luz una niña, doaemulo ovitnr. sin descanso á los iudígcnns, á veces
lo la desgracia. de vivir, muchas 'oces ha.;;Ul. morir c1los roismos contagiados. '*
lns matab.'\n. Eu sus bodas, dice el Pa. Cuatro reducciones tenían establecí.
dro Cassani, las parientes de la novia lb ... los Jesuitas eu las orillas del Ori.
celebraban los tlesposorios con lágri. noco, y despues de cri tinuizada." aque.
mas y gemidos, y en lugar de fu licitAr. llas poblaciones de indígenas y adelau.
lo., cario. mujer al ncercar¡;e b dccio.: tadas en la civilizaciou, sucedió que eu
-Ay: ny: desdichadn: que érais l i. l ü8~, ¡;e presentaron simultánenmeuto
hro y sois esclava! eu e lla.s una turba de Caribes, c1uo 110 ! Los tnisioueros t rahaj:\ron mucho en arro;jnron sobre 1\t¡Hullos puuhlos go ..
1 1\livi'Ll' b suerte du las pobres iudÍ!Ls, beroados por cuatro ,Jthnitas. Lo~ iudí.
y ellas, más quo los hombros o.gradeci. gunns, que se aterraban w lo con el uom.
¡Jn~;, los atendían y t!Scucl.a\nu, respo. bre de los GLribcs, se ocultaron teru.
talmu y ohudeciao. :Merced ti los twiso~ blando en los bosques; los ~(i:-;ioucro,
quo ullas frecuentemente los do.h:m do pcrmauecieron firmes en su puc:.to tm.
lo que ¡;e tramaba. contrs los Jcsuitl\s tando de imp<;>dir la profauacion do la
entro lo indígenas, ellos lograron sal. igl e~ia, pero aquellos nntrop6fn!!os .,.
mrso y huír prLm comorvnl' ltl 'ida. asesinaron ú los Padres .Fiol, Dcck y
¡ Ou11cs serian los sufrimicut.os de ITeobast, y revistiéndose con los orna.
aquellos hombres, rnttchos do ullo8 hijos me u tos sacerdotales se gozaron en de.
de hidalga. cuna, recienllogntlos tlo Eu. vorn.r los cadnverus palpitantes de los
ropa, t•u~etiados ú las comodidadus do¡ ~lisi1puc ros, y Ut!.'lpues do t¡uomnr la po.
In vida civil izada, o u lllt.'dio Ju ORtt~pi. ula.ciion so dirigieron soltrt! lll otra mi.
Jos y forocos ::;ahajes, e u desiertos ho. siou para ejPcutar los mismos acto:;. ••«
rribios, rodeados de toda espacio de fio.r Si u embargo, el .Jesuita do la última.
ras, comidos por Jos túb:~ouoll y los mo • tuvo tiempo de salvnrsu cou una parte
r¡uitos que{¡ 'iCCCS les forumb.'\u llo.¡;,ras de sus fchgre es, huyundo cou ioaudi.
e u todo el cuerpo? .. .. ~\sí ,;vieron tos t.rabaj0:1 por lugares incult<>S, por
aquellos nobles zapadores do la eh ili. modio do mout.ru-ulS vírgenes, de cauda.
1.o.ciou y del criHia.oismo, gnstando allí
lo rmj01cs niio:. de su vida, y despucs
ido diez, "cinte y hnstlL cuarenta níios
do smnojnuto esistcncin, siu rocursoR,
, sin t'•Jtnpatiuros de su mza, on medio
1 dn tribus indómitas y rchácins á las
1
buoru'ls costumbres, morinu al ti u, unas
'occs ahogad<>S en los ríos, otras vfcti.
mas de las epidemins y de las fiebres,
cuando uo era li manos de los sah·ajes
mismos por quicu sacrificaban su vida 1
Cunndo los indígenas se enfermaban de
disiutorin. 6 do viruela \ epidemiM im.
• V éaso Oassa11i "llistol'ia do la Cotnpañía
de JUBus en el Nuevo Uciuo de Granada."
Capítulo XX.
• !Dice M • .Aicidca tl't)t\,igny,qno en el Pnra¡;
uliy una voz que fueron 1lcstcrmdos los
Jcsui,tas do las ~l111ioncs, los indios morian
por ocotenaros pon¡ u o na• ti o su tomall.L la pena
del cuidarlos cu,uulu onfcnna\i.1n.
•• Uumooldt rcliorc qno cuando visitó el
Onncoco ya los Caribes h11biau olvidado su
gustcJ• por la carne humana.
••• Do loa tres rnártiros:ncck, Fiol y Tcob:lst
era ell segundo español y loa utros 0Bml'UCO
el nu,o y nleman et otro. Segun el Padre Una-
83ni t¡odoa trce eran hombres do buél.la familia,
y el último orudito teóloJ?O y profesor do
literatura, mu¡ útil en lae catedral! del Colegio
U<& Santa! e. Todo11 hahian pedido con instancin
que los uuviaecn á las MisionetJ, pul'B
deee&ban padecer por la fo de Cristu.
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1
R E V I 8 'l' A Q U I N O E ~r A L . 161
!osos rio._, hlicia. las Misione~ de Gasa- forma de -;~~rs~ por falta de gnia
narc, ~iu máa rumbo que la corriente para. tal caqlino, por lo cual in11i11tió
de las agun!i y sin otra esperanza que >Wei,'C años eu su empresa, bautizando
h. el~ encoutr:ma léjos de loil Caribes. ~lo¡, los piíHmlos y á los adul~os en
Al fin, de!>pues de u o viaje de ciento a rtículo do muerte. Pasado este ttempo
cinco días, lleg6 el Padre Vergarn con tuvo oportunildad de >ol ver á sus anti.
sn~ \'einticnatro compañeros indíKena~ guas .Misiono~~; pero ya pa ra entónces
á las .llisioues de Casa.nare, eu doudu no le babia <¡1Ltedado otra ropa que una 1
los indígenas fueron incorporados eo manta. raída y destrozada de las que 1
esas doctrinas. usan los indio1s del N u evo Reino. Con
Pero ni aun este tri~te drama desa- Hste vestido, q¡ue apénas a lcanzaba á cu.
nimó á los .l\lisioueros, los qnc volvie- hrir su desnudez, despues de grandes
ron nuevamente á tmtar de civiliza.r jornadas, fatiígM y continua hambre,
las regiones del Orinoco. El Gobierno porque sólo dtJ frutas y raÍcC!I se roan.
, se negó iÍ proporcionarles recur!'ios, y los tenían, di6 viista á una cabaña. del te.
que eotrtHOu otra vez á las tierras de rritorio de S' ntiago de los AtalayaR.
los s:~li\o'as estaban en tal escasez que Luego que loi~ dtwiíos vieron aquellos
se mantenían con gus:mos, ratones, bultos, y :d iodio que guiaba a.l Padre
hormigas y lagartijos. Los Caribe'>, al con arco y flochas, creyeron que eran
saber quo hahian intentado clo nuevo espías de los !bárbaros guahiboH, que S.'\los
Jesuitas fundar ~Iisioues, l'in más len á robar y quemar las casas di.;tanampnro
que su fe, sacrificaron á otro tes de las citülndes. Salieron al punto
:\Iisionero que andaba por aquello,; de- con :ms escop11tas, y los hubieran mucrsiertos
con un Capitau e~paüol y do.3 to á no lmborj gritado el Padre:
tiernos uiiio11. A todos cuutro ase,.ina- -".Mire qtllC somos cristianos!"
1 ro u cruulmcute, pagando osos inocen- N o uos ppdemos cansar de admi.
tei'l con :m sangre b que los espafíolcs rar á l\;a.s montañas solo ou lmsca do simo entre no¡ otros, en donde olvidamos
almas rplUccouvcrtir al c.\ristinuisrno. Lo todo lo bucnQI y s1~lo sabemos alabar lo
citan los hi,toriudoros dn aquellas Mi- que brilla y ~IR rui1loso: las armas, las
sienes, Ulssani y Gurnilla. Este tÍltimo 1 charretera9, Itas victorias y el fmgor
dice J.aLluudo do él: "Entró en .Airico, de las h1.tnllwa; y rora. vez nos acorda..
:?OU leguas de nuestras ~li8ioucs, á cm. mos de los qU,•J Lnn ofrendado su \ida
plear su celo entre aquellas gtmtes; por el amor ¡de Dios y del Lien de la
pero cuando reconoci6 la dureza y ter. humanidad.
tjllOdad e lo ollas, juuto cou iucc~autes ¡ S. A. DE S.
riesgos de morí r {¡ sus mt\OOfl, u o tuvo (Con ti nwt11'tÍ).
----...---
VI AJ ES.
H.ECUEHD OS DE E UjROPA
POR 8 , A. DE 8.
LO~ P_\.RISIE~SES VIAJEIWS.
Pcst (Hungría) lSGO.
A~TE nuestros ojos rueda al turbio
Danubio, de amarillentas ondas, car.
gado de barcll~s. balilas y vapores. Hácia
el frente está la ciudad de Buda, coro.
nada por fortllllezas de aspecto ameun..
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1G2 LA MUJER.
zante, miéntrns que al pié se amontonan baluartes de París y su esposa, e legan.
los torcido~ y extrafíos tejados de la~ ca. te lionr~., natural del barrio de Antin.
sas y conventos, en el mismo sitio en Vestidos árnboc; (i la última. mocla, y
que plante,) el feroz Atila, la ira de con un equipaje compuesto de una. doDi()
s, las primeras tiendas de su tribu, cena de baúles monumentales, se des.
llamándolas ciudad. El idioma húnga. montaron eu el hotel de D'tmpch~ff:
ro, Ú!;pero y dulce al mismo tiempo, (co- uno de los mejores de la ciudad.
mo el carácter de los que lo hablan) Habiéndose ataviado de nuevo y con
resuena por todas parte.~, y lo~ habitan. el mayor esmero, fueron á ver la Casa de
t~s, garbosamente vestidos, atraviesan ayuntamiPnto, varias iglesia!'!, pero en.
cual hormigas el gigantesco puente que tre las curiosidades de la ciuda!l los
reune las dos riberas del rio más grao. instrumentofl de tortura de la antigua
de de Europa. "' Los hombres, con su inquisicion los horrorizaron, y para
apretado pantalon rlo cachemim aznl6 refrescar su imaginacion quisieron ir
griR, realzado por franjas de rico bor. á visitar la principal curiosidad de
dado, botas n.ltM, espuelas de plata, aquellos parajes: la, lV alhalla.
sombrero con ph1mas blancas ó verdes, Este es un templo espléndido, situado
anchas chaquetas bordadas y en la roa. en las orillas del Danubio y li hora y mó.
no un bastoncillo de más ú ménos lujo, clia de Ratisbona. Lo edific6 el Rey
con cabeza de plata ó acero en forma Luis do Baviera como un homenaje á
de hacha; las mujeres precio~:unente los grandes hombres de Alemn.nin. de
vestidas con anchísimas enaguas de li- todas las épocas. Situado sobre 'JO:t coli.
uon blanco, rosaJo 6 Rada de colores, na, y dominando el río, su aspecto es
corpiño de seda negra bordado, con ple- grandioso é imita la forma del célebre
ga::la. pechera y ámplia.s mangas blan. Partenou de los griegoR. El exterior es
cas, recogidas con cintas rojas, capita de piedra pulida y el interior comple.
de seda negra con rico!l arabescos, ele. tamento de mármol, formando mosai.
gantemente puesta Robre el hombro cos do todos colores en el pavimento
izquierdo, completa el vestido. Estos y los muros; está RosteniJo en el fon.
graciosos grupos baceu coctrnste con do por columnas de mármol de doce
los pobres harapientos, de aspecto se. metros de altura y de una sola ]Jioza,
mi- oriental, que asientan el pié desnu- y en contorno y en el centro se ven lo~'>
do sobre el suelo y levantan siempre bustos gracJes hombres do Ale.
laq manos nsquerosM y ama.rilleotas macia, todoq de mármol hlanco de Cn.
lJúcia el tr:~nseunte. rro.rn., con i cscripciones de oro Robre
En medio de esta poblncion en que fonuo l•ln.oro; el conjunto e!i rir¡uí..;imo
se encue11tran todos los tipos europeos , éimpouente.
y orientales, so ven algunos pn.risiccses Nuestros héroes pro'guntn.ron cuál
errantes que viajan por t.odas partes Na la ron cera de ir ú la Wctlludla, y les
en el vera.no con el objeto do renegar mo~;traron un omnilrns que iha. ii par.
de los de mas po.íses y elogiar el suyo. tir con di rercioo á <'~e sitio.
A veces no dejan de cosechar lances ri- Rocogicuclo con una mano 1:\ larga
d(culos, como uno que nos contaron cola do su vestido color de cielo, y teaquí,
sin echar do ver los cuentistas nieodo difícilmente en la otra la som.
que tambieu se retrataban á sí mismos. brilla., el pañuelo y SLL abanico dorado,
A la oscura, triste y sucia Ra.tisbo. la entorchacla y alba pluma ele su somna
llegaron un dia un par de novios, brero batiénJole el cuello, y el perrillo
un petimetre de los que vi ven en los faldero saltando en torno suyo, con
* Este puente, que costó 4.500,000 flodnos
(ó $ 2.250,000), tiene tres arcos. So inaugun.
i el 5 do Enero de 1819 para dejar pasar el
ejército del insurgente Kosstrru, persegnido
por los austriacos.
----~----------- ------
esto complicado garbo la bella pari.
siecse se dirigi6 al om,nibus, ~eguida
por su tierno esposo, que miraba ú los
transeunte'! al travez de su lente encrustado
artísticamente en el ojo, ruién-
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REVISTA QU I NCENAL. 163
tras que con aire Jesdeñoso se azotaba
1
-No! no! respondi6 IÍste pegándole
la pierna con su varita flexible. n los oaLallos.
Los lHtbito.ntes de Ratishona, poco -Deténgase, lo mando l
coseffados á ver gastar e o HU aoticuaua -N o quiero, re pi ti6 el otro, mi !"e-ciudad
tau suprema elegancia, :;e amon- glamento manua llevarlos basta la
tonaron (¡ verlos subir al coche. lValhalf<¿ sin detenerme en el camino :
Despues de cinco minutos gastados y eso lu~oré.
en esfuerzos !:iObrehumanos para poder Frenético ytl el parisiense, y viendo
entrar por la C!:itrecba portezuela del que todos reían de él, empezó á tlar de
ontnibus, nuestro:~ e1egautes se cncon- puños al amable aleman que tenia más
traron iMtalados eu sus asientos, colo- cerca., pero los demus se interpusieron
cando la señora el perrillo en su rega- y le cogieron las manos, miéntras quo
zo. Apéoas empez6 á moverse el pesa- el atacado se vengaba, dándole á su
do coche, un rollizo alemau cerró cuida- turno coscorrones; de manera que se
Joso.moote las ventanillas, sa.c6 del fon. arm6 una algazara espantosa do ínterdo
de HU bolsillo un chi,cvfl'. de cigarro, jccciouoB (}nérgicn.'l en frances y aloman,
lo eoc~udi6 de nuevo, y pa.sándoselo ~ gritos, &ollozos de la parisiense y golcun.
tro compañeros más, cada. uno hizo pes sonoros, lo cual dur6 algunos milo
mismo con sus pipas ó cigarro. Un u u tos, bnstn que el cochero, que DO
TJ10tlJento despues )a diligencia parecÍa gu~tai.Ja Ue Remcjn.otc rniuo, tUVO por
el interior dt~ una chirneuoa do \apor. convoniente detener ~ns caballos. La
-.Mo ahogo! me ahogo! exclamó la parisiense se lanz6 iomeuiatamente
vn.risieuse haciendo esftterzos para re~- afuera dejo.ndo pnrte de su vestido enpirar.
garzado eu e: pié de uno de los gala u.
-Cahallcros, . perdi6 de vi:.ta envuelto eu um\ nube
-Tirar los cigarros: vaya una ocu- de polvo.
rrcncia, tlijerou toJos riéndose. Eran las cuatro de la tnrdc; el sol
-1<~1 humo incomou11. rnucl1o á la se. t¡uemaba como i\wgo á la de~graciada
ñora .... y no Kc debe fuwar aquí. pareja. La pnrisieose so ~ent•Í en la
-U~ted está equivocado, repuso el orilla del camino y setlesahog6 cou uu '
primero, tengo derecho de fumar ar¡uí llanto abundante; su esposo ocultaua
y fumaré . .. . E u Alemania hay lilJertad u u par de lágrimas de rabia y yergiicnza
para fumar o u todas partes; á nuestras miéotro.s que fingía sacudir:;e d poi vo 1
sciioro.s no les incomoda, y no sé por con un lino pañuelo dt• batista. E,;t!~uan
quú las francesas l1an de ser wás tloli- en un llano si u un árbol, esmaltado de
cadas. Y al decir esto ecl1Ú \In a boetHW- sementeras de trigo y ¡1apas; varios
J¡t do humo casi á la cara do la. mísera ct~minos arenosos se abriau eu diferen.
parli;iense. tes direcciones, pero ellos no sabían
-lm;olente! excl~mó ol frances fu. cuál em el que conducía á la. ciuuad.
no:~o. Despues d~ andar dos horas errnntes
-Qué ~mcioso ! ja ~ ja: ja ! rieron por aq uelllauo clesapnsible, dierou con
totlos los a.lomaues e u coro. un coche que los llevó al hotel al fin.
-Pare usted, cochero ! grit6 ol fran- Con los ves lid os hecho~ pedazos, bam-cos,
no podemos continuar aquí. briontos y furiosos, ' pidieron al 1legar
-Cochero! pen.oítamo usted bajar, (y miéutras pouiau ln comiJa, que DO
me voy á desmayar, dijo con voz aho- estaba listn) un Ya!;O de helatlo p:tra
gada la. sefiora. refrescan;e, y al momento les presen-
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164: LA :MUJER.
taron uno de cerveza con trozos de pan 1 -Más burro serú usted, contestó el
negro, cortados, en un plato: fué impo- otro amostazado, y nderoas bestia t
sible que comprendiesen lo que que- Pero el segundo y último silbido del
riao, hasta que mostraron la palabra vapor cortó la disputa, y todos corr.ie.
en un diccionario; pero tampoco en- ron ú embarca.rse interrumpiendo sus
tendieron: los helados son casi deseo- comenzadas proesas, midiendo á zanca.
nocidos en Ratisbona. das la fétida playa de Ratisboua.
Llegada la hora de comer, los po- Ya en el buque el parisiense olvidó
bres viajeros, enseñados á la sabrosa sus perca.nces para acicalarse al espejo,
comida. francesa, se horrorizaron cuan. quitándose los marrone:;, y aprisionarse
do les sirvieron, entre otros guisos mis. las manos en un par de guante!~ nueterioso-;,
un enorme plato de carne co- vos; operacion que le sirvi6 de distrae.
cicla rodead'a. de repollo podrido ( clwu. cion hastn. la bora de comer, miéntras
m·out) con acompañamiento de campo- que la pobre ele[Ja.nte lamentaba en si.
ta de cerezas agrias, pepinos y ensala. lencio la pérdida. de sus ilusiones (res.
da con vinagre almizclado. Natural. pect.o de viajes) y la de su perrillo que
mente no pudieron pasar bocado, y se no volvió ú parecer.
fueron á acostar rendidos y furiosos, Tales !\Venturas suelen encontrar mu.
con ánimo de emprender viaje húcia su cbos -.iajeros que salen con el objeto
patria al día si~uiente. de distraerse y pasar agradablemente
Una de las vwtudesque caracterizan el verano, pero n quienes se les agua
al da:ndy, es la de no perder de vista la fiesta. Los que no s:..bcn sufrir inco.
su buen~ apariencia en ninguna cir- modidades sin perder la paciencia no
cunsta.ncia de la vida. Nuestro héroe deben viajar por Alemania, en donde
tenia costumbre de rizarse la patilla y la buena crianza en los lugares púiJLi.
el cabello todas las mañanas con fie. cos eR cosa desconocida
rros calientes; pero como esa opera. La naciou alemana por lo general es
cion era difícil en Ratisbona, resol úó poco pulida y muy vulgar en sus entre.
hacerse marrones de papel para ama- tenimientos; uo deja do chocar el ver
necer bien crespo. ú. una señorita de buena sociedad, seo. l
A las siete en punto debía partir el tada en un café, rodehda do humo de
vapor, y ya habían dado la primera pipa y cigarro, y tomándose muy c;éria
campanada áotes de salir del puerto jarn tras de jarro de cerveza con una
cuando so despertaron los viajeros. Con 1 pirámide do pan negro en tajadas F>l
la. priesa de irse pronto olvid6 el parí. lado y con lo cual acompaña la hebiua.
siense que tenia la ca.beza y las barbas En las mesas de Jos hoteles se les ve
llenas de ma.rrones, y sali6 á tomar los comer mosta2a con pan, sirviéudo:;e de
billetes cuando so eucontr6 de rondon su cuchillo, Ju.s piernas do pollo con los
con dos de los alemanes que lo habían dedos y almíbar con tenedor. Se conoinsultado
el día anterior, y éstos, al ver. ce que los alemanes son descendientes
lo, no pudiQron ménos que soltar estre. directos de los biírbaros del Norte; la
pitosas carcajadas. cortesanía no entra allí con facilidad.
El francos se abalanza contra ellos Sin embargo se le:; puede perdonar
encoleriz:uio, pero sobrevino un espa. muchas co!'as en atencion {¡ que lo ha.
ñol y los separ6 con un pequefio ea- cen con sencillez. Es natural que una
fuerzo. nacion que se halla bajo el régimen
Al ruido acudió el posadero, y de- del feudalismo tenga costumbres a.traseando
poner fin á la gresca, se empe- sauas. Con todo esto, en lo que es mera.
ñ6 en indicar á los viajeros la oficina en instruccion, la Alemania va á la van- 1
que despachaban los billetes, y gritaba guardia. de todas las naciones europeas;
en mal fra.nces dirigiéndose al español: en literatura y artes ha llegaJo á una
-Burro! (po1· b-ureau) burro! y lo :~.ltura mayor que en Francia é loglt~-
empujaba bácia la puerta. tarro.. (Conitimutrú).
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REVISTA QUINCENAL. 165
HISTORIA DE DOS FAMILIAS.
NOVELA DE COSTUMBRES NACIONALES, POR OLGA.
e A 1' í 1,
0 t. 0 1
• J:: R
0
E a 0
• acogido en todas partes con gusto, á pesar
de que tenia defectos que chocaba u.
•• LO QUE SE APREl'{OE EN LA CU~A Entre los que más le afeaban, tenia
SIEMPRE ouRA." ttno que probablemente era natural en
él, y que deberían desde su niñez ha.
La familia de doña Narcisa (como berle castigado con suma severidad:
la de doña Pastora) se componía de las era inclinadísimo ú mentir. Su poca
cuatro niñas de que hemos haLlado y veracidau, su jactancia y cuentos fnlde
dos jóvenes. El mayor se llamaba guados tenían t..1.n mala fama entre su~;
Gerruau, y era el dije de la casa. Su conocidos, que bastaba que él asegura.
madra le idolatra.ha, y jamns le habia ra alguna cosa para que todos lo pncoutrariarlo
en cosa alguna. Desde que sieran ou lhula. Desde que balbuceó
el niño estn.ba eu su primera infancia sus primeras palabras, se notó en él lu.
se le babia enseñado que ~us henuani. propenl'ion que teuia tí decir lo que no
tas deberían cederle todo juguete, toda era cierto, y dar por sucedido lo que él
golosina, cuanto teniau y él deseaba : se ha.bia imaginado. Su padre ¡¡e reía y
el resto de la familia era HU propiedad celebraba sus embustes como una de
y todos debinn obedecerlo. No babia sus gracias do niño; su madre repelia
cumplido German doce años cuando ya sllS cuentos fraguados á las personas
usaba sollretod(J de última moda; hoti- que visitaban la casa, cowo si fueran
nos finísimos quo botaba. á lns pocas pruebas de talento pret'o:~:, y esto doposturas;
camisas bordadas, j&yas, va- laute de él y elogiando su ~ernpraoa.
rita, guantes nuevos todos los domingos capacidad tÍ ingenio. N o es extrauo, 1
y Jias fdriados; revolver en el bolsillo; pues, que German crociora ¡;jn sa.ber
cigarrera. con cigarro::! y ci~arrillo11 para siquiem que la mcutiru ora un defecto
él y sus amigos; tornaba. tragos do y un vicio, Ct1ando su madre, con su
bmudy en lugar de canuoclos; hablo.- tontería., su padre, cou sn imprudencia, 1
1 ha de amores; escrihia billetes á otras • y las person:.u; Jo fuera, para ad11lar ;Í !
uiiiita11 de I'U edad y daba citas; juga- 13. familia rir.a, alaba.bau sus emlmsteo •
ba ú los gallos, á los uaipes y aun al y los aplaudían como señales de viveza
dado, perdiendo gruesas su mas que unas tÍ ingenio.
vece,; pedia á su madre sin embozo, y Entre paréntesis, clirémoi3 quo la cosotras
las sacaba. de la 1ol~a.sin que ella tumhre de meutir es el defecto mÚ!ó
cayese ~jO la cuenta. Estos defectos tj1e- sobresaliente que tenemos eu Colomron
aumentando con la etla.d, y siecdo bia, cttya. atm6¡;fera parece que fuern.
de una hermosura poco comun, elegau. propia. para alimentar la ioclinacion á
te en su vestido, ~istir!\ que ya se ha erigido eu ley el raba con desJeu á las ?1wjeres de su 1
1 dolo, la falsedad, las intrigas y eoga. casa, y pensaba que ellas uo hahian
f 1 ñor. eleccionarios, es decir, que la men- 1 veuido al mundo siuo para servirlt y 1
1
tira es dueña y soberana de todo~ ... complacerle. Germao l'C jactaba de ser
Esto es clesoousolador, pero es la >er. es phi tu fuerte y despreocupado, y no 1
~ ~ dad, y los maestros y maestras, y Robre cesaba de b11rlarse del pobre Ant01lio,
. todo los padres de familia, deberían ellinico en ln. familia. que cm sencilla.
J¡ meditar eu esto para procurar corro- mente religioso, y cumplía, sin hacer
gir:;e y corregir con tiempo á los niños. alarde, con sus deberes de cristiano y
l1 Cuando los extrnnjeros vienen 6 de católico. Y digo que era el único Je
nuestro país, uno ele los defectos que los Ahumadas que era rcalmeute relituús
les sorprende os el de que la men- 1 gioso, J~ orque, anm¡ue Joñ:>. Narcisa.
tira sea moneda corriente, y que no se 1 iba á mi~a. todos los domingo~ y dirrs de
mira mal al embustero hasta en la más
1
prcce}Jto, rezaba y se confesllba muchas
culta sociedad. i Desde cuúndo teue. veces en el año (iun\riablemeute con
u1os este defecto y de qué pro\-iene? 1 el confesor ele ??t11cla, fuern el tJUe fueBueuo
seria que estudiara este punto se), y otro tanto J¡acian sus hijaR; ellas
ele nuestra. l1istoria moral alguno Je rea.lmento no erau viadosas, ni jamas
nuestros modernos filósofos 6 hábiles paraban mientes en lo que es el espí~;
icologistas, pues tal vez n.l encontrar ritu de h~ Religíon que decían profela.
raíz del defecto, hallaría la manera
1
s~r; ni, la venlad sea dick~, cuwpliau
de 1·n rarlo. con lo!! deberes que las mujeres católi.
Pero basta ya de digresiones. cas en su posicion tienen á lo~ ojos tlcl
El hijo segundodedofittNarcisa laR- ¡ mundo.
tin.Ju.La muchísimo su amor propio co- Cuando se anunciaba algun sermon
tno madre: formaba. uu completo con- Líen sonado ó tiesta en una iglesia. do
traste con German: si el mayor era tuoda, con buena mt'isica y canto, dolía
vivo y despejado, el menor careeia táu- N arcisa jamasdejabade concurrir á ello
to Je inteligencia, que ap~nas había con sus bijas y .,us u u m e rosas cri::~.dns.
porliJo aprender :'Í. leer y e~cribir; no 1 Otro tan lo haciau, os cierto, ctmudo Lahauínn
creí1lo conveniente deJicarlo á bia fiestas cívicns, funcwnes uo teatro,
ninguna canora, y había :<;Íuo preciso &c. A la ig~esin. hacia u llevar imueu~os
sucn.rle del colegio, porque absoluta- tapetes y silletas cómodas, llmchos rilllCUl\!
era incapaz de apretlller ningu- thculos llenos do lilJn>s lujosameutc
1
,
1
ua cosa auemas de lo muy elemental. eUJpastadol', escogiendo el ::;itio ou tlonAt:
oí coU10 Oorman ora muy herlJ1oso y de las vieran 10ojor y en doude fáciL
sus fu.ctionos hubieran podido servir mente las uiñas puuiemn coqodt'OI' con
j como modelo á un estatuario, las Je los petimetres, quo uo vau al templo
1
Antonio (que se llamaba coruo su pn.. Je Dios ~;ino á mirar á In~ muchackts
Jrioo, el ¡;oñor Villanuova), eran en- bonitas. Do.U:a N arcisa frecuentaba la
teramt-ole irregulares, siendo el úui. iglesia con Jo:' ubjet{)S onlemrueo1 e
co C'll la familia que carm:i~ra. deber. 1u1mdnnof;: pura pa~ar d tiempo y no
mosu ra física. Pero tambien, así como quedarse ou la casa., e u donde "ietupro l
1
Gennau ora vanidoso y sólo se ocnpaha se fastidinLa ~:~i no tenia diversiones, y
do ~;Í mismo, Antouio, por el contrario, para sentar plaza de mujer piado~a y
1
ern. complaciente hasta el exceso, hu. !mena católica, lo cual era bien nwí- ~
mi ltle, c:íudido y sencillo. Como si e m- biclo en la culta sociedad. Las uiñus la
pre cslabu e u su cn.sa, sólo pensaba en 1 ucompañu.ban por esos mismos moti vos,
~ervit" á ~>U madre y á sus hermanas, y y adema.<; para hacerles coqttitos detras
1
las hacia_ t~das la~iligencias que ne. de sus mantillas á sus amigos y= ¡
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__ _ _ R E V I S T A Q U I N O E N AL 167
cid os, y notar sif?,[a 1 I!CI y fulano esta.-! Pero esto era todo el fruto que saca.
ban en buena armonía y si se mirauan, bao rle las enseñanzas que habi3n oído. ,
1
6 si ya P· 1'c 1ttvjn hnbia roto con sul•t- Las cuatro hijas de doña N arcisa.
niln y coqueteaba con otra. Frecuen. eran todas elegantes y bonitas, mal
temente aquellas seiiorn.s se encontra. educadas, pretensiosas, generalmente 1
hao eu la igle~ia con otras, y acercáo- malcriadas con los hombres y morJa. 1
dose tenían en voz baja las siguieo tes ces con sus rivales, de resto perfecta. 1
1 conversncio{les, bien ajenas por cierto mente insignificantes, ni buenas ni roa.
del sitio en que se hallaba.n: las; nunca habían pensado en otra cosa
1
-~.Iannela (le decía por ejemplo I]UC no fuera. vestirse como el último
doña Narcisa á una amiga),¿ por qué ' figurín llegado de París (exagerando
¡ uo me ha. ido á ver~ las modas hasta el ridículo); tener
-¿ 1:\o sabe usted, contesta.ba la otra, ' muchas parejas en los bailes y tertu.
qne he tenido al niüo enfermo, que la lias, y en torno suyo, en totlas partes,
1
ama de la nifía. no me dejn. trnnquili. l una nube de maripo~as masculinas qnc
dad, r¡ue se me ftd la cocinera? .. 1 ~e disputaran por ellas. Si se la,s kl-
De véras! Pues yo le maudn ré en hlaba ele algo sério, !'le sonreían con ni re
l sn lugar una lllltchachn. excelente c¡nc de vacía aruabilitlnd, no comprenditm
col'ioa á las mil maravillas, hace unas ni trataban de entender, y se conteu.
tort:ts do ehnparso uno los dedos! .. . 1 taban roo exclamar para todo:
1
Y por este tenor seguían adelante. -Qué célebre 1
J Entre tnllto, las niñas tenían en vo.: ¡ -Qué chit•l'ia.do!
baja e~to diúlogo, poco m:ís ó mrnos: -Ah chistoso que es !
- :Margarita, mo dicen que ya Jttsto 1 -Me muero .... ¡,de vrras?
l1'!18fe,; par::~. otra parte; i es así 1 Llam.~bau!rvada quo la!'! otras, era atlemas
quieres l inteligente; aunque sn atlncacion hn.
-Ah 1 pue~ me alegro .... me habían bin. sido ignalrnento deseuida.rla, so.
ase¿. urndo lo coutr:uio. lin. á veces tomar algnu libro y Icor, 1
-¡Y c¡né hay Je Leouóo coutigo? y esto la Jaba itleas de t¡ue carcciau
-Que siempre se~uiltlos lo mismo ... las otm!i totalmente. Era la m á:. he.
-¡ Ua~ta. cwí.udo! Ha de todas cuatro, y ro:\lmeuto de,.
-~u bÚ .. .. él no tiene oficio ni di. lumbrab(l. cuando rica.rnente vestida
nero y sólo picosa u u hacer gu.~>tos ... . se prc,entaLa en nlgun bailo. Silvia
-E-o 110 parar:í eu nada.. no iguomba. sus eucautos y ltacia todo
- ;No toe lo digas 1 esfuerzo J.ll~la realzarlos ; para ella la
lJoa >ez que empezaba el sermoo, suprema dicha era sentirse m;Í.c; admi.
dojia Narcisu, bien arreiJlljaJa en su rada que las damas eu alguna fnncion 1
1 mantilla, dormía tram¡uila.cuentc, arru. púulica. Pero Silvia, á pesar de sn~> de.
llada. por la vo:.~ del Faccrdote ó el su. fectos, tenia. uua gran cualidad, nacida
ourro tlo la. lllÚsica ; sus hijas se ocu. uaturalrnente en ella, pue,:; naJie Sf' ha.
¡muan en tanto eu lo que las ltahin bia tomado la pena. de cnlti\úr,.ela.:
llc~n.do allí, y en Jo<.:; i nterrued10s solían tleteslalJa la. tneotira, oc liaba la. fab·oír
úaRes aisladas del sermon pam po. dad á tal punto, que jamas quiso cou.
der decir de!e obe.
decer con razonamientos, si no lUO rnan.
uaban y ellos obedecían en silencio.
Alberto, el mayor l.le tt .. loc;, habin
1
manifestado, desde su uliÍtl tiema niñez,
un n.tnor ~ratl\le (Í la~ cosa-; de la Iglo.
sin y dcseo3 de tomar la carrera cele.
sitística. gn ol ::iemin:nio es nnturnl
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<¡uo nr¡uella di~posicion so confirmara,
pero su tnotlre, nunque no lo eontraria.
ha ca BUS inl'li nacioneo, tampoeo lo
daba u opiuion en pro ó cu contra de
1
lo que (l llamaba su ,·ocacion ; pero
nunquc dejnba á :m arbitrio la detinitiva
doterruiuacion, -t~nicn cosa ca la
cunl ella no hnhia querido 1nczclarsl',
se \m clijo,-liÍ le exigi1S que ánte~ Jo
tomar b <)rdcnes mcnore~ saliera del
8croinano y pa•am un niio en su ca<~a
mezcUndo e en 13. sociedad . .Al cabo
do un aíio de esta pruchn, Alberto, cnda
dia 111115 deeidido cu su rletenniunciou,
acept6 con mucho gusto, y con el benc.
plá,.ito de su madre, la protoccion que
lo ofrecb uua exceleuto pursona, pa.
1icnte lej11no tic! 1'11 familia, ¡;acerdote
rico ó instruido que le propu.~o llevarlo
(t Europl ( costc1oclolc el viaje) para
que acl.\hara de estudiar en Roma y en
París, cu donde JlOdia ordenarse.
El hijo ~eguado do uoíia Pastora,
que tenia la misma edad de Oorman, se
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llama~ Luis y se p'lrecia física v mo.
r.tlmo~lto muchísimo á su mo.dr~e. Su
porte era grave, reservado hasta el
ex.cc~o y muy callado; era. sin embargo
intdigente, activo y laborioso, amaba
la lect'hm con pasion, pero poco comu.
nícati'l•o, no dejaba penetrar á nadie eo
el recinto de 'JU confianza. Su madre
le habiia hecho iMtruirse en la ciencia
comer~rial y lu~bia logrado colocarle
como ,aepeudieote en una casa do comercial.
Pobre, de un aspecto agradable
pero nada hermoso, particularmente
reRervlidO con los j6veoes de dU edad,
cuyos devaneos no eran de su gusto, no
tenien 80 recnr!IOS para vestirse con lujo
ni par~~ hacer obsequios, b sociedad no
~e acordaba de él jama~, aunc1ue las
personas que le trataban le teniau ou
IJlucho y rc~petahnn su noble carácter.
Las niiins de In familia Villanueva.
eran virtuosa<;, amableH, piadosas, cari.
tativ'"l coa los desgra.cindos, amantes
de su ca~a. y deseosas de haccrhc mú.
t.uame¡~tc todo el bien posible. Pasaban
nua VÍ!dt\ a<;az non6toua y retirada léjos
del nliUndo elegante, y en el intenor
de su hO!,rar ocupadas fiiompre cu fae.
nas Mllera~, miéntras que su madre
recorri.a la ciudad dando lecciones ue
piano. Adema..o .; de }o,., oficio~! del hogar,
todas c~natro crnu habilidosa!>, y borda- ,
l.ian y hacinn precio~os encajes, con 1
cnyo 1~rodncto ayudal.ian !Í su mache y 1
se vos 1nn sencilla pero decentemente. 1
La monor de ella~; era do la edad de 1
Silvia y so llamaba Lucreci1\. lllnoca, 1
ruhia, l'iempre li mpinmcut e prantliJa,
eon ul~n elegnr.cia inunt.a., sus largos 1
cn.bell()s domdo-, su bo.:a rosada y fliempre
~onrif•nte, ojos azules y uariz. uu poquillo roroaugnda, su aspecto parecía 1 1
ex6tic en aquellr~ casa, en donde toJos
eran tnorenos. Su continua alegría y
charla u.nimatla, ~;u amor {¡ lo bt•llo y
ele~ u te hacia contrasto con el canícter
c:m si(etll pre taci tu roo y ~onci llo- que
myab~1 en rigidez - de lo~ Jemas miembros
d~ la. familia. Bullicio~a, siempre
amabl4~ y contenta, Lucrecia. ora el alma
y h vitlu. de aquella casa, qt~e llena bu.
con rm armoniosa voz y lo~ acordes del
piano,.~ puos hu.bia heredado la disposi.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
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169 =-t REVISTA QU IN CENAL.
cion á la música de su madre, apren. llenaba de contento cada vez que lo
diendo desde pequeñita á tocar de me. encontraba en la calle 6 muy de paso
moría lo que oía. Cuanta persona fre. en la casa de doña Nnrcisa. Para ella
cuen taLa la casa lo. prefería, y ella fie aquél j6ven era el tipo de la elegancia
coro placía en darles gusto tocando y y la gallardía, y le bastaba verle ú oírle
cantando lo que sabia. l~ero á medida hablar un momento para vivir feliz
que fué creciendo se hizo tan tímidn. y una semana. Desde que cumplió doce
vergonzosa que con dificultad se logra. ó trece años con.praba siempre un al.
ba que exhibiera s11s habilidades delan. manaque, en el cual sefíalaba los dias
te de gente extraña. en que tenia la dicha de verle, y llevada
En la época de la niñez de los mierr\. por cierta supersticion, comparaba los
bros de las dos familias ellos se veían días y los meses afortunados, segun pen.
con frecuencia, y German gustaba m u. saba. Lucrecia no babia confiado á nadie
chísimo de entretenerse con los cuen. aquella recór1dita preferencia, la cual
tos á media lengua que le refería Lu. era sagrada para ella y nacia de su noble
crecía, con su gracia infantil, así como corazon ú inclínacion al sentirnentalis.
le deleitaba con su canto y amabilidad mo poético que, no encoutrandoalimen.
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natural. La preferencia marcada. de toen lo que la rodeaba, se babia fij,ldo
German por la niñita (tan diferente en aqnel jóven que en su casa tuiraban
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de sus hermanae, que eran todas bra. mal. Su afecto provenía de un seoti.
vas y malcriadas), despertó en ella miento de gratitud por su antigua
un gran cariño hácia su amigo que a.mistad, y de seguro no hubiera hecho
, la llevaba dulces y juguetes. Pero una en ella ningunR. impresion,- ol vidtíndo.
vez que Albllrto y Luis no estaban en le con el tiempo como un ensuefio in.
la casa, sino en el Seminario de int.er. fantil,-si las circunstancias hubieran
nos, German dejó de visitar la familia sido otras. Aunque la atormentaba. 6
de dofía Pastora, tanto más cuanto qne veces oír refet·ir cómo Gerroan jugaba,
había tomado malos hábitos y pcmicio. tomaba licor y tenia amistad con los
sas compañías, viviendo libre por lus jóvenes m6.s desa.creditados de la ciudad,
calles, bajo pretexto de concurrir ú l:ls Lucrecia, con su cándida inocencia, no
aulas de la Uoiyersidad. Lucrecia oía. comprendía el mal, ni era posible que
discutir en llll cas~ la couduúta do Ger. supiera que aquella precoz corrupcion
mnn y su mal manejo, pero si los damas era ~;eñal de que el corazon estaba mn.
ID!\nifestabao di!>gusto con Gennan, ella 1leado irremisiblemente. De resto ella
nunca ayudaba ú hablar contra él, y 1jamas pensaba en que él se pudie~e
como viese que extrañaban cuando ella fijar en ella y uo ambicionaba que la
procumba clefeoderlo, resolvi6 no decir prefiriera: aquel afecto romántico no
nada, pero sí consagrar para él un afee. pasaba eu realidad de una fantasía; una
to oculto pero verdadero (que por cierto leve llama que podía apagarse ó pro.
no merecía) en el fondo de RU iuocente ducir un incendio que no podría ex.
corazon. A medida que German fué tinguir:;e nunca.
haciéndose hombre y desarrollando sus
sobresalientes dotes físicos, Lucrecia se (Oontinua?·á).
REVISTA DE EUROPA.
I
L .~ grat1de injusticia se ha consumado: los
Jesuitas han tenido que cen·ar sus colegios
en todas partes de Francia, el 30 de Junio
último! En nombre de la libertad, de la fraternidad
y del círden, los radicales de Francia
se han hc<:l1o reos de una de las más miserables
tmmas urdidaa contra el bienestar
de aquel país, que se haya puesto en phmta
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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
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170 L A ll U J E R
en este Rt~lo. ¡ Ay «lel 11ne c~cnnrlah•¿:~ a eAo!l con órden upres!l do c¡ne no e~cogicra sino
pe«¡uciinclns! rlijl) :'\ue~tro Seiior Jequcriflto. un;\ de las princc-aR npnntm!aA.
¡Y «Jil«t UHÍ::~ escándalo 4'11! vejat·, insultar y Rabia vi:ljaJn Alej1111lro con su mentor
•kstcrrar á sns maestros! En tin, cllus. inR- por el Sr·rto do A ll•n.nnia, y tiC uiri~ian á
pirado~ por el cspídtu del mal, t~i:;uen por <•1 Carlsruhe, en •lonrlu 110 hallaba una priucct!a
cruninu r¡uc tiC han señalarlo, y prctcudon hacer ulegible, cuan«lo al pasiU' por Frankfort, el
incn;dnlas ú las gcncmcioues 'lllo tiO levnn- Gran DtH¡nc do Hut~~o-J >:,nnstnclt lo mandó
t:~n. P<•ro H«Íio Dios, en sn R:tbiclnría im•xcrn- unn. amable iuvitacion !lnplicándole que cotaLlc,
pt•thá s~~.bcrcntil sení t•l cntaclituno que miera con él uquoll!l tanlll.
110 prtl¡tara en aqm:l de:~¡;raciado pnis, y no El Czarewitch uccpttÍ, y dospues do la cotanLII'IÍ
mnrho tiempo en pn que tener quo cumplit·,rcinante, pero dcho advertir á su Alteza quo
las ,)r,lcnc~ del Gobicmo. ellnno está en la lis!:l ....
1~1 estado de ngitacion en que Ro cncnen- Alejandro no contcsttí, !lino que acerrán-tmn
llltl tínimos es tal, que laR uiRcusiones dose al Duque, pitlió quo lo presentara á la
políticas so convierten eu deiRfÍol! tÍ mncrto. princePa, que era uua niiin do dicr. y sois
M nchos de los rodactoreij do lol! periórlit·os de años. Entabló (~lllt tilla \IIH\ tmi macla couveruna
y otra opinion se han dc:mfi:ulo fucrn •le sacion quo duró haat:~ que se tuvo qno relirar
l;u¡ fruutoras fram·esas, y algtmoK han tcni lo esa nocho. L:1 prin•·.,sa hnl>in Jll'odncido la
una tcnninncion funesta. 1 impresion mÍtll ¡;raudo en el corazon do Ale-
}<;¡ ex-padre Jacinto, aquel predicador en- jandro, pem é>~tt: u:ula dijo á su compañero.
tólico que renunció al ,;acordocio pam po- 1.\1 dia sio:::uieutc dcspert•Íio mny temprano el
dcrse c:t~:lr, y que ha :u.rlado do una parte tL Conde pam indicarle c¡uoy;1 ora hora do prootra,
prodicnndo lo quo él llama uun religio11 seguir su viaje.
nuo,·n, se lu Jl'l!'.;;to úlliHlarnr-ute en 1111:\ po- -)!i qu~ri•lo Coude, le eontcstó .\lejnr.dro
sicion ritliculisima. II.1hic:n•lu tomado en Hin mover,;e do su •·.una: no pienso cominuar
1 arrendamiento, para enseñar la nueva ~>ecta, mi pase, hu rusnlta«lo que objeto do mi viajo est1¡ tcnuinndu.
¡no h11 tenido &Óflllito, nadic le dah;\ 1111 óholu, Aterróso Orlolf, ¡me11 hiL'II saLia él que con
' y cotnll 110 pugu:>c ui t'l nt·rondnmiculo u i al su cabeza haLia a•w¡;nnuln '1110 Hll pupilo to-cmnpaiícro
qne habia tomado parn que lo maria por espos:t una tlu las princesas de h~
ayndat!e, le han acusado ante los t rilmu:tlcH lista, y ni wimri:\ tÍ las •lcnHtR.
como estafador, y en ellos so han ht•cho las -¡Aún no humos viMto ,i las princesas do
revelaciones mtÍs CllriosM. ; l~Htn prueba una Bnden ! exclamó.
,-ez mris c¡uo es preciso ~slar enu lJios ,) con- -Qué me itupurta! f'Onll'al•Í el fnturo Emtra
Uios, IIIICR uu término medio es insoate- pemdor; me gusta la do llt·sso y e.;o basta.
niblc en Cllte mundo! E~ cierto qur· •)lst"¡;un- Xada pmlo movNlo, ui las súplicas, ni las
do 100 lio tnmbien es insostenible 1t la larga, lá¡;rimas •lol Corulo le lticioron la menor impero
por lo tnénos uo cngnüa IÍ undic. prcsion .• \lejandto bucc«Í inmcdiatnmC'ntc una
conferencia con la princesa, en la cual le de-
JI clnró que lmhia resuelto lmct.rla suya, y que
nunqnu pcrJicm la corou •• , 1m única tuobicioo
Hu muerto en Rusia la Emporntt iz, y por ct~4 hacerla su esposa si ella tw tenia iuconcicrto
«¡uc si eu ar¡nel país loH pu!.reil duhcn vc11iento.
th: hl1Lcr sentido mucho au muerte, no así Escribió on 11egui«la :i su patln• In clotcrmiella,
JIU NI 1111 vid u. en los último~ niinA ora la ¡ nacion que hnuh tomado, y l:Hto, «¡no le quedo
una nuirtir. Su cxit1tenrin ltahi:. sido una ria mucho, dió su co11sct•tirniont.o pam(IIIO RO
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uovcla q11e cnt~cüa qno lns grundc7.uH, ra11¡;o 1 casara. La unel·a Entpcmtri~ fué recibida
y el poderío cnnsaJt grandes amarguras y
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con cntusi:.snto en ltusin, tauln rn!Ís cuanto
poca dichn. qne ñ más do ••xcolento caposa y ticma ma-
.Eu I~H el presente Emperador Alejandro dre, so manifestó snmanwntccaritnti\"a. Bllo.
habia cum¡Jiido veinto y treA niios, y sus pa- fuudó innnmorablos instituciones de carid:.d
dres deseaban •111e tomara c11posn. ~~~ madre en todo el imperio, y se dedicó con el mayor
cnL nlomana y quorin que s11 hijo buscase ahinco á crear cst.ablecimicutos en donde so
consorte cu aquel paÍ!l. l'cro cnrno 110 rptcri:m le:; dá cducaciou moral y rcli~io:;a ti las nicseogcr
una priucesa qno podri:l no tlcr uel ñas. Amnnti~>imu madre, no pudo nunca <:on¡;
nlllo do Alcjanuro, hicieron una liE aértas y
1 de la corte, muriendo al fin en un rim·on del lot tallts de pal~~tra, no dejarán las mujeres
, palacio del Emperador, sin más tostigoa que frívolas dt' persi~ tir en una costumbre ton .
1 una sirvienta, pues en an familia los seis hi. nociva para In salud y arricR¡;ada para la vil
jos t¡ue la quedaban, 11cguinn el ejemplo de da. Yo quit,jera ouo al~nnns de mis lectoras
1 su patlrt>, y parece que tampoco la. hacían hubieran oído la saludabl•J ath·ertencia '1110
mayor caso. un jóvcn médico¡, nmigo mio, hizo un dia á
j Sin ernhargo, Slls fnnorales han sido es- sus hermanas, e1l mi presencia, para corre-pléndidl'",
y ol Czar dirigió al pueblo una girlas de este ~(efecto; diciéndolas que no
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1 alucucion para comunicarle su dolor por la snlamente era un~ locura, bino hasta un cri-muorte
do la m adro de 8US hijos. mcn, apretarse la, cintura de tal manera que
¡ opriminn los órga11o8 vitales, lo cual enferma,
t 111 y á la larga causa lu muerte. Esta. coll8ide-l
cion deheria influ,ir soure tudas, haciéndolas
J.a RPina do Inglaterra ha prohibido entre ver que no pued1n queurautnr Ílupunemonte
las pcr'l!On3s do t1U corre 'luc usen modas do- )uA leyes de la n ¡tnralet.a.
¡
masíado exagerada~;, tnnto que (Tubltt 5 de "Tras de esta )ucura viene otra no ménos
.!u11io) en una prcscntadon, viendo quo so le reprensible: la do usar tacones tnn altos
acercaba una
Citación recomendada (normas APA)
"La Mujer - N. 43", -:-, 1880. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2087306/), el día 2025-05-09.
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