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  • Prensa

La Ilustración: política, literatura, noticias, filosofía, relijión, artes i oficios, instrucción pública, bibliografía, medicina, variedades, revista de la ciudad, revista de los estados, de Europa i mercantil - N. 722

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  • Año de publicación 13/12/1873
  • Idioma Español
Descripción
Citación recomendada (normas APA)
"El Cauca: periódico literario dedicado a la juventud - N. 8", -:-, 1874. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3683897/), el día 2025-11-21.

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Imagen de apoyo de  Podcast: "Rock al Parque: la música"

Podcast: "Rock al Parque: la música"

Por: Red Distrital de Bibliotecas Públicas. BibloRed (Bogotá. CO) | Fecha: 2019

Podcast que recopila testimonios del público asistente al ciclo de charlas "Libertad Sublime" realizadas en las Bibliotecas Públicas de BibloRed. Dan cuenta de la experiencia musical relacionada al Festival Rock al Parque. Los participantes relatan sus vivencias: donde compraban los discos, los primeros conciertos a los que asistieron, como se difundían los nuevos exponentes del rock colombiano en los medios públicos, la relación de los rockeros con seguidores de otros géneros musicales y la influencia que tuvo esa música en un momento en sus vidas.
  • Temas:
  • Rock (Música)
  • Música

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Podcast: "Rock al Parque: la música"

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Imagen de apoyo de  La Tarde: periódico dedicado a la literatura - N. 18

La Tarde: periódico dedicado a la literatura - N. 18

Por: | Fecha: 09/01/1875

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. . -------<¡;¡~,~;:;::::g s ~ 2 ~:J-"';)i) ------ PERIODIOO DEDIOADO A LA LITERATURA eóe 11. Bogotá., 9 de Enero de 1875. Número 18. I'-"'A Al\. DE. LA TARDE DE MI VIDA. No sé si estaba dormido ó si creia soñar. La luna, astro de paz y amores, domin~~a en u.n cielo sin nubes y una brisa fresca acanclaba mIS • SIenes. . . . Un dia largo y penoso habla fatIgado mJS miembros que parecian doblarse como una ra­ma moribunda y desgajada. j Cuán ~a.rga ca:-re­ra habia hecho! Arenales sin térmmo, ardIdos por un sol de fue~o ~ alpicados de es.pinas ha~ bian angrado mIs plés. Gruesas gota de. udoI corrian de mis sieues. Mi corazon palpitaba, acelerttdo unas veres como si quisiera saltar de~ pecho y otras permanecía en quietud como SI Ulla mano helada, la mano de la muerte parase sus latidos. Viajero, á quienes el cansancio y la fatiga detuvo en los de iertt)s de Saara, hupo torI?en. to igual al \'ue tro cuando viste~s en el bonzon­te alzarse el simoun que os trala en ms alas la muerte? . Eso sen tia yo! Y ni una mano que se tend~e­se para apoyarme ni nn arroyuelo que me bnn· dase sus aguas, ni un árbol que con su SOlllbra benéfica me guareciese. Allá. detras de mí una trahilla de lobos aso­maba rugiendo. Qué me pedian? Mis c.arnes no habian quedado en las zarzas del cammo y en los guijarros de aquel ar~ual sombr.iú? ...... Ay ! pero el descanso vema y la luna amo:o­sa acompañaba mi duelo. ~ su luz me~ancúhca traspuse una colina. Los anes se suavIzaban y á las arenas sucedió una alfombra de verde hierba OI,\S suave y blanda que el terciopelo .. Seguí bajando. Mi c.uerpo estab~ ágIl y BID fatiga y el corazon palpItaba tranqullo. Allá al pié de la colma asomaba entre sauces una losa negra, sobre la cual titil~ban los rayos melancólicos del astro. Seguí bajando y llegué hasta ella. Era una. tumba? Lo ignoro. Pero á sus bordes sentéme y hallé un desca~so seme· jante al que gozaran los ~ombras fel~ces que vagan por los Campos Ehseos. ~e léJos pare­cia un sepulcro. De cerca se vela en su fondo una luz nueva y purísima que á. su seno me atraia y unas flores de perfume mmortal que embalsamaba el alma. •* * Oh! tarde de mi vida I yo te saludo, sí, COD el alma tres veces te lIaludo ! Tiendo mis ojos en derredor ... Qué largo dial Mi alma está. desolada y acaso puedo decir con el poeta mucrto : "Que buscando en mis ojos una lágrima Ni Riquiera una l:ígrima encontré." Mi vida podda definirse así: un puñado de abrojos. Amistad!. .. Creí en ella y en su luglr he en­con trado un cuchillo sobre mi peeho. Gloria!' .. Corrí tras sus fulgores mentirosos y hallé solo un monton de cenizas . Placer l. .. Soñé deleites y he hallado una co­pa de acíbar y la antorcha apagada de un festin. Amor l. .... Ah! tú sí eres una realidad, el único dón concedido al hombre! Tú me has acompañado desde el alba de mi juventud 1 Tú me has defendiclo contra los tiros de la amis­tad/ Tú me has acompañado en mi soledad I Tú me has tendido la mano para sostenerme en mi" dolores! Tú me has brindado tu rogazo de rosas al doblarse mis sienes moribundas! Allá tras de la colina me diste sombra contra los ar­dores del sol! Tú me has acompañado al tras­poner la colina! Tú me has seguido hasta el borde de la lúgu bre losa! Amor, amor, bendito seas! Si tu faz ha te­nido algun tinte melancólico ha sido únicamen­te, porque sé que al fiu terminarás en la tierr~. Quién pudiera. hacerte inmortal! Pero qué di­go! no lo eres ? ** * He traspuesto el collado de la vida: ha em­pezado la tarde, y allí... á mi vista negrea. la lo a entre sauces. Porqué temer? Quién teme:i la tumba? Has­ta su fondo me guiará el amor de la mano yen­tre su luz que tan dulcemente fulgura allá den­tro, me inundaré todo entero. Allá está Dios y allá está tambien el amor. Las flores de la viña no tienen perfume tan suave Como las blancas flores del sepulcro. Al borde de él estoy descansando. Tarde de mi vida, salud! J. J. B. • EL DIOS DEL SIGLO. No temais de otro Dios la omnipotencia: Danzad en torno del Becerro de oro, y ahogad, ahogad en e,truendoso coro La. impertinente voz de la conciencia: La. virtud no es virtud, es impotencia.; Humo el Dios de Israél á quien adoro: Bien en la. faz del pobre sienta el lloro; Sólo un crímen es crímen, la indigencia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. - 138 LA TARDE Amad á vuestro Dios que sin medida Los plnceres y os concede y con bellas e clava os convida; Si de la tumba alzaros él no puede ...• Bastante e ya que de vo. otros quede La memoria en el mundo bendecida. 1874. JORJE ISAAcs . • --=::><><;>0<::==-- Tenemos el gusto de dar publicidad á. la si­guiente composicion poética, escrita por una dama que nos visitó el año pasado y que vaga hoy todavía en tierra extranjera como tantos otros hijos de Cuba, perseguidos por la tiranía que hoy martiriza á su patria La siernp1·e fiel isla de Ouba, la apellidan los tiranos de España para halagarla; pero ella será siempre fiel, no á la mano que la oprime y vilipendia sino á la libertad que hará. de ella bien pronto una República próspera y feliz. Los hijos de esa hermosa tierra pelean hoy como bravos á la sombra gloriosa de la Est?'ella SolitaTia, miéntras otros saborean el pan del destierro. Qué impOl'ta que haya algunos trai­dores como Poy y Teodoro Guerrero, que por un título académico ó una cinta despreciable, vuelvan la espada á su patl'i8, pidiendo para ella el dogal! Tambien entre nosotros hay de esos hombres, que por una cinta ó un título venderian á su patria á nuestro amo el rey. Pero como esos están aquí relegados al des­precio, así quedarán en Cuba los traidores lite­ratos y políticos. A despecho de ellos y de casi toda la América que ha mirado con tanta indiferencia la luchr, de Cuba contm España, ésta sera al fin libre, que como dijo Heredia: ____ No en vano entre Cuba y España ~L'iende inmenso sus olas el mar. A CUBA. EN EL 6.° ANIVERSARIO DE su REVOLUCIO~. Alza la frente altanera, Ouba, á quien el alma adora, La de los valientes hijos, La de los hijos her6icos. Alza. la frente, que tienes La ilustracion por antorcha. y la libertad por tema y la justicia por norma. Alza la frente i oh mi patria! Dulce, bella, y generosa, Perla del cielo mecida Del Atlántico en las ondas. Si cual esclavo infelice A quien su tirano agovia Rompiendo el yugo homicida Te defiendes valerosa; Si en tristí imo destierro Tu errante familia llora Miéntras luchas solitaria , Que tu soledad aviva Los de~tellos de tu gloria; y en tanto martirios tienes Mil vírgenes que te adoran, y poetas que te cantan y guerroro que te honran. y así, luchalJdo irritada, y así venciendo orgullosa, Ensangrentado el semblante y la j u ticia por norma, Tienes Policarpas ínclitas Que en tus altares se inmolan, y Cincina tos egrégios y denodadas Carlota s, Tienes flore~ en tus campos Que á las brisas enamoran, y los céfiros te be an y te arrullan las palomas. Pero ¡ay r que te falta el hijo Que con fuerza poderosa Te elevó de triste esclava Al prestigio de señora. y hoy que el tiempo indiferente Gira con calma e pan tosa Seis años de lucha horrenda Que tu c0stancia pregona, En la frente atormentada IJlevas insignia luctuosa, y está tu cielo sin brillo y de pésa llle tus glorias; Más siempre ilustre guerrera Sigues tu marcha radiosa, y los pueblos entusiastas De laureles tc coronan; La l'&zon te abre el camillo, Te sonrie la victoria y la dignidad te impele y el hel'oi mo te abona. .---------~---- --~------- ------- -- Habitantes infinitos De Asia, América y Europa, Hijos del Africa ardiente y de la cristiana Roma, Desde la Stambul risueña, De de la Albion poderosa, De, de la artística Italia, Desde el undoso Amazonas, Venid á ver como lucha Un pueblo libre que honra De sus mártires la sangre y de sus triunfos la gloria. y tú, Ouba idolatrada, Tan valiente como hermosa, Que tus heridas refrescas Del terso Yara en las ondas, Alza la frente, que tienes La ilustracion por antorcha y la libertad por tema y la justicia por norma. Ringstton¡ octubre 10 de 1874. Recuerdos á. mi ma.dre. y ARA.. y luchando te destrozas, Nunca. en lágrimas dolientes Por tanto infortunio l'ompas, E~ de ~oche; profundo y no interrumpido si­lenClo . rema en derredo.r de mí; algunos rayos extraVIados de la luna vIenen solo á herir la, os- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA TARDE 139 curidad de mi cuarto en este momento solemne on que todo conviJa al recuerdo y ü. la medi­tacion! E, esta la h ora en que algunos elevan en el si­lencio sus oraeiolles al Padre de la natul':üeza, en que otros van á ealn,ar las agitaciones de la vida en medio de los goces tranquilos del hogar y en que el au ente rocuerda con tri toza la ca::;a de sus padres y ü. todos lo::; séres que han tenido al­gun papel cn las escenas de su v ida en el teatro nunca olvidauo de sus primeros años, en medio de aquel circulo de amigos queridos desde su nm'-ez. Yo estoy au ente, tambien tengo léj os; muy léjos el techo de mi padres, el círculo querido de mi amigos más caros; dejad que me entregue á. esos r ecuerdos que aunr¡ue siempre melancÓ· licos, son uua necesidad del alma!.. o .. o o. o. o ...... . Todo lo grato que tiene la niñez, todo el ascen­diente que tieue para el hombre en cualr¡uiera época de su vida las remini, cencias de sus prime­ros añoR, es debido en grnn parte nI sitio donde pasaron y á. los séres que velaron por su exi~ten­cia. y se la hicieron dicbosa con su amor, su ter- • • nura y sus canclus. Tambien yo fuÍ feliz en aquella época, tambien gocé del alller, la ternura y las caricins que de­rraman los padres como un alicnto uivino sobre el alma ele sus hijos ...... Yo he dormido tambien el sueño apacible y trauquílo de la infuncia so· bre el regazo materno, y visto poblados mi sue­llOS de alegres y eneautadoras vi~iones, bit, duda cuando mi madre sonreía sobre mi frente y la animaba cnn su mirada ü. selllejauz'1 del sol cuan­do principia á sonreir á la naturaleza, Allí están todavÍ:1 aCluellos lugares siempre amenos que fueron t&stigos de mis j negus i ufan­tiles, y doude hoy juegau 'ambien los niii.(¡s de mi pueblo, tall risueños y f01iees como risueño y feliz era yo ell tónces; allí está en fin, todo cuan· to hoy me despierta un sellLimiento en el alma, un afecto en el eOl'azon. Sí, ...... yo siento que se agolpan á mi imagi-nacíon recuerdos quc dormian ayer cuando el eótudio absorbia touas mis horas, toda mi aten­cion l. ..... Dejad que los contemple y los acaricie uno á uno, que aunque no dejan sino tristeza en pos de su huella melancólica, son tambicn una necesidad del alma l. ..... p, J. BUSTILLO: Diciembre 20 de 1874. - - LA MUERTE DEL GUERRERO. Lo! galos se hacíun enten-ar con BUB armas • ClL\.TliA UBRIAND. ¡ Vámos! .. ¡ Debo acabar!..j Venid amigos A aprender á morbo, como JO muero!: • . . ' i Vosotros, compañeros y testigos En los combates donde honré mi acero! •..• ¡ Venid, hijos de Galia, la potente, Que destrozó en sus valles al romano! ...• I Debo morir, aunque mi altiva frente Siento aún hervir só mi cabello cano! .... i Adios! .. j Los años de mi vida huyeron, y vie.: o estoy 1. . í Pero la vieja encina. Sólo al goJpe del hacha que le hundieron Ilúcia. la tienoa la cabeza inclina !. . • • ' j Oh morir con vigor, cuando aún alcanza, La. vida á combatir contra la suerte! •••• Cuando pudiera con mi antigua lanza, A Julio César perseguir á muerte! •••• ¡Galos heróicos! i Defended la tierra Do nacimos, cual yo la defendía! ¡Llevad hijos, mujeres, á la. guerra, Oomo la Grecia los llevaba un dia ! •••• i Recordad lo que son esos romanos 1 i De Corinto la suerte, y cien naciones! i Antes que esclavos sér,-pueblos y llanos Quemad con vuestras últimas legiones! •••• i Que ninguno se rinda! .. i Y si la suerte Al inva or pl'Oteje,-quc la. historia Registre <:on terror, cuál fue la muerte De esta Nacion que sucumbió con gloria l ..•• i E:;tos mis votos son! .. i Ahora quiero Que cerreis mis pupilas apagadas; y que escaveis la, tumba del guerrel'O, En aquestas llanuras tan amadas! ...• Ah! ¡No 1I0reis por mí ,-que no se llora Al que e va con la conciencia pUl"a, y deja ejemplos que, á imitar implora, Al caer en la negra sepultura! ..•• i A Izad de muerte el cántico postrero, y en vez de l Janto, derramadme flores! ..•• i Dadme el supremo abrazo lastimero, Que no anhelo otros póstumos honores! ..•• Dejadme ('1 uniforme con la malla, y las armas llevar, cuando sucumba, Porque yo he de volver á la batalla, Si á hollar se atreve el invasor mi tumba 1. ..• 18i3. TEMITOCLES TEJADA. o :: e UNA ALMA PIADOSA. (Couclusioll. ) Don...Juan, indiferente:i esa belleza y armo­nía, tenia fijo su ponsamiento en la desgracia que iba á descargarse sobre su exi tencia. Carlota dió á SU hijo .un beso humedecido con llanto; l'ecibió con una sonrisa la ú.ltima ben­didon del sacerdote, y moviendo en silencio los la.bios, ,cual murmurando una oracion , se dur-mIÓ para SIempre, tranquila, risueña y hermosa. ~e hubiera dicho que en su sueño su imagina­CIón era encanada por visiones celestiales. Don Juan, en presencia del cadaver de su f a,mada, se mantuvo de pié, fijos en ella los ojos, SID dar un grito, sin verter una lágrima. A las tres horas, Carlota, vestida con el hu­milde hábito de la Virgen del Carmen, y en el ataud que prepararon para don Juan, fué colo­cada en la sala, entre ocho oídos, cuya luz pti- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 140 LA TARDE lida y movible, esparcia sobre su rostro mar­móreo sombras inquietas_ Don Juan hacia com­pañia 4. su esposa, sentado á su lado en una poltrona. La. contemplaba de hito en hito con mirada serena, y luégo, escondiendo el rostro entre las manos, quedaba como embebecido en su meditacion. Ignacio entró m. uy q. uedo; tomó un esparto ' y con una sonnsa plCarona, se puso á hacer cosquillas en el rostro á Carlota. Cuando don Juan le vió, exhaló un grito. -Hijo de mi alma, inocente hijo mio! excla­mó tomándolo entre los brazos y estrechándolo contra el pecho. La fuente de sus lágrimas, hasta entónces estancada, brotó en raudales. El niño reclinó su cabecita, como cuando se dormia 3l'l'ulIado en brazos de su D"adre. Las lágrimas del caballero goteaban y se deslizaban á lo lar­go de los cabellos de su hijo. Cuando hubieron sacado de allí el cadáver don Juan, de cuyos brazos doña Pastora ha bi~ ~uitado á I~o.acio, volvió á su primera tranqui­h. dad, ese SlOlestro sopor del alma en las situa­c~ ones extremas, más terible que las contor­Clones del dolor. "Las lágrimas brotan del co­razon fresco y sale? por la garganta húmeda, y las grandes dolenclas qu.emau el corazon y secan la garganta." Un pensamiento infernal cruzó de súbito por la mente del desgraciado, v delineó en sus la­bios. una sonrisa feroz. Fijo· en su idea sus pen­s~ mlentos tomaron un giro muy diverso, tan dlverso como hay divers~dad entre el bien y el mal, entre una alma re~¡]gnada que bendice el brazo que la hiere, y una alma que se alza con­tra. Dios con insolencia. Ignacio, que logró zafarse de las manos de doña Pastora, entró dando brinquitos al ga­lope. -PapacHo, tengo hambre, y mamá. se fué : deme pan. Don.~ uan ~brió la cómoda, y le dió pan. El nmo saltó con sus brinquitos al galope. El caballero volvió á. sentarse en la poltrona, y á entregarse á sus tnstes pensamientos. Ignacio volvió á otro rato. --Papacito, t engo sed, y mamá se fué. Don Juan hizo traer agua, y le dió de beber. El niño volvió á salir con sus brinquitos al galope. Don Juan yislumbró en su alma un débil rayo de luz. El chico no tardó en volver. --Papacito, tengo sueño, y no está mamá. Don Juan lo tomó en sus brazos y lo abrigó. ' El niño se durmió como un cachrJ7?'ito. .~l caballero, fijos los ojos en el rostro de su hIJO, pe~só en la suerte de aquella criatura, si llegara a quedar s~la en. el mundo, sin quien le a1a:rgara ,-:n pau, sm !lUlen calmase su sed, ain q~ll c n le dlera un abngo; y se reconcilió con la VIda y con su dolor. Di?en que los niños dormidos tienen visiones <1~l Cle~o: al ménos esa sonrisa anjelical no /:le pmta Jamas en otros labios, si bien el sueño los haya oerrado al acabar de beber en el oáliz de las delicias. Don Juan se embelesaba oon­templando el rostro de sU hijo, alegre y festivo como si sobre él no se azote de la orfandad. hubiora descargado el IX • U:-I CEMENTERIO DE ALDEA. Oh ! si -t Sl.g0 creyendo u~a locura ó una temeridad, que VIene á ser la nnsma cosa. Ri\FAEL. Levf\,~ta.los remos __ ya hemos llega· do (Rajael salta a tte7'ra) ¿ Me esperarás aquí ? J ~CODO. Aquí te espero ... i Ah!. .. escucha ... un lDstante ... cuando veas que apunta el dia a.c~érdate que si nos sorprende el sol en est~ SltlO, no te costará :í, tí s610 la cabeza sino á mí tambien ...... (Rafael s~ aleja.) , Es la única manera de que abandone á esa ~ujer. que le vuelve loco, ántes de que ya sea lmposl~le el salvarle. (Recostándose en el fondo ele la gondola.) i El amor, el amor! Si no exis, tieran los celos, seria un paraíso sin serpiente. ESOENA SEGUNDA. (Los mismos.) (Rafael entm en la góndola. dia empieza á clarea?'). El JA.COBO. i Aun no brilla el horizonte del mar con la primera luz, y ya estás de vuelta! Has cumplido tu palabra. RAFAEL. Me he acordado de ti. J ACOBO. Ya lo sabia yo. RH AEL. ¿ Y qué hacemos ahora? El sótano de una ta berna. J acooo y algunos ot?'OS j óvenes, disf razados con traj es cap ?'ieho­sos, beben al dened01' de una mesa, sobTe la que se ve 'l.m cuchillo desnudo.-En un extre­? lIO, un hombre, enmascarado, bebiendo solo.) JAcono. ¿ Somos todos de la h ermandad? (J)i- 7'igiendo una ??tú'acta de inquietud hácia el em­masca". arl!J.) MASCARA 1. d Todos ... el tabernero no deja pasar á la cueva sino á los que dicen las pala­bras conrenidas, y esas palabras sólo las saben hermanos. MÁSCáRA 2.a ¿ y cuál es el objeto de nuestra reuníon? J ACOBO. Es coger y da r muerte á un enemigo. 1Lí.SCARA 3.

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