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 Imagen de referencia Revista de Economía del Rosario
Colección institucional

Revista de Economía del Rosario

Revista académica dedicada a publicar artículos inéditos derivados de investigaciones, de alta calidad teórica, empírica, aplicada, o dedicadas al estudio de implicaciones de política económica en cualquier área de economía. En esta colección encontrarás todos los números de la revista desde 1998. 

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    • 230 Artículos
  • Creada el:
    • 1 de Agosto de 2023
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Colombia: Del espejismo del desarrollo a la crisis política y social

Por: Francisco Thoumi | Fecha: 21/05/2010

Desde una perspectiva histórica discute la paradoja de un crecimiento sostenido y mejoras en los indicadores sociales en medio de una escalada en los niveles de violencia y corrupción, para lo cual toma como referencia los planes de desarrollo y la política económica de los últimos treinta años. En la dinámica del crecimiento económico reciente se hacen presentes factores de naturaleza institucional: la carencia dentro de la ciudadanía de un sentido de pertenencia a la Nación y a la comunidad, el desarrollo del clientelismo político, la avidez de rentas, y la creciente incapacidad del Estado para desempeñar algunas de sus funciones más fundamentales como proporcionar seguridad personal, hacer cumplir contratos, y garantizar derechos de propiedad, entre otras. De esta manera se han aumentado los costos de hacer negocios en Colombia, llevando a que se dediquen importantes recursos a proteger privadamente la propiedad y promoviendo un alto nivel de criminalidad y de violencia, con un efecto negativo significativo sobre el crecimiento económico.
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Colombia: Del espejismo del desarrollo a la crisis política y social

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Mercado laboral, distribución del ingreso y movilidad (intergeneracional) en Colombia

Por: Javier Arturo Birchenall Jimenez | Fecha: 21/05/2010

El presente documento analiza la dinámica de la distribución del ingreso en una economía de generaciones traslapadas con información imperfecta en el mercado laboral. El principal punto que señala es la posibilidad de procesos de persistencia en la distribución de forma endógena a causa de problemas de información en las firmas, respecto al grado de talento de los trabajadores. Las economías se enfrentan implícitamente a dos tipos de costos en la contratación de trabajadores calificados: la posibilidad de contratar un trabajador sin talento (con menor rendimiento) y el costo de oportunidad de esta decisión respecto a contratar a otro trabajador. Estos problemas permiten explicar de forma alternativa (complementaria) la creciente desigualdad del ingreso en Colombia y el creciente diferencial de salarios; al igual que la dispersión intragrupos de educación. A nivel empírico, analiza la movilidad de la distribución del ingreso con base en la metodología de índices de Shorrocks (1978) en términos del vínculo entre las diferentes generaciones, para relacionar la movilidad con la distribución del ingreso, el crecimiento económico y los diferenciales salariales. El hallazgo más importante tiene que ver con la posibilidad de vínculos fuertes entre la movilidad generacional y la distribución del ingreso, respaldada por evidencia empírica.
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Crecimiento regional en Colombia: ¿Persiste la desigualdad?

Por: Alejandro Vivas Benitez | Fecha: 21/05/2010

Para el período 1980 - 1994 se aporta evidencia empírica sobre los vínculos teóricos entre las disparidades regionales y el crecimiento. En la primera parte, se discuten los determinantes de los patrones regionales de crecimiento, haciendo endógena la política fiscal, la inestabilidad sociopolítica, la fertilidad y el funcionamiento de los mercados. En la segunda parte, tomando como referencia el modelo neoclásico de crecimiento endógeno, se levanta el supuesto de homogeneidad en las condiciones de estado estacionario de las preferencias y la tecnología, y mediante una predeterminación bayesiana se estiman, de manera regional, ingresos de estado estacionario y tasas de convergencia. Para el período 1980 - 1994, los resultados favorecen la hipótesis de no convergencia o de persistencia en la desigualdad regional.
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Efectos de la tasa de cambio real sobre la inversión industrial en un modelo de transferencia de precios (Pass-Through)

Por: Leyla Marcela Salguero | Fecha: 21/05/2010

Se mide el efecto que los cambios de la tasa de cambio real tienen sobre la inversión industrial colombiana. Para este propósito se parte de la existencia de la relación entre la inversión y el valor presente de las ganancias marginales. Similar al trabajo de Goldberg y Campa (1997), se indica que la importancia de la tasa de cambio real en las decisiones de inversión depende de las estructuras de mercado. Así, mientras más competitivas y más expuestas estén las actividades económicas a la competencia externa, mayor es el efecto de la tasa de cambio sobre las decisiones de inversión. La evidencia empírica para Colombia señala que existe un importante efecto de la tasa de cambio, vía las exportaciones, el precio relativo de los bienes de capital y el costo de las materias primas. Sin embargo, los  factores que más pesan sobre las decisiones de inversión son la demanda interna y las restricciones financieras.
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Una propuesta de comercialización para las exportaciones menores y nuevas con destino al mercado Japonés

Por: Victoria Eugenia Orbes Algarra | Fecha: 21/05/2010

Mediante la utilización de los canales de comercialización que tienen México y Chile con el Japón, se propone promover las exportaciones de frutas, aplicando el sistema de Tercer Socio Comercial (Third Country Trade), utilizado exitosamente por las comercializadoras japonesas. En particular, la propuesta está basada en las ventajas que ofrece la complementariedad existente entre las cosechas de mango de Colombia y México, así como de las frutas exóticas entre Colombia y Chile.Una propuesta de comercialización para las exportaciones menores y nuevas con destino al mercado Japonés
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Biblioteca de Señoritas - Año I N. 32

Por: | Fecha: 14/08/1858

• , • ANO I. B ogotá, [!.4 de agosto de 1858. NUM. 32. Boletin de la semana. Nuest r, revi ta t ndrá e sla e z dos faces rnui d i ferent es i 1nui anarcad c. : una de tuedia ri .. a i otra de llan to entero ; rnas, con1o n o qu e r e tn os hacer llorar a nue tra l ec toras d es de un princi pio, ca­m enza r e 1 no 1' o r 1 a p r i n1 r a. I de de 1 u :) g o ha i que hablar d e la fi e .. :tas ~1 .. nfit atro d e l ' l'igre , e tn­presa del señor 1\.rru bla, en la qu e, c otno }{} ha­brán :visto nu estro~ lectpre de Boo-otá, i 01110 l o sabrán Jos d e fu e ra, .. e ha p elulo t11 ed io a 111 Gd io , probando a 1 cab de tantos afio ¡ tuit en cuándo ! ue su cabez a n o solo era para buenas i grande~ e 1 n p re~ a , si u o p ll r a . n1 a 1 a · i a u n r id í e u 1 a .;). L e h a sucedido lo que a lo eón ico~ de bu e na n ota, gra n­des e ntore , c¡u u, despue.· de baber envejecido u jenio i su voz en la .. ta l; la~ i en los salone.s, dan una funcion a beneficio, i h, cen fiasco, saliendo si 1- bare presa de grand s ca­lamidad es, cotno9las pest s tnas hDrriblPs, los in­cendios i los pillos. ¡ uéf'ntos <.le .. graciados han quedado sin casa, sin abrigo , escapando a í d e l incendio tal ,·~z para ser at ·rrados luego por la fiebre ! Que Dios se 2c oerdc a) fin de ellos ! • Bien puede figurarse el lector que, si hubo rnu- -eha jente (toda, tnéno~ cuatro o cinco individuos ) que aplautliera la rnuerte de la fiera de chanzas tan poco fin as, hubo algunos, como los e m presa­r íos, que salieron de ahí c o n los chivos tna gran­des_, cuyos retratos espectaculo del d Jtnin~o, i, lo que es tna s de lcunentarse, que la representa"·ion de f~rnnni, en que ella hace ~d pri .rncr papel, no se podrá dar . tan pronto corno el ('ntusiasulo púl>lico Jo desea. Descan1os que~ u e nfermedad sea pasajera, i que la volvan1os a ver en breve auirnando nue tro tea­tro i <.les pe rt ando nuestros aplausos : Epístola , DE PRÓSPERO A L .-\.ZAR O En csclrl'Jjulos. A la lívida luz de triste lámpara, · 1 a mas de los ochenta del centígrado, Pulso, desnudo, mi ·bando la rústica Para decirte mis afectos íntimos. ¡Oh tt'1, tni tierno atnigo, mi fiel Lá1.aro., Oficial de nli cuerpo, alférez ínclito, • • • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1' • Bl En paz galante i 'bD la Jid -int --pida I en todas partes n1i edecan SQ}af!itU 1 1 r~!p9nde1· la familiat· ep' De cad~ntes i dul~ s octosílab • Con que has hQnro ad itnpntiea, Sie~to mi núm.en ojdo · 'rie(); l¡1or vía de pe l e . B E _.,....,.- - J - tico; per o le pn rc cia tambi e n mui se ncillo i n1ui raciona l t e ner dos nntj e r ts i dos tre n e s dornésticos, · 1a!1 o se h a b i taba n al pro} io ti e mpo dos paises . 1 ro ve í n na la crimina l n e.:-o, tnui al c ontrario, se hnbria Ua ti do u 1n n ert e p a r a probar que t e nia ~ rn z m, i h ubrin d ndo de f oe taz os al insol e nte que lo hn b i e t,a: t ra t ad o d e b ígarn o. P e ro, a p es ar de su convicc io n , se e mp eñaba e n oc ultar su situncion, n cause ele las muj e r es, qu e , sobre el particular, ¿ ro se acuerdan d e la hL-- toria d e a qn 1 c orre istn ti e n e n i de a s trnvagantes . bígamo, que tenia u na tnuj e r e n Pa1 is i o tra en n d in , si n e m barg·o, c o m ti6 una grande im· E ... trasburgo ~ prlíde n ci a : co nvid ó a cotn c r n uno de ~us amigos I era un c rítn e n ~ ... To ; como habitante fi e l p e ro ~ q le e taba n f)ari s ; i e l tal ntni g o, cr e yendo que alternativo de ... as d os ciud ad ~ s i n o t e n ia dn r ec h o ~ aro li na era s u h e r ma no~ e n un rn o m c nto en que a ll e yar t odo e l tre n d e la vida do1n é:s ti t a n cad a se a u se n tó l tn a rido, le l1 a Ul ó c o n e ntu s iasmo de una de ellas 1 U no s o lo n 0 l e b a-.; tab n: -p o rq ue t en i a la hern1osa a 1e tn a na d e o j os nzHl e s, i de los lindos su vida dividida tnui r e gular i si .... t e mút ic hn)e nt e: n iTio s d e E ~ trn~ bur g· o; l e contó la historia del dia todas las semanns p e rman cia d o s d ia e n J. ari s i d e l c a sn rni ·nto, i por m a s s e ñas que él habia sido dos en Estrasburgo, i co1~ una s ola tnujer hnbria l pad rino. Q arolina, c o mo v :. r d ad e ra parisiense, vivido como viutlo In mitad de su e .. \·i s te n c ia . Ya sabi a el e tn c tno ria e l có di g o c ivil. Al principio se iba par~ mucl1bs afi?s qu e e s_taba casado úni catn e nte ind ig· nó ; p e r o e ra madre , i 1 tnnyo r de sus l1ijos en I.)nr1s, pero hab1a e spe rnn e nta d o arnarga 1n e nte t e n ia tre ce años. !">r e sintió un proce so e scandalo~o, los inconveni e nte s d e tal s i .. tema el e matrituonio p o r una p e na infan1ant e , un nornbre 1nnnchado, i el partida sencilla, llevando la vida de correista qu e ll c - porve nir d e s us hijos perdido; vis!urnbró el prcsi­vaba; pues l o s cuidados que le prodigaba s u muj e r dio c o n l1orr o r, i comprendió que, siendo ella la e u da ve z que ll egn ba a l:>aris, le hnt'!ian sentir de- pri n1 e ra muj e r, e ra la úni c a l e j ítitna, i que eSta masiado la espantos a s o l e dad que se le e spe raba en vcnt a jn l e daba autoridad para tornar n1edidas con­Estrasourgo. .1 llá , una mala posada, nna 1nala v e nicnte s. S o pretc sto d e que una parienta deseaba cena, la sol e dad i el fastidio; 1 en Parj s , por el v e rla , dcclnrf> que tenia que hacer ese viaje, que contrario, una aGojida cariños a, una casa c ómo da i ~ n e c e sitaba aband o nar a I.>aris una semana por lo agradable i una c e na s e rvida c on t e rnura. En Paris 1n é nos ¡ i ~ e d s pidi ó de su marido i se marchó tod0 era al egría, en Estra s burgo to d o cta tri -.; te za. p ara E ~ trasbur g o . :A::llí fué inmediatamente adon­El correista consultó su corazon i vino a co nY e n i r e n d e .t\.nto n ia i l e co ntó la v e rdad entera. Antonia que la soledad era para él co: a in1pos ibl e ; e l1i2o ll o rab a , n o qu e ria esc ucha r nada, i esclatnaba con ademas el siguiente raciocinio: pu esto que 'el mo- dolor: lliimonio es una ad1nirable institucion, la viud r z e s To s ha en g añado ¡qu é monstruo! es preciso jnaceptable, sea por entero, o a medias cotno la v e ngarnos: tener dos mujeres ¡qué cosa tan horro­qtJe élllevnba; i como él no se veía f e liz e n Puris r osa! sino porque allí estaba cas ndo, se persuadió qu e Sin duda, dijo Carolina impaciente, pero si en EstrasbuTgo no seria tampoco fe liz miéntras no g ritai s mas recio, tendrá dos viudas, que es todavía se casase. Se decidió, pu e s, a tomar, o tn ejor dicho , peor; i Jo qu e es todavía mas triste; s e rá ahorcado a volrver a tornar mujer en Estrasburgo, a ndoptar i nuestros hijos se morirán de l1ambre. el sistema de matrimonio por pa1·tida doble. Estas P-alabras fueron n1ájicas. Durante mucho tie mpo el mayor secreto fué 1 vos lo amais? dijo Carolina. guardado acerca de su doble un ion; nada tur.bnba Oh! s í, lo amaba demasiado; pero ahora •••• la cliclia en sus dos trenes domésticos; sus n1uj e r e s A.hora e s prer.iso perdonarlo, como Jo perdono lo querian con el 1nismo ardor; su f e licidad se yo, que soj la mas engañada. S e d, como yo, jene· equilibraba admirabl e m e nte, i sentia en e s to d ob le to .. a i e nt e ndám o nos para salvarlo. afecto duJzuras inefables, de que los simples marí- I e stas dos mujer e s firnulron un pacto sublime. dos no gozan nun~a. úa justicia ig noró su su e rte, i ... u marido mi rno no CuanGo haciA, en su dilijen c ia, ·el viaje de Paris supo qu e ~u s e cre to hnbia sid o d t scubierto sino a Estrasburgo, pensaba en su bel]a rubia que iba al g unas horas ántrs de su muerte. a Yolv:~ a ver, en su Antofiitn, la alctnana, d e ttorins podria referir aquí, de jóvenes pala?ra,.m •. • ·: • ·.~ .~ Dmblo! que est01 volvténdoma corazones masculinos, que, inflatnados como un vol- loco· ni, nt, ni) nuu. • • • • • • • ! can ~n. erupcion; se han enfriado corno Ja ni~ve1 al Mui al contrario dicen otros, i no pocos. perc1b1r el chocante desaseo de sus Dulcineas; tRie alg·uno mui recio se produce como solda ... en vez de i~flamarse mas i mas ardientemente,como do aunque vista como ga!'an, se come las uflas, se eJ famoso h1daJgo, cual}do, despucs de haber rodado hurga las narices o Jas orejas o la boca o •••• cual­por una peña abajo i trayendo algo molidas las cos- quiera otra parte de su puerco; si va a la filarmó­tillas, dió con una moza asturiana, ''ancha de cara, nica o al teatro como van tantos malcriados i tantos Jlnna de cogote,. de na~iz. roma, del · U_? ojo tuer~o, i ~ sotes i t?ntos be.st~as i tantos gaznápiros i tantos zo­del otro no mu1 san~) 1 se cnam_oro tan perdida- pencos 1 tantos 1d1otas tan solo a conversar al oido í m~nte de ~11~, creyendola un~ princesa, que," su en alta voz a los señoritas, distrayendo la atencion ahento, que san duda alguna ol1a a ensalada fiambre del auditorio, i molestando con su ruidosa conver­i trasnochcfda, a él ~e pareci~ que arrojaba de su sacian, sus ~nsulseces, su algazara i su presunc1on; boca un olor suave~ aromático. I era ta~ta la. ce· porque h~1 muchos que creen que solo nacieron gued.ad del pobre h1dalg_o, que el tacto n1 el ahen- para corteJar, aunque en realidad ni aun para eso to, n1 otras cosas que trn1a en sí la buena doncella, sirven o arriscan, como ellos dicen · si las escuelas no le desengañaban¡ .ántes le pa•ecía que tenia en- marchan mal i los col ej ios algo pco1~, si no se pagan tre sus brazos a la D1osa de la ~~rmosura." P~ro, sueldos ni p nsiones, si hai funciones de pu­conlo en la presente época los quiJOtes de novcc1en- ra vaD"atnundería, si hai próroCYa en el Con¡,.rcso .• , . d 1 . t. o . o b ' tos m1 es1mos . e et son ta~ escaso~; c~eo que n1~ ~i la circu lac1on de 1noneda es trabajosa, sino puedo .econotnJzar la relac1on de h~ston~s de _esas, 1 se acuñan trueques, si los plate ros funden la mo­que m1s amables lectorns m.e creeran .baJo ~~ pala- neda de cobre, si el vapor se vara ; si se va un fran­b. ra de honor, cuando l~s d 1go que, s1 no saguen el ces J ue~o que ha pasado de sastre a \!a pi tal ista, en eJempl~ de u~ gran numero que con el solo ~seo razon de que los franceses por estar persuadidos de atra~n 1 cautivan, ~o podrán ~ncont.rnr I:r~tcndten· qu'il n'ya qu'u,n Paris dans l' Uni ·l ers, no se radi­tes s1no entre Jos caegos a qu1enes ~os pohpos o al- can por acá; si al contrario el ingles~ que tal vez gun otro mal de esa clase hayan privado del olfato. piensa que eve1·ywltere is bett.er tha.~ n London, se que- - DEI\IÓCRITO. da cornuntnente en estas ti e rras i aun e vuelve de la suya; si los negocios e~tán perdidos, si alguno hace ostentacion de Jo que sabe o lo que ~iene ·si el hospital de San Juan de Dios no es eapaz p~ra • • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • • u o"'r. Í c nto.s lec h o s .•.. s i •••• Santo mi o¡ que n1 e n1 u e r o J Entó nce s n o f¡dta u n h o n1br e : un alJlig o ( "iernpre en ba st a1 dilla; st o es, ba s t ardo amj g·o ) u n p n ··Íl' llte un D io m e lo p e r do n e ; l u e diga a l 1 obre l es rito r <) :-. cos t u tn b r es : '~ p or qu é no es - r i b e U . so bre e"" to? p e r o eso s í, d uro qu e J s d l e ­la, porqu e si e~o no se co tnp o n e nunca se re n1 os n a ­Ba, nunca nd ' 1a ntare tn os, nos freg·n,r én ~ o s , nos t on~a ­ré7no.~ nos sorrostri ca? ·é nzos, n os at11 ?·rulla r é1no s. 8. Jos E"'CRlTOR E - ( ha ; ha, ha ha , q n é ri sa ril e dn por rrtt 111i s1no! c o n qu e #n oso ro s los es critores: ha 1) UlJ. san Jo s Jl a nHl do s fl r j e n e r a rn os. E scr i ba n, q u e no falta q u1en l e a ( br u vo 1 bra \ ís im o ! c o n qu e sí leen~ ha?) lJ sobre to do qu e e s tan sal ad o, tan pi­cante ( ste me convi e rte e n salza) d e l e s c a ·g a i machaque hasta lograr .) 1 o bj e to . .t\l1ora, si se trata ile paliza, acusacion~ pris ion, tnol estias d e c ualquie­ra especie, cuente U. con mi visita, i con que no obsta'hte eJJa diga: "Bu e no, para qué se tn é ten en " Jo que ni les va ni le s vi e n e ; euando t e toqu e n a "tu puerta respond e ; prin1 e ro est· ' n mis di e nte s que " mis pari e ntes; mira tns du e los i d eja l o s aj e nos::" i todo lo mas que a las n1i e ntes s e me ve nga , qu e todo se alía tnui bien con la Yisita i con e l consej o j con el deseo de c¡ue el mund o e m ej o re sin qu e meta yo el hornbro. ( 1 h! Iofrlinat1vo en '"o j e niti­vo mei, dativo vúlti &. El acusa ti' o no l e ti e ne cuenta, por eso no lo apre ndió; vocativo car t, por­que nadie habla ni hablar deoe con qui e n de nadn sirve; el ablativo quién sabe, porque TJ. no e s sino instrutnent~ de dar con$ejos. Bonarndedit ). A otra cosa i va de serio. · • - ... .,.,.,., , . • d e Snn J ~ n1igdio, cuando la tierra tiembla, de San .. t a Bárbnra, cu a ndo los rayos 1nenudenn, de Nues­t ra eño ra d e l T o7Jo ( torpe 1ne par ce la nd voca­c i o n ) cu a ndo es tnui lfl J' g o el vera no, de Santa o l o ni a ~ cu a n d o hai un fuerte dolor de muela, o de San ]{arBon Nonato, cuando hai a1n·ietos de alumbr a rni e nto; que ser toda una ít:j e n de Chi­qu i nqui rá o d e Jas 1ercedes, abog adns universales d e tn e n e s~erosos, o un San Antonio, patron de co­sa pcrdi<.!as o un San Juan Nepotnuceno, encar­gado de g uardar la hÓnra n los que la malbaratan co n .,;\!1 c o11cl ucta d e prn vadn; co1no si fueran los san· t o s n1a seraol e s alrahu t e s d e Jos hornbres, ( pues, i de l a s n1uj e r e s) o un San Franc i ... co de Banhl: que ha de t e J e r ~aridad para dar i convidar ; a todos Jo cu a ies ll e van l o _ mortales de boca en boca or. u­pados en lo que ni les v.a ni les viene, i disgustados porque estos no les dejan gozar con tranquilidad i a su sabor de las glorias del Alt:ísimo. Quisiera 1nas bi e n que tan solo unos pocos que bien me quieren o f)Ue tienen conroirro algun negocio,..se aco rdar an de tní, di g o e n mi calidad de articulista, que en 1ni ca]jdnd de hombre i ele ser sociable me tiene tocl a la espe ci e hurnnna a su entera i tetal dis .. po i ion, s al' o e n Jo que pudie se redundar en que­br; lnto pro pi o o p e rjuicio de tercero, pues yo no quiero profesar la n1tíxima bárbara de al p ·róji11lO contra 1tna esquina. I si tanto es e J n tno r que a los prój i1nos pn])[e~o i qué tanto tendré a mi pers0na, oon todas sns anexidades remotas i cercanas, entra­das, salidas i servidumbres? J UANCliO BLANCO. La penitencia del indio. Quién tenga tniedo o mala voJ untad a Jo~ escri­tores de costumbres enmiende lo que piense gue podamos criticarle, o persuádase de que nunca o Un indio de mi parroquia rara vez nos acordamos de p e rsona en particular Se acusaba nnte el prelado • para escribir un artículo sobre cualquiera costum;. ( En confe sion de cuaresma) bre; que lo único que da derecho para r e se ntirse D e vivir a 'Jn eclio-JJalo. / -es lo personal; que si glosarnos no es por sol o el · u e t e absteng Las anotaciones i anécdotas, por Guirhar-det. GJ~s que a m"_tne exasperan a causar en ellos Ja Con esta obra se ganaria un Jnillon de fr¡ancos; n11srna ~nsac1on: p e ro para hac e rla seria preciso encontrar un editor . l.Vlas b1en qu1s1er~ ~ro, Junncho Blaf11co, ser _como que quisiera dar 600,000 francos adelantados, i por ciertos santos tic quienes solo se acu;erdan las J~n~es desgracja raros son l-es -=mirlos bltlnco.f entre los cunndo ecurre un aoo1 teojmiento parti~ular Bo1no editores. GEORGES DBSLA.URJEitS . • • • • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

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Biblioteca de Señoritas - Año I N. 32

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Imagen de apoyo de  Distribución y crecimiento: Una revisión de la literatura reciente.

Distribución y crecimiento: Una revisión de la literatura reciente.

Por: Francisco González | Fecha: 21/05/2010

Este trabajo resume las principales contribuciones hechas por la literatura del crecimiento endógeno relacionadas con la interacción entre desigualdad y crecimiento, reseña los principales determinantes de esta interacción en la investigación empírica reciente y los contrasta con la experiencia histórica de países desarrollados y en vías de desarrollo. se encuentra, en primer lugar, que la mayoría de estudios no provee soporte empírico a la conocida hipótesis de Kuznets sobre una relación de U invertida entre el crecimiento económico y la distribución del ingreso; en segundo lugar, que no existe una relación sistemática entre estas dos variables ; en tercer lugar, que la desigualdad inicial está asociada con bajos ritmos de crecimiento económico , y finalmente, que en el caso de América Latina la desigualdad se ha convertido en un obstáculo al crecimiento económico.
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Distribución y crecimiento: Una revisión de la literatura reciente.

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La violencia en los modelos de crecimiento económico.

Por: Marcel Hofstetter | Fecha: 21/05/2010

Se presentan dos modelos dinámicos, que relacionan la violencia y el crecimiento económico en el corto y largo plazo. La formalización de estos postulados se realiza a través de las teorías económicas de crecimiento endógeno y exógeno, las cuales capturan los costos causados por el crimen violento al capital físico y humano. Los modelos incorporan la violencia como un factor exógeno. Además, se retoma la discusión en cuanto a su carácter estructural; es decir, a la difícil explicación para la existencia de la violencia. El desarrollo teórico conduce a que economías que presentan violencia estructural, experimentan un menor crecimiento en la actividad productiva.
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La violencia en los modelos de crecimiento económico.

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Elasticidades de sustitución de las importaciones para la Economía Colombiana.

Por: | Fecha: 14/08/1858

• , • ANO I. B ogotá, [!.4 de agosto de 1858. NUM. 32. Boletin de la semana. Nuest r, revi ta t ndrá e sla e z dos faces rnui d i ferent es i 1nui anarcad c. : una de tuedia ri .. a i otra de llan to entero ; rnas, con1o n o qu e r e tn os hacer llorar a nue tra l ec toras d es de un princi pio, ca­m enza r e 1 no 1' o r 1 a p r i n1 r a. I de de 1 u :) g o ha i que hablar d e la fi e .. :tas ~1 .. nfit atro d e l ' l'igre , e tn­presa del señor 1\.rru bla, en la qu e, c otno }{} ha­brán :visto nu estro~ lectpre de Boo-otá, i 01110 l o sabrán Jos d e fu e ra, .. e ha p elulo t11 ed io a 111 Gd io , probando a 1 cab de tantos afio ¡ tuit en cuándo ! ue su cabez a n o solo era para buenas i grande~ e 1 n p re~ a , si u o p ll r a . n1 a 1 a · i a u n r id í e u 1 a .;). L e h a sucedido lo que a lo eón ico~ de bu e na n ota, gra n­des e ntore , c¡u u, despue.· de baber envejecido u jenio i su voz en la .. ta l; la~ i en los salone.s, dan una funcion a beneficio, i h, cen fiasco, saliendo si 1- bare presa de grand s ca­lamidad es, cotno9las pest s tnas hDrriblPs, los in­cendios i los pillos. ¡ uéf'ntos <.le .. graciados han quedado sin casa, sin abrigo , escapando a í d e l incendio tal ,·~z para ser at ·rrados luego por la fiebre ! Que Dios se 2c oerdc a) fin de ellos ! • Bien puede figurarse el lector que, si hubo rnu- -eha jente (toda, tnéno~ cuatro o cinco individuos ) que aplautliera la rnuerte de la fiera de chanzas tan poco fin as, hubo algunos, como los e m presa­r íos, que salieron de ahí c o n los chivos tna gran­des_, cuyos retratos espectaculo del d Jtnin~o, i, lo que es tna s de lcunentarse, que la representa"·ion de f~rnnni, en que ella hace ~d pri .rncr papel, no se podrá dar . tan pronto corno el ('ntusiasulo púl>lico Jo desea. Descan1os que~ u e nfermedad sea pasajera, i que la volvan1os a ver en breve auirnando nue tro tea­tro i <.les pe rt ando nuestros aplausos : Epístola , DE PRÓSPERO A L .-\.ZAR O En csclrl'Jjulos. A la lívida luz de triste lámpara, · 1 a mas de los ochenta del centígrado, Pulso, desnudo, mi ·bando la rústica Para decirte mis afectos íntimos. ¡Oh tt'1, tni tierno atnigo, mi fiel Lá1.aro., Oficial de nli cuerpo, alférez ínclito, • • • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1' • Bl En paz galante i 'bD la Jid -int --pida I en todas partes n1i edecan SQ}af!itU 1 1 r~!p9nde1· la familiat· ep' De cad~ntes i dul~ s octosílab • Con que has hQnro ad itnpntiea, Sie~to mi núm.en ojdo · 'rie(); l¡1or vía de pe l e . B E _.,....,.- - J - tico; per o le pn rc cia tambi e n mui se ncillo i n1ui raciona l t e ner dos nntj e r ts i dos tre n e s dornésticos, · 1a!1 o se h a b i taba n al pro} io ti e mpo dos paises . 1 ro ve í n na la crimina l n e.:-o, tnui al c ontrario, se hnbria Ua ti do u 1n n ert e p a r a probar que t e nia ~ rn z m, i h ubrin d ndo de f oe taz os al insol e nte que lo hn b i e t,a: t ra t ad o d e b ígarn o. P e ro, a p es ar de su convicc io n , se e mp eñaba e n oc ultar su situncion, n cause ele las muj e r es, qu e , sobre el particular, ¿ ro se acuerdan d e la hL-- toria d e a qn 1 c orre istn ti e n e n i de a s trnvagantes . bígamo, que tenia u na tnuj e r e n Pa1 is i o tra en n d in , si n e m barg·o, c o m ti6 una grande im· E ... trasburgo ~ prlíde n ci a : co nvid ó a cotn c r n uno de ~us amigos I era un c rítn e n ~ ... To ; como habitante fi e l p e ro ~ q le e taba n f)ari s ; i e l tal ntni g o, cr e yendo que alternativo de ... as d os ciud ad ~ s i n o t e n ia dn r ec h o ~ aro li na era s u h e r ma no~ e n un rn o m c nto en que a ll e yar t odo e l tre n d e la vida do1n é:s ti t a n cad a se a u se n tó l tn a rido, le l1 a Ul ó c o n e ntu s iasmo de una de ellas 1 U no s o lo n 0 l e b a-.; tab n: -p o rq ue t en i a la hern1osa a 1e tn a na d e o j os nzHl e s, i de los lindos su vida dividida tnui r e gular i si .... t e mút ic hn)e nt e: n iTio s d e E ~ trn~ bur g· o; l e contó la historia del dia todas las semanns p e rman cia d o s d ia e n J. ari s i d e l c a sn rni ·nto, i por m a s s e ñas que él habia sido dos en Estrasburgo, i co1~ una s ola tnujer hnbria l pad rino. Q arolina, c o mo v :. r d ad e ra parisiense, vivido como viutlo In mitad de su e .. \·i s te n c ia . Ya sabi a el e tn c tno ria e l có di g o c ivil. Al principio se iba par~ mucl1bs afi?s qu e e s_taba casado úni catn e nte ind ig· nó ; p e r o e ra madre , i 1 tnnyo r de sus l1ijos en I.)nr1s, pero hab1a e spe rnn e nta d o arnarga 1n e nte t e n ia tre ce años. !">r e sintió un proce so e scandalo~o, los inconveni e nte s d e tal s i .. tema el e matrituonio p o r una p e na infan1ant e , un nornbre 1nnnchado, i el partida sencilla, llevando la vida de correista qu e ll c - porve nir d e s us hijos perdido; vis!urnbró el prcsi­vaba; pues l o s cuidados que le prodigaba s u muj e r dio c o n l1orr o r, i comprendió que, siendo ella la e u da ve z que ll egn ba a l:>aris, le hnt'!ian sentir de- pri n1 e ra muj e r, e ra la úni c a l e j ítitna, i que eSta masiado la espantos a s o l e dad que se le e spe raba en vcnt a jn l e daba autoridad para tornar n1edidas con­Estrasourgo. .1 llá , una mala posada, nna 1nala v e nicnte s. S o pretc sto d e que una parienta deseaba cena, la sol e dad i el fastidio; 1 en Parj s , por el v e rla , dcclnrf> que tenia que hacer ese viaje, que contrario, una aGojida cariños a, una casa c ómo da i ~ n e c e sitaba aband o nar a I.>aris una semana por lo agradable i una c e na s e rvida c on t e rnura. En Paris 1n é nos ¡ i ~ e d s pidi ó de su marido i se marchó tod0 era al egría, en Estra s burgo to d o cta tri -.; te za. p ara E ~ trasbur g o . :A::llí fué inmediatamente adon­El correista consultó su corazon i vino a co nY e n i r e n d e .t\.nto n ia i l e co ntó la v e rdad entera. Antonia que la soledad era para él co: a in1pos ibl e ; e l1i2o ll o rab a , n o qu e ria esc ucha r nada, i esclatnaba con ademas el siguiente raciocinio: pu esto que 'el mo- dolor: lliimonio es una ad1nirable institucion, la viud r z e s To s ha en g añado ¡qu é monstruo! es preciso jnaceptable, sea por entero, o a medias cotno la v e ngarnos: tener dos mujeres ¡qué cosa tan horro­qtJe élllevnba; i como él no se veía f e liz e n Puris r osa! sino porque allí estaba cas ndo, se persuadió qu e Sin duda, dijo Carolina impaciente, pero si en EstrasbuTgo no seria tampoco fe liz miéntras no g ritai s mas recio, tendrá dos viudas, que es todavía se casase. Se decidió, pu e s, a tomar, o tn ejor dicho , peor; i Jo qu e es todavía mas triste; s e rá ahorcado a volrver a tornar mujer en Estrasburgo, a ndoptar i nuestros hijos se morirán de l1ambre. el sistema de matrimonio por pa1·tida doble. Estas P-alabras fueron n1ájicas. Durante mucho tie mpo el mayor secreto fué 1 vos lo amais? dijo Carolina. guardado acerca de su doble un ion; nada tur.bnba Oh! s í, lo amaba demasiado; pero ahora •••• la cliclia en sus dos trenes domésticos; sus n1uj e r e s A.hora e s prer.iso perdonarlo, como Jo perdono lo querian con el 1nismo ardor; su f e licidad se yo, que soj la mas engañada. S e d, como yo, jene· equilibraba admirabl e m e nte, i sentia en e s to d ob le to .. a i e nt e ndám o nos para salvarlo. afecto duJzuras inefables, de que los simples marí- I e stas dos mujer e s firnulron un pacto sublime. dos no gozan nun~a. úa justicia ig noró su su e rte, i ... u marido mi rno no CuanGo haciA, en su dilijen c ia, ·el viaje de Paris supo qu e ~u s e cre to hnbia sid o d t scubierto sino a Estrasburgo, pensaba en su bel]a rubia que iba al g unas horas ántrs de su muerte. a Yolv:~ a ver, en su Antofiitn, la alctnana, d e ttorins podria referir aquí, de jóvenes pala?ra,.m •. • ·: • ·.~ .~ Dmblo! que est01 volvténdoma corazones masculinos, que, inflatnados como un vol- loco· ni, nt, ni) nuu. • • • • • • • ! can ~n. erupcion; se han enfriado corno Ja ni~ve1 al Mui al contrario dicen otros, i no pocos. perc1b1r el chocante desaseo de sus Dulcineas; tRie alg·uno mui recio se produce como solda ... en vez de i~flamarse mas i mas ardientemente,como do aunque vista como ga!'an, se come las uflas, se eJ famoso h1daJgo, cual}do, despucs de haber rodado hurga las narices o Jas orejas o la boca o •••• cual­por una peña abajo i trayendo algo molidas las cos- quiera otra parte de su puerco; si va a la filarmó­tillas, dió con una moza asturiana, ''ancha de cara, nica o al teatro como van tantos malcriados i tantos Jlnna de cogote,. de na~iz. roma, del · U_? ojo tuer~o, i ~ sotes i t?ntos be.st~as i tantos gaznápiros i tantos zo­del otro no mu1 san~) 1 se cnam_oro tan perdida- pencos 1 tantos 1d1otas tan solo a conversar al oido í m~nte de ~11~, creyendola un~ princesa, que," su en alta voz a los señoritas, distrayendo la atencion ahento, que san duda alguna ol1a a ensalada fiambre del auditorio, i molestando con su ruidosa conver­i trasnochcfda, a él ~e pareci~ que arrojaba de su sacian, sus ~nsulseces, su algazara i su presunc1on; boca un olor suave~ aromático. I era ta~ta la. ce· porque h~1 muchos que creen que solo nacieron gued.ad del pobre h1dalg_o, que el tacto n1 el ahen- para corteJar, aunque en realidad ni aun para eso to, n1 otras cosas que trn1a en sí la buena doncella, sirven o arriscan, como ellos dicen · si las escuelas no le desengañaban¡ .ántes le pa•ecía que tenia en- marchan mal i los col ej ios algo pco1~, si no se pagan tre sus brazos a la D1osa de la ~~rmosura." P~ro, sueldos ni p nsiones, si hai funciones de pu­conlo en la presente época los quiJOtes de novcc1en- ra vaD"atnundería, si hai próroCYa en el Con¡,.rcso .• , . d 1 . t. o . o b ' tos m1 es1mos . e et son ta~ escaso~; c~eo que n1~ ~i la circu lac1on de 1noneda es trabajosa, sino puedo .econotnJzar la relac1on de h~ston~s de _esas, 1 se acuñan trueques, si los plate ros funden la mo­que m1s amables lectorns m.e creeran .baJo ~~ pala- neda de cobre, si el vapor se vara ; si se va un fran­b. ra de honor, cuando l~s d 1go que, s1 no saguen el ces J ue~o que ha pasado de sastre a \!a pi tal ista, en eJempl~ de u~ gran numero que con el solo ~seo razon de que los franceses por estar persuadidos de atra~n 1 cautivan, ~o podrán ~ncont.rnr I:r~tcndten· qu'il n'ya qu'u,n Paris dans l' Uni ·l ers, no se radi­tes s1no entre Jos caegos a qu1enes ~os pohpos o al- can por acá; si al contrario el ingles~ que tal vez gun otro mal de esa clase hayan privado del olfato. piensa que eve1·ywltere is bett.er tha.~ n London, se que- - DEI\IÓCRITO. da cornuntnente en estas ti e rras i aun e vuelve de la suya; si los negocios e~tán perdidos, si alguno hace ostentacion de Jo que sabe o lo que ~iene ·si el hospital de San Juan de Dios no es eapaz p~ra • • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • • u o"'r. Í c nto.s lec h o s .•.. s i •••• Santo mi o¡ que n1 e n1 u e r o J Entó nce s n o f¡dta u n h o n1br e : un alJlig o ( "iernpre en ba st a1 dilla; st o es, ba s t ardo amj g·o ) u n p n ··Íl' llte un D io m e lo p e r do n e ; l u e diga a l 1 obre l es rito r <) :-. cos t u tn b r es : '~ p or qu é no es - r i b e U . so bre e"" to? p e r o eso s í, d uro qu e J s d l e ­la, porqu e si e~o no se co tnp o n e nunca se re n1 os n a ­Ba, nunca nd ' 1a ntare tn os, nos freg·n,r én ~ o s , nos t on~a ­ré7no.~ nos sorrostri ca? ·é nzos, n os at11 ?·rulla r é1no s. 8. Jos E"'CRlTOR E - ( ha ; ha, ha ha , q n é ri sa ril e dn por rrtt 111i s1no! c o n qu e #n oso ro s los es critores: ha 1) UlJ. san Jo s Jl a nHl do s fl r j e n e r a rn os. E scr i ba n, q u e no falta q u1en l e a ( br u vo 1 bra \ ís im o ! c o n qu e sí leen~ ha?) lJ sobre to do qu e e s tan sal ad o, tan pi­cante ( ste me convi e rte e n salza) d e l e s c a ·g a i machaque hasta lograr .) 1 o bj e to . .t\l1ora, si se trata ile paliza, acusacion~ pris ion, tnol estias d e c ualquie­ra especie, cuente U. con mi visita, i con que no obsta'hte eJJa diga: "Bu e no, para qué se tn é ten en " Jo que ni les va ni le s vi e n e ; euando t e toqu e n a "tu puerta respond e ; prin1 e ro est· ' n mis di e nte s que " mis pari e ntes; mira tns du e los i d eja l o s aj e nos::" i todo lo mas que a las n1i e ntes s e me ve nga , qu e todo se alía tnui bien con la Yisita i con e l consej o j con el deseo de c¡ue el mund o e m ej o re sin qu e meta yo el hornbro. ( 1 h! Iofrlinat1vo en '"o j e niti­vo mei, dativo vúlti &. El acusa ti' o no l e ti e ne cuenta, por eso no lo apre ndió; vocativo car t, por­que nadie habla ni hablar deoe con qui e n de nadn sirve; el ablativo quién sabe, porque TJ. no e s sino instrutnent~ de dar con$ejos. Bonarndedit ). A otra cosa i va de serio. · • - ... .,.,.,., , . • d e Snn J ~ n1igdio, cuando la tierra tiembla, de San .. t a Bárbnra, cu a ndo los rayos 1nenudenn, de Nues­t ra eño ra d e l T o7Jo ( torpe 1ne par ce la nd voca­c i o n ) cu a ndo es tnui lfl J' g o el vera no, de Santa o l o ni a ~ cu a n d o hai un fuerte dolor de muela, o de San ]{arBon Nonato, cuando hai a1n·ietos de alumbr a rni e nto; que ser toda una ít:j e n de Chi­qu i nqui rá o d e Jas 1ercedes, abog adns universales d e tn e n e s~erosos, o un San Antonio, patron de co­sa pcrdi<.!as o un San Juan Nepotnuceno, encar­gado de g uardar la hÓnra n los que la malbaratan co n .,;\!1 c o11cl ucta d e prn vadn; co1no si fueran los san· t o s n1a seraol e s alrahu t e s d e Jos hornbres, ( pues, i de l a s n1uj e r e s) o un San Franc i ... co de Banhl: que ha de t e J e r ~aridad para dar i convidar ; a todos Jo cu a ies ll e van l o _ mortales de boca en boca or. u­pados en lo que ni les v.a ni les viene, i disgustados porque estos no les dejan gozar con tranquilidad i a su sabor de las glorias del Alt:ísimo. Quisiera 1nas bi e n que tan solo unos pocos que bien me quieren o f)Ue tienen conroirro algun negocio,..se aco rdar an de tní, di g o e n mi calidad de articulista, que en 1ni ca]jdnd de hombre i ele ser sociable me tiene tocl a la espe ci e hurnnna a su entera i tetal dis .. po i ion, s al' o e n Jo que pudie se redundar en que­br; lnto pro pi o o p e rjuicio de tercero, pues yo no quiero profesar la n1tíxima bárbara de al p ·róji11lO contra 1tna esquina. I si tanto es e J n tno r que a los prój i1nos pn])[e~o i qué tanto tendré a mi pers0na, oon todas sns anexidades remotas i cercanas, entra­das, salidas i servidumbres? J UANCliO BLANCO. La penitencia del indio. Quién tenga tniedo o mala voJ untad a Jo~ escri­tores de costumbres enmiende lo que piense gue podamos criticarle, o persuádase de que nunca o Un indio de mi parroquia rara vez nos acordamos de p e rsona en particular Se acusaba nnte el prelado • para escribir un artículo sobre cualquiera costum;. ( En confe sion de cuaresma) bre; que lo único que da derecho para r e se ntirse D e vivir a 'Jn eclio-JJalo. / -es lo personal; que si glosarnos no es por sol o el · u e t e absteng Las anotaciones i anécdotas, por Guirhar-det. GJ~s que a m"_tne exasperan a causar en ellos Ja Con esta obra se ganaria un Jnillon de fr¡ancos; n11srna ~nsac1on: p e ro para hac e rla seria preciso encontrar un editor . l.Vlas b1en qu1s1er~ ~ro, Junncho Blaf11co, ser _como que quisiera dar 600,000 francos adelantados, i por ciertos santos tic quienes solo se acu;erdan las J~n~es desgracja raros son l-es -=mirlos bltlnco.f entre los cunndo ecurre un aoo1 teojmiento parti~ular Bo1no editores. GEORGES DBSLA.URJEitS . • • • • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

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Biblioteca de Señoritas - Año I N. 32

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Análisis del comportamiento de la inflación trimestral en Colombia bajo cambios de régimen: Una evidencia a través del modelo "Switching" de Hamilton.

Por: Martha Misas | Fecha: 21/05/2010

Este trabajo tiene como propósito estudiar la evolución de la inflación trimestral en Colombia, durante el período comprendido entre 1954 y 1996, a través de la metodología de Hamilton(1989) y segundo presentar algunos conceptos relacionados con dicha metodología, la cual introduce cambios de régimen en el análisis convencional de series de tiempo. En general, esta metodología permite estimar modelos ARIMA con parámetros o varianzas cambiantes en el tiempo. En este caso, tales cambios en el modelo de la inflación se suponen asociados a posibles regímenes distintos donde la inflación presenta cambios en su nivel o en su variabilidad. Esta modelación posibilita el reconocimiento de los distintos regímenes a través del tiempo (por ejemplo dos regímenes: inflación alta e inflación baja) en lo referente a su tiempo promedio de duración y a la probabilidad asociada de cada uno de ellos, es decir, la probabilidad de estar en un régimen particular en un momento dado del tiempo. Las probabilidades de transición estimadas, permiten concluir, por ejemplo, que al estar en un régimen de inflación trimestral moderado, la probabilidad de permanecer en éste es muy alta (0.94), en tanto que pasar de éste a un régimen de inflación promedio alta tiene una probabilidad de (0.05), la cual es cinco veces mayor que la estimada para la transición de moderada a baja (0.01). Adicionalmente, se puede observar que la máxima probabilidad de permanecer en un mismo régimen se tiene en aquel caracterizado como de inflación y variabilidad moderadas.
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