Por:
Héctor Gonzalo Ana- Dobratinich
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Fecha:
17/03/2021
Entender el derecho como una práctica social específica de carácter discursivonos permite analizarlo desde una óptica diferente, desde la cual pueden observarselas sutiles e intencionadas estructuras de su formación. Los tonos circunstanciales,las frases de poca importancia, las metáforas que embellecen, en definitiva,todos esos recursos que cualquier lector pasaría por alto en su ansiosa búsquedapor entender la finalidad del texto. El discurso jurídico está contaminado de todasestas indeterminaciones que pululan por sus enunciados, frases emotivas, conceptos vagos y el uso de figuras lingüísticas extraordinarias; de este modo, el derecho expresa y se resignifica mucho más allá de lo que puede leerse superficialmente en sus enunciados.Intertextualidad e interpretación serán dos aspectos importantes para poder analizar la conformación del fenómeno jurídico, así como también un tercer elemento, el ficcional, en donde el derecho se eclipsa bajo formas diferentes de las que su discurso parece hacer alusión. Esta dualidad contradictoria, lejos de ser considerada una falla que atenta contra su existencia, será un elemento fundamental para su constante estructuración, funcionamiento y reproducción.