Por:
Constanza E. Trujillo
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Fecha:
15/04/2010
El artículo explora el contenido de la idea de Europa, con el objetivo de mostrar que no está definida por la “identidad” como un resultado producto de la historia, la geografía, o los aspectos económicos, sino por un conjunto de factores, en parte aleatorios, que la han ido constituyendo a través del tiempo. La aproximación cultural (en este caso histórico-antropológica) a las características de lo europeo se efectúa comenzando con la misma idea de Europa, que se analiza desde sus comienzos como el resultado de una amalgama de culturas como la cretense, la fenicia y la egipcia, con el aporte y el discurso que al respecto han tenido los griegos, los romanos, las tentativas de unidad europea desde Carlo Magno y Carlos V, hasta la Unión Europea de nuestros días. El estudio de las estructuras simbólicas e históricas que han construido una idea de lo europeo ha sido multiforme y no siempre idéntico. Además, concluye la autora, no puede definirse a Europa en términos de una ‘identidad’ fija que sea necesario proteger a toda costa frente a intrusiones culturales externas. Por el contrario, se trata de un proceso o ‘configuración’ sociohistórica que permite que en futuras ampliaciones países que por su pasado no podrían aspirar a ser miembros de la Unión Europea, pueden llegar a serlo por su futuro; tal es el caso en especial de Turquía y Ucrania.