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 Imagen de referencia Literatura y no ficción
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Literatura y no ficción

Encuentra libros digitales con temáticas variadas que van desde literatura, arte y filosofía hasta historia, política y ciencias.

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    • 5 de Marzo de 2020
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Imagen de apoyo de  El hombre sin cabeza

El hombre sin cabeza

Por: Sergio González Rodríguez | Fecha: 2010

Una pesquisa insólita y un tejido narrativo de múltiples resonancias culturales y políticas sobre el clímax de la violencia en el mundo contemporáneo: las decapitaciones que realizan los sicarios del tráfico de drogas en México, o los fundamentalistas musulmanes, ambas difundidas por internet u otros medios, donde el acto de decapitar representa la pérdida de la razón en su sentido más extenso. El autor estudia también los fenómenos de la brujería y los sacrificios humanos vinculados a los traficantes de drogas, el uso de los cuerpos de las víctimas con mensajes crueles de gran alcance. Y la...
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El hombre sin cabeza

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Imagen de apoyo de  Huesos en el desierto

Huesos en el desierto

Por: Sergio González Rodríguez | Fecha: 2010

El lugar: Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua, en la frontera de Méjico con Estados Unidos. La historia: una ola de crímenes brutales absolutamente real. Esta crónica periodística indaga en los bárbaros asesinatos en serie cometidos en esa zona y repetidos año tras años, incluyendo niñas violadas y torturadas, cuyos cadáveres son arrojados al desierto. Un rastro de sangre que conduce a una trama de complicidades y silencios entre homicidas, policías, autoridades locales, ciudadanos prominentes y el gobierno de la República al más alto nivel. Un libro-denuncia de una realidad escalofriante.
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  • Literatura latinoamericana

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Imagen de apoyo de  El viento en las hojas

El viento en las hojas

Por: J. Á. González Sainz | Fecha: 14/03/1858

• ANO l. Bogotá, 14 de 1narzo de 1858. NUM. 11. De la novela. llas. edades l eja nas, i s~ nos l1abla de sortilejios i Entre los prodijiosos adelantos que las l e tras ha- bruJaS, mas es con la m1ra de ser fiel a su objeto cen cada dia en el orbe ilustrado, el ramo de nove. qua porque crea lo mismo que relata. 1 las l1a alcanzado tal p e rfeccion,que cn ~ i estamos por Entre é l i madama Scudiry, por ejemplo, habrá decir que las tales han superado al drama i confun- siempre la misma dife rencia que entre el astróloao dídose con la popeyu. antiguo i el cosmógrafo de hoi. 0 J\.ntes de Cervántes, i prescindiendo de Sir 'Val- Mas, abandonando este punto demasiado estenso ter Scott, la novela caballeresca o feudal era el te- para un simple editorial de la BJBLIOTECA, diremos ma obligado de los pocos i tnal aleccionados hom- solo lo que al principio de este artículo: que la bres de injenio que haGian de la let ras la dulce ocu- novela tnoderna ha tomado un incremento tan po· pacio n de su \·ida. Pero la lit e ratura de hierro que deroso, que, no contenta con sobrepujar al drama, creó tal linaje de escritos, e ra ele suyo mui infecun· ha supeditado la epopeya reunié ndola en sí, o, lo da para dar alimento por tnuchos años a unas obras que es todavía mas, haciéndola innecesaria e imposi­que necesarian1en e tenian que perecer con lus cam- ble en Jo sucesivo. Esta consideracion, que para bios políticos i relijiosos que se efectuaron en los si- nosotros es evidente, salta a los ojos de cualquiera glos tn edio=, i que son o pueden considerarse des·le el mome nto en que se r ecuerda que los poe­como la aurora de nu es tra civilizacion de hoi. tnas 'p icos no pasan de doce en todas las literaturas Arnadis ele Gaula i A1nadis de G 1·ecia , Esplandian, conocidas, i que los ensayos sobre ellos, inclusive Tirante el 13lanco: Palnz eri1~ de In.glater1·a, El rei los de 1os cantores latinos, casi puede decirse que no rtus i Carlo JJ1agno i sus dnce Pa-r es '-5, .a g--.a crea- han pasado de ensayos informesi d efect uosos,tales co­ciones fueron todas de morn e nto, i por decirlo así, mola Jerusalen, el Orlando i 1a iJ'Iesiada, sea e] que vaciadas en el mismo molde, e'"' to es, en el del mal fuere sn n1érito relativo. Respecto del Pa1·aíso per­gusto i la exajeracion. dido i otras composiciones épicas, examinadas bien, Las hazañas atribuidas a los sen1 i-dioses de la no puede conc luirse que sean v erdaderos poetnas, Grecia en los ti e 1npos heróicos , i In faL..a g loria de sino composiciones sublin1es mas por su objeto i lo'"' h éreos fabulosos de todo el Inundo antiguo, no desetnpeño, que por sus dimensione i alcances. parece sino haber de .. .Jumbrado de una n1an era in- Epi._odios de épocas; nun ca época c.omple tas. La fantil a l o primitivos injenio"', o por lo 1nénos a los tarea hubiera sido imposible. injenios que vivian de lo ca tillos encantados, los Igual observacion aunque por distintos resp~ctos hecl1ic e ros i Jos magos, los solitarios de los montes i debe hacerse del Pelayo, la Granada, el Diablo los combates sobrenaturales de todos los dias; pues 1 ?Ju.trulo, e l Moro espósito i mil ensayos tnas de la solo de ese modo se alcanza a esplicar esa tena- Alemania, de la España,de la Italia i de la Francia. cidad batallad.ora de los protagonistas de la novela La novela, con mas recursos i m énos dificulta­caballereo.; c~ , _1 ese mal gusto de las damas he1·mo- des que el poema, es hoi la verdadera rama épica sas, cuya VI v1enda m a~ comun era la gr~ pa ~e los de la literatura, pues no solo da a conocer un siglo, guerre ros que se la~ disputaba~ por caminos 1 bos- un pueblo i una civilizacion cstinguic.los, sino que q u es _a 1nandoble.s~ 1 que cambtaba.n de amante con puede entrar, i en efecto entra en valiosas aprecia­la mtsma tranqu1ltdad que de vestido. ciones filosóficas i l1umanitarias de tra..:cendencia esotros no podremos decir si efectivamente ese tan enorme, que no hai trabajo po é tico que pueda era el uso, pero no hai duda que ese i no otro d e - comparárselc. Para probar esto bastarían os insertar bia de ser, puesto que la lite ratura, reflejo fiel de aquí Jos nombres de algunas <.le las mns célebres; todo h echo sociaJ, nos pinta así las cosas, i no como pero nuestros lectores las conocen dcrnnsiado para una li \riandad de la costumbre, sino como un ro - fastidiarlos con ~emejante ennmeracion; i de no, manticismo de despreocupacion. "Di os i mi caba- los nombres de Sue, Dumas, Victor I-Iu go, S cribe, liero~, decía la da m a; "Dios i 1ni dama,'' decia el BoJ,ver i otros tantos serian bastantes a sostener en caballero, nos da Larra como la espresion de los p1é nuestro justísjmo aserto. tiempos, ) a no tan atrasados, <.le don Enrique, el Esto sin duda esplica por qué la n ovela está to-enferrno, año de 1407. mando tan tí si n1o increm ento en todos l os países Si hemos hecho u na escepcion respecto de las verdaderamente civilizados, lo mismo que e .... a su novelas feudal e s del célebre escoces Scott: no es·, participacion directa en la his toria universal, de cu ... precisatnente porque la ma:ror parte de ellas no ado- yas fuentes inagota bles,i a veces raras,totna tan g ran lezcan del mismo mal, sino porque sus marav1IJo· caudal de pensarnientos. Antes de ~ ir "'\Valt e r sos trabajos versan sobre la tradicion histórica i no Scott las novelas no pasaban de cuento ... para niño "' , sobre 1a fabulosa, i porque él pinta copiando i no espec ie de libros de entretencion para la s familias, pinta itnajinando. Verdadero DeucaJion, bástale so- con una que otra tnáxima moral r eg·nda adrede, lo tocar los ca tillos de piedra de los siglos de la pero sin otro objeto que el poco elevado de deleitar. horca i la cuchilla, para convertirlos en bardos, da- De estas ya no q n edan sino mui pocas, pero sí pue­mas i guerreros, jaurías, espadas i rodelas, sin que den servirnos de eje mplo las Veladas rle la Qttinta, falte un pliegue del vestido a las muj eres ni una el Sitio de la R oc hela 1 Alejo, o la casitc¿ en los bos­hebilla ni un relieve a la armadura de Jos hombres. ques, que, cotno todo, tuvieron su é po ca de popula­Pues como ya justan1entc Jo ha reconocido el mun- ridad forman o por mucho tiempo )a biblioteca es­do, Sir Waher Scott solo sirve a la historia de aque- cojida de Io ~ aficionados. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. \ 6 BIBLIOTECA DE SE:&ORIT AS. R e specto de los :omances del Gid Campeador i \ dos los sexos, sean cuales fueren su edad i sus con­B e rnnrd o d e l Carp1o, aunque escritos sobre hechos diciones. i p e rs~najes historicos i quién podria ser el que ere- 1 es bajo este punto de vista tambien que las no-e s e 111 en la n1itad de los sucesos en ellos referidos? velas modernas tienen se carácter de universalidad Por entre c~tns obras i el Diablo cojuelo, Gnzntan que ha hecho impo iblc e l poema rimado de losan­de Alfaraclte 1 la Casandra, se arrastró la nove la tiguos, entre los que la cólera de un hombre o Jos p_o~ mucho tie~po en Europa hasta la terrible apa- padeci~nientos. de otro dieron alimento a dos musas ricion del QutJote, cuya lanza venció a toda la ca- soberb1as. Hül no es solo un rasgo deJa vida de un ballería antigua, limpiando los caminos de malan- ' héroe el que se toma por base de la composicion: drines i fo1lones, aventureros i princesas robadas. l1oi se toma todo ell héroe i toda su época~ i se los Sin embargo no puede decirse que la novela n1oder- totna para seguirlos l1asta sus consecuencias ínfimas na, no satírica sino elevada i grandiosa, naciese si- sin on1itir nada que pueda hacer falta al propósito no hasta la aparicion del Telémaco, los Viajes de del escritor. Anteno1· i de Anacá1·sis. Pero, descendiendo de lo grande a lo pcquefío, El soplo poderoso de Boileau habia sido bastan- esto es, bajando de las rejiones encumbradas de te para hacer desaparecer las tontunas maravillosas Europa a nuestra pobre i oscura tierra granadina, de los escritores de Europa hasta el reinado de los qué dirernos de nuestra novela nacional, o por lo últimos Luises en Francia. ménos americana 1 I no vaya a creerse que el simple hecl1o de citar Nada hasta ahora, es cierto, pero tal vez mucho nosotros el Telé maco como una de las obras de la re- en lo sucesivo. Los escritores de aquí tienen tam­forma equivale a que lo creamos un escrito acaba- bien un mundo i una historia que dar a conocer; do; pues nosotros, ni aceptamos el sistema político nuestra lengua se pre~ta por su riqueza i ternura que defiende, ni gustamos de su estilo aJmibarado aún 1nas que muchas de las modernas; i no puede i poco o nada natural. decirse que falte inj e nio a los l1ijos de los hombres ' ' oltaire i Rousseau no son tan fuertes q uc dio-a.. batalladores a quié n e s no faltó valor para darnos n1os en lo que puede llamarse la novela 1nodcr~a. it:dependencia. I, cier~~mente, no se puede na_cer Las d e J _prim e ro son apénas soportables. bajo el pun- ~ s1n talento en unas reJIOf.les como las de AmérJca, to de vista de su amarga filosofía; 1 respecto de or la n1i ... tna época el jénio inventivo de Sau va­ge se 1nanifie"'ta de nuevo con la invencion de otra Ináquiua a la que da el nombre de fi-.;ionon1 e tro, i que ofrece aJa plá~tica un proceditnie nto f~cil i se­guro para for1nar m o lles en hueso sobre objetos e n relieve, i obtener clespues una reproduccion esac ta de esos objetos. E:te procedimiento aplicado m as tarde, bajo la den o mi nacion de fisionotipo, por dos especuladores cuyas fructuosas empresas tu vieron a veces ménos elementos de buen éxito, no produjo a su autor los buenos resultados que debian espe­rarse de su util ida el i ncontesta blc. En medio de tales sinsabores, Sau vage prosiguió Jaborio ... a1nente Ja solucion de un problen1a que otros habian propue to ánte s que él sin resolverlo com pl e tamentc: la aplicacion del hélice a la llave­gacion. Su bu n talento,que le alejaba de ]as abs­tracciones i de las ltipótesis, supo devcubrir con la observacion los verdaderos eleme nto i la fu11cion del hé~ice. D ete rminado el ángulo bajo el cual el remo produ ce la tnayor fuerza dinámica en la ma­niobra de la godille¡ Sauvage Jlegó a señalar D l h é ­lice su fot·rna, sus proporciones i u po ... icion tnas fa­vorable. Esta induccion tan sencilla era un ra .. go de jenio, pues realizó la navegacion por tncdio del hélice que otros habian pugnado ántes de él. Varias e pericncias en pequeño demostraron los famosos efectos del propulsor imaj inndo por Sau va­ge; pero no bastaron para a e red itar el sistema. I>edian al pobre inventor, que babia hecho ya tan­tos sacrificios, pruebas 1r1as d ec isiva"', esperiencias en grande. Sauvage tuvo que luchar durante dirz años contra la indiferencia del gobierno i del públi­co. Su invencion desd0ñada en Francia pa--ó el es· trecho, i allí se esplicó con algunas modificaciones que no pudieron desnatu ra 1 izar su oríjen . Sau va­ge debió creer que l1abia lleg· do l dia de la repa­racion, i que su idea iba n triunfar de repente de los obstáculos que l1abia encontrado,cuando le anun­ci a ron en la cárcel de flnvre. donde es taba deteni­do por las deudas que había contrajdo en sus e~pe .. 7 ri e n~ias itnproductivas, que habia salido a la mnr cJ prnner buque frances de hélice. a prueba con l 1 raJJoleon pu o en evidencia Jo~ el fectos n la aplicacion del hélice que acababa de h ace rse; pe· ro ,'tos d e fec tos eran la cons cuencia de las altera­ciones que el sistema de Sauvurre habia sufrido en la ejecucion, contra lo prcve;¡do por e l inventor. auvng·e habia previsto este re ultado cuando esc ri­bía a su hermano: "Resulte lo que quiera d e la es­periencia, n1e atengo siempre a )a aplicacion de l os hélices si m pies, cuya superioridad está perfecta­tnente r cconoc ida sobre los l1éliccs fraccionados." La es pe riencia d l Na¡;oleon p ed ía perfecciona­tnicntos que se pr sentaron en crecitlo número. 1\.qu e lla 1nultitud de i temas tuvo por efecto hncer perder de vi tala invencion prjrnitiva de Sauvage , que el privilejio de 1832 no pTotejia contra las su· puestas inno 1Jacioncs. J\11. ieo-uier, mi e mbro del In s­tituto, escribia aladesgraciado Ín\re ntor a quien que­rian de s pojar de su de cubrimiento: '! Pacie ncja i vnlor • • •• quiero que sepa todo el mundo qu e e l h é· lice es una inve ncion fr:.u1cesa.... e cansad en In1' • • •• conozco todo Jo que hab eis h echo i se dará al ·ésar lo que es del Cé~ar." pe sa r de esto; Sau vage no recojió d eb idam ente los beneficios de aquella justicia que Je p ro1n e tieran. Su privilejio cayó en el dominio público ántes de que é l hubi ese podido apro\rechar e de Jos frutos de su trabajo i ele sus sacrificios. ~ 1 C concibe que al fin et desaliento se apode rara d e aquel e~¡· íritu debili­tado por tanto sufritniento tnoral,cuand o viú que ... e esca paba de u : manos el.p retnio d e t odas su~ obras, e l cual a m bici o naba para su fatniJ ia, obj et o de su entrañable afecto. Hemos omitido mencionar dos invencione ... de un órden ménos elevado, p ero que honran i o·unlmen t e el jenio de Sauvag~c. I_ja prirnera que data desde el año 1 36 es el 'teclu ctor, e'"'pecie de apli cacio n del pantógrafo a la escultura para Ja r ed u ce ion de los bajos relieves . .A beneficio de C'- te precio-o instru­mento se l1un podido ve nder a preci os tnini tnos co­pias r 'ducidas de las obras tna e.., tras de la esta tua­ria. El proccdirniento apJicado a(tn en el dia por l\1. H. Sauvagc, hijo del inventor~ se cn1plea para la reduccion de objetos anti g uos del · 011 vre, i d e­be proporcionar a todas la acade1nias i scue las de dibujo una coleccion de h e nn oso ... tn od los a un precio tnódico. La ú]tima invencio n ele auy a ge es el fuelle hidráulico, por tnedio d '"' l cual se ll e va el agua a una altura deter1njnada por el pe..;o de la columna de aaua. Es des ntir que Ja práctica n o haya sacado mayor partido d e esa 111' quina util pa­ra una porcion de cosas, i que pu ede r e tnplazar con una economia notable Jas bornba -- para los in­cendios i para el ri ego. Se sorprende uno que tan inj e ni osas aplica­ciones hayan podido sutjir en medio de Ja ... in­quietudes de una vida tan ajitada. •asi ... e debe creer que no costaban nino- 111 e fuerzo aJ j nio de Sauvage, i que este producia inv !:\ nci ones e !Jontá­neamente como Jos árbol es clan fruto. P e ro ¡ ni 1 bajo Jns apariencia de una fecundi la el prod ij ios se oculta un trabajo bien o-rancle, un t rabajo qn e tanto con~o los de .... cng·aiios IJeg·ó a can ar los r e sor­tes de aquella in tel ijencia elevada, i ll e vó a a u­vagc a la casa de locos de I icpus donde h· falleci­do el 17' de j u J io últin1o. 'ro do lo que ha hecho la Francia por a u vago ha sido concederle una pen ... ion de 2,0 O francos; Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • 88 BIBLIOTECA DE SE:RORIT AS. pero sus hijos i. s~ hermano, que han sido partíciJ pes de sus sacr1fictos, esperan aún el premio de su Jeneroso concurso a la obra de Sauvage. Es la dama susodicha Mujer de mu cha piedad: Reza el rosario i va a misa Con devocion ejemplar : Un coto. En cierto lugar vi un coto Que no sé cómo nombrar: Era por delante un coto 1 una mujer por detras. Era aquel un eoto doble I lo partia por mitad En forma de mapamundi Una hendedura o canal. Cuando 1ne ví frente a " e nte­Con tamaña absurdidatJ, Me pareció un elefante Que caminaba ácia atras;. Pero al mirarlo despacio Ví que no podia ser tal; Le eché de méncs la cola 1 pensé fueran quizá Las ancas del Antecristo O del jigante Goliat. Cuando llegué a persuadirme De que era un coto i no mas, Por decírmelo personas De mucha veracidad, Me vino gana de ver La criatura singular Que iba tras de aquel portento, 1 tuve necesidad De dar un largo rodeo, Que me hubo de fatigar, Para ver a la cotuda .••• La cotuda ? dije mal : Era un coto mujerud(}, 1 la mujer no era mas Que cosa mui accesoria, Secundaria, adicional. Cosa tan ·cierta i corriente Que las jentes del lugar Nunca llegan a nombrarla Doña Fulana de tal, I antonomást1can1ente "El coto," clicen no mas. -"Joaqurn, quién es tu madrina~,, -El coto, SLñor." :cFroilan, i Qui én te ha contado esa historia 1n -''Al coto Ja oí poco ha." -"l\1 uehac ho, vendes la leña?" -"l\1e la acaba de co1nprar El coto.'' '~Da1e metnorias Al coto si vns n llá." Los filósofos han dicho Desde mucl1os . iglos ha, Que los efectos mas grandes Oríjen suelen tomar En las cosas n1a.· pequeñas; Cuya in1portantc verdad Viene a hallar ... e confirmada Para quien pueda obserYar Aquel coto de los cotos, Obra maestra cota! ; Pues con1o quiera que sea Algo mas que r egu lar .. El volú1nen de la dama Que al coto pegada va, o embargante, al lado de este Es un átomo i no mas. Pero lo que es persignarse Sí no ha podido jan1as, Que para ello e l coto impío Opone dificultad. Tampoco puede corner Por ~u propia mano, i ya La pobre habría perecido D e pura necesidad, Si no hu hiera consultado A cierto injeniero, el cual Ideó que con una pala, De esas con que meten pan En el horno, le llevasen Los bocados hasta allá Donde se esconde la boca Tras aquella enorrnidad. No obstante que su marido Es un monstruoso jayan, No pudiera al hablar de ella Decir mi ca?·a mitad: JJ-1 is caTos noventa i nuev~ Cent éci1nos sí podrá Decir nombrando a su esposa Con ménos impropiedad: Tal aumenta el coto en ella El vo) úmen natural. Así como el navegante Ve tan solo cielo j mar, Solo ve el coti -mujer Coto i cielo i nada mas. Finalmente, es aquel coto A cualquier coto vulgar, I..Jo misn1o que e l contrabajo De Hortúa a los demas Violin es: lo que a las velas El ma}ror cirio pascual, I aun es poco: lo que a un pozo Es la inmensidad del mar. Tal vez el lector piadoso, O aunque sea impío, dirá Que en la descri pcion del coto He podido exajerar. ¡Qué desatino 1 Jo dicho Solo servirá q u izas Para engañar al le~yente Obligándole a forn1ar U na idea de tal portento M ezquina i débil a'"'az, Porque cuanto de él se diga Ni aun alcanza a Ja verdad: 1, por no decir tan poco, l\1as vale no decir 1nas. La Música. IV. J . M. l\ . , Ad.mision de la. n1úsica e~ los ~en1plo~, .así jentiles como cnstl~nos-I_gJesia An1br_os1a~a 1 Gr~gonana -El arpa i el salteno a.dtn1t1dos , el) la:s 1~l~ .. Ja -I>runer órgano conoc~ido en Franela-La mus1ca curuvada por los monjes-La musi­~ a en los siglos m~djos-Obliga~iones que debemos a la Ita­ha en cuanto a n1usaca-Invencion del contrapunto por Gui­do Aretino--Suscinta relacion de su vida i sus obras-Odo, abad. de Cluni-In1port.a~1cia del tien1po en la mú ica, e in­< venc1on de la tabla del hen1po-Juan de 1\~Iuris-El maestro S Franco-De la moda en la armonía i la melodía. s La n1úsica fué admitida desde mui temprano en los templos de Jos antiguos. En las ceremonias pa­ganas, las oraciones i alabanzas dirijidas a los dioses • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • 89 eran canciones i coros acompañad o de músicas i < cia. or tanto, la invencion puede atribuirse a los danzas. Los primitivos cri tia n o"' cautnban tambien 5 gri gos. l1imnos i snhnos, cotno lo le n1 o n Jo'"' .t\ctos de Jos En la dé'= ima centuria el órcrano vino a hacerse póstol s, donde se nos dice que f.-'abl o i ilas ora- ) comun en Inglate rra, Italia i b le 1nania i fué ad-ron en su calabozo, i cantaron ala banz:1,.. n Dios. mitido en los conventos i las iCYJesias. La música El año 3~ '1 de J_a era cri-.;tin!ln, i c!urante el _rei- e mpleab~ la ~ayor parte de l os ~cios de los monjes nado de onstantJno, J.\.tnbrosto, obt~po de Idan, en su retiro; 1 el clero, que era mas hábil en Jas introdujo e n la iglesia esa esp cic de canto conocido artes Jiberalcs que cualquiera otra clase de la socie-on e] nombre de canto mbro iano. F .... s probable dad en aquellos siglos, no solo cultivaba la música que lo hubiese importado del riente, pue to que, él mi mo, sino que la enseñaba a los demas. ántes de ese tiempo, habia ya un coro reo·ularmente Lo siglos medios no produjeron obras de gusto e~tablecido en la jglesia de 1 ntioq u ía. si mi-wmo o de jenio en arte alguna. Constaba meramente la se estableció aHí un órden de 1nouj s cuya obliga- mú ""ica de aquellos cantos que scrvian para Jos sal. cion era la de conservar una sahnodia perp é tua, la n1os e himnos de la iglesia, i era descuidada en to­cuat -.;e n1antuvo con tal rijíd z otno el fu go ves- das parte '"', e cepto Ja Italia, de Ja misma manera tal de Ja antigüedad. que las de mas artes de agrado. Desde el tiempo de san .t\.rnbro io ningun catn- Los godos, los vándalos j otros bárbaros se ha-bio metnorable tu' o lugar en la n1l1 ~ ica cele iri~tica bian apoderado de las provincias mas fértiles de ha-.;ta el año de 600, en que :TI gorio el grande re- Europa, i sus ideas ran salvajes, áspera su lengua, formó el canto de la iglesia, e) cual cubsiste todavía> i nada propia para formar con ella melodías tnúsi­con el nombre de canto gregoriano n la tnayor par- cales. ún ahora, loo.; dialectos de Europa no son te de las catedra le· de Francia e Italia. sino una mezcla del celta i el latin, i es en Italia La 1núsica de 1glc~ia ha venido a hacerse ve11e- donde tnas ve .... tijios quedan de la lengua latina ; rabie por su antigüedad i por el e~clusivo objeto a siendo e~ta la razon porqué el italiano, o latin co­que se la aplica. Su sencillez, ast como la diferen- rrompido, i a veces suavizado i mejorado, se acomo­cia absoluta que exi te entre eJla i la tnú .. ica profa- da tanto a )a 1nú ... ica vocal por su dulzura. na, jmpiden toda levedad tanto en Ja compo .. icion En Ja corte de los pontífices romanos encontró como en la ejecucion. Es ci rto que se adn1iticron la rr1úsica, a í como la demas artes, sus prilneros instrumento en la iglesias durante los prim e ros estítnulo ; i es de fa Italia que deriva la música siglos, pero no indistintamente, pues fueron pre fe ri- 1nodcrna su escala, su contrapunto, sus mejores dos el arpa i el salterio por ser considerados tnas melodías, sus dramas relijiosos i profanos, i las prin­graves i tnajestuo.,;o.... cipales bellezas i gracias que la adornan. Asi ha En la octava centuria san Juan Dama ... c e no com- ido la Italia para la Europa, en los tietnpos moder­piló i reforn1ó los cantos en Ja igle ia griega, del no , lo que fné la Grecia antigua para Roma. mismo modo que san Gregario lo habia hecho en Dícese que el contrapunto, o música en partes, Ja Jatina. fué inventado en el año 1022 por i u ido, monje de Durante lo"' primeros sig1os del cri ... tianismo sa- rezzo en 'I,oscana, a quien se atrjbuyen otros mu-lian de Rotna tnisioneros musicales para lo demas chos jnve .. ntos mu ... icaJes. Su obra titulada elillicró· países de Europa, con eJ objeto de instruir n la log·o (ele una palabra griega que significa cornpen­melodía eclesi ast ica a los convertidos al Evanjelio. dio) es un tratado en latin frailesco, lleno de oscu­Agustino, el monje, fué enviado con tal fin a Ingla- r1dades~ que con1prende su me todo para enseñar terra por el papa :Tregorio, i en el año 6 O, el papa a los ntños a cantar, con reglas para la cumpli­Ágatho envió a Juan, chantre de la iglesia de san da eje~ucion i_ composicion d 1 :~nto llano. Pedro en Ro1na, a instruir a los monjPs ele ' ere- :tU Ido ¡.\.retino, que pertenec1o al órden de bene­mouth en el aTte ele cantar, i de ejecutar los s e rvicios die tinos, e ... citó la envidia de su h e rmanos por su festivos en todo.el año, del mismo modo que lo e ran buen éxito en la música; pero l papa B enedicto en Rorna. Iisi one s de la misn1a clase se despacha- VIII, a] o ir hablar de s us dese u brimie ntos en ese ron tambie n a Francia, pero los franceses les dis. art e~ le hizo ir a Ron1a donde le trató con suma be­putaban ·la superiorjdad en eJ canto; i esa rivalidad, n evolencia: i aunque poco despu s e volvjó a su que cornenzo e ntónces, subsiste aún entre los m11si- co nvento, 1 papa Juan .... X, a su advenjmiento a la cos de Francia i de Ita]ia. silla papal, Tenovó Ja invitacion, i ace ptada esta por Estas circunstancias dan la razon de la se1nejan. ( uido, mostl'Ó el papa su Antipltoriu1n,o an o tacion za de la mú ... ica ec lesiástica en to la la En ropa al de la n1isa para todo el año. Su Santidad, conside­tiempo de laR for1na. La música i el canto ro1nano s rándoJa un prodijio, no quiso l e vantar e de su a~ien ... gozaban de tanto favor en Inglate rra en los sig lo'"' to hasta qu hubo aprendido a cantar -un cántico medios, como <.\1 que gozan hoi las composiciones por el nuevo tn é todo de Guido. italianas i los cantores de ópera de aquel p e1ís. l Jo pudiendo .. ufrir el calor de Romn en el vera- Alfredo el o-rancie fomentó la tnúsica. i él mi -.; mo no, salió :luido de dicha ciudad a hace r una visita fué un 1núsic~ escelentc. Es bien conoéida la hist o - a l abad de I omposo en Ferrara, i este le suplicó de ria de su entrada al campamento danes disfrazado tal n1ancra que ... e quedase en su abadín, que al fin de arpista. San Dunstan fué igualmente tan bu e n accedió a e llo, componiendo allí varios de ... us trl­músico, que Jlegaron a acu"arlo de májia. tados n1usicales. Dícese que inv~ntó la Ganza, 1 En 514 el hjdraulicon, u órCYano de ao·tla empe- ctuc la llarnó así por haber añadido a la e cala la o b ' . f l . 1 zó a perder su popularidad, i a ser reemplazado por l e tra g r1 ga g·a1nnza; que u é .e pr1n1ero en 1a~er el órgano de vjento, que se soplaba por n1edio de u so de Uneas i_ e~pacios ~ que luzo, en ... u1na; va1?os fuelles de mano. En la sétima centuria el papa Vi- otros d e ... cubrun1cntos 11npo1:tantes. Su reputac1on taliano lo introdujo al serviGio de las iglesias de Ro- ha dtundo mas de 750 a~os, 1 u nombre es todav·i_a ma, i en 757 el reí Pepin recibió de regalo de Cons· > re ~ petado ntre los n1ú .. 1cos a cau a de los servt· ta·ntino VI, el primer órgano que se viera en F"ran- ~ cios de que el arte Je es deudora. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • • o BIBLIOTECA DE SE ORirr 1\.S. OJo, abad de Cluni en Borg·oña,fué otro músico intclijente de ese período, i la iglesia romana ha conserYado hasta ahora sus l1imnos, cánticos i an­tífonas. .A .. ntes de la invencion de signos para e 1 tiempo, la músjca debió consistir en el simple contrapunto, o nota co ntra nota, como se usa todavía en Jas jgle­sia._. El tiempo es de tal importancia en la música, que él solo puede dar significado i cnerjía a la re­peticion del mismo sonido, i así es que un tatnbor parece que es presa tono;:; di versos, cuando no hace mas que cambiar los acentos i la n1edicla de un so­nido único. Los mejores c .... critorcs atribuyen le iuvencion de ]a tabla del t~emJJO a Juan de lVluris, que floreció ~ por los años de 1330; pero en un 1nanuscrito clel ( 1nisn o Juan de 1\inris. Jeg·ado a la librería del Va- ~ ticano por la reina de ~u ec ia, él da el honor de ese ~ in1portante descubrilniento nl tnaestro Franco eru­dito pedagogo de Licja, que vivió en 1083. Pare­ce que Franco fué tambien 1 pri1nero que sujirió el uso de rayas para di vid ir los co1npases. Por sorprendente e increiblc que sea que las le­ye ele la arrnonía hayan e~tado sujetas a los capri- < chos de la moda, n da e .. , ~inembarg·o, mas induda- S blemente cierto. Los nc o r es que nosotros conside- ~ ramos perfectos, fueron desechados en otros siglos. Cuando los hon1bre ... se cansaron ele la 1nonotonía de los uní .... onos i las octaYas, la cuarta vino a ser su intervalo favorito. Luego consideraron mas agradables las terceras; j , en el tie1npo de CorclJi, S se creía indisper1sable una cadena de septimas pn- ~ ra cotnbinar la a,·¡nonía. Que haya moda en la tnelodía es ménossorpren- ~ dente. Aún el lenguaje, ~i bien no ideal i arbitra- ~ rio como la lTlÚ'-'Íca, es 110 ob .... tante tan temporal i Jo­cal para Jos oídos de aqu 1Jos a él acostumbrados, como el arreg·lo de los sonidos en 1 mPJodía, i su combinacion en la armonía. Una nueva lengua, o una nueva 1nelodía, va puliéndose imperceptible i gTadualmente ; i hai n1úsica que s(Jnaría hoi tan ab~urda a nu estros oí­do~, como sonaría el lenguaje del arcipre . Je de Hita si lo l1ablasc algun español de nuestros • t1e1npos. Es est · capricl1o de la tnoda lo que hace tan efí- S mero el faYor de qu di. frutan las composiciones > 1nu ... icales. Las obras de los poetas, pintores i ar- S quitectos, pertnanecen para deleite de la po .... teridad; ~ pero las obras del músico! co1no dep nden para su P. xito perfecto de Ins 'ariables rircunstancias de las voces, d e los instrun1entos i Jos ejecutores, tienen mui poca probabiJidad de inmortalizarse. A la señora Josefa Acevedo de Gómez. (En la publicacion de sus poesías.) I-Iija del jenio,-la del arpa de oro Con lágritnas bañada; La que, entre angustia ~iempre i entre lloro, De su rcj ion an1ada La bóveda azulada Pobló de ardie11te cántico sonoro,- Ere::; cual n ve atnante prisionera Que ji me l éjo~ de su patria i nido; 1 que, llatnando al aura mensajera, Derran1a del d sierto en el oido < ... Tristes han sido, hutnilde Poetisa, iui tristes tus anales; ada instante, cada eco, cada brisa, I-la llevado a raudal s El llanto por tus males Al cotn pas de tu voz de profetisa. As1 en cada h oj a de tu libro hertnoso Que acaso no abra del favor el viento, l\1urtnura 111 Jancólico un sollozo; I el acorde jnspirado de tu acento Sirve cotno de etnbozo En cada estrofa a un rnísero lamento. Ernpero es ese tu de'-'tino: canta! El canto es nuestra l1erencia. Y a entre flor, ·ya entre piedra, va la planta Por do la Providencia Ir le tnanda e n ... u ciencja ; Ln qu e obedece tnas; 1nas adelanta 1 Tú cotno yo; qnizás-ai! cuántas veces!­Del cipres en la hojosa cabellera Que peü1ó e l aquilon de Jos reveses, La lira suspendtstc: otra vez fiera Copa te clió sus heces, I otra vez fu i;::;t0 en pos tu co1n pañera 1 Plácen1 e , tras de tí, por los desierto Del 1-\.. nd aquí salvaje Perderm e: entre Jo~ bosques nunca abiertos 1 Do an1or, canto i plun1aje u arda del a ve ind íjena, encubiertos, El srcu lar ratnaje 1 De tu padre a llorar sobre la huesa Contigo voi ; si a] l í e la mas, llorosa : Esn arboleda ennza?·a?'iada, CSJJesa, Q ue cTece en la 'Jnonta11a silenciosa, Y o acabo con tristeza : Cubre la tu1nba donde en pa.z 'reposa ! 'l\1n bien de tu l1ija al hijo idolatrado, ·~á ciclo en (1·á? illefio. Por ]ns inquietas olas arrullado, Contigo: yo, risueño, \ Ti jilo el primer sueño Entre los cielos i Ja mar soñado ! 1 oigo tu voz vatídica, n1jentina, De insólito placer en1baJ~ntnada, Rodar al seno de la casta ondina u e en el encaje ele la espu rna nada, De tu cuncion di vi na Por la"" souoras ondas d~spertada! La sien ceñida de oJerosas flores Con que ornada te n1iro, Entre ~ u aron1a bebes tus nmores, Ioi que .... o] o un su. piro Debes a tu pa"-lado de dolore . O atniga noble, reina de la lira, J.-Ja de fecunda frente laureada, Esc1.1cha la que a par de tí su~pira, La q ne vu eJa hn ta !Í por tJ i nfiamada, ' • • oz que tu voz 1n ... p1rn, T oz con tu nombre, en tu loor, l1onrada! El Caballero Blanco, J..~eyenda Irlandesa l., O 1\. I..~1\ H. 1' R • ~. • Su cancion la.,Jitnera Por el ausente sol i el bien perdido! A orillas del Shannon, no 1éjos de Limérich, s ven aún las ruinas ele un vi jo ca..,tillo que conserva el notnbre de ardgo o-unniel ( castiJJo de la luz de la roca.) Entre lo~ sitio pintore .... cos que se encuen· < tran tan con1un1n nte n Ja 'erde Irlanda, e .... te es, sin duda, uno de lo~ 1na notables. E~te edificio • • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • 91 que fué desmantelado bajo e l reinado de Guillertno in tn dintamcntc la sa la, i cada uno se e sfo rzab a en 111, se eleva ... obre la citna J una roca esca rpa da clis1mular el terror que cau saba la luz fatal, cuando á r ida i de ierta, del lado d 1 rio~ p ero d l lado del e l rllido de varios caball os que ]legaban dió nueva valle se e tiende en la pendiente su a ve de la rn on - direccion n las ideas. taña en medio de una selva de olmos centenarios . lis presentimi ntos e ran csactos, murmuró que las ruinas ave11tajan e n dad con orgulJo. l\1orice; el 1 aball ero Blanco, mi noble jefe, no ha En frente d l castillo feudal l1ai una roca nor- pod.ido ntrar nyer a s u castillo •••• Ahora huye. n1e de granjto cu ·a citna capricllo'"'nme nte taj ada~ La puerta de ]a cabaTia se abrió a un fuerte e m­se ascn1ej a la fortna le eso Inonutnentos druídi- pujon i entró el jefe seg ui do de dos escuderos. Sus cosq ue han dejado para ... iempre un r ecuer do in te- vestido estaban ensangr entados i llenos de polvo; ·esa nte . Esta ci1na e inacce ible; sus pared hizo un je to i los convidados dejaron la sala, en verticales l1ecl1as a pico jama'"' han sido holladas donde no quedaron sino 1orjcc i Mina. por la planta hurnana; sinet 1ba rgo, ape" ar de esta -- 1orjce, valiente servidor, os h e permitido se .. aparente ünposibilidad, refinre una 1 )renda que en pararte de tní en n1alas circun stancias, dijo el jefe. tie m1 os ·emoto aparecia algunas veces: sobre la Los ing·leses ~e han apoderado de tni castillo i me pu11ta m a"'" e]e,·ada, tu a luz bl < nca: débil como la pe rsiguen. .E: pénas me queda tiempo para reunir e la luna, i que cuando esta luz daba en la cara n1is bravos soldados. e un 1nortal era si tnpre para ' 1 un presajio fu - ~ 1 eñor; contestó respetuosamente Marice, si os ne~to. H e aqu í la oca:io1 a que atribuye la le) en- clignai'"' aceptar un asilo en esta l1umilde habitacion, da la cesarion de este mi~te r ioso fenó n no. l.\iina i yo nos r gocijaremos de recibiros en e lla. En la falda de la n1ontaña habia una modesta El iaball ero blanco arroj ó una mirada al vestido cabaña habitada por iina ' DiHon i ~u t ia I ,..ate nupcial de la jóYen i r e~ p oncli ó : Lo rehuso, an1i· 0' D onuell. Un dia de otoño estaba l\iina sentada gos tni os; no quiero en-a n g r entar esta tranquila dela nte de un espejo que .. astenia la buena tia son- casa, pues e l encuentr o con mis enemigos es inevi­riendo, i acababa de dar la última mano a su p ei na- table. l rocuremos descubrir un refujio en otra do i a su vestido, cuya fre -- ca blancu ra anunciaba parte. .. u11a i1nportante soletnnidad · la j ·ven debia cas r- Señor, si podeis correr aquí algun peligro hu­'"' e; t odos Jos a1nigos l1abian 1l gado ~ya i so lo e l yamos juntos, yo os guia r é e n e l bosqu e ; p e ro que novio :fi lt ba. orice habia obten ido de su señor, jatn as sed iga que entrasteis bnjo el t ec ho d e M arice el Caballero Bla11co, uno e los j e fes que combatían sin que él hiciera lo posible para probaros su afecto. entónces por Ja independencin de la desgraciada i pu ed o ganar una jornada, r es pondió el ca- • Irlanda un permiso de al o-unos dias para desposar ballero, 1 ca ... tillo puede volver a caer en misma· a "" U querida l\Iina. El l1abia abandonado a ... u nos ánt "'S de tn añana por la tarde, pues mi teni ente señor qu e se voiYia a s u Ce. stillo, i Marice debia ir a l{avanag e~tá en I

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Biblioteca de Señoritas - Año I N. 11

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Biblioteca de Señoritas

Por: Felipe Pérez Manosalva |

La “Biblioteca de Señoritas” es considerada la primera publicación periódica dirigida a las mujeres colombianas, circuló semanalmente entre el 3 de enero de 1858 y el 30 de Julio de 1859, en medio de este periodo se suspendió entre los meses de octubre a diciembre de 1858, para ser retomado en enero de 1859. Este periódico fue redactado y dirigido por Felipe Pérez, Eustacio Santamaría y Eugenio Díaz. Editado inicialmente en Bogotá por la imprenta Ovalle y Compañía y luego por la imprenta Pizano y Pérez a partir del número 38. La publicación contó con un total de 67 números, sin embargo, tras su clausura como publicación autónoma en 1859, se une al periódico “El Mosaico”, el cual adquiere a partir del número 39 del 1 de octubre de 1859 el título “El Mosaico, al cual está unida la biblioteca de señoritas”. La “Biblioteca” cumplía con el objetivo de ofrecer lecturas “apropiadas” para las mujeres. En sus páginas se publicaron poemas, cuadros de costumbres, biografías, novelas y discusiones literarias, adicionalmente ofrecía consejos sobre los cuidados del hogar, educación, buenas maneras y moda. Contó con algunas secciones que se mantuvieron a lo largo de la publicación como “Diccionario de Curiosidades” y la “Revista Parisense” redactada por Soledad Acosta de Samper. Colaboraron varios escritores y escritoras como: Enrique Saavedra, María Josefa Camacho, Manuel Gamboa, José Joaquín Borda, Dolores Calvo de Piñares y José David Guarín (Vidal). Incluía traducciones de obras internacionales de autores como: Evelina Ribrecout y Alejandro Dumas. En los presentes números se incluyen algunos suplementos de la “Biblioteca de Señoritas”, desde el número 6 hasta el 24. Se adiciona además grupo de suplementos del año 1858, que no contienen numeración ni fecha.
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Estela del fuego que se aleja

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Naturaleza de la novela

Por: Luis Goytisolo | Fecha: 2013

El novelista Luis Goytisolo, a partir de los años de la Transición, reunió sus artículos ensayístico-literarios en El porvenir de la palabra (Taurus, 2002). Una obra, justamente, en la que ya despuntan algunos de los temas que en el presente ensayo alcanzan su pleno desarrollo. Pero sólo aquí, en Naturaleza de la novela, el autor plantea y desarrolla los aspectos fundamentales a los que alude el título. ¿Qué es ese género literario llamado novela, lo que hoy entendemos por tal? ¿Cuándo se inicia? ¿Cuáles son sus orígenes y características? ¿Cuáles los factores directos e indirectos que propician su...
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Antagonía

Por: Ignacio Echevarría Pérez | Fecha: 2012

Con su colosal envergadura, Antagonía constituye sin duda una de las más altas cumbres de la narrativa española. Saludada desde muy pronto como una obra maestra, los extraordinarios alcances de esta novela permanecen desconocidos aún para muchos lectores por los malentendidos a que dio lugar su publicación original en cuatro entregas. De ahí el valor de esta nueva edición, que ofrece por fin la novela tal y como debió ser percibida desde un principio: como un todo indisociable. Empieza Antagonía haciendo el «recuento» de la vida de Raúl Ferrer Gaminde hasta el momento en que apuesta por vivir como escritor. Se sumerge luego en su vida como tal, en sus notas y borradores, en sus sueños y fantasías.
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Antagonía

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Yo nací con la infamia

Por: Juan Cruz Ruiz | Fecha: 2012

Aunque el concepto de cultura, ligado a la civilización y al progreso, fue variando sucesivamente en el tiempo, se asocia cada vez más con la innovación, la tecnología y, sobre todo, con el nuevo conocimiento. El mundo es cada vez más complejo y la cultura tiene que ver con esa complejidad. En la actualidad, sus contenidos se manifiestan en múltiples soportes, triturando las fronteras y surgiendo nuevos modos de idear, producir, consumir, difundir y entender los hechos culturales. Así se refleja en este libro, en el que el lector podrá encontrar una serie de escritos, artículos, libros descatalogados, etc., referidos al cine, a la televisión y a la cultura en general que reflejan desde distintas perspectivas la evolución sociocultural del país durante los últimos años del siglo XX y los primeros del XXI.
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El intelectual melancólico

Por: Jordi Gracia | Fecha: 2011

Al autor de este cuaderno, nacido en Barcelona en 1965 y profesor de universidad desde hace veinte años, le llegará un día u otro la hora de la melancolía. Mientras tanto, se protege contra ella proponiendo una diatriba contra quienes leen en clave depresiva las transformaciones del presente. Pero ni la cultura humanística está en bancarrota, ni la literatura europea ha perdido el norte, ni las condiciones de posibilidad de una alta cultura han empeorado desde que nos ahogamos en Internet o nos movemos en AVE. Por eso es un panfleto: porque, a pesar de las razones para la inquietud, todavía al autor...
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Historia del cine

Por: Román Gubern | Fecha: 2014

Aparecida en 1969, ha sido traducida y repetidamente editada, en versiones sucesivamente revisadas, convirtiéndose en un clásico. Esta Historia del cine de Román Gubern, aparecida en 1969, ha sido traducida y repetidamente editada, en versiones sucesivamente revisadas, convirtiéndose en un clásico, utilizado como texto docente en muchas universidades, como obra de consulta o como relato ameno de la historia del nacimiento de un nuevo arte y medio de comunicación que se ha convertido en un lenguaje artístico novedoso, un imaginario colectivo, un moldeador de costumbres sociales, un medio de...
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