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Fecha:
20/09/1879
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
LUZ Y FE DAN FUERZA.
LA MUJER,
REVISTA QUINCENAL
E XCLUSIVAMI!:NT E REDACTADA POR SEÑORAS Y SI!:ÑORITA$,
BAJ'O LA 'OIB.:&CCION DE LA S.E~ORA
SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER.
N.0 24. )- SÁBADO, SETIEMBRE 20 DE 1870. ~PRECIO 30 C$.
ESTUDIOS HISTORICOS
SOBRE LA :h!UJER EN LA OIVILIZAOION.
CAPÍTULO NOVENO.
LA MUJER RO?IfANA .
(CONTINUACION) .
EL uornbre Je mujer que registran castigar á todo ser viviente que no sea
en ~cguida. los anale~; de la infante Ro- patriota ántes que todo. El rey de
roa, es el de ÜAMIL.\, la hermana de los Roma, n pesar de que Horacio babia
trec; hermanos Horacios, y novia de uno salvado la ciudad, piem~a que el crimen
de los Curacios, - los primeros romanos debe sieru pre ser castigado, y lo condena
y los segundos albanos. Estando eu á muerte ; pero las stíplicas del pueblo
guerra Roma con Alba, se reRolvi6 y del padre del asesino, impiden que
que en lugar de entrnr en batalla los se Jleye á cabo la sentencia, y el rey
ej ércitos beligerante!', lo5 tres Hora.cios al fin perdona al Horacio.
y lo~ tres Curacios entabla.Feo un coro.
bate, quedando los venceuorcs de esta VIII
lucha parcial por duefios del campo. Do~ mujeres tuvieron parte en la
Despues de morir dos de los romanos, formaciou de la República romana, - la
Jos tres albanos fueron vencidos, uno tí primera. con sus enmones, su ambician
uno, por el últiruo Roracio que babia y su carácter sar:guinario, Tul ia, la
sobrevivido. Los vecinos de Alba se hija de Servio Tulio, la que, fastidiada
sometieron, y el Horacio volvi6 triuo- con la larga vida de su padre, hace
faote ;\ Roma. A las puertas de la ciu- asesinar ú su esposo, que no quiere
dad se encuentra con su hermat1a Ca- cometer crímenes; se ca~;a. con Tarquino,
mila, la cual, al ver entre los despojos el asesino, obliga á éste á matar á su
de los vencidos el vestido que ella mis. padre, y por último pasa por encima
ma. había. tejido¡ regalado á su prome. del cadáver do Servio Tnlio, para ir á
ti do, prorumpi en lamentá.ciones y felicitar ú Tarquino en el Senado por sus
dirigi6 palabras tan duras á su hermano, hechos, proclamándole Rey de Roma.
quo éste, enfurecido, la atraviesa con La conducta de esta mujer inhumana,
su espada., jurando que así se debe y la de su esposo Tarquino, denominado l
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Tm~o 11. 34
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'1 r •
270 LA MUJER.
el Soberbio en la. historia, ma.dur6 en ría, los cuales se anotaban lo más con.
la. mente popular el deseo de echar por cisamente posible en ciertas tablas que
tierra el trono, y establecer una. Rep1i. guardaban para. el caso.
blica á iroitacion de las de Grecia. Así, "La vida doméstica de los romanos,
bastaron las lágrimas y el suicidio de dice el profesor inglés Schmitz, era la
LUCRECJA, que no pudo sobrevivir á más sencilla posible: se parecía á la
los insultos del hijo de Tarquino, para de los antiguos ántes de la Edad media.
que se levantaran vengadores del honor Así, las virtudes de la mujer consistían
de la mujer virtuosa, los cuales, ayuda. en su industria doméstica. Describen
dos por el pueblo, ante el cual expu. los antiguos historiadores á la.'l prioce.
sieron el cadáver, depusieron á Ta.t. sas virtuosas trabajando é hilu.ndo con
quino, y la monarquía qued6 disuelta. sus sirvientas, eu tanto que la tradicion
Por esto dijimos arriba que dos muja. desaprueba la conducta de Jas hijas de
res, una por sus crímenes, y otra por los últimos reyes, que se habían entre.
sus virtudes, tuvieron gran parte el:lla gado á una vida de goces y de lujo."
fundacion de la República romana. Durante largos años la historia de
Lucrecia es cierto que se suicid6, y Roma no registra sino combates con
e&to entre los cristianos es u u crímeu, los pueblos vecinos, y hechos de insigne
pero uo se la puede tachar á ella de valor de parte de unos y otros. Eutre
criminal, puesto que no conocía la luz las accioues heroicas de aquella época,
del cristianismo, habiendo vivido 510 se refiere la de una j6ven ÜLELIA, que
años úntes de Cristo, y no tenia noticia habiendo sido llevada en rehenes por
del verdadero Dios. el rey etrusco Porsena, logr6 huir,
Durante siglos se celebraba. en Roma atravesando el Tíuer á nado con sus
el día de la cxpulsion de Tarquino el compañeras. Los romano~<, fieles fi sus
24 de Febrero. La República que se tratados, la. volvieron á entregar. Por.
proclamó ese día dur6 s1n interrupcioo sena ent6nces la trat9 con las mayores
hasta 27 años úntes de la Era cristiana, consideraciones y la permitió dar li.
es decir, cerca de iJOO años. bertad á las compafíeras que quisiera.
Los romanos eran ent6nces hombres Ella escogi6 á la mús jóven, porque esa,
rudos y sin oiogun pulimento, su lengua dijo, necesitaba más que las demas del
era áspera. é inflexible como su ca. hogar paterno. Los romanos levantaron
rácter ; así, pues, no teniao ninguna una estatua ecuestre en honor de Oleliteratura¡
el arte de escribir uo se lia eu la vía t~ac¡·a.
usaba sino para documentos públicos S. A. DE S.
y para ~acordar los hechos de su hi!lto. (Continuct?'á}.
A LUISA.
Hay, Luisa, en la vítla dulces horas,
Veladas por el :~ola de un arcúngel,
En que o.l abrigo de tau dulce s ombra
Gozo. el alma de cncautos inefablol!.
Y tal fué aquella en que tus dulces versos
Viuiot·on tu cariño á revelarme,
En mi alma grabando tu ¡·ecuerdo
Por el recuerdo que de mf guardaste.
Gracias, oh Luisa 1 Casi siempre basta
A decidir el alma un sólo instante
Que deja en ella una indeleble marca,
Si e. cual la tuya, soñadora, nmante.
1965.
Ay 1 no merezco la ilusion hermosa
Que en un momento tan fugaz formaste,
Mus soy feliz viviendo en tu memoria
Bajo esa dulce auuquo mentida imágen.
Ámame, Luisa, quo mi alma enfe1ma,
Y cual la tuya, soñadora, amante,
Ha menester, como del sol la tien-a,
Esas dulces y eternns realidades.
Que amor, afectos, religion y patria
En lenguaje comun anclen llamarse,
Y que son comprendidns y adoradas
Sólo de almas á. la tuya igu::tles.
H . .ANTolOtA:acm DE V.
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REVISTA QUINCENAL. 271
LOS DESCUBRIDORES.
CUADROS HISTÓRICOS Y NOVELESCOS-SIGLO XV.
( CONTINU.-\CION).
ALONSO DE OJEDA.
L.c\. lectura. de aquella ca.rta. rMg6 el nos hemos de hacer famosos por nues.
cora.zon del duro aventurero v le hizo tros descubrimientos y aventuras.
trizas, sufriendo ta.11to al ver por tierra -Dejad me, Juan de la Cosa, respon.
todas las ilusiones de su vida que pon. cli6le Ojeda con de~alieuto, dejac'lrue
s6 sériamente eu seguir el ejemplo de buscar la paz on un claustro, que Dios
Marí&. y de su madre y hacerse fraile lo debe de querer así puesto que hasta
(en este siglo de incredulidad hubiera ahora nunca me ha concedido uno solo
pensado darse un tiro). Resolvi6 re. de mis deseos,- veamos si yo nací para
pentiuamente salir á la calle y asilarse fraile.
eu el primer convento que hallara {L -Para. fraile vos, Ojeda 1 esa seria
su paso,- pero ántes de tomar esta re. una profa.naoiou del hábito.
solucion era preciso avisar al Ca.pitan -De los arrepentidos se vale Dios.
del buque (en que tenia ajustado su -Pero vos nacísteis para soldado y
pasaje á Espafía) que desistía del viaje. no parR monje.
Momentos despues caminaba Ojeda -"Fraile que fué soldado, sale mús
por la. ardiente calle de Santo Dornin. acertado,''-dice el refran, repuso Oje.
go, con el sombrero c.'l.lado b:\sta los da .... .A.dernas, afíadi6, yo no tengo con
ojos, y sufriendo indecibles torturas, qué atender ú ningnn gasto, y mi úni.
tambalea.ba. como un ébrio siu saber mo está ta.u sin fuerzas que creo que
casi la direécion que tomaba, euando ya no serviré para IlUda.
fué á golpearse contra otro homdre que -Lo 11uico que os pido, contest6
iba en 11entido inverso y que le devol. Juan (que sabia que la oposiciou afir.
vi6 eL golpe con una souoru impreca- maba wús las resoluciones de Ojeda ),
cion. es que no tomeis ninguna ro.solucion
Volvió ~u 11f nuestro héroe, y levan. sin consultarme primero, como li. vues.
tando le11 ojos al sonido de la ,.·oz del tra mejor amigo, quien tiene deseo y
ofendido, reconoci6 ú su antiguo amigo voluntad de haceros partícipe de lo
el piloto Juan de la Cesa. Este, vién. poco que tiene, y que os estima verda.
dole ta.u desconcertado y triste le llev6 deraroeute.
á su posada, y cou tierna solicitud le Despidi6se Ojeda del piloto, si no
oblig6 li. referirle su vida. y trabajos más consolado, por lo ménos no tan
desde que se habían separado años án. afligido, pues no hay en el mundo ma.
tes. Concluy6 Ojeda. su rela.cion por yor alivio ú las pena~ que et1contrar
confesarle la iutencion que tenia de álguien que simpatice con ollas¡ y
hacerse fraile, y así acabar con una la amistad verdadera y desiuteresa.Ja
existencia. tan repleta d.e desengaños del bueno de la Cosa le consoló más de
y contratiempos, siquiera. alabando ú lo que hubiera podido bacer el predica.
Dios y rescatando sus pecados y faltas dor mús elocuente del universo . .A.de.
con una vida ejemplar. mas, el dolor de nuestro héroe no era
-¡Vive Dios que no será así, Alou- irremediable, pues hacia mucho tiempo
so! exclam6 ol piloto, y me ha.beis de que guardaba en su corazon un amor
acomp~fiar en los viajes que pienso siu esperanza de verle ooronado jamas:
hacer por estos mares, y entre los dos así una barrera más ante aquello que_! \
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272 LA MUJER.
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miraba como perdido en realidad, no yores ventajas pecunw.nas, pues era
era. suficiente causa. para echarse á homl>ra de recur,oR y buscaba en lao
morir y abandonar la. vida militan. Indias más bien gloria, que oro: era
te, para. ent regarse á la contempla. éste el elegante cortesano Jon Diego
tiva que no le cuadraba.. ReRolvió, sin Nicuesa, el rival en gallardía y a.gili.
embargo, aplaw.r y no abandonar la dad de nuestro Alonso de Ojeda. en
idea. de entrar á la vida monástica. aquellas fiestas que tuvieron lugar en
Entretanto, puesto que su madre tam. honor del padre Las c~sas. El rey, que
poco le necesitaba, y babia muerto para era tan astuto y mafioso, no vaciló en.
el mundo, permanecería en las Indias, tro los dos, aceptando no solaiDente al
aguardando alguna. ocasion propicia. denodado Ojeda sino al corte)lauo Ni.
para servir en los descubrimientos y cue~a, para lo cual dividi6 las tierras
conquistas de las tierras nueva!!. que babia ofrecido al primero en dos
Estando en e¡: te estado de ánimo, sin partes: tocándole á éste desde el Cabo
saber qué partido tomar, lleg6 á Santo do la \. ela. basta el Golfo de Urabá, y
Domingo la voz de que el rey don Fer. al segundo desde allí bas>ta el Cabo de
nnndo deseaba que las conquistas de Gracias á Dios. Cada uno de los Go.
los españoles en Tierra Firme se hicie. bernadores debería comprometerse á
ran permanentes, planteando una ó fabricar dos fortalezas en sus tierras y
más colonias en las costas en que se gozar durante diez años de las ganan.
habían man1festado los naturales mtlti cías que pudiesen producir sus domi.
valerosos y guerrero!!, para dar así el nios, dundo á la corona una. décima
ejemplo y obligar :í. que se sometiesen parte de ellas en el primer afio, una
las demas trilms. Para. llevar á cabo novena en el ~;egundo, una. octava en
el!ta cmprean era preciso que se pre· el tercero, una. sétima. en el cu~~.rto y
sentara un jefe denodado y audaz y el quinto el resto del tiempo contra.
acle mas suficientemente conocedor para. ta.do.
dar garantías á la empresa.. Ocurrió. Nicuesa tenia fletados ya sei1> ber.
sele entónccs á Ojeda qne, uniendo los mosos navíos, bien tripulados y reple.
cortos recursos que Labia. ganado Juan tos de pel'trechos y municiono.s, en los
de la Cosa en sus anteriores viajes de que partió paru las Indias cn!ii inme.
descubrimiento, á la. fama adquirida diatamente despues de haber firmado
por él como valiente,-seria fácil hacer los tratados con el rey,- llegando á la
un contrato ventajo~o con ol Gobiorno E~ pa.ñolu. pocos dia'll tíntes de h s fiestas
e•pañol. que hemos mencionado y en donde se
Prol>úsole y a.ccpt6 Juan de la Cofia manifestó tan alegre, galante y cor.
la mis1on de ir ¡¡ E;paiía á n rreglar el tesuno. ¡
negocio en la Corte. Di61e una carta Juan de la Cosa tardó algunos dia.s
para su antiguo prol~:~ctor el Obispo de má!> en Cádiz, y sólo alcanzó á fletar
Bú1•gos, y carta blauca para hacet· el tres navío.; no ruás, y é~;tos no muy bien
tratado mtís ventajoso po~ible, seguro , provistos, llevando 200 hombres de
de ser bien aceptado por él, pues tenia tropa, con lo cual llegó á Haití algu.
en su amigo una confianza ilimita.cln. nas> semanas del;pues de N icuesa, como
Efectivamente, Juau de la. Cosa arre. lo veremos más adelunt'e.
gló en breves días el contrato con el
rey don Fernaudo que recordaba. lo
que sabia de Jas proezas de Ojeda.
Pero sucedió que miéntras se pouian
en limpio los documentos para firmar.
los, se presentó en 1\la.drid otro preten.
diente mucho mús rico, más poderoso
y bajo los auspicios de grandes protec.
cienes cortesanas,- ademas ofrecí¡¡. roa.
III
Habíanse terminado las fiestas de
que hemos hablado ántes, pero aún
quedaban rezagos de alegría. y pereza.
para volver al trabajo y á los oficios
de la vida diaria,- como siempre su.
cede cuando se ha pasado a.lgun tiempo
en la ocupacion de divertiree y en el
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REVISTA QUINCENAL. 273
olvido ele los negocios sérios. Así aún -Dejaos de disputas inútiles Piza.
procuraban los jóvenes y los ociosos rro, y vos tambieo, Cortés. ~;ed pruden. l reunirse cuando podían para bailar, te con un homi.Jre gue pierde,- dijo
jugar y beber, aunque la plata, ó mús l Alonso de Ojecla, - pues uien veis que
1 bien el oro, escaseaba ya porque los ga. el mal humor del uno viene de su
nanciosos trataban de ocultarse y go. snerte adversa, como la mia,-y las
zar de la fortuna en secreto, temiendo amables chauzonetas de Hernan de
que los despo~esionasen de ella. que ha ganado.
Una noche de aquellas se habían --¡Qué me importa ganar eso mi!ie-reuuido
seis hombres de la clnse de rabie pnffado de oro! exclatn6 el man.
aventureros ostentosos, todos ellos ga. cebo con altanería, tirando sobre la.
llardos, galantes y llenos de vida y es. mesa con desden sus ganancias, y reti.
peranzas en lo porvenir. Veíanse reu· rándose.
nidos en torno de una mesa. e u que ¡¡ 1 En ese momento se presentó en lt\
la. luz de varios can·:Jiles jugahan con estancia el astrólogo, lo que cambió el
naipe.'! y con dados, disputándose y giro del pensamiento de todos los ju.
chauceándose alegremeate, perdiendo gadores, que suspendieron el juego
y ganando puñados de oro, con aquella para interpelarlo.
indiferencia por lo uno y por lo otro, -Ea! miser Codro! exclamó otro de
que nace del espíritu aventurero del los j6venes llamado Vasco Núñez de
car:~cter espa.ñoll igual en todas épocas. Balboa,- que se pasa. la noche, y nos
-Mucho tarda el astrólogo! dijo dejnis a.guardanuo 1
uno de los jugadores, mirando hácia el -Señor astrólogo, dijo otro, i. aca.
patio interior de la casa, en el cual se bareis vuestras cuentas ántes de que
veía pa!!ar y repasar, á la luz de la luna, se acabe nue«tra paciencia?
un bulto negro de anchos ropajes, que -Hace tres horas que estamos aquí,
15e paseaba lentamente mirando las es. excla.m6 Ojeda, y tres horas hlí que no
trallas. dejo de perder ..... mi longaminidad y
-Juro á Dios l respondi6 otro, que mi dinero.
si Misar Cod_ro me p~edice algo malo, -No os impacienteis, señores, rel!yo
me sabr~ vengar de la suerte con pondi6 el astr6logo- acercándose ú una
usura. mesa retirada y haciendo unas rayas
. -~o digais despr~p6sitos, Francisco s?bre una tab~a neg~a co~ un pedazo de
Ptzarro, repuso un J6ven de poco rnás tiza,- no os tmpactentets, que dama.
de veinte años, natural de Extrema. ¡;iado pronto conocereis vuestra suerte.
dura, y pariente suyo, á quien llamaban Esto lo dijo el astr6logo ita.liuno con
Heroon Cortés. voz tan hueca y solemne que caus6 la
-Por qué han de ser desprop6sitos? mayor hilaridad entre los aturdidos
-Porque en medio de toda esa fa. jóvenes, que tal vez procuraban de
chenda. y afectacion de incredulidad, aquel modo ocultar la verdadera. apre.
los h?rÓScopos de los brujos os hacen honsion supersticiosa, qne era natural
rnás impresion que á todos los demas. en los tiempos en que vivian. Dije
-Yo tal, Hernan, gritó el otro con que todos ¡;e rieron, pero me equivo.
aceqto colérico, y os eqnivocais medio qué, porque uno de ellos, que había.
á medio 1 ..... Dari~;~. mi alma al diablo guardado silencio durante la anterior
si...... escena., no s6lo no se rió sino que miró á
-Por qué tan energúmeno, Francis. sus compañeros con marcado ditto de chanzas. Almagro, y era. soldado aventurero, sin
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r;- ---=-~-==-~ ..::::_-_-.:: :_=-.- -
l 1 27 4 L A 1\1 U J E R .
- ¡
familia ni hogar, como Pizarro, aun. tendreis grandísima f:~.ma ......... pero
que violento en sus pasioneN era muy tambien será llleñalada con sangre, con
querido de cunntoR le trata.bau, por su crímenes y grandes desgracias.
carácter natural roen te condesccndien. -¡Tendré gloria y riquezas~
te y su buen corazon; sus inferiores y --8í, ilimitadas ....
subalternos lo adoraban por su gene. -¡ Llbgaré á avanzada edad~
rosidad y buenas acciones para. con -Morireis asesinado por un parien·
ellos. te que vengará en vos la. saugre de
Al cabo de un rato el nstr6logo se vuestro mejor amigo .... pues ley es de
adelantó hácia el grupo de jugadores, la naturale?..a. que la crueldad se paga
y dijo con el acento suave de su idio. con crueldad, y la perfidia con la pet.
ma y con voz triste y grave : fidia.
-Ya estoy iisto, caballeros, decid me Conmovido, ti pe~ar de su natural
cada uno de vosotros qué desea que le audacia, con las palabras del italiano,
prediga. 1 Pi1.arro no se atrevió á preguntar otra
-Esas tenemos! exclam6 impetuo. cosa, y dando un paso atras se fué á
samente Hernan Cortés, -lo que de. unir á Almagro, que continuaba reti.
seamos que nos predigais ¡por Baco l rado en el rincon mús oscuro de la es.
(como dí ces vos), es nuestra futura suer. ta.ucia..
te, la que ha de estar repleta de gloria, -Puesto que les habei!i profetizado
dinero y felicidad! tanta gloáo. á Pizarro y á Cortés, que
-Felicidad! repuso misar Codro,- ahora uo mús empiezau su carrera de
vos Hernan Cortés la obtendreis algu. aventureros, dijo Alonso de O jeda, i qué
nas veces h los ojos del mundo .... pero di reís de m~ que estoy hecho ú couquis.
dudo •¡ue en vuestro corazon la ballcis ta.s y tí guerras 1
jama'!. -A vos! exclam6 el astrólogo, mi.
-Eso va de mi cuenta .... ¿y obten. rándole con atencion, vuestra suerte
dré riquezas? está embrollada, y uo be podido leer
-Muchas; inmeusa.s! claramente en ella ... Así, sólo diré que
-¡Y gloria l la Virgen os protege ... pero os advierto
-Grande, estupenda, os inmorta.li. l que os guardeis del veneno de las fle.
zareis, pero.... cbas de los indios y sobre todo del
-Pero t qué 1 ·hambre.
-Pero esa gloria será manchada. con -Vos tambien ! exclnm6 O jeda. Ec;o
sangre inocente y con perfidias ..... y ya me lo han dicho líntes, pero no temo
sombreada por amargos desengañoa. la muerte; lo que quiero 1iaber ahora
-¡Vive Dios! Con tal de que gane es si obtendré gloria, y lo demas uo
gloria y fama en el mundo, lo que venga ! me importa, ni me fijo en otra cosa.
desp~e!J me importa poc? ... 1 Decidme, 1 N o espero_ te~er dicha alguna: en est~
añad16 el futuro conqmstador de Mé.
1
mundo, anad16 con acento tnste,- DI
jico, viviré muchos affos 1 la quiero ni la bnsco : pero tengo sed
-Morireis no muy viejo; casi en la de gloria y do fama:
miseria,- á pesar del esplendor de -Pobre j6ven, pobre joven!. .... no
vuestra fortm1a,- calumniado, triste y he visto lo que deseais en vuestro ho.
colmado de sinsabores. r6scopo, -contestó el astrólogo.
-Explicad me.... -¡Vive Dios l exclam6 el impetuoso
-Baata,- respondi6 ásperamente el Ojeda. Sois en verdad, miser Codro,
astr6logo, no puedo deciros más. asaz injusto, t por qué preferís ú los
Y volviéndose ú Franci!lco Pizarro
1
otros1 1
repuso : -Yo preferir ! ...... Ah ! mozo igno.
-Vuestra suerte, caballero, serú mute y vano, i acaso porque leo eo las~
tambien brillante, vuef>tro nombre l.lará 1 estrellas puedo influir en sus fallos ~
eco eu estas Indias, y en Eutopa ob. Ojeda no contest6 sino que se apart6
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REVISTA QUINCEN 275
harto mohíno, en tanto que ~dela.ntán. -¿En uun
dose Nicuesa dijo con cierta indiferen. boa.
pregunt6 Bal.
cía, que sin duda no sen tia : -Si,- veni acá; repuso el astró.
-Ahora t6came á mí, DJiser Codro, loge á
iracundo tlcento al notar la sonrisa con en el pinácul
que le miraba Ojeda, su rival siempre peranza.s de
basta e u la mala. fortuna. i Con que gran riesgo qu
distribuísteü; toda. la gloria. de que dis. evitar.
pouílli~ entre Pizarro y Cortés, y nada -¡Qué rie go será aq-qél? i C6mo
ha quedado para mí1 evitarlo 1
-Para uosotro1>, a.ñadi6 Ojeda., pue!l -Desconfia. do do la.s palabras de
bien habeis visto lo mal que he sirJo falsos amigos lo evitareis.
tratado por el señor astrólogo. -i Qué m sucederá si olvido ese
-Ea, miserCodro! exclam6 Nicuesa, consejo?
despachad! Y no esteis pensando que -:Morireis
tomo vuestras predicciones, pues basta -¡Traidor
ahora. no he couocido el miedo ni de -No digo
las cosas de este mundo ni lns del otro. dirán.
mo traidor.
o! Vive Dios!
ue lo serás, sino que lo
-Contentaos cou saber, don Diego Todos calla. n durante algunos mo.
no pregunta. nada don
gro 1 dijo el astr6logo,
:ste, que permanecía lé.
de Nicuesa., que no debeis emptender rueotos.
ninguna expedicion bajo la sefial de la -i Por qu
espada : si nsí lo biciéreis, vue~;tra suer- Diego de Al
te será ruús negra que la de todos lotot volviéndose á
que estún aquí, y vuestro fiu quedará jos de los de
en misterio para el mundo. -Aguarda q\16 acRbárais con los
-Misterioso estais: expli~dme qué ID6.s impacie es primero, respondi6
es eso del signo de la espada y en d6n- adelantándose el iuterpelado. .Ahora
de ls. veré. decla.radme horóscopo, si ú bien lo
-La verei'l en el cielo. preferiría que onda. me
-t Y qué debo hacer pa.rn evitar mi e ser desagradable.
suerte? uerte, Diego de Alma.
-Quedaros en tierra. ~ro, será bril nte, ganareis caudales
-i Y si mi honor me lo irupide? 10mensos y g n famtl y poderío.
-Yo no sé si u o eso : que vereis en -Me colo: · s, sefíor a.str6logo ! res.
el cielo una e.Jpacla suspendida sobre pondi6 el sold do aventurero mirando
vuestra cabeza., así como V asco N t'ífíez en torno su y con aire triunfante, y
de Ba.lbotl. tiene su vida. fincada. en una ¡ por cierto qu no e'lperaba tanto favor
estrella. de la fortuna
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2i6 I,A ;yuJER.
-Pero .. .. repuso el italiano. 1 cues& o~tentnba en la bahía. Aquel
-Ah! siemp1e bn.bfaiR de acabar por f;entimiento Je OO\'idia y crnulacion
un perol iutern;,mpió Almagro,- con. fué creciendo en el corazou de nuestro
tinund.... impre.«ionablc héroe hasta el punto de
-Pero á pesar de todo no podreis que la vista de Nicuesn. le era. insopor.
evitn.r una muerte alevo~a. y diré como table; y cuando so veía en la necesi.
á Pizarro: desconfiad del pa.rioote más dad de e$tar á su lado buscaba. siempre
ccrl;ano del que sea vuestro mejor ami. nlgun pretexto paro. refiir con él, -si o
go,-quien os quitará lavida,-nuoque poderlo cono;eguir nunca, porque Ni.
no podrá Lorrar la glorio. que adqu¡.j cue!'.t, educado en la corte, era. tan ce.
rireis. remonioso y culto en sus modale11 y
A pe~ar de la tingida mofa con que lenguaje, que era imposible di~putar
nquellos aturdidos n\"entureros recibie. , con él sin manifestar un propó:;ito de.
ron las predicciones de loe; hados invo. liberado de ofenderle.
cado!! por el astrólogo, C'lda uno guar. Juan de la Cosa, quo notó aquella
dó el recuerdo de ellns, y afiadirémos debilidad en el flnirno de ~;u amigo y
que lo más extraño e!l que todas se cofrade, se esforza.ha. en volverle á la
cumplieron con ruás ó méno, exnctitucl razon y le arrancó ll\ promesa de hacer
en los subsiguientes año!!. A~í Jfanan todo esfuerzo pa.rn. evitar molestias,
Corté8 conqui~tó el imperio de .\It~jico, miéntras qne concluían los preparati.
y dcspue!< de una vida, al parecer bri. vos necesarios tíntes de embarcarse de.
llanto, murió en España olvidado ror fioitivnmeate eu busca de las tierras
la corte y humillado por los fn>oritoR que habían de colonizar.
del Emperador Cárlos V. Pizm'To y -A.migo Juan, dijo Ojerla. un dia,
A~mav1·o, quienes en't6nces npéons se entrando repentinamente á la posada
conoculn, despues se unieron para. ha. del piloto,-vengo á pediros un servi.
cen;e dueños del Perú, y úmhos murie. cío muy importante.
ron 6 manos de los partidarios y pn. -Bien snbei!ll, Alonso,- contest6 el
rient~s del otro. BalOOa, el descuhri. otro tomándole la mano con cariño,dor
del mar del Sur, pereció por ha. que cuanw tengo lo he puesto á vues.
berse confiado á un pérfido, ~nvidioso trn disposicioo, -n.~i', no me ba quedado
de su gloria ó hidalguía . .~.Yic'UfRa, de~. un maravedí que pneda. llamar 1nio
pues de pac;ar muchos trabajos, r;j n ob. «Íno nuestro. i Qué deseai&, )IUes, que
tener (ama ni gloril\, desnpnreció en el hn~ yo t
mar cou sus compañero~. ~ea conocerla tendrá ~ue Re. contestó al fin.
guirooc; en el desarrollo de oue~tta hi&- -Cinco mil ca~>tolln.nos : .... excla.m6
toria.. Juan de la Cosa, cinco mil castellanos!
IV repitió ¿ estais en vne!!tra rnzoo, O jeda.?
-Pcosaiq, repu~;o ú.te, que el Bachi.
A ios pocos días de aquella escena con ller Enciso me los facilitarie. l •
el a<;tr6lo~ro, llegó ni P•lcrto de Santo
Domingo Juan de la Co!'n con su B.o.
tilln, mal tripulada y peor a provi~io.
onda. Grande fué la humillacion y de.
¡,agrado de O jeda cuando not6 la tri!> te
figura que hacían lns tres carabelas pe.
queñns que babia llevado Juan de la
Cosa pn.rn la expedicion, al iado de los
sei)j soberbios navíos que su riva.l Ni.
* )f:lrtin FemÁ~dol'. de Enciso, abopdo,
había ganatfo en I!U profet~ion UM corta suma
qno puso a la dieposcion do O jeda, para comprar
el armamento do nn navío que adquirieron
loe npedicionarios, en el que había
de embarcal'8e despuee el bachiller, llevendo
á la naciente colonia mayores provisiones y
armnmento. O jeda lo ofreció ademaR de una
parto en las gannncias, hcerlo Alcalde Mayor
en la proyectada colonia.
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REVISTA QUINCENAL. 277
-Ni él, ni nadie en la. Española, ble realizar un proyecto tan descabe.
contestó el piloto, pre<>ta.ria tan crecida lindo como el de reunir esa gran suma.
~>uma. Ademas, t-1 Bachiller tiene ya Sabiéndolo él fué que, para evitar
gastado todo su haber en el armamento, vuestra iLJcurable manía de reñir, segu.
y aún dudo que jamas haya reunido ramente iovent6 el tan singular tro.
tamaña. Auma. piezo.
-¡ Será posible, exclam6 Ojeda con -Es decir, exclam6 Ojeda., que por
ímpetu, que pase yo por la. humillacion falta de unos puñados de oro me veré
de confesar que no soy capaz de reunir en la necesidad de no llevar á cabo el
uua suma como aquélla 1 ardiente deseo de ....
-No adivino, Oapitan, respondió -De vengaros en el hidalgo Nicue.
Juan de la Cosa con seriedad, para qué sa de una ofensa imaginaria! dijo el
podreis necesitar una. suma tan crecida piloto interrumpiéndole. No, querido
de dinero, cuando ya tenemos hechos Alonso, desconozco en este asunto vues.
todos los gastos para la expedicion, y tra caballerosidad, y hay más nobleza
en hreves dias nos darémos á la vela. muchas veces en abstenerse de reñir
Y como Ojeda no contestára sino que que en acometer con denuedo. Ademns,
continuaba como arrobado en una do. os aseguro que estas disputas acerca de
lorofla meditacion, el buen anciano re. los límites se pueden zanjar ~>in difi.
pmo : cultad ...
-i Por ventura, Alonso, ha beis fal. -No, no! exclamó Ojeda, yo no
tado á vuestra palabra y habei~ vuelto puedo echar pié atrns ! Mi reconcilia.
á jugar? cion con Nicuesa es imposible!
-Yo o o falto jamas á mi palabra, -i Creeis en mi amistad, Alonso?...
Juan de la Cosa, exclam6 el otro fijan. en mi cariño, en mi deseo de que con.
do su mirada. con viveza en su com. quisteis fama y gloria?
pañero. --Seria un ingrato si no confiara en
-Entónces, ¿para qué necesitais esa 1 vos, J uau de la Cosa !
suma 1 -Eut6nces entregad me vuestro ho.
-He desafiado á Nicuc~a á singular nor, dadme permiso para arreglar, sin
cornhate ! que sufra vuestra reputacion en lo
-¡Vos! Y por qué? mínimo, estos asuntos, pues temo que
-Bien sabeis que no podemos ave. vuestros locos ímpetus nos pongan en
nirnoP acerca de los lí1nite.~ de uues. ridículo en Santo Domingo, y sean al
tras respectivas eoc:omicndas, y como 1 fin causantes de nuestra ruina.
don Diego es m{lS p!lrlauchin que yo, Al principio Ojeda se manifest6 re.
11ietnpre me vence en parla, aunque hacio, y no quería ceder en nada de
dudo que suceda igual con la e~pada sus locas pretensiones, pero al fin, coru.
en la mano. prendiendo la verdad de las palabrns
-Repito, respondió de la Cosa, que de ~ou veterano amigo, convino en que
yo considerahn todo e~o concluido, y era fácil arreglar aqttellns desaveoen.
aún así no atino para qu<( necesitnis 1 cías. Juan de la Cosa fué para Ojeda
eso::~ cinco mil castellanos. no súlo un au1igo abnegado y sincero,
-Os lo diró. Esta mañana vohí ú sino que se erigi6 en su consejero, y
mandarle desafiar, y él ha aceptndo, l cor1 frecuencia ejercía en el ánimo
pero con la condiciou de que uno y ardiente y violento de Alonso una
otro depositemos en manos del Alcalde influencia provecho~a, moderando sus
Mayor de esta. ciudad cinco mil caste. arranques e impidiéndole cometer a.c.
llanos de oro, con el objeto de que el tos peligrosos para él y para los demas.
vencedor saque alguna ventaja de la Sin dificultad logr6 Juan de la Cosa
rifia, que él califica de innecesaria. su deseo, y resolvi6se que el límite de
-En lo quQ tiene razoo Nicue.c;a,- las mútuas gobernaciones seria el rio
repuso el piloto. Ademas, será imposi. Darien, y que la isla de Jamaica, que
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TOllO ll.
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278 LA
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les babia sefia.lado el rey comoindivi~a grnr el ewbr.que de su gente
para sacar de ella las provisiones uece. omhres) con caballos y arma.
saria<~, lie consideraría adjudicada en mento y que zarpara la flota, quedán.
partes iguales para que no hubiese dose é en tierra en manqs de los algun.
di~putas. cile11, ue cobrahao por lo pronto 500
Sin embargo, cuando el virey tuvo ducad s en nombre del acreedor mús
noticia de aquellos arreglo11, reclamó la aprena ante.
isla de Jamaica como perteneciente á Aro nazábanlecon meterle en lacár.
su gohernacion, y mand6 en el acto al cel y acer frAcasar la expedicion por
Ca.pitan Juan de Esquibel para que en ter sin qno Nicuesa. tuviera á quién
permaneciel'e en Jnmaica con f!etenta apela cuando Re present6 eu el juz.
hombres de n.rma~>, y 6rden de impedir gado n notan o público, que habie:udo
tí todo trance el de~;ernbarque de las oído lJtnr de la apretada situacion
gente'l de Ojeda 6 de Nicneba. de aq el interesante j6ven, á quien,
Eotretauto habíanFe concluido Jos es 1er ad, s61o conocía de vif'ta, quiso
prepn.rntivos de viaje. EllO de No. pagar por él la sn111a que le pero quil'o la ~;uerte que una ligera in. tiempo corrió al puerto: I!O em.
disposicion ¡:;e lo impidiera. Afortn. n el primer bote que ball6 á
nado fué Corté~ con este contratiempo, temeroso de qnc le dieran al.·an.
pues si hubiera acompafindo iÍ nuestro ce su demas acreedores), y en b~eve
héroe en e~ta experlicion, probable. lleg6 Ml flota, que le agn!lrdaba 1¡ la
mente Sil vida no hubiera tomado e\ f'alida de la había, dando IHl ni1Ímo
giro que le llev6 á ser conquistador de! adioR legremente á una.<~ playas redijo un ~:ahio attr6.
había ga.c;tado en lujo y boato todo el loro ue si emprendía viaje baj> Ru
dinero 11acado de Esp11ña, y por con~i. , inflnj , sin remedio me perdería; )ero
guiente contraído deudas de conside. yo co 'ío m(LS en Dios Nuestro Stñor,
racion entre los prestAmistas de la que e las predicciones de sus cr~tu.
Espnfi'ola. De hecho sus acreedores le ' ras y n el influjo bueno 6 malo <.e lo
notificaron que de ninguna manera le que hizo.
permitirían embarcarse,11i ántes no Ra. . . ')
¡ t1.s f.a c1. a &Wl acreenct.a s, cosa para él dt'- nu.ara .
I fícil, 6 más bien imposible. Tuvo, pues, "Viajes de ¡08 compaiien1 de
¡_~•e-~udir á mil mnftas y estratagemas---ti - por W. Irvin,q.
S. A. DE S .
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REVISTA QUINCENAL. 279
A LA VÍRGEN DE LAS MERCEDES.
SAAL'VR por siempre, celestial Señora,
Mas lu.
garos en donde ella pueda ser vitsta y
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280 LA MUJER.
mente, al mil:mo tiempo que la ador. bellecerla.. i Vos a.rriesgais, pues, el
nais en el exterior, le enseñareis, en verla. idólatra. de su cuerpo y de su
lo que dependa de vos, todos los re. belleza? porque ella. es bella efectivacursos
del talento, de la palabra y mente, y si no lo fuese, formaríais,
ann del cora.zon, para que pueda atraer ó al ménos alimentaríais e u ella una
más poderosamente á los admiradores; ilusion cruel que la baria ridícula á
6 eu otros términos, vais ñ inspirarle el los ojos del mundo y le prepararíais
gusto, tal vez la pasion de\ tocador, y mucho~ disguntos y pesadumbre<;.
lo que es peor todavía, e\ arte de la i Sa.beis, señora, á dónde conducen
coquetería. Y o sé muy bien que en el el gusto desenfrenado de los afeites,
mundo esto no preocupa., que todo se el esmero inmoderado del tocador y la
hace como si fuera muy natural, y sin ambicion de estar mejor puesta que lM
que se critique siquiera ta.\ cosa. Este dema.R? Al principio lleva á una necia
es un hábito adquirido ya, una vía que admiracion de sí misma., á uua tonta.
parece indispensable, uuR.cosa.recibida preocupacion de su persona en lo que
y que no sorprende. El uso y la mo- tiene ella de más superficial, que no ~;e
da ciegan la. conciencia 6 la hacen ca. ocupa ya sino de su cuerpo, y de aque.
llar, y las mujeres que 'Practican mejor, llo que sirve para adornarlo, bacienet<
decir, con mejor éxito este lnanejo, do de él unn. especie de ídolo á quien
pasan por las más ta.leotosas, y liobre adora y á quien quisiera que todos ríotodo,
por \as mejores madres. diesen homenaje. Esta preocupacion
Ahora, comparad lo que vais á em- iucesn.nte de la. belleza del cuerpo
prender bajo este respecto, con lo obra en detrimento del espíritu y del
que babeis hecho basta el presente, corazon. Una mujer que no piensa sino
de una. manera. tan loable para l>rc,;er- en su vestido, y que ama. los adornos
var ~ vuestra. bija. de estos defectos é sobre todo, no tiene talento sino en los
inspirarlo, a.l contrario, el gusto por la. sentidos, ni corazon sino en la. cabeza.
sencillez y \a honestidad. Vais á hacer Luego con la ruina del al m a y de la
todo lo contrario de lo que babeis he- inteligencia, viene la. de la fortuna.
cho basta. hoy. y vuestras nuevas reco- Hoy, sobre todo, los vestidos de las
mondaciones tenderán ñ destruir las mujeres, por las proporciones exageraantiguas.
Antes de presentar ú vuestra das que l1a. tomado, y el lujo acce~orio
hija en e\ mundo le decíais : "Nada ! de que ollas se cargan, e~ horriblemente
conviene m:í'l á una j6veu como un toca. di~ una palinodia do ella, sobre todo cuando la voz de su
completa.. N o es de temer que el se. ma.Jre parece empujarla allO Las j6-
gundo método convenga mejor á la j6- venes, por sí mismas, tienen ya bastanven
que el primero, y que, con las i ns- te inclina.cion á adornarse, á aderezarse,
pi raciones y los consejos de su madre, y se necesita poca co~a para apasionn.rno
adquiera pronto un gusto dema.sia- las bajo este respecto.
do vivo y una propension por )os ador-j Peto no es esto todo. Al entrar en
nos y por todo lo que sirva. para em- el mundo, eJia. desciende á una especie
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' ¡
¡,,
1 ••
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REVISTA QUINCENAL. 281
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de arena en donde encontrará por con- hrá asalto en los medioR de ngradar;
curren tes, por rivCi.les, si no por ene- por consiguiente, ll"alto en loR ador~o:;
migac;, á todas aquellas que han apare. y recursos de la coquetería, lucha.~ Incido
allí, ántes que ella,-ó que llegn.n ce~antes, y se emplearán todas las aral
mismo tiempo; la!) cuales evideoto- mas conocitiM en es.tos ca~;os par~ venmente
vienen á buscar la misma cosa., Ct!r. Habrá victonas y defecc1ones,
tienden al mismo objeto, y quieren ob- triunfos y doloreq, c6lera.c; y despechos,
tener el mil!LOO premio 6 uno semejan. envidias, celos, resentimientos, vente.
Todas, en una palabra, y para ha- gaoza.~, . y todas las pasioncillas que
blar francamente, solicitan un marido, aquello produce, y todo, porque una es
l y se esfuerzan eu ~;er agradables para 1 más hermosa., más rodeada y más notaencontrarlo
y ganarlo; así es que ha- ble que otn~ l
GALERÍA DE MUJERES VIRTUOSAS
Y NOTABLES.
( CO~J.'INUACION) .
PARTE TERCERA.
MUJERES BIENHECifORAS DE LA SOCIEDAD.
VI
dios religiosos, manifestando deseos ~e
hacerse monja, ú pesar de ~ue sen~1a
que más la convenía uno. vtda act~va
y no contemplativa. La. Revoluc1on
MUntRES UlSIONER.\!i, impidió llevar á cabo liUS proyecto~,
• HAY varios modos de ser misionera: puesto que se dispersaron las comumpuede
serlo una persona. entre salvajes dades y se cerraron los conventos. Ha.
6 en las ciudades demasiado populosas- bieudo perdido ú sn madre en 1793,
en que la corrupcion de las costumbres Felipa fué n vivir en Orenoble con una
ha hecho olvidar el cristianismo, - y monja. exclaustrada, y cutre la~< dos se
en los dit.tritos alejados del centro de dedicaron á socorrer 6 lo~ pre5os políla
civilizac~on , y á donde n~ llega sino ticos, ayudar en S\~ miuiste~i? á los
moy amorttguada lo. doctrtno. del Sal- sacerdotes (e¡ u e tentan que n vu oculvador.
to~) . y enseñar la doctrina ú los I_~iños
A todas t~es clases de misionerl\ll dol pueblo, que crecían en nt~d10 .de
pertenece el 10teresante tipo de mujer aquellas e'icena.s do sangre, y s1n DIOque
vamos á presentar hoy á nuestras guua. enseñanza religiosa. S'! ,·a.lor _ú.
lector~. toda pruebo., su persev~rancu~ y act.1-
Nnc1da madama Duchesne en vísperas vidad eran incansables. E~ta extstencu~o
de la Re,·olucion francesa, en Grenoble dur6 hasta 1801, cuando, merced á la
su fatnilia bacía parte de la clase ta~ cooperacion de sus parientes ricos, rerespetable
de fabricantes y abogados construy6 el convento de la Visitacion,
que han tenido siempre grande influen- donde se htlbia educado. E~ta tarea fué
cia en la política, y formaban la clase úrdua, porque con dificultad lograba
media, 6 tiers Etát, que tanto papel reunir á las u1onjas dispersa~> en difehizo
en la Revolucion. rentes partes de :b'rancia, y aun en paí-
. Felipa-Rolla Duchesne desde mu;r ses extranjeros. Al fin acogi6 ~on gusto
ntña manifest6 un carácter sério dec1- la idea de reunir la comunidad de la
d!do y perseverante; Nu.nca pudo de. Visitacion con la Sociedad recien fun.
d1carse á los estudtoa hgeros y á las dada en Amiens por madama Barat.
artes de adorno, y apénas lleg6 á tener En las reglas de la Sociedad del Co1'8ouna
opinion propia., se dedic6 á esttt- zon de Jesus la madre Duchesne en·
\
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LA MUJER.
j cootr6 todo lo que había ansiado siem. era un granero de tabla$, casi en
1 pre, puesto que en ellos se combina el r•linal', en domle viviau el ~hispo y
espíritu evangélico y la religion, con cinco sacerdotes, más como mendigos
l
. la actividad que demanda. la enseñanz•L qne como lo demandaba su categoría. ¡de la juventud de toda!! las clases de la El pobre Obispo tenia n veces que
sociedtul. l alhergar en ,;u dormitorio á loll cerdos,
1 Sin ernbn.rgo, la Madre Ducbesnc y estaba tan pohre, dice la Madre 1
~ 1 encontraha que no era suficiente para Ducbesne, que uo teuia con qué pagar ¡
1 su actividad y de;;eo de hn.cer el bien el pasaje en el bote que atravesaba el
1 1 aquella. mision comparativamente fácil, río, ¡do~ céutimos! Pero aun aquel
de enseñar á las clases civilizada<> de lugar era. demasiado civilizado para las
Francia: quería abandonar !as como. mi~;ioneras, y se fueron á eRtal,lecer en
dirlade!! y la cultura para irse ú algnn un pohlachou,eo las orillas del Missouri,
país salvaje, en donde purliem cooquis. lhLmado San CárloH. Eu la miserable
tar alllla del Corazou de Jesus á bacht~. Como ellas teuian que hacerlo
fundar nn convento. todo, desde cocinar, cuidar de las se.
Al fin, el 21 de Marzo de 1818 la mentoras y atendar á su¡¡ deberes de
Madre Duchesue, cou tres 6 cuatro roaegtras, viviau ptL.sando y repasando
compañerM, se hicieron á la vela desde por un pa.tio en donde el frío era in.
Bordea.ux. A su llegada. á Nueva Or. teuso. Atlemas, los '•es ti dos se habían
lean!! se fueron á a.lhergar en un con. acabado, aa( como el calzado, y presen.
vento de monjas Ursulinas. La corrup. taban, dice la Madre Duchesne, un
ciou en aquella ci~.:dad era espantosa. aspecto mi~>era.bilíbimo. Pero uada de
L~s mujeres de raza blanca no pensaban esto resfri6 su celo y constante buen
sino en ponerse joyas, en renegar, en humor, y todo lo haciA.n cantando y
fumar como soldados, ni tenían la me. &!abando á Dios. Al principio s6lo
1
nor nocion de lo que era una religion, po!;eÍa la comumdad no plato de lata,
ni de obedecer á cualqt1iera autoridad. en el cual coruian por turuos, y corno
En cuanto tí los miembros de la razn oo tenían con qué comprar mús, se
negra, é!\tos esta han m(LS salvajes que contentaban con su miseria.
cuando orrnban por los desiertos afri- j En tanto la. influencia moral sobre
caiJos. Pero su mision no era en Nueva ¡ las poblaciones adyacentes progresaba
Orleans Rino eu San Luis. Esta ciudad de una manera prorligiosa. Se aumen.
no contaba. entónces sino 1,000 almas. taron las discípulas que tecian recur.
El centro religioso de aquel distrito so¡¡ para pagar uua pension, y la escuela
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REVISTA QUINCENAL. 283
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gratil!l para lCl~ pobres era crecidísima tentí~:;ilna., cuando llegó el iuvierno y
ya. ena 1820. Ella.'l no ~>e contentahao con él un frío iuteoso. La. ninguna co.
con enseñar ¡Í la.¡ niña~: toda. mujer modidad de las habitaciones y los es.
blanc:a., negra ó inrlia, jóven ó vieja, casos alimentos (á veces no tenían más
que dieseaba. instruirse, hallaba amable alimento sino ahnyama~ úmca.menle),
acogio fundar quien era. muy dura semejante oxi!iteu.
otro establecimiento en San Landry, y cía á los 70 años; al-Í, al onho ~e un año, 1
en fleguida otro en Silo Miguel, en las pues, la obligaron los Padres Jesuitas
orilla::> del Missi~>sippí. Sin embargo, ú volver á Sau Cárlos. "Yo no puedo
aquel progreso em interrumpido cou pensar sino en mis indios," escribía ....
frecuf6ucia por la. fiebre amarilla, que ''Me parece que nl dejar á mÍR indios
llevalaasu terror :í tocfaslns pohlacioues, abandoné mi elemento natural," aña.
y desJ..>nes, desde 1830, el cólera produjo día.
el rni,c;mo efecto. Tuvo el gu~to de ver, ántes de su
L<~ Madre Duchesne trahajó sin ele~- muerte, ú los 84 afios de edad, e:;table.
can~o como Superiora de todos tlquellos cimieotol' del Sa.grado Corazon eu Nue.
estabtecimientoH basta 1840, cuando va. York, Moot real, Halifax, Ifiladelfia,
logr6 r¡ue otra tomara el gobierno de Búfalo, De ~roit, Saudrich y .A.Jhany.
ellos para realizar el de~>eo que bahía Muri6 eu Noviembre de 1852, dc"pues
tenidu toda. HU vida: el de vil.i tar \as de haber pasado 34 años en América.
•uÍI;Íol:.les que tenian los Jesuitas entro Despues de su mue••te se han fundado
los indios serni!!alvajes qut~ viviau en estahlecirnieu tos e u toda la An.érica
el fondo de S\111 uosques. del Sur; en el Perú, Chile y Bolivia se
La .Madre DuchePne bnLia cumplido cuentan 5 conventos O\tl Sagrudo Corllseteuta
años cuando empreudió este zon. y por junto 31 casas de educacion.
viaje, cou tres hermauas y uu negro 1,200 wonja'i, más de :3,000 etlucaudas
fiel. Uucho:~ trabajos tu\'Íeroo que ~>U- ncomodadas, y de 4 IÍ 5,000 buérft\nas,
frir ciur11.nte el viaje, pero dict. y ocho á quienes se educa de balde.
milla, tintes de llegar al primer pueblo, i Los paclrec; de familia de Colombia
el de los Patta.watomis, 150 indio-.. es. no peusar:íu hacer el bien 1Í la Repú.
pléndtdamente vestidos cou plum~tjes, blica mandando traer ú alguuas de eo;.
salieror. íÍ recibirla.~;, á cauallo, en cor. tns misioneras eutrc uo~otros? Ojaltí se
celes ricament~ eujneztHJo¡;, lle\'ando fijen eu e¡;to. Sólo se oecele¡;uir aquí uua ca~a capaz y el dinero
ronlas IÍ IM ca~a,; de los .T!!suitas, ma. ¡;nficiente para. pagar el viaje á unas
nife¡;túudoles el mayor re'>peto, y alll tres 6 cuatro mouja~ del Sagrado Cora.
tuvierou que he~ar á toda..<; la!i mujeres, zou,y teodr,amos l'eguridad de que muy
y dar la mano á todo~ los hombres. que pronto esta Sociedad prosperaria entro
oran 700. El pueblo ¡;e llamaba. Boc¡ue. nosotros. Ella~;, adema.'!, OO!I traeriau
ron-de-Azú(·ar.
1
uuevos mét~dos do eu&eñanza. y luz á
.. Eu breve la;'! !llonja.s aprendieron el n.uest.ro<~ estaLI~cimientos de educR.
'
Id toma lo sul:ic1ente pata enseñar la 1 ClOD. Nada IIH~JOI' pa.rn. maestra que
doctrina, así, coml) la costura, el arte una francesa; eutre otras nail cunudos. cípulns, de tal manera que, rara vez,
Entretauto los J esui taa enseñaban los 1 "e verá l:!otre las educandas en los co. ¡
rudimentos de agricultura y otras cieo.
1
legios franceses esa pereza, ese deseo , l
cia!l útiles á loshombresdt~la. poblacioo. de no aprepder que se nota desgracia.
Progresaba. grandemeute la uueva co.] da.mente o otro nuestras niñll8 de la j
lonia, y la. Madre Duch:: osta.~ = _al~a ":i~d~1d. ~ 1
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28-! LA MUJER.
NecesitamoR, pue~. u o colegio del vemos á iniciar esta idea, ojalú que ella
Sagrado Cornzon en Bogot;Í. Nos atre. fructifique. S. A. DE S.
HECHOS CURIOSOS
}<;N I .u\.. CIENCIA ASTROXÓ~l.ICA,
( CO~CLUSIOX ).
VIII 1 ya no se verán de la. misma forma las
. . constelaciones. Pero para esto ~e nece.
EL sistema ~ideml <¡Uiere rlectr el sita qne pac;en mileR de millones de
espacio en que ruedan otros soJeq acom. , años dice Humboldt habluudo de la
pafiadoll e u su ~u rso por planeta..'!. Hay •
1
Cru; austral. .
pues, dos espec1es de luceros: los plan e. Entre aquella. enorme multitud de
taR, nuestros hermanos, Y las ~strellas soles los hay gemelo~, que giran en tor.
fijM, las cuales, como hemos d~cbo, S?n no el uno del otro, y los hay triple'!.
soles que fie hallan ~ mús 6 menos di~- Adem&s, cada uno de esos soles tiene
tancia de nucstru t1erra: La estrella un color diferente. Aún (\ la simple
mú'! cercana de nuestro s1stemn. plane. vista vemos que Sirio tiene una luz
tario e!! la llamad~ AJ,F.\, que perte. blanca, que Aldebarán y ott~!l poseen
nece ú la coMtel~~¡on del Centauro, Y rayos rojizos. Otras vemos, s1 la'! cxa.
11e eucueutm tnn lt•Jos, que su_luz ga.stn. miuawos cou cuidat.lo, que su:; rnyoló
tres aíl.os en llegar has.ta. uo~~otros. Ya son verdosos, azulo~o' y amnrillo~os.
sabemos que la luz vlaJn 11 mzon de i Ue d6nde proviene e11te fen6meno 1
77,000 leguas por ~egundo, i cuánta Unos dicen que consiste eu la !<Ítua.
di~tancia lt~~obrá, pne", entre aquel lu. sion mús 6 méno'! enc.'\ndecente de
cero y nosotro~ l Des pues del ,pln.net.a aquellos l'iOie11, de la. naturalez~ d~ sus
V éous, !a estrella que "?~os mas lum~- gases, &c. Sirio debe haber va nado
DO"-'\ en el cielo, es Smo. i. Y !iabels de color, puesto que los antiguo" do.
cuúuto tiempo hnco que part~eron ef. Tampoco pensamos que se vnelo más alH de los pianetas, más lé.
puede aprender cosa alguna. ~61o con jos que los sole~ del,¡istema sideral y
leerla.: para aprender es preciso estu. so fije siempre en Dros, el Creador de
diar. tanta.s maravillas.
Adema.s de comunicar á uue;trasl S. A. DE S.
lectoras superficialmente algunos he-1 F 1 N.
ANALES DE UN PASEO.
DIA TERCERO.
{CO!ol"'l'INU.\CION).
-Amor pasajero, eontiunó clioiendo ' -Y oulin fácil ea engnñnne! exolnmó
Máximo, que corre cl1·iesgo dll degenerar Adriana.
en antipatía, y del que no hablo pol'que -Como en todo lo humano, replicó
no lo conozoo, sino del profnndo y perdn- Máximo ; y en materia de sentimientos
rabie que siento por m;ted y }lnra el que os difícil zi veces distinguir lo real de lo
le pido asperam:a... imnginnJ·io. A este propó~ito les referiré
La voz de Máximo te•ubl.i nl pronnu- una fantástica histori" que servirá parn
ciar estas palabra~;; pero Alioin no oou- entretenerles miéntras regresamos ú la
testó, llino qne dl'tuvo su caballo, y diri- casa.
giéndo€e ti. .\drinna, qne liO babia quedado De comun acuerdo pnsiet·on los caballos
atras, dijo : á paso lento1 y )fáximo oomenzó así :
-Venga, Adrinnn, á di:.ontir con Mí•xi-mo,
qne ascgum que una. verdadera sim- LA VtOLETA.
pRtía es signo de amor ; yo no soy do este 1
parecer. .
-Ni afir1no ni niego, contestó Adria- Un fortísimo viento1 nuncio y conducna,
miéntras Máximo no defina lo que os tor de una terriblo tempestad que só
amor... aproximaba con aparato tenebro!Jo, tuvo
-" J.}l amor es un egoísmo entre dM," alarmados á loo hRbitl\ntes de Santa Marta
segun la frase tan oit&d4 do Madama de desde ln noobe aute1•ior ; y aunque al
Stael, dijo él. nclara.r el dia el tempoml parecía haberse
-Y la aimpatfa? alejado un tanto de ln costa, el sombrío
-Dos egolsmos amalgntnadi•!J. oortinajo de negras nubas permaneoia
-¿Pero no puede haber fnlsaa eimpa- amenazador en el hol'izoute.
tías así como hay amores falsos? pregun- Paquita se levantó aquella mañana con
tó Alicia. una impaciencia extruiia en ella, y una
-Ciertnr.nente, puesto que sostengo que desazon, nna tristez& íntima lo. perturbala
simpatía en su apogeo no es sino amor. ron el alma, saoi.ndola de sn habitual a pa-
Lo difícil, dijo Hauricio, eB desou- tía, qne era. en ella efecto de lo voluble
brir lo fwso do lo verdadero eu eai08 sen~ de las ideaa y pooa fuerza de volnotnd,
timiexri05. que le daban uu carácter ínnlterablo y
TO)IO !l.
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1
286 i
nmnao. St,JCedió qne habiéndola de.,pe•·-1 has que llora& así ? Ingrata ! Tal "·ez no 1
tado á media noche el eotrépito do unn te merecería yo Ingrimo~ tan tiet'llM! t
fuerte rtífaga de Titmt•l nl penetrar en ell Y al decir e~oto l!e alejó con dio>gu:-to. 1 !
tmoho baloon de su o.poséutu, y en donde Enjugóse Paquito. lO>. ojos y le dt-tnvo, l
tenin una Qolecoion de plantnl:l ¡·nrn11, so pO'!Jiénd•.le la mano sobre el brazo y di- 1
extremeoió y se lleuó de inquietud, pen-1 rigiéndole una mil'ndn, mimda irresistible
sando sin duda en el rier,:go que oorrinn que disipó al punto el mul humor del jó-
1
sus flores favoritas, sobre todo 1,1nn deli- ¡·von. Eutónces tomó llegremt.nte la mnno
oodtsimo. violeta que hnbio. logrndo ver que elln le ofrecía, 6 iban ,¡ entrar al sn- 1
arraigada y loznnn, h pesar de lo a•·doroso
1
Ion en que estabn reunida lu familia, 1
del clima. La mnñann anterior bnbia vi:.to cuando al volver lt111 ojos hticia la bahla, !
nbrir con intima ternura la primera flor, Paquita no~ó qne llegttba Ycloz, dejando
que, como una mnriposilla perfum!1dn, ca- ah'U'> 811 huella de buruo ea el aire y de
parcia 611 aroma en contorno. No hablaba e~puma en el ngna, 1111 bet'mObo vapor con
nunca do su predilecta planta, cuidndosl\- la bandera inglesa desplt•g11da. U u ángulo •
menta abrigada á la sombra con celosos del COITedor In babia impt:dido Yerlo ún-~
mimos; y cuando Teodom, su futuro es- te:> 1 ni percibirlo se conmovió, y dejando 1
poso, Re atrevía á tnnnifestarse envidio~o eotrnrl\ Teodoro, volvió nl hnlc:on, y aco-do
los cuidados que prodigaba tl la viole- dándose en ln barnudn, ~;ignió cou la vistn 1
ta, rocibin aqueHas pnlabn1~ con un nde- y con marcadí:simo interllll los movimieu-¡' 1
man tan grave que le oblignlA\ á callnr. tos del buque.
A pÓIIM le,·antada, salió nl bnlcon y l -Grncins ñ 11ios ! e).chunó r.on omo- j
tendió la visto.l)Ol' el mar que Fe divi~ulin cion contenida; pMÓ mi aprehensinn; ya
de:;de allí, y al ,·er las m1bos negras ti lolno huy cuidndu! Comprendo t¡ne er>tre 1
léjos y oir el ronco golpear de las olns· en rl y yo se acabó tamuiuu e~a t>xtraña 11im- 11
la playa, permaneció suspon~ nlgun<>l> patín quemo hncin sufrir, pne..to tpto ano- 1 ~
moMentos: y, como si le oostasP. un es- clíe me alnrrné $in m u ti vo. Oracil\::i ill>ios ! ¡
fnerzo, apnt1ó las mirados de aquel cspoc- Hoy ya mc considero libre y contenta! ...
táoolo y las fijó con distrnccion en 'arias\ Y dejando el bulcon, entró en el apo~
metlodoras que, desprendidns de la. partld, sento e u donde estubo reunida la familia, 1
yacían por el &uelo; mus no ~e movió y noeruándoso 1í su novio, le dijo al oído J
pnrn nl:r.nrlas, ~iuo Jlllrn correr búoir~ el con 1ma dnlcí~ima ~>onrilla:
sitio ¡¡ombrendo que guardaba su vi~>leta. -Te nnnucio IJIIO yn o:~t.oy dispuesta ú 11
Alllt>gt\l" aHí l'e delu\·o llena do nfliccion: que se nrrcglu llll&tru tnf\tt•imoxlio 11ara
la únicn tnza caidn y rota á i111pulso del <:uando quicms.
,·ieuto, e11\ su favori&a, Hl o.mncln violeto., 'J'codnt'() ll• (lOutempló e:~;ta:;iado, eou- 1
que hunehndn y marchita ~ll"'.t.tboo r.n11 t~tñndnle:
ro..tot. con los de la vorcelnna l~t't·hos vo- -Al fin, Paquita ruia! ¿Era cierto, pne.l;,
dnzos. La vobre niña exbnlV.. uua téuue lo que yo ueuin por cbnnzCI'O dolor••l'a exclamaoion, y .. e urrodílló violt-ta cucerroba cu realidad un euoan~-
para l"<'COI!,t!r nqnella 11rescntidn ruitJI\. ruiento mi<..terio!>o qnc te impedía amorro~?
1 -l>io:; mit•: decía, un nüo ha. durMlo... -Tal ve7 ••• cont<'!ohí ella,'! un ligero
un a.Jio no tolisl temblor ngit:. dll~t ltibios al tratar d~t son-1 1'
Y oou delicadeza la tomó ou llli! manos 1·eu· cou uiro ah:gro. No hables m:ís de
y la •e1ubró de nuev(} ~ ot1·n Wll; pero mi pobre violeta, 11.uadió: y~ wnrió; do- l
nl notar que no tenia vida ni hcum eana, jánwsla en paz. .... Ahora to doy licencia ¡4
SO !e llf¡mnron )os ojos do lágrima*. pnrn que vayas Ú liDUDCiUl' UlÍ tdtimatllm f
-Aal debia ser, añadió: ~tal dt.tbia ser. al consejo de familia.
-Te ooupai! eu JCQ&gel' los re:ik>e del Y al decir eeto corrió á enocrrane en 1
nauf111gio? pregun~ á esta linzot Teo- su estucia.
doro, que acababa de entrar al ool~u •in -
ser vi~>to, y towindolft de lM nl4W\III 1\Ü._
1
dió; haa llorado? p01· qué t , ,~
ll:lla 66 voh·ió in \"Oliii!W.I'i.amoolle báeia
la pLu~ta marchita J deooid1~.
1
-m '·e u daLnl des¡leduó-nul!O~ 16 "iol
lotl\, cont.innó 'l'oodora. ~ 'l':wll(l ln tuna-ll
1 ¡
Pttta eaa noche 10 diapuco la renion
de lo mt\s diatioguido de la sociedad de 1
Snntnmada en na blile, que no dejó de ser
muy concuni.do por haber 11ido improvi- 1
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l
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(
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~~:. CODÜDDÓ do ..... Jo aooh<, qDI- -J 0>= ,..¡¡,_;..,.)o ~DO -~n l tánd01108 la ,olnotad de retiramos;. o u es- espirita 001111) el de ulted.... tao nriable 1
trlll Of'marotes. Yo estsb& en pié 10b1·e -u.ted, l'llJnita, me aouaa de mudnble!
oabie~, separado de los otro~ compllñe- ¿ Mudable yo, a6a.di6, cuando u.ted dejó
rH, ~ando una ráfag" de viento y un perecer la plantita qae d11bia llerl'itle de
golpe de mar hicieron iuolinar el buque, recuerdo?
tanto que pordi el equilibrio y osi rodando -La violeta no murió 1)()r onlpa wia 1
huta el borde, del que ov pude &irme ademu, dijo ella con cierto airo de despeporqUla
ol golpe me dejó aturdido, d6 ma- oho, U!ltbd me babÜl dicho quo cuando me
nern qee resbalé }>Or enoilna y vi delante ol,idara yo lo Mhria ....
de mí el abismo de la.s olas rngieutcs qae -Hay 001a1 singulares ou la , ·ida ! re-me
salpioabin., .. plicó Rioardo, tomándole la numo para
-Señorita Paquita, á usted le tOOA bfti- bailar la galopa fiual. Y como ella gnarlar
l exclamó el que lo hacia frente; y la dara lileocio, pro.siguió un momento despobre
aiña hubo de moverse maquinal- pues:
mente, oon los ojo~ bajoe, y el oorazon -Pero oonfieao á nated franeameute
palpitáudole oon tal violencia que ngitaba que, lri ayer peDI&ba 01>0 profunda pena
loa eooajell 'l'!e la,cubrian el pecho. Cuan- que babria de verl~ por la últ.iau Tez, hoy
do reg-reeó a 811 pnesto Ricardo le hizo no me eauaa esto n1ngun dolor. Lo pasado
distt"&idamente la re"ereaoia del euo, sin fnd Wllneiio : sueño engañador que, necio
reparar en 811 emoeion. de mi, tonad por realidad. Deepnea de la
- Noe interrumpioroo onando •llted tempestad viene la oalma, añadió, ¿ crfMlrá
meaoi011aba h. peligroaa eituaoioD ea que uSted que ol peli¡ro inminente en que'me
ae vii,•¿ oayó al mar~ bailé, y el angotti&do grito de mi alma,
--Tal cn~í que iba á .. mi suerte ; maa pronunciando un nombre eo el momooto
JIOr fottupa c:aí sobre algo) tan duro qae snpn~mo, fué lo &uficiente para ouranue,
me de100ynnté, y mir,ndolo bien, vi que y curarme ndioalmente?
eran las banOM de nna lancha que, eegun Paquita, anmameote agit.aa, no pudo
' 18 ua, babian dej .. do pendiente del cOl- contestarle una palahra.
taclo del buque, y ~ bftllaba aufioiente- Cuando Hioardo la hnbo llevado 4 11n
· meDte baja para recibirme. Á 11( perrua. asiento, lB dijo al h&Dt&l'fl& á su lado, ántefl
atof iaonastatlo largo rato, ha1t.a que la de qne otru pci'60Daa Re acercaran ~ ..
llu-via quo recibia me hi2o ,ohlfl' en mf, -¿)le pei'Ulite uated decirla oigo que
4 tJ&!ilpo que, cillmado el ol•je, pude aúu Die qa.da por a6adir?
levautanr.e y reonperar la oubiena, en la - Bable uded.
qne 1'1 mo b'IIICilbAo alariu&doft mía oom- -Si, Paquita 1 a,-r llegaba JO lleno
~eñ)& ~& viaje. de deepeollo y dólor, pero ya p:u;ó ese
.,...-Á El& mmna ho~. dijo aomo laablaa- seotimieDto: olvid&r4, como usted, reouerao
ec.migo miSIQO P•qu!ta, af, Á tU mléma doe que loe dos DO QlÁíto &&heb'IOII cuálee
hon{nt~a ráfaga ~e viento de.troaó mis 1011, v qne doy por MpaJta.dos en el foodo
flor<;~ 1 dee~zn mi taíi pMdihllta. del iuar para eiernpre .... Había Algo de
.Bu;tj me lo decria el e"OJUOD. •wded u la vadioion du loa au\igaoa que
do Sjó la roiradD oou iDW. eon crefq !ue,Mk&Ddo Al mar dtiltdcs el monte
"1 eD Yfll t.ja y '6oii atouciort de tA1icad., se curCLMD de una paaion. ó
r lo pt'Cigtmtó: perecí&~~ . LIL nn1ert.e ea aag;.da, y el
-¿lq-cc) ai&ed qqe br*ra a)«'tlD& de CODtMipJarlá de oeroa D06 purifica y hace
tu ..a u Tu de Ylólela qae -ía • .,¡t§ de deilllpe.reóer las pu.ionet~ \eri'Oiitr~. Teodoro
~ por .eeiil'gO 111110? 11 ISEiri feliz.... Se lo deseo COD toda mi al m•.
f-'Si: uoa aól•pUbta .... v._ ~ó Adioe, l'aqnita, aiiad¡¡¡ le\'antlindoee al
l a~oo 1 • • • a¡Jrt~arle la uu1no y d&~~pedirse ; ooofíe
-l(icardo ! distraido 'RiGardo! le gk.. dted en mi ami&tad, y no tema Uflted que
ta'l'6u et1 étiC ineta!lle, toca llinat.M biúlar. jatá&K ll-«oo á tUI'bar 10 trauquilidád .. ..
CnU~do •olvió á bel1ai8i al 1 lldo de Alitcll d&~tlarae '111 apoeento, ¡,..¡&do
l'IA1¡áita ooatiouo: . .. el 'tiailej ·Feqalta• ñió á ver •u violo&a . .A
- ¡. AO&IIO no acli•ina Uttect eo epi~ pelal'dentwbeloporMlnnoaqaeUa~Janta,
peusnbo. yo con angustia cuando 111e ví al daidáda con 1antóf •mero, la •OODtzló
1 1 borde do la etenaidácl ! eateráDílll~ IUI'Ohita ; Ja beíó, J mléatru
L ~- --·
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1.--- - --- -,..- 289 ·¡ 1
1
R Jo; Y 1 S T A Q U 1 N C E ~ A J •.
las lligrima11 ltovian de sus ojos, nrraucó
la ftoreoilla moribunda do su 11000 tallo y
la guardó en un libro.
Doe meses despues era la o.~posa de
Tcodoro.
Ricardo fué por fin l. establccen~e en
Paria, y el que deseara conocerlo le hubiera
encontrado en el balunrte de lOA Italianos
por las tardes, ln11 noches de invierno en
los bailes do la Ópera, y durante el verouo
en una quinta de Asnii:t·ea. ·
-Pero, dijo Adriana, ~icndo qne se
callaba Máximo, ¿todavía vive allí YUCS·
tro Ricardo ?
- 1¡ Y l,.epita no sentía nado eeo día ?
-Ese mismo diR t-eía y conversaba en
medio de un numerO!JO concurso de amiga¡¡
y amigo~. en una CA.'IIo de campo, en loe
alrededoreA de Santa Marta; pero no he
sl\bido si alguna aombra atravellu bonloodeouiiU!Oar al pur,
~oot<nt danal~ rtre
Daoa un ftPrd plu,douzquo IG nh'!' et l'aurort>,
Danaleo~ yruz t>nh·l'\\a d'ao etro otobro 4u mi~n.
i-;i ;;~ü~ ~·¡;,;¡~~~e.;;¡,~;,., eó éi~i; ~;¡~¿~·;.;~~~N:
(.'e~~ arlrrea, cea rochfn,- adru, ctrrt _. ....
L4MUTI•&.
Qllieo -~ r< freur ¡,. .a. r lft íra. hte t'l .,._
6or de '"' •olnntoo
que enaangrentaron el doagr&ciado 11uelo
frances. 8in embargo, wlió ileso y sin Aquel dia los hnéspedee se separaron.
herida alguna despues de aquella campaña, Don Gregorio con M nurioio, Bartolomé Y el
y hnbiendo terminado lo guerra con Prusia mayordomo partieron muy de mañana con
pensaba. volver á au querido l'aris, cuando t1 objeto de visitar unn lojana dehesa, que
11e declaró la insurreooion comunero. Ri- se deseaba ensanchar, qnem:mdo y rutando
cardo "ntó nne'l'amente plaza como vo- las cercanas faldna del monte. La. señoras
hmtario en defensa del Gobierno de Ver- permanecieron en Bella-Vil.ta con lláxi-aallea.
rnc, que n.> quiso dejarlo.~~ solas.
En el mes de Ahrál de ese año se ba- Cuando el sol empezó á declinar para
liaba do centinela avanzndo, no léjos do ocnltar!le tl-ns de Jo., corroa del Occidente,
un fuerte, entóuce8 en poder do loa insu- Alicia, con doiio. Cat.nliuo, Adriaun y Julinneotos,
ocnpando nn lugnr muy bello por un, acompnñadaa por lUximo, bajaron li
cierto, entre algonos arbu~toa y al pió do la orillll del rio. l'epita babia estado todn
nnas murallas cubiertas de Uln!!gOol. De aquel día taciturna y de mal genio, y así
repente percibi6 el grato perfume de la no qniao aoompañnrl:lS, diciendo que provioleta,
primer anuncio do la primavera feria queda~ en la en.-;.'\ oon los niñoe.
en Ii:nropa, donde creco silvestre eD todo AlitJia deseaba llevar ti ua huésped«~! el
sitio campe¡;tre. Mil rccoerdoe de rn ju- un sitio muy ameno, que hnbia descubierto
vontud le aaaltaron, uuos dolorOIJ()'t y otros en una de sus anterioroa 'l'enidaa n la bntieruos,
pero todos amRblea y bien nnidos <:ienda, por lo que dejnndn los caballos en
en aquella& circuuKtnuciB~~. Olvidó iume- 111 CM& del mavordnn1o, toronrou el cami~
diotamonte los pcligr011 quo le rodeaban, y no público, orillando el l'io ltasta cierta
buaoó con la vi~tn el sitio en que debian d1&tancin en que ,\licia guió, metiénd<'IO
ballar&e las violetas, y dh·iiÓ á }lOOOl; pa- por una estrecha senda, en el frouddao
608 las anchas hojas que cub1·ian la perfu- bosqne que conwnzaba á la~t tn'rgenea del
mada flor. Se a-vauz6 hócia ellas, se in- rio. Una densa sombra cubt·ia la vereda
clinó, y al ir á coger la m1ís corcaua dca- que ecgnian, y á eutrámbos lados innumeoubrió
incautamente una parte de eu cuet·- rabies bejucos y gualdas crbcian Abrapo:
un soldado eneruígo vió el oulto desde zando Jos troncoa ~ los al'bOles, y treel
fuerte, y di~oparando su certero rifle le pando hasta las wtis Alta.'l ramas caían en
atravesó el corazon .... Algonaa horas doa- festones elegantes caai basta el suelo: enpues
le encontraron muerto eutre las vio- tro ell06 Máximo les hizo notar el sooorriletaa
que aún embalsatnab:Ul el aire. do bejuoo llamado tami, que tiene la cu-
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1 290 L A M U J E R .
1 riosu vropiednd de vertor en gran capti- mente iluminada pot· el sol, ya colllo hudad
una agna fresca ¡;¡ se corta en dos pe- pulsada por ajena voluntad, ostt·ellundo:¡e
dazos. Aunque no babia muchr¡¡¡ matorra- contra las piedt·as de la ribera¡ ora agitales
debnjo de los árb0les, tÍ causa de la da, ora tranquHa, triste ó tenebt·osa1 mutnpida
sombra que dabnn, 11Í se presenta· giente ó alegre, pero jamas igual ni se-
' han ob:;tácnlos qne les impedían á veces ' renn.
el pe.so, como gruesos trouqo:s atravesados, Alicia contemplaba el paisaie con los ojos
rarnns desprendidas y nitos peñascos cu- húmedos de e111ocion1y pensaba con amarbiortos
de musgos; peN nada de esto les , gura en que tul vez jatnas volvería á verlo
impidió pasar, y nllaunhaunlegremente los 1 como cntónces. Su vida se le presentaba
obst.rículos, saltando p01· encimn de los es- 1 euigm:\tica, su pensamiento era un remotorbos
con mucho brio, si no con gnmde lino semejando los tJUe veia en el ngnn :
agilidad. lo encubría 1~ blanca espuma licua de mo-
A! fiu llegaron 6 uu ~;itio en donde pn- vimieuto, así como las agitaciones de su
recia enteramente bonado el sendero, que- ónirno eran disiUllll:u.lus por la somisa que
d>indoso indeci¡¡os ¡ ¡.¡ero Alicia, orientán- solía desplegar su~ labio~. Sn pasada vida
dose, exclamó alborozada: ~e compouia de una sério do desengaños;
- Yn lo hallé ! su porvenir un impo~ible, oscura y vaga su
Y pasando por detras de una roca llamó esperanza, confundiendo n veces lo pasado
á suR compañero~, y undnudo corto tt-echo cuu lo preseJlle, los ¡·ecuerdos con las nose
eucontl'arou en un prer;ioso sitio. tunle:1 tumultuosas porcopciones. Así, su~
J!}l rio ancho y correntoso formaba uuu pensamientos eran un confuso torbellino
1 lnrga stirie de saltos y remolinos, y so di- eu qtte t.odo se mezcl~bn dolorosamentQ, á
vidia en seguida en dos brar.os que r.>dorde~ escarpados no los sneiios ; y pvr encima de todo esto
presentll,ban ca~i Yegetacirrn, miéntmli que predominaba en ella nn indeciso seution
e1 iuieriot· creuiur~ altos y frondosotl llliertto de punzante dicha, eu cuyo goce
{n·boles. En éontorno ol ¡Jni~a.je ern pío- babia algo como ~·emordimiento.
tot.·esco y ngreste, y eu la orilla en que es- :1\l,~ximo, seutndo no léjos de ella, la
tt1ban, alg1,1nas rocas de:>prendidas y trou- ntiraba qe soslayo miéntl-as tiraba al rio
cos caidus les ofrecian cómodos asientos n podazos de boj~s y do ramufi que arrancaba
la fresca SOmbra de los árboles. doJ tirbol n CUJO pié estaba bentado, y las
Alicia, Adriana y Máximo se sentaron miraba bajar dundo vueltus por In corrienen
las rocns de la márgeo con los piés col- te. En a~.tuel momPnto no pcnl!abtl ni e,n
g()udo encima de la espumosa corriente ; lo porvenir ni en lo pasado: senti~t. que la
doña Catalina y J uliu~:u se situaron m lis preserrcia de Alicin lo hacia vivir y morir
léjos del río sobre un tronco cuido. ul JUÍI>HlO tiempo: so intpregnabnl por de-
La cadena azulosa de In serranía del ch·Io así, de lo presente, y con mul disinlufreute,
los nrb~rles que los cobijabnn cun ludo ahiur.o procurnbu leer en ln tio~onomía
su follaje, los diversos ru1uorea del boSfJUe de la que amab11 cuáles eran lps penso.aniruado
por el continuo HJOvimieuto de mientas que lú leniun abs01·ta.
vida animal, el ruido del ngna que se es- Doña Cah1lina descanl!uba tranquila en
h-ellaba y remolineaba entre las peñas de su o.sienttJ, nr~as tan bien y eres tan linda I
vanta y se cierne sobro el cuerpo material hliéutras que yo me ~;iento :i tn lado tan
hncióndonos comprender ln eteried"d en lo insigoificaute y vulg'lr! j
i!in1itndo de nue~tt'nS as1Jirnoioues; m o- -Tod" lo exagoras1 contestó Alicia
montos pnsajot·os pet·o inolvidable~, chya
1
suspirando, y añadió: creo que todo se
duracion querríamos prolongar lo mtís po- remediaría fácilmente t~i yo ....
sible. Pero como la tarde tocara tí su fin, -Si tú hicieras qué? preguntó Pepitn
y doñu ()ataliua lo advirtiera con ~:oqJre.>a, viendo que no continuaba.
hubiet·on de re.>ignnr:.o á cambint· los en- -Si lo rechazara con dureza, biliendo
cuntos de la unturalezn por el cnciet·ro de bU amor propio, y mauifestáudOUIO dura é
la casa. iudifereute.
Don Gregorio y ~;ns oompaiiet·os acaba- -Así lo pieu~as ?
bao de regresar de :m oorrcrí~, y los an- -Sí, pero te advietto que ul manejarme
coutrar:m prc~idiondo 1~ de.>en~>illada de llt!Í tú no lo volverías á ver probu!Jleu1eute
sus caballos, al;uuto gravo segun parecía. uuncn; so iría para siempre, y eso es lo
Los uiüos jnguban cu el conedor, poro que me ha detcuido .... creí que con dulPepitn
no snlió á encontrat·los ni pnrecin :r.ura y t:ícticn lograríamos que cambiase
en el interim· de la 011sa. Alicia, un tanto 1 do seutimicoto; peru be vi~to qno, siendo
alarmado, la buscó, ball:índnla al fiu oculta su carácter tnu tcouz, e:.tu es iuútil, ¡, cuñl
detras de lo cottiua de ~;u cama, y auegtlda camino quieres que signmos?
en llanto. -Yrefil'ro su desgracia, dijo impetuo-
-¿ Qué tioues, hija mia? le prcguutó sameute. Prefiero saber que bUÜu, IÍ verlo
cat·iiíosumeute. ' feliz cou tu cariño!
Ella no coutc.stú sino que redoblat·ou Alicia no pllllO ropriruü· un movimiento
las lágrimas; pe1·u nmuida por :>Us iua. de di· gu~;to al oir talo¡, pulnbrall, e¡ u e re ve·
tallCÍt\l; dijo: lubnn el profundo egui»mo de aqnclla niña
-No puedo fingir contigo .... e~toy muy tau mimn<.l11 por ella.
tl'iillto. Dumute la con versaoion anterior habían
-Triste? , por c¡ué '? cntmdo los 11iüos al cuarto, y ~;iondo ya de
Alicia h4 hizo c::~a prcguut•l con omba- uuche, Aliciu lus de:svi~>flÓ y ncOblÓ, Juióura.
zo, pues bRbio. tanto •:omo Pepita, y qnizti 1 t.ras qnc Pepita be limpiaba los ojo:s pnm
nuejor c¡ue ella, cl muli vu ele e'" tri.,tozu. burrur b huella deau¡¡lúgrÍmtui, ycuuoluido
i•epilli la abrazó d~eio. la
Jibert~ individual ante el trabajo y la ciencia,
sino el libertinaje y la independencia
para. manejarse :í. 1111 anotjo.
Si acaso tenemos 11oticia11 bien exactas acerca
de lo que suceda en aquel Congrceo, tendremos
particular cuid~ en dar cuenta de
ello á nuestras Jectoru.
11
Cada dia parece que se presentan en todu
partes del mundo mujeres que aspiran á obteuer
grados universitarios, ya como docto rae
en medicina, ya en los altos ramos de ciencias
riCdagógicas. Hasta en Bueno1:1 Airea se
han dedicado ¡,¡ estudios profesionales, para
seguir la carre1·a de medicina, y Jo ha hecho
así uua señorita paraguaya, con la intencioa
do graduarse y voh·or al interior do au palt
á recetar á. las poblaciones que carecen dt
ese cons••elo en sus sufrimientos físicoa.
Actualmente tenemos entre nosotros i una
señorita Gálvez, que despues de bril lnntes eatudios
de medicina en Europa, hoy se ha hecho
notable on Bogotá, no solamente por su
ciencia,-que ha sorprenñ'do á los profeaorcs
en la materia, - sino por la caridad qne
ejerce con Jos pobres y sn bondad con loa
desgraciados.
La obra de la mujer ~s muy import:mte en
el mundo; no falta sino que la comprcndamoe
bien. Eu todas direcciones so ven n1nrchar
mujereR, Hermanas de la Calidad, de varias
advocacionet~, que bu11can los lugares más
salvajes, los sitios más recónditos del mundo
para llevar á ellos la luz del Evangelio Junto
con la ciencia y la caridad, bija del cnstianismo.
Aquellas santas mujeres no ceso.n de
trabajar, tanto en las lejanas misiones como
en loa centros civilizados, en tanto que en
F•·o.ncia los que pretenden ser adoradore11 de
la libertad y amantes de IM luces, la11 persignen,
ln11 calumnian y tratan de arrancarles
b .. ta el poder de hacer el bien.
Poro es prcci11o no desmayar, ¡ adelanto !
marchemos 11in ooear por el camino del bien,
y si encontramos obstáculos y barreras sopámoslna
vem:or sin darnos jamas por vencidas.
Al fin de todo eatll la recompensa con que
Dios premiará á la que ha sabido lrabajar
en lae buenas obras que cada una do nosotras,
en sna diferentes esferas, y segun sus fuerzaa,
puede llevar á cabo. No sola.mento en lu
misiones, en los hospitales, en laa escuelu,
al lado de loe enfermoe y de loa niños, en.
contrarcmos tareas que puedan ser útiles á
lB humanidad ; no, en todas partce h11y trabajo
parll las mujeres do buena voluntad, qno
lo buscan por amor de Dios ; fí ltanoe sólo
entender cnil es el que la Providencia nos
haseñal3do.
S. A. DE S.