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  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  La alimentación en la actividad física y el deporte

La alimentación en la actividad física y el deporte

Por: Anna Bach-Faig | Fecha: 2018

Este libro nace de la necesidad de herramientas que permitan realizar un abordaje integral de la alimentación del deportista orientado a la optimización del rendimiento sin comprometer su estado de salud. En la primera parte: «Valoración del deportista: hábitos y riesgos», se describen los hábitos alimentarios y de estilo de vida de la población general activa,se incluye una base de valoración bioquímica del deportista y se analiza uno de los posibles riesgos, los trastornos de la conducta alimentaria, en la práctica deportiva.
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
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La alimentación en la actividad física y el deporte

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  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  Fundamentos para la gestión estratégica de los recursos humanos

Fundamentos para la gestión estratégica de los recursos humanos

Por: Álvaro López Cabrales | Fecha: 2018

La evolución que vienen experimentado las empresas como consecuencia de los cambios tecnológicos, de mercado y económicos las han obligado a desarrollar nuevas formas de gestión. Las situaciones de alta competitividad y la incertidumbre de los mercados han puesto de manifiesto que la capacidad de respuesta depende, en gran medida, de los recursos humanos que trabajan en las organizaciones. Así, han pasado a ser un componente estratégico y deben ser gestionados como tales. Este libro trata de desarrollar los fundamentos en los que se basa dicha gestión estratégica, abordando la contribución de los...
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
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  • Economía

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Imagen de apoyo de  La Mujer - N. 30

La Mujer - N. 30

Por: | Fecha: 15/12/1879

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LUZ Y FE DAN FUERZA. LA MUJER. REVISTA QUINCENAL t:XCLUSIVAMENTE REDACTADA POR SEÑORAS Y SEÑORITAS, DAJ O LA DillY.CCION DI-" L.\ SE~OllA SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER. LÚ~ES, DICIEMHltE 15 DE 18711. __:.--...:.=====~ ESTUDIOS HISTORICOS SODH.E LA l\! UJElt EN 1 .... \. CIVII.IX.\.OION CAPÍTULO !\0\'I:~O. LA MUJEH. H.OMA~A. (CO:"o defendieron con lns CHIIII\R cu la mauo y ou los campos clo IMtnlla, los tiranos que gobernaban uut6neo,, Antonio, Oct.avio y Lépido, re olv1orou acabar cou todos los rcpu. hlicnuo , diíndolc muerte (i sangro fria. " I.os ngentes del triuuvirato {dico Segur) llc\arou ií Homa la órJeu de pouur lérmiuo á la -.:idtl do todos los !iliiialndoH como proscritos. No a.udu. 'ioron rcmiSQs en ejecutarlo. : unos ornu nsc~ioados ou los hruzo~ do l:illS mujeres y sus hijos, otros erau iumo. Indos en el reci uto •lo lo11 templo~, en lns callo,.., en lu.s pln7~'l.l> p1íhlicas, en Jocdio do los banquetes y aun en ol ejercicio de :;us empleos ptíhlicos, como sucodic~ :d tribuno del pueblo, Sa.lvio. Estn!> s:~ngneotas cjecucionos cau!'aron un inHmcible terror en Roma, l.'\nto más cu \oto que no se S.'\ hin. cuálco eran los nombres tlo loí! que c::.tabau cu lns talJias de proscripciou. 1'0MO HI. Los m:ís tímidos so. oculta.hnn tcm. l.Jln.ndo e~¡ los sitiaR m~l'l retirado,, los 1 prudcutes ~e nlejaban como a l Jescuido, oQ tnnto que los más nuclaccs llegaron ¡Í concclJir el puu amiento ele poner fnogo á la ciudad ompczn.udo por sul'l propias casas. Cuando álguicu se .on. coutmhn. con otro on lns calles sohtn­rins ntobo, temblnb.."l.u, pou~anJo cada cual que el otro podia ser el emisario encargado do darle la. 1auertc." U na vez que se lijnron los nombres e lo l:~s prc::.uutas víctimas eu las tabl~s do proscripcioo-on cuyo cncabewmwnto se mnuda.bn que CJUicn r¡nicra •¡He dio m asilo nl coudounclo seria considerado como c6mplicc, en tanto que el c¡uo douuociara al pro crito recibí ria u un. recompensa- luego que !;e supo esto, el terror subic~ do punto. Los denuncios se hicieron tan frc. cuentes, que om ya cosa corriuHto que el hoUlhre libre veuuicm á su amigo en ctLmhio de oro, y el esclavo pot·obtoner ln liburta.d. Las desgrncintlas dctunn oo em.:outrabao nmp.Lro. y tamiau ul Jt3 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 12() mismo tiempo el puiinl del MC!'lino, la 1 justa, pucsf o qne incurro e u la misma trnicion de sus esc)a, os y lt\ :wnricia pena el proscrito y ul 'I"O lo oculta. hasta de sus parieot<.'S mrís C'crcauos. )lerced al valor fJIIO despleg•) en 1 Re doRpertaron ent<Íuces tocins las ven- aqnell: oc:nsion la tlladro de .Marco gnnzas olvidadas, los odios, bs envidias Autonio, 1 :stn l ogr•~ que borr:uan el l mn.l encubiertas, y así los denuncios nombre Jo su lterm:lno de las tablas do 1 oran contiuuoR. proscripciom. 1 Paree.: e como si esta situacion espnnf o. A,]ernas t le cst~ nmd ro rl igua de elogio S.'l. u o podria. rcpetinso ~~~los timnpos del ~·e refieren Jos ltc1·hos de \arias otras cristinni~rno, y que a•¡ucl lns gentes ~e m11jeres 'JI:! O con 'hczas y prmlencia portaban a:,Í porque cm u pa~nut\) ; . in salvaron 1 a 'liÍda do sus pariente:. y orub:ngo, durante In famosa Hcvohtcton n.mi:-:o~. S ,lJcdorc!: los tiranos del mal frnnces.'l, y despuc, en las ,~poca.<; Je partido 'JI te les jugab:m las mujeres revueltas públicas en todos los ¡m'Í~es romanas s:1h11~ llonn:NSIA, lr:íbil ,dJo. qu(. vapel desempeünlrau Ins llllljorcs yndo. 10manas! La hi:;totia señala apéuas una Ella. acostumumdn .1 defcurlct pleitos sola, tpto fué cruel y sur picd,Ld c·omo a u te el Foro, tom6 la palnllm eu nombre los hombres He su tiempo,- y en CRto clo ¡;n:; concru•b,J.was, y tHI un di~cu,-,;o o.u;o las romuuas fuo1 on lllll jo res r¡uu Ja¡; nnry eloc·ucu 1 o, deuuncinndo la <·1 u el. mujuros sostenedoras de la· Rovolucion dnd de Jo<~ tiranos ¡ dcft;udillldo. !.1 fr.mcesa. . - Aquella mujur, r¡uc In hiR- cnU!':I\ de l(l• porwgmdos, ¡wallo y Ir u. toria denuncia, so llnrnnba Fur,\ r \,y rnilló 11 los gol nrnnut ·P. Qtn In primera. espo a do .1\lnrco Anto. A pos:u do In. mbin tjiiO sus u,Jacc uio. l 'arcco que habia touitlo moti, os palabra tic portl~ en el pecho do lo dc,¡uej~contraCiccron,vuo olmnouto tirano, Jl, conwttoroncn modifi 'r OD\lo ]>CrsonP.lruento lo· 11 e anos á u ) dcroJnr l ley en fn~or do ]os ciernan. en 1, stuo que pidi6 ngna. con un ¡ouuzon, y Hlll- '[UC la tlocndcucm rnorn1 había lle ado u e de ,, n mn.ucra bárl>."l.ra do lo '1"0 hnsta el 1 nt.o tlo •¡uc los :unos de) h.thta diclro contm ella. m11udo o In rnillub::ur y IYtju >.'\n u l'cro si h mujer de ~ l ntTO J\ntouio frente~ para rel'ihir ol yugo ele tro crn un monstruo, I.L madre de n•¡utJI horubtcs, Ir. e amaR rontnuns ft ron la tÍilDO ejecutó el siguionto lrocho: tÍnicu •JIIO ·e .ntrmicrou {¡JI' i tira In l n día se prcscnt6 en ol Foro, J 6rdcncs tlo los tduu1 ir o , y pH 1111.:dio dingit11do o á !'11 hijo le dijo: do unn tnu or o dtJU uir por ultillla -Triumiro, he tabido 'l"tl J.av t111 ~;ez la \OZ 1()rihuuJa do la j ticiu..) pro rito n-iln•lo en 1111 t•a a, y H!l~ o.\ la liuewuJ! •• douuucinnne. El uomhro tlo tu ltorrnn. L:lS nus a cau 1 trncn lo mi rno uo, Lúcio, es t •• e u ln Ji tn ,Jo proscra p- efectos, :¡sa CÍtuacion tan io~o~te. el tÍtl~lo .de Au~us!o, 28 aü~s ~u tes del niblE', lmscó un nn1o que gobernase ad veuuUlento de l'\ u estro l"euor ,Jos u. con tná~ equicl:l.d y ménos crueldnJ : cri:;to. a..c:í, levantó un trono y suutó en l-1 nl S. A. DE S. primer grnperat.lor Homano que tomó ( ContitttMUtÍ} ---.... ·---- ENIGMA . • j Yeoga el m nndo erudito, ol 11modo nmo. 1;1 lllngo cahnlí~lico, ol profetA, ¿Será tal vez de odiosa ~irauía Ln nle.,.órica iwó.-cu infamnnlo '? l:l tilósofu, el sabio y el poct.,, ¿O em.b.. lema do lotl misma auoJua 11' a ?• Y uuu lu débil mill\u del oruo humano, Y adivine quien pueda a•luc:;to arCMlo: ¿ Quitín es esa mujc~r altiva, iuc¡niola, <.lno innwuso libro llo\'1~ cu:~l cnrcta, Y un c:cho o(Jruel ele ortigas en lo. mano ? ¿.O insanida.d ridícnln qne ospnnt??. ;. Algun esfinge uuovn? ulgnn:\ arl'l{l ! Es una cosa 11eur - una pod,mt6. ,\xa,·.L& CAA~H~o DI·: V11rt:.no ( g<·ualo­riana), ---·- LA JUVENTUD DE ANDRES. NOVELA HISTÓRICA Y DE COSTUMBRES NACIONALES. CF' l lli OltL S I G L O X VIII .¡ CApITULO I 1. ihaln.giiciía,la capitnl del ... ~uc\"0 ltcino S A ... 1 {)e Grnunda no ofrccin mnyorcs ntme-ot. os. o o . ..- a o s • tl· \oS. L asen 11 es, que lU~• U 11 0y d1' n und a l~c.~ el pr1mer dmdoluros do .Junio tieucu de a1;cadas, ou oqucl cntóncos de 1782. lluoinn tocado !'a. In ornciou cron veinte vece11 más inmundas, si e u los tetnplos do ~au tnfé. l >umutc holllO;; do e roer en ta.c; tloscripcionos que todo. ol ~iB no t~nbin co~ lo do caer uua. de ellas hacen con piucolos negrísimos lluvtn lt•uuc, fnn y conttnun, ultoruudn. autores contcnlporríncos. Los caiios, con reoias rúfnga.s 1lo vioLto JHlltotrautc coust:;,nlemeute rovcnta•lo~:, fo rmal tan y he Indo. Las .got:1s tlo lttvtn, impeli. hasta. e u la.s nuls frecuentadas vín.s Ju. dn~ por olngn~ cter;o:o tlt los páro.lllos, gos ele fantá:;ticas y va.ri::ula!i formns, los baJaban ou to•:Cldasltuca; suhru In ciu. cuales ocupn.lmu el centro do las calles, 1lnd, huruoclc('Hllulo Y~ " ' Indo yn otro ador~nd3s cou toda <;s~¡ecic do bnsuras, 1 de In..'! aceras ele las mll(S, A 1 caor el holloJOS, canastos VIO JOS, t rll.J)()S, mor- 1 sol en\·uulto 011 ynrclo.s .~.ul.os. los ~:e. teciuos, &c. En consounucia. con scme. rros, que uo hal11au rc~:t\¡Jo '1uo. solo. jnnte desaseo el pavimento se compo. sonrisa de luz. ou _to•lo ol 4a, apnrccian uia. do una. série de piedras ¡;ucltas, tristes y desapnc1Lics, Y t medida que hoyos, colinas, profundidades y .lodn­sc acen:-:l.ba b noche TCS\ltarou ruú~J y 7..ales míl.S ó ménos cugnüosos y s1n s:c. mós las nepns arrugas de sus escarpa. ñnl nl •una de eulo ... ndo, salvo en nlgn. das falda . nas d~ ios calles 11rincipnles y frouto En mcclio do uua. ntmóscm tnu f>OCO do lns ca"tlli do los ticos. I,as casas ma.J J Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 11 128 LA MUJER. blanqueadas no presentaban por fueml pero aúu se oía en nlgunns pasar 1 10r sino aspecto de prisiones con sus ven. entre las mal cerradas grietas t.le las tanns enrejadas y altos y macisos ba.l. ventanas el murmullo de las oracioces • eones, portones más 6 ménos adornados vespertinas, así como en tal cual c.."'lsa con toscos clavos, y tejados anchos y filtraba mnyor luz por lns ventanas, y torcidos. A las seis tod<' el mundo ce- se oía taüir alguna guitn.rro. 6 vihu~la, rraba balcones, rejas y portones, y acle. interrumpida la música por alegres mas estos últimos se trancaban por deo. voces y carcajadas, lo que probaba que tro con polos, cerrojos y cadenas. La os. allí las mntrooas eran ménos rígidas de curidnd, al cerrar la noche, era profun. lo que se u~aba en la alta sociedad, y da; así, cado. cual se encerraba en su cnsa ¡que era permitido que en aquel reci uto desde In oracion, temeroso de gozar de penetrase In alegría y la algazara, sen­las ventajas arriba enumeradas, y raro timientos tachados de contrarios aí b era el transeunte que salia á la calle 1 eoton:\lla dignidad del seüorío español. despues de las seis, salvo lo~ jugadores En ac¡uella hora precisa ú que aludi-y los enamorados 6 algunos vecinos que 1m os, salia. de la. casa ó Palacio Arzo bis­solían reunirse para pasar la velatla. pn.l, dos cuadras arriba. ele la plM.n Sin embargo, media hora despues de mayor, un jóven envuelto en aocha la. oracion de aquel primero de .Junio capa negra, tan larga y amplia que que queremos recordnr, la., calles no m;ís pa.recin manteo de sacerdote que estaban aún enteramente desiertas, y traje de seglar. Ademns trnía el rorn­se vcía.u tmnsitar por ellas algunasl>ir. brero ralndo hasta los ojos, no Jlo. vi en t:u; que vol vino o.presuradaru en te 6 vn.ba espada, como todo caballero ele su!'l cas:1.s; tnl C\ln.l nrtosnno que se ha- su época, y pa.recia de tnl:lllte grn\e y bia. rot:mlado en alguna obra ó en la circunspecto. El jóven bajó las dos cercaun chichería, los cuoles pnsnhnu cu1.dras ltnsta llegar ú In esquina de la Lncieudo chasquear sobre lM piedras plnzn, y ~;o dirigió al edificio que Jos­resbnlosns sus pi~s desnudos, en tnnto l pues fué couocido como la caS'\ de que resonaban lns botas dol cnbo.llero Mootoyn., y hoy es Jockey Club. En­que pasnun. coYuelto en lill capa, y s11 e!l- tóuces aquella. ca"'a e m el cuartel t.le pada, al tropezar coutrn el muro, al cunl caba llcría, y en la puerta so veín el tenin quo ir arrimado }Jara no caer uu ceutinelt~, cha.peton rocion llegado de los lodnznles, producin un sonido motá. la Costa, que tembla.bn. do frio, pase:ID­lico y sonoro. Aderuas se veía a.tnn·e- close con ol arma al hombro de un Indo sarde u un co.sn. ú otrn. t1\l cual dama que al otro dol ancho porto u empedrado ) iba :'i viRiun á nlgun vecino enfermo, almuurndo dúbilmente }JOI' uu triste) {¡consolar a.l~ua IUnign ó pasa.r la ve. opaco farol. bdn con un~ comndro curiosa. que la Un l'{rupo de soldados yacían eu m rcliriern el último esctíudalo más 6 n.(o. rincon del wguao, jugando casi ú og:u nos secreto de la ciudad 6 las últimas ra!ol, con mal truidos naipes, y renopn noticias ve u idas de J!;c¡po.fia. Las dnmns, do de su liuorte y del frío que los pe. arrimadas ú la pared y acomp'lfindas t.etratm. por una ó dos sin•ientas, todas envuel- -iEI teniente Gonznlo de Lúioo tns en sus mantillas de colores, cnmi- estará nca ·o en su cuarto ! prcguutu e nnbnn trn.unjosamente haciendo sonso- recien llegado. nete con los zuecos de palo que usnunn Nadie le contestó, y los soldados co1 para. precaverse de la humedad, pues tinua.ron ou su ocupncion, sin digua.r1 toda. vía no se usaban zapatones de cnu- siquiera. mirar á su interlocutor. E ebo, "' ni en América. ni en la civili:ln- ese momento salió de otro rincon dd da Europa. En casi todas lns casas PC r:aruan el negro bulto de alguien et­habil\. merendado y rezado ell,Rosario, •uelto en una ruana pnrda barnpieon l * . . 1 y unoR pantalones rotos. Aquel ÜCI:l­Los cuales no so ¡ms1oron de moda amo 1 . 1 :, b, b "6 l t 1 00 años dospues. m1 e ue om re corn a momeo ..> 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. R E V 1 S T A Q U 1 N C E N A L-. 129 -~ l ~entro de nuestro jó\·en, dicit!UJo como :í su cos~o sabían vn.ria.c; damas em alta. voz: ¡santafereñas, que lJil.binu tenido oca. --Sí, mi amo, el teniente Láioez sion de verle, y sobre todo de oitle al. es tú arriba,-y añadió por lo bajo: i mi guuas de sus frases floridas y aceptar amito no tendrú un cuartillito para. ¡sus atenciones y galar.teos. 1 estte probc? Andrés formaho. con su amigo un Era éste un infeliz indio, recien re. completo contrMte. Mús bien de talle clutado, que servía de criado (¡ los sol- j pequeño que grande, y algo mo.ciso y 1 do.dos esp<~ñolcs, quienes le pagaban poco gentil en sus movimientos, c~reci.n sus servicios con malol> tratamientos é de elegancia, auuque su natural digm. l insultos, y éste les correspondía hurtún. l dad lo impedían parecer vulgnr en lo doles cuanto podía, aunque siempre se ml'nimo. Era pálido y un tanto moreno, tunnifestnba humilde, abyecto y más aunque poseía bellísimos ojos negros, 1 1 bruto aún de lo que ern, lo que uo es ! llenos de fuego y entufiiasmo cuando poco decir. se nnimab.'\, el re!;to de su fisonomía El interpelado sacó trabajosamen•e no.da tenia de perfecta, salvo la denta. 1 do en medio do los pliegues Jo su capa 1 dura más blanca y pareja que la tle un \101\ mooedilla tle plata, y dántlosela eu árabe, y cierta expresion cle energía y silencio al indio, continuó su camino. noble sencillez que le recomendaba y 1 SuLiendo la escalera atravesó varios ¡ hacia. respetable. corredores, y llegando frente ú uon EL cuarto de Gonzalo era en verdad puerta, la empujó sin pedir permiso, el bello ideal del más completo des6r. 1 diciendo al entrar: den y desbarate. Ocultaba In cama do. -Dios te guMde. Gonzalo amigo: tras de un curioso biombo de aspecto -Andrús quorido: respondió un jó. anticuado ha~ta eu aqnelln época, el que ven rnilit:n,levnntúndosc do uu nsieuto hacia jnego con dos mesas dorndas,. un q11e había puesto en un balconcillo que canapé de cuero pintado, dorado y ncn. daba. á In Calle H.cal, y en donde aún mento esculpido, y varias sillas de bra. se percibía alguna luí'.. 1 zos del oli~;mo jnez. Pero toclos estos Aunque en aquel momento lnl vez muobles estaban fue m de su lugar, n 1 no so le Jistiuguiau muy bien las fnc. como los objetos heterogéneo:; que co.m. las tiene, se dellcubriláu en ol trnscur. penbnu eu plena nonrquín con un libro so de estn. historia. aforrado en pergamino y dos cnucleleros Gonzalo tenJt i~ de Yeinte y tre:; ií de pinta uo muy limpios, que, de:;tle. veinte y cuatro niíos, -era nito, bien fiando la.s me~as uonde doberia.n estar, formado y poseía una lignra clegaute ocupnba.n los brazos de las siilas que que realzl\lxt su brillante uniforme de no les correspondían. oficial do caballería. 'l'euia piés y mn. -Aguarda, dijo Gonzalo, voy ú dea. nos pequcüns y aristocrlitica:;, aunque pejarte uu asiento; ya sabes, aííndió, de ninguna manera n.feruiuadas; era 1 que mi mobiliario no es muy abun. rulio y crespo, blanco y algo más ro. dnoto. sadl de lo que agrada en el color de -K o te afanes, contestó el otro, á fe t..n 1ombro (defecto que se pierde con ¡ que no te faltan muebles, sino 6rden, 1:~ tdad); eran grandes y hermosos sus como tantas' eces te be dicho, y eu se. OJO azules, de miradn franca, alegro y guida Andrés quitó un zapato con bebí. '1\nn~il, la voz armoniosa, y su persona ¡na y una botella do tinta de una silla, ofroota un conjunto amable y seductor, y se sent6 en ella. ---- - - - --------- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 130 LA MUJER. -OrJen: exclamó el militar, vaya 1 -;Todos no hemos nacido para mi­si lo tendré, puesto qne Riernpre e"a. lit..'l.res: cueutro á mano cuanto oecesi to. -Así será, pero tengo mis dudas Al decir esto tir6 en un rincon del acerca de la sinceridad de tu vocacioo. C\Jarto una mágoifica capa. de paño co- -Jamas be pensado en otra cosa lor de grana, dejando libre \tn brazo desde nifio ! del canapé. --Sin embargo, creo que allí no es -Llegaste 6 tiempo, añadió, pues donde encontrarás lo. felicidad .... ea e<>te momento iba á bu~cn.ros para. -La felicidad! Eso dicen todos los l darte parte de cierto asunto que me que han vivido,- pues ni tú ni yo teoe. interesa. Pero permíteme, añadió, ce. m os experiencia,-que no existe sino rrar aquel balcon y buscar uuo. luz, cuando se tiene la seguridad de que que no h-rusto de tinieblas. se ha cumplido con los deberes que nos Despues de buscar ti tientas (pue<; ha impuesto Dios. ya babia oscurecido entemmente) uno. -iY piensas que tu deber es cumplir v~la por el suelo, se J>USO en persecu- con el voto de tus padres 1 c1on do uno de los candeleros prófuaos -Porsupucsto. que ol fin ha.ll6, y empatando la ;'el~ -Ah! Andrés, mi entendimiento de cebo en el candelero, llamó á una será muy ohtuso, pero yo no puedo ordenanza para que la. fuera á coceo- creer que nuestro¡; deberes tienen que der, no Uflándose en a.quel tiempo toda. ser necesariamente desagradables, y \Ín fósforos. que en todo tiempo hemos de inmolar. Una \CZ que lograron tener luz, los nos! X o, no, ¿por quó habremos de bus­dos amigos cerraron la puerta y ~o;o sen. car siempre en la vida. lo triste y do-taron lo más c6modameote posiole. loroso? -Dc<:eaba verte, Andrés, dijo Oon. -Yo ta.mpoco pienso eso, repuso zn.lo, para darte parte de nno. feliz ocu. Andrés, pero creo que se de heria h:l.. rrenciu. que ha tenido mi Coronel : la blar ménos de una felicidad que no de Inn.ndarme á la cabeza de la escolta existe, y mucho de los d.e!Jc,·es que for. r¡uo Jebe conducir al Ilustrísimo señor roan el fondo do toda vida de cristinnoR. Ar;-.olJispo en su 'iaje tÍ Hoodn. á encon. -Los viejos ho.blo.n mucho de deseo. t mr nl nuevo Vi rey. Adamas u1e ha of re. craí'íos y do los eugnüos de la juventud, ci.cloconferirámiregresoelgradodeCn- pero es que IÍ medida qu~ pierden la pttau, htulo que llevarú desde maí'ínna. facultad de go1.ar do loll btenes de este -Te felicito cordialmente, Oonznlo, mundo, ol ~ iclau 1M dichas que eu roa. contestó .Andrés,- tanto mi'Ls cuanto que lidad han sentido .. . . Yo, por mi p:lrte, yo tambien he siJo nombrado por el no dejaré nunca de buscar la felicidad, seiior Arzobispo su ~ecretn.rio privado, esa maga .enoo.ntn.dom cuyos fa\ores para acompafiarle 6 Honda. serán pasaJeros tal voz, pero que tstoy -Quó feliz casualidad 1 Así seremos resuelto ú hallarla á todo trance, y tar. compañeros de viaje. de ó temprano hacerme duefío de ella. -Por m~ s~otirt! mucho, dijo Andrés, Andrés miró :í su amigo con profuo. que este viaJe me atraso o.lorunos cliu.s do cariño, como el de un hermano n1a­ou mis propósitos, pues pe;c:ahn. pre. yor que admira compasivo la loca a.lo. seutar en la semana entrante los prime. gría de un nifio quo no Rabe lo que ros exámenes para entrar al Seminario, dice. y sin emb:ugo Andrés era. uno ó y no dilntar tanto el ardiente deseo de dos años menor que Gonzalo. mi madre, que no sueña sino con oirme -Siempre el mismo ! exclamí, ¿y cantar mis:~.. piensas, aiíadi6, hallar la felicidui en -E~o no mo desazona, por cierto: la c.-'lrrera militar, y en la carrer:1. mi. respondió el militar. Bicu s.'\hcs, amigo litar de este lejano y oscuro Vire· nato, mio,. que me duele verte entrar por ese en donde jamas couc1uista.rás glo ia ni camJUo. farn.t 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVISTA QUINCENAL. 131 -Una vez que me hagan Capitan- ,- -Ah! pero yo no pido empleos ni tm1bajaré para que me destinen ú cut\l. t}tulos, Andrés, siuocampo para. haccr­quhcr regimiento que hajo á la Costa, me conocer, horizonte lÍ mis nspira.cio. en -douue trataré de distingnirme en los nes, lugar en que poder sen·ir, segun 1 1 conuhntes con los Ioglese~, y despues .. mis facultades, á nuestro señor el Rey! l -Despues, Gonzalo, te mandar:ín á -Y despues 1 la «Goagira, á Tierm-adentro, al Da. -Ganar un nombre, hacerme á unn riom .í pelear con algnna. trihu de su. reputacion, y por tHtimo volver tí San. blo vauos indígenas, ce donde, ¡Dios no tafé, honrado y cubierto de la.nrelos ... lo Q(ltiera.! morirás tal vez Íl manoH do y casarme con una muchacha uolln, los sn.lvajes .... En esto consiste la ca. virtnosa y amable, como las hay auin. Sea dicho et: confianza, croo -La vida toda es, en efecto, una co. que la. sublevaciou clu los Comuueros 01euia. en que cada noo de nosotros re. uos bnrií algun bien, á pesar del mal presenta un papel; esto no es nuo. t~xi!.lo que tuvo. vo, Andrés, ni ttí eres el primero que -¿ Piensas que el Uohierno español lo dice, salvo quo muchoa representan t'Oil~>•Cntirú en con codornos alguno¡¡ pri. el pnpelméuo~> propio para su carácter: vilcgios L ... Te e11uivoca~, Gonzalo, - el h. compa.racion es exacta, pero como C~'>j)(l iiol es el nato enemigo de los crio. toc.la co1o pa.raciou, cxngornda, y no ~icru. llo;; y jamas les hnrÍI bien alguno con pro la comedia. es riuícula. !ill g ,,to. -E.-; cierto, exclamó Andr[s, cuan. -Siu emba.rgo, Antlrés, se dice que do se com·iertc eu tragedia, como suec­o! m1evo Virey hn auuuciado espont:i. de frecuentemente, y cuando peusúLa. llCIIHJento que procurará tenor coutou. mos reírnos teucmos que ll<>rnr! lo~ ÍL los Americanos, y que clnrn.ntc su -'rtí quieres convertir b tuya cu gohit.:rnO mandnr:Í á J•:.;p:d'ia ;Í }os cacle. 11UtiJ 80Cl'I011Cllflll, n riesgo de ec¡ui·,o. loscriollosquodeu mús ~perau~a. para carte y an~:~pcutirte tardo. iSer{¡ac:~so c¡ue reciban favor en la misma Corte. uatural, Andrés mio, que un jcÍH!ll ue -J>alnbras, palt\hra del que estroua tu iu"euio, talento y viveza, func.lc el runuclo ! .. . .. Ya; vertía cómo todo ~c. toda :!i~t gloria en pasar su existencia ¡.!IJÍrñ lo mi!'lrno, y c¡uo súlo los espai'iolcs ou algun' oscuro curato de indios, y que de t1tlcimiento serán los que obteuurún durautc los nJOjorcs años de tu vida Jo,¡ mejores empleos, aunque no los vivas olvidado cnunn miserable alc.lea ·¡ UlCrez<:ao, y ql\e los ciiollos perrnanc.1 -¿ Olviuas, Oouznlo, repuso el otro ror.ín siempre en el olvido y la o~curi- 1 con cierta amargura, que en mi Ycjer., y tlncl .. ! < 'u:íntos hombres do mérito uo con los recursos que ton~o, podré tal \ e-.t. \OS tií muy instruidos, que e:;tudian y obtener asiento en el Coro de la Cuto. aJtlUDtlcu á foudo las cioucias, que tic. dml de Santafé, como Canóni~o, es ncu talento, iuteligonci:L, buena Yoluu. decir, si no se presenta otro candidato tad, j t-Hu embargo, coudonados ú vcgp. que tenga la velltujo. de no ser criolln 1 1 tar ou f:>a.ntafú 6 cu alguna. lojana pro. ~Cincuenta aiios ele ombrutecimiau. ~incin t>lrviendo empleos subalternos 1 toen los campos para obtener semejan. l~utre tanto vemos ele\ndos á los altos te lauro, no me parece suene muy en. puestos á sé res nulos y maléficos, pero vidiablo: respondic) Gonzalo. Eso llamo c¡uo sou protegidos por el Gobierno. yo absurdo, añadió, y rnás que absurdo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA )IUJER. lo considero como un crrmen Jo lesa quiero otro hombro 00 el Ílmbito de la humanidad. Acuérdate de In pn.ráboln. tierra. do lu.' tnf,~ntos; Dios uo nos dió fucul- -Yo no niec;o, respondió Gonzalo, tncle~ para. oculta.rlas en uo hoyo I'Íno que el bien que pne!lo hn.cer un '>ncer. para. hacerlas útiles á nuestros herma. dote no seu. iurnonso, pero para hacerlo, noa. ¿N o dijo Jesucristo fÍ !>\19 diHcfpu- basta. tener virtud y buena voluntad ... los~ .. no se enciende la luz paro. po- -¿Y eso te pMoco fácil1 i Acaso ncrla dcbn.jo de un celemín ~>Íuo sobre picn:ms que In vocncion so encuentra en l un canc.lclero, á fin de que alumbre ú todo el que t¡ uioro buscarla! todos \o, de la casa?" Ah~ )1'\ ves que -::\'o creo que es f1ícil ser virtuoso, yo ta.mbien puedo cita.rte teologías, y que cualquiera pueda tener voca?ion pues no en vo.no se sieum uuo en lo, para ~er hneu sacerdote; lo que mego hnncos del Seminario. y uegar~ l>Íernpre, e!l que tú, mi que. -Cómo: exclamó André, levñntúu. rido Audré'!, primogóuito de una fa. tloso para acercarse á 8\l amigo. ¡Creo:; milia riquísima, jó-.:cu instruido y de t.í c¡ue delante de Dios el sacerdocio muy buent~o po~icion eu el Vireinato, no es 1a ocupacion mús honorable, más hayas acertn.do eu alojarte flel ID\Indo snnlt~ y más grande? i Te figuras acaso cou el o u jeto do culti mr los entendí. <¡uo el hombre que so dedica en cuer. mientos iudígenns que no son capaces po y alma á :arrancar del pecado al ig. de niuguua civilizncion, y á quienes tiÍ uornnto, despertar las dormidt\S con. jama;; potlr.ís sonirles porque nunca ciencia:. y mostrarles In luz del cielo, alcauznráu tí comprenderte, como com. no do~empeñn la misiou miis meritoria prenderían 1Í un hombre m{¡¡¡ vulgar y que existe en el mundo? ¿.Me uegarás rn5s {i su alcance ...• Tu sacrificio sorú to.rnbien que el mayor bien que se le estéril; te cono:tco mucho más Je lo Jntedc hncer nl hombre, nuestro !ter. que piens:\s, y por llevar á cabo una IIHI u o, ~ea judio ó cafre, es couvorti rlo utopía renuucianís tÍ In sociedad, quo ni nmor do Dios~ t Y te pMcco •¡tto el de nioguun manorn.nhorreces, á la vida. qut~ pas:~. &u vida en ostn. !lll.nt:~ cruza. doméstica c1uc amas, al amor, que aún Jn., oscuro y humilde á los ojos del hom. uo conoces, pero c¡uc .... lno, uo ~rá por ventura. el miÍs digno -Alto ahí! Oouzalo, - no conozco do sor }Jrernindo en el Ueiuo do lo11 cie. el amor como ttí diccR, ni lo uecOhito los, «pte olclue emplea su vida, coruo el ni quiero conocer, pues bien cout­militar, eu la de!;truccion de sus eeme- prendo que s6lo se compoue de desen. jnut4l (lo ()\lO él llama gloria), y quo gniios y ancpentimicutos. En cnauto s6lo anhela tener p.ute onla. dosgrncia {i la vida doméstica, si mi wertc me de otros países bajo pretexto tic eogrnn. lleva léjos de mi fo.milin, rno seril grato doror y honmr su propia pat rin! X o, dedicarme nsf mojor :Í mi~ Q, y ou cuanto á la rnn 'oz, l'i yo no tengo amhiciou para sociedad do los nrnigos, tml vo la tuya, ru( mismo, nl ménos doFOO f.\lrvir ú Dio!!1 que no querría perder, mo bastad In y {¡ mi patria como lo outiondo .... ~lis mnaLlc ¡;ociedud do mÍ6 autores favo. pac!re11 o~cogieron para mí el camino ritos .... lll!Í!i IÍrduo ei se quiero cum¡1li r cstric-1 -Para. todo tioues u hora contesta.. t.nmcute con lt\S oblign.cioncs de su e;. ciou, AtuJr,~s, dijo el ruilitnr tri::.te­tado, y yo lo he aceptado no solamente 1 mente; Dio~' ¡l\IS recuorllos tí la rncmona extremo incómodas, porque no teui~udo sino que los escribe on su ca1·terit; techo, e sol y el polvo sofocan al viajero¡ viajan como por cumplir la. órden des u pero tantbieu lo permiten ver ~;in cesar médico, y son perfcctmneute inofensl­los ricCR paisajes del tránsito¡ ostún vos; pagan bien, son carita.tivo11 y gc. 1 di vididt.<¡ e u cinco compartimientos: no rosos. De~:graci:~d:~.monto esta f'speC'it; el m 'JI (adeb.nte) donde caben cuatro so cstn cnwbinudo 6 ncabnndo, y la que persoum holgadamente; ol poscant•·, nbuoda hoy es ln 2." t:s¡wf'ie. Estos 'no eucitna. lel coupf., duros bancos nl E'Ol y l'olarncote 1W sou inofensivos sino que ;l.l as:un; el inl{:rim· (ocho asientos, y si se hubieran im:enimlo en tiernpo de en ol cml tuvimos que acotnodnrnos, Moises, él los hubiem enviado :í E~ipto esta u lo el oou¡J•J ocupado cuando llegn.. como la octava y ruús terrible plaga. mos), y In ~rte de atrall, donde caben Como no son ricos, 6 no quieren gastar, tnrnbicu ocho personas. Debnjo do esta viajan econ6mi\!atnente, roolestundo á enorme construccion, tirnda por cinco todo aquel que se los aceren con sus caballo• va. u todos los bagajes¡ nsí es l inauditas ~::xigencia'! ¡ son bruscos y que, cot tan do con el cochero y el con. sumamente malcriados: lo mis curioso ductor, bamos 26 personas oo aquel , os que esta cs1Jecie entre ~:~í se odio. '1'0 ... 0 111. 17 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 134 L A M U J E R . mortn!mente y se hace una. terrible ca.c:as pintorescas, ó un estrecho camino ! guerra. Como ellos creen iutlispensa.hle entre dos precipicios. Pa.~nmos frente llevar fl I nglaterra cuantos recuerdos á ca.pillns solitnrins, casuchas retiradas, pueden, como una seiial de que hao jardines ocultos t ras de rocas áridM .... visitado los países que dicen, y siendo El rio Arve en tanto forma ya cerca, pobres, y no pudiendo cotnprarlos, no ya ll-jos su estrneudosa. música entre tienen el menor escrtípulo en robtm;e las piedras do su márgen, acompañado lo que mtís les llama la a.tenciou en porlas calllpnuillas que cada res ó cabra los rnuse01:1, cortando al descuido trozos lleva colgadas al cuello .... de muebles, estatuas y decoraciones. Desde Ran Mnrtin pudimos gozar de despedazando así, y destruyendo ú una ma¡.;nífica. vist~ del .Monte Blanco, veces, preciosas obras de arte. del Monte Jlrtl(litu y de muchos otros A cst.n clase del reino animal perte- 1 nevados; allí se di \'itlia. el caTOioo. necia la. familia inglesa que viajaba ú N nestm diligencin se encaminó á Sn­nuestro lado: se componía dol pn.dre, llanches, con alguno.; pasajeros, mién­la mndro y dos hijas; reinaba eu ellos 1 tras que nosotros tomahamos un coche la maufa. do subirse á laH montufias má<; pequeño de cuatro Miento::; que debía altas. Despues de haber \Í'ljn.do eo llevarnos dirocti\IIHmte ú Chamounix. Alemania volvian por segunda voz á 1 Chamounix para subir á uuo cí dos ce- IV rros que no couociao. CIIAMOU.NIX. Los franceses que viajan lJOr Suiza sou negociantes pelrimetres que vía. El vallo de Charnouuix, sitnaJo á jan para pasar el estío fuem de Paris. mil metros robre ol nivel del mnr, es y VÍ\'en riéJJdose, diciendo chibtes y u u O. I-"1Í,~ 'erdaJoro en medio de todos burlándose de los inglesa!!, los que los ar1uellos ¡ní l'll?tws. Hodenflo de ron\S miran con desprecio y asco, porf1UC escarpadal;~pto lo favorecen ele los hielos todo inglés tiene la preocupacion (ha.Lio nlguu t.1.nto, su clima es mc~nos riguroso de los de 2.• e.iuo papa', trigo, Nos ~;~ria imposible dcscrilúr los :neua, }¡euo, y tal cual curew 11 11Hj11Í­magníficos paisaje:> que so presentan á tico man:wuo, p~ro ninguno de SU!. lm­t ·:ula pn~o por aquel pintoresco cnrni no. bi tan tes pide lituosnn, y todo¡.: so u :te­Siguiendo el curso del rio .Ano, <¡ue tnos y lnbotio os ; atlcmas .Oe sus yw. riega liU valle cubierto de sementeras queñu:; somcntc1 as ticuon otro inc.lus­do trigo y de viñas, se llega :í la cindad tria, que durnutu el vcrnno le~ laacc de Boone,·ille (ya en Saboya), tÍ cuya ga~nr u;~stanle : son. ~11ias, y aco!n­entrn.. Ja oe cncueutrn una colntnna 1le pnnan a toda o..xpccltcton ~ los vta. ¡.rruoito c.lc 72 pié~; do altmn., que sin·e ¡jeros quo ,jsitnu 1111 milo, con pafoc­d~ podelil~l álu_ostntuade ( '•:~rtos Fc~ lix, tn ho.n~·~~de; y couHtaute bnen l11:mor, h&y ele Cen]ena, el t¡uc lní'.O muchus ~:e~ dtflcJI o ngtaclablo, ~;c~no el gusto honolicios á aquellas pronocias. cía u tojo c.lol viajoro.; y cuando han po- Desde Booneville hn~ta ::)slu Mnrtin dido recoger nlgun pequeiio e311dal 1 se Sllceden mil diversvs paisajes, yu compran ó oc.lilicau un..ltotcl mÚ! ó mé. risueño~>. p. salvajes, npa"iulos uuoll, uos lujo,o. imponentes otros: aquí se vo un ]>C-1 El pueblo es muy pobre. pero Jo, íia~co Clirarpado, allá tm valle en minia- hoteles pnrocon enormes pnbcios, y lnra, cultivado ó cn_bierto do rebaños; algunos son mí1s lujosos que lrs de ruús léjos nn oscuro bosque \le negros Lóodres y Pnris. pi oos, y lo sigue una linda vega con' Al di a siguiente tic nuestra llegada :m IÍachuelo ruurmu rac.lor y cristalino; á Chamounix uos despertarou, í las de. .; pues un p recioso pueblo con sus1c uatro de la m:uiaua, pama.nunciunos Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVISTA QUINCE.NAL. 135 que el guia que habíamos pedido nos viviente; en scguicln otro cataclismo agn:nrclab~ con clos wulas ensilladas. permiti6 á. la. tierra calentarse otra Mfetlin hora despues nos dirigiarnos vez, y poco ú poco el hielo fuó d?sapa­pn~;< o á pa~o por en reedio de los campos reciendo, pero ha. quedado toJn':,a. una cult.ivn.rlos hiícia el camino que lleva parto de él en las montañas mas e~e­al Jlilctr tle hielo, una de las curiosidades vauas, como una huello. do su autenor de •Chamounix. Al cabo de uuas rlos irnperio en el mundo. milll:1s se ompicz:l. á subir por un camino La superficie de esta curiosa nevera em¡•inndo, que serpentea por entre uu e'> en algunas partes blanca y t~ate, Y hermoso hosr1ue de pinos y abetos. Al fiu en otras cristalina. ó de tinte ~ns; las lleg \ffiOS á un sitio más abierto, clcsde .... rietas (que á veces tienen de diez á. el c:ual pudimos ver todo el valle de ~cinte metros de profundidad) toman Clm nouui x ú nuestros piés, iluminado 1 un color verde claro 6 azul cele~ te, y por el sol.... Era el 20 de Julio, y allá e u el fondo so ve corre~ \tn hge.ro o.l contemplar aquel extraño paisaje, arroyo, que va filtro.udo húc1a los abls­reco ruábamos con enternecimiento ú mos, y concurre ú formar los torre:r:tes nue~tro país, y la fiesta que se celebra que, \toiéndose en ol vallo, se conv~er­hoy en él! ¡ Cuún cierto os nc1 u ello do ten e u un río: el .ti n•e. !>ara t.rausitar que "no so lleva la patria en la zuela en medio do o.quel mn.r endurecido, .es de nuestros Z:J.patos! ''.... y nuestro preciso ponerse á caminar tras del gma, pcusumionto volaba hácia ella, poLre quien va fonoa.ndo cscnlones con una y qtJerida pntria, tan amada. cuanto hacha entre el hielo, para poder afirmar Jcsgraci:u.I:L! el pié sin riesgo de rodar al fondo de Dos horas de continua. ascencion nos lo!l abismos de csrnorn.lda ó de zafir. llc\'nroo hnst.a un pequeño hotel en que En contorno de la nevera crecen mul­tl" scar san los viajeros á o tes de ncercarse ti tu u de helechos y tloros ~;il vestres, al J..Uctt' de }¡ itlo. Todo en Hui ~.a se eutre las cuales la m:ís conocida Y la hae(! ~ogun )a') reglas del pro"r.lma, y rn(\s bella., os In. llnmnda ?'OSCt clt• los osto rmtumlmcnte quita nn "'tanto ltl. .Alpt'-'~; es de un tinto rojo vivo, tiene poo Ín :í. las uellezas del paÍR. N os hojas verdes y reluciou tos, Y. sus her. couiortnntuos á lo. .; uso~, y s de pnsar nlgunas },orns en y 300 mot.ros de ancho (dondo ménos), el .Mar do hitlo, volvunos al J.otol do rode,,Jo por tres hulos de altos .t~er ros: .\loutnuverll,y mit{utms uo.:; propara.uao uno uegros y ucnbauJo ou agudns puu- do uuevo las mulas, nos pusimos .L oxa­ta! i (qno llawo.u agujas), otms méuos minar el "f,i.bro do los viajeros," el osc.~~rp:uJos y cubiertos do uiovo. cual so encuentra ou todo sitio afamado 1 "Lusnp~rficiodel J{a,·clcJ,.icio, vistn. on Huiza. Allí cada. cual pone Sll uom-1 desde ~lontan-.ers (dico el sabio do bre tÍ un pensamiento. IJas tlos tercems ~aussuro), ¡•:uoce ser efocti vamcutc lt~ ¡nrtes de los quo Jmbian iuscri to su ! de un ruar A Jite 1-0 Lubiera. congelado nomhre en aquel libro crno umericn.oos 'de ropeutc, no en clmou1euto tic unn Jel Nort..e ó ingleses. tompo tad, !iÍllo eu aquel en que se ha Entre las frases Ju(\6 co.mctcrísticas cnlmndo, y sus ola!l, aunque muy alto.s, de nquello:. qu~ vi:\jnu solawonte para tiCnliS dos hija.s, Eouua. y J de ltiob ( ó ÍL lo méno:. una gran parte Fanny ; pidieron a.lmomouto do al mor·\ del globo), y desapareció todo sor :r.nr y se lo sirvieron u1uy bueuo, con lo \ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 136 LA MUJER. cual quedaron muy satisfechos con el nos internamos en breve por el Grvmirw hotel de Mont.a.nvers. Les costó á raMn de la cabeza?w¡p-a, por entre dos cerros de 3 fr. 75 c. por persona!" escarpados, sin un ~rbol 6 arbusto, y Otro decía (éste era americano): !sembrado de enormes piedras, traídas "Llegué 6. Montanvers á pié, hoy allí por los derrumbes de nieve durante aniversario de nuestra independencia, los inviernos y primaveras. De trecho pero con mucho dolor de estómago.... en trecho se levantaba una cruz en la me aconsejaron que tomara brandy con orilla del camino, ante Cltya sefial se agua, y m o mejoré. ¡Viva el Estado de descubre el viajero, pues es la señal de Massachusets!- (Firmado) Guilú.:?'?'M que en aquel sitio otro fuá sorprendido y Sm:íth, natural de Massachusets, E. U., ahogado por el huracan 6 los dermmbes. Julio 4 de 1859." Al cabo de uno. hora. de marcha el A la. vuelta á Chamounix fuimos al aspecto del paisaje babia. cambiado pié de la nev~ra. de los G aguas. de plata. En varias partes del camino los al. V dea.nos nos sa.lian á brindar caoa~tillos de cerezas rojas, perfumadas y Jelicio- DE C.ILUlOUNIX J.. YEYEY. 1 sas, que no~ apresurábamos en comprar. Eran las tres de la tarde- Ct"t\ndo. Aunque a.póno.s habíamos visto dos moutados en nuestras a pasible> mula~, ó tres de l:l.s curiosidades naturales de hicimos nuestra entrada á Monligny, Chamounix, no pudimos permanecer despu~ do atravesar una larguísima allí m~s de un d1~; así fué que el 21 alameda de árboles frutales y de viñe­de Juho, ú las cmco de la m:\ñn.na, dos, y nos desmontamos en el bo;el de montamos de nuevo sobre las mismas la Cigüeña. enormes y prudentes mulas que nos No pouriamos dar rozon de h c:udad llevaron ti :Montan vera, y acompañados 1 de :M:outigoy, pues apénas la atnvcsa. por el mismo guia, salimos con pena mos para ir ú tomo.r el tren del ferro. del precioso valle de Cb::1.mouoi."t. carril que nos debería conducir ~ ori. Dejando ú un lado el Arve con sus llas del lago de Ginebra. pintorescas aldeas, molinos y prados,: : Los vestidos de este Can ton deStúza Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVIST A QUINCENAL. 137 (Ynud) sou originnlcs: la,.c; mujeres llevan ena.gna. de color oscnro, th(l!~o del mif>mo gl-oero y mn.ngns hlancns (siempre a.sea.dn.s ), ~m broros iglln.l es á los de lns ginebresas, sobre una eolia de muselina blanca 6 nllgra, 6 de seda ne_!{ra. y encajes blancos. El camino de hierro sigue loo orillas del R6dnuo por roecle VeHlJ hasta. Ouchy, puerto en el cual desembarcamos, y tomunclo un canunje nos dirigimos á LatLBannr, capital del Cnnton de Ynud. (Gontintta?'IÍ). APUNTES HISTÓRICOS. MARÍA CRISTI N A DE SABO YA . 1 1 canonizados (¡ue rogif;trl) su hislori~ al tra.ves do los siglos. ~;otre ésto!t ÜU\XDO una. -vez le decian ú Víctor cué ntn.se la venerable :María. Cristina. )f.a.molll (el unificntlor de Itnlia y el do Sa.boya., Rciun. de la.s dos Sicilias, pers~mdor do la Hecle Apostólica), hij~ de Víctor .1\Ia.nuel I, pariente Jel que rewmm en lo que hacia, porque moderno Víctor Manuel. Dios Je podría casti"ar por su' hochos Hija. del Rey de Saboya y de f;U exclamó: 0 ' espo:;a :María 'l'oresa, Archiduquesa. de --{:ómo! i acaso no tengo yo en la Austria., María Cristina naci6 en la Cortf celestial una multitud do Su u tos isla ele Cerdcüa el l4 do Noviembre do m familia que intorceda.n por mí? do 1802. _ E.ftctivumeute, la casa. de Sa.boya. se Desde su primera infancin.esta. p rin. dtstugue por la mul titud do Sautos cesa. so hizo notar por su inclioacton á Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 13S L.A. MUJER . . la virtud cristiana . .A.l cabo de muchos 1 su familia, la incertidumbre y peligro años la aya de RU niñez y dama de <.le las grandezas humanas ; así, era compañía de su juYentud, decia: "Do- humilde, abnegada y paciente á toda tada de un carácter algo vivo y fogoso, prueba,yjamassolavi6 enorgullecerse á medida que iba creciendo en edad, por sus talentos, su alta posic1on ó su se veía muy á las claras cuánto se es. gntnde belleza, belleza notórin entre forzaba por todOil lo;; medios para ven. las princesas de su época. cerse y dominarse á sí misma; así es Víctor Manuel, que babia log1ado que c~da dia se la podía observar más hacer frente ú Napoleon, sosteniéndose recogtda, devota y fervoroRa en sus en seguida en la Cerdeña, y recobrando plegarias, más exacta y obediente á la el Piamoote y la Saboya., vi6se despues voluntad de su madre, y más afectuosa odiado por el pueblo y obligado ú abdi­para con sus hermanas; en una pala. car en favor de su hermano Cárlos.Fúlix brn., de año e u año se veía palpable- (puesto que no tenia. hijos varones) en mente cuánto iba adelantando en el l l821. Cuando llegó á oídos de la Reina carni.no de la perfeccion que nos manda la noticia de b abdicacion del Rey, el Evangelio." reunió á sus hija~; en el oratorio del Siendo la menor de las cuatro bijas palacio y las dijo: del Rey, creció mimada y querida par. -El Rey, vuestro padre, acaba de ticularmeute por su familia, pero su abdicar, y por lo tanto nos hallamos carácter era tan bueno, que aquellos todos reducidos á la condicion de sim. consentimientos que podían haber da. ples particulares; demos gracias ú Dio!> ña.do su buen natural, la hacían más de que han queJado puros la concien-dulce y amable con todos. cia y el honor. "María Cristina, decian sus herma. Aunque brotaban lágrimas de los nas, poseía en tan alto grado el amor ojos Jo las damas y caballeros de la al órdeu y al hnen arreglo <.le su por. corte con semejante noticia, las fisono. sono. y su aposento, que desdo su pri. ru{as do la Reina y las Princesas, segun lllera niñez observaba con la mús rígiua dijeron testigos oculares, sólo I'espirn. exactitud las horns destinadas al estu. b:tu serenidad y completa resignacion. l dio, á las labores y á todas las domas 1 Poco tiempo despues murió Víctor o~t~paciones pr,opias de su edad y po- Manuel, y se Ct\SÓ la últi~a. berUlana SlClon .... No solo procuraba ser exacta ,(que con ellaacompaiía.La a su madre) de todo punto en cuanto á su método con Fernando, Rey de Hungría, y des-de ~· iJa, sino tat~bieu en todo lo que p11cs Emperador de. Austria; las ot~as bacta: y lo hacH~ todo con la mnyor dos tambien se habw.n casado con pno. perf':ccion. Por frívola é indifereute , cipesitu.lianos. EntretantoMnríaUris. que fuese la. cosa en que se ocupaba, tina vivia. sumisa t\ su maure, ú tal María Cristina q ueri:~. hacerla perfec. punto que "era tan extremada su do. tameote; de suerte que bien puede cilidaJ, que se sometía enteramente á decirse que representaba eu sí milSma la voluntad de su madre, sin resistirse el pro lo tipo ideal de la perfecciou." 1 jamas ni contradecirla siquiem en lo Instruida, ::Lmo;ute del estudio de la más mínimo." ~it:era.tura, hablaba y escribía su propio Poco le Juró e~ta vida tranquila y td10ma, así como el aleman, el inglés 1 sosegada, pues su madre tambien mu­y ~l francos cou suma perfeccion ; di- rió, y se encontró sin protcccion ni b~lJabn y pintaba muy bien, y tocaba arrimo natural, po::o quericla por el p1ano con maestría,- adornas sabia co- 11ey que gobernaba ent6nces en Sabo. ser, cort~r y hacer toda clase de labo. ya, y en uua corte .q~e la m~ra.ba con 1 ros proptos de su sexo. despego y aun hostthdad, ·· as1, ú pesar Nacida y criada en una época de de la repugnancia que la. causaba la vida trastornos político~> en su pc..ís y en toda cortesana y los deberes de la nltísima. l la. Europa, comprendía, como nadie en posiciou que demanda la de Reina, l Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVISTA QUINCENAL. 139 a.cept6 la mano y la corona. rlel Rey úe hacia vender de!;pUe~', y cuyo producto NIÍpoles, Fernando II, en 1832. invertía tambien en limosnas. La fama. de sus virtudes era tanta, Segun se ha podido descubrir despues que el pueblo napolitano la. recibió con (ella ocultaba so caridad) iuvertia más grandísima alegría, regocijándose por- ' de 30,000 ducados anuales en el alivio que tenían una Reina santa. Desde 1 de los de¡::graciados. Su dote había sido ese momento María CriEltina supo ga- de 300,000 ducados,- vivió solameu~e muse los corazones de todos, tanto en 1 cinco años en N ápoles, y cuando munó la corte como en todo el reino. Con su 1 sólo poseía siete ú ocho mil que mandó noble porte y amabilidad, tenia sobre tambien que se gastasen en obras su esposo grande influencia, y todo lo pías. bueno que ejecutó aquel Monarca, du. Desgraciadamente para Nápoles y rante el tiempo que vivió María Cris- para Fernando II, María Cristina mu. tina, lo hizo por el ascendiente que ri6 al dar ú luz :1 su hijo primogénito, tenia sobre su espíritu y corazon, una en Enero de 1836. El dolor del pueblo virtud fortalecida por la ciencia y ci- napolitano fué inmenso, y con aquella mentada en sus grandes cualidades es- impresionabilidad de esas naturalezas pirituales. entusiastas de los meridionales, la~ Naturalmente la modestia de su con. lágrimas, los sollozos, los gemidos eran tinente, el poco apE>go al lujo y el tantos que sobrepujaban al tañido de ejemplo de sus virtudes produjeron las campanas y el de las músicas que gro.odes beneficios, no solamente entre acompañauau el féretro hasta su última la alta sociedad sino tnmbien bajaron morada. á las clases médias, y de allí al pueblo Despues de su muerte, y con motivo mismo. Su traje era siempre sencillo de inm1morables peticiones que se hao y decoroso, y así la imitaban las damas elevado á la Santa Sede, ésta tnand6 de la corte y la seguían las demas instruir el proceso de su beatificacion; mujere~ de la ciudad. Como jamas se la con ese motivo se publicaron en la veía ociosa, bízose de moda el estar cada Givilizacion Gulólicct de Roma u u os dama ocupada tambien, pues parecía apuntes l1istóricos acerca de la vida impropio que miéntras que la Rema de María Cristina, -los que fueron 1 leía ó labraba, sus c.lamas estuvieran traducidos al español, y de allí es que 1 mano sobre mauo. Esto deboria do hemos sacado los rnattlriales para esto 1 caus:u mayor extrañeza en Nápoles, ligero boceto, de una. existencia digna , en donde se inventó aquella frase de por muchos moti vos de ser conocida por 1 dulce fur nicnte, de que tanto alarde la juveutud, porque el buen ejemplo ll hace o los napolitauos 1 María Cristina en doudo quiera que se encuentre es cosÍ:\ para los pobres vestidos J:!urdos siempre contagioso y aprovecha. pero 1ítilos y n.brigados, bordaba artís. ticu.mente bellísimas curiosidades que S. A. DE S. LA EDUCACION A LOS VEINTE AÑOS. CARTAS Á. MI J:>RIMA NATALIA. IV LA ?.lUlt:.\WRACION. QmElO hablarte esta vez, querida Natalia de un asunto que nada tiene de nuGvo. No es sólo hoy, por cierto, que la gente se ocupa en repetir lo que se sabe de malo de su pórjimo. Considero la murmuracion tao co­barde y pérfida, que tal vez me parece Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 140 LA MUJER. ménos peligrosa la. misma calumnia. saica la r.eflexion tal vez, pero es prác­Esta, por lo ménos, tiene 'llna ventaja: tíca, y te la recomietJdo, porque me se puede hacer una reparacion, y resta. ha sucedido frecuentemente callarme blecer la verdad de los cargos, cuando cuando ya iba á referir alguna anéc­carccen absolutamente de fundamento. dota que podía quitar la Mputacion á Pero ouaodo con motivo de un hecho alguien. Y no se crea que de •esta pru­verdadero se revela una parte de lo SU- dencia )lesulta un bien sólo para nues­cedido, adornado con picantes comen- tros pr6jiroos, al practicarla nos per. k'\TÍos, esa clase de murmura.cion no feccionamos y caminamos sin pensarlo tiene remedio, y jamas se puede borrar por vías que conducen á la 'Verdadera del ·espíritu oo los que nos han oido. virtud. Hav otra cla.se de murmuracion: la Aunque me acusen de optimismo, yo que escucha. Entre la mnrmuracion no creo que el ttntt-ncl.o es tao malo co­que refiere lo que sabe de sus prójimos, roo lo pintan, y no pienso que todo lo y la que con sumo arte obliga. á los hace oon maln. intencion: es pa.rtiou­demas á que cuenten lo que saben, hay larmente indiscreto, y la ociosidad agu­más perfidia en la. manera hábil do ha. za la curiosidad, y de allí pro'l-ienen cerse ref-erir las fa.lta.s de los demas, todas las murmuraciones y revelacio­que en cargar oon la responsabilidad nes imprudentes. Si cada uno de nos­de ello. otros reflexionara, ántes de ho.blar, en He conocido personas que nunca to- las consecuencias de sus palabras, ~1:1to roan la. iniciativa para. ba.blar mal del seria un gran uien para la sociedad, y prójima, sino que lle:van la conversacion laastaria. para evitar inmenso m'imero de mauera qua los demas vayan de~;. de males. cubriendo poco k 'POCO ouanto saben Te deseo toda clase de felicidades, y de los demas. Tienen un arte singular te recomiendo que pienses en lo que para hacer preguntas insidiosas, ha. te he imos. ¿Quién no ha experimentado aque­lla situo.cioo ele ánimo que se deja lle­var al vaiven de su fantasía y arrullar por los recuerdos 6 las espemr.zll3 ?­Pero uo es igualmente fácil con d~,;cir como se quiere un pensamü1nto ~on claridad hácia el objeto que nos FO· ponemos estudiar. Los ensueños ;on verdaderos suofios do una imaginacwn que está despierta y que es caJaz de guiarlo por los senderos que má~ le agrada u. Los onsuofios, querida prima, !'On pe­ligrosos. i Cuáles son los pensanúeLtos Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ·' -------1 REVISTA QUINCENAL. 141 que se apoderan de UM imaginn.cion de hora de reflexion prúct.icn, dedicada femeninn., como In tuyo., en la aurora á exmuinnr maestra conducta, nos hace de h. vida, cuando aún e<;tá ausent•J b adelantar mús por el cflrnioo de ln. per­cxperiencin? 1\o quiero ocup:Hrne de feccion. que dias enteros eotrogados :í lns que en su suprema frivolidad s6Jo contempla.r no mundo de quimeras. piensan en idear vestidos y puerilicln- Los ensueños son no solamente un des de ec;:~ especie, esas jtíveoes no nos pln.cer malsano, ú los cuales nos aban. pueden interee.u ¡ para ollM b vi1ln. es IJQnnmos, sin<' que paro. nlgunn.s perso­tan mezquina y pequefin que no hny na~ se puedo convertir en una enfer­peligro ui perspectiva que las Lngn medad del alma. Enfermedad peligrosa daño ni provecho. Yo no bublo sino de que ejerce uua influencia funesta., y las almas capace,; de pcns!\f y correr que es capaz de embriagar y daüar el riesgo de extraviarse por las vía~ de alma mejor templada. El espíritu mlís ln inteligencia. firmo y más recto, al dejar~;e llevar Exnrninemos si los ensueños no cjer- por eso. costumbre, ohidn. la verdad y ceo unn. influencia funestn sobro el se eu~efio. á vivir de las creaciones de pao!'amiento, y pervierten la rectitud su fnutnsía. E~ preciso hacer uso en. de los juicios, emhringnndo y seducieo. tónces do todo. nuestra energío. pa.m do, de mnnera que la \'ida real parece sobreponernos ú los ensueños que pro­t! escoloriut\ y sin interes en compnru- curaran dominarnos y debilitarnos, has. cion con lo imaginado. tn el punto de que he oído decir :í nlgu. Notn, c1ueridn amiga., que los cnsuc- nnspersoons,c¡ueabsolutamentcuopue­ííos desarrollan In parte méuos Lucua den gobernar t:u pensarnionto,y se decln. de nuestro carúcter. Si tenemos incli. ran incapacc~ de unn retlexiou racional. naciou á la tristeza, al descontento, á El mejor moJio do impodir esta de­ll\ irritacion, do ~eguro cunudo so pcr- cadoucin del espíritlt es tratnr de ocu. anite 'lue la. imaginncion uos lleve h:'í- pnr su mente con pousnmiontos --úli. cin los eu'lueiios, ellos nos afirman mús dos. Lns fnut.nslns do In imnginncion ou nuestros defectos, y !ii nos dejllmos no pueden morar siuo en las mente,; domiunr por ellos nuestro carácter se do~ocupadas. l•~s un privilegio, y tnm­ngria, y cualquiera palnbrn. quo nos bien uua respon,abilid.ul de los espíri. obliga .í vol ver :í la \ id·l real uo-; en- tus cultimtlos, el que no pueden existir furocc, y perdemos la facultntl do go- dcsocupaJos. E-; indispm~sahlo cjerci­horuar uuc.;tro mnl gúuio, ú la tristctn. citnr fiU acti\idnd, y si no !'o lleva:'\ c1ue nos abrumn. caLo c~to un ul scutido 1lel cnanino de Poro e11 la mnünnn Jo In e:dsteucin In \ erdnd, se tuerce y so preci pi !A en hay toda\ Í:L otro peligro. A posar 1lu el dl• la~ tplimoras. que ou nt¡uella. cdnd -.u ostjÍ muy pro. Por último, mi querida Natnlia. p.::nso :'Í vur todo color do ro~n, por lo pienso con toe ú osta íntimos pensurnientos. Auoquo parez­oxistcucin tern•md! A fuerzn. prcci o aprender qut• el vertl:t.doro ?lltt\QC á los \agos cusneños de una Hlc.ll Ja ln vid:t. no está eu l:Ls faotnsíns imnoiuaciou osa pena y me aterré: pl!lro mis impresiou. Pnrece que el brillante oficial, el ojos permanecieron secos; los niños pare- 1 bullicioso y entusiasta jóveo, se enamoró ceu tÍ Toces indiferentes, y no lloran de una niña en no sé qué ciudad do 1:. cuando so cree q11e deberían mauifestar­costa del Atlántico, donde estaba la guar- se enternecido:!; UJUS se ElqUi vocao quie­nicion, y habiendo tenido tm di:;gmto en no::; piensan que e:; ¡Jor falta de seutimicn- 1 , un baile, ella rehusó bailar con él, desai- to. No e:; así, sino c¡ne las hondas penne rándole: enseüado á hacer sien1pre su les asustan, les espantan y parahznn sns gusto, y IÍ. q ne nadie se resbtiese ú. sus sú- faeultndcs; deapertáudoso ues¡mes en ellos 1 plicas, ameuuz,j con watarse si la seüorita una irresistible curiosidad, un deseo ar- 1 continuaba dosdeñ:índole; pero In loen diente do indagar, de dnrse cuenta de aquel umchneba se hnrló de él y se levantó para dolor misterioso para ellos. .\:~Í fué cl'1e bailar cou otro. Eutónces l~edorico, ¡;in de- pennauecí inmóvil y callada, cou~011J)llan-cir una palabra uuís, abrió el balcon que do ti doiaa Alonsa, ba1>ta CJUC ele eran diario¡¡. Las calles }JCrsouns hnjo do la1> Yent:mas de la ca-.a permanecían dc:siertas y lúgubre.-> en todo r¡ue ftu: clo cloii/( Alonsa (la r¡uo ttunhicn tie~npo; las casas ccrradns y l:ls ventanas murió luí luengos oñc s) .r ·voh·ió d re\"ivit· solitarias 1Í toda horu, aun en la que, se-¡ en mi mento aquel epi.-;odio de mi infnu- gun la costumbre e.-;paüoln, lns muchachas ('in. Ln msitn e::.t:í lo mismo por fucru, y solian salir :l tcspirar el aire fresco y sa­Cilll dificultad pudo pasar ~;in detcuonuc luuür á algun gnlan que pot· casualidad 1 nulo lnli anchas griet~¡¡ de la ¡lllcrt:\.... pasalm por su callo totlas Jos t.·u·des. Las 1 ¡ 111 i~lcrioso poder do los recuerdo~:~ primo- ~;uiiorn~ estaban do lulo; apesaradas y ro~! ... do ordinario tí 11adn conduce u, pe m nfligidas con tauti\S de~graoius, es de pre~ bOn In 1nitad do la vida: la ot m mitnd sumir que pocas peusalum en galcmteos. Jn corn¡umen las c!u tantcs de a1ptel hnnio oyeron el lojano pon¡ no sou siempre de~graci:u.lns, sin hn- ~;onnr de varias espuelas sobro ol de.si~ual L.er luciLlo para ellas un solo dia de empetlrndo, y el rozar do In~ espadas con-' 1 goce. tm ln pared, y en "cguida vieron pasar un -E~ verdad, niiadiú ~\[:iximo, pero los grupo compue:sto do d!l!! oficiales del R~y vonlndco os ol"istínnos y creyentes picnsnu ,\" nn hombrecillo moreno, de aspecto rum quo In suerte dcscrracindn en o-to muut.lo e:¡ y bajo, pero viostosaruento vestido do p:li­nn l.fcclc> U.o ln°hondad de Dios, c¡uo ha sano, luciendo, ó mtis Liou, doslnciondo qncriclo !'lU purgue en viLla sus pocndos. una cnpn nznl con vuelta~ rojas. -.\h 1 si tuvit:mmos todos semeja:llc -;\nde usted! C'nmrLradu, dijo nuo do resigna e on, conte¡¡lcí Adriann, u a da u os los oliciale.s á esto Íllt imo, la hermosa He-fultnriu pum ~or t-antos! len vive Iéjos, .. egnn pnroco. -•· Pam el homlu·e pindo,o, dioo Au-1 -Al haberlo so.spochnuo, aiiatliú el otro gm;to N culns, ln ~ociedad no es ,;ino uu oficinl. de uiug;una manero huhicra im,b­tontro, CU,\BS ,·nnidnde; so bailan ]laten- tido en venir ñ conooeda. tes, y In no.tmnle:r.l\ otro t$tro. cuyas nm- ,\l cabo de un momento el primero que rt\ villllS tec:ouoco y admiro,'' rcpuso ll úxi- ho.Lió dijo: wu, .Y )\H" lo 1uismu dehcria ol IH•tnure -Voto á bríos! ,: So hal.mí usted que- YO!" la vida prcsl•ntocon iudiforcucia,pnes- rido lntdar do no~oüus·t to t¡nc es tan paR:tjet·n y éngaiio~¡¡; pero -Si lo creyera u11í .... repuso ol otro cutin po os sou In:; que eostdn prcpnmdos mirándole de reojo. IÍ UcjnrJ:¡ ~iU f~lllOl"! -~0 lo pÍCUSCll li!;!OdOS J exo)aUlÓ Cl -A }llsur de que todos sentimos llll to- hombrecillo de In capa nzul, iuterrum­rror iust ut i vo rí Ja muc¡·tc, dijo M nuriC'in, picudo al oficird, y niiuduí humildemente: 110 lmy fiiiÍCil \10 wirc con ucsprocio al IIUllCI\ 1116 Lnloiera atrovidu IÍ tanto ... Aun­que llcja la vida mauife;,tñudu:.o cviJMde, que IC!l repito que lu yeuida de ustedes lo quo uo recuerdu no snce.-o qnc no ha por n1p1Í no c.; do mi gn,..to, porque las Iutwho tto refirieron on Hogot1Í, ap:ueu- mujcre:> son dóhilcs y los olicinlc.s no do­l ·~meuto nvcro~imil, pero que os en roa- jan de e.er atre' idos y tiouon uuu. labia y Ji dad his:,¡írico. un dooir .... -¡ 1 ·n:ntelo en seguida ! eschmó l'c- -Yaya un ~opeuco! dijo el pri10cr ofi­pita, ) d• nutcmono u¡;eguro que S!•rtí m:Íe e in l. ,: Si nos h:uia rocelo por q né ~>C propu­intot ·cstuio que el relatado pot· Alicia, (¡tto ¡;o u~;ted despertm· uuostm curiosidad jac­roaulió hn·to simplon. tñndo .. o de sus nmorcR con la muchacha • 1 .... Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 144 LA MUJER. más linda de Santafé? Porque, añadió, 1 -Cuidado don Luis ! Ya usted hl\ col­a; unque las chicas bellus no faltan en esta 1 mado la metlida .... este último insulto me c1udad, son por lo general esquivas por lo ha de pagat· más caro de 1.> que damas. }liensa. -Dice verdad Perico, repuso el otro El jóyen le contestó con nna carcajada, oficial. Desde qne llegué aquí, noto que y haciéndole un saludo irónico, cruzó la las mujeres se asustan y se esconden cuan- esquina y se fué. do las miro .... Y esto es más de extrañar -¿Quién es ese galan que, segun pare­cuando en otras partes no faltaba nunca ce, obligó á eclipsarse á la Belen del amigo alguna á quien agradar y aún no desde- Bautista? preguntó el teniente Pet·ico. ñaban decírmelo. El burlado hombrecillo estab!l trabado Y al hablar así se retorcía el vigota con do rabia, y no podía responder. aire de maton. -¿Será por Yentura algun hermano ce- -Por otra p1nte, r..ijo Perico, es cosa loso? preguntó el ott·o. de no creerse el qne ya que nos n:liran -No es hermano enteramente, pero .... con desden las mujeres de Santafé, ten- -A lgun primito ? gan el mal gusto de preferir al amigo -Sí, señor. Bautista. -Ya lo comprendo 1 ¿Rival de usted? En aquel momento llegaban á una es- -No sé .... quina, en la que hallaron á un hombre em- -Ambos oficiales soltaron unl alegre hozado hasta los ojos, que los miró con cu- carcajada. riosidad. 1 .Bautista se puso lí-vido, y dijo exas- Al verle Bautista se inmutó, y dete- perado. niéndose dijo en voz baja á sus compa- -El don Luisito es una mala pieza, y ñeros : adamas, el mozo se ha manifestado patriota. -Tengan la bondad de no hnblar tan -Patriota! recio, porque si mi Balen, que vive aquí -Patriota! cerca, se aproximase 6. aquella veubwa, Y ambos oficiales dejaron de reírse. y oyese ruido, no hay duda que se ocul- -Esa aousncion es gr11vísima dijo el taria. uno, y es preciso indagar. Al notar que los oficiales y su compa- -¿, Cómo babia olvidado usted denun-ñero se acercaban, el embozado se dirigió ciarle, fllltando usí ú. su deber? uolamó á u no. ventana semi-tapada por una rejilla J:'erico. de madera (la misma que había señalado -Dice usted bien, contestó Daltista ya Bautista) y habló algunas palabras con más sereno; le habia olvidado eLtro tan­un~ persona que se hallaba detras, alean- tos qno !le hallaban tal vez más ~ompro­zlindose á oir una voz de mujer que dacia: metidos. -Ilu~ta luego, Luis 1 -Un rival, amigo, no so olvil11 nunca. Apre,¡urarou ol paso, pero al llegar ú. la -Peru siendo pariente de llelo1 ... \·entuna, el jóvcn ya se había apartado, y -Comprendo 1 interrumpió Pa·ico, us- Jn hallaron vacía y cerrada. ted temía perder lo. amitstau !le la familia. Los oficiales subieron la calle y vol vio- -Pl'obablemente .... pero ya c;toy re-ron á bajar con sn comparsa Bautista, suelto á no tener con él más colsidora­rniéntrns qne el embozado permanecía ou ciones. la esttniua. Al pnsar junto á eH dojú caer -'riene usted razon .... á pesa· de que éste los pliegues de su capa, descubriendo entre ese jóvon y usted la hermos' no va­ou parte una fisonomía jóven y graciosa, cilartí. y un par de ojos brillantes y burlones, y -¿ I~o oree usted así? pregurtó Bau-dijo en alta Yoz con unn sonrisa irónica : tista con marcado interas. -Parece que se le ha frustrado su de- El ofi.c.-i.al se echó ú reir. seo,¿ no es así .Bautista.... Vencegue~-ras? -¿No lo he de creer? Al oirse interpelar con un apodo que -¿De véras? le disgusta-ba sobremanera y lo ponia en -l:H, pero no vaya 11sted á int)rpreta: ridículo, el hombrecillo dirigió á su in- mal mis palabras. Oiga usted 1 ll prefe­tedoc: utor una mirada torva y hostil, con- rido será siempre él, no lo dude ¿No t& 1 testán.dole eu voz baja pero con ademo.n parece que tengo razon, J>erico? añadi~ colérico : dirigiéndose á su compañero. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVIS1'A QUINCENAL. 145 - P•:>r bllpue:.to, y apostaría uli llll\110 si u mi!;ericordia, ohitlaudo quo no hay dercch.n. enemigo pequcüo, como á :.u co:.ta lo dc:.- -1\1 il demonios! exclamó Bautista fu- cubrió en breve. rioso. · La noche del t.lin cu que empieza nucs- -Pt!lro, dijo Perico, la bella se hn ocul- lro relato, Luis se vió l'Cpentinnmente tndo d.ecididamcnte por órden del gnlun, , nrrest.ado eu su casa por úrden del Go- 1 y no vc¡¡l vent ó lJresentarse; es tiempo do biet·no, y llevado come> crimiutü á una do v vlver al cuartel; esto buen IJombro nos los Ctírcelcs politicns. ha LecJ!10 perder toda la tarde en vano. Al dia siguiente se lo ompe'l<Í ñ seguir · - Pern no m o pc.;a, dijo el otro oficial, Clllli>ll como á patr,.ota, cosa que lo sOt·pren­portJUe hemos l:illcado en limpio que todu dió muchísimo, porque habia vivido siem­lu cha1 In do llautista era pura fantasía, y pro retimdo eu sus quehaceres, :;in mez­que la 1liiía eu rosúruen profiere á olro. 1 clar:;e jamas en las co::;~1s políticas ; y a un- - Ja ! ju l ja! añadió rieudo Perico, que en realidad prefería b caru;a de la In­¡ cóu1o ~o vuu ñ dh·ertir los demnscunndo dependencia, como s11 familia era de orí­lcs cootomo:. clre;;ultado do nuestra nven- geu español y adicta ul Huy, él prudente­~ ura du c:¡tu tardo l ¡ Despues de tanto mente babia guardado r01>orva abs->luta jnctars~ tract·no~ á que véa1uos solauwuto acerca de sus secretas aspimcionlló llatrió-ol rivol ! ticas. - ¡ E:.to es muy bueno! exclamó el l Sin embargo, lns acusacionOtl de sus P~ne-oiro. migos oran muy graves, y auuc1no en JUS-llauti:. L\ euh·e tanto, cabizbajo y mohi- ticia nada le podian probar, eu o;a época no, uo o ntrc,·ia á mostrar ~;u di::.gu:.to, y era fúcil perderse solamente el que llcga­totlos t n•.; tomaron el camino do regreso bu á hacerse so:;pcchoso. Cunude> l>Dl'o que al cntu1cl. :su denunciante babia sido Bautilita, com-ll 1 prc.ndió que bU situncion om e~ extremo . . pehgrosa, y de:;e:;perau1.ado de stnc~r-J.r:se, Ltwl vt vi1\ e u el barrio do Santa n,tr- 1 rc~ol vió callar y dejar obrar al dc::.tlno. bnm con sn madre, su hermano y dos hor-¡ Dol! días detlpue:~, Ijui!i tiC vic} condena­mann!> l j<Í\'onos, no l<'jos do la cnsa dol do á muerte con cnntro oompaiíeros más, padre .Jo till JH'ima llelou, cou q11iou, do poro éstos por lo méuos h•Lbio.u tonido ln puso lhromo~, - cstnLa compront(·tido ,¡en- honra de trabajar en realidad por la ~)ll­sur~ c.ounudo ~;erenara el turbado hori:r.onte tria, y morinn t·osignndo!i, porque habuu:~ poldtco, puo~to que JlOr ontúucos nadio cumplidu :;u deber, y onmm que tarde u pcnsnhn nu cambiar do ~:ou crto. X o t.iéodt>- temprano, su obra daría frutot<. l>ero el )e pennitillu YÍ~itar con frecuencia ti su no- d~"mciado Luis miéutrus tnnto se dc:;eo¡­vill, H•guu llls r ígidM co:.tumhre3 do a(p1ol pc1~ba, porque no cucontruh:l cu su alma tiempo, el jóvcm procuraba verla totlns ll\ cncrgÍ•• y )ro trot~~¡uil itlnt.! que produ~e las tarde, o u la 'cotana. siemp ro una sincorn opinion ; él se líen ha l'ocos diRs dllSpues de la cntrtuln .¡ !lo- débil ante la muerto pro111ntnra, que uo got:l. t.lel J>aríJi•·ud"'' I\lorillo, estas cutre•- hnbia nbsolutnmooto l.m~o.:~do, V do.-cabn Yibtll.'l fuorou turbadas por llnntista 'l'ihi- h>'Ozat· de la vida quc~;iompre lo Gubia son­tú, unllnto onmzndo de indio, el t¡no ltn- roído. Adamas, desdo c¡uo fué arrestado bi?ndo visto.'¡ De len salir una maiiuna do no hu hia podido comunicaroe cou su fnmi: rntsn, 110 lmlna prendado de su ft·o:;cn. hot·- lía, y In fnlta do C!>to cousuolo deseado e , mo:snrn, como ol gusano vil busca la flor imposihlo, le afligin ~;obromanora. más bcl In, y la ¡•orseguin con sus vulgarít>i- }:;,taba muy a \'Unza da }:4 tarde, y ya era mo., galnutoo:¡. casi do noche, cuaut.lo Luil:l y ~;us compa- K,to hombro tenia la profo:;ion de e:;- iioros despue, do ht1ber oido &u sonteucia pía, sirviént.lole tiiempre al partido quo de m:terte, fueron enlregat.los al carcelero ~>O hallaba en el poder. y por cousiguieute, que debería conducirlo, lll convento do Yiéudoso despreciado por todo;;. Como lle- la 'l'ercera donde outúnccs babia una len, disgu~tada con aquella pcn;ocuoion, prision. ' se ocultaba para no ser vistA por tan in- El carcE>let·o era 1111 bandido sin ley ni dig1~0 admirador, Bautista t·ondaba la ca:. l Dios, que recibia los pril:;iono,·os eomo líos, !lo u. ledas horas, y con froouonoin so on- sin que le dijoscu ni él pregnolaso sos conlrabn con Luis, el que se mofaba do él nombres. Lo único <1110 lo impul'iaba saber ---~- -- ... Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ------------~--- 1- 146 LA MuJER_. _____ _ ora que los hombres que lo entregaban, 1 y despues de algunos momentos se dejó debet-iau pasa1· lt manos del oficial de la caer casi ex1ínime delante de un portoo, 1 escoltn, que los conducida al suplicio al en las inmediaciones del111olioo del C'ubo. • día siguiente. Cuando pudo voh·et· en sí notó eu el um- 1 .Apénas habían salido del juzgado cnan. bral de un portan cerrado li un indio ros­do se desencadenó sobre la ciudad un 1 guardándose del agua y con un tercio de fuerte aguacero eou acompañamiento de carbou á cuestas. Al verle en medio de la truenos y rol1ímpagos. Al llegar al puen- semi-oscuridad, le ocnrrió una idea, y te de San Frauci::;co era tan fuerte el tero- acercándose le dijo: j poral, qne el carcelero, no queriendo mo- l -¿ lluou homhre, quieres venderme el 1 jarse, hizo entrar á los pl'esos tt un vecino carbou? zaguan, miéntras que los soldados de la -Sf, mi amo, vale tres reales. escolta se situaron, unos :í. la pllOrta que -Bien, te lo compro .... Pero, adorna~, daba al interio1· de la casa y los demas bagamos un trato : yo te doy mis -vestidos en la exterior. La tempestad se bfiCia cada y lo qno tengo en el bolsillo. y en cambio Juomento Juns furiosa, y de repente vino tú me das tn ro¡.>n. á cnor un rayo en la vecindad, producien- ¡ -Su merced se quier~ burlar 1 do tal fragor y nhudimiento, qno todos, -No, hijo: hice una apuesta con un presos y escolta, caye1·on de rotlülas sobre amigo y debo >olver á cnsn -vestido como tú. las baldosas, cubriéndose la cara con las El hombre le w.i.ró sorprendido, cl·e-manos. yéndole por lo ménos loco ú ebrio. Lnis babia llegado á tal grado de deses- -Arreglemos pronto! exclamó Luis poracion que no le causó micdu aquel ve- impacientado. ligro, y nG pens!lba sino en la triste suerte -Cuánto tieue su merced en plata? - -=:; que inomisiblemeute le tocaría; así, sólo -No sé. él ponnaneció en pié. Al verlos tan dis- Poro al decir esto sacó lo que tenia traídos, tuvo la repentina idea. de que tal ou los bolsillos y tlO lo puso al intlio on vez podria aprovechnr aquella circunstan- In ruauo. El indio contó y recontó los rea­ci. n para huir. No le bahiuu pue!>tO grillos les, los que, aunque no eran muchos, eran m espolSas, pareciendo innece.-;aria aquella¡ más do lo que valía el carbon; sin embar­precaucion con uoa persona que deborin go, el chibcha es desconfiado por natura­sor fu::;ilada ol día sign.iento. En el mo- loza, y no cesaba de sobar lo. plntu y mi­monto pu~o en prúcticu su feliz idea ... Se rarlo. á la escasa luz del crepÍisculo. dc..quina del colegio del Rosario y suJ,ió la nurigncla y un buen plato do ma1.amorn calle 1Í toda canora y como u u loco; al fio con su acompañamiento de pan negro y cruzó ú.la izquierda, sin saber lo que hacia, chicha. • --------- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVISTA QUINCENAL. 14:7 III 1 El cnrcelem v sus secuaces no echaron do vm· que les Ínlmha un preso, si u o en el La familia de Lui1 babia pasado dias momento. en que, ya calmado el tcrnpora.l, angustiados. Con la tardo del día cu que emprend1erou 11110vamente marcha con eh­lo sentenciaron á. muerte Pedro su her- 1recciou :í la 'l'erccra. Sin embargo, ni pri­mano salió ,¡ tomar loua~1as en l~s calles 1 sioneros ni soldados 1<> habían visto salir, y suJo que Luis debet~a sor fusilado a.i y auuqu? el carcel~ro los i':t.crrogó fmio­siguiente dia. so, ofrecteudo castigarlos st no hablaban, Aíligido, desesperado, sin aeordarse de lnad.a pudo oLte~cr. 'üu~to m:tyo.r o~·a su que de podía hacer sospechoso taro bien, co- ¡ raL1a cuanto sn.b1a ~u o st af du1 Sif?Ul.enlo uió intri!!­deron do la lhrea, ro•aidcnte cu Washin¡;tou, teadn en ¡;rau parte una expodil'iou al Polo varias f!octisuR, una hermana. ele Gludstonc l dcl Xorte cou d ohj!lln de dP'aiín, se propone ¡r.lsar ¡\ Afrka PO f'i {trtixirno f'llhrero par.t. ir ul país do.• lr•s Znlúes á omr l'l\ el sitio en <]IHl mata­ron :l Bll hijo. Ya, si quit•re, lo pneio hico ci muchos ti•11S'I ndn­tl .. s. Si yo no lmhil!t a l·xistiito ac mluocnlas ~loria~ lllnmwns! J.os l~riocliRtas tic raza anglo-s.tjona. son los mil» :mlltnllnos niuguna nov1.11.hul o.•11 ellas, pcrmitano el leotor haiJlarlc cuatro palauras de dos p.•ísea curiosos, y con lnon si m:;tn l.tt>\'.Íbtn so su::;¡H•ndo ch..trnll te allt'll'S olo l<::no­l'O. La necesidnd ole doscrnlHnr de ln:> tn1·~ns quo se ha ilupuo to. ln oblignu tÍ nu <'U.tnro tlo Hug<;otiL por algunos din~. Im¡
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La Mujer - N. 30

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El hogar infernal.50 películas esenciales de mansiones y casas encantadas

Por: Alfonso Cuadrado Alvarado | Fecha: 2018

Sin duda, el terror se hace más amenazante cuando el monstruo, el mal demoníaco o los sucesos paranormales abandonan sus moradas habituales y se refugian en el hogar. La casa encantada ha sido un motivo presente en el cine fantástico y de terror desde los inicios como representación de lo que más tememos, convertir el espacio íntimo y seguro en un infierno. Este libro propone un recorrido por las casas encantadas en el cine desde los primeros cortometrajes mudos hasta los últimos éxitos del nuevo terror, como Expediente Warren o Verónica, pasando por oscuros castillos, mansiones misteriosas, casas fantasmales y pisos siniestros.
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
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Dolor en la pantalla. 50 melodramas esenciales

Por: Pablo Pérez Rubio | Fecha: 2018

Pese a proporcionar a la historia del cine no pocas obras sobresalientes, el melodrama sigue siendo un género considerado menor por especialistas y público cinéfilo. A ello han contribuido varios factores: sus orígenes literarios degradados; su antigua condición de «cine para mujeres»; su multiplicidad de variantes, enfoques y perspectivas; la habitual contaminación con otros géneros Todo ello ha hecho del melodrama un modelo narrativo difuso, escurridizo y lleno de sombras. Sin embargo, lo melodramático es crucial para entender la evolución de la cultura del siglo XX y la vida cotidiana del ser...
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
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¿Por qué amamos a Pablo Escobar? Cómo Netflix revivió al narcotraficante más famoso del mundo )

Por: Santiago Giraldo Luque | Fecha: 15/12/1879

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LUZ Y FE DAN FUERZA. LA MUJER. REVISTA QUINCENAL t:XCLUSIVAMENTE REDACTADA POR SEÑORAS Y SEÑORITAS, DAJ O LA DillY.CCION DI-" L.\ SE~OllA SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER. LÚ~ES, DICIEMHltE 15 DE 18711. __:.--...:.=====~ ESTUDIOS HISTORICOS SODH.E LA l\! UJElt EN 1 .... \. CIVII.IX.\.OION CAPÍTULO !\0\'I:~O. LA MUJEH. H.OMA~A. (CO:"o defendieron con lns CHIIII\R cu la mauo y ou los campos clo IMtnlla, los tiranos que gobernaban uut6neo,, Antonio, Oct.avio y Lépido, re olv1orou acabar cou todos los rcpu. hlicnuo , diíndolc muerte (i sangro fria. " I.os ngentes del triuuvirato {dico Segur) llc\arou ií Homa la órJeu de pouur lérmiuo á la -.:idtl do todos los !iliiialndoH como proscritos. No a.udu. 'ioron rcmiSQs en ejecutarlo. : unos ornu nsc~ioados ou los hruzo~ do l:illS mujeres y sus hijos, otros erau iumo. Indos en el reci uto •lo lo11 templo~, en lns callo,.., en lu.s pln7~'l.l> p1íhlicas, en Jocdio do los banquetes y aun en ol ejercicio de :;us empleos ptíhlicos, como sucodic~ :d tribuno del pueblo, Sa.lvio. Estn!> s:~ngneotas cjecucionos cau!'aron un inHmcible terror en Roma, l.'\nto más cu \oto que no se S.'\ hin. cuálco eran los nombres tlo loí! que c::.tabau cu lns talJias de proscripciou. 1'0MO HI. Los m:ís tímidos so. oculta.hnn tcm. l.Jln.ndo e~¡ los sitiaR m~l'l retirado,, los 1 prudcutes ~e nlejaban como a l Jescuido, oQ tnnto que los más nuclaccs llegaron ¡Í concclJir el puu amiento ele poner fnogo á la ciudad ompczn.udo por sul'l propias casas. Cuando álguicu se .on. coutmhn. con otro on lns calles sohtn­rins ntobo, temblnb.."l.u, pou~anJo cada cual que el otro podia ser el emisario encargado do darle la. 1auertc." U na vez que se lijnron los nombres e lo l:~s prc::.uutas víctimas eu las tabl~s do proscripcioo-on cuyo cncabewmwnto se mnuda.bn que CJUicn r¡nicra •¡He dio m asilo nl coudounclo seria considerado como c6mplicc, en tanto que el c¡uo douuociara al pro crito recibí ria u un. recompensa- luego que !;e supo esto, el terror subic~ do punto. Los denuncios se hicieron tan frc. cuentes, que om ya cosa corriuHto que el hoUlhre libre veuuicm á su amigo en ctLmhio de oro, y el esclavo pot·obtoner ln liburta.d. Las desgrncintlas dctunn oo em.:outrabao nmp.Lro. y tamiau ul Jt3 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 12() mismo tiempo el puiinl del MC!'lino, la 1 justa, pucsf o qne incurro e u la misma trnicion de sus esc)a, os y lt\ :wnricia pena el proscrito y ul 'I"O lo oculta. hasta de sus parieot<.'S mrís C'crcauos. )lerced al valor fJIIO despleg•) en 1 Re doRpertaron ent<Íuces tocins las ven- aqnell: oc:nsion la tlladro de .Marco gnnzas olvidadas, los odios, bs envidias Autonio, 1 :stn l ogr•~ que borr:uan el l mn.l encubiertas, y así los denuncios nombre Jo su lterm:lno de las tablas do 1 oran contiuuoR. proscripciom. 1 Paree.: e como si esta situacion espnnf o. A,]ernas t le cst~ nmd ro rl igua de elogio S.'l. u o podria. rcpetinso ~~~los timnpos del ~·e refieren Jos ltc1·hos de \arias otras cristinni~rno, y que a•¡ucl lns gentes ~e m11jeres 'JI:! O con 'hczas y prmlencia portaban a:,Í porque cm u pa~nut\) ; . in salvaron 1 a 'liÍda do sus pariente:. y orub:ngo, durante In famosa Hcvohtcton n.mi:-:o~. S ,lJcdorc!: los tiranos del mal frnnces.'l, y despuc, en las ,~poca.<; Je partido 'JI te les jugab:m las mujeres revueltas públicas en todos los ¡m'Í~es romanas s:1h11~ llonn:NSIA, lr:íbil ,dJo. qu(. vapel desempeünlrau Ins llllljorcs yndo. 10manas! La hi:;totia señala apéuas una Ella. acostumumdn .1 defcurlct pleitos sola, tpto fué cruel y sur picd,Ld c·omo a u te el Foro, tom6 la palnllm eu nombre los hombres He su tiempo,- y en CRto clo ¡;n:; concru•b,J.was, y tHI un di~cu,-,;o o.u;o las romuuas fuo1 on lllll jo res r¡uu Ja¡; nnry eloc·ucu 1 o, deuuncinndo la <·1 u el. mujuros sostenedoras de la· Rovolucion dnd de Jo<~ tiranos ¡ dcft;udillldo. !.1 fr.mcesa. . - Aquella mujur, r¡uc In hiR- cnU!':I\ de l(l• porwgmdos, ¡wallo y Ir u. toria denuncia, so llnrnnba Fur,\ r \,y rnilló 11 los gol nrnnut ·P. Qtn In primera. espo a do .1\lnrco Anto. A pos:u do In. mbin tjiiO sus u,Jacc uio. l 'arcco que habia touitlo moti, os palabra tic portl~ en el pecho do lo dc,¡uej~contraCiccron,vuo olmnouto tirano, Jl, conwttoroncn modifi 'r OD\lo ]>CrsonP.lruento lo· 11 e anos á u ) dcroJnr l ley en fn~or do ]os ciernan. en 1, stuo que pidi6 ngna. con un ¡ouuzon, y Hlll- '[UC la tlocndcucm rnorn1 había lle ado u e de ,, n mn.ucra bárl>."l.ra do lo '1"0 hnsta el 1 nt.o tlo •¡uc los :unos de) h.thta diclro contm ella. m11udo o In rnillub::ur y IYtju >.'\n u l'cro si h mujer de ~ l ntTO J\ntouio frente~ para rel'ihir ol yugo ele tro crn un monstruo, I.L madre de n•¡utJI horubtcs, Ir. e amaR rontnuns ft ron la tÍilDO ejecutó el siguionto lrocho: tÍnicu •JIIO ·e .ntrmicrou {¡JI' i tira In l n día se prcscnt6 en ol Foro, J 6rdcncs tlo los tduu1 ir o , y pH 1111.:dio dingit11do o á !'11 hijo le dijo: do unn tnu or o dtJU uir por ultillla -Triumiro, he tabido 'l"tl J.av t111 ~;ez la \OZ 1()rihuuJa do la j ticiu..) pro rito n-iln•lo en 1111 t•a a, y H!l~ o.\ la liuewuJ! •• douuucinnne. El uomhro tlo tu ltorrnn. L:lS nus a cau 1 trncn lo mi rno uo, Lúcio, es t •• e u ln Ji tn ,Jo proscra p- efectos, :¡sa CÍtuacion tan io~o~te. el tÍtl~lo .de Au~us!o, 28 aü~s ~u tes del niblE', lmscó un nn1o que gobernase ad veuuUlento de l'\ u estro l"euor ,Jos u. con tná~ equicl:l.d y ménos crueldnJ : cri:;to. a..c:í, levantó un trono y suutó en l-1 nl S. A. DE S. primer grnperat.lor Homano que tomó ( ContitttMUtÍ} ---.... ·---- ENIGMA . • j Yeoga el m nndo erudito, ol 11modo nmo. 1;1 lllngo cahnlí~lico, ol profetA, ¿Será tal vez de odiosa ~irauía Ln nle.,.órica iwó.-cu infamnnlo '? l:l tilósofu, el sabio y el poct.,, ¿O em.b.. lema do lotl misma auoJua 11' a ?• Y uuu lu débil mill\u del oruo humano, Y adivine quien pueda a•luc:;to arCMlo: ¿ Quitín es esa mujc~r altiva, iuc¡niola, <.lno innwuso libro llo\'1~ cu:~l cnrcta, Y un c:cho o(Jruel ele ortigas en lo. mano ? ¿.O insanida.d ridícnln qne ospnnt??. ;. Algun esfinge uuovn? ulgnn:\ arl'l{l ! Es una cosa 11eur - una pod,mt6. ,\xa,·.L& CAA~H~o DI·: V11rt:.no ( g<·ualo­riana), ---·- LA JUVENTUD DE ANDRES. NOVELA HISTÓRICA Y DE COSTUMBRES NACIONALES. CF' l lli OltL S I G L O X VIII .¡ CApITULO I 1. ihaln.giiciía,la capitnl del ... ~uc\"0 ltcino S A ... 1 {)e Grnunda no ofrccin mnyorcs ntme-ot. os. o o . ..- a o s • tl· \oS. L asen 11 es, que lU~• U 11 0y d1' n und a l~c.~ el pr1mer dmdoluros do .Junio tieucu de a1;cadas, ou oqucl cntóncos de 1782. lluoinn tocado !'a. In ornciou cron veinte vece11 más inmundas, si e u los tetnplos do ~au tnfé. l >umutc holllO;; do e roer en ta.c; tloscripcionos que todo. ol ~iB no t~nbin co~ lo do caer uua. de ellas hacen con piucolos negrísimos lluvtn lt•uuc, fnn y conttnun, ultoruudn. autores contcnlporríncos. Los caiios, con reoias rúfnga.s 1lo vioLto JHlltotrautc coust:;,nlemeute rovcnta•lo~:, fo rmal tan y he Indo. Las .got:1s tlo lttvtn, impeli. hasta. e u la.s nuls frecuentadas vín.s Ju. dn~ por olngn~ cter;o:o tlt los páro.lllos, gos ele fantá:;ticas y va.ri::ula!i formns, los baJaban ou to•:Cldasltuca; suhru In ciu. cuales ocupn.lmu el centro do las calles, 1lnd, huruoclc('Hllulo Y~ " ' Indo yn otro ador~nd3s cou toda <;s~¡ecic do bnsuras, 1 de In..'! aceras ele las mll(S, A 1 caor el holloJOS, canastos VIO JOS, t rll.J)()S, mor- 1 sol en\·uulto 011 ynrclo.s .~.ul.os. los ~:e. teciuos, &c. En consounucia. con scme. rros, que uo hal11au rc~:t\¡Jo '1uo. solo. jnnte desaseo el pavimento se compo. sonrisa de luz. ou _to•lo ol 4a, apnrccian uia. do una. série de piedras ¡;ucltas, tristes y desapnc1Lics, Y t medida que hoyos, colinas, profundidades y .lodn­sc acen:-:l.ba b noche TCS\ltarou ruú~J y 7..ales míl.S ó ménos cugnüosos y s1n s:c. mós las nepns arrugas de sus escarpa. ñnl nl •una de eulo ... ndo, salvo en nlgn. das falda . nas d~ ios calles 11rincipnles y frouto En mcclio do uua. ntmóscm tnu f>OCO do lns ca"tlli do los ticos. I,as casas ma.J J Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 11 128 LA MUJER. blanqueadas no presentaban por fueml pero aúu se oía en nlgunns pasar 1 10r sino aspecto de prisiones con sus ven. entre las mal cerradas grietas t.le las tanns enrejadas y altos y macisos ba.l. ventanas el murmullo de las oracioces • eones, portones más 6 ménos adornados vespertinas, así como en tal cual c.."'lsa con toscos clavos, y tejados anchos y filtraba mnyor luz por lns ventanas, y torcidos. A las seis tod<' el mundo ce- se oía taüir alguna guitn.rro. 6 vihu~la, rraba balcones, rejas y portones, y acle. interrumpida la música por alegres mas estos últimos se trancaban por deo. voces y carcajadas, lo que probaba que tro con polos, cerrojos y cadenas. La os. allí las mntrooas eran ménos rígidas de curidnd, al cerrar la noche, era profun. lo que se u~aba en la alta sociedad, y da; así, cado. cual se encerraba en su cnsa ¡que era permitido que en aquel reci uto desde In oracion, temeroso de gozar de penetrase In alegría y la algazara, sen­las ventajas arriba enumeradas, y raro timientos tachados de contrarios aí b era el transeunte que salia á la calle 1 eoton:\lla dignidad del seüorío español. despues de las seis, salvo lo~ jugadores En ac¡uella hora precisa ú que aludi-y los enamorados 6 algunos vecinos que 1m os, salia. de la. casa ó Palacio Arzo bis­solían reunirse para pasar la velatla. pn.l, dos cuadras arriba. ele la plM.n Sin embargo, media hora despues de mayor, un jóven envuelto en aocha la. oracion de aquel primero de .Junio capa negra, tan larga y amplia que que queremos recordnr, la., calles no m;ís pa.recin manteo de sacerdote que estaban aún enteramente desiertas, y traje de seglar. Ademns trnía el rorn­se vcía.u tmnsitar por ellas algunasl>ir. brero ralndo hasta los ojos, no Jlo. vi en t:u; que vol vino o.presuradaru en te 6 vn.ba espada, como todo caballero ele su!'l cas:1.s; tnl C\ln.l nrtosnno que se ha- su época, y pa.recia de tnl:lllte grn\e y bia. rot:mlado en alguna obra ó en la circunspecto. El jóven bajó las dos cercaun chichería, los cuoles pnsnhnu cu1.dras ltnsta llegar ú In esquina de la Lncieudo chasquear sobre lM piedras plnzn, y ~;o dirigió al edificio que Jos­resbnlosns sus pi~s desnudos, en tnnto l pues fué couocido como la caS'\ de que resonaban lns botas dol cnbo.llero Mootoyn., y hoy es Jockey Club. En­que pasnun. coYuelto en lill capa, y s11 e!l- tóuces aquella. ca"'a e m el cuartel t.le pada, al tropezar coutrn el muro, al cunl caba llcría, y en la puerta so veín el tenin quo ir arrimado }Jara no caer uu ceutinelt~, cha.peton rocion llegado de los lodnznles, producin un sonido motá. la Costa, que tembla.bn. do frio, pase:ID­lico y sonoro. Aderuas se veía a.tnn·e- close con ol arma al hombro de un Indo sarde u un co.sn. ú otrn. t1\l cual dama que al otro dol ancho porto u empedrado ) iba :'i viRiun á nlgun vecino enfermo, almuurndo dúbilmente }JOI' uu triste) {¡consolar a.l~ua IUnign ó pasa.r la ve. opaco farol. bdn con un~ comndro curiosa. que la Un l'{rupo de soldados yacían eu m rcliriern el último esctíudalo más 6 n.(o. rincon del wguao, jugando casi ú og:u nos secreto de la ciudad 6 las últimas ra!ol, con mal truidos naipes, y renopn noticias ve u idas de J!;c¡po.fia. Las dnmns, do de su liuorte y del frío que los pe. arrimadas ú la pared y acomp'lfindas t.etratm. por una ó dos sin•ientas, todas envuel- -iEI teniente Gonznlo de Lúioo tns en sus mantillas de colores, cnmi- estará nca ·o en su cuarto ! prcguutu e nnbnn trn.unjosamente haciendo sonso- recien llegado. nete con los zuecos de palo que usnunn Nadie le contestó, y los soldados co1 para. precaverse de la humedad, pues tinua.ron ou su ocupncion, sin digua.r1 toda. vía no se usaban zapatones de cnu- siquiera. mirar á su interlocutor. E ebo, "' ni en América. ni en la civili:ln- ese momento salió de otro rincon dd da Europa. En casi todas lns casas PC r:aruan el negro bulto de alguien et­habil\. merendado y rezado ell,Rosario, •uelto en una ruana pnrda barnpieon l * . . 1 y unoR pantalones rotos. Aquel ÜCI:l­Los cuales no so ¡ms1oron de moda amo 1 . 1 :, b, b "6 l t 1 00 años dospues. m1 e ue om re corn a momeo ..> 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. R E V 1 S T A Q U 1 N C E N A L-. 129 -~ l ~entro de nuestro jó\·en, dicit!UJo como :í su cos~o sabían vn.ria.c; damas em alta. voz: ¡santafereñas, que lJil.binu tenido oca. --Sí, mi amo, el teniente Láioez sion de verle, y sobre todo de oitle al. es tú arriba,-y añadió por lo bajo: i mi guuas de sus frases floridas y aceptar amito no tendrú un cuartillito para. ¡sus atenciones y galar.teos. 1 estte probc? Andrés formaho. con su amigo un Era éste un infeliz indio, recien re. completo contrMte. Mús bien de talle clutado, que servía de criado (¡ los sol- j pequeño que grande, y algo mo.ciso y 1 do.dos esp<~ñolcs, quienes le pagaban poco gentil en sus movimientos, c~reci.n sus servicios con malol> tratamientos é de elegancia, auuque su natural digm. l insultos, y éste les correspondía hurtún. l dad lo impedían parecer vulgnr en lo doles cuanto podía, aunque siempre se ml'nimo. Era pálido y un tanto moreno, tunnifestnba humilde, abyecto y más aunque poseía bellísimos ojos negros, 1 1 bruto aún de lo que ern, lo que uo es ! llenos de fuego y entufiiasmo cuando poco decir. se nnimab.'\, el re!;to de su fisonomía El interpelado sacó trabajosamen•e no.da tenia de perfecta, salvo la denta. 1 do en medio do los pliegues Jo su capa 1 dura más blanca y pareja que la tle un \101\ mooedilla tle plata, y dántlosela eu árabe, y cierta expresion cle energía y silencio al indio, continuó su camino. noble sencillez que le recomendaba y 1 SuLiendo la escalera atravesó varios ¡ hacia. respetable. corredores, y llegando frente ú uon EL cuarto de Gonzalo era en verdad puerta, la empujó sin pedir permiso, el bello ideal del más completo des6r. 1 diciendo al entrar: den y desbarate. Ocultaba In cama do. -Dios te guMde. Gonzalo amigo: tras de un curioso biombo de aspecto -Andrús quorido: respondió un jó. anticuado ha~ta eu aqnelln época, el que ven rnilit:n,levnntúndosc do uu nsieuto hacia jnego con dos mesas dorndas,. un q11e había puesto en un balconcillo que canapé de cuero pintado, dorado y ncn. daba. á In Calle H.cal, y en donde aún mento esculpido, y varias sillas de bra. se percibía alguna luí'.. 1 zos del oli~;mo jnez. Pero toclos estos Aunque en aquel momento lnl vez muobles estaban fue m de su lugar, n 1 no so le Jistiuguiau muy bien las fnc. como los objetos heterogéneo:; que co.m. las tiene, se dellcubriláu en ol trnscur. penbnu eu plena nonrquín con un libro so de estn. historia. aforrado en pergamino y dos cnucleleros Gonzalo tenJt i~ de Yeinte y tre:; ií de pinta uo muy limpios, que, de:;tle. veinte y cuatro niíos, -era nito, bien fiando la.s me~as uonde doberia.n estar, formado y poseía una lignra clegaute ocupnba.n los brazos de las siilas que que realzl\lxt su brillante uniforme de no les correspondían. oficial do caballería. 'l'euia piés y mn. -Aguarda, dijo Gonzalo, voy ú dea. nos pequcüns y aristocrlitica:;, aunque pejarte uu asiento; ya sabes, aííndió, de ninguna manera n.feruiuadas; era 1 que mi mobiliario no es muy abun. rulio y crespo, blanco y algo más ro. dnoto. sadl de lo que agrada en el color de -K o te afanes, contestó el otro, á fe t..n 1ombro (defecto que se pierde con ¡ que no te faltan muebles, sino 6rden, 1:~ tdad); eran grandes y hermosos sus como tantas' eces te be dicho, y eu se. OJO azules, de miradn franca, alegro y guida Andrés quitó un zapato con bebí. '1\nn~il, la voz armoniosa, y su persona ¡na y una botella do tinta de una silla, ofroota un conjunto amable y seductor, y se sent6 en ella. ---- - - - --------- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 130 LA MUJER. -OrJen: exclamó el militar, vaya 1 -;Todos no hemos nacido para mi­si lo tendré, puesto qne Riernpre e"a. lit..'l.res: cueutro á mano cuanto oecesi to. -Así será, pero tengo mis dudas Al decir esto tir6 en un rincon del acerca de la sinceridad de tu vocacioo. C\Jarto una mágoifica capa. de paño co- -Jamas be pensado en otra cosa lor de grana, dejando libre \tn brazo desde nifio ! del canapé. --Sin embargo, creo que allí no es -Llegaste 6 tiempo, añadió, pues donde encontrarás lo. felicidad .... ea e<>te momento iba á bu~cn.ros para. -La felicidad! Eso dicen todos los l darte parte de cierto asunto que me que han vivido,- pues ni tú ni yo teoe. interesa. Pero permíteme, añadió, ce. m os experiencia,-que no existe sino rrar aquel balcon y buscar uuo. luz, cuando se tiene la seguridad de que que no h-rusto de tinieblas. se ha cumplido con los deberes que nos Despues de buscar ti tientas (pue<; ha impuesto Dios. ya babia oscurecido entemmente) uno. -iY piensas que tu deber es cumplir v~la por el suelo, se J>USO en persecu- con el voto de tus padres 1 c1on do uno de los candeleros prófuaos -Porsupucsto. que ol fin ha.ll6, y empatando la ;'el~ -Ah! Andrés, mi entendimiento de cebo en el candelero, llamó á una será muy ohtuso, pero yo no puedo ordenanza para que la. fuera á coceo- creer que nuestro¡; deberes tienen que der, no Uflándose en a.quel tiempo toda. ser necesariamente desagradables, y \Ín fósforos. que en todo tiempo hemos de inmolar. Una \CZ que lograron tener luz, los nos! X o, no, ¿por quó habremos de bus­dos amigos cerraron la puerta y ~o;o sen. car siempre en la vida. lo triste y do-taron lo más c6modameote posiole. loroso? -Dc<:eaba verte, Andrés, dijo Oon. -Yo ta.mpoco pienso eso, repuso zn.lo, para darte parte de nno. feliz ocu. Andrés, pero creo que se de heria h:l.. rrenciu. que ha tenido mi Coronel : la blar ménos de una felicidad que no de Inn.ndarme á la cabeza de la escolta existe, y mucho de los d.e!Jc,·es que for. r¡uo Jebe conducir al Ilustrísimo señor roan el fondo do toda vida de cristinnoR. Ar;-.olJispo en su 'iaje tÍ Hoodn. á encon. -Los viejos ho.blo.n mucho de deseo. t mr nl nuevo Vi rey. Adamas u1e ha of re. craí'íos y do los eugnüos de la juventud, ci.cloconferirámiregresoelgradodeCn- pero es que IÍ medida qu~ pierden la pttau, htulo que llevarú desde maí'ínna. facultad de go1.ar do loll btenes de este -Te felicito cordialmente, Oonznlo, mundo, ol ~ iclau 1M dichas que eu roa. contestó .Andrés,- tanto mi'Ls cuanto que lidad han sentido .. . . Yo, por mi p:lrte, yo tambien he siJo nombrado por el no dejaré nunca de buscar la felicidad, seiior Arzobispo su ~ecretn.rio privado, esa maga .enoo.ntn.dom cuyos fa\ores para acompafiarle 6 Honda. serán pasaJeros tal voz, pero que tstoy -Quó feliz casualidad 1 Así seremos resuelto ú hallarla á todo trance, y tar. compañeros de viaje. de ó temprano hacerme duefío de ella. -Por m~ s~otirt! mucho, dijo Andrés, Andrés miró :í su amigo con profuo. que este viaJe me atraso o.lorunos cliu.s do cariño, como el de un hermano n1a­ou mis propósitos, pues pe;c:ahn. pre. yor que admira compasivo la loca a.lo. seutar en la semana entrante los prime. gría de un nifio quo no Rabe lo que ros exámenes para entrar al Seminario, dice. y sin emb:ugo Andrés era. uno ó y no dilntar tanto el ardiente deseo de dos años menor que Gonzalo. mi madre, que no sueña sino con oirme -Siempre el mismo ! exclamí, ¿y cantar mis:~.. piensas, aiíadi6, hallar la felicidui en -E~o no mo desazona, por cierto: la c.-'lrrera militar, y en la carrer:1. mi. respondió el militar. Bicu s.'\hcs, amigo litar de este lejano y oscuro Vire· nato, mio,. que me duele verte entrar por ese en donde jamas couc1uista.rás glo ia ni camJUo. farn.t 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVISTA QUINCENAL. 131 -Una vez que me hagan Capitan- ,- -Ah! pero yo no pido empleos ni tm1bajaré para que me destinen ú cut\l. t}tulos, Andrés, siuocampo para. haccr­quhcr regimiento que hajo á la Costa, me conocer, horizonte lÍ mis nspira.cio. en -douue trataré de distingnirme en los nes, lugar en que poder sen·ir, segun 1 1 conuhntes con los Ioglese~, y despues .. mis facultades, á nuestro señor el Rey! l -Despues, Gonzalo, te mandar:ín á -Y despues 1 la «Goagira, á Tierm-adentro, al Da. -Ganar un nombre, hacerme á unn riom .í pelear con algnna. trihu de su. reputacion, y por tHtimo volver tí San. blo vauos indígenas, ce donde, ¡Dios no tafé, honrado y cubierto de la.nrelos ... lo Q(ltiera.! morirás tal vez Íl manoH do y casarme con una muchacha uolln, los sn.lvajes .... En esto consiste la ca. virtnosa y amable, como las hay auin. Sea dicho et: confianza, croo -La vida toda es, en efecto, una co. que la. sublevaciou clu los Comuueros 01euia. en que cada noo de nosotros re. uos bnrií algun bien, á pesar del mal presenta un papel; esto no es nuo. t~xi!.lo que tuvo. vo, Andrés, ni ttí eres el primero que -¿ Piensas que el Uohierno español lo dice, salvo quo muchoa representan t'Oil~>•Cntirú en con codornos alguno¡¡ pri. el pnpelméuo~> propio para su carácter: vilcgios L ... Te e11uivoca~, Gonzalo, - el h. compa.racion es exacta, pero como C~'>j)(l iiol es el nato enemigo de los crio. toc.la co1o pa.raciou, cxngornda, y no ~icru. llo;; y jamas les hnrÍI bien alguno con pro la comedia. es riuícula. !ill g ,,to. -E.-; cierto, exclamó Andr[s, cuan. -Siu emba.rgo, Antlrés, se dice que do se com·iertc eu tragedia, como suec­o! m1evo Virey hn auuuciado espont:i. de frecuentemente, y cuando peusúLa. llCIIHJento que procurará tenor coutou. mos reírnos teucmos que ll<>rnr! lo~ ÍL los Americanos, y que clnrn.ntc su -'rtí quieres convertir b tuya cu gohit.:rnO mandnr:Í á J•:.;p:d'ia ;Í }os cacle. 11UtiJ 80Cl'I011Cllflll, n riesgo de ec¡ui·,o. loscriollosquodeu mús ~perau~a. para carte y an~:~pcutirte tardo. iSer{¡ac:~so c¡ue reciban favor en la misma Corte. uatural, Andrés mio, que un jcÍH!ll ue -J>alnbras, palt\hra del que estroua tu iu"euio, talento y viveza, func.lc el runuclo ! .. . .. Ya; vertía cómo todo ~c. toda :!i~t gloria en pasar su existencia ¡.!IJÍrñ lo mi!'lrno, y c¡uo súlo los espai'iolcs ou algun' oscuro curato de indios, y que de t1tlcimiento serán los que obteuurún durautc los nJOjorcs años de tu vida Jo,¡ mejores empleos, aunque no los vivas olvidado cnunn miserable alc.lea ·¡ UlCrez<:ao, y ql\e los ciiollos perrnanc.1 -¿ Olviuas, Oouznlo, repuso el otro ror.ín siempre en el olvido y la o~curi- 1 con cierta amargura, que en mi Ycjer., y tlncl .. ! < 'u:íntos hombres do mérito uo con los recursos que ton~o, podré tal \ e-.t. \OS tií muy instruidos, que e:;tudian y obtener asiento en el Coro de la Cuto. aJtlUDtlcu á foudo las cioucias, que tic. dml de Santafé, como Canóni~o, es ncu talento, iuteligonci:L, buena Yoluu. decir, si no se presenta otro candidato tad, j t-Hu embargo, coudonados ú vcgp. que tenga la velltujo. de no ser criolln 1 1 tar ou f:>a.ntafú 6 cu alguna. lojana pro. ~Cincuenta aiios ele ombrutecimiau. ~incin t>lrviendo empleos subalternos 1 toen los campos para obtener semejan. l~utre tanto vemos ele\ndos á los altos te lauro, no me parece suene muy en. puestos á sé res nulos y maléficos, pero vidiablo: respondic) Gonzalo. Eso llamo c¡uo sou protegidos por el Gobierno. yo absurdo, añadió, y rnás que absurdo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA )IUJER. lo considero como un crrmen Jo lesa quiero otro hombro 00 el Ílmbito de la humanidad. Acuérdate de In pn.ráboln. tierra. do lu.' tnf,~ntos; Dios uo nos dió fucul- -Yo no niec;o, respondió Gonzalo, tncle~ para. oculta.rlas en uo hoyo I'Íno que el bien que pne!lo hn.cer un '>ncer. para. hacerlas útiles á nuestros herma. dote no seu. iurnonso, pero para hacerlo, noa. ¿N o dijo Jesucristo fÍ !>\19 diHcfpu- basta. tener virtud y buena voluntad ... los~ .. no se enciende la luz paro. po- -¿Y eso te pMoco fácil1 i Acaso ncrla dcbn.jo de un celemín ~>Íuo sobre picn:ms que In vocncion so encuentra en l un canc.lclero, á fin de que alumbre ú todo el que t¡ uioro buscarla! todos \o, de la casa?" Ah~ )1'\ ves que -::\'o creo que es f1ícil ser virtuoso, yo ta.mbien puedo cita.rte teologías, y que cualquiera pueda tener voca?ion pues no en vo.no se sieum uuo en lo, para ~er hneu sacerdote; lo que mego hnncos del Seminario. y uegar~ l>Íernpre, e!l que tú, mi que. -Cómo: exclamó André, levñntúu. rido Audré'!, primogóuito de una fa. tloso para acercarse á 8\l amigo. ¡Creo:; milia riquísima, jó-.:cu instruido y de t.í c¡ue delante de Dios el sacerdocio muy buent~o po~icion eu el Vireinato, no es 1a ocupacion mús honorable, más hayas acertn.do eu alojarte flel ID\Indo snnlt~ y más grande? i Te figuras acaso cou el o u jeto do culti mr los entendí. <¡uo el hombre que so dedica en cuer. mientos iudígenns que no son capaces po y alma á :arrancar del pecado al ig. de niuguua civilizncion, y á quienes tiÍ uornnto, despertar las dormidt\S con. jama;; potlr.ís sonirles porque nunca ciencia:. y mostrarles In luz del cielo, alcauznráu tí comprenderte, como com. no do~empeñn la misiou miis meritoria prenderían 1Í un hombre m{¡¡¡ vulgar y que existe en el mundo? ¿.Me uegarás rn5s {i su alcance ...• Tu sacrificio sorú to.rnbien que el mayor bien que se le estéril; te cono:tco mucho más Je lo Jntedc hncer nl hombre, nuestro !ter. que piens:\s, y por llevar á cabo una IIHI u o, ~ea judio ó cafre, es couvorti rlo utopía renuucianís tÍ In sociedad, quo ni nmor do Dios~ t Y te pMcco •¡tto el de nioguun manorn.nhorreces, á la vida. qut~ pas:~. &u vida en ostn. !lll.nt:~ cruza. doméstica c1uc amas, al amor, que aún Jn., oscuro y humilde á los ojos del hom. uo conoces, pero c¡uc .... lno, uo ~rá por ventura. el miÍs digno -Alto ahí! Oouzalo, - no conozco do sor }Jrernindo en el Ueiuo do lo11 cie. el amor como ttí diccR, ni lo uecOhito los, «pte olclue emplea su vida, coruo el ni quiero conocer, pues bien cout­militar, eu la de!;truccion de sus eeme- prendo que s6lo se compoue de desen. jnut4l (lo ()\lO él llama gloria), y quo gniios y ancpentimicutos. En cnauto s6lo anhela tener p.ute onla. dosgrncia {i la vida doméstica, si mi wertc me de otros países bajo pretexto tic eogrnn. lleva léjos de mi fo.milin, rno seril grato doror y honmr su propia pat rin! X o, dedicarme nsf mojor :Í mi~ Q, y ou cuanto á la rnn 'oz, l'i yo no tengo amhiciou para sociedad do los nrnigos, tml vo la tuya, ru( mismo, nl ménos doFOO f.\lrvir ú Dio!!1 que no querría perder, mo bastad In y {¡ mi patria como lo outiondo .... ~lis mnaLlc ¡;ociedud do mÍ6 autores favo. pac!re11 o~cogieron para mí el camino ritos .... lll!Í!i IÍrduo ei se quiero cum¡1li r cstric-1 -Para. todo tioues u hora contesta.. t.nmcute con lt\S oblign.cioncs de su e;. ciou, AtuJr,~s, dijo el ruilitnr tri::.te­tado, y yo lo he aceptado no solamente 1 mente; Dio~' ¡l\IS recuorllos tí la rncmona extremo incómodas, porque no teui~udo sino que los escribe on su ca1·terit; techo, e sol y el polvo sofocan al viajero¡ viajan como por cumplir la. órden des u pero tantbieu lo permiten ver ~;in cesar médico, y son perfcctmneute inofensl­los ricCR paisajes del tránsito¡ ostún vos; pagan bien, son carita.tivo11 y gc. 1 di vididt.<¡ e u cinco compartimientos: no rosos. De~:graci:~d:~.monto esta f'speC'it; el m 'JI (adeb.nte) donde caben cuatro so cstn cnwbinudo 6 ncabnndo, y la que persoum holgadamente; ol poscant•·, nbuoda hoy es ln 2." t:s¡wf'ie. Estos 'no eucitna. lel coupf., duros bancos nl E'Ol y l'olarncote 1W sou inofensivos sino que ;l.l as:un; el inl{:rim· (ocho asientos, y si se hubieran im:enimlo en tiernpo de en ol cml tuvimos que acotnodnrnos, Moises, él los hubiem enviado :í E~ipto esta u lo el oou¡J•J ocupado cuando llegn.. como la octava y ruús terrible plaga. mos), y In ~rte de atrall, donde caben Como no son ricos, 6 no quieren gastar, tnrnbicu ocho personas. Debnjo do esta viajan econ6mi\!atnente, roolestundo á enorme construccion, tirnda por cinco todo aquel que se los aceren con sus caballo• va. u todos los bagajes¡ nsí es l inauditas ~::xigencia'! ¡ son bruscos y que, cot tan do con el cochero y el con. sumamente malcriados: lo mis curioso ductor, bamos 26 personas oo aquel , os que esta cs1Jecie entre ~:~í se odio. '1'0 ... 0 111. 17 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 134 L A M U J E R . mortn!mente y se hace una. terrible ca.c:as pintorescas, ó un estrecho camino ! guerra. Como ellos creen iutlispensa.hle entre dos precipicios. Pa.~nmos frente llevar fl I nglaterra cuantos recuerdos á ca.pillns solitnrins, casuchas retiradas, pueden, como una seiial de que hao jardines ocultos t ras de rocas áridM .... visitado los países que dicen, y siendo El rio Arve en tanto forma ya cerca, pobres, y no pudiendo cotnprarlos, no ya ll-jos su estrneudosa. música entre tienen el menor escrtípulo en robtm;e las piedras do su márgen, acompañado lo que mtís les llama la a.tenciou en porlas calllpnuillas que cada res ó cabra los rnuse01:1, cortando al descuido trozos lleva colgadas al cuello .... de muebles, estatuas y decoraciones. Desde Ran Mnrtin pudimos gozar de despedazando así, y destruyendo ú una ma¡.;nífica. vist~ del .Monte Blanco, veces, preciosas obras de arte. del Monte Jlrtl(litu y de muchos otros A cst.n clase del reino animal perte- 1 nevados; allí se di \'itlia. el caTOioo. necia la. familia inglesa que viajaba ú N nestm diligencin se encaminó á Sn­nuestro lado: se componía dol pn.dre, llanches, con alguno.; pasajeros, mién­la mndro y dos hijas; reinaba eu ellos 1 tras que nosotros tomahamos un coche la maufa. do subirse á laH montufias má<; pequeño de cuatro Miento::; que debía altas. Despues de haber \Í'ljn.do eo llevarnos dirocti\IIHmte ú Chamounix. Alemania volvian por segunda voz á 1 Chamounix para subir á uuo cí dos ce- IV rros que no couociao. CIIAMOU.NIX. Los franceses que viajan lJOr Suiza sou negociantes pelrimetres que vía. El vallo de Charnouuix, sitnaJo á jan para pasar el estío fuem de Paris. mil metros robre ol nivel del mnr, es y VÍ\'en riéJJdose, diciendo chibtes y u u O. I-"1Í,~ 'erdaJoro en medio de todos burlándose de los inglesa!!, los que los ar1uellos ¡ní l'll?tws. Hodenflo de ron\S miran con desprecio y asco, porf1UC escarpadal;~pto lo favorecen ele los hielos todo inglés tiene la preocupacion (ha.Lio nlguu t.1.nto, su clima es mc~nos riguroso de los de 2.• e.iuo papa', trigo, Nos ~;~ria imposible dcscrilúr los :neua, }¡euo, y tal cual curew 11 11Hj11Í­magníficos paisaje:> que so presentan á tico man:wuo, p~ro ninguno de SU!. lm­t ·:ula pn~o por aquel pintoresco cnrni no. bi tan tes pide lituosnn, y todo¡.: so u :te­Siguiendo el curso del rio .Ano, <¡ue tnos y lnbotio os ; atlcmas .Oe sus yw. riega liU valle cubierto de sementeras queñu:; somcntc1 as ticuon otro inc.lus­do trigo y de viñas, se llega :í la cindad tria, que durnutu el vcrnno le~ laacc de Boone,·ille (ya en Saboya), tÍ cuya ga~nr u;~stanle : son. ~11ias, y aco!n­entrn.. Ja oe cncueutrn una colntnna 1le pnnan a toda o..xpccltcton ~ los vta. ¡.rruoito c.lc 72 pié~; do altmn., que sin·e ¡jeros quo ,jsitnu 1111 milo, con pafoc­d~ podelil~l álu_ostntuade ( '•:~rtos Fc~ lix, tn ho.n~·~~de; y couHtaute bnen l11:mor, h&y ele Cen]ena, el t¡uc lní'.O muchus ~:e~ dtflcJI o ngtaclablo, ~;c~no el gusto honolicios á aquellas pronocias. cía u tojo c.lol viajoro.; y cuando han po- Desde Booneville hn~ta ::)slu Mnrtin dido recoger nlgun pequeiio e311dal 1 se Sllceden mil diversvs paisajes, yu compran ó oc.lilicau un..ltotcl mÚ! ó mé. risueño~>. p. salvajes, npa"iulos uuoll, uos lujo,o. imponentes otros: aquí se vo un ]>C-1 El pueblo es muy pobre. pero Jo, íia~co Clirarpado, allá tm valle en minia- hoteles pnrocon enormes pnbcios, y lnra, cultivado ó cn_bierto do rebaños; algunos son mí1s lujosos que lrs de ruús léjos nn oscuro bosque \le negros Lóodres y Pnris. pi oos, y lo sigue una linda vega con' Al di a siguiente tic nuestra llegada :m IÍachuelo ruurmu rac.lor y cristalino; á Chamounix uos despertarou, í las de. .; pues un p recioso pueblo con sus1c uatro de la m:uiaua, pama.nunciunos Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVISTA QUINCE.NAL. 135 que el guia que habíamos pedido nos viviente; en scguicln otro cataclismo agn:nrclab~ con clos wulas ensilladas. permiti6 á. la. tierra calentarse otra Mfetlin hora despues nos dirigiarnos vez, y poco ú poco el hielo fuó d?sapa­pn~;< o á pa~o por en reedio de los campos reciendo, pero ha. quedado toJn':,a. una cult.ivn.rlos hiícia el camino que lleva parto de él en las montañas mas e~e­al Jlilctr tle hielo, una de las curiosidades vauas, como una huello. do su autenor de •Chamounix. Al cabo de uuas rlos irnperio en el mundo. milll:1s se ompicz:l. á subir por un camino La superficie de esta curiosa nevera em¡•inndo, que serpentea por entre uu e'> en algunas partes blanca y t~ate, Y hermoso hosr1ue de pinos y abetos. Al fiu en otras cristalina. ó de tinte ~ns; las lleg \ffiOS á un sitio más abierto, clcsde .... rietas (que á veces tienen de diez á. el c:ual pudimos ver todo el valle de ~cinte metros de profundidad) toman Clm nouui x ú nuestros piés, iluminado 1 un color verde claro 6 azul cele~ te, y por el sol.... Era el 20 de Julio, y allá e u el fondo so ve corre~ \tn hge.ro o.l contemplar aquel extraño paisaje, arroyo, que va filtro.udo húc1a los abls­reco ruábamos con enternecimiento ú mos, y concurre ú formar los torre:r:tes nue~tro país, y la fiesta que se celebra que, \toiéndose en ol vallo, se conv~er­hoy en él! ¡ Cuún cierto os nc1 u ello do ten e u un río: el .ti n•e. !>ara t.rausitar que "no so lleva la patria en la zuela en medio do o.quel mn.r endurecido, .es de nuestros Z:J.patos! ''.... y nuestro preciso ponerse á caminar tras del gma, pcusumionto volaba hácia ella, poLre quien va fonoa.ndo cscnlones con una y qtJerida pntria, tan amada. cuanto hacha entre el hielo, para poder afirmar Jcsgraci:u.I:L! el pié sin riesgo de rodar al fondo de Dos horas de continua. ascencion nos lo!l abismos de csrnorn.lda ó de zafir. llc\'nroo hnst.a un pequeño hotel en que En contorno de la nevera crecen mul­tl" scar san los viajeros á o tes de ncercarse ti tu u de helechos y tloros ~;il vestres, al J..Uctt' de }¡ itlo. Todo en Hui ~.a se eutre las cuales la m:ís conocida Y la hae(! ~ogun )a') reglas del pro"r.lma, y rn(\s bella., os In. llnmnda ?'OSCt clt• los osto rmtumlmcnte quita nn "'tanto ltl. .Alpt'-'~; es de un tinto rojo vivo, tiene poo Ín :í. las uellezas del paÍR. N os hojas verdes y reluciou tos, Y. sus her. couiortnntuos á lo. .; uso~, y s de pnsar nlgunas },orns en y 300 mot.ros de ancho (dondo ménos), el .Mar do hitlo, volvunos al J.otol do rode,,Jo por tres hulos de altos .t~er ros: .\loutnuverll,y mit{utms uo.:; propara.uao uno uegros y ucnbauJo ou agudns puu- do uuevo las mulas, nos pusimos .L oxa­ta! i (qno llawo.u agujas), otms méuos minar el "f,i.bro do los viajeros," el osc.~~rp:uJos y cubiertos do uiovo. cual so encuentra ou todo sitio afamado 1 "Lusnp~rficiodel J{a,·clcJ,.icio, vistn. on Huiza. Allí cada. cual pone Sll uom-1 desde ~lontan-.ers (dico el sabio do bre tÍ un pensamiento. IJas tlos tercems ~aussuro), ¡•:uoce ser efocti vamcutc lt~ ¡nrtes de los quo Jmbian iuscri to su ! de un ruar A Jite 1-0 Lubiera. congelado nomhre en aquel libro crno umericn.oos 'de ropeutc, no en clmou1euto tic unn Jel Nort..e ó ingleses. tompo tad, !iÍllo eu aquel en que se ha Entre las frases Ju(\6 co.mctcrísticas cnlmndo, y sus ola!l, aunque muy alto.s, de nquello:. qu~ vi:\jnu solawonte para tiCnliS dos hija.s, Eouua. y J de ltiob ( ó ÍL lo méno:. una gran parte Fanny ; pidieron a.lmomouto do al mor·\ del globo), y desapareció todo sor :r.nr y se lo sirvieron u1uy bueuo, con lo \ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 136 LA MUJER. cual quedaron muy satisfechos con el nos internamos en breve por el Grvmirw hotel de Mont.a.nvers. Les costó á raMn de la cabeza?w¡p-a, por entre dos cerros de 3 fr. 75 c. por persona!" escarpados, sin un ~rbol 6 arbusto, y Otro decía (éste era americano): !sembrado de enormes piedras, traídas "Llegué 6. Montanvers á pié, hoy allí por los derrumbes de nieve durante aniversario de nuestra independencia, los inviernos y primaveras. De trecho pero con mucho dolor de estómago.... en trecho se levantaba una cruz en la me aconsejaron que tomara brandy con orilla del camino, ante Cltya sefial se agua, y m o mejoré. ¡Viva el Estado de descubre el viajero, pues es la señal de Massachusets!- (Firmado) Guilú.:?'?'M que en aquel sitio otro fuá sorprendido y Sm:íth, natural de Massachusets, E. U., ahogado por el huracan 6 los dermmbes. Julio 4 de 1859." Al cabo de uno. hora. de marcha el A la. vuelta á Chamounix fuimos al aspecto del paisaje babia. cambiado pié de la nev~ra. de los G aguas. de plata. En varias partes del camino los al. V dea.nos nos sa.lian á brindar caoa~tillos de cerezas rojas, perfumadas y Jelicio- DE C.ILUlOUNIX J.. YEYEY. 1 sas, que no~ apresurábamos en comprar. Eran las tres de la tarde- Ct"t\ndo. Aunque a.póno.s habíamos visto dos moutados en nuestras a pasible> mula~, ó tres de l:l.s curiosidades naturales de hicimos nuestra entrada á Monligny, Chamounix, no pudimos permanecer despu~ do atravesar una larguísima allí m~s de un d1~; así fué que el 21 alameda de árboles frutales y de viñe­de Juho, ú las cmco de la m:\ñn.na, dos, y nos desmontamos en el bo;el de montamos de nuevo sobre las mismas la Cigüeña. enormes y prudentes mulas que nos No pouriamos dar rozon de h c:udad llevaron ti :Montan vera, y acompañados 1 de :M:outigoy, pues apénas la atnvcsa. por el mismo guia, salimos con pena mos para ir ú tomo.r el tren del ferro. del precioso valle de Cb::1.mouoi."t. carril que nos debería conducir ~ ori. Dejando ú un lado el Arve con sus llas del lago de Ginebra. pintorescas aldeas, molinos y prados,: : Los vestidos de este Can ton deStúza Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVIST A QUINCENAL. 137 (Ynud) sou originnlcs: la,.c; mujeres llevan ena.gna. de color oscnro, th(l!~o del mif>mo gl-oero y mn.ngns hlancns (siempre a.sea.dn.s ), ~m broros iglln.l es á los de lns ginebresas, sobre una eolia de muselina blanca 6 nllgra, 6 de seda ne_!{ra. y encajes blancos. El camino de hierro sigue loo orillas del R6dnuo por roecle VeHlJ hasta. Ouchy, puerto en el cual desembarcamos, y tomunclo un canunje nos dirigimos á LatLBannr, capital del Cnnton de Ynud. (Gontintta?'IÍ). APUNTES HISTÓRICOS. MARÍA CRISTI N A DE SABO YA . 1 1 canonizados (¡ue rogif;trl) su hislori~ al tra.ves do los siglos. ~;otre ésto!t ÜU\XDO una. -vez le decian ú Víctor cué ntn.se la venerable :María. Cristina. )f.a.molll (el unificntlor de Itnlia y el do Sa.boya., Rciun. de la.s dos Sicilias, pers~mdor do la Hecle Apostólica), hij~ de Víctor .1\Ia.nuel I, pariente Jel que rewmm en lo que hacia, porque moderno Víctor Manuel. Dios Je podría casti"ar por su' hochos Hija. del Rey de Saboya y de f;U exclamó: 0 ' espo:;a :María 'l'oresa, Archiduquesa. de --{:ómo! i acaso no tengo yo en la Austria., María Cristina naci6 en la Cortf celestial una multitud do Su u tos isla ele Cerdcüa el l4 do Noviembre do m familia que intorceda.n por mí? do 1802. _ E.ftctivumeute, la casa. de Sa.boya. se Desde su primera infancin.esta. p rin. dtstugue por la mul titud do Sautos cesa. so hizo notar por su inclioacton á Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 13S L.A. MUJER . . la virtud cristiana . .A.l cabo de muchos 1 su familia, la incertidumbre y peligro años la aya de RU niñez y dama de <.le las grandezas humanas ; así, era compañía de su juYentud, decia: "Do- humilde, abnegada y paciente á toda tada de un carácter algo vivo y fogoso, prueba,yjamassolavi6 enorgullecerse á medida que iba creciendo en edad, por sus talentos, su alta posic1on ó su se veía muy á las claras cuánto se es. gntnde belleza, belleza notórin entre forzaba por todOil lo;; medios para ven. las princesas de su época. cerse y dominarse á sí misma; así es Víctor Manuel, que babia log1ado que c~da dia se la podía observar más hacer frente ú Napoleon, sosteniéndose recogtda, devota y fervoroRa en sus en seguida en la Cerdeña, y recobrando plegarias, más exacta y obediente á la el Piamoote y la Saboya., vi6se despues voluntad de su madre, y más afectuosa odiado por el pueblo y obligado ú abdi­para con sus hermanas; en una pala. car en favor de su hermano Cárlos.Fúlix brn., de año e u año se veía palpable- (puesto que no tenia. hijos varones) en mente cuánto iba adelantando en el l l821. Cuando llegó á oídos de la Reina carni.no de la perfeccion que nos manda la noticia de b abdicacion del Rey, el Evangelio." reunió á sus hija~; en el oratorio del Siendo la menor de las cuatro bijas palacio y las dijo: del Rey, creció mimada y querida par. -El Rey, vuestro padre, acaba de ticularmeute por su familia, pero su abdicar, y por lo tanto nos hallamos carácter era tan bueno, que aquellos todos reducidos á la condicion de sim. consentimientos que podían haber da. ples particulares; demos gracias ú Dio!> ña.do su buen natural, la hacían más de que han queJado puros la concien-dulce y amable con todos. cia y el honor. "María Cristina, decian sus herma. Aunque brotaban lágrimas de los nas, poseía en tan alto grado el amor ojos Jo las damas y caballeros de la al órdeu y al hnen arreglo <.le su por. corte con semejante noticia, las fisono. sono. y su aposento, que desdo su pri. ru{as do la Reina y las Princesas, segun lllera niñez observaba con la mús rígiua dijeron testigos oculares, sólo I'espirn. exactitud las horns destinadas al estu. b:tu serenidad y completa resignacion. l dio, á las labores y á todas las domas 1 Poco tiempo despues murió Víctor o~t~paciones pr,opias de su edad y po- Manuel, y se Ct\SÓ la últi~a. berUlana SlClon .... No solo procuraba ser exacta ,(que con ellaacompaiía.La a su madre) de todo punto en cuanto á su método con Fernando, Rey de Hungría, y des-de ~· iJa, sino tat~bieu en todo lo que p11cs Emperador de. Austria; las ot~as bacta: y lo hacH~ todo con la mnyor dos tambien se habw.n casado con pno. perf':ccion. Por frívola é indifereute , cipesitu.lianos. EntretantoMnríaUris. que fuese la. cosa en que se ocupaba, tina vivia. sumisa t\ su maure, ú tal María Cristina q ueri:~. hacerla perfec. punto que "era tan extremada su do. tameote; de suerte que bien puede cilidaJ, que se sometía enteramente á decirse que representaba eu sí milSma la voluntad de su madre, sin resistirse el pro lo tipo ideal de la perfecciou." 1 jamas ni contradecirla siquiem en lo Instruida, ::Lmo;ute del estudio de la más mínimo." ~it:era.tura, hablaba y escribía su propio Poco le Juró e~ta vida tranquila y td10ma, así como el aleman, el inglés 1 sosegada, pues su madre tambien mu­y ~l francos cou suma perfeccion ; di- rió, y se encontró sin protcccion ni b~lJabn y pintaba muy bien, y tocaba arrimo natural, po::o quericla por el p1ano con maestría,- adornas sabia co- 11ey que gobernaba ent6nces en Sabo. ser, cort~r y hacer toda clase de labo. ya, y en uua corte .q~e la m~ra.ba con 1 ros proptos de su sexo. despego y aun hostthdad, ·· as1, ú pesar Nacida y criada en una época de de la repugnancia que la. causaba la vida trastornos político~> en su pc..ís y en toda cortesana y los deberes de la nltísima. l la. Europa, comprendía, como nadie en posiciou que demanda la de Reina, l Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVISTA QUINCENAL. 139 a.cept6 la mano y la corona. rlel Rey úe hacia vender de!;pUe~', y cuyo producto NIÍpoles, Fernando II, en 1832. invertía tambien en limosnas. La fama. de sus virtudes era tanta, Segun se ha podido descubrir despues que el pueblo napolitano la. recibió con (ella ocultaba so caridad) iuvertia más grandísima alegría, regocijándose por- ' de 30,000 ducados anuales en el alivio que tenían una Reina santa. Desde 1 de los de¡::graciados. Su dote había sido ese momento María CriEltina supo ga- de 300,000 ducados,- vivió solameu~e muse los corazones de todos, tanto en 1 cinco años en N ápoles, y cuando munó la corte como en todo el reino. Con su 1 sólo poseía siete ú ocho mil que mandó noble porte y amabilidad, tenia sobre tambien que se gastasen en obras su esposo grande influencia, y todo lo pías. bueno que ejecutó aquel Monarca, du. Desgraciadamente para Nápoles y rante el tiempo que vivió María Cris- para Fernando II, María Cristina mu. tina, lo hizo por el ascendiente que ri6 al dar ú luz :1 su hijo primogénito, tenia sobre su espíritu y corazon, una en Enero de 1836. El dolor del pueblo virtud fortalecida por la ciencia y ci- napolitano fué inmenso, y con aquella mentada en sus grandes cualidades es- impresionabilidad de esas naturalezas pirituales. entusiastas de los meridionales, la~ Naturalmente la modestia de su con. lágrimas, los sollozos, los gemidos eran tinente, el poco apE>go al lujo y el tantos que sobrepujaban al tañido de ejemplo de sus virtudes produjeron las campanas y el de las músicas que gro.odes beneficios, no solamente entre acompañauau el féretro hasta su última la alta sociedad sino tnmbien bajaron morada. á las clases médias, y de allí al pueblo Despues de su muerte, y con motivo mismo. Su traje era siempre sencillo de inm1morables peticiones que se hao y decoroso, y así la imitaban las damas elevado á la Santa Sede, ésta tnand6 de la corte y la seguían las demas instruir el proceso de su beatificacion; mujere~ de la ciudad. Como jamas se la con ese motivo se publicaron en la veía ociosa, bízose de moda el estar cada Givilizacion Gulólicct de Roma u u os dama ocupada tambien, pues parecía apuntes l1istóricos acerca de la vida impropio que miéntras que la Rema de María Cristina, -los que fueron 1 leía ó labraba, sus c.lamas estuvieran traducidos al español, y de allí es que 1 mano sobre mauo. Esto deboria do hemos sacado los rnattlriales para esto 1 caus:u mayor extrañeza en Nápoles, ligero boceto, de una. existencia digna , en donde se inventó aquella frase de por muchos moti vos de ser conocida por 1 dulce fur nicnte, de que tanto alarde la juveutud, porque el buen ejemplo ll hace o los napolitauos 1 María Cristina en doudo quiera que se encuentre es cosÍ:\ para los pobres vestidos J:!urdos siempre contagioso y aprovecha. pero 1ítilos y n.brigados, bordaba artís. ticu.mente bellísimas curiosidades que S. A. DE S. LA EDUCACION A LOS VEINTE AÑOS. CARTAS Á. MI J:>RIMA NATALIA. IV LA ?.lUlt:.\WRACION. QmElO hablarte esta vez, querida Natalia de un asunto que nada tiene de nuGvo. No es sólo hoy, por cierto, que la gente se ocupa en repetir lo que se sabe de malo de su pórjimo. Considero la murmuracion tao co­barde y pérfida, que tal vez me parece Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 140 LA MUJER. ménos peligrosa la. misma calumnia. saica la r.eflexion tal vez, pero es prác­Esta, por lo ménos, tiene 'llna ventaja: tíca, y te la recomietJdo, porque me se puede hacer una reparacion, y resta. ha sucedido frecuentemente callarme blecer la verdad de los cargos, cuando cuando ya iba á referir alguna anéc­carccen absolutamente de fundamento. dota que podía quitar la Mputacion á Pero ouaodo con motivo de un hecho alguien. Y no se crea que de •esta pru­verdadero se revela una parte de lo SU- dencia )lesulta un bien sólo para nues­cedido, adornado con picantes comen- tros pr6jiroos, al practicarla nos per. k'\TÍos, esa clase de murmura.cion no feccionamos y caminamos sin pensarlo tiene remedio, y jamas se puede borrar por vías que conducen á la 'Verdadera del ·espíritu oo los que nos han oido. virtud. Hav otra cla.se de murmuracion: la Aunque me acusen de optimismo, yo que escucha. Entre la mnrmuracion no creo que el ttntt-ncl.o es tao malo co­que refiere lo que sabe de sus prójimos, roo lo pintan, y no pienso que todo lo y la que con sumo arte obliga. á los hace oon maln. intencion: es pa.rtiou­demas á que cuenten lo que saben, hay larmente indiscreto, y la ociosidad agu­más perfidia en la. manera hábil do ha. za la curiosidad, y de allí pro'l-ienen cerse ref-erir las fa.lta.s de los demas, todas las murmuraciones y revelacio­que en cargar oon la responsabilidad nes imprudentes. Si cada uno de nos­de ello. otros reflexionara, ántes de ho.blar, en He conocido personas que nunca to- las consecuencias de sus palabras, ~1:1to roan la. iniciativa para. ba.blar mal del seria un gran uien para la sociedad, y prójima, sino que lle:van la conversacion laastaria. para evitar inmenso m'imero de mauera qua los demas vayan de~;. de males. cubriendo poco k 'POCO ouanto saben Te deseo toda clase de felicidades, y de los demas. Tienen un arte singular te recomiendo que pienses en lo que para hacer preguntas insidiosas, ha. te he imos. ¿Quién no ha experimentado aque­lla situo.cioo ele ánimo que se deja lle­var al vaiven de su fantasía y arrullar por los recuerdos 6 las espemr.zll3 ?­Pero uo es igualmente fácil con d~,;cir como se quiere un pensamü1nto ~on claridad hácia el objeto que nos FO· ponemos estudiar. Los ensueños ;on verdaderos suofios do una imaginacwn que está despierta y que es caJaz de guiarlo por los senderos que má~ le agrada u. Los onsuofios, querida prima, !'On pe­ligrosos. i Cuáles son los pensanúeLtos Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ·' -------1 REVISTA QUINCENAL. 141 que se apoderan de UM imaginn.cion de hora de reflexion prúct.icn, dedicada femeninn., como In tuyo., en la aurora á exmuinnr maestra conducta, nos hace de h. vida, cuando aún e<;tá ausent•J b adelantar mús por el cflrnioo de ln. per­cxperiencin? 1\o quiero ocup:Hrne de feccion. que dias enteros eotrogados :í lns que en su suprema frivolidad s6Jo contempla.r no mundo de quimeras. piensan en idear vestidos y puerilicln- Los ensueños son no solamente un des de ec;:~ especie, esas jtíveoes no nos pln.cer malsano, ú los cuales nos aban. pueden interee.u ¡ para ollM b vi1ln. es IJQnnmos, sin<' que paro. nlgunn.s perso­tan mezquina y pequefin que no hny na~ se puedo convertir en una enfer­peligro ui perspectiva que las Lngn medad del alma. Enfermedad peligrosa daño ni provecho. Yo no bublo sino de que ejerce uua influencia funesta., y las almas capace,; de pcns!\f y correr que es capaz de embriagar y daüar el riesgo de extraviarse por las vía~ de alma mejor templada. El espíritu mlís ln inteligencia. firmo y más recto, al dejar~;e llevar Exnrninemos si los ensueños no cjer- por eso. costumbre, ohidn. la verdad y ceo unn. influencia funestn sobro el se eu~efio. á vivir de las creaciones de pao!'amiento, y pervierten la rectitud su fnutnsía. E~ preciso hacer uso en. de los juicios, emhringnndo y seducieo. tónces do todo. nuestra energío. pa.m do, de mnnera que la \'ida real parece sobreponernos ú los ensueños que pro­t! escoloriut\ y sin interes en compnru- curaran dominarnos y debilitarnos, has. cion con lo imaginado. tn el punto de que he oído decir :í nlgu. Notn, c1ueridn amiga., que los cnsuc- nnspersoons,c¡ueabsolutamentcuopue­ííos desarrollan In parte méuos Lucua den gobernar t:u pensarnionto,y se decln. de nuestro carúcter. Si tenemos incli. ran incapacc~ de unn retlexiou racional. naciou á la tristeza, al descontento, á El mejor moJio do impodir esta de­ll\ irritacion, do ~eguro cunudo so pcr- cadoucin del espíritlt es tratnr de ocu. anite 'lue la. imaginncion uos lleve h:'í- pnr su mente con pousnmiontos --úli. cin los eu'lueiios, ellos nos afirman mús dos. Lns fnut.nslns do In imnginncion ou nuestros defectos, y !ii nos dejllmos no pueden morar siuo en las mente,; domiunr por ellos nuestro carácter se do~ocupadas. l•~s un privilegio, y tnm­ngria, y cualquiera palnbrn. quo nos bien uua respon,abilid.ul de los espíri. obliga .í vol ver :í la \ id·l real uo-; en- tus cultimtlos, el que no pueden existir furocc, y perdemos la facultntl do go- dcsocupaJos. E-; indispm~sahlo cjerci­horuar uuc.;tro mnl gúuio, ú la tristctn. citnr fiU acti\idnd, y si no !'o lleva:'\ c1ue nos abrumn. caLo c~to un ul scutido 1lel cnanino de Poro e11 la mnünnn Jo In e:dsteucin In \ erdnd, se tuerce y so preci pi !A en hay toda\ Í:L otro peligro. A posar 1lu el dl• la~ tplimoras. que ou nt¡uella. cdnd -.u ostjÍ muy pro. Por último, mi querida Natnlia. p.::nso :'Í vur todo color do ro~n, por lo pienso con toe ú osta íntimos pensurnientos. Auoquo parez­oxistcucin tern•md! A fuerzn. prcci o aprender qut• el vertl:t.doro ?lltt\QC á los \agos cusneños de una Hlc.ll Ja ln vid:t. no está eu l:Ls faotnsíns imnoiuaciou osa pena y me aterré: pl!lro mis impresiou. Pnrece que el brillante oficial, el ojos permanecieron secos; los niños pare- 1 bullicioso y entusiasta jóveo, se enamoró ceu tÍ Toces indiferentes, y no lloran de una niña en no sé qué ciudad do 1:. cuando so cree q11e deberían mauifestar­costa del Atlántico, donde estaba la guar- se enternecido:!; UJUS se ElqUi vocao quie­nicion, y habiendo tenido tm di:;gmto en no::; piensan que e:; ¡Jor falta de seutimicn- 1 , un baile, ella rehusó bailar con él, desai- to. No e:; así, sino c¡ne las hondas penne rándole: enseüado á hacer sien1pre su les asustan, les espantan y parahznn sns gusto, y IÍ. q ne nadie se resbtiese ú. sus sú- faeultndcs; deapertáudoso ues¡mes en ellos 1 plicas, ameuuz,j con watarse si la seüorita una irresistible curiosidad, un deseo ar- 1 continuaba dosdeñ:índole; pero In loen diente do indagar, de dnrse cuenta de aquel umchneba se hnrló de él y se levantó para dolor misterioso para ellos. .\:~Í fué cl'1e bailar cou otro. Eutónces l~edorico, ¡;in de- pennauecí inmóvil y callada, cou~011J)llan-cir una palabra uuís, abrió el balcon que do ti doiaa Alonsa, ba1>ta CJUC ele eran diario¡¡. Las calles }JCrsouns hnjo do la1> Yent:mas de la ca-.a permanecían dc:siertas y lúgubre.-> en todo r¡ue ftu: clo cloii/( Alonsa (la r¡uo ttunhicn tie~npo; las casas ccrradns y l:ls ventanas murió luí luengos oñc s) .r ·voh·ió d re\"ivit· solitarias 1Í toda horu, aun en la que, se-¡ en mi mento aquel epi.-;odio de mi infnu- gun la costumbre e.-;paüoln, lns muchachas ('in. Ln msitn e::.t:í lo mismo por fucru, y solian salir :l tcspirar el aire fresco y sa­Cilll dificultad pudo pasar ~;in detcuonuc luuür á algun gnlan que pot· casualidad 1 nulo lnli anchas griet~¡¡ de la ¡lllcrt:\.... pasalm por su callo totlas Jos t.·u·des. Las 1 ¡ 111 i~lcrioso poder do los recuerdo~:~ primo- ~;uiiorn~ estaban do lulo; apesaradas y ro~! ... do ordinario tí 11adn conduce u, pe m nfligidas con tauti\S de~graoius, es de pre~ bOn In 1nitad do la vida: la ot m mitnd sumir que pocas peusalum en galcmteos. Jn corn¡umen las c!u tantcs de a1ptel hnnio oyeron el lojano pon¡ no sou siempre de~graci:u.lns, sin hn- ~;onnr de varias espuelas sobro ol de.si~ual L.er luciLlo para ellas un solo dia de empetlrndo, y el rozar do In~ espadas con-' 1 goce. tm ln pared, y en "cguida vieron pasar un -E~ verdad, niiadiú ~\[:iximo, pero los grupo compue:sto do d!l!! oficiales del R~y vonlndco os ol"istínnos y creyentes picnsnu ,\" nn hombrecillo moreno, de aspecto rum quo In suerte dcscrracindn en o-to muut.lo e:¡ y bajo, pero viostosaruento vestido do p:li­nn l.fcclc> U.o ln°hondad de Dios, c¡uo ha sano, luciendo, ó mtis Liou, doslnciondo qncriclo !'lU purgue en viLla sus pocndos. una cnpn nznl con vuelta~ rojas. -.\h 1 si tuvit:mmos todos semeja:llc -;\nde usted! C'nmrLradu, dijo nuo do resigna e on, conte¡¡lcí Adriann, u a da u os los oliciale.s á esto Íllt imo, la hermosa He-fultnriu pum ~or t-antos! len vive Iéjos, .. egnn pnroco. -•· Pam el homlu·e pindo,o, dioo Au-1 -Al haberlo so.spochnuo, aiiatliú el otro gm;to N culns, ln ~ociedad no es ,;ino uu oficinl. de uiug;una manero huhicra im,b­tontro, CU,\BS ,·nnidnde; so bailan ]laten- tido en venir ñ conooeda. tes, y In no.tmnle:r.l\ otro t$tro. cuyas nm- ,\l cabo de un momento el primero que rt\ villllS tec:ouoco y admiro,'' rcpuso ll úxi- ho.Lió dijo: wu, .Y )\H" lo 1uismu dehcria ol IH•tnure -Voto á bríos! ,: So hal.mí usted que- YO!" la vida prcsl•ntocon iudiforcucia,pnes- rido lntdar do no~oüus·t to t¡nc es tan paR:tjet·n y éngaiio~¡¡; pero -Si lo creyera u11í .... repuso ol otro cutin po os sou In:; que eostdn prcpnmdos mirándole de reojo. IÍ UcjnrJ:¡ ~iU f~lllOl"! -~0 lo pÍCUSCll li!;!OdOS J exo)aUlÓ Cl -A }llsur de que todos sentimos llll to- hombrecillo de In capa nzul, iuterrum­rror iust ut i vo rí Ja muc¡·tc, dijo M nuriC'in, picudo al oficird, y niiuduí humildemente: 110 lmy fiiiÍCil \10 wirc con ucsprocio al IIUllCI\ 1116 Lnloiera atrovidu IÍ tanto ... Aun­que llcja la vida mauife;,tñudu:.o cviJMde, que IC!l repito que lu yeuida de ustedes lo quo uo recuerdu no snce.-o qnc no ha por n1p1Í no c.; do mi gn,..to, porque las Iutwho tto refirieron on Hogot1Í, ap:ueu- mujcre:> son dóhilcs y los olicinlc.s no do­l ·~meuto nvcro~imil, pero que os en roa- jan de e.er atre' idos y tiouon uuu. labia y Ji dad his:,¡írico. un dooir .... -¡ 1 ·n:ntelo en seguida ! eschmó l'c- -Yaya un ~opeuco! dijo el pri10cr ofi­pita, ) d• nutcmono u¡;eguro que S!•rtí m:Íe e in l. ,: Si nos h:uia rocelo por q né ~>C propu­intot ·cstuio que el relatado pot· Alicia, (¡tto ¡;o u~;ted despertm· uuostm curiosidad jac­roaulió hn·to simplon. tñndo .. o de sus nmorcR con la muchacha • 1 .... Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 144 LA MUJER. más linda de Santafé? Porque, añadió, 1 -Cuidado don Luis ! Ya usted hl\ col­a; unque las chicas bellus no faltan en esta 1 mado la metlida .... este último insulto me c1udad, son por lo general esquivas por lo ha de pagat· más caro de 1.> que damas. }liensa. -Dice verdad Perico, repuso el otro El jóyen le contestó con nna carcajada, oficial. Desde qne llegué aquí, noto que y haciéndole un saludo irónico, cruzó la las mujeres se asustan y se esconden cuan- esquina y se fué. do las miro .... Y esto es más de extrañar -¿Quién es ese galan que, segun pare­cuando en otras partes no faltaba nunca ce, obligó á eclipsarse á la Belen del amigo alguna á quien agradar y aún no desde- Bautista? preguntó el teniente Pet·ico. ñaban decírmelo. El burlado hombrecillo estab!l trabado Y al hablar así se retorcía el vigota con do rabia, y no podía responder. aire de maton. -¿Será por Yentura algun hermano ce- -Por otra p1nte, r..ijo Perico, es cosa loso? preguntó el ott·o. de no creerse el qne ya que nos n:liran -No es hermano enteramente, pero .... con desden las mujeres de Santafé, ten- -A lgun primito ? gan el mal gusto de preferir al amigo -Sí, señor. Bautista. -Ya lo comprendo 1 ¿Rival de usted? En aquel momento llegaban á una es- -No sé .... quina, en la que hallaron á un hombre em- -Ambos oficiales soltaron unl alegre hozado hasta los ojos, que los miró con cu- carcajada. riosidad. 1 .Bautista se puso lí-vido, y dijo exas- Al verle Bautista se inmutó, y dete- perado. niéndose dijo en voz baja á sus compa- -El don Luisito es una mala pieza, y ñeros : adamas, el mozo se ha manifestado patriota. -Tengan la bondad de no hnblar tan -Patriota! recio, porque si mi Balen, que vive aquí -Patriota! cerca, se aproximase 6. aquella veubwa, Y ambos oficiales dejaron de reírse. y oyese ruido, no hay duda que se ocul- -Esa aousncion es gr11vísima dijo el taria. uno, y es preciso indagar. Al notar que los oficiales y su compa- -¿, Cómo babia olvidado usted denun-ñero se acercaban, el embozado se dirigió ciarle, fllltando usí ú. su deber? uolamó á u no. ventana semi-tapada por una rejilla J:'erico. de madera (la misma que había señalado -Dice usted bien, contestó Daltista ya Bautista) y habló algunas palabras con más sereno; le habia olvidado eLtro tan­un~ persona que se hallaba detras, alean- tos qno !le hallaban tal vez más ~ompro­zlindose á oir una voz de mujer que dacia: metidos. -Ilu~ta luego, Luis 1 -Un rival, amigo, no so olvil11 nunca. Apre,¡urarou ol paso, pero al llegar ú. la -Peru siendo pariente de llelo1 ... \·entuna, el jóvcn ya se había apartado, y -Comprendo 1 interrumpió Pa·ico, us- Jn hallaron vacía y cerrada. ted temía perder lo. amitstau !le la familia. Los oficiales subieron la calle y vol vio- -Pl'obablemente .... pero ya c;toy re-ron á bajar con sn comparsa Bautista, suelto á no tener con él más colsidora­rniéntrns qne el embozado permanecía ou ciones. la esttniua. Al pnsar junto á eH dojú caer -'riene usted razon .... á pesa· de que éste los pliegues de su capa, descubriendo entre ese jóvon y usted la hermos' no va­ou parte una fisonomía jóven y graciosa, cilartí. y un par de ojos brillantes y burlones, y -¿ I~o oree usted así? pregurtó Bau-dijo en alta Yoz con unn sonrisa irónica : tista con marcado interas. -Parece que se le ha frustrado su de- El ofi.c.-i.al se echó ú reir. seo,¿ no es así .Bautista.... Vencegue~-ras? -¿No lo he de creer? Al oirse interpelar con un apodo que -¿De véras? le disgusta-ba sobremanera y lo ponia en -l:H, pero no vaya 11sted á int)rpreta: ridículo, el hombrecillo dirigió á su in- mal mis palabras. Oiga usted 1 ll prefe­tedoc: utor una mirada torva y hostil, con- rido será siempre él, no lo dude ¿No t& 1 testán.dole eu voz baja pero con ademo.n parece que tengo razon, J>erico? añadi~ colérico : dirigiéndose á su compañero. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVIS1'A QUINCENAL. 145 - P•:>r bllpue:.to, y apostaría uli llll\110 si u mi!;ericordia, ohitlaudo quo no hay dercch.n. enemigo pequcüo, como á :.u co:.ta lo dc:.- -1\1 il demonios! exclamó Bautista fu- cubrió en breve. rioso. · La noche del t.lin cu que empieza nucs- -Pt!lro, dijo Perico, la bella se hn ocul- lro relato, Luis se vió l'Cpentinnmente tndo d.ecididamcnte por órden del gnlun, , nrrest.ado eu su casa por úrden del Go- 1 y no vc¡¡l vent ó lJresentarse; es tiempo do biet·no, y llevado come> crimiutü á una do v vlver al cuartel; esto buen IJombro nos los Ctírcelcs politicns. ha LecJ!10 perder toda la tarde en vano. Al dia siguiente se lo ompe'l<Í ñ seguir · - Pern no m o pc.;a, dijo el otro oficial, Clllli>ll como á patr,.ota, cosa que lo sOt·pren­portJUe hemos l:illcado en limpio que todu dió muchísimo, porque habia vivido siem­lu cha1 In do llautista era pura fantasía, y pro retimdo eu sus quehaceres, :;in mez­que la 1liiía eu rosúruen profiere á olro. 1 clar:;e jamas en las co::;~1s políticas ; y a un- - Ja ! ju l ja! añadió rieudo Perico, que en realidad prefería b caru;a de la In­¡ cóu1o ~o vuu ñ dh·ertir los demnscunndo dependencia, como s11 familia era de orí­lcs cootomo:. clre;;ultado do nuestra nven- geu español y adicta ul Huy, él prudente­~ ura du c:¡tu tardo l ¡ Despues de tanto mente babia guardado r01>orva abs->luta jnctars~ tract·no~ á que véa1uos solauwuto acerca de sus secretas aspimcionlló llatrió-ol rivol ! ticas. - ¡ E:.to es muy bueno! exclamó el l Sin embargo, lns acusacionOtl de sus P~ne-oiro. migos oran muy graves, y auuc1no en JUS-llauti:. L\ euh·e tanto, cabizbajo y mohi- ticia nada le podian probar, eu o;a época no, uo o ntrc,·ia á mostrar ~;u di::.gu:.to, y era fúcil perderse solamente el que llcga­totlos t n•.; tomaron el camino do regreso bu á hacerse so:;pcchoso. Cunude> l>Dl'o que al cntu1cl. :su denunciante babia sido Bautilita, com-ll 1 prc.ndió que bU situncion om e~ extremo . . pehgrosa, y de:;e:;perau1.ado de stnc~r-J.r:se, Ltwl vt vi1\ e u el barrio do Santa n,tr- 1 rc~ol vió callar y dejar obrar al dc::.tlno. bnm con sn madre, su hermano y dos hor-¡ Dol! días detlpue:~, Ijui!i tiC vic} condena­mann!> l j<Í\'onos, no l<'jos do la cnsa dol do á muerte con cnntro oompaiíeros más, padre .Jo till JH'ima llelou, cou q11iou, do poro éstos por lo méuos h•Lbio.u tonido ln puso lhromo~, - cstnLa compront(·tido ,¡en- honra de trabajar en realidad por la ~)ll­sur~ c.ounudo ~;erenara el turbado hori:r.onte tria, y morinn t·osignndo!i, porque habuu:~ poldtco, puo~to que JlOr ontúucos nadio cumplidu :;u deber, y onmm que tarde u pcnsnhn nu cambiar do ~:ou crto. X o t.iéodt>- temprano, su obra daría frutot<. l>ero el )e pennitillu YÍ~itar con frecuencia ti su no- d~"mciado Luis miéutrus tnnto se dc:;eo¡­vill, H•guu llls r ígidM co:.tumhre3 do a(p1ol pc1~ba, porque no cucontruh:l cu su alma tiempo, el jóvcm procuraba verla totlns ll\ cncrgÍ•• y )ro trot~~¡uil itlnt.! que produ~e las tarde, o u la 'cotana. siemp ro una sincorn opinion ; él se líen ha l'ocos diRs dllSpues de la cntrtuln .¡ !lo- débil ante la muerto pro111ntnra, que uo got:l. t.lel J>aríJi•·ud"'' I\lorillo, estas cutre•- hnbia nbsolutnmooto l.m~o.:~do, V do.-cabn Yibtll.'l fuorou turbadas por llnntista 'l'ihi- h>'Ozat· de la vida quc~;iompre lo Gubia son­tú, unllnto onmzndo de indio, el t¡no ltn- roído. Adamas, desdo c¡uo fué arrestado bi?ndo visto.'¡ De len salir una maiiuna do no hu hia podido comunicaroe cou su fnmi: rntsn, 110 lmlna prendado de su ft·o:;cn. hot·- lía, y In fnlta do C!>to cousuolo deseado e , mo:snrn, como ol gusano vil busca la flor imposihlo, le afligin ~;obromanora. más bcl In, y la ¡•orseguin con sus vulgarít>i- }:;,taba muy a \'Unza da }:4 tarde, y ya era mo., galnutoo:¡. casi do noche, cuaut.lo Luil:l y ~;us compa- K,to hombro tenia la profo:;ion de e:;- iioros despue, do ht1ber oido &u sonteucia pía, sirviént.lole tiiempre al partido quo de m:terte, fueron enlregat.los al carcelero ~>O hallaba en el poder. y por cousiguieute, que debería conducirlo, lll convento do Yiéudoso despreciado por todo;;. Como lle- la 'l'ercera donde outúnccs babia una len, disgu~tada con aquella pcn;ocuoion, prision. ' se ocultaba para no ser vistA por tan in- El carcE>let·o era 1111 bandido sin ley ni dig1~0 admirador, Bautista t·ondaba la ca:. l Dios, que recibia los pril:;iono,·os eomo líos, !lo u. ledas horas, y con froouonoin so on- sin que le dijoscu ni él pregnolaso sos conlrabn con Luis, el que se mofaba do él nombres. Lo único <1110 lo impul'iaba saber ---~- -- ... Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ------------~--- 1- 146 LA MuJER_. _____ _ ora que los hombres que lo entregaban, 1 y despues de algunos momentos se dejó debet-iau pasa1· lt manos del oficial de la caer casi ex1ínime delante de un portoo, 1 escoltn, que los conducida al suplicio al en las inmediaciones del111olioo del C'ubo. • día siguiente. Cuando pudo voh·et· en sí notó eu el um- 1 .Apénas habían salido del juzgado cnan. bral de un portan cerrado li un indio ros­do se desencadenó sobre la ciudad un 1 guardándose del agua y con un tercio de fuerte aguacero eou acompañamiento de carbou á cuestas. Al verle en medio de la truenos y rol1ímpagos. Al llegar al puen- semi-oscuridad, le ocnrrió una idea, y te de San Frauci::;co era tan fuerte el tero- acercándose le dijo: j poral, qne el carcelero, no queriendo mo- l -¿ lluou homhre, quieres venderme el 1 jarse, hizo entrar á los pl'esos tt un vecino carbou? zaguan, miéntras que los soldados de la -Sf, mi amo, vale tres reales. escolta se situaron, unos :í. la pllOrta que -Bien, te lo compro .... Pero, adorna~, daba al interio1· de la casa y los demas bagamos un trato : yo te doy mis -vestidos en la exterior. La tempestad se bfiCia cada y lo qno tengo en el bolsillo. y en cambio Juomento Juns furiosa, y de repente vino tú me das tn ro¡.>n. á cnor un rayo en la vecindad, producien- ¡ -Su merced se quier~ burlar 1 do tal fragor y nhudimiento, qno todos, -No, hijo: hice una apuesta con un presos y escolta, caye1·on de rotlülas sobre amigo y debo >olver á cnsn -vestido como tú. las baldosas, cubriéndose la cara con las El hombre le w.i.ró sorprendido, cl·e-manos. yéndole por lo ménos loco ú ebrio. Lnis babia llegado á tal grado de deses- -Arreglemos pronto! exclamó Luis poracion que no le causó micdu aquel ve- impacientado. ligro, y nG pens!lba sino en la triste suerte -Cuánto tieue su merced en plata? - -=:; que inomisiblemeute le tocaría; así, sólo -No sé. él ponnaneció en pié. Al verlos tan dis- Poro al decir esto sacó lo que tenia traídos, tuvo la repentina idea. de que tal ou los bolsillos y tlO lo puso al intlio on vez podria aprovechnr aquella circunstan- In ruauo. El indio contó y recontó los rea­ci. n para huir. No le bahiuu pue!>tO grillos les, los que, aunque no eran muchos, eran m espolSas, pareciendo innece.-;aria aquella¡ más do lo que valía el carbon; sin embar­precaucion con uoa persona que deborin go, el chibcha es desconfiado por natura­sor fu::;ilada ol día sign.iento. En el mo- loza, y no cesaba de sobar lo. plntu y mi­monto pu~o en prúcticu su feliz idea ... Se rarlo. á la escasa luz del crepÍisculo. dc..quina del colegio del Rosario y suJ,ió la nurigncla y un buen plato do ma1.amorn calle 1Í toda canora y como u u loco; al fio con su acompañamiento de pan negro y cruzó ú.la izquierda, sin saber lo que hacia, chicha. • --------- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVISTA QUINCENAL. 14:7 III 1 El cnrcelem v sus secuaces no echaron do vm· que les Ínlmha un preso, si u o en el La familia de Lui1 babia pasado dias momento. en que, ya calmado el tcrnpora.l, angustiados. Con la tardo del día cu que emprend1erou 11110vamente marcha con eh­lo sentenciaron á. muerte Pedro su her- 1recciou :í la 'l'erccra. Sin embargo, ni pri­mano salió ,¡ tomar loua~1as en l~s calles 1 sioneros ni soldados 1<> habían visto salir, y suJo que Luis debet~a sor fusilado a.i y auuqu? el carcel~ro los i':t.crrogó fmio­siguiente dia. so, ofrecteudo castigarlos st no hablaban, Aíligido, desesperado, sin aeordarse de lnad.a pudo oLte~cr. 'üu~to m:tyo.r o~·a su que de podía hacer sospechoso taro bien, co- ¡ raL1a cuanto sn.b1a ~u o st af du1 Sif?Ul.enlo uió intri!!­deron do la lhrea, ro•aidcnte cu Washin¡;tou, teadn en ¡;rau parte una expodil'iou al Polo varias f!octisuR, una hermana. ele Gludstonc l dcl Xorte cou d ohj!lln de dP'aiín, se propone ¡r.lsar ¡\ Afrka PO f'i {trtixirno f'llhrero par.t. ir ul país do.• lr•s Znlúes á omr l'l\ el sitio en <]IHl mata­ron :l Bll hijo. Ya, si quit•re, lo pneio hico ci muchos ti•11S'I ndn­tl .. s. Si yo no lmhil!t a l·xistiito ac mluocnlas ~loria~ lllnmwns! J.os l~riocliRtas tic raza anglo-s.tjona. son los mil» :mlltnllnos niuguna nov1.11.hul o.•11 ellas, pcrmitano el leotor haiJlarlc cuatro palauras de dos p.•ísea curiosos, y con lnon si m:;tn l.tt>\'.Íbtn so su::;¡H•ndo ch..trnll te allt'll'S olo l<::no­l'O. La necesidnd ole doscrnlHnr de ln:> tn1·~ns quo se ha ilupuo to. ln oblignu tÍ nu <'U.tnro tlo Hug<;otiL por algunos din~. Im¡
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La Mujer - N. 30

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¿Cómo pueden ser más colaborativas las ciudades?

Por: Mirela Pinheiro Fiori | Fecha: 2018

En ¿Cómo pueden ser más colaborativas las ciudades? encontrarás las claves para hacer ciudad con y para una colectividad urbana cada día más diversificada, individualizada y globalizada a la vez, con visión crítica de las realidades urbanas, pistas que ayuden a tomar decisiones y ejemplos que expongan modos de hacer, comunicar, negociar y ejecutar.
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  • Ciencias sociales

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¡Poyejali! 50 películas esenciales sobre la exploración del espacio

Por: Ángeles Gómez Martínez | Fecha: 2018

Tanto el cine como la exploración espacial surgen a partir de avances tecnológicos que hacen posible dos actividades que previamente solo podían suceder en el dominio de la imaginación: el abandono de la Tierra y la materialización animada y reproducible de la visión de un artista. Ambos sueños, transformados en realidades, se han retroalimentado en el tiempo, compartiendo elementos para que cada uno lleve a cabo sus propios objetivos: conocer y habitar nuevos lugares del universo, que a su vez se conviertan en nuevos escenarios y situaciones donde los cineastas puedan contar sus historias. Este...
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
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  • Cine

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¡Poyejali! 50 películas esenciales sobre la exploración del espacio

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Professional ethics

Por: Juan Manuel García de Alba | Fecha: 2009

Es un placer para mí presentar el libro "Ética Profesional. Parte Fundamental," publicado por la Asociación Mexicana de Institutos de Educación Superior Católica, bajo la responsabilidad del Reverendo Juan Manuel García de Alba M., S.J. Esta obra se destaca por su perspectiva personalista de la ética, que tiende hacia la perfección a través del desarrollo de la persona, la sociedad y la historia. Presenta normas objetivas que se aplican a todos y desaprueba expresamente las situacionales.
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Filosofía

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José en la vida de Jesús

Por: Juan Manuel García de Alba | Fecha: 2018

"Es importante advertir que reflexionar en profundidad en lo ordinario de nuestra propia vida nos puede ayudar mucho a conocer y valorar la vida de Jesús, sobre todo en aquello que tiene de humano. Porque nuestra vida vivida en profundidad es una ventana abierta para conocer a Jesús, a José y a María .Este relato podría considerarse como un apócrifo y fruto de la imaginación, porque carece de fundamento directo histórico. Pero no carece de fundamento humano, porque la biografía de todos los hombres, y la de Jesús en el Evangelio, refleja sus experiencias.
Fuente: Digitalia Formatos de contenido: Libros
  • Temas:
  • Religión

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José en la vida de Jesús

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