Por:
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Fecha:
19/03/1908
REPUBLICA LE CO L OMBIA
I§rrIfummmmmmmtDmfD:tD rnmmm1lItD:t1!mll l lnllliIIfDmmill!!t~ a
CONTENIDO ~
Por los pobres. Asilo de niños huérfanos en cú.
cuta y El Jlsic(), poema por Saúl Matbeus Briceno;
El Expósito, por Eduardo Calcaño ; Guillermo
Manrique TetAn ; De ll()che [soneto], por Guillermo
l\Ianrique Terán ; De la Escuela Militar [Pl"ma.
das], por G. M. T.; Maniobras lv~i1itares j Antece.
dentes del problema técnico, por la Misión Mili.
tar Chilena; El crucero Pmzóll; Panteón; José
Domingo Ospina Camacho, por Guillermo Camacho
; Fernando Angulo Valencia, por Manuel
Castello j Hombres nuevos: Guillermo Camacho,
por ,y Eg/()ga de la tarJ/! [poesfa], por Edmundo
Velásquez.
nustraciones: Edificio del Asilo de Huérfa.
nos en Cúcuta ; Cristian AndresenMoller ; Teresa
Andresen Moller; Guillermo Manrique Terán j El
Sr. Presidente de Colon.bia t!n las maniobras y tres
grupos de espectadous presenciándolas; Personal
del crucero PimóJl; t Dr. Ospina Camacho ; t D.
Fernando Angulo Valencia y D. Guillermo Camacho.
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J3ogotá, Jylarzo 19
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I Número suelto .. .. ...•.. .. . .. . . . •. . $ 20 EJ Id. en pllpel extralino . • .. , .. • ... _ 50 I
Suscrir 'ión á la serie de 5 números, .. 100
Avisos, pá9'ina . ..•. . . .. .. . ...... . .. 200 g
- t td . ..... ... .. . . •.•. , ...... lOO EJ
- t íd. ...... ... . . ..... . ... . . 50 ~
Palabra en small-plca. .. . . ... . . . . . . 60 El
A visos ilustrados, precio con ,'encional ti
No se admiten remitidos. ~
La correspondencia debe dirigir.se al Adminis- El
trador de BoGOTÁ ILUSTRADO. A parLado de El
correos DI'lmero 159' Teléfono número 683' ¡¡:
Para lodo lo relflcionado con avisos enten- EJ
derse en la administración del periódiro. I
I ADMINISTRACIÓN: Carlos Tamayo, Calle I (j, I
Parque de Santander , act'ra NOl'te, N.O aB E. I
1Il11 UDDUIrIT!I¡¡W1mmlIlIIlilllllllllIIl!Ilm:!l!:i:J:::!!J:rIllllII:::ICl.llllli1.·
lMPRENTA ELl~CTRI CA-J68, CALLE JO
1 9 O 8
/ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BOGOTA ILUSTRADO
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~ c:J.) ~ ~
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I aVarla ~ ~ I & ro ~ I ; ,..., ~ ~
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~= .~ ~ PRODUCTOS Y PRECIOS DE VENTA = ~ o ~
~ Bogotá, N oviem bre de 1907 ~ ~ ~ ~
~ W O ~ ~
=l!l'lI Cerveza, Co"sum Bicr, docena de medias bOlellaP ..................... $ 80 ~ - - ~ "Pilsener, Lager y Bock, docena de medias bolellas...... 1 00 ~ (j • c:J.) i
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" " " " docena de botellas dobles....... 190 ~;=:(~ ""ii ::: = " Doppel Stout docena de medias bolellas ...... 1 30 ~ ~ ~
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~ "en barril, Pilsencr, Lager y Bock, el litro ......................... 10 W. ~ me Agua gaseo a pura, docena de medias botellas...... 60 • ~ t B
~ Aguagaseo!'acún difcrenlesjarahes,docena de 'medias botellas...... 80 ~Á ·~ bD ~
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OEUTSCH COLUMBIANISCHE BRAUEREI G m. b. H. ~ : I
El Gerente, LEO SIEGFRIED KOPP ~ E I
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SerIe III R,.EP U BLICA, ' DE (COLOMBIA N úmero d
~~~
Bogotá Ilustrad o
--~-~--~.~'-.~.".~I~. __ --~~--
Jytarzo de 1956
g)¿'iector: Jj 8bedacto'(., 8bafael 0ópino óa {}u~mán
Asilo de Diños huérfanos en Cúcuia
Con Íntima satisfacción honramos hoy las
-columnas de nuestra hoja, publicando en' ellas los
retratos de dos nobles benefactores de la humanidad
y la relación de la fiesta con que se ¡nau ·
guró el Asilo de Niños en Cúcuta, Esas sentidas
frases de quienes con la felicidad de los niñ os
gozaron de la buena obra, son merecido galardón
para aquellas almas altruistas y generosas qu e la
llevaron á cabo, y espejo de filantropía para que
en él se miren quienes están en posibilidad de
imitar al señor y á la señora Andresen. Quisiera
Dios que esta publicación de B OGOTÁ ILu:.TR .\oJ,
fuera á modo de la vara de Moisés, que arrancó
el agua de la dura roca, y lograra arrancar de
las almas buenas de los hijos mimados de la
fortuna, raudales de caridad que lleven su riego
fecundante á los campos desolados de la miseria
y del dolor. La relación de la fiesta, tomada de
El TrabaJ·o de Cúcuta, es ésta:
,e Recorría el Viejo !VIundo en jira de recreo, hace
años, una veuturosa pareja matrimonial : dos cónyuges
dichosísimos, con bienes de fortuna, que se amaban
con el corazón y en cuyos pechos, sobre todos los
demás se ntimientos, se albergaba el sentimiento carilati
vo. En su visita á las grande capitales iban siempre
de preferencia á las casas de misericordia.
Refi érese que un día llegaron á un asilo de huérfanos,
yen uno de lo s vastos departam en to , jugaba
un g rupo de niñitos, del cual vino hacia e1l0 un pequeñuelo
sordomudo á regar en su manos l' nO i besos
ca ndoroso s. Demostración de tan conm ovedor afecto
r epercutió en el alma nobl e d el e p oso, hacié ndolo
concebir desde ese momento la idea de fundar un
instituto de esta condición sublime. El era europeo y
ella co lombiana, ¿dónde, pues, realizar aquel altísimo
proyec to ? Allá, en Cúcnla, se dij o él, en la tierra de
su mujer, en ese valle tan predil ecto de su cariñ (, como
el suelo danés donde naciera. Fáci l es saber qui én
era aquella par~ia : Cristián Andresen y su señora Teresa
Briceño y Ramírez.
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BOGOTA ILUSTRADO
Hijo de Andrés Andresen Moller y Ana María
Bendigsen, nació Cristián el 18 de Febrero de 1848 en
Norborg, isla Als. Es esta una isla del mar Báltico, fértil,
bien cultivada, con grandes crías caballares y una
población de 25,000 habitan tes. Norborg servía de
campo fo rtificado al ejército dinamarqués hasta 1864
en que Prusia, Austria y la Confederación germánica
sela arrebataron á Dinamarca,j unto con el ducado de
Schlescoig, á que pertenecía, siendo ho~ este ducado
una provincia pru iana. :' .
Al consumarse este despojo, el Sr. Andre~ I' Il, que
no qui o dejar de el' danés, con el alma contri ' tada,
se vino á América, donde la fortuna recibió con efusión
al volu ntario proscrito . .Fue, pue no sólo un
gran filántropo, sino también' un gran patriota!
. ~n Sttugart, 1899, rindió este noble varón la jornada
de su vida.
Cúcuta vio nacer á D.n Teresa del matrimonio de
D. Jorge Briceño y D.a Carmela Ramírez, el 7 de Noviembre
de 1852. Llev~ do apellidos que on un distingO"
en estas regiones. La Sra. Andresen, como su
espo o, no necesitan los giros de una bio crrafla para
enalLecerlo, u obras, u o-randes obra piadosas,
son su más excel a apoteQ i ,
..
Lo tiempos tran curri eron. El advers0 de tino le
arrebató á la esposa el compañero y á la caridad un
g ran benefactor; pero la idea g randio a no murió, no
pbdía morir, porque ella ¡vía la vida fi la ntrópica en
el e píritu de doña Tere a. La obra fue terminada. El
31 de Marzo del pa ado año vio la viuda, en los actos
de inaun-uración, palpitante el en ueño de u esposo.
Ba ido esta la fie ta más simpá tica en e encia
d~ cuanta se hayan celebrado n Cúcuta. Mi aco -
tumbrada deficiencia no me permite re eñarla dehidamente,
pero véa. e en ella mucho cariño de cue uteño
agradecido.
El pro,rrama anunciaba para la 7 p. m. del 30
de Marzo Yi peras solemne en la Capilla del ilo,
La concurrencia anuía hacia a llá de de la 6. Pedí
permi o á los Agen tes de policía que guardaban la
puerta del enverjado y lleno de complacen cia, alecrrí-
~mo, penetré á la igle ia; y digo a í, y no grave, como
]0 exige]a eriedad del ceremonial romano, porque
en aquel amri nte, bajo lo, techo de esa diminuta
ba ílica, hecha para orar pequeñu los, cuya, pre~e
on notas de un a/legl'O y no du los de conciencia.
no e podía e tar de otra manera: la gravedad era
de mal tono. Ionseñor rias y lo Dre. Calderón,
Romero y DU(lue entonaban lo anta gre orianos.
on un arle enciJ]o, propio de mano delicada, la
capillita lucía cortinaje. Llanca y azule. en varia
forma. Allá, n el altar, da e tilo moderno, e de tacaba
el grupo más divino y bello del cri tiani mo: la
familia de azar th, efigies de gran mérito e cultórico.
La profu! ión de luces daLa á todo un tint d
sol matinal; pero hello era el a pe Lo <.l la verja coronada
de diadema de luces muJticolore que m hici
'ron pen ar en las fantásticas iluminacione ori nlaJe.
\ inler alas un gloho era lanzado á los aire,
al terminar la función J'cligio a la banda d 1 Balal/dn
(¡',o de IlIfall/N'la acompañó unos fuego artiGcial ,
de honito efecto, sobresali ndo tres lindos transpar ntc
míslieos. ontenlos nos retiramos tod d aquel
esp ctáculo, prom tiendo sel' de los pl'im ro n la
mañana del día siguiente.
Yo lo hice como lo penSIl, llegando al
momentos en (Iue se v('['jlieaba el temí im
recibimiento de los primeros huérfanos : conté 21 entr
e niños de ambos sexos, dos de ellos de cuna tod avía.
Monseñor Arias, el viej ecito g racioso .Y santo, Capellán
del Asi lo, teniendo á su derecha á la Sra. Andresen,
fue el designado pa ra hacerles la primera caricia
de bienvenida. I en lregárselos á la Reverenda
Madre atividad, el bueno del abuelito hizo conmover
á los e pectadores, con uno de esos disc ursos, rebo
antes de du lzuras y agasajos palernales. Conte tó
á sus pa lab ras la Reve,renda Madre, con otras igua lE's
en brote. de fervoro o sentimentalismo. Los huérfanos
entonaron un lindí imo himno a l Todopoderoso.
Vestían los niños flllS ecilQs gri es y kepiS azul marino,.
bordadas en su centro las bandera de Co lombia
y Dinamarca. La niñas de tela gris y cofia blanca,
08tentando en el pecho los mismo emblemas.
Acompañada á toda orque ta y presIdida de la
Tercia, e dijo la sanla misa á e o de las 9 a, m. El
D,r., Calderón ensalzó desde el púlpito la obra del HospICIO,
Yo quise verlo todo y me di á visitar el interior,
¿Para qué hablar de la ornamentación? Era sencillamente
preciosa. La mano artística de una dama y de
un estela se advertía en las inscripciones de flores, en
la estimenta de la columna en los regazos de la
cortinas.
San icen te, siempre ri ueño, siempre atrayente,
entre plantas y ce ta , se veía en uno de los claustros.
Vi en la sala de recibo do hermosos retratos
de lo e posos A ndre en, y en el centro del segundo
patio, contemplé, con el re, peto .Y cariño del caso, el
bus lo marmóreo del ex linto benefactor, adornado con
una bellí ima corona.
Fui luégo á lo refectorio, provi tos de todo lo
mueble indi pensable, y en cn o corredol'e e. tán
lo aguamanile ; de ahí regre é de nuevo á la sala de
recibo, para a preciar con má detenimiento la elegancia
del mobiliario, con truído, como todo lo dcmá
, por artesano de la ciudad. La Sra. Andre en no
ha qu\'rido traer nada de o del Exterior, porque u
genero idad en e te ra o ha ido exclu ivamente para
úcula y porque en e ta materia, todo, ab olutamen le
todo, e puede imitar aquÍ.
i ilé la habitación de Mon eñor AriH, donde
el viejo querido oñal'á con lo juego de lo chiquillo
; la de la Reverenda Hermanas, lo exten o
dormitorios de 1 niño. , lo de lo varone en la p arte
norte del edificio y lo de la hembras en la sur;
llenu d camita de h'ierro, cubierla de mullido colchones
y fina cobertura, me a de noch etc. La
ala esp cial para lo bebé, con u hilera d cunita ',
me hizo recordar una "i. ta del al va tion Armi de
orteaméri a, en qut> áncrele de caridad arrullan á
los chiquitine on lo ' anta d I alma que u ma-dI'
' le negaran.
La ropería e un verdad r a lmac n: e tanLe
escaparate colmado de ropa,
alone de e ludio dotado d lo útile nece 'a-rio
exornado. con cuadro alu ivo á la in trucción,
otre 10R cual obre al aquel en que dice Je ú :
" Dejad á lo niño que v ngan á mí."
Nada qui ' dejar in vel' .' ha ta ú la ocina de
hierro fui á 'urio ear, T no ól á la cO ina ino ú la
despensa, .\ la pi za paj'a n-uardar la loza 01 cada n
platille!'a , á lo cuar lo d I ['vi io, .\ lo bailo ¡.\
1 la adero , etc. et .
ada, ab oluLam 'nI. nada falta en aquel onfortabJe
Jificio ; p ro no, í falta algo n 1 patio d 1
d partam nto d la ht'mbra : I bu t d la ra. n-dI'
n, que la gratitud u nI. 'ña ncar ará d
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BOGOT A ILUSTRADO
2°5
Salgo ~ r~g~'eso á las 4 d~. I.a tarde, hora en que
-se daba .pnnclplO á la bendIcIón. La concurrencia,
.que era Ingente, guardaba en ese momento el silencio
y respeto mayor, y Monseñor Arias, seguido de cuatro
sacerdotes, de la Sra. Andresen y del caballero D.
Eleázar Belloso, Síndico del instiluto, cruzaba por en
medio de ella aspergiando á diestra y siniestra las
.aguas ben l itas.
Terminada la ceremonia, el Sr. Presidente del
Concejo, Gelleral Morales BerLi, se dirigió á la Sra.
And:ese.n con frases aplaudidas de agradecimiento y
.admIraCIÓn del pueblo cuculeño.
Moller
Yo, mi pobre yo in telectual había concebido y
-escrito una producción poética, la que encomendé para
su recitación al Sr. D. Rafael Garbiras. El Tlsico la
intitulé, y verdaderamente tísica salió mi hija del magín;
pero, gracia á la generosidad y dotes declamatorias
del Sr. Garbiras, no se exhibió tan escuálida
como la había creado. Mereció ap lausos repetidos y
algo superior: lágrimas de D.a Teresa y de no pocas
damas. Pero rehuso cobrar esa demostraciones para
cedérselas al amigo que con u buena in terprela-ción
me la salvó del fiasco. Se han empeñado en que la
publique, y aun cuando temeroso, poI' no haberle
puesto (dada la precipitación con que la escribí) el
.{;uidado que un trabajo de esta clase requiere, allá va
.á pedil' la indulgencia de los críticos. Es ésta:
Es la tard". ; diríase que el cielo
Tiene hostiles mudeces; ni topacio,
Ni viola, ni carmín tiñen el velo
Que es el traje de 8'ala del espacio.
La tarde es de rIgor ; horas candente
Del trópico en verano; tarde airada,
Que sueña en su letargo de ultrajada,
Con un sueño de rayos ignescentes.
La ciudad es hornaza; recluídos
Los seres y las cosas; todo muerto,
Semeja un manicomio de abatido
Por un cálido so plo del desierto.
y en ese extenso cuadro, do se agita
El alma del sopor, el alma fuego,
-Que en el ambIente y en la tierra grita
I
I ¡
Su rojas estridencias com" un ruego'
Allá, obre la tórrida colin", '
Que el! u arrogancia á la ciu iad domina
Allá, bajo unas mata~, enervadas '
y del cansancio presas, dos personas
Há I'llto que descansan en sus lonas :
La ca~a y el abrig-o en las posadas.
¿QUIénes son ellos? ¿Y por qué alejarlos
Miran la población desde la altura?
Es una humana escena de amargura :
Un anClan o y un niño infortunados.
No es un viejo CJuizá pero la mano
Felina de un dolor, la mano artera,
Da á su rostro expresión de calaverA,
y su ca bello lo convip.rte en cano.
Es un tísico el hombre; ya deshecho
y flotante el pulmón, y en los espasmos
Que el c~razón le dejan contrahecho,
Una queja se escapa d.: su pecho,
Que apostrofa la vida con sarcasmos.
La tos es su tormento inacabado;
Es la muerte que iróuica g rascita ;
Y en lo ' gra odes accesos, casi ahogado,
Se ab' aza de la tierna criaturita.
El no qui:lre morir; lucha de cara
Contra el desie-oio atroz ¿pues quién ampara
A su pobre niñiLo? si él es solo.
y sabe que e le munqo es un paisaje
De grotescos cambiantes, un ropaje.
Donde el vicio se encubre con el dolo.
Ya la tarde agonizll,
Es más suave
El calor atenuado por la brisa;
Torna el ave,
Que abandonó el polluelo al mediodía,
Con granos en su pico. y en u gar~anla trinos de alet>'ría.
Llama p.l enfermo al niño, que dormido o
Se ha quedado en la lona, de cansancio,
y le dice besándolo : u Venancio,
Descendamos al pueblo, angel querido.
A Cúcuta ! á esa hermosa
Región nunca olvidada,
De donde ayer la guerra desastr osa
Me arrebató en sn zarpa emponzoñada.
i Mírala qué imponente! es la señora,
La primera gentil j' dadivosa;
Es Cúcuta, la eterna generosa,
Que no desoye al que favor implora.
RE'gocíj ate, hijito: si tu madre
Te abandonó en la cuna; si tu padre
Siente ya de la Parca sus agravios,
ED cambio allá tendrás, ,,¡ DI, parieDles,
CODciencias muy virtuosa" y clementes,
Con panes y vestidos y mieles eD sus labios.
Ese ha sido mi anhelo; arrebatarte
Del pueblecito aquel donde Dacis.te,
Para ir á la tumba, no taD triste,
SabieDdo que un amparo he de dejarte.
BieD lo sabes, Venancío, cuántas penas
En el largo trayecto hemos pasado;
Ha huido ya la savia de tus ,renas, ... _
Tu cuerpecit9 está todo ulcerado.
Y yo .. ,. necio de mí. . __ ¿por qué te aflijo?
i Qué importa la existeDcia á un padre bueno
SI ella sirve de puente obre el cieno
Por el que pasa sin mancharse un hijo! "
Abraza el niño al padre, y en la frente
Un cariño con lágrimas le deja,
Y después de un sollozo, que se aleja,
Descienden la colina tristemente .
El sortilegio de la noche envuel ve
La ciudad con su ga a,
Y la luz de lo foco la disuelve
Con el pincel que brillantiDo pasa.
Allá ba.ian lo dos, I:lS dos figura
Del sórdido esceDario de la vida,
De la vida, careta femeDtida,
Con las muecas doliente de lri turas.
LlegaD á la "ColuD1na "; e oye un truen!)
Que seguido de un viento 1I0vizDo 0,
Pasa como un corcel que va sin freDo,
Como el 1 ay! de un gigante pesaro~Q.
Y recio cae el iDvierno, y Venancito
e abraza de u padre y lanza un grito,
Murmurando nervio¡;o : teng'> miedo . .• _
"
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()í BOGOT Pi. ILUSTRADO
No pucdo raminar, papó, no puedo .•••
Alzame, en un momento, papacito,
y él, entoncr , que apenas ayudado
Por u bordón camina vacilante
Toma al hijo, 1<.1 alza emocwnado,
Diciendole: no tecna .•.. ndelante!
Ma las fuprza le fa I l:. n ; ya ven 'ido
Con u carga de amor y de cariño
Piensa, no en él , ruando se ve caído,
ino en el golpe que dara á su niño,
Yen e:sa flucluación, w8ndo la falda
Termina del trayecto, ya en el puente
Tiene un vértigo asaz, un II idente,
Que en el escaño lo tiró de e pal a ,
La voces de Venancio, lastimosas,
Incrcpan á la atmó fera enlutada,
y á sus aye , corrieron presuro as
Gentes de la casitas de la entrada,
Acuden á auxiliarlos ; un vecino
Lo vuelve con un éter á la vida;
Dos abuelas enj uO'an con un lino
Del muchachito sang-reante herida,
y cuando ya repueslos del quebranto,
Un curioso pregunta por su nombre,
s6xiado de tos contesta el hombre,
Con us ojos nublados por el lIan to :
"Do peregrinos somos, do barquillas
Que zozobran en mare sin orilla ;
Un tí ico incurable y un chicuelo,
Que tienen un tesoro : su creencia,
y una dulce eilperan ' a: la clemencia,
Que en alas de querub viene dcl ·ielo."
Ava nzan por las cafles; todas ella"
n recuerdo le dicen del pasado:
El, vivió con los suyos en aquel/ns ....
Por las otra cruzó s iend o oldado.
¿Qui én hoy lo conociera? si á un amiO'o
Que de e e su ayer f!Jera testi".o
e acercase á decirle: ¿mc c.
Y en medio de su dmlo el chi o iente
Car ic Ias de nlgún cí'li co epheote
R oza ndo la 1 rsura de su almil a:
I Es que en esc ¡'rc into I'cnluroso,
gl alma dI' I' is li :\n el hondudoso
Rntrc I Otnio dI' Pl ed/ld grn"ila!
Si e l podrc de \ ennll CIO, 'n cs un muert o,
Ahí tienc á S il padl'r ;
i su mndrr , un seDO s i'l ca lol', un pecho ye('to,
Lr pI' sen tó a l n al'C l',
Ahí liene ¡\ I(> =
-- -... --~--.----~-----------~
Sra. Teresa Andresen Moller
~c:=-= =.... -= '+===oC==2;~
Terminaba la fiesta con una procesión que recorria
el trayecto del Asilo á la Quinta Teresa, regresando
por la calle del Ecuador. Cin tas azules y blancas
pendía~ de las anda, las cuales llevaban alegres
Jos huerfamtos: esos colores eran símbolo divino para
e11os. Se entonó una salve al regresar, y el Pbro. Dr.
Romero. dijo la última palabra pública de felicitación
y aprecIO á la señora.
No lo presencié, pero me dijo alguien, que por la
noche tuvieron su comida especial los huérfanos, y
que luégo obsequiaron á la Sra. Andresen con un diálogo
que D. Eleázar Belloso escribió con este objeto.
Hemos recorridb en esta hermosa fiesta el i-Ios.
picio Ifricamentt>, podría decirse; vamos á recorrerlo
a hora prácticamenle ó como dicen en el sig lo: metálica.
¿Cuánto cr eéi qll t' cues ta á la Sra. Andresen lo
que habéi vi to? ¿Cu;ínto? Una urn a enorm ísima
para nuestros capitales, urna que muy pocos ó nin ·
gunos en la R epú blica hao in ve rtid o en obras de beneficencia.
Cien mil pesos pla ta, me informa el a rquit~
cto Sr. Ezequiel Durán, es tán empleados en el edifiCIO,
y ag réguese á esos g uari mo veinte ó trein ta mil
pesos del costo del mobil ia rio, y para tirar la linea de
suma, averigüemo por la c recida renta anual q ue ella
ha asegurado par a el so tf' nimi ento cómodo del in tituto.
¿Todo eso ha hecho tina mujer? se preguntarán
asombrado los de afu era. Eso nó, e. o no tan sólo,
responderemo . Lo ra gos po itivo de magnanimidad
de los e po os Andresen son incon tables: mucha
poblaciones lo certifica n, mile de bocas lo pregonan."
SAÚL l\hTllEU BnlcESo
I
(
EN LA 1 t\ UGlJ RA r6N DEL AS ILO DE lJUB/\ FANO DE CÚCUTA.
Fue el últim o ma rtes.
A la madrugada a pareció en un albañal de esta
ciudad lIn niño r ecién nacido.
Bl anco, rosado, desnudo, con el cordón umbilical
inta~ to , en continuo vagido, rodeado de perros. El frío
era mlen o.
Los perros lo resperaron má que su madre.
La madre lo entregó á la muerte. Los pern,s parece
que cu todiaban su vida.
¡ Qué madre! i qué perros!
El Asilo de lIuérfanos, que tiene otras intenciones
1 especto á los niño, lo recoge en su seno lo viste
le da alimento, muchas madres que lo acari~ian, qu;
le cantan, que lo mecen, que lo duermen; muchos padres
que están pensando ya en el porvenir de la cria~
ura,- mucho s~lencio para no interrumpir su sueno,-
muchos cmdados para conservarle la vida.
¡ Qué institución!
¡Madre 1.. .. fiÓ, tú no fuiste. Te lo arrancaron de
los brazos, ¿no es verdad? Tú resististe, lloraste, gritaste
con toclas tus fuerzas pediste tu hijo en nombre
de Dio, en nombre de la naturaleza, en nombre de la
irgen ~an lfsima, te torcías I.os brazos de dolor y desesperacIón;
lo reclamaste pnmero con energía--después
con indignación-y por último, quebrantadas ya
tus fuerzas, domada tu altivez, lo pediste como limosna,
lo invocaste como generosidad, y te arrodillaste trémula
en tu lecho para implorar esa beneficencia de
lo verdugos de tu hijo; ¿no es verdad que todo ha
sido así? ¿no es cierto que eso es lo que ha pasado?
¿Y cómo iba á ser de otro modo?
El hijo de tus entrañas, alimentado allí tanto
tlC~pO, parte de tu propia vida, de tu misma organizacIón;
que te había acostumbrado á sus palpitaciones
y movimientos dentro de tu seno-el que era símbolo
del amor con que lo concebiste-el que te había
hecho soñar con él como una esperanza-el que debía
tener en sus facciones la semejanza del hombre que
resumía para ti todo el universo, del sér que te hizo
olvidar .... que te hizo olvidarlo todo: la criatura á
quien esperan los irracionales á las puertas de la vida,
- todos, hasta la pantera-para abrigarla con su ca·
lor, llenarla de agasajos con túdo su cariño, tenerla
'C'Jmo objeto único ya de todos s.us actos, de todos sus
trabajos, de toda su exi tencia .... ¿cómo podía sersino
por todo otro que no fu eras tú-maldecida en el
primer d ía de II vid a, enlre"'ada al espa mo, á la vor
aciclad de los perros, á la muert e solitaria, len ta, te-.
nebrosa, fa tídica?
Quien DO mata los hijo de otro, ¿cómo puede
concebir que vaya t ú á ma tar el tuyo propio'?
Yo interJ'OO'o á la naturaleza, interroo'o al in tinlO,
interrogo á la razón, a l entimiento, á las aves del
aire, á las fieras de la elva, a l salvaje de lo boque
,-interrogo á los hombre, interrogo á los ánO'ele
, interrogo á Dio ,-para saber qué es lo que pesa
má que un hijo en la balanza del corazón de la madre;
nadie abe darme una respuesta.
-¡La honra!
-Cállate, Sataná . ¿Qué sabe tú de honra?
La honra e taba l'n no tenerlo, primero; ' de:::.pués,
en tenerlo,-amándolo, acariciándolo, apretándolo
contra el eno conmovido, y derramando lágrimas
de ternura, de piedad y de reconocimiento obre
su dulce rostro de ánO'el.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
208 BOGOTA ILUSTRADO
El hijo es el sueño ideal de la mujer. Todas s~s
ambiciones-las de su corazón como las de su vamdad-
se dibujan para ella en el ro ado h~rizon~e de
la esperanza, bajo la forma de un .guerublU radIa~te,
que ella imaO'ina ser el esperado hIJo de sus entranas.
Desde su propia in fancia sale á b~sca rl.o por el mundo
como la estrella polar de su eXIstencIa, puesto que,
.cuando no tiene derec ho á e perarlo toda vía, se lo fi nge
candorosamente e ':llo~ fútiles objetos. de su juego
inocente, y mece sus I[~ lOne , y la aboga, y.las pasea
triu nfa nte por los rlfi ~o n e del .hog ar, ha~léndose
una gloria de la proteCCIón que dispensa. y sImulando
la g ravedad de sus providenciale deberes. La mujer
es madre desde que nace : madre en el afecto, ma-dre
en la e peranza, . m.adre en la ternura, ~adre .de
misericordia del sentImIento hasta por los obJetos lDa
nimados.
- ¿Y va una madre, Sataná , á encontrar la honra
en la muerte de u hijo?
¿Si aún creando la perdIÓ, la ganará de lruy
endo?
¿Por qué no le diji te e a palabra en aquel momento
cuando hubiera ido al vadora ; y se la pones
ahora 'en el oírlo, cuando es in idio a, perversa y aseina?
A Je ús lo tenla te con la palabra de Dio. Aho'
ra tienta á la mujer con la palabra de los hombre .
Ya nadie te cree. uél vete á tu ombra.
Ó, madre del niño. No hay en el uni ver o quien
pueda creer que tú lo acrifica te. . . ,
.... y i de pué de todo e to, hubIeras Sido tu
realmente, ¿quién se atre,:ería á a orn ar e al ~ bi m~
t enebroso de tu conciencla? ¿Dónde va á hUIr de tI
misma?
Caracas- J 907.
EDUARDO CALCAÑO
c== === ~
GUILLERMO MANRIQUE TERAN
"Los poetas debemos
llevar al cinto nuestra lira,
como los mi litares su espada,"
dijo alg una vez un revolucionario,
frase q u e
bien pudiera aplicarse á
Guimal en su dobl e carácter
de hijo mimado de las
Musas y de futuro guardián
del templo de Jano.
El soneto que publicamos
en eguida es de tan
fina hoja poética, como la
daga de Cadele que hoy
ciñe Guilllal para honor
del Ejército de la República.
---=-=-==: ::=::::--
DE N OOH E
La cascada, al lanzarse al precipicio
En un volcán de meve se destrenza,
y en la negra vorágine suspen a
hs como una Virtud rodando á un vicio.
De peilas en trC! el áspero cilicio
EmC!rge el río su blancura intensa
'ual un albo l'ontifice que inclcnsa
hn la ~ irgimdad de un sac n rlcio
Todo duerme en la elva y en I llano.
La cauda con hervores de océano,
Grita C!ll la soledad, trágicamente,
y al ~urglr en los ámbitos la luna
Va á besar, bajo el dombo de su cuna,
L:1 cabellera blanca dcl lorrente ...
GUILLJ'RMO lANRIQUJ:. 'fERÁN
gje la Escuela JyLilitar
(Plumadas)
Recordáis aún cuando en la festiva serenidad de
un día memorable, el patrocinio oficial consagró esta
Escuela, abierta, cual un refugio patriótico y consolador,
para salud de tan las acli vidades di ,persas cuyo
trán ito por senderos indomables no habría podido
orientarse nunca. ' La curiosidad más ferviente, de enlonce
acá, agita á los espectadores que han mirado con
anhelo el nacer y robuslecerse de tan nueva inslitución,
vi la por muchos como un augurio feliz de futuras
prosperidades para la patria. No está de más in istir
sobre tópicos eminentes de redención nacional, ya que
tras la etapa de sano-re y encarnizamiento ha venido
uo::¡ especie de reposo fortificador, ele calma benio-
na y de tolerancia discreta, que predicen quizá la
ho~a de la bienaventuranza. Las turbulencias de antaño,
la locura roja y perversa, parecen dar paso al
triunfo de un sosiego perdurable y bienhechor, y el
aura beatífica parece batir, como en el paisaje huguesco
todo los surcos de la tierra, saturada de promisión
y de vida. (Acongoja medit::¡r que lantas ho~as cri~inales,
como pa aron sobre nosotro.3, no hubIesen SIdo
melificadas por nnestro mutuo amor y nueslra buena
voluntad; que tántos días pavoroso no hubiesen sldo
los de la rubia cosecha; que se rindiese un culto increíbl
e á Marte, mientras el lemplo de Ce res, todo bondad
g erminal, permanecía desierlo .... )
Bajo e te g ran latido de re urrección, pensativa
y ardorosa el ánima popular, se ha pensado en edificar
de nuevo, con provi ión inverosímil de energía,
obre las ruinas de olada ; tras el aniquilar luchas
protervas de partido-el Partido que fue la vida,tra
la cruzada violenta de conciliación y de paz, hanse
fij ado lo ojo en pueblo jóvene y pujante, ejemplare
de alto vigor material, que á manera de otro pueblo
,gimna ta an liguos de la ci vilización, hoy on la
norma d todo trabajo reconstructi vo y colo al. Tales
hermano de ang re la tina, de otos por an tonomasia
de la heroica apo tura sajónica, han accedido á colaborar
en nueslra obra de con trucción, y ten is a í
cómo Chile, angosto fuerle paí , nos ha enviado
una nota e forzada y vi a, indi cutiblemente fru ctuo-a
en el por venir que anhelamo .; co?per.ación e é ~a
de deci ivo inler é , ya que á u lOfluJo ln g ul~r y ~n
precedente, cambiará el a pecto de nue tra eXI lencla
(ala ada de fiebre y locura entimental, de tan mal-ana
con ecut:ncia y aberracione lan eculare .... )
ITa en tre no otro g ntes que, ben volas ó pusilánim
creen todavía en la reacción formidable que
habrá de hacerno felice, por la puj anza cerebral, un
poco ilu a, con que hemo combatido iempre, llenos de
grata hidalg uía. Debemo desen añarno , :lado que
ho lodo valor inO'enuamente mental, lá de provi
to de inler é y de glori a ante el uni er o q ue ueña
grandeza y tiene l apetil de me urado de la fuerzo,
y del poderío. Hoy preci o hallar nulo inmen O
valore y con iderando., y arraigar n no otro. igol'
po itivo y ha, ta r epug n:ante ~ ro nece an o para
la llpre ión d fal a añeja nOClOn que no eneraban
de l iempo atrá . En e t enlido pueden darno
la 1 cción lOdi p n abl ci r t paí ,cu a ardentía
pata ónica, araucánica ó como querái , pue ta
al ser icio e un nu erario ualorú;able de idea y de
entimienlo , l ha hecho en poco tiempo, peque1'io
profesore d energía con tan te y re onante ....... .
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
}
BOGOTA ILUSTRADO
Los r esultados de una labor militar como la chilena
son, pues, de for tificaciñn total, por mil maLIces
saludable para el Ejército, fuente de lodo orden de cosas
y 'alma de la nacionalidad. Cuando haya de revelarse
el fruto provechoso de esta múltiple labor, será el final
y la agonfa de todo caudill aje banderizo y anónimo,
y aquella noción, si en veces épica, tantas veces ignorante,
absurda y cieg'a de nue tros combativos de ayer,
dará entrada al in bnto disciplinado y firme de la
qldadesca. Es pred o ser francos y ho pitalarios,
c~m h?nrad ez, para apep tar y apr~vechar vent~ps ind]
cutlble . Hemos . Il~:i.do á ' un mstante fecun::lo en ~ . \ 1 enseñanzas y práctIcas mlnentes; a má pura de to-das
ellas, un allO horror 'por las oblaciqnes sangrientas
de antaño; nos hemos.impuesto el olvido, el sagrado
olvido, y ha ido espontánea y convencida nuestra
aceptación, sin influencias que la hayan determinado
fuera de nosotros mi mos.
En retornando á la Esc~uela Militar, encuéntra e
allí la facción que má densa pro~esas entraña para
el Ejército. El proO"rama instructivo, formulado con
sabiduría y entereza, ayuda á la patriótica preparación
del Grupo, el que á su vez ofrece la más fina
docilidad y la más apta gallardía,-en reserva, eso sí
las excepciones ejerpplares-Hay al frente de tod~
esto, no s,)lo dos hombres de pedagogía mili tar, sino
dos apóstoles edificantes de la sobriedad ideal y del
e fuerzo bien ordenado. Muy probablemente, Maxlmiliano
Avilés hiciese el elogio oportuno de estos jefes,
para un capítulo tumultuoso en Fuerza de Acción.
Nuestro público, que entiende con cierta agilidad inci
iva á los hombre de fuéra-que son también las
idea de fuéra-ha batido palmas ardientes ante el
fausto iniciado de la Misión extranjera. Puede haber
en ello alO"o ele aquella simplicidad primitiva y nobl e,
de aquel asombro legendario de la es tirpe, que es á
la vez la noción imperfecta pero encantadora que las
almas elementale tienen de todas las cosas, y que se
traduce por un hervor entusiasta, sin premeditaciones,
ante todo lo untuoso y lo ajeno, y lo qne lIerra
de improviso. Son estas las lecciones valientes que n s
ha dado la experiencia de pueblo con turbados y culpable,
que á fuerza de sufrir se han vuelto humildes-
con la sana humildad de los penitentes-y que,
desconfiados de sí mismo, juzgándose irredentos ó
empequeñecidos, 10 confie an virtuosamente á Jos
otros, al exiO"ir el concurso fértil de fuerzas extrañas,
para emprender su proceso de re valuaciones, alO"unas
veces mal conformado y tardío.
En el desarrollo tan parcial y aun prematuro,
que se ha realizado por la Misión, puede percibir e ya
el nuevo modc ele orientación que se pretende fijar
para las milicias. Una fórmula breve y frugal dice
del objeto propuesto: educar, no enseñar. Esto es de
un spencerianismo sobrio, natural y rotu .ldo; ¿ no es
cierlo? fijaos bien que es todo un corolario de fuerza
y de organización. Es preciso romper con cualquier
elemen to que nosvincule á la existencia an lerior, inerte
y desordenada; vivificar el Ejército, transformando la
fisonomía interior del pueblo mismo, y haciéndolo
apto para lal labor de intensa superioridad. ¿ Que
sea para esto necesario vencer entre nosotros prejuicios
de siglos, ya consagrados por el medio? Hé aquí
precisamente el empeño generoso de los que tal obra
y tan adusta elaboración procuran.
Esta grata confianza nos la proporcionan diariamente
los rasgo de vehemente personalismo, de portentosa
actividad, de actitudes peculiares y virile . Su-
I
poncos un espiritu de tendencias natales bravías y
nada ensoñadoras; un e~p{ritu donde el vi~or tumultuoso
es un tremer contlOuo y una exaltación singular;
un espíritu calentado al ro,jo por la crudeza mecánica
de la más intensa disciphna pasiona l, musculal'
y entimental... .. más que tod o, sentimental' hé
ahí el famoso ejemplar, con cuya unidad cuenta el
Ejército para u recon trucción.
Un arte ele guerra académico, tras un baño de
rica fuerza germánica, tiene-lucida representación en
todas partes. Por tal razón entre no otros figura como
objetivo de afectuosas consideraciones, la infatigable
Misión. Habrá quienes no consienten todavía en que
se pre are al Ejército de modo airoso'y mesurado
para las luchas del porvenir.ISi bien el vaho purificador
parece rodearnos, no está oe má avaluar veducar
la fuerza de resistenda futura; esto es además
muy hermo 0, dado que la nota alegre y marcial, entra
bien en el concierto de una vida urbana y sencilla
como la D uéstra.
En cuanto á pensar que el mismo pais puriiese,
con un poderoso influjo de restauración, erigir el
Ejér<:;ito en forma abia y definitiva, sin concurso
acreditado de fuéra, no pasa de ser un exce ivo pudor
de los ilnsorios. Hay una aspiración unánime de
realizar combinaciones salvadoras, y no hay por qué
interrumpir su cur o con patriotismos desmesurados ...
Ocho meses de faena lleva la Escuela 1ilitar, y
al cabo do ellos presenta, á más de una selección de
Oficiales instructores, las maniobras de que el público
fue testigo en el Campo de Minerva, que bien pudo
haberlo cedido á Marle en aquellos dí as. E lo fue
una especie de primera sa lida al terreno hbre, donde
se ofrecían mayores ventajas de comodidad y soltura,
experimentacione actuales, y die tros manejo que
sólo el campo va tí imo proporciona. Era ademá<; muy
necesario, tras la invocación apenas cIau tral de los
difíciles ejercicio y formaciones y de la travíe as
gimnasias elementales.
Bastantes elogio- hubieron de bordar e al rededor
del campamento de cadetes, y más de un cronista
curio o comentó los mi. terios de la técnica campal,
con imprudencias muy doctas y muy digna de perdón
por parle del público, que no sabe lo que hace. Y
ya que de croni tas se trata, haremos la postr~r c?nsideración,
que bien lo val~ e e afecto y admlra~ló.n
fervorosa con que tantos lírlCos se mo,traron deCIdIdos
partidarios y devotos patrióticos del problem.a
militar. Esto favorece en mucho la obra de germaOlzación,
que preci amente trata de ar.raigar. en to~os
nosotros un de vío muy saludable haCia la dlva~ac~ón
nebulosa y el tormento intelectual que nos alllqUlla.
La voz de alarma la dio, no hace mucho, desde u
lejano bllreau, un diplomático austerQ, y hoy sr. trata
de llevar á la práctica este valioso impul. o de abominación
por la lírica. Colombia, robus~e~]?a y guerrera.
uniendo sus labio á la ubre CIYI!Jzada, no
necesita ya de las vieja melodías y los estert?re. románticos.
Y es porque la estrofa acerada y lUCIente de
los pelotones-dice el Kaiser-y el :itmo de los ~tabales,
bastan para el poema de glOrIa en una nac~ón.
(E to no impide, como comprendéis, que el 1 alser
huhiese tenido un abuelo que amaba á vy agner y á
los cisne ); pero en el alma de la época reSIde un germen
de revolución inapelable, y es por esto por lo que
la suprema voz diplomática, ha des~ncadenado .la tormenta
sobre voso tros, que os halláiS desprevenIdo y
dispersos, nobles líricos!
G. M. T.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
210 BOGOT.A ¡~USTRADO
-- - ._----------
El Excmo. Sr. P¡'esidente sigue el cur o del combate -(InsLan tánca de Pedro A. Pedraza) ~{
~::-:::::===:::::::::::=:::::====-=-=:::-:::=::::===::=::==26:;::::::::;;~;;:::::~~3r==:==::===::==.;:;.::::=:::===::::====::===-::::====::===::::=~
La labor militar de lo Sres. Capitane Ahuma·
da y Guillén, de la Mi ión chilena, cuyo retrato publicamcs
en número anterior, cada día hace entir su
acción en nuestro Ejército, y ahora acaba de mo trársenos
por manera objetiva é intere ant~ con la faena
de campafía de la Escuela Militar, adelante de Villa
ona, la residencia pre ¡dencial en Chapinero, y por
último con las maniobra que el miércole 5 de Febrero
pusieron fin á tal campaña, imulando una reñida
batalla entre los cadete. de una parte, y de otra 01-
dado del Ejército regular. De la E cuela. u labor
educadora acaba de clarno una Plumadas 1 poeta
Manrique Terán, que ha col ad su lira mientra
viste 1 uniforme de soldado.
El campo de batalla, muy bien e c O'id , poca
cuadra adelante del que ocuparon los cadete con
sus toldas, es un primoro'lo rincón de n u tea pin toresca
babana. Partido de sur á norte p r la carret'ra
qUé sigue el Puente del omúo, ti ne al riente las
primera.s arrugas, como uaves olina, de I s alto
cerros que por este lado limitan la Jilatada llanura,
-que se prolonga al occidente ha ta morir lejo , muy
lejo , más allá de Facatativá, inl rrumpida en su centro
por la punta de Suba, que alll e e fuma y de -
aparece, y bordeada al sur y al occidente por las le-janas
ierra de la cordi llera que coronan las níveas
cumbre del Ruiz y del Tolima.
Sobre la carretera, así como en las colinas de l-e
derecha ó á su pie, hacia la izquierda, al comenzar la
abana, hormigueaba numero a concurrencia que de
Bogotá y de Chapinero y de Usaquén se había dado
cita allí para gozar de la animada fies ta, embellecida
por la hermo ura del paisaje todo y la placidez primaveral
de la tarde. Difícil recordar ahora los nombres
de toda la gente que á pie llenaba las cercanías de la
carretera y á caballo ó en coche, ocupaba ésta por
do ó tre cuadra de u de arrollo, moviéndose en
pintore co remolino como fantástica figuras, de inmen
o I aleido copio; pero ya que no podemos recordarlos
todos, con ignaremos á Jo menos, como ligera
mue tra de la legante reunión, que e pontáneamente
quiso acompañar e a tarde el Jefe de la Nación, los
de aquella per ona que por u elevada po ición oficia
l, ó por haberla tenido má de cerca, no no seria
dado 01 vidar.
A la izqui rda, n grupo .varios que animaban
el v~rdc de la colina con lo Visto o colores de sus
traje y sombrilla elegante damas y hermosas muchacha
de las familias que veranean ó viven en Chapinero,
como la ras. de Williamson, de Flórez, de
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
B0GOTA ILUSTRADO 2 II
Brigard, de Orrantia, de Pérez Rincón, de Uribe, de
MartÍnez Aparicio, de Mac Allister, y las Sritas. Azas
"Terán, Uricoecheas, Mac Allister, Pizanos, Ibáñez,
,Pon ces, l3arberis, Araújos, Pérez, Oramas.
Amalia Reyes; al Sr. Gen~ral Manuel M. Sanclemente
con su familia; á los Sres. Encargados de Negocios
de Chil~ ~. del Brasil con las Sras. de l\odrlgucz y da
Sil va; al Sr. Ministro español con la Sra. de Carrere
.~~=~~===~~~=~==~:=~~===~~==~===~~~=:~~=~~===~~==~~=~~==~=====~~==;~~~ y sus níDas; al S~ Min~~oam~
)) IL rica no con la Sra. Dawson; al
Sr. General Andrade, Ministro del
Ecuador y su seDora; ~ los Sres.
Ministros de Italia, de Ing laterra
y de Alemania ; á los Sres. Ministros
lJ ~ Relaciones Exteriores, Gener
al V ásqu ez Cobo, de Hacienda
y Tesoro, Dr. Valenzuela, y de
In trucción Pública, Dr. Riva ...
Grool; á los Sres. Subsecretarios de
Helaciones Exteriores, Dr. rrutia
con D. Carlos Rodríguez Mal-
Maniobras del 5 de Febrero - Líoea de espectAdores - In stantánea del Sr. Ul piaoo A. donado, Adjunto al Ministerio;
de Valenzucla de Guerra, D. Climaco Losada
con su distinguida familia; de
En el centro de la carretera, dominándolo todo Hacienda, Dr. Sanín Cano; del Tesoro, Dr. Ossa;
-con la mirada de águila que tantos campos de bata- de Gobierno, Dr. Luciano Herrera, y de Obras Pú-
Ila ha recogido en su retina, el Sr. General Reyes, de blicas, Dr. Restrepo Mejía; al Sr. General Pedraza,
pie en su coche, con el Sr. Delegado Apostólico, Mon- Jefe de la Gendarmería y al segundo Jefe, General
-señor .Ragonesi y el r. Cura de Chapinero, Dr. An- Obando con su familia; al Gobernador del Distrito
.gel, á sus lados; el Sr. General ~uan B. Tobar, parado Capital, D. Alvaro Uribe, á caballo, con dos de sus
en el estribo de la izquierda, perdida la mirada en la' niños; los Generales Edmundo Cervanles, que nos
línea de cadetes, complaciéndose de fijo al ver exalta- ilustró con sus datos técnicos en lo más recio del com-da
entre ellos, con la faena del día, rr== === ==== ==~= ==== === ==== ==== === :: ))
la noble id~a del honor militar, que ~ ¡:-. _ ________ _ _ _ ___ ~---- IL
'ha de saCI ¡ficarlo todo por la Pa- ~
tria; al pie, con otras distinguidas
personalidades políticas, los Sres.
'Generales de Angulo, l\1inistro de
Gobierno; de Castro, antiguo Ministro
de Guerra, Viveros y Castro
Uricoechea, Jefe de Estado Mayor
·General; Dr. Torres Elicechea, Secretario
General de la Presidencia y
Dr. Manotas, Ministro de Obras Públicas
y Fomento, siguiendo el combate
con gran alención y departien-<
lo seguramente sobre sus varias
peripecias. Nuestro grabado, toma-
Maniobras :lel 5 de Febrero--Fila de coches-Instantánea del Sr. Ulpiano A. de
Valenzuela
do de instantánea del Sr. General Pedro A. Pedra..
za, en momento distinto del que nosotros de cribimos,
muestra al Sr. General Reyes, en su coche, con
'un niño de D. Julio D. Mallarino á su izquierda, y á
su derecha Monseñor Ragonesi, el Dr. Angel, Cura de
'Chapinero, y D. Daniel Holguín, y deLrás, el Sr. Ulpiano
A. de Valenzuela ; al pie, con otros caballeros,
--el General de Castro, y Juégo, hacia la izquierda del
grupo, derecha del lector, el poeta Carlos Villafañ e.
bate; Roberto Quijano, Auditor de Guerra; Vergara
y Velasco, Director del Boletín Milllar, en donde publicará
seguramente el parte detallado de la batalla,
y Joaquín Caicedo Albán, Secretario general del Cauca;
D. Julio PorLocarrero, Secretario del Distrito Capital;
el Secretario de la Legación del Ecuador y la
Sra. de la Torre de Orrantia ; D. Manuel J osé Guzmán,
Director de Correos y Telégrafos; D. Julio D.
Mallarino, D. Salomón F. l(oppel, Gerente del Banco
~~=::~=_=.====~~=_~=~=~=~:===~_=~~~~=~~~=~:===~~=~=====~~:~~=:~~=~~=:~~=:=::=~~deBogo~ ; D. Carl os F. ~hil d y
j) Il. su señor a, D. Juan A. Gerlew, D.
; . '?:;'''''''''--'.''-'~~-'-''-- , l\~ Demetrio Salamanca, D. Luis CaL
derón T., D. Arturo Quipno, Director
de El Porvenir, con su señora
madre y su hermana, la Sra.
Bateman ; Dr. Guillermo Gómez y
Maniobras del 5 de Febrero - Fila de coche - Instan tánea del Sr. Rafael Roldán
u señ ora ; D. Guillermo González
y ei'ío ra, y muchas otras dama
y señoritas, entre la cuales
la Sra. Calderón de l\lárquez y su
señorita hermana Lucila; la Sra.
Rizo de Martín, la ra. Vega e
Bónitto, la familia ~enz, la . Sritas.
En otros coches recordamos haber vi to al Sr.
-Florentino Calderón con la Sra. María R eyes de Cár,
denas; á los Sres. Ulpiano Valenzuela y Daniel Hol.
gufa con sus respectivas esposas, las Sras. ofia y
Mutis, ega y muchas má cuyo nombre no retenemos
por más que hayamos querido recordarlo.
La batalla proyectada nebía suponerse peleada
entre fuerzas contrarias, cuyos cuarteles generales es-
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212 BOGOTA ILUSTRADO
taban respectivamente en Hohda, digamos, y en Bogotá;
las de aquí, ó sea la División Bogotá, del Ejército
Nacional , marchan hacia Honda por Facatativá,
en donde es tuvieron el lunes 3, ViJ1eta y Guaduas,
estableciendo como línea de etapas la misma de operacione,
y dejando la capita l poco menos que desguarnecida;
las tuerza contraria, apercibida de esta
mar ha, e proponen cortar la lin ea de etapa!' de la
Divi ión Bogotá, y envian al efecto, por el Alu, fagda]
f'na á tomar la vía de Cambao á Albán, un destacamento
ligero, compuesto de las tres armas, que
llega felizmente á Facatativá el marte 4 por la tarde,
con io-uiendo el objeto deseado, ó sea interponerse ent
re Bogotá y el Ejército Nacional. En esla situación,
las autoridad e de la capital organizan fuerzas para
defender en ca o de ser atacada, y las fuerzas enemiga,
sabiendo la ven taja alcanzadas con su rapida
march::!, alen de Facatativá en la madrugada del
miércole 6, por Tenjo, Chia y Puente del Común
av:mzan " (lcÍa la ci udad y llegan ha. ta la Calleja, en
la línea del Ferrocarril del orte, .en momento en
que la. fuerza oe Bogotá. que han alid o á su encuentro,
toma n po. icione adelan te de Cha pinero T e peran
á la ot'fen iva. E. las do ' líllt'HS de comhate, la de
Honda, dio-amo, que e x liende de la Calleja hacia
el Oriente, bu ca ndo la carretera, y la de Boo-otá, que
apoyada por tre pieza de artillerfa á u derecha, e
exliende hacia el Occidente, enfrentándo ele á la línea
contraria, limitan el campo de batalla en lo momen tos
en que e rompen lo fuegos del simulacro pro 'eclad
o. La fuerza de Hnnda-Io ca dete y soldado
del BatalMn Modelo-al mando del Capitán humada,
avanzan ganando terreno palmo á palmo, aco tándo
e á cada di paro para presentar meno blanco al
enemio-o y recogi ndo en lo d lado de un ángu·
lo con el propó iLO de atacar de flanco con n ala derecha
1 ala izquierda de las fuerza contrarias; étas,
la Baleria JrJodelo ,T parte del Batalldn ¡? de Ar-tillerla,
al mando del Capitán l1illén, hac n en u
po icione uoa re i tencia tenaz .' bi n dirigida, ap -
yada por el cañoneo d u a rtill ::! ria. E. to. e fuerzo
on inútile, l enemigo avanza, apa a on. \l ala izquierda
los fuego el la ar till ería con u ala der -
cha completa ~ lizm nte el movimiento pro. ectado
pone n derrota las fuerza de Bo otá, qu lo adetes
per iguen ha la adelante de us primiti as po. iclOne.
Dos largas hora., de improba fatiga y dura faena
para lo combatí nte, tardó en de arrollar e el
brillante plan de batalla acordado por el J fe de la
ación, eneralf imo del Ejército colombiano, ran
ya má de las cinco de la tard cuando l a ltán
Ahumada, vivam ote emocionado, se ac rcó al
ral 1 eyes y le informó que u órdenes habían
puntualmente cumplida.
-Lo combati nte , dijo, han 11 nado n d ber.
- JIa ta para soportar I derrota, agr ó on-riendo
el apitán uilJén, J fe de la fu rzas arro ll a-das
por Jos vencedores.
-La fata lidad, dijo amablemen te I r. Pr ident
, la fatalidad, pero ahora altam nte h0nrosa, pu s
en las jJutalIas el ]a paz, y ojalá ean la únicas qu
volvamos á ver, la doria reparl por igua l u laurles
cntre vencedorcs y vencidos.
Luégo f licitó á 'Jos, res. apitan 's de la Mi ión
chíl 0'1 por l ~xito de sus labores ,lllranl I hr v
ti mpo de su p 'rman 'ncia ('n Bogotá, dio la , iial
del l'egreso á la ciudad, r v lando en toda, sus palahras
y en todos sus aetos la satj facción que]o mhurgaba
nI ver]' alizados sus afan s n bi n el nues-
I ro jército, ({U d hoy mús pucd onlar ntr' lo
m jor di ciphnados y ma . abnegado. de los ,'uram -
Ticanos. Quiera Dios que así se realicen siempre todaslas
obraS de progr'eso que ha inici'ado en el país el Sr.
General Reyes, á quien enviamos sinceras felicitaciones
por la batalla de la paz que á'grandes rasgos acabamos
de recordar. ,..
.;,:. ~.
Bien sabíamos que en ella todo era un simple simulacro,
y sin embargo sentíamos el entusiasmo de la
guerra al ver de vanecerse el humo de los disparos,
al oír los sones marciales de las Bandas militares y
al sentir perderse en las fragosidades del monte los
ecos del tiroteo, la voces solemnes de los cañones ....
En verdad que el Irombre nació para combatir y
grande y patriótico f'S el esfuerzo de los que como el
Presidente de Colombia, lu chan diariamente por la
paz y la concordia nacional.
~
NTECEDEr TE
SOBRE EL PROBLE;\IA T.\CTICO OESARROLLADO EL DíA 5 DE FEBRERO
DE 1908, AL ORTE DE CHAPINERO, POR LA E CUELA MILITAR Y
I I
TROPAS DE LA GUARNlC!O:O< OE BOGOTA
(Da lOS de la /¡fisión lIfiltlor Chilena)
IDEA GEl ERAL-r). Con~iderable nümero qe tropas
enemiga e encuentran en Honda y alrededores.
2). La D¡'visidn B ogotá del Ej ército aClOnal marchará.
á imped ir e ta co ncentración y á rechazar al enemlO'O.
ITUACIÓ T E TRATÉGlC A. DE LO ,1EFP.S BJ<.:LIGEKANTE .
A. Jefe de la ., DiVlsidn B ogotá" piensa: fi importante
mi ión exige un cumplimiento rápido. Para su
m Jor de empeño debo elegir la linea d' operaciones
más corta para atacar a l enemI ':"O ante que realice su
concen tración. La carta topoo-ráfica mililar me indica
que ta línea e la que pa a por Facatativá, illeLa'
Guadua , y resuelve: E1eo-ir dicha línea de operacio--
Ln Ivt i ión ¡ilitar Chi'ena, l .npitán humada el Capitán
uillén 11 caballo. En medio de ello, á pi e, cl Coronel Alejandro
Posada. lo pectol' d la E cu In,. en el fondo, el
'clllUpmnen to d nelel I cn Jllinerva.
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BOGOTA ILU STRADO 21 3
-ehos no hay facilidad que le lleguen á la División por
-otra vía que la mencionada; ,Iuégo, en resumen, es
posible que é ta sea su Hnea de Etapas. Por otra parte,
ieodo la más directa entre Bogotá y Honda~ será
su linea natural de comunicacione con la retaguardia,
y resuelve: Interrumpir la línea de Etapas de la Divi-
sión enemiga para que no reciba refuerzos; cor tarles
las comunicacione co n u Base; esperarla en su avance
ofen ivo y á su vez, con oportunidad, tomar la defensiva
y batirla aisladamente.
SITUACIÓN PARTICULAR DE LAS FUERZAS- r ). Un
-destacamento ligero enemigo, compuesto de las tres
armas, párte desde Honda por via Alto Magdalena,
~amino Cambao, Facatativá, con la misión de aislar á
la División Bogotá.
2). Al oonocerse esta noticia organizase en la capital
un destacamento de mi licias nacionales, compuesto
de la tres armas, y se le d~ el cometido dt mantener
expedita la línea de Etapas de la División Bogotá.
AN,(L1SIS DE LA ITUACIÓN PARTICULAR y R ESOLUCIO ' ES
A. Jefe del destacamento de milicias nacionales
'piensa: El destacamento enemigo, á juzgar por las jornadas
de marcha existentes entre Honda y Facatativá
~Iegará á este último punto el día 4 del presente, colo~
cándose ahí en la línea de Etapas de la División é interrumpiéndola.
¿ En qué forma cumpliré mejor mi cometido
para despejar la línea de Etapas? Si tomo la ofensiva
y logro rechazarlo, evidentemente que no se retirará
por el camino que trajo, sino por el que lleva la Divi ión.
En este caso no lo alejaré de la línea de Etapas y además
cooperaré á que no sólo la intercepte ino que
moleste la retaguardia de la División. Por fin ésta quedará
entre dos fuegos f;uando llegue á chocar contra
el grueso enemigo en Honda J' alredp.dores; fuera de
.que el caso mismo de rf'chazar el destacamento enemigo
por medio de una ofensiva de mi parte es problemático,
pues mis fuerzas son constituidas por milicias
y cuentan ólo con reg ular armamento. No hay duda
-que en e ta forma no cumplo c{)n mi mi ión. Si tomo
la defensiva gano tiempo para preparar mejor el encuentro
con el enemigo y para recibir refuerzos de de
Bogotá. Pero, ¿ dónde tomar la defensi va de manera
-que me sea ventajosa tácticamente y que al mismo
tiem po me permita cum plir, a u n cuan d0 sea en parte,
con mi cometido estratégic()? Debo elegir un punto
en que el terreno me proporcione po iciones fuertes y
desde donde atraer al enemigo, haciéndolo retirar e de
sobre la línea de Etapas de la División en que se encuentra;
y en consecuencia, despué de estudiar la
carta topográfica militar, resuelve: El destacamento
de milicias nacionales tomará posiciones defen i vas al
norte de Chapinero, donde esperará el ataque del enemigo,
tratando de atraerlo por medio de reconocimien
tos en fuerza ó de ataques parciales.
B. J~fe del Departamento enemigo piensa: Ha ta
hoy {~ de Febrero he cumplido mi misión de impedir
la línea de Etapas y de comunicaciones de la Divi ión
Bogotá. ¿ Puedo continuar en esta situación? Fuerzas
enemigas marchan hoy desde Bogotá hacia Chapinero,
al norte de donde según noticias pa arán la noche.
¿Qué intenciones debo suponer al enemigo? Si fueran
ofensivas, se dirIgiría hacia donde yo me encuen tro.
Si son simplemente defensivas debe permanecer el
tiempo que quiera en las posiciones que elija. ¿ Es
posible un ataque suyo por el norte tratando de situarse
entre la División y mi destacamen to ? Actual·
mente no es posible, por ser tropas recién organizadas
de milicias nacionales, y para emprender tal operación
necesitarían constituirse en mejores condiciones. Pero
,por otra parle, durante la permanencia en su po icio-nes
defcnsi vas se constituirá y reforzará, y llegará el
caso en que, superándo.me en n,ímero, por Jo menos>
pueda ~foctuar la operacIón por el nort~, y aun dirigirse
á mis e palda, y cortarme la l(nea lHltural de retirada
hacia Honda. En es tas circunstancias no sólo
tendré que abandonar ml cometido sino que ver expuesta
la situación de mi destacamento. En resumen
la presencia de dichas milicias na cionales al norte d;
Chapinero, requiere adop ión de medidas inmediatas
y decisi vas, y en conse uencia, resllelve: lIabiendo el
enemigo tomado definitivamente posiciones defensivas
en el punto mencionado, mi destacamento emprenderá
la ofensi va, y después de ponerlo fuera de combate
regresará á Facatativá en espera de acontecimientos:
DESARROLLO y SOLUCIÓN DEL PROBLE~rA 'fÁCTICO, LOS YA
CONOCIDOS RESULTADOS:
. I. o ~l ~estacamen t? ~nemigo derrotó al de miliCIa
, consIgUIendo. u obJellvo táctico.
. . 2.
0 El de.stacam~nto de milicias consiguió su obJe.
tlvo estratégIco oblIgando al enemigo á dejar expedIta,
aunque temporalmente, la Hnea de Etapas de la
División Bogotá.
Febrero 8 de J 908.
~©~
El crucero (( '"Pinz:6n "
De las múltiples fases de la labor de reconstrucción,
que tantos aplausos ha merecido de cuantos
hemos confiado en la buena voluntad del Gobierno
para llevarla á cabo, ninguna más simpática para nosotros
que la relacionada con el Ejército y su reorganización.
De aquí el empeño que hemos puesto en exaltar
el trabajo de la Misión Chilena, mostrando los resultados
ya alcanzados, y el placer con que puhlicamos
hoy el personal del crucero Pin.zón, á cuyo valor
y constancia se debe la salvación del barco ('n reciente
temporal, que lo pu o en grave rie go de sucumbir,
seaún lo informa su Comandante, D. Euclide de Angulo
B., al Coronel Jefe del crucero Cartagena, D.
Daniel Angulo, hijos los dos del Sr. General de Ang
ulo, ex-Ministro de Gobierno, y muy cumplidos cabalIerlJ
y abnegados servidores público, que repre entan
en las ori llas del Atlántico, á la gentes del inlerior,
que ya abalen bo qne para darle á la ao-r icultura
nuevas tierras de cul tivo, ó ya dominan la ola
para servirse de ellas como vehíc~lo eficaz ele nue tro
progreso.
La relación lel Comandanle del cI' ucero Pinzón,
acerca de los peli.O'ros corrido por u barco, es é ta:
" ....... El 6 del pasado mes por la mañana, recibí
orden de ali tal' á la mayor brevedad y eguir á Santa
Marta; procedí en con ecuencia y ali á las 7! de la
noche. Desde que salimos de Bocachica pudimos observar
que el mar estaba muy aaitaoo y que conf\)rme
adelantábamos, la brisa arreciaba. Como á la 2 de la
mañana sufrimos dos maretazos, que el piloto a egura
ser los más violentos que haya entido; acaba de pasar
e lo, cuando ube el Ingpniero .Y me com unica que
las bombas ya no podían achicar el arrua que entraba
al buque, debido á la gran cantidad de carbón que había
oostruído lo tubo y que ela nece arto derivar
inmpdiatamente; a í lo ol'dené y se hizo, pero \a era
tarde, porque el aO'ua que entraba ha ta lac:; calrleras
llegó á lo horno .Y con lo golpe del mar lo apagó.
No valieron los esfuerzos inaudito de lo fogonero,
especialmente d~ cuatro: l\Ia an, Varga, l adrid y
otro, quienes, quemándose la píel'1la COIl el agua caliente,
trataban de ostener el fuego, siendo todo in-
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•
21 4 BOCOTA ILUSTRADO
útil, de manera que á las 5t estábamos á merced del otro tres. de modo que á las 4 p. m. ya teníamoS'
viento y de )a mar. presión. '
" Todo esto ocurría á la altura de Puerto Colom- "El Capitán ha dado muestras de su saber en
hia corriendo inminente riesgo de zozobrar e n el mo- varias oca iones, y sobre todo en ésta, en que cumplió-me~
to de derivar, porque sólo ~~bía 30 libras de pre- su deber como todo un hombre de honor, Slfi afanarse,
siÓn. Las extraordinarIas condICIO nes del buque nos y con una sangre fría llegada á la exageración.
alvaron de unq catá trofeo H A las 7t divisámos el faro de Santo Domingo,.
"Se puso proa á Cartagena, pero como nosotros no de modo que la corriente nos arrojó desde la altura de
podíamos hacer nada, la corriente e encarg('l de Jle- Puerto Colombia, á 65 millas al Sur de Cartagena,.
varnos al Patio de los Infiernos. Usted que conoce y habiendo pasado á unas 20 de distancia de Punta
que ha pasado iguales angu tias en estos mares, po- Canoa, que la avistámos el 7 por la tarde.
drá juzgar lo que nos ucedía. "Las causas de la IntlOdación fueron: las tapas
" eO'ún el decir de In viejos marinos, luchábamos de las carboneras que como no tienen tornillos de pre-on
un tiempo excepcional, y como desde las 5 eslába- sión, eran ocho conductos de agua, y seis lumbreras
mos al garete y el mar el viento eran terribles, en- rotas por los golpe de mar, que mientras e condena-
~ @/,:;')~@ ~ ban eran unos verdaderos ríos, por
~ ~ Br@"8'iIc=====c::====== ~ las escotillas, las puertas de la cal-dera
y máquina, en fin, por todas
partes, á cada bandazo que dnba e~
buque.
"
"IIablarle de la conducta de
Franco (pi loto), y Changale, es inútil,
porque e o hombrp, era n unos
héroe ' ; el primero por poco muere
de pedazado p or el eje del h élice
::ll arreglar la bomba que e había
de co nectado. Los ingenieros cumplieron
con su deber, y merecen
e pecial mención; en fin, cuál má
cuál meno, todo merecen]a aprobación
de su cond ucta. Creo conveniente
hablar con el Excmo. Sr.
Pre idente y con el r. Mini tro
de Gu rra para ver si e po ible
concederl una recompen a á lo
de la I ripulación, que no solamente
no han al ado, ino que han al-ado
I buque d un naufr::lgio se·
guro.
p & I\ ,O AI. OELcJ\u clmof'in !:ó n : Comandaote, ol'on I Eu clid d e Ao g ul o( , ); D. Pahlo
E. L o'ada, ('guodo omuod a otc, (2); npitó'n lIáutico, AnO' é liqu c (3) ; Hero a o
n ag ot (4), primer In reoi ro ; Tom ó' Becerra (5), Contador ; ' arg-eolo J\l ayor, Poli doro
Lo ndoño (6), artillero ; T odoro Franco (7), Piloto; Pedro Lui ' ó,nchez (8),
Ay udonte d I Contador.
"Parlic ularrn nte he le antado
una u cnpeión ntre lo . oficiale d
ábordo, eneabezándola con 5,000,
y e pero reunir unos $ 120,000,
pero e o no e uficiente, por er
much", lo tripulante enlre quie·
nes debe repartir ."
traba a rua de un modo alarmanl', no teniendo para
ac hi car ino una bomba d mano,/ unos po o balde,
porqu las olras bomba taban InúLile p r la razón
ante dichA. El 7 P r la noche ubió I a ua d tal
modo qu al piloto, Teodoro Franco, cuando bajó al
tún lidio al p ec ho: la lumbr ra d popa slab n
bajo I agua ; pn fin, d pu d un trabnj on tant
dura nte tod I dla, n é d dónde acámo fu rza
para afrontar peJi g r lan inmin nl eguir traba-
'a nd o pa r a lu har onlra la mn rt qu no P'-
rab a.
" En tan critico mom n t , m
'an ta Madre y unl á la
d ableme nte n al ó .
rd t d nu tra
ria. E o indu-
" Se di ron la 6rd n d l ca , p ro on la deb
id a res 'rva, para a li tar Ja la nc ha y no pu imo á
tra b ajar los dos Com ndant s y 1 s demá flcial' ,
par a d es' modo pod r infundil' á nim á la tripula·
ción , ya co n ,1 j 'mplo, ya on la paJ ubra, lc. lIa
, pcci al m nc ión dl'l 2.° omo ndant " r. Pablo E. L -
Ha d a, e¡ uic n 'st uvo (t lu ult ura d ' S H el bel'.
"ji. laH R a. m. del dla 8 lográ mo CJu I agua
ern p '1.Bra á dÍ!i minuíl', á In 10 a. m, a U11Ilu ' con
mucha toua fa u ' olro del dcpurla m pnt d l a aldrn}
• pudiero n pr 'nder trI' horo s, a l m di uía
ada dicl! el í, que la mode tia no e lo permi-tia,
el r. omandante de Angulo, p ro á la vi la alta
cuánto digna e de lo io u heroica condllcta en
aquello ~ciago m m nlo . La patria agradecida abrá
pr mIar u conducta y la d u compañero, y
ya que no otro homenaj p demo rendirle no otr ' ,.
d ja~o lampado aquí e l r trato de nue tro amigo
Eucltd (1) y el d u compañero de faena, entre
I cual t nemo lo nombr de D. Pablo E. Lo ada
(2), gundo omandante; del Capitán náutico
An liqu (3); de H rnán Ra ot (4), primer In reniero;
de Tomá Bec rra (5), ontador' del arO'ento
Mayor, 1 olidoro Lond ño (6), artillero; de T odor
Franco (7), Piloto, de Pedr Luí • ánchez () u-dant
del ontador. A todo lo cuale, a {como á lo
otro inco marino, 11 o nombre
en iamo sinc ra f>licitacione. a io loado por
ha b l' n rvad In ida d abne a lo. iucla-d
a n os .
El
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BOGOTA ILUSTRADO
21 5
cid~d de doée nUdo~, desalojan~() 308 ton~ladas ; está
dotado de luz eléctrica, con dinamos de ciento cin(
menta amp~res y motor de o~ho caballos, y con dos
caftones Dnggs y dos Hotchklss, de cincuenta y siete
centímetros, de tIro rápido. '
'Pante6n
. Dos me es largos ha durarlo en suspenso nuestra
hOJa, por causas absolutamente independientes de
n.uestra voJu.otad, y durante este largo espacio de
tIempo han sIdo muchas las personas estimables por
uno ú o~ro titulo, que han desaparecido del número
de los VIVOS. De entre elle s, y ya que sería imposible
recordarlas á todas, nos limitaremos á citar los nombres,
previo nueslro respetuoso pésame á sus deudos
de los niños Leonor ~aro Zaldúa, Isabel Leytón M. y
Alfredo . Noguera Dá vda, que se fueron con la aurora
de la vIda, lJen~n?o de Incomparable desolación el
hogar de sus afligidos padres: de las Sritas. Matilde
Obregón é Irene Ruiz ; de las Sras. Clara Calvo de '
Márquez, Dorila Amador de León Gómez, Ana ViI/aveces
de Castellanos y Merc~des V. de Medina,y de los
Sres. Ramón Salgar A., LUIS Maria Peña L. Alfredo
Lleras A., ~einric h Schimrner, Fernando :Angulo V.
y José Dormngo Ospina Camacho todos hombres de
trabajo y servidores útiles del país; ya en una forma
ya en o~ra. De los dos .últimos publicamos los retrato~
con rápIdos bocetos bIOgráficos de Guillermo Camacho,
á quien con esta ocasión juzga adelante uno de
~uestros .colaboradores, y de Manuel CastelIo, companero
del Joven Angulo en Cartagena, y menos feliz
que él en el amurallado recinto de la Heroica.
R EG.
JosÉ DOMINGO OSPINA CAMACHO
Con el Dr. José Domingo Ospina desaparece una
figura sobresalien te del partido conservadllr al cual
sirvió el finado con desinterés y eficacia. E~a de los
últim?s vestigios de una época de sinceridad, de
entusiasmos polHicos, época que principia á 01 idarse
y de que sólo quedan y'J. unas pocas individualidades
vencidas por la ed~d y aun miradas con desvío por
las nuev~s .ge ne:a clO.nes, que parecen dominl'ldas por
un agnohcIsmo inqUietante.
Usando de una melancólica expresión de Albert
Vandal, podría decirse que el Dr. Ospina se había
encerrado, años hacía, " en el mausoleo de sus recuerdos
y de sus pesares." ¿ Era un vencido? Más bien
quizá un .desengañado q~e venía presenciando, enfermo
y olVIdado, el paulatIno desconcierto de las filas
conservadoras, á cuyo predominio él había consagrado
anteriormente las pulsaciones de su vida.
No ocupó el Dr. Ospina la primera Magistratura
del Estado, pero llegó á conquistH, dentro del Gobierno,
considerabl es influencias y á desempeñar todo
género de cargos. No le faltó ser nada oficialmente.
En épocas de agitación electoral ó cuando se
perturbaba el orden ó la oposición se ostentaba amenazante,
él era, en esos casos, el cen tro de un reducido
aunque vigoroso y resistente grupo. Por sus ideas y
antecedentes, por su manera peculiar de resolver las
dificultades del GobIern o, tanto por sus cualidades
como por sus mismos defectos, inspiró una confianza
absoluta á sus amigos, que siempre lo fueron, políticamente,
los más recaJcilrantes.
~o n todo eso, no fue un jefe de fila, un conductor
políl1co: era demasiado indúctil no tenía vértebras
ni aquel ~río del pensamiento c~n que se da impulso
á los. p'artldos; le faltó, sin duda, el estimulo de la
ambIcIón, que reconcilia los extremos.
.
á J No fue un propaga ndista, un director espiritual
a .manera de Carlos Martínez Silva, porque no er
b
escntor como Martlnez, ni deflcolló tampoco en la triuna.
~o ~ue 10 q?e se ha llamado entre nosotros una
conClenCla polttLCa, como Francisco Eustaquio Alvarez,
~omo José Eusebio Caro, pues en muy ~raves
ocas!ones !intepuso momentáneas conveniencias de
partIdo a l mterés permanente de las ideas.
El Dr. Ospioa ¿ qué fue entonces?
Un hombre honrado.
Y, hablando polí ticamente, un hombre de partido,
b~talIador y firme, de indisputable energía para
a~umlr ~oda la r esponsabil idad y el peso de una si tuaclón
. del!cad.a. Tenía suma exped ición en el despacho
1I experIencIa política. r ,~~,
:.. (; '.~
,.1 .' '
, .. .. ~
t Dr. José Domingo Ospina Camacbo
Pertent'CÍa á la estirpe de los g randes autoritarios,
á la de los que lo son por convicción y por temperamen
to. Formado en otra escuela, habría sido un
republicano de una sola pieza. Pero él creía en la eficacia
educadora de la fu erza, como otros creen en la
eficacia educadora de la libertad. Lo cierto es que en
el ejercicio del Gobierno no tuvo empachos de legalidad
aunque fue un civilista consumado en el sentido
clásico de la palabra ; su conducta parecía inspirada
en la máxima de Narváez, el Ministro de Isabel II :
(C quien manda, manda." No aceptaba fórmulas de
compromiso, estaba organizado para la resistencia.
No fue, pues, un espíritu tolerante y moderno, que
desconfiara de sus propias ideas. Un gran antIcuado!
Clasificado dentro de los moldes en que ha cristalizado
el pensamiento político de los colombianos,
nos parece á nosotros que era un descendiente legítimo
de aquella falange boliviana que en 1830, con Urdaneta
á la cabeza, capituló en Juntas de Apulo. Quizá
más propiamente que de lo boli vianos descendía de
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
216 BOGOTA ILUSTRADO
1a fracción conservGdora que en 1849 lanzó la candidatura
presidencial del Dr. Gori, "fracción ad.versa
a l espíritu de reforma y convencida--esdi ben los biógrafos
de Rufino Cuervo-de que para gohernar no
se necesita otra cosa que firmeza y honradez n (1).
Para el Dr. Ospina la fuente del porler político
emanaba del principio de autoridad, entendido éste d e
una manera empírica, arrog ante, nada conforme con
la noción de los derechos del hombre. Y así lo demostró
en circunstancias de su vida pública que aq uí no
'Seda o portuno recordar.
Tenía el Dr. Ospina expresió n muy severa en la
fisonomía, que acusaba á primer g olpe de vista un
-espíritu reñido con los encantos de l a vida. No era l a
suya una fi onomia sonrien te. Pero dentro de esa
amarga corteza guardaba muy só lidas virtudes . Moralmente
era un ca nto macizo.
Parece que en los últimos años h abía modificado
bastan te su criterio: su ac titud como Ministro de
-Guerra, bajo la Administración Marroquín, fue más
bien conciliadora. Diríase que el viejo conservador
ultra. a comenzaba á palpar la ineficacia de l a fuerza
,para fundar cosas durables y á ver por encima de s us
propias arraigadas opi niones las enseñanzas de l a
vida.
No ha llegado todavía la hora de apreciar en su
detalle la carrera pública del Dr. O pina, pero esa
-carrera en su conjunto, deja una fuerte ímpre ión de
honradez y de sin ceridad. En su man era de co mprender
la política fue es pirituali tao En este enLido cabe
decir que perteneció á l a a lla e cuel a de MurilJo, Caro
Camacho Roldán, Santiago Pérez, úñez, todo idea~
listas, convencido de la nece ¡dad de l evantar l a dignidad
de los pueb los despertando e n ellos e l en tido
de la s co a e piriLuales .
Los juicios obre el Dr. O pina-direm os en defi.
nitiva- n ece ariamente ti e nen que er, ya que no contradictorio
, á lo m en o mu y diver os. Es de lame ntarse
u conce pto de la verdad absoluta en p olítica, s u
falta de ironía indulgente para ver á los h om bres y,
má que todo esto, la rudeza de u procedimiento ; e n
cambio, es de elog iar. e-'y con justicia - la aust eridad
de u costumbre, la firmeza de u co nvicciones
honrada , el de inLer é con que irvió á u ca u a; en
una palabra, e l co njunto de s u ida moral, que no
proyecta so mbras.
La muerte velará con pied a d lo err or e del
p o líti co, d s tacando á la z la irtude del ciudadano
ante l a cuaJe n o in linamo co n re pelo.
U ILLE l\lIf O AlIIA C ltO
fo"ER A DO ANG LO V ALE fA
uando la suer~e varia y capric h o a me trajo de -
de las umbres andina, que l a ombra de u e"ada
prot re ~on U recu rdo, l~ asta las playa ardí nt
d e~t~ cJUdad de los. 1.1 .r dlas, 'lU guarda lo último
ve 'LlglO de. la InqulslcIón n . olombia y oca l o
c p asmos SIncera mente fanáticos de a alma. di -
pu tas al martirio, qlJ~ no. upi ron d la pieda ni
<.Ir! perdón , pen é r.llr lslecldo qu había d ejad n e l
mo?eSlO hogar de mis mayores n I '110 d' una
SOC I dad .bondadosa, (lue. m VIO c rc ce y mc al nt ó
con s us slInpatias, loda VIbra :ón dI' cariño inc ro
toda noble confraternidad de ser quc gozaran ('o~
)Of,l placeres de la mia, slIfrieroll con hl1S do lores y u[
Jleru/I upoyarlu ell sus horas de eluda decaimiento.
(1) Vula dI' /llIjll/o r:/If'f'un, 11 77.
Tal así pasó en efecto durante los primeros día~
de p ermanencia en Cartagena, cuando consagrado á
las labores·de un empleo que paracía 'no corresponderme,
así por mis pocos años como por no ser .yo del lugar
dond e lo d ese mpeñaba, sólocreía.verá,mi paso miradas
siempre indiferentes, airadas en ocasiones .... De
pronto, amables r ayos de luz dieron tintes de aurora
á las so mbras d e mi cielo y cariñosas si mpatías me
ofrecieron gajes de n ob le: y s incera amistad. Entre
ellas la más espontáqea y para mi más valiosa fue la
del gallardo man cebo c u yos despojos mortales hemos
devuelto hoy á la madre tierra.
~ i
i F,""do Aogulo V,I,,",
~~~~
1 ue lras alma, gemelas por e l recuerdo del hogar
a usente, se com prendie r on fá cilm e nte y e bu caron
para com ul o-ar n e l mismo a lta r d e amor á l a lejana
~ie~ra de donde la b endi ción de nue tros padres
nos VIO lera.
o ndenad o FER NDO á muerte y in tiendo que e l
orazón perdía cad a día u fuerza de acció n extenuado
quizá. por l o E' 'ce o de u 'xqui ita e~ ibilidad,
J~vantó II alma á Dio y oporló re io-oado u de -
tlO O, a l a mp ~ro de ilus iones ultraterr n a que le daban
l a egundad de eterno dia d e fe licidad cuando
acabara n l os fu o-ace de u p reo-rinación sobre la
ti rra.
Entonc , purifi ada en e e cri 01 de ufrimiento
. d .r ignación, brilló u alma co n claridade de cielo,
aJ na á t do di imulo l rre n a l , pude a pr eciar en
a atmó fera d e a b o lu ta franque za lo mil d t a lle
de toda u virtude. F R A DO era bueno era no~
Ie, era honrad , era. ariño. o, era creo ent " era de .
lOter ado, y por lo InI m buen hijo bu e n cri tiano
buen ami,.,..o, buen iudadano. La mu' rte acechaba u~
. ará ter ínLeo-ro, u a de aparición ha ido p érdida
mm .n a para u familia, para . u a mi O"o )' para su
PatrIa.
liando ao-obindo
ida, qu sentía pod r a á mi a lr d dor ufda crii
de ncO"ro abaLimi' to é l, que cnlia de pI' ndido
J la tiCITU, me f rtalecí~ m on o laba mo trando
el c.i 10!,á el ocle .o nfiaba Ileo-ar pronto, ' om la ola
a plraclOn el' la vlda haciéndomc vcr c¡ u para <'on-
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BOGOT A ILUSTRADO 21 7
eguitlo son poco, por muchos que sean, y slempre
necúRario Jos utrimientos de la tierra. Quiera Dios
lJ,ue la cariño as palabras de FE;~NANDO y u noble
ejemplo scan siempre para. ml escud? de a~ero contra
las adver idadt: y ílaquezQ$ de la c. 1 ten Cta.
Su muerte ha sido par~ mí como la de un hermano
el duelo d los suyos es duelo, y ~ien sabe
u anciano y noble padre que las lág rimas que
hoy derramo obre la tumba de l' ERNANDO se confund
en sin-cera con el raudal de las l1yas por la desaparición
del hijo amantl imo, del hijo inolvid able,
que de hoy Imi Jo e pera en el regazo de la madre
de Dio, á quien iempre rindió culto de tierno y
puro amor.
CartaU'enH, DIciembre 15 de 1907·
~~
~Gn1bres ~ueVGS
C STELL
iquiera ea en el modesto dominio de )sjóvene deque elaborar una revi~ta
animada ó una inlel'view palpitante, e algo tan meritorio
como decir de política en un leading article.
Por algo los g randes repdrters se l laman Maxwell,
Jules Huret, Prierre Mortier, Joaquín Dicenta y R.ubén
Darío; y por alO'o también, hablando de obra tan
alta conlo el Diario de los GODcourt, dijo Daudet que
es el manual del perfecto repdrter.
En La Crdnica aparecIeron los primeros en ayos
crítico de Camacho, éscrÍlo de tan teo, vacilante, en
que aún no se acusaban con preci ión las facultade
perceptivas de él. Má tarde, ya como Director de
aquel diario, dedic6 e casI por entero á la política. La
g uerra, á que él y sus compañeros habíanse opuesto
con toda la sinceridad que da una alta noción del deber
civil, vino á romper la pluma en su manos. Durante
e a org'ía de sangre, que duró tres años, Camacho
reconcentróse en el estudio, escribió algo en las
efímeras hojas literarias que por entonce aparecieron,
y tuvo el honor- que honor es-de haber hecho parte
del grupo de e critores valientes y solitario de El
Nuevo Tiempo. u vida anterior había Ido d~ preparación,
de gimna ia mental. En El 'llevo Ttempo
apareció ya desarrollado y vigoroso. Tales impresiones
sobre Zolá y ,obre"\ aldeck- Rou eau, denuncian
un e píritu serenado por el tráfago mi mo de la
lucha. on páginas apreciables en u sencillez, en su
mesura, en su ju ticia ; páginas de aquella que releemos
con placer. Y no olvid emo que el mejor ~é~ito
de ellas e tá en que fu eron escrita con la preCIpItación
de la última hora.
Escribir así es el ino del auténtico periodista.
Cuando en las horas de la tarde la Redacción está más
animada por las conversaciones, llega el cartero con el
cable. Este á lo mejor anuncia la muerte del personaje
en vue, la caída del Gabinete, el estalhdo de la re-
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vo)ución. Aquí la alegría del periodi la. No hay tiempo
que pe~der. Enciende un cigarrillo y se sie nt~ á
escrIbir. Sin consultar nada, confiado tn sus propIOs
recuerdos-que clurante años ha ido almacenando con
la lectura de libros, I:evistas y diarios - deja la pluma
01' 'l'alne. El el menlo irnaginati va no e 'i ,t en Cam -
cho. De ahí su prevención contra lo que pudiéramos.
llamar la poesía en las ideas. Seguros estamos de que
admira las no velas y los versos de F rance y de Lemattre
; pero si lo ponemos á escoger entre los dos como
crítico, preferiría al segundo, y por encima de ambos,
pond ría á Faguet y á Doumic.
Hacia el ocaso desciende una generaron literaria
que dio merecido renombre á las letras colombianas;
si la que ha de sucederla no alcanza á ser digna de
ella, cuenta por lo m~mos con escritores como Guillermo
Ca macho.
~~
Eg loga d.e la tard.e
(Para Miguel Moreno Alba)
Unge con orla de oro el postrimer reflejo
Crepuscular la copas de los pinares viejos .
Una pareja aldeana con sus herrados z uecos
Pasa por el camino milenario y escueto.
Muy dolorosamente las esquilas resuenan
En la paz de la tarde, una paz d ulce y b uena.
Peinados por los tajo de las áridas sendas
Blanquean los vellones de las mansas ovej as.
Pastorea siete cabras un fo rnido muchacho,
Siete cabras muy negras como siete pecados.
Cara al cielo el mancebo rubicundo y lozano
Mira la nube como. i fueran cien reba ños.
-Mancebo, Dio te guarde !-le diO'o-Buen mancebo
. Eres feliz aca o con tu vida, tu perros
y tus cabra o curas cual un presentimiento?
¿ ada abe ni pien a ? Respónde, zagalejo.
eñor; yo no le entiendo u incompren ible verba :
Felú:: ..... pensar ..... er sabio .....
Me dan ri a e a viejas
Palabra ; vi va alegre y me quiere y es buena
na linda zagala roja como una fre a.
Bebo agua de lo pozo ; en la áspera montaña
He matado diez lobo, y en la noche callada
Contemplo la e trella tendido entre la g rama
y é la mi terio a oce que dice el agua.
La noche un hi opazo de hollín obre la cre ta
De lo monle ha puesto ; corre á campo travie a
n rapo o : el mancebo con u cabra e aleja
antando r percl l doquier u cancioneta.
La luna arg nla y bruñe la copa de lo álamo ;
e o e el chirriar dolient de un viejo carromato,
en mitad de la enda yo me quedo pen ando:
¿ El agua de la vida por qué no enturbiamos?
En IU n EL QUEZ
aña: 1907 .
E-ORE SUSCRIPTORES:
Este número 13 e el 3<;1 de la 3.n. serie; el
4? (número 14,) consagrado á la Escuela de Bellas
rtes. saldrá á fines del mes, el 5.0 y el último
de ella (número 15). saldrá á principios de
bril. e ruega el pago del valor de la serie á la
presentación del respectivo recibo.
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BOGOTA ILUSTRADO
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. Saleros. ~¡!¡ Frascos para medicinas. Tinteros con tapa de mental. (~
~I~ Frascos grandes para boticas. Trampas para moscas. ~I~
\~II; Frascos ¡Jara píldoras. Tejas gruesas. (j~.
~ Frascos p~ra tinta. Tubos para lámpara, gran variedad ~
~ Frascos para específicos. de tamafíos y clases ~:
~I~ Frascos para conservas. Vasos para chicha, agua, aguardien- JlI~
A.I~ Frascos para esterilizar leche. te, vino y cerveza, gran variedad ~I~ 1; Frascos para guétrdar dulces. de clases y tamaños ~
, ~ En ventas por mayor se hacen desouentos y se dan fa.cilida.des pa.ra el pago. lit
~i~ Bogota, Diciembre de 1907· El Gerente, LEO S. KOPP ~I~
;~~~~~~,~~ :,/ ~~~~~
,
OARB M L
DE ZIPACON
Este carbón es el mejor de la Sabana; con su uso se
obtiene una economía del 25 al 30 por 100 sobre cualquier
otro: Desarrolla gran cantidad de calor en poco tiempo;
al quemarse no deja laja Ú · ot!'as sustancias incombustibles,
sino apenas una ceniza tina; no contiene, como l~s d.emás
carbones, grandes cantidades de azufre y, I?or co sIgulente1
no ataca las parrillas ni destruye las máqUInas.
Diríjanse lo pedidos á
Bj).VARIA
I
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BOGOTA ILUSTRADO
.S/. ialll ¡
I •
CIGARRERIA COLOMBIANA
3:'- Calle Real, número 572, y calle 14, número 89 A
Acaban de recibir un gran surtido de cigarros y cigarrillos,
de 18 clases distintas, de las siguientes marcas de la Habana:
CIGARROS
De Bock & C.': Argentinos.
De Henry Olay: Bouquet de salón y Jockey Club.
De Oorona: Puritanos extrafinos y conchas finas.
OIGARRIL'LOS
La Legitimidad: Blancos corrientes, Breas corrientes, Berros
corrientes, Trigo corrientes, Pectoral corrientes, Bouquet
blancos compuestos, Bouquet brea compuestos, Bouquet pectoral
compuestos.
Bock ~ e .o : Oigarrillos con boquilla de corcho, Blancos
compuestos, Brea compuestos, Pectoral compuestos.
Hidalguía (Susini): Pe 'toral cOlnpuestos .
• ¡.:fIUlr IOfS\ Gtg8.1"l"O • ., eiC.itrjIIo~
~ MAS F~RESOOD DE LA PLAZA
Y A P¡;~1~:~([;~10S S!i~J ',GOMl?~TEN(O¡A
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