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Vogue Belleza - 04/12/22

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  • Año de publicación 04/12/2022
  • Idioma Español
  • Publicado por Condé Nast
Descripción
Citación recomendada (normas APA)
"Vogue Belleza - 04/12/22", -:Condé Nast, 2022. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3978420/), el día 2025-09-16.

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Bogotá Ilustrado - Serie II N. 13

Por: | Fecha: 19/03/1908

REPUBLICA LE CO L OMBIA I§rrIfummmmmmmtDmfD:tD rnmmm1lItD:t1!mll l lnllliIIfDmmill!!t~ a CONTENIDO ~ Por los pobres. Asilo de niños huérfanos en cú. cuta y El Jlsic(), poema por Saúl Matbeus Briceno; El Expósito, por Eduardo Calcaño ; Guillermo Manrique TetAn ; De ll()che [soneto], por Guillermo l\Ianrique Terán ; De la Escuela Militar [Pl"ma. das], por G. M. T.; Maniobras lv~i1itares j Antece. dentes del problema técnico, por la Misión Mili. tar Chilena; El crucero Pmzóll; Panteón; José Domingo Ospina Camacho, por Guillermo Cama­cho ; Fernando Angulo Valencia, por Manuel Castello j Hombres nuevos: Guillermo Camacho, por ,y Eg/()ga de la tarJ/! [poesfa], por Edmundo Velásquez. nustraciones: Edificio del Asilo de Huérfa. nos en Cúcuta ; Cristian AndresenMoller ; Teresa Andresen Moller; Guillermo Manrique Terán j El Sr. Presidente de Colon.bia t!n las maniobras y tres grupos de espectadous presenciándolas; Personal del crucero PimóJl; t Dr. Ospina Camacho ; t D. Fernando Angulo Valencia y D. Guillermo Ca­macho. El I ~WWWWWUlWW¡¡:¡¡;¡¡WWlllW!II~UWWwmW~l:iIl J3ogotá, Jylarzo 19 f I B O GOTA ¡f Ij = 5erie - J I I / í!J' : ¡ '//.? fe... 3:a - J{ ,~ 13 ~rnmmmmmmtDmrnrnmmmmmmmmmmmmmrnm~ .ti! CONDICIONES ~ ~ a I Número suelto .. .. ...•.. .. . .. . . . •. . $ 20 EJ Id. en pllpel extralino . • .. , .. • ... _ 50 I Suscrir 'ión á la serie de 5 números, .. 100 Avisos, pá9'ina . ..•. . . .. .. . ...... . .. 200 g - t td . ..... ... .. . . •.•. , ...... lOO EJ - t íd. ...... ... . . ..... . ... . . 50 ~ Palabra en small-plca. .. . . ... . . . . . . 60 El A visos ilustrados, precio con ,'encional ti No se admiten remitidos. ~ La correspondencia debe dirigir.se al Adminis- El trador de BoGOTÁ ILUSTRADO. A parLado de El correos DI'lmero 159' Teléfono número 683' ¡¡: Para lodo lo relflcionado con avisos enten- EJ derse en la administración del periódiro. I I ADMINISTRACIÓN: Carlos Tamayo, Calle I (j, I Parque de Santander , act'ra NOl'te, N.O aB E. I 1Il11 UDDUIrIT!I¡¡W1mmlIlIIlilllllllllIIl!Ilm:!l!:i:J:::!!J:rIllllII:::ICl.llllli1.· lMPRENTA ELl~CTRI CA-J68, CALLE JO 1 9 O 8 / Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO ~~~~~~~~~~~~6~~fifi~~UUUggg~~UUO~~~~~U~~~ ~ ~ . ~ ~ c:J.) ~ ~ ~ ~ ~ ~ . ~ ~ ~ I aVarla ~ ~ I & ro ~ I ; ,..., ~ ~ ~ _._.. ~ "'O ~ ~= .~ ~ PRODUCTOS Y PRECIOS DE VENTA = ~ o ~ ~ Bogotá, N oviem bre de 1907 ~ ~ ~ ~ ~ W O ~ ~ =l!l'lI Cerveza, Co"sum Bicr, docena de medias bOlellaP ..................... $ 80 ~ - - ~ "Pilsener, Lager y Bock, docena de medias bolellas...... 1 00 ~ (j • c:J.) i i " " " " docena de botellas dobles....... 190 ~;=:(~ ""ii ::: = " Doppel Stout docena de medias bolellas ...... 1 30 ~ ~ ~ " Culmbacher (marca TIgre) docena de medias bolellas ...... 130 ~ ~ ~ 'i!!l " Tres Emperadores docena de medias bolel l as ...... 200 D~ ~~ . S ~~ ! "Higiénica docena de medias botellas ...... 180 ~\ ~ O ! ~ "en barril, Pilsencr, Lager y Bock, el litro ......................... 10 W. ~ me Agua gaseo a pura, docena de medias botellas...... 60 • ~ t B ~ Aguagaseo!'acún difcrenlesjarahes,docena de 'medias botellas...... 80 ~Á ·~ bD ~ I~ Sparkling Bavaria Kola, docena de medias botellas... ... 60 ~~ & 2 = Ginger Ale, docena de medias botellas...... 80 gs o.. ~ Bavaria Cider (Cidra e pumosa), docena de medias botellas ...... 120 ~ .,.:- C5 ~ ~ Extraclo de Malta, docena de medias botellas...... 420 W. ~ ~ ~ Hielo, por mayor, la libra......................................................... .......... 6 tií ~ ~ = =~ Carbón mineral y vege1fll de Zipacón, vendemos á lo precios corrien- ~(O ~ ¡ tes y á domicilio. =~ ~ ~ ~ !B Descuentos sobre los productos embotellados ~~~Vo~J ' O~':! r-': 5 por 100 en diez ó más rlocen.. 1'1..... h ~ I ro por TOO en cien ó más docena ~~ ~ ;:j I ~ ro S ~ ~ PRECIOS: son Jos corrienles del día del de pacho aun en el ca o de ~ Ó '~ ~ anticipaciones de dinero. ~ ~ ~ I I ~~~!~~~~: ;::.:~:'::':a a~~::~::L~: ~:~~!:: ::~:;:i~ hay barriles R ; .2 I desde cinco litros. ~ ~ >-1'" CORCHOS Y LUI'ULO: Venrlemos rle muy buena calidad y á di- ~.. ~\ ~ ;:j ferentes precios. ~ ... 8 CEBADA: Compramos al contado y á lo, mojores precios de la plaza 8 ~ ~ grandes canti~ades de cebada en grano. ' :e ,8 11 NOTA· Advertlmos á nuestro. clientes que no envasamos ni re- 'o .~ cihimos en cambio las bofellas cerveceras que, por defectuosas, tienen ~ .8 marcadas Il'es rstreJ]as rn el cuellD. '"O OEUTSCH COLUMBIANISCHE BRAUEREI G m. b. H. ~ : I El Gerente, LEO SIEGFRIED KOPP ~ E I ~ ~ ~~ft~~g~~~~~g~~~~~U~~~~~~gg~~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. SerIe III R,.EP U BLICA, ' DE (COLOMBIA N úmero d ~~~ Bogotá Ilustrad o --~-~--~.~'-.~.".~I~. __ --~~-- Jytarzo de 1956 g)¿'iector: Jj 8bedacto'(., 8bafael 0ópino óa {}u~mán Asilo de Diños huérfanos en Cúcuia Con Íntima satisfacción honramos hoy las -columnas de nuestra hoja, publicando en' ellas los retratos de dos nobles benefactores de la huma­nidad y la relación de la fiesta con que se ¡nau · guró el Asilo de Niños en Cúcuta, Esas sentidas frases de quienes con la felicidad de los niñ os gozaron de la buena obra, son merecido galardón para aquellas almas altruistas y generosas qu e la llevaron á cabo, y espejo de filantropía para que en él se miren quienes están en posibilidad de imitar al señor y á la señora Andresen. Quisiera Dios que esta publicación de B OGOTÁ ILu:.TR .\oJ, fuera á modo de la vara de Moisés, que arrancó el agua de la dura roca, y lograra arrancar de las almas buenas de los hijos mimados de la fortuna, raudales de caridad que lleven su riego fecundante á los campos desolados de la miseria y del dolor. La relación de la fiesta, tomada de El TrabaJ·o de Cúcuta, es ésta: ,e Recorría el Viejo !VIundo en jira de recreo, hace años, una veuturosa pareja matrimonial : dos cónyu­ges dichosísimos, con bienes de fortuna, que se ama­ban con el corazón y en cuyos pechos, sobre todos los demás se ntimientos, se albergaba el sentimiento cari­lati vo. En su visita á las grande capitales iban siem­pre de preferencia á las casas de misericordia. Refi érese que un día llegaron á un asilo de huér­fanos, yen uno de lo s vastos departam en to , jugaba un g rupo de niñitos, del cual vino hacia e1l0 un pe­queñuelo sordomudo á regar en su manos l' nO i besos ca ndoroso s. Demostración de tan conm ovedor afecto r epercutió en el alma nobl e d el e p oso, hacié ndolo concebir desde ese momento la idea de fundar un instituto de esta condición sublime. El era europeo y ella co lombiana, ¿dónde, pues, realizar aquel altísimo proyec to ? Allá, en Cúcnla, se dij o él, en la tierra de su mujer, en ese valle tan predil ecto de su cariñ (, co­mo el suelo danés donde naciera. Fáci l es saber qui én era aquella par~ia : Cristián Andresen y su señora Te­resa Briceño y Ramírez. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO Hijo de Andrés Andresen Moller y Ana María Bendigsen, nació Cristián el 18 de Febrero de 1848 en Norborg, isla Als. Es esta una isla del mar Báltico, fér­til, bien cultivada, con grandes crías caballares y una población de 25,000 habitan tes. Norborg servía de campo fo rtificado al ejército dinamarqués hasta 1864 en que Prusia, Austria y la Confederación germánica sela arrebataron á Dinamarca,j unto con el ducado de Schlescoig, á que pertenecía, siendo ho~ este ducado una provincia pru iana. :' . Al consumarse este despojo, el Sr. Andre~ I' Il, que no qui o dejar de el' danés, con el alma contri ' tada, se vino á América, donde la fortuna recibió con efu­sión al volu ntario proscrito . .Fue, pue no sólo un gran filántropo, sino también' un gran patriota! . ~n Sttugart, 1899, rindió este noble varón la jor­nada de su vida. Cúcuta vio nacer á D.n Teresa del matrimonio de D. Jorge Briceño y D.a Carmela Ramírez, el 7 de No­viembre de 1852. Llev~ do apellidos que on un dis­tingO" en estas regiones. La Sra. Andresen, como su espo o, no necesitan los giros de una bio crrafla para enalLecerlo, u obras, u o-randes obra piadosas, son su más excel a apoteQ i , .. Lo tiempos tran curri eron. El advers0 de tino le arrebató á la esposa el compañero y á la caridad un g ran benefactor; pero la idea g randio a no murió, no pbdía morir, porque ella ¡vía la vida fi la ntrópica en el e píritu de doña Tere a. La obra fue terminada. El 31 de Marzo del pa ado año vio la viuda, en los actos de inaun-uración, palpitante el en ueño de u esposo. Ba ido esta la fie ta más simpá tica en e encia d~ cuanta se hayan celebrado n Cúcuta. Mi aco - tumbrada deficiencia no me permite re eñarla dehida­mente, pero véa. e en ella mucho cariño de cue uteño agradecido. El pro,rrama anunciaba para la 7 p. m. del 30 de Marzo Yi peras solemne en la Capilla del ilo, La concurrencia anuía hacia a llá de de la 6. Pedí permi o á los Agen tes de policía que guardaban la puerta del enverjado y lleno de complacen cia, alecrrí- ~mo, penetré á la igle ia; y digo a í, y no grave, como ]0 exige]a eriedad del ceremonial romano, porque en aquel amri nte, bajo lo, techo de esa diminuta ba ílica, hecha para orar pequeñu los, cuya, pre~e on notas de un a/legl'O y no du los de conciencia. no e podía e tar de otra manera: la gravedad era de mal tono. Ionseñor rias y lo Dre. Calderón, Romero y DU(lue entonaban lo anta gre orianos. on un arle enciJ]o, propio de mano delicada, la capillita lucía cortinaje. Llanca y azule. en varia forma. Allá, n el altar, da e tilo moderno, e de ta­caba el grupo más divino y bello del cri tiani mo: la familia de azar th, efigies de gran mérito e cultó­rico. La profu! ión de luces daLa á todo un tint d sol matinal; pero hello era el a pe Lo <.l la verja co­ronada de diadema de luces muJticolore que m hi­ci 'ron pen ar en las fantásticas iluminacione ori n­laJe. \ inler alas un gloho era lanzado á los aire, al terminar la función J'cligio a la banda d 1 Balal/dn (¡',o de IlIfall/N'la acompañó unos fuego artiGcial , de honito efecto, sobresali ndo tres lindos transpar n­tc míslieos. ontenlos nos retiramos tod d aquel esp ctáculo, prom tiendo sel' de los pl'im ro n la mañana del día siguiente. Yo lo hice como lo penSIl, llegando al momentos en (Iue se v('['jlieaba el temí im recibimiento de los primeros huérfanos : conté 21 en­tr e niños de ambos sexos, dos de ellos de cuna tod a­vía. Monseñor Arias, el viej ecito g racioso .Y santo, Ca­pellán del Asi lo, teniendo á su derecha á la Sra. An­dresen, fue el designado pa ra hacerles la primera ca­ricia de bienvenida. I en lregárselos á la Reverenda Madre atividad, el bueno del abuelito hizo conmo­ver á los e pectadores, con uno de esos disc ursos, re­bo antes de du lzuras y agasajos palernales. Conte tó á sus pa lab ras la Reve,renda Madre, con otras igua lE's en brote. de fervoro o sentimentalismo. Los huérfa­nos entonaron un lindí imo himno a l Todopoderoso. Vestían los niños flllS ecilQs gri es y kepiS azul mari­no,. bordadas en su centro las bandera de Co lombia y Dinamarca. La niñas de tela gris y cofia blanca, 08tentando en el pecho los mismo emblemas. Acompañada á toda orque ta y presIdida de la Tercia, e dijo la sanla misa á e o de las 9 a, m. El D,r., Calderón ensalzó desde el púlpito la obra del Hos­pICIO, Yo quise verlo todo y me di á visitar el interior, ¿Para qué hablar de la ornamentación? Era sencilla­mente preciosa. La mano artística de una dama y de un estela se advertía en las inscripciones de flores, en la estimenta de la columna en los regazos de la cortinas. San icen te, siempre ri ueño, siempre atrayen­te, entre plantas y ce ta , se veía en uno de los claus­tros. Vi en la sala de recibo do hermosos retratos de lo e posos A ndre en, y en el centro del segundo patio, contemplé, con el re, peto .Y cariño del caso, el bus lo marmóreo del ex linto benefactor, adornado con una bellí ima corona. Fui luégo á lo refectorio, provi tos de todo lo mueble indi pensable, y en cn o corredol'e e. tán lo aguamanile ; de ahí regre é de nuevo á la sala de recibo, para a preciar con má detenimiento la ele­gancia del mobiliario, con truído, como todo lo dc­má , por artesano de la ciudad. La Sra. Andre en no ha qu\'rido traer nada de o del Exterior, porque u genero idad en e te ra o ha ido exclu ivamente para úcula y porque en e ta materia, todo, ab olutamen le todo, e puede imitar aquÍ. i ilé la habitación de Mon eñor AriH, donde el viejo querido oñal'á con lo juego de lo chiqui­llo ; la de la Reverenda Hermanas, lo exten o dormitorios de 1 niño. , lo de lo varone en la p ar­te norte del edificio y lo de la hembras en la sur; llenu d camita de h'ierro, cubierla de mullido col­chones y fina cobertura, me a de noch etc. La ala esp cial para lo bebé, con u hilera d cunita ', me hizo recordar una "i. ta del al va tion Armi de orteaméri a, en qut> áncrele de caridad arrullan á los chiquitine on lo ' anta d I alma que u ma-dI' ' le negaran. La ropería e un verdad r a lmac n: e tanLe escaparate colmado de ropa, alone de e ludio dotado d lo útile nece 'a-rio exornado. con cuadro alu ivo á la in trucción, otre 10R cual obre al aquel en que dice Je ú : " Dejad á lo niño que v ngan á mí." Nada qui ' dejar in vel' .' ha ta ú la ocina de hierro fui á 'urio ear, T no ól á la cO ina ino ú la despensa, .\ la pi za paj'a n-uardar la loza 01 cada n platille!'a , á lo cuar lo d I ['vi io, .\ lo bailo ¡.\ 1 la adero , etc. et . ada, ab oluLam 'nI. nada falta en aquel onfor­tabJe Jificio ; p ro no, í falta algo n 1 patio d 1 d partam nto d la ht'mbra : I bu t d la ra. n-dI' n, que la gratitud u nI. 'ña ncar ará d Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOT A ILUSTRADO 2°5 Salgo ~ r~g~'eso á las 4 d~. I.a tarde, hora en que -se daba .pnnclplO á la bendIcIón. La concurrencia, .que era Ingente, guardaba en ese momento el silencio y respeto mayor, y Monseñor Arias, seguido de cua­tro sacerdotes, de la Sra. Andresen y del caballero D. Eleázar Belloso, Síndico del instiluto, cruzaba por en medio de ella aspergiando á diestra y siniestra las .aguas ben l itas. Terminada la ceremonia, el Sr. Presidente del Concejo, Gelleral Morales BerLi, se dirigió á la Sra. And:ese.n con frases aplaudidas de agradecimiento y .admIraCIÓn del pueblo cuculeño. Moller Yo, mi pobre yo in telectual había concebido y -escrito una producción poética, la que encomendé para su recitación al Sr. D. Rafael Garbiras. El Tlsico la intitulé, y verdaderamente tísica salió mi hija del ma­gín; pero, gracia á la generosidad y dotes declama­torias del Sr. Garbiras, no se exhibió tan escuálida como la había creado. Mereció ap lausos repetidos y algo superior: lágrimas de D.a Teresa y de no pocas damas. Pero rehuso cobrar esa demostraciones para cedérselas al amigo que con u buena in terprela-ción me la salvó del fiasco. Se han empeñado en que la publique, y aun cuando temeroso, poI' no haberle puesto (dada la precipitación con que la escribí) el .{;uidado que un trabajo de esta clase requiere, allá va .á pedil' la indulgencia de los críticos. Es ésta: Es la tard". ; diríase que el cielo Tiene hostiles mudeces; ni topacio, Ni viola, ni carmín tiñen el velo Que es el traje de 8'ala del espacio. La tarde es de rIgor ; horas candente Del trópico en verano; tarde airada, Que sueña en su letargo de ultrajada, Con un sueño de rayos ignescentes. La ciudad es hornaza; recluídos Los seres y las cosas; todo muerto, Semeja un manicomio de abatido Por un cálido so plo del desierto. y en ese extenso cuadro, do se agita El alma del sopor, el alma fuego, -Que en el ambIente y en la tierra grita I I ¡ Su rojas estridencias com" un ruego' Allá, obre la tórrida colin", ' Que el! u arrogancia á la ciu iad domina Allá, bajo unas mata~, enervadas ' y del cansancio presas, dos personas Há I'llto que descansan en sus lonas : La ca~a y el abrig-o en las posadas. ¿QUIénes son ellos? ¿Y por qué alejarlos Miran la población desde la altura? Es una humana escena de amargura : Un anClan o y un niño infortunados. No es un viejo CJuizá pero la mano Felina de un dolor, la mano artera, Da á su rostro expresión de calaverA, y su ca bello lo convip.rte en cano. Es un tísico el hombre; ya deshecho y flotante el pulmón, y en los espasmos Que el c~razón le dejan contrahecho, Una queja se escapa d.: su pecho, Que apostrofa la vida con sarcasmos. La tos es su tormento inacabado; Es la muerte que iróuica g rascita ; Y en lo ' gra odes accesos, casi ahogado, Se ab' aza de la tierna criaturita. El no qui:lre morir; lucha de cara Contra el desie-oio atroz ¿pues quién ampara A su pobre niñiLo? si él es solo. y sabe que e le munqo es un paisaje De grotescos cambiantes, un ropaje. Donde el vicio se encubre con el dolo. Ya la tarde agonizll, Es más suave El calor atenuado por la brisa; Torna el ave, Que abandonó el polluelo al mediodía, Con granos en su pico. y en u gar~anla trinos de alet>'ría. Llama p.l enfermo al niño, que dormido o Se ha quedado en la lona, de cansancio, y le dice besándolo : u Venancio, Descendamos al pueblo, angel querido. A Cúcuta ! á esa hermosa Región nunca olvidada, De donde ayer la guerra desastr osa Me arrebató en sn zarpa emponzoñada. i Mírala qué imponente! es la señora, La primera gentil j' dadivosa; Es Cúcuta, la eterna generosa, Que no desoye al que favor implora. RE'gocíj ate, hijito: si tu madre Te abandonó en la cuna; si tu padre Siente ya de la Parca sus agravios, ED cambio allá tendrás, ,,¡ DI, parieDles, CODciencias muy virtuosa" y clementes, Con panes y vestidos y mieles eD sus labios. Ese ha sido mi anhelo; arrebatarte Del pueblecito aquel donde Dacis.te, Para ir á la tumba, no taD triste, SabieDdo que un amparo he de dejarte. BieD lo sabes, Venancío, cuántas penas En el largo trayecto hemos pasado; Ha huido ya la savia de tus ,renas, ... _ Tu cuerpecit9 está todo ulcerado. Y yo .. ,. necio de mí. . __ ¿por qué te aflijo? i Qué importa la existeDcia á un padre bueno SI ella sirve de puente obre el cieno Por el que pasa sin mancharse un hijo! " Abraza el niño al padre, y en la frente Un cariño con lágrimas le deja, Y después de un sollozo, que se aleja, Descienden la colina tristemente . El sortilegio de la noche envuel ve La ciudad con su ga a, Y la luz de lo foco la disuelve Con el pincel que brillantiDo pasa. Allá ba.ian lo dos, I:lS dos figura Del sórdido esceDario de la vida, De la vida, careta femeDtida, Con las muecas doliente de lri turas. LlegaD á la "ColuD1na "; e oye un truen!) Que seguido de un viento 1I0vizDo 0, Pasa como un corcel que va sin freDo, Como el 1 ay! de un gigante pesaro~Q. Y recio cae el iDvierno, y Venancito e abraza de u padre y lanza un grito, Murmurando nervio¡;o : teng'> miedo . .• _ " Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ()í BOGOT Pi. ILUSTRADO No pucdo raminar, papó, no puedo .••• Alzame, en un momento, papacito, y él, entoncr , que apenas ayudado Por u bordón camina vacilante Toma al hijo, 1<.1 alza emocwnado, Diciendole: no tecna .•.. ndelante! Ma las fuprza le fa I l:. n ; ya ven 'ido Con u carga de amor y de cariño Piensa, no en él , ruando se ve caído, ino en el golpe que dara á su niño, Yen e:sa flucluación, w8ndo la falda Termina del trayecto, ya en el puente Tiene un vértigo asaz, un II idente, Que en el escaño lo tiró de e pal a , La voces de Venancio, lastimosas, Incrcpan á la atmó fera enlutada, y á sus aye , corrieron presuro as Gentes de la casitas de la entrada, Acuden á auxiliarlos ; un vecino Lo vuelve con un éter á la vida; Dos abuelas enj uO'an con un lino Del muchachito sang-reante herida, y cuando ya repueslos del quebranto, Un curioso pregunta por su nombre, s6xiado de tos contesta el hombre, Con us ojos nublados por el lIan to : "Do peregrinos somos, do barquillas Que zozobran en mare sin orilla ; Un tí ico incurable y un chicuelo, Que tienen un tesoro : su creencia, y una dulce eilperan ' a: la clemencia, Que en alas de querub viene dcl ·ielo." Ava nzan por las cafles; todas ella" n recuerdo le dicen del pasado: El, vivió con los suyos en aquel/ns .... Por las otra cruzó s iend o oldado. ¿Qui én hoy lo conociera? si á un amiO'o Que de e e su ayer f!Jera testi".o e acercase á decirle: ¿mc c. Y en medio de su dmlo el chi o iente Car ic Ias de nlgún cí'li co epheote R oza ndo la 1 rsura de su almil a: I Es que en esc ¡'rc into I'cnluroso, gl alma dI' I' is li :\n el hondudoso Rntrc I Otnio dI' Pl ed/ld grn"ila! Si e l podrc de \ ennll CIO, 'n cs un muert o, Ahí tienc á S il padl'r ; i su mndrr , un seDO s i'l ca lol', un pecho ye('to, Lr pI' sen tó a l n al'C l', Ahí liene ¡\ I(> = -- -... --~--.----~-----------~ Sra. Teresa Andresen Moller ~c:=-= =.... -= '+===oC==2;~ Terminaba la fiesta con una procesión que reco­rria el trayecto del Asilo á la Quinta Teresa, regre­sando por la calle del Ecuador. Cin tas azules y blan­cas pendía~ de las anda, las cuales llevaban alegres Jos huerfamtos: esos colores eran símbolo divino para e11os. Se entonó una salve al regresar, y el Pbro. Dr. Romero. dijo la última palabra pública de felicitación y aprecIO á la señora. No lo presencié, pero me dijo alguien, que por la noche tuvieron su comida especial los huérfanos, y que luégo obsequiaron á la Sra. Andresen con un diá­logo que D. Eleázar Belloso escribió con este objeto. Hemos recorridb en esta hermosa fiesta el i-Ios­. picio Ifricamentt>, podría decirse; vamos á recorrerlo a hora prácticamenle ó como dicen en el sig lo: metá­lica. ¿Cuánto cr eéi qll t' cues ta á la Sra. Andresen lo que habéi vi to? ¿Cu;ínto? Una urn a enorm ísima para nuestros capitales, urna que muy pocos ó nin · gunos en la R epú blica hao in ve rtid o en obras de be­neficencia. Cien mil pesos pla ta, me informa el a rqui­t~ cto Sr. Ezequiel Durán, es tán empleados en el edifi­CIO, y ag réguese á esos g uari mo veinte ó trein ta mil pesos del costo del mobil ia rio, y para tirar la linea de suma, averigüemo por la c recida renta anual q ue ella ha asegurado par a el so tf' nimi ento cómodo del in ti­tuto. ¿Todo eso ha hecho tina mujer? se preguntarán asombrado los de afu era. Eso nó, e. o no tan sólo, responderemo . Lo ra gos po itivo de magnanimi­dad de los e po os Andresen son incon tables: mucha poblaciones lo certifica n, mile de bocas lo pregonan." SAÚL l\hTllEU BnlcESo I ( EN LA 1 t\ UGlJ RA r6N DEL AS ILO DE lJUB/\ FANO DE CÚCUTA. Fue el últim o ma rtes. A la madrugada a pareció en un albañal de esta ciudad lIn niño r ecién nacido. Bl anco, rosado, desnudo, con el cordón umbilical inta~ to , en continuo vagido, rodeado de perros. El frío era mlen o. Los perros lo resperaron má que su madre. La madre lo entregó á la muerte. Los pern,s pa­rece que cu todiaban su vida. ¡ Qué madre! i qué perros! El Asilo de lIuérfanos, que tiene otras intencio­nes 1 especto á los niño, lo recoge en su seno lo viste le da alimento, muchas madres que lo acari~ian, qu; le cantan, que lo mecen, que lo duermen; muchos pa­dres que están pensando ya en el porvenir de la cria­~ ura,- mucho s~lencio para no interrumpir su sue­no,- muchos cmdados para conservarle la vida. ¡ Qué institución! ¡Madre 1.. .. fiÓ, tú no fuiste. Te lo arrancaron de los brazos, ¿no es verdad? Tú resististe, lloraste, gri­taste con toclas tus fuerzas pediste tu hijo en nombre de Dio, en nombre de la naturaleza, en nombre de la irgen ~an lfsima, te torcías I.os brazos de dolor y de­sesperacIón; lo reclamaste pnmero con energía--des­pués con indignación-y por último, quebrantadas ya tus fuerzas, domada tu altivez, lo pediste como limos­na, lo invocaste como generosidad, y te arrodillaste tré­mula en tu lecho para implorar esa beneficencia de lo verdugos de tu hijo; ¿no es verdad que todo ha sido así? ¿no es cierto que eso es lo que ha pasado? ¿Y cómo iba á ser de otro modo? El hijo de tus entrañas, alimentado allí tanto tlC~pO, parte de tu propia vida, de tu misma organi­zacIón; que te había acostumbrado á sus palpitacio­nes y movimientos dentro de tu seno-el que era sím­bolo del amor con que lo concebiste-el que te había hecho soñar con él como una esperanza-el que debía tener en sus facciones la semejanza del hombre que resumía para ti todo el universo, del sér que te hizo olvidar .... que te hizo olvidarlo todo: la criatura á quien esperan los irracionales á las puertas de la vida, - todos, hasta la pantera-para abrigarla con su ca· lor, llenarla de agasajos con túdo su cariño, tenerla 'C'Jmo objeto único ya de todos s.us actos, de todos sus trabajos, de toda su exi tencia .... ¿cómo podía ser­sino por todo otro que no fu eras tú-maldecida en el primer d ía de II vid a, enlre"'ada al espa mo, á la vo­r aciclad de los perros, á la muert e solitaria, len ta, te-. nebrosa, fa tídica? Quien DO mata los hijo de otro, ¿cómo puede concebir que vaya t ú á ma tar el tuyo propio'? Yo interJ'OO'o á la naturaleza, interroo'o al in tin­lO, interrogo á la razón, a l entimiento, á las aves del aire, á las fieras de la elva, a l salvaje de lo bo­que ,-interrogo á los hombre, interrogo á los ánO'e­le , interrogo á Dio ,-para saber qué es lo que pesa má que un hijo en la balanza del corazón de la ma­dre; nadie abe darme una respuesta. -¡La honra! -Cállate, Sataná . ¿Qué sabe tú de honra? La honra e taba l'n no tenerlo, primero; ' de:::.­pués, en tenerlo,-amándolo, acariciándolo, apretán­dolo contra el eno conmovido, y derramando lágri­mas de ternura, de piedad y de reconocimiento obre su dulce rostro de ánO'el. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 208 BOGOTA ILUSTRADO El hijo es el sueño ideal de la mujer. Todas s~s ambiciones-las de su corazón como las de su vam­dad- se dibujan para ella en el ro ado h~rizon~e de la esperanza, bajo la forma de un .guerublU radIa~te, que ella imaO'ina ser el esperado hIJo de sus entranas. Desde su propia in fancia sale á b~sca rl.o por el mun­do como la estrella polar de su eXIstencIa, puesto que, .cuando no tiene derec ho á e perarlo toda vía, se lo fi n­ge candorosamente e ':llo~ fútiles objetos. de su juego inocente, y mece sus I[~ lOne , y la aboga, y.las pa­sea triu nfa nte por los rlfi ~o n e del .hog ar, ha~léndose una gloria de la proteCCIón que dispensa. y sImulan­do la g ravedad de sus providenciale deberes. La mu­jer es madre desde que nace : madre en el afecto, ma-dre en la e peranza, . m.adre en la ternura, ~adre .de misericordia del sentImIento hasta por los obJetos lD­a nimados. - ¿Y va una madre, Sataná , á encontrar la hon­ra en la muerte de u hijo? ¿Si aún creando la perdIÓ, la ganará de lru­y endo? ¿Por qué no le diji te e a palabra en aquel mo­mento cuando hubiera ido al vadora ; y se la pones ahora 'en el oírlo, cuando es in idio a, perversa y ase­ina? A Je ús lo tenla te con la palabra de Dio. Aho­' ra tienta á la mujer con la palabra de los hombre . Ya nadie te cree. uél vete á tu ombra. Ó, madre del niño. No hay en el uni ver o quien pueda creer que tú lo acrifica te. . . , .... y i de pué de todo e to, hubIeras Sido tu realmente, ¿quién se atre,:ería á a orn ar e al ~ bi m~ t enebroso de tu conciencla? ¿Dónde va á hUIr de tI misma? Caracas- J 907. EDUARDO CALCAÑO c== === ~ GUILLERMO MANRIQUE TERAN "Los poetas debemos llevar al cinto nuestra lira, como los mi litares su espa­da," dijo alg una vez un re­volucionario, frase q u e bien pudiera aplicarse á Guimal en su dobl e carác­ter de hijo mimado de las Musas y de futuro guar­dián del templo de Jano. El soneto que publica­mos en eguida es de tan fina hoja poética, como la daga de Cadele que hoy ciñe Guilllal para honor del Ejército de la Repú­blica. ---=-=-==: ::=::::-- DE N OOH E La cascada, al lanzarse al precipicio En un volcán de meve se destrenza, y en la negra vorágine suspen a hs como una Virtud rodando á un vicio. De peilas en trC! el áspero cilicio EmC!rge el río su blancura intensa 'ual un albo l'ontifice que inclcnsa hn la ~ irgimdad de un sac n rlcio Todo duerme en la elva y en I llano. La cauda con hervores de océano, Grita C!ll la soledad, trágicamente, y al ~urglr en los ámbitos la luna Va á besar, bajo el dombo de su cuna, L:1 cabellera blanca dcl lorrente ... GUILLJ'RMO lANRIQUJ:. 'fERÁN gje la Escuela JyLilitar (Plumadas) Recordáis aún cuando en la festiva serenidad de un día memorable, el patrocinio oficial consagró esta Escuela, abierta, cual un refugio patriótico y consola­dor, para salud de tan las acli vidades di ,persas cuyo trán ito por senderos indomables no habría podido orientarse nunca. ' La curiosidad más ferviente, de en­lonce acá, agita á los espectadores que han mirado con anhelo el nacer y robuslecerse de tan nueva inslitución, vi la por muchos como un augurio feliz de futuras prosperidades para la patria. No está de más in istir sobre tópicos eminentes de redención nacional, ya que tras la etapa de sano-re y encarnizamiento ha veni­do uo::¡ especie de reposo fortificador, ele calma be­nio- na y de tolerancia discreta, que predicen quizá la ho~a de la bienaventuranza. Las turbulencias de an­taño, la locura roja y perversa, parecen dar paso al triunfo de un sosiego perdurable y bienhechor, y el aura beatífica parece batir, como en el paisaje hugues­co todo los surcos de la tierra, saturada de promisión y de vida. (Acongoja medit::¡r que lantas ho~as cri~i­nales, como pa aron sobre nosotro.3, no hubIesen SIdo melificadas por nnestro mutuo amor y nueslra buena voluntad; que tántos días pavoroso no hubiesen sldo los de la rubia cosecha; que se rindiese un culto in­creíbl e á Marte, mientras el lemplo de Ce res, todo bon­dad g erminal, permanecía desierlo .... ) Bajo e te g ran latido de re urrección, pensativa y ardorosa el ánima popular, se ha pensado en edifi­car de nuevo, con provi ión inverosímil de energía, obre las ruinas de olada ; tras el aniquilar luchas protervas de partido-el Partido que fue la vida,­tra la cruzada violenta de conciliación y de paz, hanse fij ado lo ojo en pueblo jóvene y pujante, ejempla­re de alto vigor material, que á manera de otro pue­blo ,gimna ta an liguos de la ci vilización, hoy on la norma d todo trabajo reconstructi vo y colo al. Tales hermano de ang re la tina, de otos por an tonomasia de la heroica apo tura sajónica, han accedido á cola­borar en nueslra obra de con trucción, y ten is a í cómo Chile, angosto fuerle paí , nos ha enviado una nota e forzada y vi a, indi cutiblemente fru ctuo-a en el por venir que anhelamo .; co?per.ación e é ~a de deci ivo inler é , ya que á u lOfluJo ln g ul~r y ~n precedente, cambiará el a pecto de nue tra eXI lencla (ala ada de fiebre y locura entimental, de tan mal-ana con ecut:ncia y aberracione lan eculare .... ) ITa en tre no otro g ntes que, ben volas ó pusi­lánim creen todavía en la reacción formidable que habrá de hacerno felice, por la puj anza cerebral, un poco ilu a, con que hemo combatido iempre, llenos de grata hidalg uía. Debemo desen añarno , :lado que ho lodo valor inO'enuamente mental, lá de pro­vi to de inler é y de glori a ante el uni er o q ue ueña grandeza y tiene l apetil de me urado de la fuerzo, y del poderío. Hoy preci o hallar nulo inmen O valore y con iderando., y arraigar n no otro. igo­l' po itivo y ha, ta r epug n:ante ~ ro nece an o para la llpre ión d fal a añeja nOClOn que no ener­aban de l iempo atrá . En e t enlido pueden dar­no la 1 cción lOdi p n abl ci r t paí ,cu a ar­dentía pata ónica, araucánica ó como querái , pue ta al ser icio e un nu erario ualorú;able de idea y de entimienlo , l ha hecho en poco tiempo, peque1'io profesore d energía con tan te y re onante ....... . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. } BOGOTA ILUSTRADO Los r esultados de una labor militar como la chi­lena son, pues, de for tificaciñn total, por mil maLIces saludable para el Ejército, fuente de lodo orden de cosas y 'alma de la nacionalidad. Cuando haya de revelarse el fruto provechoso de esta múltiple labor, será el fi­nal y la agonfa de todo caudill aje banderizo y anónimo, y aquella noción, si en veces épica, tantas veces igno­rante, absurda y cieg'a de nue tros combativos de ayer, dará entrada al in bnto disciplinado y firme de la qldadesca. Es pred o ser francos y ho pitalarios, c~m h?nrad ez, para apep tar y apr~vechar vent~ps in­d] cutlble . Hemos . Il~:i.do á ' un mstante fecun::lo en ~ . \ 1 enseñanzas y práctIcas mlnentes; a má pura de to-das ellas, un allO horror 'por las oblaciqnes sangrien­tas de antaño; nos hemos.impuesto el olvido, el sagra­do olvido, y ha ido espontánea y convencida nuestra aceptación, sin influencias que la hayan determinado fuera de nosotros mi mos. En retornando á la Esc~uela Militar, encuéntra e allí la facción que má densa pro~esas entraña para el Ejército. El proO"rama instructivo, formulado con sabiduría y entereza, ayuda á la patriótica prepara­ción del Grupo, el que á su vez ofrece la más fina docilidad y la más apta gallardía,-en reserva, eso sí las excepciones ejerpplares-Hay al frente de tod~ esto, no s,)lo dos hombres de pedagogía mili tar, sino dos apóstoles edificantes de la sobriedad ideal y del e fuerzo bien ordenado. Muy probablemente, Maxlmi­liano Avilés hiciese el elogio oportuno de estos jefes, para un capítulo tumultuoso en Fuerza de Acción. Nuestro público, que entiende con cierta agilidad in­ci iva á los hombre de fuéra-que son también las idea de fuéra-ha batido palmas ardientes ante el fausto iniciado de la Misión extranjera. Puede haber en ello alO"o ele aquella simplicidad primitiva y nobl e, de aquel asombro legendario de la es tirpe, que es á la vez la noción imperfecta pero encantadora que las almas elementale tienen de todas las cosas, y que se traduce por un hervor entusiasta, sin premeditacio­nes, ante todo lo untuoso y lo ajeno, y lo qne lIerra de improviso. Son estas las lecciones valientes que n s ha dado la experiencia de pueblo con turbados y cul­pable, que á fuerza de sufrir se han vuelto humil­des- con la sana humildad de los penitentes-y que, desconfiados de sí mismo, juzgándose irredentos ó empequeñecidos, 10 confie an virtuosamente á Jos otros, al exiO"ir el concurso fértil de fuerzas extrañas, para emprender su proceso de re valuaciones, alO"unas veces mal conformado y tardío. En el desarrollo tan parcial y aun prematuro, que se ha realizado por la Misión, puede percibir e ya el nuevo modc ele orientación que se pretende fijar para las milicias. Una fórmula breve y frugal dice del objeto propuesto: educar, no enseñar. Esto es de un spencerianismo sobrio, natural y rotu .ldo; ¿ no es cierlo? fijaos bien que es todo un corolario de fuerza y de organización. Es preciso romper con cualquier elemen to que nosvincule á la existencia an lerior, inerte y desordenada; vivificar el Ejército, transformando la fisonomía interior del pueblo mismo, y haciéndolo apto para lal labor de intensa superioridad. ¿ Que sea para esto necesario vencer entre nosotros prejui­cios de siglos, ya consagrados por el medio? Hé aquí precisamente el empeño generoso de los que tal obra y tan adusta elaboración procuran. Esta grata confianza nos la proporcionan diaria­mente los rasgo de vehemente personalismo, de por­tentosa actividad, de actitudes peculiares y virile . Su- I poncos un espiritu de tendencias natales bravías y nada ensoñadoras; un e~p{ritu donde el vi~or tumul­tuoso es un tremer contlOuo y una exaltación singu­lar; un espíritu calentado al ro,jo por la crudeza me­cánica de la más intensa disciphna pasiona l, muscu­lal' y entimental... .. más que tod o, sentimental' hé ahí el famoso ejemplar, con cuya unidad cuenta el Ejército para u recon trucción. Un arte ele guerra académico, tras un baño de rica fuerza germánica, tiene-lucida representación en todas partes. Por tal razón entre no otros figura como objetivo de afectuosas consideraciones, la infatigable Misión. Habrá quienes no consienten todavía en que se pre are al Ejército de modo airoso'y mesurado para las luchas del porvenir.ISi bien el vaho purifica­dor parece rodearnos, no está oe má avaluar vedu­car la fuerza de resistenda futura; esto es además muy hermo 0, dado que la nota alegre y marcial, en­tra bien en el concierto de una vida urbana y sen­cilla como la D uéstra. En cuanto á pensar que el mismo pais puriiese, con un poderoso influjo de restauración, erigir el Ejér<:;ito en forma abia y definitiva, sin concurso acreditado de fuéra, no pasa de ser un exce ivo pudor de los ilnsorios. Hay una aspiración unánime de realizar combinaciones salvadoras, y no hay por qué interrumpir su cur o con patriotismos desmesurados ... Ocho meses de faena lleva la Escuela 1ilitar, y al cabo do ellos presenta, á más de una selección de Oficiales instructores, las maniobras de que el público fue testigo en el Campo de Minerva, que bien pudo haberlo cedido á Marle en aquellos dí as. E lo fue una especie de primera sa lida al terreno hbre, donde se ofrecían mayores ventajas de comodidad y soltura, experimentacione actuales, y die tros manejo que sólo el campo va tí imo proporciona. Era ademá<; muy necesario, tras la invocación apenas cIau tral de los difíciles ejercicio y formaciones y de la travíe as gimnasias elementales. Bastantes elogio- hubieron de bordar e al rede­dor del campamento de cadetes, y más de un cronista curio o comentó los mi. terios de la técnica campal, con imprudencias muy doctas y muy digna de per­dón por parle del público, que no sabe lo que hace. Y ya que de croni tas se trata, haremos la postr~r c?n­sideración, que bien lo val~ e e afecto y admlra~ló.n fervorosa con que tantos lírlCos se mo,traron deCIdI­dos partidarios y devotos patrióticos del problem.a militar. Esto favorece en mucho la obra de germaOl­zación, que preci amente trata de ar.raigar. en to~os nosotros un de vío muy saludable haCia la dlva~ac~ón nebulosa y el tormento intelectual que nos alllqUlla. La voz de alarma la dio, no hace mucho, desde u lejano bllreau, un diplomático austerQ, y hoy sr. tra­ta de llevar á la práctica este valioso impul. o de abo­minación por la lírica. Colombia, robus~e~]?a y gue­rrera. uniendo sus labio á la ubre CIYI!Jzada, no necesita ya de las vieja melodías y los estert?re. ro­mánticos. Y es porque la estrofa acerada y lUCIente de los pelotones-dice el Kaiser-y el :itmo de los ~ta­bales, bastan para el poema de glOrIa en una nac~ón. (E to no impide, como comprendéis, que el 1 alser huhiese tenido un abuelo que amaba á vy agner y á los cisne ); pero en el alma de la época reSIde un ger­men de revolución inapelable, y es por esto por lo que la suprema voz diplomática, ha des~ncadenado .la tor­menta sobre voso tros, que os halláiS desprevenIdo y dispersos, nobles líricos! G. M. T. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 210 BOGOT.A ¡~USTRADO -- - ._---------- El Excmo. Sr. P¡'esidente sigue el cur o del combate -(InsLan tánca de Pedro A. Pedraza) ~{ ~::-:::::===:::::::::::=:::::====-=-=:::-:::=::::===::=::==26:;::::::::;;~;;:::::~~3r==:==::===::==.;:;.::::=:::===::::====::===-::::====::===::::=~ La labor militar de lo Sres. Capitane Ahuma· da y Guillén, de la Mi ión chilena, cuyo retrato pu­blicamcs en número anterior, cada día hace entir su acción en nuestro Ejército, y ahora acaba de mo trár­senos por manera objetiva é intere ant~ con la faena de campafía de la Escuela Militar, adelante de Villa ona, la residencia pre ¡dencial en Chapinero, y por último con las maniobra que el miércole 5 de Febre­ro pusieron fin á tal campaña, imulando una reñida batalla entre los cadete. de una parte, y de otra 01- dado del Ejército regular. De la E cuela. u labor educadora acaba de clarno una Plumadas 1 poe­ta Manrique Terán, que ha col ad su lira mientra viste 1 uniforme de soldado. El campo de batalla, muy bien e c O'id , poca cuadra adelante del que ocuparon los cadete con sus toldas, es un primoro'lo rincón de n u tea pin to­resca babana. Partido de sur á norte p r la carret'ra qUé sigue el Puente del omúo, ti ne al riente las primera.s arrugas, como uaves olina, de I s alto cerros que por este lado limitan la Jilatada llanura, -que se prolonga al occidente ha ta morir lejo , muy lejo , más allá de Facatativá, inl rrumpida en su cen­tro por la punta de Suba, que alll e e fuma y de - aparece, y bordeada al sur y al occidente por las le-janas ierra de la cordi llera que coronan las níveas cumbre del Ruiz y del Tolima. Sobre la carretera, así como en las colinas de l-e derecha ó á su pie, hacia la izquierda, al comenzar la abana, hormigueaba numero a concurrencia que de Bogotá y de Chapinero y de Usaquén se había dado cita allí para gozar de la animada fies ta, embellecida por la hermo ura del paisaje todo y la placidez prima­veral de la tarde. Difícil recordar ahora los nombres de toda la gente que á pie llenaba las cercanías de la carretera y á caballo ó en coche, ocupaba ésta por do ó tre cuadra de u de arrollo, moviéndose en pintore co remolino como fantástica figuras, de in­men o I aleido copio; pero ya que no podemos recor­darlos todos, con ignaremos á Jo menos, como ligera mue tra de la legante reunión, que e pontáneamente quiso acompañar e a tarde el Jefe de la Nación, los de aquella per ona que por u elevada po ición ofi­cia l, ó por haberla tenido má de cerca, no no seria dado 01 vidar. A la izqui rda, n grupo .varios que animaban el v~rdc de la colina con lo Visto o colores de sus traje y sombrilla elegante damas y hermosas mu­chacha de las familias que veranean ó viven en Cha­pinero, como la ras. de Williamson, de Flórez, de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. B0GOTA ILUSTRADO 2 II Brigard, de Orrantia, de Pérez Rincón, de Uribe, de MartÍnez Aparicio, de Mac Allister, y las Sritas. Azas "Terán, Uricoecheas, Mac Allister, Pizanos, Ibáñez, ,Pon ces, l3arberis, Araújos, Pérez, Oramas. Amalia Reyes; al Sr. Gen~ral Manuel M. Sanclemen­te con su familia; á los Sres. Encargados de Negocios de Chil~ ~. del Brasil con las Sras. de l\odrlgucz y da Sil va; al Sr. Ministro español con la Sra. de Carrere .~~=~~===~~~=~==~:=~~===~~==~===~~~=:~~=~~===~~==~~=~~==~=====~~==;~~~ y sus níDas; al S~ Min~~oam~ )) IL rica no con la Sra. Dawson; al Sr. General Andrade, Ministro del Ecuador y su seDora; ~ los Sres. Ministros de Italia, de Ing laterra y de Alemania ; á los Sres. Minis­tros lJ ~ Relaciones Exteriores, Ge­ner al V ásqu ez Cobo, de Hacienda y Tesoro, Dr. Valenzuela, y de In trucción Pública, Dr. Riva ... Grool; á los Sres. Subsecretarios de Helaciones Exteriores, Dr. rru­tia con D. Carlos Rodríguez Mal- Maniobras del 5 de Febrero - Líoea de espectAdores - In stantánea del Sr. Ul piaoo A. donado, Adjunto al Ministerio; de Valenzucla de Guerra, D. Climaco Losada con su distinguida familia; de En el centro de la carretera, dominándolo todo Hacienda, Dr. Sanín Cano; del Tesoro, Dr. Ossa; -con la mirada de águila que tantos campos de bata- de Gobierno, Dr. Luciano Herrera, y de Obras Pú- Ila ha recogido en su retina, el Sr. General Reyes, de blicas, Dr. Restrepo Mejía; al Sr. General Pedraza, pie en su coche, con el Sr. Delegado Apostólico, Mon- Jefe de la Gendarmería y al segundo Jefe, General -señor .Ragonesi y el r. Cura de Chapinero, Dr. An- Obando con su familia; al Gobernador del Distrito .gel, á sus lados; el Sr. General ~uan B. Tobar, parado Capital, D. Alvaro Uribe, á caballo, con dos de sus en el estribo de la izquierda, perdida la mirada en la' niños; los Generales Edmundo Cervanles, que nos línea de cadetes, complaciéndose de fijo al ver exalta- ilustró con sus datos técnicos en lo más recio del com-da entre ellos, con la faena del día, rr== === ==== ==~= ==== === ==== ==== === :: )) la noble id~a del honor militar, que ~ ¡:-. _ ________ _ _ _ ___ ~---- IL 'ha de saCI ¡ficarlo todo por la Pa- ~ tria; al pie, con otras distinguidas personalidades políticas, los Sres. 'Generales de Angulo, l\1inistro de Gobierno; de Castro, antiguo Mi­nistro de Guerra, Viveros y Castro Uricoechea, Jefe de Estado Mayor ·General; Dr. Torres Elicechea, Se­cretario General de la Presidencia y Dr. Manotas, Ministro de Obras Pú­blicas y Fomento, siguiendo el com­bate con gran alención y departien­-< lo seguramente sobre sus varias peripecias. Nuestro grabado, toma- Maniobras :lel 5 de Febrero--Fila de coches-Instantánea del Sr. Ulpiano A. de Valenzuela do de instantánea del Sr. General Pedro A. Pedra­.. za, en momento distinto del que nosotros de cribi­mos, muestra al Sr. General Reyes, en su coche, con 'un niño de D. Julio D. Mallarino á su izquierda, y á su derecha Monseñor Ragonesi, el Dr. Angel, Cura de 'Chapinero, y D. Daniel Holguín, y deLrás, el Sr. Ul­piano A. de Valenzuela ; al pie, con otros caballeros, --el General de Castro, y Juégo, hacia la izquierda del grupo, derecha del lector, el poeta Carlos Villafañ e. bate; Roberto Quijano, Auditor de Guerra; Vergara y Velasco, Director del Boletín Milllar, en donde pu­blicará seguramente el parte detallado de la batalla, y Joaquín Caicedo Albán, Secretario general del Cau­ca; D. Julio PorLocarrero, Secretario del Distrito Ca­pital; el Secretario de la Legación del Ecuador y la Sra. de la Torre de Orrantia ; D. Manuel J osé Guz­mán, Director de Correos y Telégrafos; D. Julio D. Mallarino, D. Salomón F. l(oppel, Gerente del Banco ~~=::~=_=.====~~=_~=~=~=~:===~_=~~~~=~~~=~:===~~=~=====~~:~~=:~~=~~=:~~=:=::=~~deBogo~ ; D. Carl os F. ~hil d y j) Il. su señor a, D. Juan A. Gerlew, D. ; . '?:;'''''''''--'.''-'~~-'-''-- , l\~ Demetrio Salamanca, D. Luis CaL derón T., D. Arturo Quipno, Di­rector de El Porvenir, con su se­ñora madre y su hermana, la Sra. Bateman ; Dr. Guillermo Gómez y Maniobras del 5 de Febrero - Fila de coche - Instan tánea del Sr. Rafael Roldán u señ ora ; D. Guillermo Gonzá­lez y ei'ío ra, y muchas otras da­ma y señoritas, entre la cuales la Sra. Calderón de l\lárquez y su señorita hermana Lucila; la Sra. Rizo de Martín, la ra. Vega e Bónitto, la familia ~enz, la . Sritas. En otros coches recordamos haber vi to al Sr. -Florentino Calderón con la Sra. María R eyes de Cár­, denas; á los Sres. Ulpiano Valenzuela y Daniel Hol­. gufa con sus respectivas esposas, las Sras. ofia y Mutis, ega y muchas má cuyo nombre no rete­nemos por más que hayamos querido recordarlo. La batalla proyectada nebía suponerse peleada entre fuerzas contrarias, cuyos cuarteles generales es- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 212 BOGOTA ILUSTRADO taban respectivamente en Hohda, digamos, y en Bo­gotá; las de aquí, ó sea la División Bogotá, del Ejér­cito Nacional , marchan hacia Honda por Facatati­vá, en donde es tuvieron el lunes 3, ViJ1eta y Guaduas, estableciendo como línea de etapas la misma de ope­racione, y dejando la capita l poco menos que des­guarnecida; las tuerza contraria, apercibida de esta mar ha, e proponen cortar la lin ea de etapa!' de la Divi ión Bogotá, y envian al efecto, por el Alu, fag­da] f'na á tomar la vía de Cambao á Albán, un desta­camento ligero, compuesto de las tres armas, que llega felizmente á Facatativá el marte 4 por la tarde, con io-uiendo el objeto deseado, ó sea interponerse en­t re Bogotá y el Ejército Nacional. En esla situación, las autoridad e de la capital organizan fuerzas para defender en ca o de ser atacada, y las fuerzas ene­miga, sabiendo la ven taja alcanzadas con su rapida march::!, alen de Facatativá en la madrugada del miércole 6, por Tenjo, Chia y Puente del Común av:mzan " (lcÍa la ci udad y llegan ha. ta la Calleja, en la línea del Ferrocarril del orte, .en momento en que la. fuerza oe Bogotá. que han alid o á su encuen­tro, toma n po. icione adelan te de Cha pinero T e pe­ran á la ot'fen iva. E. las do ' líllt'HS de comhate, la de Honda, dio-amo, que e x liende de la Calleja hacia el Oriente, bu ca ndo la carretera, y la de Boo-otá, que apoyada por tre pieza de artillerfa á u derecha, e exliende hacia el Occidente, enfrentándo ele á la línea contraria, limitan el campo de batalla en lo momen ­tos en que e rompen lo fuegos del simulacro pro 'ec­lad o. La fuerza de Hnnda-Io ca dete y soldado del BatalMn Modelo-al mando del Capitán huma­da, avanzan ganando terreno palmo á palmo, aco tán­do e á cada di paro para presentar meno blanco al enemio-o y recogi ndo en lo d lado de un ángu· lo con el propó iLO de atacar de flanco con n ala de­recha 1 ala izquierda de las fuerza contrarias; é­tas, la Baleria JrJodelo ,T parte del Batalldn ¡? de Ar-tillerla, al mando del Capitán l1illén, hac n en u po icione uoa re i tencia tenaz .' bi n dirigida, ap - yada por el cañoneo d u a rtill ::! ria. E. to. e fuerzo on inútile, l enemigo avanza, apa a on. \l ala iz­quierda los fuego el la ar till ería con u ala der - cha completa ~ lizm nte el movimiento pro. ectado pone n derrota las fuerza de Bo otá, qu lo ade­tes per iguen ha la adelante de us primiti as po. i­clOne. Dos largas hora., de improba fatiga y dura fae­na para lo combatí nte, tardó en de arrollar e el brillante plan de batalla acordado por el J fe de la ación, eneralf imo del Ejército colombiano, ran ya má de las cinco de la tard cuando l a ltán Ahumada, vivam ote emocionado, se ac rcó al ral 1 eyes y le informó que u órdenes habían puntualmente cumplida. -Lo combati nte , dijo, han 11 nado n d ber. - JIa ta para soportar I derrota, agr ó on-riendo el apitán uilJén, J fe de la fu rzas arro ll a-das por Jos vencedores. -La fata lidad, dijo amablemen te I r. Pr iden­t , la fatalidad, pero ahora altam nte h0nrosa, pu s en las jJutalIas el ]a paz, y ojalá ean la únicas qu volvamos á ver, la doria reparl por igua l u laur­les cntre vencedorcs y vencidos. Luégo f licitó á 'Jos, res. apitan 's de la Mi ión chíl 0'1 por l ~xito de sus labores ,lllranl I hr v ti mpo de su p 'rman 'ncia ('n Bogotá, dio la , iial del l'egreso á la ciudad, r v lando en toda, sus pala­hras y en todos sus aetos la satj facción que]o m­hurgaba nI ver]' alizados sus afan s n bi n el nues- I ro jército, ({U d hoy mús pucd onlar ntr' lo m jor di ciphnados y ma . abnegado. de los ,'uram - Ticanos. Quiera Dios que así se realicen siempre todas­las obraS de progr'eso que ha inici'ado en el país el Sr. General Reyes, á quien enviamos sinceras felicitacio­nes por la batalla de la paz que á'grandes rasgos aca­bamos de recordar. ,.. .;,:. ~. Bien sabíamos que en ella todo era un simple si­mulacro, y sin embargo sentíamos el entusiasmo de la guerra al ver de vanecerse el humo de los disparos, al oír los sones marciales de las Bandas militares y al sentir perderse en las fragosidades del monte los ecos del tiroteo, la voces solemnes de los cañones .... En verdad que el Irombre nació para combatir y grande y patriótico f'S el esfuerzo de los que como el Presidente de Colombia, lu chan diariamente por la paz y la concordia nacional. ~ NTECEDEr TE SOBRE EL PROBLE;\IA T.\CTICO OESARROLLADO EL DíA 5 DE FEBRERO DE 1908, AL ORTE DE CHAPINERO, POR LA E CUELA MILITAR Y I I TROPAS DE LA GUARNlC!O:O< OE BOGOTA (Da lOS de la /¡fisión lIfiltlor Chilena) IDEA GEl ERAL-r). Con~iderable nümero qe tro­pas enemiga e encuentran en Honda y alrededores. 2). La D¡'visidn B ogotá del Ej ército aClOnal marcha­rá. á imped ir e ta co ncentración y á rechazar al ene­mlO'O. ITUACIÓ T E TRATÉGlC A. DE LO ,1EFP.S BJ<.:LIGEKANTE . A. Jefe de la ., DiVlsidn B ogotá" piensa: fi impor­tante mi ión exige un cumplimiento rápido. Para su m Jor de empeño debo elegir la linea d' operaciones más corta para atacar a l enemI ':"O ante que realice su concen tración. La carta topoo-ráfica mililar me indica que ta línea e la que pa a por Facatativá, illeLa' Guadua , y resuelve: E1eo-ir dicha línea de operacio-- Ln Ivt i ión ¡ilitar Chi'ena, l .npitán humada el Capitán uillén 11 caballo. En medio de ello, á pi e, cl Coronel Ale­jandro Posada. lo pectol' d la E cu In,. en el fondo, el 'clllUpmnen to d nelel I cn Jllinerva. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILU STRADO 21 3 -ehos no hay facilidad que le lleguen á la División por -otra vía que la mencionada; ,Iuégo, en resumen, es posible que é ta sea su Hnea de Etapas. Por otra par­te, ieodo la más directa entre Bogotá y Honda~ será su linea natural de comunicacione con la retaguardia, y resuelve: Interrumpir la línea de Etapas de la Divi­- sión enemiga para que no reciba refuerzos; cor tarles las comunicacione co n u Base; esperarla en su avan­ce ofen ivo y á su vez, con oportunidad, tomar la de­fensiva y batirla aisladamente. SITUACIÓN PARTICULAR DE LAS FUERZAS- r ). Un -destacamento ligero enemigo, compuesto de las tres armas, párte desde Honda por via Alto Magdalena, ~amino Cambao, Facatativá, con la misión de aislar á la División Bogotá. 2). Al oonocerse esta noticia organizase en la ca­pital un destacamento de mi licias nacionales, compues­to de la tres armas, y se le d~ el cometido dt mante­ner expedita la línea de Etapas de la División Bogotá. AN,(L1SIS DE LA ITUACIÓN PARTICULAR y R ESOLUCIO ' ES A. Jefe del destacamento de milicias nacionales 'piensa: El destacamento enemigo, á juzgar por las jor­nadas de marcha existentes entre Honda y Facatativá ~Iegará á este último punto el día 4 del presente, colo~ cándose ahí en la línea de Etapas de la División é inte­rrumpiéndola. ¿ En qué forma cumpliré mejor mi come­tido para despejar la línea de Etapas? Si tomo la ofensi­va y logro rechazarlo, evidentemente que no se retirará por el camino que trajo, sino por el que lleva la Divi ión. En este caso no lo alejaré de la línea de Etapas y ade­más cooperaré á que no sólo la intercepte ino que moleste la retaguardia de la División. Por fin ésta que­dará entre dos fuegos f;uando llegue á chocar contra el grueso enemigo en Honda J' alredp.dores; fuera de .que el caso mismo de rf'chazar el destacamento enemi­go por medio de una ofensiva de mi parte es proble­mático, pues mis fuerzas son constituidas por milicias y cuentan ólo con reg ular armamento. No hay duda -que en e ta forma no cumplo c{)n mi mi ión. Si tomo la defensiva gano tiempo para preparar mejor el en­cuentro con el enemigo y para recibir refuerzos de de Bogotá. Pero, ¿ dónde tomar la defensi va de manera -que me sea ventajosa tácticamente y que al mismo tiem po me permita cum plir, a u n cuan d0 sea en parte, con mi cometido estratégic()? Debo elegir un punto en que el terreno me proporcione po iciones fuertes y desde donde atraer al enemigo, haciéndolo retirar e de sobre la línea de Etapas de la División en que se en­cuentra; y en consecuencia, despué de estudiar la carta topográfica militar, resuelve: El destacamento de milicias nacionales tomará posiciones defen i vas al norte de Chapinero, donde esperará el ataque del ene­migo, tratando de atraerlo por medio de reconoci­mien tos en fuerza ó de ataques parciales. B. J~fe del Departamento enemigo piensa: Ha ta hoy {~ de Febrero he cumplido mi misión de impedir la línea de Etapas y de comunicaciones de la Divi ión Bogotá. ¿ Puedo continuar en esta situación? Fuerzas enemigas marchan hoy desde Bogotá hacia Chapinero, al norte de donde según noticias pa arán la noche. ¿Qué intenciones debo suponer al enemigo? Si fueran ofensivas, se dirIgiría hacia donde yo me encuen tro. Si son simplemente defensivas debe permanecer el tiempo que quiera en las posiciones que elija. ¿ Es posible un ataque suyo por el norte tratando de si­tuarse entre la División y mi destacamen to ? Actual· mente no es posible, por ser tropas recién organizadas de milicias nacionales, y para emprender tal operación necesitarían constituirse en mejores condiciones. Pero ,por otra parle, durante la permanencia en su po icio-nes defcnsi vas se constituirá y reforzará, y llegará el caso en que, superándo.me en n,ímero, por Jo menos> pueda ~foctuar la operacIón por el nort~, y aun dirigir­se á mis e palda, y cortarme la l(nea lHltural de reti­rada hacia Honda. En es tas circunstancias no sólo tendré que abandonar ml cometido sino que ver ex­puesta la situación de mi destacamento. En resumen la presencia de dichas milicias na cionales al norte d; Chapinero, requiere adop ión de medidas inmediatas y decisi vas, y en conse uencia, resllelve: lIabiendo el enemigo tomado definitivamente posiciones defensivas en el punto mencionado, mi destacamento emprende­rá la ofensi va, y después de ponerlo fuera de combate regresará á Facatativá en espera de acontecimientos: DESARROLLO y SOLUCIÓN DEL PROBLE~rA 'fÁCTICO, LOS YA CONOCIDOS RESULTADOS: . I. o ~l ~estacamen t? ~nemigo derrotó al de mili­CIa , consIgUIendo. u obJellvo táctico. . . 2. 0 El de.stacam~nto de milicias consiguió su ob­Je. tlvo estratégIco oblIgando al enemigo á dejar expe­dIta, aunque temporalmente, la Hnea de Etapas de la División Bogotá. Febrero 8 de J 908. ~©~ El crucero (( '"Pinz:6n " De las múltiples fases de la labor de reconstruc­ción, que tantos aplausos ha merecido de cuantos hemos confiado en la buena voluntad del Gobierno para llevarla á cabo, ninguna más simpática para nos­otros que la relacionada con el Ejército y su reorgani­zación. De aquí el empeño que hemos puesto en exal­tar el trabajo de la Misión Chilena, mostrando los re­sultados ya alcanzados, y el placer con que puhlica­mos hoy el personal del crucero Pin.zón, á cuyo valor y constancia se debe la salvación del barco ('n reciente temporal, que lo pu o en grave rie go de sucumbir, seaún lo informa su Comandante, D. Euclide de An­gulo B., al Coronel Jefe del crucero Cartagena, D. Daniel Angulo, hijos los dos del Sr. General de An­g ulo, ex-Ministro de Gobierno, y muy cumplidos caba­lIerlJ y abnegados servidores público, que repre en­tan en las ori llas del Atlántico, á la gentes del inle­rior, que ya abalen bo qne para darle á la ao-r icul­tura nuevas tierras de cul tivo, ó ya dominan la ola para servirse de ellas como vehíc~lo eficaz ele nue tro progreso. La relación lel Comandanle del cI' ucero Pinzón, acerca de los peli.O'ros corrido por u barco, es é ta: " ....... El 6 del pasado mes por la mañana, recibí orden de ali tal' á la mayor brevedad y eguir á Santa Marta; procedí en con ecuencia y ali á las 7! de la noche. Desde que salimos de Bocachica pudimos ob­servar que el mar estaba muy aaitaoo y que conf\)rme adelantábamos, la brisa arreciaba. Como á la 2 de la mañana sufrimos dos maretazos, que el piloto a egura ser los más violentos que haya entido; acaba de pa­sar e lo, cuando ube el Ingpniero .Y me com unica que las bombas ya no podían achicar el arrua que entraba al buque, debido á la gran cantidad de carbón que ha­bía oostruído lo tubo y que ela nece arto derivar inmpdiatamente; a í lo ol'dené y se hizo, pero \a era tarde, porque el aO'ua que entraba ha ta lac:; calrleras llegó á lo horno .Y con lo golpe del mar lo apagó. No valieron los esfuerzos inaudito de lo fogonero, especialmente d~ cuatro: l\Ia an, Varga, l adrid y otro, quienes, quemándose la píel'1la COIl el agua ca­liente, trataban de ostener el fuego, siendo todo in- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • 21 4 BOCOTA ILUSTRADO útil, de manera que á las 5t estábamos á merced del otro tres. de modo que á las 4 p. m. ya teníamoS' viento y de )a mar. presión. ' " Todo esto ocurría á la altura de Puerto Colom- "El Capitán ha dado muestras de su saber en hia corriendo inminente riesgo de zozobrar e n el mo- varias oca iones, y sobre todo en ésta, en que cumplió-me~ to de derivar, porque sólo ~~bía 30 libras de pre- su deber como todo un hombre de honor, Slfi afanarse, siÓn. Las extraordinarIas condICIO nes del buque nos y con una sangre fría llegada á la exageración. alvaron de unq catá trofeo H A las 7t divisámos el faro de Santo Domingo,. "Se puso proa á Cartagena, pero como nosotros no de modo que la corriente nos arrojó desde la altura de podíamos hacer nada, la corriente e encarg('l de Jle- Puerto Colombia, á 65 millas al Sur de Cartagena,. varnos al Patio de los Infiernos. Usted que conoce y habiendo pasado á unas 20 de distancia de Punta que ha pasado iguales angu tias en estos mares, po- Canoa, que la avistámos el 7 por la tarde. drá juzgar lo que nos ucedía. "Las causas de la IntlOdación fueron: las tapas " eO'ún el decir de In viejos marinos, luchábamos de las carboneras que como no tienen tornillos de pre-on un tiempo excepcional, y como desde las 5 eslába- sión, eran ocho conductos de agua, y seis lumbreras mos al garete y el mar el viento eran terribles, en- rotas por los golpe de mar, que mientras e condena- ~ @/,:;')~@ ~ ban eran unos verdaderos ríos, por ~ ~ Br@"8'iIc=====c::====== ~ las escotillas, las puertas de la cal-dera y máquina, en fin, por todas partes, á cada bandazo que dnba e~ buque. " "IIablarle de la conducta de Franco (pi loto), y Changale, es in­útil, porque e o hombrp, era n unos héroe ' ; el primero por poco muere de pedazado p or el eje del h élice ::ll arreglar la bomba que e había de co nectado. Los ingenieros cum­plieron con su deber, y merecen e pecial mención; en fin, cuál má cuál meno, todo merecen]a apro­bación de su cond ucta. Creo con­veniente hablar con el Excmo. Sr. Pre idente y con el r. Mini tro de Gu rra para ver si e po ible concederl una recompen a á lo de la I ripulación, que no solamente no han al ado, ino que han al-ado I buque d un naufr::lgio se· guro. p & I\ ,O AI. OELcJ\u clmof'in !:ó n : Comandaote, ol'on I Eu clid d e Ao g ul o( , ); D. Pahlo E. L o'ada, ('guodo omuod a otc, (2); npitó'n lIáutico, AnO' é liqu c (3) ; Hero a o n ag ot (4), primer In reoi ro ; Tom ó' Becerra (5), Contador ; ' arg-eolo J\l ayor, Poli ­doro Lo ndoño (6), artillero ; T odoro Franco (7), Piloto; Pedro Lui ' ó,nchez (8), Ay udonte d I Contador. "Parlic ularrn nte he le antado una u cnpeión ntre lo . oficiale d ábordo, eneabezándola con 5,000, y e pero reunir unos $ 120,000, pero e o no e uficiente, por er much", lo tripulante enlre quie· nes debe repartir ." traba a rua de un modo alarmanl', no teniendo para ac hi car ino una bomba d mano,/ unos po o balde, porqu las olras bomba taban InúLile p r la razón ante dichA. El 7 P r la noche ubió I a ua d tal modo qu al piloto, Teodoro Franco, cuando bajó al tún lidio al p ec ho: la lumbr ra d popa slab n bajo I agua ; pn fin, d pu d un trabnj on tant dura nte tod I dla, n é d dónde acámo fu rza para afrontar peJi g r lan inmin nl eguir traba- 'a nd o pa r a lu har onlra la mn rt qu no P'- rab a. " En tan critico mom n t , m 'an ta Madre y unl á la d ableme nte n al ó . rd t d nu tra ria. E o indu- " Se di ron la 6rd n d l ca , p ro on la de­b id a res 'rva, para a li tar Ja la nc ha y no pu imo á tra b ajar los dos Com ndant s y 1 s demá flcial' , par a d es' modo pod r infundil' á nim á la tripula· ción , ya co n ,1 j 'mplo, ya on la paJ ubra, lc. lIa , pcci al m nc ión dl'l 2.° omo ndant " r. Pablo E. L - Ha d a, e¡ uic n 'st uvo (t lu ult ura d ' S H el bel'. "ji. laH R a. m. del dla 8 lográ mo CJu I agua ern p '1.Bra á dÍ!i minuíl', á In 10 a. m, a U11Ilu ' con mucha toua fa u ' olro del dcpurla m pnt d l a ald­rn} • pudiero n pr 'nder trI' horo s, a l m di uía ada dicl! el í, que la mode tia no e lo permi-tia, el r. omandante de Angulo, p ro á la vi la al­ta cuánto digna e de lo io u heroica condllcta en aquello ~ciago m m nlo . La patria agradecida a­brá pr mIar u conducta y la d u compañero, y ya que no otro homenaj p demo rendirle no otr ' ,. d ja~o lampado aquí e l r trato de nue tro amigo Eucltd (1) y el d u compañero de faena, entre I cual t nemo lo nombr de D. Pablo E. Lo a­da (2), gundo omandante; del Capitán náutico An liqu (3); de H rnán Ra ot (4), primer In renie­ro; de Tomá Bec rra (5), ontador' del arO'ento Mayor, 1 olidoro Lond ño (6), artillero; de T odor Franco (7), Piloto, de Pedr Luí • ánchez () u-dant del ontador. A todo lo cuale, a {como á lo otro inco marino, 11 o nombre en iamo sinc ra f>licitacione. a io loado por ha b l' n rvad In ida d abne a lo. iucla-d a n os . El Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO 21 5 cid~d de doée nUdo~, desalojan~() 308 ton~ladas ; está dotado de luz eléctrica, con dinamos de ciento cin­( menta amp~res y motor de o~ho caballos, y con dos caftones Dnggs y dos Hotchklss, de cincuenta y siete centímetros, de tIro rápido. ' 'Pante6n . Dos me es largos ha durarlo en suspenso nuestra hOJa, por causas absolutamente independientes de n.uestra voJu.otad, y durante este largo espacio de tIempo han sIdo muchas las personas estimables por uno ú o~ro titulo, que han desaparecido del número de los VIVOS. De entre elle s, y ya que sería imposible recordarlas á todas, nos limitaremos á citar los nom­bres, previo nueslro respetuoso pésame á sus deudos de los niños Leonor ~aro Zaldúa, Isabel Leytón M. y Alfredo . Noguera Dá vda, que se fueron con la aurora de la vIda, lJen~n?o de Incomparable desolación el hogar de sus afligidos padres: de las Sritas. Matil­de Obregón é Irene Ruiz ; de las Sras. Clara Calvo de ' Márquez, Dorila Amador de León Gómez, Ana ViI/a­veces de Castellanos y Merc~des V. de Medina,y de los Sres. Ramón Salgar A., LUIS Maria Peña L. Alfredo Lleras A., ~einric h Schimrner, Fernando :Angulo V. y José Dormngo Ospina Camacho todos hombres de trabajo y servidores útiles del país; ya en una forma ya en o~ra. De los dos .últimos publicamos los retrato~ con rápIdos bocetos bIOgráficos de Guillermo Cama­cho, á quien con esta ocasión juzga adelante uno de ~uestros .colaboradores, y de Manuel CastelIo, compa­nero del Joven Angulo en Cartagena, y menos feliz que él en el amurallado recinto de la Heroica. R EG. JosÉ DOMINGO OSPINA CAMACHO Con el Dr. José Domingo Ospina desaparece una figura sobresalien te del partido conservadllr al cual sirvió el finado con desinterés y eficacia. E~a de los últim?s vestigios de una época de sinceridad, de entusiasmos polHicos, época que principia á 01 idarse y de que sólo quedan y'J. unas pocas individualidades vencidas por la ed~d y aun miradas con desvío por las nuev~s .ge ne:a clO.nes, que parecen dominl'ldas por un agnohcIsmo inqUietante. Usando de una melancólica expresión de Albert Vandal, podría decirse que el Dr. Ospina se había encerrado, años hacía, " en el mausoleo de sus recuer­dos y de sus pesares." ¿ Era un vencido? Más bien quizá un .desengañado q~e venía presenciando, enfer­mo y olVIdado, el paulatIno desconcierto de las filas conservadoras, á cuyo predominio él había consagrado anteriormente las pulsaciones de su vida. No ocupó el Dr. Ospina la primera Magistratura del Estado, pero llegó á conquistH, dentro del Go­bierno, considerabl es influencias y á desempeñar todo género de cargos. No le faltó ser nada oficialmente. En épocas de agitación electoral ó cuando se perturbaba el orden ó la oposición se ostentaba ame­nazante, él era, en esos casos, el cen tro de un reducido aunque vigoroso y resistente grupo. Por sus ideas y antecedentes, por su manera peculiar de resolver las dificultades del GobIern o, tanto por sus cualidades como por sus mismos defectos, inspiró una confianza absoluta á sus amigos, que siempre lo fueron, política­mente, los más recaJcilrantes. ~o n todo eso, no fue un jefe de fila, un conductor políl1co: era demasiado indúctil no tenía vértebras ni aquel ~río del pensamiento c~n que se da impulso á los. p'artldos; le faltó, sin duda, el estimulo de la ambIcIón, que reconcilia los extremos. . á J No fue un propaga ndista, un director espiritual a .manera de Carlos Martínez Silva, porque no er b escntor como Martlnez, ni deflcolló tampoco en la tri­una. ~o ~ue 10 q?e se ha llamado entre nosotros una conClenCla polttLCa, como Francisco Eustaquio Alva­rez, ~omo José Eusebio Caro, pues en muy ~raves ocas!ones !intepuso momentáneas conveniencias de partIdo a l mterés permanente de las ideas. El Dr. Ospioa ¿ qué fue entonces? Un hombre honrado. Y, hablando polí ticamente, un hombre de parti­do, b~talIador y firme, de indisputable energía para a~umlr ~oda la r esponsabil idad y el peso de una si tua­clón . del!cad.a. Tenía suma exped ición en el despacho 1I experIencIa política. r ,~~, :.. (; '.~ ,.1 .' ' , .. .. ~ t Dr. José Domingo Ospina Camacbo Pertent'CÍa á la estirpe de los g randes autorita­rios, á la de los que lo son por convicción y por tem­peramen to. Formado en otra escuela, habría sido un republicano de una sola pieza. Pero él creía en la efi­cacia educadora de la fu erza, como otros creen en la eficacia educadora de la libertad. Lo cierto es que en el ejercicio del Gobierno no tuvo empachos de legali­dad aunque fue un civilista consumado en el sentido clásico de la palabra ; su conducta parecía inspirada en la máxima de Narváez, el Ministro de Isabel II : (C quien manda, manda." No aceptaba fórmulas de compromiso, estaba organizado para la resistencia. No fue, pues, un espíritu tolerante y moderno, que desconfiara de sus propias ideas. Un gran antIcuado! Clasificado dentro de los moldes en que ha cris­talizado el pensamiento político de los colombianos, nos parece á nosotros que era un descendiente legítimo de aquella falange boliviana que en 1830, con Urda­neta á la cabeza, capituló en Juntas de Apulo. Quizá más propiamente que de lo boli vianos descendía de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 216 BOGOTA ILUSTRADO 1a fracción conservGdora que en 1849 lanzó la candi­datura presidencial del Dr. Gori, "fracción ad.versa a l espíritu de reforma y convencida--esdi ben los bió­grafos de Rufino Cuervo-de que para gohernar no se necesita otra cosa que firmeza y honradez n (1). Para el Dr. Ospina la fuente del porler político emanaba del principio de autoridad, entendido éste d e una manera empírica, arrog ante, nada conforme con la noción de los derechos del hombre. Y así lo demos­tró en circunstancias de su vida pública que aq uí no 'Seda o portuno recordar. Tenía el Dr. Ospina expresió n muy severa en la fisonomía, que acusaba á primer g olpe de vista un -espíritu reñido con los encantos de l a vida. No era l a suya una fi onomia sonrien te. Pero dentro de esa amarga corteza guardaba muy só lidas virtudes . Moral­mente era un ca nto macizo. Parece que en los últimos años h abía modificado bastan te su criterio: su ac titud como Ministro de -Guerra, bajo la Administración Marroquín, fue más bien conciliadora. Diríase que el viejo conservador ultra. a comenzaba á palpar la ineficacia de l a fuerza ,para fundar cosas durables y á ver por encima de s us propias arraigadas opi niones las enseñanzas de l a vida. No ha llegado todavía la hora de apreciar en su detalle la carrera pública del Dr. O pina, pero esa -carrera en su conjunto, deja una fuerte ímpre ión de honradez y de sin ceridad. En su man era de co mpren­der la política fue es pirituali tao En este enLido cabe decir que perteneció á l a a lla e cuel a de MurilJo, Caro Camacho Roldán, Santiago Pérez, úñez, todo idea~ listas, convencido de la nece ¡dad de l evantar l a dig­nidad de los pueb los despertando e n ellos e l en tido de la s co a e piriLuales . Los juicios obre el Dr. O pina-direm os en defi. nitiva- n ece ariamente ti e nen que er, ya que no con­tradictorio , á lo m en o mu y diver os. Es de lame n­tarse u conce pto de la verdad absoluta en p olítica, s u falta de ironía indulgente para ver á los h om bres y, má que todo esto, la rudeza de u procedimiento ; e n cambio, es de elog iar. e-'y con justicia - la aust eridad de u costumbre, la firmeza de u co nvicciones honrada , el de inLer é con que irvió á u ca u a; en una palabra, e l co njunto de s u ida moral, que no proyecta so mbras. La muerte velará con pied a d lo err or e del p o líti co, d s tacando á la z la irtude del ciudada­no ante l a cuaJe n o in linamo co n re pelo. U ILLE l\lIf O AlIIA C ltO fo"ER A DO ANG LO V ALE fA uando la suer~e varia y capric h o a me trajo de - de las umbres andina, que l a ombra de u e"ada prot re ~on U recu rdo, l~ asta las playa ardí nt d e~t~ cJUdad de los. 1.1 .r dlas, 'lU guarda lo último ve 'LlglO de. la InqulslcIón n . olombia y oca l o c p asmos SIncera mente fanáticos de a alma. di - pu tas al martirio, qlJ~ no. upi ron d la pieda ni <.Ir! perdón , pen é r.llr lslecldo qu había d ejad n e l mo?eSlO hogar de mis mayores n I '110 d' una SOC I dad .bondadosa, (lue. m VIO c rc ce y mc al nt ó con s us slInpatias, loda VIbra :ón dI' cariño inc ro toda noble confraternidad de ser quc gozaran ('o~ )Of,l placeres de la mia, slIfrieroll con hl1S do lores y u­[ Jleru/I upoyarlu ell sus horas de eluda decaimiento. (1) Vula dI' /llIjll/o r:/If'f'un, 11 77. Tal así pasó en efecto durante los primeros día~ de p ermanencia en Cartagena, cuando consagrado á las labores·de un empleo que paracía 'no corresponder­me, así por mis pocos años como por no ser .yo del lu­gar dond e lo d ese mpeñaba, sólocreía.verá,mi paso mi­radas siempre indiferentes, airadas en ocasiones .... De pronto, amables r ayos de luz dieron tintes de aurora á las so mbras d e mi cielo y cariñosas si mpatías me ofrecieron gajes de n ob le: y s incera amistad. Entre ellas la más espontáqea y para mi más valiosa fue la del gallardo man cebo c u yos despojos mortales hemos devuelto hoy á la madre tierra. ~ i i F,""do Aogulo V,I,,", ~~~~ 1 ue lras alma, gemelas por e l recuerdo del ho­gar a usente, se com prendie r on fá cilm e nte y e bu ca­ron para com ul o-ar n e l mismo a lta r d e amor á l a le­jana ~ie~ra de donde la b endi ción de nue tros padres nos VIO lera. o ndenad o FER NDO á muerte y in tiendo que e l orazón perdía cad a día u fuerza de acció n extenua­do quizá. por l o E' 'ce o de u 'xqui ita e~ ibilidad, J~vantó II alma á Dio y oporló re io-oado u de - tlO O, a l a mp ~ro de ilus iones ultraterr n a que le da­ban l a egundad de eterno dia d e fe licidad cuando acabara n l os fu o-ace de u p reo-rinación sobre la ti rra. Entonc , purifi ada en e e cri 01 de ufrimiento . d .r ignación, brilló u alma co n claridade de cie­lo, aJ na á t do di imulo l rre n a l , pude a pr eciar en a atmó fera d e a b o lu ta franque za lo mil d t a lle de toda u virtude. F R A DO era bueno era no­~ Ie, era honrad , era. ariño. o, era creo ent " era de . lOter ado, y por lo InI m buen hijo bu e n cri tiano buen ami,.,..o, buen iudadano. La mu' rte acechaba u~ . ará ter ínLeo-ro, u a de aparición ha ido p érdida mm .n a para u familia, para . u a mi O"o )' para su PatrIa. liando ao-obindo ida, qu sentía pod r a á mi a lr d dor ufda cri­i de ncO"ro abaLimi' to é l, que cnlia de pI' ndido J la tiCITU, me f rtalecí~ m on o laba mo trando el c.i 10!,á el ocle .o nfiaba Ileo-ar pronto, ' om la ola a plraclOn el' la vlda haciéndomc vcr c¡ u para <'on- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOT A ILUSTRADO 21 7 eguitlo son poco, por muchos que sean, y slempre necúRario Jos utrimientos de la tierra. Quiera Dios lJ,ue la cariño as palabras de FE;~NANDO y u noble ejemplo scan siempre para. ml escud? de a~ero contra las adver idadt: y ílaquezQ$ de la c. 1 ten Cta. Su muerte ha sido par~ mí como la de un her­mano el duelo d los suyos es duelo, y ~ien sabe u anciano y noble padre que las lág rimas que hoy derramo obre la tumba de l' ERNANDO se con­fund en sin-cera con el raudal de las l1yas por la des­aparición del hijo amantl imo, del hijo inolvid able, que de hoy Imi Jo e pera en el regazo de la madre de Dio, á quien iempre rindió culto de tierno y puro amor. CartaU'enH, DIciembre 15 de 1907· ~~ ~Gn1bres ~ueVGS C STELL iquiera ea en el modesto dominio de )sjóvene deque elaborar una revi~ta animada ó una inlel'view palpitante, e algo tan me­ritorio como decir de política en un leading article. Por algo los g randes repdrters se l laman Maxwell, Jules Huret, Prierre Mortier, Joaquín Dicenta y R.u­bén Darío; y por alO'o también, hablando de obra tan alta conlo el Diario de los GODcourt, dijo Daudet que es el manual del perfecto repdrter. En La Crdnica aparecIeron los primeros en ayos crítico de Camacho, éscrÍlo de tan teo, vacilante, en que aún no se acusaban con preci ión las facultade perceptivas de él. Má tarde, ya como Director de aquel diario, dedic6 e casI por entero á la política. La g uerra, á que él y sus compañeros habíanse opuesto con toda la sinceridad que da una alta noción del de­ber civil, vino á romper la pluma en su manos. Du­rante e a org'ía de sangre, que duró tres años, Cama­cho reconcentróse en el estudio, escribió algo en las efímeras hojas literarias que por entonce aparecieron, y tuvo el honor- que honor es-de haber hecho parte del grupo de e critores valientes y solitario de El Nuevo Tiempo. u vida anterior había Ido d~ pre­paración, de gimna ia mental. En El 'llevo Ttempo apareció ya desarrollado y vigoroso. Tales impresio­nes sobre Zolá y ,obre"\ aldeck- Rou eau, denun­cian un e píritu serenado por el tráfago mi mo de la lucha. on páginas apreciables en u sencillez, en su mesura, en su ju ticia ; páginas de aquella que relee­mos con placer. Y no olvid emo que el mejor ~é~ito de ellas e tá en que fu eron escrita con la preCIpIta­ción de la última hora. Escribir así es el ino del auténtico periodista. Cuando en las horas de la tarde la Redacción está más animada por las conversaciones, llega el cartero con el cable. Este á lo mejor anuncia la muerte del persona­je en vue, la caída del Gabinete, el estalhdo de la re- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. '!2I 8 BOGOT A ILUSTRADO vo)ución. Aquí la alegría del periodi la. No hay tiem­po que pe~der. Enciende un cigarrillo y se sie nt~ á escrIbir. Sin consultar nada, confiado tn sus propIOs recuerdos-que clurante años ha ido almacenando con la lectura de libros, I:evistas y diarios - deja la pluma 01' 'l'alne. El el menlo irnaginati va no e 'i ,t en Cam - cho. De ahí su prevención contra lo que pudiéramos. llamar la poesía en las ideas. Seguros estamos de que admira las no velas y los versos de F rance y de Lemat­tre ; pero si lo ponemos á escoger entre los dos como crítico, preferiría al segundo, y por encima de ambos, pond ría á Faguet y á Doumic. Hacia el ocaso desciende una generaron literaria que dio merecido renombre á las letras colombianas; si la que ha de sucederla no alcanza á ser digna de ella, cuenta por lo m~mos con escritores como Gui­llermo Ca macho. ~~ Eg loga d.e la tard.e (Para Miguel Moreno Alba) Unge con orla de oro el postrimer reflejo Crepuscular la copas de los pinares viejos . Una pareja aldeana con sus herrados z uecos Pasa por el camino milenario y escueto. Muy dolorosamente las esquilas resuenan En la paz de la tarde, una paz d ulce y b uena. Peinados por los tajo de las áridas sendas Blanquean los vellones de las mansas ovej as. Pastorea siete cabras un fo rnido muchacho, Siete cabras muy negras como siete pecados. Cara al cielo el mancebo rubicundo y lozano Mira la nube como. i fueran cien reba ños. -Mancebo, Dio te guarde !-le diO'o-Buen mancebo . Eres feliz aca o con tu vida, tu perros y tus cabra o curas cual un presentimiento? ¿ ada abe ni pien a ? Respónde, zagalejo. eñor; yo no le entiendo u incompren ible verba : Felú:: ..... pensar ..... er sabio ..... Me dan ri a e a viejas Palabra ; vi va alegre y me quiere y es buena na linda zagala roja como una fre a. Bebo agua de lo pozo ; en la áspera montaña He matado diez lobo, y en la noche callada Contemplo la e trella tendido entre la g rama y é la mi terio a oce que dice el agua. La noche un hi opazo de hollín obre la cre ta De lo monle ha puesto ; corre á campo travie a n rapo o : el mancebo con u cabra e aleja antando r percl l doquier u cancioneta. La luna arg nla y bruñe la copa de lo álamo ; e o e el chirriar dolient de un viejo carromato, en mitad de la enda yo me quedo pen ando: ¿ El agua de la vida por qué no enturbiamos? En IU n EL QUEZ aña: 1907 . E-ORE SUSCRIPTORES: Este número 13 e el 3<;1 de la 3.n. serie; el 4? (número 14,) consagrado á la Escuela de Be­llas rtes. saldrá á fines del mes, el 5.0 y el úl­timo de ella (número 15). saldrá á principios de bril. e ruega el pago del valor de la serie á la presentación del respectivo recibo. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO ---------------------------------- o -o <;) 4-> 'c:..6... Q) UJ . Saleros. ~¡!¡ Frascos para medicinas. Tinteros con tapa de mental. (~ ~I~ Frascos grandes para boticas. Trampas para moscas. ~I~ \~II; Frascos ¡Jara píldoras. Tejas gruesas. (j~. ~ Frascos p~ra tinta. Tubos para lámpara, gran variedad ~ ~ Frascos para específicos. de tamafíos y clases ~: ~I~ Frascos para conservas. Vasos para chicha, agua, aguardien- JlI~ A.I~ Frascos para esterilizar leche. te, vino y cerveza, gran variedad ~I~ 1; Frascos para guétrdar dulces. de clases y tamaños ~ , ~ En ventas por mayor se hacen desouentos y se dan fa.cilida.des pa.ra el pago. lit ~i~ Bogota, Diciembre de 1907· El Gerente, LEO S. KOPP ~I~ ;~~~~~~,~~ :,/ ~~~~~ , OARB M L DE ZIPACON Este carbón es el mejor de la Sabana; con su uso se obtiene una economía del 25 al 30 por 100 sobre cualquier otro: Desarrolla gran cantidad de calor en poco tiempo; al quemarse no deja laja Ú · ot!'as sustancias incombustibles, sino apenas una ceniza tina; no contiene, como l~s d.emás carbones, grandes cantidades de azufre y, I?or co sIgulente1 no ataca las parrillas ni destruye las máqUInas. Diríjanse lo pedidos á Bj).VARIA I I I Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO .S/. ialll ¡ I • CIGARRERIA COLOMBIANA 3:'- Calle Real, número 572, y calle 14, número 89 A Acaban de recibir un gran surtido de cigarros y cigarrillos, de 18 clases distintas, de las siguientes marcas de la Habana: CIGARROS De Bock & C.': Argentinos. De Henry Olay: Bouquet de salón y Jockey Club. De Oorona: Puritanos extrafinos y conchas finas. OIGARRIL'LOS La Legitimidad: Blancos corrientes, Breas corrientes, Be­rros corrientes, Trigo corrientes, Pectoral corrientes, Bouquet blancos compuestos, Bouquet brea compuestos, Bouquet pec­toral compuestos. Bock ~ e .o : Oigarrillos con boquilla de corcho, Blancos compuestos, Brea compuestos, Pectoral compuestos. Hidalguía (Susini): Pe 'toral cOlnpuestos . • ¡.:fIUlr IOfS\ Gtg8.1"l"O • ., eiC.itrjIIo~ ~ MAS F~RESOOD DE LA PLAZA Y A P¡;~1~:~([;~10S S!i~J ',GOMl?~TEN(O¡A Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

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Bogotá Ilustrado - Serie II N. 13

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  • Exclusivo BibloRed
Imagen de apoyo de  Restauración y renovación de muebles

Restauración y renovación de muebles

Por: Eva Pascual i Miró | Fecha: 2000

En la decoración de interiores los muebles y objetos desempeñan un papel fundamental. Este libro describe y enseña las diferentes técnicas y los procesos para restaurar y renovar piezas de mobiliario y objetos de madera. Tras un capítulo sobre los materiales y las herramientas básicas se trata el material más importante, la madera: las diferentes especies y las presentaciones más usuales, así como los problemas que la afectan y las soluciones que conviene adoptar. Seguidamente, se muestran los procesos y técnicas más habituales que se emplean para renovar o restaurar una pieza de madera, poniendo especial énfasis en los problemas más usuales. Para finalizar, los dos últimos capítulos muestran, paso a paso, algunas intervenciones sobre diferentes tipos de muebles y objetos: primero se presentan diversos ejercicios de restauración, donde es posible encontrar diferentes soluciones, y a continuación otra serie de ejercicios prácticos de renovación, en donde las soluciones adoptadas pueden servir de fuente de inspiración para desarrollar nuestra creatividad.
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Vogue Belleza - 04/12/22

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