Por:
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Fecha:
15/07/1897
,
:fJ3isemanario ~oIíticot jLiterario ~ lRotidoso
AÑo l.- SERIE II. 1 Bogotá (REPÚBLICA DE COLOMBU), j ueves 15 ue Julio de 189 7. .... { NÚMERO 39
H:fl3og o t á"
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Eouaroo Espinosa tDuzmán .
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!:;UDOESTE (Ambalema).-Llega los jueves á las 10 a. lll. , y sal\!
los viernes á las 3 p. m.
ORll':NTE (s cosas preocupan especialmente al actual
R epertorio : la Constitución de 1886, la
escolástica y la gramática. ] amás detestaron J uliana
ó Gibbon sus antiguas creencias, como
aquel periódico su primcr artículo, llamado El
america1ús17Zo en el lenguaje, y escrito por el
señor Caro, ó el estudio sobre la Fzlosofía escolástica
del doctor Carrasquilla, publicado en
1881, Ó el discurso del doctor Martínez Silva
en el Senado, sobre la inmunidad del doctor
N úñez, al igual de ] uárez, en materia de prensa.
Hoyes otra cosa: diera El Repertorio el tal
A me? úallúmo por un párrafo de las leccione~
de historia antiherranista del doctor Camacho
Carrizosa; cambiara con gusto toda la antigua
colaboración del Rector del Rosario por una
página de filosofía moderna escrita por ei doctor
Grillo; y entregara corriendo todo el curso
de derecho público del doctor Martínez Silva á
cambio del manifiesto de los Veintiuno. No hay
duda: El R epe1 torz'o se contradice, y por lo mismo,
progresa parejo.
El General Ortiz, miembro de los V . ntiuno,
que en materias filosóficas debe estar profundamente
reñido con el neo-R epe1'toyz'o, distrae
sus patr ióticas tristezas, nuevo Silvano, leyendo,
según él mismo refie re, á Santo Tomás,
Alberto Magno, Scoto, Suárez, Ll1go, Vásquez
y especialmente á Tamburini y Bussembaum,
escolásticos todos y partidarios de aquella jerga
que escuece y desespera al doctor Martínez Silva.
Quisiéramos saber qué opina el General del
siguiente g uirigay que encontramos en el últi mo
número de El R epertorio (páginas ro4 Y
roS) :
"Un poeta ha soñado que las religiones podrían
contribuír por modo eficacÍsimo á la curación
de la" sociedades modernas: y este fue su
sUeño: ,'io á los sacerdotes de Cristo despojarse
de sus pompas y de sus riquezas, del oro y
las piedras preciosas de sus tiaras, de la púrpura
de sus mantos, y, como en los días en que el
Verbo perfumó con el aliento de su palabra la
atmósfera de la ti erra, convertir á los poderosos
en amigos de los débiles y de los pobres.
"Para el soñador la visión es irrealizable ;
nosotros no la vemos tan lejana. ¿ Acaso el árbol
envejecido que dio á su hora el fruto, no
puede repetir la eflorescencia?
"A propósito del pensamiento, si velado en
la forma, visible en la intención del poeta, de
que la ciencia está llamada á ser dueña absoluta
de la voluntad humana, recordamos por aso-ciación
de ideas lo que escribió el señor Brunetiere
en la Revúta de A mbos Mundos después
de visitar el Vaticano.
"Impresionado el notable académico francés
con los graves asuntos tratados en conversación
con la Santidad de León xm, se propuso á
su vuelta de Roma exaltar la religión con menoscabo
de la ciencia. Para ello enumera varios casos
en que la razón ha tenido que desandar el
camino después de haber afirmado que se hallaba
en posesión de la certidumbre: lo cual no
es realmente un cargo que deje maltrecha á la
ciencia, como pudiera juzgarse ti priorz·. Por el
contrario, de lo dicho por el señor Brunetiere
aparece evidente la fuerza de la razón, puesto
que el espí ritu investigador del sabio, al atreverse
en las oscuridades de lo dcsconocido, se
vale de tina luz que así le sirve para avanzar
como para retroceder, si reconoce que va extraviado.
La ciencia no se desacredita por estas
derrotas parciales (fáillites partielles) de que
habla el esc ritor de la revista parisiense. Son
ella" resultado natural de sus procedimientos y
de su criterio. La ciencia y la libertad se curan
las heridas que ellas mis'11as se han causado.
'Las ciencias físicas ó naturales-dice el
señor Brulletiére-nos habían prometido suprimir
elmúterio, y no solamente han sido incapaces
de suprimirlo, sino que claramente se
comprende que no lo eliminarán nunca.
'Lo incognoscible nos rodea, nos envuelve,
nos estrecha sin que podamos úbtener de las
leyes de la física ó de los resultados de la fisiología
ningún medio para descifrarlo. Ni la antropología,
ni la etnografía, ni la lingüística nos
contestarán jamás estas preguntas: ¿qué somos
y á dónde vamos? '
'Si es verdad-agrega en otra parte el señor
Bruneticre-que desde hace cien años la
ciencia intenta reemplazar á la religión, confiésese
que la primera ha fracasado por el momento
en su empresa, que ha perdido la partida, y
que su derrota puede ser definitiva.'
"El señor Brunetiere exagera un poco. Los
rrenu inos representantes de la ciencia no han
~firmado tan rotundamente la eliminación del
misterio. No debe olvidarse que las ciencias
e»perimentales se inquietan apenas por averiguar
las causas primeras, que son las a~tas y
misteriosas por excelencia, y quc los cultivadores
de esos ramos del saber aspiran principalmente
á deducir leyes basadas en la observación
de fenómenos que, repetidos, las constituyen.
"El que no haya realizado la ciencia sus
promesas en la labor de un siglo, no parece suficiente
motivo para que se declar'! que nunca
les dará cumplimiento.
"Otras son las causas que impedirán al
hombre enseñorearse del misterio en absoluto
y analizarlo '!n su íntima naturaleza.
"Leyes supremas, que están por cima de
nuestra comprensión, rigen la inteligencia, la
guían hasta los lindes de lo incognoscible, y
allí la detienen. El día en que el hombre sondeara
los mundos del misterio hasta en los últimos
escondrijos; el día en que para él no existiese
nada por conocer,. ni vacilaciones, ni su~·
1105, ni mentiras, sino la certidumbre, la hornble
certidumbre de que nos habla Edmundo
Schérer, el conocimiento completo del U niverso
visible é invisible, en tal día el hombre, como
dios omniscient(y mortal, ¿se sumcrgería en el
nirvana ó en el reposo consciente de una serenidad
nunca turbada? No lo sabemos.
"De todas maneras, á los soñadores que dejamos
á la imag inación errar por mundos inexplorados,
nos interesa la existencia del misterio.
Si los sabios destruyesen el palacio de nues·
tras quimeras, edificando en las regiones de la
sublime ignorancia, no quedaría más aamino
que emigrar á otras esferas celestes, donde la
rudeza ele las costumbres 'J lo incipiente de la
civilización permitieran la aclimatación de las
especies perseguidas en la tierra.
"Para entonces ya los inventores de nuestro
planeta habrán descubierto la máquina ó
perfeccionado las alas que nos lleven de astro
en astro __ . _ .... - _ ... _ . . . _ - - . - - .. - . - - - .
"El ~eñor Brunetiere juzga que el culto dt;
la ciencia moderna (y ésta debe de ser la opinión
del autor de Némesis) reemplazará tarde
ó temprano al de la religión en el alma de las
multitudes.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
"Comprendemos que á la ciencia le interese
desterrar el fanatismo religioso que con magno
empeño se ha opuesto al progreso de los individuos
y de las sociedades; mas no encontramos
justificada la tendencia á destruír todo lazo
entre el;hombre y lo incognoscible. El sentimiento
religioso habita el corazón y presta alas al
espíritu. Hay que respetar ese sentimiento. porque
sin él se marchitarían muchas alm;:¡s. La fe
sostiene la virtud; la fe engrandece las almas
sencillas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .. _ - - - "
No se sabe qué admirar más en las líneas
trascritas, si la protectora tolerancia con que se
trata á las religiones, inclusive la católica, ó la
suficiencia con que se dogmatiza en nombre de
"la ciencia," cual no lo hicieran Leverrier ó
Pasteur, ó la pepitoria de discordancias y dislates.
consistentes en decir aquí, verbigracia,
que Brunetiere anduvo muy corto respecto de
"la ciencia" y más allá que le concedió dem2siado.
Leverrier y Pastf!ur, genios ambos, y
ambos católicos y un tanto coléricos. hubieran
reñido á El RepiJ1'torio si les hubiera expuesto
a]o-una de esas sandeces al salir del Observatori~
de París ó del Instituto ; pero como ya aquellos
sabios murieron. y entretanto El Rlpe?'torz
·o ha tenido tiempo de contradecirse, es claro
que ellos no habrían tenido razón y que nuestro
paisano progresa.
En cuanto al furor antigramatical de El
Repe1'torio, nos cuentan que hallándose su Director
muy atareado en la construcción del estribo
izquierdo del Puente sobre el abismo, suele
vengarse de las renuencias de los Veintiuno
maldiciendo los geru ndios y el que galicado,
pero á todo pecho, á campana herida. de suerte
que alcanza á oírlo el doctor U ribe U ribe, ocupado
tambié,l, del otro lado. en la construcción
del estribu derecho. Parece que un día el autor
del Diccio1laTio de P,'ovúzcialis1llos regañó así
al Director de El Reje1'torio:
" Moderación, compañero. La política no
se debe mezclar con la religión, ni tampoco con
la gramática. Si usted no quiere bien á ciertos
aficionados ,í la gram,ítica, no por eso deteste
esta última, porque con igual razón se quedará
sin sombrero. Los hombres como usted y yo,
ino-cnieros de la política, debemos tener de ella
co~cepto más amplio y generoso. Vea usted:
yo compuse mi Dirciona1'1·o en la cárcel, cuando
los nacionalistas me seguían un proceso político
por mi participación en la guerra de 1885,
Y sin embargo no me dio asco la filología y dediqué
mi libro á D. Rufino J. Cuervo. Si usted
detesta la gramática y el latín, después de tántas
simpatías que les tuvo y sólo por disgustos
políticos, la gente deduce que usted es hombre
sin principios, no sólo en derecho constitucional,
sino en materias lit€rarias. Y no crea tampoco
que su saña y la de otros históricos nos
linsonjea; muy y al contrario, pues los liberales
ilustrados de la nueva generación gustamos
mucho del buen decir, admiramos á Caro y
Cuervo, honramos á Marulanda y á Manrique.
y quisiéramos escribir como Montalvo. Estamos
en desacuerdo profundo en política y cn
religión con el Redactor de El Tradzúollista,
pero en gramática no es así; y si no, fíjese usted
en mi modo de escribir y en el de Cano,
Villegas, A. J. Restrepo y Juan de D. Uribe.
Maldiga esa rancia escolástica y ese absolutismo
nefando, conviértase á nosotros en filosofía y en
ciencia constitucional. pero cuidado con mi Diccionario,
que esos furores son pueriles y ridículos
y lo desacreditan ante sus conciudadanos.
porque pruf!ban que usted no es. como dicen
los bárbaros escolásticos, una sustancia que recibe
accidentes, sino un conjunto de accidentes
sin pizca de sustancia; no cambia de pelaje
como los animales del polo, según la temperatura
del medio ambiente. sino que varía, como
el camaleón. á cada instante y al impulso de
los afectos ó de las antipatías."
Regañó el ingeniero derecho al ingeniero
izquierdo, y en ese momento corrió por el abismo
un gran viento, como aquellos de que habla
el Génesis, por lo cual no pudo oírse la réplica
ó tal vez excusa de El Reperton·o Colombiano.
Ahora bien, dirá alguno: si este periódico,
por a ntipatías personales ó por cualquier motivo,
llega hasta abominar de su criterio filosófico
y literario. ¿ qué crédito merecerá en materias
de política?
"E!30GOTA»-.JuZio .15 de .1897.
PRUDENCIA Y ENERGIA
Hay quien censure, por supuesto, sin razón, la conducta
del Gobierno porque obra de un modo sereno y
reposado en esta hora solemne, de momentos dec:isivos y
supremos. Mas no se olvide que la prudencia y la energía
deben marchar siempre unidas en política, porque no es posible
desplegar todo el vigor de la seguncia sin que la primera
se conmueva y se resienta.
Como el labrador, también el político prueba su habilidad
y pericia escogiendo el momento preciso y oportuno
para entrar al bosque con la segur en la mano y dar en tierra
con los árboles, cuyo puesto ocupará la semilla que más
tarde se tansforma en fruto abundante y sazonado.
El Gobierno no teme, porque tiene conciencia de su
fuerza; son" los gobiernos débiles los que de todo se asuso
tan y acobardan y en todo creen ver amenazada su autoridad."
Cuantos contemplan el movimiento político á distancia,
corren peligro de engañarse cuando tratan de fijar la línea
de conducta que debe seguir el Gobierno en puntos capita·
les y de valor trascendental.
Si creem05 que los hombres encargados de dirigir la
política del partido nacional son expertos y sensatos. debe·
mas estar atentos á su voz, por cuanto ellos conocen los
acontecimientos en sus más nimios detall es, y por consiguiente,
están menos expuestos al error, y pueden obrar
con más aplomo y acierto qUé aquellos que miran aislados
los sucesos, sin poder establecer la concatenación y armonía
correspondientes.
Es necesario tener fe en el triunfo de los principios y
confianza en las cabezas que por ellos velan noche y día.
Q]j.omullt.ca.clos
OFICIO DEL SEÑOR PREFECTO DE LA PROVINCIA
AL SEÑOR DIRECTOR DE LA POLICÍA NACIONAL
República de Colombia.-Depa1'ta11tC1tto de Cmldinamarca.-
Pnfectlwa de la Provincia.
Número 3. 559·--Bogotá. le.' de Julio de
1897.
SeÍlor Director de la Policía Nacional, M. Giliberr.-Presentt:.
Por medio de ofi cio muy respetuoso, va ya
para dos meses. poco más ó menos, que me
permití dirigirme á usted. insinuándole que con
motivo de frascs destempladas y voces desagradables
procedentes del Paraíso del Teatro Nacional
en dos de las funciones de transformismo
dadas allí por el señor Antonio Flórez, se sirviera
usted, si á bien lo tenía, dar las órdenes
del caso en el Cuerpo de su mando, á fin de
triplicar la escolta que en lo sucesivo debía asegurar
eficazmente el orden en el interior del
Teatro. Esta súplica, hecha á usted á nombre
de la cultura social bogotana, y que usted con
la mayor amabilidad se sirvió atender por entonces,
bien ha podido y puede hacerla (sin estar
encargada de presidir en las funciones teatrales)
cualquiera otra autoridad legalmente
constituída, en la seguridad de ser atendida por
usted: de la caballerosidad de usted, de su gran
generosidad y de su decidida voluntad para
todo lo bueno, soy testigo imparcial.
A la Prefectura le sería muy grato atender
en el acto las indicaciones razonables de la
prensa periódica, hechas recientemente sobre
el particular; mas ella no dispone hoy por hoy
sino de doce agentes de policía costeados por
el Departamento, los cuales se hallan frecuen·
temen te ausentes, conduciendo á su destino á
reos ó sindicados capturados en Bogotá por la
Policía Nacional á petición de autoridades judiciales
de otros Departamentos y enviados por
ella, á su vez, á la Prefectura, para ser llevados
por cuenta y riesgo de ésta, hasta las poblaciones
fronterizas de Cundinamarca, desde donde
hasta su destino la conducción de los presos
corre á cargo del Departamento cuyas autoridades
han solicitado la captura y el envío. y de
los Departamcntos del tránsito.
El servicio de conducción de presos es
muy recargado, porque fácil es comprender
que á la capital afluyen prófugos y, en general,
delincuentes de toda la República que creen
burlarse ó salvarse así de !a implacable acción
de la justicia social. Actualmente hay pendientes
no pocas comisiones de conducción de presos.
y se aguarda que los agentes que las forman
regrese:1 á Bogotá para continuar luégo
despachando las demás. Por eso, en días pasados,
y en obsequio de la pronta administración
de justicia, me dirigí á la Gobernación patentizándole
lo expuesto; y ella, convencida de la
verdad de las cosas, hubo de ofrecer que, á pesar
de la angustiosa situación del Tesoro departamental.
al alivio y reforma de la cual es-taba
consagrando todos sus esfuerzos, dictaría
las medidas conducentes para aumentar en lo
posible el número actual de la pequeña policía
de la Prefectura.
y hablando con claridad, un cuerpo de
policía de regular número, medianamente organizado
y disciplinado, educado, con pleno
conocimiento de su noble misión de orden y
seguridad social, bien remunerado, bien vestido
y equipado, acaso poco se compadecería con
la forma de gobierno sabiamente central en lo
político, y con la tradicional bancarrota fiscal
de Cundinamarca, cuyos Presupuestos efectivos
de Rentas y Gastos en la vigencia económica
actual, ascienden, respectivamente, á
$ 1. 1670428-85 y $ 1.67 1,562-95, resultando
un déficit de $ 504,134-10, aumentable por los
créditos adicionales de imprescindible necesidad
COil motivo de la epidemia de viruela (104
casos existen actualmente en el hospital de Los
Alisos, según informe del Sindico, doctor Michelsen)
y de que las partidas apropiadas para
gastos de instrucción pública, raciones de detenidos
y enjuiciados de Bogotá, y otras, son
insuficientes (Informe reciente publicado del
señor Secretario de Hacienda al señor Gobernador).
De manera que la impotencia fiscal del
Departamento, curable ó incurable, no le permite
por ahora la creación ni siqlliera de un
cuerpo regular de policía.
El sostenimiento del Cuerpo de Policía
Nacional. por ejemplo. ha costado á la Nación,
en el bienio de [895 Y 1896, la suma de
$ 860.000, así: :Ji) 600,000 señalados en el Presupuesto
de Gastos respectivo. y $ 260,000
gastados en la misma vigencia y legalizados
por la Ley 158 de 1896 (Diario Oficial número
10,233, de 12 de Enero de 1897).
El Prefecto de la Provincia, que actualmente
no está encargado. al menos de un modo
expreso, de presidir en las funciones teatráles,
no tiene en rf!alidad de verdad mando en el
Cuerpo de Policía del cual es usted digno Director,
de conformidad con lo que establecen
los artículos 2? y 3? del Decreto del Ministerio
de Gobierno, de fecha 21 de Enero de 1896,
marcado con el número 10, publicado en el
Diario Oficial número 9,943, de 8 de Febrero
del mismo año, y reformatorio del distinguido
con el número 1,000 de 189 J. Dichos artículos
dicen así:
"Artículo 2? El Cuerpo de Policía creado
por el Decreto número 1,000, de 5 de Noviembre
de 1891, dependerá única y exclusivamente
del Ministerio de Gobierno y de él recibirá órdenes
é instrucciones.
" Sin embargo, el Gobierno podrá delegar
estas funciones, cuando lo crea conveniente, al
Gobernador de Cundinamarca ó al Alcalde de
la ciudad de Bogotá. Si no han sido delegadas
á ninguna de las autoridades mencionadas, éstas,
para pedir comisiones dentro ó fuera de la
ciudad, lo harán solicitando previamente la orden
del Ministerio de Gobierno."
" Artículo 3? El Director dispondrá que la
Policía preste el auxilio que solicitcn las autoridades
legalmente constituídas cuando pidan
la aprehensión ó captt:ra de algunos individuos,
ó bien cuando se solicite Sil apoyo para alguna
notificación ó citación muy importante, siempre
que en este último caso venga la orden por
conducto del Ministerio de Gobierno."
En el Reglamen to general de la Policía
Nacional de Bogotá. expedido por el Ministerio
de Gobierno en 12 de Diciembre de 1891,
en virtud de lo dispuesto por el artículo I? del
Decreto número 1.000 del !ll ismo año, se hallan
consignadas todas las disposiciones que determinan
clara y sabiamente, entre otras cosas, la
alta misión social y el objeto nobilísimo de la
Policía Nacional, su organización, deberes de
sus Jefes en general y de los de las ocho Divisiones
que la constituyen. inclusive la Central
y la de Seguridad.
y en tratándose de la categoría de empleados
y del número de agentes de la Policía
Nacional que deben asegurar el orden en el
interior del Teatro. los artículos 188 y 190 del
mismo Reglamento prescriben lo siguiente:
"Artículo 188. Un Comisario Jefe de Policía
de Circunscripción ó Mayor de 2~ clase
asistirá á las representaciones teatrales, y ten-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
drá á sus órdenes un personal s uficiente, suministrado
por la Dirección Central, para asegurar
el orden en el in te rior del T eatro yen su
vecindad, en caso de que lleg ue á interrumpirse."
"Artículo J90. Al día siguiente de la representación,
el Comisario de Policía de servicio
en el Teat ro, d irigirá al S ubdirector (yen
su defecto al Director) antes de las diez de la
mañana, un inf0rme en el cual consten: la hora
en que se alzó el telón y aquella en que terminó
la representación; la pieza representada; el
nombre de la compañía; los incide ntes á q ue
hubiere habido lugar, y la manera como se haya
efectuado el servicio de Policía."
Conforme á este último artículo y al inciso
I5 del artículo 36, de los recientes incidentes
habidos en el Paraíso del Teatro. y de que hablan
los números 3,016 y 3,OI8 de El Te!eg1rama,
han debido dar parte á usted los Comisarios
que hicieran el servicio en las funciones
teatrales, al día siguiente de celebradas, antes
de las diez de la mañana_ Si así no lo hicieron
los Comisarios, mal podía usted adoptar medidas
para corregir irregularidades no llegadas
siquiera á su conocimiento.
Si los agentes, que también estaban en la
obligación de dar cuenta á sus Jefes (artículo
72 del Reglamento) de los incidentes del Paraíso
del Teátro, no procuraron hacerlos terminar,
procediendo con los verdaderos alborotadores
(por fortuna pocos) con benevolencia y
energía (nunca con debilidad), empleando primero
el medio de la persuasión y luégo el de
la represión sin contemplaciones, claro está que
de esa omisión los culpables son ó pueden
ser los agentes ó sus Jefes inmediatos allí presentes.
Sábese que la Empresa de Teatro suministra
cuatro boletas de Paraíso para agentes
de Seguridad, dos de palco para Comisarios
y la escolta tiene naturalmente libre entrada_
Valiosos é indiscutibles son los serViCiOS
que el Cuerpo de Policía Nacional presta y ha
prestado á la justicia, á la sociedad y al Gobierno;
y aunque lamentables desmanes de
agentes de la extinguida División de Seguridad
llegaron á producir alarmante intranquilidad
en la sociedad, el Gobierno, que vela solícito
por los grandes intereses de ésta, sin dist
inción de colores políticos ni de capas sociales,
diligente se apresuró á cortar el mal y por ello
recibió justos y generales aplausos_
Desde que en ejecución de la Ley 23 de
¡g90, la Administración pasada contrató con
el Gobierno francés, por conducto de la Legación
de Colombia acreditada ante él, la traslación
de usted aquí para organizar y educar la
Policía sobre la base de la europea, ardua é in grata
pero prm'echosa, ha sido la labor de usted
de largos años: así lo reconocen hcy con
razón la sociedad y el Gobierno.
Por mi parte, cumplo con el deber de expresar
á usted, una vez por todas, mis sinceros
agradecimientos por la especial deferencia con
que usted se ha servido atender, en los asuntos
oficiales, las indicaciones de la Prefectura.
Con sentimientos de distinguida consideración,
me es honroso suscribirme de usted,
atento servidor,
ANTONIO PACHÓN.
~.edX05 11 ~tdx.os
4 de Jn1io.-En este día, que recuerda la independencia
de la República de Venezuela, el señor Gpner~l
D. M. A. Silva Gandolphl, EnVIarlo Extraorcllnano y MInistro
Plenipotenciario de aquel Gobierno ante el de Colombia,
recibió á sus amigos y los obsequió galantemente
en su casa de habitación.
14 de Jl11io.- El honorable señor Franrlin recibió
ayer en la Legación francesa, con motivo de la fecha del
día clásico de la libertad en su noble país. La Colonia
francesa festejó el día con el mismo entu,iasmo que anima
á todo hijo rle Francia al recordar las glorias de sus antepasados.
Enviamos al señor Franrlln nuestro entusiasta saludo
con ocasió;; de este aniv~rsario.
El doctol' Carlos U d be.- Después de una corta
permanencia en Europa, á rlonde fue á buscar alivio
para su interesante salud, quebrant~lla por las rudas labores
de la administración en los Ministerios de Fomento y
de Hacienda y en la Gobernación de Cundinamarca, se encuentra
de nuevo entre nosotros este distinguirlo y meritísimo
miembro del nacionalismo. Deseamos que le sea grata
su estadía en Bogotá, y enviamos para él y para su estimable
señora, que 10 acompañó en su viaje, nuestro más
afectuoso saludo de bienvenida.
« J30 G0 '1~}}-J1.LZio _l 5 de 1 8 9 7.
Diferenc ias. - Récordamos, por ahora , que hay
en la historia de Roma dos personajes q ue llevan el nombre
de Casio, los cuales difi eren notablemente del Casio
colombiano. Porque Lucio Casio, que es probablemente
el homónimo de nuestro compatriota y el ejemplar que
trata de imitar, " asp iraba á la monarquía," según se ha
dicho en la historia, y "bajo muchas relaciones afectaba
seguir sus trad iciones." I gnoramos si el nuéstro es muy
darlo á los grandes y suntuosos edificios, que tánto agradaban
al romano.
Poco nos dice la Historia respecto de Lucio Casio
Longi no, y bien quisiéramos nosotros que el Casio ti\! Colombia
no se semejara en nada á aquél, mucho menos en
el género de nl'lerte; pues todo s sabemos que el desgraciado
hijo de Ruma" se dejó coger- de los Helvecios- en
una emboscada, en la que perecieron él, su lugarteniente,
el consular Cayo Pisón y la mayor parte de sus solelados."
T e odol'o G ast.-En el espacio de dos meses han
fallecido en Bogotá seis miembros de la Colonia alemana,
guarismo alarmante que no guarda proporción razonable
con el número comparativamente reducido de los ,úbditos
de aquella Nación en esta capital. La última vida que en
ese campo seg0 la muerte hace pocos días, fue la d ~ Teodoro
Gast, artesano respetable por muchos re5pecl<)S, que
~e hallaba establecido en Colombia hacía largos