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  • Prensa

La Ilustración: política, literatura, noticias, filosofía, relijión, artes i oficios, instrucción pública, bibliografía, medicina, variedades, revista de la ciudad, revista de los estados, de Europa i mercantil - N. 148

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  • Año de publicación 16/09/1870
  • Idioma Español
Descripción
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"La Ilustración: política, literatura, noticias, filosofía, relijión, artes i oficios, instrucción pública, bibliografía, medicina, variedades, revista de la ciudad, revista de los estados, de Europa i mercantil - N. 148", -:-, 1870. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3687385/), el día 2025-10-26.

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La Ilustración: política, literatura, noticias, filosofía, relijión, artes i oficios, instrucción pública, bibliografía, medicina, variedades, revista de la ciudad, revista de los estados, de Europa i mercantil - N. 148

Por: | Fecha: 16/09/1870

• Política-Literatura-N oticias-Filosofía-Reljjion-Artes i oficios-Instruccion pública - Bibliografía, :Medicina-Varieclades-Revista de la ciudad-Revista ele los Estados-De Europa i mercantil. Se publico. los mlÍrtes, miércoles, viérnes i s>í.bados, el mismo dio. se 11 evo. o. las cn.sas de los suscritores (le [o. capital i se remite o. 1'Os de fllera por los correos res­pectivos. Los lúnes i juéves se publicará si es necesario. Vo.lor del trimestre, tres fuertes. Valor del semestre, cinco fuertes sesenta centavos. Valor del o.ño, diez fuertes. Valor del número suelto, diez centavos. Se publican remitidos i avisos, a un precio suma­mente módico, que se arreglará con los editores. Todo lo de interes j eneral se inserta grátis. Los editores, NlOOLAS PONTON l C~ TRIMESTRE 111. AÑO l.-Bogotá, 16 de setiembre de 1870. NUMERO 148, LA ILUSTRACION. Todo es empezar. La prensa de esta capital en nuestras ma­nos no ha dejado de espresarse en términos cordiales para con el partido liberal aún en las cuestiones en que hemos estado a la de· fensiva. Esto nos complace i nos llena de las mas lisonjeras esperanzas; porque nuestra aspiracion no e~ otra que la de ver el pais fuera de esa tristísima vía de los odios i re­criminaciones eternas i porque a fuerza de moderacion nos moderaremos todos; para lo cllal basta un poco de razonamiento. Una vez que los hombres dejen de mirarse como enemigos, por cuanto profesan distin­tas opiniones o creencias, será fácil que nos entendamos sobre las cuestiones de interes comun, trauajando todos de consuno en el bien de la patria con las armas de una pala­bra digna por la autoridad de la razono Claro es que en las cuestiones que atañen al credo de cada cual, cada uno estará siem­pre en el puesto que le destine su bandera. ¿ Es esto un mal? Creemos que no; porque el pt'ogreso, que es la enseña liberal, no es contrario al órden que es la enseña conser­vadora. Esto no se demuestra mas. Sí es necesario determinar el carácter ver­dadero de cada partido, para que cada parti­do llene su deber en lo que atañe al órden de ideas que se propone servil'. Cuanuo a los partidos del odio mútuo se sustituyan los partidos de los principios, too uas las luchas serán tan pacíficas como pro. provechosas. Entónces, i solo entónces cada partido i cada partidario ocupará su verdadero puesto; i como la lid será de ideas i de dis­cusion, los hombres que no son tristemente necesarios sino en los combates armados, irán deja.ndo el puesto en que aca.so han figurado a disgusto de la parte mas distingui­da de todos los hombres de ideas en ámbos partidos. En tiempo de guerra i de guerra ci vil, toda arma es buena; i los peores hom· bres son las armas mejores. Entónces dijimos, dejarán de supeditar a la socieuad los caudillos de la fuerzá brutal; los pueblos podrán respirar aliv:iados. de la faena de dar su sanare para conqUistar la barbárie con todo s~lúgubre cortejo de mi­serias sin cuento; i la sociedad podrá mar­char rejenerándose en medio de las dul~ura~ de una paz fecunda. Esto no es poesla n! ensueño: esta es la verdad mas verdadera I mas positi vamente positiva que jamas se ha­ya dicho. ¿ Por qué no podremos ha?er ~uantas r~­formas sean 'necesarias al bIen Jeneral SJO apelar al odioso medio que emplean los sal­vajes? En un p~is en q~e la li~e;tad de es: presar el pensamiento eXIste qu!za mas alla de las exijencias de una prudenCIa razonable; en que todos podemos ~iscutir c~mo séres .ci­vilizados cuantas cuestIOnes ataneo al bIen público, no se comprende la constante dispo­sicion a sustituir la palabra con la espada, sino como una prueba eviden.te. ~e UI? trastor­no moeal de toda idea de ClvlhzaclOn ver­dadera Comprendemos una revo~u~i,oo en Fran: cia, en 1830. cuanuo el Rel Carlos X ataco la libertad de la. prensa que era un der~cho del pueblo fmnces. Cuando se ~eda la dlscu­sion se impone la revuelta: Mlént~a8 esto no suceda, seria necesano un conjunto de circunstancias mui razonables para admitir la rebelíon como un medio escusable en una sociedad. Sea como se fuere, siempre es cierto que por regla jeneral, sucede en lo moral como en lo físico : solo cuando no hai válvula pue­de haber estallido. Pero como los estremos se tocan, porque el hielo quema como quema el fuego, lo que en otras sociedades es un efecto del amorda· zamiento de los ciudadanos, entre nosotros es el resultado de un culpable abuso de liber­tad de hablar i de escribir. 1 no se crea que nos quejamos de la lei. No está la enferme­dad en la sábana; está en el enfermo; está en nosotros, que hoi bajo el anónimo como ayer con la enmarañada firma de algun pre­sidiario o pordiosero, nos olvidamos que la prensa es un elemento, mas, un instrumento de civilizacion. Unos mueren de deb¡lidad i otros por ex­huberancia: la ast,enia i la apoplejía de los doc tos del oficio. Nosotros, como tuda el que ignora el ver­dadero uso de un instrumento, hemos hecho mas de una vez de la prensa una arma de barbarizacion,en cuanto la hemos convertido en foco de odios i de pasiones brutales que han terminado por sumil' el pais en alguna zambra bozal propia de las hordas cerriles del centro del Africa o del océano pacífico. Pero ¿ hasta cuándo se continúa con esas miserables vulgaridades? Qué nos dice la esperiencia? Qué nos han prcducido todas nuestras detestables acrimonías periodísti­cas? Innumerables desgracias, infinitos cri­menes. ¿ Por qué, pues, continuar en esa oscura i pestilente vía? Es 'ese nuestro gus· to? Sí? Entónces hai que educarlo en otro sentido: hai que hacerlo cambiar de esen­eia; porque tal como está es casi una de­pravacion. Se cree que la fuerza, el nervio, la e\;:>­cuencia de un escrito no está en la fidelidad de la palabra con la idea; en la natural or­denacion de las frases i en la precisa pro­piedad de los términos, sino en las pullas, en los sarcasmos, en los insultos mas bozales de una rabia de animales feroces. Es necesario dar de mano, no intermiten­temente sino constantemente a toda esa re­pugnante i vergonzosa g~osería. 1 no solo nos referimos a 10 agresIvo de las formas: nos referimos tambien a lo hiriente del fon­do' porque si es cierto que hai entre noso­tro~ muchos hombre3 ilustrados, juiciosos i patriotas, no faltan de esos personajes de pueblo, que habiendo aprendIdo. a rem.e~a.r las formas del estilo culto de la jente Clvll¡_ zada, las emplean en dar espresion ~ las ruin­dades en que han sido formados I con las cuales viven identificados. Bsta clase de hombres que no sabe ni tie­ne aptitudes para otra cosa que para hacer alO'una cosa mala o detestable, es en los par­tidos belijerantes la fiar i nata; es decir, lo mas selecto de lo peor i de lo pé imo. Pa· sado un turbion, no aben hacer otra ca a ; i entonces hacen la política de los mendigos <:Jue se hurO'an i frútan sus llagas para tener siempre dt qué vivir: de las heridas de la patria! Pero no tendrá esto remedio? Será eterno? Eso no ! 1 todo es empezar. M. 1\1. M. Nos complacemos grandemente en ador­nar nuestras columnas con el mui bello can­to de nuestro compatriota señor Lázaro M. Pérez al señor don José María Gutiérrez de Alba., distinguido literato español. La notabl.e composicion de nuestro con­ciudada. no, ademas de su bella versificacion i riqueza de poéticas imájenes, encierra un pensamiento, quo vale él solo por un gran mérito a nuestros ojos: la fraternizacion con los hijos del Cid, que con un esfuerzo homérico plantearon en América su raza i su lengua, sus leyes i sus altares. :Bienvenida AL EMINENTE POETA ESPA~OL Don José Maria Gutlérroz de Alba. Bienvenido seais a nuestro suelo, Noble español! La tierra colombiana Guarda en sus campos paz, luz en su c;e10, 1 en cada corazon filial hossana Para acojer con amoroso celo A todo bijo de la tierra hispana. La que otro tiempo fué campo de guerra Roi solo amor, benevolencia encierra. 1 debe ser así. Tras recia lucha, Cuando cesa el estruendo del combate, Solo una noble voz el alma escucha, Por solo un nobla sentimiento late j Que aunque vertida fuera sangre mucha, Esa mismo desangre la ira abate j 1 nunca son mejores los amigos Que cuando ban sido francos enemigos. La tierra que pisn.is, comun osario Da la sangrienta lid, guarda amorosa, En fraternal i quieto santuario, La sangra derramada j aquí reposa, Cual en túmulo inmenso funerario, El polvo de una raza valerosa. Pisadla con respeto, que la nuestra Está. mezclada con la sangre vuestra. Bienvenido seaia! Ya el trueno airado De aquel recio huracan perdió su aliento; Nuestro comun amor lo ha sofocado, Murió al impulso da contrario viento j El pueblo colombiano alborozado Vuestro saludo acoje, i su contento Se descubre en los hurra8 populares Con que aplaude, señor, vuestros cantare!!_ 1 debe ser así. Ve en vuestras manos, En vez de un arcabuz, li ra sonora: Mensajero no sois de los tiranos Que nos trajeron guerra asoladora ___ _ No solo amigos, nos llamais hermanos, 1 nos dais un afecto que enalllora ,- -.­Por eso hallais amor franco i sencillo En este pueblo que oprimió ~Iorillo. Tambien los tiempos ban c3mbiado. España Rejenerada está. Ya los leont':i No espantan con rujidos su montaña, Ni llenan de pavor los corazones j Reina de su destino, abrió campaña 1 la r3za estirpó de los Borbones ! ___ _ Roi en l'ez del capricho de sus reyes Se da gobiernos i se dicta leyes! Bienvenido seaia! Inmensa fama Podeia ganar a'luí en la p tria mi3 j Inexplor3do campo que derrama Ri uí.:!im03 tesoros de poesí3 ___ _ Aquí la mente del cantor se infiam Ante tantos raudales de armODla ___ _ i a_l en no.otr08 la emocion se inquic&.a , Qué no pasad en l'OS, noble poeta! Templad la die;;tra lira ue ha can,ad~ Del eden andaluz: los mil primore,. 1 consagrad un canto eD3morado A cate jardin de primorosas flore,_ - - - Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 590 Aquí hallareis tambien, limpio, cstrellado, V uestro cielo turquí, rico en colorcs j El mismo sol, los mismos arreboles Que enaltecen los cantos españoles. Cantad nuestras Icyendas, qne el olvido A eterno sueño en su crueldad condena j Dadles en vuestros versos colorido, Prestadles esplendor ante la escena j Reluzcan para el pueblo inad \7ertido Tantos diamantes que anojó en la arena ___ _ Decidnos lo que somos, lo que fuimos, 1 cuánto vale el mundo en que vivimos. Eso po deis hacer, i vuestra obra Bendecida será de un pueblo entero: Valor, poder, inspiracion os sobra, Es anchísimo i fácil el sendero j No habrá obstáculo alguno, ni zozobra Que no domine vuestro aliento ibero ___ _ Tomad la lira en vuestra diestl'a mano, I que asombre su acento soberano! Aquí hallareis en profusion hermosa Bellezas mil que esperan vuestro canto, Que la mano de Dios fué jenerosa Al dar a esta rejion prodijio tanto_ - -­Naturaleza riea, esplendorosa, Con un primaveral, eterno manto, Donde ostentan sus galas i primores Piedras preciosas i silvestres flores. l\1irad sobre el perfil de la montaña, Cabe robusta encina, a la palmera, Cuyo vcrde penacho de luz bañ:l Ardiente sol de eterna primavera. Ved en el llano la flotante caña Que cl fresco riego de la noche espera, I el manso lago de luciente plata Donde la luna su esplendor retrata. Avanzad mas allá. La selva espesa Os mostrará tambien su galanura j Hermosura sal vaje que iuteresa, Como interesa siempre la hermosura; Allí vereis en su ramaje presa, Entonando mil cantos de dulzura, A esa turba jentil, rica en colores, De turpiales i lindos ruiseñores. Seguid mas adelante. Altivas breñas, Nido feliz del águila orgullosa, Os mostrarán entre sus calvas peñas La esmaltada i voluble mariposa j Encontrareis allí frescas, risueñas Las palmas de la agreste zarza-rosa; Que en nuestro hermoso suelo hasta la piedra Produce alguna Bor en vez de hiedra. Las dilatadas playas de los mares Que sirven a mi patria de contorno, Tienen galas marinas a millares, Pin tados caracoles por adorno ___ _ (CONTINUACION .) Cuando llegó la noche, cuando nada se oia maa que el zumbido de las hojas de los árboles i los lejanos ruji- 4,os de los leones, yo recostada en mi ho.maca pensaba en Moene-Didolo, anego.da mi alma en su recuerdo. Por la primero. vez olvidé al horrible cacique blanco. Yo amaba i mi amor lo dominabo. todo. Yo era entónces mas feliz que nunca. Lo era tanto, que no habia podido adivinar que exis­tia. sobre la tierra tan granue felicidad. LXXXVIII. Al dio. siguien'e fui con mis doncellas al ballo. Las hice detenerse ll.ntes de llegar a él, i adelanté sola. Las lnrgas bojas de los bambues, de los cacteas i de los abedules cubrian el pequeiIo estanque cristalino. Yo me senté a su orilla sobre lIna piedra. Me causaba disgusto, mejor dicbo, se resentía mi altivez al ver que no habia encontrado alli esperándo­me impaciente al rei del lago. Yo me babia ensoberbecido por el exajerado amor de mi padre, por las predilecciones de que era objeto, por los continuos homenojes de uno i otro cacique fuer­te, rico i valiente a quienes babia dcsdeHado. Este desden mio habia traido a mi po.dre mas de unn. guerro, causada por el despecho de mas de un cacique ofendido por mi negativa. Cuando yo babia allanado mi altivez o. las palabras de un hombre, mi altivez se habia lRstimado ereyendo que aquel hembre no sontin.'por verme la impaciencia que yo sentia por verle a. 61. Pero apénas me habia sentado, cun.ndo frente n. mi se abrieron las ramas de dos mirtos i apareció l\Ioene­Didolo. ¡Ah! i me esperaba! i pero me esperaba oculto! El señor del lugo era digno del despecho que al uo enconlrarle en ellugnr de la cita habia sentido yo. LXXXIX. ¡Ah! j seiIorn! el recuerdo de aquellos dias, de aquellas entrevistas amantes, dulces, puras, en aquel lugar delicioso, me amargó. el alma, vierte sobre ella una. biél emponzoñada. • LA ILUSTRACION. Bien merecen, señor, vuestros cantares, Siquiera en prenda de feliz re~orno; Siquiera porque son las que pIsaron Los que al Padre Coloro aoompañaron. Tambien de admiracion os pide un canto Nuestro Niágara undoso, el Tequendama ! Los colores del Íris son su manto, El ronco trueno en sus acentos brama; Es un precioso horror con faz de encanto, El! un bello, espantoso panoram.a . Que atrae, que abisma, que la vIsta as~dla .... Ganaos la gloria de ser \'os RU Heredla ! I por encima de grandeza tanta, Teniendo por dosel tanta hermosura, La dama colombiana se levanta, Opulenta de gracias i frescurl1! Cantad su majestad, que así se canta La única reina de una estirpe pura; I decid a las damas españolas Que en virtud i belleza no son solas. Templad la lira, que ocasion i objeto Al mas egrejio canto no harán falta; I os llenareis de fama, io prometo, Porque sé que la empresa es grande i alt¡¡ .... Nosotros ahogaremos con respeto La insensata ambicion que nos exalta; 1 al ver cantada nuestra hermosa historia Creeremos nuestra vuestra inmensa gloria. Bogotá-1870-julio 2. L ÁZARO MARÍA PÉREZ. RELIJION. Oraciones PRO TEMPORE BELLI. Párrafos de una pa!'.toTal de Mon'\cñor Dupanloup, pOT la que ordena oraCiones públicas i solicita ausilios para los heridos en la actual gueTra franco-alemana. ( Traducido para "La Iluslracion" por F. B. ) Separado de vosotros hace mas de ocho meses i mezclado con otros Obispos en la ejecucion de inmensos trabajos, sobre los que tengo el deber de llamar vuestra ateneion tan luego como llegue la hora del recojimiento, no he olvidado un solo dia a nuestra querida Francia, aun en medio de esas graves discusiones que en nada se parecen a las luchas terrenales, porque no terminan con el triunfo de individuos sino con la victoria de la fe i de Dios en su voluntad santa: a medida que erecia el término de mi ausencia, me sen tia tam­bien mas tiernamente unido a la patria. Con un ardor que la edad i las fatigas no han logrado amortiguar, yo la he seguido en todas sus laboreb para encontrar una justa libertad de que es tan digna j la he seguido tambien en sus e fuer­zos para resistir al des6rden, en su inquietud por las amenazadas cosechas de nnestros campo1!, en El amor noble i sublime de Moene-Didolo me hizo cristiana: 61 lo era i él fué mi irresistible misionero. l\Ioene-Didolo me arrancó de la nbyeccion de la ma­teria, ennobleció mi alma, haciéndome comprender con la paciencia i la perseverancia del omor, con su senci­lla elocuencia, la sublime doctrina del Evnnjelio: abrió mi alma. a. la virtud, la preparó para el sufrimiento i para el martirio; me hizo ver en la inmensidad del cielo, el espacio que separa a nuestro cuerpo del trono de Dios, i a donde nuest\'a alma puede subir por medio de la oracion; i en las buen liS acciones formó mi con­ciencia, completó mi fe : despues de l\loene-Didolo, los misioneros tuvieron mui poco que bacer. El amor dulce i amado de mi esposo me hizo cristiana. Pero cristiana protestante. Todos los misioneros que penetraban en el Africa del iur remontando el enegnl emn ingleses. El amor horrible del marques me hizo católica. El amor horrible del marque~ me constituyó en lo que soi. Uua mujer en el estado de compo.rar la civilizacion europea con el embrutecimiento de los hijos de u patria. Em mui jóven cuando saH de Africa. Desde eutónces ban pasado diez alIos. En esos diez años he recorrido la mnyor parte de Europa, se ha apurado pnl'a mi la enseñanza, se me ba rodeado de faust.o: cuando he caido bajo el látigo del capataz, era una mujer completamente educada: \lnll. hermosa negra redimida de su barbarie: uua mu­jer complctamente distinguida i esencialmente notable por el contraste de sus maneras europeas con su color de ra~o.. XC. -1 en efecto, Andres, elijo lIIargarita interrumpien­do la mareha. do los sucesos de su no.rracion; Rosal\.\ era nna dnma completa; unn. dama negra, es cierto, pero tentadora por su hermo ura especial. Finn, intelijoJl!e. distinguidn., do injeoio oultivado. bnsto.nte música pnra que so le escuchase con placer cuo.udo se sentnbo. al piano, con uno. voz dulce, simpá­tico, sentida, nrjcntina, que comunicaba a su co.nto una mll.jia indocible; Hosnll" 1'1'1\ en lodo. la estensiou de In fmse una sefIorito. admirablemente educnda. 1 digo una seiíorita, porque ROSlllia em. mui jóven. Apéna tenia veintc años. Cuando yo lo. arranqué moribundo. de las mnnos ele l\Ielchor era un esqueleto. Sus cabellos ondendos i lijernmollle Inllosos estaban entrapados por decirlo asi de polvo, riJidos, enma.ra­fiados. sus resoluciones al afrontar súbitamente la guerra. Sinembargo, hoi, cuando mis piés han hollado su suelo, la encontré estremecida. De mi espíritu &6 apoderaron entónces todos los sentimientos que apasionan ahora mismo a los franceses, i nunca, como en esta hora solemne i dolorosa, he sentido mas deciaion por ella ni llJas deseoR de ofrecerle todo lo que tengo: mis votos, mis oraciones, mis dones humildes. I apesar de esto, hermanos mios, no efOpereis que un Obispo admire la guerra! :ro! Yo deplo­ro ese doloroso misterio en presencia del Dios que vertió su sangre para reconciliar a los hom bres j i estad seguros de que todo s:lcerdote elevará. sus oraciones diariamente, a fin de que sea evitada i suprimida si se puede. Pero, ¿ quién, aun deplo­rando la guerra, no admira al ejército? ¿ Quién no ensalza su valor, su aboegaeion militar, la vir­tud del soldado, el jenio de los jefes, la justicia, la grandeza de la lucha, la inmolacion del sacrifi­cio? No me hableis del horror sublime que infun­de el trueno de los cañones ni de los prodijios de la violencia ciega j no espereis que la carnicería me arranque un aplauso: decidme solamente que ese pobre paisano frances ba dado su hijo sin mur­murar j que aquel jóven abandonó su aldea para atravesar paises desconocidos j que anda dia i noche, obedeciendo silencioso i alegre, solo con el objeto de atacar un reducto sin nombre j i que allí, envuelto en el fuego enemigo, se hace destrozar para salvar un pedazo de tela teñida con los colo­res nacionales llamado la bandera de Francia, o que Ji escapa a la muerte vuelve sin recompensa a tomar otrc vez en la heredad paterna el rastro i la azada. Ah! esto si lo admiro ___ eso es heroismo! Decidme que el jeneral, conservando su sangre fria en medio de la esplosion de mil metrallas, condujo a sus soldados al asalto, con ese golpe de vista seguro i penetrante que da el triunfo; i que adema s supo desplegar todos los recursos del espí­ritu mas libre cuando ee vió frente a frente con la muerte! Decidme que los nobles descendientes de las mas ilustres casas de Francia, alistadOR volun­tariamente, abandonan a Paris, dejan sus placeres, su opulencia, sus magníficos palacios i muchos a sus mujeres i a sus hijos, para volar al Rhin i mostrarse siempre dignos de su nombre, pudiendo así trasmitir a sus hijos intacta la antigua herenc~ de su valor! Decidme, sobre todo, ~ue los ejérci­tos no pillan,que no e. pareen el odio i la venganza, que respehn al enemigo, al herido, al territorio es­tranjero! Oh 1 entónces mi exaltado patriotismo saludará a ese paisano oscuro, a esos héroes jóve­nes, a esos hábiles jenerales, a esa guerra justa, a. ese ejército moderno; porque yo amo el sacrificio, amo al jenio, al progreso i a. la Francia. Entón­ces rogaré a Dios con ardor por el triunfo de la Su piel intensamente negra, deslustrada por la de­macracion, por la fiebre continua, se habia puesto áspera. Sus ojos, empañndos por el llanto habian contraido la inmovilidad de la atoDia, de la imbooilidad. Era un esqueleto. Parecia vieja. Profundas cicatrices surcaban aquella piel arruga­da, áspera, escabrosa.. La ruisuria mas horrible la habia dado un aspecto repugnante. Despues, cua.ndo yo me prevaU de la omnipotencia que me daba en la hacienda el tenaz empelIo del mar­ques por mi, empezó a restaurarse, por decirlo así. aquella flor marchita. I digo aquella. flor, porque Rosalia era hermosisima. Apesar de su tipo de raza, podia enamorar a un europeo, i enamoraba. en efecto a cuantos la veian. Era alla, esbelta, tenia esa majestad que dá a toda criatura, cualquiera que sea la rejion i la. sociedad en que haya nacido, la costumbre del dominio. Cuando Roso.Ho. se vió sujeta al látigo, lo. dignidad, la distiocion eran ya en ella una costumbre. Jamas he viato unos ojos tau poderosos, tan grandes, tan bellos, tan elocuentes o tan fieros COIDp los de Ro­snlia.. Jamas unas peslalIas que bayan do.do tan lánguida sombra a esos hermosos ojos. Lo. forma de su semblante lenio. los rasgos m~gnifi­cos de las antiguas esLituns !'jipcias. Esa boca de gruesos belfos, esa nariz ancha i depri­mida, eso. frente fuertemente aplastado. del negro del golfo de Guinea, no exi tian eo ella. Sus labios sumamente rojos, eran un tonto gruesos, pero esto mismo dn.bo. n. u pequeño. boca un poder de fuscinncion indefinible. Su piel ero. negra, negr'lsima, mato, tersa, semejante al ébnno sin pulimentar. 1 en cuanlo a su cllello, a sus hombros, a su seno, a touas sus formas, en fin, habio. que admirar una correc­cion perfecto. i una morbidez eucuntadora. !llis cuidndos. mi amor, mi protoccion, mi ardoroso afecto, la ho.bian re tam'ado: o. los seis meses el" tener­lo. yo junto a mi era una reina. negra: una especie de reina de So.bti, e to suponiendo que la reina ue Sabá hubiera sido tan hermosa calDO Rosalia. Reboso.bo. en ella unn. juvonlud brillnnte. Su enérjicn. orgnnizllcion no babia. necesitado otro. cosa sino que 'o cuidase de ella., a despecho de su alma que yo no babia podido restaurar, porque solo ' Dios Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. justicia, i por el glorioso ejército que va o. comba· til' i a sufrir para asegurárnoslu ___ _ Lo conficso en este momento: no puedo perma­necer insen:3ible al arito del h onor herido, ni a los motivos de azarosa- independencia i de injusticias por mucho t,iempo sufridas, que últimamente han obligado a la Fl'u!Jcia a empuñar la. cspa.da. Fre­cuentemeuto he protestado, i mui alto, contra csos odiosos retrocesos al latrocinio político de los tiempos i de los pnises rnénos civilizados j contra esos abusos de la fuerza i esos juegos de astucia que, con menosprecio de los tratados i de los jura­mentos, han consumado tantas revolucio:Jes, amon­tonando tantas I'uints, humillando i trastornando tantos E stados. No intento escribir sobre polí­tica ni pregunto en nombre de qué sistema se iza aquí o allá el pabellon nacional j pero tengo la obligacion de clamar contra la. injusticia cuando veo nplastados a los pequeños, aniquilados a los d éb il e~, cuando veo a la iniquidad invadiendo los espíritus, formándose los vastos territorios, el ho­nor i los grandes principios desvirtuándose. Al oponerse, pues, la Francia, a esos procedimientos a udaces i perniciosos que por mucho tiempo ha tolerado, defiende a la vez sus intereses, el dere­cho público i la. paz continental. Ciertamente. ahora ménos que nunca puedo permanecer insensible a los nobles sentimientos <-lue, apoderándose hoi de las almas, levantan i arrastran a la nncion entera. Asisto con placer a la tra sformacion de una raza de jóvenes inúti­les, al apaciguamiento momentáneo de las decla­maciClllcs impías. La guerra ha hecho pasar so­bre todas nuestras cabezas un :.soplo de relijion. Ca'da cual comprende mejor sus deberes i el lími­te que tienen. Los brazos acostumbrados al ocio van a armarse, i las manos que pronto empeña­rán el combate ya se alzan al cielo. San Agustin ·dice que la tierra cstá ajitada por las guerras, eomo el mar por las tempestades j i esto es cIerto: el jénero humano. tiene sus t.empestades. Tales son esos di as en que el cielo está. completa­mente cubierto, i en que el mundo parece anas­tora da de repente por el torbellino de la guerra j pero C'ntónces, como en la hora de las negras bo­na: scas, UDO recoje su espíritu i ora. J:>ronto se ha­ce universal la oracioD. En ese momento supre­mo, los corazones no conocen la duda; en el si­lencio de la adoracion remontan hasta el Señor de los dcstinos, i los mas bravos se disponen a morir valientemente por la patria, reconcili6.ndo­' 6e primero con AQUEL que manda i bendice el glorio::lo sacrificio de la sangre. Dios mio! bajad vuestras miradas sobre naso· tras! derramad vuestras bendiciones soore estos millares de brazos franceses que, a la hora en que escribo estas líneas, trabajan i se arman por la patria j sobre esos rudos segadores de nuestros 'Vuelve lo. paz nI alma del infortunado, hnciendo cesar su infortunio. 1 para ello hubiern necesitado Dios hacer un milagro. Rosalin habia esperimentado desgrncins irreparables. 1 estn mismo. tristeza sin consuelo de su alma, aumen-tnba su hermosura dándola un poético t\nte de langui­dez, de sufrimiento npurado, concentrado, pero sufrido con valor i con altivez. Pero continuemos su historia. N ecasito que por la hi storin de Rosalla á.ntes que ~or in min propin, comprendn usted con cuántn razon DiOS ha huido del marques, oonstituyéndole en el horrible . estndo de expiaoion en que se encuentrn. XCI. Rosollo. continu6. -Al poco tiempo de nuest.rns secretns entrevistas },[oene-Didolo i yo, necesitamos que el secreto deso.pa­l. ·eciese. Hncer una 'Vida comun, Vivir el uno paro. el otro bajo un mismo techo, i. se­guir el camino de la vida, el uno o. par del otro, aSldos de la mano. :m señor del lago me hizo conocer su propósito de pedirme al dia siguiente por esposo. o. mi padre. XCII. Al siguienLe dla o. lo. puesto. del sol, mi padre entr6 en mi b/\obab. Hizo salir o. mis donoellas, i se quedó solo conmigo. ---:1V,\S o. cumplir catorce /\ilo ,llumela ' yo. hace mas de tres que los cacique!; mas fuertes me ruegan por ti, 1!in conocerte (tanta es lo. fama de tu hermosura), te desen n todos: siempre como ahora, lintes de respon­derlos te he dicho sus prcLensiones. _¿ 1 qui6n me quiere ~hora por esposa? pregunté afechtndo uno. gran indiferenClo., aunque ml corazon latin violentamente. -Le COlloces, has danzado i hablndo con él. -' Cuando? -buando tu hermana Bogoring snli6 de su cabnña para vivir en b. c,.baña de Lebituan. - o me ncuerdo. -Tondré una mala guerra Sl te niegns, porque el que te pretende ahora es el poderoso sefior del lago, nuestro vecino, -Dicen que es cri tinno. _ ¿ 1 qué mns tI"-! ¿ no es podCrOM? ;. el 'l~IC C! po­deroso, no puede tener tnnto diose como qUI ra . _j Querrá que yo sea ol'i liana! LA ILUSTRACION. campos, que recojen en los surcos desecados una miserable cosecha j i sobre esos valientea jóvenes que dejan la hoz, toman el sable i se precipitan a la frontera. Dios de las cosechas 1 Dios de los combates! bendecid nuestros instrumentos i ben. decid nuestras -armas. Al terminar este año con­ceded a la Francia el pan, la victoria i la paz! (Tomado de La France, ) REVISTA DE LOS ESTADOS. Antioquia. Entre los varios decretos que hemos visto en el periódico oficial de este Estado, hallamos uno adicionando el Reglamento de la Secretaría de Hacienda, en lo relativo a las minas, por no ha· liarse e.quilibrados los trabajos de que deben oou­parse las secciones l.a i 2,a -La Comision nombrada para recibir los li­bros que deben formar la "Biblioteca del Esta­do," ha ofrecido no admitir las obras que est én -prohibidas por la Iglesia. Aplaudimos esta de­terminacion, que nos parece mas importante de lo que jeneralmente se cree. Doyaea. El Gobierno ha tomado algunas pI'ovideneias sobre el ramo de correos. Efectivamente, que ya se hacia imperiosa semejan te proviJencia. Por decreto de 2 de agosto establece la línea nacio­nal del norte, de una manera que satisface las necesidades actuales del comercio, i de los parti­culares. -Tambien se ha convocado la Asamblea lejis­lativa del IJJstado para su reunion ordinaria. Cauea. Por decreto de 20 de agosto último, el señor Presidente nombró secretarios de Gobierno en propiedad, al señor Benjamin Pel'eira G. -Otro decreto del mismo mes organi.za la Ad­ministracion de las rentas del Estado, en los puertos francos de Buenaventura i Tumaco, con­fiando a los empleados fiscales el cumplimiento de las disposiciones legales que tra tan sobre li­quidacion i cobro de los derechos de consumo. -En virtud del informe presentado por el se­ñor Roberto B. White, injeniero comisionado para practicar la visita del camino de Bolívar a Quibdó, el Poder EjecnLivo, autorizó al señor jefe Municip~l de Atrato, para que pusiese en posesion al señor l\iainero Truco del privilejio que ya le habia concedtdo en 9 de octubre de 1863, i por el cual dicho señor debe proceder a la apertura de aquella vía. -El camino que nctualmente está en construc­oion de Cali a Palmira, va adelantando bas­tante segun los informes que tenemos. Parece que ya se prefiere esta vía a la antigua, lo que no dejará de llamar los recursos que necesita, -La mujer debe obedecer al marido. -Temo si me niego que tenglls una nuevo. guerra. -¿ Consientes? -Sí, por tu paz; dices que es tlln fuerte ...... -Sus piraguas cubren el lago, i sus guerreros 1118 praderas. -Por tu vida. consienLo. -Podrá venir o. robarte, Il ponerte sobre su caballo ... -Que vengo. en bueno. hora. -Vendrá pasados tres dias. 1 mi padre conLento por mi sumision, por mi docili­dad, ignorando que mi consentimiento era hijo de mi amor, me ahrazó i sali6 vivamente alegre del basbab . XCIII. Lo. f6rmula de los casamientos en lo. mayor parte de llls tribus del Africa del sur, es lo. siguiente: El que h:l. elejido uno. doncella paro. hacerla su espo­so., llevo. durante in. noohe una ternero. blanca a la puerta. de 1/\ chozo. de su mndre, o u. falta de esta o. la de su padre, i la ato.. . Se oculta en un sitio desde donde puede ver SJU ser visto, i si al amanecer. el Plldre o la madre de lo. eleji­da sueltllu la ternero. i la sacuden pllra que se aleje, es señal de que no quieren cn al' a su hija. Si por el ooutrario 11' meten dentro de lo. cabnñll, el pretendiente puede !Iegar, ent~nr ~ hacer su demanda. La demnndn consIsto en lo slgUlent(': -j)li cnbllña está solo. i desamparada: en su hogar no arde el fuego, i 1.15 noohes son para mí tristes i lnTgns. . i los p/\dl'es no aceptan le dIcen: _ 'Por'qué no hlls pue to tu sefio.l en la cobezll de la terne;'a! · Si hubiérnmos sabido que era tuya I hubié-l'nruo ~ ahuyentado. . El pretendiente recobra su t~rnero . 1 sale. i los padre Ilceptlln al novIo le dIcen: -Toma de entre no otros a lo. que Ilnyentará la so­ledad de tu cabaña i hnrá lucir tu hogor. A este consentimiento responde el no.,.io con un nue­vo regalo, i aquello. mismnnoche, se presenta armado en lo. puertn de lo. ell'jida para roborla. _ . us porientes i u amigas pretenden l~redU' el ro­bo i se traba en la puer! nna lucha fictiCIa. Mas que una lucba, una especie de danlta nerrera, que se termin dando el novio algunos regalos a los que o oponen Il '1ue l'ulrc ,'n h cabail~. . Los que re~istilln se cODiHdcr l\ v('neldos .1 huyen. En16nces el novio entra,arrebata a la nona 11 mon­to. en su caballo. 591 Cundinamarca. Ciudadanos Diputados a la Asamblea constituyente del Estado. Servios poner al órden del día la solicitud que fJuedó pend iente en la última Asambl,' a, hecha por 103 vecinos del estinglJido distrito de San Alltonio de Ricaurte, pora que se le restablezca a su antigua denominacion. Una pobl acion que consta cerca de 5,000 ha­bitantes, que posee u na riqueza bastante para los gastos de su administracion, que puede mantener do.3 escuelas, i que tiene el personal 6u ficiente para el desempeño de los destinos publicas; creemos con sobrado fundamento, que no haya motivo plausible alguno para borrarla del catá­logo de los distritos. Adamas de hacerle un posi­tivo bien a esa poblacion, el Gobi .. rno recibirá, sin duda, una mej ora en la buena marcha de la administracion pública. Recordad, ciudadanos Diputados, que la po­blacion de San Antonio de RicaUlte tiene de existencia, como entidad moral, mas de 300 años. Servíos, pues, ciudadanos Diputado!!, disponer que dicha solicitud sea tomada en considoracion, para que se le imparta la justicia que le asiste nI vecindario de San Antonio. 15 de setiembre-1870. VARIOS VECINOS. Santander. En Mesarica, jurisdiccion de la aldea. de San Pedro, de Ocaña, acaba de practicar el señor Jo­sé María Peña, un ensayo mui satisfactorio en el manantial de agua salada que allí existe, i pa­ra o cual fué con~ratado por el jefe departamen­tal de Cúcuta. Dicho señor Peña presentó como r esultado de la exploracion mencionada, un pe­dazo de sal compactado de 8 kilógramos de peso, i un informe bastante precisado de que ya tendri conocimiento el Gobierno de la Union. -Por decreto de 26 de agosto último, el se­ñor Presidente del Estado convocó la Asamblea lejislativa, que se reunirá. el 15 de setiembre_ -El señor Secretario jeneral celebró un con­trato con los seliores L ean V árgas U ribe i Ra­mon Yásquez, por el cual les da a interes la can­tidad de $ 4,400 cuyos intereses pertenecen a los hijos del ciudadano Vicente Herrera. EXTERIOR. Guerra europea. Como todo cuanto se relaciona en la guerra llama en estos momentos la atcncioo del público, i CalDO tanto se ha hablado de laS" ametralladoras, trascribimos a continuaciOD el siguiente artículo, publicado por El Tiempo i en el cual se describen estas máquinas: " Despues de la invencion del fusil Chassepot, del de ag!y'a, de la carabina Mi'm'é, del revolver i de Sucede otro. nuevo. lucha. Los parientes, i no solo los parientes, sino a veces la tribu entero. de lo. novia, rodean al caballo sobre el que montan los dos yo. casi esposos. El novio vence, arrojando o. SUB acometedoreg algu­nos reglllos sobre los que estos se arrojan, i aprove­chándose de este momento de tregua., huye con lo. novia i la llevo. o. su cabaña. De este modo se efectu6 mi casllmiento con Moene­Didolo. No hubo mllS diferencia que la de que los regalos fueron magníficos, como era de esperarse del rico i propietario rei del lag.>. Doscientas terneras blancas, una gran cantidad de oro en polvo, infinitas piezas de telas de algodon, gran número de colmillos de elefante, i sartas de corales i bujerlas, hé aqní lo qne Ioene-Didolo prodigó para obtener el dereoho de llevarme CODJ!igo a su tribu. XCIV. Encontré hermosísima la aldea. de ?tloene-Didolo. Se estendia en la ribera de un estenso i azulado lago. sobre nna magnífica pradera en que pllstablln numero' sos rebaños. Al limite de aquello. pradera i en derredor del lago se ostentaba rica. majestuosa, la infinita variedad de árboles de nuestras elva8, Yo e,tnbn aco tumbrada al sombro o espacio de mí retiro, cubierto ~iempre por un egpe_o folloje, i aquel espaci:> e 'tenso abierto, aquel alegre lngo en que ee reflejnba el cielo. aquella e.otl!ndill pradera me p re­ca ron hermoS!: i mo,. .\.demu las cllbañ:1'! de l nldea de estabnn mejor con truida". (:ran m B limpias 'luo la~ que yo hnLi ¡-to b ~t Lo!' úb,Jito de ~loene-Dldolo p. red 80S: e.lab n mejor "e Lidos, mfljor .arw mas rico,_ _ Ioene-Didolo grande", ma enlóDce-. n mas hermo­dos; p red D La cabanas se estendian en una sola lIn !o re> I ribera circular del Ingo: en el centro de e !Ine habia IIoIgunos buenos edjficio~_ Los mi_ionero inglese habían dirijido su coustroc­ci( ln. En el centro h bi un edificio cn l' do. ndllo, pero ¡je mui buen a-pecto, era 1 igle:ñ : un... UbuJ le prec lia: aquel '1' lbulo serna u tnbunal a M ne-Didolo _ (C'< 1- ) Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 592 otros aparatos porttüiles destinados a matar hom­bre~ a destaJO, era de esperar .que se tratase de idear otros de mayores ~roporolOncs OOI~ 1m lauda­ble objeto. Así ha suoedldo, por deagraClu, aun.q ue no falta quien diga que por fortuna, fundá.uctose en razones que se espresarán mas adelante. En efecto en estos últimos años se han inventado las máqui'nas llamadas ametrallado"as, que son cierta­mente las mas mortíferas dc cuantas se han ima­jinado hasta el dia, esceptuando la artillería de vapor. "En el pI'esente artículo se hablará. solo de dos ellas, que son la belga i la a.mericana, La pl'imera, inventada eu Béljica, se compone de un tubo de hiel'ro que encierra. 37 cañones de fusil, 1"ayados, dispuestos en círoulo i abiertos pOI' sus dos estremidades, Dicho tubo se halla colocado sobre una eureña, que tiene sus correspondientes ruédas, lo que da a este instrumento mortíf~ro la apariencia de una pieza de artilleda. Para car­garle, se introduce en la recámara del tubo de • hierro un disco, en el que hai 37 huecos, que co­rre:; ponden esactamente a las 37 aberturas poste­riores de los cañones, i en cada uno de los cuales se coloca ántes un cartucho con bala cónica. De­tras del 6itio en que se coloca el disco hai un aparato de pcrcusion, que por medio de una pa­lanca que se mueve fácilmente con la mano, puede aproximarse a él, i haciéndole funcionar, su cho­que contra el disco produce la esplosion de los cartuchos, i salen las 37 balas en la direccion que se desea, par:l lo que ticne el cañon de hierro su punto de mira, como las piezas de artillel"Ía. "Las balas llegan hasta la distancia de 1.500 a. 1,700 metros; pero no se puedd afirmar nada todavía acerca de la esactitud de su puntería. Sin embargo, considerando cada caüou separadomente, i siendo rayado, ofrece una gran seguridad en este punto j pues calculada la trayecteria de su pro­yectil, i teniendo en cuenta que éste no encuen­tra obstáculo en su marcha, parece qua debe dar en el blanco propuesto. Como quiera que sea, disparando la ametrat/adora sus 37 tiros contra un grupo de hombres, es de creer que haga mas doño del que quisieran los amantes de la humanidad. "Veamos ahora como continúa sus disparos esta máquina infernal. Despues dcl primero, basta para hacer otro quitar, el disco cuyos cartuchos han hecho esplosion, i colocar en su lugar otro con nuevos cartuchos. En seguida se pone un ter­cer disco, luego un cuarto, i así sucesivamente; i como se tarda tan solo un minuto en mudar ocho discos, se sigue que en dicho tiempo se pueden hacer 296 disparos. " Casi todos los batallones de cazadores belgas tienen ya sus correspondientes amebrallaiWras, pues se han creido estas a propósito para apoyar las maniobras de la infantería. "La ametralladora americana, así llamada por haberse inventado en los Estados Unidos norte americanos, es mas complicada que la belga, i tie­ne por 10 comun seis cañones, Estos se hallan situados al l'ededor de un eje, i están igualmente cubiertos con un cañon de hierro colocado sobre 8U afuste j así que se asemeja, como la antcrior, a una pieza de artillería. Se van colocando cartu­chos metálicos sobre un plano inclinado, i por me­dio de un movimiento que se imprime al aparato, valiéndose de un manubrio, dichos cartuchos se van introduciendo uno tras otro en los cañones, i hace cada uno su esplosion. " Como esta ametralladora puede disparar hasta 1,000 tiros sin interrupcion, o lo que es lo mismo producir una corriente contínua de proyectiles, ha recibido el nombre de bomba de balas, Para conseguir esto, basta que un hombre esté dando vueltas costantemente al manubrio i que haya ba­las en el plano inclinado. El número de tiros que dispara este aparato en un minuto depende de los caüones que contenga. Teniendo de seis a diez, puede hacer desde 100 a 300 disparos en dicho tiempo. " En vista de los terribles efectos que pueden producir estas nuevas armas de fuego, han pensa­do algunos hombres filantrópicod que en lo f:tucesi­vo serán las guerras tan desastrosas, que aterradas las naciones proeurarán evitarlas a todo trance. Poseido un sabio de esta idea, cuando se inventó la. artillería de vapol" dió el nombre de lJllcificador tm~'ver8al al primel' aparato de esta especie que se construyó, ~n esto se funda el que muchos crean C0l110 hemos dicho arriba, que las ametr'alladoras se han inventado para bien de la humanidad. " Pero otros piensan, por el contrario, que es­tas i otras máquinas semejantes dejarán de usarse mui pronto i qtledarán l~s cosas como estaban á.btes de su invencion. En efecto, dichos armas, a causa de sus rápidos disparos, necesitan un par· que inmenso, que es casi imposible que conduzca un ejército, pues ademas de sel' mUl embarnzoso i costoso, es mui espuesto a esplosione!!, que harian mllB estJ1lgo en SUB filas que las balas enemigas." LA ILUSTRAOION. ==============~============= -En la gucrra actual entre Francia i Prusia van a batirse de cado. parte lo ménoa 800,000 hombres. Las principales batallas de Europa desde 1800 son: l\1arongo: 28,000 franceses i 30,000 aus­triacos, 58,000 cmbatientes. Bajas entre muertos i heridos, 13,000 h. Austerlitz, 90,000 franceses i 80,000 austro­rusos: 170,000 combatieutes. Bajas, 23,000 h. J en a, 100,000 franceses i 100,000 prusiauos: 200.000 combatientes. Bajas, 34,000 h. Wagram, 150,000 franccses i 130,000 austria­eos: 280,000 combatientell. Bajas, 24,000 h. Borodino, 125,000 fmnceses i 125,000 rusos: 250,000 combatientes. Bajas, 80.000 h, Lipzig, 150,000 franceses i 280,000 aliados: 30,000 combatientcs. Bajas, 50,000 h. Waterloo, 68,000 franceses i 67.000 ingleses: 136,000 combatientes. Bajas, 14,000 h, Solferino, 135,000 franceses i sardos i 136,000 austriacos: 271,000 combatientes, Bajas, 27,000 h, K.oonigshrrotz, 200,000 prusianos i 200,000 austro - sajones: 400,000 combatientes. Bajas, 28,000 h. Resúmen jeneral : cerca de 2.200,000 soldados batiéndose, ocasionando grandes gastos i estragos en la agricultura, la industria i el comercio, i unos 300,000 próximamente muertos o inutilizados pa­ra la sociedad. i Esta es el arma de la civilizacion i del progreso! i Vi va la guerra! BIBLIOGRAFIA E HISTORIA. Tradiciones perdidas. (Continu8eioD.) Ahora bien: el dato cicntífico que se ha toma­do como prueba de la filiacion de esta nacionali. dad americana con la nacion ealdea, puede ser tambien mui controvertible j i advertimos que lo mismo se puede argüir con respecto a los ejipcios. Es peculiar de la zona tórrida la limpidez i hermosura del cielo. Quién no lo sabe? Allí en noches de armouía i calma, bajo la influencia de una temperatura dulce i de una atmósfera cargada de aromas, el espíritu del hombre se abandona a la meditacion de grandes ideas enjendradas por la inmensidad, por el silencio. Al vivo fulgor de los astros se dilata en el infinito como uu fluido que naturalmente tiende hácia el cielo, i dejando correr el pensamiento tras de esas órbitas incon­mensurables, mide la mano que las trazó i se in­clina bendiciendo la soberana voluntad I)ue hizo brotar tales creaciones de la nada, combinándolas en un movimiento eterno. Por una parte, la re. gularidad en las traslaciones de masas tan porten­tosas j la sucesion no interrumpida de las esta· cioues, de los dias i de las noches; los fenómenos constantes que se reproducen invariablemente en el espacio: i por otra, nuestra fujitiva existencia en la tierra j la inmortalidad bullendo en lo mas pr~f~ndo de nuestro sér, i una vaga felicidad que adlvlUamos en no sé qué mundo de los que jiran sobre nuestra cabeza, incitan a la observaeion continua de tal prodijio, De esta manera parece que entraron en la via de las altas especulaciones filosóficas los pueblos espirituales del oriente j i de esta manera tambien se iniciaron en la astro­nomía los ejipcios, los caldeos i los chinos. Pero ~us conocimientos no debieron pasar de los que les proporcionaba esa asídua observacion de los mo· vimientos i revoluciones celestes, en su parte puramente dinámica, sin relaciones conocidas; por lo ménos las rectificaciones de los sabios mo­dernos han demostrado cuán infundada era la ciencia que se les atribuia, Pues bien: estas mismas observaciones han podido hacerse de la misma manera, en cualquiem otro punto donde el cielo presente con igual esplendor ese admirable espectáculo. Así ha sucedido, Sinembargo, para llegar de estas observaciones a los resultados de la verdadera cieneia, fué necesario valerse de la jeometria, creada posteriormente por los grieaos, e inventar los instrumentos poderosos de que bhoi se enorgullecen los astrónomos. Por otra parte, tambien era peculiar del pue· blo muisca el estudio de los astros, i no se sabe hasta ahora que tuviera relaeiones con los tolte­cas. Aquella noble nacioo,civilizada por sus propios esfuerzos, fundu ba su cronolojia, como todos los antiguos, en el sistema lunar; i la intercalacion de una luna en su calelldario, para que correspon­diese con el año solar, la hacia tan natural como fácilmente sin incurrir en las dificultades que pl'esentó el aüo juliano arrE'glad'o por el famoso Soxíjeues. La incesanto ob.servacion de aquel as­tro i el cul to de que era objeto, hicieron que pronto se tomuran sus evoluoiones por norma para los períodos civiles, para las fiestas relijiosas i para el órden de las cementeras, todo lo cual estaba a cargo de sus jeques. Tambion en su cielo estaban representadas las 81'0téosis i habia anilUale~ comQ entre los ejipcios, que correspondian a un astro o'~ una constclacion: Bochica estaba divinizado en el sol, i las diversas posiciones de la rana indica­ban las f'lses de la divinidad, organizando segun sus revoluciolles los trabajos de la agricultura. Esto nos conduce a creer, miéntras no aparezcan nuevos datos, que cada uno de los pueblos civili· zados manteuia necesariamente estas nociones, ad. quiridas de un modo natural i dcsarrollauns en proporcion de sus aptitudes o conforme lo cxijian sus creencias. No parece, pues, que haya un solo vestijio ~o­bre el cual puedan establecerse sólidos argumen­tos. Pero apeBar de esto, si e<>nsideramos que 1011 tolteoas debieron hacer suyo el idioma, como las artes i las ciencias de los xibalbáes, a la maner'J. que los bárbaros dél Norte calcaron los suyos so. bre 01 de Eoma; es probable que el estudio filo­lójico del quichée, ún ico que existe, diera alguua luz en la materia, o cuando ménos nos ilustrara en la etnografía americana, dando una idea mas esacta de aquelllls cultas naciones, Creemos dig­no de notal', que en el quicbée i en todos sus dia. lectos se hallan monosílabos radicales en abun­dancia, que parecen ser el oríjen de muchas voces en los idiomas europeos, o que las han couservado mejor que aquellos si las tomaron en las lenguas de la India i de la J ermania. Est.a observacion 110 es simplemente un juicio formado sobre algu. nas pocas analojías j sino el fruto de un largo estudio oomparativo que principió el padre Jimé ­nez i han continuado con buen suceso, entre otros, Molina i el abate Brnsseur: estudio in éd it.o has· ta hoi que, fructuosas investigaciones, lo acaban de presentar como nuevo medio de rectificacion. Al tratar de eEte asunto no podemos omitir la eireunstan.cia, ya plenamente prClbada, de I)ue la lengua qUlchée i otras muchas americanas tienen el verbo sustantivo ser, pudiendo formar ar:í ora­ciones pasivas que prueban la existencia anterior de ideas abstractas. jijste punto, tan debatido en otro siglo cayó luego en el olvido j mas, vol.era a sucitarse bajo el interas científico. Durante la conquista se alegaba por los opresores de los in­dios, qne siendo sus ieliomas incompletos no po­dian espresarse en ellos los textos sagrados del antiguo i nuevo Testamento. Tal argumento em­pleado para demostrar la inferiorid'ld i e&tupidez de la raza amerioana, ha venido a desmentirlo un exámen ménos apasionado de este idioma, ~e ademas de ser armonioso se presta con faci lidad a los diversos jiros del pensamiento. Es cierto que,segun la opinion de los mas sabios linguistas, e~ .erbo ser no pudo existir en las lenguas primi­tivas, porque en ellas la palabra encerrab¡\ imph­citamente cada uno de los miembros de la propo­sicion lójica, i teniendo sentido concreto el verbo pasivo se sobreentendia en el sujeto: por e ta razon no existe todavía en el chinesco. Pero cuando se destacaron de esa forma primitiva cada uno de los miembros oratorios, se hizo necesario espresarlo. Así, pues, este verbo pertenece e~elu­sivamente a las lenguas derivadas, a las indo­europeas i semíticas j i su presencia en !as ameri­canas podría ayudar al eselareciwiento de algunas cuestiones. En esa lengua están eS':lritas tradicio­nes desconocidas, i por esto mismo mui interesan­tes: se hallan tambien poesías i dramas, como ya lo hemos dicho, en que el sentimiento de lo bello se espresa con un gusto bien delicado. ( Continuat'á.) 'i' 'i' .~ran batalla % %-Se dará en la Ajeneia del O O \Uf iorrA_crito con los que quieran comprar un famoso surtido de que tiene encargo de realizar ll@.. a prillcipale .• , C03tOS i comisiollu de venta, ~ ofreciendo de ante­mano la victoria al comprador. Bogotii, setiembre 13 de 18íO. L\ZARO MARÍA PKRBZ. 4-1 Bouscatel -Avisamo~ a nU~stros favorecpdores '1ue desde los primeros dias d~l presente mp es­tamos a su dispo':cion E'D el almacpn AMÑr.¡CA , canera de Bogotá, cslle 1~, número 18, en dOllde pncolltrnrnn un magnifico surtido de ropa hpC'ba, ca\¡mdo, sombreros i otros artículos de moda. Todn a precios cómoclo~. Bo~otá, 20 de julio de 1870. F. JEAN & C.a-Sucesores de Bouscatel. 30-3 'lt'Deluquería de Paris.-(l~CALLE DR FLORIA~, .Lr- NÚMRRO 14.)-Avi ·amos al público enjenernl, i a nuestro fnvorpcedores E'n particulllr, que de hoi en adelante se despechará en este Establecimipoto con el esmero i esactitud acostumbrados; i que la caSA usarñ del nombre i firma oonocirlos. Bogotá, 11 de setiembre de 1870. p, GILEDE &; C.a 24-2' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

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La Ilustración: política, literatura, noticias, filosofía, relijión, artes i oficios, instrucción pública, bibliografía, medicina, variedades, revista de la ciudad, revista de los estados, de Europa i mercantil - N. 148

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