~S'l!ADO SOBERANO Dl! BOY ACA-J
Et TORNIllO •
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TB I}\[ lII.! Tunja, 22 de julio de 1865. ~ NUM. 32.
ADHESIO
Aunque las dimensiones de nuestro p('ri'ó(
lico no nos presentan facilidades para hacer
in 'erciones ele esta especie, sinembargo, por
satisfacer al pueblo ele Zetaquil'a, publicamos
a eontinuacion el documento que contiene el
voto de aquel distrito ..
Los qúe esta suscribimos, votaremos en las pr6x'i.
mas elec'ciones para el período constitucional' enfran·
tf', para presidente de los Estados Unidos de Colom.
bia, por el gran jeneral
TO~1&3 cr~PRIAN@ D;! lI.(j))g(QlQJEllt~~
j para presidente del estado soberano de 130yacá, por
el ilu:,t re jeneral
SANTOS ACOSTA.
Zetaquiro, mayo 15 de 1865.
Benigno A. Castillo, C. M . Sierra, José Maria
l1Juñoz, José' María Ftórez, Proto Sierra, El alcol.
de, José jlJaría Fara. El secretario, R. I. Cerda.
El tesorero, Alejo Tolosa. JaeÍ1.to Roque Ramírez,
Jerónimo Muñoz, lI!lariano Herrera, El juez, Jesus
Pá!z. El presidente del cabildo, Clemente Lésmes.
El secretario, Francisco Arenas. Pedro Igllacio He .
rrera, Santiago Várgas, Nepomuceno Aconcha, Cal'.
los lII. Becerra. J. Vicente Quezada, Tibllrcio Daza,
.Tasé Evaristo Vaca, Hilarion Sánchez-, Nepomuceno
Chaparro, Manuel' Herllánde~, Gregario Me71doza,
Antonio·Moreno Calderon, Lean Venáncio Amaya, S.
R. Amaya, Alejo Rineon, José M. Jiménez, A. Mo·
ra, Vicente Rincon, Juan de la C. Bitala, Nicolas
Rójas, Domingo .Martinez, Bonifacio' Ramírez, Ciria·
ca Sotaquira, Antonio Silva.
REVISTA.
La calma mas completa reina en el €stado.
lIai indicios que claramente dan a conocer la tranquilidad
de espíritu de los boyacenses.
No es que el gobierno tenga suped .tadús a los ciu·
dadanos i que estos no se puedan mover pcrque tro.
piecen con las bayonetas. No, el gobierno no se
siente en Boyacl: en todo el estado apénas se en·
contrarán unos treinta hombres armados.
De ahí se infiere que el carácter de estos pueblos
no es feroz como ha querido pintársele. Si ellos
tuvierun malos instintos, nada le3 seria mas fácil
que el satisfacerlos, viviendo como viven tan holg l.
domente; i cntónces el gobierno tendria una oro
gallizacion de fuerza suficiente para hacerse sen.
tir por donde quiera.
Cuando los conservadores mismos están en el
ónlcn, sinembargo de las preocupaciones políticos
que los dominan ••••
La rel'olucion, aquí como en todas ' partes, dej6
las semillas de odios que lueO'o fueron e<;tallanclo • b
SuccsJl'amente, pero que el tiempo ha venido dismi·
nuyendo j que al fin los extinguirá dcl todo, porque
nuda es mas contrario a las venganzas que la cal.
' \la i la rcllexion,..
Los homl!¡rEs, por mui díscolos que sean, no dej an
de apercibirse de que la sangre ensucia hasta los ves·
tidos e inspira a todos grande horror; miéntras que
la jenerosidad i la clemencia leS" purifica el alma i
los hace estimabl es i de sociedad' apetecible.
Algunos han tomado a su cargo hacer una :cari.
catura de este estado, i al dedo prescinden de
cuanto bueno- se hace i· se flota en él, exhibiéndolo
solamente pOI' su lado gaco, i eX'aj'e rando siempre.
Nil'lgun hombre de juicio querrá por estas pinturas
format: idea del orijinal. Si a una persona han·
rada tan solo se le hiciese la cuenta de sus deudas;
aparecería en rui·na.
- E! mes de junio fué fecundo en regocijos. Siem.
pre los dias de san Juan i ~an Pedro son debidamen··
te solemnizados.
Las antiguas corridas de gallos como que van
quedando reducirlas a mero simulacro; lo que es
un verdadero progreso. No atinamos por qué causa
se ha escojido a esos infelices animales para apri'siona
dos con un rejo, colgarlos en una horca i sujetarlos
a halones de pescuezo tan terribles!
Para conmemorar el martirio de los santos
pudiera degollarse un cordero o un becerro'; pero
así se acabaria pronto la diversion, porque ae un taj?
de cuchiHo quedaria' separada la cabeza del tronco.
De otra parte, tales animales no serian mur
apropósito para enarbolarlos; así es que los- amigos
de los suplicios prol'Ongados IJan sabido lo que han
hecho cuando han escojido los gallos para COT7'er san!
Jua rlt. j M ui triste suerte preside el destino de. los
peseuezones !
El dia de san Esteban i por qué no apedrean a'
las gallinas? El (Ha de san Sebastian i por qué no
ensal tan con flechas las pechugas de tantCls piscos, o
sean pavos, como marchan por estos mundos 1 El
dia de san Lorenzo i porqué no queman algul1 zo-""
Ha? El dia de santa Polonia ¿ por qué no le sacan
las muelas a uno de tantos comilones? El dia de san'
Dimas i por qué no le rompen las piernas a tres o
cuatro saltarines? El dia de san Bartolomé ipor qué
no se le apli{!an veinticinco azotes a cualquiera de
esos que los neces:tan 1 ••.••
Pero la cosa ha de se r con los pobres g allos. _ •••
Sinembargo, es cierto lo que dijimos' ántes: estas
prácticas crueles, que fil osóficamente no tienen ra·
zon de ser, están red ucié ndose un poco. Parece
que se le ha encontrado j usticia a Lamartine cuando
ha dicho: "Todo ser que siente tiene derecho a
que se le economice el dolor. "
Ya entre nosotros las c orridas de gallos son el
pretesto para salir a pasea r: nadie se fija en tal es
odiosos espectá culos, i los acto res comianzan a desaparecer
por ful ta de público.
Aplaudimos la Ü.lea de salir a pa sea r el dia de
san Juan, o de san Diego, o de c ualquiera ot ,·o
santo, porque nos ¡¡gradan mucho esas reuniones de
cam po donde las rela c iones se estrechan, los sentimientos
iene rosos se cultivan, la diversion declara
la gucrrá al -tedio, la naturaleza se acerca mas, se
respiran aíres puros i se contrae el dulcí~imo deber
de la gratit ud i todos los demas que la amistad i el
afecto imponen.
E n el lllcs de J lln io hubo unos cuantos de estOS"
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
130 El .. TORNILLO.
paseos, lo que prueba que no estamos tristes; i no
nos acordamos si fué san Francisco de Sales quien
dijo que" la alegría era señal de virtud." El hecho
sí es que Jos enfermos i los que tienen remordimientos
ca$i son los únicos que están tristes.
FIESTAS. El 20 del prosente se comenzaron en
Chiquinquirá. Debe haber habido una mui buena
concurrencia. De esta reposada ciudad no mas
salió e119 una numerosa i lucida cabalgata. Los
chiquinquireños nos hicieron un cortés convite, pero
nuestra voluntad fué impotente para vencer las di.
ficultades que se nos presentaron. E speramos que
hayan aceptado nuestras escusas, i les deseamos
un placer no interrumpido.
Vai'iacion de meridiano.
Esta es una de las hosas notables que han acon·
tecido en Tunja; suceso de tamaña magnitud, que
ha pasado desapercibido como desapercibidos pasan
otros tamaños sucesos.
Por fortuna, o mejor dicho, -por desgracia la
variacion ha sido parcial: unos tunjanos viven so·
bre un meriqiano, i otros sobre otro; lo que no
deja de presentar inconvenientes.
Es el caso que la torre de Santiago, con campanas
i todo, ha avanzado 15° por lo ménos Mcia
el oriente. Cuando en el resto occidental de la
ciudad son las 11, en la citada torre están so·
nando las 12. Los guardatiempos llevan pues una
hora de diferencia.
Como el adelanto se nota en el de la catedral,
quiere decir que este edificio presenta primero su '
faz al sol, i que por consiguiente allí se llega
primero al medio dia: esto es precisamente estar
mas oriental.
Nuestro cálculo para saber los grados de avance,
es- el hecho jeneralmente por todos los jeóg afos.
Si la circunferencia de la tierra, así como toda circunferencia,
se reputa dividida en 360°, i si esos
grados pasan sucesivamente por delante del sol en
24 horas, que es el tiempo que la tierra emplea en
su rotacion, no hai duda que durante una hora deben
pasar 150; i como una hora es la diferencia que se
nota entre LA CASA DE LA TORRE, por ejemplo,
i la torre de ' Santiago, porque cuando aquí son
son las 12 allá son las 11, parE~ce científicamente
probado que la torre de Santiago ha avanzado
150 hácia el oriente, que era lo que nos propo.
niamos demostra r.
1 aunque de un punto a otro de los que h~mos
tomado por término de comparacion habrá 100 me·
tras de distancia, i no es posible que 100 metros
abarquen 150, sinembargo se sostiene que las 12
deben ser en la catedral a las 11.
Lo que nosotros pensamos de serio en esto es,
que la diferencia de horas proviene del desarreglo
en los guardatiempos. El medio dia n~ pue?e
fijarse por la hora en que den las 12 en una IgleSIa,
o por la en que 10 marque un reloj . Las 12 i las 8
en una parroq uia dependen hasta del estado del estómago
i de la cabeza del campanero, i la fijeza de
un reloj depende de su clase i de mil otras cir·
cunstancias. El nuestro no hemos podido conseg11ir
que pase de las 4, annque con el dedo les hemos
ayudado a los punteros. . .
Para resol ver la cuestion de diferencia de horas
DO encontramos otro medio que buscar con esactitud
la meridiana, i por ella arreglar buenos cronómetros.
Todo lo demas no pasará de conversacion,
i nadie podrá decir qué hora es en un lugar, ni
cuando es medio di a, ni hallar la diferencia de Ion.
jitudes.
Sin~mbargo, esta cuestion está pendiente en la
corto del estado. Ha ocurrido allá un incidente en
el cual tiene que resolverse si en realidad son las
12 cuando las da un campanero o las marca culo
quier reloj. Veremos la resolucion, i segun ella
podemos tambien decidir si efectivamente la torre
de Santiago ha avanzado 150 Mcia el oriente.
Nosotros estamos en apuros, porque si se re.
suelve que son las 12 cuando las marca un reloj
, segun el nuestro, mucho tiempo hace que no
es medio dia.
COLABORADORES.
A LOS AUTORES DE LA PRODUCCION Ee\' VERSO QUE:
CIRCULÓ co::-¡- EL MOTE DE "GODOS SO~lOS. "
.......... ~~~--......
Yo vos digo fabladores
Que debedes non jactavos
De ser de nue5tra prosapia "';.l
E por ende fijos-dalgo;
Ca si de godos el non me
Vos dieron, non bien cataroD,
Magüer seades subcesores
De Julian el renegado.
Negra e fiera fechoría
Fizo aquel i gran desacato!
Vendiendo patria e fogares
A los moros mahometanos.
Ca si el rei le 5zo entuerto,
En el reí debbió ven gallo,
E non tomar derech ura
A cu itarse a los estraños.
t Ouúndo vos vido Castilla
-A-ragon o Lean guerreando,
En contra de los muslimes
E a la pró de ~os cri~tianos?
Cuáles fueron vuesos fechos 1 ....
Fechas solo de menguados!
Fuístedes siempre a las lizas
Las ganancias a Ilevarvos.
Siempre fuyendo los cuerpos,
Siempre la vida guardando,
Siempre fnciendo provechos;
Non fué así en cincuellta e cuatro?
Otro sí, a vuesas fazaBas
D' aquel maldecido año,
Añad ístedes aquella
Tant d' usanza de villanos;
D' amarrar a los venzudos
E d' echa los amarrados
Do los yanlasen las fieras
E non dejasen nin rastro.
Non malsines, non podredes
En lei de nobles preciarvos
Por subceoores de qu:enes
Aquestos rainos ganaron j
Nin d' aquellos que en Asturias
So la voz de don Pelayo
Ficieron jura de guerra
Por librar los sus hermanos.
E mil vegadas vos digo
Que debedes non jactarvos
De ser de nuestra prosapia
E por ende..fijos dalgos;
Ca si de godos el nonme
Vos dieron, non bien cataron,
Magüer sea des subcesores
De J ulian el renegado.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL TORNILLO. 131
V.A.RIED.A.D ES.
YA NO SOl LOCUAZ.
U
POR QUÉ LO FUí.
Al amigo de J ulian.
Mi apreciado amigo:
Considero del todo inocente continuar mi correspondencia
para iuformar a U. de l0s mo[¡vos que me arrastraron a ser
locuaz. Sen tiria mucho que mis amigos lo atribuyeran a mal
carácter. Re siao fastidiosa, no lo niego; pero jamas pasó p0r
mi mente la idea de molestar, de ofender a nadie. .
Usted conoce, mi amigo, las rencciames del espíritu humano.
Gur ndo el equilij¡¡rio moral se altera por la prepouderancia
de alguna fuerza, pnede esta llegar a su maximum de intensidad
i ocasionar una verdadera perturbacion, o la fuerza
opuesta despierta toda su enerjía, i no solamente hace recobrar
el estado primitivo sino que obtiene eonquistas para sí.
Un resorte que se t rate de doblar, o se rompe, o vence la
accion que lo oprime i f>WI estremas casi llegan a juntarse por
el lado opuesto.
Yo he sido víctima de esta lei tanlo tisica como moral.
oi a esplicarme con U-No
sé si U. eonoció nuestras relaciones de hasta haee pocos
años. Mi mamá, pagando el correspondiente tributo a la
sllperficittlidad de la época, se dejó deslumbrar por lo que a to dos
tenia ofuscados. Una casa al gusto moderno, vestidos cortados
estrictamen te al tenor de los figurines de Paris, muebles
suntuosos, :viandas delicadas, ostentacion en todo i para todo,
eran las condieicmes que jeneralmen.te se exijian en las personas
para poder entrar en relaciones con ellas, sin esponerse a
pasar una por de mallono. En esa época las relaciones como
que no estaban mandadas hacer para los que se trataban, sino
para producir efecto en ei público. Todos estábamos haciendo
un papel: la sociedad er.a el grande espectador.
Así como los actores en los teatros no tienen que ver con las
co-:diciones personales de sus interlocutores, escepto en 10 que
dice relacion con el drama o comedia, nosotros no nlnn 1. ' ... Es mui sencillo que yo te lo diga : pm'que no sa?en I
) o cr~la lo mismo que tú, que los tosoros de su corazon I los
J C'ceptaculos de su ciencia estaban reservados pora ciertas persona"
i poro ilo hablado con todos los que van a allá, i no.he
encontrado uno solo que baya descubierto la dulzura i la amabilidad
en esos señores. n
En otra casa las cosas variaban de aspecto: 01 horizonte se
ensanehaba pero para determinados favorecidos.
Las señorItas parecian tener dos caras.
La una con aire de suficieneia, siempre exhibida pero jamas
demostrada.; la una deSdeñosa, afectando desprecio por todos
los demas,slD contar con que por este medio mostraban lo árido
del corazon i lo mezquino de la intelijencia -cosas contraproducentes
para ejercer predominio. La otra faz era risueña
i afable, llena de ternura i de manifestaciones jenerosas.
De este s@l no disfrutaba sino el afortunado que estaba a su
derecha: para nosotras habia eclipse total.
Uno de los caballeros prescindia absolutamente de la sociedad,
tomaba a una señorito. i todo el entusiasmo, todas las
improvisaciones, la vivacidad de las imájelles, las demas figuras
oratorias, las esclamaciones teatrales, las maromas i las
,Jlantomimas; todo, todo nos lo robaba, i dejándonos tristes i
sorprendidas se iba con el incensario a quemar sus perfumes
al pié del objeto de sus cultos.
Qué afectuoso i tiemo es este Abelurdo, le dije una noche !lo
.Julia. .
u Qué ma~ criado I me contestó: si nosotras hubiéramos venido
a la represcntacion de Pablo i Virjinia, de Atala i René,
de Romeo i Julieta, soportaríamos este entremés. Pero se nos
ha invitado a otra cosa, i comprende mui poco sus deberes
el que viene a cometer tales irrespetos a esta concurrenci a.
Aquí se debe dejar de ser egoista i procurar en cuanto se pueda
-el gozo comun, la alegría de todos, el bienestar jenera!.
"1 es que tanta mentira no se puede mirar con indiferencia:
anoche representaba la misma farsa cOn Enriqueta."
Otra vez estuvimos en lo que se llama una tertulia.
Allí el divorcio estaba establecido de otra manera: no se
encontraban señores graves i circunspectos, ni parejas corno
las do la anterior visita. Allí no se oía una sola palabra en
conversllcion jeneral: los señores estaban como asustados revol().
teando al deredor de la sala : las señoras, asidas de la mano,
abrazadas por la cintura, o con los brazos sobre el cuello
de sus amígas respectivas, seria, departian a media voz, entre
el sijilo i el misterio. Las que tal cosa no bacTamos, quedamos
como disonantes en aquel particular concierLo de cordialidad:
nuestra atencion por toda la sociedad I cosa rara I produjo
nuestro aislamiento.
Tocaron nna pieza, la bailamos, i no habian sido colocadag
en su puesto lD.s señoritas por los caballeros, cuando aqnellas,
como movidas por un resorte i como palomas q¡¡~ sienten al
gavilan, emiglaron a la alcoba i tomaron posiciones sobre las
camas.
La sala quedó desierta: habriamos unas cuatro personas
por todas.
Yo le dije a Julia: ¿ qué hacemos? Si no nos entramo""
cuando ménos pasamos por personas poco delicadas, que no
n
Citación recomendada (normas APA)
"El Tornillo - N. 32", -:-, 1865. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3681922/), el día 2025-05-05.