Por:
Walter Riso
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Fecha:
05/07/1870
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Política - Literatura - Noticias - Filosofía-Relij ion-Artes i oficios-Instruccion pública-Bibliografía.
1fcdicina-Varicdades-Revista de la ciudad-ReYÍstrt de los Estados-De Europa i mercantil.
Se publico. los már tes, mié¡'coles, viérnes i sábados,
i el mismo dio. se lleva a las cn.sI1s de los suscritores de
10. capi tn.l i se r emite n. los de fuera por los oorreos res{
lectivos. Los lúnos i juévos se publicará si es necesario.
Valor del trimes tre, tres fuertes.
Valor del semestre, cinco fuertes sesenta. oento.vos.
Valor d el año, diez fu ertes.
Valor del número suelto, diez centavos.
TRIMÉSTRE II!. AÑ O l.-Bogotá, 5 de julio de 1870.
La reforma.
EL PROFESORADO JUDICIAL.
Continuamos nuestro número anterior.
Vamos a considerar al Juez en lo que debe
ser.
Para nosotros el ser Juez, debe constituir
un jénero de vida como el sacerdocio, como
la milicia, como la injeniería o la medicina.
El Juez no es el abogado, Él no estudia
ni debe estudiar jamas la manera de oseure-
. cer la verdad en ningun caso. Es cierto que
un abogado con conciencia de Juez, es el
.verdadero abogado; pero no todo abogado
tiene esa conviccion. Hai casos en que un
abogado puede tener interes en que la verdad
no se descubra: no será este un interes
de buena lei ; pero es a veces un intereso El
Juez jamas debe, ni puede moralmente tenel'
otro interes que el de la .vervad, i siempre el
de la verdad a todo trance.
Al abogado le puede ser permitido apasionarse:
al Juez jamas; i el Juez que se apasiona,
tardt:l o temprano será un prevari-
cador.
Es claro que con distintas misiones, el estudio
de ámbos no puede ser el mismo.
¿ Qué debe saber un J taez? Tanto como
un buen abogado; pero como no obran por
los mismos motivos, en la aplicacion prácti-
ca del fondo de lo que cada uno de elJus sabe,
habrán de difert:lllciarse notablemente.
El abogado es siempre parte. El Juez que
se hace parte deja de ser Juez.
En abstracto, el interes del Juez debe ser
siempre inalterable: adrninis~rar la justicia
i nada mas ql>le eso.
El abogado ocurre a veces a estr~tajemas,
a vivezas quizá no mui de recibo a los ojos
de una moral austera. El Juez que se permitiera
algo semejante, seria mirado por la
sociedad como un infame.
Al abogado no le interesa sino la justicia
de su cliente: al Juez la de cuantos ocurran
a su majisterio.
En los elementos intelectuales del Juez
entran:
El conocimiento es acto de su lengua,
El de la lójica i la crítica, .
El de la lejislacion universal, . de I~s ciencias
políticas, sociales i econ6mlOas, 1 de la
medicina legal,
El de la historia de las instituciones judidale!>
patrias,
El de la lejislacion que está llamado a
aplicar,
El de la ci vilizacion, carácter, usos, costumbres
i dialectos de los pueblos, del pais
en que él administra justicia.. . ,
Con esto, un juez, pos~~ lo que pudle~amos
llamar el necesario fIS100 de un funclO-nario
judiciaL . ., ..
Para adquirir esos, conoclml~ntos 3lqu~era
con mediana perfecclon, nec~slta un mo.tlvo,
¿ Cuál pudiera ser ese motlvo? El mIsmo
que sostiene las vijilias del médICO, del abogado,
del matemático etc. Hacer carrera en
su oficio.
En un pais en que t?do mund? ~s ~o~o,
nadie es cosa ninauna ; I en matena JudICial,
diremos lo que u~ fabulista. español:
Que lo importante l raro,
No es entender de todo
Sino ser diestro en algo.
1 ese algo, en el juez, es el algos de Sancho;
la pluralidad intelectual mayor posible.
No lo hemos dicho todo.
Cuando el oficio de juez es una profesion,
una carrera, el juez no se queda estacionario
en sus conocimientos. El sabe que eso no le
conviene. Entónces estud¡a latin, frances,
inglés. Pone en su estante los códigos romanos
i sus glosadores; i no olvida los comentarios
de Kent, de Blackstone, de Chitty,
de Rogron ; las causas célebres del derecho
penal i del derecho internacional etc. 1 sigue
siempre adelante, porque tiene un motivo;
sobresalir para avanzar.
Pero esto supone la mas completa consagracion
de toda la vida: un puesto inmóvil
con la esperanza de ir adelante en esa vía.
Si un abogado, si un médico, supieran que
tal dia de tal mes, de tal año, dejaban de ser
médicos o abogados, ¿ tenddan los mismos
motivos que hoi para perfeccionarse en su
carrera? Difícilmente.
1 hai que no olvidar un hecho mUI ¡mportan
te: el juez lo da la sociedad: él debe
pues, ser lo me.ior ; porque una vez colocado
en su puesto, todos tienen que aceptarlo.
El abogado se escoje. El juez se encuentra
hecho; i hai que admitirlo como idóneo
aunque sea cualquier cosa. Pero cuando es
cLlalquier cosa, 1/1 sociedad vive rechinando
los dientes.
La importancia de la judicatura salta a los
ojos. Podemos vivir sin derechos políticos:
sin derechos civiles solo viven los salvajes.
No conocemos un motivo mas eficaz para
que un juez llegue a ser lo ·que debe ser, que
asegurarle una duracion tan indefinida. como
la escabrosa tarea que se le confía.
Hai que considerar que el oficio de juez,
es, en su condicion personal, el peor oficio de
la vida.
Cada fallo le crea un enemigo i un ingrato.
Los litigantes tienen siempre sus abogados,
que de buena o mala fe les hacen Creer
a todos, cada uno a su manera, que cada cual
tiene la razon de su parte.
Fallado un asunto, el abogado del que
triunfa eclipsa al juez i proclama su yo, con
el mas ardoroso entusiasmo: esta conducta
es hija del amor propio i aun del interes pecuniario:
Entre tanto, el abogado derrotado
se hace a un lado señalando el juez a su cliente,
como Pilato a Jesua ante el pueblo judío
amotinado. Esta conducta es tambien hija
del amor propio herido i del interes .pecuniario
contrariado. ¿ Cómo cobrar el mIsmo honorario
por el pleito que se gana que por el
pleito que se pierde? .
Por eso, para el abogado derrotado, ~I Juez
es siempre un borrico, cuando no un vI! prevaricador;
i el cliente derrotaclo cree a su
aboaado como un dogma de fe. En cada fa\
lo ~e reproduce esta diaból~c.a escena; con
la circunstancia de que los }¡tl~antes .no ~on
filósofos, que admit~n ~u propIa fascmaclOn
como cosa posible sIqUIera. .
Donde la judicatura no es una 'pro~eslOn ;
donde los jueces no lo son l?or oficzo, SinO por
una eleccion periódica, ¿ como procurar:!: un
hombre que está sobre el potro ~e un tnbunal,
creándose diarios malquerIentes, para
llenar siquiera profórmula su de~e:, desa~endel'
todo otro asunto para adqulflr una lOStruccion
judicial que pronto le será inútil?
Hará lo que hacen constantemente nuestros
Se publican r emitidos i avisos, a un precio sumamente
módico, que se arreglarú, con los editor es. TodG
lo de interes j ener al se inserta. gr átis.
Los editores, NICOLAS PONTON 1 C~
NUMERO 106.
jueces : desvelarse por hallar nulidades a. los
procesos, para evitar fallarlos, miéntras les
corre el tiempo de su nombramiento.
Donde la administracion judicial se practica
por jueces periódicos, la majistratura no
es majistratura sino maroma; i los jueces funámbulos
por necesidad. U nos lo serán ménos
que otros,i esto dependerá mucho siempre
del carácter i de la educacion personal de
los jueces; pero la instruccion no podrá ménos
de dar sus pésimos frutos naturales.
¿ Por qué se ha de consagrar asíduamente
a adquirir conocimientos de aplicacion transitoria
el hombre que administra hoi justicia
i no sabe si mañana tendrá que hacer pan,
o vender baratijas para ganar su vida? ¿Hai
efectos sin causa? Esto seria el delirio. 1
cuando a esta consideracion se añade la de
los inevitables enemigos, con los cuales va a
verse frente a frente cuando no sea ya otra
cosa que un simple Perico el de los Palotes,
se reconoce que la variacion judiciaria es la
peor de las plagas sociales.
¿ rrendremos, podremos tener verdadera
administracion de justicia. sin tener verdaderos
jueces? 1 tendremos ni podremos tener
jamas verdaderos jueces sin que la judicatura
sea una profesion de carácter indefinido?
Cómo? Eso no es siquiera concebible,
¿ Se dirá que predicamos el despot}smo, el
absolutismo, la usurpacion etc? DIOS nos
libre de semejante desman !
No hai despotismo donde hai leyes que
arreglan el derecho i jueces responsab~es que
las apliquen, aunque duren en ese ofiCIO mas
que el universo.
No hai absolutismo donde hai reglas de
conducta, no solo para los jueces sino para
los ciudadanos.
No hai usurpacion, sino en donde mal definidos
los poderes, es fácil que sus encargados
se estralimiten en su ejercicio. Esto nada
tiene que ver con que un juez dure un dia °
un siglo.
Para nosotros es un hecho; i lo procuraremos
demostrar en nuestros posteriores razonamientos,
que con el sistema. . de jueces
periódicos que lIova nuestra patria, nada. es
mas fácil que hacer de un hombre de bIen
un Juez pésimo; como en el sistema de la
duracipn personal indefinida, Pl!ed~ ~ormarse
un escelente administrador de. JustICIa de un
hombre mediano en todo sentido.
Si queremos que los hombres sean ilustr~dos,
probos i laboriosos,rodeémoslos de I?otlvos
suficientes para que sean todo e~o 1 no
puedan jamas llegar a ser lo contrano.
Nu conocemos otra dinámica social, Di
olros principios de lejislacion ni de ~obierno.
L l\I. l\I.
Cipaquirá.
( Dedic:1do :1 mi amigo, el señor Antonio Triana.)
., ...... .... ................... .. ..... ... ~ .. ., .. ., .... .
1 e,¡e amor, que en el rostro reverbera,
Amor que con el hombre VI 'e í mnere,
Q.ue el tiempo no den la distanCia adq!llere,
Lo inspira ei suelo en que por vt'Z pnmerJ.
La luz del día nueHros OJOS hIe re.
1 i ai de aquel co raz.~n "mpedernldo
Q.ue olvid .. el suelo donde fu" nllcldo !
Gt:TIERIlL¿ LE A L\' .••
Entre los diversos sentimientos que po 'ea el
alma se encuentra uuo Doble,oc.bi11iiruo . 00 e.:lipsa
a todos los demas, i que hasta cn las pl:::'~~ ¡¡'9 i
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
los bl'utos tiene su celestial imperio:estc sentimiento
es el del suelo natal.
:Momentos de contento, aunque mezclados de
amargura, pasé cuando lei en la " Revista de qolombia."
un artíoulo quc lleva por mote: "VlIl.jes,"
en el cual hace el .artic~lista bastante .hincapié
en el pueblo de CI.paqU!rá., que .es ~l suelo
natal, para forma.r su plOtura, .no sé ~I ~U!ando su
pincel con la paslon o con la ImparCIalidad, pues
hace diez años que salí de él, i por eso me abstengo
dc formar juicio.
La descripcion que ha hecho el articulista, dcl
actual pueblo de Cipaquirá., ha traido a mi memoria
gratos recuerdos, aunque decorados con el
dolor; gratos recuerdos, porque allí, en e.se puebl~,
mansion de mendigos, segun la esprcsion de~ art.lcuJista,
fué por primera voz que la luz del dla mis
ojos vieron; i decorados con el . dol.or, ~orque el
símil que hace con la melancólica I casI ml;lerta
ciudad de Pompeya, hace pensar que no m.U! t~rue
ese pueblo que me figuraba próspero 1 feli~,
será borrado del mapa jeográ.fico en donde orela
ocupaba un puesto, si nó mui elevado, tampoco
tan rastrero que se rozara con el polvo. Pobre
pueblo! En medio de tu desventur~ no has hallado
compasion' i parece que en tus últimos momentos
bas quedado convertido en cl ridículo, i los sal"
casmos contra tí vertidos, son las jenerosas palabras
que a tus oidos han llegado. Pobre pueblo!
Roi, en tu prematura e inesplicable decadencia,
se te hacen cargos injustos, i con interjecciones
burlezcas Ee hace alarde de tu miseria, i al fin vienes
a servir de testo a un escritor jocoso que quie.
re divertir a sus lectores. Pobre pueblo! ¿ Qué
culpa tienes que la fortuna no te haya sido propicia
deparándote un bello i cómodo teatro, cual los
ha visto o imajinado el jocoso escritor? Porque
no desempeñó, en el teatro, el papel. de don J u~n
Tenorio, un guapo i apuesto mozo, 1 e~ de monJa
robada, una linda i donosa jóven, i VIenen sobre
tí la burla i el ridículo 1
Si es cierto que la suerte de los pueblos es semejante
a la de los hombres, i éstos mcrecen como
pasion, i se les debe consideraciones cuando llegan
al infortunio, tam bien es verdad que esos mismos
favores deben tributarse a los pueblos que sufriendo
idénticas desgracias, vienen a declinar; i hacer
lo contrario, es poca hidalguía.
No puedo csplicarme cómo es que en un pequeño
lapso dc tiempo, la intes pintorezca oiudad de
Cipaquirá, haya quedado convertida en un pueblo
miserable que solo figura en las leyendas en don- .
de retozan la mofa i el ridículo. Comprendo mui
bien que Cipaquirá ha dcbido, en alas del progreso,
remontarse a rejioncs elevadas, porque parece
<{ue Dios al señalarle 1>U pue8to en el globo quc
habitamos, la dotó con tcsoros innúmeros colocados
en su seno. Sí, Cipaquirá reclinada muelle·
l?QLt~tLtlJ·
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EL BÁLSA~10 DE LAS .PENAS.
[ COXTINUAcrON. ]
Claudio no deseaba verla, no -leseaba. estar a. su Indo.
No hubiera tenido mas que pronuncinr uuo. palu.bra.
paro. acompaña.rla. en sus pa~eo~, en sus diversiones, i
léjos de eso lo r ehuia. constantemente. Hubia. o. su gabinete
3. h hora. de la. leccion, i apénns habia. ncnbado,
se daba. prisa en dejarls. Nunca lo. dirijia una. palabro.
galnnte, nunca manifestaba impnciencia por l'lS preferencias
que dispensara Il. otros. ¿ Cómo el vulgo materialista.
hnbia de creer que la nmaba? Pero Clauclio
ero. un 661' apnrte, i amaba. de otro modo. ¿ Por 'lu6
habin. de desear el verla, si su imCLjen le ncompafiabn.
a todas partes'! ¿ Por qué dirijirln. frases estudin.das,
si no ansiaba. despertar en ello. ni el mas lijero afecto?
Ero. una novela, cuyo arguml'nto tej¡'~ a solas consigo
mismo, i cuyas sublimes pájinas solo de Dios i él
serian leidas.
Era un se.timiento tnn cnsto, que lo guardaba entre
los mas pscondidos pliegues de su Almo, cornO gU8rd~mos
cuidado~amente los perfumes, puro. que el aire no los
desvirtue.
r nsi se pasaban sus dios, tranquilos, uniformes i
pudi6ramos decir felicc .
Una. maiíaon., mi60tra'3 dubn. sn leccion, entr6 ell\yl\
apresuradamente, i con ese plncer que esperimentan
laR almas ruines a.l dar uun. mn lo. noticia, dijo coo acento
que queria. ser plañidero, pero que rebosaba do mn.ligna
alegria:
-Sefioritl\, no sabeis una novedAd? Gúmbnra so
ba sepa.rado de su mujer, o por ml'jor decir, la hll.
abandonuflo. Tiempo hace, que vivian Rcparauos, aunque
babita~en la roisma. cnsa; pero "hora 61 se ha iuo
a. vivir con una. pnrieutl\ suyo, que ha l1<'gado de Andalucill.,
llev(lodose al niflo Ulayor. Las dos niñas pequefias
se hn.n quedado con su maurc. PPI"O no es esto
lo peor, sino que el notario se niegll. obstinadamente n.
darle nada, pret.cstn.odo que no pueue vivir cou ellll.
por su mala. conducta, i In. pobre mujer que es timida
c irresoluta. en demasia, no se decide n. acuuir Il. los
tribunales, no se n.treve n. dnr un esoándnlo; espel'll.
reducir a. su marido con la dulzura; pero ba.sta. ahorll.
na.da ha. conseguido.
_\. touas sus súplicll.s, el mnrido oon1csl:1. con el divorcio,
porque sabe que elln. no se atreverli. I~ tornar ninguna.
medida que sea violcntn. Lo. infeliz estú. acobar-
~
LA ILUSTRACION.
mente sobre esa colina, en cuyas entrañas brillan,
como chispas eléctricas, las cristalizaciones de la
sal, i mi1 riquezas mas, no habria necesitado, para.
su engrandccimiento, del favor del. hombrc; hubiera
bastado tan solo que los GobICrDOS de nuestro
pais no hubieran sido tan tiranos con ella,
arrebatándole sus riquozas i ponicndo de mayordomos
a Compañías -indolentes que han trata~~ a
sus habitantes con mas dureza de lo que lo ll1clera
el Gobierno español en tiempo de la Colonia.
Entónccs a los habitantes de Cipaquirá, aunque
habian sido despojado,;; de su riqueza. les quedaba
el recurso de lo que llamaban turn08 que no
eran otra cosa que la regalía mensual de un horno
do sal, que el Gobierno español hacia a tSUS habitan
tes; i por eso se le vcia prosperar notuble·
mente, ahuyentando dc su ~uelo el ham brc i la
miseria. Pero hoi, qué fatalidad! ha quedado
convertida en la mansion de los mendigos.
Hai vcces que estoi tcntado a creer que ha habido
exajeracion en la descripcion hecha por el
señor articulista, i que echó mano de este ardid
para completar su viaje; ojalá que así sea; i en
caso que no lo fuere, i que sea una realidad lo que
ha pintado, casi me prometo que el señor articulista
hará alguna cosa cn (avor de ese pueblo que
en otra vez no le inspiró siquiera compasion j i
será mayor mi esperanza si llega a suceder que
ese sujeto sea de los que hoi dirijen los destinos
de nuestros pueblos, i que como depositarios del
poder de la sociedad, son los llamados a secundar
la obra de la Providcncia, proporcionando a los
asociados todos los bienes posibles. Los pueblos
agradecidos entónces, bendecirán a sus benefactores
i contribuirán gustosos a su sostenimiento,
como lo hace el pueblo de Cipaquirá, dando mensualmente
al Gobierno nacional la pequeñez de
$ 30,000.
j Sí, el pueblo de mendigos alimenta a muchos
podero~os! J eneroso como el Pelícano abre su pecho
para alimentar con sus entrañas a aquellos
que lo devoran /Oin piedad.
Ojalá. que la Providencia Ole concediera el favor
de pasar el resto de mi vida al lado de los
mel,dlflos de Cipaquirá, pues en contraria con seguridad,
en medio de sus harapos, uo alma noble i
un COl'azon jeneroso guiado por esas costumbres
patriarcales que no se han estinguido aún. Sí,
al lado de ellos lamentaría su am!>rga situacion ;
pero con ellos tambien levantaria un himno
de alabanza, en rcconocimiento de los dones con
que pródiga la Providencia regaló a ese pueblo.
No dejaria de admirar jamas -~sc cielo terso i puro
como las gotas de rocío que refrezcan, en la mañana,
a la rozagante i tierna flor. iempr-e contem·
plaria, estasiado, esa naturaleza que sonrie i convida
a disfrutar de las dulzuras de una eterna
primavera. La suavidad de su clima, el ambiente
dada, tras tantos nños de sufrir escaseces i malos
trato~. Porque Gámbnra. desde que se ca.só. ya no quiso
que su mujer recibiese visitl\s ni trntnse con nadie ..... .
La. desdichado. se asusta de ver n cualquiera, i ya ap6-
nas sobe hnblar. Ya. hace mucho t.iempo que se ha.
separado de ella, cercn. de tres meses ...... Lo be sabi-do
por una crilltln. que úntes tuvo i que In queria mucho.
Pa.rece que Gámbnra h'lbin. hecho trasl:tldo 1\ es!t\ últimn. a ver a su
plulre, i que la ha despedido con bÚ"b:u"\ crlleluad.
'l'o.mbien ha. ioterpuesto el infllljo ue su confe~or, pnra
que al ménos la. mandara nlgun nusilio; pero al d~cir
este a GílUlbara que su mujer no podrio. r('~i~tir a tnntos
tormentos, se dibuj6 en los ltlbios dí'l nolnrio una sonrisa
~le infame complacel1cin. _\. todo conte~t:~ que nClldilo
a. los tribunales, i que solo por la ¡ei -o avendrá a.
darla. sus aJi mentos.
Claudia sinti6 oprimirsele el cornzon al oir este relato,
i CII)"Ó en una meditacion triste i profuodll. ACllbad:\
lalcccion se dirijió cnbizbpira en medio de s~s mil variadas
i matizadas flores, el dulce trlDo de sus
aves i la vista de csa amena colina, cuyo color
vivísimo eclipsa al dc la pura. esmeralda, i al pié
de la cual demora esa ciudad, objeto de mi memoria,
me harian comprender que .Cipaquirá e~ la
hija predilccta de la naturaleza. I que nunca lle·
gará a ser la mansion de los mcndig08,
Palmira, junio 15 de 1870.
PEDRO P. GAITA:S.
=
:Roma.
.L1br·il 25-El dia de ayer será. inscrito con júbilo
en los fastos de la Iglesia. Es la tercera vez
que el Coucilio ha tenido nna de csas grandes sesiones
en las que los fieles han tomado parte.
Pero en esta ocasion, no ha sido una pura ceremonia,
como el 8 do diciembre, ni una simple
profesion de fe, como el 6 de enero. Los Padres
venian a prcsentar a las miradas del mundo, los
frutos de un trabajo de cuatro meses.
La gran voz del Concilio se ha hecho oir; la
fe ha bido indemnizada de una parte de los insultos
de sus cnemigos; i los fieles han sido ratificados
en sus creencias. En este siglo llamado de
progreso, se creía que la Iglesia iba a firmar so
pacto con el error, a rcnunciar a sus dogmas;
que su espada espiritual se habia embotado i DO
podria herir con BUS anatemas las herejías de
nuestro tiempo. Un filósofo tristemente célebre
escribia, treinta años ha, una obra que intitulaba
Como acaban l08 dogmas. Aycr el Concilio ha respondido;
i esta voz de eco eterno cubrid 108
gritos discordantcs del escepticismo, del ateismo,
del materialismo i del falso espiritualismo. Él ha
atestiguado i definido el dogma católico j ha renovado
los antiguos anatemas lanzados contra
los errores i los que se obstinan en so¡,tenerJos
entre el pueblo cristiano. Fueron momentos solemnes
aqucllos en que el lector lIcgó a los cánones
traidos por el Concilio del Vaticano. Un gran
silencio habia reinado hasta entónces; luego se
hizo mayor, i nosotros hemos sentido no sé qué
estremecimiento al recorrer las filas dc la Asamblea.
Se escuchaban con una especie de terror relijioso
las solemnes sentencias de la Iglesia. e
veía que ese poder cuyo aniquilamiento se ha predicho
tantas veces, existe aún en toda su di\'ina
vitalidad; que esos Obispos cuya vida se consume
en las fatigas del apo;;.tolado mas que en las
sutilezas de la escuela, estaban investidos del
doctorado por la poderosa virtud del Espíritu
auto i venian a colocarse frente de los errores
tantas ,eces encomiados como el fruto del progreso
moderno, para mantener contra él los derechos
de la verdad revelada.
La últiml\ vez se detuvo, cruzó los brozos sobre el
pecho i tras de un instante de meditacion, dijo con
acento firmc i entusiasta:
-Sel\! Dios nos ayudar,\ !
1 luego 'c lanzó en el portal de aquelb casa, de In.
cual habia sido ignominiosamente e~pul~auo, i ubiJ
con el pecho pnlpitante los ochenta i nueve e~calones
que conuucian a. la boaruilln. La. puen"- e<;t ba entornada;
Claudio llamó suavemente; uoa niGa salió a.
abrirle, i se sonrió con tri teZf\ al reconocerle.
-. li madre está enfermo.: dijo.
-Quisiera verh!
Ln. niiíf\ permaneció irresoluta.
-1-ecesitllba veda., uiíauió CI:H'uio eon .ehemencia.
L,~ niña Ilbrió uel todo la puerta, i le íU\'itó a s<-
guirla.
1 i qué diferencin. de aquelll\ miserable llabitncion.
con la habitu.cion suntuosa, que la de lichatla famllla
ocup.\ba ántes!
Chludio entró I'n un gahinetito, en el cual habia una.
alcobn. oculta tr1m{~, un caballero, dijo con voz -dbrnnte e in-fantil.
•
Era la hora del crepúsculo. Unn. luz dudos'l. nlumbrabl\
el nposento. i l:t aleob:~ I'st,\ba. cumi.1n en tinieblas.
CIl\udio al penNrnr en el 1>\. solo puuo dislinguír
UII.l musa informe. que supuso seri.\ el lecho; pero oy':>
tina voz débil, que le decia. con un acento de infinlt!\.
dulzura:
-Qu6 ~c o~ ofrecp. cn ballero o
- 'oi Cltludio! murmuró el j6\'en on voz bnja, el
nntiguo e~cribi~nto ¡le vuestro e.po~o.
LI\ enferma ~ el ánjel
ue la guardn de aquellos piadosos éres, li\ ofrecerla
1\1 Dios de nmor i de cnridatl inmensurablo!
Al dia siguiente Claudio se diriji~ ~~s snti fecho
que nunca al escritorio. Sea que su follcHlacl se reflejuse
en los ol)jetos que le rodel1bn'~, set\ quc lt~ bucn~
semilla empcznse a florecer, lo cierto cs. que hallo
a. Jenoveva roas amable que de oostumbre, 1 lIlendoza
le manifest6 un intel'es inusitado. .,..
-Estoi contento de vos, le dijo, trabnJals. bIen I
trn.bajai a p14~a. Desde hoi en a~elante t.elldl'elS och.o
mill'elLles, i os ruego que ac~ptels este bIllete .de qUInientos
pllrll. que se lo rego.lels 11. vuestra madle.
Clnuilio crey6 que iba a voh'erse loco de n.l('gria.
tió a Monseñor Valenziani con órden de darle
lectura ante la Asamblea. Los dos prelados beSál'On
la rodilla del Papa, i despues de haberle
hecho nna profunda inclinacioll, se dirijieron cl
uno a la. mesa de la. Secretaría i el otro a la cátedra.
U n silencio profundo reinaba en la Asamblea.
Monseñor de Fábriano comenzó la lectura dc las
nuevas definiciones. con una voz tan' clara i acon.
tuada que en todos 108 ángulos del salon se oía
perfectamente.
El primer capitulo se titula, DE DIOS CREADOR
DE TODAS LAS casAl!'. Es una esposicion solemne de
la,fé opuesta a los errores dcl ateismo, del pantelsmo,
del deismo i del materialismo.
El segundo capítulo se titula, DE LA REVELACION.
El Concilio declara desde luego, i sanciona
por un cánon especinl, que la razon humana. puedo
llegar al conocimiento de Dios por la vista de
las criaturas. Esta primera c1eclaracion tiene por
objeto defender los derechos de la razon contra el
celo imprudente de los católicos que creían deber
atribuir a la revelacion todo lo que podemos saber
con certidumbre, sobre todo en el órden teolójico
i moral.
En este mismo capítulo declara el Concilio en
qué sentido deben ser los libros santos mirados
COlDO canónico!!. o basta, como lo han pretendido
algunos, quc librod esentos de error, pero escritos
por la sola industria humana hayan sido
insertados por la Iglesia en el cánon de las Escrituras
j entran en el cánon aquellos que han sido
escritos bajo la inspiracion divina i que son autónticamente
reconocidos como tales por la Iglesia.
Por lo que respecta a la inspiracion i su naturaleza,
el Concilio no ha dicho nada j la ouestion
queda entregada a las disputas de 10l) sabios.
El tercer capítulo es el resúmen de lo que nos
enseña el dogma católico sobre la primera de las
virtudes teologales j i el cuarto, de las relaciones
de la fé con la razono
Cualquiera que sea la diferencia que haya entre
la fé i la razon, ellas no están opuestas una a. otra,
porque igualmente tienen a Dios por autor. Luego
las objeciones que se Jes presentan algunas
veces no son sino vanas a,pariencias.
De este principio incontestable, el Concilio saca
una doble conclusion: la primera, que toda opinion
contraria a una verdad revelada debe ser
considerada como falsa j i la segunda, que la
Iglesia, depositaria i guardian de la. revelacion,
tiene el derecho i el deber de condenar las doctrinas
filosóficas que estén en oposicion con la fe.
Por esto en el segundo cánon lanza anatema a todo
el que pretenda que las ciencias humanas deten
sel' tratadas con tal libert.ad que la Iglesia uo
pueda condenar sus aserciones, i que es permitido
mirarlas como verdades aun cuando sean opues-
Cuando entró en su casa no podia hablar; In. emocion
le embargabn.
-Dios siempre da ciento por uno, hijos mios, dijo
la piadosa abuela.
-Pero Dios se enojaría si reserváramos solo para
nosotros, los dones que nos dispensa, en premio de
haber cumplido un deber, añadió LOl'enza. Ln cunrta
parte de estn suma scrá po.l'a los pobres! l'ú, hijo
mio, que conoces m<"Jor la situacion de algunos infelices,
tú Iu. repnrtirás. Lo demas podemos gastarlo.
Dios nos da beneficios para que los disfrutemos con
alegria.
1 en efecto, nquel dio. fué un dia de fiesta i de inmenso
júbilo pn.rll. la virtuosa familia,
j Cuán poco le hn.bia costado a i.\lendoza hacerlos tan
dichosos!
Pero el honrado capitalista, ¿ habia obrado por instinto
propio?
El aya nquella mnllttna habia asegurado ala. scñora,
que la cscuclmba con los ojos centel1autes de cólera,
que Jenovcvn se habia levantndo muí temprano, i se
babia. deslizado hasta. el gabinete de su padre, en
donde lo había oido pedirle encarecida,mente alguna.
cosa, aunque no sabia el qué.
-Si le quel'r(t esa. loca ! esclam6 Cándida golpeando
el suelo con el pié ..... .
-Quererle, seüora, n quién, a Claudio? A ese hombre
tnn feo, ella j6ven i rica... ... esto no es posible!
-Qué sabemos! n'puse C{~nuida con despecho. Ello
es que cada dia nplazo. su casamiento, que sale todas
l"s noohes, que est.í. mui alegre i mui conlentn ...... ~i
yo supiera! ...... j Ai :l1arcel .. , si no fuel'.~ por mí, cómo
andaria esta oasn! Casi por compasion debo mn'al' por
ellos!
Mendoza no piensll en nada, i esa. loquilla nos vn a
dnr que sentir.
_. Ah sellor~, respondi6 el aya sonriendo con malicia,
~u efecto. os deben mucho, i vuestro desinterés
no ti('ne prccio !
-:Iras de lo quo tú piensM, :lfnrceln, porque el mundo
que siempre ve lo peol', no adivina la rucl itu,l de
mis iutenciones; i esto 1Ill' ha hecho peruel' nlUcltidimos
partidos; muchos i brillantes pllrli
en las universidades de Alemania,
.. .
Ecuador.
El Gobiel'no ha resuelto que los militares, en
esa República americana, no pueden contraer ma·
trimonio sin BU permiso!
N ucstros compatriotas r esidentes en Quito nos
h.nn enviado la siguiente hoja suelta que reproduOlmos
con gusto:
UNA DESMENTIDA.
H emos leido con sorpn'sa e inrlignacion un ruin
escrito, publicado en estn ciudad, con el título de
UN APÉNDICE, en el que su antor ha tenido la osadia
de )Jon ~ r en vez dA su firma la de Los conse¡'vadores
colombianos, residentes en esta I:apital j i como
nos avergollzal'ifimos ue que tal publicacion pudiera
atribuiJ'se a nosotros, declararnos solemnemente
que no solo no es nuestra, sino que ni hemos
tenido noticia de ella, hasta que nos la enviaron
de Pasto, puc·, buen cuidado huuo do tener
(·1 autor deque no quedara ni un solo ejElmplar
de su escrito en e~ta ciudad.
Amigos verdaderos del órden i de la paz, donde
quiera que esterno~, no hemos podido ménos de
aprouar la conducta del señor jefe Municipal de
Padto, i alabar el celo pat1'Í6tico 'í tino con que ha
procedido para conservar el órden en la provincia
que gobip,rnn.
Ojulá esta franca manifestadon de nuestra parte
sirva de freno a esos escritorzuelos que, no atrevi¿mdose
a sacar la cara para insultar a quienes aborrec~
n, tienf'n la avilantez de desahogarse tomando
ajeno nom ure, con lo cual ponen dc manifie5to la
sinrazon de la causa que en mala hora de tienden.
1 como puede acaecer que sigan escribiendo en
nuestro nombrEl, prevenimos i declaramos que, ni
hemos escrito hasta ahora, ni escribiremos nada en
lo suce ivo quP vay" sin nuestra firma, advirtiendo
que no nos valdrémos jamas del lenguaje destemplado
e injurioso que mes daño hace a la reputadon de
quien lo empll'a que a la e aquel a quien con él se
lastima ¡calumnia.
Quito, mRyo 26 de 1870.
Beh8a~'io Peña, José M. Cañárla8, Manuel Em·í,·
quez, José M. Z{lIrama, lII. Z ambrano, R afael Orran#
a, Manuel VzUota Polo, Rafaol Ooaña, Ram01J
Catvo, M. V. En1'Íquez, José M. Buoheli, Vicente
Lucio Cabal,' Federico H ,ltl'tado, Emeterio .dragon,
SatttrmllO Ordóñei5, Rafael N. 'Jabézas, .dureHo Cañádas.
OCTAVA DE SANTA BÁRBARA.-Tuvo lugar el
domingo pasado con gran solemnidad. Se debe el
lucimiento do esta funcion a los esfuerzos del señor
doctor Martin Gaitan, cura de dicha parroqui.
a, del señor P. Zaldúa, mayordomo de fábrica,
del señor Juan de la Cruz Garzon, clavero, i de
Pero dicen que no hai peor sordo que el que no quiere
oir. Claudio no pareci6 quedar deslumbrado con
aquella halagndom reseña, ni comprender ninguna ue
sus indirectas.
Pasúronse algunos dias.
Una tl1rde, Claudio Be habia. retrasado nlgun tanto
para concluir un estado, i ni salir del escritorio halló
a Jenoveva i Eujenio acompañados del ayll, que iban
a subir al coche.
Despues de los cumplimientos de costumbre, Eujenio
le dijo:
-Vaia a vuestra casn. !
-S1.
-Pues subid: nosotros habiamos pensado salir por
la. puerta de Bilbao, Daremos un pequefio rodeo j no~
servirá de distraccion.
Claudio acept6.
Dislrnidos iban ('n su conversacion, cU9.ndo al cruzar
la calle de Hortaleza, oyeron un agudisimo grito, i al
instante multitud de jentes cercaron el carruaje. Lo~
caballos hnbian atropellado a un niiio de corta edad i
la sa.ngre corrill Il borbotones de su ancha herida.
-.li, de3dichado. de mi! dccia. unA. mujer arrn.ucándose
los cabellos, epto 010 me faltaba! ~Ii mllrido
postrado en la cama, i yo sin recurso alguno.
Jenoveva se lanzó del carruaje, coji6 al Iáüo entre
sus bl'llzos, le llev6 a unll tienda, i ayudnda de alguna~
mujere .. , le prest6 por si misma. los primeros a.u~ilios.
1'01' fortuna Sil herid .. , nunque profunda, parecia
sin consecuencia.
Eujenio entrpg6 su bolsillo a la desolada madreo. i
reconvino fuerlcmente al cochero por su aturdimiento,
Lñ pobre mujer sonriendo al través de sus lú"rimfl~,
se Hevú al nifio, que procuraba mostrarse sereno para.
no aumentar el conflicto <.1(' ,m madre.
-Quién es? pregm.t6 uno de los curio oq.
-l'cre.oa, la mojel' del albafiH, que vive en In boh:ll-dilb
de e~tl\ C:l sao
Su marido se cnyú dias psQad09 de un an,{ mio. 1
ad ... más d ... ~u~ CU'Hro hijo!!, tiene que mantener. -u
m:.ure entenO.l i 11 d03 herm nas pe'lueñas ...... Ro! u
ell h ma. laetimo"a miser,a.
J enoveV:l i lo~ tlo3 jóvenes subieron de nuevo al eoche.
que ed,e. a andar mui de~pacio.
Jeno\'eva i ClaudlO e.tnb~n mui púlil('grúfica del territorio de In
H."pliblica con ot,'as naciones.
Continuó el segundo debatp del proyecto de lei
sourl3 IlTl'supuesto nacional, i fué aprouado hasta el
copltulo 6.°
A la tres se lovantó In s('~ion.
Dia 17 ,nocturua).-Fueron con idel'ados i oprohadlls
en peimer debate los siguientes prO)'flctoS:
Lo de decreto por el cual se concede una pension al
señor Juan Nepomuceno E"pPjo, pasó en comision
para sen-undo nI ciudada.no Currea: 2.° de decreto
l'Jue aut~riza al Poder Ejecutivo para conc¿der privilf'jio
pnra la navegacion por vapor del rio Carare,
posó pn combion al ciudlldano Rp~trppo L. 1\1:
3.° de lei adicional a la de 13 de junio de 1866, of/¡;ánica
dpl servicio de correos nacionalps, en comiSlOn
al ciudadano Agudelo; i 4? de lei adicional a la orgánicR
de la Oficina jeneral de Cuentas, el cual pa~ó
en comiRion al dudlldano J uñez.
Continuó el ~f"gundo debate ¡(pi proy"cto dp leí
adicionnl a la de 3 dI' junio de f,8, organica d~1 CII~dito
naciollal; i fué nl'g"ado el prim\!r aetículo propup~
to po,' el ciudadano Rójas G.
A las nueve ~e le"ontó la srsion.
Dia 18.-Fué aprobado en primpr.dE>blllf· 1'1 prcyecto
de lei adicional a la 01 gánica de la Oficina jelIeral
Je Cuentas. el que pa.ó al ciudadano X úñcz
en comi ion para segundo.
Se abrio el segulldo debate del proypcto de lpi
so bre col:>nizacion de terri torios nacio/lales, i el Senado
quiso que papara a tercero.
Continuo el spgundo debate del proyel'to de leí
sobre presupuesto nacional, i fué aprobado lHlsta el
capítulo que trata del departamento de Fornpnto.
El ciudadano Cuerea propuso i fué aprobado: suspéndase
la dbcu ion de este proyecto inlertanto be
considera lo iguiente: el Senado r!::suplve de acut'rdo
con 10 dispuesto en el ~rtículo 55 del r("glamento,
proceder al nombramiento de UIl Secretario 'lue
ausilie en sus trabajos al Secretario permanente
nombrado.
En este e~tado el ciudadano Presidente en cumplimiento
de una di,posicion, propu. o al Senado
para Secretario ausiliar al señor Aurelíano González,
i fué aprobado.
A las tres se levantó la sesion.
Cámara de Representantes.
Dia 17.-No ocurrió nada notaule.
Dla 18.- Fué aprobado en segundo debate el proy!::
c-to de lei por la cual be crpa una e~cuela de arte!!
i oficios.
Se aprobaron las variltciones dpl Senado a lo siguientes
proyectos: de lei que reforma la larit .. de
aduanas; df' id. sobre contratos; de dE-creto que
autoriza al Porler Ejecutivo para arrpglar una cuenta
cvn el scñor Cárlo Sáenz.
Se ct'rró el s .. gundo debate del tratado para la
escavacion ue un canal interoceánico, i pasó a tercero
despues dp haberse aprubado una nueva modificacion
al artículo 11.
En el mi mo debate se ¡¡probaron los ~iguientes
proyecto: de I,·i que eximl' ciertos artículos del
pago dto dPrechos dI' importacion : de código de comercio;
de I .. i qUf' deroga la de 1868, soure esplotacion
de minas i uppóitos ue carbon; de lei .{lue
. autoriza al Pode,' Ejecutivo para mcndar bacer una
esploracion cien'ifica del Salto de Hondn; i de lei
por la cual 'e manda dar un ausilio dc tierras baldía3
a los que 1'e establezcan en la ciudad de la.
Plata.
Tuvo priml'r dpbate i fué aprobado el proyecto. ~e
lei orijilll\l'io riel Senado, por la cual SI' da un aU;,1110
de 50,000 pesos a dos vías df> cornunicacwn que se
establezcan del E tado de Santander al rio :\Iagualeila
por el L~Lriln; i del E.tado úe Antioquia al
mÍ3mo rio ::\lagdalena.
CO!i'r~~Q.Q[ldJ@ncia'·
---- ---- -- - --- - --~- ._---- -- - .----- - -
Señor DaVid Suárez, Paico/. Recibimos sil curra de )j
de I pasado i el mlor de la suscricion anual del ~eñor Rnfad
C. Duran. Enviamo" los 7 libros que le c o rre~pond"n
Señor Rafael Peña :3olano, ~antarMa. Por el correo enviamos
la cont .. ~t«cion a su carra de 27 del pasado.
~ eñor Saturnino Ordóñez. Quito. Harpmos lo que ust~d
nos indica en ,>u carta de 3 del pasado. Recibimos la en
comienda.
St'ñor Justo Gutiérrt'z, Son Jua.l. Recibimos su carta
de 21 del pasado i lo, dos fuert,,~.
Señor Aquilino Lináres, H(m,da. Haremos lo que DOS
indica pn ~u carta de 30 del pa~ado,
Señor Rosend(l Cabráles, Sa/a=a,·. Por pi correo anl<'rior
contestamos su carta de 10 ¡¡el pasado. Recibimos la
enco)níeoda que eSlaba delenida. Emregamo los libros
al st'ñor doctor Estrada.
~eñor J o~é Tomas Barreto, Pesca. Desde el COrreo anterior
coote~tamos su carta de 12 del pasado i en"iamos la
suscricion anual.
:"eñor L. Jll. Arango. Abcjo'Tal. Recibimos su carta de
13 del pasado i el valor de las suscricioncs colocadas en
esa a ¡encia.
ellOr IliJinio VeJásquez. Cali. Por el correo anterior
contestamos su cana de 20 del pasado i acompañamos la,;
20U tArjelas.
Señor A, Yélez, CármcII. Cln el ponador de su cart&
de 23 del pasado em'iamos la contestacion i los impresos.
Señor ~anli.go Uribe, Zco. Recibimos su carta de U
del pa~ndo, i la en.:omienda adjunta. La que pstaba detenida
tnmbien nos fué entregada. EO\'iamoslas otras dos
suscriciones anuales que nos pide.
Historia de la Compañia de Jesus en
Nueva Granada. - POR JOSE JOAQUIS
B?RDA.-Dentro de poco tiempo llegará C' ta obra,
impresa lujo amente en Paris, en dos volúmenes i
adornada do escelentes retratos.
Esta obra encierra un cuadro completo de los hechos
de la Compañía úe J esus, desde 1604 ha ta el 1
de julio de 18(31, en nUllstro pais; fundacionp~ de
colejios, misionel' en el Marañon, Ca.anarp, ::\Ieta i
Orinoco, biografía de jesuitas ilustre., las tres espul
iooes, las riquezas de los jesuitas i el juicio súbre
su influencia en Jo. sociedad.
Los su critores recibirán la obra empastada por
2-40 CV()s. de lei, i sin pa'ta po,' S 2. Al llegar
la obra tpudrá un aumento de cl:ntavns 60_
E tá abierta la suscricion en toLlas las njencias de
L(¿ Ilusfracioll. N. PONTON 1 C~
UlpnENTA DE NICOL.AS PONTON 1 OOMP~
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.