LA ESPADA
Pág. g:r.
D,N Fl0LOFERN'ES.
I ' I ,
\
( Núm. l3.o ] , [ Tri,m, l . o ]
Sa/ltajé de Bogotá 6 ¡le lI, - j ,
Ay de m!! que padezco I,lerida cén 111is flech,as.;-0'vIl?ro . >
§." 6.0
Solo el Christiaísmo , Ita civilizado el mundo.
e,l'tremo de amar las pénas, En la 1/luerte
Ijuimeras de los inn'édu{os;
I
Solo' él llega al
se deshacCJI las ,
Trasladémonos á aquellos venturosos tiempos en que losmisioneros
J es uitas civilizaron el P aragu\lY,' 1wn ferro sed
ligno: no cpn las armas, sino con la Cruz. Esta se intréduce
por las diestras manos de estos celesti ales conquistadores
hasta lo mas íntimo de los corazones de aquellos salvajes
id6latras, levantan el ' magnifico imperio de la santi- I
dad y de la inocencia, á un grado t~n eminente, que -¿n
el espacio de u-n año apenas se comete un pecado mor tal.
Introducido el christianísmo, se ve reinar al l momento
una felicidad que no ha tenido exCl'nplo sobre la tierra. Segun
dice Muratori,. salian de sus corazones á la voz de la
Religion todas las virtudes, al modo que los olivos dejan
eaer sus frutos maduros al s6plo' del mas ligero viento.
Aquellos habitantes, que ántes de- la predicacion evangélica,
no tenia n de hombres,-sino la figura; se transforman por
Jos hijos de S. Ignacio de Loyola en otros ta,otos Angeles.
Ya no son id6latras, no son fieros, no impúdicos, no
tloberbios: son un pueblo santo, en que reina la paz, la
dulzura, la concordia, y todas las virtudes. La c~r¡dad difundida
por lo Ap6stolicos Jesuitas, ha hecho esta admirable
metamórfosis. Caridad decantada del siglo l~, ¿ te p.!-le-
,
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98 . -
dl!S gloriar' de haber hecho otro tanto? Ah! 'la s61ida fe,
llcidad está' exclusivamente reservada al christianísmo. Ei
Paragup.y lo a,t~stigua, las Californias lo comprueban, y el
gentilísmo todo lo confirma. Bufon, y Raynal se lIenabat\
de asombro al contemplar la civilizacion del mundo por
médio de la Cruz. ¿ Y quien no se admirará de la magestuosa
pintura que hace Isaías del Reyno de J es uchl'isto,
cuya gloria anunció ' tan magnifica y circunstanciadamente?
i Con qué colores d~scrib~ la mudanza de las
costumbres de las naciones que habia de srr la obra grande
del Mesias! Pero qué mudanza! ¿ La de civilizar los Pueblos,
domar la tiranía de las pasiones, y vivir como Angeles
sobre la tierra? Esto es poco. Echemos una mirada
s<\pre aquellos héroes del christianísmó, para verlos' goZDSOS
en, medio de los tormentos, como los Apóstoles, desafiando
los incendios .y los "suplicios, .,' ~9f10 los Mártires,
deseando ardientemente las penas como tantos confesores,
y abrazan<;lo estrechamente la . Cruz .cOmQI las v;rgen.e·s~ ( 1)
. " ¿ y' qué cosa hay míl,s propia, decía Diclerot, para
reconciliarnos con los males de la vida, que la pintura de
lc;>s tqrm~ntos, · la constancia 'con que 1.9!' ~ Mártires lograrc;>
n la corona que debe ambicionar tq¡:lo christiano? Esta mu- .
chedumbre de flombres azotados y de pedazado~, es la Dlall
apta para hace~' marchar en seg;uimiel1tq -de un. Dios co- J
J'Qnado de. ~s pillf1s, clavado. en-ut} madero, cuyo pecho fué
apierto con el bote de una l í\nza. Vive el hombre en la
infelicidad? Yo .. le dir~: contémpla esas 'o1ictimíls de nuestra
fé, que han llegado á ser el opjeto de nuestro culto:
lJaré mas, le mostraré á su Dios sobre la, Cruz, añadiré
ven, mira, y quéjate, si te .atréves. " : ( Diderot) Con la
Cruz en la mano es elocuente todo consoladqr. . Religion
santa, Religion consoladora de todo el que sufre, aun qllande;>
np tllvjéras mas que esta vent<}ja, sería necesario rel'e.
-ren¡::iarte y bendecirte, , .----------
'(1) for nuestra ' desgracia no se leen ya las vidas de los santos, que en
otro tiempo era la Jeccioll favorita en esta Ciudad. Estas historias instruyen,
fep.';()ri~'ln, animan á /'la virlud, encienden los afectos para con los héroes
de_l ,Religion, '. :!: !lOS J)acerf ver en práctic<\ las. bellezas del cnrjstianísmo,
Crorset; ÉUlrer,'Ribadebeira, y las craciones Religiosasson excelentes al intento.
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I
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¡. ' ,Vérdaderam@i¡te es l a~ .cosa mas admírahle e inf'fa-ble
'elConsidcrar á la Religion, proporcionando cOllsuéloS
y dulzuras é n medio de los tnayofes tormentos é infortunios;
. peto esto es poco, ella aun bace ma , los hace deo'
sear ardi'entE'mel1te: así lo leemos de los Ap6stoles, de los
l\1ártirE's, y de todos los santos. El gran Patriarca de Loyola,
deéin, que no habia tantas cadenas, ni cárcE'les en
Icala, donde se h"allaba preso, corno él deseaba padecer
ppr Q;hristo. San Juan -de la Cruz pedia á Dios fer-'
vorosamente ,le concediera el padecer y ser despreciado por
SH amor. San Francisco de Borja tenia una santa ambicion
de las penalidades y trabajos de sus pr6jimos y nada
pedia á Dios con mas ardor que el que se los concediéra.
Santa Teresa repetia en el fe rvor de su oracion: padecer
6 morir Santa Maria 1\1 agdalena de Pazziz esclamaba con
el mismo ardor: padecer y no morir. Los Sacerdotes deportados
y amontonados en los barcos, de resultas de la
revolucion de Francia respondian á los que daban alguna
muestra de compasion: si, nosotros somos en ifecto los mas
illfebces de tos hombres; pero los mas felices de los christianos.
E ste heroísmo, este triunfo victorioso de tocios los males, y de
cuantas desgrac ias inmajinables se puedan concebir es'taba
reservado esclusivamente para la paciente, dulce y conso
lad ora R e lig ran del Crucificado; y e to carácter tan solo
de ella, la hace reconocer toda celestial y divina. r
A hora pregunto yo: si un incrédulo dedica unos cortos
momenios á la meditacion de estas vcrdades tan consoladoras
y benéficas; ¿ no se reanimarán los pocos restos
de ra ZOD, y aun de Rcligion que bayan quedado en su
desolado corazon? ¿ no se verá obligado á confesar que el
hom bre es sociable por natural eza, y que sola la caridad
6 el christianísmo, que tod o es uno, puede conservar est&
union, fortificar y estrechar este precioso lazo? ¡Admira'
ciertamente ver lo que se ha trabajado para ~iacerse el
hombre infeliz y desgraciado! o se ha contel1tado con.
degradarse, anivelando sus operaciones con las de los. bru- J
tos mas torpes, y feroce; sino ,que se ha gloriado dé re- )
bajarse hasta decir que el racional, el invento~ de tantas
maravillas en ciencias y artes, es una mera máq uina,- •
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", Se present6 un joven- atolondrado ante el COra de su P arrpquia, yen un tono burlon y libertino le dijo: m'i
amado Cura, en cámbio de vuestros sermones os quiero hacer
mi pTofesioD de fé, que es ciertamente filosófica. ¿ Que
somo~ nosótros mas que máquinas perfectamente organizadas,
qué destruye la muerte? ¿ Qué es \Tue tra Parroquia,
sino un monton de béstias de carga que se levantan, duerll?
en, comen, beben, retozan y mueren ?-¡ Oh, la primera.
béstia de mi rebaño, hombre máquina! replicó el Cura,
dando un paso atras ,de espanto. Si creyese que mi Asno
y yo no nos diferenciabamos mas que en la figura, quisiera
estar cien pies debajo de tierra para no ser -envilecido
hasta ese extremo.-.¿ Qué os he hecho yo para degradarme
así? i Infelíz ! !! ¿ No veis que el discur o que
formais para haceros béstia, debe convenceros de que os
quedan aun algunos, ~e tos de raza n ?
No somos cuerpos, dice San Ambrosio, amos almas,
y nuestros cuerpos !;lO son otra cosa que los vestidos de
nuestra alma. "As! que, morir, es dejar'un vestido incómodo." .
(Rol/seau, Emilio.) El Padre de la I gle ia puso el pri ncipio,
y el filó ofo sacó la co ecuencia. Este mismo ha dicho,
que ' el hombre durante su vida uo vive mas que á medias
(y ahora ni aun á medias,) y que 1'3 "ida del aJhla no
comienza sino CaD ia muel'te del cuerpo. t! Qtlé prerrógativa
tan fe líz para et ve rdadero christiano! Se le conduce
~l epulcro rodeado de uua inmortalidad dichOSll. o nos
admirémos pues, de que la hayan de eado tanto los santos:
y de CJ, ue la teman tanto los implas. ha
enseña¡ que hay VI) límite, en el Iq,ual es preciso desaprobar
la licenQia filosófica.
Toussaint, autor del maldito ,Iigra de (as' cosl/lmb~'es,
a,~acado de la última n fe 1'111 ed'lld, e halló e~ la hora en q e
1.l\1? cosas se miran al bQrde de la eternidad, y des'Pues ,de
haber manife tado lós te TibIe temore, y remordimientos
que le ,despedazaban su corazbn, anta pbr los' e cri:to contra
la Religion, CO[l'lO _ por lo esc, ndalós que Ir,¡bia dado,
e pecialr{lente '9. su familia, tuvo la dicha de recibir los
S flc ralnento ; ,y de él ál' Ulia pública: saiisfaccioll, concluyend'o
con iStas _palabras: ' POflgO por t'aYtigo al' Dicrqut:' VfJ!} ,á (re- .
•
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I ti"ir, y ante quien' '!Joy á comparecer, . q~e .ti 'mis accione.s han'
~üJo poco christiallos, JI mis dis€ursos J escritos mellos ' n /i- . ,
golOSOS, NUNCA HA SIDO POR CONVií.NCol~H'ENTO, ;y SI POR
RESPETOS HUMA NOS, POR VA:>IIDAD, V FOil DA·R GUS1'& - A. TALES Y 1'AL~S PEnsoN .~..s.. , .
A la hora de la muerte los impíos ftiemblan, .y muchos
se rectráctan, los buenos chrítianos se a~egran, y
no 'Saben cómo ullirse, y estrecharse mas 'Y mas 111 Divino
autor de su Religion. ¿ '~lIé qúiere d.~cir ·eeto ·? 'Pero
no hay necesidad de Ü' ta).l lejos. IEI impío 'mas ' disoluto
en esta vida, aun quaudo él no quiera vivir oomo ehristiauo,
se alegrará y solicitará encontrar un criado, un mayordomo,
un oficial , un dependiente que no mienta;, ,que no robe,
que no se embri~ue. que ...... diga!TIQ QW claro, que sea
christiano de veras. Diderot no permitia que sus hijas leyesen
los -malos libros, que él mismo habia compuesto, y
por si mismo les ensenaba el Catedsmo. j Qué prueba!Preguntó
n incrédulo, ~ uno que eo.le preSentó -para entrar
en su servicio: ¿ qué Religiol1 es la vuestra? Yo, señor,
ninguna tengo; pero he sido porlero dél\'lr. ven máqllina¡ jle pro-puso
, disiJp.ular y , c~ll¡¡.r ,por (enfónces; des pues l!~ casó, ~
fIlé t,an ,mal l)1arldo,i y ta.n !Ual IEadl:~, como habia sido .maJ.
hijo, y mala ¡:náq uin.a. 'J' - •
, "
r •
TERCERA PARTE.
,
I §. 1.0 , r
• • . I ~ . ,
RETRATO DE ,N. S. JESUCHRISTO.
,
•
, •
• . ,
Presuucion atrevida, e.rnpresa loca y temeraria es tratar de lracer
el retrat.o de Jesuchristo, Dios y hombre verdadero: inténtp
superior, ¿ qué digo? imposible á todo ingenio cria- '
do. Sin embargo, con el mas profundo respeto, y el aca-"
tamiento ma~ reverente, nos atreverémos á copiar, am1qne f
i¡;nperfect.,ameute, algunos ra$gds de las sagradas " Eágina . •
•
y d.irémos: que el Senor es el que es. Je uchristo en qUtantoq
Dios es el> ser ,por esencia, el triunfador de la> nada; . -eL -4
Ser Inmenso, Criad.or, conservador, y altlstmo Seúor de
todas las cosas en tiempo y eternidad. "
Pero que quando vino la plenitud de 109 tiempos,
apareci6 este • el' entre nosotros, vestido de nuestra carne ,
para redimirnos, y ac,\optamos por bijos. ( '. Pau/. ad Galat.)
Vino este cordero, que con su man edumbre haQia
de enseñorearse de toda la tierra, y quitar los pecados del '
mundo, Vino el Reparador de la naturaleza caida,. el dador
de la gracia y de la gloria, Vino el Libertador del pe'cado,
de la muerte, y del infierno. Vino el Redentor, que
rompió las duras cadenas de nuestro cautiverio. Vino el "
Rey de la glocia ~l establece¡' su tI~ono ¡¡Obl'e .1M Tui- •
103 •
1111 . de la idolatrla. vroo el Sacérdote eterno, segun el6r-den
de Melchisedec á ofrecerse en sacrificio por los' pecados
de su pueblo. Vino nucstro Abogado, nuestro -Medianero,
nuestro Pa tor, nuestro Médico, nueitro Lejislador,
nu tro exemplo, nuestra fortaleza, nuestra honra, y nues\,
l'a gloria. Viuo el Padre del siglo' futuro, nuestrá · sabiduría,
nuestra -j . ia, nuestra salltifica.cion y Redenciol'l/.'
¿ Qué mas? Vino el deS6SUcl!\Xatlstldtlmbre aman~a 'ira
,dEll ,Pa,dre; y Su inocencia nos mellee€ la ye)'dadera san~
tidad ~ justicia .
. - Con , qué ardor, y con cu an-tas állSias no, deseaba
aque~ gran Patriarca y Padre de los creyentes ver el dia del
Señor; '?f con .¡u~ alegria IlO ¡¡e regocijaba, como. si ya lo viese.
L. 'i Oon cuantos gemidos suspiraban por el Mesias a<+ue-
110s padres, antiglJos, y. poclero&os tReye&? Ya le llaman
A~onai, y Xefe de la ·casa d.e 1 rael, ya le miran como la
r.aíz d~ ~,es{¡; ya le <;onsideran como la llave de David, 1
~e,gislador de la casa d'e Jacob; ya se le espera como el
miente de la luz "eterna; ya es el Rey ue' las gen tes, la
:ijor del ,campo, el rocio del cielo, el deseo ,de los collados
~rno~, la estrella ,de J acob, la espectacion de la;; ge ntes,
y , el ~anuel DivilHi> que more y habite entre los hombres.
1¡:1 mas sabio de ,los Reyes en sus- oanlál'es divinos suspirando
por él decia: j Oh, si te v.iese ya acá_ afuera
l1echo 1;lermano mio en los pechos de mi madre, para
q.ue allí te pudiese ~esar, y abrazarme contigo, y ponerme
á. cubiert<> dellos , illílU,ltos y desprecios de mis enemigoS !
,
J , ,
•
l, , . ( ContinuarlÍ, )-
• , ,
,
• , (
,
) •
•
I • • ...,- --000·---- •
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I I I
, I CON LA L70ENO, lA NECES(1RIAr
• I/JlIJrC1lta de B. Espillosa, por José Ayarza.
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• - I
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Citación recomendada (normas APA)
"Gazeta de Colombia - N. 464", -:-, 1830. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2875560/), el día 2025-11-22.