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mi. OA~OI.IOO.
TRIM. I. AÑO II. :Bogota, lO de mayo de 1864, NUMERO 49.
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~ ~(!)0®~
!~s indiv_iduos a quiénes se les t·emita el presente
numero 1 no lo deyuelvan dentl·o de tercero dia se
les considPr:uit como suscritorcs, i se insel'ibi;·ún
sus noml>res en los libros respectiYos.
~-=::::.= -- ---- - - - ---=-:: - ....
J,P Jlllt tP ¿J1 ®!2 ; ' t1J jJJ! JJJ ~
A1·quidiócesis de San tajé de /Jogotá1 2 ~le IJ~ayo
de 18G4-Secretaria del qobierno ectesiástica.iY"
7 4 ·-SeJiot· Vica'rio p1·incipal de. • .•••
ll abiénrlose notarlB que una de las causas por
las cuales las notas de las Yie:uías principales no
llegan a conocimiento de los seilores párrocos es la
. de qu.e se. dificulta el curso de ellas por algun'as de
las V1canas particulares; el sei10r Vicario principal
se servirú hacer las Yariaciones en Jos encargados
de tales Vicadas particulares, que la necesidad
'¡ de la buena marcha del gobierno eclesiástico exije,
, dando cuenta a este despacho de las designaciones
que haga. Todo en virtud de lo dispuesto en cit·-
1, cular de 8 de octubre último, de órden del seüo¡·
Vieario jcncral.
Su atento senidor, JJliguel Arias.
Señm· Yica~·io jenentl.
Trino de la C. Martinez, Presbitero, respetuosa4
11
, mente mnnifiesto a su sefwría: que compelido por
la fuerza i agobi:ulo pot· mis enfe1·medades tuve
la debilidad de pt·estm· la fit•ma a los decretos de
!! Tnicion i clesomortiz;acion, aunque espresando de
11 palabra que no me sometía a lo que fuera contt·a-
1 ri? ~ los .derechos de la Iglesia. Des pues ejercí el
tmmstea·w en cuanto a la celel>racion de la misa a
virtud de Jo dispuesto poa· el seiloi' Vicat·io jenet·~l.
!1 La Pastoral de 7 de ngosto que suspendió abso-
11 lutumente a los eclesiásticos que nos sometimos a
!1 · Jos espt·esados decretos, no lleg6 a mi conocimien-to,
por lo que segui funcionando, i como la solici·
tud que dirijí a la Vicaría jeneml fué despachada
fa\·orablemeute i se me indicaba que ocuaTiera al
Ilustrísimo soñor Arzobispo pot· no tener entónces
facultades la ,Vi cada, cuya nota recibí a tiempo en
que el Presb1tero Francisco de P. Jiménez me incUcaba
firmara el artículo "El romanismo no es el
cristianismo," p1·esté la fi¡·ma en un momento de
acaloramiento, i sin examinar con refleccion lo allí
contenido.
Ahora, pues, sei1or Vicario : retracto i repruebo
1 de la manem mas solemne el somentim\ento espre!
1 sado, i abjuro las doctrinas contenidas en el artí''
culo citado, qué fué publicado en el número 36 de
uscan en todo el deleite de la
imnjinacion o r1 de los sentidos, i no oyen po1· eso
los lamentos que ananca el dolor a sus hermanos.
PI'Ocmaremos conmove1· Jos rorazoncs endme~
ciclos por las pasiones polítictls, a fin de que respeten
el único bien del desgt·adado, a fl n de que
comprendan cual es el verdadero elemento de
progreso que hai entre nosotros, donde a pesar de
la fertilidad del suelo se siente el hambre, donde
apesar de la espléndida belleza del delo que nos
cubre, la tristeza prensa el cornzon, donde apcsm·
de los teso1·os casi inagotables que encierran nuestl'Os
bosques YÍI'jenes i que nuestra tierra guarda
en su seno, Ja miseria acosa a las multitudes. Sí,
vamos a defende1· la herencia del puel>lo ntali'ada
por rnanos atrevidas ; vamos a continum· con mas
empeüo, si es posil>lc, la defensa ele la Uelijion.
Proba1·cmos que la Iglesia Católica no es ima secta
como se ha querido llamar por rnaldad o por ignor<
Hlcia. Probaremos, aun mas de lo que lo hemos
probado ya, que Jesucristo es Dios i que con Dios
no se puede ni se debe lt>char. Somos campeones
débiles pa m lu defensa de tan santa causa, pero
pelearemos confiados en que el SER ETERNO nos
ayudará, i el pueblo oirá nuestra voz como ha
oído i seguirá oyendo a nnestl'OS adversarios, i
fallan\. J<' allará con el mundo que es el juez de
esta. luclw, i, npesm· ele nuestm ignorancia, nos :
da1•a lo l'[lZOil. j
El campo en que vamos n mo,·ernos es inmeu- ·
so, i nos hallamos ahora como el viajero que qniea·e :
dar la vuelta nl mundo i piensa, reclinado sobre
una piedra a orillas del oceano, qué pais visitará
primero.
Pondremos, pues, los fundamentos de nuP.stro
tral>ajo. Bien sabemos que todo está dicho; pero
como está dicho tambien todo en el ntaque, no
importa que nos repitamos en la defensa.
Dios es el gran Se1· ante cuya omnipotencia infinita
se estremece el orbe i }a humanidad se 1
postm de rodillas. A11te Dios uingun sea· puede
levantar la freqte pm·que queda ciego con los rayos
ele su gloria. EL Jo hizo todo de la nada con solo
~u voluntad. Su voluntad dió leyes a la creacion, ,
1 solo un Joco puede intentar correjir esas leyes
etemas. Son intocables i el que intentase llevar a
ellas su temeraria mano, quedaría herido de muerte
como los israelitas que pretendieron sostener
el arca.
Dios es, pues, la pt·imera causa de todo i conserva
todo con su Providencia. El homl>re sobet·bio, 1
blasfema, i a sí mismo haee daño con su blasfemia,
porque Dios tiene en sí rnismo la mzon de su Ser. ¡
Querer correjiL· las ol>a·as de Dios, equivale a 1
pretender va1·im· el ji1·o de los astros. j
Pedii· a la débil t•azon humana Ja razon de todo
es envolverlo todo en un misterio mas irn. penetra~ 1
~le que el q?e se quiere destruh·. ¿ Pot qué existimos?
¿Como nos formamos? Dónde está el .
pensamiento que hace rodar nuestra pluma?
¡Todo misterios 1 No nos queda otro arbit1·io que
cree1· i adot·at'. He aquí el principio de la Relijion,
de la obediencia. Rebelaos contm él i dareis coces
contra el aguijon.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
2 EL CATÓLICO.
Si Jesucl'isto es Dios, pues, no habt·á ot1·o pl'Ocedimiento
racional, que someternos humildemen·
te a su divina enseñanza.
Ya hemos probado varias veces, con reflecciones
i argumentos val'ios, la divinidad de Jesucl'isto.
Pero pam ]os que estan prontos a deificat· a Voltaire,
a Proudhon, etc, que ning1m bien han hecho
a la humanidad i sí mucho mn1, aun es preciso
amontonat· mas pruebas :-Si a la manera que Dios
hizo con sola su palabra todo Jo que existe, un
hombre hubiera cambiado la faz del mundo por
solo la accion de su palabrn, creadora tambien,
¿no tendl'ia los honores divinos? Pues nada ménos
hizo Jesucl'isto. Cuando vino al mundo, el mundo
era pagano i babia llegado al último grado de ¡·efinamiento
en todos los goces. El aleman Schlegel
dice que los seño1·es del mundo en aquella época
fueron jigantes en depravaciou, i tanto que la de
los griegos comparada con una licencia tan desen
frenada, se parece a los pl'imeros pasos de un niño
eu la pendiente 1·esbaladiza del vicio. En esa corte
de donde los pobres e1·an atTojados o enviados a
la mnet·te mas horrorosa solo por set· pobres, los
apóstoles se presentaron a predicnr la buena nueva
i selhmdo con su sangt·e su doctrina ante un pueblo
acostumbrado a vet· derramat· sangre en abun··
dancia en sus fiestas públicas, cambiaron la faz
del imperio i del mundo. Donde no hubia mas que
timnía, nacieron los derechos; donde casi todos
eran esclavos dejó de habet· señores ; donde se
daba culto a todas las impurezas nació el pudor;
donde nadie sentía compasion por los dolores de
, otro, nació ]a compasion ; a los ¡·efinamientos de
Ia gula, sucedió la templanza. Al paganismo de
la jigante Roma, sucedió la locura de la Cruz, i el
~ ~ mundo que habl'ia pet·ecido, se salvó. ¿Quién
~ s
1
. ino Dios
1
podia dobr?
1
t· tal milagro?. Si los1.~~berales
~ 1oi cam )iaran e 1( ens en materm ¡·e IJIOSa pot·
~~ virtud de la palabt·a de un homl)l'e; si en vez de
! llamar fanatismo a la simple creencia, dieran en
t llamarla, como es en venlncl, el mas pt·ecioso de
los derechos humanos; si compt·cndieran toda la
~ · estension de ese santo derecho i cayeran de rodillas
W al pie de nuestro altm·; si ese mismo sm· est1·aor- i dinado los hiciet·a justos, m[lgnánimos, humildes,
respetuosos i amantes de la pobreza hasta ve1· a
1.
1
1
los mas frenéticos de ellos depone1· toda su ambicion,
toda su cudicia i huiL' a sepultarse en los
bosques desiertos para hacer penitencia~ ¿cómo
se llamada ese hombre'? Pues todo esto, i mas
que estJ, hizo Jesucrito po1· sí i pot· medio de sus
' apóstoles.
Sí, Jesucristo cambió la faz del mundo i el
mundo empezó a marclw1· por ot1·a senda que se
Jlama la de la Caridad. Po1· todas partes nacieron
establecimientos para aliviar los dolo1·es humanos,
para ilustrar a los pueblos, para fomentar virtudes
hasta entónces desconocidas. El judfo que babia
muel'to i resucitado todo lo atrajo a sí como lo habia
predicho, i solo con doce pobres pescadores
obró este prodijio que sigue asombrando al mundo.
Los sucesores de esos doce hombres se han de-
1 rramado pot· el haz de la tierra que aun fecundan
con la santa palabra : la palab1·a de Dios ha jerminndo;
ella sonó en los bosques virjenes de
nuestra hermosa América i los út·boles se estremecim
·on i dieron frutos de bendicion.
Ved no mas : aquí babia un hermoso hospital
1 donde Jos pobres hallaban asilo en sus dolencias.
1 Habia un hospicio donde los vaJetudinat·ios i los
e===-
niños abandonados hallaban habitacion, ' 'es ti do
enseñanza, p[ln. Rabia dos hen11osos coiE>jios ) I sinemba1·go de que existe esto escrito,
se sigue lejislando sobre la Relijion del puf'blo,
que es el soberano, i se sigue insuitando esa Relijion.
Es decil·, se sigue atacando e insultando la
soberanía. ¿Será que ella es patl'imonio de los que
no son católicos?
La profesion de una relijion es su práctica libre,
sin tt·abas, sin estorbos: Jo que impida esa libet·tad,
la ataca; i si se atacan sus dogmas, se la
desta·uye.
La obediencia al Romano Pontífice es un dogma
de la Iglesia Católica. La. libet·ta)) ¿Cuándo los miembros mas camcterizados
de la célebt·e Convencion de Rionegro
dijeron en un informe, que la disciplina debía ser l
independiente del dogma, que es como decir
que la lejislacion de un pueblo puede set' independiente
de su sistema d~ gobierno? ( Informe
de las comisiones reunidas a la Convcncion. )
Hombres que así ignoran la Relijion del país
1 para que lejislan, deben proceder natu..almente,
1 como pl·ocedel'iamos nosotr·os si nos metieramos a
reformar la gt·amática del idioma de Confusio.
Por eso es precisamente que Jejislan sobre ésta materia.
Ye~·gonzoso es pnr·a el pnís, pet·o es la verdad.
Si supiemn lo que están haciendo, no lo harian,
porque temcrian a Dios, al pueblo i al sentido
comun.
En todo se ha procedido i continua procediéndose
con la misma inconsecuencia, con la misma
falta de buena fé, con la misma ignorancia, porque
se olvidan los pt·eceptos de la justicia. A
tiempo que se censura agriamente a Jos sacerdo-
1 tes que. fieles a los preceptos de su conciencia,
prefieren los sufrirnientos físicos a faltat' a sus deberes
merales, se encomia la conducta de un sacm
·dote desgraciado que, ciego pot' un oJ·gullo indigno
de su caracter, se revela contra sus Prelados.
1 Así se quiere establecet· moralidad~ así se quiere
organizat· la sociedad. I luego se gl'ita contt·a el
erímen atribuyéndolo a la influencia católica.
Cuando eramos niños, nos contaba nuestro
maestr·o que un hombre barbm·o,jercicio de este
ministerio DO puede subordinarse a la voluntad de
la autoridad tempot·al, porque Jesucristo no pidió
permiso a ninguna autoridad para ejercer sus
prrcticas, i mandó a sus apóstoles que las ejercieran
a despecho de esa autoridad, sin temer
aunque les dieran la muerte. "Id, les dijo ¡
bautisad a . todas las jentes, i enseñad a todas las
naciones. El que os oye me oye a mí ; el que os
desp1·ecia, me desprecia. Sereis ll-evados ante los
tl'ibunales i azotados en las sinagogas por causa de
mi nombre, pero no tern:-~is. Lo que os he dicho
a la ot·eja i en tinieblas decidlo recio i a la luz del
día sobre los tejados. Cuando eais llevados
ante los hombt·es para ac'Elat·os po1· mi doctrina,
no penseis en lo que habeis de decir, porque yo
pondré en vuestra boca palabras a que nadie podt
·á l'cspondr.r·. No tcmais a Jos que solo pueden
m:Jtar el cuerpo: temed sí, al que pudiendo matnr
el cuerpo, puede tambien hechar el alma a los
infiernos."
Estas instrucciones son terminantes, i conforme
a ellas es que los sacerdotes tienen que proceder.
Si se les exije un juramento para pode1· ejercer su,
ministerio, ellos no pueden prestarlo, porque no
pueden subordinar ese ejercicio a la voluntad del
poder tempot'al. Si así fuer·a, el cristianismo no
habl'ia destruido el jentilismo; pero como los
apóstoles, sin temor a la muerte, ni al destierro,
contestaron cuando se les prohibía pt·edicar:
H primero es obedecer a Dios que a los hombres, " '
la doctt·ina se difundió i llenó el mundo, i salvó a
la humanidad. Si esos conquistadores de nuevo
jénet·o, hubieran obedecido la órden de no ejercer
su rninistetio sino a contentamienlo del Sanedrín,
el cristianismo habria muerto en la cuna.
Ellos resistieron como resisten nuestros sacet·- i
dotes boí, fue1·on con1o estos tildados de rebeldes j ·
i aun seve1·amente castigados, pero los misioneros 1
de Cristo, lle11os de fé, sufrieron por su Maestro i
siguieron desobedeciendo, resistiendo i tt·iunfando; 1
porque el triunfo del ci'Ístiano, el mayor triunfo, ,1•
es el martirio. La sang1·e de un mártil' es fe~unda, 1 ~
produce millares de adeptos. ~
La relijion es el alma del hombre por que ella se
modela a su c1·eencia, i esd creencia viene a formar 1
el carúcte1· del pueblo. Si se lejisla para un pueblo
católico, las leyes deben tener el caractet· católico,
po1·que de lo contral'io no sil·ven para ese pueblo, 1
porque el ser racional, prefiere su set• moral a su J
ser físico cuando no está completamente conom- 1
pido por la metalizacion. I como los pobres no le
pueden mctalizarse, i los pobres son los que for- ¡·
man la mayoría en esta nacion, i son ciudadanos
a pesar de ser pobres, i tienen los mismos d~ rechos
que los demas, ellos, en cuyos cot·azones no
ha entrado el indiferentismo aun, i confianza en
Dios no entrará, tienen perfecto derecho para
creet' lo que creen i para rechazar las disposicio- 1
nes in consultas que atacan su fé.
1
Las leyes, pues, que atacan le fé católica en 1
Nueva Granada, no estim hechas p:ll'a el pais, .
porque el país es Cé\tólico ; i establecida la resistencia
por una parte_, i la fue1·za por oft·a contt·a
esa resisteucil'l, debe resultar del choque un conflicto
constante. Es imposible que el órden se pueda
establecer así.
Se dice que la Iglesia tiende il'l'esistiblemente a
democratizarse. En el sentido que se da pot' los
reformadores a esa _palabra, equivale a uecir que
tiende a revelarse contra Dios, lo que es absUt·do.
Si,co no nosott·os lo entendemos, In democracia
es un sistema en qu·e el Gobiemo es de todos para
todos, en que todos tic11en iguales derechos,
nada hai mas democrático que la Relijion católica
uyo ún o Jefe es Dios, cuyos miembros son to- '
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
4 EL CATO L I C O.
dos hijos del mismo padt·e que está en los cielos, i
han de ser juzgados de la misma manera segun
sus obt·as, salvándose el que hace el bien i conde·
nimdose el que hace el mal aunque este sea el mayor
potentado de la tiet·t·a i actuel un. miserable· gana
pan.
Recapitulemos. Nos habiamos prometido conejit
· la rudeza de nuestro estilo, pel'O como el
estilo es el hombre> no hemos podido dejal' de ser
lo que somos.
Dios es uutl)r de todo i es inútil que la cdatm·a
pt·etenda en su ~:H'gullo infernal destruir o conejil'
la obra de Dios.
Jesucl'isto, Dios i hombre, vino al mund·o a enseñarnos
la senda del bien, i obró el bien i lanzó
a la humanidad pot· esa senda solo con su palabra.
Para difundida, envió a sus apótosles que mm·churon
por los cuatro vientos u lleval' su mision
redentom.
Nuestl'os sacerdotes son los sucesores de esos
Apóstoles i lo que enseñan es Jo mismo que ellos
enseñaron.
Dios estableció su Iglesia libre i la dejó un Vicario
para que apacentara todo el1·ebaño.
La obediencia a ese Vicario i In libertad de la
Iglesia son dogmas de fé.
Quien ataca esos dogmas> ataca la Relijion cuya
práctica libt·e está garantizada po1· la Constitucion;
i de consiguiente, rasga esa Constitucion i destruye
el sentido de las palabms con que en ella se espresa
esa gm·antía.
Los que no comprenden la Relijion, qnicl'en Iejislat
· ace1·ca de ella, i no pueden hacer sino absm·dos,
desquiciando la sociedad cuya base es la
Relijion.
El pueblo entero aquí es católico, i ese pueblo
c:1tólico es el sobcmno a quien se ataca pOL' los
pocos que no participan de la fé del pueblo. E se
ataque es una tiranía, i la tiranía no puede existil·
en una Repi.lblica, portJHC son entidades que se escluyen.
Lns leyes deben se1· la espresion del caractet·
del pueblo pam quien se dictan, i siendo aquí el
pueblo católico, las leyes contral'ias al catolicismo
tienen que set· motivo constante de desó1·denes i no
1 pueden set· leyes. Si lo que se quiet·e es hacer la
1
1 felicidad del pueblo, no debe tocarse, ni insultat·se
su fé, porque ántes que renunciar a ella, renunciará
a su patt·in. Tanto es el podet· de la B.elijion.
Sí, por ella todo lo renuncia el hombt·e, hasta
j la vida; de manera que Jos que habiendo recibido
1
el bautismo dicen que no tienen vocaciou de már-
1, tires, o han perdido su fé i estim perdidos, o no
saben lo que dicen.
Ahom se ha hecho de moda mentir i calumniar
para atacar la Relijion que no solo hace felices a
los bombt·es eula otra vida sino en esta. Nosotros,
poniendo en su Yerdadero lugat· los hechos, nos
hemos constituido defenso1·es de esa fé santa, i con
ella del \.mico vel'Cladero bien social, del \:mico consuelo
del desgmciado, del \.mico principio verdadet
·o de pt·ogreso. Trataremos de llenar nuestra
mision.
RELIJION I LIBERTAD.
En uno de los días pasados, visitabamos a un jó,
ven amigo nuestro, convaleciente de una enfet·medad
peligrosa. f;ste jóven, bueno por instinto, pero
cstraviado poe las ideas que aquí llamamos
golgóticas, espea·aba la apoteósis de la humanidi..d
en la tien·a; tenia fé en el progt·eso indeterminado
i contínuo en cuyo términa esperaba la República
uniYersal i la felicidad humana. Amaba la Ji.
bertad sin compa·endel'la i abonecia el Catolicismo.
que no compt·endia ta.mpoco·~ La enfermedad de
su cuerpo alivió no obstante la enfennedad d.e su
alma.
"Es ciet·to, nos decia ; hui horas en la vida en
que nada teaTeno puede satisfacer al c01:azon.
Cuando todos los ensueños de dicha se des, le replicó el Sacerdote qu.e otm fé
pueda dat· ese valot·? ¿Crees que un ?I'otestantc·
pueda seutit·se tan aliviado como tti del peso de
Jos remordimientos, en esa hora de angustia suprema?
¿no estimas en algo la tranquilidad del
que puede creet·se entónces perdonado, la del ida
inefable del que ha recibido a su Dios? Aun hai 1
mas, tú eres jóven, tienes t·ecursos, puedes dividit· '
tns horas entre un t1·abajo ameno, las diversiones
i el sueño. Pero hai muchos séres para quienes son
tan impotentes los consuelos humanos en todos.
los momentos de la vida como lo fueron para tí
cuando creíste mOI'it·. Los pobres, hijo mio, los
pob-res, los f¡ue mendigan pot· las calles i los caminos,
los que solo pueden comm· a costa de un trabajo
penoso un mendt·ugo de pan mojatlo en lágl'imas,
necesitan pensat· mucho en el Cielo para
sobrellevm· las penas de la vida, i los pobt·es ~ .. ~
son casi la humanidad. Tu has leido, recientemente,
hijo mio, el libro de Job, ¿ n<> has Yisto allí la
historia de los dolores humanos'? Hé aquí lo que
de él dice Poujoulat: q Cuando cerramos ese libro,
no tenemos que temer desengaño ni amargura
súbita, ni pérdida de encantado1·as ilusiones;
el libro nos babia puesto en comunicacion con
nosota·os mismos, con nosotros mismos nos que·
damos, i poa· Ja¡·gos instantes oímos en nuestra
alma como Jos murmullos de nuestros suspiros, eco
de la queja que se pi'Oiouga : entónces nuest1·o 1 corazon es como el libro vivo donde acabamos de
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL CATÓLICO.
leet· nuestro destino. Tal es el libt·o de Job, triste
i magnífico l'ántico de la humanidad destetTada. ''
El pueblo hebt·eo, pet·egl'ino por el desiet·to, simboliza
muí bien a 1.:\ humanidad en la tietTa. Co-l
mo ese pueblo, la humanidad viajem pasa sufriendo
pot· el camino de la vida en busca de la patria
que Dios le In prometido. ¡Oh! vosott·os pretendeis
npart:u· sus ojos de esa patria, mostrándole a lo lé·
jos pretendidos jardines, rompet· la columna milagrosa
que la guía pot· el desierto,i condenarla a vagm
· perpetuamente entre m·enas estél'iles i m·dientes
Si no me hago ilusiones, has leido la Sagmda
Escdtum con alguna atencion. ¿No es cierto que
In verdad se ha pet·dido siempt·e que ha estado
entl·egada al albedrío de lo~ hombt·es ? Adan vivia
todavía, i ya la humanidad estaba completamente
dept·avada, tan depravada que Dios se vió pot• fin
obligado a destruirla. Una sola familia de justos
que se salvó, repobló rtípiclamente la tierra, pero
cuaudo ésta apénas se había oreado, Dios no encontró
en ella mas siervo que Abraham. El mismo
pueblo a quien confió esa vet·dad, en cuyo favor
hizo tantos prodijios, ndot·ó un ídolo ..•. i
al pié del Sinaí. ¿ Ct·ees que la verdad cl'istiana,
entl'egada al torbellino de las opiniones, se hubiera
comervado? Sin la autoridad pontificia ¿ el
mundo seda cl'istiano? Tres siglos lleva el protestantismo,
i tú conoces su historia. Lutet·o negó el
primado de Pedro, Calvino la eucaristía, otl'os
lueg<> la divinidad del e ·isto, i las sectas que brotan
todos los días fecund3das pot· el libre exámen,
van encontrnndo en la Biblia mas i mas absurdos
De Lutero a los mormones no hai mas que un paso:
-No obstante, t•eplicó el jóven intel'locut01·, el
Cristianismo ha mejorado inmensamente la condicion
ele los hombres. La esclavitud ha desaparecido,
la mujet· ha dej:Jdo de set· esclava. ¿No es
justo espera~· que la humanidad, perfeccionándose
bajo sn influencia, llegue a set· un dia completamente
feliz ?
-De la i~lea ct·istiana puede espet·at·se todo lo
bueno,repuso el Sacerdote; pero la tierra es un valle
de·lágrimas i lo sel'á hasta el dia en que el Sef10r
descienda entre relümpagos a juzgar a la humanidad.
El mismo que trajo la paz a los hombres ele
buena voluntad, léjos de prometemos dirhas temporales,
nos enseñó a TI
tan largo espacio de tiempo; eso nos llevaria m us lejos
del término gue nos hemos propuesto, que es solo
indagar, en donde comienza el Catolieismo dejenerado
a quien llaman romanismo. Pasarémos tamuien
por alto Jos esfuerzos de Gregorio YII para obligar a
los Obispos i Abades a guardar la leí del celibato, te·
niendo que luchar con Prelados que el feudalismo había
convertido en señiJresterritoriales poderosos, i cuyos
titulos i cuyo poder servian de base al Imperio.
Solo preguntaremos ¿ la Iglesia católica n bandonó la
enseñanza de Jos primeros tiempos, dejó de ser un
elemento de civilizacion, reform6 su código moral,
alJjuró de sus dogmas, cambió sus misterios porque
el Papa fuera tambien soberano temporal ? Porque,
si nada de esto sucedió, el dominio temporal del Papa,
por mas absurdo que ahora nos parezca, será a Jo
mas un cargo coutra los que aceptaron un poder que
las circunstancias llevaron a sus manos; pero de que
ellos lo hayan ejercido, uo se sigue que el catolicismo,
que lo forman sus dogmas, su moral i sus reglas elementales
de gobierno, haya dej enerado, se haya de·
gradado i envilec ido. El P apa no dejó de serlo, porque
ulladió dos coronas mas a su tiara, así como no dej:mi
de serlo el día que las pierda en fuerza de los acontecimientos
hum:mos de interes europeo que se están
cumpliendo. ( l)
Los concilios jeneralt>s reunidos despues de estos
sucesos, ni han encontrado ~n el Evanjelio un precep·
toque prohiba al Papa ser Reí, si así lo quieren los
hombres; ni ménos han reconocido esa perversion del
cristianismo primitivo operada por ser el Jefe de b
Iglesia soberano temporaL ¿A dónde pues ocurriremos
para saber cuando i por qué causas espiró la
Iglesia pura de Jcsus, a la cual él mismo ofreció que
duraría hasta la consumacion de los siglos? Si la
historia i la Iglesia misma reprec:;entada en sus concilios
niegan esa dejeneracion ¿quién podra testificarla?
l,os católicos no pretendemos que el pontificado hé\ga
impecables a los que oeupan ésta alta dignidud,
porque no dejan de ser hombres con la libertad sufi<:
iente para obrar el bien o el mal ; pero los pocos, mui
p oeos suce s ores de San Pl'dro a quienes la historia
imparcial puede hacer algunos cargos, si nos autoriza
para decir, quo en numero igual i en circustancias
annlogas, ningun pueblo puede presentar unu listu de
Soberanos méuos tachablrs, que la de los que han
ocupado el trono poutifieal, ni gloriarse de haber tenido
tantos Príncipes ilustres por sus virtudes egréjias
i por su saber. Cuando la moral se habia perdido
en el mundo, i apagitdose las lucPs de la ciencia, la
( 1 ) Este concepto es mui propio de un liberal aunque
cató!ico, porque siempre se resiente de los dogmas
de su esc.uela. Nosotros hemos anunciado, por
el contrario, que lo que los actuales acontecimientos
estfm preparando, no es la caída del poder temporal
del Papa, sino la vuelta de su omnipotencia
salvadora.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL CATÓLICO. 7
humanidad se refujió en la Iglesia, como Noé en la
al'ca, i en ella se salvó. Esto bastaría para la gloria del
Ca1olicismo, considerado como institucion puramente
humana, si él no tuviera otros titulos que acreditan
su oríjen divino i que lo hacen tan venerable.
Si hni un cristianismo nuevo, que se aparta de la
primitiva enseñanzn, que niega dogmas que antes
enseñó ; que niega misterios que antes confesó; que
ha puesto el Poder espiritual, no sobre la piedra en
donde lo colocó su fundador sino en el Gobierno
•l tenlporal que hnn hecho Jos !1ornbres; ese cristianis-mo
tan diferente del antiguo, es el de Lutero, Calvino,
Enrique VIII. etc. i de tantos otros, que se diferencian
entre si en puntos esenciales. Ese cristianismo
nacido de la libre interpretaeion, que tiene por criterio
la razon individual ; ese cristií.mismo anárquico en
mws partei, i sometido en otras a Jos sobet·auos temporales
: ese cristianismo fecundo en variaciones, i a
quien solo la autocracia puso freno en algunas de sus
sectí\s: ese cristianismo que tiene empleados i no sa-l
cerdotes, que condenó el monaquismo i la virjinid(ld
r sacerdotal, para vincular el .l\linisterio en la familia,
~ · eambiaudo la vocacwn por la herencia : que carece
~ de altares i de víctimns: que no tiene objeto a quien
l consagrar el culto esterno ; ese no es seguramcn1c el
cristianismo primitivo, que se había perpetuado desde
.Jesucristo husta la reforma, uno e invariable en sus
dogmas, en sus misterios, en su moral, en sus pr:ir:ticns,
i en la creeneia de que el Poder espiritual de la
Iglesia venia de lo alto, se eomunicaba por· la imposicion
de manos, como el soplo d, Dio animó el cuer-
1 pode barro del p1·imer hombre. E ·te cristianismo
permanece inalterable : ni la persecucion del pngnnismo:
ni la proteccion de los Césares. cristianos : ni
la Íl'ru¡)cion de los barbaros que todo lo trastornó :
ni los progresos de las ciencias que han desterrado
tnntcs errores: ni el deseu\n·inHento de nu evos contiuentes
qt:e tanto ha modificado la situtlc!an de los
antiguos: ni las contradicciones nacidas en su seno:
ni Ja indignidad de algunos de sus Ministros: ni la
ignorancia de otros: ui el oro, ni la amhicion, ni la
vcugnnza, ni el temor, ni los placeres, nada ha podi-do
allenn· sus dogmas, cambiar su moral, borrar sus
misterios, derribm· sus altares, suprimit· la víctima,
i cortar la cadena misteriosa por donde el Poder del
cirio se comunica indi,idunlmente i no por herencia
a los encargados del Santo Ministerio. Este cristianismo
que hoi vive, i que jamas pasará porque es la palabra
de Dios, es el que llaman romanismo, los que
invirtiendo las ideas i cambiando lostérrninos, llaman
antiguo lo que es nuevo, i nuevo lo que es antiguo.
Se increpa a los PoutH1ces porque fueron por al~un
tiempo los árbitros de los Soberanos i de los pueblos,
cGn la misma justicia cou que se increparía al \'iejo
H.ei de los bel~as, al proboeimparcial Leopoldo,hnber
sido Juez en varins cuestiones pot· cleccion de los Gobiernos
interesados. ¿ Qué otra cosa son los Congresos
de Soberanos, las conferencias diplomaticas, la bien
pronunciada tendencia de los pueblos civilizados a de-
' cidir sus diferencias por el arbitramento i no por las
armas, que la resurreccion de una práctica de salud
para la humanidad? ¿ Ni qué P\.H de encontrarse mas
honroso para el pontificado católico que esa confianza
ilimitada que Reyes i pueblos tuvieron en la imparcialidad
i en la sab1duría de sus fallos? Cuando nose ha!
Jja escrito el Código de las leyes internacionales,cuando
no existia la diplomacía, cuando los pueblos no tenían
Constituciones, ni el poder reglas fijas : cuando
la sucesion dinástica era oscma, cuando no había imprenta
: cuando la fuerza era el primero, sino el unieo
derecho, entónces se constituyó un regulador en el
suce~or de San Pedro, i en las decretDies se fué a estudiar
los primeros principios del derecho internacional,
del derecho político i del derecho civil.
K •
La humanidad agradecida a los inmensos beneficios
que debía al cristianismo, por muchos siglos amontonó
su!: ofrendas al pié de los altares: pasó el fervor
relijioso, i entónces se hizo un cargo a la Iglesia de
que no hubiera rechnado las ofrendas de nuestros
padres: se la encontró rica, i por esto se la llamó
avarienta. Está dejenerado el Catolicismo, se dijo ;
es preciso que vuelva a su prístina pobreza: pero no
pusieron los nuevos fleJes sus bienes eu comun para
mantener al pobre, i al que sirve al altat·. Ni aun el
derecho de posesion se quiso respetar : fué despojada
sin siquiera oh·la sumariamente; i cuando quiso preguntar
¿con qué se sostendrá el culto i sus 1\linistros,
con qué SB dará de comer al pobre i de vestir-al desnu·
do? se le puso mut mordn; a, i se declaró que atentaba
contra la Sobe1·anía nacional. La Iglesia católica,
viva imitjen de Jesucristo, babia de pagar como ItL los
pecados de los hombres.
El filosofismo mate.rialista del siglo pasado levanta
m cabeza i amenaza echa1· por tierra la Iglesia de Jesus:
ofrece comcncer a Moises de impostor, i de vil
canalla a les Profetas : uiega la divinidad de Jesucristo:
el hijo del carpintero [ué apénas un hombre entusiasta
como dijo Diderot, o un Profeta infet·iot· a Mahoma
como enseí'ló éste : la profesía un absurdo, el
milagro un imposible, el misterio contrario i no supe- '
rior a la razon: t:l monaquismo un delito : la humanidad
no tiene otra mision que poblar toda la tierra.
¿Qué mas? se negó a Dios, i eu medio del delirio de
uua revolucion memorable se le precipitó de su trono
pnra colocar en él la Diosa de la razon. ¡Era Snturno ~~~
que dejnba s 1puesto no a Júpiter, sino a una bailarina
de la época!
Ese filosofismo impío formó la base de la educacion
de tres jC'nernciones, i manchó con sus errores la pura '!
doctrina liberal que se eondensa en Pstr:s dos prdalm1s
Dros 1 LTDERTAD. I cuaudo la Iglesia eu le,!Ít1ma defensa
de sus dogmas, de su tnoral i de su poder, cerró ¡
a im¡,lo las puertas del Santunrio, como en otra oca- ~
sion lo había br ·llo un Obispo valeroso ron el asesino
de 'l'e salóniea, se gt'itó: ¡Oh ! el Catoliei . m o es contrario
a la Rc pü hliea, P el aliudo d e los d ésp otas, es el
enemigo de la libertad! ¡ Cómo, insens<1tos, pretendeis
que os admita, si Yosotros la desechals! ¡Cómo
ha de reconocer pueblos sin Dio , Gobiernos sin relijion
! Vosotros los cristianos de los tiempos primitiYOS
¿admitiaisen vuestras rruniones,en vueslras _.igapes
sar¡radas al queno ll evaba en la frente el signo de
la Cru"z ? Acordaos de los Apóstoles que apartaban de
la comunion al implo i al insestuoso, i no tjuerais hacer
responsable al Catolitismo de una fulta que solo
es vuestra.
Reasumamos: las di\'ersas situacionrs que han
rodeado a la Iglesia cntólirn, desde e l circo de las fieras
en que eran de spedazados sus Pontífices, hasta el
dosel del imperio: desde la escondida Cripta hasta el
majestuoso Vaticano: desde la esr.lavitud i la miseria,
hasta el poder i la riqueza, en nada han alterado su
divina e inmutable esencia. Cambios en la disciplina
ester11a accidentes de forma, sucesos estraí1os con los
que ha tocado forzosamente al estender su influjo por
el mundo ; i si se quiere faltas i errores en lo puramente
humano, de que nadie puede estar esento: hé
aquí cuanto ha ocurrido en los afueras del Santuario.
Apartad la vista de estos accidentes, dejad pasar la
nube que oscurece el disc? radiante del sol, i ~ntónces
lo Vl'reis en toda su brillantez : recouocet'élS que
es el mismo sol de los tiempos primitivos, que en 1 ~
siglos nunca ha dejado de alum~rar con el !1~ism~
esplendor i derramar sobre la t1e1T~ Sl:l pur~sm1a 1
vivificadora luz. Abandonad a Voltane 1 a D1derot,
como lo ha hecho la filosofía del presente siglo en la
culta Europa, i entónces se os abrirán las puertas del
Santuario del Catolicismo: dejlld ese falso espíritu
de que rebozan la burla i la ironía que el .filosofismo
llamó espirítu fuerte: no deis mas escanda los al
mundo civilizado: suprimid un siglo: salid del 18 i
1
1
colocaos en el 19 para marchar p<~ralelamente con el
1
progreso intelectual de n~estr?s dias . ¿~o ohs~rvais
que ya en Europa no se reunpr1me la ClJCtelo~edia, ni .·
se hacen nuevas ediciones de las obrns filosofiras del
siglo pasado? ¿Qué crédito merecen las no re las ca
lumniosas de un italiano enemigo del poder temporal
del Papa, que delira tal vez con la esperanza, de ser 1
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8 EL CATÓLICO.
saludado en Roma como ''Tribuno"? (2) El Catolicismo,
e 1 verdadero cristianismo citado ante el tribuuat
de las ciencias humanas, salió victorioSI> como babia
triunlado al principio de la persecucioo decretada por
el .paganismo. Este es un punto en el cual ningun
. J hombre sólidamente instruido tiene la menor duda,
1 i es cosa ya tan jeneralmente aceptada, que las cuesj
tiones relijiosas se consideran eomo un anacronismo,
algo mas, como una necedad.
( 2) Alude el articu lista al inmundo escrito de F.
1 Patraccelli que los periódicos radicales de Bogotá
están repropuciendo.
W JlJlt fl /1; IlJ All.JJ ~ ~? ~
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RASGO DE GALANTEBÍ A .-l~ n tlll COm ite que diÓ
el baron Gom·y el 25 del próximo pnsado, ul cual
asistió el ex-presidente de Colombia con ott·os expersmwJeS,
la seüora qne presidia a la mesa, 11ahlando
l)Or incidcncia de la triste suerte de las
1 monjas esclaus tradas, se dil'ijio al ex-presidente
como interesándolo para que con su influjo hiciese
por aliviar de algun modo los padecimientos inmerecidos
de aquellas pobres vírjenes ; i él intenumpirndo
bruscamente a la sci'wrn, le dijo : Oh 1
no me hable U. de eso 1 me indigno, me in·ito al
solo oil' nombrar frailes i monjas. El fanatismo
de esas jentes es el que nos tiene en esta situacion:
ellas son los que quieren :1sesinarmc. ¡Pobre 1
Cree sin duda qne las esposas del Señor no piensan
ni se ocupan sino de su persona! .••• Tal vez lo
1 tienen mui p¡·esente, pero es pam rogat· pot· él a
fin de que se arrepienta i s e convierta a Dios. l. Como
habrá calificado la señora este actfl ? Sin duda
como una galantei'Ía.
LA. NO VEr' A D E L A CAI' DELARIA;
NOVELA E C TA E FBANCES POR CARL r ' ODlER,
i traducida espresamente para
Citación recomendada (normas APA)
"El Católico - N. 49", -:-, 1864. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3687947/), el día 2025-10-06.
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Informe sobre la Biblioteca del Coronel Pineda, que es una colección de las publicaciones de la imprenta en el Virreinato de Santafe i en las Repúblicas de Colombia i Nueva Granada de 1774 a 1850, i varios manuscritos nacionales, e impresos estranjeros relacionados con los negocios de la República, anteriores contemporaneos i posteriores a la revolución de 1810